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domingo, 29 de septiembre de 2013

ANTONIO JOSE MONAGAS, MÁS PRESO QUE NADIE, PIDO LA PALABRA, VENTANA DE PAPEL,

“Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo; unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, mientras que otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen”.

Imágenes integradas 1Estar preso o privado de libertad, no es sólo permanecer algún tiempo encerrado o encarcelado. Quizás más condenado puede sentirse quien depende de otros para decidir sobre su vida. O para disfrutar lo que con libertad puede conseguirse. Por lo contrario, vivir libre es tener bajo los pies caminos abiertos y sobre la cabeza, cielo y estrellas. Pero sobre todo, es tener un pensamiento despejado de acechanzas y chantajes.

Cuando la política se vulgariza como resultado de trilladas especulaciones, se convierte en manojo de excusas para atropellar al ciudadano común. O peor aún, para intimidarlo. Quienes en política se aprovechan de tan perversas circunstancias, se arrogan prerrogativas o exenciones por las cuales se permiten cometer indiscriminados abusos. A pesar de que sus actitudes se hayan reñidas contra la moral pública y la ética social, no escapan a sentir el mismo miedo que siente un reo cualquiera toda vez que es condenado a vivir entre rejas. Está tan preso esa persona entregada a la política, o quizás más, que quien puede estarlo por causas igualmente cuestionadas socialmente. Además, si para cometer tales patrañas acude a complicidades, como sucede casi siempre, cual ramplón delincuente, menos posibilidades tiene para rescindir de toda culpa acusadora.

Quien actúa bajo ese patrón o modelo, asume instintivamente la conducta de un presidiario. Es decir, imposibilitado de beneficiarse de otras medidas que no sean aquellas que comulgan con el miedo al que está expuesto toda persona que haya cometido un delito. Pues como dice el escritor uruguayo Eduardo Galeano: “Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo; unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, mientras que otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen”.

Y es propio que quien pretenda utilizar la represión como recurso de gobierno, en tanto que criterio de política despótica, viva con el mismo miedo, o más acentuado, que quien vive sumido en la oscuridad. Aunque se dice que la cobardía es una expresión de miedo, también pudiera pensarse, y hasta con mayor razón, que el miedo es una expresión de cobardía. Quizás, un tanto necesaria pero jamás como para escudarse en el miedo y desde sus trincheras intentar desarreglar las realidades hasta el punto de enmarañarlas a su máxima potencia. Pareciera entonces que no hay diferencia alguna entre quien vive con cobardía la preocupación de desgraciar una sociedad desde las alturas del poder, aprovechándose de toda la intriga posible que puede brindar el hecho de usufructuar el poder político, que quien hace cualquier daño a merced del miedo que infunde ser ajusticiado. Bien sea por las leyes del Hombre, o por las leyes Divinas.

En ambos casos, el miedo imposibilita considerar otro pensamiento que no sea aquel que neutraliza reacciones o que deviene en desgracias. A decir de Hermann Hesse, escritor y poeta alemán, “cuando se teme a alguien es porque a ese alguien le hemos concedido poder sobre nosotros”. Y sin duda, tan contradictoria realidad forma parte de las que configuran este país, que igual que el gobernante cobarde al sentirse tan preso como el presidiario o el delincuente escrupuloso al pensar que en algún momento habrá de estar apresado, padece del mismo miedo que inmoviliza o tergiversa las verdades. Más, por cuanto es capaz de inventar cualquier contingencia para justificar su miedo y por tanto sentirse y actuar como el prisionero más custodiado. Es decir que, quien con más ruindad actúa, valiéndose de posiciones de poder, está más preso que nadie.

VENTANA DE PAPEL

LAS COSAS NO SON COMO LAS PINTAN

Las cosas en política no son como pueden verse a primera vista. Detrás de las maquinarias propagandísticas manejadas por esta revolución socialista y bolivariana, hay gruesos y finos intereses que mediatizan verdades con el ánimo de configurar realidades moldeadas a imagen y semejanza del proyecto político dominante. ¿Qué por qué Maduro no fue a la 68º Asamblea General convocada por la ONU, que reunió a presidentes y jefes de Estado del mundo entero? 

Es una pregunta cuya respuesta se resuelve con un análisis que refiera las condiciones reales que determinaron el caso en cuestión. Frente a esta situación, la prensa internacional fue directa en su observación. Para esos periodistas, no mediaron otras razones que no fueran las que mejor se aproximaran a la fuente de los hechos. 

En principio, adujeron la intención del presidente Maduro de querer “colar” cubanos como funcionarios de la delegación criolla toda vez que contaban con pasaportes venezolanos lo que fue razón para evitar que se transgredieran elementales normas diplomáticas y otras de Derecho Internacional. Esta situación que bien pudo derivar en algún crudo impasse, terminó por sorprender aún más a instancias de seguridad de la ONU tanto como del Departamento de Estado de EE.UU. 

Además que entre la comitiva presidencial figuraban algunos “invitados” (el hijo del presidente y la seguridad del hijo del presidente; el hijo, la nuera, los nietos, dos amigas y el estilista y peluquero de “la primera comandante”, entre otros) que poca o ninguna relación tenían con la misión diplomática en curso. 

Luego del aludido periplo, sale el mandatario venezolano a querer justificar su sorpresivo regreso alegando extrañas razones que para nada se correspondían con la realidad de los hechos informados por agencias de noticia internacionales. 

Tan es así, que el gobierno norteamericano ha insistido que se demuestre lo aseverado por el régimen socialista. Sin embargo, esto no ha sido posible. Para ponerle la guinda al pastel, sale Elías Jaua a vociferar que la “ONU está secuestrada” Así pues que las cosas no son como las pintan.

¡QUÉ COMPARACIÓN!

La metodología de la investigación, busca afianzar sus técnicas, entre otras, en el análisis comparativo que puede darse entre dos o más situaciones. La politología, acude reiteradas veces a este tipo de estudio para fundamentar inferencias que resultan inminentes a los fines correspondientes. Sin embargo, hay comparaciones que lucen extremas dada la distancia que se plantea entre las realidades observadas. Es el caso de lo que configura la escena política venezolana en comparación con la alemana. Habida cuenta la brecha cultural que caracteriza dicha diferencia referida. Particularmente, por la meticulosidad que caracteriza la idiosincrasia teutona ante la criolla. La situación en cuestión parte del hecho que ha representado el triunfo electoral alemán, por tercera vez consecutiva, de la señora Ángela Merkel colocándose como la mujer más poderosa de la Tierra. 

No obstante, en ello reside la pregunta que cualquier individuo con algún grado de curiosidad puede hacerse. ¿Cómo es posible que esto suceda con métodos tan alejados de los que criollamente se llevan a cabo? Y es que todo resulta tan diferente del modo que se sigue en Venezuela en tiempos de campaña electoral. 

