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LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
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domingo, 27 de mayo de 2012

RUTH CAPRILES, GRITO CIUDADANO,

¿Dónde está la esperanza? Dentro de un estado de guerra declarada por un gobierno contra los ciudadanos, cuando los lazos de cooperación se han disuelto y no hay acuerdo social; cuando los delincuentes gobiernan y desatan el crimen sobre la sociedad inerte, víctima del temor y el desasosiego; cuando la ciudadanía se disuelve en flaqueza moral, es difícil tener la ilusión necesaria para seguir empujando el esfuerzo cotidiano y la labor creativa.

ESPERANZA, PAZ Y
LIBERTAD
La corrupción ética de los venezolanos es tan extendida que es muy difícil sentir orgullo compatriota. No es fácil vivir en Venezuela hoy ni tener reflejo en la cara de quienes movidos por la codicia, la vanidad, la altanería, la envidia friegan a los otros y destruyen la comunidad. Es aún más difícil sentirse identificado con quienes se creen miserables e incapaces de pensar, existir, proveer por sí mismos y van mendigando misiones, contratos, puestos burocráticos u honores inmerecidos.
Cada vez que leemos las encuestas, por más que no las creamos, sentimos la alteridad de aquella parte de los venezolanos que se autodesprecia y está dispuesta a ser considerada pueblo miserable.
Mas de repente, en medio del clamor de la mediocridad, surgen voces que cuentan otro sentido moral y otra actitud. ¡Somos ciudadanos. No somos pueblo, no somos pobres; solo estamos pobres pero somos capaces de trabajar y proveer por nuestras familias. Basta del engaño populista!
Y el grito no viene de académicos acostumbrados a analizar y denunciar las perversiones del rentismo y el populismo. Viene de actores sociales y económicos. Grandes y pequeños emprendedores, obreros y líderes sindicales, estudiantes y líderes comunitarios que han encontrado el camino de las redes sociales y canales de expresión suficiente para advertir que quizá la mayoría está cansada del populismo y del castrante Estado protector. Esas voces que expresan "La Venezuela que queremos todos" quizá hagan resonar la mayoría antes silenciosa y acallar el ruido de los destructores.


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jueves, 24 de mayo de 2012

MERCEDES MONTERO, FRANCOIS HOLLANDE ¿CUAL SERÁ EL FUTURO DE FRANCIA?

El izquierdismo que apoya a Hollande, es el mismo que vanagloria a la dictadura castrista ignorando el dolor que sufre el pueblo cubano

Hollande, un político sin experiencia en el ejercicio de poder, asume la presidencia de Francia

Veamos los antecedentes que llevaron al triunfo de Hollande:

Nicolás Zarkozy, (conservador) asume la Presidencia de Francia en el Año 2007, los conservadores también alcanzaron la mayoría parlamentaria, y recibe un país al que los socialistas le habían impedido a su antecesor, Jaques Chirac llevar a cabo las reformas necesarias para que Francia se pusiera al mismo nivel de otros países europeos.

Al igual que en otros países de la Comunidad Económica Europea (CEE), la oposición socialista no ceja en su empeño para impedir que las reformas necesarias se lleven a cabo, promueve el desorden y protestas extremas de todo tipo. Cabe recordar los disturbios que hicieron arder Paris y otras ciudades francesas, durante los primeros años del gobierno de Zarkozy. La prensa internacional reseñó tales “protestas” con alarma. Presidente y Parlamento continuaron con lo que era una necesidad llevar a cabo: pagar la deuda pública, y, aplicar una política de austeridad para deslastrar la economía. Sin embargo las medidas tomadas no le impidieron al gobierno de Zarkozy poner en práctica reformas en servicios sociales que favorecieran a los franceses, como por ejemplo el aumento del subsidio a los discapacitados y personas de la tercera edad, planes de investigaciones médicas sobre el cáncer y el Alzheimer.

Con respeto por el multiculturalismo, hizo valer los valores de la cultura occidental sobre el extremismo islamita, prohibió el uso de la burka en los espacios públicos, acción que otros países de la UE han seguido, apoya el respeto al laicismo y promueve la herencia patrimonial hacia los hijos. Todas estas reformas representaron conquistas para la nación gala, sin que los socialistas tuvieran intervención alguna.

En el año 2011 Francois Hollande, se perfila como candidato para las Elecciones Primarias de los socialistas y la izquierda radical que por primera vez se unieron para tener un candidato unitario, una vez que el candidato principal Dominique Strauss- Khan fue arrestado por sospecha de acoso sexual en Nueva York, en Mayo de ese mismo año. Su candidatura va tomando vuelo, a pesar de lo cual solo obtuvo el 39% de los votos, sin alcanzar el 50% requerido para ser declarado victorioso. Compite entonces en una segunda vuelta con Martine Aubry, quien obtuvo en esa primera vuelta el 30% de los votos. El 16/10/2011 Hollande ganaría la segunda vuelta de las Primarias con 56% de los votos, sobre Aubry que obtendría 43%.

Las propuestas más destacadas en el programa de gobierno presentado por Hollande eran:

  1. Medidas de austeridad pero también inversión para el crecimiento.
  2. Alianza franco-germana que adopte una directiva bilateral para la protección de servicios públicos, establecimiento acelerado de un servicio cívico, oficina de investigaciones científicas, creación de un fondo industrial para financiar “clusters” de competitividad comunes y por último un Comando Militar conjunto. (En fin un matrimonio franco-germano)
  3. Cambios profundos en los sistemas financiero, bancario y de impuestos.
  4. Creación de 60.000 nuevos trabajos para maestros, 5.000 nuevos puestos para jueces, oficiales de policía y policías.(¿Sabrá Hollande el costo de tales propuestas?)
  5. Construcción de 500.000 viviendas por año, sobre la base de condiciones reguladas por el gobierno. (¿Es esta construcción masiva realmente viable?
  6. Bajar la edad de retiro de 62 a 60 años, para aquellos que hayan contribuido por más de 41 años.
  7. Apoya el matrimonio y la adopción por parte de parejas del mismo sexo.
  8. Retiro de las tropas francesas de Afganistán para finales del 2012.

Todas estas propuestas halagan a una gran mayoría, que está pasando por una situación económica difícil en un país y una Europa en crisis.

Llegaron las Elecciones Presidenciales del 2012

Tres candidatos competieron en la primera vuelta de las Elecciones Presidenciales de Francia: Nicolás Zarkozy, conservador, presidente de Francia, Francois Hollande, socialista y Marie Le Penn, derechista.

Hollande ganaría la primera vuelta, sin embargo no obtendría el mínimo de 50% del electorado que le diera la victoria final. Esto obligó a Zarkozy a trabajar arduamente para incrementar su votación. Una verdadera sorpresa fue la duplicación de los votos a favor de Marie Le Penn, quien obtendría el 20% de los votos del electorado, cuando anteriormente solo había alcanzado el 10%. Los dos primeros trataron de lograr una alianza con Le Penn, quien rechazó cualquier alianza y le pidió a sus seguidores no votar por alguno de los dos, en la segunda vuelta.

