BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

lunes, 27 de mayo de 2013

RAFAEL DÍAZ BLANCO, LA VARIABLE CUBANA, ALZANDO LA VOZ

Los gravísimos problemas del país aumentan. Solo un cambio radical permitirá comenzar a dar respuestas adecuadas a la inseguridad, al desabastecimiento, a la inflación, a la crisis eléctrica y de servicios públicos. 
Solo un cambio de gobierno o de régimen político, permitirá dar respuestas validas al empobrecimiento, a la ausencia de estado de derecho, a la educación menguada, a la ineficiencia manifiesta, a la corrupción y el despilfarro sin límites.
Mientras tanto, la crisis de legitimidad y gobernabilidad se profundizan. Los meses de Maduro están contados, pero difícil es determinar la duración de su fase final. El gobierno se encuentra en un callejón sin salida. Frente a la adversidad creciente y el rechazo popular manifiesto, recurre a una mayor radicalización que, ante la pérdida del miedo, sólo significa mayor represión, mayor violencia.
En cualquier país, en cualquier momento de nuestra historia, en situaciones análogas, ya se habría producido una solución. Los caminos del diálogo se estuvieran recorriendo. Se habría dado una salida institucional o una intervención militar. Cada día, la situación se hace más insostenible, el juego se tranca más. Comienza a hablarse de implosión, de la explosión de un cuerpo social que no aguanta más.
Ciertamente, muchos miembros del gobierno, por sus tropelías, sus corruptelas y delitos, no tienen salida. Solo les queda enterrarse con un régimen que espera sepultura. Sin embargo, la variable determinante, la que impide solucionar la crisis actual, es la variable cubana. Los cubanos manejan sectores claves del país. Controlan los servicios de comunicaciones, seguridad e inteligencia y pueden mantener por algún tiempo inmovilizadas las fuerzas armadas y subordinados sectores políticos gobernantes.
Lamentablemente, nuestros problemas van dejando de ser un problema entre venezolanos, para convertirse en un problema entre los venezolanos y una cúpula política, entre los venezolanos y los llamados enchufados, entre los venezolanos y unos enchufados títeres de un gobierno extranjero. Afortunadamente, también le quedan pocos meses al régimen castrista. Han logrado sobrevivir a nuestras expensas, desacelerando su también crisis terminal. 
A la Venezuela democrática solo le queda continuar avanzando. Mantener la esperanza. Ser optimistas. Profundizar nuestra oposición al régimen ilegitimo. Aumentar la protesta y la movilización popular e internacional.
alzandolavoz@yahoo.es
@rafidiaz

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ANTONIO JOSÉ MONAGAS, ¿QUIEBRE INSTITUCIONAL?, PIDO LA PALABRA, VENTANA DE PAPEL,

Se han generado cadenas de acciones regresivas que acentúan el retroceso que viene dándose en nombre de un socialismo incapaz de encarar los desafíos pautados por la globalización  alentada desde realidades trazadas por la incidencia de nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Más allá de lo que puede significar el agotamiento del modelo de desarrollo que intenta aplicar el actual régimen, a pesar de la ilegitimidad que lo marca, el país está asfixiándose por causa de distintos problemas que parecieran ser deliberados dado el curso de acontecimientos y decisiones que está advirtiéndose en medio del tinglado que, desde el Ejecutivo Nacional, ha venido armándose. Además de verse al país sumido en una grave tribulación derivada del tipo de gasto de recursos que sigue la administración pública, no hay dudas de  otras desventuras por las cuales, de no salir de las mismas, Venezuela estará a un tranco de caer en un estado de masivo empobrecimiento y conflicto cuyas proyecciones la devolverían a etapas del opresor colonialismo.
A decir por los escollos que a todas luces han alcanzado un grado de insólita desvergüenza, debe hablarse de apenadas crisis que tienen trancado el juego de la democracia, paralizado el desarrollo económico nacional y estancada la movilidad política. Se trata de tres crisis, todas relacionadas entre si en términos de sus proporciones e implicaciones.
Una crisis de objetivos y de orientaciones
 Por cuyas consecuencias se ha perdido la visión de compromisos que venía cumpliendo el país en virtud de importantes exigencias que planteaba el nivel de competitividad que aproximaba el país al ámbito determinado por la geopolítica latinoamericana.
Una crisis de información 
Para la toma de decisiones por la cual el país ha venido imbuyéndose en engorrosas situaciones debido a la falta de información por parte de quienes manejan determinaciones de incisiva repercusión para el desarrollo nacional. Este problema ha generado cadenas de acciones regresivas que sólo denotan el retroceso que viene dándose en nombre de un socialismo incapaz de encarar los desafíos pautados por la globalización animada desde realidades trazadas por la incidencia de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Pero también, por la correlación de poderes políticos y económicos cuyos dominios no pueden obviarse por cuanto, de alguna forma, señalan las tendencias de los mercados mundiales y sus horizontes de cooperación hacia economías con desventajas comparativas y competitivas.
Y una crisis de los esquemas de organización y coordinación  de la administración del Estado venezolano 
Por cuyas secuelas se ha tejido un desorden de tal naturaleza que ha incitado una incapacidad de la estructura social de proveer a importantes sectores de la población lo necesario para lograr metas de la sociedad proyectadas bajo la formalidad de planes de desarrollo. En medio de estos hechos, se ha dado una aguda disociación entre objetivos animados desde el populismo que ha impregnado el diario discurrir político, y el acceso de parte considerable de la población a los medios necesarios para satisfacer condiciones inmediatas de vida social.
Es la razón de los problemas que colman la escena nacional tales como el desabastecimiento, abusos y hasta la violencia de calle lo cual habla de esa ruptura de normas sociales que tiene mal al país en todas sus dimensiones. Es eso, deplorablemente, lo que está alentando a que se llegue a un cuadro de zozobra generalizada, resultado de lo que pudiera ser un quiebre institucional.
VENTANA DE PAPEL
PATRIA “INSEGURA”
Con el repetido cuento del Plan “Patria Segura”, el Ejecutivo Nacional busca nuevamente engañar la población a partir de la idea de garantizar la seguridad que en catorce años de régimen, nunca se vio. Luego de proceder a desarmar a las policías regionales, constreñir a las policías municipales, estimular la delincuencia o cualquiera de sus formas por aquello de que “es malo ser rico” y por tanto había que despojar al rico de sus pertenencias para dárselas a quien nunca se preocupó por forjarlas, ahora quiere “tapar el sol con un dedo”. Es decir, el régimen busca “enmendar la plana” mediante un plan cuyo elemento pivotante es la Fuerza Armada Nacional.
Después de haberse intentado 20 veces, el régimen sigue sin entender que estos planes antidelictivos, con la presencia de militares, fungiendo de policías, nunca han funcionado. Por el contrario, la toma militar de ciudades consideradas como espacios asediados por la inseguridad, en todas sus manifestaciones, no garantiza soluciones que corrijan dicho flagelo social. Según la opinión de expertos, la presencia militar sólo desplazará las bandas de malhechores a lugares cercanos. Pero que en todo caso, variarán sus medios y modos de acción con el fin último de continuar el hostigamiento por el cual rinde frutos tan perverso oficio. Lejos de lo que la toma de ciudades por parte del Ejército puede lograr, esto no es más que un gesto de demagogia con lo cual pretende desviarse la atención de los problemas que el régimen tiene sobre sus espaldas mediante la intimidación o miedo que ello causa en el ambiente social.
Además es inconstitucional, por cuanto la Carta Magna exhorta la movilización de la fuerza militar hacia propósitos que vulneren la soberanía y la territorialidad. Sin el más mínimo conocimiento de seguridad ciudadana y criterios de uso progresivo de la fuerza, como en efecto maneja la Policía desde su ámbito institucional, este remedo sólo servirá para deslucir la imagen del estamento militar ya aporreado al colocarlo en situación de vendedor de pollos, Su discordancia operacional, hará que sea visto como el plan Patria “Insegura”.
POR DESEQUILIBRIO SE CAE CUALQUIERA

