BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

miércoles, 22 de septiembre de 2010

EL FRAUDE. ANTONIO SÁNCHEZ GARCÍA. EVIADO A NUESTROS CORREOS POR RAUL AMIEL EN SU TRIBUNA LIBERTARIA

Nadie en el mundo le concede respetabilidad democrática alguna al gobierno de Hugo Chávez. Los demócratas, porque saben del estado de excepción bajo el que se encuentra Venezuela: control totalitario de todas las instituciones del Estado y, respecto de sus procesos comiciales, manejo indiscriminado de las instancias de control y arbitraje electoral: desde el CNE a los medios oficiales, a las fuerzas armadas y al uso apabullante de todos los poderes y recursos del Estado violando todas las disposiciones legales.

Los “revolucionarios” tampoco necesitan reconocerle tal legitimidad, porque la democracia les incomoda y sólo consideran justo, legítimo y bueno lo que conduce al establecimiento de una dictadura totalitaria. El gobierno se preocupa muchísimo menos por aparentar respetabilidad, pues la democracia le importa un bledo. Para quienes, por lo tanto, ver al presidente de la república entregado en cuerpo y alma no sólo a teledirigir la campaña, sino a realizarla él mismo y en solitario, sin siquiera el concurso de ninguno de “sus” diputados, es el asunto más normal del mundo. Caudillismo castro-leninista puro. Sus candidatos son meras marionetas al servicio “de la causa”. Son, por lo mismo, intercambiables, desechables e innecesarios. Hombres y mujeres sin atributos. El candidato es él. Y punto.

La razón de situación tan estrambótica es muy simple: Venezuela se encuentra sometida a un estado de excepción y su institucionalidad democrática secuestrada hasta nuevo aviso. El país se encuentra a la deriva, gobernada – si cabe el término – por los caprichos glandulares del presidente de la república. La democracia, por ahora, es una mascarada formal. Sólo un insólito personaje digno de Ionesco, el malhadado secretario general de la OEA señor José Miguel Insulza – que desprestigia el bien ganado nombre de Chile, su patria de origen - puede sostener sin que se le arrugue el semblante que “en ningún país de América Latina peligra la democracia”. ¿Estulto, pillo o malvado?

De modo que la gritería del teniente coronel y sus secuaces, como el tristemente célebre Aristóbulo Istúriz, acusando ante festum a la oposición de prepararse a anunciar fraude constituye la clásica triquiñuela de una obscena guerra sucia: ponerse el parche antes de la herida y levantar la gran polvareda para enceguecer a los incautos. El fraude, bajo la forma de la absoluta inequidad, la masiva intervención del gobierno, el desprecio a las reglas y la parcialidad del arbitro se verifican desde que se iniciara la campaña y aún desde mucho antes. Fraudulentas son las circunstancias sociopolíticas que enmarcan todos los procesos electorales en nuestro país. Fraudulenta es la cancha inclinada a favor del régimen en que debemos participar del juego electoral, fraudulenta la pelota de plomo con que se nos obliga a patear, fraudulento el arco del contrario, donde los goles a favor de la oposición – a pesar de los pesares posiblemente más numerosos que los del régimen – valdrán la mitad de los que se ha asegurado el gobierno mediante una fraudulenta ley electoral. La decisión de pasar a mayores manipulando los resultados, - lo que normalmente constituye lo que el vulgo llama un fraude, tal como robarse los votos y falsear las actas- es accesorio: se cumple si las circunstancias fraudulentas del contexto electoral mismo no han logrado, a pesar de su gigantesco empeño, terminar por aplacar la ira del elector. Y éste sobrepasa con su factura y su indignación al paquete chileno del Consejo Nacional Electoral.

Muchos observadores internacionales que lo saben, como el gran escritor Mario Vargas Llosa, el analista y escritor cubano Carlos Alberto Montaner o el ex ministro del interior colombiano Fernando Londoño Hoyos, se preguntarán las razones del por qué, a sabiendas de lo señalado con meridiana y científica exactitud, los demócratas venezolanos no sólo iremos a votar sino que lo haremos masivamente, con inmenso entusiasmo y grandes esperanzas. La única respuesta que se me ocurre es porque a pesar de los pesares, los demócratas venezolanos creemos visceral, ancestralmente en el poder del voto, tenemos pruebas irredargüibles de que somos mayoría, nos encontramos viviendo un proceso de expansión de dicha mayoría y de que aún y a pesar de saber que obtendremos la mayoría en votos, aunque podríamos ser castigados con la minoría en parlamentarios por el montaje fraudulento de los circuitos llevado a cabo por el castro-comunismo venezolano, la impotencia electoral del chavismo fortalece la causa opositora y acelera la acumulación de fuerzas que termine por acorralar a Chávez y sacarlo del poder.

Por cierto: sacarlo legal, constitucional y si fuere posible, electoralmente. Porque no somos mancos ni cojos: si el régimen llegara a jugarse todas sus cartas a la madre de todos los fraudes, saldremos a la calle y blandiendo la constitución marcharemos por la via de la desobediencia civil hasta expulsar al forajido mayor y con él al régimen forajido mismo. No será nuestra elección. Pero si se nos impele, no tendremos más remedio. La opción es del régimen. Que asuma sus responsabilidades.

raulamiel@gmail.com

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NY TIMES RETRATA LA MISERIA DEL VERTEDERO CAMBALACHE EN GUAYANA

El diario estadounidense The New York Times (NYT) presenta un trabajo especial sobre la realidad que se vive en el vertedero de basura Cambalache, en Ciudad Guaya, Estado Bolívar. El desgar

rador trabajo presenta las condiciones infrahumanas que tienen los que han decidido hacer de escarbar objetos de alguna valía entre montañas de basura su forma de sustento. En el caso de Cambalache la mayoría de ellos pertenece a la etnia indígena Warao.