En la reñida segunda vuelta de las Elecciones presidenciales del 6 de Mayo, 2012, Nicolás Zarkozy, obtuvo 48,4% de votos y Francois Hollande, se impondría con 51, 6 % de votos. La victoria de Hollande no fue una avalancha, se impuso en la contienda con solo un 3% de diferencia sobre Zarkozy. Sin embargo se produjo de esta forma un cambio político que abre nuevas interrogantes en el país galo, en la Comunidad Económica Europea en particular y en forma general en el mundo globalizado de hoy en día.

El 15 de Mayo Hollande, un político sin experiencia en el ejercicio de poder, asume la presidencia de Francia, pronuncia un discurso en el que dijo estar consciente de la difícil situación económica del país, que tiene "una deuda masiva, un crecimiento débil, un paro elevado, una competitividad degradada y una Europa con dificultades para salir de la crisis", destaca que “Europa necesita crecimiento y solidaridad” “Reducción del gasto público y estimulación de la economía” “Protección de los valores, pero también de los intereses” "Señala aspectos positivos de su país tales como la productividad de los trabajadores, la excelencia de los investigadores, el dinamismo de los empresarios y la calidad de los servicios públicos. Habló también de un “nuevo pacto”, “una nueva vía” para sus socios europeos.

Este discurso da lugar a muchas preguntas: ¿Cuáles son el nuevo pacto y la nueva vía? ¿La alianza franco-germana que domine al resto del continente? ¿En que condición quedan entonces el resto de los países de la Comunidad Económica Europea?

Los países miembros pasaron por un proceso de revisión de condiciones que deberían llenar para poder llegar a formar parte de una Comunidad, que les da igualdad de derechos. La propuesta de Hollande de establecer una alianza franco-germana que favorezca a Francia y Alemania, es una contraposición al principio básico de la Comunidad, debido a que establece una unión dentro de la unión que le da ventajismo a Francia y Alemania solamente, dejando a los demás afuera, razón por la cual la implantación de esta alianza podría desembocar en la destrucción de la CEE.

Por otra parte es lógico que mundialmente los partidos políticos que comparten una misma ideología y proyectos de país formen alianzas para apoyarse mutuamente, pero en el caso de los gobiernos de izquierda también al parecer comparten estrategias nada ortodoxas. Una de estas es desestabilizar a los gobiernos ajenos al comunismo y socialismo de izquierda, mediante la promoción de protestas populares que terminan causando destrozos y zozobras en ciudades enteras. Recordemos lo sucedido en Paris. Otras son torpedear cualquier iniciativa que pueda favorecer la gestión de gobernante de diferente ideología, y, hacer críticas destructivas sobre los esfuerzos y acciones llevadas a cabo para obtener resultados, minimizándolos y descalificando continuamente a quienes las ejecutan.

También traigamos a colación otra de estas estrategias de destrucción, Cristina Kirchner re nacionalizo REPSOL en Argentina, como represalia a la pérdida de las elecciones por parte de Rodríguez Zapatero en España, debido a su desastroso gobierno. Una medida similar y por la misma causa fue llevada a cabo por Evo Morales en Bolivia cuando expropió la principal empresa de electricidad de propiedad española, todo esto con la intención de entorpecer la gestión de Mariano Rajoy en España. Este izquierdismo extremo es el que apoya los conflictos territoriales que enfrentan a unos países contra otros en toda América Latina y el Caribe.

El izquierdismo que apoya a Hollande, es el mismo que vanagloria a la dictadura castrista ignorando el dolor que sufre el pueblo cubano desde hace 53 años. Para finalizar y esto es muy significativo, Hollande se llevó un alto porcentaje de votos provenientes de Mélenchon, quien fuera el candidato de la izquierda radical a la presidencia francesa, y así ha dicho: “No se puede decir que Chávez es un dictador”. Para los venezolanos demócratas este no es un buen augurio.

mechemon99@yahoo.co.uk

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miércoles, 30 de noviembre de 2011

HUMBERTO SEIJAS PITTALUGA: LA FÁBRICA DE POBRES (SESQUIPEDALIA)

Como si no fuera ya bastante el chorro de reales que se reparte pródigamente en misiones que no ayudan a sacar el país del atolladero sino que han creado una clase parásita que no produce sino que medra del erario, Su Adiposa Inmensidad —desesperadito porque ve cómo se le escapan los votos de cara al 2012— acaba de ofrecer una nueva que no pasa de ser un descarado intento de soborno a las madres más ingenuas (que son las únicas que se comen las mentiras de Mentira Fresca). Ya las largas e inclementes colas en las afueras del Banco Industrial se verán engrosadas por señoras con tremendas barrigas que sostienen a un bebé con un brazo mientras retienen con la otra mano al otro tripón para que no se les escape y corra el riesgo de ser pisado por un carro. ¡Menesterosos del mundo, uníos! ¡Vengan a mí, que tengo flor!
Mientras ese derroche sigue, el país se nos muere de mengua. Es la realidad, aunque el régimen trate de ocultar el hecho de que no ha impulsado el progreso nacional sino que nos lleva en retroceso hacia lo más oscuro y primitivo del final del siglo XIX. Esos dineros malbaratados en misiones alcahuetas de la flojera, en subsidiar la gasolina de alto octanaje que no es precisamente la que emplean las clases populares, en seguir comprando amigos fuera de las fronteras, en tratar —cual hormiga que se empeña en picar a un rinoceronte— de acabar con “el imperio meeesmo” pudieran haber sido mejor empleados en aumentar, mantener y modernizar las redes viales, las escuelas, los hospitales y las instituciones que deben prestar seguridad pública. ¿Cuánto no se hubiese dinamizado la economía venezolana (y cuántos muertos menos tuviésemos) si se hubiese invertido en las carreteras lo que se gastó en regalar asfalto a Jamaica y Bolivia? ¿Cuántas familias hubieran salido de la dependencia “misionera” si se hubiera construido de verdad-verdad casas, escuelas y hospitales en la provincia venezolana y no regalados a Cuba, Benín, Uruguay y pare de contar? ¿Cuánto mejor estuviese funcionando la infraestructura empresarial si se hubiese instalado generadores eléctricos aquí en vez de regalarlos a Nicaragua? La escena mundial pensaba que nosotros íbamos a ser el primer país suramericano que iba a salir del Tercer Mundo. Y apareció el moderno Atila con sus hunos y su inmenso odio.
Cada día será mayor la cantidad de pobres, sin importar cuánto mienta Elías Eljuri por órdenes superiores. Todo, de acuerdo a la filosofía imperante de que hay que nivelar por lo bajo; que “ser rico es malo”. Y es que, recordando algo que me explicó hace mucho tiempo un expresidente colombiano, “las izquierdas harán cualquier cosa por los pobres, menos acabar con la pobreza”. Es que ese tipo de regímenes necesita que la gente vaya hacia ellos con las palmas de las manos extendidas y vueltas hacia arriba, en actitud suplicante. Porque es la única manera que conocen de mantenerse en el poder. Los italianos, desde los años sesenta, lo explican con las palabras con las que don Camilo —el cura que pintó Guareschi— enrostraba a Peppone, el alcalde del pueblo: "I comunisti amano così tanto i poveri che vogliono creare altri".
Manuel Barreto recordaba hace días que el líder de la “Revolución de los Claveles”, Otelo Carvalho, cuando visitó al Primer Ministro sueco le dijo que necesitaba ayuda para acabar con los ricos, y Palme, sin hacerse el sueco, le respondió, “Tenemos un pequeño problema, yo lo que quiero es acabar con los pobres”. Lo que me trajo a la mente algo sucedido en el año 63, apenas comenzando las guerrillas en la sierra de Falcón: los bandoleros llegaron a un caserío, reunieron a los lugareños en el centro del lugar y uno empezó a informarles que el objetivo del movimiento guerrillero era acabar con los ricos para que todo el mundo fuese como ellos, pobres. Un anciano ripostó algo parecido a como dijo Palme, que él no quería que los ricos fuesen pobres sino al revés. Lo fusilaron al instante…
Gente que piensa así todavía es quienes, para pérdida de la nación, dragonean, desmandan y mangonean desde los más altos estratos. Empezando por el presidente del parlamento —empeñado en una vindicta absurda por algo que no ocurrió—, siguiendo por el comandante Fausto, los asaltabancos Inmaduro, Cilicia y Bednal; pero que no se quedan es ellos solos. Hay quienes —aunque todavía no hay confesión de parte, pero ya llegará el descaro a ese colmo—ingresaron en la Academia Militar por instrucciones del comunismo internacional para minar las instituciones. ¡Y mire que lo han hecho bien! Lo único. También hay émulos. Como la inefable MinPoPoEduSup, quien quiere imponer eso de que los bachilleres piensen de una única manera, olvidándose que ella es producto de una universidad donde se estudiaba y discutía diversos modelos socio-económicos e ideologías.

