BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

sábado, 8 de mayo de 2010

CARACAS, DANIEL SANTOLO, SÁBADO 8 DE MAYO DE 2010

¿Cuándo la ciudad de los techos rojos contará con un gobierno local eficiente? El caos, la suciedad, los malos olores, la contaminación y el stress que produce la posibilidad de que en cualquier momento podemos ser víctimas del hampa, es lo cotidiano en nuestra querida Caracas.

Da dolor ver nuestro río Guaire convertido en colector de todo tipo de desechos. De nuestros barrios y urbanizaciones bajan toneladas de desperdicios cuando llueve, y todos ellos van a parar al río. Aquella promesa de saneamiento quedó como tantas otras.
El transporte público está en un marcado deterioro, con camionetas de pasajeros que contaminan de forma grotesca. Los motorizados se han convertido en una verdadera amenaza que recuerdan con su comportamiento, aquellos tiempos en que los bárbaros destruían ciudades enteras.

De los cuerpos de seguridad, ni hablar. El abuso de poder y la complicidad con que actúan al no enfrentar el caos en que estamos sumidos es desalentador, para decir lo menos.

Caracas desde hace más de 40 años se ha convertido en la quimera de los venezolanos que vienen desde el interior del país buscando mejorar su condición de vida, con la esperanza de encontrar un empleo decente o alguna forma de g anarse la vida. Pero nada más alejado de la realidad. A estos hay que sumarle los miles de inmigrantes venidos de países hermanos bolivarianos, que pensaron igualmente encontrar en Venezuela una salida a las crisis económicas y políticas de sus propios países.

Todo esto ha hecho posible el desarrollo de las mayores barriadas de Latinoamérica, comparadas únicamente con las llamadas favelas de Brasil. Conglomerados de individuos que son excluidos de una sociedad que no ha logrado dar respuestas efectivas para superar la pobreza. En esos barrios, sus habitantes tienen sus propias leyes y códigos de conducta, en los cuales la vida no es una prioridad.

Los índices de homicidios que se cometen en los sectores populares nos reafirma que la violencia es la manera que encuentran nuestros jóvenes para poder sobrevivir. El tráfico de droga y el delinquir son las herramientas con que cuentan para obtener algunos recurso, un ciclo perverso que genera mayor violencia.

Lo del sistema penitenciario y de justicia, es otro capítulo a parte, la violación de los derechos humanos, y la falta de políticas claras para la reeducación del que ha cometido un delito brillan por su ausencia. Muy por el contrario, es obligante para estos individuos el perfeccionarse en el delito para poder sobrevivir dentro y fuera de las cárceles.

A esta realidad social es a la que hay que dar pronta respuesta. El tiempo se nos agota y existe la posibilidad cierta de que sea irreversible el daño social al cual estamos sometiendo a nuestras nuevas generaciones.

danielsantolo@gmail.com
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VIVIENDO DICTADURAS, JUAN CARLOS APITZ, 8 DE MAYO DE 2010

Esta semana, el historiador Germán Carrera Damas, predijo que "el propósito del régimen actual no es ignorar, sino suprimir la soberanía popular", lo que demostraría que esta revolución, aunque ficticia, terminará en dictadura como todas las revoluciones.

El pasado nos enseña que las revoluciones victoriosas siempre terminan en dictadura; solo destruyen, nunca construyen y, en definitiva, comienzan y acaban con el desplazamiento de una elite en el poder por otra, pero nunca en una verdadera democracia.

En el caso venezolano, no estamos ante una dictadura de "primera generación", esto es, una dictadura con caudillo autoritario que se hacía del poder y gobernaba durante décadas a través del miedo, el terror, el soborno, el chantaje y la corrupción. En fin, dictaduras basadas en la fuerza, aunque realizaban elecciones amañadas y fraudulentas que siempre ganaban los dictadores.

Tampoco estamos ante una dictadura de "segunda generación" o dictadura institucional de las Fuerzas Armadas, que habiendo adquirido nuevos niveles de profesionalización, desarrollaron un pensamiento estratégico donde se asignaban a sí mismas el papel de cambiar, transformar o revolucionar sus sociedades. Sus coordenadas ideológicas podían orientarlas a la derecha o la izquierda, pero sus objetivos de "reformas profundas y perdurables", eran distintivos de este nuevo tipo de autoritarismo. Estas tuvieron como motivaciones básicas, evitar en el resto de América Latina la repetición de una revolución marxista como la que había triunfado en Cuba en 1959.

Estamos presenciando el otoño del chavecismo y el amanecer de la dictadura en este país, pero de una dictadura de "tercera generación". Este nuevo tipo de dictadura, al igual que las de primera generación, necesita legitimarse mediante periódicas elecciones. También, a semejanza de las de primera generación, están personalizadas y no son simplemente una rama, un brazo o una extensión de la institución militar. Al contrario, usan las Fuerzas Armadas como el partido de gobierno, controlando, corrompiendo, y desprofesionalizando las instituciones castrenses. Comparte igualmente con las dictaduras de primera generación un suicida aislacionismo.

Sin embargo, la historia igualmente da luces a los opositores demócratas que intenten derrotar a un régimen autoritario: 1) Centrar la atención sobre la ilegitimidad o dudosa legitimidad del régimen autoritario: atacarlo en aspectos como la corrupción y la crueldad; 2) Animar a los grupos descontentos a apoyar la democracia como una alternativa necesaria al régimen; enrolando a empresarios, profesionales, intelectuales, religiosos, dirigentes políticos, etc.; 3) Cultivar a los militares para lograr su compromiso de que no van a defender al régimen; 4) Practicar y predicar la no violencia para ganarse la simpatía de las fuerzas de seguridad; 5) Aprovechar cada oportunidad para expresar su oposición al régimen, incluida la participación desventajosa en las elecciones que él organiza; 6) Desarrollar contactos con los medios de información extranjeros, las organizaciones de derechos humanos y las organizaciones supranacionales; 7) Promover la unidad entre los grupos de la oposición, creando una organización que los comprenda y los proteja, lo que facilitará la cooperación entre esos grupos; 8) Cuando el régimen autoritario cae, estar preparado para llenar rápidamente el vacío de autoridad.

En conclusión, tomemos conciencia sobre el régimen político que nos gobierna: una dictadura, y de las maneras eficaces para abatirlo. En caso contrario, como canta Rubén Blades, seguiremos "viviendo dictaduras".

Juan Carlos Apitz Barbera
justiciapitz@gmail.com
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BRAVO VENEZUELA, DIA DE LA MADRE, MAS ALLA DE SU DIA, GRACIAS POR EXISTIR, IVAN E. LEON H.

(Tomado del libro Flor de las Flores, Colección: Pensando en Ti Mamá)

Dato curioso, ¿Sabía Usted....?
¿Donde, cuando y como NACIO EL "DIA DE LA MADRE"?

1. EL "Dia de la Madre"

En 1905 murió en EE.UU. la madre de Anna Jarvis. A los dos años (1907), Anna seguía con la impresión de la muerte y del entierro de su mamá. Para consolarse invitó al segundo aniversario a un buen grupo de amigas y de amigos. En esa reunión aniversario se habló de todo: de nuestra limitación en el tiempo, de la realidad inevitable de la muerte, de la necesidad de perpetuar el recuerdo del ser más bienhechor, la Madre... En ese ambiente le surgió a la Srta. Jarvis la idea de celebrar el "Día de la Madre", para exaltar la maternidad y para fomentar el agradecimiento por el don de la vida.

Anna Jarvis y sus amigos y amigas, durante siete años, vendieron en todos los Estados Unidos de América la iniciativa de celebrar el "Día de la Madre".

El 9 de Mayo de 1914 consiguieron que fuera aprobada a nivel nacional la fiesta del "Dia de la Madre", La aprobó, mediante decreto, el Presidente W. Wilson.

EE.UU. es pues, la cuna del culto o agradecimiento anual a la Madre.

2. El "Dia de la Madre de todas las Madres"

La iniciativa de EE.UU. se fue conociendo en otros países. Alemania fue la primera que la aplaudió.

Pero, al trasplantarla a Europa, la enriqueció celebrando al mismo tiempo la fiesta de la madre por excelencia, la Madre de Dios y de todos los hombre.

Francisco Payeras, en su libro "De lo sencillo a lo humilde”, tratando del "Día de la Madre de todas las Madres", afirma:"La costumbre procede de América, donde se empezó a celebrar hacia 1910", En seguida Payeras describe cómo de América la costumbre por toda Europa.

La Catequética La Salle, que dedica una ficha a la iniciativa americana, aquilata: "El “Día de la Madre de todas las Madres" se celebraba en la fiesta de la Purísima Concepción, 12 de diciembre... para llenar de espíritu religioso el sentido humano del amor filial".
Fue así como nació el "Día de la Madre de todas las Madres" y cómo se unieron en una sola fiesta el "Día de la Madre" y el "Día de la Virgen".

3. El "Dia de las tres Madres"

En la década del 20, en Venezuela, se honró una tercera madre, la Madre Patria.

La historia nos cuenta que en mayo de 1921, el Dr. Jesús María Arcay Smith, como presidente de la asociación "Caridad y Concordia", organizó en Valencia, el "Día de las tres Madres" (de la Madre de Dios, de la Madre Patria y de la Madre de cada hombre). ¿Fue idea suya? ¿Ose inspiro en el "Día de la Madre de todas las Madres", extendiéndolo a las tres clases de madres? No lo sabemos. Pero el caso es que en Valencia del Rey nació el "Dia de las tres Madres", (cf. F. González Guinand, Tradiciones de mi pueblo, 2a ed., Valencia1981, págs.133-145).
Nació y se institucionalizó.

Fue así: El Dr. Arcay Smith, admirado de la acogida que había tenido la fiesta de las Tres Madres celebrada el 24 de Mayo, solicitó de la Municipalidad de Valencia, el 10-6-21, que institucionalizara la celebración anual del "Dia de las Madres", La Municipalidad lo hizo mediante un acuerdo firmado el 20-7-21 y fijó como dia el cuarto domingo de mayo.

No contento con eso, el Dr. Arcay Smith sugirió lo mismo a todas las Municipalidades de Venezuela. Y 82 respondieron positivamente, dictando acuerdos semejante al de Valencia.

Ante esa aceptación tan generalizada de la iniciativa carabobeña, el Congreso Nacional, tambien a petición del Dr. Arcay Smith (3-5-22), aprobó en 1924 una ley por la que se decretaba la celebración anual en todo el Pais del "Dia de las Madres", el cuarto domingo de mayo.

Para entonces ya el "Día de las Madres”, tenia himno con letra del Prof. Luis Bouquet, poeta carabobeño, y música del Prof. Pedro Elías Gutiérrez, Director de la Banda Marcial de Caracas.