, El NYT en este trabajo titulado “Left Behind in Venezuela to Piece Lives Together” firmado por Simón Romero, narra cómo los indígenas conviven con los buitres en el vertedero, y se pregunta cómo ello puede ocurrir en la Venezuela cuyo gobierno se jacta de haber empoderado a los indígenas y que ello lo presenta como uno de los pilares de su gobierno de más de 11 años.

También se pregunta cómo un país que pretende ser comparado con Uruguay como uno de los que tiene la menor desigualdad en el ingreso de sus habitantes, puedan vivir seres humanos en estas condiciones de vida y trabajo.

Romero destaca la complejidad política de Venezuela, cuando la mayoría de los Warao entrevistados expresaron su lealtad a Chávez, incluso mientras comían de la basura en Ciudad Guayana. Las personas entrevistadas mencionaron su acceso a algunos programas sociales, incluidos los proyectos de alfabetización, como razones para su obediencia, mientras que otros profesaban sentimientos más viscerales incluyendo el orgullo que sienten porque el señor Chávez había afirmado que su propia abuela era una india Pumé

En Cambalache los Warao escarban entre la basua para su propia alimentación, y además buscan aluminio, cables de cobre y de la confección. La lucha diaria que describen es una pesadilla hobbesiana.

Pedro La Rosa, 42 años, quien es considerado el líder de los Warao en Cambalache, dijo que al menos necesitaban que el gobierno les proveyera 30 casa más, refiriéndose a la comunidad indígena que se desarrolla en la cercanía del vertedero. “Nunca vamos a abandonar este lugar”, dijo en la entrevista. “Hemos reclamado esta tierra e hemos hecho nuestra vida en este basurero, y aquí es donde descansa nuestro futuro.”

Los warao siguen llegando a Cambalache, dividiéndose entre los ocupantes ilegales que se quedan y los que vienen por algunas semanas para recoger los bienes de revender en el delta.

Una versión impresa de este trabajo apareció en la edición del 19 de septiembre de 2010, en la página la A10 del New York Times.

El trabajo en la versión digital viene acompañado por una galería de fotos comentadas, titulada “Stitching a Life From the Scraps of Others” (que en traducción libre sería Suturando una vida con los desechos de otros). Son seis dramáticas fotos de las cuales les mostramos cuatro a continuación.

http://www.nytimes.com/2010/09/19/world/americas/19venez.html

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GANAR NO ES SUFICIENTE, IVÁN R. MÉNDEZ. EVIADO A NUESTROS CORREOS POR RAUL AMIEL EN SU TRIBUNA LIBERTARIA

Hay tantas razones para no botar esta oportunidad democrática, garantizada en la Constitución, que la jerarquización de cada argumento será relativa a la ubicación, motivación y emociones de los electores.

Este artículo se encamina hacia aquellos habitantes de la Gran Caracas que aún se escudan tras las frases: “todos son igualitos”; “para qué votar si voy a perder mi voto” y “ya en mi circuito ganó la oposición, así que me voy de viaje”.

¿Iguales?

Sí, son igualitos, pero algunos son mas iguales que otros (léase Orwell). Es difícil ver las diferencias entre un típico político pre-chavismo y otro chavista, de esos que se enriquecen en pocos meses apenas se encargan de un despacho. Antes, los políticos te pedían de un 5 a 7% para cualquier contrato, pero hoy esas comisiones superan el 400% y, lo más irónico, en muchos casos no se entrega el producto o servicio requerido. Entonces, te lo compro, son iguales en sus intenciones, pero muy distintos en su impacto en el país. El rojito es descaradamente corrupto y no le importa ser descubierto, pues los poderes (antes) más o menos autónomos, hoy se arrastran bajo la bota Militar-Ejecutiva. Quizá donde podría indicarte que estás equivocado es en el grupo de nuevos políticos, los menores de 45 años, conformados por un universo de profesionales tan variado como nuestra nación. Éstos se rigen por una motivación central: empujar el país hacia delante, insertarlo nuevamente en su carril en la competencia Latinoamericana. Recuerda: Venezuela se ha deteriorado institucional y socialmente en esta última década a un nivel que sólo Haití supera. Te invito a pensar, como ejercicio de la política rojita versus todas las demás, en dos alcaldías y sus resultados: Juan Barreto versus Leopoldo López o Jorge Rodríguez versus Gerardo Blyde. ¿En cuál municipio preferirías vivir si tuvieses los recursos para mudarte?

Perder el voto

Los derechos no se pierden. Incluso si te aprisionan y censuran, tu dignidad se mantiene intacta. Dedícale un minuto a pensar en la gesta del biólogo y productor agropecuario Franklin Brito. Se podría decir que él perdió algo más que un voto, ya que falleció… Pero no es así, ese señor materializó su dignidad dándole fuerza moral no sólo a su familia, igual de valiente, sino a cada uno de nosotros. En Venezuela hay un antes y un después en la defensa del Derecho de Propiedad, que empieza en las ideas y abarca hasta tu último bien material.