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viernes, 25 de noviembre de 2011

ELINOR MONTES: CAMPAÑA ELECTORAL O COMPRA DE CONCIENCIA

Quien tiene noción de su dignidad como persona respeta la dignidad del otro y hace respetar la suya. La supuesta dignificación la gente humilde es un acto inmoral.
Hoy, más que nunca, la jefatura basa su campaña en la compra de conciencias. Considera a la gente cosa desechable que se compra por migajas, especialmente a los más sencillos por quienes siente el mayor desprecio, los azuza, les exacerba el odio y el resentimiento hacia sus connacionales, se burla de ellos, los manipula, sabe que, como en la lotería, sólo saldrá premiado un pequeño porcentaje que sirve para darle credibilidad a su oferta demagógica; mientras, destruye su futuro, a pocos les “da” bequitas, computadoras y libros, a todos les conculca el derecho a la educación libre y de calidad; a otros les adjudica unas casitas, a todos les viola el derecho a la propiedad privada; pocos pueden comprar un carrito iraní o chino, todos pierden el libre tránsito y la seguridad –caos vial, accidentes, secuestros, homicidios, otros-; a una minoría le “da” un trabajito, a todos les despoja de su libertad económica y les depaupera al extremo de que hagan colas de horas para comprar comida, por escasez –pérdida de la soberanía alimentaria- o para obtener, en Mercal, un descuento, que vale muchísimo menos que las horas de vida perdidas, -como dice Laureano: “Hay que amar mucho al pollo”, y agrego yo, el café, la leche, etc., y amarse a si mismo muy poco.
Lo conmovedor es que, a excepción del Dr. Diego Arria, los dirigentes de los demócratas pretenden competir en demagogia, prometen continuar lo bueno que hay, como si en este régimen existiera algo bueno, como si la nación quisiera que un régimen comunista lo rija. En el totalitarismo no existen planes sociales, las misiones son mecanismos de dominio-sometimiento de quien, por no tener noción de su dignidad es incapaz de respetar la dignidad de los otros, de quien ve a la gente como mercancía a la expectativa de un nuevo pollo, de quien la deshonra en una supuesta dignificación y crea las condiciones para que la gente se doblegue ante situaciones de necesidad. Todo lo cual carece de decencia –ser generoso, dar y compartir sin esperar nada a cambio; ser agradecido y como consecuencia del agradecimiento ser leal-. 
Como dice Constanza Espinel: “Una persona que sea moralmente íntegra no puede maltratar la dignidad de ninguna persona y una persona que tiene noción de su dignidad como persona humana no permite nunca que su dignidad sea maltratada. Quien no tiene noción de su dignidad no puede ser dignificado. La dignidad se vive, se asume permanentemente en todos los momentos de la vida. En la historia de la humanidad ha habido y hay situaciones en las que la gente digna ante la opresión y carencias extremas se puede someter a la arbitrariedad, pero no renuncia a su dignidad”.
elmon35@gmail.com

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AGUSTÍN LAJE: LA FALACIA DE LOS DERECHOS DEL IZQUIERDISMO POPULISTA

Que nuestra sociedad está enferma y agonizante de populismo izquierdista, forma parte de una angustiosa realidad manifiesta en diversos síntomas que se reproducen en nuestro inconsciente colectivo a nivel regional. Uno de ellos, es la creencia de que nosotros, los ciudadanos, tenemos derecho a todo y sobre todos.

Tener derecho a algo, en resumidas cuentas, refiere a la libertad que goza un individuo de realizar una determinada acción. Supone y requiere, por tanto, ausencia de coerción tanto de otros individuos como del Estado frente a ese curso de acción emprendido.

Los derechos del individuo intentan asegurar una coexistencia pacífica en un contexto social específico, teniendo como único límite los derechos de los demás. En efecto, el derecho a transgredir derechos es una contradicción en sí misma.

El gran engaño del izquierdismo en esta materia ha sido el de aseverar que la necesidad es fuente de derecho. Pero dado que todos poseemos distintas necesidades y distintos grados de ellas, si efectivamente la fuente del derecho fuese la necesidad, entonces la igualdad ante la ley devendría en un imposible. Y donde los derechos no son los mismos para todos, lo que hay no son derechos sino privilegios.

En lo único que todos los seres humanos somos iguales es en nuestra naturaleza. En ella reside, pues, la fuente capaz de establecer los mismos derechos para todos los hombres sin distinciones.

Ahora bien, habiendo impuesto la falacia de que la necesidad crea derechos por un lado, y habiendo omitido que nadie tiene el derecho de violar los derechos de los demás por el otro, la hegemonía izquierdista manipuló la misma idea de derecho conquistando a las masas con embustes dialécticos.

En consecuencia, se les aseguró a los hombres que tenían el derecho a poseer una vivienda, cuando en verdad su derecho era el de construir una casa con el fruto de su labor. Pero los demagogos no lo proveyeron del material necesario ni del trabajo precisado para levantar la casa, sino que expropiaron lo producido por otros para tal fin.

Se les aseguró a los hombres que tenían derecho a un trabajo, cuando en verdad su derecho era a que alguien lo contratara si así lo consideraba oportuno. Pero los demagogos no les proporcionaron tal trabajo, sino que impusieron al resto que se lo brindara.

Se les aseguró a los hombres que tenían derecho a alimentarse, cuando en verdad su derecho era el de conseguir su alimento a través del propio empeño. Pero los demagogos no compartieron de su comida al hambriento, sino que obligaron a los demás que lo hicieran con la suya.

Se les aseguró a los hombres que tenían derecho a ser felices, cuando en verdad su derecho era el de buscar la felicidad. Pero los demagogos no le brindaron tal felicidad, sino que utilizaron como medio a los demás para hacerlo.

Las casas, la vestimenta, el alimento, el trabajo y la felicidad, para continuar con la lista de ejemplos ofrecidos, no caen del cielo ni se generan espontáneamente en cantidades ilimitadas. Son, por el contrario, el fruto del esfuerzo de los hombres, un auténtico derecho que termina siendo pisoteado por los falsos derechos populistas en virtud de esta engañosa lógica.

