

Indudablemente es el momento. Durante 11 años las fuerzas demócratas en general, han jugado el rol defensivo ante un régimen socialista que en Venezuela no da tregua. Los resultados de tal postura están a la vista. Si no fuera por la inviabilidad inherente al socialismo en gobierno, su permanencia en el poder seria indiscutible.
Afortunadamente no es ese el caso. Nos hallamos en la etapa final del apoyo popular que dio origen a este gobierno, situación ahora irreversible. Pero no ante el final de su poderío político, como bien lo ejemplifica la Cuba comunista de Fidel Castro. Un régimen podrá carecer de popularidad y al mismo tiempo sostenerse, siempre que cuente para ello con una élite gobernante de naturaleza criminal, en concordancia con una disidencia política dividida como ocurre en la isla-cárcel o bien displicente como el caso actual venezolano.
Argumentos disímiles, variados y variopintos, sirven de fondo para que nuestra dirigencia demócrata mantenga la inconmovible postura defensiva ante el socialismo. Se argumenta en ocasiones, que tal posición se fundamenta en la necesidad de evitar la represión oficial, cuando no en la conveniencia de ganar adeptos entre las filas socialistas, y para ello eluden confrontar a su líder máximo.
El tiempo ha venido demostrando que uno y otro no son más que excusas para evitar los riesgos que solo competen a una dirigencia política. Persecución, acoso, demandas, ayunos, pero en especial la cárcel, son la natural consecuencia para aquellos que asumen a cabalidad el rol de dirigentes demócratas en tiempos de tiranía. No ocurre así en Venezuela.
En nuestro país, la dirigencia demócrata, a menos de dos meses de la celebración de comicios parlamentarios, frente a la destrucción incontrovertible de la institucionalidad, al deterioro evidente de la infraestructura y a la degradación inédita de la convivencia ciudadana, incuestionable responsabilidad política del socialista Hugo Chávez, evaden concentrar en él la ofensiva política para evitar según ellos una polarización ¨peligrosa¨.
Si por políticamente peligrosa entienden el posible apoyo del electorado socialista a favor de los candidatos al Parlamento apoyados por Hugo Chávez, deberán entonces reaprender sus lecciones democráticas. Porque si luego de 11 años de gestión gubernativa, una mayoría de venezolanos optara por apoyar al responsable político del caos, atenta contra la ética democrática pretender evitarlo. Resultará mejor entonces abandonar el camino electoral y pasar a otros métodos de reemplazo político entre los consagrados en la Constitución.
Porque eludir la confrontación política con Hugo Chávez en medio de esta campaña electoral equivale a ignorar la causa que hace necesario un nuevo Parlamento. Dejar políticamente incólume al comandante socialista, equivale a fortalecer su estancia en el poder.
Peor aún si conciben la mentada peligrosidad como el riesgo de represión. De ser ese el motivo, será muy poco lo que podríamos esperar de esa dirigencia a la hora de ¨cobrar¨ el esperado triunfo del 26-S. La mejor prueba de ello lo constituye el ¨respeto¨ mostrado por el régimen ante los resultados del referendo en 2007 y de las elecciones locales y regionales en 2008.
No será evadiendo riesgos necesarios como restauraremos la Constitución. Ante la valentía, los pueblos se inmolan y las tiranías se doblegan. No es por casualidad que en Lara los galpones de la Polar continúan operando y que Oswaldo Álvarez Paz se halle en libertad. ORA y LABORA.
Visto después de siete años adicionales en el poder, once en total, de un régimen que se autoproclama eterno, la anécdota anterior puede resultar una demostración de absoluta ingenuidad de la oposición. Quizás, pero la pregunta sigue siendo válida: si se produce una caída rápida, literalmente una desintegración de lo que aparece hoy como el monolito chavista, ¿Está la oposición preparada para asumir los retos del gobierno del país?
El ejercicio está lejos de ser ocioso. A la catástrofe de corrupción y desgobierno de la última década se le une ahora un fantasma cuya corporeidad se hace cada vez más manifiesta: una crisis económica de dimensiones incontrolables. La caída en el ingreso real del país, el aumento imparable de la inflación y el desempleo, el acoso a la empresa privada y el laberinto de la asignación de divisas, conforman un cuadro explosivo. La crisis económica está comenzando a gravitar con la misma fuerza que la inseguridad, el desabastecimiento y el deprimente repunte de todas las plagas tropicales, sobre la ya muy angustiada existencia de los venezolanos.
El nuevo temor del chavismo es una abstención descomunal. La única forma de protesta concebible, por ahora, para quienes no queriendo ninguna identificación con la oposición, están cada vez más descontentos con la gestión del gobierno. Pero esta cuenta se puede quedar muy corta. Venezuela es hoy un hervidero de protestas que se puede salir de cauce en cualquier momento. Las elecciones del 26S pueden terminar por evidenciar que el chavismo es minoría en el voto popular y precipitar un agudo conflicto político. El gobierno se puede ver tentado a aumentar abiertamente la represión. En muchas direcciones se puede abrir el disparador de una profunda crisis que en este momento nadie puede afirmar que ocurrirá, pero que es muy imprudente ignorar como escenario inesperado.
Es en el interés de todo el país, no solamente de la oposición, que esta actúe cada vez más como si estuviera en real capacidad de asumir las riendas de Venezuela. Una campaña electoral de cara al 26S que apele a la unidad como valor, y no una campaña partidista, nos conviene a todos. Ello puede terminar por tener el efecto de atraer hacia el campo opositor a los Ni-Ni y, sobre todo, abrirle una puerta a los descontentos del chavismo.
Para sacar del primer plano el sainete de Zelaya y el tema de la injerencia del gobierno venezolano en la crisis hondureña, el Presidente de la República buscó el conflicto por la cooperación militar entre Colombia y Estados Unidos para el combate del narcotráfico.
