BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
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miércoles, 23 de septiembre de 2015

JESÚS MATHEUS LINARES, LA DECISIÓN ES NUESTRA

Venezuela, nuestro país, vive la más profunda crisis económica de toda su historia republicana. De acuerdo a recientes informes de firmas internacionales y nacionales, este 2015 cerraremos con inflación superior al 185% y un decrecimiento de más del 4%.

Estas cifras sin ningún antecedente en el comportamiento de la economía venezolana, desde la guerra de la independencia, nos ha llevado a una brusca frenada que ha detenido el crecimiento del país por el absurdo control de cambio y precio aunado a la caída de los precios del petróleo.
Todo lo señalado anteriormente lo sustenta Latin Focus Consensus, en su informe de la semana pasada, donde pronostica  en base a los estudios de las 24 firmas consultoras y bancos que siguen el comportamiento de la economía nacional un decrecimiento entre 2% y 11%. Además, el Fondo Monetario Internacional señala una caída del producto interno bruto del 7%.
A esto le añadimos que el Banco Central de Venezuela no ha publicado en lo que va del año, las cifras de crecimiento, por lo que no se conocen las cifras oficiales del último trimestre del 2014 ni de la inflación desde diciembre del 2014.
La escasez de divisas empeora nuestra situación y la irresponsabilidad gubernamental no hace nada para resarcir esta contracción económica tan fuerte. Lo que es peor, en el mismo informe económico de LatinFocusConsensus se prevé un dólar a dos mil bolívares. No queda si no afirmar que las políticas económicas del gobierno son las responsables de esta situación económica.
El control cambiario y la sobrevaluación de nuestra  moneda oficial ha distorsionado el flujo de exportaciones e importaciones no petroleras, sumado a la corrupción, control de precios, se ha generado un inflación que tiene su punto de expresión en el llamado “bachaqueo”.
No es el imperio ni la guerra económica, es la ceguera del gobierno por darse cuenta que la inflación nos lleva al despeñadero, a la recesión económica más profunda de Venezuela, no sigamos creyendo en “cuentos de camino”. Luis Corvalán, dirigente del Partido Comuncista  de Chile, cuando analiza la caída de Allende, señala que  “Los de la Unidad subestimamos la importancia política de la inflación, es decir no nos preocupamos por ella”, allí hay una clave para tratar de desenredar la madeja económica.

El próximo 6 de diciembre, los venezolanos tendremos la oportunidad histórica de comenzar a recomponer  nuestro rumbo como nación, a través de las elecciones parlamentarias, ante una situación que ha hecho que el costo de la vida haya dejado atrás la remuneración de los trabajadores.

No podemos seguir errando, la decisión es nuestra. Tenemos en nuestro voto la sabia decisión de enrumbar al país por mejores derroteros. No sigamos hundiéndonos más, salgamos a votar por el futuro de Venezuela, por una política de armonía social. Digamos como el Papa Francisco “se debe servir al hombre no a las ideologías”. Estamos a tiempo.

Jesús Enrique Matheus Linares
jmateusli@gmail.com
@UranioMomoy

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jueves, 5 de febrero de 2015

CLAUDIO FERMÍN, HAY QUE CAMBIAR YA

Bajaron los precios del petróleo. Las reservas internacionales muy disminuidas desde antes. No hay producción ni dólares para importar. El desabastecimiento es la orden del día y cada pueblo es una cola. La deuda externa es escandalosa. La matazón sigue en todas partes. El gobierno sigue en la inercia.
Venezuela se desmorona a una velocidad pasmosa y Maduro anuncia que seguirá haciendo lo mismo. Acusa a otros de una conspiración contra la economía y es él quien controla el Banco Central, maneja a su antojo el presupuesto, decreta las leyes económicas mediante la habilitante, controla la asignación de divisas, confisca industrias y expropia fincas.
Hace todo sin control. La Asamblea Nacional es eco de sus baladronadas. Repiten a placer mentiras y disparates. En vez de asumir rectificaciones necesarias con leyes valientes, le siguen la corriente y abren una investigación contra el supuesto golpe económico.
Maduro no asume responsabilidad alguna por miedo a las consecuencias políticas. No sabe qué hacer. Hasta el aumento de la gasolina se lo pelotea a los demás y convoca un debate nacional para así repartir la paternidad del aumento.
Al país hay que sacarlo del foso ya. Cada día que pasa son más familias enlutadas por el malandraje o porque no hay medicamentos para tratar la gravedad de los pacientes. La pobreza y la indigencia siguen creciendo. Cunde la desesperación, los conflictos se incuban y la explosión está a la vuelta de la esquina. El país está al garete.
Hay que cambiar ya el modelo económico y político. Hay que estimular la producción con incentivos a la inversión, con respeto absoluto para la propiedad privada. Hay que revertir las expropiaciones de las empresas de las que el Estado se apropió para nada y devolver a sus dueños centenares de fincas para que las pongan a producir.
Nadie puede producir ni vender por debajo de lo que los productos le cuestan. Nadie trabaja a pérdida. Sobran controles caprichosos.
No hay dólares porque los controla el gobierno. El control de cambio ha traído corrupción. Unos pocos se enriquecen con los dólares y el país se arruina.
Basta de compras de armas que exprimen el erario y enriquecen a la cuerdita. Basta de regalar el petróleo y de gobernar con los sobrinos y los guardaespaldas. Hay que llamar a gente preparada. Hay que tratar a Venezuela con seriedad.
Claudio Fermin
claudioefm@gmail.com
@claudioefermin

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miércoles, 4 de febrero de 2015

VICENTE BRITO, "EL GOBIERNO LUCE CONFUSO ANTE GRAVEDAD DE LA CRISIS", RED POR LA DEFENSA AL TRABAJO, LA PROPIEDAD Y LA CONSTITUCIÓN

