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jueves, 10 de abril de 2014

NESTOR SUAREZ. EL SOCIALISMO

Estoy dedicando mis clases universitarias a dos de los mas notables economistas y filosofos sociales del siglo XX, Ludwig von Mises y Friedrich von Hayek.

En este caso examinare una de las obras mas influyentes de Mises : Socialismo. Mises desarrollo una integrada y deductiva ciencia economica, muy completa, basada en el axioma fundamental de que todos los individuos actuan consistentemente con el proposito de alcanzar sus metas deseadas. 
Mises concluyo que la unica politica economicamente viable y exitosa para la raza humana era una politica irrestricta de laissez-faire, de mercados libres y del ejercicio pleno de la propiedad privada, con gobiernos estrictamente limitados a la defensa de la persona y la propiedad dentro de su area territorial.
No hay otra. Mises fue capaz de demostrar tres cosas muy importantes:
1. Que la expansion de los mercados libres, la division del trabajo y la inversion de capital privado es el unico camino posible hacia la prosperidad .
2. Que el socialismo es desastroso para la economia moderna , puesto que la ausencia de propiedad privada de la tierra y de los bienes de capital evita cualquier forma racional, economica y productiva de establecimiento de precios, y de estimacion de costos. y finalmente ,
3. Que el creciente intervencionismo gubernamental -sumado a la obstaculizacion y reduccion del mercado- se prueba y demuestra, que lleva inevitablemente al socialismo, a menos que la intervencion sea repelida y el libre mercado restaurado inmediatamente.
Sosteniendo estos puntos de vista hemos luchado por la verdad frente a un siglo cada vez mas devoto del estatismo y el colectivismo; Mises se volvio famoso por su intransigencia  frente al socialismo.
Como consejero economico del jefe del gobierno austriaco en los anos 1920 , Mises fue capaz de reducir la inflacion; y desarrollo su propio seminario privado, el cual atrajo a los mas sobresalientes jovenes economistas, cientificos sociales y filosofos de Europa , entre ellos su mejor discipulo , Friedrich A. Hayek.
Su teoria del ciclo de negocios acusaba a las politicas inflacionarias de los Bancos Centrales por la inflacion y la depresion. Habiendo escapado de los nazis a los EEUU, Mises hizo mucho de su mas importante trabajo en su patria adoptiva. 
Durante dos decadas de ensenanza inspiro a una emergente Escuela Austriaca en ese pais. En 1974, un año despues de su muerte ( 1973 ), su mas distinguido seguidor , F. A. Hayek, fue reconocido con el premio Nobel de Economia por su trabajo en la elaboracion de la teoria del ciclo de negocios de Mises durante las decadas de 1920 y 1930.
Algun dia Venezuela saldra de este marasmo y esta confusion. Ese dia todos tendremos que volver los ojos al Libre Mercado y a la Escuela Austriaca de Economia . Espero que cuando llegue ese dia mis estudiantes que hoy se encuentran luchando por su patria , puedan hacer su aporte y su contribucion a la reconstruccion de Venezuela. Personalmente mi aporte y contribucion son estas clases, cursos, seminarios, conferencias y nuestra catedra de Economia de la Oferta.
Nestor Suarez
nsuarez07@hotmail.com
@esLibertadOrg

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domingo, 24 de noviembre de 2013

GABRIEL BORAGINA, LA META DE LA PROPIEDAD COMÚN

Desde tiempos inmemoriales filósofos y pensadores de todas las épocas han buscado y creído posible -y hasta deseable- la meta de la propiedad común como medio de supresión de la propiedad privada. Sin embargo, este ideal adquirió su mayor fuerza con el advenimiento de las teorías marxistas que pretendieron darle a tal objetivo la categoría de "científico", y por lo tanto plenamente realizable.

