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LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
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martes, 29 de septiembre de 2015

LUIS FUENMAYOR TORO, TETAS PARA TODOS

Nunca estaré del lado de Colombia en conflictos con mi país. Su oligarquía y sus gobiernos nos han quitado mucho territorio históricamente, se han aprovechado de circunstancias internacionales para despojarnos y siempre han salido gananciosos en sus enfrentamientos con nuestros gobernantes, hayan sido civiles o militares, electos o impuestos, “revolucionarios” o conservadores. Mientras nuestros vecinos, que no hermanos, han tenido muy clara la importancia de su integridad territorial y de la expansión de su geografía, nuestros gobiernos, clases sociales dominantes y sus partidos, han sido muy condescendientes y desprendidos en relación a la posesión del territorio, que una vez perteneciera a la Capitanía General de Venezuela.

Incluso, el Partido Comunista ha mantenido la tesis de que un pedazo de tierra no es suficiente para el enfrentamiento fratricida, por lo que es mejor dejarlo en manos de nuestros “hermanos”. Hasta Alí Primera lo dijo poéticamente en una canción: “Ese pedazo de tierra no alcanzará para enterrar nuestros muertos”. De allí, la nula participación del PCV en los reclamos territoriales y su estrecha relación con las FARC, a quienes considera un ejército libertador bolivariano, como si estuviéramos en la primera mitad del siglo XIX, cuya presencia en nuestro territorio es normal, lógica y deseada. Curiosa coincidencia del PCV en su desinterés con nuestros oligarcas, que se dan por bien servidos si sus similares colombianos los incorporan en una parte de sus negocios.
Las mismas concepciones y afectos han movido al gobierno chavecista todos estos años. Son nuestros hermanos, circulan libremente por la frontera, los cedulamos para que voten en nuestras elecciones, tenemos 6 millones (20 por ciento de la población) viviendo en nuestro territorio y controlando nuestros barrios, sus guerrilleros acampan en nuestro suelo y controlan pueblos y ciudades, así como el tráfico del oro y el coltán, para no hablar de narcotráfico y del resto del contrabando. Y aquí… Todo el mundo contento. Los políticos empeñados en ganar sus elecciones y seguir chupando de las tetas nacionales: petrolera, minera, cambiaria, importadora, contrabandista, comisionista, etc. Y hay para todos, incluyendo a los revolucionarios de las FARC y el ELN.
Con este escenario y una práctica de siglos es imposible creer en deportaciones masivas, que no llegan al 0,1 por ciento de los ilegales existentes. Enfrentar a los paramilitares y olvidar a los principales (FARC y ELN) es otra gran farsa; y sin enfrentarlos no hay lucha real contra el contrabando de alimentos y bienes subsidiados. Farsas y mentiras allá y acá, que ocultan los objetivos verdaderos, que en sus últimas fases se desarrollaban con dificultad en Cuba, pero que de repente avanzaron vertiginosamente para complacencia de EEUU, el Papa, Santos, Timochenko, Cuba y el Gobierno venezolano.   
Luis Fuenmayor Toro
lft3003@gmail.com
@LFuenmayorToro

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viernes, 25 de septiembre de 2015

AIXA ARMAS, 6D: CONSTRUIR FUTURO E INTEGRAR SUEÑOS PARA TODOS, EDITORIAL MUJER ANALÍTICA

¿Por qué, luego de salir de la dictadura perezjimenista, los venezolanos se comprometieron con la democracia? ¿Y por qué ahora  los mismos venezolanos permiten que se les despoje?

Ambas interrogantes poseen respuesta: Los venezolanos de la posdictadura se propusieron construir democracia. Mientras, en el presente, los venezolanos opositores a este "proceso revolucionario" nos hemos dedicado solamente a redimir la democracia; una acción cuya fuerza de avance es lenta y que se ralentiza por la violencia que impone el régimen por vías directa o indirecta.
Por eso, cuando llamamos a los jóvenes a liberar la democracia, la convocatoria es casi nula; ellos no quieren epopeyas violentas sino construcción de futuro seguro. Y, hacia allá, debe dirigirse el discurso político.
Cuando construimos nos deshacemos de lo que no sirve para diseñar, edificar y organizar aquello que nos es útil, lo que sirve. Mas, cuandoredimimos, introducimos algunos cambios aun cuando, en esencia, dejamos lo anterior tal como estaba. Es la señal de "cambiar algo para que nada cambie", como bien lo planteó Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1896-1957) en su novela El Gatopardo.
Este razonamiento se puede aplicar al chavismo puro, popular, pues cuando hablan de su revolución, de su proceso, lo hacen desde un ideal que tiene, a pesar de la debacle, mucha fuerza y tantos adeptos porque ellos asumen que están construyendo la nueva Venezuela, la Venezuela distinta. Ese es un empuje que rompe paradigmas, que genera potencia, optimismo, esperanza, recrea el sueño de la ilusión dormida que ha despertado con nuevos elementos. Una utopía que supera la propia individualidad y que se masifica en expresiones como "con hambre y sin empleo, con Chávez me resteo", porque esa pujanza aventaja al mismo chavismo político.
La paradoja se presenta cuando la realidad, por tanta corrupción, tanta inseguridad, tanta escasez, y tanta ineptitud de quienes dirigen el gobierno, hace evidente que ese "sueño puro y solidario" se tambalea y, a pesar de ello, todavía exista esa fuerza "chavista" en la mitad del país, donde la gente hizo suya ese visión de otra Venezuela chavista.
De este lado de la acera democrática también tenemos un sueño, con una diferencia: es una visión que convoca y no divide, con un crecimiento cada vez mayor por estar a tono con las soluciones y exigencias del país. Nuestro sueño, que pertenece a todos, tenemos que convertirlo en narrativa, en discurso político, en mantra. Hacerlo es una de nuestras tareas en esta campaña, camino al 6D: narrarlo, transparentarlo, dejarlo clarito ante propios y ajenos y, a través del voto, convertirlo en realidad.
Es, en definitiva, echar el cuento de cómo nuestro voto el 6 de diciembre puede construir futuro e integrar ambos sueños: los sueños por los hijos de ellos y por los de nosotros, que es decir por nuestro único y hermoso país.
Aixa Armas
mujeranalitica@gmail.com
@aixaarmas

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sábado, 26 de abril de 2014

HECTOR DE LIMA, LA REVOLUCION PACIFICA.