"EL GOBIERNO LUCE CONFUSO ANTE GRAVEDAD DE LA CRISIS"
Cuando analizamos la compleja crisis que angustia a la familia Venezolana, observamos que el gobierno luce confuso por la gravedad de esta.
Ante esta situación insiste en resaltar su fortaleza. Así lo indican sus voceros al destacar sus planes estratégicos para el desarrollo productivo y social.
Tales como los siguientes:
-Anuncia cifras de inventarios que garantizan abastecimiento por varios meses.
-Informa de convenios con países que permiten la importación de bienes esenciales.
-Destaca acuerdos con gobiernos que nos proveerán de los dólares necesarios para cubrir el déficit por la caída de precio del petróleo.
-Resalta cuantas reservas en activos tenemos que sirven para garantizar que no hay dificultades financieras y por lo tanto no habrá problemas para importar o pagos de deuda externa.
-Explican con detalles planes de inversión en infraestructura, viviendas y producción que demuestran lo robusta de las finanzas públicas para el 2015.
Lamentablemente la situación de las finanzas y déficit publico nos indican lo contrario. Deuda pública externa que ronda los 170.000 millones de dólares entre la República, PDVSA y los pagos pendientes a las empresas extranjeras expropiadas; con fallos en contra en los centros de arbitrajes internacionales.
La deuda pública interna es incalculable tomando en cuenta el monto en bonos de la República; la deuda de los distintos organismos: ministerios, empresas públicas, gobernaciones, alcaldías y PDVSA.
Lo que cuestiona todas las afirmaciones de fortaleza gubernamental es “el riesgo país", que nos condena a pagar los más altos intereses por deuda externa  _estamos en entre los 5 más castigados_  Y descontar hasta un 30% del valor de los papeles de la República o PDVSA para obtener préstamos en dólares.
Además siendo el país altamente dependiente del petróleo estimamos que si el precio se mantiene en promedio en el 2015 en  $ 60 el barril, se necesitaran unos 20.000 millones de dólares adicionales para cubrir deuda externa, pago de intereses en $, importaciones etc. Esto unido a la continua y creciente emisión de pagarés del Banco Central para cubrir las necesidades en bolívares de PDVSA y otros organismos públicos; siendo esta emisión de dinero inorgánico la principal causa de la alta inflación que sufrimos los venezolanos.
Además la compleja situación de las empresas públicas que tienen una baja producción y necesitan cantidad de recursos para cubrir sus elevadas pérdidas. Unido a las bajas reservas del Banco Central y demás fondos públicos donde había dólares. Nos demuestran la verdadera situación financiera del país.
Muy preocupante para los venezolanos, que nos encontramos con realidades y dificultades como: Las penurias que pasamos para conseguir alimentos, artículos de higiene personal, medicinas, repuesto para vehículos o electrodomésticos, así como cualquiera necesidad que tengamos para el consumo familiar. La evidencia las tenemos en las megas colas que tenemos que hacer para adquirir algún producto cuando estos llegan a un centro de distribución público o privado con permanencia de largas horas. Lo cual nos indica y demuestra que lo que está ocurriendo es muy contrario a los anuncios oficiales.
Esto unido a los crecientes aumentos de precio de todos los artículos y productos que consumimos, algunos de los cuales doblaron en pocas semanas. Así como el continuo crecimiento de los niveles de escasez. Tiene un impacto muy negativo en nuestra calidad de vida.
Lo cual nos permite indicar que el gobierno luce confuso ante la gravedad de la crisis, sin quizás entender la complejidad de la misma. Todo este marasmo no le permite la toma de decisiones oportunas y ajustadas a la realidad que vive el país. Profundizando la crisis a niveles altamente peligrosos para la paz de la Nación.
Vicente Brito
vicent.brito@gmail.com
@vicentejbrito
Presidente Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución

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jueves, 29 de enero de 2015

FREDDY ALBERTO PEREZ, ¿QUE HACER ANTE LA CRISIS VENEZOLANA?,

Ante la situación de crisis económica, política, social y de valores que vive el país en estos momentos hay situaciones claras y otras complejas. En la medida en que hagamos un esfuerzo para comprender esa realidad con criterios hermenéuticos dialecticos en esa misma medida tendremos mayor posibilidad de ser asertivos en nuestras  tomas de decisiones políticas; es de entenderse que un partido político fundamentalmente toma es decisiones políticas, las mismas van a estar orientadas por las metas y objetivos (tesis políticas y programas) del partido y condicionadas por su capacidad organizativa, comunicacional y de movilización que dicha organización tenga en su debido momento.

Ahora bien, una decisión política en circunstancias como la que presenciamos actualmente requiere de mucha reflexión crítica. Toda decisión del partido debe concretarse en acciones (de la naturaleza que se requiera) políticas tomando en consideración el objetivo de la toma del poder para desarrollar el programa que se sostenga como propuesta para la sociedad en el cual desarrollamos nuestra práctica política. Entendemos que lo anteriormente expuesto debe estar bien claro para nuestra dirigencia. Entonces entremos en materia.

Lo de la gravedad y profundización de la crisis económica, política y social del país está tan clara que desde el año pasado comentaristas, astrólogos, brujos,  opinadores de oficio, estudiantes de economía, economistas, politólogos, políticos, politiqueros y todo aquel ciudadano  con un mínimo de sentido común anticipó todo lo que hoy está ocurriendo en el país. Solo para efectos de ilustración colocamos para su lectura un artículo corto pero muy práctico de Héctor Briceño (2015): La Triple Crisis Venezolana en http://politikaucab.net/2015/01/15/la-triple-crisis-venezolana/.

Ante tal situación, todo partido que realmente  se plantee tomar el poder debe preguntarse ¿QUE HACER?, que hacer en lo político, en lo organizativo, en movilización y en comunicación con la sociedad, sobre todo que hacer en circunstancias de crisis aguda como la que vivimos actualmente en Venezuela.

Veamos, nuestra sociedad hasta muy breve tiempo estaba completamente polarizada entre Chavistas y opositores. Como consecuencia del fracaso del modelo económico rentista petrolero del socialismo del siglo XXI dejado al descubierto por la baja en los precios del petróleo por un lado y la perdida de capital político por parte del oficialismo como consecuencia de la desaparición de Hugo Chávez por otro, se produjo una situación dentro de los seguidores chavistas que pasaron a un nivel que podemos llamar chavistas inactivos, los cuales se caracterizan por reconocer que su militancia activa en el oficialismo se debía al liderazgo de Hugo Chávez pero no al de Maduro, en consecuencia la defensa del gobierno , sobre todo en crisis que también los afecta, nunca será en la misma proporción que si estuviese Chávez vivo. Es por ello que en varias encuestas el apoyo  a Maduro cae a un promedio de un 20% y la responsabilidad de la crisis se le otorga en un 70%, factor que jamás paso con el líder del chavismo.

Debemos recordar  que en las elecciones presidenciales del año 2012 la diferencia entre Chávez y Capriles fue de 11% a favor del primero, pero apenas seis (06) meses después la diferencia entre Maduro y Capriles fue de apenas un 1%. Hoy,  si las elecciones se realizaran en estos instantes la ventaja para el candidato que representara al sector democrático seria de por lo menos 12% y con tendencia a aumentar, según la última encuesta de la empresa Keller realizada el  cuarto trimestre del 2014, es obvio que con los tres problemas más grave y sensible para todo el pueblo: escasez, costo de la vida y delincuencia en pleno proceso de agudización la pérdida de apoyo político al gobierno de Maduro-Diosdado se acentúa.

Debemos reconocer que el sector democrático se ha movido frente a la población entre lo electoral y el enfoque economicista del problema, lo que tiene que ver con la formación de la ciudadanía democrática se ha dejado a un lado, y por otro lado entender que la situación ye está por explotar ha llevado a cultivar el espontaneismo de las masas buscando de esta manera forzar una salida, tal como sucedió con la estrategia política denominada La Salida, la cual sin organización, concientización y dialogo con el pueblo más humilde y con los sectores vulnerables al final terminó en acciones foquistas de sectores de clases medias que le dieron la oportunidad al régimen para justificar una política altamente represiva y de criminalización de la protesta la cual se expresó en más de cuarenta venezolanos muertos , miles de detenidos y aún más de cien (100) presos  políticos. (Es de hacer notar que en Cuba quedan menos de sesenta presos políticos).