Al respecto, explica el Dr. A. Benegas Lynch (h):
"Roosevelt formula diversas críticas a la idea de abolir el mercado e intenta algunas explicaciones sobre las dificultades que surgirán cuando se adopta esa política pero afirma que la propiedad común de los medios de producción se derivaría lógicamente de la premisa marxista. La premisa consistiría en que la etapa anterior de la sociedad comunista -el capitalismo- producirá la abundancia plena". ... "De ahí Roosevelt concluye que se asume la abundancia (p. 128) “por tanto en la visión de Marx, la sociedad comunista no tendrá que pelear con ‘el problema económico’, podrá lograr sus metas en un medio de abundancia” (p. 129). Anotamos al margen que esta lectura sobre Marx y Engels -en cuanto a que asumen la abundancia- no nos parece ajustada rigurosamente al sentido del texto, pero sin duda que si este fuera el caso no tendría sentido la propiedad privada de bienes y servicios, ni tampoco el mercado."[1]
Por supuesto que, si la abundancia fuera simplemente un dato de la realidad o, en otras palabras, la escasez hubiera desaparecido por completo de la faz del planeta, no existiría problema alguno en establecer un régimen de propiedad común, ya que habiendo "de todo para todos" y sobrando en las cantidades deseadas todos los bienes, carecería de objeto incluso la ciencia económica misma.
Sin embargo, lamentablemente no es ese el mundo en el que vivimos, al menos no lo es por el momento, y no lo será por muchísimo tiempo más. Los recursos continúan siendo escasos frente a necesidades humanas ilimitadas, y es precisamente en virtud de este último principio que si es un dato de la realidad que la propiedad común nunca ha podido ser, ni antes ni hoy, posible.
"El socialismo no persigue en modo alguno la división de los medios de producción y también desea hacer más que solamente expropiarlos; busca producir sobre la base de la propiedad común de los bienes de producción. Por tal razón, aquellas proposiciones que sólo apuntan a la expropiación de los medios de producción no pueden ser consideradas como socialismos; a lo más, pueden constituir proposiciones para una vía hacia el socialismo."[2]
 Pero la propiedad común de los bienes de producción, allí donde se la ha intentado, ha demostrado ser imposible, dado que la propiedad siempre es o pertenece a alguien, y sólo hay dos maneras de apropiarse de ella: una es por la fuerza y la otra es mediante acuerdos libremente celebrados y pactados entre las partes, lo que jurídicamente se denominan contratos.
Tampoco existen fórmulas intermedias o transaccionales entre la propiedad común y la propiedad privada. Siempre será una o la otra. Ambas son excluyentes:
"Todo intento de abolir a través de una transacción el contraste existente entre la propiedad común y la propiedad privada de los medios de producción es, por lo tanto, equivocado. La propiedad siempre estará localizada allí donde resida el poder de decisión. En consecuencia, el socialismo de estado y las economías planificadas, que desean conservar la propiedad privada legal y nominalmente –pero que en el hecho subordinan el poder de disponer a las órdenes del estado porque persiguen socializar la propiedad– son sistemas socialistas en todo el sentido de la palabra. La propiedad privada sólo existe allí donde el individuo puede manejar su propiedad privada de los medios de producción del modo como considere más ventajoso."[3]
Esto es, ni más ni menos, lo que ocurría en los sistemas nazi y fascista, donde jurídica y nominalmente se permitía que la propiedad figurara en cabeza de personas o empresas, pero que -en los hechos o también legalmente- quienes eran los únicos facultados a tomar decisiones sobre la administración y disposición de tales propiedades eran los funcionarios nazis o fascistas. Como explica L. v. Mises, se trataban de socialismos de estado y economías planificadas. Y así sigue siendo hoy en día, aunque los gobiernos del mundo no digan adherir ni al nazismo ni al fascismo, no obstante adoptan sus mismos métodos, quizás algo menos violentos a los que implementaban Hitler, Mussolini y fauna similar a estos dos ejemplares.
En efecto, los controles de precios, las restricciones al comercio exterior (importaciones y exportaciones) la inflación, las regulaciones gubernamentales, el gasto público, los impuestos, y el sin fin de desorbitadas medidas económicas que los gobiernos adoptan, no son otra cosa más que virulentos ataques a la propiedad privada para reemplazarla por una falsa propiedad "común", que de "común" sólo tiene que pertenece en común a los políticos que dirigen el gobierno. Toda propiedad común implica una transferencia de ingresos del sector privado al sector estatal, es decir, una lisa y llana expropiación de la propiedad.
Es que, como ha explicado el genial Friedrich A. von Hayek:
"Nuestra generación ha olvidado que el sistema de la propiedad privada es la más importante garantía de libertad, no sólo para quienes poseen propiedad, sino también, y apenas en menor grado, para quienes no la tienen."[4]
La propiedad "común" fue, es y seguramente será siempre un mito.
[1] Alberto Benegas Lynch (h). Socialismo de mercado. Ensayo sobre un paradigma posmoderno. Ameghino Editores y Fundación Libertad –Rosario. Pág. 102 y 103.

[2] Ludwig von Mises. "SOCIALISMOS Y PSEUDOSOCIALISMOS" Extractado de Von Mises, Socialism: An Economic and Sociological Analysis, capítulos 14 y 15. La traducción ha tenido como base la versión inglesa publicada por Liberty Classics, Indianápolis, 1981. Traducido y publicado con la debida autorización. Estudios Públicos, 15. Pág. 28 y 29

[3] L. v. Mises, "SOCIALISMOS Y..." Op. Cit. Pág. 37

[4] Friedrich A. von Hayek, Camino de servidumbre. Alianza Editorial. España. pág. 140

gabriel.boragina@gmail.com

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miércoles, 2 de octubre de 2013

GABRIEL GASAVE, LUDWIN VON MISES, EL GRAN DESMISTIFICADOR DE LA VIABILIDAD DEL SOCIALIESMO

Corresponde rendirle homenaje a quien por  su  obra y prestigio, se hiciera merecedor a ocupar un importante sitial en la historia de las ideas  del  siglo  veinte.  Alguien  que fuera un  tenaz  paladín de los emprendedores   y   de  los  innovadores   tanto  intelectuales  como empresariales,  cuya tarea constituye la llave para el progreso de la humanidad  y   quienes,   como  él  nos  lo   demostrara,  solamente pueden florecer en el contexto de una sociedad libre.