Los tres lideres de la humanidad que nos enseñaron los postulados esenciales de la revolución pacifica fueron Gandhi, Mandela y Jesucristo.
De este último extraemos algunas enseñanzas que podemos aplicar en nuestras circunstancias.
Jerúsalem era una de las ciudades mas convulsionadas de su época a juzgar por los libros escritos por Flavio Josefo, -autor de 46 libros de historia, contemporáneo de Jesús y testigo presencial de la destrucción del templo.  Una guerra sorda en Tierra Santa, ocasionada por factores económicos, sociales y religiosos, recorría toda la geografía de Israel.
La culminación de los trabajos por la reconstrucción del templo, que empleó a mas de diez mil artesanos que devengaban un denario al día y que duró veinte años, había creado una bonanza económica en Palestina. La situación se asemejaba un poco a la nuestra. Después de la reconstrucción, una delincuencia peligrosa asaltaba a los peregrinos, escasés de alimentos, la devaluación de la moneda judía por las continuas impresiones de los sacerdotes del Templo, el “Shekel” había perdido su valor de compra creando una inflación intolerable, el aumento de los impuestos, - tanto los romanos como los religiosos- el precio de los animales aptos para el sacrificio y la expiación de los pecados, la crisis política ocasionada por la alianza de los sacerdotes del templo con la contraparte romana, que ofendía el suelo sagrado de Israel. Pecar era muy costoso y el perdón de los pecados era un buen negocio en Palestina. El único sitio donde podías ser perdonado era en el templo de Jerusalen.
Los sacerdotes tenían el monopolio de Dios y por ende el monopolio del perdón de los pecados, ellos eran los únicos que podían vender una oveja, sacrificar un ave, cambiar monedas fenicias y romanas por monedas judías obligatorias en el templo. El templo era un monopolio grandioso que había permitido con el tiempo la aparición de una clase social aliada de Roma y con el control absoluto del mundo financiero Judio, dueños de los lugares sagrados, la tierra, los esclavos y la vida misma de Judea. Era en ese momento el poder más omnímodo, aliado del Imperio mas absoluto sobre la tierra.
A ese poder se enfrentó Jesús con una revolución pacifica de una simplicidad grandiosa. En primer lugar se ofrendo él como sacrificio final para redimir no solo al pueblo de Israel sino a todos los pueblos de la tierra. De aquí en adelante no seria necesario ir al templo, sacrificar una oveja, ni pagar unas monedas para ser perdonado. Bastaba con arrepentirse. De esa manera le quito a la clase dominante sus ingresos, dicho en criollo, les echo a perder el negocio. Fue la solución de Gandhi cuando pidió al pueblo indú la eliminación de la sal de las comidas, creando la bancarrota de las transnacionales de la sal inglesas.
 ¿Cual es la base del poder de la clase dominante que reprime, castiga a los disidentes y silencia la prensa y los canales de información y ahora propone manejar  la alimentación de los venezolanos? El petróleo. 
Ellos tienen el poder del petróleo y los ingresos del petróleo. Con eso todo lo pueden. Alli precisamente esta su lado fuerte pero podría ser el talón de Aquiles si actuamos inteligentemente. No hay necesidad de quemar una ballena, no hay necesidad de hacer una barricada, no hay necesidad de pelearse con la policía ni con los pobres engañados de la GNB. 
Basta con Nacionalizar a PDVSA y dársela a los venezolanos. Debemos pedir un referéndum para quitarles a la nomenclatura intransigente que  esta en el poder, el manejo de una industria que pertenece a todos a chavistas y no chavistas. Anexo a este articulo un enlace de un video que explica nuestra revolución pacifica.  Ya lo había propuesto en mi novela “La Pasajera de la Revolucion”, paginas 188-191 y esa proposición ha sido recogida en esa idea magnifica. Quitemosle PDVSA a la nomenclatura,  a los Ramirez, a los Maduros y sobre todo a los Castro. Que este video llegue a toda Venezuela.
http://youtu.be/BKFJ2EvR_VQ
Hector De Lima
hectordelima@gmail.com
@venecolombo

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domingo, 23 de marzo de 2014

DANIEL CHALBAUD LANGE, LLEGÓ LA HORA PARA TODOS.

Dado el extremo al que ha llegado la situación en nuestro país, pareciera oir el retumbar de la voz de la Patria diciéndonos: LLEGÓ LA HORA PARA TODOS. Estamos más cerca de la cerca que nos separa de la tan anhelada libertad. Es imperativa la UNIDAD de todos los factores de la oposición y los racionales que están dudando de las bondades del comunismo, para hacer un sólido frente común que, en un principio, logre por lo menos detener las maléficas intenciones del gobierno para intimidar con planificados asesinatos, detenciones de líderes y arrestoss injustificados, violaciones de los más sagrados de los derechos humanos.  

No más hombres y mujeres muertos, en especial estudiantes. MCM dio el gran campanazo en la OEA que repicará por todo el mundo. Es el momento de olvidar recelos y reconcomios entre personajes de la oposición, pareciera que el enemigo estuviera en nuestras propias filas. Demos nuestro sincero apoyo a los Alcaldes y funcionarios que están en la cadena de presos políticos.

