José Gregorio Hernández. El venerable, al
cual no han canonizado porque "dizque le faltan milagros
comprobados". Lo que, a mi modo de ver, se convierte en una gran
injusticia, por cuanto sobran los venezolanos y no venezolanos, que dan fe de
las curaciones que han ocurrido por este santo. José Gregorio Hernández
Cisneros, hijo de Benigno María Hernández Manzaneda y Josefa Antonia Cisneros,
natural de Isnotú y de profesión sabio y santo, vino al mundo el 26 de octubre
de 1864 tocado por una luz divina, que le permitió hollar el camino de los
artistas.
El filólogo y escritor Víctor Bravo señala
en su singular libro Dos Visiones, semblanza novelada de Rafael Rangel y José
Gregorio Hernández, que "el cuento Visión del arte de Gregorio, es la
historia de una visión, y juega en el filo de la paradoja con la simultaneidad
de la fijeza y el movimiento que se extiende; éste es un trazado de un viaje y
una amplia visión", haciendo referencia a una narración que toca lo que
quizá sea la intencionalidad más profunda de un relato: desprenderse de la
realidad y construir otro mundo. Publicó otros cuentos: En un vagón, donde nos
presenta un elaborado diálogo socrático, sobre el determinismo, la libertad, la
flexibilidad y la dimensión crítica de su pensamiento; Los maitines, donde se
denota la importancia de sus silencios, las meditaciones y la música sacra. En
el campo de la filosofía y la ciencia destacan,Elementos de Filosofía y
Elementos de Bacteriología. José Gregorio Hernández, trajo al país la medicina experimental,
poniéndola a la altura de la europea, con las cátedras de microbiología,
fisiología experimental, histología, anatomía patológica y normal; las cuales
dictó con sin igual pedagogía en la Universidad Central de Venezuela. Introdujo
el microscopio óptico a la investigación científica local, enseñando su uso y
manejo, lo que le produjo un gran avance a la ciencia y al sistema de salud en
general. Este instrumento científico fue usado con la curiosidad de los grandes
genios, por Rafael Rangel y le permitió descubrir y curar algunas enfermedades
parasitarias que diezmaron a la Venezuela de ese entonces. Rangel fue un
dilecto discípulo de "El sabio de Isnotú", se convirtió en el padre
de la parasitología y el Bioanálisis de Venezuela. Como corolario, concluimos
que el Dr. José Gregorio Hernández fue y es una de las vidas más integrales en
el quehacer del arte y la ciencia: músico, pintor, escritor, filósofo,
investigador científico, biólogo, teólogo, educador y políglota dominaba el
inglés, francés, alemán, italiano, portugués y latín. Además de ser el Santo
emérito de Venezuela cuyo mejor milagro, quizá el que le falta al vaticano, es
su propia vida.
Gorquin
Camacaro
gorquincamacaro@hotmail.com
@gorquin2
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