BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

jueves, 1 de agosto de 2013

COLETTE CAPRILES, YO Y MI PARTIDO, MI PARTIDO Y YO

No pocos pensaban que la muerte del autócrata acababa con la autocracia. Y lo pensaban afectos y opositores, omitiendo procesar las señales –bastante notorias– de que en los últimos años el poder personalista dejaba lugar a uno más corporativo, no ligado a instituciones visibles sino a la distribución de cuotas de poder entre grupos o tribus enquistado en varios rincones del aparato estatal.

Esta nueva configuración ha necesitado no sólo tiempo sino violaciones flagrantes a la Constitución y purgas específicas para conjurar las tormentas que amenazan con echar a pique el buque fantasma en el que se convirtió la nación. 

Quizás ya no caigan rayos y centellas sobre el maderamen, pero el mal clima persiste. Algunos se complacen en sugerir que la oposición ha contribuido a nivelar el timón, y con ellos vuelven las sirenas de la antipolítica a tratar de equivocar el rumbo. Cuando digo “antipolítico” me refiero a dos cosas que van juntas: la desconfianza hacia los partidos políticos como instrumentos de la política por una parte, y por la otra la creencia –no siempre muy articulada, pero siempre presente– de que la solución no es política sino técnica (el discurso de que lo que hace falta es gente “capaz” o sabia) o también providencial: una partida de nacimiento, una catástrofe, una revuelta, un mesías, un mártir.

Quizás habría que dar un paso atrás y preguntarse si las condiciones que dieron origen al chavismo han sido “superadas”. Me inclino a creer que muchos aspectos de esa configuración siguen larvados, sin desarrollo: el principal de ellos, el de los medios o condiciones para la acción política, es decir el tema de los partidos. 

El chavismo –como sus predecesores gomecista y perezjimenista– se instala con pretensiones explícitas de acabar con los partidos, y a despecho de su intoxicación doctrinaria (que por cierto, bien necesita altos estudios para ser dilucidada) y a despecho igualmente del usufructo que la parasitaria izquierda internacional, aún tiene el hueso militar y la sangre antipolítica de su origen. Y eso es como un seguro contra el naufragio porque conecta con una cultura política que no desapareció durante los años de la democracia sino que conspiró contra ella desde siempre, y que encontró en Chávez su figura, se desencantó y quiere seguir buscando otra.

Releo los textos de Juan Carlos Rey y recomiendo especialmente El sistema de partidos venezolano, 1830-1999, publicado por el Centro Gumilla, en el que el autor examina la aparición y desarrollo de las agrupaciones políticas en el contexto de una cultura pública en la que, desde la Independencia, predomina la antipolítica. La tesis fuerte de Rey para explicar el colapso del sistema de partidos democráticos es que paradójicamente estos partidos sucumbieron a la antipolítica al descuidar las prácticas de control institucional sobre la acción de sus militantes una vez electos. Perdieron la responsabilidad política –que es el atributo más importante de una democracia representativa– y se refiere a que el partido gobernante debe responder por la calidad de sus acciones de gobierno y por el cumplimiento de su oferta electoral y política. Gobernar mal tiene un precio, que es perder el poder, lo que supone que debe haber mecanismos para reemplazar al gobernante: elecciones periódicas y alternativas políticas.

El caso es que, de acuerdo con Rey, llegó un momento –a partir de 1989– en que los partidos no se hicieron responsables de lo que hacían sus militantes en funciones de gobierno. El presidente gobernaba solo y los partidos dejan de ser necesarios.

El asunto es que no hay democracia posible sin partidos que sirvan de intermediarios y articuladores de las demandas sociales, y que sean políticamente responsables, es decir que provoquen confianza al rendir cuentas a sus electores. No es a partir de restos de naufragios súbitos que vamos a reconstruir una democracia erosionada durante tantos años.

colette capriles ‏
@cocap



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MARIANELLA SALAZAR, INDIGNIDAD NACIONAL.

El Nacional es un trofeo de guerra, de la guerra asimétrica que la revolución bolivariana emprendió exitosamente contra toda disidencia. No se trata de un asunto personal contra su editor y presidente, Miguel Henrique Otero, sino de callar y controlar a un periódico, que en setenta años de existencia ejerce gran influencia en la opinión pública. Como no han podido doblegarlo van por él, como procedieron con Radio Caracas Televisión y perpetraron su cierre. El congelamiento de las cuentas de MHO y las prohibiciones de enajenar los bienes muebles e inmuebles tendrán seguramente un impacto en el funcionamiento del periódico.

El atropello se ha consumado durante la semana aniversario del diario, todo está perfectamente calculado, los cachorros de Chávez, bajo las directrices de los depredadores cubanos, no van a soltar la presa y bajo artilugios jurídicos, que se derivan de una demanda del ex alcalde Alfredo Peña, continuarán adelante con sus propósitos de "congelar" el periódico, sacarlo fuera de circulación o controlarlo, como hicieron con Globovisión, que ya es caso perdido.

En éste momento, el gobierno de Maduro necesita neutralizar el efecto de las redes sociales, empezando por el Twitter, que se ha convertido en un arma explosiva contra la censura. Si se salen con la suya y le ponen la mano a El Nacional , el único medio a disposición de la disidencia será el Twitter, que a pesar de la permanente arremetida de la guerrilla comunicacional para contaminar su credibilidad es la herramienta más democrática e instantánea para informar, criticar y denunciar.