Un pueblo como el venezolano (que en su mayoría siguió a un mesías que lo sacaría de la pobreza y le aseguraría un futuro digno) para dar un paso en función de cambiar el modelo político el cual apoyó por década y media necesita tener esperanza y certeza en el planteamiento de cambio que se le haga. La propuesta no puede ser solo economicista, dado que no es verdad que solo con la salida de Maduro y Diosdado la crisis será superada. Una propuesta de cambio tiene que ir a la par con un proceso de  desideologización a través de la concientización  de la ciudadanía democrática,  debe contener las condiciones para acercar e incluir en el nuevo proyecto a todos aquellos que por razones de esperanzas habían apoyado al mesías. Para conseguir ese objetivo se necesita de mayor organización, comunicación y mucho trabajo social en nuestro pueblo humilde, no habrá posibilidad de un verdadero cambio del modelo económico, Político y social sino logramos incluir definitivamente al pueblo chavista que hoy no es Madurista. Un pueblo difícilmente sigue la incertidumbre, el pueblo busca una esperanza  pero si no logramos construir esa esperanza las cosas se complicarán. Esa esperanza (proyecto) debe presentarse con la verdad por delante, la experiencia debe decirles a los líderes democráticos que el populismo, la demagogia, el oportunismo, la corrupción, el asistencialismo, la exclusión social, la desigualdad y la politiquería no tienen cabida en ese nuevo proyecto. No se trata de “Un quítate tú pa’ ponerme yo”.

¿QUE HACER ENTONCES?

Tenemos por un lado un gobierno muy debilitado (en todos los aspectos) pero muy peligroso. Cuando se hace una caracterización política del régimen se concluye que el mismo es fundamentalmente un régimen socialfascista. El régimen tiene un poder hegemónico en todos los espacios de la vida del país. Desde el poder militar, el judicial, comunicacional y la organización de delincuentes usados como grupos para militares, todo ello es dominado y dirigido por el régimen y su camarilla. Este régimen aún con la crisis tiene todavía alguna capacidad de maniobra.  La baja del precio del petróleo coloca en una situación económicamente precaria al gobierno pero si continúa con su política apátrida de la entrega de nuestros recursos   hipotecando al país al capitalismo totalitario (China, Rusia entre otros) pudiese conseguir recursos para sobrevivir por un tiempo.  Esta sobrevivencia vendría de dos maneras: la primera invertir los dólares conseguidos en préstamos en fortalecer las misiones sociales instrumentando la Ley Orgánica de Misiones publicada en noviembre de 2014, el objetivo sería retener al pueblo chavista a su lado, aparecer como el salvador del pueblo pobre ante la “guerra económica” de la derecha, debemos tomar en consideración que a esta altura de la situación el primer objetivo del régimen es ganar las elecciones parlamentarias, ellos saben que si la oposición logra las 2/3 partes de la asamblea nacional prácticamente todo el andamiaje institucional se viene abajo y con ello la muerte del modelo socialfascista.

La otra manera de sobrevivir por un tiempo que tiene el régimen en sus manos es complementar su populismo que establece la Ley de Misiones con una declaratoria de Estado de Emergencia. Este escenario está así establecido en la llamada Ley del  Plan de la Patria, de manera que el régimen en medio de la “feroz guerra económica de la derecha” puede según esta ley declarar el estado de excepción , legalizar (pues de hecho ya están suspendidas desde hace rato) la suspensión de las garantías constitucionales e instrumentar un plan de emergencia  a través de la ley de misiones la cual le otorga a las mismas la competencia de prestadoras de servicios, es decir pueden desarrollar cualquier actividad económica que el estado le encomiende. En este punto es necesario revisar el artículo de Carlos Romero Mendoza: ¿Vamos a un Estado de Excepción?  En http://politikaucab.net/2015/01/15/vamos-a-un-estado-de-excepcion/.

El Estado de excepción, el cual crea un sistema integrado de gestión de estados de excepción es la vía más expedita que tiene el régimen para pretender sostenerse en el poder y con las garantías suspendidas incluso realizar elecciones  con la suposición que las ganaría fácilmente dadas las circunstancias.

El régimen ya ha respondido ante la propuesta del cambio de modelo y ha dicho que no se trata de cambiarlo sino de profundizarlo, de manera que el camino que le queda es el ya señalado acompañado de mayor represión y mayor miseria para nuestro pueblo.

Ante esta situación, se aprecia un cambio de estrategia en el sector democrático. Demostrado como quedó que la estrategia de “La Salida” encabezada (además de pretender imponerla a los otros sectores sin haberla consultado con los mismos) por el sector de la derecha venezolana sirvió de la mejor manera para darle un segundo aire al régimen y justificar una terrible represión este sector precisó la estrategia de prepararse para las elecciones parlamentarias las cuales deben realizarse este año 2015 de manera de que a través del control de la Asamblea Nacional impulsar cambios que logren la reinstitucionalización del país. No estuvo lejos la división de la Mesa de la Unidad Democrática, el sector de la derecha ha pretendido imponer sus criterios al resto de la MUD y ahora con su líder Leopoldo López bien posesionado en las encuestas, luego de su detención y encarcelamiento, se sienten con el poder suficiente de imponer sus consideraciones.

A pesar de esa situación al final de cuentas la Unidad del sector democrático prevaleció.

Llegamos así al último trimestre del año 2014 momentos en el cual comienza la caída de los precios del petróleo primero de manera leve y luego de forma más acelerada. El precio del crudo venezolano llego a tener un precio de 99.11 dólares el barril en el mes de junio de 2014 y esta semana que culminó (primera semana de enero 2015) cerró en 47.05 dólares. Como se puede apreciar la caída es contundente, sobre todo para un país cuyo modelo económico y social se basa en la renta petrolera, un país donde el régimen se ha dedicado a quebrar y arrasar al sector privado, donde más del 70% de los productos que se consumen son importados así como casi todos los bienes, un país donde la corrupción encarnada en las mafias militares y políticas que conforman la llamada boliburguesia se robaron solo por la vía del otorgamiento de divisas más de 25 mil millones de dólares, un país que en apenas 12 años percibió solo por ingresos petroleros e impuestos  más de 800 mil millones de dólares, ese país, gobernado por delincuentes que se dicen socialistas del siglo XXI, está hoy en banca rota y mendigando por el mundo capitalista totalitario préstamos para que el régimen pueda sobre vivir. La quiebra del país se refleja en la escasez y desabastecimiento generalizado que obligan a los venezolanos hacer colas por días enteros y caerse a golpes para comprar los pocos artículos o productos que se pueda conseguir, amén de la terrible inflación de más de 150% en alimentos y con un sueldo mínimo que apenas alcanza parta satisfacer la cuarta parte de la canasta alimentaria. Ese es el país que como legado dejó Hugo Chávez y que la mafia militar-civil sigue saqueando en nombre de los pobres.

Ante esta terrible situación, el líder opositor Henrique Capriles, propone (sin consultar con los demás integrantes de la MUD) la estrategia de “MOVILIZACIÓN DEL PUEBLO PARA EL CAMBIO” y da su lectura de la realidad de la cual se desprende que “llegó la hora” que “este si es el momento” y que a partir del 23 de enero del 2015 se debe iniciar todo un plan de movilización popular en todo el país hasta conseguir el cambio de modelo económico. Claro está, proponer el cambio del modelo es proponer el cambio del régimen. De manera que vista así de manera superficial la propuesta pareciera que estamos en presencia  de dejar en un segundo plano la conquista de la Asamblea Nacional y asumir como prioridad la construcción de un escenario donde el gobierno tenga que : A) abandonar el poder;  o  B) formar un gobierno de transición para enfrentar la crisis. Todo esto por supuesto se debe conseguir con las masas en la calle protestando contra el modelo económico del régimen.

