BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

lunes, 7 de febrero de 2011

"CARABOBO TIENE 30% DE PRODUCCIÓN INDUSTRIAL" EL CARABOBEÑO. "CARABOBO, ESTADO MÁS AFECTADO POR EL CIERRE DE EMPRESAS E INDUSTRIAS" NOTITARDE. VICENTE BRITO

VALENCIA, FEBRERO 6 (REDACTA).- EL CARABOBEÑO. Desde el año 1998 hasta el 2011 la caída de los índices de producción industrial en Carabobo se refleja en 30%, colocándolo como una de las zonas con más cierres en este sector, a nivel nacional.

De cada 100 personas, 64 no tienen empleo estable, pues el desempleo se ubica en 13% y la informalidad en 51%. Para Vicente Brito, presidente de la Red por la Defensa del Trabajo, la Propiedad y la Constitución, en Carabobo el 50% de las familias posee ingresos mensuales por debajo del costo de la canasta alimentaría. "Se necesitan dos salarios mínimos para adquirirla".

Al también ex presidente de Fedecámaras, quien acompañado de Raúl Amiel, Omar Lozada y Pedro Rodríguez realiza un recorrido por distintas partes del país para presentar un diagnóstico económico y social de cada ciudad, le preocupa la caída de la inversión privada en la región y la toma ilegal de terrenos.

El emporio industrial venezolano, como Aragua, Carabobo y Cojedes, disminuyó su producción en los últimos años. Vicente Brito recordó en este diario, que antes se exportaban textiles, productos metalmecánicos y automóviles. "Hoy en día importamos ropa, vehículos ensamblados, lo que se traduce en pérdidas".

Para que los industriales puedan incorporar su materia prima, muchas veces tienen que ir al mercado permuta para importar, pues la adquisición de los dólares de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) se les dificulta. "Las empresas están perdiendo dinero", alertó Brito.
Propuestas
El Gobierno debe revertir la política del socialismo y dejar de ver al sector privado como el adversario. "Tiene que buscar un aliado para estimular la inversión", indicó. Además aseveró que esto generaría más empleo, ingresos, aumento del consumo y mejor calidad de vida.

"CARABOBO, ESTADO MÁS AFECTADO POR EL CIERRE DE EMPRESAS E INDUSTRIAS" NOTITARDE. Valencia, febrero 6 (Roberto Giusti Vasconcelos).- A juicio del presidente de la Red por la Defensa del Trabajo, la Propiedad y la Constitución; Vicente Brito, Carabobo ha sido el estado más afectado por el cierre de empresas e industrias en los últimos años, debido -según dijo- a "las políticas de control de precio y regulaciones" que ejecuta el Gobierno Nacional.

"De 13 mil empresas industriales, medianas y grandes, las cuales poseen entre 25 y 30 trabajadores; el sector industrial estima que 7 mil han cerrado sus puertas", reveló.

De igual forma, Brito manifestó que las constantes amenazas y expropiaciones al sector privado por parte del Ejecutivo, han generado una caída significativa en el sector industrial.

"Muchas empresas que se sienten amenazadas no tienen capacidad o recursos para invertir y transformarse, están en un proceso de paralización parcial, pues el sólo anuncio de que el sector productivo pueda ser estatizado, ya genera una incertidumbre", sostuvo el representante gremial.
Asimismo, el también ex presidente de Fedecámaras estimó que en Venezuela se han producido en los últimos dos años 26 mil invasiones de terrenos urbanos y que 7 mil propiedades, entre apartamentos, galpones, locales, oficinas, habían sido afectados, además de mil 600 empresas del sector agrícola, turístico, pecuaria, transporte, petrolera y naviera que han sido expropiadas por el Gobierno, lo que -resaltó- genera un clima de "preocupación y desconfianza" en la nación.

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LA CORRUPCIÓN TAMBIÉN EXISTE EN LA “PRENSA” - CARLOS VILCHEZ NAVAMUEL

Para comprender mejor el título de este escrito y los alcances que este tiene, lo primero que debemos de hacer es consultar en el diccionario de la Real Academia Española la definición de la palabra corrupción. En su 1ra. acepción, este diccionario la define como: “Acción y efecto de corromper” la 2da. acepción nos aclara muy bien su significado, dice así: “Alteración o vicio en un libro o escrito” http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=crromper

También, el diccionario de la RAE nos dice que corromper significa en su orden, 1) Alterar y trastrocar la forma de algo. 2) Echar a perder, depravar, dañar, pudrir.  3) Sobornar a alguien con dádivas o de otra manera. 4) Pervertir o seducir a alguien. 5) Estragar, viciar. Corromper las costumbres, el habla, la literatura.  http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=corromper

Corrupción entonces es, una acción más, que caracteriza al ser humano, por tanto, es fácil encontrarnos esta acción en cualquiera de las actividades de la sociedad, y esto por supuesto incluye a la “Prensa” en general, que en muchas ocasiones trastroca, altera, vicia el habla o lo escrito al dar las noticias. 

Reconocidos periodistas europeos conscientes de esto lo han señalado en algunas oportunidades, y con referencia a las noticias en la televisión encontramos esta cita: "La Televisión miente. Todas las televisoras mienten. Mienten persistente, por instinto y por hábito. Una cultura de falsedad envuelve ese medio y los que trabajan allí en vivo, lo respiran y prosperan por él. No conozco ninguna área de la vida pública - incluida la política - más saturada por el cinismo profesional. (Matthew Parish. Periodista galardoneado con el Premio como Columnista del Año de la Presa Británica. Periódico Daily Mail. 1996)
Por su parte el periodista francés Jean Daniel, fundador de la prestigiosa revista francesa Le Nouveul Observateur, hizo hace algún tiempo, unas declaraciones sorprendentes en una entrevista realizada por el periódico español el País.  Refiriéndose a los periodistas y al poder,  dijo; “Los periodistas están entre el poder y la historia. Y han de saber cómo funciona el poder, con la condición de que la fascinación no caiga en la complacencia, la indulgencia y la corrupción” Y en otra parte de la entrevista destaca que “La capacidad de hacer el mal que tiene el periodista es devastadora. En un día o en una hora se puede deshacer una reputación. Es un  poder terrible”
 http://www.elpais.com/articulo/reportajes/capacidad/hacer/mal/tiene/periodista/devastadora/elpepusocdmg/20090118elpdmgrep_3/Tes

Si un periodista tiene la capacidad de hacer el mal a una persona y deshacer en un día o en una hora su reputación, significa que tiene mucho poder -poder- que nadie debería tener.   