En Alemania, por ejemplo, no se juega con el destino de la “patria”, ni se especula en torno a su posesión. Tampoco se cae en repulsivas amenazas asociadas con cuadros de corrupción que atropellan la seriedad del proceso. Menos aún, allá no votan “fallecidos”, ni existe el “voto asistido”, ni tampoco ninguna de las tantas operaciones que acá se ponen en marcha para entorpecer los comicios. Nada de regalos de lavadoras, expropiaciones para alentar esperanzas habitacionales. Son prácticos. No se parecen a los venezolanos al momento de vivir elecciones que terminan reventando la institucionalización de la democracia cada vez peor. 

Como dice Mariano Nava Contreras “¡Cómo se nota que no son hijos de Bolívar! Esos señores carecen de la más mínima ambición intergaláctica. Será por eso que no financian a piqueteros, intelectuales y cuanto folclórico, poeta o titiritero de izquierdas va por el mundo” (El Universal, 27-09-2013). 

No hay forma posible pues de concluir un análisis comparativo que llegue a alguna consideración que aproxime ciertamente una realidad con otra. Nada que ver entre la política modesta de una nación desarrollada y la de una sociedad a la que se le escurre el futuro entre los anaqueles casi vacíos de un producto revolucionario que escasamente sirve para llenar discursos que iluminan expectativas de ilusos. ¡Qué comparación!

“La libertad espiritual es tan importante como la libertad política, pues tanto de una como de otra depende alcanzar propósitos en la vida” AJMonagas
Antonio José Monagas 

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OSWALDO ALVAREZ PAZ, MADURO DEBE RENUNCIAR


“Es poco lo que podemos decir con las palabras, porque se han ido desgastando en la vida cotidiana”. Con el mayor de los respetos, hago mía esta frase del gran escritor y poeta colombiano, Álvaro Mutis, recientemente fallecido. En otra de sus afirmaciones dijo que “Escribir ha sido para mí un tormento aterrador”. No llego a tanto, pero cada día se me hace más difícil. Son tantos los graves escándalos alrededor de la administración pública, las manifestaciones de ineficiencia y corrupción, los esfuerzos del ciudadano común para sobrevivir en esta jungla donde la muerte está a la orden del día y la vida no vale nada, que cuesta escoger un tema por artículo y limitarnos al espacio que los medios nos han asignado.

Pero el país está mal gobernado. Todo camina para peor. No se salva nada ni nadie, al menos de cuanto tengo referencias sobre los protagonistas de tanta podredumbre. Independientemente de que la justicia los alcance a todos más tarde o más temprano, hay dos responsables superiores. El primero fallecido, sin que tengamos acta o partida de defunción, sin que sepamos la verdad sobre la enfermedad que le causó la muerte, sitio y hora de la misma, médicos tratantes y, en fin, los elementales datos exigidos por la ley. 

Quizás el Dante lo pueda ubicar en alguna paila del infierno. El segundo, es el ilegítimo apátrida encargado de la presidencia, Nicolás Maduro Moros. El puesto le quedó demasiado grande. La nación no puede aceptar convertirse en el hazmerreír del mundo y vergüenza del continente, como está sucediendo. 

Debe exigir la renuncia inmediata. La poca o mucha dignidad que aún conservan nuestras fuerzas armadas, debería ser suficiente para acompañar a la nación. No se trata de golpe militar o golpe de estado. Mucho menos de caer en la trampa de discutir cuales son buenos y cuáles no. Lo que aspiramos es construir un futuro decente en libertad plena y democracia efectiva.

oalvarezpaz@gmail.com  

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MILAGROS SOCORRO, UN VIAJE DESASTROSO

La imagen que expresa la situación de Nicolás Maduro es la de un prisionero en un avión cubano. Preso de Cuba. Rehén de la destartalada dictadura de dos ancianos expertos en detectar jumentos propicios para echarles encima una silla de montar y llevarlos al trotecillo por la vereda de sus apetencias.

Ese bochornoso episodio de Maduro y su enorme comitiva encerrados por más de cinco horas en un avión, en un aeropuerto de Canadá, porque las autoridades de este país (que muchas veces le han parado las patas a la tiranía cubana) se rehusaban a vender gasolina a una aeronave con bandera de la satrapía antillana, lo retrata en su insignificancia, en su condición de secuestrado cuyos actos más mínimos están sujetos a la voluntad de sus captores.

Ya el viaje había comenzado con un lance baratón, que consistió en formar una alharaca porque, supuestamente, Estados Unidos había impedido el paso por sus cielos del avión donde viajaba Maduro con rumbo a China y que, además, había negado algunas visas a miembros de la concurrida comitiva. Mientras Maduro amenazaba con "medidas drásticas", que, por cierto, todavía no ha anunciado, y Jaua desplegaba las acostumbradas pataletas que suelen acometerle antes de deshacerse en zalemas con Kerry u otro jerarca norteamericano, un empleado menor envió un papelito diciendo que no había habido tal interdicción y que a nadie le habían negado ninguna visa. En el medio, según declaraciones del propio Jaua, al pobre Calixto Ortega, agregado comercial de Venezuela en Washington, le quedó el dedo romo marcando el teléfono para contactar a alguna autoridad del Departamento de Estado, pero nadie le respondió. En suma, quisieron hacer el show del líder del Tercer Mundo a quien el imperio se afana por obstaculizar; y lo que lograron fue un e-mail del pasante del quinto asistente del subsecretario de Asuntos Menores que decía algo así como: "Mijo, tómate un tilito y ponte pa’llá, que aquí estamos ocupados".

Así fueron la ida y el regreso. La primera, un ridículo de poca monta (pero sazonado con una amenaza que debe cumplir); y el segundo, un incidente extraño, que lo muestra detenido en avión ajeno, supuestamente involucrado en la labor de infiltrar en los Estados agentes cubanos (desde luego, con pasaporte venezolano) sin permiso de entrada a ese país; una especie de tráfico de personas, sin duda ordenado por Cuba, mangoneado por los cubanos, tratado como un traqueto por los canadienses, humillado por el universo que siempre se ceba en los débiles y pusilánimes.

El capítulo concitó poca atención no sólo porque se parecía mucho al del pobre Evo, que fue más candente, sino porque el rating estaba acaparado por el viaje de Rafael Isea en una línea aérea insólita: la DEA.

De resultas, pues, que el miércoles, quinto día de su gira, se devolvió, con nueva remesa de pujidos (puesto que, aseguró, le habían dicho que Roger Noriega y Otto Reich le tenían preparadas "dos provocaciones graves" durante su visita a la sede de la ONU en Nueva York; y él tenía que preservar su "integridad física" y su vida).

La comparecencia en la Asamblea General de Naciones Unidas había quedado suspendida. Pero antes de echar mano al embeleco del atentado, había dicho que regresaba porque tenía "una intensa agenda de calle". Si esto era así, por qué pidió permiso a la Asamblea Nacional para salir del país (requisito que se observa sólo cuando el extrañamiento supera los cinco días).