Amigos, ya ni siquiera es un adversario lo que tenemos enfrente, es un verdadero enemigo y, la causa, el comunismo que como sistema de gobierno nos quieren imponer. No estamos solos. Si en verdad esta lucha es nuestra y somos nosotros los demócratas venezolanos los que debemos unirnos para ganarla, no es menos cierto que, nuestros triunfo, será un gran alivio para otros países latinoamericanos que ya comprenden el peligro que corren.   Más y más cívica lucha,  es la consigna.
El esperar desespera pero, más vale luchar para esperar menos. No le demos nuestra limpia mano a otra que nos espera con un guante ensangrentado. Triunfemos y les daremos, no sólo la mano, sino el total apoyo a todos los que quieran volver al seno de su madre patria y, un ejemplar y justo castigo a quienes durante quince años la maltrataron.
Llegó la hora para todos. Dios está con nosotros.
Daniel Chalbaud Lange
vonlange1939@gmail.com
@danielchalbaudl

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jueves, 21 de noviembre de 2013

NICOLAS CACHANOSKY, ALCLARANDO EL TERMINO CAPITALISMO, ECONOMIA PARA TODOS, FUENTE TABANO INFORMA,

TABANO INFORMA


ECONOMÍA PARA TODOS - 14-NOV-13 - ECONOMÍA

HTTP://ECONOMIAPARATODOS.NET/ACLARANDO-EL-TERMINO-CAPITALISMO/

ACLARANDO EL TERMINO “CAPITALISMO”

POR NICOLÁS CACHANOSKY

El 9 de octubre salió en Infobae una nota titulada “Tres décadas y un problema llamado déficit fiscal.” En aquella nota decía que desde la vuelta a la democracia, Argentina tuvo el mismo problema de déficit fiscal, lo que de hecho cambió de década a década fue el método de financiamiento, no el problema de fondo...

EL 25 de octubre Mauro Cristeche (UNLP y UNLaM) comparte una nota crítica a mi comentario en Infobae titulada “Dos siglos de economía Argentina y un problema llamado capitalismo.” Cristeche coincide que el déficit fiscal fue un serio problema, pero sostiene que la nota no es lo suficientemente profunda. El déficit fiscal se debe, argumenta, a la lógica del capitalismo imperante en Argentina en los últimos 200 años.

Si bien envié mis comentarios de respuesta a Infobae pocos días después de la nota de Cristeche, el fallo de la Corte Suprema respecto a la Ley de Medios y otros eventos de la agenda política versus lo puntual de mi respuesta hicieron que, obviamente, mi comentario perdiese relevancia.

No quería dejar de compartir mis reflexiones sobre la nota de Cristeche que copio a continuación.

Aclarando el término “capitalismo”

Hace unas semanas escribí una breve nota titulada “Tres décadas y un problema llamado déficit fiscal.” En aquella ocasión comentaba que desde la vuelta a la democracia la economía Argentina ha sufrido el mismo problema recurrente: déficit fiscal. El punto de mi nota era que los sucesivos gobiernos cambiaron el método de financiar el déficit fiscal, pero no el problema de fondo. Mauro Cristeche comparte una nota crítica en reacción a esta idea. Su argumento es que mi nota no es lo suficientemente profunda, si bien coincide que el déficit fiscal ha sido un problema, argumenta que el motivo de este problema se debe al capitalismo. La nota de Cristeche posee varios puntos que merecen seria consideración. Comentar todos ellos resultaría en una nota innecesariamente larga y tediosa. Prefiero enfocarme en un punto que creo es central en nuestros respectivos puntos de vista: el término capitalismo. Pocos términos sufren de tanta confusión y connotaciones que vician nuestro análisis como la palabra capitalismo.

Hay, a mi juicio, un problema central en la nota de Cristeche: No ofrece una definición del término capitalismo, que es nada menos que su objeto de crítica. Claramente el “capitalismo Suizo o Inglés” es distinto al “Capitalismo Venezolano o Argentino.” No todos los capitalismos ofrecen el mismo resultado y por ello es importante distinguirlos cuidadosamente. Ciertas palabras como “capitalismo” o “liberal” han visto su significado alterado a lo largo de la historia e incluso geográficamente. La palabra “liberal,” por ejemplo, no significa lo mismo en Inglaterra que en Estados Unidos. Por ello han surgido términos como “libertario” para evitar confusiones. Aquí mismo en Argentina, el Partido Liberal Libertario usa la palabra “libertario” justamente para tratar de minimizar mal entendidos. También creo importante mencionar que en mi nota no hago uso del término capitalismo, y sólo tangencialmente menciono el libre mercado. Cristeche me asocia a las “ideas propias de la economía liberal,” de haber definido el término capitalismo se habría dado que cuenta que el uso que hace del mismo no aplica a mi nota.

Voy a entender por capitalismo el poner en práctica los principios del liberalismo clásico. Es decir, tanto ciudadanos, como empresas y hasta el mismo gobierno se encuentran en igualdad de condiciones ante una ley que protege la libertad individual y la propiedad privada. No hay privilegios ni para “capitalistas,” ni para la “clase obrera,” ni para el “gobierno.” No creo que esta sea una interpretación torcida del término capitalismo, es lo que tienen en mente los filósofos y pensadores que más han contribuido a esta tradición como John Locke, Wilhelm von Humboldt, Adam Smith, Ludwig von Mises, Friedrich A. von Hayek, Milton Friedman, James Buchanan, Karl Popper y Robert Nozick entre muchos otros. Es decir, una cosa es la existencia de “bienes de capital” y otra cosa es el “marco institucional” bajo el cual se organiza la sociedad. El término “capitalismo” hace referencia al libre uso de bienes de capital bajo instituciones de libre mercado, no a la mera presencia de bienes de capital. Las instituciones son importantes porque definen los incentivos de los agente económicos. Los incentivos pueden llevar a tener crecimiento y desarrollo de largo plazo o a sufrir crisis recurrentes. Corea del Norte y Corea del Sur poseen la misma historia, lenguaje y cultura pero se diferencian en sus instituciones. Si las instituciones no fuesen importantes la calidad de vida en ambos países no serían blanco y negro. Bajo esta concepción no toda sociedad donde hay capitalistas es “capitalismo.” Reconozco que puede no ser la única definición del término capitalismo, pero una crítica al capitalismo como liberalismo económico tiene que hacer uso de esta definición.