Al Gobierno, cada vez más intolerante y represivo le quedará el recurso de bloquearlo, como hicieron los chinos cuando estalló la violencia étnica en Xinjiang, para que los mensajes no fueran lanzados al mundo exterior.

Partida de nacimiento o defunción Mientras los filtros para bloquear páginas y cuentas en la redes no se implementen, los internautas estaremos informados sobre asuntos trascendentes como la partida de nacimiento de Nicolás Maduro, lanzada este lunes por el ex embajador panameño ante la OEA Willy Cochez, que probaría que el Presidente en ejercicio no es venezolano por nacimiento sino colombiano, según el Registro de Cúcuta - partida 47, Tomo 22 A-, que de ser cierta es evidencia de una violación a la Constitución, que exige que para ser presidente de Venezuela -art. 227- se debe ser venezolano por nacimiento.

Se tiene que comprobar la constitucionalidad de Maduro y tanto el Gobierno como la oposición están obligados a fijar una posición. No se trata de un simple asunto político, es un tema de dignidad nacional. La Mesa de la Unidad Democrática, concentrada exclusivamente en las municipales, no hace otra cosa que estabilizar cada vez más a Nicolás Maduro en vez de promover un relevo por vía constitucional. El silencio es una complicidad imperdonable. Tenemos todo el derecho a preguntarnos si la MUD ya cumplió su función y si Capriles se agotó. El ambiente político y militar esta estremecido, hay un grupo cada vez más numeroso en la Fuerza Armada que exige cumplir la Constitución Nacional y quiere que Maduro renuncie para que todo quede en paz, aspiran a que se vaya para Cuba, como hizo Fujimori cuando se fue a Japón, de lo contrario piensan que procedería su destitución y la formación de un tribunal militar para juzgar a quienes permitieron elegir y proclamar a un presidente que no es venezolano por nacimiento, empezando por la ex presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, Luisa Estella Morales y la presidenta del Concejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena.

@aliasmalula



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LILIANA FASCIANI M., INMUNIDAD PARLAMENTARIA


En la Constitución venezolana, la inmunidad parlamentaria es una prerrogativa expresamente consagrada en el artículo 200: "Los diputados o diputadas a la Asamblea Nacional gozarán de inmunidad en el ejercicio de sus funciones desde su proclamación hasta la conclusión de su mandato o la renuncia del mismo".

Allanar la inmunidad parlamentaria de un diputado no es un asunto de poca importancia, en primer lugar, porque se trata de un cargo de elección popular, y en segundo lugar, porque la razón de ser de dicha prerrogativa no es defender a la persona que funge como legislador, sino proteger el ejercicio libre e independiente de sus funciones parlamentarias, por una parte, y por otra, evitar que mediante confabulaciones se intente llevar a cabo algún tipo de retaliación política.

De ninguna manera debe confundirse la inmunidad con la impunidad, pues aquélla no es una mampara para los delitos o hechos ilícitos que pudieren cometer los diputados durante el ejercicio de su representación. El artículo 200 de la Constitución vigente establece que "De los presuntos delitos que cometan los o las integrantes de la Asamblea Nacional conocerá en forma privativa el Tribunal Supremo de Justicia, única autoridad que podrá ordenar, previa autorización de la Asamblea Nacional, su detención y continuar su enjuiciamiento".

Por lo tanto, el procedimiento exige que antes de llevar a juicio a un diputado, se cumpla con el requisito previo contemplado en el ordinal 20 del artículo 187 de la Constitución: "La separación temporal de un diputado o diputada sólo podrá acordarse por el voto de las dos terceras partes de los diputados y las diputadas presentes".

Escribo este artículo pocas horas antes de que la decisión de allanar la inmunidad del diputado Richard Mardo se realice con el voto de 2/3 de los miembros de la Asamblea Nacional o con el voto de una mayoría simple. Si ocurriere esto último, esa mayoría simple de legisladores estaría violando impunemente la Constitución y la voluntad de los electores que eligieron al diputado Mardo como su representante, pero además, se estaría ejecutando una vil venganza política, muy propia de regímenes que, como el actual gobierno ilegítimo, se esmeran en la interpretación arbitraria de la Constitución y las leyes.

lilianafasciani@yahoo.es
@lilianafasciani  

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PEDRO PAÚL BELLO, COMENTARIOS SOBRE EL CASO MARDO.

En la decisión que el día de ayer, miércoles 31 de julio de 2013, tomó la Asamblea Nacional e instruyó su presidente, el diputado Diosdado Cabello, la base de la argumentación para suspender al diputado Richard Mardo de su condición de parlamentario fue el artículo Nº 200 de la vigente Constitución de Venezuela.

Ahora bien, el referido art. 200, luego de expresar en su primera parte que todos los diputados gozan de inmunidad parlamentaria “hasta la conclusión de su mandato o de la renuncia del mismo”,  reza lo siguiente: “De los presuntos delitos que comentan los (o las) integrantes de la Asamblea Nacional conocerá en forma privativa el Tribunal Supremo de Justicia, única autoridad que podrá ordenar, previa autorización de la Asamblea Nacional, su detención y continuar su enjuiciamiento.” Luego, el texto del artículo referido, pasa a considerar el caso de delito flagrante y termina con la advertencia de que los (las) funcionarios públicos que violen la inmunidad de los (las) integrantes de la Asamblea Nacional “incurrirán en responsabilidad penal y serán castigados (das) de conformidad con la ley”.

