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domingo, 2 de agosto de 2015

EDUARDO GUZMÁN PÉREZ, MILITARISMO, PODER Y CORRUPCIÓN.

André Guide: Todas las cosas han sido  ya dichas, pero como nadie escucha, hay que volver a empezar.

Que de  cosas  de la historia de este país, mi país, tu país, el país de nadie. La próspera Venezuela Modélica que quedo en orfandad de conducción y mando, pero eso sí,  en “democracia para y por el pueblo”,
Una vez que el presidente Marcos Pérez Jiménez quien nos  sacó, y afortunadamente, del miserable país que heredo en 1952 de la famosa como esta  “Revolución de Octubre”, y de todas  las anteriores, Y decide abandonar el poder  la  madrugada del 23 de enero del 58, y óiganme, en donde los gringos jugaron un papel trascendental,  Pérez Jiménez , previo  un acuerdo  con su compadre el Cnel. Pedro Jose Quevedo  le recomienda: “Compadre pongan a Larrazábal al frente de la Junta  que es el oficial  más antiguo en jerarquía” y Quevedo lo hace,  otro desastre.
Algo así como aquello que 12 años atrás  al medio día del  19 de octubre de 1945, le dijo el Presidente Medina al rendirse en el Cuartel Plaza  a manos del  Tecnel Marcos Pérez Jiménez, jefe visible del movimiento militar , le dijo Medina: “Comandante no le entreguen el gobierno a lo adecos gobiernen Uds. con una Junta Militar”. Pérez Jiménez no podía, espero tres años.   En ese instante  histórico  del 23 de enero del 58 se puso fin a 57 años de gobiernos de los cinco  dinastas andinos que nos habían gobernado para bien o para mal.-1898-1957.
Los  resultados de esa decisión  de Pérez Jiménez fue  un desastre: El difunto al final  y ahora el imputable.  Y de seguidas ya el país en manos de una Junta,  es negociado a espaldas del pueblo, pero eso sí,  en su nombre en  un contubernio político  falaz en los que Rómulo era experto y enseño a Caldera, aprueban la Constitución presidencialista, representativa  y centralista del 61.  Un traje hecho a la medida para apoyar la llamada “democracia de los partidos” que era lo que vendían, “por y para el pueblo.” 
Luego de 40 años del ensamble AD-Copei- izquierda trasnochada hoy en el poder y militares,  vean  en que   desemboco ese desastre en 1998 y las consecuencias que estamos viviendo;  de eso que ellos llegaron a llamar: “la más perfecta democracia de America latina,” y  pensaron que para salvarse fusilaron a  CAP en otro contubernio falaz propio de los adecos y copeyecos/masistas, que  era la solución y se coló el difunto,. 
Y hoy, tras 15 años  de un “régimen revolucionarios y bolivariano” como aquel de la otra “Junta Revolucionaria de Gobierno” presidida por Betancourt-1945-47-,  diseñada por Rómulo Betancourt cuando a lo Chávez se prestó para derrocar a Medina y asaltar el poder, propinándole el  sangriento  antihistorico y perverso golpe militar en 1945 que fue un salto al vacío.
Hoy, el  país, el mismo de 1945-1947 y de tantas otras épocas pasadas “revolucionarias” de  nuestra nada  hermosa historia política militarista instaurada por Bolívar en este país, o ex país yo no sé. 
Lo que si es cierto, es que   el régimen del Pacto de Punto Fijo  está viviendo su fin con el llamado régimen cívico militar castro comunista, en  este   monumental funeral”, 
De un régimen  que  según  mi amigo Jose Machillanda Pinto es: “….Un proceso político  que a partir de 1999 está atado a la violencia cercano al militarismo y con uso del radicalismo político. En la medida en que estos tres elementos han mostrado su ineptitud e incapacidad para ejercer la política, aparece la militarización de la política y la militarización de la sociedad… El militarismo hecho poder político hoy. 
Pero  lo que si no creo ni puedo admitir  de Jose, es que diga que: “El 6 de diciembre es una cita para la civilidad, es un hecho civilizatorio propio de países desarrollados que entienden el hecho electoral como una oportunidad para premiar o castigar un gobierno siempre y cuando haya cumplido con resolver las demandas prescritas y pospuestas de un cuerpo social.
Jose, mi coronel amigo. Eso es en otro país y en otras culturas, ¿pero aquí?  Por Dios  Jose ¿Ud. has visto a un gobierno comunista de los habidos en el mundo, salir del poder electoralmente o perder elecciones? y aquí menos,  Señores !!!Alea jacta est
Jose Eduardo Guzman Perez
guarauno2000@gmail.com
@guzmanperez1

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lunes, 15 de junio de 2015

LUIS DANIEL ÁLVAREZ V., UN CONTRABANDO DE MUCHO VALOR

El presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez, se presentaba ante el rey, don Juan Carlos, para el saludo protocolar de rigor. España daba sus primeros pasos hacia la democracia y el franquismo quedaba atrás. Sin embargo, faltaba mucho por hacer, pues no había partidos políticos estables y los pocos que existían  aún no lograban la legalidad.

Mientras los jefes de Estado se saludaban y ratificaban la buena voluntad que ha de privar en todos los actos fraternales, Felipe González descendía, sin llamar la atención,  por la parte posterior del avión que lo había llevado desde Suiza donde  coincidió con Carlos Andrés Pérez en una reunión de la Internacional Socialista. Contaba el dirigente socialista español muchos años después, que el dibujante y arquitecto de su misma nacionalidad José María Pérez González, apodado Peridis, había inmortalizado el encuentro con una caricatura en la que mostraba a González bajando del avión, mientras que Pérez le decía al rey que en la nave llevaba un contrabando.

Es preciso señalar que ese "contrabando" casi cuarenta años después iba dar de que hablar al venir a Venezuela a observar la situación que se vive. Pese a las ofensas y amenazas, Felipe González no bajó en esta oportunidad por la retaguardia del aeroplano sino que con gallardía llegó a un país en el que el gobierno lo ha amenazado y el Parlamento, en un ejercicio de improvisada extralimitación lo declaró persona non grata.

González se comportó como un estadista. Observó, dio recomendaciones y demostró un profundo conocimiento de la estructura venezolana al reiterar en diversas ocasiones que su participación en el equipo jurídico de los presos políticos era de asesor técnico y no de abogado defensor, pues requeriría revalidar.

El expresidente de gobierno español  manifestó que era pertinente prestar atención a la economía e indicó que no venía a Venezuela a sabotear, por lo tanto una vez que el gobierno venezolano le negó la posibilidad de visitar a los presos políticos, se marchó, habiendo dejado en la visita reuniones con la Mesa de la Unidad Democrática y con Teodoro Petkoff, a quien entregó el Premio Ortega y Gasset que en su nombre recogió en España.

Al salir de Venezuela, rumbo a Colombia para asesorar en el proceso de paz, llevó Felipe González las impresiones de una visita que aunque corta, resultó fructífera. Indudablemente aquel "contrabando" que regresó a España hace 39 años, es hoy día una de las más importantes figuras de la democracia y un líder que tiene mucho que aportar y contar sobre la realidad venezolana.

Luis D. Alvarez V
luis.daniel.alvarez.v@gmail.com

@luisdalvarezva

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domingo, 25 de enero de 2015

FREDDY IGNACIO NUÑEZ MARTINEZ, EL RESULTADO DE LA ESTUPIDEZ


Absolutamente nada de lo que está ocurriendo en Venezuela, puede constituir una sorpresa para alguien con dos dedos de frente. El país exhibe los espantosos efectos de la estupidez histórica que significo Hugo Chávez en el poder, y la continuación de sus locuras por parte de Maduro. Todos los hechos utilizados como excusa para justificar el sangriento golpe del 4 de febrero están hoy multiplicados. Nunca ha habido tanta corrupción, tanta ineptitud y tanta demagogia concentrada en un gobierno.

