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lunes, 1 de junio de 2015

LUIS DANIEL ÁLVAREZ V. CRISIS UNIVERSITARIA

En los años de vida Republicana es bastante probable que no se evidenciara momento tan hostil y álgido contra la vida universitaria como el que ahora narramos. Ni siquiera, cuando el Presidente se desempeñó como Vicepresidente habían surgido escenarios de tan marcado ensañamiento; y eso que la academia venezolana, desde los albores de la independencia, ha estado sujeta a diversos ejercicios de discrecionalidad, represión y abuso.

La visión internacional era clara respecto a los lúgubres escenarios que afrontaban las Universidades venezolanas, las cuales se veían asfixiadas bajo un mando que lejos de proferir la libertad de enseñanza y pluralidad, intentaban ser maniatadas bajo un modelo de pensamiento único en el que cualquier asomo de participación termina siendo castigado. Basta para ello observar la cantidad de estudiantes llevados a las cárceles, simplemente por proponer mejoras reivindicativas.

Diversos sectores condenan de manera enérgica la forma de proceder del régimen venezolano contra las casas del pensamiento educativo. Lamentablemente, el escenario no se plantea sólo en Venezuela, pues la región pareciera estar inmersa en macabros episodios en los que priva el modelo autocrático y una propaganda que descalifica al adversario.

Ese diagnóstico fue el que llevó a José Vasconcelos, Rector de la Universidad Nacional de México, a proferir, con valentía, un discurso el 12 de octubre de 1920 en el que pide condenar a Juan Vicente Gómez por llevar a las cárceles presos, los cuales son confinados bajo humillantes y perversos mecanismos de tortura. Es curioso que el cónsul venezolano en México, Eudoro Urdaneta, lejos de aclarar el tema de las detenciones, envió una nota de protesta al gobierno mexicano por las palabras y términos empleados por Vasconcelos contra Gómez. Luego de una disculpa enviada por el gobierno, el Rector y Ministro de Educación renunció, pues no le parecía correcto participar en un gobierno que mantenía relaciones con "una de las tiranías más monstruosas que ha conocido la historia de nuestros pueblos latinoamericanos". Sin embargo, la renuncia no fue aceptada.

En las horas aciagas que afronta la Universidad venezolana, no está de más recordar con ahínco y pasión a una figura como José Vasconcelos, uno de los grandes intelectuales mexicanos que no cesó nunca en su lucha por reivindicar la universidad autónoma y democrática que los Gómez, Estrada Cabrera y Carranza, se empeñan en silenciar, pero que no pueden, pues ellas son la esencia de la esencia de la libertad.

Luis D. Alvarez V
luis.daniel.alvarez.v@gmail.com
@luisdalvarezva

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viernes, 1 de agosto de 2014

LUIS UGALDE, LA SALIDA DEL GOMECISMO

En menos de cuatro años se disolvió el poder gomecista que a finales de 1935 era total; Gómez salió del poder y el país salió del gomecismo. Muerto el dictador, la salida fue rápida, relativamente incruenta y con un recorrido impensable. ¿Qué papel juega el liderazgo opositor con la presión de gente en la calle, y el del gobierno que trata de mantenerse cediendo y enfrentando a sus inmovilistas? Ver los hechos para aprender política.

Muere el dictador Juan Vicente Gómez en diciembre de 1935 y asume la presidencia López Contreras, su ministro de Defensa que, con “calma y cordura”, encauzará ejecutivamente la transición de la Venezuela dictatorial que se resiste a morir (los gomecistas duros ven a López como traidor). 

Entender a aquella oposición plural que, saliendo de las cárceles, del exilio y de la clandestinidad, avanza incierta entre dolores de parto. López proclama su fidelidad a Gómez y protege a sus familiares enviándolos al exilio, mientras permite el regreso de encarcelados y exiliados, y hasta los nombra ministros. 

Los intelectuales opositores, encabezados por Andrés Eloy Blanco, publican en la prensa su “manifiesto” con exigencias de cambios democráticos y sociales. La oposición empieza a definirse en agrupaciones y embriones de partidos como ORVE, PRP, UNR… 

La Federación de Estudiantes Venezolanos, con Jóvito Villalba al frente, se pone los pantalones largos y con lenguaje radical exige al gobierno un cambio total sin ambigüedades. 

La gente sale a la calle en marchas multitudinarias, a sol y sombra de tolerancia y represión. El 13 de febrero de 1936 el río desbordado de gente, (30.000 personas en una Caracas que no llegaba a 300.000 habitantes), marcha desde la UCV (esquina San Francisco) hasta la Gobernación y luego hasta Miraflores. 

López Contreras recibe una comisión encabezada por el rector y el estudiante Jóvito Villalba, quien exige cambio total del gobierno, con exclusión de todos los gomecistas, libertades democráticas y sindicales… 

López da buenas palabras y algunos golpes de timón audaces, como sacar al general Elbano Mibelli de la cárcel de La Rotunda y colocarlo al frente de la Gobernación de Caracas. 