Sobre el contenido de este artículo constitucional, nótese lo siguiente:

A

1º Que el Tribunal Supremo de Justicia conocerá, en forma privativa, de los presuntos  delitos que comentan integrantes de la Asamblea Nacional, y podrá ordenar previa autorización de la Asamblea Nacional su detención y enjuiciamiento.

Obsérvese entonces, que ayer se invirtió el procedimiento pues el TSJ se adelantó y juzgó  --sin permitirle defensa al mencionado diputado--  anticipándose a la autorización previa que requiere de la Asamblea Nacional el referido artículo Nº 200 de la Constitución Nacional. Este hecho, así anticipado, violó flagrantemente la inmunidad parlamentaria del diputado Mardo.

2º De ser así, podemos preguntarnos: ¿incurrieron, o no, en responsabilidad penal los funcionarios del Tribunal Supremos de Justicia?  Ellos juzgaron a priori y, además, sin respetar el debido proceso al mencionado diputado.   

B
1º  El presidente y demás integrantes de la mayoría relativa de la Asamblea Nacional, sostuvieron una tesis según la cual el artículo Nº 200 constitucional era el adecuado y suficiente para suspenderle la inmunidad parlamentaria al diputado Mardo, pero olvidaron, o deliberadamente dejaron de lado, lo que prescribe el artículo constitucional Nº 187 que, en su numeral 20 expresa: “La separación temporal de un diputado (da) solo podrá acordarse con el voto de las dos terceras parte de los diputados (das) presentes.”

2º   Siendo esto así, como lo fue, es obvio:  a) Que la suspensión temporal  del diputado Mardo  --y sería temporal hasta que no se pruebe la verdad de los imputados delitos atribuidos al diputado Mardo--   acordada ayer por una mayoría que no alcanzaba las dos terceras partes de los diputados presentes es nula de toda nulidad, porque así lo impone el texto constitucional deliberadamente no considerado (el Nº 187) que requiere las dos terceras partes para casos como este; porque el TSJ juzgó a priori sin esperar la previa autorización de la Asamblea Nacional.

Es conveniente, dado que según se ha hecho pública una convocatoria para manifestar el próximo dia sábado 3 de octubre, que las autoridades responsables se sirvan recordar el contenido de los artículos Nº 68 y Nº 332 de la Constitución Nacional en los siguientes términos:

Art Nº 68: “Los ciudadanos (as) tienen derecho a manifestar, pacíficamente y sin armas, sin otros requisitos que los que establezca la ley.”

Art Nº 332: “Los órganos de seguridad ciudadana son de carácter civil y respetarán los derechos humanos, sin discriminación alguna.”

ppaulbello@gmail.com



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ANTONIO SÁNCHEZ GARCÍA, MADURO Y LOS ERRORES DEL CASTRISMO CRÓNICAS JUPITERIANAS


1

            El político y embajador panameño Guillermo Cochez no se anda con chiquitas. Decidió jugarse su carrera a cuenta de denunciar los atropellos, tropelías e iniquidades de un gobierno que sabe espurio, de un régimen que sabe nefasto y de unos gobernantes que sabe forajidos. Sabe lo que nadie ignora y conoce, como el resto de sus compañeros diplomáticos que hacen vida en la OEA,  exactamente los mismos entresijos y antecedentes de una pandilla camorrera que ofende el buen nombre de un país y el prestigio de un continente. De los que él no tiene la menor responsabilidad.

           
Pues si los embajadores de la OEA, tan enterados como Willy - nombre con el que le conocen sus amigos -, tuvieran una mínima dosis de honorabilidad, decencia y la hombría que a él le sobran – así les falten a su gobierno – 28 millones de venezolanos y muchos más millones de ecuatorianos, nicaragüenses, bolivianos y argentinos, hubieran podido librarse de la inmundicia que, como una peste negra o una lepra, se ha extendido por América Latina desde que la clase política venezolana olvidara sus responsabilidades y permitiera que una pandilla de malandros asaltara el poder de la que un día fuera una ejemplar república democrática.

            Es en defensa de esa República, haciendo honor de gratitud a la generosa acogida que los venezolanos le brindaran en tiempos sombríos para el istmo, que actúa el bondadoso corazón de este caballero de adarme, fueros y principios, como se les conoce cada día menos en un continente agobiado por la corrupción, la estulticia y la mediocridad.

            Del Chile de mis tormentos ya he escrito demasiado. Pero a la sombra de la honorabilidad de Willie Cochez no se salva ningún país de la región. Insulza pasará a la historia de la infamia de la diplomacia regional. No se hable de Brasil ni de Argentina, babosos de castrismo. De México, muy lejos de sus antecedentes solidarios. De Colombia mejor callar, que sus intereses limítrofes le afilan los colmillos y le despiertan sórdidas apetencias.

            No recuerdo otra época más sinuosa, turbia y nefasta en la historia de las relaciones internacionales de América Latina. La crisis global que afecta los principios de una civilización en decadencia se ha cebado con la mezquindad de unos países que se enriquecen materialmente para caer en las redes de la corrupción, el sórdido materialismo, la carencia de valores y la más crasa miseria espiritual.