El sectarismo acusado por el régimen representado por Nicolás Maduro, es insólito. Aún cuando no sorprende. Las dictaduras lo utilizan como recurso para defender el desparpajo propio de cada uno de sus actos y determinaciones. Razón asistía a Benjamin Disraeli, político británico (1804-1881) cuando dijo que “el ejercicio de la política puede definirse con una sola palabra: disimulo”. Ya Napoleón había calzado con la verdad cuando expresó que “nada anda bien en un sistema político en el que las palabras contradicen a los hechos”. Esto es exactamente lo que explica el porqué las cosas andan de mal en peor en el país que liberó Simón Bolívar. Y cómo no andar mal, si el régimen actúa apegado a la ley del embudo. Es decir, busca que la amplitud favorezca su actitud, mientras que la estrechez se la aplican a quienes se resisten a sus dictámenes. O sea, lo ancho para el régimen y lo angosto, para el ciudadano demócrata. Es ahí cuando se advierte la injusticia de sus ejecutorias pues sus decisiones desdicen de lo que pauta la Magna Ley, en todo momento contradicha.
La premeditada y alevosa orden de amenazar la libertad del dirigente Leopoldo López, coordinador nacional de Voluntad Popular, frente a lo que significa la retahíla de actos dolosos y acompañados del más terrible sentido de ilegalidad cometidos por afectos al proceso revolucionario, evidencian no sólo el carácter de arbitrariedad que hay en buena parte de sus decisiones. También, la impunidad que acompaña sus acciones. Cuantiosas son las arbitrariedades, desafueros y delitos de estos personajes. Pero paradójicamente, no hay sanción alguna para ellos. Sin embargo, basta que alguien de la oposición se apropie de una gallina o desconozca la luz de un semáforo, para que le caiga todo el peso de la ley mediante sentencia firme y rauda del Tribunal Supremo de Justicia. O acaso ¿ha sido otra la razón para que el TSJ haya considerado inadmisible el primero de los seis recursos contencioso-electorales interpuesto por considerarlo “totalmente indeterminado, genérico y confuso”?
Han apelado a sórdidas excusas para encubrir las barbaridades que incriminan abiertamente a Mario Silva. Encima de esto, invocan infundadas argumentos para arremeter contra diputados opositores. No obstante, indultan o eximen de toda culpa las probadas acusaciones que pesan sobre conspicuos dirigentes del PSUV quienes tienen cargos en su contra. Incluso, reposando en tribunales internacionales. Lo que el régimen debe comprender, es que también por debilidad, extenuación o por desequilibrio se cae cualquiera.
 “Construir patria, no necesita cuarteles. Pero si de universidades”
Antonio José Monagas
antoniomonagas@gmail.com