Las grandes protestas de febrero obtienen la sorprendente respuesta del “Programa de Febrero” (21-2-36) con lista de necesidades y cambios, elaborada por opositores (se atribuye a Caracciolo Parra Pérez, Alberto Adriani y a Diógenes Escalante). Nuevo gobierno con ese programa y con hombres que han pasado por la cárcel y el exilio.

Eran los cambios que urgían; la Constitución antidemocrática podía esperar mientras se adelantaban las transformaciones… 

Queda el paso desagradable de la elección presidencial para 1936-43). Los recién encandilados por la utopía todavía no distinguen el camino de su meta, rechazan el Congreso gomecista y exigen de inmediato una Asamblea Constituyente (¡!) o nuevo Congreso elegido con voto popular. 

Pero otros temen una reacción dictatorial si fuerzan los cambios, comprenden la transición y ven con realismo la elección gomecista de López. Rómulo Betancourt dirá “hay que aceptar la reunión del Congreso gomecista con el pañuelo en la nariz”. En los jóvenes la política empieza a sembrarse con la utopía, pero solo nace cuando saca su tren de aterrizaje para transformar lo necesario en posible y lo posible en real. No pocos (ayer y hoy) se estrellan catastróficamente en el primer intento de aterrizar su utopía.

Y así, con dos pasos adelante y uno atrás, se desarrollan las grandes manifestaciones de junio de 1936, la inédita huelga petrolera de diciembre, las nuevas leyes y prácticas represivas anticomunistas con las que cualquier opositor era tachado de “comunista”, como hoy de “imperialista”. Siguen nuevos exilios y clandestinidades… A pesar del poder militar y de las leyes dictatoriales, el gomecismo agoniza y la democracia va naciendo en la gente; más tarde vendrá el cambio de Constitución y la elección presidencial de 1941. 

Hoy, con más razón, no es la Constitución lo que le duele a Venezuela, sino su sistemática violación desde el poder. Más bien la Constitución actual es un arma de los demócratas para exigir cambios en el gobierno. 

Todos los demócratas a una exigiendo y actuando una decena de puntos claves. La salida del gomecismo se origina desde dentro con López Contreras que evoluciona, presionado por las circunstancias y por una oposición que denuncia, protesta y dialoga al mismo tiempo. 

Ya habrá tiempo para leyes, elecciones presidenciales, constituyentes con discursos prometiendo –una vez más en nuestra historia– la ilusa “refundación” de la República. 

Lo hemos hecho con más de 20 constituciones pensando que lo importante es la utopía sin tren de aterrizaje, cuando lo necesario es cambiar la realidad y la gente desterrando prácticas que violan sus esperanzas y bloquean sus capacidades realistas de lograrlas. Por ahora, militarismo en maduración.

Luis M. Ugalde O. s.j.
lugalde@ucab.edu.ve

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martes, 29 de octubre de 2013

NARCISO GUARAMATO PARRA, NUESTRA DESCONOCIDA Y MANIPULADA HISTORIA

El pasado es tan desconocido como el futuro. Nuestro pasado conocido es relativamente corto,  hasta que el hombre no pudo inventar un sistema de almacenamiento de información que permitiera la masificación del conocimiento, nuestra historia sólo era del conocimiento de una élite erudita, quienes, por venir de una fuente oral o por provecho propio, la manipulaban a su conveniencia “La Historia la Escriben los Vencedores” dice la conseja popular.