El Dr. Arcay Smith, para perpetuar las decisiones de los Municipios y del Congreso Nacional, solicitó del estado Carabobo que dedicara un parque o una plaza a las tres Madres. Y promovió la construcción de un monumento en ella. El Gobierno le dedicó la plazoleta que estaba entre el Colegio Nacional y el Teatro Municipal. El monumento lo esculpieron en Italia bajo la dirección del marmolista Alberto Roversi. El monumento ostentaba, sobre un pedestal artístico de mármol:
- una estatua de la Madre de Dios, en actitud de presentar a su hijo a los hombres;
- una estatua de la Madre Patria, que sostenía con su mano derecha la bandera nacional y apoyaba la izquierda en el escudo patrio; y
- una estatua de la madre de cada hombre, que presentaba a la Madre de Dios su pequeño hijo.

El monumento no pudo inaugurarse el día previsto, 24-5-25, porque no llegó a tiempo. Pero se inauguró el 20-9-25. Lo bendijo Mons. Francisco A. Granadillo, delante de las autoridades y de un gran público.

4. El "Día de la Madre"

La iniciativa de Venezuela fue copiada en Chile y México en 1923. Pasó a Santo Domingo en 1926. A Cuba en 1927. Y después a Costa Rica, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Argentina y Uruguay.

En algunos Países se honró con una fiesta especial a madres especiales. Así en España, en los años de la post-guerra civil, las Damas de Acción Católica organizaron el "Día de la Madre del Sacerdote", con imposición de insignias y todo. A los pocos años se empezó a pensar en el "Día de la Madre del Seminarista", Uno y otro se celebraron el 19 de marzo, día del seminario y de las vocaciones en España.

Por los años 50, los obispos europeos, viendo que los comerciante habían forzado a las publicidades a centrar la atención en el Día de la Madre de cada hombre(¡lógica comercial!: ni a la Virgen ni a la Patria se le pueden regalar relojes, vajillas, ayudante de cocina...), decidieron que no coincidieran con el día de la Inmaculada (8-12) y trasladaron el "Día de la Madre" (Así, en singular) al mes de mayo, fijando como día segundo domingo. Así, por una parte, quedaba vinculado a la Virgen (el mes de mayo en casi todo el mundo es el mes de la Virgen) y, por otra parte, el aspecto comercial no ahogaba una fiesta tan importante como la de la Inmaculada.

Para este traslado en Europa de la fiesta a Mayo influyó sin duda el que en América, por iniciativa de la Srta. Anna Jarvis en EE.UU. y del Dr. Arcay en Venezuela, en mayo se celebra el "Día de la Madre" y el "Día de las tres Madres", respectivamente.

Y el traslado, a su vez, influyó en Venezuela: al unirnos los Venezolanos al resto del mundo adelantando la fiesta al segundo domingo, poco a poco nos fuimos olvidado, como en todas parte, de la virgen y de la Patria. Y hoy el "Día de la Madre" es el dia para honrar, obsequiar, acompañar... a nuestra madre de un modo extraordinario.

Un índice de la reducción de la idea del Dr. Arcay Smith con el paso del "Día de las Madres" al "Día de la Madre" es el trato que se dio en Valencia al monumento de Arcay Smith: para abrir una avenida, el "Monumento a las tres Madres" fue trasladado en 1948-50 a los jardines del Hospital Central, frente, frente al pabellón de niños. Y recientemente fue instalado en la plaza que está cerca del antiguo Prebo y de las instalaciones de la telefónica.

¿Reponer el "Día de las Madres"?

Quizás ese fuera un modo práctico de descomercializar y por tanto, de restituir su sentido primero al "Día de la Madre".

Cesáreo Gil.

MAS ALLA POR SU DIA, GRACIAS POR EXISTIR, BELLAS DAMAS

LA ESCUELA DE LAS FLORES por Rabindranath Tagore.

Cuando el cielo tempestuoso ruge sordamente y caen los chubascos de junio, el húmedo viento del este caminba a través de los brezales para tocar la cornamusa entre los bambúes.
Entonces, innumerables flores se abren de súbito; nadie sabe de dónde han salido, y se las ve bailar locamente sobre la hierba.

Madre, estoy seguro de que las flores tienen una escuela bajo tierra.

Cuando hacen sus deberes las puertas se cierran, y si antes de que sea la hora quieren salir para jugar, el maestro las manda castigadas al rincón.

Tienen vacaciones cuando llega la época de las lluvias. Las ramas entrechocan en el bosque y las hojas se estremecen con el viento furioso, las gigantescas nubes dan unas palmadas y las niñas-flores salen corriendo, con sus vestidos rosados, amarillos y blancos.

¿Sabes Madre? Las flores viven en el cielo, como las estrellas.

¿No te has fijado qué deseos tienen de llegar allá arriba?

¿Y sabes el por qué de tanta impaciencia?

Yo sí, yo adivino hacia quién tienden sus brazos: las flores tienen, como yo, una madre.

Un Peatón sin Barreras
Arq.Iván Enrique León Hernández
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CHÁVEZ LE DA LA RAZÓN A MILTON FRIEDMAN, POR MARY ANASTASIA O'GRADY, JUEVES, 06 DE MAYO DE 201

El fallecido Milton Friedman bromeó en una ocasión que "si se pusiera al gobierno a cargo del desierto del Sahara, en cinco años habría escasez de arena".

Friedman recurrió a la hipérbole para llamar la atención sobre la planificación central. Al menos eso era yo lo que pensaba hasta que Hugo Chávez se puso a cargo del sector cafetero de Venezuela. El año pasado, por el primer período prolongado en la historia del país, Venezuela no produjo suficientes granos de café para satisfacer la demanda interna. Ahora se ha vuelto un importador de café y hace frente a una grave escasez.

No es de extrañar que la reciente expropiación por parte de Chávez de algunos depósitos y tierras pertenecientes al gigante de los alimentos y conglomerado de bebidas Polar ponga nerviosos a los venezolanos. Chávez ha dicho que si el presidente de Polar, Lorenzo Mendoza, no mantiene su boca cerrada acerca de las expropiaciones, podría haber más. Los consumidores venezolanos saben que la gestión chavista de Polar probablemente no será más exitosa que sus aventuras con el café.

El colapso de la industria del café es emblemático de la catástrofe económica más amplia que se está gestando en el país. Durante más de una década, Chávez ha empleado controles de precios y de capital y la hiperregulación en un intento de alcanzar sus objetivos socialistas. Cuando ha surgido la predecible escasez, el gobierno ha respondido utilizando la táctica del salame para la nacionalización, al rebanar parte del sector privado poco a poco y tomarla para el Estado.

Ahora, la economía está colapsando. El Fondo Monetario Internacional proyecta que mientras el crecimiento del Producto Interno Bruto se elevará en la mayoría de los países de América Latina este año, se contraerá 2,6% en Venezuela. La inflación subyacente ha subido más de 30% por dos años.

Para entender cómo la situación llegó a este extremo, es útil ver el ! ejemplo del café. Solía ser abundante en Venezuela, pero en 2003, cuando la inflación amenazaba con dañar la popularidad de Chávez, el gobierno impuso controles de precios. Eso redujo el incentivo de sembrar café y aumentó el de exportar lo que fuera cultivado a Colombia. El resultado fue menos café para la venta en Venezuela.

Chávez es lo suficientemente inteligente para comprender que la escasez de café lo perjudica en las encuestas. Pero en lugar de dejar que el precio fluctúe, declaró al café como una materia prima insignia y lanzó un plan de US0 millones para revivir al sector. Se iba a aumentar las zonas de cultivo cafetero, plantar árboles y construir carreteras hacia los sembradíos de café.

Cuatro años después, los venezolanos recibieron esta noticia: ninguna de las promesas se habían materializado y continuaba la escasez del café. Chávez necesitaba a alguien a quién culpar y, en agosto de 2009, se dirigió a la empresa tostadora más antigua del país, Fama de América. Los militares invadieron las fábricas de Fama en Caracas y Valencia luego de que Chávez acusara a la compañía en televisión de ser una culpable clave en la crisis de escasez. Los funcionarios del Estado anunciaron una investigación de 90 días para determinar si Fama había infringido las leyes.

Al cabo de los 90 días, Chávez confiscó las instalaciones tostadoras de Fama. La medida fue justificada usando cuatro criterios. Primero, el gobierno tiene la obligación de asegurar suministros de alimentos para la población. Segundo, el café es una tradición venezolana. Tercero, era una escasez causada en parte por el tráfico ilegal a Colombia. Cuarto, Fama tenía 30% del mercado venezolano. El gobierno ha ofrecido pagarle a la empresa 10% de su tasación oficial.

Controlar las tostadoras, por supuesto, no hizo que los cultivos de café fueran más productivos. En abril, el diario venezolano El Universal informó que la cosecha de 2009-2010 cayó 16,6% frente al mismo período del año anterior. La publicación también reportó que Fama ! y otra tostadora importante, Café Madrid —ambas ahora controladas por el Estado— operaban un 30% por debajo de su capacidad debido a la escasez de granos. Añadió que las fábricas sólo tenían suficiente café para el próximo mes o los próximos dos y que, sin un incremento de las importaciones, las operaciones podrían colapsar en entre 30 y 60 días.

La semana pasada, Alberto Ramos, un analista de Goldman Sachs, señaló que "el gobierno ahora tiene una gran participación de la actividad económica" y que "está reaccionando a cualquier conflicto en el sector privado, real o percibido, con inmediatas amenazas de nacionalización. Este es un gran impedimento para la muy necesitada inversión nacional y extranjera". También es un impedimento para la producción ya que los chavistas no parecen ser muy buenos a la hora de dirigir empresas.

Para los detractores de Chávez podría ser reconfortante que algunos de sus partidarios estén saltando del tren "bolivariano" debido a todo esto. Pero es demasiado prematuro para celebrar. A medida que crecen las deserciones, Chávez se está volviendo más militante. Su alianza con Irán, las provocaciones contra Colombia, la carrera armamentista y el uso de personal militar cubano son pruebas de sus inseguridades, pero también de su desesperación. Hace poco anunció que niños tan jóvenes como de 12 años están siendo reclutados para trabajar como propagandistas para el Estado y ahora está encarcelando a más opositores políticos. Las confiscaciones de propiedades están en aumento.

La revolución de Chávez está en ruinas. De eso no cabe duda. Sin embargo, nadie debe concluir que él aceptará la derrota de forma pacífica.

© The Wall street Journal
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¿Y DÓNDE ESTÁN LOS CHAVISTAS?, FRANCISCO RIVERO VALERA

En este país no hay sitios más antichavistas que las colas para pagar o solicitar servicios públicos. En estos sitios todo el mundo pasa su tiempo en larga espera, socializando y despotricando del alarmante nivel de ineficiencia de este pésimo Gobierno. Son colas de diferentes formas y tamaños. Algunas kilométricas, otras rectilíneas, curvilíneas o mixtas. Y se encuentran en todas partes: para sacar la cédula y el pasaporte; para obtener el RIF, en trámites de Cadivi, para cobrar algo en los bancos del Estado y en otras situaciones de mayor calamidad.