Ese hombre es Ludwig von Mises quien nació un 29 de septiembre de 1881 en la ciudad de Lemberg, en territorio que por entonces pertenecía al imperio austrohúngaro. La vasta cantidad de libros y artículos por él publicados y de conferencias brindadas conforman un valioso conjunto de obras que aquellos que deseen abocarse al estudio de la epistemología, la economía y la filosofía de la libertad no pueden soslayar. Sus dos trabajos más importantes y los que mejor reflejan su pensamiento son Socialismo (1922) y La Acción Humana (1949). Para quienes recién se inicien en el pensamiento miseano, su lectura quizás debería estar precedida por alguna de sus obras más populares, tales como Burocracia (1944) y Planificación para la Libertad (1952).
Mises era un ferviente defensor de la economía de mercado y de la sociedad abierta. Su oposición al socialismo, y a toda forma de intervención gubernamental, derivaba de su simpatía por el capitalismo y su afecto por la libertad individual y convicción de que los intereses individuales de los hombres libres pueden convivir en armonía, en razón de que en una sociedad abierta la ganancia de un individuo no está constituía por la perdida de otro, sino en realidad por el beneficio que el primero le proporciona a sus semejantes.
La puesta en práctica de sus enseñanzas resulta necesaria para la preservación de la civilización. Con Mises quedó demostrado que en su esencia la vida en sociedad se basa en la división del trabajo. Si careciéramos de la mayor productividad laboral que nos brinda la división del trabajo, sencillamente gran parte de la humanidad moriría de inanición. Al mismo tiempo, encontramos que la propia existencia y el eficaz funcionamiento de esa división del trabajo dependen fundamentalmente de que contemos con las instituciones básicas de una sociedad abierta, es decir: gobierno limitado y libertad económica, propiedad privada, moneda sana, ahorro e inversión, libre competencia, y afán de lucro. Como vemos, se trata de instituciones que en todas partes, y en especial en nuestro país, han sido severamente atacadas desde hace ya varias décadas.
Cuando Mises ingresa al mundo de las ideas, el marxismo y otras corrientes socialistas detentaban un monopolio intelectual de facto, situación a la que coadyuvaron ciertos errores e inconsistencias significativas en los trabajos de Adam Smith (1723-1790) y David Ricardo (1772-1823) y algunos de sus seguidores. A su vez, las obras de William S. Jevons (1835-82), y de los primeros economistas austriacos—Carl Menger (1840-1921) y Eugen von Böhm-Bawerk (1851-1914)—no eran lo suficientemente extensas como para ofrecer una contraofensiva eficaz frente a los socialistas. Por su parte, Frédéric Bastiat (1801-1850) si bien había procurado ofrecer una, falleció muy joven, y de todos modos probablemente hubiese carecido de la profundidad teórica necesaria.
Así las cosas, cuando el profesor von Mises irrumpió en el mundo de las ideas, virtualmente no había ni una oposición intelectual al socialismo ni una defensa del capitalismo que tuviesen un carácter sistemático. Las murallas intelectuales de la civilización estaban desguarnecidas y lo que Mises logró, y que constituye la esencia de su grandeza, fue la construcción de una defensa intelectual de la sociedad abierta.
Por entonces, el núcleo del argumento colectivista sostenía que las instituciones de una sociedad liberal estaban al servicio de los intereses de tan solo un puñado de poderosos explotadores, especuladores y monopolistas y que dichas instituciones se desenvolvían en flagrante oposición al bienestar de la gran mayoría de la sociedad, bienestar del que supuestamente el socialismo sí vendría a ocuparse.
La respuesta que solía ofrecerse frente a este planteo era una que exclusivamente se avocaba a pergeñar mecanismos tendientes a quitarle a los emprendedores un poco menos del fruto de su trabajo que lo que exigían los socialistas. Mises en cambio, desafió esa conjetura simplista y generalizada y demostró que una sociedad basada en el respeto por la libertad de acción y la propiedad privada favorece los intereses individuales de todos sus integrantes, incluidos aquellos que no son “capitalistas”—sino “proletarios”, según la jerga de la época.
En una sociedad libre, demostraba el profesor von Mises, la propiedad privada de los medios de producción está al servicio del mercado. Los beneficiarios directos de las empresas y comercios son todos aquellos que adquieren sus productos y utilizan sus servicios. Y, junto con el incentivo de las perdidas y las ganancias y la libertad para competir que el mercado implica, la existencia de la propiedad privada garantiza una siempre creciente oferta de productos para todos.
La mayor y más original contribución al pensamiento económico que hiciera Mises fue la de demostrar que el socialismo no solamente elimina el incentivo que proporcionan las ganancias y las perdidas y la libertad de competir junto con la propiedad privada de los medios de producción, sino que torna imposible el cálculo económico, y en consecuencia es un sistema que redunda en el caos. Por socialismo entendemos a la abolición del sistema de precios y la división del trabajo; y la concentración de todo el proceso de toma de decisiones en manos de una junta de planificación centralizada o dictador supremo.
Sin embargo, la planificación de un sistema económico está más allá del poder y del conocimiento de alguien: el número, la diversidad, y las características propias de los distintos factores de producción, las diferentes alternativas tecnológicas que están abiertas a ellos, y las disímiles combinaciones posibles de lo que se podría llegar a producir con ellos, escapan a las facultades de incluso el más grande de los genios que pudiésemos concebir.
Mises probó que la planificación económica requiere de la cooperación de todos los participantes del sistema económico. Ella solamente puede existir en una sociedad libre y capitalista en la cual, cada día, los empresarios efectúen sus planes basándose en el cálculo de las ganancias y las pérdidas; donde por su parte los trabajadores, hagan lo mismo en función de los salarios que se están abonando por servicios similares a los que ellos ofrecen y los consumidores planifiquen ponderando los precios de los bienes de consumo a su disposición.
Sostenía que el cálculo económico es esencial para una economía desarrollada; y de ello se colige una importante conclusión adicional: Solamente en una economía capitalista puede tener lugar el cálculo monetario. Una economía centralmente planificada no tiene manera de calcular económicamente y de esa forma no puede prosperar. Mises demostró la imposibilidad de todos los esquemas socialistas, porque los mismos dejan a los planificadotes económicos sin medio alguno con el cual desarrollar el calculo económico. Una oficina central de planificación no posee ningún mecanismo que pueda suplir el rol que los precios desempeñan en el mercado.
Las contribuciones que Ludwig von Mises hizo a la confrontación teórica entre el capitalismo y el socialismo son inmensas. Antes de su aparición en escena, la mayoría de los individuos no eran concientes de que en una sociedad libre existe una planificación económica. Aceptaban, sin entrar en detalles, el dogma marxista de que el capitalismo implicaba una anarquía en materia de producción y que el socialismo venía a representar a la planificación económica racional.
Quienes viven en una sociedad capitalista, se encuentran literalmente rodeados por la planificación económica, y sin embargo no se dan cuenta de su existencia. A diario, hay incontables empresarios que están planificando expandir o achicar sus empresas, introducir nuevos productos o discontinuar alguno de los más vetustos, abrir nuevas sucursales o cerrar alguna de las existentes, modificar sus métodos de producción o seguir con los métodos y procesos actuales, contratar a nuevos trabajadores o dejar que se marchen algunos de los que ya trabajan para ellos. Y también, a cada instante existen innúmeros trabajadores que están planificando mejorar sus habilidades, cambiar de empleo, o seguir como están; y cientos de miles de consumidores, planificando adquirir una casa, automóviles, electrodomésticos o simplemente helados.
No obstante ello, la gente no utiliza el término planificación para referirse a todas esas tareas, reservándolo pura y exclusivamente para describir los vanos esfuerzos de un puñado de burócratas gubernamentales, quienes, habiendo obstaculizado o directamente prohibido la planificación por parte de los demás, presuponen que con su sapiencia e inteligencia pueden reemplazar las decisiones de millones de seres. Cualquier similitud con la presuntuosa actitud de los líderes de nuestra Argentina actual no es mera coincidencia.
Mises fue quien destacó la existencia de la planificación dentro de la economía de mercado, la circunstancia de que la misma se basa en los precios, es decir en el cálculo económico, y el hecho de que el sistema de precios es el único que nos brinda a cada instante la información necesaria para coordinar las actividades de decenas de millones de planificadores individuales.
Demostró que cada individuo, al preocuparse por obtener un ingreso y limitar sus gastos, es guiado de manera tal que ajusta sus planes individuales a los planes del resto de la sociedad. Por ejemplo, aquel empleado que decide convertirse en ingeniero en lugar de dedicarse a la música, en virtud de que al valorar más los mayores ingresos que obtendrá como ingeniero, modifica los planes atinentes a su carrera profesional en respuesta a los planes que otros tienen de solicitar sus servicios de ingeniería y no de demandar sus composiciones musicales. O el caso de la persona que decide que un automóvil es demasiado costoso y por ende claudica en su plan de adquirirlo, que está de manera similar involucrada en un proceso tendiente a ajustar sus propios planes con los planes de los demás; en virtud de que lo que vuelve demasiado costoso al vehículo en cuestión son los planes de los otros de comprarlo al tener la posibilidad y el deseo de pagar más por él.