Un claro ejemplo de lo anterior lo tenemos en el supuesto analfabetismo del Gral. Juan Vicente Gómez. El relato, más o menos, es el siguiente: una vez, encontraron al Gral. Gómez leyendo un periódico al revés, cuando se lo advirtieron, el dictador  sentenció: El que sabe leer, lo hace al derecho y al revés. Esta leyenda, totalmente falsa, tiene muchas probabilidades de haber nacido de la pluma del  Novelista, ensayista, periodista y diplomático venezolano, José Rafael Pocaterra, autor  de: “Memorias de un venezolano de la decadencia”, quien fuera acérrimo enemigo  del Presidente venezolano. En referencia al tema, Jorge Olavarría señala: “… Sabemos que Gómez leía lo suficiente para entender un documento y escribía lo necesario para firmarlo…” (Olavarría. 2007. Gómez. Un enigma histórico. Fundación Olavarría).
Otro dicho popular nos indica que aquel que no conoce la historia, está condenado a repetirla una y otra vez, cono si fuera Sísifo. Cuenta en la Odisea, que en el infierno, Sísifo, astuto y mentiroso comerciante, fue obligado a cumplir su castigo, que consistía en empujar una piedra enorme cuesta arriba por una ladera empinada, pero antes de que alcanzase la cima de la colina la piedra siempre rodaba hacia abajo, y Sísifo tenía que empezar de nuevo desde el principio, una y otra vez.
¿A que, vienen estas reflexiones? A la lectura del excelente libro de la historiadora venezolana Inés Quintero “La criolla principal María Antonia Bolívar la hermana del Libertador” (2008. 4ta Edición. Aguilar). El leer estas valientes páginas, me indujo a pensar en dos temas, uno desconocido totalmente por mi parte y el otro conocido pero que la idolatría ha manipulado y transgiversado: Nos referimos al papel de la mujer y en general del pueblo venezolano durante la Guerra de Independencia y a la pobreza del libertador al momento de su muerte.
   La guerra fue brutal en el suelo venezolano, familias enteras, clases sociales, desaparecieron. Caracas fue la única ciudad capital devastada por la naturaleza y las Hordas de Boves. Se puede decir que la guerra de emancipación fue librada básicamente en suelo venezolano. Por lo cual se tuvo que pagar un precio muy alto en vidas, propiedades y en 93 años de conflictos regionales (desde abril de 1810, hasta julio de 1903 cuando Gómez vence al último foco de rebelión por parte del caudillo oriental Nicolás Rolando en Ciudad Bolívar).
La gran cantidad de bajas venezolanas, llenó al país de viudas y huérfanos, esta es una de las explicaciones que se da a la resistencia de los militares venezolanos para acompañar a Bolívar a su campaña del sur, el cual culmina en Perú. Las mujeres venezolanas tuvieron que afrontar la administración de las propiedades familiares, la educación de los hijos y la búsqueda del alimento diario.
Un claro ejemplo de esta situación, la podemos observar en la vida de María Antonia Bolívar, mujer atrapada en dos mundos. Su naturaleza, su condición social y sus creencias, la llevaron a ir en contra de las ideas libertarias de su hermano. Era una realista, estaba a favor de la corona Española, pero no le quedó más remedio que abandonar todo lo que tenía y acompañar a su hermano, en la huía a oriente, y Salir al exilio, cuando las tropas de Boves llegaron a Caracas. El apellido de Bolívar era una marca peligrosa para su vida. Al finalizar la Guerra pudo regresar para recatar el patrimonio familiar y administrarlo.
Aquí podemos empatar esta reflexión con la segunda, la pobreza de Simón Bolívar al momento de su muerte. Es verdad que el libertador era generoso pero no era ningún tonto. A pesar de las múltiples preocupaciones que le generaban su cargo. Bolívar siempre estuvo pendiente, como heredero principal (su hermano mayor Juan Vicente murió en un naufragio a principios de la guerra) del patrimonio familiar. Primeramente le dio un poder a su sobrino Anacleto Bolívar y ante la incapacidad de este, se lo revocó, dándoselo a María Antonia. El poder dado a su hermana, le garantizó al Libertador, el pago de su deudas y una renta de 30.000 pesos. (2008. Ob. Cit.:85)
Al momento de su fallecimiento, bolívar contaba como único patrimonio la minas de Aroa, las cuales estaban en proceso de venta y negociadas con la empresa “The Bolívar Mining Association”. Los términos del contrato establecían que, por un período de nueve años, la empresa explotaría las minas  y pagaría por ello un arrendamiento   de 10.000 pesos anuales los primeros tres años y trece mil pesos los restantes años. Igualmente, para garantizar el contrato se le haría entrega al libertador 5.000 pesos mientras se resolvía el papeleo. Lamentablemente Bolívar, no vivió para ver cristalizada la venta de las minas, la cual aconteció en febrero de 1832. El precio de venta fue finalmente de 38.000 libras esterlinas, suma equivalente en la actualidad a 1.985.157,66 libras. (2008:160)
De la misma forma, en el inventario realizado al equipaje de Simón Bolívar, se valoró en 12.028 pesos y 6 reales y medio. El mismo estaba conformado por piezas de oro, de plata, medallas y condecoraciones y diversos objetos de uso personal.
Recordemos que el Libertador era un hombre que amaba la buena vida. El gustaba darse sus lujos de vez en cuando y como buen estratega planeaba su futuro. Parece olvidarse, y en el peor de los casos ignorarse, que cuando murió en Santa Marta iba camino al exilio en Europa ¿de que pensaba vivir?¿con que recursos contaba? Lo señalado anteriormente nos puede dar una idea al respecto. Así que no hay nada que ratifique la supuesta pobreza de Bolívar al momento de su muerte.
La moraleja de todo lo indicado anteriormente, es algo que siempre le he indicado a mis alumnos: Si quieren aprender, cuestionen todo lo que les digan, no den por hecho, investiguen y lean con la mente abierta y obtengan su verdad. El libro de Inés Quintero puede ser un feliz comienzo.

guaramaatoparra@gmail.com
@guaramatoparra

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viernes, 9 de agosto de 2013

RICHARD CASANOVA, JUAN VICENTE GOMEZ Y NICOLAS

Las similitudes y diferencias entre los regímenes de Juan Vicente Gómez y Maduro son expuestas con meridiana claridad por la historia.  Vamos a colocar la lupa en el tema de la represión aunque debemos advertir que en ambos casos se apeló a malabarismos electorales y jurídicos para garantizar la permanencia en el poder.

Lamentablemente a inicios del siglo pasado las precariedades del incipiente sistema internacional de justicia, permitieron que el dictador tachirense extendiera su mandato desde 1909 hasta su muerte en 1935, realidad que es muy distinta hoy.  Comencemos diciendo que en tiempos de Gómez el sistema judicial formal funcionó con aparente independencia, su única obligación era no interferir en la represión política que realizaban los cuerpos de seguridad.  La primera diferencia entonces es que en la Venezuela de hoy, el sistema judicial y el mal llamado Poder Moral son parte del aparato represivo del régimen. Es decir, el “gobierno” de Nicolás es un retroceso con relación a la dictadura de Gómez.