Como la cola que me tocó ayer para renovar la cédula. Fue en el mejor sitio de este país, no había otro: en una jornada especial de cedulación de un consejo comunal en un barrio marginal, con la ambientación similar a la vista en algunos documentales de Burundi y Somalia en África, o en Cuba con los cubanos haciendo cola para hacer efectiva su tarjeta de racionamiento alimentario. De todas maneras fue un proceso de cedulación exitoso porque logré renovar mi cédula después de haber estado de pie en la calle desde las 8 de la mañana hasta las 2 y 45 de la tarde; en fila india, peleando por mi puesto con los "coleados"; a pleno sol o, mejor dicho, a plena lluvia porque el tremendo palo de agua que se precipitó sobre la gente cambió totalmente la apariencia personal de tal manera que la fotografía final de la cédula parece corresponder a otra persona, recién salida del baño y de la diarrea. Y, al final, después de compartir olores y empujones con una población circulante de unas 160 personas en un local de unos 25 o 30 metros cuadrados, y salir con la cédula en la mano como un trofeo, fue como para morir del disgusto, por no decir una grosería, al observar en la puerta del consejo comunal la fotografía de Chávez a color, con la leyenda que decía: Así es como se gobierna. Patria, socialismo o muerte.

Francamente: ahí es donde uno se da cuenta del denigrante nivel de atraso al que nos está llevando este patético Gobierno; del masoquismo y del desprecio por una vida mejor de algunos venezolanos, y de la ignorancia del colectivo sobre la relación directa de las colas con el profundo grado de subdesarrollo de una institución o de un país, porque entre más colas, mayor subdesarrollo. En consecuencia, Venezuela está caminando progresiva e inevitablemente como el cangrejo y como Cuba, hacia el atraso y hacia la radicalización del subdesarrollo. Nada extraño con este Gobierno castrocomunista.

Pero, también existen otros sitios antichavistas. En los taxis: el 90% de los taxistas hablan mal de Chávez. Y el 95% de los médicos en los centros de salud. Y en la calle los ingenieros, abogados, buhoneros, carniceros y muchas personas más están echando hasta humo por los oídos al hablar de Chávez. Entonces, pregunto: y dónde están los chavistas? o, mejor dicho: dónde están los que apoyan este desmadre de Gobierno? Respuesta con preguntas, como en las novelas dramáticas: ¿será en las Fuerzas Armadas? ¿Será en la quinta columna de cubanos instalados en nuestro país? ¿En las arcas depauperadas de PDVSA? ¿Será en las concentraciones de trabajadores obligados a votar y a marchar con sus franelas rojas? ¿En las hordas armadas de algunos barrios? ¿O en el Consejo Nacional Electoral? Vaya usted a saber. Lo que sí está claro como el día es que los antichavistas de este país están como el aire: en todas partes. Aleluya

riverovfrancisco@hotmail.com
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CÓMO EL SOCIALISMO DESTRUYE EUROPA, GUY SORMAN

Hoy en día, no es la crisis griega lo que convendría explicar, sino el camino que condujo hasta ella. No se trata de reabsorber la deuda griega o española: se trata de poner un plazo o no a la estrategia del declive europeo

La tragedia del euro sobrepasa con mucho el único caso de Grecia y esta tragedia sólo es financiera en apariencia. El mal es más profundo: alcanza a todos los países miembros o acabará por alcanzarlos a todos. No bastará con poner un poco de orden en las cuentas públicas, salvar a Grecia de la quiebra y tranquilizar a los acreedores de España y Portugal. Estos remiendos financieros no evitarán el contagio general de todos los países miembros de la Unión ya que a todos les aqueja el mismo mal. Algunos querrían quitar importancia a este mal. En el FMI, en el Banco Central Europeo, en los ministerios nos dicen: es financiero, es técnico, sabemos actuar, ya pasará, basta con algunos créditos, con persuadir a los alemanes, con reducir un poco el gasto público. ¿Y todo volverá a empezar como si no hubiese habido crisis en absoluto? ¡Qué ilusión, qué ceguera y sobre todo que negación de la realidad! ¿La realidad? Los fundamentos de la Unión Europea son incompatibles con la manera en que se gestionan los Estados europeos. Es decir, la Unión Europea es de origen liberal, concebida como tal en filosofía política y en economía y sólo es posible gestionarla de manera liberal, mientras que todos los gobiernos nacionales, aunque fueran de derechas, crearon, de hecho, unos gigantescos Estados del Bienestar de inspiración socialista.

Expliquémonos: en los comienzos de Europa, un empresario (no un diplomático, sino un comerciante de coñac familiar de Estados Unidos), Jean Monnet, tras la Segunda Guerra Mundial, reparó en que los gobiernos europeos nunca habían logrado, y no lograrían nunca, hacer de Europa una zona de paz y de prosperidad. Sustituyó el motor diplomático por el motor económico; consideraba que el libre cambio y el espíritu emprendedor deberían generar unas «solidaridades concretas» que eliminarían la guerra y la miseria. Esta institución liberal de Jean Monnet fue ratificada el 9 de mayo de 1950 por los principales artífices de la primera Comunidad Económica Europea, tres demócratacristianos: Konrad Adenauer, Alcide De Gasperi y Robert Schuman. Estos hombres compartían una misma concepción moral de la política y un mismo análisis económico, y se mostraban recelosos con el estadismo que entonces se identificaba, con razón, con los totalitarismos guerreros. La Comisión de Bruselas, y más tarde el Banco Central Europeo, no han dejado de ser fieles a ese espíritu liberal original. El libre cambio, gracias al apoyo constante de la Comisión de Bruselas, atizó el espíritu de empresa frente a los proteccionismos y los monopolios nacionales. Y se creó el euro para obligar a los Estados a equilibrar su presupuesto, siguiendo la línea de la teoría monetaria liberal.

Desgraciadamente, los gobiernos nacionales creyeron que sería posible acumular los beneficios de la Europa liberal, a la vez que se superponían las delicias electorales del socialismo. Aquí se llama «socialismo» al crecimiento infinito del Estado del Bienestar, a la acumulación de seguros sociales y de empleos protegidos por el Estado.

Ese socialismo de hecho, sedimentación de promesas electorales y de derechos adquiridos, se desarrolló en Europa infinitamente más rápido que la economía y que el número de habitantes. Por tanto, este socialismo de hecho sólo podía financiarse a crédito, se creía que sin riesgos, ya que el euro parecía «fuerte». Este euro fuerte enloqueció a sus poseedores: de repente todo parecía asequible con el crédito. Ello tuvo como consecuencia un endeudamiento notablemente homogéneo, en todos los países europeos, del orden del 100% de la riqueza nacional: entre el 91% en Alemania y el 133% en Grecia, una diferencia bastante modesta entre los dos extremos, reflejo de una misma trayectoria socio-estatal. Hoy en día, la diferencia entre Alemania, Grecia, España o Francia, depende menos del endeudamiento y de la manera de gestionar los Estados -más bien similares- que de la capacidad de reembolso variable dependiendo de los deudores. Todos los Estados europeos han sido gestionados «a la socialista», en contradicción con los principios liberales de la Unión Europea: algunos serán capaces de hacer frente a los vencimientos mejor que otros, pero todos han seguido juntos la misma trayectoria.

¿Explicarán esta trayectoria fatal? Las ideologías son su verdadera causa. El socialismo domina los espíritus en Europa, mientras que el mundo universitario, mediático e intelectual acosa al liberalismo. Apoyar al mercado frente al Estado y preconizar el Estado modesto se considera en Europa una perversión «estadounidense». Y la ideología socialista está lo suficientemente arraigada como para que a un político le sea casi imposible resultar elegido sin prometer aún más solidaridad pública y aún menos riesgo público. Estos Estados del Bienestar, debido a su coste financiero y a la falta de responsabilización ética que legitiman, han asfixiado el crecimiento económico en Europa: somos el continente del declive, pero del declive solidario.

Y ahora nos presentan la factura griega: no será la primera de esa clase. ¿Qué hacemos con ella? Sería lícito que no la pagáramos: en el fondo, ¿por qué un modesto contribuyente francés o alemán debería pagar los impuestos que evadió un griego rico, todo ello para financiar a los sindicatos o a los militares griegos? Pero las finanzas europeas son tan enrevesadas que el euro que debe Grecia se lo debe en realidad a un banco alemán o francés. Por consiguiente, que los no griegos corran o no a socorrer a Grecia no cambiará nada: nuestra quiebra será colectiva. Nos creíamos ciudadanos de un país, pero somos deudores para todos. Si los europeos no pagan la factura griega, las facturas de Portugal, España e Italia llegarán rápidamente a continuación ya que la bancarrota de Grecia repercutiría sobre el valor de todos nuestros euros.

¿Cómo se sale de una tragedia? Ganando tiempo, negándola, suicidándose o diciendo la verdad. En este momento de la historia que vivimos, no es posible prever cuál de estos supuestos prevalecerá. En los comienzos de Europa, Jean Monnet dijo la verdad y los hombres de Estado se la explicaron a los pueblos: éstos la entendieron. Hoy en día, no es la crisis griega lo que convendría explicar, sino el camino que condujo hasta ella. No se trata de reabsorber la deuda griega o española: se trata de poner un plazo o no a la estrategia del declive europeo. A fin de cuentas, deberíamos darles las gracias a los griegos quienes por imprudencia, eso sí, han interrumpido la siesta europea.

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EL TEMA DE LA INSEGURIDAD NOS ENFRENTA A UNA DISCUSIÓN CIRCULAR DE LA QUE RESULTA DIFÍCIL SALIR. EL PRIMER PASO. ALBERTO MEDINA MÉNDEZ CASO ARGENTINA

Nos sentimos inseguros a diario. Ya no es solo una sensación, y mas allá de los excesos mediáticos, sigue siendo la asignatura pendiente más significativa que persiste en la agenda política de todos los niveles de gobierno. Para la inmensa mayoría de la sociedad es un tema de plena responsabilidad estatal, por expresa delegación ciudadana.

Sin embargo, cada vez que el asunto ocupa el centro del debate, se recorren invariablemente simplificaciones que no nos conducen a la solución y nos dejan siempre a mitad de camino. Es que la cuestión de la inseguridad tiene demasiadas aristas. Algunos osados que intentan arriesgar diagnósticos lineales para aproximar conclusiones, olvidan la multicausalidad que explica buena parte de la situación actual.

El debate entre los partidarios de la “mano dura” y los “garantistas” es, como mínimo, incompleto. Excesivamente concentrado en las consecuencias y dejando de lado las verdaderas causas originarias, mal puede resolver con eficiencia el núcleo del dilema.

Lamentablemente, el país no encuentra rumbos en esta materia y pese a la importancia que revelan las encuestas, se sigue deambulando en la persistente estrategia de desprenderse de incumbencias propias para endilgárselas al que esté mas a mano. La búsqueda de un único responsable, evita ver la película completa, perdiendo lo contextual en cada afirmación liviana que se esboza.

El problema de la inseguridad es de vieja data y tiene una progresiva historia que se ha ido construyendo por décadas. No es un fenómeno repentino. Se han generado evolutivamente condiciones favorables para su desarrollo, con responsabilidades compartidas por la sociedad y el poder en todos sus estamentos. Nadie puede hacerse el distraído. En este reino del “vale todo”, del desprecio a la vida, a la palabra y a la propiedad, no puede extrañarnos el actual estado de cosas.

Sin embargo, y pese al creciente reclamo de una sociedad hastiada de los abusos, superada por la bronca e impotencia, en la que abundan los repudiables intentos de justicia por “mano propia”, la política no parece tener ninguna respuesta.