Son corruptos entonces, los periodistas y los medios de comunicación cuando abusan de su poder, alteran las informaciones, vician el habla o los escritos, como los médicos cuando reciben a sus pacientes detrás de los biombos o los curas cuando pervierten  o seducen a alguien.

¿Debemos reglamentar la Prensa, de la misma forma que lo hacemos con las demás profesiones?  http://porunaprensamashumanayobjetiva.blogspot.com/2009/08/eglamentar-los-medios-de-comunicacion-y.html

¿Quién o quienes pueden cuestionar a la Prensa hoy día?  ¿Cómo y dónde publicar las críticas?  La respuesta la encontramos en la Internet, una herramienta tecnológica sin precedentes, que nos da la oportunidad de hacer todo tipo de señalamientos en  las redes sociales, videos, o Blogs, de forma independiente, libre y sin censura de la Prensa. 


Carlos Vilchez Navamuel
carlosvilcheznavamuel@gmail.com
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PIDO LA PALABRA / LA DESVERGÜENZA COMO BANDERA. ANTONIO JOSÉ MONAGAS

En estos doce años de pésimo gobierno, el despilfarro ha primado el manejo de las finanzas públicas. El hecho más elocuente que demuestra tan fatídica situación es la caída sistemática de la producción petrolera, que entre 1999 y el año 2010 se ubica cercana a los 700 mil barriles, como consecuencia del problema operativo, gerencial y de precaria inversión que padece en la industria, corazón de la economía venezolana.

El cinismo del régimen, ha sido desmedido. Sin pudor alguno, ha pretendido venderle a la sociedad política la imagen de un país perfecto en lo económico, lo social. Y desde luego, en lo político cuando las realidades pintan una Venezuela totalmente desdibujada como producto de la grosera improvisación con que se ha manejado la administración nacional. Aparte de la impudicia para organizarse en términos de lo que compromete el problema del desarrollo económico y social, lo cual ha terminado en mera morisqueta.

Peor aún, no conforme con el grado de descomposición a que el descoco gubernamental ha llevado al país, a pesar de las oportunidades que ha significado un ingreso petrolero extraordinario en el curso de estos doce años conducidos por enroscadas decisiones presidenciales, tiene la desfachatez de argumentar supuestos absurdos como, por ejemplo, el que la estatal petrolera revela que “le falta más petróleo”. Precisamente, esto para solapar las aberraciones cometidas con el aplauso de un Poder Legislativo y de un Poder Judicial subordinados mediante concesiones que han favorecido la corrupción, el desbarajuste  y la arbitrariedad de manera desorbitada.

En estos doce años de pésimo gobierno, el despilfarro ha primado el manejo de las finanzas públicas. El hecho más elocuente que demuestra tan fatídica situación es la caída sistemática de la producción petrolera, que entre 1999 y el año 2010 se ubica cercana a los 700 mil barriles, como consecuencia del problema operativo, gerencial y de precaria inversión que padece en la industria, corazón de la economía venezolana. Escasamente, en 2010, Venezuela exportó sólo 3 mil 400 millones de dólares en productos diferentes al petróleo reduciendo a Venezuela a contar con la economía más dependiente del petróleo en toda su historia.

Para colmo de males, hay que reconocer que las devaluaciones adoptadas como decisiones de “alta estrategia”, convirtieron en repugnante bodrio el salario de los venezolanos, evidenciándose de esta forma el índice inflacionario más alto en los últimos cinco años arrastrando al país casi al borde del colapso económico.

En estos doce años de régimen, el país ha vivido engañado por absurdas obsesiones devenidas de un ideario obtuso que resulta imposible adecuarlo a las exigencias de un mundo movido por determinaciones democráticas y realidades tecnológicos que incitan un mayor bienestar económico y social. Entre ridículas alabanzas a una historia fantaseada y falsos gritos revolucionarios que sólo exaltan la violencia como canal de reivindicación del bochornoso socialismo, estos gobernantes han dejado pasar mucha agua bajo el puente sin que alguna gota hubiese sido aprovechada para sembrar valores democráticos y principios de justicia social. Que si “Venezuela es de todos”, que si “la independencia continua” y al final de tan prolongado tiempo, todo está peor que antes. Ni siquiera igual. La inseguridad campea. El desempleo y la pobreza, hacen de las suyas. La inmundicia tiene tomada las ciudades. El alto costo de la vida, ha manchado la realidad económica y social. Entonces, ¿qué razón hay para celebrar tanto descalabro, tanta decadencia, tanta barbarie aupada y vociferada como logro revolucionario? ¿O es que el régimen enarboló la desvergüenza como bandera?