Quizá una patética demostración de la estupidez con la que se desgobernado Venezuela en estos 15 años, la encontremos en el hecho de que mientras más defienden modelos estrepitosamente fracasados como el comunismo, sus más conspicuos representantes en el mundo occidental, los cubanos, acuerdan reanudar relaciones de todo tipo con los Estados Unidos. 
En agosto de 1988, se celebro en Quito la toma de posesión del nuevo presidente de Ecuador, Rodrigo Borjas.  Por coincidencia me encontraba en  esa ciudad como parte de un recorrido por las capitales de los países de la subregión andina, en una investigación de campo para la Junta del acuerdo de Cartagena. Una tarde, previa al acto formal de la toma de posesión, me reuní con Teodoro Petkoff en el lobby del hotel donde estaba alojado como parte de la comitiva oficial que Venezuela enviaba a dicha toma de posesión, mientras conversábamos  se le acerco en tono confidencial Enrique Tejera París, y luego me entere que se trataba de una invitación para que Teodoro asistiera a una reunión con Fidel Castro, que se efectuaría en la suite de Carlos Andrés Pérez. Hay que recordar el año, 1988, y aquello del “gocho pa´l 88”, de manera que Fidel había pedido una reunión con quien su olfato le permitía suponer sería el próximo presidente de Venezuela.
Los hechos posteriores son más que conocidos, gana CAP, y uno de los principales invitados, a lo que entonces se llamo la coronación fue precisamente Fidel Castro. Más tarde, cuando se produce el golpe de estado de febrero del 92, las dos primeras llamadas que recibe el presidente Pérez, condenando el golpe y ofreciéndole su apoyo son las del Presidente de los Estados Unidos, George Busch, y la de Fidel Castro. 
A fines del segundo gobierno de Caldera, ya Fidel había trabajado a su nueva opción, Hugo Chávez,  hasta convertirlo en su muñeco de ventrílocuo.  Una vez que Fidel es sucedido por Raúl, y con la autorización de aquel, se aceleran los contactos a diversos niveles con el gobierno norteamericano, sabedores, después de cincuenta años de fracaso, que el tal socialismo o muerte solo tiene de cierto lo segundo.
Ya la apuesta para chuparse a Venezuela había dado todo lo que un gobierno tan irresponsable e inepto como el de Chavez facilitaba, significaba poco dejarlos hacer el ridículo mundial patentizado en las famosas dos cartas de Maduro, mientras ellos buscan a como de lugar otro camino.
Lástima que el régimen le tenga alergia a los libros, hubieran podido  leer “China” de Henry Kissinger y evitarse el papelón: “Este equilibrio entre los principios estadounidenses y chinos demuestra que a veces la ambigüedad constituye la esencia de la diplomacia” .
Freddy Ignacio Nuñez Martinez
freddynm6311@gmail.com
@freddynm6311

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miércoles, 2 de octubre de 2013

NARCISO GUARAMATO PARRA, DE LA ESTABILIDAD AL PAQUETE (III) ECONOMIA AL ALCANCE DE TODOS

PERIODO (1983 - 1989)

Este período, se considera el más turbulento de la democracia venezolana. Los desequilibrios se fueron acentuando.

Los precios aumentaron en el período hasta alcanzar una variación de casi 30% en 1988; el bolívar se devaluó cinco veces: de Bs. 4,30 a 18,56 por dólar. La actividad económica fue recesiva y volátil, sólo creció 3,5% entre 1983 y 1988. Según datos del BCV, en 1988 el déficit en Balanza de Pagos alcanzó a 4.640 millones de dólares, más cinco veces el déficit del año anterior, que fue de 876 millones de dólares. De esta manera, desde 1986, el saldo global de la Balanza de Pagos se hizo negativo. Concretamente en 1988, el déficit significó una pérdida de reservas internacionales del orden de los 2.705 millones de dólares, lo que representó una brusca caída del 40%. 

Esta situación llevó al presidente Carlos Andrés Pérez, recién electo para un segundo período, aprobar el plan de ajustes propuestos por su equipo de gobierno.

EL GRAN VIRAJE

Los desequilibrios económicos seguían acentuándose de tal forma que Carlos Andrés Pérez, quien fue elegido para un segundo mandato con la esperanza  de que el comportamiento fuera parecido al de su primera presidencia, para la sorpresa de todos, dio un giro de 180º,  y autorizó  a su equipo económico para acudir al Fondo Monetario Internacional, a solicitar un préstamo para  solventar los problemas de  balanza de pagos existente, causado por una fuga de capitales. De acuerdo al Prof. Silva Michelena, la situación socio-económica a fines de 1988 era lamentable; el sistema de precios era artificial, el régimen de cambios diferenciales (Recadi), además de ineficiente, fue un pozo de corrupción, el déficit presupuestario estaba fuera de control, la represión financiera mantenía tasa reales negativas de interés, comercialmente un riguroso régimen proteccionista atentaba contra las exportaciones no petroleras, y el desarrollo industrial estaba estancado, la pobreza y el desempleo se hicieron ostensibles.
           
El llamado paquete de medidas de ajustes denominado el “Gran Viraje” y calificado por muchos como “Neoliberal” (por la semejanza que tenía con el plan de ajustes recomendado por el  “Consenso de Washington”, a pesar de que el principal promotor, Miguel Rodríguez, es reconocido por su pensamiento Keynesiano),  fue un intento de acercar a Venezuela a políticas de mercado y de equilibrio económico, no por una razón ideológica, sino porque el enfoque anterior de controles  había demostrado un rotundo fracaso.

Este paquete de ajustes es importante en la historia del pensamiento económico venezolano ya que marca una ruptura con la forma tradicional de ver la economía. Adicionalmente, fue formulada por un grupo de profesionales altamente preparados en las principales universidades del mundo, varios, gracias al plan de becas “Gran Mariscal de Ayacucho”. Miguel Rodríguez, graduado en Yale, ocupo la cartera de la Oficina Central de Coordinación y Planificación de la Presidencia de la República (Cordiplan); Moises Naím, con doctorado en el Massachusets Institute of Tecnologhy, fue el encargado de echar a andar la apertura comercial desde el Ministerio de Fomento; Eduardo Quintero, con postgrado en Harvard, que  dirigiría la restructuración de las empresas públicas; Gustavo Roosen, con maestría en  The New York University que reformaría el sistema educativo, Carlos Blanco, Economista suma cum laude y PhD de la Universidad Central de Venezuela, designado para manejar la descentralización política; Gabriela Febres Cordero, cum laude de San Francisco, que desmantelaría las trabas a las exportaciones no tradicionales; Marisela Padrón, distinguida socióloga y docente experta en el tema de la erradicación de la pobreza, que desplegaría la agenda social; el maestro José Antonio Abreu, economista y fundador en 1975 de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, en el despacho de cultura; Enrique Tejera París, abogado y quizás el primer economista graduado por la UCV, en la Cancillería; Celestino Armas en Energía y Minas. Eglé Iturbe, Ministra de Hacienda, El Ing. Gutavo Rada en Transporte y Comunicaciones y Leopoldo Sucre Figuerella se mantuvo al frente de las empresas de Guayana.

Moises Naim , nos describe los objetivos y a razón de su aplicación. “Los principales bloques constructivos de políticas fueron: la estabilización macroeconómica, el equilibrio fiscal, la liberalización comercial, la desregulación, la privatización, y una política social focalizada hacia la población más vulnerable.