De vuelta a la dura realidad venezolana, el aparato de propaganda del régimen intentó presentar como un éxito el paseo de Maduro y su troupe de 97 personas, que incluyó los hijos y nietos de la pareja, así como 2 amigas de Cilia Flores, todos los cuales recibieron de la república los pasajes, el hotel y un estipendio diario de 500 dólares. Los grandes logros de Maduro ­que, como se sabe, es un lince­ frente a los chinos ­conocidos por cogidos a lazo­ fue el de constituir empresas para que los asiáticos exploten el campo Junín 1 de la faja petrolífera del Orinoco (FPO); para que le metan mano a la mina de oro Las Cristinas, al sur del estado Bolívar; y, por si están desorientados con respecto a las riquezas minerales de Venezuela, para que hagan el mapa minero de nuestro país. Maduro les entregó a los chinos petróleo, oro, la cartografía para que sepan bien dónde hay más y, a cambio, tal como dijo este viernes, recibiremos 300.000 aparatos de aire acondicionado y otros aparaticos más, que en cosa de 12 meses serán chatarra.

El viaje de la estupidez le costó a Venezuela más de 2,5 millones de dólares. Mientras, usted hacía colas para conseguir aceite de maíz.

¿Lo encontró, por cierto?

socorromilagros@gmail.com

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ROSALÍA MOROS DE BORREGALES, EN MEDIO DE LA TORMENTA

Por más que nos esforcemos, todos en diferentes momentos de nuestras vidas nos encontramos luchando en medio de diferentes tipos de tormenta. Tormentas familiares, sentimentales, intelectuales, económicas, en fin, una amplia diversidad para la cual, en la mayoría de los casos nuestras herramientas son insuficientes, o sencillamente no las poseemos. A veces, hemos encontrado ayuda a lo largo del camino. Otras, hemos caminado solos a través de ellas. En algunas, hemos sobrevivido,  levantándonos de nuevo para seguir adelante. En otras, hemos sobrevivido pero quedando tan heridos que seguir adelante pareciera haberse convertido en una tarea titánica.


Hay un pasaje en los evangelios que narra un breve episodio en la vida de Jesucristo y sus discípulos. Cuenta Lucas (8:22-25) que estaba Jesús predicando a la multitud, y una vez que la había despedido, les dijo a sus discípulos que pasaran al otro lado del lago. Mientras ellos se ocupaban de la barca, el maestro se quedó dormido. En medio de la travesía se desató una tormenta con fuertes vientos que hacía que las olas golpearan contra la barca, de tal manera que estaban a punto de anegarse. Entonces, lo despertaron, diciéndole: ¡Maestro, maestro, perecemos! Ante lo cual, Jesús se levantándose reprendió al viento y al mar. Al instante, cesó el viento y sobrevino una gran calma. Luego, Jesús se dirigió a ellos: -¿Por qué estáis tan atemorizados? ¿Dónde está vuestra fe? Y ellos maravillados se decían unos a otros: -¿Quién es éste, que aun a los vientos y a las aguas manda, y le obedecen?

Muchas veces nos encontramos en nuestra barca lidiando con cientos de situaciones, personas, sentimientos y emociones que pueden convertirse en verdaderas tormentas. Éstas amenazan con sacudirnos de un lado a otro, para finalmente dejarnos completamente anegados. Nuestra primera reacción es actuar, poner todo nuestro esfuerzo, hasta darnos cuenta que la tormenta nos golpea furiosamente para debilitarnos. Los discípulos eran hombres de mar, con seguridad habían vivido unas cuantas tormentas. Sin embargo, estaban empezando a conocer a Jesús, y a pesar del poco tiempo a su lado sus espíritus percibían el amor y el poder del Señor. Luego, al encontrarse impotentes ante la tormenta reconocieron en el Señor su ayuda, entonces le despertaron.

Al igual que los discípulos, en algunas ocasiones nos hemos dado cuenta de nuestra impotencia para encontrar una salida, para solventar una situación, para superar un dolor, una pérdida; sin embargo, no hemos reconocido en Dios nuestra ayuda. Hemos caminado solos y tristes, mientras el Señor ha estado todo el tiempo allí cerca. No le hemos llamado con una oración desde lo más profundo de nuestro corazón, con un pensamiento, con un deseo de su presencia a nuestro lado. Ese es el primer paso para experimentar la calma, llamar a Dios reconociendo en Él nuestra ayuda. Quizá es ese instante de debilidad el que nos recuerda que hay un Dios. Por eso, aunque la vida sea una tormenta tras otra, la vida con Dios puede ser una vida de paz, no después de la tormenta sino en medio de ella. 

Muchas tormentas vienen y van, dejando a su paso grandes estragos. Despertar al Maestro, acudir en su ayuda con la certeza de que Él es poderoso para hacer mucho más de lo que pedimos o entendemos, es nuestro trabajo. Sin paz es imposible actuar con sabiduría. Cuando acudimos a Dios, su primera bendición es darnos de Su paz, y es allí, cuando la angustia y el temor se han desvanecido, el momento en que nuestras fuerzas se ven renovadas, para a continuación, bajo la inspiración de sus instrucciones ser capaces de superar los fuertes vientos y las olas que golpean contra nosotros.

¡Atrévete a llamar a Dios! ¡Atrévete a reconocerlo en todos los caminos por los que transites! ¡Atrévete a verlo en muchas caras, a sentirlo en el ser humano que se presenta a tu lado en plena tormenta! Te aseguro que al igual que aquellos hombres de mar quedarás maravillado. Primero, por la paz dentro de ti y, en segundo lugar, porque aun  los vientos y las aguas le obedecen. Verás que no hay imposibles para Dios. ¡Él está contigo en medio de la tormenta!

"No temas, porque Yo te he redimido, te he llamado por tu nombre; mío eres tú. Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo, y si por los ríos, no te cubrirán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará". Isaías 43: 1b-2.

rosymoros@gmail.com 
http://familiaconformealcorazondedios.blogspot.com 
@RosaliaMorosB

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PEDRO RAUL VILLASMIL SOULES, VENEZUELA: UN PAIS TERATOLÓGICO

La   hybris   era  el comportamiento  indecoroso   e  indigno  que   en   la        antigua   Grecia  tenían los  hombres y  particularmente  las personas   que ejercían tareas  de gobierno en la polis. Se  trataba, de   esos  mortales  que cuando     adquirían    rango político   en    la  sociedad,   se   arrogaban   la prerrogativa de sobrepasarse en sus facultades, es decir, de infringir normas  y  burlar  aquellos  preceptos morales  que dan  sustento a  los pueblos  para alcanzar su recta convivencia.

En la jurisprudencia griega,  la hybris,   esto es,  todo acto  de  desmesura que   osara violar impudentemente el   derecho  que regulaba el orden  y   la moderación,   el  respeto  y  la probidad,  la   honradez  y  las  buena  marcha de  la    vida    social, se castigaba   con   el  peso   implacable de   la ley.  Tanto  gobernantes     como   sus áulicos  eran    condenados reos    de  delito   por   atentar  contra  los  derechos del pueblo  al que estaban   obligados a   servir y  no  a  mancillar.