VENTANA DE PAPEL

Cuando el poder enceguece y enloquece
Muchos son las desviaciones que se cometen en nombre de propuestas político-ideológicas. Más, cuando la ambigüedad de estas actúan como factor de disociación ante una realidad que tiende a lucir confusa. Justamente, en medio de situaciones donde el entusiasmo es exaltado, y hasta exacerbado, se instala en el poder algún personaje con tan exagerada ambición que, por dicha razón, pretende atornillarse en el gobierno para siempre pues se considera el único y destinado “salvador nacional”. O como bien expresa Raúl Rivero, intelectual cubano exilado en España, “alguien a quien las maromas de la política, los dogmas, la demagogia y otros factores (desde el azar al odio) convierten su nombre -mediante una graciosa licencia gramatical- en sinónimo de patria y de nación. En el fragor de tan pervertidas condiciones políticas, se desencadena toda una serie de patologías que no sólo afectan a quienes, desde el gobierno, se arrogan las necesarias y suficientes atribuciones para actuar impúdicamente en nombre del proyecto de gobierno que buscan imponer. También perjudican a los gobernados toda vez que quieren arrastrarlos por el obtuso y angosto canal que ellos justifican en el plano de las realidades económicas, políticas y sociales. Sobre todo cuando esta población, abstraída de las condiciones de opresión o de coerción aplicadas, es víctima del fanatismo obsesivo cuyo encandilamiento logra el necesario sometimiento adoptado como recurso político de concreción del régimen dictatorial en proyecto. Es ahí cuando se aduce de cómo el poder fanatiza desarreglando todo sistema político democrático.

Carácter de una dictadura

No hay duda de que las dictaduras emergen dónde se quiebran las democracias o dónde no existen. Aunque mucho se ha especulado al respecto, es importante inducir la conciencia necesaria a fin de que se conozca la esencia de una dictadura por aquello de que “en guerra avisada no muere soldado y si muere es por desinformado”. De manera que hay que entender el significado de las democracias, como formas de gobierno y erigidas sobre el respeto a la constitución, a los derechos humanos y a la independencia de los poderes públicos. Por el contrario, la dictadura tiene un comportamiento opuesto pues como forma de gobierno diferente de la democracia, asume la interdicción de los partidos políticos, la subordinación de la constitución a la voluntad del dictador, la violación sistemática de los derechos humanos, y la negación radical de la división de los poderes públicos. Pero a esas características hay que agregar otras dos: su estructura militar y militarista y el ejercicio personal y personalista del poder: no hay dictadura sin un dictador. Sin embargo, a decir de Francisco Mieres, profesor de la Universidad Oldenburg, Alemania, las dictaduras, sobre todo las actuales, “se sirven de algunas formas democráticas, hecho que utilizan los dictadores para legitimar su poder, sobre todo hacia el exterior. En algunos casos toleran la emergencia de sectores opositores a los que, cuando ya no pueden eliminar, los acosan para encerrarlos en cercos que no deben traspasar. Es el caso, por ejemplo de la dictadura de Zimbawe, o también, de la iraní y de la bielorusa. En otros casos, toleran ciertos espacios de prensa libre a la que someten a constantes presiones, extorsiones y amenazas. Entonces, ¿no resulta esto próximo o análogo a lo que ha intentado hacerse en el país, incluso a contracorriente de esfuerzos realizados en la dirección contraria”.

José Miguel Cortázar en ULA-TV

La necesidad de debatir las realidades universitarias, animó la presencia del catedrático de la Universidad Central de Venezuela, José Miguel Cortázar a visitar los predios del canal de televisión de la Universidad de Los Andes. Sus ideas e inquietudes, tuvieron la debida acogida en virtud de lo categórico y pertinente de las mismas. Muchas preguntas ocuparon el tiempo de exposición de Cortázar en el programa Grandes Temas. Sin embargo, ante las dificultades que supone el ejercicio de la autonomía universitaria en el marco de la actual crisis política que agobia al país, expresó que “la vigencia de la autonomía y las consecuencias de esta prerrogativa, no tienen discusión ni concesión alguna si pretendemos mejorar a nuestras universidades. Desfigurarla y desfragmentarla como lo hace la Ley de Educación Universitaria vetada, no significa otra cosa distinta que una aberración que borra de un plumazo la herencia bolivariana tan preciada en el ideario discursivo de nuestros gobernantes, las cruentas luchas contra pasadas dictaduras y la oportunidad que brinda a todos los universitarios para combatir racionalmente cualquier imposición ideológica”. Insistió Cortázar en la urgencia de contar con un marco legal que permita hacer que todos los actores que deambulan por los espacios físicos y virtuales de lo que es la academia, hagan de ese tránsito un proceso que no se consuma en la reproducción y repetición memorística, o que sólo se recree en la defectuosa imitación de enlatados y corrientes que refuerzan la dependencia intelectual. Asimismo, se impone que el acto universitario supere la repetición sumisa de jergas y consignas que refuercen los personalismos y las visiones mesiánicas que tanto han perjudicado a nuestro desarrollo republicano a lo largo de toda nuestra historia, pasada y presente.

Antonio José Monagas
amonagas@cantv.net

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TRIBUNA LIBERTARIA. COMPENDIO OPINÁTICO. RAUL AMIEL. 07/02/11. OPINIONES DE GONZALO PELTZER, DIEGO MÁRQUEZ CASTRO Y GUILLERMO AROSEMENA

"Todo arte se caracteriza por un cierto modo de organización alrededor de un vacío." Jacques Lacan

1.- EL PUEBLO ES COMO EL CHAMPÁN. GONZALO PELTZER
2.- VERDAD Y LIBERTAD. DIEGO MÁRQUEZ CASTRO
3.- LIBERTAD Y PROSPERIDAD. GUILLERMO AROSEMENA

Esfuérzate, anímate y trabaja. Solo faltan 698 días. Artículo 231. Constitución de 1999. El nuevo Presidente tomará posesión el 10/01 del primer año de su período constitucional.- @raulamiel

EL PUEBLO ES COMO EL CHAMPÁN. GONZALO PELTZER

Pensaba en estos días que la crisis de Egipto y de otros pueblos árabes debería estar haciendo temblar a los dictadorzuelos demócratas de nuestra América mestiza, esos que se han servido de la democracia para hacerse con el poder con la intención de nunca más dejarlo, por el bien de su pueblo, por supuesto, que no siempre los entiende. No me refiero –lo aclaro por las dudas y porque sé que hay quienes los confunden– ni al presidente del Ecuador ni a la presidenta argentina.