Ni la sociedad, ni la dirigencia, parecen encontrar la ruta que nos conduzca por el sendero pretendido. Dejando de lado las paranoicas teorías conspirativas en las que los poderosos hacen negocio con la inseguridad, habrá que decir que tal vez, simplemente, la mayoría de nosotros, incluidos los políticos, no sabemos por dónde empezar.

El problema es mayúsculo y la pluralidad de causas que lo originan ha instalado cierta sensación de agotamiento en una clase política que solo se anima a declamar un diagnostico aproximado, y proponer tímidamente alguna acción aislada, que de modo alguno resuelve, ni minimiza siquiera, la situación.

Los mas improvisados prefieren el discurso demagógico de recitar slogans que sugieren emprender el camino de la “mano dura” de la ley, el brazo fuerte, decidido y ejecutor de un Estado inflexible. En la vereda aparentemente opuesta está el otro discurso laxo, el del los garantistas que por diferentes motivos, creen relevante privilegiar la plena vigencia de los derechos de algunos.

Ni unos, ni otros, pueden enfocarse apropiadamente en la tarea de resolver la problemática, en la medida que no se aborden cuestiones previas, que precisan de cierta cooperación mutua, impropia de nuestra tradicional conducción política.

El discurso imperante nos lleva por un círculo vicioso. Los que piden severidad descubren una normativa débil, excesivamente permisiva, y entonces bregan por reglas más contundentes y menos zigzagueantes. Los legisladores, dicen que las normas abundan y que solo resta cumplirlas. Las fuerzas de seguridad, insisten en la ausencia de adecuadas retribuciones, escasa preparación profesional y recursos insuficientes para darle cumplimiento a tantas disposiciones.

El sistema penitenciario está en crisis, frágilmente remunerado, deficientemente entrenado y sin infraestructura para albergar a más detenidos. Involuntariamente, parece haberse convertido en un centro de especialización, que no solo no rehabilita, ni reinserta a los que cumplen condenas, sino que los perfecciona en las artes del delito.

La justicia como poder del Estado ha colapsado y se ha tornado lenta, ineficiente e incapaz de contener tanta demanda real. Superadas sus estructuras, muchas de ellas antiguas e inadecuadas, batalla permanentemente por más recursos para administrar justicia y compensar de mejor modo a su personal. Es que ya no se trata solo de los jueces, sino de la imprescindible dotación de expertos que el perfeccionado mundo del crimen precisa para ser contrarrestado con éxito.

Los jueces afirman que solo pueden aplicar las leyes que existen, y que si estas son relajadas, pues poco pueden hacer por endurecerlas. El poder político, se debate entre los riesgos de caer en los excesos de la fuerza y la distendida actitud de pasar por alto cualquier ilícito. En ese juego perdemos todos, por no abordar el tema de fondo. Este perverso laberinto termina socavando los principios morales de una sociedad que cree recibir como mensaje, que da lo mismo cualquier cosa, que la propiedad y la vida no tienen valor alguno para esta comunidad.

Este deplorable enredo en el que estamos metidos, precisa ser encarado con inteligencia, sin mezquindades y con una profunda visión republicana. Independientemente de la estructura de la división de poderes y de las responsabilidades claras que cada esfera tiene en este esquema, la sociedad merece la posibilidad de sentarse a la misma mesa, para discutir sin ambigüedades la razón principal de sus desvelos.

Despojados de prejuicios, con la precisión que implica saber que “no hacer nada” no está en el menú de opciones, frente a la ola, aparentemente irreversible, de hechos de distinta gravedad que nos acosan a diario, necesitamos enviar una señal concluyente como sociedad civilizada a los que prefieren el caos como medio de vida.

Para ello, ALGUIEN debe dar el primer paso. Un acto de heroísmo, ese que implica asumir con humildad la imposibilidad de resolver las cosas por si solos. La sociedad merece la oportunidad de sentarse a discutir el problema y llegar a lo más profundo de la cuestión asumiendo que no se trata de encarar medidas aisladas, sino de una batería de estrategias conjuntas que deben ser enfocadas con creatividad para resolver los múltiples problemas uno a uno.

Una mesa en la que participen los legisladores y sus equipos técnicos, los miembros de todas las fuerzas de seguridad, con los especialistas y los que tienen las voces de mando, con jueces, fiscales y personal de apoyo del sistema judicial, con quienes son parte del sistema penitenciario en todas sus líneas, con educadores y representantes de la educación, con quienes se encargan de proveer salud y conocen otras aristas de la compleja problemática. No deberán faltar a la cita los gobernantes, los que detentan el poder formal y tienen capacidad de decisión para volcar la balanza. Nación, provincia, municipios, no hay excepción a la regla, Completan el escenario las fuerzas vivas de la sociedad, esa que demanda, que con independencia de criterio puede establecer su propia visión del problema evitando los reduccionismos que la lucha presupuestaria siempre parece proponer en los estamentos públicos.

No será una tarea fácil, ni breve, ni sin escollos. Pero alguna vez debemos empezarla. Solo hace falta una cuota de determinación política, de patriotismo, de conciencia ciudadana, y fundamentalmente de sentido común y amor a la vida. ALGUIEN, cualquiera, debe actuar de anfitrión y tener el coraje cívico de convocar a esta mesa amplia, diversa, generosa y plural. Allí, todos dirán lo que deban decir y, tal vez así, encontremos los puntos en común que nos lleven a una solución integral, posible, sustentable en el mediano plazo, con compromisos firmes para abandonar definitivamente la reiterada receta de los paliativos insuficientes para enfrentar a la avalancha delictual y violenta de estos tiempos. Hace falta dar el primer paso.

Alberto Medina Méndez
amedinamendez@gmail.com
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LAS PRIMARIAS DEL GOBIERNO, TRINO MÁRQUEZ, VIERNES, 7 DE MAYO DE 2010

Los resultados de las primarias organizadas por el PSUV estuvieron muy por debajo de las expectativas que sus dirigentes habían creado, a pesar de todas las acrobacias de Francisco Ameliach y de otros líderes del partido oficialista para tratar de abultar los cómputos.

En términos absolutos votaron más personas que en las elecciones de la oposición, pero esto podría atribuirse al hecho de que era mucho mayor el número de circuitos donde iban a escogerse los candidatos a la Asamblea Nacional.

En términos porcentuales el total de sufragios se sitúo apenas un poco por encima de la cifra alcanzada por los sectores democráticos.

De nada les valió a los oficialistas amenazar a la militancia del partido rojo. Los candidatos que se disputaron las nominaciones no entusiasmaron a los votantes. Ese partido, que dice cautivar grandes mayorías, no se vio por ningún lado. Las burlas y denuestos a la oposición se les revirtieron a la maquinaria burocrática del gobierno.

La jornada del domingo 2 de mayo fue aburrida, sin brillo ni ánimo. Chávez no logró que las masas salieran de la apatía, ni pudo convencerlas para que el proceso les resultara atractivo.
Los más castigados por quienes finalmente se dignaron a sufragar fueron muchos de los actuales diputados que aspiraban a repetir en sus cargos. Por cierto, algunos de ellos con bastante exposición mediática y muy obsecuentes defensores del caudillo.

Lección: las bases del chavismo no premian el servilismo, sino el trabajo consecuente y eficaz a favor del pueblo. Esos aspirantes no tenían nada que mostrar en sus alforjas, salvo la obediencia incondicional al comandante en jefe.

De las figuras conocidas que salieron “raspadas” en la jornada dominical cabe destacar el descalabro de ese personaje que dirige La Hojilla, niño mimado del jefe del Estado. Ese señor sufre su segunda derrota electoral en menos de año y medio. Antes había perdido en las elecciones a Gobernador del estado Carabobo.

Lección: no basta con aparecer todas las noches en VTV insultando y agrediendo a la oposición, ni ser favorito del primer mandatario; hay que elaborar un perfil propio y transmitir un mensaje que incluya y unifique a los venezolanos.

Muchos de los candidatos seleccionados, según ellos mismos lo han expresado, tuvieron que superar enormes escollos: el padrinazgo de gobernadores y alcaldes oficialistas, el ventajismo que esta circunstancia propicia, la falta de recursos económicos. Un buen número de esos aspirantes merecen respeto pues obtuvieron su nominación en elecciones populares.

Esa misma consideración hay que tenerla con los representantes de la oposición. Ni el Imperio, el Departamento de Estado o la oligarquía ya postularon sus aspirantes a la Asamblea Nacional; ni Fidel y Raúl Castro, o Evo Morales y Daniel Ortega, proclamaron los suyos. Quienes, luego de participar en comicios, entraron en liza para optar a un cargo en la Asamblea, fueron seleccionados por un sector del pueblo que merece respeto.

Está visto que denostar a la gente, sobre todo a las damas, no da resultados favorables. ¿Verdad, señor de La Hojilla? Dos episodios muy llamativos ocurrieron en esa jornada. El primero fue el protagonizado por Hugo Chávez contra Adriana Núnez, la joven periodista de Televen. El suceso ha sido ampliamente comentado y revela el talante irremediablemente autoritario del caudillo.

Esas actitudes insolentes son típicas de los mandatarios que se eternizan en el poder. Ellos se acostumbran a mandar y la gente a obedecer. Ya lo decía el Libertador. La joven periodista del canal de televisión mostró una dignidad y un decoro que deberían servir de ejemplo a muchos dirigentes del PSUV, diputados de la Asamblea Nacional y autoridades del Gobierno y el Estado, a los que Chávez zurra cuando le apetece.

El otro evento tuvo que ver con la presencia tan activa ese día de miembros del Gabinete Ejecutivo. Subrayo la intensa actividad del ministro del Interior y Justicia, Tarek el Aissami. En el ciclo que comienza en 1958 se estableció que los militantes de un partido en funciones públicas debían alejarse del activismo político partidista, con el fin de separar dos esferas que conviene mantener alejadas: el Gobierno y el Partido.

En las primarias que organizaba el partido oficial, desde luego que podían votar el Presidente de la República, los ministros y los altos funcionarios, pero la organización, monitoreo, supervisión e información del proceso y sus resultados finales, correspondían al jefe de la Comisión Electoral o a un miembro de esta. En ningún caso a un ministro, y menos el de Interior.

Esta barrera tan útil y necesaria fue abolida por el chavismo. Las líneas de demarcación entre la dimensión correspondiente al Gobierno y la perteneciente al partido oficial fueron borradas. Ahora, Gobierno y Partido conforman una sola masa informe. Lo mismo ocurría en la Unión Soviética, y sucede en Cuba y, en general, en los países comunistas Esta aberración, en el caso nuestro, se expresa en la politización de PDVSA, del SENIAT y de todos los organismos públicos, en clara violación de lo establecido en la Constitución.

Chávez desprecia tanto a la gente que integra el PSUV, que entre los siete millones de militantes con los cuales dice contar, no encuentra a una docena de personas, distintas a los miembros de su Gabinete, capaces de dar la cara ante el país en las elecciones internas.