En la esfera que  apunta al  irrespeto  a  la  Constitución y a las leyes, a  las    normas   de   convivencia  honesta   y   decorosa,  a   los   hechos   que estimulan y amparan el  soborno,  la  venalidad, el  cohecho  y  la corrupción, Venezuela   se  ha convertido  en un  país  teratológico. Valga decir,  en  una  nación  donde  los  acontecimientos  delictuosos, criminales, reprensibles  y  viciosos,  no pueden menos que  calificarse de monstruosos. Todos  ellos  se  suscriben  a la que  Huxley llama  “la doctrina de la hybris.”  

Sus    desafueros  los ha venido acometiendo,  impúdicamente,    el   chavismo  a  pie juntillas:  desde    el    Central  Azucarero   en  Barinas;  pasando   por  las  infracciones  graves  de Alvaray;   el  Plan Bolívar 2000;    por el  maletín de Antonini y  sus  800  mil   dólares;   Makley;   Aponte Aponte;   el   Cartel   de   los  Soles;    El   Fondo   de   Pensiones   de   PDVSA;    los    desaguisados   de    CADIVI;     las  transgresiones   del   BANDES;  las denuncias   de    Giordani,   Mario  Silva  y Betencourt, los   desmanes  en  las  Empresas de  Guayana; la estafa  con las Notas Estructuradas;   el dolo  y   la    mala   fe   de    Diosdado   Cabello   en   Miranda;   hasta  la última:  las  más  teratológica de todas,  las 30   maletas camufladas con cientos de  toneladas de Cocaína  en  el Avión de Air France.
        
En   medio   de    estos  hechos   insólitos  de  corrupción,  delincuencia   y    pillaje,  se   viene   privando a    los   venezolanos  –a   cambio   de ineficientes  “misiones” populistas—    de     los   recursos   más   amplios    para   combatir   ese    flagelo  pavoroso  de  la inseguridad que está diezmando, a su leal saber y entender, a  una población  que se  niega, con dolor, a seguir muriendo  sin   razón;  de   óptimos  servicios   de   salud;    de    una    dilatada   y    eficiente     educación;    de     sólidos y    fructíferos    programas   culturales y   científicos   que    los    preparare    para   obtener   un    buen   empleo   y   una   segura   y    humana calidad  de  vida.  Además, de implementar  el    desarrollo acelerado    en     las     diferentes    regiones     del país que,   por    el   diabólico     plan     de    expropiaciones   que   destruyó   gran   parte   del   parque   agrícola    e industrial,   ha    hecho   imposible  --esta  malhadada  “revolución--  que    las    empresas  grandes,  medianas y   pequeñas  se   empeñen  en  las   diferentes  regiones   –con   la   ayuda   de    instrumentos   financieros   del   Estado--  en invertir y   producir  para   atraer  mano de   obra,   descongestionar   la   zona central  y  empezar a formar  núcleos productivos con  elevada   participación   de    la    población,  de    donde    pudieran  salir   –en vez de importarse-   los   productos   elaborados tanto para el mercado interno  como para el externo.

         
Desgraciadamente,  “la  doctrina  de   la   hybris,”  que    es  el   sustento ideológico  de   esta  “revolución,”  ha   impedido   que se   creen   incentivos  para    que   el   venezolano   pudiera   ejercer   su   libertad  y  hacer valer  su dignidad.   Y  ha sido de esta manera, como  este  chavismo forajido convirtió al Estado en   un   medio opresivo y   despersonalizante  a  las  ancas  de  cuya  política  teratológica  se somete,  se avasalla   y   se  oprime.  Y    en    vez   de    haber     aprovechado   la  bonanza,   “milyunanochesca,”   advenida,   como  maná  en  estos  años   --para   llevar  a   cabo   un   buen   reajuste    integral    del   presupuesto,   dedicando  el  gasto  a atender programas fundamentales encaminados    a    alcanzar,   a    mediano   y    largo    plazo   un     desarrollo   autónomo,     auto sostenido     y    dinámico-- se   continuó    reduciendo   al venezolano   -pero  esta vez  de un  modo más abyecto-  a   la    condición   de objeto  e   instrumento a   través   de  un   populismo-simbiótico  y  totalitario, que  le  ha  abolido    la   singularidad    y    la     diversidad,  que  es precepto   taxativo    de    la  persona   humana.  Valga    decir,  despojar   fieramente  al  individuo del  “yo” en nombre  de un  redentor  -“el Socialismo del Siglo XXI”-encarnado en la figura   totémica  del,  ahora extinto,  “Comandante  Eterno.”  

prvillasmils@hotmail.com

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IVAN FERNANDEZ, MUERE UN CHOFER MIENTRAS SAQUEAN SU CARGA, CRONICAS DE UN BUHONERO,

Este titular de uno de los pocos medios que aún resisten la autocensura, ensombreció mi sábado y con él, se arrugó mi alma. Se arruga porque a pesar del asco que siempre me han dado los ladrones inmorales que se hacen llamar revolucionarios, sé que los saqueadores no eran ni rojos ni escuálidos…eran venezolanos. 
Ellos sólo pensaron en saquear la valiosa carne importada que transportaba el camión colombiano, cuyo chofer desconocía que en Venezuela, deben instalarse mecanismos de seguridad para evitar el tránsito de camiones con elevada altura. Seguramente también ignoraba el chofer que en Venezuela deben instalarse pequeños tubos para asegurar que los conductores se cambien a última hora de canal o que deba bloquearse el hombrillo para evitar que los vivos los utilicen para circular y adelantar las colas a que nos obligan todos los días los que no previeron ampliaciones de avenidas, autopistas y calles por brutos o porque se robaron los recursos destinados a tal fin. También seguramente ignoraba que en Venezuela, los presos decapitan a sus rivales o les sacan el corazón para luego negociar condiciones con una infeliz resentida cuyo único merito es el odio a la sociedad, que se hizo multimillonaria mientras deficientemente trata de cumplir sus deberes negociando con asesinos.
No es sólo eso lo que me arruga el alma. Es la salvajada de presenciar la agonía de un semejante sin que nadie haga algo. Es saber que el hombre pudo tener posibilidades en caso de que alguien, hubiese antepuesto sus valores y su compasión al hambre y avaricia. Queramos o no,  como esos venezolanos hay muchos. Es el venezolano de hoy que hambreado recorre los supermercados en busca de productos que ya sólo esporádicamente se consiguen. El venezolano que presencia un accidente y antes de socorrer a las víctimas, les despoja de carteras y relojes. El venezolano que celebra la nueva bicicleta que trajo su hijo a casa, sin interesarse por su origen. En esta parte, rindo cálido homenaje a mi padre quien en una ocasión me castigó por traer algo a casa que no era mío y cuando demostré que eso estaba en la calle, nuevamente me regañó porque aún estando en la calle yo no tenía porqué recogerlo porque no lo había ganado. ¿Verdad que para el venezolano de hoy mi padre era tonto? Bueno, ya somos dos y seguramente también son muchos los venezolanos que atónitos contemplaron a los leones revolucionarios mientras devoraban a un inocente ciervo sólo que los animales obedecen sus instintos mientras que los hombres lo hacen por la pérdida de sus valores.
Algunos me criticarán por asociar esa salvajada a la mal llamada revolución. Lo hago porque no puede negarse que durante el periodo de mayores ingresos en Venezuela, es también el periodo de los mayores saqueos. Donde no se sabe la nacionalidad del presidente y donde un militar condenado por robar los fondos que le fueron confiados, ahora esta en la asamblea, el sitio donde una mal llamada diputada exhibe sus patas, grita en medio de obscenidades e insultos al ladrón…al ladrón.
La reflexión final que me hago es que el hombre no tenía posibilidades porque aún rescatado, el hospital al que lo llevarían no tenía recursos para salvarlo, porque también se los robaron los revolucionarios…..
Esta es una de las ocasiones en que me avergüenza compartir el gentilicio con estos animales.
Iván Fernández
El Buhonero de La Resistencia
Sept.  28 de 2013
Email: chicho2512@hotmail.com