Si tu candidato no ganó su diputación, tu voto se transforma en conexión moral, ya que es parte sustantiva de esa respuesta que se opone a los caprichos del presidente de la República, única voz que decide, en este momento y de forma ilegal, cuánto debes vivir, qué debes comer, cómo debes vestirte y que debes mirar en televisión, por sólo mencionar algunas de las actividades que realizamos a diario y que el Sr. Chávez se atribuye el poder de controlar.

Por otra parte, ¿sabes por quién votas si lo haces por el PSUV o si decides no votar por nadie? No creas que es por el presidente Chávez, único que da la cara en su costosas cadenas radioeléctricas, sino por un montón de personajes callados, felices por las prebendas que ganarán al ser diputados, y que seguro defenderán levantando la mano para aprobar todo lo que pida el presidente, como lo hace el rebaño legislativo que pastorea la señora Cilia Flores. Hay quienes aseguran, en tono de broma, que los candidatos rojitos son Pinocho, El lobo feroz, el Sr. Hyde, entre otros emblemas de las malas conductas de la humanidad.

Ganar no es suficiente

Es verdad, quien vive en El Hatillo sabe que María Corina será diputada. Tiene amigos, dinero para publicidad y habla bonito, como casi toda la gente que sale en Globovisión, admirada por las amas de casa de las clases ABC+. No hay discusión. Pero te pregunto, ¿y el Parlatino? ¿Y el representante indígena (que aplica en otros estados)? En lo personal, voto en ese Municipio y puedo decirte que me tomo en serio la elección de mi representante a la Asamblea Nacional, pero también quiero tener el poder (junto a otros) de mostrarle a quienes se ríen de los muertos lanzados a las morgues o de aquellos que se ufanan de nunca usar el Metro o un cajero automático, que nosotros, los decentes, somos una legión en crecimiento, que reclutamos a los mejores talentos del país y que hacemos del futuro un territorio presente.

A lo mejor estás pensando, pero este tipo no sabe que no me inscribí en el Registro Electoral o no actualicé mi dirección. Pues lo sospechaba, pero igual quería sostener este diálogo y asegurarte que yo sí votaré el domingo 26 y lo haré por ti, por aquellos que quieres y por quienes, cada día, “ligas” para que no les pase nada malo. Pero si no votas, y esto te lo pido, no dejes de apoyar al país, toca la cacerola, apaga un bombillo o sal a la calle y marcha unos metros cuanto el país decente promueva iniciativas para hacerse escuchar, y respetar, por el empleado rebelde e ineficiente que se contrató para Miraflores.

raulamiel@gmail.com

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CONCIENCIA EN VOTAR. ALBERTO JORDÁN HERNÁNDEZ. CON VOZ PROPIA

Las elecciones de este domingo tienen una importancia que la propia sociedad ha puesto de manifiesto a través de los sondeos de opinión, los cuales revelan que el interés prioritario está en la selección de la Asamblea Nacional (AN) para el período 2011-2016

No restamos importancia al Parlamento Latinoamericano (Parlatino), entre cuyos propósitos proclama “Contribuir a la afirmación de la paz, la seguridad y el orden jurídico internacionales, denunciando y combatiendo el armamentismo y la agresión de quienes sustenten la política de la fuerza, que son incompatibles con el desarrollo económico, social, cultural y tecnológico de los pueblos”. Pero en nuestro territorio la AN, además de legislar, tiene entre sus funciones las de controlar al Gobierno y la Administración Pública.

Desde las primeras elecciones democráticas limpiamente realizadas en 1958 después del derrocamiento de la dictadura militar, hasta las de 1983, Venezuela mantuvo un promedio de participación electoral del 91.5%. Según ponencia de José Molina Vegas, del Centro de Investigaciones y Estudios Políticos de la Universidad del Zulia, figuraba en quinto lugar en las 28 democracias del mundo.

La participación vino en declive y en escogencia de la AN y Parlatino a renovarse este 26S, se registró una concurrencia del 25%; es decir abstención fue del 75%.

Las encuestas predicen que el proceso de este domingo tendrá elevada participación. Uno de las últimas consultas indica que el 92% valora a la AN entre muy importante (77%) y algo importante (15%). Sólo para un 4% es poco importante.

Es que, tal lo expresó la Conferencia Episcopal ante elecciones de 1998, el voto “Para los ciudadanos y más aún para los cristianos… es un derecho y un deber, es un derecho irrecusable y un deber ineludible... el voto que demos los venezolanos será el que enrumbe los destinos de la nación. Por eso debemos estar guiados no por una emotividad irracional, sino por la conciencia y la responsabilidad personal que nos lleva a elegir a quienes sean capaces de ejercer una auténtica representación, de prestar un servicio para el bien común y de buscar armonía y colaboración en el respeto al pluralismo"

Algunos analistas estiman que en el actual proceso electoral la abstención no superará el 30%.

El Arzobispado de Caracas en comunicado firmado por el Cardenal Jorge Urosa Savino y los Obispos Auxiliares, advierte:

“No podemos abstenernos. Se trata de fortalecer la democracia y garantizar el futuro del país. Es la hora de la participación activa, decidida y solidaria para promover la fraternidad, la inclusión de todos sin discriminación alguna, la libertad y la justicia. ¡Es la hora de votar!”

Como medida de seguridad asienta:

“El voto es secreto. Solo Dios sabrá por quien votaremos. Por lo tanto, no hay razón para el temor ante amenazas indebidas. El voto libre y en conciencia es un derecho y al mismo tiempo una obligación cívica y también cristiana”.

Y como en su primer artículo la Carta Magna establece que nuestra Patria, irrevocablemente libre e independiente, fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, en la doctrina de Simón Bolívar, invoquemos a El Libertador elector:

Mi voto es sincero porque no tengo envidia de nadie.