La obsesión por concentrar el poder lo lleva a violar a diario la Constitución. Mientras tanto, el TSJ, la Fiscalía y el CNE ven para otro lado.

trino.marquez@gmail.com
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LAS CARTAS SOBRE LA MESA ELECTORAL. PASTOR HEYDRA, SÁBADO, 08 DE MAYO DE 2010

Desde el lunes 3 de mayo, ya están echadas las cartas para la contienda electoral fijada el 26 de septiembre en la que se escogerán los Diputados a la Asamblea Nacional de la Legislatura 2011-2016.

El PSUV concluyó el domingo 2, sin mayores sorpresas en la selección de sus candidatos por circuitos, escogidos en unas elecciones primarias cerradas al registro de los inscritos en esa organización y seguramente esta semana su Dirección Nacional presentará su "line up" al país. Allí se designaron 110 candidatos y sus respectivos suplentes, sacados de los resultados eleccionarios por orden de llegada. Faltan 57 listas y 57 suplentes, incluidos los 3 del sector indígena.

La asistencia al evento del PSUV resultó escuálida y forzada, lo que evidencia carencia de emotividad, al cierre de esta columna estaban buscando a los electores, en su mayoría pertenecientes a la administración pública para que fueran a votar. Hecho que contrasta con las parciales de la MUD cuya dirección se quedó corta y para preservar las posiciones de su "nomenklatura", tuvo temor de abrir un proceso a todos los circuitos y listas, que resultó exitoso por la espontaneidad y el deseo de participación de los electores del sector democrático, que hubiesen estado mucho más motivados para la contienda que se avecina si a esa actividad se hubiese incorporado al pueblo elector.

La Mesa de Unidad Democrática. MUD, ya hizo su proceso eleccionario parcial en el 15 por ciento de las circunscripciones, mientras que en el otro 85% y en las listas lograron un "consenso" partidista, mediante el acuerdo y el reparto de posiciones entre los siete principales factores de ese conglomerado, como son Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo, Primero Justicia, Proyecto Venezuela, la Causa R, Copei y Podemos.

Es posible que existan algunos ajustes en el camino, antes del proceso de inscripción de las candidaturas previsto para los primeros días de Junio, pero serán de menor cuantía. Aun cuando tendrá que verse la evolución del conflicto interno de Copei, que puede dar al traste con algunos de los pre acuerdos tomados en la MUD, si ese partido pasa a ser administrado por manos distintas a las de Luís Ignacio Planas.

De tal manera que el país irá a esa contienda con un esquema de extrema polarización entre dos bandos: el gobierno de Hugo Chávez y la oposición al mismo. No hay cabida para terceros, más allá de las virtudes o desvirtudes de los métodos aplicados en las escogencias candidaturales.

Sin embargo la lección ha sido importante y novedosa. Los electores quieren tener mayor participación en la toma de decisiones sobre sus representantes. El tiempo de las imposiciones "cogollericas" ha sufrido mutaciones en beneficio de la colectividad y de lo que Jorge Eliecer Gaitán denominó "el país nacional". Aun cuando el peso determinante en ambos bloques políticos lo siguen llevando los partidos políticos. En el gobierno el eje Hugo Chávez-Dirección Nacional del PSUV; en la oposición los siete sectores ya señalados.

La totalidad de los individuos que conformarán las listas, donde saldrán Diputados en partes equilibradas serán miembros destacados de sus Direcciones a quienes se les ha preservado su ingreso seguro al nuevo Parlamento ya que la única posibilidad de sacar más de un parlamentario en Estados donde se vota dos Diputados, es que uno de los bloques doble a su rival, cosa poco probable en ningún Estado. Las únicas entidades con más de dos diputados lista son Zulia, Caracas y Miranda. En el resto son solo dos Diputados lista por Estado.

La disputa mayor se escenificará en los circuitos donde el ganador será el que mayor número de votos obtenga, tanto para los circuitos uninominales, como para los denominados plurinominales. Este hecho favorece al sector mayoritario, ya que no hay representación alguna de las minorías. Pongamos como ejemplo el del Circuito 1 del Municipio Irribarren de Lara que da tres Diputados plurinominales, Si allí gana la MUD por la división del PSUV y del PPT se lleva todos los Diputados. Si gana cualquiera de las otras dos opciones, pasaría lo mismo.

Lo cierto es que las cartas están echadas y no parece haber vuelta atrás, será una campaña corta pero muy intensa ya que lo que está en juego es la suerte futura de Venezuela. El gobierno tiene el objetivo preciso de profundizar su "proceso revolucionario" comenzando por la modificación sustantiva de la Constitución para ajustarla a los designios ideológicos de la autocracia plebiscitaria de Hugo Chávez; mientras la oposición tratará de mantener y rescatar los espacios de libertad y democracia que se han ido cerrando en esta última década.

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viernes, 7 de mayo de 2010

AUTORITARISMO ECONÓMICO, ISAAC MENCÍA, TAL CUAL, MIÉRCOLES 5 DE MAYO DE 2010

En todas las experiencias históricas de construcción del denominado “socialismo real”, léase Unión Soviética, China y Cuba comunista, entre las más relevantes, el autoritarismo y la intolerancia consustancial a éste, no sólo se expresó en el campo político con la eliminación de toda forma de disidencia, sino también en el campo económico.

Y la razón radica en que es imposible acabar con la propiedad privada sobre los medios de producción y distribución, intervenir todos los espacios de la actividad económica, implantar una economía dirigida desde el poder central, establecer controles de precios, producción y consumo, sin violentar principios y derechos humanos como el de propiedad y de libertad económica que pasan a ser satanizados como “principios y derechos burgueses” que no son “sagrados” por cuanto son fuente de explotación e injusticia social. Detrás de esta postura ideológica se esconde la convicción en quienes impulsan estos procesos revolucionarios en que la mejor forma de acabar con la libertad individual y política es acabando con el derecho de propiedad y la libertad económica.

Este hecho fue reconocido abiertamente por León Trotsky, uno de los principales y más talentoso líderes de la revolución rusa, quien en 1937, en abierta oposición al régimen totalitario implantado por Stalin, sentenció: “En un país donde el único patrono es el Estado, la oposición significa la muerte por consunción lenta. El viejo principio “el que no trabaje no comerá” ha sido reemplazado por uno nuevo: el que no obedezca no comerá (cita tomada de Camino de servidumbre, F. Hayek, Pág. 157).

El fundamento político es claro: el control por parte del gobierno revolucionario de la vida económica es un componente clave para someter a toda la sociedad y la consecución de ese objetivo debe ser impuesto aun al precio de violar el marco legal e institucional existente. El “Socialismo del Siglo XXI” que impulsa el presidente Chávez está reproduciendo el modelo de ejercicio autoritario del poder en el que deliberadamente se excluye el diálogo y la construcción de consenso con los distintos sectores sociales que participan en la dinámica económica. La construcción de una economía socialista inspirada en el marxismo-leninismo y en el modelo cubano no se discute democráticamente, sencillamente se impone.

El autoritarismo económico del “Socialismo del Siglo XXI”

La decisión anunciada por el gobierno de ejecutar una expropiación forzosa de la Zona Industrial I de Barquisimeto, donde se encuentran ubicados, entre otros galpones, los de la empresa Polar, y la reciente detención en Caracas de un numeroso grupo de pequeños comerciantes de carne de res, acusados de cometer el delito de especulación, se enmarca en una política de autoritarismo económico donde las decisiones del gobierno en materia económica se imponen discrecionalmente excluyendo todo tipo de consulta, debate y negociación efectiva con los empresarios, trabajadores y consumidores que serían afectados por las decisiones y acciones impuestas por el gobierno.

Desde el año 2001, cuando mediante una Ley Habilitante se aprobaron 49 leyes excluyendo la consulta y participación de distintos sectores de la sociedad, entre ellos los empresarios y los trabajadores, posteriormente, la sanción también vía habilitante de 26 leyes en Agosto de 2008; pasando por la derrotada pretensión de modificar la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2D de 2007), en la cual se planteaba la construcción de un Estado y una economía socialista, minimizando la propiedad privada; el desarrollo de una política económica centrada en controles de precios con carácter permanente (tipo de cambio, bienes y servicios, etc.), los cuales generan un conjunto de distorsiones en el funcionamiento de la economía resaltando el rezago acentuado en el ajuste de precios en medio de una inflación persistente; el establecimiento de un conjunto de restricciones para importar y la reservación prácticamente exclusiva al gobierno de algunos rubros, especialmente de alimentos; el sistemático desconocimiento de la libertad sindical y del derecho de contratación colectiva de los trabajadores; y las continuas y crecientes acciones de confiscación y/o expropiación de tierras productivas y de empresas operativas en distintos sectores de la economía, hasta la aplicación reciente de medidas privativa de la libertad de ciudadanos dedicados al comercio; evidencian clara e inequívocamente un régimen de autoritarismo económico abiertamente contrario a los principios, derechos y garantías establecidos en la Constitución, leyes, y tratados internacionales suscritos por la República de Venezuela.

Todo lo anterior confirma que la naturaleza política-ideológica del “Socialismo del Siglo XXI” inexorablemente está acompañada de un ejercicio autoritario y despótico del poder no sólo en el campo político-institucional sino también en el campo económico. ¿Será que el socialismo bolivariano está asumiendo la sentencia crudamente expuesta por Trotsky según la cual: quien no obedezca no comerá? Lo cierto es que a la luz de la experiencia histórica el resultado previsible de estos regímenes es la destrucción progresiva de la economía y de las fuentes de generación de riqueza, el aumento sostenido de la pobreza y la pérdida de la libertad. Cambiar este rumbo es el desafió que tenemos hoy todos los venezolanos amantes de la vida, la libertad, la paz, la democracia, el progreso, y la justicia social

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jueves, 6 de mayo de 2010

INVASIÓN PACIFICA (CUBANA), CON VOZ PROPIA, ALBERTO JORDÁN HERNÁNDEZ

“Conquistar Venezuela, controlar sus reservas petrolíferas así como lograr el dominio de su posición geoestratégica, eran asuntos de vida o muerte para el proyecto de dominio continental que entonces tenía Fidel Castro”, es la opinión expresada en el libro La invasión de Cuba a Venezuela, de Machurucuto a la revolución bolivariana, por Héctor Pérez Marcano, protagonista de la que fue segunda acción, realizada en mayo de 1967. De los 12 guerrilleros participantes 4 eran venezolanos y 8 eran cubanos.

La primera incursión, que periodísticamente cubrió quien escribe, la efectuaron un año antes otros 15 guerrilleros: 14 cubanos y el venezolano Luben Petkoff. Gracias a la (o)posición de aquel Partido Comunista, el Che Guevara no lideró la acción. Eso nos lo confió personalmente Castro, con el agregado de “otra cosa hubiera sido”

La Fuerza Armada que hoy grita el lema de la revolución invasora: Patria, Socialismo o Muerte, capturó a dos militares cubanos, y debeló el plan.

Las autoridades venezolanas, incluido Luis Beltrán Prieto Figueroa, cuyo pensamiento usurpan quienes se autocalifican revolucionarios, hicieron la denuncia en la OEA y NN.UU.