En el caso de la nación centroamericana, nuestro gobierno ha hecho lo posible por quedar mal. No sólo porque el rol de abanderado de la Doctrina Betancourt no le luce, sino porque a diferencia de los países serios e incluso de la OEA, aparece echándole leña al fuego, atizando el conflicto y de paso convirtiéndose en el mejor argumento para quienes tomaron el poder en Honduras y han sobrevivido en él hasta ahora, no obstante la condena de la comunidad internacional.
Pero la contención escogida para armar un alboroto es de doble filo. Si con Washington nos llevamos bien y acaban de normalizarse las relaciones entre los dos gobiernos, y con Colombia todo marchaba sobre ruedas desde que Uribe y Chávez se abrazaron, ¿Por qué deberíamos sentirnos amenazados por la cooperación militar entre esos dos países? Máxime si se trata de
combatir el narcotráfico que es, si no atenemos a las declaraciones de los jerarcas del régimen de aquí, un enemigo común. Si la presencia militar de una potencia por estos lados nos parece inconveniente, que puede ser, ¿Por qué anteayer le estábamos ofreciendo a los rusos nuestro territorio para bases militares?
Luego el gobierno de Bogotá dice que ha capturado armas suecas en manos de la guerrilla. En seguida, el Presidente en persona sube los decibeles, denuncia una agresión y ordena la revisión integral y, de inmediato, el congelamiento de las relaciones con Colombia. La cancillería colombiana alega que hace tiempo, en la reunión de San Pedro Sula, se lo había informado discretamente al mismo canciller venezolano que ha descalificado el asunto como “maniobra mediática”.
En cada caso nos las hemos arreglado para quedar mal. Nuestro gobierno termina con una cara de culpable que no puede con ella y, claro, inevitablemente el país se afecta.
En pleno apogeo de la situación hondureña, ha pasado por debajo de la mesa una declaración grave originada en el gobierno israelita en la cual, también, nuestro gobierno aparece con vínculos indeseables. Pero me temo que tarde o temprano reaparecerá. Lo mismo que el sórdido tema del tráfico de estupefacientes, inseparablemente unido a la guerrilla colombiana y con el cual cada vez con más frecuencia aparece vinculado el nombre de nuestro país.
EL ENEMIGO TÁCTICO
Por temperamento y porque es su única manera de ejercer el poder, el Presidente de la República necesita un enemigo que le sirva para pelear, para excusarse de lo que no hace o hace mal, y para distraernos. Ese enemigo es el imperio, casa matriz de la oligarquía y el capitalismo. No importa quién lo gobierne. Con el actual Presidente norteamericano, popular internacionalmente y liberal el libreto se le hace más difícil, pero buscará y encontrará el modo, porque le es indispensable. Eso sí, nunca dejará de venderle petróleo.
La garra más cercana del monstruo imperial vendría siendo Colombia y su oligarquía. Así era con Pastrana y es con Uribe. Y todo el que aquí discrepe, critique, se oponga o plantee una alternativa es un títere servil del imperio y, por lo tanto, un traidor a la patria.
Ese es el argumento. A partir de allí se construyen tramas, se escriben episodios, se improvisan escenas, como en una telenovela.
Uribe, por su parte, cuya sagacidad es real y cuya inteligencia es mucha, convierte a su vecino en una excelente palanca para ganar apoyos y, qué pena, tener que hacer lo que no quisiera. Lo provoca y el de aquí cae, le pone peines y el de aquí los pisa. Por lo pronto, ha logrado amarrar la alianza con EEUU, antes con Bush y ahora con Obama, y encontrar en las amenazas del de Miraflores el mejor argumento para seguir en la Presidencia.
EL PRECIO DEL SHOW
Todo esto sería pintoresco si no hiciera daño. El permanente show del Presidente lo pagamos en discordia y división entre nosotros, y en mala imagen para Venezuela en el exterior. Eso redunda en inversiones perdidas, oportunidades que se van, empleos que no se crean o desaparecen, calidad de vida que se deteriora.
Las relaciones entre Venezuela y Colombia son intensas y complejas. Cosas de la vecindad y la estrecha interrelación entre dos pueblos que conviven, en medio de sus semejanzas y sus diferencias, separados-unidos por una frontera anchísima y viva. De esos vínculos dependen miles de puestos de trabajo aquí y allá. Sin contar la multitud de familias que son binacionales. Esa realidad no admite caprichos y es afectada tanto por los ataques de amor como por los de encono, así que los vaivenes le hacen daño. Daño real, objetivo a personas de carne y hueso cuyas vidas el Presidente, embriagado de poder y preso de sus fantasías revolucionarias, desprecia olímpicamente.
Además, eso no es gobernar. Por esa distracción de tiempo y recursos en delirios de grandeza y otros dislates, la pobreza aumenta, los servicios empeoran, la delincuencia crece, la inflación sube, la producción cae y el país entero retrocede, se atrasa con relación al mundo y ofrece menos posibilidades de progresar a los venezolanos.
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Entre la segunda mitad del siglo XIX y la caída del llamado Muro de la Ignominia (noviembre de 1989) el lenguaje apocalíptico ensordeció al mundo. Refiriéndose a los soviéticos y por extensión a todas las autocracias militares, Arnold Toynbee les atribuyó una variante también apocalíptica, la manía o psicología del sitiado: ``Una ciudadanía movilizada permanentemente en campañas, batallas, victorias''. Y --me permito agregar-- con promesas heroicas sospechosamente abundantes: ¡el año de la victoria final!, o ¡el año del colapso definitivo del imperialismo! Las fechas arriba indicadas son convencionales porque a voluntad pueden extenderse en el tiempo. Toynbee las remontaba a la era de Licurgo.
Cualquiera comprende lo que quieren solapar estas movilizaciones, tan idóneas para arrollar las dudas con el estrépito de las consignas. Pero dado que fue el socialismo real el que vivió en fecha cierta su hecatombe, el lenguaje de todo el diapasón político devino --más allá de razones o sinrazones-- sereno y argumentativo.
No obstante, por lo menos dos líderes siguen atados a aquel estilo estridente, removiendo escombros y actualizando temas que estaban ya en el museo de antigüedades, junto a la rueca y el cuchillo de obsidiana.