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ROSALÍA MOROS DE BORREGALES, EL PODER DE LA INFLUENCIA MORAL

Los seres humanos nacemos en un contexto colectivo, no despertamos a la vida en medio de una isla solitaria como únicos habitantes. 
Desde los tiempos más remotos para que la convivencia sea posible en medio de esa colectividad, los individuos se han visto en la obligación de ajustar su conducta a un conjunto de normas que son aceptadas y reconocidas como obligatorias. El cumplimiento de estas normas conlleva a lo que conocemos como un comportamiento moral. Sin embargo, al indagar sobre moral en nuestra maravillosa lengua, encontramos que su significado se reporta no solo en el plano de lo jurídico, sino en el del fuero interno; es decir, en la esencia del ser humano.
El ser humano nace con la capacidad de discernir entre el bien y el mal. A pesar de que la conducta es inducida por el tipo de influencia recibida en la familia, la escuela y la sociedad en general, todos los individuos en la esencia de su ser, en ese fuero interno tienen la capacidad de discernir cuando su conducta es enaltecedora de las virtudes humanas en contraposición con las conductas que rompen el equilibrio y la armonía que genera la práctica del bien. La moral es pues, esa fuerza positiva que yace en la esencia intrínseca de la fundación del ser humano y lo diferencia del resto de la creación.
Como todas las cosas que pertenecen a la vida, la moral debe ser cultivada y alimentada a fin de hacerla sólida, de convertirla en un sustento cada vez más inconmovible de nuestra sociedad. Una tarea que corresponde en primer lugar a los padres en cada hogar y, en segundo lugar, con carácter irrevocable, una tarea del Estado. Ahora bien, ¿qué podemos hacer cuando el Estado es presidido por un gobierno cuya conducta consiste en prácticas alejadas de la moral en las que se enaltecen los antivalores con la consecuente deshumanización de nuestra sociedad?
Es un deber de todos en nuestro círculo de influencia desatar el poder de la moral. No debemos permanecer pasivos, no debemos mantener esa perniciosa actitud de indiferencia ya que más temprano que tarde todos somos afectados por la conducta imperante en nuestra sociedad. ¡Todos tenemos un círculo de influencia! El problema con nosotros es que subestimamos nuestra capacidad de influir positivamente en aquellos que nos rodean. Me atrevo a aseverar que tu influencia positiva sumada a la de tu vecino, tu amigo y tu hermano puede llegar a lograr cambios sustanciales. Siempre estamos esperando que los cambios permeen de arriba hacia abajo, es decir, desde el liderazgo hacia la sociedad.
Por supuesto, que ese es el deber ser; sin embargo, cuando en una sociedad el liderazgo está corrupto es el deber de los ciudadanos levantar sus luces en todos los aspectos de la vida de la nación. Porque, cómo podrá resistir un liderazgo corrupto ante la oposición moral declarada y exhibida públicamente de todas las sociedades científicas, de Historia, de Artes, de Ingeniería, de Economía, etc. Ante todas las sociedades de padres y representantes de las diferentes instituciones educativas. Ante todas las universidades, los colegios federados, los diferentes sindicatos de trabajadores y obreros. Ante las diversas empresas que se desenvuelven en la economía del país. Ante todas las ONGs, los líderes religiosos, la familia y todos los grupos de individuos reunidos con un fin moral. Ante la avalancha del bien el mal tiene que quitarse del camino. ¡La luz en las tinieblas resplandece! Debemos desatar el poder contenido en la influencia moral en todos los ámbitos de nuestra nación.
¡Esta es la tarea irrenunciable de todos!
¡Cuán superior es la suma de las luces a la suma de las riquezas!  Simón Bolívar.
rosymoros@gmail.com
http://familiaconformealcorazondedios.blogspot.com
@RosaliaMorosB

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AURELIO F. CONCHESO, BURÓCRATAS DE MALETÍN, EDITORIAL DE LA OTRA VÍA

Con increíble candidez, la flamante Presidenta del Banco Central de Venezuela, Edmée Betancourt, le admitió a un grupo de empresarios  con los que CADIVI tiene atrasos en su cumplimiento de hasta 300 días, que: “Lo que se entregó en divisas el año pasado, fueron cantidades muy considerables; muchas de las cuales se las  llevaron las empresas de maletín.” 
No fue poca cosa, porque la funcionaria también dijo que: “solamente en dañarnos la economía [las empresas de maletín] y llegar nuevamente por el mercado negro y toda esa cosa, se pasaron entre 15 y 20 mil millones de dólares”.
O sea, si entendemos bien, en el 2012, bajo las narices complacientes de la burocracia gubernamental, incluidos el para entonces Ministro de Finanzas, Jorge Giordani, y el entonces Presidente del BCV, Nelson Merentes -y ahora Zar  de la economía-, el Presidente de CADIVI, Manuel Barroso, y la propia Señora Betancourt, a la sazón Ministra del Comercio, entre el 5 y el 10% del Producto Interno Bruto (35% de las supuestas importaciones) fue asignado por ellos mismos a “empresarios de maletín” que adquirían dólares al cambio de 4,30 Bolívares, sin importar ni un tornillo, los reinyectaban a valores entre 10 y 18 Bolívares por dólar, mientras los productores de papel sanitario, automóviles, productos agros industriales etc. paralizaban sus plantas por falta de divisas.
Después de 10 años, éste es el triste resultado de un control de cambios que, como se ha dicho hasta el cansancio, potencia la fuga de divisas, enriqueciendo, de paso, a los amigos del sistema. Sólo ésto, por supuesto, debería convencer al Gobierno que ha llegado el momento de darle cristiana sepultura a ese engendro sesentoso de control absurdo.
La forma de iniciar el retorno a un cambio único, ruta que necesariamente tiene que ser  progresiva por los fuertes desequilibrios existentes, es abriendo de inmediato una ventana de libre convertibilidad en el BCV en lo que se conoce como “flotación sucia”, permitiendo en ella una amplia gama de actividades, como buena parte de las importaciones y todas las exportaciones. Si la tasa es adecuada (probablemente alrededor de Bs.12 a 15/$) habrá estímulo para que los particulares vendan sus dólares en dicho mercado, aumentando así la oferta. Este mercado le restaría fuerza al paralelo o negro, que probablemente bajaría un 10 a 15% de sus actuales niveles estratosféricos. Con el tiempo (tal vez un año) esos dos mercados convergerían. El cambio de Bs.6.30/$ puede mantenerse por un tiempo, pero limitado a bienes de primera necesidad muy específicos (materias primas agrícolas, como el trigo por ejemplo).
El gran temor de los “burócratas de maletín” es la explosión de precios que puede suceder, pero lo que no quieren entender, es que buena parte de esa explosión ya está sucediendo de todas maneras, y se refleja en los precios de los buhoneros y en otros productos, como el café en barra, que ya cuesta 3 tanques de gasolina.
¡Atrévase, Presidente Maduro! Porque, de lo contrario, nadie sabe cómo es que Usted le va a explicar a los venezolanos que sus “burócratas de maletín” permitieron que el control de cambios se convirtiera en el Festín de Baltasar más grande de la Historia Patria, y para “maletineros” nacidos en tiempos de revolución.
*Editorial Laotravía www.laotraviarcr.blogspot.com
* Editorial    (Radio Caracas Radio, 750.AM/Sábados de 08 a 09:00)
Enviado  nuestros correos por
Edecio Brito Escobar
edecio.brito.escobar@hotmail.com