Hosni Mubarak o Ben Alí eran demócratas hasta hace cuatro días. Pero demócratas de esos de partido único y elecciones de una sola foto, ¿para qué hacen falta más? Republicanos de la gigantografía y el bronce estatutario. Líderes idolatrados por sus millones de empleados, por sus fuerzas armadas, pero armadas de verdad para que no protesten. Presidentes venerados por los empresarios socios del poder, de esos que les comparten generosamente sus ganancias. Gobernantes bien regalones de todos sus admiradores, a los que quieren con locura sin percatarse de que lo importante es que el pueblo los quiera a ellos. Déspotas y tiranos al fin, esponjosos a la adulación de sus chupamedias y de súbditos por obligación y a palos. Son los santos de una religión de mentira que reza solo por ellos en las plazas de Tianamen de todas las capitales del mundo.

Sorprende que las potencias de Occidente no hayan dicho ni mu en los últimos 40 años sobre las dictaduras a las que ahora acusan de 40 años de dictadura. Les reclaman transición urgente y pacífica al mismo tiempo que los dejan solos y se llevan hasta los últimos muebles de sus embajadas. Eso no está bien. Pero no está bien porque lo hacen en fraude al pueblo sojuzgado por los tiranos que ellos mismos contribuyeron a sostener o por lo menos toleraron.

Al final es ese pueblo, cansado de sus déspotas –y sobre todo los jóvenes, que se cansan antes– los que provocan estas mareas incontenibles de la política en todo el mundo. Y aclaro que son tan incontenibles como impredecibles: tengo en mis manos el número de fin de año de The Economist con todas las predicciones para el 2011. No hay ni media palabra sobre la más mínima posibilidad de un conflicto en Egipto, Túnez, Yemen o Jordania.

La lección que deberíamos aplicarnos en nuestra América es esa que dice sabiamente que la realidad no es blanca o negra: es gris. O mejor: multicolor. El bien y el mal están mezclados en este mundo. Por eso todo integrismo es injusto, pero sobre todo es una actitud errada ante la realidad. Además, lo que antes era un bien para unos puede convertirse en mal para ellos mismos y al revés. Para conseguir los mejores objetivos muchas veces hay que aceptar la posición contraria, cambiar puntos de vista y ceder ideales con el ánimo de recuperarlos más adelante. Otras veces hay que buscar fines intermedios, o dar objetivos por perdidos y también aceptar que estábamos errados. La cerrazón del testarudo no lleva a ninguna parte. Cambiar no es una señal de debilidad. Todo lo contrario: la debilidad se muestra cuando los gobernantes se sientan en la retranca y persisten en sus trece. Cuando no se hacen los cambios que es evidente que hay que hacer. Cuando no se cambia solo para no dar señales al enemigo. Cuando el poder se vuelve rehén de quienes no les conviene que cambie porque lucran con el enfrentamiento.

Hay varias maneras de abrir una botella de champán. Se la puede degollar con una espada como dicen que hacen los oficiales de caballería franceses desde la época de Napoleón. Confieso que alguna vez he intentado esta manera brutal pero bien divertida de arruinar una botella y su contenido. También se la puede abrir con las manos, como hacen los saloneros experimentados, que tapan la operación con una servilleta de buen tamaño y consiguen la explosión celestial del corcho al salir de su prisión. Pero hay otra más, que es la metáfora perfecta para describir lo que pasa cuando se abusa de la paciencia del pueblo: cuando se agita la botella, el tapón sale despedido con tal fuerza que hasta deja marcas en el techo.

Eso es lo que está ocurriendo en Túnez, en Egipto o en Yemen. Pero en nuestra América no es una novedad porque por suerte sus pueblos se agitan bastante más rápido ante las desmesuras de sus gobernantes. Es una de las grandes fortalezas de la América mestiza que ahora se está contagiando en el resto del mundo. Y se está convirtiendo en el modo más democrático de terminar con los déspotas que se las dan de demócratas.

VERDAD Y LIBERTAD. DIEGO MÁRQUEZ CASTRO

En los últimos días hemos visto cómo sociedades del mundo árabe sojuzgadas por autócratas con veinte y treinta años disfrutando de un poder que hasta el momento habían creído eterno y hereditario, se resquebrajan y ponen en evidencia la fragilidad de quienes se hicieron dueños del gobierno y del Estado sustentados en la exclusión y persecución de los contrarios.
Tal sistema -alabado e imitado por otros en nuestras tierras- simplemente se derrumba. Sea cual sea el desenlace, no habrá vuelta atrás. En medio de estas conmociones vale hacer referencia al pensamiento de Juan Pablo II, quien en sus alocuciones enfocó los problemas del hombre contemporáneo, tomando como punto de partida la vigencia de dos valores fundamentales como son la verdad y la libertad.

Dentro de tal contexto, el pontífice destacó que “el sentido esencial del Estado como comunidad política, consiste en el hecho de que la sociedad y quien la compone, el pueblo, es soberano de la propia suerte. Este sentido no llega a realizarse, si en vez del ejercicio del poder mediante la participación moral de la sociedad o del pueblo, asistimos a la imposición del poder por parte de un determinado grupo a todos los demás miembros de la sociedad”. Ante esa expresión de perversión política que desvirtúa la esencialidad de una sociedad pluralista y democrática y la respuesta que frente a la misma debe dar la ciudadanía, dijo: “Estas cosas son esenciales en nuestra época en que ha crecido enormemente la conciencia social de los hombres y con ella la necesidad de una correcta participación de los ciudadanos en la vida política de la comunidad”.