La intención era desplazarse desde una estrategia dirigista estatal, y orientada hacia adentro, a una orientada hacia el crecimiento de las exportaciones. El Estado se concentraría en aquellas funciones que el sector privado no podría ejecutar adecuadamente. En consecuencia, la base inicial de programa venezolano apuntaba al restablecimiento de la estabilidad macroeconómica y a la eliminación de la distorsión de precios. El conjunto de medidas incluía el restablecimiento de un único y flotante tipo de cambio, la remoción de los controles de precios, de todos los bienes y servicios privados, con la excepción de dieciocho rubros (luego reducidos a la mitad), considerados como básicos; se dejó al mercado la determinación de la tasa de interés,  pero reduciendo el gasto público real e incrementando los precios de los bienes del sector público hasta niveles que permitiesen la recuperación de sus costos directos de producción.

Para asegurar que los ingresos de gobierno dejasen de depender decisivamente de los impuestos petroleros, y aliviar la crisis fiscal del Estado, se propuso una reforma exhaustiva del sistema impositivo, incluyendo la adopción del Impuesto al Valor Agregado (IVA). Se administraría prudentemente la expansión monetaria, y el peso de la deuda externa sería reducido mediante negociaciones, lo que se esperaba restableciese las relaciones normales con los acreedores extranjeros y la comunidad financiera internacional.

Las medidas de estabilización macroeconómica habrían de ser complementadas por grandes reformas estructurales: liberalización comercial; desregulación de los mercados de capital, de mercancías y del trabajo: reformas en los sectores agrícola, industrial  financiero; promoción de las inversiones extranjeras y un ambicioso programa de privatizaciones. Se abandonaría el tradicional e ineficiente de subsidios destinados a los más pobres, para remplazarlo por esfuerzos enfocados directamente hacia los grupos más vulnerables de la sociedad.

También se implementaría una red de seguridad social diseñada para proveer asistencia financiera, alimenticia y médica a aquellos que fuesen afectados severamente por los efectos dolorosos de las reformas. Más aún, Pérez anunció reformas gubernamentales y políticas, la reestructuración del sector público, y una modernización general de las instituciones como parte de sus objetivos de gobierno.”

El equipo de gobierno consideró que este paquete de reformas debería hacerse tipo “shock”, es decir de una vez, ya que se consideraba que realizarlas de forma gradual, requería de una capacidad gerencial pública que en ese momento no se tenía.

Desde un inicio el paquete se enfrentó a duras críticas, sobre todo dentro de Acción Democrática que era el partido de gobierno, que no supieron ser manejadas por un grupo de profesionales, muy preparados técnicamente, pero de escaza o nula experiencia política. Orgullosos y prepotentes se enfrentaron abiertamente con el Congreso Nacional, el cual no le suministro al ejecutivo las herramientas necesarias para el éxito del “Gran Viraje”. Por ejemplo, la reforma tributaria y el IVA fueron aprobados durante el gobierno de Ramón J. Velázquez.

La opinión pública expresaba abiertamente su desaprobación al conjunto de medidas, a tal punto que a escasos 25 días (tiempo, en el cual es imposible implementar las medidas económicas e inclusive sentir sus efectos) en la Ciudad de Guarenas, población ubicada a escasos 32 km de la capital, explota la rabia acumulada por muchos años. El periodista e intelectual venezolano, Armando Durán, Ministro de Turismo comenta sobre el hecho:

“… lo del 27 de febrero no fue un rechazo a Carlos Andrés Pérez; fue una explosión, pero no contra él, porque él acababa de llegar. Aquello fue una explosión de rabia social espontánea, porque nadie la organizó. Luego, algunos grupos trataron de dirigirla pero no pudieron…”

De esta forma,  culmina el primer intento de modificar el modelo económico venezolano.

Con la llegada a la presidencia del comandante Hugo R. Chávez se iniciará el segundo intento, bajo la denominación del socialismo del siglo XXI.

Narciso Guaramato Parra

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sábado, 25 de mayo de 2013

COLETTE CAPRILES, UN ASOMBRO ESPERADO

Estuve releyendo el libro de Hannah Arendt, Eichmann en Jerusalén, reporte sobre la banalidad del mal, tratando de reconstruir, para fines académicos, lo que se podría llamar la “teoría” del mal que allí se sostiene. 
Con la idea de que el mal es banal apunta Arendt a que el mal está en el hacer, en el acto mismo, sin que ello comprometa siempre la ruindad del malvado, por así decirlo (lo que, por cierto, no significa que la persona malvada no exista). Hay, sin embargo, algo muy curioso: Arendt insiste mucho en la manera en que Eichmann hablaba. Quedó muy impresionada por ese patrón formal que veía en cada declaración de Eichmann: un uso estereotipado del idioma, con lugares comunes, o refranes o fórmulas que a sus ojos lo revelaban todo del sujeto. Su habla era banal, justamente. El hecho de que este oficial nazi no pudiera usar el lenguaje del modo relativamente creativo (o más bien, idiosincrático) que es normal, orientó a la autora decisivamente hacia la conclusión que presenta en el libro. Que en realidad describe más bien el proceso de banalización del mal: de la puesta a punto de una máquina repetitiva que se fue construyendo con un montón de piezas legales, ninguna de las cuales por sí sola dictaba el exterminio, pero que, articuladas, lo lograron sistemáticamente. Exactamente como el lenguaje de Eichmann: usaba las mismas palabras y expresiones que todo el mundo, pero de una manera rígida y repetitiva que no comunicaba nada.
El mal sistemático puede resultar invisible. Lo excepcional se va normalizando hasta desaparecer en la percepción, formando una espesa capa que lo cubre todo. Por eso el retorno a la auténtica normalidad suele exigir un tipo de justicia excepcional, como ha ocurrido en tantas ocasiones históricas.
Porque se trata, en realidad, del restablecimiento de la verdad, no simplemente como un estrato geológico que hay que desenterrar, sino más bien como la construcción de una versión más o menos consensuada de lo acontecido, lo que a su vez supone una estructura de poder distinta, obviamente.
La verdad no irrumpe, ni aparece cristalina. Irrumpen siempre unas versiones vectorizadas por la distribución del poder. Con el último escándalo audible protagonizado por esa especie de alter ego del finado Chávez (episodio dirigido y puesto en escena, sin duda, por aquel mismo individuo) se entierra de nuevo al propio fallecido (padecerá nuevos sepelios, eso sí queda claro) y se quiere señalar una nueva configuración del poder, o de los poderes. El efecto purgante que suele tener todo traspaso de mando en regímenes de vocación totalitaria (y que es una de sus características) se pone aquí de manifiesto. Claro que no bajo la forma canónica de la “autocrítica” al estilo Padilla, sino con el giro perverso que es propio del chavismo (su vocación es ser el simulacro de una tragedia, como se sabe). Lo importante es que esa figura, huérfana del contrapeso y protección que el propio Chávez le ofrecía, hizo mutis, dejando tras de sí unos mecanismos de protección “por si cualquier cosa”.
Con la ironía típica de la historia, todo ello ocurre veinte años después, día por día, del último discurso de Carlos Andrés Pérez como presidente constitucional. Allí, con lucidez que ahora parece extraordinaria, insiste, refiriéndose al proceso de persecución del que fue objeto: “Este es un síntoma y un signo de extrema gravedad, de algo que no desaparecerá de la escena política porque simplemente se cobre una víctima propiciatoria. Esta situación seguirá afectando, de manera dramática, al país en los próximos años”.
Corrijo: a lo mejor la verdad sí irrumpe. Con veinte años de atraso.
Colette Capriles
colettecapriles@hotmail.com

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lunes, 3 de diciembre de 2012