NOTA MARGINAL: La incapacidad de la gerencia del servicio eléctrico acusa de sabotaje de la oposición los apagones, que según el Centro Nacional de Gestión, se vienen incrementando progresivamente. A tres meses de concluir este año, se han más que quintuplicado en relación con 2009. De 140 registrados ese año, en el presente hasta el este mes de septiembre llegan a 789. De ser saboteo, confirma el caos.

albertojordanhernandez@yahoo.es

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ES MI TURNO HUGO, ENRIQUE PEREIRA. EVIADO A NUESTROS CORREOS POR RAUL AMIEL EN SU TRIBUNA LIBERTARIA

Ya me olvidaba que yo también juego. Han sido muchos años en que mi único rol consistía en escucharte. Escucharte a ti y escuchar a tus seguidores, que si a ver vamos, es más de lo mismo. Muchas veces me hubiese gustado tener la oportunidad de compartir tu micrófono y que me dejaras hablar, aun cuando sólo sea por un momento. Quise decirte que estabas equivocado, cuando hablabas por mí, cuando decías lo que yo quiero, cómo si el dueño de mí eras tú.

El día en que decidiste que yo estaba de acuerdo en que nos llevaras al socialismo, yo dejé sentado en aquel referéndum que no me gustaba tu pensamiento, pero decidiste que el único que tenía derecho a pensar y a hablar eras tú, así que contrario a mi opinión, resolviste que Venezuela siguiera el caminito de los cubanos, que empobrecidos de alma y de cuerpo, sobreviven en esa isla que tú amas, pero que a mí me produce lástima.

Me hablaste hasta el cansancio de la democracia participativa y protagónica, y te cansaste de “participarme” tus decisiones sin consultarme, así que le regalaste nuestro dinero a tus amigos, al tiempo que dejaste que nuestros hospitales, nuestras carreteras, nuestros aviones y nuestro país se acabaran, sin que te produjera una pizca de dolor. Escondiste tus fracasos detrás de montañas de dinero mal usado, que ahora no tienes y que necesitamos los venezolanos para salir adelante. Nunca perseguiste a tus segundos, que se llenaron de dinero, a pesar de que te lo dijimos hasta el cansancio, pero este juego Hugo, sólo lo juegas tu. Tú no escuchas, tú sólo hablas.

Me tildaste de golpista por un largo tiempo y me llamaste escuálido hasta el cansancio, para luego rebautizarme de oligarca, hasta que se te vino en gana llamarme imperialista. Nunca me diste la oportunidad de explicarte mis deseos, mis temores, mis aprensiones y mis ideas de cómo mejorar nuestro país. En lugar de invitarme para escucharme, me arrimaste a un lado como un despojo de tu sociedad perfecta. La que tú llamas el socialismo del siglo veintiuno, dizque para ayudar a los mismos pobres que aplastas cada día. Todavía recuerdo cuando dijiste que Petare era una zona de oligarcas, con piscinas y canchas de golf. Eso fue cuando ganó la alcaldía Ocariz, que está llenando de asfalto, de flores y de esperanza ese municipio. El escucha. Tú sólo hablas.

El próximo domingo, por primera vez en muchos años, la pelota estará en mi cancha, frente a mi raqueta y será mi oportunidad de jugar. La oportunidad que me has negado por años, la voy a usar para decirte de una vez por todas, lo que pienso de tú revolución y lo que no he podido decirte por años. Somos muchos venezolanos, que estamos de pie con la raqueta en la mano, esperando por ese domingo Hugo, ahora es nuestro turno. Te vas a llevar una gran sorpresa. Te deseo, un feliz domingo Hugo, ese día tendrás que escucharnos, no te tocará hablar a ti, como siempre lo haces.

raulamiel@gmail.com

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LA LEY DE DESARME EN PERSPECTIVA LIBERAL, OLIVER LAUFER

En 1917 durante el gobierno de Woodrow Wilson, el Congreso de Estados Unidos aprobó una nueva enmienda constitucional que prohibía la fabricación, venta e importación de bebidas alcohólicas en todo el territorio norteamericano. El senador Michael Volstead, propulsor de esta nueva Ley, diría tajante que “se inicia una era de ideas claras y limpios modales. Los barrios bajos serán pronto cosa del pasado. Las cárceles y correccionales quedarán vacíos; los transformaremos en graneros y fábricas. Todos los hombres volverán a caminar erguidos, sonreirán todas las mujeres y reirán todos los niños. Se cerraron para siempre las puertas del infierno.”

No podía estar más equivocado. A pesar de que las bebidas alcohólicas fueron prohibidas en todo el país, su consumo no disminuyó. Ocurriría exactamente lo contrario: la demanda del licor aumentó de manera desenfrenada, y este comenzó a comercializarse en todo el país de forma clandestina, a través de mercados negros que incitaron la creación de mafias altamente peligrosas. Los asesinatos y el robo se hicieron cosa común. La guerra de mafias por el control del mercado del alcohol y el enfrentamiento contra la policía causó centenares de muer

tes y daños irreparables a la nación. Fue la era de Al Capone. La intervención del Estado en el mercado originó, como era de esperar, una subida de precios de las bebidas alcohólicas del mercado paralelo (al estilo Cadivi), y el soborno y las amenazas a funcionarios fueron constantes mientras estuvo vigente la enmienda. En los bares clandestinos no cabía más nadie y el comercio de alcohol estuvo en manos de los ejércitos del crimen organizado.