El poder político, entonces, no debe ser ejercido como un arma para favorecer a unos en detrimento de otros porque “el deber fundamental del poder es la solicitud por el bien común de la sociedad; de aquí derivan sus derechos fundamentales. Precisamente en nombre de estas premisas concernientes al orden ético objetivo, los derechos del poder no pueden ser entendidos de otro modo más que en base al respeto de los derechos objetivos e inviolables del hombre”.

La violación flagrante a esos derechos fue denunciada responsablemente por Juan Pablo II: “El bien común al que la autoridad sirve en el Estado se realiza plenamente sólo cuando todos los ciudadanos están seguros de sus derechos. Sin esto se llega a la destrucción de la sociedad, a la oposición de los ciudadanos a la autoridad, o también a una situación de opresión, de intimidación, de violencia, de terrorismo, de los que nos han dado bastantes ejemplos los totalitarismos. Es así como el principio de los derechos del hombre toca profundamente el sector de la justicia social y se convierte en medida para la verificación fundamental en la vida de los organismos políticos”. Para prevenir y combatir tales situaciones, exhortó a los ciudadanos a incrementar “en el plano civil, un pluralismo cada vez más amplio de esas instituciones libres que constituyen el tejido conjuntivo de una sociedad verdaderamente democrática, en la que es una realidad la participación responsable de los ciudadanos para la consecución del bien común favoreciendo al mismo tiempo los derechos propios del hombre y sus libertades”.

Concluyamos con unas palabras de este hombre sabio: “El totalitarismo nace de la negación de la verdad en sentido objetivo. Si no existe una verdad trascendente, tampoco existe ningún principio seguro que garantice relaciones justas entre los hombres: los intereses de grupo, clase o nación, los contraponen inevitablemente unos a otros. Si no se reconoce la verdad trascendente, triunfa la fuerza del poder y cada uno tiende a utilizar los medios de que dispone para imponer su propio interés o la propia opinión, sin respetar los derechos de los demás”.

Así, nadie que se pretenda mayoritario puede colocarse “en contra de la minoría, oprimiéndola, explotándola o incluso intentando destruirla. La raíz del totalitarismo moderno hay que verla, por tanto, en la negación de la dignidad trascendente de la persona humana, sujeto natural de derechos que nadie puede violar”.

LIBERTAD Y PROSPERIDAD. GUILLERMO AROSEMENA

Los Padres de la Patria de Estados Unidos tuvieron muy claro que si el nuevo país quería desarrollarse y prosperar, el Estado debía y tenía que garantizar la libertad en toda la extensión de la palabra. Por tan gran respeto a la libertad, los que redactaron la constitución (Jefferson, Adams y Madison, entre otros), en su preámbulo aseguraron que en el país habría libertad para el presente y posteridad, y en la primera enmienda que se hace a ella, se especifica que la libertad tiene que ver con religión, prensa y expresión. Posteriormente Francia tuvo su revolución para lograr la libertad, pero lamentablemente por no haber creado las instituciones garantes de la misma, este país tuvo una nueva revolución medio siglo después.

En Estados Unidos la libertad era una realidad, en Francia, letras muertas. Los estadounidenses sabían que para existir libertad, las ideas debían difundirse y lo hicieron repartiendo el periódico y correo de puerta a puerta y luego inventando la telegrafía, telefonía fija y celular, televisión e Internet.

Han transcurrido centurias desde que nacieron las repúblicas y en ellas se ha dado una correlación entre grado de libertad y prosperidad. Las más libres son las de mayor nivel de vida y las menos libres, las de menor desarrollo. Actualmente, Medio Oriente y Norte de África se encuentran convulsionados porque el pueblo ha salido a las calles a demandar la libertad.

En naciones como Yemen, Túnez, Jordania, Egipto y otras, la gente está cansada de que el Estado les diga qué es lo que pueden y no pueden hacer. Hosni Mubarak, presidente de Egipto, trató inútilmente de cortar las comunicaciones en Internet para evitar el contagio del levantamiento.

Los grandes inventos capitalistas en los medios de comunicación han hecho abrir los ojos de los ciudadanos en países árabes, sobre todo con el acceso a la maravillosa información que existe en Internet y redes sociales; la gente se ha dado cuenta de que pueden vivir mejor si se cambian los regímenes totalitarios. Los principiantes a tiranos en nuestra región están equivocados si piensan que tendrán éxito limitando las libertades.

raulamiel@gmail.com
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¿PARA QUÈ HACEN FALTA MÁS LEYES EN VENEZUELA? ZENAIR BRITO CABALLERO

Es cierto que las leyes son importantes para lograr la convivencia humana en sociedad. Todos debemos conocerlas para saber a qué atenernos en caso de transgredirlas, pero ¿para qué hacen falta más leyes en Venezuela? si los tribunales de Justicia están llenos de juicios y tardan años resolviendo cada caso.

Lo que hace falta no son nuevas leyes como la Ley Orgánica de Educación hecha para  tratar de imponer la ideología del gobierno socialista-comunista, sino una fórmula apropiada para que realmente el principio de “justicia pronta y cumplida” sea una realidad, porque de lo contrario nos llenaremos de códigos jurídicos sin uso, ya que los encargados de aplicar la ley muchas veces ni las cumplen ni las acatan.

Cuando suceden casos tan lamentables como el asesinato de policías, la violación de niños, el encarcelamiento de estudiantes disidentes al socialismo-comunismo y de la Juez Afiuni privada de sus derechos humanos, no permitir a los diputados electos Pilieri y Bazuco en la Asamblea Nacional juramentarse en sus cargos para los que fueron electos por el pueblo, el cierre de medios de comunicación como RCTV y 34 emisoras de radio y otras televisoras regionales, las constantes amenazas a Globovisión, el caso del Dr. Zuloaga y de Masherani, las miles de expropiaciones y confiscaciones a haciendas productivas en la zona del Rio Turbio en Barquisimeto y en la Costa oriental del Lago de Maracaibo , las amenazas al Banco Provincial y a las Empresas Polar entre otras o cualquier otro hecho ilícito, se genera una efervescencia social y todo el mundo empieza a “pedir a gritos” que se cumplan las leyes para evitar la delincuencia, olvidando que el problema que tenemos en nuestra Venezuela no es la falta de legislación sino más bien la no aplicación de la que ya existe y el irrespeto desde los altos y medios jerarcas del gobierno socialista-comunista  a la Carta Magna.