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ANTONIO SEMPRUN, UN MENDIGO QUE PAGA CON PETROLEO

Toda lucha tiene un objetivo. Dudar en alcanzarlo,  por difícil que se muestre el camino,  es perder. - Antonio Semprun  
La ignorancia que acompaña a Maduro no por obrero, por incapaz, empuja al país a un escenario deprimente,  si bien es cierto, su difunto padre político  le  heredo un país desgastado, saqueado, golpeado entre otros  problemas por  la inflación, el desempleo, la inseguridad y el desabastecimiento, no es menos cierto que el ilegitimo presidente no está capacitado para conducir un país, por lo que acude a la peligrosa ayuda extranjera que le garantice status quo.
El  uso del populismo como política de estado,  las arbitrarias expropiaciones, la persecución a la empresa privada,  la devaluación del bolívar que dejo  ser fuerte para convertirse en  raquítica moneda, el incremento a los precios de los artículos de primera necesidad, y  la pérdida de millones de toneladas de alimentos  en los puertos del país,  imponen la necesidad de una economía de guerra en el quinto país  productor de petróleo del mundo.
En Venezuela, en esta oportunidad no se dio un golpe militar como sucediera el 4 de febrero de 1992, por quienes tenían el monopolio de las armas, esta vez la ilegitima cúpula que usurpa el poder dio un golpe de estado económico,  como consecuencia de la incapacidad para poner en marcha el aparato productor de un país al que han canibalizado.
Las deficiencias del ilegitimo Pedro Navaja, no debería preocupar tanto a los venezolanos si solo fuese porque desconoce los estados del país que desgobierna,  lo que ya es una tragedia,  debe preocuparnos, las decisiones que tomará durante sus faraónicas  giras cuando se siente frente a personas inteligentes, sagaces que tiene como único objetivo sacarle  una buena tajada de dinero ó de recursos a Venezuela.
Maduro, se pasea  por países de América Latina, emulando la mendicidad de la que se ha llenado las calles de un país rico en miseria,  con una mano extendida y la otra en el bolsillo donde guarda una chequera que no le pertenece,  pide leche, carne, harina pan y lo que se ha convertido en un suntuoso y escaso artículo de uso personal, un rollo de papel toilette.
Detrás de esa injusta miseria, de la atribulada vida que deben llevar los venezolanos como consecuencia de la situación que vive el país están los Castro, quienes desde  hace cincuenta años tienen los ojos puesto en Venezuela y no están dispuestos a perder un centímetro del terreno que una banda de delincuentes venezolanos les permitió invadir.
Cnel. (GN) Antonio Semprun
@antoniosemprun

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EDUARDO FERNÁNDEZ , DIÁLOGO IV

El país tiene tiempo sin Contralor General. Eso es un escándalo. Y no hay Contralor porque no hay diálogo. Hay que ponerse de acuerdo para elegir a un venezolano de categoría moral e intelectual adecuada para desempeñar esa alta responsabilidad.


El país quiere tener un Tribunal Supremo de Justicia independiente y autónomo, capaz de merecer la confianza de todos los venezolanos. Para elegir magistrados probos, competentes y dignos hace falta diálogo.
El país requiere un Consejo Electoral que merezca la confianza de todos los ciudadanos. No se trata de un CNE que le guste al Gobierno. Tampoco de uno que le guste a la oposición. No se trata de buscar una relación 3 a 2 en lugar de la actual que sería 4 a 1. Tampoco de una formula equilibrada 2 a 2 con uno de común acuerdo. Lo ideal es que se eligiera un CNE cinco a cero; es decir, cinco venezolanos dignos, que merezcan el respeto y el acatamiento de todos los venezolanos.
Para todo eso se necesita diálogo, respeto al adversario, reconocimiento de la otra parte, actitud constructiva, patriotismo, amor por Venezuela. Y esas virtudes son las que están ausentes en la hora actual de Venezuela y son las que reclama con sentido de urgencia, la República.
Se trata de la reconstrucción institucional de la nación. De sembrar un ambiente de confianza y de respeto por las instituciones y de aproximarnos al ideal bolivariano, que pedía un gobierno de instituciones y no de caudillos o de personalidades mesiánicas. Para lograr todo ello es necesario restablecer la dignidad y la majestad de la institución parlamentaria. El Parlamento o Asamblea Nacional, como lo llama la Constitución venezolana es, por definición, el escenario para el diálogo político de altura. Es el espejo de la nación. Allí van o deberían ir todos los venezolanos con recogimiento republicano a encontrarse con sus líderes. De uno u otro bando. Partidarios del Gobierno o partidarios de la alternativa democrática.
Si lo que el pueblo observa en el hemiciclo de la Asamblea es intolerancia, violencia y odio, esa será la cultura que prevalecerá en el país. Si, por el contrario, en el hemiciclo predomina el respeto, el debate civilizado, la confrontación de ideas y el patriotismo, esa será la cultura que prevalezca en la nación.
Eduardo Fernández
eduardof18@gmail.com
@efernandezVE