La Ley Seca fue un fracaso contundente. Tanto así que en 1932, en plena recesión, el licor fue nuevamente legalizado. La prohibición fue un verdadero magisterio histórico de como no se deben violar las libertades más esenciales de los ciudadanos. Y aunque este artículo no pretende discutir los efectos del alcohol en las personas -sobre todo ante su consumo en exceso,- es bien sabido que quien consume demasiado licor puede perderlo todo, y eso incluye la vida misma. No obstante, son pocos los gobierno que prohiben hoy el licor precisamente porque limitar libertades, como la de tomar (nos guste o no), tiene serios daños colaterales para la sociedad.

Algunos políticos venezolanos ahora desean crear una llamada Ley de Desarme para prohibir la fabricación, venta e importación de armas de fuego en territorio nacional. Caracas se ha convertido en la ciudad más violenta y peligrosa del planeta y la Ley de Desarme pretende disminuir los crímenes violentos que tanto daño nos hacen a todos. Pues bien, la Ley de Desarme, visto en forma objetiva, consistirá lamentablemente en desarmar a los ciudadanos inocentes que buscan defenderse del crimen para continuar armando a los ciudadanos peligrosos.

La Ley de Desarme no afectará al crimen, sino que se crearán, a través de ella, nuevas modalidades criminales. Por ejemplo, al eliminar el comercio legal de armas surgirán mercados ilegales en los distintos barrios del país, aumentará, a su vez, la importación ilegal y el tráfico de armamento, naciendo así mafias que controlarán el mercado de las armas, y como es de esperar en nuestro país, habrá nuevo negocio redondo para los funcionarios públicos, sus allegados y las autoridades aduaneras. El malandro en el barrio seguirá teniendo acceso a armas de fuego, del mismo modo que el drogadicto tiene acceso al crack o a la heroína, pese a su prohibición y persecución. Quienes no tendrán acceso a las armas serán aquellos que desean adquirirlas para defender su vida, su propiedad y la vida de sus seres queridos, en el caso, muy probable, de ser víctimas del hampa como cientos de venezolanos lo son cada día.

También se verán afectados los comerciantes y emprendedores que tendrán que cerrar su negocio debido a la prohibición, o que tendrán que sumarse a las filas del mercado negro.

Del mismo modo que prohibir el whisky no acabará con los alcohólicos, prohibir las armas no acabará con los delincuentes. En Venezuela ya existe un estricto control de armas en la actualidad, con el que se emite un “porte personalizado por pistola” que dificulta borrar los rastros microscópicos que deja la bala al pasar por el cañón, y que obliga a los portadores a tener entrenamiento y a realizarse pruebas psicológicas antes de recibir el arma. Sin embargo y pese a ello en Venezuela no ha disminuido el crimen sino que ha aumentado hasta convertirnos en la nación más peligrosa del planeta entero.

¿Cómo es posible, pues, que a pesar del control existente seamos un país tan violento? La razón es sencilla: las leyes deben estar enfocadas en frenar la delincuencia de lleno, perseguir a los criminales, acorralarlos y encerrarlos en la cárcel. Las armas son un medio, sustituible, para cometer crímenes como el homicidio, pero no son la causa directa del homicidio per se. Las leyes, en vez de prohibir, deben dotar a nuestros cuerpos policiales de todos los medios necesarios y la última tecnología existente para asegurar al máximo la vida y la propiedad de los venezolanos. Mano Dura y Tolerancia Cero son las únicas premisas válidas contra el hampa en Venezuela. Mano Dura sin miedo. Y eso se logra concentrando el campo de acción del gobierno en una de sus tres funciones verdaderas: la seguridad, y no desenfocándolo con funciones que no son propias del Estado (la prohibición, por ejemplo).

Los legisladores en la Asamblea, los alcaldes, gobernadores y el Ministro del Interior deben hacer llegar un mensaje sin titubeo a los asesinos, atracadores y secuestradores: que el único lugar en donde los queremos ver es tras las rejas de una prisión, enfrentando todo el peso de la Ley y sometidos ante el dictamen del Estado de Derecho. No hay otro camino. Las nuevas Leyes de la Asamblea Nacional deben tener un solo propósito, que es el de ampliar todas las libertades que han sido limitadas y reguladas en la última legislatura, y mejorar la calidad de vida de todos los venezolanos.

Estados Unidos es uno de los países con mayor libertad de armas en todo el planeta, y los índices de delincuencia y homicidios son infinitamente inferiores a los de Venezuela. Uno de los motivos es que en Estados Unidos una de las principales funciones del Estado -en todos sus niveles- es la seguridad ciudadana. Rudy Giuliani, ex alcalde de Nueva York, fue el primero en aplicar las políticas de Tolerancia Cero cuando Manhattan estaba azotada por el hampa común. Actualmente la ciudad de Nueva York tiene 8,4 millones de habitantes, ocurriendo en 2009 tan solo 412 homicidios. Un nivel elevado de seguridad ciudadana; un cuerpo policial competente y un sistema judicial incorruptible. En Caracas en el mismo año 2009 se registraron 2897 homicidios con una población de 4,2 millones de habitantes.

En comparación con Venezuela, España es también un país seguro ya que una importante porción de los Presupuestos Generales y comunitarios se ha destinado a la seguridad ciudadana. Sin embargo España se ha convertido en los últimos años en el país más violento de la Unión Europea a pesar de contar con un estricto control de armas. Pese al control, los homicidios con arma de fuego han aumentado entre las mafias instaladas en el país y el trafico ilegal de armas también ha crecido. A pesar de haber desarme social el índice de crímenes pasionales (la mayoría que registra homicidios en España) no ha disminuido por falta de “pistolas” sino que han situado al arma blanca (cuchillo y navaja entre otros) como la principal arma letal del país ibérico. Es decir, se empla un distinto modus operandi pero los números no varían.