            Carlos Rangel escribió en una de sus más famosas obras que la historia de América Latina era la historia de un fracaso. No le cambio una coma. Han pasado 30 años desde entonces, y el fracaso asume caracteres apocalípticos. No hablemos de Venezuela, ni de un sátrapa al servicio de una tiranía extranjera de dudosos orígenes.

2

            Que a 100 días de un gobierno desastroso, si bien no tan desastroso como los casi 5.000 días de engaños, mentiras, farsas, trácalas, ruindades e inmundicias de su promotor y mecenas, se considere que la escogencia de Maduro fue un error de Chávez, suena cuando menos a ligereza.

            En primer lugar, si a ver vamos, el error no fue de Chávez, fue de los hermanitos Castro, a cuyo arbitrio el agónico Hugo Chávez había entregado la suerte de Venezuela, las decisiones sobre la poca y miserable vida que le restaba y la catastrófica herencia que dejaría. Y para los Castro, no había en Venezuela otro infeliz a quién dejar a cargo de la administración de la satrapía que a Maduro. De cuya absoluta carencia de iniciativas, orgullo personal y patriotismo estaban sobradamente convencidos. Sabían, y no se han equivocado, que la Venezuela bajo control de Maduro y el ministro de defensa que ellos escogieran – la señora de la marina a la que le entregaron la sub comandancia de las fuerzas que ellos controlan con sus generales de más confianza – no se les iría de las manos.

            ¿O alguien cree que un par de tiranos que han sido capaces de arruinar una de las más florecientes posesiones hispanas dejadas por el retiro del Imperio, tendrían algún interés en poner al frente de la satrapía a un ejecutivo exitoso, dotado y experto como para sacar a flote a la primera potencia petrolífera de la región? Para los Castro, la prosperidad y la fortuna son pecados capitalistas. La pobreza, incluso el hambre, la miseria y la hambruna, son virtudes socialistas. Tan es así que han insistido en que Chávez no les de más de lo estrictamente necesario para mantener pobres a los pobres. Que en cuanto prosperan pretenden independizarse. Salvo que pertenezcan a la corruptocracia.

            De modo que controlando absolutamente todas las instituciones del Estado, pero particularmente el ministerio de guerra y represión, el ministerio electoral, la justicia del horror y PDVSA, todo lo demás les sincuida. Ya le cortaron las ínfulas a Cabello, cuyos latrocinios, robos, desfalcos, y cuentas corrientes tendrán a muy buen recaudo; y tendrán controlado a Rafael Ramírez, con suficientes pruebas documentales de sus saqueos, desviaciones hormonales y enriquecimiento personal. De modo que Maduro es el hombre perfecto de un caudillo imperfecto.

            Pues para los Castro, Chávez fue un caudillo imperfecto. Se murió, y eso es prueba suficiente de que, como Lenin, estaba condenado a caer en manos de un pobre infeliz, suficientemente inescrupuloso, cobarde y analfabeta como el que le impusieron a Chávez.

            Saben los Castro que el país está al borde del estallido. Que Cabello tiene pretensiones desmedidas y sus ambiciones podrían incluso llevarlo a declarar la Independencia. Que a la oposición hay que conformarla con elecciones a granel, represión entibiada y una mascarada de normalidad legal y apacible. Y seguir cociéndola a fuego lento. Para todos esos propósitos, Maduro era el cocinero perfecto: romo, mediocre, arrastrado, sapo, incapaz de jugar un juego político propio. Va cuando lo llaman, escucha en silencio, no amenaza a nadie, sigue ciegamente la línea que se le imponer y es lo que en criollo se llama “el jalabolas perfecto”.

¿Error de Chávez? Yo te aviso, Chirulí.
Antonio Sánchez García
@sangarccs

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ANÍBAL ROMERO, HAY PROBLEMAS SIN SOLUCIÓN, ISRAEL Y LOS PALESTINOS

El arraigado deseo de poder en la naturaleza humana, conjugado con el avance de la tecnología, acrecientan la tendencia a presumir que todo problema debería tener solución, incluso en política. Me temo que se trata de una quimera. Hay problemas sin solución y uno de ellos, me parece, es el que enfrenta a Israel y los palestinos.
No es mi propósito recapitular la historia del conflicto ni repasar los argumentos que esgrimen ambos lados de la controversia. Voy a enfocarme sobre el presente y comentar el nuevo esfuerzo de Washington para dar inicio, una vez más, a las negociaciones para la creación de un Estado Palestino como salida a la pugna.