CARLOS BLANCO, LIDERAZGOS, TIEMPO DE PALABRA

LIDERAZGOS

"Las elecciones del 16D no parecen ser ámbito de creación de nuevos liderazgos nacionales"
Una de las anécdotas más socorridas con respecto a dirigentes que se convierten en sistemáticos aspirantes a la Presidencia de la República, cuenta cómo, desde chiquitos, se les podía advertir su inclinación procera. 
Una vez que andan en campaña siempre se encontrará a alguien que diga -generalmente el papá- que ya se le notaba su destino; hasta es posible que recuerde algún momento en que el crío habría dicho: "Cuando sea grande voy a ser Presidente". En general, a los políticos exitosos se les puede construir una historia personal que parece un destino. Invariablemente se encontrarán signos de su esclarecido futuro cuando todavía jugaban perinola.
Lo que esta historia no recoge es que al lado de premonitorias historias juveniles o infantiles de los notables de la política, se encuentran las mismas historias en los que no tuvieron éxito o terminaron no dedicándose al asunto. En la experiencia venezolana se puede decir con propiedad que después que usted aparece un minuto en la televisión o fotografiado en algún periódico, siempre habrá una mínimo de 20 personas que alguna vez le dirá que merece ser Presidente del país. Nadie recordará tales incidentes si usted efectivamente no se consagra al tema.
Al surfear la anécdota lo que queda es una visión según la cual hay algo íntimo, secreto, existencial, que comunica a ciertas personas la condición de líderes. Es su capacidad de comunicar y de entusiasmar, como algo que brota del alma de los personajes en cuestión. En los últimos 20 años, la "magia", el encanto, "la fuerza", ese no-sé-qué ha estado representado por Chávez y ha contribuido a equivocaciones gloriosas en el Gobierno y en la oposición.
CAP.
Antes de entrar en la médula del asunto, este narrador quiere recordar la experiencia de Carlos Andrés Pérez. Durante muchos años se le tuvo como líder fuerte y carismático. El país fue testigo durante décadas de cómo las multitudes llegaron a adorarlo y lo hicieron Presidente dos veces. Era imbatible. Una vez elegido por segunda vez y a los 25 días de tomar posesión, el 27 de febrero de 1989, aquel líder que ni siquiera había tenido la oportunidad de poner en práctica "el paquete" (que vino después, salvo el modestísimo aumento del precio de la gasolina), comenzó a ver su liderazgo licuado. A los pocos años, con el concurso de los "notables", parte importante de la intelectualidad destacada, medios, la izquierda y la derecha, empresarios, su partido, los demás partidos, y la conspiración, CAP no era como líder ni la sombra de lo que había sido. Seguía siendo el mismo personaje cordial, de buen humor, apasionado por las reformas, tozudo muchas veces, valiente, torpe en el manejo de su vida personal, pero el encanto del líder se había desvanecido.
¿Había cambiado CAP? ¿Se había desinflado esa cosa mágica que posibilitaba el liderazgo? No. Lo cierto es que ese liderazgo era una capacidad de relacionamiento, de movilizar a las masas, a los ciudadanos, que el hombre había perdido. No algo íntimo que hubiera desaparecido.
Hacia el final de su mandato recuerdo un momento patético. Fue en el matrimonio de la hija de uno de sus ministros. El hombre llegó puntual, como solía hacerlo, se sentó en una mesa y lo acompañamos dos de sus ministros. Comenzó a llegar la mayor parte de los invitados, muchos de los cuales eran cercanos conocidos, gente que había interactuado con él, empresarios amigos, y todos lo saludaban... de lejitos. Nadie se acercaba. Apestaba. Era el Presidente... pero no, en realidad era el fantasma del Presidente. Los discursos, sus ocurrencias ("el autosuicidio", por ejemplo), sus chistes, todos tan celebrados, poco a poco se convirtieron en muecas para muchos de los mismos que antes lo aplaudían y para las élites que lo distinguían.
Ha comenzado a ocurrir con Chávez. "El gran comunicador", el líder descomunal cuya aureola ha enceguecido a unos cuantos, se trueca para muchos en ese fastidio interminable que tiene 14 años instalado en el comedor de la casa. Ya los suyos inician la retirada de los reales aposentos para que ese remedio que es el olvido no contabilice su rojo fanatismo de otrora. La enfermedad es el Caracazo particular de Chávez.
LOS LÍDERES.
Frente a las ideas del liderazgo como sustancia inaccesible o como destino, está una concepción menos heroica, más mundana y efectiva: el liderazgo como capacidad de movilización, como lo señala el creador de la teoría del liderazgo adaptativo, Ronald Heifetz, de Harvard. Cualquiera puede ejercer el liderazgo si se plantea desafiar el conjunto de condiciones existentes, si propone ideas claras, objetivos precisos y participa de modo entusiasta en su consecución. En esta perspectiva no hay líderes per-se sino ejercicio del liderazgo: hoy se puede ejercer y mañana no; hoy se es líder y más adelante no. Aunque nadie quiera asumir el título de exlíder, lo cierto es que el liderazgo no es un estado sino relación entre líderes y liderados.
LIDERAZGO OPOSITOR.
Estas reflexiones vienen a cuento porque muchas veces se ha dicho que la oposición no tiene líderes y en realidad los ha tenido, y muchos. Hay varios dirigentes que han cumplido esas funciones, desde Enrique Mendoza hasta Henrique Capriles, en un arco por el cual han pasado Carlos Ortega, Pedro Carmona, Juan Fernández, Carlos Fernández, Manuel Rosales, en forma conjunta con otros liderazgos regionales o sectoriales. El 7-O concluyó una etapa y allí parece haber concluido el liderazgo nacional de Capriles, aunque es posible y deseable que conserve el de Miranda. Cada uno ha representado un momento que no está en su impronta genética sino en la función que han cumplido y que ya no cumplen, aunque nadie debe dar por seguro que a diferencia de caballo viejo, en esta vida no tengan otra oportunidad.
Las elecciones del 16D no parecen ser el ámbito de creación de nuevos liderazgos nacionales. El camino del liderazgo democrático otra vez es un espacio vacío y, por tanto, abierto. Las fuerzas de la libertad, al contrario de lo que ocurre en el chavismo, han sido capaces de producir líderes para cada momento en el que se los ha necesitado, para las jornadas heroicas que van de 1999 a 2005 y para el encomiable esfuerzo electoral que va de 2006 a 2012; en ambos períodos con victorias (la eyección de Chávez, las movilizaciones que cambiaron un tanto las condiciones electorales, la victoria opositora de 2007, los éxitos regionales y parlamentarios) y también con derrotas importantes.
Lo fundamental de un nuevo liderazgo ahora es la caracterización adecuada del régimen y el tino en responder la pregunta clave: cómo se reemplaza a un régimen por métodos constitucionales cuando éste apela a todos los caminos, legales e ilegales, violentos y pacíficos, para permanecer en el poder.
Twitter @carlosblancog

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lunes, 25 de junio de 2012

ASDRÚBAL AGUIAR, ENTRE PÉREZ Y EL OBISPO LUGO

Fernando Lugo ha tenido una Presidencia amarga: el ex obispo que puso fin a 61 años de Gobierno "colorado" en Paraguay padeció y combatió al cáncer, se vio envuelto en sucesivos escándalos de paternidad y fue destituido hoy tras ser considerado "culpable" de mal desempeño de sus funciones.

La destitución constitucional del presidente paraguayo, el ex obispo Fernando Lugo, una vez ocurrida la masacre de 11 campesinos y 6 policías, y el posterior desconocimiento por la UNASUR de la autoridad del Congreso y del presidente interino de dicho país - el actual Vicepresidente de la República, Federico Franco - desnuda a campo abierto el entendimiento falaz que acerca de la democracia tienen los actuales gobernantes de América Latina. La suponen como derecho propio e individual - immune a los controles - y jamás derecho colectivo de sus pueblos que ellos deben garantizar, respetando los balances institucionales y acatando el Estado de Derecho, según reza la Carta Democrática Interamericana.

Todos a uno de dichos gobernantes, incluso por omisión o silencio, son discípulos indiscutibles del Eje La Habana-Caracas. Ellos predican o toleran la intangibilidad y perpetuidad de los presidentes, pues se aprecian a sí como encarnaciones vivas del todo, autorizados para disponer sobre el resto de los poderes públicos constituidos y la misma sociedad que los elige.