Mi interpretación del uso que hace Cristeche del término capitalismo es que una sociedad es capitalista siempre y cuando haya capitalistas y bienes de capital independientemente del marco institucional. El capitalismo en su concepción clásica, sin embargo, no es sólo la presencia de jure de propiedad privada, es también la presencia de facto (marco institucional.) No alcanza con ser dueño en los papeles de los factores de producción si uno no es libre de usarlos. Aquella sociedad donde el empresario es “dueño” de su empresa pero su proyecto es dirigido por el gobierno a través de leyes y regulaciones es “capitalismo intervenido (o un tipo de socialismo)”, no un “capitalismo como aplicación de los principios del libre mercado.” Es muy difícil catalogar al Kirchnerismo como un modelo predominantemente capitalista. Nótese que no estoy argumentando sobre la conveniencia o no de aplicar los principios de libre mercado, simplemente estoy definiendo el término “capitalismo” a fin de hacer un diagnóstico más preciso de los problemas económicos de Argentina.

Hay, entonces, por lo menos dos capitalismos, el de libre mercado por un lado y el intervenido como el capitalismo de amigos o capitalismo corrupto (crony capitalism) por el otro. Podemos llamarlos “Capitalismo tipo I” y “Capitalismo tipo II” respectivamente para evitar las connotaciones asociadas a las palabras liberalismo o socialismo. Si aun así no podemos dejar de lado todas las connotaciones asociadas al término capitalismo, entonces podemos pensar en “Orden socio-económico I” y “Orden socio-económico II.” Coincido con Cristeche que el Capitalsimo tipo II es un problema, pero no por ello concluyo que el problema en  Argentina ha sido el Capitalismo tipo I. Es que no pudo serlo por el simple hecho de que no se aplicó. ¿En qué momento desde 1930 en adelante, cuando Argentina comienza a desviarse del resto de los países más ricos del mundo, fue Argentina un país genuinamente liberal? Se podrán identificar ciertas épocas con políticas llamadas neoliberales, pero más allá de su efectiva aplicación, es importante recordar que “neoliberalismo” no es lo mismo que “libre mercado.”

Cuando Cristeche sostiene que el crecimiento del estado se debe a la “relación capitalista,” esto describe el problema del Capitalismo tipo II, donde el empresariado busca el favor del gobierno para no tener que ganarse el peso del consumidor en libre competencia, pero se encuentra en directa oposición con el Capitalismo tipo I, donde el rol del estado es justamente evitar estos privilegios. Es un non sequitur criticar aquello a lo que el Capitalismo tipo I se opone por los vicios presentes en el Capitalismo tipo II. Entiendo cómo se pueden asociar al populismo (un tipo de Capitalismo tipo II) con déficit fiscales, pero asociarlo al capitalismo de libre mercado es el resultado de una confusión terminológica por usar un término sin definir como herramienta de crítica a un marco institucional específico. Nada impide que uno entienda por capitalismo la presencia de capitalistas y bienes de capital indistintamente del marco institucional, pero entonces ya no es válido asociar las ideas de mi nota a “las propias de la economía liberal” y luego utilizar el término capitalismo como herramienta de crítica. El argumento se resume a lo siguiente: el mercado intervenido (Capitalismo tipo II) no funciona, por lo tanto el libre mercado (Capitalismo tipo I) no funciona. El problema queda claro si en la nota de Cristeche reemplazamos la palabra “capitalismo” por “libre mercado.” Uno de sus pasajes ofrece un buen ejemplo: “No hay política más libre mercado que la recurrencia al déficit fiscal.” ¿Desde cuándo la recurrencia de déficits fiscales es rasgo distinto del libre mercado?

Se podrá decir que se encuentra en la lógica de la dinámica de un sistema capitalista que las clases obreras sean oprimidas frente al capital y que el estado termina siendo cómplice del capital en este proceso. O algún argumento similar por el cual la distinción entre estos dos capitalismos es ficticia. ¿Pero no es acaso esta colusión entre capitalistas y gobierno a lo que los liberales (Capitalistas tipo I) tanto se oponen? No hace falta buscar pasajes escondidos, los autores arriba mencionados y tantos otros han escrito ríos de tinta al respecto. El mismo Adam Smith, padre de la economía de la mano invisible, es también conocido por advertir sobre el peligro que empresarios y capitalistas imponían sobre la sociedad al buscar el favor del gobierno para operar bajo un Capitalismo tipo II (proteccionismo) y poner en riesgo el libre mercado. El liberalismo nada tiene que ver con el favoritismo empresarial.

Coincido con Cristeche que los déficits fiscales no caen del cielo, pero no es menos cierto que el equilibrio fiscal es responsabilidad de la clase política y es en ellos en donde cae una responsabilidad mayúscula. La clase política no puede poner la firma en un presupuesto deficitario y luego culpar a un tercero cuando la crisis fiscal viene a cobrarse el déficit. Cristeche da fin a su comentario parafraseando mi propia nota diciendo que “el problema tiene nombre y apellido: se llama capitalismo.” Siendo más precisos, el problema tiene nombre y apellido, se llama “Capitalismo tipo II,” que no es como los autores más reconocidos en el tema conciben este término. Disiento con Cristeche que la causa sea el capitalismo a secas, creo que “populismo” sería un término más apropiado para referirse al origen de los problemas que truncan el destino de un país con tanto potencial.