Fundamentalmente, lo que Mises demostró fue la circunstancia de que toda empresa, al procurar obtener ganancias y evitar las pérdidas, es guiada en la planificación de sus actividades de un modo en el que no tan solo la misma resulta útil para los planes de sus propios clientes, sino que toma en cuenta además los planes de todos los demás usuarios de los mismos factores de producción en el mercado.
En definitiva, el profesor von Mises logró demostrar que el proceso de mercado implica la existencia de un sistema económico planificado de manera racional mediante la combinación de los esfuerzos basados en el interés propio de todos aquellos que participan en él. El fracaso del socialismo, probó Mises, se debe al hecho de que el mismo no representa una planificación económica, sino su destrucción, dado que la misma solamente puede existir en el marco de una sociedad libre y del sistema de precios.
Demostró también que la competencia que tiene lugar en el proceso de mercado es de una naturaleza totalmente distinta a la que observamos por ejemplo en el reino animal. No se trata de una competencia por los escasos medios de subsistencia que suministra la naturaleza, sino una competencia por la creación de una nueva y adicional riqueza, de la cual todos se benefician.
Por ejemplo, las consecuencias de la competencia que en su momento tuvo lugar entre los técnicos que se dedicaban a la reparación de las antiguas máquinas de escribir y aquellos que comenzaron a desempeñarse en el incipiente campo de la industria informática no fueron las de que el primero de los grupos pereció a causa de una hambruna, sino la de que todos comenzaron a disponer de más recursos e ingresos para adquirir también cantidades adicionales de otros bienes. Esto fue cierto incluso respecto de los técnicos que “perdieron” la competencia, tan pronto como fueron reubicados en otras áreas del de mercado, las que lograron expandirse precisamente debido a las innovaciones en el rubro de la cibernética.
Al repensar la Ley de las ventajas comparativas de David Ricardo, el profesor von Mises demostró que en el proceso competitivo que tiene lugar en el mercado hay lugar para todos, incluso para aquellos que posean las más modestas de las habilidades. Esos individuos solamente precisan concentrarse en las áreas en las cuales su inferioridad productiva sea menor en términos relativos. Por ejemplo, una persona que no es capaz de desempeñarse más que como un mero albañil no tiene que temerle a la competencia del resto de la sociedad, en la que casi todos sus miembros podrían ser mejores albañiles que él, si a eso deseasen dedicarse. La persona de capacidad limitada que está deseando trabajar como albañil por menos de lo que otros pueden percibir en otras actividades, no tiene porque preocuparse respecto de la competencia de aquellos. En verdad, los está dejando fuera de competencia para el puesto de albañil al desear aceptar un ingreso más bajo que el de ellos.
Von Mises demostró que una armonía de intereses prevalece también en este caso. La existencia del albañil del ejemplo permite que individuos más talentosos dediquen su tiempo a tareas más exigentes, mientras que la existencia de estos últimos le permite a su vez al albañil acceder a bienes y servicios que de otra forma resultarían imposibles de obtener para él.
Sostuvo con una lógica incontestable que las causas económicas de los conflictos bélicos son el resultado de la interferencia gubernamental, bajo la forma de barreras comerciales y migratorias, y que dicha interferencia que viene a restringir las relaciones económicas con el extranjero es a su vez una consecuencia de otra ingerencia gubernamental, aquella que restringe la actividad económica interna. Por ejemplo, los aranceles se vuelven necesarios como una forma de evitar la desocupación solamente en un contexto en el cual existan leyes de salario mínimo y una legislación favorable a los sindicatos, la cual impide que la mano de obra interna enfrente de igual a igual a la competencia extranjera mediante la aceptación de salarios más bajos cuando fuese necesario. Mises demostró también que el fundamento de la paz mundial es una política de laissez-faire tanto a nivel interno como internacional.
Algo que von Mises puso en evidencia es el hecho de que todas las acusaciones en contra del mercado libre eran infundadas o que las mismas debían ser dirigidas contra la intervención gubernamental, la cual distorsiona y destruye las realizaciones y logros del mercado.
Estuvo entre los primeros en señalar que la pobreza que existía en los albores de la Revolución Industrial era fruto del legado de toda la historia previa. La misma se debía a que la productividad del trabajo era todavía sumamente baja, y a que los científicos, inventores, empresarios, ahorristas e inversionistas solamente podían alcanzar progresos de un modo muy paulatino pues les resultaba dificultoso acumular el capital necesario para poder incrementarlos con el paso del tiempo.
Demostró que todas las políticas legislativas tendientes supuestamente a mejorar la condición de los trabajadores y de las masas eran en verdad contrarias a los intereses de aquellos a los que estaban diseñadas a ayudar—que su efecto era el de generar desempleo, retardar la acumulación de capital, y de esa manera mantener baja la productividad del trabajo y el estándar de vida de todos.
En una trascendental y original contribución al pensamiento económico, demostró que las depresiones eran consecuencia de las políticas de expansión crediticia auspiciadas por el gobierno, diseñadas para lograr que la tasa de interés se mantuviese por debajo de los niveles del mercado. Dichas políticas, evidenció Mises, daban lugar a malas inversiones a gran escala, las que privaban al mercado del capital liquido necesario y resultaban a posteriori en contracciones del crédito que provocaban los ciclos económicos de depresión.
Fue uno de los principales defensores del patrón oro y del laissez-faire en el ámbito de la industria bancaria, la cual consideraba que alcanzaría en ese marco virtualmente una reserva cercana al 100%, lo que imposibilitaría de ese modo tanto la inflación como la deflación de la moneda.
En síntesis, Mises fue capaz de demostrar: que la expansión de los mercados libres, la división del trabajo, y la inversión privada de capital constituyen el único sendero posible hacia la prosperidad y el florecimiento de la especie humana; que el socialismo sería desastroso para una economía moderna en virtud de que la ausencia de propiedad privada de la tierra y de los bienes de capital impide cualquier clase de determinación racional de los precios, o estimación de costos, y que la intervención gubernamental, además de obstaculizar y paralizar al mercado, resultaría ser anti productiva, conduciendo inevitablemente al socialismo a menos que el conjunto entero de las intervenciones fuese derogado.
En el prologo de la edición en español de Planificación Para la Libertad, el Doctor Alberto Benegas Lynch en su carácter de Presidente del Centro de Estudios sobre la Libertad escribía sobre Mises estos conceptos que compartimos en su totalidad y que cobran una vigencia inusual en nuestro medio por estos días: “De las enseñanzas de Mises resulta claro que es perjudicial sostener que primero hay que producir y luego distribuir, porque la producción y la distribución son simultáneas y sólo se logra la productividad óptima en el marco del respeto a la propiedad y a la libertad. Nadie va a invertir sus ahorros y capitales con entusiasmo si le dicen que cuando haya producido la abundancia que promueve el bienestar general, el estado, compulsivamente, le va a confiscar una parte de la producción para distribuirla de otra manera que no sea mediante el libre juego de los factores productivos. Mises explica con claridad meridiana que ninguna distribución es más justa y equitativa que la que resulta del mercado no intervenido, en el cual cada factor de producción recibe su parte en función de su aporte al proceso productivo”.
Desde el deceso de Mises acaecido el 10 de octubre de 1973 en la Ciudad de New York a los 92 años, su doctrina e influencia han experimentado un renacimiento. Si bien nadie que analice las actuales circunstancias que vive el mundo y en particular América Latina, puede evitar tener un dejo de pesimismo respecto al futuro, las tendencias pueden cambiar y ello en gran medida dependerá de cuán diestros y tenaces seamos en la difusión de ideales tan nobles como los que Ludwing von Mises nos dejara.