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LEONARDO MORALES P., TEMOR A LA EXPLOSION SOCIAL

Por estos días el gobierno anda en exceso nervioso. No se trata de un eventual revés en las elecciones del 8 de diciembre lo que evidentemente representaría el primer test del fracaso de Maduro como heredero del cargo presidencial y como continuador de las políticas de su antecesor. La irascibilidad que expresan tiene su epicentro en la conflictividad social y la amenaza de un estallido social.
El segundo de los jefes del régimen – hay quienes señalan que es el primero- Diosdado Cabello, ha señalado que ante esa posibilidad “el pueblo sabe para dónde va a coger”. Seguramente el pueblo, siempre sabio, sabrá para dónde dirigir sus reclamos pero Cabello no lo sabe, no tiene la más pequeña idea de lo que eso significa.
Los estallidos sociales no son producto de la casualidad y mucho menos pueden ser promovidos desde una élite dirigente aunque, la verdad sea dicha, correspondan a éstos la creación de las condiciones para estos acontecimientos se desencadenen. De modo que un pueblo que siente profundas frustraciones en sus necesidades y aspiraciones pueden experimentar unos elevados niéveles de ira y hostilidad que terminan en actos violentos contra quienes consideran culpables de sus necesidades insatisfechas.
Lejos de buscar las causales de un evento de semejante naturaleza en agentes externos, esto es, la oposición u otros actores sociales, lo que conviene a los jerarcas del régimen es evaluar la acción del gobierno, puesto que es allí donde con seguridad conseguirán las respuestas a los detonantes y motivaciones para que la sociedad se encuentre a las puertas de dar una respuesta violenta a sus insatisfacciones. De nada sirve al gobierno seguir dando respuestas altaneras, cargadas de lugares comunes, que a estas alturas lucen agotadas y poco creíbles ante la evidencia de una crisis que golpea a todos los sectores de la sociedad.
El diputado Cabello podrá seguir su tongoneo repulsivo con su corte de lameculos pero jamás podrá ocultar que la inflación está en un 32.9% y que amenaza con situarse en un 50% para el mes de diciembre. Cómo esconder las dificultades de las amas de casa para poder satisfacer la alimentación básica de la familia como consecuencia de la escasez y el alto costo de los alimentos. Se habrán preguntado los burócratas del gobierno cómo será la reacción de los venezolanos  cuando se percaten que con sus aguinaldos de fin de año poco será lo que podrán adquirir. Seguramente no, la oligarquía roja desde hace rato tiene resulto ese tipo de problemas, mientras tanto, la gente, el pueblo trabajador seguirá sumando nuevos grados de frustración a los ya existentes.
Esta crisis económica coloca en peligro el régimen madurista. El proceso de desencantamiento popular por el gobierno de Maduro aumenta progresivamente. La debilidad de su legitimidad ya no solo descansa en las dudas acerca de su elección. Ahora hay que sumarle la sensación popular, ajustada por demás a la realidad, de su incompetencia para cumplir su rol de presidente. La legitimidad de Maduro se viene al suelo como un castillo de naipes.
No hay dinero para lanzar a la calle y la insatisfacción es generalizada. Las disputas internas por el control del gobierno tampoco contribuyen a tomar las medidas necesarias. Las conspiraciones son palaciegas, no las fomenta la oposición. Los jefes rojos solo pegan gritos histéricos, amenazan y recurren al recetario de siempre para justificar sus desaciertos.
El gobierno tiene, con el pasar de los días, menos salidas, aunque las hay, pero se autobloquea. El desastroso rumbo que lleva el país es culpa  y responsabilidad de ellos mismos y la reacción que adopte la sociedad en un momento determinado, harto de insatisfacciones y frustraciones, también será culpa exclusiva del gobierno. Sí, seguro, el pueblo sabrá para dónde coger.

@leomoralesP

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ROMULO LANDER HOFFMANN, FLOTACION ANCLADA,


Estamos “estrenando” (¿?) un nuevo esquema cambiario “genialmente ideado” por nuestros excelsos economistas de cafetín, vividores a más no poder de la cuarta y sobre todo grandes vividores, algunos de ellos, de la gratamente recordada República del Este y quienes por supuesto nunca formaron parte ni de: Los contribuyentes (eso les daba piquiña), de los importantes, los especiales ni mucho menos de los ministros notables”, mas si como vividores y en grado de grandes comendadores.

Este nuevo esquema es un tipo de cambio fluctuante o flotante (que en realidad se hundirá más temprano que tarde) Un tipo de régimen cambiario en el que el valor de una moneda debería fluctuar según el mercado lo demande, pero… y aquí está la razón de su prematuro fracaso, esa fluctuación estará condicionada según las necesidades del ejecutivo, lo que convierte al esquema en una flotación sucia . Tan sucia como lo deseen sus administradores o sea (…) ! más de lo mismo!
Una moneda flotante se contrasta con una moneda fija. La mayoría de las economías del mundo que podríamos llamar exitosas dejan flotar sus monedas con intervenciones puntuales para influir en su comportamiento y de ellas es el dólar canadiense el que más se asemeja a la flotación ideal dado que el Banco Central de Canadá dejó de intervenir para modificar el comportamiento de la moneda en 1998.
Son muchos los economistas que sostienen que es preferible un cambio flotante a uno fijo y el argumento principal es que dado que las tasas de cambio flotantes se ajustan automáticamente, esto permite, a los países insertos en este régimen, amortiguar el impacto de los shocks, y al mismo tiempo les permite adelantarse a la posibilidad de una crisis de la balanza de pagos.
En contraposición, el tipo de cambio fijo restringe la movilidad de capitales y la experiencia casi general es que es imposible tener un Banco Central y una política monetaria independiente. De todas formas es importante hacer notar que el tipo de cambio que se escoja como modelo es solo una de las variables macro económicas que la política monetaria puede influir.
El Banco Central, en un esquema de flotación limpia, debe intervenir solo en casos extremos de depreciación de la moneda de referencia para salvaguardar y estabilizar la moneda del país, comprando o vendiendo moneda