Va de suyo que el sufrimiento del prójimo causa malestar a toda persona de buen espíritu. Frente a ello se nos abre la hermosa alternativa de aquello que llamamos “solidaridad”, vale decir, caridad voluntaria. Esto último es ineludible: no hay solidaridad compulsiva. La solidaridad a punta de revólver no es sino aquello que llamamos servidumbre.

Donde los ciudadanos creen tener derecho a todo, incluso a la vida de los demás, se abren las puertas a cualquier demagogo ávido de poder que sea capaz de endulzar oídos y prometer imposibles. Para los hombres que así creen, será siempre más simpático escuchar a quien −eufemismos de por medio− les asegure que sus semejantes son bienes de uso cuyo objetivo existencial es saciar sus necesidades, y no personas con idénticos derechos que deben ser respetados.

Tal es la naturaleza del engaño del populismo izquierdista que genera y regenera el caldo de cultivo de su propia permanencia en el poder en nuestra región.

(*) Agustín Laje tiene 22 años, es autor del libro “Los mitos setentistas” y miembro de la Red de Escritores Latinoamericanos “Plumas Democráticas”. Su email es agustin_laje@hotmail.com y su twitter @agustinlaje .

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domingo, 6 de noviembre de 2011

DARÍO TROPEANO: INDIGNADOS Y GOBIERNO MUNDIAL (FUENTE TABANO INFORMA DESDE ARGENTINA)

La crisis sistémica que venimos comentando desde finales del 2007 desde estas páginas, que por cierto nos sorprende en su profundidad y extensión, muestra la irrupción de un nuevo fenómeno social en lo que se creía que eran las principales democracias de Occidente: el de los indignados.
Se trata de movimientos sociales nacidos en Europa y Estados Unidos que ocupan espacios públicos en las principales ciudades de los países endeudados y con graves crisis económico-financieras: Occupy Wall Street o el Movimiento 15-M de España proponen democracia directa y el fin del dominio de los bancos y los burocráticos partidos tradicionales. Estos fenómenos se completan con fuertes movilizaciones populares en Italia, Grecia y Portugal y las que vendrán en otros países en tanto se ha optado por profundizar la crisis, reforzar el control ciudadano e intentar salvar a los bancos quebrados.
La actividad de estos movimientos ha demostrado, por ejemplo, en Nueva York (en Estados Unidos se han sucedido en más de cien de ciudades, incluso con tomas de muchas legislaturas estaduales durante varios días, lo cual se omite en los grandes medios de comunicación) que el sistema de represión social es vigoroso y prácticamente no hay semana en que no se produzcan decenas de arrestos de los reclamantes. La frase "I'm Getting Arrested" (me están arrestando) vincula a los manifestantes mediante teléfonos celulares para avisar sobre el accionar policial. Las denuncias se han intensificado contra Google por borrar imágenes de represión en Nueva York, Oakland y Denver.
Sin embargo, esta corriente no está exenta de límites y contradicciones: no hay propuestas claras ni líderes fuertes que dirijan y se han comenzado a observar intervenciones en la financiación de estos grupos por lo menos contradictorias. Me refiero concretamente a los aportes que el movimiento estadounidense recibe a través de la fundación Tides o el Centro Mareas, financiados por la Fundación para una Sociedad Abierta (OSF) del magnate George Soros. Este verdadero testaferro apostó contra la libra inglesa en 1992 y ganó más de mil millones de dólares. Esto sirvió para que Inglaterra se retirara del mecanismo europeo de tipos de cambio, que dio origen años después al euro, moneda a la cual paradójicamente los ingleses no adhirieron manteniendo su independencia monetaria, cambiaria y fiscal –ello aun a pesar de integrar la Unión Europea, que coincidentemente se creó en 1992 por el tratado de Maastrich–. La salida del mecanismo de tipos de cambio le permitió a Inglaterra devaluar su moneda y estabilizarla, superando un estancamiento prolongado para crecer durante los siguientes quince años a porcentajes promedios mayores que la Unión Europea.
Dado que no existe recuperación a la vista, las protestas sociales por cierto irán en aumento ya que el ajuste y la emisión monetaria son las dos únicas medicinas ensayadas para enfrentar un fin de ciclo: la consolidación de un gobierno único afirmando la bancocracia política y económica o el tránsito en algunos años a un sistema más democrático y equitativo. Se observa una lucha de intereses entre las otrora democracias de Occidente por un lado, frente a Rusia, China y algunos otros países. El último frente de defensa actual de la globalización es Europa, donde se ensayan las estructuras económicas e institucionales de consolidación del proyecto global, herido por cierto. El presidente de la Unión Europea, Herman van Rompuy –político belga de escasa imagen y desconocido hasta hace pocos meses–, dijo en el 2009 que se trataba del primer año de la gobernanza global. Luego de aquella afirmación se han sucedido proyectos de reforma del tratado de la Unión Europea para unificar impuestos de los países, niveles uniformes de déficit fiscal, sanciones a los países incumplidores y modificación de las constituciones nacionales privilegiando el pago de sus deudas soberanas. La obsesión para someter a los Estados ha llegado incluso a modificar el artículo 135 de la Constitución española (¿alguien lo sabe?) estableciendo que en los presupuestos tendrán privilegio de pago absoluto los intereses y el capital de los créditos de las administraciones del Estado.
Hace escasos días, en su despedida como presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet manifestó: "Hay que impedir que un Estado miembro se descarrile y genere problemas a los otros, hay que imponer decisiones incluso sobre los vetos de los Estados… se trata de un problema de supervisión y gobierno dentro de la UE… hay que proteger a las firmas soberanas de Europa, proteger a los bancos y a todas las instituciones financieras". Es interesante la lectura de las memorias de Nelson Rockefeller ("Memoirs", 2002), con participación accionaria en la Reserva Federal de Estados Unidos (banco central privado), donde explica que un gobierno mundial es la única manera de garantizar la paz mundial, integrando las estructuras políticas y económicas globales. Concordante, hace pocos días el Vaticano pidió a través del Consejo de Paz y Justicia una autoridad pública con competencia universal para el ético funcionamiento de la economía a través de un banco central mundial que regule el sistema y el flujo de intercambio monetario.
El movimiento de indignados, los okupas de los espacios públicos y las movilizaciones sindicales y políticas enfrentan el desafío de abordar la crisis estructural de larga duración de un sistema que atraviesa contingencias adversas (especulación desenfrenada, guerras, oligopolios, degradación ambiental, control social, consumismo, desinformación) propias del agotamiento de un modelo de acumulación de capital elaborando y construyendo una perspectiva de sustitución social y económica más sustentable que preserve a la humanidad.
http://www.rionegro.com.ar/diario/rn/nota.aspx?idart=746493&idcat=9539&tipo=2
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domingo, 30 de octubre de 2011

LUIS ALBERTO ROMERO*: EL ARTE DE FAGOCITAR EL ESTADO. LOS GOBIERNOS PERONISTAS Y EL USO DE LA CAJA. LA NACIÓN - 18-OCT-11 – OPINIÓN DESDE ARGENTINA