Uno es Fidel. Volvió o lo hicieron volver a la palestra envuelto en visiones desconectadas incluso del paisaje cubano. Fidel no se retrata con Raúl, va a la Plaza Martí cuando aquel guarda silencio en Santa Clara, no menciona para nada los angustiosos temas de la reforma y los presos, que ocupan las horas del otro. ¿Cómo suplir, aplacar o solapar el complejísimo esfuerzo de realismo que exhiben los interesados en un cambio? ¿De qué otra manera sino volviendo al apocalipsis? Fidel sólo habla de la inminente catástrofe nuclear, y lo seguirá haciendo hasta regresar a su lecho de enfermo como una estrella nova, de luz y sombra instantáneas.
Para que su prédica no fuera como el chascarrillo de ``hoy no fío, mañana sí'', se atrevió a pronosticar que el mundo estallaría bajo envenenadas nubes atómicas antes de que culminaran los cuartos de final del mundial de fútbol. Llegaron y pasaron los cuartos de final, la semifinal y la final y nada, el mundo siguió sumergido en sus problemas habituales. ¿Creerán ustedes que --si no guardó silencio, cosa imposible-- el hombre cambió de discurso? Para nada. Fidel sigue con su tema y lo notable es la ausencia de corifeos. Todavía caminan con él, pero se cuidan de repetirlo.
El otro es Chávez, cuyo historial apocalíptico es de larga data. Ha denunciado magnicidios y golpes en su contra tantas veces como invasiones de yanquis, colombianos y hasta holandeses. Pero lo último es la nueva guerra con Colombia, justamente mientras el escándalo de los alimentos podridos pica y se extiende. Otros lo relacionan con asuntos que le arrebataron el sueño, tales como la delincuencia, el crecimiento menos cero, la inflación más alta de las tres Américas y, en lugar prominente, las elecciones de septiembre, que lo castigarán con votos, no con balas.
La guerra será ``defensiva''. La desatarán dos demonios: Uribe y Obama. Chávez aprovecharía para cargarse a los apátridas mientras ``con una lágrima en el corazón'' adelanta sus preparativos bélicos. Del otro lado, sorna y silencio. En medio de la indiferencia general, Chávez hizo vibrar los tambores de la guerra y anunció un alerta amarilla para la suspensión inmediata del envío de petróleo al imperio. Un suicidio que por supuesto no cometerá. ``Alerta amarilla'' repitió Rafael Ramírez, el de los alimentos descompuestos. ¿Pero cuándo reventará la trágica conflagración? Pues hombre, antes del día de la toma de posesión de Santos.
La hora cero, pues, es hoy sábado 7 de agosto. ¡Todos a sus trincheras y refugios!
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Llegó el momento para que definamos el papel de la oposición en la próxima Asamblea Nacional. Precisemos si se tratará de una oposición antagónica o, por el contrario, negociadora, pues el Parlamento continúa siendo el lugar privilegiado de la negociación o de la recomposición política de los conflictos socioeconómicos.
Advirtiendo que, en ninguna democracia el Gobierno le dice a la oposición cómo debe ser. La oposición tiene el deber de contender con el Gobierno demostrando ser un gobierno alternativo. Al fin y al cabo, democracia es confrontación-enfrentamiento entre Gobierno y oposición bajo un conjunto de reglas, normas y leyes.
La oposición resulta eficaz si convierte en alternativa concreta, cuando consigue una presencia social, una difusión cultural y un papel político consolidados. La oposición consiste en representar y proteger, individual y colectivamente, a los electores que le han dado su voto; en defender las reglas del juego político-institucional, pero también en reformarlas con el objetivo de mantener abierta la competitividad política y promover los intereses de los grupos a los que se dirige para transformarse en mayoría, es decir, para ganar las elecciones.
Una oposición que se respete, que tenga la voluntad de crecer y, por eso mismo, de convertirse en gobierno y mantenerse en él, valorará su función de intermediaria entre la sociedad y el Parlamento; siendo así deberá cumplir un doble papel: oposición política y oposición social.
De modo tal que su fuerza social deberá y podrá traducirse luego en consenso político-electoral, capaz de garantizar y reforzar el papel de oposición parlamentaria, aunque no únicamente tal. Su fuerza político-parlamentaria permitirá la explicación de un papel de control, de dirección y contrapropuesta, incluso de acceso a recursos que, por el contrario, permitirán un enlace eficaz, estrecho y provechoso con aquellos sectores de la sociedad que ya representa o pretende representar. En síntesis, el arraigo social de la oposición constituye la condición previa para su arraigo institucional; y, a su vez, el arraigo institucional refuerza el de índole social.
Si la oposición pretende competir para sustituir al Gobierno será posible extraer de sus pronunciamientos una estrategia quizás coherente, unos objetivos probablemente alternativos y una posición "sistémica" claramente antagónica. Entonces, una oposición achantada en tiempos de cambio o, en cualquier caso, en tiempos en que el Gobierno se inclina al exceso y atropello, se arriesga a reducir su fuerza y, por eso mismo, su propia representatividad. Sólo una oposición que se arriesgue a salir a mar abierto podrá, aun antes de ganar elecciones, parecer y ser representativa y representante de muchos de aquellos grupos cuyos intereses se agraden, cuyos ideales se olvidan y cuyos valores se pisotean.
Nuestra oposición debe tomar conciencia de que debe ser al mismo tiempo, aunque no necesariamente del mismo modo y simétricamente, parlamentaria y social. Las opciones son únicamente dos, o ser una oposición antagónica que quiere transformar y, en cualquier caso, derribar el sistema (chavista), o ser una oposición negociadora que quiere prosperar dentro de éste. La primera pretende destruir las reglas, la segunda quiere adquirir recursos.