¿Y por qué no prohibir también los cuchillos? La respuesta tiene connotación social. Los cuchillos forman parte de lo cotidiano, de lo común, y se emplean en distintas funciones que trascienden del homicidio. Igual ocurre con la pistola, con la salvedad de que la pistola no es, hoy por hoy (aunque sí lo fue en el pasado) una herramienta común. El arma de fuego ejerce principalmente una función defensiva tanto en el ámbito particular como en el público; también ejerce una función deportiva y puede ser utilizada para la caza entre otras funciones.

Dicho en otras palabras: los legisladores venezolanos deben enfocar su campo de acción en el mal principal que es la delincuencia y la criminalidad. Es decir, perseguir a los delincuentes sin prohibirle a la totalidad de la población el acceso a herramientas que este limitado pero importante grupo de personas emplean al momento de cometer un crimen.

Así pues, se podrían crear leyes para mejorar los salarios policiales, mejorar el entrenamiento y la formación profesional de los oficiales de policía desde el ámbito municipal al ámbito nacional. Se podrían crear leyes que limitaran la función del Estado a sus campos propios, como lo son la seguridad, la infraestructura y la obras públicas. Se podría mejorar el sistema judicial; crear una policía carcelaria competente. Se podrían crear oficinas de Asuntos Internos para perseguir y enjuiciar a los policías corruptos, los policias secuestradores y los que emplean la matraca a diario. Se podrían crear leyes que obligasen al INE a informar a los encargados de seguridad ciudadana cuáles son los crímenes que se cometen, en dónde y con qué frecuencia para así enfocar la acción policial donde es debido. Se podrían crear leyes que permitieran la comunicación abierta entre todos los cuerpos de seguridad ciudadana sin competencia ni recelo, por el bienestar de la sociedad, y leyes, también, que aseguraran el traspaso de información entre cuerpos policiales y los distintos cuerpos de Inteligencia del país.

Se podrían crear leyes que ampliaran el respeto a la vida, la propiedad y las libertades individuales de los venezolanos, porque ¿qué son el robo, el homicidio y el secuestro? Estas tres cosas son simplemente atentados contra la vida, la propiedad y las libertades individuales. Y si vivimos bajo un gobierno y somos representados por unos legisladores que no respetan ni al venezolano como individuo ni a su propiedad, ¿cómo pueden entonces defendernos de los demás criminales?

Podríamos los ciudadanos a través de nuestros representantes, crear leyes para tener los mejores cuerpos policiales de toda América, sin necesidad de ser víctimas una vez más de la prohibición. Leyes para convertir a Venezuela en un país extremadamente seguro, mientras derogamos las leyes innecesarias para recuperar nuestra libertad. Si hemos logrado el record mundial durante esta legislatura de ser el país más violento del planeta ¿por qué no luchar ahora por el record del país más seguro del mundo?

http://www.odlv.org/index.php

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TRIBUNA LIBERTARIA. COMPENDIO OPINÁTICO. 22/09/10 RAUL AMIEL. CON PONENCIAS DE ALONSO MOLEIRO, MACKY ARENAS, HUMBERTO SEIJAS PITTALUGA, ALBERTO PINEDA


¿Triunfará la oposición?

Alonso Moleiro

¿Podría la oposición obtener un triunfo en estas elecciones parlamentarias? No es nada sencillo responder esta pregunta. La dificultad en la respuesta, sin embargo, plantea en sí misma la posibilidad de una respuesta afirmativa.

Se ha dicho muchas veces que la disposición de los circuitos electorales le regala al Psuv, de forma natural, unos cuantos palmos de ventaja cuando toca evaluar los escaños parlamentarios. Se sabe que la unidad democrática concentra de forma clara su fuerza en los núcleos urbanos poblados y en los estados grandes, espacios en los cuales la obtención de un parlamentario es sensiblemente más “cara” que la que se puede producir en un estado llanero o un municipio apartado del país. Los estados pequeños y medianos del país, se sabe, son dominados ampliamente por las fuerzas del gobierno.

Hay que anotar que, hasta la fecha, con todas las fallas inventariadas, las fuerzas de la oposición han hecho su trabajo. Cumplieron con la encomienda: es la Mud una estructura unitaria perfectible, pero está edificada; su secretario ejecutivo, Ramón Guillermo Aveledo, es un inmejorable vocero; la unidad anhelada se ha consolidado con éxito y es total, y el desarrollo de la campaña, aun cuando no ha tenido nada de espectacular, al menos ha puesto el dedo en los temas fundamentales.

Se enfrenta la Mesa a un adversario que sigue siendo temible. Un partido estructurado en todo el país, que es irrigado desde la estructura misma del millonario estado venezolano, que tiene un líder con un arrastre que sigue siendo apreciable y que está muy organizado.

Es cierto que su pegada no es la de antes. Y que el país no es, ni siquiera, el de hace dos años. En febrero de 2009, fecha de las últimas elecciones, las de la enmienda, no se había consolidado la recesión, no había crisis eléctrica, no sabíamos nada de los containers de Pdval y no estaba el hampa disparada con los alarmantes dígitos de hoy. Es la realidad sola la que ha arrinconado a un gobierno extremadamente ineficiente, que siempre quiere dar la sensación de que sabe lo que hace y tiene el control de la situación.