Hay muchos rasgos comunes en la relación entre los distintos gobiernos peronistas y el Estado. Sobre todo en el modo de repartir sus beneficios. Es cierto que las circunstancias cambiaron varias veces desde 1946, y también variaron los dichos y discursos de sus jefes. Perón se presentó como hombre de Estado. Menem renegó del estatismo y enrostró a sus críticos el "haberse quedado en el 45". Kirchner reivindicó un estatismo más cercano a 1946 y denostó al menemismo. Las circunstancias importan, y los discursos son un componente importante de la política. Pero detrás de los cambios observo algunas continuidades notables en la práctica estatal del peronismo, algo así como una marca de fábrica.
Comencemos por el primer peronismo, entre 1946 y 1955. Perón era un hombre de Estado. Un militar que creía en el orden y los organigramas, en la planificación y la autarquía, y también en la acción estatal en pro de la justicia social. Recibió de los gobiernos conservadores un Estado con fuertes capacidades para intervenir y continuó desarrollándolas. A la vez, Perón era hombre de su época; compartía la crítica al Estado liberal y el entusiasmo por los experimentos corporativos. Su ideal de comunidad organizada incluía una relación fuerte entre el Estado y las corporaciones, mezcla de tutela y participación privilegiada, que se alejaba de la idea estatal universalista, fundada en el interés general. También fue propia de su concepción la superposición y hasta fusión entre el Estado, el movimiento y el gobierno.
En la historia las cosas vienen mezcladas, y no es fácil separar el trigo de la paja. La legislación sindical e industrial peronista fue decisiva para la equidad social; la instalación de los sindicatos en posiciones estatales destacadas se adecua a lo que en la época se llamó el Estado de Bienestar. Pero a la vez, el Estado fue pasando del universalismo y el interés general a la concesión diferencial de ventajas. Así, por ejemplo, el proyecto de un seguro social único del ministro Ramón Carrillo fue descartado en beneficio de los sindicatos y sus hospitales, como el Hospital Ferroviario, un camino que concluyó con la ley de obras sociales de 1970.
Bueno o malo, el sistema no es igualitario. La promoción de la industria -una decisión importante en la posguerra- se instrumentó a través del IAPI, donde funcionarios que eran también empresarios, como Miguel Miranda y Raúl Lagomarsino, iniciaron la práctica de distribuir los beneficios entre sus amigos y, probablemente, iniciar una corrupción de magnitud. La Fundación Eva Perón tenía un estatus indefinido y recursos ilimitados. Los recursos en su mayoría eran públicos; la administración fue tan privada y secreta que casi no han quedado rastros.
Cuando Perón volvió al poder, en 1973, muchos de estos rasgos se habían acentuado, salvo el de la fundación. El Estado había avanzado en sus políticas de promoción, que frecuentemente habían devenido en prebendas a grupos privilegiados. Cada corporación hizo pie en alguna de las agencias estatales -los sindicatos en Trabajo, los médicos en Salud, el campo en Agricultura, la Iglesia en Educación- y utilizó su influencia para mantener su propia ventaja y para competir ventajosamente en la puja distributiva, agudizada por la inflación y por la movilización social.
El Estado fue a la vez campo de batalla y botín. En 1973, Perón seguía siendo un hombre de Estado, a la antigua usanza. Volvió al gobierno con la firme idea de reconstruir la autoridad estatal y acabar con el tironeo corporativo. Se jugó por el Pacto Social y convocó a dos únicos firmantes, la CGT y la CGE, que estaban lejos de poder unificar y disciplinar a sus representados. El 12 de junio de 1974 reconoció su fracaso. El Estado, grande y débil a la vez, ya no podía poner orden en la sociedad.
Cuando el peronismo volvió al gobierno en 1989, muchas cosas habían cambiado. Los militares iniciaron la demolición sistemática del Estado y Alfonsín poco pudo hacer para revertirla. Cuando ocurrió la crisis hiperinflacionaria, el fisco estaba quebrado y abrumado por una deuda externa impagable y era incapaz de afrontar sus obligaciones básicas. Su burocracia estaba desarticulada y carente de normas y de ética funcionarial. Un conjunto de grupos prebendados y depredadores, en particular los contratistas, engordaban con la sangre del Estado. Por entonces, el viejo reclamo "liberal" se había remozado: en todo el mundo el llamado "neoliberalismo" reclamaba una reestructuración a fondo del Estado, el abandono de regulaciones y prebendas y la reducción de los gastos sociales, para que el "tigre capitalista" pudiera recuperar su voracidad creadora.
Menem se encaramó en este discurso y proclamó un cambio de rumbo radical. Otra vez, las cosas vinieron mezcladas, porque el viejo Estado era irrecuperable, pero el nuevo fue igualmente desastroso. Menem privatizó las empresas públicas, redujo el empleo estatal, estabilizó la moneda a costa de renunciar a la política monetaria, ordenó la deuda externa y recuperó el crédito, desreguló la economía y la abrió al mundo. Sus medidas combinaron la dimensión novedosa de la reducción y eficiencia estatal con otras más tradicionales, destinadas a construir su poder y a neutralizar resistencias y oposiciones. Por ese camino, los antiguos grupos prebendarios -y otros nuevos, como los políticos- encontraron la oportunidad para renovar y expandir su acción.
Los contratistas pudieron comprar a bajo costo parte de las empresas estatales. Los dirigentes sindicales se convirtieron en propietarios de empresas privatizadas. Los gobiernos provinciales financiaron su déficit con aportes del Tesoro y la provincia de Buenos Aires recibió el premio gordo: el Fondo del Conurbano. El nuevo prebendarismo, cada vez más focalizado y alejado de los viejos criterios generales -que a Perón le importaban-, se fundó en la discrecionalidad y en una nueva corrupción -visible, grosera, impune-, simbolizada por la "carpa chica" y el "robo para la corona". En suma, una versión sui generis, muy peronista, del neoliberalismo.
Las fallas de este modelo, conocidas por todos en su momento, estallaron en 2001, poniendo fin al interludio de la Alianza. Los peronistas recuperaron el gobierno y lo mantienen hasta hoy. Inicialmente, amparados por la profundidad de la crisis, encontraron en la devaluación una salida, razonable pero radicalmente inequitativa, que compensaron con políticas parciales de contención social. En ese momento, sorpresivamente, un giro en la economía mundial -la valoración de los productos agrícolas- inició un ciclo de prosperidad de una magnitud insospechada. Con ese sustento, el gobierno de Kirchner logró salir del pozo del endeudamiento externo y poner en marcha un modelo que, según declaró, combinaba el crecimiento con la distribución. A diferencia del denostado modelo neoliberal, culpable de la crisis, el nuevo modelo asignaría al Estado un papel fundamental.
¿Una vuelta al peronismo clásico? No exactamente. Aquel peronismo correspondió a una Argentina con un Estado que, aunque con fisuras, desarrollaba políticas generales y las proyectaba en el largo plazo, y que tenía mecanismos internos de regulación y control. El Estado posterior a 1976 perdió esas capacidades. Los militares iniciaron la tarea, Alfonsín no intentó revertirla y Menem la desarrolló y amplificó. Aunque Kirchner hizo y dijo cosas diferentes, en lo esencial mantuvo el rumbo de Menem.
Nuevamente, las cosas vienen mezcladas. El país prospera y la situación de los pobres mejoró. En una época de abundancia fiscal, el gobierno de los Kirchner parece signado por la corrupción, la construcción del poder y los subsidios. En la caja -entre pública y privada- está el núcleo del modelo, y el precio de la soja es su condición de existencia. La vieja palabra "corrupción" resulta insuficiente para caracterizar este formidable mecanismo de acumulación de dinero y poder. La eliminación de los controles institucionales -lo del Indec es un caso extremo y emblemático- permite administrar los subsidios estatales de manera discrecional, y la distribución incluye una buena parte pro domo sua. Ya se trate de intendentes del conurbano o de gobernadores provinciales, de organizaciones piqueteras, sindicatos o empresarios amigos, de jubilaciones u obras públicas, la lógica es la misma. Es algo que engruesa la caja. El gobierno da, pero podría no dar. Genera acatamiento y, de un modo u otro, contribuye a producir votos.
Menem y Kirchner coincidieron en un punto con Perón: la convicción de que el Estado debía manejarse férreamente desde el poder: la subordinación del Estado al gobierno. Perón lo logró con facilidad, por su carisma y por su talento para conducir desde el Estado una sociedad integrada y orgánica, y pudo mantener algún criterio general en sus políticas. Con menos carisma y talento, Menem y Kirchner manejaron con gobiernos fuertes un Estado calamitoso, que ellos mismos se han encargado de terminar de demoler, y condujeron una sociedad empobrecida y segmentada. Lo que el Estado da se decide cada vez de acuerdo con un simple cálculo de costos y beneficios, materiales y políticos.
En este manejo del Estado encuentro, en mundos tan diferentes, una marca originaria del peronismo. Hay otras, igualmente importantes, como su concepción de la democracia, plebiscitaria y poco republicana, o su discurso, nacionalista y populista. Pero de alguna manera confluyen en esta idea de un Estado que es el instrumento del gobierno y del movimiento y que administra y reparte prebendas de manera discrecional. Una manera de gobernar para la que conceptos habitualmente empleados -liberalismo, estatismo- tienen poco sentido.
* El autor es historiador, investigador principal del Conicet/UBA
http://www.lanacion.com.ar/1415516-el-arte-de-fagocitar-el-estado
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ZENAIR BRITO CABALLERO: LA PRIMACÍA DE LOS CANDIDATOS POLÍTICOS, DEBEN SER LAS PERSONAS