@ElIndependent

http://independent.typepad.com/elindependent/2007/05/ludwig_von_mise.html


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miércoles, 31 de julio de 2013

GABRIEL BORAGINA, , IGUALDAD DE OPORTUNIDADES,

Es bastante difícil encontrar personas que no estén a favor de la "igualdad de oportunidades", pero -al mismo tiempo- no es menos dificultoso hallar quienes se hayan detenido a pensar si lograr dicha meta es fácticamente posible, siquiera en alguna medida mínima.

Lamentablemente, lo que se ha dado en llamar el ideal igualitario o igualitarista, es imposible de ser alcanzado -y esto último- no por defectos o malas intenciones en (o de) la naturaleza humana, sino por motivos más de fondo, que radican -en última instancia- en circunstancias fácticas, de tipo físico (incluido el biológico) y psicológico

El Dr. Krause explica:

"Entre las tantas cosas que nuestras sociedades modernas demandan de sus gobernantes se encuentra extendida aquella que se resume en la frase "igualdad de oportunidades". No obstante, a poco que pensemos sobre ello nos daremos cuenta que la misma, en su sentido literal, es imposible. El conocimiento se encuentra inevitablemente disperso, como también los talentos y capacidades, y así también los recursos.

Es más, si efectivamente lográramos tener un gobierno que alcanzara dicho objetivo, sería uno en el cual se extinguiría todo vestigio de libertad individual y el respeto por muchos de los derechos que ahora también exigimos que esos gobiernos respeten y garanticen. Tenemos distintas preferencias y nos proponemos alcanzar distintos fines en nuestras vidas y ése es un conocimiento que sería imposible transmitir a un agente tal como el gobierno para que nos lo otorgue.