El exceso de leyes -algunas veces repetidas- no es la solución a los problemas, eso sería como echarle agua a la leche. Aparentemente hay más leche, pero la verdad es que simplemente lo que hay es más líquido con menos nutrientes.

Existe un afán equivocado de querer resolver todo con leyes y más leyes, pero olvidamos que hacer una ley requiere mucho tacto, pensamiento, visión, cuidado y sabiduría legal.

Con la aprobación de la llamada Ley Habilitante al Teniente Coronel se trata de aumentar coacción, restringir libertad, obligar a las personas y a las propias autoridades a actuar y responder, aumentar el aparato represivo y verificador, tener más vigilancia y aprender a discriminar entre la multitud de mandatos y necesidades. Si las leyes son intervencionistas o penales, la cuestión es aún más delicada.

De verdad se trata de un problema de elección. Es claro que no se puede convertir todo deseo del gobierno comunista en ley, mucho menos pretender que toda infracción sea delito debido a que el propio estado no tiene con qué responder ya que no hay suficientes policías, investigadores, cárceles ni mecanismos suficientes. Por eso hay que aplicar el sentido común... no es lo mismo capturar narcotraficantes con drogas, que a un indigente que se robó unos cambures para saciar su hambre, sin embargo muchas veces los jueces dejan libre a los narcos y encierran al indigente.

Aquí es donde los venezolanos y venezolanas pensamos que algo anda mal. Nunca antes habíamos tenido tantas leyes como ahora, pero los hechos delictivos siguen aumentando y muchos se quedan sin castigo.
Ojalá pongamos las barbas en remojo para trabajar juntos por el rescate de Venezuela, porque los venezolanos estamos cansados de tantos problemas. Por eso, lo importante no es ponernos histéricos viendo enemigos por todas partes, ni tampoco poner nerviosos a nuestros hijos e hijas y al pueblo venezolano. Lo que queda es aplicar con toda rigurosidad las leyes que ya existen y acatar correctamente los principios constitucionales a fin de tener en las cárceles a los verdaderos criminales y no salvar de ellas a los de cuello blanco que andan felices y contentos hasta ocupando curules en la Asamblea y otros cargos en el Alto gobierno.

britozenair@gmail.com
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EL ANTI-CAPITALISMO. MANUEL F. AYAU

«Toda la gente sabe» que para producir los alimentos, la ropa, la comida y el «tiempo libre» (para disfrutar de lo espiritual, la cultura y el deporte o el descanso) son necesarios el trabajo y la tierra.

«No toda la, gente sabe» cuál es el otro factor de producción, pero aún en los países socialistas lo saben, al reconocer que también se necesita el capital. En Rumania, según me decía un ex ministro de Finanzas, se capitaliza el 30% del producto nacional bruto, (PNB). Es decir, que el 30% de todo lo que se produce es invertido en capitalizar el país.

Es curioso, entonces, que en los países no socialistas, donde normalmente se capitaliza un 15 o 20% del PNB, el capital sea atacado, amenazado, ahuyentado, tasado progresivamente y vilipendiado constantemente. Es más, quien no se constituye en agresor del capital es considerado como persona amoral, carente de sensibilidad social.

El popular concepto «justicia social», no es más que un término disfrazado para atacar al capital, palabras de aparente carácter humanitario, tras las que se oculta un objetivo real: quitarle a unos para darle a otros; quitarle a los «ricos» para darle a los pobres.

En los países socialistas, la razón por la que no se puede hablar así es porque allí, «el rico» solamente es uno: el estado. Todo el capital es suyo por mandato y lo obtiene coercitivamente, a la fuerza. Lo conserva, también, por la fuerza y los ingresos que percibe son el resultado de la continua expropiación, de todo aquello cuanto los ciudadanos tengan o produzcan, por encima de un nivel de subsistencia. La función que el capital pueda cumplir, ya sea sirviendo o no sirviendo bien a los consumidores, es un factor que no se tiene en cuenta.

El capital no es una cantidad de dinero que alguien posee. El capital es todo aquello que hace fructífero el esfuerzo e ingenio humanos: (camiones, tornos, tractores, fábricas, conocimientos, etc.).
El capital genera abundancia. El capital es todo aquello que nos deja tiempo libre, que nos evita trabajo. Una bomba hidráulica, que lleva agua a un pueblo, libera a los que allí viven del trabajo de subir el agua en cubetas. El tiempo y el trabajo así «economizados», permiten a las personas ocuparse de otras cosas que antes no hubieran podido atender, porque, como en el caso citado del agua, ésta representaría una necesidad de más urgencia, de mayor prioridad.

Capital son los camiones que llevan la comida a la ciudad, lo que libera a miles de personas del trabajo de tener que acarrear «a cuestas» la comida; lo que permite que las distancias no representen obstáculos y por consiguiente, que las personas puedan elegir dónde habitar, sin verse forzadas a tener que vivir en las cercanías de donde se cultiva y siembra la comida; lo que permite la existencia de las ciudades, lejos de los focos de producción.

Capital son los tractores que liberan a miles de gentes de la tarea de cultivar a mano, dejándoles tiempo para dedicarse a otras cosas de menor prioridad. Si no hubiera tractores para la construcción de carreteras, tendríamos unos pocos caminos de tierra, como los que existían antes. Sería de tal magnitud el esfuerzo social invertido por cada kilómetro de carretera, que no sería posible cubrir mayores extensiones, Asimismo, careceríamos de todos los productos que se hicieron realidad, gracias al tiempo liberado por los tractores.