La presidenta brasileña Dilma Rouseff - aprendiz de Emperatriz regional - se les suma al rompe. Se anticipa entusiasta a protestar el desempeño del colegiado parlamentario reunido en Asunción, que es expresión auténtica de la soberanía popular y cuenta con igual legitimidad de origen a la del presidente destituido. No espera la deliberación serena de la comunidad internacional, misma ponderación que reclama, paradojicamente, de los legisladores paraguayos. Pero avanza su opinión. Lo hace por la misma razón que en el pasado esgrime la Casa Blanca al cohonestar a las dictaduras militares: el beneficio económico que le significa el statu quo de los vecinos, a costa incluso de sus libertades ciudadanas y los balances de poder que demanda toda democracia verdadera, a secas, sin adjetivos. Aplaude hacia afuera lo que sus compatriotas y el mismo parlamento brasileño no le aceptarían puertas adentro. Ya Lula da Silva, por ende, declara antes que el soldado Hugo Chávez es el mejor presidente que haya tenido su país, a pesar de que los organismos multilaterales le señalan de colusión con el narcoterrorismo y el uso del Poder Judicial para perseguir a sus adversarios políticos y económicos.

Cuando recién la Comisión Interamericana de Derechos Humanos observa la conducta del ecuatoriano Rafael Correa, quien maniata a la prensa independiente a través de jueces incondicionales, o cuando emite severos dictámenes contra el Estado venezolano bajo cuya autoridad mueren víctimas de homicidios, cada año, más de 18.000 ciudadanos, los patriarcas de la UNASUR - cuyo secretario es un ex ministro de Chávez - no obstante amenazan con retirarse del Sistema de Derechos Humanos. Y el argumento no se hace esperar.

Apelan a la impermeabilidad de la soberanía nacional, ajena según ellos a la vigilancia supranacional de "sus" democracias. Tanto que, en ese orden, los países del Eje citado, aprovechando la indiferencia - cabe repetirlo - de los pocos gobiernos relativamente democráticos que sobreviven en la región - entre éstos México, Chile, Colombia o el Uruguay - cada día que pasa se ocupan de castrar a la OEA y anular sus funciones de seguridad colectiva democrática. !Y es que la Carta Democrática Interamericana transforma al organismo multilateral, de hecho, en una inconveniente junta de instituciones democráticas y sociedades, dejando de ser el sindicato patronal de los gobernantes.

Basta, pues, que los contrapesos constitucionales operen regularmente en alguna de tales naciones, amenazando la permanencia de sus presidentes, para que éstos reaccionen en comandita, como una suerte de Santa Alianza que les cuida los empleos y prosterna, eso sí, los derechos y libertades de sus gobernados.

El asunto es grave y habla mal de la madurez democrática de América Latina, presa de sus tradiciones militaristas desde la hora de la Independencia y a contrapelo del ideario civil que es fundamento del movimiento emancipador hacia 1810. A los gendarmes militares - "necesarios" en patrias bobas urgidas de mesías y traficantes de ilusiones, de padres buenos a tenor de la sociología de Laureano Vallenilla Lanz - hoy les siguen, con la excepcion de Caracas, los gendarmes de faldas o trajes de paisano, pero gendarmes al fin y al cabo.

Unos y otros, otra vez con sus excepciones contadas, una vez juramentados y al margen de las Constituciones que juran procuran sustituirlas para asegurarse el dominio total sobre los órganos del Estado o debilitarlos a un punto tal de hacerlos inermes, con detrimento de quienes no los votan y con vistas al ejercicio perpetuo del poder; que sólo ceden en beneficio de las esposas o los hijos cuando no prefieren morir sin testamento.

En cuanto a Cristina Kirchner, sucesora de su clan, mientras cuenta con el apoyo de la fuerza laboral que conduce Hugo Moyano todo esta bien; pero cuando éste disiente y ahora protesta democráticamente contra la presidenta, lo acusa de golpista y destituyente; del mismo modo en que Chávez, desde Caracas, asume cualquier oposición a su régimen hegemónico y militarista como práctica insurreccional o traición a la patria. Correa, a su turno, al toparse con la protesta salarial de los policías ecuatorianos, incapaces siquiera de mantener la lucha contra la delincuencia, los enfrenta en el sitio como guapetón de barrio y les intima a que lo asesinen, para luego retirarse y decirle a sus pares del Eje que es objeto de un golpe de Estado.

Lo anterior, en modo alguno significa que lo dicho y hecho por el Congreso paraguayo es un absoluto. Así como Lugo ha de someterse al escrutinio de las instituciones de control, en democracia también éstas son controladas, pero conforme a los mismos cánones constitucionales que las rigen y no bajo la presión política de gobiernos extranjeros. La Corte Interamericana de Derechos Humanos tiene jurisprudencia suficiente al respecto y sobre los llamados juicios políticos.

Atrás queda - cabe reseñarlo - el ejemplo digno de Carlos Andrés Pérez, quien luego de ser víctima de un golpe de Estado armado por el actual líder del sindicato regional de los mandatarios latinoamericanos, seguidamente es removido como Presidente por el Congreso de su país y el voto de su propio partido. Acata lo que juzga de injusticia para evitarle a Venezuela la desestabilización y sobre todo el mal precedente que significa para la democracia la desobediencia de los gobernantes a las decisiones de los jueces y parlamentos, así se discrepe de ellas o de sus móviles subalternos. Es otro el tiempo.

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jueves, 3 de mayo de 2012

PEDRO PAUL BELLO, ¿CUAL HA SIDO EL PEOR GOBIERNO DE VENEZUELA? PARTE IV

               Los fracasados intentos subversivos de febrero y noviembre de 1992 sirvieron, sin embargo, para que la “vendetta” ansiada por el “lusinchismo” adeco, vengara aquél error del Presidente Pérez, quien, en su referido discurso ante el país todo, descalificó al saliente Presidente y, entonces, líder más influyente de AD. La insólita decisión del Parlamento con mayoría adeca, de destituirlo, y la confirmación de ello por la Corte Suprema de Justicia, con plena conciencia de ausencia de bases jurídicas para hacerlo, carecían de toda explicación en una democracia verdadera. A ello se refirió el ya difunto Presidente, cuando, en sentidas palabras al país, dijo: “Hubiera preferido otra muerte.”
               Rápidamente, el Congreso encontró el sustituto de CAP en la Presidencia: El notable venezolano Ramón José Velázquez, brillante historiador y prestigioso periodista. Su breve gestión de 6 meses fue muy seria y, bajo ésta, el país eligió Presidente, por vez segunda, al ilustre político Rafael Caldera quien, con no reconocido desprendimiento y por dolorosa situación interna, había dejado al partido Copei que fundara en 1946.