Desde cuando asumió el Poder, Castro tuvo presente a Venezuela. A los 22 días del triunfo de su revolución, nos visitó con el pretexto de asistir al primer aniversario del derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez -hoy invocado por el comandante presidente.

En verdad vino a solicitarle recursos al presidente electo, Rómulo Betancourt, para tomar el resto de América Latina. Categórica fue la respuesta: “Los recursos de Venezuela son para los venezolanos”

De la FAN que impidió la invasión salió el militar que entrega a Castro los recursos que requiera. No sólo lo hizo padrino de promoción de oficiales, también permite presencia activa en esa fuerza de militares cubanos, tal lo denunció el general Antonio Rivero.

“Cuba y Venezuela son la misma cosa”, –precisó Raúl Castro que siguiendo a su hermano, escogió a Venezuela para la primera gira al exterior.

- La misma patria –resaltaría el comandante presidente.
Cuatro años antes, el vicepresidente cubano, Carlos Lage, dijo: Tenemos un país con dos presidentes.

"Los dos gobiernos en el fondo somos uno solo” determinaría el comandante presidente.
Así, pues, Castro obtuvo pacíficamente los ansiados recursos. Y más de 60 mil cubanos ¡están ayudando! a construir la revolución.

Es que a decir de Antonio Sánchez García, coautor del libro de la invasión de Machurucuto, “Venezuela fue para Castro lo que en comienzos de la Revolución Alemania lo fue para Lenín: la palanca de la revolución continente”

Según Norberto fuentes, el de La autobiografía de Fidel Castro, ese “personaje de opereta” que le resultó el comandante presidente, “es una jugada que, hasta el momento, le está saliendo bien” al dictador antillano, “un satélite muy útil”. Más aún, piensa el escritor que “Castro puede haberle prometido a los norteamericanos que él se encarga de controlar a Chávez, de manera que no le falten los suministros de petróleo a Estados Unidos”.

NOTA AL MARGEN: La intensificación de la hegemonía comunicacional del régimen, la cual incluye liquidación del Colegio Nacional de Periodista en momentos en que académicamente se forman unos 60 mil profesionales; los atropellos que convierten el ejercicio de la actividad en elevado riesgo; y la violación del derecho a la información que como constituyente logramos consagrar en la Carta Magna, nos llevó a aceptar la postulación de presidente de la Junta Directiva del CNP, para las elecciones del 10 de junio”.

albertojordanhernandez@yahoo.es
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QUE SIGNIFICA SER LIBERAL, CARLOS ALBERTO MONTANER

El liberalismo parte de una hipótesis filosófica, casi religiosa, que postula la existencia de derechos naturales que no se pueden conculcar porque no se deben al Estado ni a la magnanimidad de los gobiernos sino a la condición especial de los seres humanos. Esa es la piedra angular sobre la que descansa todo el edificio teórico, y se le atribuye a los estoicos y al fundador de esa escuela, Zenón de Citia, quien defendió que los derechos no provenían de la fratría a la que se pertenecía o de la ciudad en la que se había nacido, sino del carácter racional y diferente a las demás criaturas que poseen las personas.

Antes de definir qué es el liberalismo, qué es ser liberal, y cuáles son los fundamentos básicos en los que coinciden los liberales, es conveniente advertir que no estamos ante un dogma sagrado, sino frente a varias creencias básicas deducidas de la experiencia y no de hipótesis abstractas, como ocurría, por ejemplo, con el marxismo.

Esto es importante establecerlo ab initio, porque se debe rechazar la errada suposición de que el liberalismo es una ideología. Una ideología es siempre una concepción del acontecer humano —de su historia, de su forma de realizar las transacciones, de la manera en que deberían hacerse—, concepción que parte del rígido criterio de que el ideólogo conoce de dónde viene la humanidad, por qué se desplaza en esa dirección y hacia dónde debe ir. De ahí que toda ideología, por definición, sea un tratado de «ingeniería social», y cada ideólogo sea, a su vez, un «ingeniero social». Alguien consagrado a la siempre peligrosa tarea de crear «hombres nuevos», personas no contaminadas por las huellas del antiguo régimen. Alguien dedicado a guiar a la tribu hacia una tierra prometida cuya ubicación le ha sido revelada por los escritos sagrados de ciertos «pensadores de lámpara», como les llamara José Martí a esos filósofos de laboratorio en permanente desencuentro con la vida. Sólo que esa actitud, a la que no sería descaminado calificar como moisenismo, lamentablemente suele dar lugar a grandes catástrofes, y en ella está, como señalara Popper, el origen del totalitarismo. Cuando alguien disiente, o cuando alguien trata de escapar del luminoso y fantástico proyecto diseñado por el «ingeniero social», es el momento de apelar a los paredones, a los calabozos, y al ocultamiento sistemático de la verdad. Lo importante es que los libros sagrados, como sucedía dentro del método escolástico, nunca resulten desmentidos.

Un liberal, en cambio, lejos de partir de libros sagrados para reformar a la especie humana y conducirla al paraíso terrenal, se limita a extraer consecuencias de lo que observa en la sociedad, y luego propone instituciones que probablemente contribuyan a alentar la ocurrencia de ciertos comportamientos benéficos para la mayoría. Un liberal tiene que someter su conducta a la tolerancia de los demás criterios y debe estar siempre dispuesto a convivir con lo que no le gusta. Un liberal no sabe hacia dónde marcha la humanidad y no se propone, por lo tanto, guiarla a sitio alguno. Ese destino tendrá que forjarlo libremente cada generación de acuerdo con lo que en cada momento le parezca conveniente hacer.

Al margen de las advertencias y actitudes anteriormente consignadas, una definición de los rasgos que perfilan la cosmovisión liberal debe comenzar por una referencia al constitucionalismo. En efecto, John Locke, a quien pudiéramos calificar como «padre del liberalismo político», tras contemplar los desastres de Inglaterra a fines del siglo XVII, cuando la autoridad real británica absoluta entró en su crisis definitiva, dedujo que, para evitar las guerras civiles, la dictadura de los tiranos, o los excesos de la soberanía popular, era conveniente fragmentar la autoridad en diversos «poderes», además de depositar la legitimidad de gobernantes y gobernados en un texto constitucional que salvaguardara los derechos inalienables de las personas, dando lugar a lo que luego se llamaría un Estado de Derecho. Es decir, una sociedad racionalmente organizada, que dirime pacíficamente sus conflictos mediante leyes imparciales que en ningún caso pueden conculcar los derechos fundamentales de los individuos. Y no andaba descaminado el padre Locke: la experiencia ha demostrado que las veinticinco sociedades más prósperas y felices del planeta son, precisamente, aquellas que han conseguido congregarse en torno a constituciones que presiden todos los actos de la comunidad y garantizan la transmisión organizada y legítima de la autoridad mediante consultas democráticas.

Otro británico, Adam Smith, un siglo más tarde, siguió el mismo camino deductivo para inferir su predilección por el mercado. ¿Cómo era posible, sin que nadie lo coordinara, que las panaderías de Londres —entonces el 80% del gasto familiar se dedicaba a pan— supiesen cuánto pan producir, de manera que no se horneara ni más ni menos harina de trigo que la necesaria para no perder ventas o para no llenar los anaqueles de inservible pan viejo? ¿Cómo se establecían precios más o menos uniformes para tan necesario alimento sin la mediación de la autoridad? ¿Por qué los panaderos, en defensa de sus intereses egoístas, no subían el precio del pan ilimitadamente y se aprovechaban de la perentoria necesidad de alimentarse que tenía la clientela?

Todo eso lo explicaba el mercado. El mercado era un sistema autónomo de producir bienes y servicios, no controlado por nadie, que generaba un orden económico espontáneo, impulsado por la búsqueda del beneficio personal, pero autorregulado por un cierto equilibrio natural provocado por las relaciones de conveniencia surgidas de las transacciones entre la oferta y la demanda. Los precios, a su vez, constituían un modo de información. Los precios no eran «justos» o «injustos», simplemente, eran el lenguaje con que funcionaba ese delicado sistema, múltiple y mutante, con arreglo a los imponderables deseos, necesidades e informaciones que mutua e incesantemente se transmitían los consumidores y productores. Ahí radicaba el secreto y la fuerza de la economía capitalista: en el mercado. Y mientras menos interfirieran en él los poderes públicos, mejor funcionaría, puesto que cada interferencia, cada manipulación de los precios, creaba una distorsión, por pequeña que fuera, que afectaba a todos los aspectos de la economía.

Otro de los principios básicos que aúnan a los liberales es el respeto por la propiedad privada. Actitud que no se deriva de una concepción dogmática contraria a la solidaridad —como suelen afirmar los adversarios del liberalismo—, sino de otra observación extraída de la realidad y de disquisiciones asentadas en la ética: al margen de la manifiesta superioridad para producir bienes y servicios que se da en el capitalismo cuando se le contrasta con el socialismo, donde no hay propiedad privada no existen las libertades individuales, pues todos estamos en manos de un Estado que nos dispensa y administra arbitrariamente los medios para que subsistamos (o perezcamos). El derecho a la propiedad privada, por otra parte, como no se cansó de escribir Murray N. Rothbard —siguiendo de cerca el pensamiento de Locke—, se apoyaba en un fundamento moral incontestable: si todo hombre, por el hecho de serlo, nacía libre, y si era libre y dueño de su persona para hacer con su vida lo que deseara, la riqueza que creara con su trabajo le pertenecía a él y a ningún otro.

¿En qué más creen los liberales? Obviamente, en el valor básico que le da nombre y sentido al grupo: la libertad individual. Libertad que se puede definir como un modo de relación con los demás en el que la persona puede tomar la mayor parte de las decisiones que afectan su vida dentro de las limitaciones que dicta la realidad. Le toca a ella decidir las creencias que asume o rechaza, el lugar en el que quiere vivir, el trabajo o la profesión que desea ejercer, el círculo de sus amistades y afectos, los bienes que adquiere o que enajena, el «estilo» que desea darle a su vida y —por supuesto— la participación directa o indirecta en el manejo de eso a lo que se llama «la cosa pública».

Esa libertad individual está —claro— indisolublemente ligada a la responsabilidad individual. Un buen liberal sabe exigir sus derechos, pero no rehúye sus deberes, pues admite que se trata de las dos caras de la misma moneda. Los asume plenamente, pues entiende que sólo pueden ser libres las sociedades que saben ser responsables, convicción que debe ir mucho más allá de una hermosa petición de principios.

¿Qué otros elementos liberales, realmente fundamentales, habría que añadir a este breve inventario? Pocas cosas, pero acaso muy relevantes: un buen liberal tendrá perfectamente clara cuál debe ser su relación con el poder. Es él, como ciudadano, quien manda, y es el gobierno quien obedece. Es él quien vigila, y es el gobierno quien resulta vigilado. Los funcionarios, electos o designados —da exactamente igual—, se pagan con el erario público, lo que automáticamente los convierte —o los debiera convertir— en servidores públicos sujetos al implacable escrutinio de los medios de comunicación, y a la auditoría constante de las instituciones pertinentes.