Este es un reenvío de un mensaje de "Tábano Informa"



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miércoles, 2 de octubre de 2013

LUIS MANUEL AGUANA, DOCE EJES Y UN DESTINO, SALUD Y BIENESTAR SOCIAL PARA TODOS

Se han escrito muchos trabajos en relación a explicar el porqué algunos países petroleros, que cuentan con altos ingresos, se encuentran en el mayor estado de pobreza y corrupción.
Por allá en el año 2001, Ibsen Martinez escribió un artículo en El Nacional titulado “El Enemigo verdadero” (ver la reproducción de Analitica.com en http://www.analitica.com/bitblioteca/ibsen_martinez/enemigo.asp) donde hace un interesante análisis de la obra de Terry Lynn Karl, profesora de la Universidad de California, titulada “La paradoja de la abundancia” (“The paradox of plenty”). Aquellos interesados pueden encontrar un resumen de esta importante obra en “Los Peligros del Petro-Estado: Reflexiones sobre la paradoja de la abundancia” (“The perils of the Petro-State: Reflexions on the Paradox of Plenty” de Terry Lynn Karl, ver en 

El estudio de la Prof. Lynn Karl intentó dar una respuesta a esa “paradoja” del porqué países exportadores de petróleo terminan en la más absoluta pobreza, adentrándose en las interioridades de su comportamiento e intentando dar una explicación general del porque han dilapidado las más grandes riquezas producto de la venta de un solo producto: el petróleo.

Todo aquel que desee entender la política en Venezuela debería interesarse en este complejo tema ya que de allí se pueden encontrar importantes explicaciones del porque teniendo mucho dinero este país está sumido en la más terrible pobreza.

Pero Martinez enfoca su análisis en el 2001 argumentando que aun con los cambios políticos ocurridos en nuestro país desde 1998 ese Petro-Estado monstruoso sigue con vida. En otras palabras y de acuerdo a mi interpretación de la nota, “El enemigo verdadero” del cual hablaba Martinez y al que debíamos combatir no era precisamente Chávez. A la luz de la realidad actual, este último lo que hizo fue APROVECHARSE de ese Petro-Estado a favor de su causa socialista continental, profundizando el modelo que paradójicamente lo llevo al poder y que genera mucho más pobreza y subdesarrollo.

Ahora bien, ¿por qué traigo a colación este tema? Porque existe una muy importante relación entre lo que somos como país petrolero y la Salud y el Bienestar Social para todos, octavo Eje del Proyecto País Venezuela (ver Proyecto País Venezuela – Reconstrucción y Reconciliación Nacional - MID Táchira/AVERU en https://docs.google.com/file/d/0B6yI0gUROWzDUmhEbXFZMGR0bEU/edit?usp=sharing).

Todos los objetivos a los que apunta este Eje van en la misma dirección: un sistema de salud y seguridad social que garantice a todos los venezolanos una asistencia médica de primera calidad y pensiones dignas para todos los estratos sociales y a todas las edades como un compromiso del Estado para los ciudadanos. Los recursos para ese gran objetivo deben venir de PDVSA, como lo indica el Proyecto País Venezuela: “Transformar a PDVSA en una empresa pública en la cual cada venezolano sea propietario de una acción y cuyos dividendos le garanticen de por vida un sistema de seguridad social (salud, asistencia social y al desempleo”).

Tal y como lo indicó Martinez en su artículo, El libro de la profesora Karl termina con un estudio comparado entre el desempeño de varios de los países mencionados y el de un país europeo, relativamente pobre pero institucionalmente maduro, que sí ha sabido afrontar el descubrimiento de una repentina riqueza petrolera sin verse afectado por ello como lo hemos sido los indonesios, los nigerianos, los argelinos y los venezolanos: Noruega.”

Pero ya Noruega no es pobre. Este pequeño país hizo realidad el sueño del Proyecto País Venezuela en relación a la seguridad social: saco el chorro de dinero proveniente de la riqueza petrolera de la economía, creando un fondo para las pensiones y seguridad social. Esto lo hicieron por dos razones: a) la económica, porque estaban conscientes de que inyectar todos los ingresos a la economía distorsionaba el país trayendo la llamada “Enfermedad Holandesa”, mucho dinero y poca competitividad exportadora; y b) garantizaban las jubilaciones de su pueblo a la par que reducían la dependencia del petróleo.

Sin embargo, esto no fue un invento de los noruegos, sino de nosotros, los venezolanos. Venezuela ya contaba con ese mismo mecanismo mucho antes de Noruega que lo fundó en 1990. En 1974 Carlos Andrés Pérez crea el Fondo de Inversiones de Venezuela-FIV precisamente para esterilizar e invertir sabiamente los ingresos petroleros excedentarios y producto de la primera alza de los precios, pero nunca fue desarrollado correctamente. La intención de estabilizar los ingresos de Venezuela y que estos fueran independientes de la volatilidad de los precios petroleros fue un objetivo que nunca se cumplió.

PERO ESA ERA LA SOLUCIÓN. Al cierre de 2012 Noruega tiene en ese fondo de pensiones estatal un patrimonio de 685.000 millones de dólares, más de dos veces el PIB de Grecia, siendo los noruegos los dueños del 1% del total de las acciones que se cotizan en los mercados de valores del mundo desarrollado (ver El país rico que invierte con sabiduría porque sabe que dejará de serlo en http://es.finance.yahoo.com/blogs/finlaotracaradelamoneda/el-pa%C3%ADs-rico-que-invierte-con-sabidur%C3%ADa-porque-090803349.html). Esperan incrementar ese fondo a 1.000.000 millones de dólares para el año 2017 con lo que casi alcanzarían al PIB mexicano al cierre de 2012 (verNoruega, el país que tiene comprado su futuro en http://www.dineroenimagen.com/2013-07-01/22447), y solo toman el 4% de las ganancias del fondo.

Este sabio uso de su dinero ha colocado de nuevo a Noruega otra vez en el 2013 en el primer lugar en el Índice de Desarrollo Humano-IDH, de acuerdo al último informe del PNUD, Informe Mundial de Desarrollo Humano (ver Noruega, ¿cómo lo hizo? enhttp://www.lanota-latina.com/la-nota-profunda/18-la-nota-profunda/1452-noruega-icomo-lo-hizo) nota esta que señala: "Los noruegos disfrutan de cobertura de salud universal, universidades públicas subsidiadas que son casi gratuitas, y un generoso sistema de seguridad social. Tienen una expectativa de vida mayor a los promedios, aire más puro, y están más satisfechos con sus vidas que los residentes de la mayoría de los países industrializados".