Y el capital no es consecuencia de su costo, en otras palabras, el costo de un bien no garantiza; su valor inherente; un bien no es capital en sí. De esta manera, una bomba. de agua deja de ser capital en cuanto surge un método más económico para hacer circular el agua. Una fábrica de chicotes para carruajes deja de ser capital en cuanto surge el auto con motor mecánico. Una fábrica de candelas deja de ser capital en cuanto hay electricidad. El capital sólo es capital en tanto que produzca alguna satisfacción que los consumidores consideren valiosa.

Ningún factor contribuye tanto al bienestar de un pueblo como el capital. Ningún factor eleva la productividad, como el capital. ¡Imagínese el lector lo que pasaría, si por ley o por arte de magia, perdiéramos todo el capital, Ya no habría, no digamos imprentas, ¡no habría ni papal en qué escribir! Tendríamos la preocupación por cubrir necesidades inmediatas y. en eso gastaríamos toda nuestra energía. El capital libera a las personas de tener que producir bienes de prioridad mayor, para poder dedicarse a prioridades menores.

Nótese bien; un mayor grado de bienestar consiste en poder disponer y disfrutar de cosas menos indispensables, más «superfluas»; cosas de menos prioridad.

Quien posee y disfruta sólo de lo más indispensable, es pobre. Existe una relación directa entre el nivel de vida de un país y su consumo de bienes no-indispensables. A medida que un pueblo posee más y más cosas «superfluas», más alto es su nivel de vida.

En ocasiones en que he aseverado lo anterior; he notado u‘n desagrado evidente entre personas que hacen alarde de su preocupación por «los pobres». Tal reacción seria un campo de investigación muy fecundo para algún psicólogo.

Recientemente, en las discusiones públicas sobre el impuesto a las «ganancias excesivas» se puso en evidencia el prejuicio que existe en contra del capital. El hecho de que el índice principal que refleja el grado de progreso de un pueblo, sea precisamente el capital invertido per cápita, parece ser absolutamente desconocido.

Se dice que el capital se obtiene a base de la explotación de trabajadores y consumidores. (Esta aseveración es cierta solamente en los casos que se usa coerción). Sí así fuese, el remedio lógico para acabar con. la explotación, consistiría en hacer respetar el derecho de los trabajadores y los consumidores, mediante la eliminación de cualquier método ilícito si lo hubiera de ejercer coerción sobre estas personas. Claro está que, no se pueden prohibir «las condiciones dadas» del trabajador, las cuales, se aduce, son las que- permiten salarios bajos, porque suceder que esas condiciones son el problema en al y éste no se resuelve prohibiéndolo. 

Qué fácil, sería decretar: SE PROHIBE LA POBREZA.

No, es aquel que paga un salario «bajo» el culpable de que los reformadores sociales no paguen un mejor salario. Generalmente los más vociferantes defensores del trabajador pagan los sueldos más bajos.

¿Por qué es que se pagan tan bajos salarios en los países socialistas europeos y en los asiáticos, como en la India, cuando podrían pasarse leyes subiéndolos? La razón no es la explotación; es la baja productividad, la baja tasa de capital invertido per cápita. No hay otra causa.

En los países socialistas nadie se atreve a hablar en contra de la capitalización, porque el capital es del estado; porque no le pertenece a persona particular alguna.

En los países no socialistas el capital es de particulares. Allí se usa más eficientemente porque para conservarlo, el dueño tiene que satisfacer deseos ajenos, independientemente de su intención.

Se trata de producción en masa, para las masas. No tendría sentido el producir en masa para elites económicas. Debe el capital ser usado eficientemente, porque la guía para su inversión es el plebiscito diario del mercado, donde se manifiestan las prioridades de todos, donde democráticamente, el pueblo escoge quién le sirve mejor. Es esa persona, la que por su habilidad sirve satisfactoriamente a los consumidores, quien se convierte en capitalista. Si ese mismo capitalista dejase de usar los recursos debidamente, perdería su capital.

En los países socialistas, cuando el capital es mal invertido, las consecuencias no son sufridas por nadie en particular. El error es «colectivo». El empobrecimiento es «colectivo».

Parece ser que todo el ataque dirigido al capital en los países no socialistas, se debe a que éste pertenece a personas particulares. Y si así es el caso, la tendencia socializante se explica claramente por una característica muy humana y muy destructiva: LA ENVIDIA.

Tomado de la Revista de Noticias del Diario El Gráfico en su edición del domingo 30 de junio de 1974.
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POR QUÉ LIBERAL (II). NELSON MAICA

Hoy, dadas las actuales medidas asumidas por el actual régimen, sobre todo, la toma de propiedades privadas a la fuerza bruta, muchos han emigrado y otros preparan su salida.

El gobierno los tocó y decidieron no luchar aquí sino emigrar. Por allá, bien lejos, se toparon con las ideas liberales, con el liberalismo. Con el mundo liberal que nunca conocieron ni practicaron en su país.

Se enteraron de que para los liberales un gobierno debe proteger la vida, la libertad, la propiedad privada, los contratos, el libre comercio, el libre juego de la oferta y la demanda; que cada cual, cada ciudadano debe llevar su vida a su manera, tal como el decida, respetando el mismo derecho a los demás.

Se enteraron de que la importancia de la propiedad privada es el reconocimiento social a la autonomía personal, al ejercicio de cada persona de su capacidad creadora y al usufructo de sus resultados.

Se enteraron de que los mercados tienen una fundamentación ética. De que toda persona al actuar tiene en cuenta unas normas morales, es decir, el hombre puede ser moral o inmoral, pero nunca amoral. Las normas morales son un constituyente fundamental del hombre. “La propiedad privada es el derecho y el deber de toda persona a realizar sus acciones”.