En fin. Queda claro que, si comparamos la situación con la de 2004 o 2006, las fuerzas se han venido equilibrando inocultablemente. No hay motivos para pensar que, con lo que ha llovido en el país, el retrato final no quede, al menos, alterada. Las condiciones parecen dadas para, al menos, tomarse una fotografía muy cerca del gobierno en la llegada a la meta. En materia de votos totales, no hay encuestadora que descarte un triunfo en las urnas de las fuerzas democráticas. Ese triunfo tendrá su correlato en diputados. El objetivo deberá ser romper la mayoría absoluta.

¡A botar!

Macky Arenas

Los electorados pueden ir jubilosos a votar por… pero también indignados a pasar factura, o lo que es lo mismo, a votar contra… Ambas cosas están pasando en Venezuela. Hay gente que está sinceramente entusiasmada con sus candidatos y las hay muy interesadas en que sus respectivas organizaciones políticas tomen posiciones en el Parlamento. Hay gente que desea votar por cumplir una obligación democrática y otras que claramente se proponen drenar su indignación de una manera legítima, como lo es ejercer el voto-castigo. En esta última categoría encontramos tanto a oposicionistas como a ciudadanos confundidos por el régimen. Estos últimos no alcanzan a entender cómo es que apoyaron y aún deben trabajar para un gobierno que les prometió el fulgurante Socialismo del siglo XXI, procedente del “mar de la felicidad”, con la sorpresa de que ahora es el mismísimo Fidel Castro el que confiesa que eso no sirve para nada. Nuestra vitrina es la más elocuente: en 11 años nos han caído las siete plagas y no hay un solo problema que se haya solucionado. La interesante es que la gente quiere votar y va a votar.

Pero todos estos grupos tienen un denominador común: todos quieren botar. Eso significa sacar del gobierno a la corrupción y la ineptitud, sacar del control de los poderes públicos a quienes no nos representan porque están colocando los mezquinos intereses de la revolución por encima del bienestar del pueblo, y sacar del poder a un presidente ofuscado por el comunismo —en la práctica inclemente capitalismo de Estado— que viola la Constitución a cada momento. Botar del país a los extranjeros que exprimen nuestros recursos a cuenta de “servicios prestados al Gobierno bolivariano”. Contra quienes acuden a pactos con las fuerzas del mal y a punta de oscuros rituales siembran de pava al territorio nacional. Botar al estamento de privilegiados, esos que negocian pingües dividendos, sean políticos o comerciantes del oportunismo, para avalar la destrucción de nuestro país.

Esta elección, es verdad, no pone directamente en juego todos estos objetivos; pero los coloca en la mira: como quiera que se trata de medir la voluntad popular, sí que prefigurará lo que los electos deben hacer y lo que el régimen debe leer. Por eso es importante ir a votar, porque dibujará lo que definitivamente queremos botar y, de paso, señalará, desde ya, el camino de salida a quienes reciban votos para este fundamental mandato de botar y se paseen por la posibilidad de desconocerlo en aras de acuerdos parlamentarios para “facilitar la convivencia” u objetivos de “alta política”. Nunca ha sido el voto más útil para decantar, para filtrar, para sanear y para sincerar, de una buena vez, las cosas en este escenario que se llama Venezuela.

Pase lo que pase, un asunto debe quedar claro: que junto con votar queremos botar. ¡Qué vamos a votar para que boten! Que se les entregará confianza y poder para que rescaten el peso del mandato popular. En consecuencia, aquellos que resulten favorecidos y lleguen a ocupar esos curules nunca deben perder de vista la orden que les transmitimos. Bajo un régimen como el que ha reducido al Poder Legislativo a mantener rodilla en tierra frente al Ejecutivo, no se va al Parlamento a “legislar y controlar”, se va a colocar una trinchera de batalla y resistencia para detener un proyecto comunista de caos y miseria, que debemos botar, antes de que bote, primero que nadie, a los investidos con la autoridad popular que elegiremos el 26-S.

Última carta a un abstencionista

Humberto Seijas Pittaluga

Fíjate que te sigo llamando "abstencionista", por respeto a ti, aunque la mayoría de la gente te tilda de "ni-ni". Y quizás tú mismo te designas así, sin darte cuenta que lo que significa ese remoquete es que la gente piensa que tú eres alguien que no es "ni chicha, ni limoná". Lo que nadie sabe es si tu actitud se debe a que en verdad tu posición filosófica te llevó a la conclusión de que es lo que hay que hacer; o si lo haces porque eres alguien meramente indiferente a lo que acontece en la sociedad donde te toca vivir, que todo te resbala; o porque piensas que, de participar, tu esfuerzo sería nugatorio ya sea porque el Estado seguirá con su misma inercia, o porque el gobierno le ordenaría al "árbitro" realizar cualesquiera de las marramuncias que ya llevó a cabo en el pasado; o, finalmente, porque tienes físico culillo. La única de las explicaciones que sería moralmente aceptable sería la primera, aunque sería también incomprendida por el noventa y dele por ciento de los ciudadanos.