Ahora bien, ¿son los noruegos más inteligentes que los venezolanos? Es de suponer que no, pero muy seguramente son más transparentes y más eficientes. ¿Cómo compensar y lograr un ajuste fundamental en la inversión de esos recursos que llegan por concepto de renta petrolera?

Respuesta: Garantizando en primer lugar que no sea el Presidente de la Republica quien los administre. Y esto se logra a través de un sistema que le permita a los venezolanos constitucionalmente ser participes de esos recursos y un sistema de inversiones que nos de seguridad social, educación y salud. Eso es lo que proponemos que se concrete en una nueva Carta Magna por vía de una Constituyente. Noruega empezó más tarde que nosotros y lo logró. ¿Por qué no pensar que nosotros empecemos más tarde que Noruega y también lo logremos? Tenemos mucho más futuro que pasado…

Caracas, 30 de Septiembre de 2013

Twitter:@laguanaEL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

jueves, 22 de agosto de 2013

ANTHONY GREGORY, POR QUÉ EL CAPITALISMO MERECE SER DEFENDIDO.

Mientras Obama demoniza a los ricos y lanza una docena de planes para reestructurar a la economía, quienes se oponen a este programa precisan que se les recuerde qué es exactamente aquello por lo que estamos luchando. Estamos resistiendo la burocracia, la planificación centralizada, y las embestidas contra nuestra libertad y comunidades. Sin embargo, esto no llega al fondo de la cuestión. No somos solamente un movimiento de oposición, yendo en contra de la agenda del presidente y sus partidarios. Esencialmente, nos levantamos en defensa del mayor motor de la prosperidad material de la historia humana, la fuente de la civilización, la paz y la modernidad: el capitalismo.

Muchos lo consideran una mala palabra y es desacreditado sobre todo por sus supuestos guardianes. Los gigantes de Wall Street se imaginan a sí mismos como capitalistas aun mientras viven de los contribuyentes y prosperan en base al obsequio de privilegios, la inflación y las barreras de ingreso que les ofrece el Estado. En el complejo militar-industrial lo defienden por su nombre mientras producen dispositivos para matar para el Estado. En el Partido Republicano y todas las instituciones conservadoras hablan bien de él a la vez que hacen vastas excepciones al principio mientras se lo engullen entero. Cuando muchos piensan en el capitalismo, piensan en el status quo corporativo, llevando incluso a algunos partidarios de la libertad económica a abandonar el término.

Pero no deberíamos abandonarlo. Por un lado, la mayoría de los adversarios del capitalismo no se oponen meramente a Goldman Sachs o Halliburton o McDonalds. Por el contrario, se oponen a la libre empresa como una cuestión de principios. Objetan la libertad de los empleadores de contratar y despedir a quien deseen por el salario que fuese mutuamente acordado. Protestan contra el derecho de los empresarios a ingresar en el mercado sin ninguna restricción. Desaprueban que las empresas se encarguen de la infraestructura; suministren energía, alimentos, agua y otros artículos necesarios; y manejen el transporte sin la intromisión gubernamental. Lamentan que los ricos sean cada vez más ricos, incluso a través de medios puramente pacíficos. Se oponen a la libertad de participar en la venta al descubierto, el uso de información privilegiada, las adquisiciones hostiles y las fusiones de empresas sin la bendición del Estado central. Están en contra del trabajador que disiente del “establishment” laboral. Es exactamente la anarquía del libre mercado lo que ellos desprecian, no es el nexo consolidado entre el Estado y las grandes empresas lo que la mayoría de ellos desea hacer añicos. Por cada socialdemócrata que odia al capitalismo monopolista por razones que pudiesen llegar a ser correctas, hay diez que deploran la parte que corresponde al capitalismo más que al aspecto monopolista.

Es simplemente un hecho que el capitalismo, aunque obstaculizado por el Estado, ha sacado a la mayor parte del mundo de la lamentable pobreza que caracterizó a toda la existencia humana durante milenios. Fue la industrialización la que salvó el trabajador común del tedio constante de la agricultura primitiva. Fue la mercantilización del trabajo la que condenó a la esclavitud, la servidumbre y el feudalismo. El capitalismo es el libertador de las mujeres, el benefactor de todos los niños que disfrutan de tiempo para estudiar y jugar en lugar de soportar el trabajo agotador sin interrupciones en el campo. El capitalismo es el gran mediador entre las tribus y naciones, el que primero depuso sus armas y odios ante la posibilidad de beneficiarse del mutuo intercambio.

Hace un siglo, los marxistas reconocieron la productividad del capitalismo y su preferencia por el feudalismo, al que éste reemplazó, pero predijeron que el mercado empobrecería a los trabajadores y conduciría a una mayor escasez material. Ha ocurrido lo contrario y ahora los izquierdistas atacan al capitalismo mayormente por otras razones: produce demasiado y es un desperdicio, lesiona el medio ambiente, exacerba las divisiones sociales, aísla a las personas de una conciencia espiritual de su comunidad, nación o planeta, y así sucesivamente.

No obstante, todas las más elevadas, más nobles y menos materialistas aspiraciones de la humanidad descansan en la seguridad material. Incluso aquellos que odian al mercado, ya sea que trabajen en él o no, prosperan con la riqueza que éste genera. Si el amigo de Marx, Engels no hubiese sido gerente de una fábrica, habría carecido del tiempo libre necesario para ayudar a pergeñar su destructiva filosofía. Todo estudiante de posgrado en ciencias sociales, todo socialista en limusina de Hollywood, todo cristiano de izquierdas bienhechor, y todos aquellos para quienes el socialismo en sí mismo es religión; todo artistas, académico, filósofo, docente o teólogo anti-mercado vociferan desde encima de una tribuna improvisada producida por el propio sistema capitalista que desprecian. Todo lo que hacemos en nuestras vidas—materialista o de una naturaleza más noble—lo hacemos en la comodidad que ofrece el mercado. Mientras tanto, los más pobres en un sistema capitalista moderno, incluso en uno tan corrompido por el estatismo como el de los Estados Unidos, viven mucho mejor que todas las personas más ricas hace un siglo. Estas bendiciones se deben al capitalismo, y darle rienda suelta aun más es finalmente lo que eliminará la pobreza tal como la conocemos.