Veamos otras lamentables coincidencias. En su libro “Cantos de la prisión y del destierro”, Rufino Blanco Fombona narra su experiencia en La Rotunda, a donde fue llevado luego de ser “delatado” en una carta. Durante el tiempo en la prisión, ni siquiera fue informado de los motivos del encarcelamiento. El 19 de abril de 1910 fueron liberados todos los presos políticos, pero él permaneció en la cárcel y se le comenzó un juicio penal. No habiendo cometido delito alguno, el jurado no encontró pruebas y lo absolvió, sin embargo no fue liberado sino posteriormente expulsado del país.  ¿Cual es la diferencia de este episodio con el caso de Simonovis y demás presos políticos, encarcelados sin pruebas? ¿Cuál es la acusación contra Oscar López?  ¿Donde están las pruebas? ¿Van a sembrarlas? ¿Qué pasó con el derecho a la defensa, consagrado en la Constitución? Sin duda, el sistema judicial es un arma política del régimen contra la disidencia y los medios de comunicación.

En su libro, Blanco Fombona hizo una horripilante descripción de La Rotunda como una prisión panóptica y del tratamiento inhumano que recibían los presos. Es el mismo relato que hoy pudiera hacer María Lourdes Afiuni o Iván Simonovis de El Helicoide.  Hablando de la Jueza Afiuni, en tiempos de Gómez fue asesinado en un botiquín el Gobernador de Caracas, Luis Mata Illas.  El Juez de Primera Instancia encontró culpables a los Generales Isaías Nieto y Eustoquio Gómez, este último primo de Juan Vicente Gómez, Vicepresidente para la fecha. La condena de 15 años fue ratificada por el Juez Juan José Abreu en 1909 pero el ya Presidente Gómez estuvo en desacuerdo con la condena, por lo que el homicida fue liberado y designado Gobernador del Estado Táchira, mientras el Juez Abreu fue a prisión.  A propósito, Leoncio Martínez sacó una caricatura con la policía poniéndole esposas a la imagen de la justicia, lo que motivó que el caricaturista y su hermano Rafael, director del periódico, también fueran encarcelados en La Rotunda.  Honestamente ¿Cuál es la diferencia entre Juan Vicente Gómez y Nicolás Maduro?

Twitter: @richcasanova

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domingo, 16 de diciembre de 2012

ISA DOBLES, QUE UNE A ESTOS HOMBRES


Que une a estos hombres hoy, en Diciembre del 2012, en este año del siglo XXI? Precisamente   la tragedia de su fin.

El 17 de Diciembre de 1830 muere el Libertador, el caraqueño Simón Bolívar en San Pedro Alejandrino y tras sufrir   durante casi toda su vida de tuberculosis  bajo los cuidados del Dr Alejandro Prospero Reverand. Nació rico…y murió pobre. Amó mucho. Y murió solo. Pero lo que fue capaz de hacer en la  corta existencia humana que vivió , y en aquellos tiempos sin  posibilidad de    despertar la emoción  inmediata, de llevar hasta los pueblos que liberaba  su pasión y sus logros o derrotas, sus sentimientos, se agigantaría por la lucha  indomable por los principios  de la libertad y la dignidad. Esa figura, ese legado, ese compromiso, lo convirtió en símbolo, en ejemplo, y sufre la más  miserable arremetida de los déspotas que lo utilizan y moldean a su antojo para  engrandecer su propia figura despojada de sus virtudes históricas.
Asi, el dictador Juan Vicente Gómez, que  mutila las  esperanzas de Venezuela por largos 47 años, muere el 17 de Diciembre enterrado ya por el ímpetu de una generación   que valientemente compulsaba  el destino anhelado. Cuentan unos que se escondió la verdad alargando la hora de su muerte para ajustarla a la misma que  la que expirara el caraqueño en Santa Marta.
Hugo Chávez  ha ido mucho más allá.   Se ha hecho un molde de Simón Bolivar a su medida. Ha profanado  sus restos y  ha querido cambiar  el criterio libertario por el servilismo, la obediencia y el deshonor   en la usurpación  truculenta y vil.
Y llega a este Diciembre del 2012     en una isla, con un poder que  ya no importa, con un  destino inconcluso pendiendo sobre sus botones y estrellas, mojando sus botas con lágrimas de un pueblo  todavía cándido en su ignorancia, contenido en su impotencia…Este 16, un día anterior al  fin de Bolívar, al del dictador Gomez, y no puede sino  acallar  la  ansiedad angustiosa por esta coincidencia que  incitará la superstición, nublará la razón y profundizará el temor morboso  de un pueblo agobiado.  Quien se venga? Bolívar?
dobisa@cantv.net

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miércoles, 25 de abril de 2012