La función del gobierno, entonces, no puede ser garantizarnos ciertos resultados particulares a cada uno de nosotros sino generar ciertas condiciones generales en las que tengamos “más” oportunidades para perseguir, y eventualmente alcanzar, cualesquiera que sean nuestros objetivos particulares. Es mantener dicho orden, formado por un marco de normas, tanto formales como informales, que tampoco el gobierno mismo ha generado en su totalidad sino que es el resultado de largos procesos evolutivos."[1]

"Inclusión social"

En los últimos tiempos se ha puesto de moda otra alocución que se usa en lugar del ya clásico eslogan de la "igualdad de oportunidades", y el que ya se ha convertido en una muletilla de políticos, periodistas y muchas otras personas, que hablan incesantemente de la "inclusión social". Sin embargo, nadie acierta a definir con exactitud a qué se quiere referir con esta novedosa fórmula, lo que no impide, a poco que quien intente explicarla lo haga, descubrir que detrás de esta nueva expresión no encontramos otra cosa que a nuestra antigua conocida "igualdad de oportunidades". Parece ser que esta es una nueva estrategia de "progresistas" y "populistas" para escapar a la necesidad de probar cómo sería posible conseguir aquella utópica "igualdad de oportunidades". No obstante, el punto de estos "modernos" demagogos sigue siendo esta hipotética "igualdad" imposible de obtener.

La "inclusión" que se pide, es la de los "desfavorecidos" en el círculo de los "favorecidos", y esta declamada "inclusión" sólo podría lograrse mediante el añejo expediente de quitarles a aquellos "favorecidos" lo que les pertenece, y entregárselo a los que no les pertenece (los "desfavorecidos"), con lo que nos volvemos a topar con otro eslogan mas pretérito aun: el de "la justicia social", que ya hemos examinado otras veces. Y si se negara, diciendo que se tratan de "cosas diferentes", ello nos llevaría de retorno al concepto de "igualdad de oportunidades".

 "La "igualdad de oportunidades" carece de trascendencia en los combates pugilísticos y en los certámenes de belleza, como en cualquier otra esfera en que se plantee competencia, ya sea de índole biológica o social. La inmensa mayoría, en razón a nuestra estructura fisiológica, tenemos vedado el acceso a los honores reservados a los grandes púgiles y a las reinas de la beldad. Son muy pocos quienes en el mercado laboral pueden competir como cantantes de ópera o estrellas de la pantalla. Para la investigación teórica, las mejores oportunidades las tienen los profesores universitarios. Miles de ellos, sin embargo, pasan sin dejar rastro alguno en el mundo de las ideas y de los avances científicos, mientras muchos outsiders suplen con celo y capacidad su desventaja inicial y, mediante magníficos trabajos, logran conquistar fama."[2]

Casi todos los gobiernos -y no sólo los populistas y progresistas que venimos sufriendo desde hace décadas-, persiguen la utopía igualitaria, y buscan ese mundo plano y chato en el que nadie sobresalga ni destaque sobre su prójimo. Lo que obtienen es la paralización del progreso y del mejoramiento humano, al tiempo que las riquezas y el poder económico se acumulan en manos de una clase política que, habiendo pasado por el poder o permaneciendo en el mismo en cualquiera que sea sus niveles, es cada vez menos igual a aquellas masas de gentes que demagógicamente dicen que quieren "igualar en oportunidades". La única "igualdad de oportunidades" que jamás estarán dispuestos a compartir es la oportunidad de hacerse con el poder absoluto y totalitario con el cual someten a sus gobernados. Prueba de ello, son las demagogias sudamericanas en manos de los Kirchner en Argentina, Morales en Bolivia, Correa en Ecuador y el comunismo chavista venezolano.

El sistema que brinda mayores oportunidades para todos es el capitalismo, como lo explica el Dr. Mansueti cuando dice de él:

"No es perfecto, aunque es muy superior a cualquier otro para generar ahorros e inversiones, que llevan a la formación o “acumulación” de capital. Es ideal para los trabajadores, porque la competencia incrementa sus oportunidades de empleo y opciones para escoger entre numerosos empleadores, y la acumulación de capital aumenta su productividad e ingresos reales. Y quienes mejor lo saben son los propios obreros: ellos se trasladan, casi siempre con sacrificios y altos costos, desde sitios donde hay relativamente menos libertades y oportunidades, a destinos donde hay (relativamente) más; y nunca a la inversa."[3]

[1] Martín Krause. Índice de Calidad Institucional 2012, pág. 6 y 7
[2] Ludwig von Mises, La acción humana, tratado de economía. Unión Editorial, S.A., cuarta edición. Pág. 424-425
[3] Alberto Mansueti. Las leyes malas (y el camino de salida). Guatemala, octubre de 2009, pág. 66-67

gabriel.boragina@gmail.com

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jueves, 11 de julio de 2013

NELSON MAICA C., PENSADORES, LEW ROCKWEL, POLITICA

        Lew Rockwell, Llewellyn Harrison Rockwell, Jr., USA, 1944-, comentarista político libertario, defensor de la escuela austriaca de la economía y ex presidente del Instituto Ludwig von Mises.

•        Rockwell es católico romano y tiene una licenciatura en inglés de la Universidad Tufts. Se desempeñó como jefe de personal del congresista Ron Paul de 1978 a1982. Ha mantenido una relación de trabajo con Paul durante años, como editor de "The Ron Paul Investment Letter", como consultor para la campaña de Paul por el Partido Libertario en 1988 para Presidente de los Estados Unidos, y como vicepresidente de la comisión exploratoria, luego abortada, de Paul para la nominación presidencial por el Partido Republicano en 1992. 

•        Es el autor de Speaking of Liberty, una antología de editoriales que se publicaron originalmente en su sitio web junto con transcripciones de algunos de sus discursos. Rockwell y el Instituto Ludwig von Mises publican juntos el Journal of Libertarian Studies.

•        En 1982, Rockwell funda el Mises Institute en Auburn, Alabama, y es su presidente. También es vicepresidente del Center for Libertarian Studies en Burlingame, California, y es editor del popular sitio web de análisis político LewRockwell.com.