Resumiendo; en un régimen monetario de flotación libre, El tipo de cambio debe ser establecido por el libre juego de la oferta y la demanda de divisas.
En este modelo, NO hay paridad oficial respecto al dólar o cualquier otra moneda: las cotizaciones diariamente fluctúan y cualquier los desajuste que se [produzca, es corregido con las variaciones correspondientes del tipo de cambio. Cualquier intervención al respecto por parte del ejecutivo y/o del Banco Central se denominara como Flotación Sucia y seguramente este será el modelo que quienes hoy nos desgobiernen aplicaran, o sea, lo más sucio posible.
Invariablemente, el valor de la moneda de referencia, será inversamente proporcional a las expectativas que tengan los operadores económicos respecto a la situación económica del país, y visto la brillante planificación de quienes hoy nos desgobiernan, el régimen… cambiario, no flotara, pero si se hundirá.
Amanecerá y veremos.

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OSCAR HERNANDEZ BERNALETTE, Y LA CLASE MEDIA SOBREVIVE

Hace unas semanas publique un artículo en varios medios de comunicación de Venezuela bajo el titulo ¿Quién protege a la Clase Media? Me motivaron a escribir esas reflexiones poder constatar el dramático escenario a que está sometida ese sector fundamental de la población en esta parte del mundo. La Clase Media pareciera no tener suficiente resonancia política como para ser percibida y salvaguardada como el ejemplo a seguir en la búsqueda de un equilibrio en las sociedades modernas.
"Mientras que en países como Venezuela o Argentina, reconocidos por haber contado en el pasado con solidas clases medias, hoy nos encontramos con un panorama desolador"
Esto simboliza que el mundo será cada vez mejor, más justo y equilibrado en la medida que las políticas públicas de cualquiera de nuestras naciones en desarrollo busquen como centro de sus estrategias la de promover la consolidación de grandes sectores medios de la población y que sean efectivamente la mayoría. Los políticos, especialmente en Latinoamérica, ven a contingentes de pobres, como vanguardia para la generación de votos, ofreciéndoles el amparo del Estado y ellos como garantes revolucionarios del destino de millones de seres humanos. En Venezuela, Argentina, Bolivia y Nicaragua hemos visto esta tendencia durante los últimos años.

Toda sociedad moderna tiene que centrar su vocación en el desarrollo y consolidación de la clase media como protagonista del equilibrio social. Por ejemplo, el esfuerzo de Brasil a través del Presidente de Lula quien durante su mandato logro incorporar a más de 17 millones de pobres a los estratos medios de la población fue un avance extraordinario y una muestra de que ese es el camino a seguir.

Mientras que en países como Venezuela o Argentina, reconocidos por haber contado en el pasado con solidas clases medias, hoy nos encontramos con un panorama desolador, con una marcada tendencia contraria a la de Brasil y en donde se empuja a los sectores medios hacia la pobreza ¿Ello por qué?

Los estratos medios son menos manipulables
Los estratos medios de la población son menos manipulables y son cada vez más difíciles de convencer en las contiendas demagógicas electorales. Las clases medias tienen una arrogancia difícil de moldear y su capacidad de transigir ante la injusticia, la corrupción y la sumisión ante el poder es cada vez más evidente.

Cuando decimos, que la clase media lucha por sobrevivir (pensando en el contexto latinoamericano), es porque a pesar de las erradas políticas económicas, que han destruido parte de las capacidades adquisitivas de millones de personas y a pesar del discurso excluyente de muchos gobiernos, la Clase Media no entrega sus pretensiones de vivir con dignidad y libertad. Aquí en Venezuela, es fácil recordar como a pesar del enfrentamiento y el odio del Gobierno de Chávez contra éstas, muy al estilo de la visión marxista, no tardaron mucho y especialmente antes de eventos electorales, de suavizar su discurso y llamar a la clase media a unirse a la revolución. “No podemos permitir que la burguesía quite a la revolución la clase media. Esta revolución también pertenece y lucha por sus intereses. Siéntase la clase media protegida por el proyecto bolivariano”.

El Gobierno trató de neutralizar a estos sectores vendiéndoles la idea de que eran también víctimas de la burguesía apátrida, imperialista y cuanta clase de epítetos nos podamos imaginar. Para los fines prácticos las revoluciones siempre han visto a este sector en la fila de los enemigos.
"Los gobiernos mal llamados bolivarianos se empeñan en mantener una cruzada a favor de los votos de los pobres a quienes los someten a perder el sueño de vivir en una sociedad con movilidad social"
Nivelar hacia abajo

En el caso de Venezuela, por ejemplo, la Clase Media, cuenta con los votos más duros de roer. Hasta amenazaron con una guerra civil si perdían las elecciones. Era una advertencia a este sector de la población, el más frágil y temeroso ante la posibilidad de un conflicto armado.

En la desesperación por atraer los votos de estos ciudadanos crearon un movimiento bajo el nombre de “Clase media en positivo”, por supuesto, para lo único que sirvió fue para encubrir el ascenso social de nuevos ricos, quienes se arropaban en la sombra de la corrupción y del gobierno.

Contrariamente a lo que muchos se imaginan en otras latitudes, incluyendo a España, y a pesar del discurso demagógico, lo que han hecho con su modelo de supuesta inclusión es hacer más pobres a los pobres, postrar a la Clase Media y vigorizar una nueva casta de ricos que viven a dispensas del Estado, mientras que un discurso de corte reivindicativo o socialista radical, le cierran las opciones al sector medio de la población. En otras palabras, se proponen nivelar hacia abajo en vez de hacerlo hacia arriba, mientras las elites burocráticas se aprovecha de las riquezas del estado o se sumergen en la corrupción sin límites. En Venezuela se les denomina los “boliburgueses”.

La tragedia en Venezuela es evidente. Los cuadros medios de la población, profesionales, médicos, profesores universitarios, funcionarios del estado y militares, por ejemplo, luchan por sobrevivir y mantener los niveles de vida a que se acostumbraron cuando existía un poder adquisitivo respetable en comparación al resto de la mayoría de los países de la región, mientras que el gobierno actual los postra en una de las mayores inflaciones del mundo y con salarios cada vez más malogrados.