En tiempos preelectorales los candidatos de la MUD andan recorriendo pueblos y ciudades prometiendo atender a los más vulnerables, pero usualmente sea cualquiera que gane, termina haciendo lo contrario. Sirviendo a los suyos y a la clase de poder, olvidando que el eje central de la ciudad es el peatón, el ciudadano como usted o como yo.
Por ello para saber lo que realmente piensa un político, no hay que escuchar solamente lo que dice. Hay que examinar lo que hace. Todas las personas demandan espacio para desplazarse, pararse, o sentarse en áreas comunes. Caminar es un placer, una necesidad, un derecho en todo lugar público para niños y adultos, hombres y mujeres, ricos o pobres, ancianos, discapacitados y mujeres embarazadas.
Cada persona requiere de las condiciones para caminar con seguridad, dignidad y sin obstrucciones físicas o abstractas. Las ciudades son para andarlas y por supuesto para muchas cosas más. Las demás acciones, que tienen más complejidad que lo natural, exigen recursos costosos.
Pero el camino al parque, a la tienda, el centro comercial, el mercado, la iglesia, el estudio, el trabajo y a donde vaya alguna persona acompañada o con su pensamiento nada más; es frecuentemente inseguro, incómodo y humanamente denigrante. Muchos casos eliminan las condiciones de suficiencia, continuidad y seguridad para los peatones. Ceden el área y la funcionalidad de preferencia al vehículo motorizado y otros usos.
El diseño de las ciudades venezolanas en los últimos 100 años no se hizo a escala humana. La ausencia de consideración hacia el peatón se nota. Sin la oportunidad del disfrute del acto de caminar y de cubrir sus necesidades de andar a pie, e incluso en bicicleta de manera digna y segura.
La sociedad venezolana exige un cambio modernista con la recuperación del espacio público para la gente. Andar a pie es común a cada persona libre, caminar es inherente al ser humano. En nuestras ciudades venezolanas se ha olvidado que cada ciudadano es un peatón, que hay más personas que carros, más viandantes que votantes, y carecemos de suficientes normas que aborden de raíz la solución al problema del peatón.
En nuestro medio, es mayor la tendencia a resolver los grandes problemas de pequeños grupos de ciudadanos, de minorías; tal vez es ésta la causa, de dichos grandes problemas, la desatención al ciudadano.
Ha sido preferible para algunos políticos vivir en la nube del poder que cumplir con su deber, servir a la gente. Las elecciones deberían ser esa oportunidad, pero estamos lejos de que ello suceda en estas regiones donde el ejercicio político es precario y primario. Donde los méritos para salir elegido son casi inversamente proporcionales a la estructura, las competencias y la confianza.
Los resultados electorales son previsibles. Muchos candidatos hacen campaña ofreciendo tonterías y repitiendo lugares comunes. Para mejorar la cultura política se requieren medidas profundas, transformadoras a partir de investigación, acciones cautivantes y creativas, debate público argumentado, el aporte de líderes con credibilidad.
Se intentan iniciativas para votar mejor, pero a punta de eslóganes, campañas virtuales, sin músculo y con escaso liderazgo, no hay avance. Su efecto es casi nulo. Hace falta “arte pop” e innovación para mejorar el comportamiento electoral de la gente y transformar dejando huella.
Pero ante todo hay que depurar y educar a los políticos para que aprendan con convicción que la prioridad de inversión, es la persona, el ciudadano peatón. Como lo decía Charles De Gaulle  “Como los políticos nunca creen lo que dicen, se sorprenden si alguien los cree”.
britozenair@gmail.com

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martes, 30 de agosto de 2011

SANTOS MERCADO REYES: NIÑOS MALCRIADOS DE CHILE O LA IZQUIERDA ATACA DE NUEVO (DESDE CHILE)

Salen a las calles, organizan marchas, plantones y enfrentamientos contra la policía, son los niños malcriados de Chile. Levantan sus banderas: “queremos educación gratuita y de calidad”, “no queremos vivir endeudados”, “el Estado debe garantizar el derecho a la educación”, “la educación no es una mercancía”, se sienten los iniciadores de una gran revolución.
Todo empezó porque Augusto Pinochet echó abajo el viejo sistema de educación pública y gratuita que tanto defendió el comunista Salvador Allende (que se suicidó para no ser juzgado por el daño que le hizo a los chilenos). El viejo sistema de educación pública consistía en que todas las escuelas y universidades de Chile estaban subsidiadas y controladas por el gobierno, era un monopolio educativo donde se educaba a los niños y jóvenes según el interés y la visión del gobierno socialista. Nadie podía salirse de la línea trazada por el Estado pues corría el riesgo de ser clausurado y vetado para enseñar. Naturalmente los resultados de esa educación gubernamental fueron nefastos: solo tres de cada cien niños lograban alcanzar un título universitario; los pobres ni soñando llegaban a la universidad, si acaso sólo terminaban la instrucción primaria; todos eran educados para ser empleados pues les enseñaban a odiar a los empresarios; empobrecimiento intelectual con décadas de retraso respecto a lo mejor de la ciencia;  odio al capitalismo y amor al socialismo; adoctrinamiento marxista que se ajustaba a las necesidades de Salvador Allende para perpetuarse en el poder, como lo hacen todos los dictadores comunistas. 
Augusto Pinochet sabía que tenía que desmantelar ese  viejo sistema de monopolio educativo como requisito ineludible para lograr la prosperidad de los chilenos. Decretó que todo el que quisiera educarse en las universidades públicas tenía que pagar por su educación. Por increíble que parezca, con este decreto se eliminaba un sistema inmoral e injusto. En efecto, cuando las universidades eran “gratuitas” en realidad los costos se los cargaban a los chilenos pobres, los que no se podían defender del fisco y que nunca llegarían a las universidades, y quienes realmente las aprovechaban, sin pagar un centavo, eran los alumnos cuyas familias tenían buen poder adquisitivo. En otras palabras: los pobres pagaban la educación de los ricos, la vieja paradoja de la gratuidad. Cosa que nunca le gustó a Augusto Pinochet.