La propuesta es atrevida pero muy peligrosa. Se debe tomar en cuenta entre otras las siguientes consideraciones: 

A) El sector democrático puede (según todas las encuestas serias publicadas últimamente) ganar las elecciones parlamentarias y obtener las 2/3 partes necesarias para iniciar cambios institucionales. 

B) La experiencia de “La Salida” nos indica que para el régimen  el mejor escenario es cuando la violencia se apodera de las calles como instrumento de protesta, un llamado a la movilización puede que culmine en una ola de violencia no solo por grupos de la derecha opositora sino de la movilización de los grupos paramilitares lo cual le daría la justificación al régimen de declarar el Estado de Excepción.  

C) La MUD debería profundizar más en la organización del pueblo, en su formación política y en su manera de comunicarse eficientemente con la población a la par  de prepararse para las elecciones parlamentarias 

D) La propuesta de Capriles va a llevar a parte del pueblo a la calle sin haberse ganado aún al pueblo que siendo chavista no apoya al régimen de Maduro-Diosdado, y esa parte del pueblo son millones que debemos incluir.

ANTE ESTA SITUACIÓN, ¿QUE HACEN LOS PARTIDOS LLAMADOS PROGRESISTAS?

Es indudable que Capriles con esta propuesta se acerca de manera inmediata a la tendencia de la derecha venezolana y abandona el acercamiento que venía haciendo con grupos progresistas. Sus cuentas deben indicarle que un pueblo desesperado por la crisis económica la alianza con el partido de Leopoldo López, el grupo de María Corina Machado y de Antonio Ledesma, además con Leopoldo López encarcelado y sin posibilidades de ser liberado (por ahora) le dan la gran oportunidad de convertirse en el líder opositor del momento y transitar la ruta de la “movilización” la cual en términos prácticos es la misma de “La Salida”. Su interpretación de los hechos le debe dar la lectura de que estas dos tendencias aliadas (la derecha y la de Capriles) le proporciona una amplia mayoría de aceptación en el pueblo democrático y que los demás partidos de la MUD sin lideres propios, sin capacidad organizativa y  de movilización y sin recursos no les quedará más remedio que sumarse a los lineamientos definidos por ellos.

Por otro lado tenemos que en Venezuela se viene desarrollando un interesante proceso de construcción de una corriente política basada en el llamado PROGRESISMO, la cual tiene como programa político la Constitución Nacional y basada histórica y filosóficamente en fundamentos humanistas de la modernidad en cuanto al desarrollo humano se refiere. Esta corriente trata de diferenciarse de la derecha que se fundamenta en el mercado neoliberal como instrumento determinante en las relaciones sociales y de poder por un lado y del estado totalitario que se basa en la intervención determinante del Estado en las relaciones ya mencionada por el otro, proponiendo entonces la economía social y ecológica de mercado que pueda generar las posibilidades, oportunidades y condiciones para que el hombre pueda lograr desarrollar a plenitud el concepto de Desarrollo Humano.

Esta corriente se nutre de sectores que antes se definían como de la izquierda tradicional hoy de centro izquierda, de sectores venidos del chavismo y de sectores social demócratas entre otros. Plantean el cambio del modelo totalitario de este régimen a través de una transición NO violenta, donde se incluyan a todos los sectores de la producción, de lo social y de los distintos sectores políticos.

Este sector Progresista, en el cual se encuentran Avanzada Progresista (AP) y Movimiento Progresista Venezolano (MPV) han acordado una alianza para definir objetivos comunes. Igualmente AP ha logrado también un acuerdo con el parido Un Nuevo Tiempo con el mismo propósito. Falta por concretar este tipo de acuerdo con otros grupos o partidos como La Causa Radical y Gente Emergente. De lograrse en el menor tiempo posible este bloque Progresista el mismo tendrá la posibilidad de que sus planteamientos lleguen al espacio de la población que si bien quieren un cambio no están convencido de que el mismo venga dado por los mismos que son responsable de la caída de la democracia liberal representativa ni tampoco por la derecha oportunista.

Pensamos que  estamos en el inicio de la peor crisis que Venezuela haya conocido en los últimos 50 años, de manera que ahora es cuando comienza también el desarrollo de distintas propuestas para el abordaje de la misma. 2015 será un año muy duro para los venezolanos, solo con la participación democrática, no violenta pero con planteamientos y objetivos bien claros y definidos podremos seguir adelante.

¿Tenía razón Vladimir Lenin cuando escribió su tratado político denominado QUE HACER?, por allá entre 1901 y 1902, allí planteaba que la estrategia del partido tenía tres fundamentos:

A) el estudio teórico de la situación

B) la estrategia debe ser un largo y paciente trabajo de organización

C) la acción derivada de la estrategia debía contar con la suficiente comunicación a las masas para su educación política.

     En estos momentos que vive Venezuela no podemos permitir por nuestra propia incapacidad que los oportunistas, economicistas y terroristas apuesten a la espontaneidad de las masas, debemos hacer y difundir nuestras propuestas sin miedo y con mucha pasión y razón.

Freddy Alberto Perez.
perezfreddy58@hotmail.com
@freddyperez

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miércoles, 22 de octubre de 2014

ANTONIO SEMPRUN, LA DECISIÓN ES NUESTRA

La queja de como está Venezuela en pasillos, oficinas, restaurantes, en las reuniones con amigos no cambiarán la desgracia que vivimos por la ineptitud e irresponsabilidad de los delincuentes que nos desgobiernan.
El país está al borde de la quiebra
Venezuela tiene vencimientos inminentes de deuda internacional por un monto    de 4.000 millones de dólares, sin incluir las demandas perdidas ante el Ciadi
Hay desabastecimiento a nivel nacional (interminables colas para adquirir alimentos)
No hay papel ni toallas sanitarias, jabón, desodorante, hojillas de afeitar, shampoo, detergents
Estamos importando petróleo desde Argelia   
 Los venezolanos de a pie somos víctimas de la creciente criminalidad
 No hay medicinas, los centros de salud no tienen equipos ni insumos
 Han regresado viejas enfermedades (paludismo, tuberculosis)
 La corrupción ha creado una nueva clase social y ha empobrecido al resto de la sociedad
El sueldo básico no alcanza para adquirir la cesta alimentaria
Nos han convertido de país de inmigrantes a país de emigrantes 
No existe la posibilidad de comprar un vehículo nuevo
No hay repuestos para vehículos (baterías, sensores, bujías, compresores de aire…)
No hay pasajes aéreos
Las estaciones de servicio no tienen gasolina

Estos son solo algunos de los síntomas del desastre que nos aqueja. Somos un país que pareciera haber salido de una guerra y los venezolanos somos  los únicos responsables de seguir permitiendo que quienes se creen reyes  nos traten como súbditos.

Somos una mayoría  sometida por la pequeña camarilla que usurpa el poder,  que usa para irrespetarnos. La decisión es nuestra,  la Constitución vigente nos da las herramientas legales para decir YA BASTA!!!.