GOBIERNO CALDERA II

Caldera asumió su segundo mandato en medio de una profunda crisis política, social y económica que anunciaba, sin esconderlo, un futuro muy  angustioso para Venezuela. Soy testigo de excepción de que Caldera no quería ser de nuevo presidente. Tenía profundas razones personales para no quererlo: su edad, su salud, la necesidad de disfrutar reposo y paz en el seno de su familia, eran más que convincentes. Pero la conciencia del grave porvenir le convenció de hacer el sacrificio. Esto, por supuesto, ni lo reconoció ni lo va a reconocer en buen tiempo el país. La historia por ser escrita si lo hará. En la opinión pública, como siempre desinformada por tortuosas propagandas, se ha difundido la falsa idea, según la cual Caldera habría escalado al tope de las encuestas a raíz de su discurso en el Congreso del 4-2-1992, cuando expuso sus puntos de vista en relación al fracasado intento de golpe de Estado en el que participó Hugo Chávez. En realidad, desde fines del año 1991, las encuestas y la opinión pública en muchas regiones del país, mostraban preferencia amplia por él.
Contrariamente a la especie propagada, Caldera, en su discurso, no justificó el golpe. Dijo, sí, que no se habían levantado por la corrupción, el costo de la vida, deficiencia de los servicios públicos, etc., “pero eso les ha servido de base, de motivo, de fundamento, o por lo menos de pretexto para realizar sus acciones.”
Para su mandato, presentó un Plan de Gobierno muy coherente y necesario. Entre sus previsiones incluyó alejarse de dependencias con el Fondo Monetario Internacional, tan criticadas a Pérez. En tiempos de éste, una crisis bancaria se había abierto y dejado una deuda que en 1993, en tiempos de la campaña electoral, se estimaba en unos 6 mil millones de $. La dura realidad que descubrió al asumir el nuevo mandato, le mostró que el déficit era cercano al valor de un presupuesto anual de la Nación, lo que le obligó a tomar medidas de control económico en materia de cambios monetarios, controles de precios y restricciones, viéndose obligado a tener que acudir al FMI. Poco a poco la crisis se fue superando y, para fines de 1997, penúltimo año de su gobierno y como consecuencia del programa establecido, que fue llamado “Agenda Venezuela,” el informe del Banco Central de Venezuela fue muy alentador. Pero los partidos principales (AD y Copei) cometieron errores garrafales al designar candidatos que no podían oponerse a la candidatura que lanzó Hugo Chávez, pese a su públicamente declarada renuencia de ir a elecciones. En abril de 1998, Chávez pasó a encabezar las encuestas y, en diciembre de ese año, alcanzó la Presidencia de la República. Los malos augurios iban a hacerse realidades.

GOBIERNO CHÁVEZ-1999.
               Ante el Congreso Nacional, constituido por elecciones realizadas en noviembre 1998, el nuevo Presidente Chávez, asumió la presidencia jurando “ante esta moribunda Constitución”, como cínica e inconstitucionalmente lo expresó. Inmediatamente luego, el Presidente convocó a un desfile militar conmemorativo del 4 de febrero de 1992, día cuando él participó en el fracasado intento de golpe de Estado para derrumbar el sistema democrático en Venezuela. A los pocos días, solicitó ante la Corte de Justicia, que se convocara a una Asamblea Constituyente no prevista en la vigente Constitución, por lo que amenazó a la Corte con atropellarla con sus masas organizadas. El ilegal referendo se realizó: no hubo quorum previsto para la validez del acto referendario en el cual participó, apenas, el 27,65% del electorado de entonces (25.4-1999), cuando en los países democráticos, el quorum suele ser el 50%.  La Constitución se aprobó el 15-12-1999, día cuando el país sufría los efectos de un deslave que afectó su región norte y la concurrencia a las urnas fue sólo el 34,97% del total; es curioso que el Estado Vargas, el más afectado, registró la mayor concurrencia.
ANTECEDENTES DEL RÉGIMEN.
               Una gran proporción de los venezolanos, desconocía  --y aún desconoce—cuáles eran  los verdaderos propósitos del grupo militar que condujo los intentos de golpe de 1992 y todos los ocurridos en la década de los años 80. Vimos anteriormente que, en 1970, un sector comunista que, bajo la inspiración y apoyo de la Cuba castrista, había participado en las guerrillas de los años 60 y no se acogió a la política de pacificación iniciada bajo el gobierno de Raúl Leoni y culminada durante la primera presidencia de Rafael Caldera, una vez derrotada por las FFAA, decidió seguir la idea de Douglas Bravo que consistía en no proseguir la lucha armada y, en su lugar, desarrollar la práctica de penetrar sistemáticamente las Fuerzas Armadas venezolanas. Esto se fue logrando progresivamente desde entonces y, en los años 80, comenzaron los intentos subversivos que, entonces, no tuvieron éxito. A finales de esa década, como consecuencia de los fracasos, decidieron los principales conspiradores militares, no intentar nuevos intentos hasta que la mayoría de los implicados  hubiese alcanzado posiciones de comando en las diferentes Fuerzas, es decir, grados militares del nivel de Teniente Coronel, al menos. Ello iba a ocurrir, precisamente, al inicio de la década de los años 90. Por eso, los movimientos conducentes  a sus propósitos, ocurrieron a partir de 1989, siendo el conocido “Caracazo” una primera prueba, podría decirse que preparatoria del ambiente. Lamentablemente, los principales partidos políticos de entonces, atravesaban crisis internas y generaban problemas con los otros. Fueron hechos y circunstancias favorables para el logro de los objetivos de los conspiradores comunistas. Las grandes figuras de los principales partidos, o habían fallecido (Betancourt, Villalba, Leoni, Briceño Iragorry) o se habían retirado de la actividad política (Caldera, Barrios, Uslar Pietri). Mientras, en el país se vivía en medio de graves problemas económicos y, pese a que se incorporaban importantes reformas (descentralización político-administrativa; nueva Ley del Trabajo, etc.), la población cada vez se mostraba más inconforme con la gestión política, criticaba el bipartidismo, denostaba de los partidos en general, mientras se deterioraban más las condiciones de vida de los ciudadanos y prevalecían, sobre el interés general del país y el concepto de Bien Común General, intereses de los grupos primarios de pertenencia característicos históricamente de nuestra población. Estudiosos e intelectuales hablaban y escribían sobre estos temas, pero sin permear hacia la población general. Venezuela se encontraba en el centro de la crisis del modelo populista, pero no se avizoraban respuestas coherentes y efectivas ante ello. Esa crisis, como antes también se indicó, tuvo su manifestación palmaria aquel día de 1983 que fue bautizado como “el viernes negro”, pero no era el inicio de la crisis, sino su expresión real.
               En esos tiempos, muchos oímos de bocas amigas aquella frase fatídica que rezaba “aquí lo que se necesita es un Militar”. Quizá, quienes cultos y preparados apoyaron en los primeros meses al nuevo gobierno de Chávez, pensaron, para consumo de ellos mismos, que el entonces joven y simpático Teniente Coronel Presidente, era quien podía enderezar los entuertos. No le conocían de persona y no conocían sus verdaderos planes e intenciones. Jorge Olavarría si se dio cuenta y pronunció su gran discurso del 5 de julio; ya era tarde. El discurso impactó, pero no movió una hoja.
               El país continuó por el camino que le señalara el nuevo líder quien, con el tiempo, comenzó a mostrar sus verdaderos planes e intenciones. Por cierto, en ese sentido casi siempre lo hizo revelando sus verdaderas intenciones. El poder que ha ejercido por más de trece años tiene, desde su inicio, un plan de acción que metódicamente se ha venido realizando y que no se ha ocultado a la población. Al contrario, se ha expresado públicamente y con precisiones sorprendentes. En sus discursos ha repetido, de manera constante, el contenido y los planes de su “Proyecto”.  Recuérdese que el 12 y 13 de noviembre de 2004 describió, con claridad ante el país, lo que llamó “El Nuevo Mapa Estratégico”, cuyo contenido fue aplicado casi de manera exacta.

GESTIÓN DE GOBIERNO.
El país todo conoce, con suficiencia, cuál ha sido la gestión de Hugo Chávez como Presidente de Venezuela. Para la gran mayoría de los venezolanos  --lo señalan todas las encuestas--  esa gestión ha sido más negativa que positiva. Vamos a limitarnos a señalar algunos de sus rasgos de mayor importancia.

Violación sistemática de la Constitución de 1999.