PEDRO PAUL BELLO, ¿CUAL HA SIDO EL PEOR GOBIERNO DE VENEZUELA? PARTE II

             El 24 de noviembre de 1908, Castro estaba en La Guaira a bordo del barco que le llevó a Alemania para ser operado de la fístula, ya tratada en Caracas, pero entonces agravada.  25 días después, el 19 de diciembre, el Compadre, a quien había dejado al mando de una República en grave crisis, dio el golpe de Estado que lo llevó al poder hasta su muerte, el 28-12-1935.  Poco tiempo luego, el Gobernador de Caracas Pedro María Cárdenas, recibió un cable procedente de Berlín, cuyo texto, igual al que Castro enviara cifrado para ordenar la muerte de Antonio Paredes a orillas del Orinoco, rezaba: “La culebra se mata por la cabeza.” Era la orden del “Cabito” derrocado.
             La llegada de Gómez al poder generó gran alborozó en el país. Hasta el grupo literario “La Alborada” (formado, entre otros, por Rómulo Gallegos, Julio Planchart y Salustio González) acuñó ese nombre para identificarse. Gómez pidió apoyo militar de barcos a los Estados Unidos, que recibió de inmediato acorazados, pues Castro había cortado relaciones con ese país.
Gómez manejó este país a su antojo.  En lo Constitucional, por ejemplo, hizo aprobar las siguientes Constituciones: La de 1909, que es la 12ª, que lo eligió para 4 años y en la que volvimos a la división territorial de 20 Estados que dictó la de 1864; elección indirecta del Presidente por el Congreso; creación del Consejo de Gobierno. El Estatuto Constitucional Provisorio de 1913 pero promulgado en 1914, que impidió la elección prevista por la Constitución vigente por causa de una supuesta invasión de Castro, pero en verdad era porque dicha Constitución obligaba al Presidente a estar en Caracas y él prefería Maracay y, además, se incorporó la figura del Comandante en Jefe del Ejército, quien fue él mismo. La Constitución de 1922 (14ª), por la que fue electo Presidente para el período 1922-1929. La última, que fue la de 1925 (15ª), que fue enmendada en 1928 y 1929,  por la que eliminó la segunda vicepresidencia y también la disposición existente que no le permitía ausentarse del país por más de 25 días.  Las Constituciones en tiempos de Gómez se sujetaron mucho a sus situaciones y caprichos de vida. Gómez supo dejar pesados asuntos del Estado, designando como Presidentes a personas competentes y honestas (Márquez Bustillos, Baptista Galindo), pero atenidas a su voluntad.    Pese a la férrea e inhumana tiranía que se desarrolló en el nuevo gobierno, hay elementos importantes se deben tomar en cuenta a la hora de enjuiciarlo, entre otros: El primero de ellos, es que antes de Gómez, Venezuela nunca había alcanzado a ser un verdadero Estado Moderno. Gómez estableció, en todo nuestro territorio nacional, el núcleo de lo que define la forma política del Estado: una dominación independiente en lo interno y en lo externo, capaz de actuar, con sus propios medios y de manera continua, a fin de garantizar la gobernabilidad en el país. Por supuesto, esto determinó que el poder de Gómez se asentara en el Estado, antes inexistente y por él construido. En efecto, no era difícil entender, en esos inicios, que el Estado pudiese funcionar sin Gómez.
El segundo, es que el requisito histórico y primario del Estado Moderno, es que el gobernante  (el Rey) cuente con una fuerza propia militar que garantice el respeto a las decisiones que permiten el funcionamiento del Estado. Gómez creó la primera Academia Militar seria de Venezuela.
El tercer elemento es que Gómez liquido el caudillismo que hizo que, en casi toda la América Ibera, se desarrollase un modelo feudal sui generis que, en Venezuela, alcanzó sus más críticas proporciones. Los caudillos regionales, señores feudales de sus tierras, que ya había derrotado cuando destrozó la Revolución Libertadora que se alzó contra Castro, terminaron  --muchos de ellos--  sentados en lo que la sal  venezolana llamó “El Pesebre”, suerte de “Consejo de Gobierno.”
El cuarto: Gómez supo rodearse de la élite del país en los diferentes campos del hacer y del saber, fuese en lo intelectual, político, económico, profesional, etc., con lo cual pudo establecer una organización coherente y apta para funcionar.  Obviamente, esto, al mismo tiempo, reforzó y se favoreció del auge petrolero que desde inicios de su gobierno había comenzado a surgir.
El quinto: La importante acción de desarrollar vías de comunicación (carreteras  y ferrocarriles) de larga duración y eficaz planificación y construcción. Eso permitió progresar a Regiones económicas antes aisladas.
Sexto: durante su mandato hubo una paz que por décadas no tenían los venezolanos, aunque un dicho rezaba sobre el lema “Paz, Unión y Trabajo”: “Paz en el cementerio, unión en las cárceles y trabajo en las carreteras”.
Finalmente, hay que mencionar dos factores importantes y que al dictador resultaron favorables: 1º. La ingenua conducta política de sus oponentes, cuyo objetivo era “salir de Gómez” en cualquier forma, frecuentemente mediante aventuras generadas en el extranjero para “invadir” a Venezuela, en las que participaban exilados, militares, políticos y estudiantes que nunca significaron reales amenazas.  2º.  El miedo, vivido por siglos e internalizado en las conciencias  --como ruinas, atropellos, persecuciones, cárceles y muerte--   de una población agotada por guerras y mendicante de paz. 