Coronel Antonio Semprun
coronelantoniosemprun@gmail.com
@antoniosemprun


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domingo, 6 de julio de 2014

ANTONIO SÁNCHEZ GARCÍA, RADICALES Y GATOPARDIANOS ANTE LA CRISIS

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"Si queremos que todo siga igual,
 es necesario que todo cambie" 
Ya célebre la frase de James Freeman Clarke diferenciando al político del  estadista, ocupado aquel en las próximas elecciones mientras éste se preocupa por las próximas generaciones, y viendo el derrumbe inminente del régimen, huérfano de respaldo en su propio partido e incluso, según aventuran las especulaciones, en las propias fuerzas armadas – no hablemos de los alienados de siempre, imposibilitados por tradición y cultura a no ver más allá de sus materiales angustias cotidianas – creo un deber moral pensar no sólo en cómo salir y cuanto antes de Nicolás Maduro, sino del nefasto régimen que nos abruma. Y como corresponde a quienes se preocupan por el futuro, ver y anticipar más allá de la transición al país que queremos, aquel con quienes nuestros mayores soñaran y que nuestros descendientes se merecen: el que nuestra mejor tradición nos conmina a construir. Uno en que la regresión a nuestras ancestrales barbaries esté vedado para siempre.

La gesta iniciada el 12 de febrero, traicionada a mansalva por la miopía histórica y la ilimitada mezquindad de las élites, quiso, en un gesto de osadía juvenil, impaciente e inquieta, cortar por lo sano y dirimir el desafío en el terreno de las definiciones existenciales: resolviendo la crisis de excepción asumiendo la soberanía de un nuevo tiempo histórico – soberano es quien resuelve el estado de excepción, afirma una célebre frase de Carl Schmitt. No sólo ni principalmente por definir la salida, sino por darle a esa salida la connotación de un cambio profundo, revolucionario, trascendente, sin retorno. Un aspecto que pocos han advertido, pero que explica el horror que despertó en los caciques de los viejos y nuevos partidos del establecimiento, de izquierdas y derechas, que aún chillan guarecidos desde la llamada Mesa de Unidad Democrática con un solo fin: garantizar esa transición de manera gatopardiana, “que todo cambie para que todo siga igual”.  Sin desalojar ni erradicar del Poder a quienes han destruido las instituciones y devastado las bases morales, éticas y materiales del país, sino compartiéndolo con ellos en una suerte de Gran Acuerdo Nacional para doblar la página, olvidar lo pasado y crear la ficción de una democracia renovada, de consensos. Giuseppe Tomasi di Lampedusa. O si prefieren, en tono menor, Eduardo Fernández.

            Cabe la pregunta de si esas generosas fuerzas empeñadas en la caída y mesa limpia fueron definitivamente derrotadas, como lo sostiene y así quisiera que fuera el candidato Henrique Capriles, o sólo han sido doblegadas y acechan en latencia a la espera del recrudecimiento de la crisis. Las encuestas, contrariamente a lo sostenido por los apaciguadores, dejan ver antes lo segundo que lo primero: la aborrecida radicalidad ante la crisis parece haber dejado aquellos bolsones minoritarios, tan escarnecidos por los oportunismos de siempre que los difamaran como minúsculas expresiones de “radicalismo de lado y lado”, supuestamente apoyados por una tercera vía “pacífica, constitucional y electoralista” en que estarían involucrados las fuerzas primarias “de lado y lado”. Y haber conquistado a la mayoría de la población opositora, fatigada de tanta manipulación y engaño. Radicalización que convergería con el asco que, al parecer, comienzan a provocar las siniestras, torpes y escandalosas ejecutorias del gobierno de Nicolás Maduro entre sus propios seguidores.

            Si así fuera, la resolución final de la crisis podría escapársele de las manos a los lampedusianos “de lado y lado”, poniendo el problema del futuro de la Venezuela a la que aspiran todos los venezolanos por igual en el primer plano de los enfrentamientos sociopolíticos del futuro.

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        Independientemente de la aparente derrota de la revolución de febrero, sus efectos han sido devastadores. El diálogo improvisado a la carrera a instancias del castrismo forista y la descarada injerencia de los gobiernos de la región logró congelar las épicas oleadas de protesta, pero al ser odiosamente unilateral y arbitrario y negarse a dar un solo paso hacia la superación real de la crisis y la reconciliación nacional – el caso del injusto encarcelamiento de Leopoldo López y los miles de presos políticos sometidos a juicio fue sistemáticamente rehuido por la MUD, los cancilleres y el gobierno sin siquiera un preacuerdo de mascarada – terminó por desprestigiar la idea misma de la mediación y terminar de hundir en el descrédito a la MUD frente a sus bases opositoras y al PSUV frente a las suyas. Ni hablar de los organismos multilaterales como UNASUR, MERCOSUR y la OEA, convertidas en dúctiles y nefastos instrumentos del castrocomunismo regional.

            Ciertamente: al encarcelar a Leopoldo López y amenazar a María Corina Machado con la cárcel – ante la soberana apatía de los lampedusianos – el diálogo logró paralizar el factor más dinámico de la contestación y frenar el desarrollo de un proceso tendiente a crear una real alternativa de poder al castro chavismo en Venezuela. Abriéndole un grave boquete a las pretensiones expansionistas del forismo en toda la región. Basta un elemental ejercicio de imaginación para pensar en el escenario que se hubiera producido en Venezuela de no mediar la injerencia extranjera en nuestros asuntos internos y si dicha injerencia no hubiera encontrado un sólido respaldo en el factor de mayor reconocimiento de la oposición ante la opinión pública internacional. Lo he dicho anteriormente, pero bueno es volver a repetirlo: la participación de la MUD en el llamado diálogo, amén de paralizar las acciones de la insurgencia dio pie para que el Departamento de Estado justificara su rechazo a las sanciones propuestas por demócratas y republicanos contra determinadas personalidades del gobierno, del chavismo o de sus favorecidos con fortunas descaradamente mal habidas. Ocultando la auténtica dimensión de la crisis terminal del régimen y favoreciendo objetivamente de ese modo su estabilización.

  La temporal paralización de las protestas, que alcanzaron un nivel de tal profundidad y extensión que el gobierno se vio en la obligación de movilizar sus tropas para intentar ponerles un atajo, amenazando con militarizar la confrontación,  lo que tampoco fue posible, dejó a la vanguardia político partidista de la insurgencia ante el imperativo de retirarse y elevar su capacidad organizativa uniendo sus fuerzas en un gran frente nacional de resistencia, capaz de articular las acciones presentes y futuras y anticipar un gran programa de gobierno para un período de transición. En otras palabras: asumir de hecho la dirección de la oposición. Si posible, incluso con el respaldo de algunos de los miembros de la MUD, conscientes de la necesidad de desalojar al régimen e iniciar la reconstrucción de la República. Un planteamiento de alta política: imponer la unidad real y efectiva de todas las fuerzas democráticas contra el régimen, más allá de triquiñuelas de contención y fintas de falso entendimiento. Es lo que se expresa en el propósito de efectuar al más corto plazo un Gran Congreso Nacional de la Resistencia.