A los estudiantes ricos no les afectó el decreto pues tenían con qué pagar. A los alumnos que no eran tan ricos, Pinochet les ofreció financiamiento. Estos alumnos “de escasos recursos” podían acudir a un banco que les prestaría para pagar la colegiatura y para solventar sus gastos de libros, alimentos, transportes y más. De hecho, nadie podía alegar que por falta de recursos no podía estudiar y lograr un título universitario, pues tenía todo el financiamiento necesario, claro, luego tenían que pagarlo. Los padres de familia, realmente estaban contentos con el sistema de Pinochet, pues ya no tenían que preocuparse demasiado por cubrir los gastos de sus hijos universitarios. Con el sistema de Pinochet, el derecho a la educación está más que garantizado pues basta que cualquier joven decida entrar a una universidad y es bien recibido, como cualquier cliente que entra a una tienda.
Si todos estaban contentos, ¿por qué estalló la violencia de los estudiantes chilenos contra el gobierno? Veamos.
La demanda de gratuidad de la educación significa, en realidad, pasarles la cuenta a los chilenos pobres. Pero, si yo me como una hamburguesa, ¿por qué la debe pagar mi vecino? Es una demanda propia de niños malcriados, caprichosos e ignorantes.
Que la educación sea pública quiere decir que la burocracia gubernamental retome el control total y decida lo que deben aprender los niños y jóvenes. Es el modelo soviético que ya demostró que así se destruyen los talentos. ¿Los estudiantes defendiendo el monopolio educativo del Estado? ¡Qué absurdo!
Querer educación gratuita y de calidad significa que no comprenden que estos conceptos son opuestos, contradictorios. Si es educación gratuita, necesariamente tiene que ser educación pobre, carente de calidad, como se demuestra en cualquier país donde impera ese sistema, sea en Francia, Cuba, Corea del Norte o México.
Que la educación no debe ser considerada una mercancía. Significa que el alumno no debe tener derecho de elegir; que debe aceptar la imposición del Estado. ¿Eso quieren?
Por ahora, los estudiantes chilenos dejan un mal sabor de boca pues enarbolan demandas absurdas que impactan contra ellos mismos y contra el pueblo chileno.

En el fondo, confío en la buena razón del alumnado y por eso busco la explicación en otro lado.
Mi conjetura es que la izquierda chilena, los marxistas y comunistas quieren renacer su movimiento y obstaculizar las reformas del presidente Sebastián Piñera, a quien  tachan de neoliberal, derechista y antimarxista.
Los izquierdistas quieren que las universidades regresen al sistema de subsidios directos del gobierno pues así les basta llegar a los puestos de dirección y tendrían  un arca enorme de  recursos públicos que pueden usar para organizar la vuelta al socialismo.
Los marxistas quieren que las universidades vuelvan a ser centros de adoctrinamiento “para luchar contra los burgueses, los empresarios y contra el sistema capitalista y neoliberal”. Así es como piensan cumplir las promesas juradas  en el Foro de Sao Paulo y hoy se sienten muy fortalecidos con la izquierda en el poder en Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Perú, Argentina y otros.
Sebastián Piñera, el presidente de Chile,  debe dar una lucha sin cuartel contra estos comunistas. Pero esa lucha debe ser fundamentalmente en el terreno de las ideas. Piñera debe rodearse de los mejores intelectuales con pensamiento austriaco para rebatir punto por punto las demandas absurdas de la izquierda puestas en boca de los estudiantes. A los delincuentes que queman tiendas y destruyen propiedades les debe hacer que paguen todos los daños pues la tarea fundamental de un gobierno liberal debe ser la defensa sagrada de la propiedad privada.
El mundo libre se encuentra amenazado y lo menos que puede hacer la gente que cree en la libertad del ciudadano, en los mercados libres y en el capitalismo  es defender a Chile para que no se instale otra bandera más de los comunistas. FIN. 28agosto2011
santosmer@hotmail.com

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miércoles, 17 de agosto de 2011