Entonces, ante este régimen autoritario y militar-militarista, dispuesto a eliminar la democracia, sus instituciones, principios y valores, la oposición en la Asamblea Nacional debe ser inquebrantablemente antagónica. Ese Parlamento no puede ser nunca un remanso de paz sino, como entonaban Willy Colón y Rubén Blades, "...casa de palo, puños y bofetada".
www.juancarlosapitz.com
justiciapitz@hotmail.com
A cada momento escuchamos la palabra "fascista" como una manera de insultar a los grupos que hacen oposicion en Venezuela y que me atrevo a decir que son verdaderamente disidentes, porque para que exista una "oposicion" se necesita que se repeten las reglas de juego democraticos, por parte de todos y en especial por quienes ostenta el poder.
Ojala y mis conocidos chavistas puedan detenerse a leer estas líneas hasta el final y que son fruto del hondo pesar que siento ante hechos que estan ocurriendo y que en las ultimas semanas se han acelerado.
El fascismo fue un movimiento politico y social de carácter totalitario que se produjo en Italia por iniciativa de Benito Mussolini despues de la Primera Guerra Mundial (1922-1945). Se aplica a similares doctrinas en otros paises; es sinonimo de excesivamente autoritario. Un regimen fascista descansa en cuatro principios :
(1) Culto al jefe, el unico lider siempre tiene la razon.
(2) Supremacia del partido politico, que se identifica con el gobierno.
(3) Consenso de la nacion (Favorecido mediante campañas propagandistas)
(4) Supuesta supremacia del pais, hacia el interior por sus politicas
dirigidas a ciertos sectores sociales y hacia el exterior por
"conquistas"diplomaticas o militares del gobierno.
En la epoca de Mussolini los miembros de su partido politico se uniformaban con "camisas negras" y atacaban cualquier manifestación que se opusiera al gobierno, frente a la mirada de la policia y el ejercito italiano que no tomaba ninguna accion para impedir esos hechos de violencia.
Algo similar ocurrio durante el nacional-socialismo de Hitler, en donde sus partidarios usaban como uniforme "camisas pardas".
En historia mas recientes regimenes de similar corte como Haiti crearon los "tom-tom macoute", en la Panama de Noriega "los batallones de la dignidad" o en Cuba los "comites de defensa de la revolucion" para agredir a cualquiera que trate de oponerse al gobierno de turno e impedir la disidencia de manera autoritaria.
Hago esta acotacion porque muchas veces repetimos una palabra sin conocer su verdadero significado.
Hoy dia en nuestra amada Patria se ha desatado una violencia tal que no creo tenga comparacion con ningun hecho politico en nuestra historia republicana.
El pasado viernes fue profanada la Sinagoga Hebrea ubicada en Mariperez, asaltada por un grupo armado, que ocasiono destrozos en las instalaciones y dejaron pintas claramente antisemitas, hechos ante los cuales siento una profunda verguenza con mis compatriotas, mi Familia y en especial con mis amigos y conocidos hebreos.
Todo parece ser calcado con un mismo guion : en primer lugar el verbo encendido del lider de la revolucion bolivariana pareciera dictar directrices para que se tomen acciones en contra de instituciones, religiones o personas; luego a los pocos dias vemos organismos oficiales o grupos violentos cumpliendo las ordenes ante la mirada indiferente de los cuerpos de seguridad, y finalmente un personero del gobierno manifiesta un "completo rechazo" a los hechos acaecidos y promete "investigar" hasta las ultimas consecuencias.
Fue asi como vimos destrozar la estatua de Cristobal Colon, atacar iglesias catolicas, la sede de Fedecamaras, la Nunciatura Apostolica, las Embajadas de España o Estados Unidos, etc. O de otra manera el SENIAT, IVSS, INDEPABIS, etc., ejercen una supervison "rutinaria" de una clinica que supuestamente no atendio diligentemente a un dirigente de la revolucion o de una cadena de automercados que no acepto empaquetar productos con logos revolucionarios, luego de lo cual aplican cierres y multas.
Como catolico, verdaderamente no entiendo a ciertos feligreses de mi credo, quienes aceptan complacientes que desde el gobierno se insulte a sacerdotes, incluyendo al Papa o al Cardenal Urosa, o como profanan iglesias ocasionando destrozos, haciendoles creer que existen diferencias entre ellos y que unos aman al pueblo, mientras otros hacen gestiones para oprimirlos y todo por el simple hecho de no estar de acuerdo con los lineamientos del gobierno.
Todo esto me deja una profunda reflexion, actualmente me veo obligado nuevamente a votar, . Puesto que el camino legal que nos queda es el democratico pondre todo mi esfuerzo para que la MUD gane en esta contienda y de esa manera tratar de impedir que se continue en esta escalada realmente fascista en mi Patria.
Las características del fascismo según Humberto Eco son:
a) El fascismo cultiva un gran culto a la tradición, a los héroes y padres fundadores y trata de presentarse como continuación de su epopeya inconclusa que, ahora sí, alcanzará su culminación gloriosa.
b) El fascismo rechaza el pensamiento crítico, y considera el desacuerdo como traición. Le tiene terror a la diversidad y las diferencias y por ello trata de unificar el pensamiento, las costumbres y hasta la forma de vestir.
c) El fascismo hace un llamado a las masas frustradas y marginadas pues busca presentarse como un movimiento de redención y liberación. Por ello, apela con fuerza al sentimiento y a la fidelidad irracional.
d) El fascismo cultiva el nacionalismo y la xenofobia y necesita vivir en un ambiente y clima de guerra permanente, por lo que resulta frontalmente antipacifista.
e) El fascismo cultiva el heroísmo, el culto a la muerte y abusa del lenguaje épico.
f) El fascismo promueve y alimenta el populismo y busca concentrar en la figura del Jefe todos los poderes. Por eso, necesita instituciones sumisas pues no permite la diversidad ni la divergencia.
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Ayer fui atendido, con una amabilidad poco común, por una de las cajeras del banco ‘X’ donde tengo mis menguadas cuentas, el mismo en el que suelo cobrar mi pensión de vejez del Seguro Social venezolano. Es una atractiva joven de tez blanquísima y de unos ojos azules transparentes, casi grises, que delatan su antepasado nórdico, un ascendente que literalmente desaparece cuando se despide de mí con un maracuchísimo voceo.