Gobierno del Gral. Eleazar López Contreras.
Como El Libertador, Gómez murió el 17 de diciembre de 1935 y había nacido un 24 de julio. Dejó como sucesor al Gral. Eleazar López Contreras,  formado en la Academia Militar por Gómez establecida. Los primeros tiempos del mandato de López fueron borrascosos y muy controversiales, por cuanto la familia de Gómez  --en particular su primo Eustóquio)--  no ocultaba sus aspiraciones.  Por otra parte  --y contradictoriamente--  muchos sectores populares pedían a López Contreras que asumiera la dictadura y mantuviera el “status quo.”  Pero éste, hombre de Academia, moderno para su tiempo y amante de su Patria, creía indispensable superar el oscuro pasado para que los venezolanos vivieran en la paz que garantiza el orden y disfrutasen de instituciones inspiradas en democracia.  Levantar un gobierno, con tal mentalidad, significaba, entonces, chocar con privilegios e intereses de antigua data cuyos beneficiarios querían conservar por siempre.
La primera tarea que se trazó López fue dar vida propia a las instituciones existentes, en un país cuya única institución era Juan Vicente Gómez. Además, en el escenario político tampoco existían verdaderos partidos, pero sí una oposición con aspiraciones e ideas sostenidas especialmente, por los estudiantes de las famosas Generaciones del 28 y el 35.
Una circunstancia cuyo autor aún permanece en la sombra de lo secreto, fue el ocasional asesinato de Eustóquio Gómez, el 20 de diciembre de 1935, ocurrido en la sede de la Gobernación de Caracas.  En todo caso, y con la certeza de que el Presidente López nada tuvo que ver en ese hecho, lo cierto fue que abrió alguna claridad al horizonte político de Venezuela. Sin embargo, el 14-2-1936, el gobierno tuvo que controlar una numerosa manifestación popular, encabezada por estudiantes, que en la Plaza Bolívar se reunió para protestar por la suspensión de garantías dictada y censura a la prensa que dictó el Gobernador.
El Programa de Febrero. Con gran habilidad política y conforme a sus planes diseñados, el Presidente López presentó, el 21 de febrero, ese programa que contenía una serie de medidas y proyectos ajustados a la recuperación de Venezuela. Entre sus numerosas medidas, vale la pena destacar algunos títulos de ellas:  Régimen de Legalidad:  la majestad de la Ley debe ser respetada por ciudadanos y funcionarios; Reactivación de los Concejos Municipales, casi inexistentes; Administración de Justicia rápida, eficaz y poco onerosa; Libertad de Trabajo y eliminación de Monopolios; Higiene Pública y Asistencia Social;  Programa de ejecución metódica de un Sistema Nacional de Carreteras; Lucha contra el analfabetismo y reorganización de la Educación; Prioridad para las actividades agrícolas; Política intensa de Inmigración y Colonización; Fortalecimiento de la Política Exterior de Venezuela.
Este Programa se fue ejecutando de manera sistemática y, completado con un Plan Trienal decretado en 1938, modernizó al Estado y creó instituciones que perduraron hasta hace poco.
Finalicemos la breve consideración del Gobierno del Gral. López Contreras señalando que, entonces, se formaron organizaciones políticas que fueron base de los Partidos Democráticos surgidos poco después: ORVE, PAN, UNE, PRP.  Además, el 20 de julio de 1936 fue reformada la entonces vigente Constitución de 1925, reformada en 1938 y 1929, para eliminar la Vicepresidencia y disminuir el período presidencial de 7 años a 5 años, lo que no obligaba al Presidente López, electo con dicho texto antecedente. Fue su decisión personal acogerse al nuevo texto para entregar el mando en 1941.
Gobierno del Gral. Isaías Medina Angarita.
El nuevo Congreso elegido conforme a la Constitución por las Legislativas y los Concejos Municipales de los Estados, designó, el 24-4-1941, al Gral. Medina, nuevo Presidente. Es conocido que López tuvo en mente a Diógenes Escalante, prestigioso diplomático, que fuera su primer Ministro del Interior y luego Secretario de la Presidencia. Aspiraba también a la Presidencia el Dr. Victorino Márquez Bustillos, quien lo había sido en 1914, designado por Gómez. Medina fue lanzado como Candidato por el Movimiento Cívico de Cojedes, idea que acogió gran parte del electorado. Ante eso, se dice que López lo aceptó como Candidato, tanto por ser su Ministro de Guerra, como por su condición de tachirense con apoyo castrense y ser desligado del gomecismo militar. Por otra versión, (fuente muy seria)  parece ser que había un movimiento militar gomecista, apoyado por civiles, que auspiciaba la candidatura del Gral. León Jurado, pues Escalante “era comunista.” Sencillo, afable, popular,  el nuevo Presidente gozó de gran simpatía entre los venezolanos. Muy relacionado en Caracas, pronto Medina designó para su gobierno a personas como Arturo Uslar Pietri, Diego Nucete Sardi, Manuel Silveira, Félix Lairet y otros conocidos y prestigiosos venezolanos.