Tal intento diplomático tiene lugar en momentos que ponen de manifiesto, con prístina claridad, que en el Medio Oriente existen problemas de envergadura que no tienen que ver con Israel y los palestinos, y cuya dinámica se extiende por sus propias motivaciones. Me refiero, por ejemplo, a la guerra civil entre sunitas y chiítas que ya ha producido alrededor de cien mil muertos y un millón de refugiados en Siria, a las convulsiones revolucionarias que sacuden Egipto y otros países árabes, y al programa nuclear iraní, cuyo impacto geopolítico va bastante más allá de la presencia de Israel en la región.
Cuesta entender el empeño de Washington por motorizar de nuevo unas negociaciones que refuerzan la creencia, por lo demás completamente errada, según la cual el conflicto entre Israel y los palestinos es el principal y casi único problema que aqueja el Medio Oriente, y cuya “solución” prácticamente pondría fin a todas las tensiones, revueltas y amenazas provenientes de esa parte del mundo. De paso, con sus afanes, que a mi modo de ver son ilusorios, en perseguir el espejismo de la “solución de dos Estados”, Washington se arriesga a sumar la experiencia de otro fracaso y sus secuelas, pues la frustración de los palestinos ante las promesas incumplidas bien podría generar renovadas y costosas sublevaciones.
A lo anterior se añade lo siguiente: En 1967, en una guerra que ganó limpia, rápida y claramente sobre sus adversarios, Israel logró extender sus fronteras hasta posiciones que reducen la extrema vulnerabilidad estratégica en que había vivido desde su independencia en 1948. Fue precisamente tal situación estratégica la que condujo en primer lugar al Egipto de Nasser y sus aliados, a confiar en la factibilidad de destruir al Estado judío en una guerra corta y decisiva.
Resulta sencillamente insensato, además de inútil, pedirle a cualquier dirigente responsable en Israel que retorne a su país a las fronteras de 1967, colocando de nuevo al Estado judío a merced de sus enemigos jurados. En el caso hipotético que, empujado a hacerlo por las presiones de Washington y de una no pocas veces anti-semita Comunidad Europea, Israel admitiese a su lado la existencia de un Estado Palestino, el mismo estaría sujeto a unas condiciones de severa limitación de su soberanía, en particular a una estricta desmilitarización, todo lo cual le vaciaría en buena medida de contenidos. No veo otra forma en la cual tal Estado pueda ser aceptado por Israel.
De modo que a fin de cuentas uno se pregunta qué explica el empeño de Washington por dar vida a una especie de zombi, emprendiendo otra vez la ruta en circunstancias especialmente desfavorables, y frente a un Medio Oriente en el cual, si se le observa con objetividad, el conflicto entre Israel y los palestinos no ocupa el lugar de otros tiempos. ¿Será acaso que John Kerry también desea un Nobel de la Paz? No me sorprendería.
aromeroarticulos@yahoo.com

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NELSON MAICA C., BASES DEL LIBERALISMO 15, POLITICA

1.      Nota 15. Continuamos. Haremos una sugerencia, una recomendación, desde el largo plazo, para todo político liberal en el que prepondere, sobre sus deseos de lograr, alcanzar y mantenerse en el poder, el objetivo final de elaborar, impulsar y culminar una reforma generalizada de liberalización en la economía y en la sociedad.
2.      Primeramente, hemos de repetir que, en todo caso, si ha de pecarse en algo, ha de ser siempre por exceso; es decir, ha de radicalizar el mensaje hasta el punto de someter a prueba tanto a los miembros de su partido como a sus conciudadanos. Sólo de esta manera podrá experimentar y apreciar si de hecho reúne o no cualidades para ser un político perteneciente al “grupo cuarto”, es decir, capaz de ilusionar y movilizar al electorado en pos de una política adecuadamente articulada de reformas liberales.
3.      Lo peor que puede sucederle es que, como consecuencia de su toma de posición relativamente más radical, no logre prosperar en su propio partido, y quede marginado por sus responsables y supervisores más “pragmáticos”.
4.      Pues bien, es precisamente la aceptación o no de su mensaje y persona en su propia formación política, la prueba inequívoca y definitiva de si debe seguir o no dedicando sus esfuerzos a la actividad política: si no es aceptado, es mejor que deje a otros profesionales de la política menos comprometidos (pertenecientes a los grupos tres y dos) que tomen temporalmente el protagonismo, pues evitará quemarse en esfuerzos innecesarios, que serán posiblemente mucho más fructíferos a largo plazo en otras actividades (no políticas) de estudio y divulgación liberal.
5.      De esta manera no perderá el tiempo ni se agotará en actividades que, por las restricciones del entorno, hacen muy difícil la persecución del ideal y que, en todo caso, pueden ser llevadas a cabo por otros profesionales menos comprometidos.
6.      Además, siempre es conveniente que quede alguien “en reserva” por si el día de mañana las circunstancias cambian y ante necesidades más apremiantes es llamado a mayores responsabilidades de poder político, en un entorno en el que pueda desarrollar su programa liberal sin trabas innecesarias de tipo partidista.
7.      Existe, por tanto, una evidente relación entre aquello que permita  llevar a cabo el entorno político y la conveniencia de la implicación personal en el mismo de un político de fuertes convicciones liberales.
8.      Conforme las restricciones sean mayores, más dificultades tendrá para desenvolverse en ese entorno y más posible es que otros colegas menos comprometidos ideológicamente (pertenecientes a los grupos dos y tres) puedan desarrollar adecuadamente su labor.
9.      Por el contrario será en aquellas circunstancias en las que sea posible impulsar un programa más radical en las que su intervención e implicación personal sea más insustituible, puesto que no es de prever que otros colegas menos formados y comprometidos ideológicamente sepan y puedan aprovechar de forma adecuada la oportunidad histórica que se presente para sacar adelante reformas profundamente liberales.
10.    Como es lógico, la evaluación de cuándo nos encontramos ante una u otra circunstancia depende de la perspicacia e inteligencia política de cada político liberal.
11.    También es admisible, sobre todo en el caso de políticos profesionales que no puedan o no quieran dedicarse a otra actividad que, tal y como hemos descrito antes, adopten la táctica de convertirse en políticos del “grupo tres”, mucho más “pragmáticos” y, por tanto, menos “radicales” e “incómodos”, a la espera de que cambien las circunstancias y puedan impulsar reformas más radicales.
12.    El principal riesgo de esta táctica es, desde luego, que termine convirtiéndose en una coartada auto justificativo del inmovilismo. Dependerá de cada circunstancia histórica cual sea nuestro juicio respecto del comportamiento en este ámbito de cada político concreto.
13.    En estas épocas de control por parte de los políticos más “tibios” (grupos uno, dos y tres), conviene no obstante no desligarse totalmente del partido, con la finalidad de ejercer un necesario papel de conciencia crítica liberal que constantemente marque las contradicciones y errores de los que detentan el poder.
14.    En todo caso, el principal riesgo de la estrategia recomendada es que el político “grupo cuatro” sea finalmente aceptado por su partido y, tras presentar su programa y defenderlo con constancia, fracase a la hora de ganar las elecciones o pierda el poder.
15.    Pues bien, incluso en estas circunstancias tan adversas, que una y otra vez se han dado en la historia, este resultado negativo no ha de considerarse un fracaso en sentido estricto.
16.    Tan sólo sería un verdadero fracaso, desde el punto de vista liberal, bien haber traicionado los principios, bien haber pecado por defecto impulsando unas tímidas políticas liberalizadoras cuando las circunstancias permitían ir mucho más lejos. Tal parece ser el caso del tándem Chirac-Juppé tras el triunfo de la derecha liberal en unas elecciones generales francesas.
17.    Fuera de estos casos, el no conseguir el éxito electoral en una circunstancia histórica determinada ha de considerarse, tan sólo, una derrota táctica en esa larga y difícil lucha por ganar el futuro a favor de la libertad.-