Días antes, el corpulento mecánico que repara mi cacharrito desde que se comenzó a averiar semanalmente (hace ya como diez años), me sorprendió llevándomelo hasta mi casa, reparado y limpiecito ¡Irreconocible! Vino acompañado con el asistente más antiguo de su taller, quien amablemente retiró con un trapo, casi tan ‘usado’ como su overol, las huellas que sus dedos dejaron en la puerta.
Y no fue sino hasta la semana pasada que me enteré que el hijo menor de mi vecina, una tenaz luchadora social que levantó a sus cuatro muchachos como madre soltera, recibió un reconocimiento como el mejor alumno de los últimos años de la E.T.M. la prestigiosa escuela teatral municipal de Maracaibo.
Las tres historias tienen un denominador común exógeno a mí: Los tres protagonistas son homosexuales. ¿Qué los hace diferentes ante nuestra sociedad? ¿Por qué sus preferencias sexuales son tan notoriamente rechazadas aún en este incipiente Siglo XXI? ¿Dónde está escrito el anatema que los condena a vivir una ‘doble vida’ como resultado de un terrible rechazo social?
Para responderme con total honestidad debo volver la vista hacia mi pasado y fijarla en el macro ambiente social de la sociedad donde nací y viví hasta los 17 años: La cultura social norteamericana, una sociedad segregacionista, conservadora y pacata, pero con un Martin Luther King vigoroso, marchando en Washington por los derechos de las minorías ‘de color’. Época de euforias políticas y militares estadounidenses post Segunda Guerra Mundial, que para nada presagiaban la debacle, también política pero fundamentalmente militar, que sufriría el U.S.A. Army y el gobierno norteamericano pocos años más tarde en Vietnam. Nací en Washington D.C. y me crié en Maryland durante aquellos días de los ‘malasangrosos’ letreritos ‘No color people and no dogs’ y aunque mi madre era una mujer rubia, de complexión y apariencia similar a la cajera del banco ‘X’, mi padre era de origen latino, venezolano y militar para más señas, portador de una carga cultural machista y homofóbica que entonces era bien vista en aquella sociedad norteamericana pero también en el contexto social latinoamericano, desde el Río Grande hasta La Patagonia.
Las preferencias homosexuales son tan notoriamente rechazadas porque la sociedad impone a sus ciudadanos desde la más tierna infancia, valores éticos y morales homofóbicos, a través de los parámetros matrizados desde la formación familiar y educacional, con los que se estimula esa oprobiosa diferencia, a través de un sistemático plan de aprendizaje cultural en el que determinados roles y papeles de comportamiento que son estrictamente atribuidos a sus miembros, incluso desde antes de nacer. Se trata de una diferencia tan oprobiosa como lo fue en su momento la segregación social por el color de la piel, o las otras segregaciones que la humanidad ha padecido porque un grupo comulgue con una Fe distinta al canon religioso ‘oficial’, o porque un determinado origen o raza –presuntamente ‘puros’- determine una jerarquización entre los elegidos de una presunta raza superior y los demás, considerados como ciudadanos de segunda categoría.
Esa injusta diferencia se sustenta en el falso escrúpulo moral que ha difundido la sociedad occidental, acompañada y perfeccionada perversamente con la visión fundamentalista de las religiones monoteístas que anatemizan y castigan a la homosexualidad, pero también por quienes, como el que escribe, aún vemos con el entrecejo fruncido las demostraciones públicas de afecto entre personas del mismo sexo. Todos, homosexuales y heterosexuales, somos las víctimas de los procesos de esa socialización cultural, y aunque no podamos revertir la matrización social que nos estigmatiza, somos los heterosexuales quienes tenemos la obligación histórica y moral, aún por encima de nuestros prejuicios, de desarrollar y estimular tolerancia y comprensión hacia cualquier manifestación de diversidad cultural, como un esfuerzo sincero de nuestra parte hacia unas personas tan iguales en virtudes y defectos a cualquier ser humano.
Si con nuestro silencio y nuestra conducta continuamos respaldando la segregación social a un grupo de nuestros semejantes por su preferencia sexual... Si permitimos que nuestros prejuicios culturales se impongan a la razón entonces estaremos fomentando el castigo a la diversidad, en este caso por preferencias sexuales, pero que mañana puede ser por otros motivos baladíes, como la segregación a los zurdos, a los incapacitados o ¿Por qué no? A los que no respondamos a un determinado patrón estético. El silencio y los prejuicios culturales son la cerradura y la llave que le cierra las puertas a una hermosa cajera de banco, a un fornido mecánico automotriz y a una promesa teatral, porque paradójicamente son los mismos instrumentos que abren una ventana hacia el más oscuro y vergonzoso pasado de la humanidad.
Por mi parte, y a contrapelo de mi carga cultural, estoy haciendo el esfuerzo sincero por no arrugar más el entrecejo al observar a un hombre o a una mujer manifestar públicamente su afecto a otro de su mismo sexo. No es fácil a mi edad pero es necesario para estimular la tolerancia y la comprensión. Y tú, respetado lector ¿Cómo enfrentas este conflicto cultural que plantea la diversidad de género?
andresmorenoarreche@gmail.com
La caída en la producción y en el consumo, no son consistentes con los ingresos petroleros reportados
Al fin las bancas de inversión internacionales hacen eco de las advertencias de muchos analistas locales sobre la situación económica venezolana. En todas las crisis financieras registradas en mercados emergentes durante los últimos veinte años (México, Asia, Rusia) los locales fueron siempre los primeros en salir, adelantándose a los inversionistas internacionales (y señalándoles el camino). Pero entre los analistas, que trabajan en bancas de inversión internacionales que suelen ser contratadas por los gobiernos para la emisión de deuda soberana, siempre ha existido cierta tendencia a mantener sus perspectivas "positivas" aun en presencia de signos evidentes de deterioro. Ese fue el caso de Venezuela hasta hace muy poco.