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TEÓDULO LÓPEZ MELÉNDEZ, GESTIONAR LA INCERTIDUMBRE

Así como es aplicable a lo social el principio de la incertidumbre es también posible gestionar esta incertidumbre. Hemos explicado que la primera crisis a enfrentar es la de las herramientas de visión, lo que implica o despojarla de los anteojos de suela que la fijan no más que en el llanto, la queja inútil y la descarga de rabia en las redes sociales, y en encontrar nuevas maneras de entender los significados.
Como el nombre mismo de incertidumbre indica hay que gestionar lo existente y paralelamente lo inexistente, pues habrá que moverse sobre las posibilidades que las acciones tendrán en el tiempo. Hay que dotarse de una teoría de la penetración social. Esta teoría no es novedosa. Si el cuerpo social está sembrado en un creciente individualismo que solo es combatido por una de las partes con propuestas de organización comunitaria, la conclusión será la de una profunda división con apariencia de insalvable. Las propuestas organizativas de los partidos políticos no son sustitutas pues han demostrado hasta el agotamiento no ser más que maquinarias de búsqueda del poder y nunca organizaciones de expresión ciudadana.
Hay que marchar, entonces, a la recomposición de un desarrollo relacional sobre la base de la ciudadanía, entendida como una vocación colectiva de ejercicio del poder. El brote individualista será la primera respuesta, seguida de inmediato por la ratificación de lealtad a los viejos líderes que los mantienen atados al conflicto. Crear confianza en un planteamiento que asegure no busca el poder sino el otorgamiento del mismo requiere de un esfuerzo constante de interacción que permita llevar la comunicación a su máximo grado.
Son estas tesis unas desarrolladas tiempo atrás por la psicología social. Hay que lograr un proceso de autorevelación que hemos denominado hasta el cansancio como conciencia. Hay que retomar el camino de remachar una identidad social hoy perdida en el caso venezolano y, obviamente una identidad cultural. Acostumbra decirse que los tiempos de crisis son siempre buenos para quienes tienen el sentido de la oportunidad. En términos sociales está más que demostrado que esos tiempos son buenos para el brote de las decisiones aparentemente complejas salidas de los límites de una rigidez impuesta, de un azar llamado incertidumbre y de una efervescencia caótica. Edgar Morin la ha descrito muy bien al señalar que no se trata de que una esencia sea compleja, sino que implica tanto unión como multiplicidad y el encuentro final con lo indecible.
En otras palabras nada complejo se hará único. En términos políticos, en una sociedad que medianamente ha comenzado a pensar, la libertad toma el sitial clave y todo planteamiento reductivo a su propia “verdad” no tendrá ninguna posibilidad de éxito o preeminencia. Significa que hay q escapar del pensamiento reductor que no ve más que los elementos y de su opuesto que no ve más que el todo. La incertidumbre no podrá ser eliminada, sólo gestionada con un pensamiento cognoscitivo.  Una clara conciencia político-social permitirá, para seguir con los términos de Morin, una “traducción” adecuada del mundo exterior que, señalamos nosotros,  agota a los participantes en un círculo vicioso.
El ejercicio de pensar es altamente peligroso pues destruye viejas creencias y saca de antiguos encierros. Un paradigma controla al discurso. El discurso sólo puede cambiar si se cambia el paradigma. Todo nuevo paradigma es un planteamiento de incertidumbre, pues genera ideas que deberán ser sometidas a prueba. Ninguna de ellas llegará para quedarse por los tiempos.
 “Gestionar la incertidumbre” es una expresión grata al mundo económico-empresarial que se plantea como afrontar los cambios sucesivos de las primeras décadas del siglo XXI, pero es, al menos a mi modo de entender, una expresión útil en el campo social, entre otras cosas porque en la especificidad de la política ya el liderazgo no está vinculado a la capacidad para crear certidumbre sino más bien, y precisamente, para gestionarla. Más aún, el líder verdadero es el que suministra los insumos para acrecentarla, en el sentido de lograr que una sociedad estancada en el pantano de una crisis rompa moldes y obtenga, mediante la reflexión sobre las ideas, la luz necesaria para cambiar su presente.
Parece tenemos estructuras dirigidas a generar mediocridad. Así nunca generaremos un cuerpo social “resiliente”   capaz de inventar, de innovar, de gestionar la incertidumbre.
tlopezmel@gmail.com

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EL MEA CULPA DE MIGUEL ÁNGEL QUEVEDO, ANTES DE SUICIDARSE PROPIETARIO Y DIRECTOR DE LA REVISTA BOHEMIA DE CUBA, LA CUAL FUE ROBADA POR LOS COMUNISTAS.

Sr. Ernesto Montaner Miami, Florida12 de agosto de 1969
Querido Ernesto:
Cuando recibas esta carta ya te habrás enterado por la radio de la noticia de mi muerte. Ya me habré suicidado ¡al fin! sin que nadie pudiera impedírmelo, como me lo impidieron tú y Agustín Ales el 21de enero de 1965.Sé que después de muerto llevarán sobre mi tumba montañas de inculpaciones. 

Que querrán presentarme como "el único culpable" dela desgracia de Cuba. Y no niego mis errores ni mi culpabilidad; lo que sí niego es que fuera "el único culpable". Culpables fuimos todos, en mayor o menor grado de responsabilidad. Culpables fuimos todos. Los periodistas que llenaban mi mesa de artículos demoledores, arremetiendo contra todos los gobernantes. 

Buscadores de aplausos que, por satisfacer el morbo infecundo y brutal de la multitud, por sentirse halagados por la aprobación de la plebe vestían el odioso uniforme que no se quitaban nunca. No importa quien fuera el presidente. Ni las cosas buenas que estuviese realizando a favor de Cuba. Había que atacarlos, y había que destruirlos. El mismo pueblo que los elegía, pedía a gritos sus cabezas en la plaza pública. El pueblo también fue culpable. El pueblo que quería a Guiteras. El pueblo que quería a Chibás. El pueblo que aplaudía a Pardo Llada. El pueblo que compraba Bohemia, porque era vocero de ese pueblo. El pueblo que acompañó a Fidel desde Oriente hasta el campamento de Columbia. 