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            Obviamente: un escenario de esas características dejaba en el congelador y posiblemente anulaba por extemporáneos todos los procesos electorales diseñados por Maduro y los suyos  para estirar la arruga de la falsa resolución de la crisis hasta diciembre del 2019. Y cerraba posiblemente para siempre las tenaces aspiraciones presidencialistas del candidato oficialista del gatopardismo venezolano. Y de quienes a la sombra de la MUD aspiran a cargos de representación parlamentaria para el 2015. Una estrategia en la que se mueven las altas dirigencias de los principales partidos que hacen vida en la MUD, recorriendo el país con suculentas y muy contundentes  ofertas pecuniarias. La realización del Congreso pondría una piedra en el zapato de dicha estrategia, lo que explicaría la necesidad de caerle a saco al proceso insurreccional apenas iniciado y que el candidato acaba de descalificar en términos más cercanos a la ofensa, el escarnio y el oprobio que a la política entre iguales. Pero por insólito que parezca: la política de la oposición oficial, registrada y santificada en Miraflores, apuesta a permitir la sobrevivencia del régimen tanto como sea necesario a sus fines. ¿Cinco años de motines de lado y lado, graves enfrentamientos sociales, conatos de guerra civil, ruindad generalizada, desabastecimiento total, caos y catalepsia de todos los ámbitos de la vida nacional?

            Aún así: la aceleración de la crisis ha comenzado a romper todos los diques. Y amenaza con el caos en el sector menos imaginado: en el seno del propio gobierno, el PSUV y los partidos que integran el otrora llamado Polo Patriótico. Dividiendo aguas entre quienes creen llegado el momento de desatar los potenciales reservorios castrocomunistas e imponer de plano una dictadura maquillada de proletaria – un non sens en un país que ni siquiera dispone de proletariado – y quienes, los verdaderos detentores del Poder, intentan mantener a flote un barco gravemente averiado que se les va a pique. Así sea reprimiendo a los primeros, abriéndose a un acuerdo con el empresariado burgués y boliburgués y buscando una alianza tácita o explícita con la MUD para sobrellevar el descalabro de manera compartida hasta que se avizore algún puerto futuro. En eso estamos.
 
            No quisiera prejuiciar sobre las razones que han impedido la consumación de la aspiración profundamente anhelada, pertinente y oportuna, de separar aguas y orientar los cauces hacia la construcción de la Venezuela del futuro. Única forma de construir una unidad verdadera que supere el pasado y el presente con un futuro integrador, renovador y moderno.

            Que Dios ilumine a quienes tienen en sus manos la capacidad de hacerlo realidad. Ojalá lo antes posible. The rest is silence.

Antonio Sanchez Garcia
sanchezgarciacaracas@gmail.com
‏@Sangarccs

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jueves, 6 de marzo de 2014

TRINO MÁRQUEZ, EL ORDEN ESPONTÁNEO DE LA PROTESTA, GENERACION EMERGENTE

Los rojos han hundido al país en la más profunda crisis conocida por el país desde de 1958. Tenemos la inflación más alta del mundo, la mayor escasez en la historia reciente, la menor inversión que se recuerde, desabastecimiento, retroceso de la producción industrial y agrícola, cierre de numerosas empresas industriales y de servicio. Somos uno de los países más inseguros del planeta. El año pasado hubo casi 25.000 muertes violentas, la inmensa mayoría provocada por el uso de armas de fuego. De las víctimas, la mayor proporción corresponde a  personas menores de 30 años. El desempleo y la informalidad castigan con especial rigor a los jóvenes, grupo donde  se concentra la más elevada cantidad de desocupados e informales.

         Estos son unos pocos indicadores económicos. Agreguemos las señales políticas. Los partidos tradicionales, en la práctica, desaparecieron o viven un proceso muy lento de recuperación. Las nuevas organizaciones apenas cuentan con unos miles de militantes o simpatizantes. Las agrupaciones  políticas no logran atraer la atención de la mayoría de la juventud, descontenta y frustrada por el modelo cubano impuesto por el régimen. El porvenir solo le promete miseria a la juventud.
Lo que puede verse en Venezuela es la emergencia de una generación hastiada porque se ve condenada al fracaso. Representa una versión tropical de los indignados europeos, pero sin los privilegios que la seguridad social les proporciona a esas tropas inconformes. A los descontentos vernáculos el Gobierno, y algunos voceros de la oposición, les proponen que realicen una protesta perfumada y entalcada, que no altere la comodidad cotidiana de quienes lograron estabilizarse o se conforman con lo adquirido. Se imaginan, quienes así piensan, que las refriegas y los procesos de cambio pueden ser empotrados y ordenados de acuerdo con planes previamente establecidos. La realidad no se comporta de manera tan educada. Una vez que la inconformidad se apodera del espíritu de una sociedad, las manifestaciones de rebeldía toman los cursos más inesperados Aparecen los anarquistas, los escépticos, los agitadores, los anacoretas. Todas las formas del desencanto se manifiestan, con lo cual resulta difícil darle una sola conducción a la crítica.
         Por supuesto que no abogo por rendirse frente a la variedad de la protesta, pero sí creo conveniente admitir que una sociedad que ha sido acorralada y humillada durante quince años, al explotar lo hace de manera tal que en ella prevalecen los elementos espontáneos; los factores no previstos. El descontrol no significa que la orgia resultante sea responsabilidad de la dirección convencional. En las protestas que sacuden al país se mezclan la intolerancia, la agresividad, la violencia, la rabia. Sin embargo, hay muy poca inducción y premeditación. En las barricadas no cristaliza el plan de ningún partido o líder, con un programa desestabilizador concebido con el fin de subvertir el orden y acabar con el precario gobierno de Maduro. Lo que sí puede reconocerse es la existencia de un insondable desencanto frente a un régimen que ha conducido a Venezuela a la ruina económica y moral.
         Esta frustración y la incertidumbre frente al futuro han desatado la furia  de unos manifestantes que no están pidiendo que se les aumenten las becas  o  las dotaciones estudiantiles, que se les exonere del pago de la matrícula escolar, se les amplié el cupo en las universidades o se incremente el presupuesto universitario.  Los jóvenes exigen que se modifique el esquema totalitario  de conducción del país, de manera que Venezuela vuelva a ser un país de oportunidades, donde sea posible vivir y prosperar sin sentir miedo a ser asesinado, secuestrado o maltratado por la policía. La juventud lucha por la inclusión.
         Esas aspiraciones, los jóvenes las plantean según les parece que deben hacerlo. El reto de la dirigencia política reside en demostrarles que la lucha resulta más eficaz cuando los objetivos de un grupos particular, se conectan con los intereses más generales de una sociedad que está siendo aplastada por una camarilla en la que se mezclan los fanáticos marxistas con los delincuentes de todo pelaje; donde cohabitan los ideólogos más obtusos con los pragmáticos más oportunistas e inmorales. Si los jóvenes llegan a entender que la lucha alcanza el éxito cuando la planificación y la unidad se fortalecen y la espontaneidad  se minimiza, entonces el inmenso esfuerzo que realizan tendrá más sentido.
@trinomarquezc

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domingo, 19 de enero de 2014

EMILIO NOUEL V., LAS INSIDIAS DEL DIÁLOGO

 "Nunca se debe atacar por cólera y con prisas. Es aconsejable tomarse tiempo en la planificación y coordinación del plan." Sun Tzu