RENÉ BALESTRA: EL ENGAÑO DEL POPULISMO. EN EL DIARIO LA NACIÓN DE ARGENTINA

Tal vez Sarmiento sea el único prócer inagotable. De manera consciente o inconsciente, se lo resiste. Una ancha capa de nuestra sociedad no lo quiere. A esa capa no le resulta simpático, aunque muchos no saben por qué. La argentina es una sociedad, en términos generales, populista. Y el populismo -no es ninguna novedad- es una nivelación para abajo. El esfuerzo, la perseverancia, el trabajo, el estudio, son verbalizados, pero no protagonizados con placer. Esta no es una condición argentina exclusiva. Pero, como en todos los órdenes de la vida, en el análisis se deben contabilizar los pros y los contras.
La cantidad de valores o disvalores determina la calificación. Cuando en el seno de una sociedad como la nuestra la corriente del menor esfuerzo, del dejar pasar, del dejar hacer, corre impetuosa, uno debe anotarlo. Entre nosotros la multitud, desde hace demasiado tiempo, es exaltada y halagada indiscriminadamente. Importan los más, sin importar el para qué. La calidad ha sido puesta bajo sospecha.
De la boca para afuera, se dice: "Todos somos iguales". Por ejemplo, se ha llegado a sostener que "un alfarero indígena no es inferior a Miguel Angel". Quien lo dijo es un buen músico y cantor que, desde luego, no cobra los honorarios de un simple guitarrero. Estamos seguros, aunque no tengamos los datos, de que este juglar, en el desdichado percance de tener que operarse del corazón, elegiría a Favaloro si estuviera vivo y no a cualquier cirujano del registro. No tenemos datos fehacientes, pero sospechamos también que sabe que Maradona, antes, y Messi, ahora, no son lo mismo que cualquier jugador de fútbol común. No es que tenga la tabla de valores rota. Hace trampas.
El populismo y los populistas realizan en nuestros días un admirable trabajo de publicidad engañosa. Intentan convencer a la opinión pública de que el progreso, la justicia y el mañana son sinónimos de lo que defienden. La verdad rompe las puertas y las ventanas de la realidad. El pasado más rancio y reaccionario ha "amasado" siempre a la muchedumbre con el populismo. Entre nosotros, los señores manipuladores de las provincias, antes y ahora, usaron y usan a la multitud para su indebido provecho. La montonera en el siglo XIX y en la década del 70 del siglo XX fue la forma y el modo en que la legendaria oligarquía se perpetuaba. Esa ternura sensiblera hacia la barbarie del hormiguero humano es el pasaporte que le permite circular disfrazada.
Sarmiento y su generación sintieron horror por la barbarie. La habían padecido y practicado. No podían extirparla por el modo clásico: el cuchillo. La clave de Sarmiento es que desde mediados del siglo XIX supo que "la cosa" estaba en educar a todos. No -como querían casi todos sus contemporáneos- a una delgada capa de "los mejores" o de "los valiosos". El supo que vivir es convivir y que convivir es convivir con todos, no sólo con algunos. En el teatro, en la calle, en el estadio, en el comedor público se desenvuelve la vida, aparte de la intimidad del hogar.
Si la vida de la modernidad es la era de la multitud o, como la llamó Ortega y Gasset, la era del lleno, todos los que conforman esa multitud y llenan esos espacios públicos importan. La calidad, la altura y la hondura de la vida de los distintos países no están dadas principalmente por sus círculos académicos, sino por el flujo civilizado o caótico de sus calles y avenidas.
Sarmiento, como ninguno en su tiempo, advirtió que el futuro de la República tenía todo que ver con la etimología de la palabra. En latín,res pública quiere decir "cosa de todos". El salvaje ululante, el gaucho matrero, el criollo haragán, lo horrorizaban. No pensó en ellos como en instrumentos para usufructuar, sino como un inmenso desafío educador. Ellos y los hijos de todos los gringos inmigrantes, sin distinción alguna, fueron el padre, el hijo y el espíritu santo de su impulso oceánico escolar. En los bancos para todos se fue forjando la amalgama argentina. Cada uno -a través del abecedario- supo quién era. Dejó de ser súbdito, montonera o peonada manejable para empezar a pertenecerse a sí mismo y ser protagonista de su propia existencia.
No es un accidente circunstancial que antes y ahora el anti-Sarmiento hayan sido y sigan siendo Rosas y el rosismo. Las secuelas y las corrientes actuales de ese soterrado rencor se sublevan contra lo que consideran la "traición" de la generación del 80 y sus ideas. "Alpargatas sí, libros no" y "Haga patria, mate un estudiante" no fueron expresiones extrañas o ajenas. La peonada, domada, con nuevo patrón, seguía como montón. Hay un odio coherente en esa masa suburbana contra todo lo que pueda parecerse a Sarmiento. El ambiente que describió Esteban Echeverría en El matadero, en la década del 30 del siglo pasado, sigue latente en los punteros y en los arrabales del gran Buenos Aires de hoy.
Juan Domingo Perón no inventó el populismo argentino, pero lo acrecentó, lo institucionalizó; le dio pasaporte; lo legalizó. "Mañana es san Perón" no fue una chicana, una avivada, una ocurrencia. Fue la certificación, como ante escribano público, que regiría para siempre la ley del mínimo esfuerzo. No se trató nunca de un reparto equitativo, sino de la dádiva. No era la sociedad o el Estado, sino "Ellos", los que regalaban. La Fundación Eva Perón recaudaba indebidamente aportes forzosos con los que distribuía regalos personalizados. Un conocido industrial fabricante de caramelos se negó a esos manejos y su fábrica padeció el sabotaje y fue cerrada.
Han pasado décadas, pero el populismo de entonces sigue vivo. Hay otra fundación y otros protagonistas, pero el sistema conserva lozanía entre nosotros.
Hacen bien los enemigos acérrimos de Sarmiento cuando atacan su figura o su nombre. Cuando lanzan alquitrán a su estatua y gritan "Muera Sarmiento" y "Viva Rosas". Saben que Sarmiento está vivo y Rosas está muerto. Ese Sarmiento vivo no sólo sigue soñándonos, como en el verso de Jorge Luis Borges, sino empujándonos hacia arriba, como siempre. La única forma y el único modo de dejar de ser masa maleable para convertirnos en ciudadanía pensante.
© La Nacion.

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miércoles, 27 de julio de 2011

FREDDY NÚÑEZ: LA RIDICULEZ COMO PASION

En el proceso de destrucción nacional que el régimen ha adelantado exitosamente durante casi 13 años, no podía salvarse el lenguaje. Casi podría decirse que el idioma, las palabras, han sido víctimas predilectas de la vocación por la degradación, tan acendrada en esta revolución cavernaria. Las palabras no significan nada. 

Son signos vacíos, huecos. Simple material para la ficción, el cinismo o la mentira. Frente a lo que el ciudadano ve y padece, aparecen torrentes de palabrería barata y maloliente, que son utilizadas como sepultureros de la realidad. 

El 21 de julio apareció en la Gaceta Oficial Nº 39.718, el decreto presidencial Nº 8.307, en el cual se designa como Ministro Encargado del Poder Popular para la Energía Eléctrica y Presidente de Corpoelec, al ciudadano Argenis Chávez, hermanito del Presidente. La encargaduría sería desde el 23 de julio hasta el 30 de julio de 2011. Menos que aquel famoso jefe por 9 días. Pues bien, para esta tontería, el citado decreto, lleva una especie de introito que dice: Hugo Chávez Frías, Presidente de la República (¡ahora caigo en cuenta que no dice comandante presidente como le dicen sus jalabolas!)

“Con el supremo compromiso y voluntad de lograr la mayor eficacia pública y calidad revolucionaria en la construcción del socialismo, la refundación de la nación venezolana, basado en principios humanistas, sustentado en condiciones morales y éticas que persiguen el progreso de la patria y del colectivo, por mandato del pueblo, y en ejercicio de la atribución que me confiere” blablablabla. ¡Toda una perla no solo por lo ridículo del texto, también por el cinismo que exuda, luego de casi 3 gobiernos anteriores, y una obra de destrucción sin parangón! Todo comenzó con el cambio de nombre de cuanta vaina había en Venezuela, como si ello, taumaturgicamente implicara la solución de los problemas.

A los ministerios le agregaron la ridiculez de poder popular, apareciendo los minpopo, que dicho sea de paso pasaron de ser un máximo de 14 en el último gobierno de Caldera, a ¡30 hoy día! 

Después ya no hubo límites para burlarse del pueblo. Los niños de la calle, dejaron de existir, pues pasaron a ser “niños artistas en situación de calle”. Los presos, son ahora “privados de libertad”. Al ciudadano que le clavan una multa por la incapacidad del régimen de solucionar el problema eléctrico nacional, simplemente ha hecho una “contribución”. Un azote de la sociedad, un malandro que en contubernio con las autoridades hace de las cárceles venezolanas una vergüenza mundial, es un “líder negativo”. Los damnificados del deslave de Vargas que todavía deambulan de refugio en refugio, son “dignificados”. Los pistoleros de Llaguno, pasaron a ser “héroes de la patria”. Los narco-terroristas de las farc y el eln, son según Chávez  “verdaderos ejércitos del pueblo”. Hasta es delito ahora pronunciar el cariñoso negra o negro, pues los expertos fabricantes de odios artificiales exigen que se diga “afro descendientes”.

Amparado por la semántica, lo que si puedo asegurar es que esto que mientan gobierno revolucionario es una inmensa DESGRACIA con fecha de vencimiento, diciembre del 2012.

Enviado a nuestros correos por albertopachecorojas@hotmail.com

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