Fidel no es más que el resultado del estallido de la demagogia y de la insensatez. Todos contribuimos a crearlo. Y todos, por resentidos, por demagogos, por estúpidos o por malvados, somos culpables de que llegara al poder. 

Los periodistas que conociendo la hoja de Fidel, su participación en el Bogotazo Comunista, el asesinato de Manolo Castro y su conducta gansteril en la Universidad de la Habana, pedíamos una amnistía para él y sus cómplices en el asalto al Cuartel Moncada, cuando se encontraba en prisión. 

Fue culpable el Congreso que aprobó la Ley de Amnistía. Los comentaristas de radio y televisión que la colmaron de elogios. Y la chusma que la aplaudió delirantemente en las graderías del Congreso de la República. Bohemia no era más que un eco de la calle. Aquella calle contaminada por el odio que aplaudió a Bohemia cuando inventó "los veinte mil muertos". Invención diabólica del dipsómano Enriquito dela Osa, que sabía que Bohemia era un eco de la calle, pero que también la calle se hacía eco de lo que publicaba Bohemia. Fueron culpables los millonarios que llenaron de dinero a Fidel para que derribara al régimen. Los miles de traidores que se vendieron al barbudo criminal. Y los que se ocuparon más del contrabando y del robo que de las acciones de la Sierra Maestra. Fueron culpables locuras de sotanas rojas que mandaban a los jóvenes para la Sierra a servir a Castro y sus guerrilleros. Y el clero, oficialmente, que respaldaba a la revolución comunista con aquellas pastorales encendidas, conminando al Gobierno a entregar el poder. Fue culpable Estados Unidos de América, que incautó las armas destinadas a las fuerzas armadas de Cuba en su lucha contra los guerrilleros. Y fue culpable el State Department, que respaldó la conjura internacional dirigida por los comunistas para adueñarse de Cuba. Fueron culpables el Gobierno y su oposición, cuando el diálogo cívico, por no ceder y llegar a un acuerdo decoroso, pacífico y patriótico. Los infiltrados por Fidel en aquella gestión para sabotearla y hacerla fracasar como lo hicieron. Fueron culpables los políticos abstencionistas, que cerraron las puertas a todos los cambios electoralistas. Y los periódicos que como Bohemia, le hicieron el juego a los abstencionistas, negándose a publicar nada relacionado con aquellas elecciones.
Todos fuimos culpables. Todos. Por acción u omisión. Viejos y jóvenes. Ricos y pobres. Blancos y negros. Honrados y ladrones. Virtuosos y pecadores. Claro, que nos faltaba por aprender la lección increíble y amarga: que los más "virtuosos" y los más “honrados" eran los pobres.
Muero asqueado. Solo. Proscrito. Desterrado. Y traicionado y abandonado por amigos a quienes brindé generosamente mi apoyo moral y económico en días muy difíciles. Como Rómulo Betancourt, Figueres, Muñoz Marín… Los titanes de esa "Izquierda Democrática “que tan poco tiene de "democrática" y tanto de "izquierda”. Todos deshumanizados y fríos me abandonaron en la caída. Cuando se convencieron de que yo era anticomunista, me demostraron que ellos eran antiquevedistas.
Son los presuntos fundadores del Tercer Mundo. El mundo de Mao Tse Tung.
Ojalá mi muerte sea fecunda. Y obligue a la meditación. Para que los que pueden aprendan la lección. Y los periódicos y los periodistas no vuelvan a decir jamás lo que las turbas incultas y desenfrenadas quieran que ellos digan. Para que la prensa no sea más un eco de la calle, sino un faro de orientación para esa propia calle. Para que los millonarios no den más sus dineros a quienes después los despojan de todo. Para que los anunciantes no llenen de poderío con sus anuncios a publicaciones tendenciosas, sembradoras de odio y de infamia, capaces de destruir hasta la integridad física y moral de una nación, o de un destierro. Y para que el pueblo recapacite y repudie esos voceros de odio, cuyas frutas hemos visto que no podían ser más amargas. Fuimos un pueblo cegado por el odio. Y todos éramos víctimas de esa ceguera. Nuestros pecados pesaron más que nuestras virtudes. Nos olvidamos de Nuñez de Arce cuando dijo: "Cuando un pueblo olvida sus virtudes, lleva en sus propios vicios su tirano”. Adiós. Éste es mi último adiós. Y dile a todos mis compatriotas que yo perdono con los brazos en cruz sobre mi pecho, para que me perdonen todo el mal que he hecho. 
Miguel Ángel Quevedo