Se enteraron de que la privada es la fundamentación del mercado, en consecuencia, en el mercado las relaciones reciprocas son relaciones entre propiedades privadas. Es decir, cada persona puede utilizar su capacidad creativa y esperar la realización de intercambios dentro de un marco institucional. La característica fundamental de estos intercambios basados en la propiedad privada es que ambas partes salen ganando del intercambio. La propiedad privada es el fundamento del mercado que permite dentro del marco institucional que los intercambios tiendan a coordinarse entre si y que la ganancia sea mutua para ambas partes.

Se han enterado, además, de que esta reciente oligarquía en el poder esta totalmente equivocada de rumbo. Tomaron el camino errado, hacia el regreso al primitivismo. Perdieron la brújula.

¿Por qué esas ideas liberales no han sido suficientemente difundidas en el país? ¿Por qué el liberalismo no ha sido suficientemente explicado y debatido? ¿Desde la Sociedad Patriótica se puede decir que existe en Venezuela un partido liberal? ¿Pero cual Liberal? El de entonces, el de la época.

¿El periódico El Venezolano, redactado por Francisco Carabaño, Tomas Lander, Francisco Ribas y Martin Tovar, fue vocero de las ideas liberales de esa tiempo, 1825? ¿Revive el partido liberal en 1840 y Antonio Leocadio Guzman dirige El Venezolano?

¿Fue consigna del partido liberal “hombres nuevos, principio alternativo”? ¿De nuevo en 1868 el general Guzman Blanco insiste con la Unión Liberal? ¿Se recuerda a los “lincheros” de los Monagas? ¿Se recuerda que los liberales lograron la unidad de todos los enemigos del gobierno y lo cambiaron? ¿De partido liberal a partido de Guzman?

¿Se puede coincidir con M V Magallanes, cuando afirma que el partido liberal…“Era un aparato burocrático que se movía a través de los órganos del Estado, de acuerdo a los dictados vehementes de su jefe”…“todo responde a la vanidad del dictador, a su exagerada centralización de la autoridad, a sus caprichos intelectualoides de un ideoligismo atormentado”? Eso no era el partido liberal, eso era el partido de Guzman.

¿Se repite la historia? ¿En 1895 el general Joaquín Crespo jefe del partido liberal? ¿Aquel denominado liberalismo poco tiene que ver con el actual liberalismo? ¿Solo la denominación? Tal vez algo mas 

¿Resurge el liberalismo, hoy?

¿Cómo nos podemos explicar el hecho cierto, palpable, practico de que existiendo un liberalismo clásico probado y verificado, seguimos el camino que nos lleva más y más al fracaso todos los días con un socialismo, comunismo, colectivismo, esclavismo, ya ensayado y fracasado?

¿Los oligarcas robolucionarios actuales perdieron la “chaveta”? ¿Estamos en una locura y/o ceguera colectiva? ¿Tenemos un maleficio colectivo encima? ¿Se acabo la dignidad y la libertad para todos los venezolanos?

¿Por qué no cazamos la guerra de ideas que tantas veces lanza el máximo destructor conocido al presente? ¿Por qué no difundimos más los conceptos de la revolución liberal?

El liberalismo fue y es una autentica revolución, probada por la historia. Para eso no necesitamos fusiles, solo la palabra, la escritura, la actitud y la practica, el ejemplo, la historia, los hechos.

Para información de los rojos, rojitos, en Venezuela no ha existido ni se ha practicado el liberalismo, mucho menos en lo económico. Desde 1958 hasta 1999 las garantías económicas fueron suspendidas.

Se practico el supuesto y mal denominado “capitalismo de estado” (social democracia) que es, en algunos aspectos, semejante a cuanto los descubridores del agua tibia de esta supuesta robolucion predican y realizan, por ahora, como una especie de continuidad del feudalismo, del señor feudal.
La total intervención del estado en lo privado y esclavizar, sobre todo, a los mas débiles, a los mas pobres. Implantaron los Gulag, refugios, damnificados. Y Apure, por referirnos a un solo ejemplo, es casi un Laogai. ¿Por qué los diputados de la oposición no lo investigan?

Con este supuesto socialismo, comunismo, colectivismo, esclavismo que pretende imponer este máximo destructor en los últimos 12 años, 1999-2011, nos estamos hundiendo completamente, tomamos el rumbo contrario al progreso, vamos hacia un desastre peor que el sufrido por la Urss, Cuba, etc. ¿Y, Egipto, que?

Todavía no hemos llegado a los limites de algunos países al recibir de sus ciudadanos en el exterior cantidades de dólares que mitigan sus calamidades y tampoco podemos contar con que otro nos salve de la quiebra por puro gusto solidario.

Se le vende petróleo a Usa y otros pero también importamos, en algunos rubros, más de cuanto vendemos, gracias a la destrucción de nuestro aparato productivo por estos rojos primitivos.

Casi somos una predicción de Adam Smith al referirse al exceso de intervención estatal en la economía cuando afirmó que la única razón de exportar era tener la moneda para importar. Esto le ha permitido al gran destructor controlar los activos del país y pretende controlar, también, las mentes, los gustos, las conductas, todo, de los ciudadanos.

¿Entonces, continuaremos en el subdesarrollo? Este máximo destructor y sus rojitos están continúan destruyendo al país. Están en contra de la sociedad venezolana. Están en contra del mejor futuro de este pueblo.

Desde “mira bobos” se pretende controlar todo y aplicar una ingeniería social única.

Pero afortunadamente allí esta, todavía, vivito y coleando el liberalismo, su revolución, latente e histórica, que no se puede tapar con un dedo, ni con un martillo, ni con la hoz, ni con el cierre de los medios de comunicación, ni con el cierre de las voces de los libertarios que están por toda la América nuestra, por todo el planeta. Nunca es tarde para hacerse sentir, como y cuando debe ser.

“El pacifismo completo e incondicional equivale a una rendición incondicional ante los tiranos más despiadados”. Ludwig von Mises.

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