Por último: la experiencia demuestra que es mejor fragmentar la autoridad, para que quienes tomen decisiones que afecten a la comunidad estén más cerca de los que se vean afectados por esas acciones. Esa proximidad suele traducirse en mejores formas de gobierno. De ahí la predilección liberal por el parlamentarismo, el federalismo o la representación proporcional, y de ahí el peso decisivo que el liberal defiende para las ciudades o municipios. De lo que se trata es de que los poderes públicos no sean más que los necesarios, y que la rendición de cuentas sea mucho más sencilla y transparente.

¿Qué creen, en suma, los liberales? Vale la pena concretarlo ahora de manera sintética. Los liberales sostenemos ocho creencias fundamentales extraídas, insisto, de la experiencia, y todas ellas pueden recitarse casi con la cadencia de una oración laica:

Creemos en la libertad y la responsabilidad individuales como valores supremos de la comunidad.

Creemos en la importancia de la tolerancia y en la aceptación de las diferencias y la pluralidad como virtudes esenciales para preservar la convivencia pacífica.

Creemos en la existencia de la propiedad privada, y en una legislación que la ampare, para que ambas —libertad y responsabilidad— puedan ser realmente ejercidas.

Creemos en la convivencia dentro de un Estado de Derecho regido por una Constitución que salvaguarde los derechos inalienables de la persona y en la que las leyes sean neutrales y universales para fomentar la meritocracia y que nadie tenga privilegios.

Creemos en que el mercado —un mercado abierto a la competencia y sin controles de precios— es la forma más eficaz de realizar las transacciones económicas y de asignar recursos. Al menos, mucho más eficaz y moralmente justa que la arbitraria designación de ganadores y perdedores que se da en las sociedades colectivistas diseñadas por “ingenieros sociales” y dirigidas por comisarios.

Creemos en la supremacía de una sociedad civil formada por ciudadanos, no por súbditos, que voluntaria y libremente segrega cierto tipo de Estado para su disfrute y beneficio, y no al revés.

Creemos en la democracia representativa como método para la toma de decisiones colectivas, con garantías de que los derechos de la minorías no puedan ser atropellados.

Creemos en que el gobierno —mientras menos, mejor—, siempre compuesto por servidores públicos, totalmente obediente a las leyes, debe rendir cuentas con arreglo a la ley y estar sujeto a la inspección constante de los ciudadanos.

Quien suscriba estos ocho criterios es un liberal. Se puede ser un convencido militante de la Escuela austriaca fundada por Carl Menger; se puede ser ilusionadamente monetarista, como Milton Friedman, o institucionalista, como Ronald Coase y Douglass North; se puede ser culturalista, como Gary Becker y Larry Harrison; se puede creer en la conveniencia de suprimir los «bancos de emisión», como Hayek, o predicar la vuelta al patrón oro, como prescribía Mises; se puede pensar, como los peruanos Enrique Ghersi o Álvaro Vargas Llosa, neorrusonianos sin advertirlo, en que cualquier forma de instrucción pública pudiera llegar a ser contraria a los intereses de los individuos; o se puede poner el acento en la labor fiscalizadora de la «acción pública», como han hecho James Buchanan y sus discípulos, pero esas escuelas y criterios sólo constituyen los matices y las opiniones de un permanente debate que existe en el seno del liberalismo, no la sustancia de un pensamiento liberal muy rico, complejo y variado, con varios siglos de existencia constantemente enriquecida, ideario que se fundamenta en la ética, la filosofía, el derecho y -naturalmente- en la economía. Lo básico, lo que define y unifica a los liberales, más allá de las enjundiosas polémicas que pueden contemplarse o escucharse en diversas escuelas, seminarios o ilustres cenáculos del prestigio de la Sociedad Mont Pélerin, son esas ocho creencias antes consignadas. Ahí está la clave.
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miércoles, 5 de mayo de 2010

CARTA A UN VECINO, GIOCONDA SAN BLAS, SAN ANTONIO DE LOS ALTOS, 30 DE ABRIL DE 2010

Apreciado amigo:

Las angustias que Ud. refleja en su mensaje a mi persona, son compartidas por muchos. No obstante, la situación política del país requiere de nosotros una actitud fría y racional que nos permita ver el vaso medio lleno y no medio vacío (más ajustado a la verdad del momento: el vaso lleno hasta las ¾ partes y vacío en ¼ parte). De allí que en búsqueda de esa visión y en aras de darle una respuesta a su amable solicitud (y de paso, sistematizar mis propios pensamientos), quiero hacerle varias consideraciones al respecto de la unidad opositora y de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), desde mi modesto punto de vista.

1.- La MUD se conformó en junio de 2009 como un clamor del pueblo opositor en búsqueda de una salida unitaria (la única posible por la vía democrática) a la tragedia nacional en que vivimos desde hace 11 años. A ella se sumaron 16 partidos políticos y más de 40 organizaciones ciudadanas. El documento inicial de conformación de la MUD puede leerse en:
http://politica.eluniversal.com/2009/06/08/pol_esp_documento-leidodura_
08A2375005.shtml .

Luego de laboriosas discusiones originadas por la miríada de visiones en torno al hecho político, las normas de la MUD para la escogencia de candidatos a diputados a ser electos el próximo 26 de septiembre de 2010, fueron aprobadas el 9 de diciembre de 2009 (puede leerlas en:
http://www.juanjosemolina.com/pdf/Reglamento%20Primarias.pdf ).

De manera que todos los ciudadanos sabían desde entonces cuáles serían las reglas de juego, a las cuales la MUD tendría que atenerse rigurosamente si quería mantenerse como una instancia con sólida autoridad moral para llevar adelante una empresa nada fácil como era la de lograr esa unidad representada allí por unas 60 organizaciones políticas y ciudadanas, cada una con su particular visión del país. En ese sentido es de alabar el equilibrio con que los directivos, en particular Ramón Guillermo Aveledo, llevaron adelante este compromiso. Cambiar las reglas del juego en la mitad del partido hubiese sido inaceptable bajo todo punto de vista. En tal sentido lo invito a leer http://twittervenezuela.ning.com/profiles/blogs/las-cartas-sobre-lamesa-de-la


De manera que una vez conocidas y aceptadas por todos los jugadores las reglas de juego, no es cuestión de cambiarlas a última hora para complacer a unos en perjuicio de otros. En ese reglamento y luego de arduas discusiones, se establecieron los criterios que privarían para llegar a consensos, a primarias, a decisiones finales compartidas por todos los participantes de la MUD. Para elaborar y cuestionar las normas hubo el tiempo necesario, desde junio hasta diciembre de 2009. ¿Me preocupé entonces por participar? ¿Me incorporé a las discusiones locales que la MUD regional sostuvo desde junio de 2009 hasta la fecha? Yo no, de manera que no puedo ahora reclamar. Mi silencio de entonces necesariamente significa ahora aceptación de las normas acordadas y los resultados obtenidos. Más aún, a estas alturas considero un milagro que hayamos llegado hasta aquí luego de atravesar momentos cercanos al naufragio. Creo que este desenlace es un signo de madurez política que, espero, perdure en el tiempo para conseguir los objetivos planteados para el porvenir.

El reciente comunicado de la MUD (29 de abril
http://www.eluniversal.com/2010/04/29/pol_esp_comunicado-de-lames_29A3824855.shtml ) es claro al respecto y lo invito a leerlo.

Todos sabemos que es imposible complacer a todo el mundo, no hay suficientes camas para tanta gente. De manera que se hizo lo posible para llegar a un delicado equilibrio. El Grupo La Colina, un grupo especializado en análisis político, nos informa en los diarios de hoy viernes 30 de abril que en su evaluación de los candidatos presentados, 20% de ellos son independientes, 48% son de 5 partidos políticos que habían consolidado 75% de los sufragios en la elección de 2008 y 32% pertenecen a organizaciones nacionales y regionales cuya votación en 2008 no superó el 25%, todo lo cual, a juicio del Grupo La Colina significa que la lista de candidatos a la Asamblea Nacional expresa en gran medida la diversidad política del país democrático. Podrían hacerse otras lecturas de estos datos, pero para mí, ellos revelan un delicado equilibrio conseguido a base de pulso.

2.- La antipolítica, esa nociva corriente de pensamiento según la cual los partidos políticos son dañinos para un ejercicio vigoroso de la democracia, es la que precisamente trajo a Chávez al poder. Coincido con muchos en que fue la degeneración de los partidos (y no su existencia) una de las muchas causas que condujeron a la catástrofe de 1998 cuando los principales partidos, a falta de candidatos sólidos propios, se plegaron irracionalmente a los supuestos encantos de una ex-Miss Venezuela cuya solidez intelectual y política aún está por verse. La oportuna (para él) aparición de Chávez en el firmamento político como representante de esa nueva legión de “antipolíticos” fue ayudada no sólo por el descrédito hacia los partidos políticos (cuando en realidad debió ser hacia los líderes que los dirigían) sino por muchos intelectuales que trabajaron ardorosamente para adornar al teniente coronel con virtudes que no tenía. ¿Con qué fin? Estoy convencida de que quienes así actuaron (muchos de ellos hoy en día ardientes opositores de quien hasta no hace mucho se vanagloriaron de apoyar) lo hicieron porque creyeron con arrogancia que su altura intelectual les garantizaba la manipulación de personaje tan primitivo para lograr que hiciera lo que ellos quisieran. El muchacho les salió zamarro: no tenía ni tiene cultura y apenas un barniz de formación intelectual, pero sus habilidades para hacerse con el poder absoluto no tienen límite y acabó manipulando a los manipuladores. De manera que, repito, el producto acabado de la antipolítica es justamente Hugo Chávez.
¿Queremos seguir por ese despeñadero?

3.- En una sociedad moderna, cada ciudadano tiene un papel que cumplir: yo soy científico, mi vecino es médico, el otro es ingeniero, más allá vive un plomero, una maestra y así vamos. Lejos estamos de las sociedades primitivas en las que todos hacían de todo, porque era muy poco lo que había que hacer o muy pocas las alternativas. El progreso de las sociedades es el que ha hecho necesaria la diversificación de oficios, dado que nuestro tiempo es limitado. Cada quien ocupa el suyo no sólo para ganarse la vida ejecutando el oficio o la carrera para la cual se ha preparado sino también para –desde allí- hacer su aporte a la nación. Hacer política es también otra manera –muy visible- de aportar al país, un oficio que hay que aprender, que requiere de formación, madurez y solidez, si se quiere hacer bien (como toda profesión, por cierto). Muchos de nosotros, interesados en el hecho político, apenas tenemos tiempo para dedicarlo al asunto, precisamente porque nuestras ocupaciones profesionales no nos dan tregua. ¿Qué hacer entonces? Se fundan partidos políticos cuyos integrantes hacen justamente ese trabajo a tiempo completo, como un oficio, teniendo en cuenta que hemos delegado en ellos nuestra representación. Participamos moderadamente para dar a conocer nuestras opiniones, a sabiendas de que ellas son sólo una entre miles y que al final hay que llegar a una decisión que no necesariamente fue la que uno propuso. En eso consiste el consenso: el método por el cual todos cedemos un poco en nuestras posiciones, para llegar a un acuerdo que no satisface ciento por ciento a nadie pero que en grandes líneas nos resulta aceptable. Mal haremos si tratamos de imponer nuestra visión a toda costa, a guisa de autoritarismo, el mismo que tanto criticamos en otros. Por las razones expuestas en las líneas anteriores, para mí la “democracia participativa” (esa según la cual todos nosotros debemos estar todo el tiempo participando en el hecho político) no es más que un espejismo posible de ser cumplido solamente en sociedades primitivas, de poco desarrollo, con escasa población; es sólo la democracia representativa la que puede funcionar en una sociedad moderna compleja, numerosa, altamente tecnificada, en donde cada ciudadano tiene una misión que cumplir.