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CARLOS E. AGUILERA A., UN APÓSTOL DEL PERIODISMO


(A la memoria de Miguel Quevedo, propietario y director de la Revista Bohemia)
Muchos periodistas le hicieron al autócrata el canto de las sirenas, seduciendo al electorado a su autodestrucción. Muchos recapacitaron y trataron desesperadamente de rectificar su craso error, sin admitir que lo cometieron y el daño que le hicieron a Cuba, su país. Para algunos fue muy tarde, para otros aún había tiempo de rectificar. En Venezuela, se está generando temor, miedo, desesperanza y horror en el pueblo, por los vientos huracanados que desde el gobierno están soplando en contra de la libertad de expresión.
No se debe olvidar que en Cuba, muchos fueron los medios que se unieron al canto de sirena de la revolución socialista, entre ellos la influyente revista Bohemia. Su director, luego de ser capitalista a ultranza, no tuvo el menor empacho de cambiarse a la revolución, engañado como tantos otros por las tentadoras ofertas de los barbudos revolucionarios, que asomaban esperanzas democráticas al pueblo cubano.
Miguel Ángel Quevedo y de la Lastra, heredó de su padre del mismo nombre, la revista Bohemia la más longeva de Cuba e Hispanoamérica fundada en el año 1908. En 1940 a partir de los cambios políticos que experimentaba su país natal con la nueva Constitución, su propietario y editor no vaciló en ningún instante en convertirse en defensor de la democracia representativa recién instalada. Su revista pasó a constituirse en un fenómeno editorial y la publicación tuvo un tiraje para la época de 100.000 ejemplares que se distribuían no sólo en Cuba, sino también en países latinoamericanos.
Una vez instalado en el poder la revolución castrista Quevedo no vaciló en ningún instante en apoyar a Fidel Castro, en la creencia de que su país experimentaría un cambio luego de la caída del régimen de Fulgencio Batista. Al poco tiempo salió a relucir la verdad y se encontró con un ambiente político ajeno al que había apoyado. Ya era muy tarde y Bohemia se convirtió en un instrumento más del totalitarismo que regenta a Cuba. Quevedo, acosado por su propia conciencia tomó el camino del exilio en el año 1960, un año justo después de la instalación del régimen comunista. Exilado en Venezuela, reeditó la revista Bohemia, y sin recursos para hacer frente al compromiso editorial se sintió solo y abandonado, y en medio de la desesperación tomó la trágica decisión de suicidarse.
En carta que envió a un amigo anunciando su propia muerte, hizo un recuento de su experiencia periodística, de la cual citaremos unos cuantos párrafos dado el momento político que vivimos, ante las evidentes manifestaciones del gobierno empeñado en limitar el derecho de expresión y la libertad de prensa. 
He aquí parte de su contenido:
 “Fidel no es más que el resultado del estallido de la demagogia y de la insensatez. Todos contribuimos a crearlo. Y todos, por resentidos, por demagogos, por estúpidos o por malvados, somos culpables de que llegara al poder (…) Bohemia no era más que un eco de la calle. Aquella calle contaminada por el odio que aplaudió a Bohemia cuando inventó ‘los veinte mil muertos’. (…) Fueron culpables los millonarios que llenaron de dinero a Fidel (…) Fueron culpables los curas de sotanas rojas (…) Fueron culpables los políticos abstencionistas, que cerraron las puertas a todos los cambios electoralistas. Y los periódicos que como Bohemia, le hicieron el juego a los abstencionistas, negándose a publicar nada relacionado con aquellas elecciones. Todos fuimos culpables. Todos. Por acción u omisión. Viejos y jóvenes. Ricos y pobres. Blancos y negros. Honrados y ladrones. Virtuosos y pecadores. Claro, que nos faltaba por aprender la lección increíble y amarga: que los más ‘virtuosos’ y los más ‘honrados’ eran los pobres. (…) Fuimos un pueblo cegado por el odio. Y todos éramos víctimas de esa ceguera. Nuestros pecados pesaron más que nuestras virtudes. Nos olvidamos de Núñez de Arce quien dijo: ‘Cuando un pueblo olvida sus virtudes, lleva en sus propios vicios su tirano’. Adiós (…) que me perdonen todo el mal que he hecho”.
Estamos en el camino hacia el paraíso del socialismo utópico. Ese camino no será democrático, como ya lo ha demostrado el autócrata ratificado. Pero es el pueblo el que le ha dado su mandato a sabiendas de lo que hemos vivido los dos años ya pasados. Será el pueblo el que cosechará los frutos de lo que ha sembrado, sean estos dulces o amargos. Pero, ¿qué rol jugará la prensa en ese camino?”
Deben entender quienes tienen en sus manos los hilos del poder que la profesión del periodista no es una actividad circense, ni los medios de comunicación un anfiteatro para exhibirse, tampoco un tribunal para juzgar, y menos para asesorar a ineptos, sino un instrumento y una herramienta para mantener informada a la opinión pública. Hay quienes en el gobierno pretenden tener como cómplice el silencio de los medios, y es por ello que a menudo el periodista soporta presiones y oposiciones. Y no se diga del verbo agresivo e intolerante de voceros del oficialismo contra quienes ellos califican como voceros de la prensa privada, por el simple hecho de no apoyar su mal llamada “revolución bonita”, o por criticar su nefasta gestión.
Dejamos  constancia de nuestro irrestricto respaldo a esa permanente lucha, que es la lucha de todos. La Constitución y las leyes de la República son asideros y garantes, así como el marco legal dentro del cual debe llevarse adelante esta causa.
Miembro fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP-122)
careduagui@yahoo.com @_toquedediana

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CARLOS BLANCO, "EL 'NIDO DE ALACRANES' QUE DENUNCIÓ MÜLLER ROJAS, SE REPRODUJO EN FORMA AMPLIADA", TIEMPO DE PALABRA