Existe el mito de que el capitalismo es la doctrina dominante. Pareciese que casi todo el mundo cree esto, considerando la mayoría que cuando menos se trata de algo un tanto desafortunado, lo que en sí mismo debería denotar que existe un problema con el hecho de asumir la indisputable popularidad del capitalismo. De hecho, el capitalismo tiene pocos defensores auténticos. Los conservadores fingen apoyarlo, pero hacen excepciones para la educación, la energía, la agricultura, el trabajo, la banca central, las fronteras, la propiedad intelectual, y las drogas, por no hablar de la defensa nacional y la justicia penal. Peor aún, muchos conservadores de la variedad anti-corporativista y localista son más proteccionistas y nacionalistas en lo económico que el “establishment” de la derecha. Sacrificarán los derechos de propiedad por sus preferencias culturales sobre las armas, la religión, los llamados valores familiares, y ciertamente el patriotismo. Con amigos como estos, el capitalismo precisa de aliados más genuinos.

Los progresistas y los socialistas son francamente hostiles. Ellos afirman haber hecho las paces con el mercado pero tienen un nuevo esquema cada día para refrenarlo, castigarlo, manipularlo, y azotarlo hasta la sumisión. Los socialdemócratas insisten en que no desean deshacerse de él, tan sólo pulirlo y salvarlo de sí mismo. Pero si el capitalismo precisa ser salvado, no es de sí mismo, sino tan sólo de los socialdemócratas y conservadores.

Los libertarios saldrán en defensa del capitalismo, pero a menudo con cierta reticencia. Ha logrado una reputación tan mala, y es tan despreciado por la cultura socialdemócrata, que muchos no desean defenderlo abiertamente. De hecho, es crucial ser claros y precisos en la explicación de qué entendemos por capitalismo. Pero esta gran fuerza en favor del progreso merece nuestro apoyo audaz, no nuestro testimonio calificado. Nos ha dado todo lo que tenemos. Lo menos que podemos hacer es no pretender que estamos avergonzados de él.

Durante el último siglo, los más ardientes defensores del capitalismo—la escuela de Mises, Hayek y Rothbard, e incluso los seguidores menos radicales de Rand y Friedman—han sido claros respecto de que se refieren a la libertad del individuo en los derechos de propiedad y el intercambio, y casi todo el mundo entiende esto. Los enemigos en su mayoría han querido significar lo mismo, cuando no se encontraban confundiendo falsamente a la libre empresa con el privilegio consentido por el Estado.

Mises dijo que “una sociedad que elige entre el capitalismo y el socialismo no elige entre dos sistemas sociales; elige entre la cooperación social y la desintegración de la sociedad”. Hayek creía en “la preservación de lo que se conoce como el sistema capitalista, del sistema de libres mercados y propiedad privada de los medios de producción, como una condición esencial para la propia supervivencia de la humanidad”. Aunque siempre cuidadoso de criticar al capitalismo de Estado por su intervencionismo y violencia, Rothbard abrazó el “capitalismo de libre mercado [como] una red de intercambios libres y voluntarios en la cual los productores trabajan, producen, e intercambian sus productos por los productos de otros a través de precios formados de manera voluntaria”. El capitalismo y la libertad van de la mano, y no es de extrañar que los enemigos del mercado ataquen a los libertarios como los proponentes más extremos de lo que odian, en vez de concentrarse principalmente en los corporativistas y socialdemócratas que dominan a la izquierda y derecha modernas.

A algunos libertarios les preocupa que el “capitalismo” ponga demasiado énfasis en el capital, pero esto en verdad no es un problema. Sólo a través del consumo diferido podemos construir la civilización, mediante la acumulación de bienes de orden superior y la reducción de nuestra preferencia por el presente. Esta es la esencia del énfasis capitalista. Tal vez lleva más tiempo explicarnos cuándo adoptamos el grito de batalla del capitalismo—también se tarda más en ser un capitalista que solamente un consumidor. A la larga, no obstante, vale la pena. El libertarianismo es una lucha a largo plazo, y entonces ¿por qué no asumir la visión a largo plazo del capitalismo, tanto como un término que merece ser abrazado como una etiqueta para la economía que imaginamos? El anarquismo también es una píldora difícil de tragar, una tradición con una historia mixta de la que puede decirse de manera plausible que su significado convencional no siempre incluye a los valores que apreciamos, sino más bien una falta de orden social. Sin embargo, los anarquistas libertarios abrazan el término, como nosotros deberíamos hacer con el término capitalismo.

Rothbard era particularmente sensible al hecho de que el término fue acuñado por sus enemigos, y hoy en día muchos creen que los defensores del libre mercado no deberían permitir que la oposición defina el debate. Sin embargo, este punto me lleva a una conclusión muy diferente. Primero, incluso cuando la palabra tenga connotaciones negativas en la cultura popular, aún tendríamos que desear adoptarla. Los anti-federalistas se opusieron inicialmente a la etiqueta que les pusieron los estatistas hamiltonianos. Pero ahora me gustaría mantener el descriptor con orgullo. Esta es un área donde podemos tomar el ejemplo de los activistas de los derechos de los homosexuales que fueron difamados como “raros”, sólo para apropiarse con orgullo del término para sus propios usos.

Segundo y más importante aún, si Marx y sus secuaces—cuyas ideas, en la medida en que han sido implementadas, han dado lugar a una miseria, hambruna y esclavitud humanas sin precedentes—se posicionan como los adversarios del capitalismo, deberíamos ser muy afortunados de que estos sean los términos del debate. Los socialistas de todas las tendencias afirman que el verdadero socialismo nunca ha sido probado, y algunos sostienen que los radicales del mercado están atrapados sin una respuesta mejor que afirmar que el verdadero capitalismo tampoco nunca ha sido intentado. Sin embargo, a diferencia del “verdadero socialismo”, el cual Mises demostró que era imposible a gran escala, el capitalismo simplemente existe allí donde se lo deja sin ser molestado. Es la parte del mercado que es libre. Pero independientemente de cómo lo definamos, en términos de alimentar a las masas y dar sustento a la sociedad, preferiré al capitalismo defectuoso al socialismo defectuoso en cualquier momento. Preferiré el capitalismo de Estado, el capitalismo de amigos, o el capitalismo corporativo por sobre el socialismo de Estado, el socialismo democrático, o el nacional-socialismo.