Pese a ser su obra, según lo dijo tanto en la oportunidad de la promulgación de Texto que sustituyó la Constitución de 1961, tildada de moribunda en la toma de posesión presidencial de febrero 1999, la vigente Constitución ha sido violada en muchos de sus artículos. De un trabajo del Dr. Asdrúbal Aguiar que comprende el período 1999-2002, resalta la gran cantidad de violaciones realizadas sólo en ese período. El Dr. Aguiar amplió ese trabajo junto con el Dr. Allan Brewer Carías, hasta fecha más reciente, con lo que las violaciones constitucionales alcanzaron a cubrir casi todo el texto de la Carta.
De la primera parte, solamente, voy a citar algunos casos resaltantes, dejando de lado el ya referido de la Constitución de 1961, en la oportunidad de la posesión Presidencial, de la que, en el mismo acto y con su inusitado gesto, violó los artículos 3, 4, 52, 117 y 250, aparte de otras violaciones por parte de la Asamblea Nacional.
Pero si fueron violados los artículos 5 (sobre intransferible soberanía del pueblo) y los 340 a 360 sobre enmiendas y reformas de la Constitución de 1999.
1)      El 30-1-2000, la Constituyente asumió facultades legislativas propias de la AN y reservadas por la nueva Constitución de 1999 ya vigente y, al declarar la Sala Constitucional del TSJ, solicitados nulidad y amparo contra los decretos de la AN según recurso de diputados de la oposición, fueron violados los art. 63, y 186; 67, 156 (ordinal 2), 169, 173 y 175; 187, ord .1; 202 y 203 y 293.
2)      Fueron contrariados tratados internacionales sobre derechos humanos, art 23 de la CN, y los  art 23 y 30 de la Convención Americana de Derechos Humanos (que se integra al texto de la CN).
3)      Mediante fallo de la Sala Const, del TSJ, se violaron los art. 62, 70, 293, 294 y 296 de la CN.
4)      El 1-6-2000, la AN aprobó la Ley Org. de Telecomunicaciones, en violación de los art. 57, 23, 13 numeral 3 y 30 de la CADH.
5)      Por vía jurisprudencial, la Sala Const. del TSJ, el 21-11-2000 estableció el régimen de las ONG, excluyendo de sus derechos a las integradas por religiosos y extranjeros, las que reciban subsidios o financiamientos externos, las que tengan fines políticos, económicos, transnacionales, violando así los art., 26 y 52 sobre el derecho de asociación y todos los que garantizan el derecho a la participación: 6, 18, 55,62, 70. 78, 79, 80, 81. 83, 84, 86, 102, 118, 120, 123, 125, 128, 132, 141, 166, 168,171, 171, 178, 184, 185, 187, 197, 201, 205, 205, 252, 255, 270, 294 y 299.
6)      Una decisión del 12-12-2000 de la Sala Const del TSJ declaró sin lugar una solicitud de amparo sobre una demanda de nulidad admitida antes por el Tribunal pero no considerada, violando así lo dispuesto en los art 270 y 279.
7)      El Presidente, al celebrarse elecciones para la CTV en las que fue derrotado el oficialismo, intimó al CNE para que anulara dicha elección, en las que venció Carlos Ortega, en violación del art., 95 de la CN y los arts., 16 y 29 de la Conv. Americana.
8)      El mes de sept. de 2001, la Sala Const. del TSJ interpretó por sentencia 1013, vinculante para todos los Jueces, de manera restringida, la libertad de expresión, violando el art 57 de la CN y es incluido en la CADH. Además, como el TSJ declaró no ser revisables sus decisiones por organismos del Sistema Interamericano de DH (Comisión y Corte)  se violaron los arts., 23 y 31 de la CN.
9)      En sept de 2001, el Presidente, en menos de una semana, sancionó 49 Decretos Leyes, haciendo caso omiso de los principios constitucionales de participación ciudadana en debates de Leyes. Fueron, en consecuencia, violados los arts., 62, 70, 181 y 211 (participación ciudadana en asuntos públicos y debates de Leyes) los arts., 115 y 116 (sobre confiscaciones) y 203 (sobre leyes orgánicas que afecten derechos humanos) dela CN, todos los cuales violentan el principio de reserva legal establecido en la CADH.
10)   El 8-9-2001 se violó el art 328 de la CN, cuando el Alto Mando Militar (excepto el Comandante del Ejército)  declararon, públicamente, apoyar el proceso político de Chávez.
11)   Por otra parte y finalmente por ahora, pues la lista es muy larga, siempre que el Jefe del Estado, en actos oficiales o públicos, hace afirmaciones que violentan mandatos constitucionales expresos (como el carácter multiétnico y pluricultural de Venezuela, el pluralismo político, la realización de una Sociedad amante de la Paz, discriminaciones de trato, obligación de los funcionarios públicos de servir a los ciudadanos y no a parcialidades políticas, monopolio de armas del Estado, la obligación de las FAN de estar al servicio de la Patria y o de parcialidades políticas) viola, respectivamente al caso, los arts., 2,3, 21, 23, 145, 324 y 325 de la CN y los correspondientes de la Convención Americana de Derechos Humanos (CADH).   

Si el lector revisa su texto de la Constitución Nacional y destaca los artículos violados, casi llegará a marcarlos todos y, en este escrito faltaría, todavía, llegar a 2002 y extenderlo a los diez años posteriores.

Reparto internacional del dinero nacional.

El Presidente Chávez no ha dudado en preterir las urgentes necesidades sociales y económicas de desarrollo y prosperidad de la Patria, ante sus absurdos planes de expansión pre-imperial en el Sub-continente y en el mundo con el cual él mismo ha decidido aliarse o asociarse, sin pensar en las necesidades urgentes de este país.
A la fecha actual, el monto de los ingresos derivados solamente de la explotación petrolera, está ya, o muy cerca, en un orden superior a los doscientos mil millones de dólares USA en los 13,4 años de este régimen. Para inicios del 2009 se tenía como cierta una cifra superior a cien mil millones de dólares, derivados del ingreso petrolero después de diez años cumplidos de su mandato presidencial, pero los precios altos comenzaron a partir del 2005, y entre 2009 y casi la mitad del 2012, es de pensar que, al menos una suma similar ha debido recibirse para totalizar, en conjunto 200 mil millones de US$ ¿Cuánto de ello ha sido destinado a países a los que sirve el régimen por sus particulares intereses expansionistas o relacionados con escondidos proyectos de significado universal? No se sabe a ciencia cierta, pues de nada de ello se informa al país. Hay cifras que circulan por las redes, cuyo valor no puede calificarse pues no se conocen las fuentes.

Lo que si sabemos es que, mientras en Venezuela vivimos, por negligencia del gobierno, en perpetua crisis energética con ciudades sin luz por largos períodos, Nicaragua recibe plantas eléctricas como regalos del Presidente;  mientras nuestros hospitales carecen de ambulancias para asistir emergencias, Bolivia recibe un lote numeroso de nuevas y bellas ambulancias; mientras los puentes carreteros, de esta infortunada Nación Patria nuestra, se derrumban por falta de mantenimiento, Uruguay acepta complacido el regalo de un puente; mientras las empresas constructoras, de ciudadanos venezolanos con grande y reconocida experiencia profesional están  casi todas  --excepto las piratas de gente del “proceso”--  cerradas e inoperantes, empresas de Brasil construyen estaciones del Metro de Caracas, hacen puentes carreteros y demás obras; mientras por incuria gubernamental la crisis de vivienda se acentúa perjudicando a las familias económicamente más débiles, chinos, rusos, iraníes asumen construir casas que casi no se sabe dónde están, pero pagadas si que lo son y paremos de contar pues la lista en muy larga.
¿Qué ha hecho la satrapía comunista, que desde hace más de 13 años gobierna esta desafortunada tierra,  con la inusitada cantidad de dinero que ha recibido del producto petrolero o de ingresos por otros rubros, amén de los impuestos que pesan sobre los ciudadanos? Muy sencillo: ha financiado a Cuba para mantener viva la tiranía castrista; apoya al régimen de Irán por las mismas razones por la que se hizo aliado del ahorcado Hussein o del linchado Gedaffi y de cuanto malandro gobernante ilegítimo y tirano exista en el globo terráqueo, ha estado y estará siempre dispuesto a ser “amigo”, “hermano del alma.”
¿Por qué se ha actuado así, como gobierno?  Ha sido con la finalidad intencional de hacer, de esos gobiernos, aliados incondicionales y serviles de la causa comunista que le vendiera el tirano de Cuba. Bolivia, Nicaragua, Ecuador, han sido los más afortunados; Argentina la más cínica. Uruguay y Paraguay, más prudentes; Honduras, prácticamente cautiva, se les escapó de sus manos. En Perú, fracaso primero por sus imprudencias y recientemente porque Humala parece tomar camino distinto. Con Chile no pudo y en México se equivocó, pero espera desquitarse pronto. Brasil ha sido su gran apoyo concreto. Claro, no gratuito. Pero Brasil es inexpugnable porque posee fuertes y consolidadas instituciones como el Congreso, las Fuerzas Armadas, la Cancillería de Itamary y, sobre todo,  la independencia de los Estados Nacionales que deriva de la condición Federal del país. En efecto, por su condición Federal, Brasil es un Estado verdaderamente descentralizado  --como lo es Estados Unidos--  y por tanto, hay leyes Federales y Leyes Estatales que no permiten intervenciones no previstas en las mismas.