A pesar de que, en buena parte, lo político copó el interés nacional, destacan importantes realizaciones del gobierno tanto en la institucionalización como en la modernización física del país:  se trabajó mejorando o realizando en materias como el hábitat; obras de infraestructura; desarrollo de la Administración Pública; ingresos fiscales, Educación, etc. De manera particular, destacan: la puesta en marcha del Plan Monumental de Caracas, diseñado por el Ing. Rotival en 1939, la Reurbanización El Silencio dirigida por el Arq. Villanueva y el inició de la Ciudad Universitaria en 1945. La mayor importancia la tuvo la Reforma Petrolera de 1943 que unificó las legislaciones anteriores en esa materia, así como la paridad participativa del Estado y las empresas extranjeras, con lo que la renta petrolera nacional pasó de 6,2 mill/Bs en 1943, a 43,9 mill., en 1944, a 580,55 en 1949, superando 1.600 mill. en 1958.
En lo político, los partidos existentes en el período de López, ya mencionados, se transformaron en AD, Acción Nacional ( en 1946 Copei), PDV que era nuevo y partido del gobierno y las Agrupaciones Cívicas Bolivarianas que apoyaban al ex Presidente López Contreras. Pero el país en general y el mundo político en particular, esperaban y presionaban por lograr el ejercicio total de la democracia en desarrollo, mediante elecciones universales, directas y secretas, esperanza que se fortaleció con la candidatura del Dr. Diógenes Escalante, apoyada por el PDV y el Presidente Medina. Como es sabido, esta esperanza se frustró cuando el candidato fue afectado por un mal cerebral, por lo que Medina escogió como nuevo candidato, a un venezolano muy valioso, el Dr. Ángel Biaggini, pero que carente de atractivo político. Mientras, en las sombras, un grupo de militares algunos de los cuales --entre ellos Marcos Pérez Jiménez--  que venían de la Escuela peruana de Chorrillos, organizó una Logia Militar ( Unión Patriótica Militar) semejante en intenciones a las que, formadas por egresados de la misma Escuela peruana, habían derrocado varios gobiernos en América del Sur. Ese grupo conspirador, aprovechaba la presión de jóvenes militares que no querían ser mandados por los de la vieja escuela, llamados por  ellos los “Chopo e piedra.” Infortunadamente, Medina desaprovechó el prestigio militar de otros valiosos oficiales, como el Gral. Juan de Dios Célis Paredes, quien sería muy aceptado por la oficialidad joven y, esto, habría frustrado la aventura conspirativa en marcha.  La consecuencia fue el golpe militar del 18 de octubre de 1945, que derrumbó al gobierno de Medina, quien, con su bonhomía, tampoco quiso hacer resistencia a la sublevación.
El Trienio.
Los conspiradores militares habían buscado apoyo de los civiles políticos, en partícular de Acción Democrática, cuyo crecimiento en los sectores populares era muy notable. Como lo destacó Rómulo Betancourt en su libro,  dirigentes de AD fueron llamados por el grupo militar que encabezaba Pérez Jiménez, para alcanzar apoyo. A tal reunión, que fue en la casa del Dr. Edmundo Fernández, asistió Betancourt acompañado de Gonzalo Barrios y Raúl Leoni. Relata Betancourt, que los militares les informaron que el golpe era inevitable y que, Pérez Jiménez se dirigió personalmente a él para decirle: “Y Ud., señor Betancourt, es la persona que creemos debe encargarse del gobierno”. A lo que respondió éste que ellos solo representaban al Partido con la misión de oírlos y que al partido ellos se debían.  Cuando aún el Dr. Escalante estaba sano, el propio Betancourt, con Leoni, viajó a Washington para conversar con él e informarle de la grave situación planteada, expresándole que el candidato del oficialismo, que era hasta entonces Escalante, “debía impulsar una reforma de la Constitución, pautando el sistema de sufragio directo, universal y secreto”, pues de lo contrario sería inevitable la insurrección cívico-militar. Escalante les participó su asentimiento, pero después, de manera infortunada, se enfermó.
El día 10-9-1945, Medina hizo público que el candidato sería el Dr. Biaggini, lo que se confirmó en acto oficial el 1-10-1945. La suerte estaba echada.
El 18 de octubre estalló el golpe y se constituyó una Junta Revolucionaria de Gobierno, cuyo Presidente fue Rómulo Betancourt, a quien acompañaron como Miembros: Raúl Leoni Gonzalo Barrios, Luis Beltrán Prieto, el Mayor Carlos Delgado Chalbaud y el Capitán Mario Vargas. El Mayor Marcos Pérez Jiménez, cerebro del golpe, fue el Jefe de Estado Mayor General.
Pese a que han pasado más de 66 años de aquel acontecimiento, el juicio sobre la gestión política y administrativa del gobierno de la Junta, así como el del Presidente Rómulo Gallegos, electo en 1947, está por hacerse.  Debe reconocerse que cabalmente se cumplió, entonces, lo que dijera el Presidente Betancourt en el mitin realizado por su partido, el 17 de octubre, la tarde antes del golpe de Estado: Acción Democrática, expresó con su famoso verbo: “no iría jamás a un gobierno como el pariente pobre que entra por la puerta del servicio doméstico, a ocupar dos o tres de esos llamados ‘Ministerios Técnicos’, y que gobernaría cuando tuviera “en las manos las posiciones-clave del Estado, ésas donde se decide la vida política, económica y social del país”, y así ocurrió.