•        El pensamiento de Rockwell está estrechamente asociado a su maestro y colega Murray Rothbard, hasta la muerte de este en 1995.

•        La ideología política de Rockwell, como la de Rothbard en sus últimos años, combina una forma de anarquismo capitalista con el conservadurismo cultural y la escuela austríaca de economía; durante la década de 1990 llamó a estas ideas paleolibertarismo, pero Rockwell dejó de usar este término.
•        También aboga por conceptos federalistas como medio de promoción de la libertad contra el gobierno central, y también aboga por la secesión por las mismas razones políticas descentralistas.

•        Es partidario de la política de no intervención o aislacionista, siendo contrario a la guerra y al imperialismo; sostiene además que el mundo occidental está amenazado por una intersección de fascismo y socialismo a medida que los políticos y los Estados centralizan su poder.

•        Publicaciones: Speaking of Liberty (2003; online e-book) ISBN 0-945466-38-2. The Left, The Right, and The State (2008; online e-book) ISBN 978-1-933550-20-6. Man, Economy, and Liberty: Essays in Honor of Murray N. Rothbard (con Walter Block) (1986; online e-book) ISBN 99911-786-2-7. The Free Market Reader (1988; online e-book) ISBN 0-945466-02-1. The Economics of Liberty (1990; online e-book) ISBN 0-945466-08-0. The Gold Standard: Perspectives in the Austrian School (1992; online e-book), ISBN 0-945466-11-0. Murray N. Rothbard: In Memoriam (1995; online e-book) ISBN 0-945466-19-6. The Irrepressible Rothbard (2000; online e-book) ISBN 1-883959-02-0. Tomado de Wikipedia.

nelsonmaica@gmail.com


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martes, 27 de noviembre de 2012

NARCISO GUARAMATO PARRA, LOS FUNDAMENTOS DE LA LIBERTAD, ABRAHAM LINCOLN, LUDWIN VON MISES, LIONEL CH. ROBBINS, FRIEDRICH VON HAYEK,

El mundo no ha tenido nunca una acertada definición de la palabra libertad y justamente  ahora el pueblo americano necesita mucho una definición. Todos nos pronunciamos por la libertad, pero cuando usamos la misma palabra no le damos idéntico significado… Existen dos cosas no solamente diferentes sino incompatibles, que designamos con el término libertad.” (Abraham Lincoln)

Como henos reseñado, a principios del siglo XX, en el corazón del imperio Austroungaro surgió un grupo de intelectuales que cuyos principios económicos forman parte fundamental de la teoría económica contemporánea, la Escuela Austriaca de Economía.

Estos economistas, de cuales, von Mises era uno d su valores más representativos, fueron más allá y escribieron las más duras críticas a una nueva forma de ver al mundo y que se conoce como “Socialismo o Comunismo”. Ludwig von Mises, en el año 1922 publicó un texto con el simple título de “Socialismo”, en sus páginas se analiza muy claramente los problemas que se presentan para su instalación y la inviabilidad de su ejecución. Tan clara y convincente fue la tesis planteada, que dos de sus alumnos más importantes: Lionel Charles Robbins (1898 - 1984) y Friedrich Hayek (1899 - 1992), furibundos socialistas, al leer el libro se convirtieron en liberales.

Friedrich August von Hayek, filósofo, jurista y economista, nace en Viena en el año 1899, se doctoró en Derecho y ciencias políticas en la Universidad de su ciudad natal, y desde 1921 a 926 fue funcionario de la administración austriaca. Durante los años1927-1931 se desempeñó como director del Instituto para el Análisis del Ciclo Económico de Viena. Por algún  tiempo fue también profesor de economía en la Universidad de Viena. En los años 1931-1950, gracias a Lionel Robbins, también alumno de von Mises, se fue a Londres donde ocupó una cátedra en la London School of Economics. Durante sus años en Londres tomó una gran notoriedad y fama en el ámbito académico, tanto por sus publicaciones y estudios, como por su rivalidad con Keynes y la beligerancia en contra de sus ideas. Pero durante los años 30, fueron las ideas de Keynes las que se impusieron y también tras la Segunda Guerra Mundial triunfaron gobiernos socialdemócratas o socialistas, con lo que Hayek perdió relevancia y mucha de la fama que había ganado de joven. En 1950 hasta 1952 fue profesor en la Universidad de Chicago, pasó luego a la Universidad de Friburgo en Alemania, durante los años 1969-1977, profesó en la de Salzburgo, muere en Friburgo en 1992 para ser enterrado en Viena.

Los aportes de Hayek se vio plasmado en 130 artículos y 25 libros, de las cuales se pueden mencionar: “ La teoría monetaria y el ciclo económico”(1929); “Precios y producción” (1931); “Economía y conocimiento” (1936); ”La teoría pura del capital” (1941); “Individualismo y orden económico” (1948); “Los fundamentos de la psicología teórica” (1952);  “El capitalismo y los historiadores” (1954); “Derecho, legislación y libertad” (1973, 1976, 1979. 3 vols.); “La desnacionalización del dinero” (1976); “La fatal arrogancia. Los errores del socialismo” (1988).

Esta vasta obra, le dio a Hayek el reconocimiento mundial, hasta el punto de serle otorgado en 1974 el Nobel de economía, el mayor reconocimiento que puede obtener un economista.

Sin embargo, fueron dos libro que no tocan la teoría económica, los que le dieron fama entre los lectores no economistas y que se convirtieron en verdaderos best sellers, nos referimos a “Camino de servidumbre” (1944), cuya tesis central es que Socialismo y Totalitarismo son esencialmente lo mismo, dos retoños del colectivismo y éste, a su vez, un modelo de organización incompatible con la libertad humana; y “Los fundamentos de la libertad” (1959), cuyo objetivo es describir un ideal, demostrar cómo puede alcanzarse y explicar lo que su realización significaría en la práctica.