Los gobiernos mal llamados bolivarianos se empeñan en mantener una cruzada a favor de los votos de los pobres a quienes los someten a perder el sueño de vivir en una sociedad con movilidad social, como lo fue por décadas, mientras estos deben conformarse con la triste realidad de depender de un estado paternal que les migajas a través de programas alimenticios como MERCAL, ayudas económicas, dadivas, etc.
"Son muchos los venezolanos que se encuentran situados en la periferia de la sociedad y sin embargo tienen mayores salarios que los trabajadores que pertenecen a la propia Clase Media"
La inflación golpea sin tregua

Pareciera que quisieran inculcar en los sectores más humildes, la visión según la cual están destinados por la historia a una suerte de maldición en la que deben vivir con carencias el resto de sus vidas porque así nacieron, mientras se margina a quienes se sitúan en los estratos medios, que cada día son más golpeados por la delincuencia, la inflación, el deterioro de los servicios públicos, y quienes luchan a diario por mantener a sus hijos dentro de la mejor educación posible, y se niegan a pasar horas en una cola buscado alimentos subsidiados de los que ofrece el Estado todo redentor, enemigo de la libertad y de la vocación de emprendimiento que tienen quienes logran lo que poseen a través del trabajo y no de la dádiva gubernamental.

Es por ello, que en la nota a que me refería al principio de este artículo, afirmaba que la inflación golpea sin tregua a los venezolanos y que es precisamente la Clase Media la que más ha recibido el impacto del aumento de los precios, dada la naturaleza de su lucha por mantener una calidad de vida en el más alto nivel posible. Los sueldos medios del país, que incluye toda suerte de profesionales, están en el mercado real de divisas entre doscientos y trescientos dólares. El salario mínimo equivale al momento de escribir esta nota a unos sesenta dólares mensuales. Convierta estos montos a donde quiera que este amigo lector y me dice si se parece a la Venezuela rica y petrolera de la que han hablado.

Cuando el gobierno en Venezuela, por ejemplo, se propone dar reivindicaciones lo hace pensando en lo sectores populares toda vez el botín electoral que representan. Poca atención coloca en las necesidades del sector medio de la ciudadanía. El potencial electoral está en la pobreza que son mayoría y es por ello que vale la pena mantenerla, acariciarla pero controlarla porque al salir del gueto se revelan como pasó recientemente en Brasil, en donde la mayoría de las protestas que tanto dolores de cabeza le dieron a la Sra. Vilma Rousef provenían precisamente de gente que recién se incorporaba a la clase media.

Ellos fueron el motor de las protestas que sorprendió el mundo y le terminó la luna de miel a la Presidenta. Una clase media que antepuso la copa mundial a los servicios públicos. Todo lo resumió una pancarta que recorrió las pantallas de televisión de todo el mundo, we dont need a worldcup.

Formar parte de la clase media va más allá de los ingresos

Este sector muy numeroso no se puntualiza exclusivamente por sus niveles de ingreso, sino por su condición de estrato que lucha por superarse tanto económica como culturalmente. Son muchos los venezolanos que se encuentran situados en la periferia de la sociedad y sin embargo tienen mayores salarios que los trabajadores que pertenecen a la propia Clase Media. Entonces, la identificación no se refiere solo al lugar de residencia o a los ingresos, sino a la aspiración de superación y la esperanza de descollar los cercos mentales y económicos que limitan la superación de las personas en los sectores más populares. Porque precisamente, la condición de formar parte de la Clase Media va más allá de un tema de ingresos, está relacionado con una visión de mundo, de la justicia y la libertad que solo se conquista de aquellos grupos sociales capaces de dar una contribución al equilibrio social sin formar parte de la rapiña que consciente o inconscientemente ven al Estado como un pote del que vale la pena aprovecharse.

De allí, que afirmamos, que la clase media está hoy más golpeada que nunca, toda vez la mala praxis económica que los administradores del Gobierno insisten en mantener. En vez de ayudar a superar la crisis y sumar más venezolanos a niveles superiores de vida, hunden precisamente a quienes más han hecho y contribuido al desarrollo del país. Estos tienen conciencia de sus aspiraciones y de su lugar en la sociedad. Son por ello tan difíciles de arrastrar electoralmente como desesperadamente intenta los gobiernos de corte totalitarios y estatistas que en estos tiempos tan cómodamente navegan las aguas de la política suramericana.

"Tarde o temprano el país entenderá que el equilibrio de la sociedad está en una clase media fuerte, que se convierta en el imán que incentive a los más rezagados y pobres a la superación como objetivo de vida"
El Gobierno no logra convencer a las mayorías urbanas

El uso de distintas artimañas, como rostros de artistas y caras “bonitas” tratando de conquistar a este sector medio de la población tendrá poco éxito toda vez que los ciudadanos de los centros urbanos están conscientes de la estrategia y son las principales víctimas del deterioro económico del país. Por ello es que en los últimos procesos electorales no logran el Gobierno convencer a las mayorías urbanas de sus ofertas electorales engañosas.

Hay quienes creen que la clase media se arrodillara ante la prepotencia del Gobierno. Con austeridad, paciencia y con emprendimiento seguirá superándose y dando lo mejor de sí para sus las grandes dificultades que la apremian. La Clase Media en cualquier país del mundo es la mejor cara de la globalización.

Por ejemplo, el Indepabis una suerte de organismo fiscalizador de precio, cuya misión es mantener a raya al capitalismo malvado y tenebroso culpable de todos los males de la humanidad, persigue a los comerciantes inescrupulosos en supuesta defensa del consumidor de la avaricia y el sabotaje de los empresarios.

Pero uno se preguntaba, quién protege a la clase media cuando requiere un servicio y los precios se indexan al dólar sin contemplación. Cualquier trabajador de servicios residenciales; plomeros, electricistas, albañiles, cobra fortunas sin que nadie regulen su actividad, y que tanto afecta el ingreso de tantas familias venezolanas.

No hay duda de que estos son tiempos difíciles para la mayoría. El Gobierno erróneamente quiere nivelar hacia abajo, una manera de mantener arrodillados a los ciudadanos que dependerán cada vez más de la oferta del Estado para sobrevivir. Si en este país no estuviéramos inmersos en una tragedia no hubiesen abandonado la nación más de 800 mil venezolanos en los últimos 14 años. Entre los millones de dólares dilapidados en manos de la corrupción y el capital humano de alto nivel académico que se ha ido, Venezuela se sumerge en una tragedia.
La Clase Media se resiste y su lucha por la superación y el trabajo son incuestionables. No basta llenarse los bolsillos para formar parte de este sector del país. Hay que tener conciencia de que la única de manera de sobreponerse es con el trabajo y la generación de riqueza con honestidad. Tarde o temprano el país entenderá que el equilibrio de la sociedad está en una clase media fuerte, que se convierta en el imán que incentive a los más rezagados y pobres a la superación como objetivo de vida.

Oscar Hernandez 


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NELSON CASTELLANO HERNÁNDEZ, COSTARA TRABAJO

Hay que encontrar un camino para hacer de nuevo, de éste, un país. Cómo se puede sostener una realidad donde faltan los alimentos, los productos de higiene personal y las medicinas. Donde falta la electricidad y el agua y la mayoría de los servicios no funcionan.