El 27-10-1946, se eligió Asamblea Constituyente, mediante proceso universal, directo y secreto de todos los venezolanos de ambos sexos mayores de 18 años. Fueron 4 partidos principales: AD obtuvo el 73,43% por 1 millón 100 votos (aprox) para 137 diputados; Copei: el 13,22% por 185 mil votos (aprox) para 19 diputados; URD: el 4,26% por 59 mil votos (aprox) para 2 diputados y el PCV el 3,62% por 50 mil votos (aprox) para 2 diputados. Esta Constitución sustituyó la vigente de 1925 reformada 2 veces por Gómez, 1 vez por López y el 23-4-1945 por el Presidente Medina. Su primer acto fue legitimar la Junta como poder colegiado, antes de facto. La nueva Constitución de 1947 fue aprobada el 5-7-1947. Sus debates, transmitidos directamente por radio, sirvieron de escuela de formación democrática para un pueblo que era ajeno a ello, siempre guiado por la decisión del mandatario de turno. Los venezolanos se formaron juicios propios de partidos y dirigentes, más allá de  demagogias y propagandas deformantes. El Hemiciclo de la Cámara de Diputados agotaba a diario la capacidad de sus barras, lo que, para la democracia naciente, fue más importante aún que el mismo texto constitucional discutido y aprobado. El texto dio orientaciones más sociales al Estado y cumplió la aspiración general de elegir directamente sus autoridades, sin presiones ni fraudes; reforzó el control de los Poderes Públicos; estableció el voto de censura. por mayoría calificada, a los altos funcionarios y la interpelación de los Ministros, así como el Habeas Corpus. Fue muy polémico el darle al Ejecutivo poder extraordinario para detener personas hasta por 60 días en casos de peligro, sin suspensión de garantías, pero si con vigilancia del Congreso. También lo fue el art 77, llamado por la oposición “Inciso Alfaro Ucero” (proponente) en recuerdo del famoso Inciso 6º de la reforma constitucional de López Contreras.
La gestión de gobierno introdujo, tardíamente en Venezuela, el fenómeno latinoamericano del populismo, producto característico en la sub-región --luego del agotamiento del Estado Tradicional--  conformado por alianza de clases. Ello condujo a que sectores del partido gobernante, como en otros países ocurrió, calificaran a sus opositores con epítetos como “reaccionarios”, “oligarcas”, “imperialistas”, “latifundistas”, etc., lo cual abrió la vida política a confrontaciones intensamente crecientes. Fueron frecuentes movilizaciones de masas obreras y campesinas identificadas como “pueblo”, y el desarrollo del modelo de poder sobre el eje Gobierno-Partido-Sindicato.
El sectarismo de algunos dirigentes y partidarios, abrió cauces a conflictividad, que se expresó en saboteos de actos de opositores y reacciones de éstos, lo que condujo, con frecuencia, a situaciones violentas. Muy dañino, por sus repercusiones, fue el decreto 321 del Ministerio de Educación, que estableció diferencias en las evaluaciones de estudiantes de los institutos públicos y los privados, lo que desencadenó manifestaciones muy grandes de protesta y choques entre estos grupos. Igualmente, un decreto de la Junta creó un “Jurado de Responsabilidad Civil y Administrativa” que afectó injustamente a ex Presidentes y personas que habían desempeñado altos cargos en los gobiernos antecedentes, situación que condujo a que el Dr. Rafael Caldera, líder de Copei, renunciara a su cargo de Procurador de la República.
Tales situaciones condujeron a una severa descomposición de la vida política y social de la Nación, lo que no desapareció cuando en 1947 fue electo Presidente el notable escritor venezolano Rómulo Gallegos, con 871.752 votos, contra 264.204 de Caldera y 36.564 de Gustavo Machado, líder del Partido Comunista. También, se produjeron varios intentos de subversiones y golpes de Estado, como consecuencia de la situación que se había venido desarrollando.
 Sin embargo, ambos gobiernos (de la Junta y de Gallegos) alcanzaron otros logros importantes, entre ellos la introducción del concepto y práctica de la Planificación y la creación, para ello, de Cordiplan; el establecimiento de la paridad (fifty-fifty) entre el Estado y las petroleras, orientado por Pérez Alfonso; progresos importantes en salud pública contra las enfermedades endémicas que por siglos azotaron la población, en especial la rural; organización y profesionalización del Ministerio de Agricultura, así como  desarrollos para fortalecer la inmigración y en materias de vivienda, vialidad y urbanismo.
El 24 de noviembre de 1948, un golpe militar dirigido de nuevo por Pérez Jiménez, echó por tierra esta etapa primera de verdadera democracia en Venezuela, pese a los errores y defectos de  gobernantes y opositores. Reaparecería de nuevo, esa experiencia democrática siempre anhelada por los venezolanos, el 23 de enero de 1958.  Estamos hoy en la misma espera.
Continuará con la III parte.
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