El liberal cree que los límites que la democracia debe imponerse son también los límites dentro de los cuales puede, de manera efectiva, funcionar y el marco donde así mismo la mayoría puede dirigir y controlar verdaderamente las acciones del gobierno.” (Hayek, F. Fundamentos de la libertad. Unión Editorial. 2006:157)


Narciso Guaramato Parra
@guaramatoparra


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martes, 20 de noviembre de 2012

NARCISO GUARAMATO PARRA, LA ACCION HUMANA

“…El género humano se halla, pues, en víspera de un continuo avance hacia condiciones de vida más satisfactorias. Progresar continuamente es la naturaleza del hombre. De nada sirve quejarse de la presunta pérdida de la felicidad de una fabulosa Edad de Oro. La condición ideal de la sociedad está ante nosotros, no a nuestras espaldas.” (Ludwin von Mises)

En el año 1920, en una de las oficinas de la Cámara Vienesa para el Comercio, la Artesanía y la industria se reunían periódicamente un grupo de jóvenes economistas. Que más tarde se conocerían como la Escuela Austriaca de Economía.

Sin embargo, el economista español, Jesús Huerta de Soto, nos señala que las bases teóricas, se sitúan muchos años antes, con la publicación de los Principios de Economía de Carl Menger. Este autor desarrolla la teoría del valor y de su colorario, la Ley de la Utilidad Marginal. Igualmente nace la idea del coste como valoración subjetiva de las alternativas a las que se renuncia al actuar (costo de oportunidad).

Posteriormente, un brillante alumno de Menger: Eugen Bohm-Bawerk catedrático de Economía en la Universidad de Viena y tres veces ministro de Hacienda del imperio Astrohúngaro, aplicó la teoría subjetiva al mundo financiero, en específico, a la teoría del capital y el Interés.

A su vez, el alumno más aventajado de Bohm-Bawerk, fue Ludwig von Mises, en cuya oficina en la Cámara de Comercio, fue donde se reunía la incipiente Escuela Austriaca.

Ludwig Heinrich Edler von Mises, nació el 29 de septiembre de 1881 en Lamber, capital de Galitzia, entre Polonia y Ucrania.  En 1900 inicia sus estudios en la Universidad Pública de Viena, en la Carrera de Derecho y Administración Pública.

Para esta época el pensamiento de Mises estaba influenciado por la Escuela Histórica de Administración Pública hasta que en 1903 lee el libro de Carl Menger, lo cual lo estimula a cursar el seminario de Bohm-Bawerk. En 1909 comienza a trabajar en la Cámara de Comercio de Viena. En 1912 publica La Teoría del Dinero y el Crédito. En 1919 publica Nación, Estado y Economía, y en 1922 El Socialismo. Participó durante dos años en la 1era. Guerra Mundial.

En 1934 se traslada a Ginebra donde se  hará cargo, hasta 1940 de la cátedra de Relaciones Económicas Internacionales de la Universidad de Ginebra. En 1940 parte al exilio, por temor a los nazis. De 1945 a 1969 fue profesor visitante en la Universidad de Nueva York. En 1949 publica una de sus principales obras, La acción humana. Muere en la ciudad de Nueva York, el 10 de Octubre de 1973.

Ludwig von Mises, a lo largo de su vida dejó grandes aportes a la ciencia económica, destacándose entre ellos:

1)   La aplicación de la teoría de la utilidad marginal al dinero, al afirmar que el precio o poder adquisitivo del dinero viene determinado por su oferta y demanda; la demanda de dinero a su vez, la efectúan los seres humanos, no basándose en la utilidad directa que el dinero proporciona, sino en función de su poder adquisitivo, no el de hoy, sino del comportamiento que se forman los actores económicos sobre el poder adquisitivo que el dinero tuvo ayer.

2)   La teoría austriaca del ciclo económico. Mises aplicando las teorías monetarias de la Escuela montarista (Corruncy School) a las teorías subjetivas del capital e interés de Bohm-Bawerk. Se dio cuenta de que la expansión del crédito sin respaldo de ahorro efectivo. No solo genera un crecimiento cíclico y descontrolado de la oferta monetaria, sino también, al plasmarse en la creación de créditos a tasa de interés artificialmente bajas, inevitablemente provoca un alargamiento  ficticio e insostenible de los procesos productivos, que tienden, en forma indebida a hacerse intensivas en capital (uso del factor capital por encima del factor trabajo).

3)   El cálculo económico en socialismo. Mises fue u duro crítico del sistema socialista y sobre su inviabilidad. En un sistema basado en la división del trabajo, y por tanto de cooperación social, afirmaba Mises, la producción requiere métodos para el cálculo de los gastos que exigen todas las formas imaginables y posibles de lograr esos fines. En la sociedad capitalista, las unidades del cálculo son los precios de mercado. Pero en un sistema donde el Estado es dueño de todos los factores de producción no hay mercado, y, por lo tanto, faltan los precios de esos factores. Por lo tanto los administradores socialistas les resulta imposible calcular, si sus planes son razonables o no. No disponen de una auténtica base de comparación entre cantidades de factores materiales de producción y de servicios, y por lo tanto no pueden comparar los gastos necesarios con la producción prevista (von Mises. Gobierno omnipotente.91)

4)   Finalmente, Mises concibe a la economía como una teoría de los procesos sociales dinámicos.

5)    Ludwig von Mises a lo largo de su vida sostuvo que la tarea principal de las ciencias sociales debe consistir en el estudio de las consecuencias no intencionadas. Por lo cual, no es gratuito que su principal obra, escrita en 1949 se llame “La acción humana. Tratado de economía. Una gran parte de la bibliografía de Mises se puede conseguir en  idioma castellano, editados por Unión Editorial.

@guaramatoparra

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