Un informe reciente de Morgan Stanley (agosto 2) ofrece el tradicional balance de las cuentas externas venezolanas. Se calcula la demanda de dólares para 2010-2011, suponiendo importaciones estables y éxito en el control de la fuga de capitales, entre $ 58.000-62.000 millones. Se contrasta con la oferta de dólares (petróleo), según estimados oficiales entre $ 62.000-66.000 millones. Siendo así, existiría un superávit de $ 4.000 millones cada año, que podría apuntar hacia cierta estabilidad de la moneda (¿en sus cuatro diferentes tipos?). Pero ahí empieza lo bueno (y lo nuevo). Ahora las bancas de inversión reconocen que "las estadísticas del BCV reflejan las cifras de Pdvsa, en lugar de los flujos de efectivo observados".
A partir de la cifra de exportaciones de Pdvsa (2.5 millones de barriles día) se introduce un primer ajuste por los 700 mil barriles diarios vendidos bajo "mecanismos de financiamiento con más que dudoso valor de recuperación". Además, se introduce un ajuste por el hecho de que las exportaciones petroleras a Asia (China) "podrían no estar hechas a precios de mercado, sino más bien a descuento" (Fondo Chino). Utilizando los precios a futuro para estimar ese descuento, la cifra total de ingresos petroleros para ambos años llega sólo a $ 43.000-45.000 millones. Es decir, 31% menos del estimado "oficial", o un déficit de $ 33.000 millones en sólo dos años (2010-2011). No termina ahí. Falta aún por ajustar los volúmenes de exportación reportados por Pdvsa. Suponiendo que la OPEP (2.2 MBD para Venezuela) refleja exportación en lugar de producción, se hace un ajuste adicional que lleva los ingresos en divisas a $ 34.000-36.000 millones; 45% menos de la estimación inicial, o un déficit combinado en 2010-2011 de $ 51.000 millones (imposibles de financiar vía deuda). NOW WE ARE TALKING.
Quizás el cambio en la percepción se deba, más que a la insistencia de los analistas locales, a la difícil situación que atraviesa el país. Nuestras carencias no se corresponden con las estadísticas oficiales. La improvisación cambiaria, las políticas fiscales desesperadas para levantar ingresos (emisión de deuda interna a 14% de adquisición obligada para cajas de ahorro y fondos de pensiones de empleados públicos, aumento de la tasa aeroportuaria, cobrar por la planilla de datos de inmigración), la fuerte caída en la producción y en el consumo, no son consistentes con los ingresos petroleros reportados. Y pronto vamos a ver más.
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Lo que ocurre en Caracas no desconcierta a nadie. La capital es un inmenso teatro donde se mueven bandas organizadas, pandillas callejeras o simples maleantes
Ya ninguna clase de crimen, robo, asalto, secuestro express o muerte por un episodio de violencia, sorprende al país. Lo que ocurre en Caracas no desconcierta a nadie, por más extravagantes y rocambolescos que sean los actos criminales. La capital es un inmenso teatro donde
se mueven bandas organizadas, pandillas callejeras, tribus urbanas o simples maleantes que han decidido ganarse la vida atracando gente o robando lo ajeno. En el Metro grupos organizados han asaltado dos vagones repletos de personas, en su mayoría ciudadanos humildes que iban o venían de sus trabajos. El último, que ocurrió hace apenas unos días en El Valle, al parecer fue perpetrado por una de las llamadas “tribus urbanas” que se desplazan por la ciudad. Estos son grupos de jóvenes, en su mayoría adolescentes, ataviados con una indumentaria que los hace parecer como miembros de una secta o de una horda fundada en códigos compartidos e inviolables. Después de este capítulo, un grupo de malandros, también en El Valle, a plena luz del día, bajó armado de los cerros hasta la Intercomunal, para hacer su agosto con los transeúntes y pasajeros que habían quedado atrapados en esa vía, luego de una protesta de unos buhoneros porque sentían vulnerado su derecho a trabajar. La PM claudicó frente al embate de los cuatreros. Ante la mirada atemorizada y cómplice de los uniformados, los asaltantes dejaron en la carraplana a sus desgraciadas víctimas.
En 2010 se proyecta una cifra que da
escalofrío: entre 15 mil y 16 mil muertes violentas, la mayoría de ellas producidas en eventos donde interviene la delincuencia. No es por casualidad, entonces, que sea este el problema que más preocupa a los venezolanos. El número de robos y sucedáneos en los que no hay víctimas que lamentar, ya ni siquiera se contabiliza. La gente que los sufre agradece que los males no hayan sido mayores. El país siente que está sometido a una guerra asimétrica, por lo desigual, con el hampa. Lo peor es que muchos de los delitos, incluidos los asesinatos, son perpetrados por policías o expolicías, alrededor de 25 %.
¿Por qué un gobierno, por demás militarista, que parece un carrito chocón porque hoy le declara la guerra al Cardenal, mañana a Colombia, simultáneamente a la MUD, más tarde a los gobernadores y alcaldes de la oposición, y un poco más allá a Imperio, que nada le ha hecho, no le declara la guerra sin cuartel al hampa? Resulta extraño. ¿Por qué un gobierno que encarcela a la jueza Afiuni, le aplica una pena cruel e injusta a los comisarios, mantiene preso a Baduel, persigue a Manuel Rosales, hostiga con sus huestes tarifadas a Globovisión y se ufana de haber creado la milicia bolivariana, no combate a los malhechores? También resulta extraño.
Estoy convencido de que la apatía criminal del gobierno frente al auge desbordado del delito no es casual. Forma parte de una política destinada sembrar el terror y a minar las bases de la ciudadanía, las cuales no han podido ser destruidas luego de once años de autoritarismo. El crimen y la violencia le resultan funcionales al gobierno. Constituyen una pieza clave del proyecto de aniquilación de la sociedad civil independiente, autónoma y compleja que la democracia fue creando después de la muerte de Juan Vicente Gómez, y que se expandió y fortaleció con el surgimiento de los grandes partidos políticos, los sindicatos, gremios, asociaciones vecinales y toda esa amplia red de agrupaciones que la transformación urbana y la élite política estimuló que emergieran. En la actual etapa de la revolución los forajidos, los desadaptados, los transgresores de todo pelaje y, sobre todo, los criminales, integran un cuerpo de choque –aparentemente desvinculado del gobierno y del Estado- que cumple las tareas sucias que a los aparatos de seguridad del Estado no les conviene realizar de manera directa. Entre estas tareas se encuentra estimular que una clase media atemorizada se vaya del país.