nelsonmaica@gmail.com

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CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ, PIMIENTA IDEOLÓGICA.

Sería necesario analizar las carencias de la alternativa democrática. Quien piense que puede conducir mejor que ella, debería asumir el reto, en pasos muy sencillos: ganarse la gente, conquistar el triunfo y recibir el agradecimiento eterno. 


Pero hasta la llegada de los superhéroes de Kriptón, la oposición real que remontó hasta 50% por lo menos, que desafía poderes económico, político e institucional tan monstruosos, merece una evaluación positiva. Encajó una estrategia y un lenguaje que sacó la esperanza de las catacumbas donde el radicalismo y la insensatez quieren devolverla. Se le puede ubicar en la centro izquierda democrática, modernizadora y popular. Pero le falta pimienta. 

Que el PSUV se edifica sobre abusos, corrupción y clientelismo, es una explicación necesaria, pero no suficiente. Su fortaleza descansa también en que sus seguidores se sienten protagonistas de un “proceso histórico”, una “revolución”, tal como ocurre en todas los totalitarismos y populismos.

El gobierno se puede equivocar, pero “la revolución”, “la causa”, “la patria”, están por encima de los errores. Algunos hablan de una “etapa plebeya” del comunismo y el fascismo. Después el “pueblo” despierta en la peor de las pesadillas: una gerontocracia criminal y la sociedad envilecida por la chivatería y la prostitución inevitables.

Pero para derrotar una ilusión hay que crear otra. Lejos del “fin de las ideologías”, la democracia venezolana sucumbió por tener unos defensores manetos, pero también frente una ideología revolucionaria, marcada por el igualitarismo populista, el odio social que Rómulo Betancourt aplastó en los 60, porque compitió con el castrismo con una plataforma que tenía misma potencia simbólica e ideológica (¡venezolano siempre, comunista nunca!)

Betancourt: ideología victoriosa

Entre 1958-1998, la democracia fue para los venezolanos esa gran causa. Una ideología poderosa en la que se imbricaban la libertad, el progreso y la modernización, con los necesarios ingredientes emocionales que permitían la movilización popular. Por eso el gran rival del comunismo fueron siempre la socialdemocracia que Betancourt logró separar claramente del comunismo, y el social- cristianismo, -incluso a escala mundial-, y nunca los liberales, conservadores o “progres”. 

A diferencia de lo que ocurre hoy, cuando expulsan a Honduras y Paraguay, hizo expulsar a Cuba de la OEA. A diferencia de lo que pasa en Venezuela, la democracia del siglo XXI es democracia social o no es nada. Es la que existe en el planeta, libertad y cambios sociales. Algunos sectores identifican todavía lo social con populismo, demagogia, estatismo, confiscaciones, “antiimperialismo”, violencia, improductividad, control de cambios y precios, miseria.

Ideólogos confundidos se encargan de inventar oposiciones entre fantasmas: capitalismo vs. socialismo, reformismo vs. revolución, libertad vs. justicia, incluso izquierda y derecha, y demás tonterías subsidiarias. Los progresistas por mucho tiempo eran los “rosados” que se colocaban entre la socialdemocracia y el comunismo, a los que Lenin llamó la charca, “tontos útiles” de la revolución. Por eso el olor a Perón, Castro, Velasco, Ortega, Torres, Torrijos y toda clase de badulaques, terminators, e inútiles, como los dinosaurios de Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua.

El progresismo tendría que identificarse claramente con la democracia social y contrastar el cementerio de cadáveres ideológicos. A partir de los 80 se produjo una transubstanciación esencial para la política contemporánea. Felipe González, Clinton y Blair, Mitterrand, Cardoso y Lula, Fernández, Carlos Andrés Pérez, Sánchez de Losada, Bachelet, hasta llegar a Torrijos (hijo) y Alan García,aggiornaron la idea de democracia social.