Unas cuantas cosas se han dicho y escrito acerca de entablar en el país un diálogo gobierno-fuerzas democráticas, habida cuenta de la crisis político-económica-social, cuyo agravamiento se hace cada día más patente.
Los polos políticos que rivalizan prácticamente están igualados, pero uno de ellos, que se apropió de las palancas de mando institucionales y de los recursos, desequilibra la contienda. Y es un dato de la realidad que son utilizados de forma autoritaria y desde una concepción ideológica totalitaria.
A pesar de que ha hecho todo lo posible, el poder establecido no ha logrado aplastar a los sectores democráticos.
Vivimos una situación en que dos grandes porciones están enfrentadas, que en lo electoral se equilibran, aunque el poder de una de ellas, en lo institucional, no se reconoce.
La oposición ha venido predicando desde hace varios años la necesidad de concertarse frente a los grandes problemas, lo cual pasa por su reconocimiento en las distintas instancias públicas, y sin que ello implique rendir banderas, todo dentro de una estrategia constitucional, democrática, electoral y, sobre todo, pacífica. 
Es sólo en estos últimos tiempos que pareciera que ese llamado tiene alguna resonancia en sectores del gobierno. Las posiciones impermeables a esa necesidad estarían cediendo, no tanto porque haya una vocación allí para el compromiso democrático civilizado, como porque las circunstancias los obligan.
Los enemigos del diálogo están a ambos lados de la calle.
No sólo en el campo opositor se han manifestado posiciones contrarias a que el diálogo tenga lugar. Como siempre, en estos casos en que la política y no los hígados debe tomar la batuta para los necesarios acuerdos mínimos, los extremismos afloran. Son los que enloquecidamente buscan un enfrentamiento definitivo, suma cero, incluso violento, no importándoles las consecuencias.
Las aberraciones de estos inconscientes son tales que hace poco un opositor se preguntaba hasta cuándo se iba a posponer las muertes, si después de todo han sido asesinados por el hampa durante este gobierno, 200.000 personas. ¿Estará en sus cabales este señor cuando se aventura a plantear este tema de manera tan monstruosa? ¿Se habrá detenido a pensar que en esas muertes que “estaríamos” postergando al no salir a la calle a tumbar el gobierno, podría estar su hijo, hermano o él mismo? 
Un eventual diálogo no puede ser abordado desde posiciones cerradas e inconmovibles, de “tómalo o déjalo”. Cada una de las partes tiene sus aspiraciones e intereses, y también toda parcialidad anida problemas y contradicciones a su interior.
Pero por encima de ellos están los problemas de la sociedad como un todo, sobre los cuales, obviamente, hay distintas visiones.
Cierto, hay temas en los que no habrá acuerdos. Las ideologías enfrentadas no conciliaran. Hay talantes que serán difíciles de avenir, y no estamos lidiando con un gobierno democrático.
Si éste pretende reforzar su autoritarismo y deseo de borrar del mapa político a la oposición, será muy dificultoso cualquier regularización de los antagonismos. Si la oposición plantea, de arrancada, que sólo se puede hablar a partir de que el gobierno deje de ser lo que es o que se vaya de una vez, tampoco podrá haber diálogo.
Desde la oposición organizada se sabe a qué nos enfrentamos. Se equivocan de medio a medio los que llaman de forma insidiosa comeflores, ingenuos, entregados o claudicantes a quienes nos representan en la contienda política nacional porque están abiertos al diálogo.
Sin un esfuerzo que apunte a poner de acuerdo los dos polos enfrentados, la alternativa es el choque frontal, el caos, que a nadie favorecerá.
La oposición ha tenido la oportunidad de hablar y de hacer planteamientos concretos en las reuniones realizadas. Eso no significa necesariamente que los problemas estén en vías de solución o de que el gobierno cumpla lo prometido. Aun hay mucho trecho por recorrer, y el escepticismo no nos abandona todavía.
Los que no ven más que salidas definitivas de manera perentoria, es decir, la caída del gobierno ya, obviamente estarán en contra del diálogo.
Los impacientes e irreflexivos que insultan y escarnecen por la redes sociales y en artículos de opinión kilométricos, farragosos y en tono de Venezuela Heroica, a la dirigencia opositora; los del “todo o nada”, llenos de amargura y odio, que se ufanan de ser “radicales” y supuestamente “principistas”, son, por suerte, minoritarios.   
A ellos les recuerdo un pasaje de El Padrino en el que Michael Corleone (Al Pacino), le dice a su sobrino Vincent (Andy García), muchacho impetuoso, inexperto e imprudente, un “radical”, pues, palabras más, palabras menos, que la ira hace cometer muchos errores.
El sobrino de marras tenía un pronto, como dicen los españoles, que lo hacía caer en atolondramientos reiterados. La “sabiduría” y paciencia que había aprendido Michael de Don Vito, lo tenía en la cima del poder. Para él, no había que apresurarse en la toma de decisiones, el mismo resultado se podía lograr sin desbocarse, con cálculo y premeditación; al final el adversario sería barrido.
Obviamente, no es aquella, la de la paciencia y la cabeza fría, una enseñanza exclusiva para el crimen. Es máxima también en la lucha por el poder político, desde que el mundo es mundo.
En la compleja política venezolana, abundan inmaduros temerarios como Vincent, que se dicen puros, por contraste con supuestos traidores que se arrodillan en lugar de enfrentar sin dar cuartel al adversario. Provistos de una retórica maniquea, apocalíptica y fundamentalista, no pueden ver con claridad las opciones reales de salir de la crisis que vivimos.
A casi ninguno de estos comecandela se les ve organizando un partido o un movimiento. Su activismo de teclado se reduce a echar sombras de manera obsesiva sobre la honorabilidad de los dirigentes políticos que todos los días hacen cosas, acertando o errando, pero, en definitiva, actuando sobre la realidad.
Ojalá, más pronto que tarde, comprendan de qué trata la política.
emilio.nouel@gmail.com
@ENouelV

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jueves, 21 de noviembre de 2013

MARGARITA LÓPEZ MAYA, PARTICULARIDADES DEL 8-D.

Estas venideras elecciones ocurren en un contexto complejo que obliga al ciudadano a ser particularmente responsable. ¿Voto? Ir o no ir a votar es opción de cada quien, pero si uno no va, decisiones que nos afectan las toman otros. 

Las dudas sobre el secreto del voto han sido disminuidas y no deben detenernos. Si uno siente que sus derechos ciudadanos han sido reducidos, debe participar para mantener abiertos los espacios democráticos que quedan, esperando ensancharlos.
  
¿Qué está en juego? Primero, los gobiernos locales. Cada ciudad, municipio, comunidad, está sufriendo la crisis económica, la ineficiencia y la arbitrariedad gubernamental. El oficialismo intenta ocultarlo atribuyéndoselos a otros, pero es principalmente fruto de sus errores. Poner como candidatos antes y ahora a personas que ni saben ni les interesa lo local es equivocado. Participar escogiendo a candidatos idóneos iniciará la recuperación de calidad de Estado y de vida.

Segundo, también está en juego la continuidad de autoridades electas por nosotros, en oposición a autoridades designadas a dedo por el Presidente. Las leyes que orientan el diseño del Estado comunal así lo establecen para los altos cargos de esa estructura. Participando daremos fuerte legitimidad a alcaldes y concejales cuya autoridad emana de abajo y no de arriba. Si valoramos la descentralización y el sufragio, debemos salir a votar.

Tercero, estas elecciones expresarán una evaluación del Gobierno nacional y su “socialismo”. La lógica plebiscitaria establecida por Chávez para toda elección también juega este 8-D. Un voto a los oficialistas avalará un modelo, que si bien puede no ser todo él negativo, está repleto de ineficiencia, corrupción, nepotismo, militarismo, arbitrariedad, con una elite que viola sus propias leyes y acentúa su talante autoritario.