Donde la delincuencia controla la ciudad y las cárceles, obligando al ciudadano a encerrarse en sus casas. En el que se armó una milicia civil destinada a amedrentar al mismo pueblo que ose manifestar su desacuerdo.

Venezuela está dividida porque se sembró odio, como estrategia para dividirnos y controlarnos. Se dolarizó todo, porque ya no producimos y hay que importar lo necesario para la subsistencia.

Un país donde los hospitales carecen de medicamentos para los tratamientos vitales y recursos para los médicos y miembros del personal. Donde se destruyeron las empresas productoras, las fincas, las cadenas de supermercados privadas y se persigue a las universidades para controlar la educación y hacer del venezolano un ser humano sin libertad de pensamiento y presa fácil del absolutismo.

Aquí no hay justicia en quien confiar, ni televisión libre en quien creer. Existen muy pocos representantes gubernamentales que no estén trabajando exclusivamente para sus intereses partidistas, de su grupo o para enriquecerse a toda velocidad.

Esto que tenemos, no sabemos si está manejado por venezolanos, ni si es realmente el resultado de lo que votamos. Entonces quién puede hacernos creer que puede durar.

El reto del venezolano es convertir sus inquietudes en acciones dirigidas a una solución. Lo primero es tomar conciencia sobre la causa de todo: Ese monstruoso poder desmedido de un gobierno centralizado, que permite que un loco, o un resentido, un provocador, un incapaz, un corrupto o un payaso de baja ralea, pueda hacerse del poder, del control de las instituciones y de las armas para perpetuarse en el poder.

Nuestra democracia con separación de poderes, desapareció hace tiempo. El reto es un nuevo modelo de país, un nuevo pacto social incluyente sin excepciones; la participación de todos es la única manera para poder atender de manera eficaz, los grandes problemas que atravesamos, el descalabro de nuestra economía, la reconstrucción jurídica del país, obtener paz e inversiones para el desarrollo y cimentar la posibilidad de un futuro nacional promisorio.

Para ello es necesario que el mismo ciudadano salga de su "Zona de Confort", esa a la que se ha replegado por miedo, por no perder lo poco que tiene, o para no molestar al que le regala migajas que le permiten comer, quizás por componendas, por egoísmo o indiferencia.

En ese espacio nos hemos acostumbrado al mal vivir y hemos perdido la capacidad de rebelarnos ante la injusticia y a continuar soñando con un mundo mejor.

No me refiero a la minoría que lucha de manera heroica y que no se resigna a aceptar la realidad que destruye los sueños y esperanzas. Algunas personas sabemos que "detrás de las nubes está el sol" y que debemos estar preparados. Que tenemos la obligación de mantener viva esa llama interna dentro de los venezolanos, que nos incite a dar el paso necesario para alcanzar una realidad, que depende de nosotros mismos.

La única manera de lograrlo es soñar con ella, convertirla en objetivo con lapsos de tiempo y ponernos a trabajar para conseguirla.

Salir de la "Zona de Confort" nos enfrenta a las grandes decisiones, no es perder lo que teníamos sino adquirir la capacidad de desarrollarnos, ese algo nuevo que necesitábamos para vivir mejor, como verdaderos ciudadanos.

Este pueblo tiene derecho a vivir dentro de una realidad, donde tenga posibilidades de realizarse. Busquemos en nuestros orígenes, en nuestro pasado, en nuestros valores, en nuestra educación, pero sobre todo tomemos conciencia de lo que queremos ser o por lo menos de lo que no queremos.

El momento de la creatividad ha llegado para poder enfrentar las emociones, el miedo o el qué dirán. Si los venezolanos no lo hacemos, otros desde La Habana, con ciertas complicidades lo harán por ti.


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BRIAN FINCHELTUB, PLAN “TORMENTA ROJA” CONTRA OCARIZ

La cosa anda tan mal para el PSUV en el municipio Sucre que la lucha por conquistar el electorado pasó a segundo plano. El candidato paracaidista anda más pendiente de cantar en el Miss Venezuela que de buscar los votos en Petare y eso se refleja en la preferencia de los electores. La verdad es que al hombre del “bla, bla, bla” no se le ve la cara, pura luna de miel, fiestas por todo lo alto y conciertos.
Ante tal escenario las “mentes brillantes” del partido oficial no se les ocurrió otra cosa que montar ollas podridas, marramuncias y tramoyas con el fin de aniquilar moral y políticamente a Carlos Ocariz. Pero hoy en día ni la maldad los une, la guerra dentro de la tolda roja es tal que el documento donde se detalla el plan contra el alcalde del municipio Sucre fue filtrado esta semana.
Lo primero que reconoce el PSUV en el Plan “Tormenta Roja” es el estancamiento del candidato oficialista y su imposibilidad de superar los 20 puntos porcentuales, números que se mantienen invariables desde que anunciaron su postulación. Mucho chicle y poca bomba, así se resume la candidatura del PSUV, que nadie duda que tiene las dos P, pantalla y plata, pero le falta la tercera: Pueblo. Lo hemos visto en actos oficiales en los canales del Estado, pero nadie lo ha visto pateando calle. A Petare no le interesa telecandidatos, quiere gobernantes cercanos a su realidad, que escuchen y resuelvan, por eso Carlos Ocariz mantiene un nivel de aprobación superior al 60%, tal como reconoce el propio documento del PSUV.
El candidato rojo está como el Airbus presidencial, no despega, está estancado y le cuesta mucho dinero al gobierno. Por eso entran en juego las tres fases del Plan “Tormenta Roja”, que buscan generar caos, provocar violencia y desmovilizar a la población sucrense. Paradójicamente los psuvistas usarán la basura para su guerra sucia, de allí parte el plan de sabotaje, que exculpa de responsabilidad a los concejales oficialistas que han mantenido congeladas las tarifas del aseo y busca contaminar al municipio Sucre pero con mentiras y calumnias.
La segunda fase tiene como objetivo sembrar el caos y el miedo en las zonas de clase media con grupos armados dirigidos por el PSUV, que generen un escenario que se le escape de las manos a los cuerpos de seguridad del municipio. Así la clase media no se movilizará el 8 de diciembre a votar y ellos tomarán los espacios de poder por forfait.
La última fase consiste en usar sus instituciones para tratar de acorralar, usarán la retorica de la lucha contra la corrupción para buscar empañar la imagen de Carlos Ocariz. Nos imaginamos al menos se bajarán de sus camionetas blindadas para denunciar, pero igual la gente no les cree nada y el pueblo de Petare sabrá defender a su gobernante si pretenden usar la justicia para adueñarse de unas elecciones que no pueden ganar con votos.
Que sigan inventando que el pueblo los seguirá castigando, su propia gente los vendió, reveló sus patrañas para manchar una jornada donde Petare se ratificará como territorio de futuro y progreso. Inventen lo que inventen, tienen la derrota pintada en la frente. Este pueblo es sabio y no cree ni en ollas ni en cuentos chinos.
Brian@juventudsucre.com
@Brianfincheltub

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