Globalización y democracia social

La izquierda rompió con el colectivismo y ahora sus componentes inseparables son democracia representativa, globalización, superación efectiva de la pobreza joint venture entre Estado e inversión de capital, propiedad, descentralización, cambio tecnológico y reforma educativa. Romper con viejos mitos del welfarestate le permitió a Clinton ser el mejor presidente de EEUU en el siglo XX. Colocó su país (ya Reagan había dado el empuje inicial) a la cabeza del mundo. Creó 20 millones de empleos y nace en su gobierno la Sociedad de la Información. González hizo el equivalente, e incorpora España a Europa. Esa renovación se frenó porque Zapatero, Papandreu, Soares, Obama (¿) y otros no hicieron los cambios necesarios, convirtieron al mundo en un trastorno, y los tres primeros son auténticas desgracias.

Con ellos la socialdemocracia y la democracia cristiana permitieron que los problemas se amontonaran hasta llegar a las lamentables circunstancias en que tiene que resolvérselos Merkel. Las grandes referencias pasaron ahora a Latinoamérica: Brasil, Chile, Uruguay, Colombia, Perú, y demuestran que ser de izquierda no debe implicar automáticamente ser tarado, pese a los esfuerzos para demostrar lo contrario desde Venezuela y el ALBA. 

El progresismo consiste en entrar al Siglo XXI, retomar el carril de la historia del que lo sacaron en estas dos décadas. Conquistar la democracia social.

@carlosraulher

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IVAN OLAIZOLA, Y PALO Y PALO Y PALO..……… PARANINFO DE LA SEMANA

Yo no soy colombiano, yo soy un hombre universal, del universo claro. 

No, no me refiero a lo que según la canción de Billo’s el Magallanes le propina a sus rivales, en especial a los leones del Caracas. No, nos referimos a lo que la revolución nos hace desde que llegó. 

Ya son tres largos e interminables lustros de atropellos de un régimen que cada día hace lo que le da su real y canina gana. Apenas el ahora difunto asumió el poder comenzaron las violaciones a la Constitución. La primera que recibió palo fue la moribunda, la de 1961. Se convocó a una constituyente sin asidero constitucional alguno. Y la inmensa mayoría del país, lo acató sumisamente. 

A palo limpio se hizo la nueva constitución. Y de allí en adelante se hizo lo que el jefe ordenaba. Se le cayó a palo al viejo congreso. Se le dio palo al nombre de la república. Igual tratamiento comenzaron a recibir los poderes públicos. Se apaleó a las Fuerzas Armadas, a PDVSA, a las universidades, a la educación en general, a la salud, a la CTV, a FEDECÁMARAS, a los bancos, la industria, el comercio, las fincas, la propiedad,  y a cuanta institución u organismo se atravesara. Todo el país, sus instituciones, públicas y privadas, los partidos políticos, las ONG’s, la gente toda, fueron convertidos en piñata. Y el país fue amoldando su lomo para recibir esa palamentazón. Palo, palo, palo, palo palito palo he.   

Los dirigentes y analistas políticos, los escribidores, y mucha gente más decían hasta aquí, ya no más palos. Pero igual seguíamos poniendo el lomo. Cada evento, decíamos, sería el último, no más lomo, pero que va, siempre había otra paliza. Y así fueron pasando los días, los meses, los  años. 

El teniente coronel le ordenaba al CNE, bajo amenaza de paliza, que le contara bien los votos. Se hizo invencible pues. Y así seguimos, palo y elecciones. 

Y el teniente coronel ya hecho “comandante en jefe” se marchó al más allá, posiblemente agobiado de tanto repartir palos, y se convirtió en el “comandante supremo y eterno”. Y le pasó el garrote a su pupilo Nicolás. Y siguieron los palos. Antes del deceso había un solo paleador ahora empeoró la cosa. 

Hay más garroteros. Lo digo porque el de los ojos bonitos tiene su propio garrote y como lo usa. Igual el actual ministro del pepe para la Justicia y Paz. La Fiscal y la Defensora también tienen su palito de escoba. Los vices, la ministra armada, el ministro de las alma mater y los magistrados del TSJ también tienen sus varas. Y paremos de contar. Bueno ni el Magallanes en sus mejores tiempos, en los de Lázaro Salazar, el “Príncipe de Belén”.

Pero somos un bravo pueblo, como dice nuestro himno nacional. Tan bravos que aguantamos la paliza muertos de la risa. Para muestra un botón. Vimos por Tv al ex diputado Mardo con una sonrisa a flor de labio, cuando el diputado presidente, el garrotero dos, le anunciaba el  allanamiento de su inmunidad parlamentaria. Pero no solo él, también sus compañeros de bancada celebraban, supongo porque pensaban que “ahora si van a saber quiénes somos nosotros”. O será por eso que llaman masoquismo. No sé, a mí que me registren. Además de bravos somos arr….. Que nos caigan a palos, pero ya verán. Los esperamos en la bajadita. El 8 de diciembre la paliza se la damos nosotros. CNE mediante. Parodiando al tango “15 años no son nada”. El eterno murió, el maduro se pudrirá y vendrá el dado de dios y luego el yerno y después el nieto. Y así for ever.  Discúlpenme el optimismo pero es que ya la laceración del lomo se me convirtió en callo. ¿Será que nos salvará un palo? me refiero a un palo de agua. Pancho I ayúdanos.     