Si lo haces porque te tiene sin cuidado lo que acontezca en el país, eres un irresponsable además de un insensible. El país se está cayendo a pedazos en manos de una caterva de ineptos como nunca se había visto en Venezuela. Siempre hubo una cuota de ineficientes portadores de carnés en los gobiernos anteriores, pero también tendrás que admitir que predominaban los que sabían de la materia que tenían que resolver, sea en sanidad, suministros, seguridad o educación. Ahora no, ahora pareciera que el único cartabón para acceder a posiciones públicas es el gritar "¡Uh, ah!" y hacer ver que está embelesado por las palabras de Boves II cuando lo enfocan las cámaras en alguna de las innumerables cadenas con las que abusivamente se mete en tu casa gente a la que tú (no lo niegues) desprecias. Más de un apagón te ha hecho mentar madres porque perdiste un trabajo que tenías en el computador y no habías salvado, o simplemente porque ya el catire de CSI estaba por descubrir quién fue el que cometió el delito; y cuidado si no es que has tenido que sufrir la pérdida de alguno de tus artefactos eléctricos. Más de una vez has mascullado improperios cuando ves los anaqueles vacíos en el supermercado, y lo que encuentras está cada vez más caro. Ojalá no hayas tenido que rumiar tu furia por haber llevado a alguien de tu familia a una dependencia sanitaria y encontrarte que un cubano que dizque es médico no sabe diagnosticar el mal, y receta la misma pastilla sin importar si fuiste por un esguince, por un conato de aborto o por una herida que te causó uno de los muchos malandros que proliferan de un tiempo a acá. ¿Y tú vas a desperdiciar la oportunidad que te presentan para intentar corregir ese estado de cosas? Si lo haces, repito, eres un irresponsable. Con tu país, tu región, tu familia y contigo mismo.

Si lo haces porque sabes, a conciencia, que el régimen no considera al CNE un poder independiente, como reza en la Constitución, sino un mero ministerio más para cumplir órdenes del Ejecutivo —y lo que es peor, varias de sus miembros (miembras dijera una de las muchas feministas ignaras que tiene la robolución) parecieran aceptar que sí son subalternas del Nerón Sabanetero—, tu posición sería comprensible pero no aceptable. Todos, en Venezuela, tirios y troyanos, estamos conscientes de eso. Y de que en el pasado, miembros del CNE han llevado a cabo marramuncias para favorecer al oficialismo (esfuerzos estos que han sido premiados luego con embajadas o magistraturas supremas). Por eso mismo es por lo que hay que ir a votar: porque la diferencia que hay que sacar sobre los rojos ineficientes y corruptos debe ser de tal magnitud que impida la comisión de fraude; que sea a prueba de chanchullos, pues.

Y si lo haces por la última de las razones que di en el primer párrafo, no voy a tratar de convencerte. Sólo te diré que en este país, desde los tiempos mismos de la conquista hubo personas —y hasta en estos días aciagos las sigue habiendo— que se enfrentaron al poder decididamente. ¡Claro que temían por su vida y las de los suyos! Pero lo llevaron y lo llevan a cabo en el entendido de que hay cosas que constituyen un bien superior por el cual se debe sacrificar la comodidad, los bienes y hasta la vida. No hay, entonces, diferencia entre el sacrificio de Alonso Andrea de Ledesma defendiendo a Caracas de Amyas Preston y el de Franklin Brito defendiendo sus tierras contra los que quieren vivir del trabajo y el esfuerzo ajeno. Y si tú no lo entiendes, es porque lo que eres es un pobre diablo a toda vela, que no merece sino vituperio. Chao contigo...

Con todos los demás, ¿quién dijo miedo?, ¡vamos a votar!

Es libertad o comunismo

ALBERTO PINEDA

La responsabilidad que tenemos en el país es inmensa. Debemos cambiar con nuestro voto la orientación comunista que se nos pretende imponer, por un gobierno déspota, forajido y violador de los derechos ciudadanos, por lo cual debe recibir el castigo del pueblo. Debemos ratificar nuestra idiosincrasia y firme propósito de vivir en democracia.

No sólo se trata de elegir diputados para que se acomoden y obtengan privilegios, el reto que tendrán será restituirle el honor a la República, ultrajado por una Asamblea Nacional que con su actuación complaciente, sometió su autonomía e independencia a las órdenes del mandón.

No más leyes arbitrarias y lesivas a la normativa constitucional. Acudamos a los centros de votación con espíritu combativo y claro, convencidos que nada puede doblegar la voluntad ciudadana de vivir en libertad.

Que los candidatos a elegir por el pueblo opositor entiendan que la investidura que tendrán a partir del 26-S, no es una regalía, sino una obligación que se origina en la decisión que tenemos de votar en contra de quien ha engañado, humillado y desprestigiado al país, causando un profundo daño a sus habitantes, a límites nunca antes conocidos.

Lo que está por definirse es que tengamos en la nueva AN una representación que responda a los intereses del pueblo, antes que a los políticos partidistas. La hora que vivimos y los días por venir exigirán muchos sacrificios y entrega y un criterio definido de lo que debe hacerse para detener esta barbarie que ha venido destruyendo todo lo que significa libertad.

Nada de lo que se ha hecho ha sido improvisado, todo ha obedecido a una planificación cuartelaria de unos conspiradores, que se trazaron la meta de adueñarse del país, para saquearlo, lo que ahora llaman socialismo, después de haber manipulado al pueblo con promesas de cambio, que nunca llegaron, que lo han hecho más pobre y miserable, convirtiéndole en limosnero de la riqueza petrolera manejada con impunidad y delictualmente.

Ese socialismo, no es otra cosa que comunismo, al que debemos derrotar. La escogencia no tiene complicaciones: Es democracia o comunismo, es libertad o dictadura, es propiedad privada o confiscaciones. Usted decide.

raulamiel@gmail.com

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