Los jerarcas del gobierno no son tocados por la inseguridad y la violencia, o apenas lo son ocasionalmente. Andan blindados con herméticos cordones de seguridad a su alrededor. Así ocurrió en Cuba durante los primeros años de la dictadura comunista. Pasado cierto tiempo, el hampa se convirtió en un problema y en un obstáculo que fue removido sin piedad por Castro. Esa fase no ha llegado ni llegará aquí. Antes saldremos del comandante por la vía de los votos, pues el pueblo que antes lo apoyaba no está asustado, sino asqueado por la forma como el caudillo se desentendió de la vida de los pobres.
trino.marquez@gmail.com
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Chávez: "es mentira que aquí se quiera implantar un sistema socialista marxista". Lo más duro ha sido la entrega del país a los cubanos
Un verdadero problema para Chávez eso de ser comunista y tener que negarlo o, al menos, bajarle el tono al asunto. Y es difícil por la sencilla razón de que sí es comunista efectivamente, al menos de la boca para afuera y en sus ejecutorias en el diseño de país que adelanta y, muy especialmente, por la junticas que exhibe. Un militar comunista. Cosa rara, pero es un hecho. Cuando todo el mundo en Venezuela creía que se había salvado de vivir a la cubana, después de viejos agarramos viruela.
Lo más duro ha sido la entrega del país a los cubanos. Los comunistas de Fidel, con fama de vividores más allá de cualquier revolución, se metieron aquí, con la alcahuetería de los militares, hasta en la propia Fuerza Armada. La avanzada de Castro está en ministerios, notarías, puertos, importadoras de comida, en la agricultura, en la producción, en deportes. En todas partes. Diseñan la estrategia comunicacional del Gobierno y son los consejeros de almohada del jefe. Eso de ¿jau ar yu Fidel?, no es gratis. Es el mensaje al socio, al padre. ¿Estamos en línea? ¿Vamos bien? Así que por el lado cubano es imposible esconder por dónde cojea el chavismo. Los cubiches están metidos hasta en los negocios de Pudreval. ¿Cómo negar la entrega del país a todo lo que signifique comunismo? Ahí andamos de la mano con Irán o regalándole real a un sádico en ejercicio. Cualquier bichito que declare que es socialista pro Chávez y, además, despotrique del imperio, tiene ganado su puesto en la taquilla.
Pero donde está el punto que deja a Chávez bañado y vestido frente a todos, como Pujol frente a la Reina, es en las bases programáticas del partido político que gobierna este país y que además tiene la intención de seguir haciéndolo con la misma jefatura y por los siglos de los siglos. Se trata del partido de la administración pública, del partido a juro de los empleados públicos: el glorioso PSUV.
Escribió Francisco Olivares hace poco en El Universal: "En las bases del PSUV dice que se declaran marxistas como ideología rectora, se proponen eliminar la propiedad privada sobre los medios de producción y del comercio privado. Eliminarán el concepto de la separación de poderes. Se declaran públicamente enemigos de la jerarquía de la Iglesia y de Estados Unidos, país que señalan como enemigo principal del Nuevo Estado Socialista. Una copia al carbón de Cuba. Una copia del sistema Soviético. Una copia del diseño de nación de Fidel Castro".
¿Quién es el jefe de este partido, el PSUV? Hugo Chávez, quien sin ninguna pena a la mentira descubierta, afirmó "es una mentira como un sol que aquí se quiera implantar un sistema socialista marxista".
Como dicen, por más que se tongonee siempre se le ve el bojote
erojas@eluniversal.com
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Durante las últimas dos semanas de Julio, el presidente venezolano Hugo Chávez estuvo más activo que de costumbre, lo cual ya es mucho decir. Veamos un resumen de sus principales acciones recientes:
* El lunes 12, la policía política cubano-venezolana que opera en Caracas bajo las órdenes del dictador detuvo en su domicilio al dirigente opositor Alejandro Peña Esclusa, que ahora guarda prisión en las instalaciones del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin). “Venezuela necesita líderes dispuestos a sacrificarse porque hay tanto desencanto y descreimiento que debemos proporcionarle al país dirigentes que den testimonio de su amor por Venezuela. Es la única forma de levantar la moral del pueblo”, dijo Peña Esclusa en una carta que dirigió desde la cárcel a la opinión pública de su país. ¿Chávez está loco?
* El jueves 15, la Cancillería de Venezuela entregó en Santiago al gobierno democrático de Chile una protesta de la Asamblea Nacional controlada por el chavismo en la que aludió a los integrantes del Senado chileno como “herederos del sanguinario dictador Augusto Pinochet”, luego de que ese cuerpo legislativo resolviera enviar a Caracas una misión de observadores para las elecciones parlamentarias previstas para el 26 de setiembre. El Senado de Chile, con el apoyo de los principales partidos del gobierno y de la oposición, había acordado que los comicios legislativos venezolanos fueran presenciados in situ por parlamentarios de esa nación. El acuerdo fue respaldado por la senadora Isabel Allende Llona, sobrina del ex presidente socialista Salvador Allende, derrocado por Pinochet en 1973 durante un golpe de Estado.
“¿Qué se creen que son estos senadores? ¡Qué cosas estas burguesías! ¡No sean ridículos! Ustedes no entran, no van a entrar”, bramó Chávez cuando se enteró de la intención de los parlamentarios chilenos. Hernán Larraín, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado chileno, opinó que “la reacción venezolana es un reflejo de la intolerancia propia de dictaduras” y argumentó que el propósito que animaba a sus colegas “está en línea con la Carta Democrática Interamericana”. ¿Chávez está loco?