Sin embargo, no tenemos por qué tomar esa decisión, ya que oponerse al capitalismo de Estado es parte de la causa capitalista, al igual que oponerse a la religión estatal debería ser el pedido de todo religioso anti-estatista, oponerse a las escuelas públicas ser la meta de todo libertario que ama la educación, y oponerse a la ley y el orden del Estado ser el credo de aquellos que apoyan el derecho natural y el orden social pacífico.

La parte capitalista del capitalismo de Estado es la parte que funciona. Los frutos del capitalismo pueden ser usados para el mal, y son sin duda utilizados de esta manera por el Estado. Por ejemplo, el mal del complejo militar-industrial se debe a que el Estado socialista de las fuerzas armadas se alimenta de la producción de las empresas semi-capitalistas. La única desventaja para el capitalismo es que el Estado se vuelve más rico en términos absolutos que con cualquier otro sistema. Si las fuerzas armadas fuesen totalmente socialistas serían menos eficaces—esto es cierto. Pero esta es meramente una acusación práctica y moral del Estado, no del concepto de capitalismo. Si esta es la única confusión cierta que desorienta a los detractores del capitalismo, simplemente deberíamos preguntarles: ¿Está usted entonces a favor de una completa separación del capitalismo y el Estado? Por supuesto se trata prácticamente de personas opuestas violentamente a esta perspectiva. Para ellos el problema no es que el Estado cuente con armas y fuerzas del orden y soldados y fronteras nacionales. En cambio, el problema es el espíritu emprendedor sin restricciones y la desigualdad en las ganancias. Al anti-capitalismo se lo define mejor, parafraseando a Mencken, por el temor de que alguien, en algún lugar, se esté haciendo rico. Observando al Estado beligerante, los anti-capitalistas objetan a alguien que hace dinero con el militarismo, y en verdad deberían sentirse avergonzados de que las instituciones del Estado de las que son partidarios sólo puedan montar con éxito una maquinaria militar aprovechándose del sistema de ganancias. Sin embargo, de modo significativo, a menudo su principal objeción no es con la guerra de los especuladores; es con los especuladores de la guerra.

Algunas palabras son escabrosas y los conceptos que encarnan parecen más escabrosos. Algunas nociones parecen demasiado idealistas para muchos cínicos. Paz, amor y libertad son todas palabras que tienen una mala reputación como conceptos fantasiosos que no describen la realidad tal como existe en verdad. Pero sabemos que en un mundo donde no todo es pacífico, el amor es a veces difícil de encontrar, y la libertad siempre está en peligro, todos estos ideales, en la medida en que se les permite florecer, señalan el camino hacia un futuro de armonía y abundancia. Lo mismo puede decirse del capitalismo. No dejemos que sus enemigos estropeen una buena palabra para el más grande sistema económico en la historia de la raza humana.

http://independent.typepad.com/elindependent/2011/08/por-el-qu%C3%A9-capitalismo-merece-ser-defendido.html



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domingo, 11 de agosto de 2013

NARCISO GUARAMATO PARRA, EL SUELDO MINIMO MINIMIZADO, ECONOMIA AL ALCANCE DE TODOS,



Esta semana fue publicado por el Banco Central de Venezuela las cifras del Indice Nacional de Precios al Consumidor para el mes de julio de este año.


Las cifras presentadas (página web del instituto emisor www.bcv.org.ve) arrojaron un aumento del índice de: 3,2% con respecto al mes anterior; 24,9% con respecto a diciembre de 2012 (acumulado) y un 42% con respecto a julio de 2012 (anualizado) 



Este resultado representa un duro golpe al bolsillo del venezolano que percibe menores ingresos (sueldo mínimo); sobre todo en el sector de pensionados del I.V.S.S quienes utilizan la pensión, en primer lugar para la compra de medicinas y en segundo lugar par la compra de alimentos.

 En el siguiente gráfico podemos observar la evolución del Indice desde abril de 2011 a julio de 2013. En el mismo se puede observar que el sueldo mínimo real, es decir valorado a  precios de 2007, se encuentra al mismo nivel que se tenía en junio del 2011. En otras palabras, se ha perdido dos años del esfuerzo realizado para aumentar la capacidad adquisitiva del pensionado venezolano






Si acortamos el período observado, para ver que ha pasado durante los últimos 19 meses, se nota que el ajuste realizado en mayo de este año fue insuficiente para alcanzar el sueldo mínimo logrado en septiembre de 2012


En conclusión, el sueldo mínimo cada vez alcanza menos cada mes que pasa, agravándose por el hecho de que para 2013, la velocidad de deterioro es cada vez mayor. Para parar esta realidad hace falta una política integral al pensionado y al ciudadano de menores ingresos, que le compense este grave deterioro de su poder adquisitivo.


Es importante resaltar que este análisis se ha realizado con el sueldo mínimo. ya que es el único con cifras oficiales, pero no es descabellado pensar que en el sector privado e incluso en el sector público, se encuentren personas que perciben menores ingresos A estos se les puede homologar enteramente lo planteado. También, aunque cae en el mundo de la suposición, debe haber personas en el sector informal, que perciben el sueldo mínimo o incluso un monto menor (trabajadores a destajo). La magnitud del problema es bastante grande, y la única manea de combatirlo es mediante un conjunto de políticas tendientes a controlar la inflación, a cual debe comenzar con un manejo responsable del presupuesto nacional. ¿en un año electora? luce difícil, pero no se puede postergar. 

guaramatoparra@gmail.com

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