Si ejercemos un voto castigo, le expresaremos una vez más nuestro descontento exigiendo que se ponga a derecho, modere su estrategia polarizante, corrija su arrogancia y le devuelva pluralismo al Estado convocando a sectores sociopolíticos diversos a participar en las necesarias soluciones. Mientras Maduro y su cúpula cívico-militar se sientan fuertes, no rectificarán. Nuestra participación el 8-D puede hacer la diferencia. Vota por un futuro mejor.


@mlopezmaya
malopez@reacciun.ve

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viernes, 18 de octubre de 2013

ANTONIO DE LA CRUZ, ESCENARIOS POLÍTICOS ANTE LA CRISIS Y LA ELECCIÓN DEL 8D.

En la planificación estratégica el uso de escenarios ha permitido -a las organizaciones- que la toma de decisiones considere factores con varios grados de incertidumbre, donde un evento de alto impacto y baja probabilidad de ocurrencia pudiese determinar las acciones estratégicas futuras.

La planificación de escenarios tuvo su origen en los juegos militares de guerra y ganó el interés del público después de la Segunda Guerra Mundial. A mediados de la década de 1960 la Royal Dutch Shell comenzó a usar esta nueva forma de mirar hacia el futuro: la planificación de escenarios. Casi medio siglo después, dicha práctica es todavía  utilizada en Shell, y ha tenido una gran influencia en cómo las empresas, gobiernos y otras organizaciones piensan y planifican el futuro.

Varios principios han llegado a definir el enfoque de Shell. El más importante es que los escenarios no son predicciones sino historias posibles sobre el futuro. Están diseñados para ayudar a romper el hábito arraigado en la mayoría de la planificación corporativa, al asumir que el futuro se parecerá mucho al actual. Crean un espacio seguro para el diálogo y para el reconocimiento de la incertidumbre; permitiéndole a la organización ver la realidad que de otro modo pasaría inadvertida.

La contribución fundamental de las historias posibles es el reconocimiento a que la subjetividad y la intuición son una parte integral del proceso de liderazgo, así mismo permite la creación de un espacio seguro en el que se reconoce la incertidumbre. La comprensión intuitiva del mundo antecede y encuadra a  la comprensión analítica de lo que sigue. La intuición es la esencia de la creación de valor económico-social-político, que a veces es ahogada por un exceso de análisis (parálisis analítica).

Shell en el ciclo de planificación del 2013 ha desarrollado dos escenarios:

“Montañas” Los gobiernos juegan un papel importante en el patrón de consumo, desarrollando  ciudades más compactas y transformando la red de transporte global. Las nuevas políticas logran desarrollar  el abundante gas natural y aceleran la reducción del CO2 y la tecnología de almacenamiento, lo que resulta en una moderación de las emisiones de gases de efecto invernadero, y 

“Océanos” El fuerte crecimiento económico  acelera la demanda de energía. El poder de la oferta  se diversifica, y los gobiernos son más lentos para tomar las decisiones importantes. Las fuerzas del mercado en lugar de la  política determinan el mercado energético: el petróleo y el carbón siguen siendo parte del patrón de consumo, y las emisiones de gases – efecto invernadero- afecta fuertemente el cambio climático.

Inter American Trends ha propuesto dos historias posibles para la situación actual  venezolana -económica, social y política- y el evento electoral del 8 de diciembre próximo -la elección de 337 alcaldes y representantes a los concejos municipales-:

“Correr la arruga” 

El gobierno de Maduro desarrolla una narrativa de confrontación porque Venezuela se encuentra en una guerra económica con los sectores de la derecha -la oposición (internacional, principalmente Estados Unidos, y local)  y la endógena dentro del PSUV. El Poder Ejecutivo solicita poderes especiales para eliminar a los  enemigos: dentro de la oposición, principalmente a los dirigentes del partido Primero Justicia y en la derecha endógena a los miembros de las fuerzas armadas que participaron en el fallido golpe de Chávez el  4  Febrero de 1992. Los poderes públicos actúan en concordancia profundizando el Estado represivo y silenciando a los medios de comunicación. Los miembros de los colectivos y frentes revolucionarios generan actos de violencia ante la escasez de alimentos y el alto costo de la vida. (Gráfico 1). Las fuerzas armadas están en los espacios ciudadanos  para ejercer el control social. El evento electoral del 8D es pospuesto para el 2014. Rusia y China actúan como interlocutores  en el Consejo de Seguridad de la ONU.  Rusia neutraliza cualquier acción diplomática de  Estados Unidos.  Los países miembros de Petrocaribe y del Alba anulan a la OEA.

El efecto es el colapso económico de Venezuela .[Heinz Dieterich – Colapso del modelo económico del presidente Chávez] con un gobierno autoritario sostenido por un aparato represivo  y la inteligencia cubana.



“Competitivo” 

El gobierno de Maduro impone sus candidatos en las alcaldías. La campaña electoral es fuertemente marcada por: la devaluación de la moneda -oficial vs. negro-  (Gráfico 2), la  cesta básica de alimentos y la ausencia del “líder religioso”. El oficialismo crea situaciones y mensajes para desmotivar a la clase media a movilizarse en las elecciones del 8D. Una parte de la militancia del PSUV se abstiene por rechazo a los candidatos del madurísimo. La oposición (Mesa de la Unidad) convierte el acto electoral en la prueba de reparación del 14 de abril, donde el Concejo Nacional Electoral (CNE) es visto con recelo. El poder legislativo negocia la estabilidad democrática y estudia el otorgamiento de poderes especiales al poder ejecutivo. Las acciones de calle son para lograr reivindicaciones sociales y el cumplimiento del cronograma electoral. Las fuerzas armadas participan según lo establecido en la constitución.

El resultado: la oposición obtendría el triunfo en un mayor número de alcaldías (2008);  sobre todo en las capitales importantes del país. Así mismo lograría  la mayoría de los votos totales, entre un 7 al 9 por ciento por encima del gobierno. La legitimidad de Maduro se debilitaría. En el 2014, la conflictividad social se acentúa. La partida de nacimiento de Maduro se convertiría en  el medio para la renuncia  a la presidencia (Caso Watergate – Richard Nixon 1974), o para la acusación por el manejo indebido de documentos  (Caso Partida secreta-Carlos Andrés Pérez 1993).



En la estructuración de estos escenarios, la tendencia económica  presenta  una baja incertidumbre ya que la crisis económica es estructural en la que se observa que la  escasez de los productos de la cesta alimentaria está presente desde el 2003 (Gráfico 1). Igualmente la tendencia en el componente militar y la del  presidente del poder legislativo presenta una alta incertidumbre al verse enfrentados al legado de Chávez; lo que influye en el comportamiento institucional de los poderes públicos. En la tendencia electoral, los niveles de participación se distribuye entre el 80 y 85 por ciento de los votos entre las dos opciones ( gobierno y oposición) con una incertidumbre media.

Los escenarios “Correr la Arruga” y “Competitivo” permitirán navegar en la complejidad de los conflictos de la realidad actual venezolana, administrando el  desacuerdo y evitando los extremos del pensamiento totalitario e individual.  Son simplemente una herramienta que presenta las alternativas futuras antes de dar el salto en la arena política.

Por último, los escenarios – en Shell y en otros lugares-  han ayudado a que los líderes se preparen para el futuro  que podría ocurrir, más que para el futuro que les gustaría crear.

antoniodelacruz@gmail.com

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