STRIPTEASE DEL PROCESO
Los de la oposición experimentan una terrible sensación de asco frente a lo que acontece en el país. Los chavistas también. Obsérvese que no hay celebraciones porque el uno avance sobre el otro, sino que, por el contrario, se impone la sensación creciente de derrumbe.
Solo una élite minúscula, desautorizada por sus ejecutorias, moralmente revocada, camina sonámbula entre traspié y traspié en ese pasillo oscuro que conduce a las empinadas escaleras que no advierte.
El resto es el hormigueo ciudadano de mercado en mercado, de miedo en miedo, en el rastreo de medicinas que de tanto huir de los enfermos ya ni curan, y de comestibles que desde los aparadores hacen guiños embusteros antes de desaparecer. Venezuela, país en extinción por voluntad de los cleptómanos y timadores, sin embargo resiste.
Corre un testimonio de cómo las cosas son y han sido. El solo hecho de que conversaciones privadas sean grabadas por propios o extraños, sustraídas y lanzadas a la arena pública, habla del impúdico revoltijo que las políticas oficiales han promovido. Los próceres rojos creían que los cubanos y otros oscuros operadores sólo "montarían" a los enemigos.
En su frenesí, no se dieron cuenta que cuando la inteligencia cubana se puso a trabajar en el espionaje no era solo para saber que hablaban los jefes opositores sino, muy especialmente, para saber quiénes en el Gobierno podían pensar por cuenta propia. Una vez que el régimen dio luz verde a este inicuo sistema de espionaje, nadie podía estar a salvo, y menos quienes tienen en sus manos las palancas para satisfacer o enfadar a los insaciables hermanos Castro.
Lo verdaderamente sobrecogedor de la confesión es que no dice nada que la oposición no haya dicho, solo que viene con la confirmación de una de las criaturas engendradas por el Comandante y más consentidas por este. Cuando se escucha lo que se escucha la reacción es de asombro, no por la novedad (salvo en la alusión a unos "pim, pum" que parecen aludir a ejecuciones sumarias) sino porque se devela el estado terminal del régimen y su septicemia. El semigobierno de Maduro es un suplicio para los demócratas y una lástima para los que ven perderse el poder.
RAÚL CASTRO SALE DEL CLOSET.
Lo que los altos oficiales de la FAN que aceptaron la tutela cubana no preveían cuando la aceptaron, fue que los camaradas de la isla además de darles órdenes también dejarían constancia de su sumisión. Hay que ser bien idiota para pensar que los cubanos solo grabarían a los enemigos. Personajes que saben lo que se mueve en los lugares donde la larga mano de los Castro ha llegado, cuentan que están registrados todos los altos jefes militares que reciben en silencio instrucciones foráneas.
El proceso no ha sido simple. Cuando Chávez vivía, él era el centro del poder y ejercía el papel de gran componedor, con el apoyo y los "consejos" que Fidel prodigaba. Chávez era el cemento que pegaba todo ese abigarrado conjunto de personalidades, ideologías, apetencias, hambres demoradas, y aspiraciones. Cuando enfermó el que aglutinaba, se dio paso a la guerra soterrada entre los bandos y bandas, lo cual habría de poner en claro peligro la continuidad del régimen; fue entonces cuando los Castro -en uso innoble del cuerpo del moribundo- comenzaron su nueva estrategia. Ésta consistió en llamar a Cuba a los jefes de las facciones en pugna y tratar de ponerlos de acuerdo en nombre de Chávez pero sin Chávez al mando. Así los cubanos pretendieron sustituir a Chávez como punto de encuentro y constituirse como la nueva amalgama entre los segundones, ahora en disputa por la herencia.
Raúl Castro se transfiguró en jefe político directo de la sargentería y sus hombres pasaron de ser "acompañantes" del proceso a comisarios políticos y militares. Ministros, doctores y generales, llevados a látigo limpio en una estructura que se impuso, primero como desinteresada ayuda, después como "pago" por las remesas de petróleo y dólares, y finalmente como una capitulación vergonzosa ante el poder extranjero. Traición a la patria dicen los códigos que se llama esta conducta.
SIN RUMBO.
Lo que se confirma ya se sabía. El famoso "nido de alacranes" sobre el que estaba el Comandante y que denunció el fallecido general Müller Rojas, se reprodujo en forma ampliada. Los abrazos que se prodigan Maduro y Diosdado no son más que expresión de estar en el mismo bote salvavidas ante el naufragio de la embarcación madre. La pelea es a cuchillo y la guerra, a muerte.
Si alguna vez hubo la idea de una transformación profunda y de un país diferente, mejor que el que había, se perdió entre la inopia intelectual, la corrupción y la enferma pasión por el poder sin más objetivo que poseerlo. Si fuese cierto que lo de Diosdado y su gente es pura corrupción, que lo de Nicolás y la suya es bobería y falta de carácter, que los militares están divididos por el reparto del botín; si es verdad que no hay más que robo y poder o poder y robo, como si el orden de los factores alterara el producto; entonces este régimen estaría ya -como parece- liquidado.
EL TRÁMITE POSTRERO.
Si no fuera por la represión, el régimen habría cesado. No por un golpe de estado sino por por implosión. Ahora Nicolás anda en una de alianzas con el empresariado mientras insulta y veja a los dirigentes políticos de oposición y trata de dividirlos. Es una táctica antigua pero se emplea ahora, tarde y mal. Tarde, porque la descomposición del país, dentro de lo cual la del chavismo ocupa el lugar que la pestilencia reciente ha dejado ver, no les permite actuar de manera unificada; también se hace mal, porque los dirigentes empresariales saben que lo que les propone el Gobierno no es más que un chantaje destinado a inhabilitarlos como ciudadanos: "ganen real pero callen", les dice, mientras injuria, enjuicia, amenaza y violenta a los dirigentes políticos. Esa táctica ha de fracasar. Por cierto, resulta fascinante ver a los ministros que hace 10 días insultaban a diestra y siniestra, ahora blandir la rama de olivo porque les han ordenado jugar el papel de "buenos" durante un rato.
El gobierno de Maduro parece que llegara a su fin. Si hubiese sensatez se podría prever su renuncia para darle paso a un reacomodo de las fuerzas políticas y sociales, en las que un programa mínimo común permitiera que la transición fuese lo menos estrepitosa, hasta llegar a nuevas presidenciales (desde luego, sin este CNE que el striptease volvió a desnudar sin atenuantes). En caso de no ser así, como es muy probable, dada la ausencia de sentido histórico de los personajes, el nivel de deterioro puede alcanzar cotas monumentales.
No sé cómo ni sé cuándo, pero lo que sí sé es que al poner no la rodilla, sino el oído en tierra, se oye un tropel que avanza sin parar y que promete tomar la fortaleza. Es cuestión de tiempo.
www.tiempodepalabra.com
Twitter @carlosblancog

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