Destrucción de la capacidad productiva de Venezuela.

La necesidad de ejercer total dominación sobre el país, planteó al Jefe del Estado la   imperiosa necesidad de destruir los sectores productivos de la Nación, dado que éstos poseían una fuerza propia, tal, que significaba un grave obstáculo para el logro del propósito referido. Su primera víctima fue PDVSA. Como anteriormente alguna persona lo había dicho, era casi un Estado dentro del Estado, por el poder que acumulaba al ser la fuente principal y única por su alcance económico en Venezuela. Hoy, su capacidad es apenas un tercio de lo que fue.
No estoy entre quienes hacen mofas y se burlan de las capacidades del Presidente. Tuve la oportunidad de conocerle, por 20 horas, dos semanas antes de iniciar su mandato. Me sorprendió su mente ágil y rápida para comprender cualquier cosa de no importa cual asunto; su facultad de retener y enriquecer aquello que ha conocido por haber preguntado y ser respondido; su habilidad para tratar bien, en relación a su interés o a la condición del tratado; su rapidez para descubrir lo que es más importante de un asunto y presentar soluciones o alternativas sobre aquello que se trata. Tales capacidades, me convencí, son factores muy importantes de las razones que explican su liderazgo. El error de muchas personas ilustres, que le acompañaron en sus inicios como mandatario, radica en no haberse percatado, debidamente, de la posesión que tiene de esas facultades. No es el único caso en la política venezolana: Cipriano Castro fue otro, también Juan Vicente Gómez y, por supuesto, Páez.  Como, además, Chávez es un estratega natural, puede que reciba mucho de Fidel Castró, como recibió de otros, como Ceresole y muchos más, sin embargo y en definitiva sus proyectos vienen de esa otra capacidad. 
Entonces, y por la misma razón de significar fuerzas que le oponen resistencias, no ha vacilado en destruir los demás sectores productivos de la  Nación, sean agrícolas (¡cuantas fincas destruidas y arruinadas!); económicas como la Banca; alimenticias como Polar y varias otras, constructoras (carreteras y puentes inservibles; viviendas que apenas han sido unas 38 mil por año, cuando en el período 1970-1988 se construyeron 1 millón 59 mil, etc.); energéticas (expropiación de la Electricidad de Caracas); productoras en general (caso de las numerosas cementeras que había en el país); en materia de salud, han resurgido poderosamente las enfermedades endémicas superadas desde fines de los años 40 e inicios de los 50, tales como malaria, mal de chagas, dengue, fiebre amarilla, etc. Añádanse las sistemáticas expropiaciones de empresas productoras de bienes agrícolas (Agro-isleña que asistía el 80% de los productores del país), confiscaciones de fincas; de edificios residenciales y de edificios en construcción, etc.    
Acá si se reproduce lo que hizo el castrismo en Cuba: arruinar al país para que se vayan quienes, por sus condiciones, opondrán resistencia al proyecto hegemónico: ¡mandar hasta el 2020! ¡2030! ¡2050! El clásico síndrome del tirano totalitario. 
Inseguridad y atropello a las libertades ciudadanas.

               En 1998, el número de personas asesinadas en todo Venezuela fue de unas 4 mil 500; la cifra extra-oficial del 2009 fue 16.094. Luego no se han dado más cifras, pero se estima que para el 2010 alcanzó los 20 mil, superada en el 2011 y, seguramente, en este 2012 ha sido igual o peor. No hay la voluntad de controlar esto, desde luego, porque es útil para la idea de que los venezolanos “molestos” aceleren sus fugas. Los derechos humanos se violan sistemáticamente, mediante inusitadas condenas en cárceles del país, lo que tomó fuerza a partir del autogolpe del 11 de abril del 2002, evidenciado por la declaración del TSJ, aún no controlado entonces por el Ejecutivo, que declaró inexistente el supuesto golpe de Estado. Sobre ese particular, vale la pena leer los libros de los periodistas Sandra La Fuente y Alfredo Meza, titulado “El Acertijo de Abril” (Ed. Melvin, CaracasNov. 2003), y el de Nelson Chitty La Roche, “Expediente 001”, Ed. Esmeralda, Caracas 2003. 

Amigos, sabrán Uds. Cual sería el peor mandatario. Pero quiero terminar, este ya largo resumen,  con un párrafo del fallecido amigo Jorge Olavarría; con otro de nuestro ilustre Don Mario Briceño Iragorry y, finalmente, con un párrafo de Jacques Maritain en su libro “El Alcance de la Razón”.

Dijo Jorge en el Congreso, el 5 de julio de 1999, en su brillante y valiente discurso:

No es hora de historias pasadas. La historia se está haciendo aquí y ahora. Es la circunstancia la que nos exige seguir el ejemplo de los próceres que firmaron la declaración de la independencia. De los que fundaron las bases y sentaron los principios de un Estado Constitucional en el cual la ley respetase la virtud y el honor, como lo cantaba una cancioncilla que andaba por las calles de la Caracas de aquellos días. Es la hora de hacer verdad el himno que hoy cantamos. Es la hora de hacer como ellos. No de hablar de ellos. Porque si no, seguiremos cantando que el vil egoísmo, otra vez triunfó.

Don Mario, entre tantas ideas y reflexiones, nos dejó en su “Mensaje sin Destino”:

Ayudar al pueblo es por tanto nuestro deber presente. A un pueblo que no está debajo de nosotros, en función de supedáneo para nuestro servicio, sino del cual nosotros somos mínima parte y expresión veraz. Debemos ayudarle, no a que grite, como aconsejan los demagogos; ni a que olvide sus desgracias, como indican los conformistas del pesimismo, sino a que reflexione sobre sí mismo, sobre su deber y su destino.

Y Maritain, en su referido libro:

Si se posee el amor de esta cosa viviente y humana, tan difícil de definir como todas las cosas humanas y vivientes, pero tanto más real por esa misma razón, que se llama pueblo, lo primero a lo que se aspirará será existir con él y sufrir con él y estar en comunicación con él. Antes de ‘hacerle el bien’ y de trabajar por su bien; antes de hacer o no hacer la política de éstos o de aquellos que invocan su nombre y sus intereses; antes de pensar en conciencia el bien y el mal de las doctrinas y de las fuerzas históricas que lo solicitan y de elegir entre ellas, o acaso, en ciertos casos excepcionales de rechazarlas todas ellas, habremos elegido ya el existir con él y el sufrir con él y hacer propios sus penas y destinos.
ppb
                                                                                                                                            

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