Iván Olaizola D’Alessandro
Iolaizola@hotmail.com



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PACIANO PADRÓN, PERLITAS: LO LEÍ, NO ME LO CONTARON (Nº 372)

v “PDVSA, la gallina de los huevos de oro, pistonea”. Pistonea el país.
v “No le temo a la represión del Estado, le temo al silencio de mi pueblo”. Alcemos la voz. A la calle.
v “Escasez de productos básicos afecta salud mental del venezolano”, por la angustia de no alcanzar tan altos precios.
v “Hay delincuentes que están en la calle e inocentes en las cárceles”, cosas del mundo al revés de Maduro.
v “Pedro El Carroña, ‘terror de las cantinas militares’ persigue diabólicamente al Gob. Falcón”. ¿Qué hay detrás de eso?
v “Venceréis, porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis”. Los del cogollo rojo ni convencen ni vencen.
v “La agricultura de puertos fue iniciada por la Cuarta”, y se puso pantalones largos, larguísimos, en la Quinta.
v “Humala cumple 2 años de gobierno con desgaste”, el de aquí comenzó desgastado. ¿Comenzó?, no lo creo.
v “La inflación es el mayor dolor de cabeza del gabinete” y del pueblo, comenzando por los más pobres.
v “Nicolás puso la torta en 100 días”, 20,3 % de productos básicos no se consiguen, mientras la inflación nos ahoga.
v “En Caracas hay 4 mil juicios abiertos sin sentencias”. Lo que hay es falta de justicia, de cada 100 procesos, solo 17 concluyen.
v “Tecnología de Cuba crece con dinero venezolano”, mientras Venezuela se hunde chupada por el castro-comunismo.
v “Las restricciones para el aumento de matrículas ahoga los colegios privados”. De eso se trata, es la orden desde Cuba.
v “Pacientes llevan hasta gasas para ser atendidos en hospitales”, mientras Maduro mira el pajarito.
v “Gandhi dijo que el obstáculo más grande es el miedo”. Derrotemos el miedo. A la calle.
v “Con Patria Segura ha aumentado la inseguridad”. Lo seguro es el crimen.
v “Los homicidios han aumentado, Venezuela es el país más peligroso de Suramérica”. Aquí se protege a los criminales.
v “La peor de todas las decisiones es no votar el 8-D”. Abstenernos nuevamente parece ser un error.
v “Maduro reitera: Tengo los nombres de los militantes del PSUV que no votaron en las presidenciales”. No más fascismo.
v “La Orchila se ha convertido en centro de reuniones de connotados políticos”. Sigue la chupadera del Estado.
v “Misiones han recibido de PDVSA $ 189.250 millones”. ¿Cuánto se quedó en el camino? La corrupción bate ola.


E-Mail: pacianopadron@gmail.com
Twitter: @padronpaciano

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ANALITICA PREMIUM, LA IMPORTANCIA CAPITAL DE LAS ELECCIONES DEL 8D, EDITORIAL

LA IMPORTANCIA CAPITAL DE LAS ELECCIONES DEL 8D

EDITORIAL

Para vencer al autoritarismo se requiere unidad de mando y un liderazgo que sepa transitar el camino, por cierto nada fácil, para derrotar el intento absolutista de convertir a Venezuela en una nueva Cuba.
No se trata de una elección más ni tampoco de unas simples elecciones locales, es la ocasión de defender lo que queda de democracia frente a un régimen que cada día se perfila más en su carácter de mera copia de lo que se impuso en Cuba en 1959.

La presencia de todos los demócratas en ese acto es fundamental y por ello es necesario frente a este régimen autoritario convertirlas en un verdadero plebiscito que le ponga un resonante alto a las tendencias totalitarias de este gobierno de dudosa legitimidad democrática.

Por ello hoy más que nunca es indispensable la unión de todos aquellos que creen que es fundamental la implantación de una alternativa democrática en nuestro país frente a los intentos de convertir a la República en una copia al carbón del régimen cubano.

En esta etapa no tiene sentido discutir sobre lo ya convenido en las primarias de la oposición, salvo en casos puntuales en los que, ilegítimamente, el régimen haya inhabilitado para ejercer el cargo a un determinado candidato.

La regla de oro debe ser en esta ocasión pacta sunt servanda, o dicho de otra manera no deshacer lo que con tanto trabajo se fraguó. Ya quisieran muchos otros países de nuestra región haber alcanzado algo tan complejo como lo fue la unidad de todas las fuerzas opositoras existentes en Venezuela. Pero no sólo eso se logró sino que además contamos con un líder que es aceptado y reconocido como tal por más de la mitad del país.
Esta no es hora de promocionar candidaturas fuera de lo acordado. Nada hay más peligroso en estos momentos que abrir la caja de Pandora antes de haber alcanzado el objetivo que todos los demócratas perseguimos. Ya habrá tiempo en el futuro para que emerjan nuevos liderazgos regionales o nacionales, pero por ahora la unión y la unidad son la fortaleza de la alternativa democrática .

Para vencer al autoritarismo se requiere unidad de mando y un liderazgo que sepa transitar el camino, por cierto nada fácil, para derrotar el intento absolutista de convertir a Venezuela en una nueva Cuba. El camino está trazado y ahora lo que se requiere es que todos sin reservas lo recorramos hasta lograr el objetivo de restablecer la institucionalidad democrática en nuestro país.

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