* El viernes 16, por la mañana, el comandante Chávez anunció que se proponía romper relaciones diplomáticas con Colombia, luego de que el gobierno democrático del presidente Álvaro Uribe anunciara que unos días después presentaría ante la Organización de Estados Americanos (OEA) “pruebas irrefutables” sobre la presencia de cinco cabecillas de las guerrillas colombianas de las FARC y del ELN en territorio venezolano, protegidos por la dictadura venezolana. “Si siguen con su locura, yo en las próximas horas voy a romper relaciones con el gobierno de Colombia” advirtió Chávez en una de sus tantas cadenas de radio y televisión. Las evidencias fueron presentadas y el comandante negó su verosimilitud. No obstante, Chávez ha considerado que las FARC y el ELN no son organizaciones narco-terroristas –como están sindicadas en todo el mundo democrático– sino “fuerzas políticas beligerantes” legítimas. ¿Chávez está loco?
* El sábado 17, en horas de la madrugada, la televisión venezolana transmitió el macabro video de la exhumación de los restos del libertador Simón Bolívar, bajo los acordes del himno nacional de Venezuela. “Ahí está Bolívar vivo, más que un esqueleto. No es un esqueleto, es el gran Bolívar que ha vuelto. Ahí está lanzando su rayo sobre un pueblo que lo amará para siempre”, declaró Chávez con el rostro desencajado, siempre en cadena de radio y televisión. Bolívar falleció víctima de tuberculosis en 1830 y sus restos descansaban en el Panteón Nacional de Caracas desde 1876. Pero 180 años después, a Chávez se le ocurrió que Bolívar no murió de tuberculosis sino que fue asesinado.
Y entonces, demostrando que en Venezuela se mueve como un dictador que hace lo que le viene en gana, simplemente mandó desenterrar la urna para que medio centenar de “especialistas” de la Fiscalía General y del Cuerpo Técnico de la Policía Judicial dictaminen lo que él ordene. Ya llegará el veredicto: “Bolívar fue asesinado hace 180 años por los imperialistas antecesores de Barack Obama”. El director de la Academia Nacional de Historia de Venezuela, Elías Plinio Iturrieta, negó la existencia de cualquier indicio que permita suponer que Bolívar fue asesinado. “No existe un mínimo fundamento científico que justifique este espectáculo nocturno. Ningún historiador sensato puede avalar la hipótesis del asesinato de Bolívar. No queda sino pensar que esta es una manera de que los tontos se ocupen de una muerte de 1830 y no de los desmanes que estamos viviendo en este momento”, afirmó Iturrieta. ¿Chávez está loco?
* El lunes 19, el comandante anunció que su gobierno se apropiará de casi el 50% de las acciones del único canal crítico que queda abierto en Venezuela: Globovisión. Los propietarios de Globovision, Guillermo Zuloaga y Nelson Mezerhane, están exiliados en Estados Unidos. Chávez ha pedido al gobierno de Obama que los extradite y los acusó de “delincuentes”. La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) advirtió a los organismos multilaterales, así como a las instituciones defensoras de la libertad de expresión y de los derechos humanos, sobre el “inminente peligro” que implican para la libertad de expresión las intenciones de Chávez de adueñarse de Globovisión. La estrategia del gobierno “no es otra que ocupar con impunidad legal y judicial a un medio que no pudo doblegar como lo hizo con otros, a los que cerró impunemente”, dijo Alejandro Aguirre, presidente de la SIP.
Aguirre recordó la clausura de Radio Caracas Televisión (RCTV) en 2007, así como otros canales de TV y docenas de radios cerradas a principios de este año. En tono burlón, el presidente venezolano dijo que no se trata de una “expropiación” sino de una “incorporación al negocio” y anunció que Mario Silva y Alberto Noria, dos exégetas del chavismo que todos los días practican el terrorismo verbal desde la red estatal de televisión en los programas “La Hojilla” y “Los papeles de Mandinga”, podrían integrarse al Directorio de Globovisión. El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Philip Crowley, decartó cualquier posibilidad de que Washington extradite a los directivos de Globovisión y, en cambio, anunció que el gobierno del presidente Obama estará “observando cuidadosamente” qué hará Chávez con la emisora privada. Crowley recordó que en el pasado, la televisora ya estuvo “sujeta a intimidaciones del gobierno” chavista y precisó que “Globovision juega un papel importante en Venezuela y la sociedad civil”. ¿Chávez está loco?
* El martes 20, el mandamás venezolano anunció que quitará “privilegios” a la Iglesia Católica, luego de que el arzobispo de Caracas, cardenal Jorge Liberato Urosa, acusara al gobierno de estar llevando al país por el camino de un “socialismo marxista”. Eso, que es verdad, fue respondido por el propio Chávez insultando a todos los obispos, en una nueva cadena de radio y televisión. Les llamó “trogloditas” y “cavernícolas”. ¿Chávez está loco?
* El jueves 22, Chávez decretó la “ruptura total” de las relaciones diplomáticas entre Venezuela y Colombia, ordenó a las Fuerzas Armadas el estado de “alerta máxima” en la frontera común que separa a ambos países y puso a su país al borde de la guerra. El presidente venezolano dio semejante noticia a su pueblo mientras reía a carcajadas con Diego Maradona, el impresentable drogadicto argentino que llevó al fracaso durante el Mundial de fútbol de Sudáfrica a una de las mejores selecciones albicelestes de todos los tiempos. Ambos festejaban la dramática situación prebélica como si se tratara de un partido de fútbol. ¿Chávez está loco?
Después de repasar esta increíble sucesión de hechos gravísimos protagonizados por el dictador venezolano, cualquier persona sensata podría concluir que, efectivamente, Chávez está rematadamente loco. Yo, más bien, me inclino por pensar que está desesperado, muy nervioso y que algo debe estar por ocurrir más temprano que tarde en Venezuela. Después de todo, casi todo el mundo occidental creía que Hitler estaba loco cuando corría la década del ‘30. Y, como lo demostró la historia, Hitler no estaba loco.
(·) Claudio Paolillo es director y editor general del semanario uruguayo “Búsqueda”.
claudio.paolillo@gmail.com
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