4.- Dije unas líneas atrás que hacer política es también otra manera –muy visible de aportar al país, un oficio que hay que aprender, que requiere de formación, madurez y solidez, si se quiere hacer bien. Al hablar de la profesión u oficio de político, debo referirme necesariamente a quienes pretenden imponerse sin más crédito que su popularidad o carisma. Esta es una virtud (si así puede llamarse) esquiva, traicionera y sobre todo, difícil de mantener en el tiempo.

Carismáticos han sido Mandela, Indira Ghandi, Martin Luther King, John Kennedy (para hablar sólo de figuras políticas). Pero también lo han sido Hitler, Castro, el Ché Guevara. Y muchos otros que han sido flor de un día. En nuestra nación, el ejemplo más acabado y actual es precisamente la figura de Chávez. Todo esto viene a cuento porque con frecuencia nos dejamos deslumbrar por figuras con indudable ascendiente aunque todavía sin suficiente madurez y preparación y dejamos de lado, sin conocerlos, a otros que podrían hacer un muy buen papel si se lo permitimos. La juventud, por sí sola, no es garantía de éxito en una función política. ¿Por qué querer volar sin haber todavía aprendido a gatear? La mejor manera de aprender el oficio político es ir escalando posiciones paso a paso, aprendiendo de errores y aciertos, formándose intelectualmente con solidez.

5.- Menciona Ud. que Alfonso Marquina, candidato escogido en la MUD y no en una elección primaria, para representar a los Altos Mirandinos en la contienda electoral del 26 de septiembre, no vive en la zona y por eso desconoce los problemas locales. Si Ud. lee con cuidado la Constitución vigente, verá que en su artículo 188 ella establece que entre las condiciones para ser elegido diputado está la de “haber residido cuatro años consecutivos en la entidad correspondiente antes de la fecha de la elección” (el artículo 186 establece que la entidad a la que se refieren es la “entidad federal”, o sea el estado, no una población dentro de él). Más aún, entre las funciones de la Asamblea Nacional (art. 187), únicamente el numeral 9 de ese artículo menciona de soslayo a los municipios, cuando establece que la AN debe autorizar: “… los contratos de interés público municipal, estadal o nacional con Estados o entidades oficiales extranjeros o con sociedades no domiciliadas en Venezuela”. De manera que los diputados a la Asamblea Nacional no irán allí para hacer valer las aspiraciones de los municipios, ya que para eso están los Concejos Municipales y Estadales (artículos 159 a 184 de la Constitución vigente). Las funciones de la Asamblea Nacional, especificadas en el art. 187, están relacionadas con una visión macro del país dentro de la cual los diputados darán sus aportes desde el ángulo estadal que representan.

No conozco a Marquina personalmente. ¿Tal vez hubiese sido más satisfactorio escogerlo en primarias? No lo sé. No obstante, es bueno recordar que Yon Goicoechea, quien ahora hizo causa a favor de las primarias en las cuales él participaría, fue tenaz opositor a ellas cuando se trató el tema de la escogencia del candidato a alcalde en 2008, apoyando abiertamente a quien hoy ostenta el cargo en el Municipio Los Salias. De manera que también Yon se mueve al compás de las circunstancias políticas. Las informaciones recabadas en Internet (repito, no lo conozco personalmente ni me ata ninguna relación con él) indican que Alfonso Marquina es una persona de 46 años (ni muy joven ni muy viejo; ni efebocracia ni gerontocracia), egresado de la UCAB, que inició en su juventud su militancia política, ingresando a AD (como tantos que hoy están compartiendo mesa con el actual gobierno y renegando de su propio pasado). En 2000 fue electo como diputado a la Asamblea Nacional por el Estado Sucre, desde cuyo cargo fue un férreo opositor del gobierno de Hugo Chávez. Retiró su candidatura a la reelección en los comicios legislativos de 2005 argumentando fraude electoral (una decisión que por cierto compartimos todos los opositores y que visto los acontecimientos posteriores, fue un error político garrafal). En UNT se desempeña como Vicepresidente de Asuntos Legislativos. Creo importante contactarlo para que participe de alguna actividad pública en los Altos Mirandinos en la que los habitantes de la región podamos conocer sus ideas, programas, etc. De manera que lo invito a que juntos propiciemos ese encuentro como una manera positiva de limar las asperezas y pasar la página de los despechos, a fin de sumarnos al trabajo común de lograr la meta unitaria propuesta.

En todo caso, es oportuno señalar que la AN que elegiremos en septiembre no será un lecho de rosas. Todo lo contrario. Los diputados opositores tendrán que sufrir embates similares a los sufridos por los pocos opositores que formaron parte de la Asamblea Constituyente de 1999 y la Asamblea Nacional que siguió a ésta. Ud. recordará como ellos no sólo eran sometidos a escarnios verbales y presiones psicológicas, sino también a violencia física de toda índole. De manera que no le envidio el cargo a quienes irán a esa asamblea a defender con su verbo, su mente y su integridad física esa democracia que tanto nosotros queremos pero que no defendemos más allá de parloteos con amigos y vecinos. Por el contrario, debemos estar agradecidos a tanta gente valiosa que está dispuesta a luchar por obtener esas curules y desde allí dar la pelea en representación de nosotros, a fin de que nosotros podamos continuar con nuestras vidas en los terrenos que nos corresponden. Lo mínimo que se nos pide es el voto. Yo lo daré, sin condiciones. Y también estaré dispuesta, como en oportunidades anteriores, a servir de testigo de mesa, para vigilar con gran celo nuestros votos.

6.- Si queremos salir del atolladero en que nos encontramos, la única arma democrática posible será la unidad y nuestro voto por ella. Uno de los candidatos me resulta francamente antipático y votaré a mi pesar por él, pero en las circunstancias actuales “con esos bueyes hay que arar”. No es ésta una época de filigranas exquisitas ni piruetas intelectuales; ellas pueden dejarse para épocas tranquilas, cuando la democracia siga un curso normal, sin sobresaltos. No estamos en la década de los 70. Por el contrario, las urgencias del momento nos imponen el sacrificio pequeño de dar el voto unitario al candidato de la unidad, sin matices. Ya habrá tiempo para resolver otros asuntos que en este momento son de importancia secundaria. Bástenos recordar cómo en 2004 los mirandinos le negamos el voto a Enrique Mendoza en castigo por su errática posición en la Coordinadora Democrática, abriéndole el camino a Diosdado Cabello en la gobernación del Estado Miranda, con los resultados que todos conocemos. Hoy nos puede pasar lo mismo, si no miramos más allá de nuestras narices y nos empeñamos en ver las deficiencias de la MUD, que sin duda las tiene, como toda empresa humana. En ese sentido, me parece muy oportuno el artículo que hoy 30 de abril publica el diario TalCual bajo la firma de Alonso Moleiro “La MUD y la Coordinadora Democrática”que invito a leer (http://informe21.com/blog/alonso-moleiro/mud-coordinadora).

Como si fuera poco, la alianza de oposición también ha suscrito un acuerdo de prioridades y políticas públicas: “100 Propuestas para Venezuela” que puede ser leída en varios sitios web, p. ej.,
http://miguelangelsantos.blogspot.com/2010/04/documento-programatico-100- propuestas.html .

Este es el resultado de meses de discusión y ha sido suscrito por los casi 60 partidos y organizaciones que participan en la MUD, además de todos
los candidatos postulados. En un país con la herencia individualista y divisionista del nuestro, eso no es poca cosa.

Quiero terminar esta larga misiva, haciendo un paralelo de nuestra situación con la que vivió Chile entre 1973 y 1990. Como Ud. debe saber, a finales de 1970 Salvador Allende asumió la presidencia de la república chilena por votación popular.
Su gobierno propició una serie de cambios en las estructuras de su país que por mil razones condujeron al golpe de estado de Pinochet y su entronización como dictador por 17 largos años. Durante ese oscuro período, tanto los izquierdistas como los demócrata-cristianos sufrieron persecuciones, muerte y exilio. Sin embargo, en esa sociedad profundamente escindida, no lograban acercarse unos a los otros porque los izquierdistas reclamaban a los demócrata-cristianos el haber contribuido con su apoyo a la llegada de Pinochet al poder, mientras que éstos no cesaban de acusar a los izquierdistas por el caos nacional conducido por ellos durante el gobierno de Allende. Fue sólo en 1988 cuando ambos, “con el pañuelo en la nariz”, decidieron acercarse para lograr una mayoría del 56% en el plebiscito del 5 de octubre de 1988, que permitió la salida de Pinochet del poder a principios de 1990 (salida nada fácil porque Pinochet pretendió desconocer los resultados del plebiscito y eternizarse en el poder; curiosamente fue un militar, el General del Aire Fernando Matthei, miembro de la Junta Militar, quien hizo la primera declaración pública de reconocer la derrota en la madrugada del 6 de octubre). Durante el año que siguió, tras un acuerdo entre la Concertación y el Gobierno se plebiscitaron reformas para democratizar la Constitución.

Tiempo más tarde, se llamó a la primeras elecciones democráticas desde el golpe de Estado, el 14 de diciembre de 1989, en las que resultó electo el demócrata-cristiano Patricio Aylwin al frente de la opositora Concertación de Partidos por la Democracia. Esta Concertación se mantuvo gobernando a Chile durante los siguientes años, con cambios periódicos de presidentes constitucionales hasta finales del año pasado, cuando por primera vez la Concertación perdió las elecciones generales. Todo esto se lo cuento porque fue precisamente esa precaria unidad entre demócrata-cristianos e izquierdistas en 1988, pasando por alto las mutuas heridas, la que hizo posible que Chile se encaminara nuevamente por la senda democrática. Como si fuera poco, la Concertación hizo acuerdos con el gobierno dictatorial a lo largo de 1989 para garantizar una transición sin más muertes de las que ya había. ¿Seremos nosotros capaces de pasar por encima de nuestros resentimientos y aunarnos contra el adversario común? ¿O seguiremos en esta pelea de muchachos malcriados, entre nosotros mismos, sin advertir el peligro en que nos encontramos? Quedará en nuestras manos esa decisión y sobre nuestras cabezas, el cargo de conci
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encia de haber actuado o dejado de actuar en sintonía con la magnitud del problema.

A pesar de la inusual longitud de mi carta, los puntos que he tratado no agotan el tema, pero creo que con ellos respondo a las inquietudes expresadas en su amable mensaje, a la vez que me han ayudado a sistematizar mi propio pensamiento, por lo cual le quedo agradecida.

Reciba un cordial saludo
Dra. Gioconda San Blas
Investigadora Emérita IVIC
Individuo de Número de la
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