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LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

sábado, 12 de noviembre de 2011

LA PROPUESTA DEL PRESIDENTE DE VOLVER A LA RETROACTIVIDAD ES POLÍTICA.- RED POR LA DEFENSA AL TRABAJO, LA PROPIEDAD Y LA CONSTITUCIÓN.

Lo que el gobierno tendría que explicarle a los venezolanos es ¿por qué no se crearon los fondos de pensiones, viviendas y aplicó el sistema de salud contemplado en la Ley del Trabajo vigente?

Cuando analizamos la propuesta presidencial de volver a la retroactividad de las prestaciones sociales nos encontramos que el estado venezolano es el mayor empleador con casi tres millones de trabajadores.

Por lo tanto la retroactividad a quien le crea un grave problema fiscal es al gobierno, ya que no discute la contratación colectiva vencida con sus trabajadores, tiene retraso en las cancelaciones de los beneficios laborales acordados, debe por pasivos laborales unos 50.000,oo millones de bolívares fuertes y tiene atrasos en el pago de las prestaciones sociales de los trabajadores que han salido de la administración pública por jubilación o retiro de más de BsF 10.000,oo millones. Un verdadero irrespeto a los derechos de los trabajadores.

Hoy el gobierno asume la reforma a la ley del trabajo del año 1997 como un robo a las prestaciones sociales de la masa laboral. Esto no es cierto, ya que los trabajadores estarían en mejores condiciones si se hubiese cumplido con los fondos de pensiones,  y  a la fecha, en los casi 13 años de este gobierno, por lo menos los trabajadores tuvieran ahorrados en ese fondo por más de BsF 60.000,oo millones lo cual les produciría beneficios adicionales como intereses o dividendos de las colocaciones efectuadas con estos recursos, y los que salieran jubilados obtendrían un monto adicional al serles entregado lo ahorrado.

El gobierno no cumplió con este importante instrumento de ahorro laboral que les hubiera permitido una mejora importante en sus beneficios del ahorro de la antigüedad de los trabajadores.

Otro de lo aprobado en la reforma a la ley del trabajo era el ahorro habitacional para la construcción de viviendas; si esto se hubiese aplicado por lo menos se habrían construido 1.500.000 viviendas en estos casi 13 años, pero no se aplicó ya que el gobierno desde su inicio comenzó a descalificar los grandes desarrollos urbanos que estaban llevando a cabo promotores privados.

Hoy el gobierno controla los fondos para la construcción de vivienda y los desarrollos habitacionales los lleva adelante, buena parte, con empresas extranjeras a costos más altos. Las viviendas construidas por el estado son públicas, no se les vende a los trabajadores como establece la reforma a la Ley del Trabajo.

Qué pasó con el sistema de salud?  establecido en la reforma laboral y que le permitía a los trabajadores y a sus familiares obtener una asistencia hospitalaria de primera y era optativo solicitar el servicio hospitalario en hospitales públicos o privados.

Después de 13 años el gobierno arremete contra la Reforma a la Ley del Trabajo como la responsable de la situación difícil en lo económico y social que tienen a los trabajadores venezolanos angustiados por el alto costo de la vida, falta de viviendas, hospitales públicos colapsados y sus ingresos salariales así como sus prestaciones sociales cada día son menores.

El gobierno insiste en buscar culpables a sus errores y equivocaciones la única razón por la cual no se aplicó la reforma laboral es porque el gobierno lo consideró contrario al socialismo ya que en los beneficios para los trabajadores en un sistema del Socialismo Siglo XXI no se contempla que tengan viviendas propias, ahorros y aumento de su capital personal ya que eso es capitalismo.

Vicente Brito
Presidente

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ZENAIR BRITO CABALLERO: ¡CONFORMISMO Y POBREZA MENTALQUE TRISTEZA!

Algunos economistas venezolanos especialmente los del gobierno socialista-comunista, expertos en perturbar los asuntos, reducen la condición del hombre a su mínima expresión. Según ellos, la mayor pretensión del ser humano sería alcanzar el más alto desempeño en el oficio que le haya correspondido, y hacerlo sin mayores salvedades o inconformismos que no tienen caso. 

No es necesario protestar por las cadenas que coartan la libertad, se trata más bien del aporte en trabajo y esfuerzo a la prosperidad de la sociedad venezolana en general, sin reparos en las consecuencias que sobrevengan por los modos de explotación y uso de la riqueza.

En este sentido, una fábrica que vierte sustancias tóxicas en una corriente de agua no sería preocupación del simple trabajador, que debe ocuparse sólo de las labores propias sin entrometerse en asuntos que no le competen -también es cierto que de hacerlo pone en riesgo su trabajo y la posibilidad de un empleo futuro-; dedicación, empeño y amor a lo que se hace, y por lo que se recibe una paga, sin que importe nunca “el resultado final”,

 Así de simple. Es lo que estos economistas llaman “la visión túnel”. Considera esta teoría que somos seres anónimos de una estructura social abstracta y global, en la que cada quien aporta a procesos cooperativos de producción que involucra a millones de individuos de un modo impersonal e indirecto.
Se trata de la interacción entre lo micro y lo macro de la economía. El “resultado final” del proceso productivo, conceptúan, es mejor ignorarlo pues lo único en lo que se tiene injerencia es en lo micro, tarea que desempeña cada quien en su trabajo. 

No hay remedio entonces, pues el hombre va a estar supeditado a condicionamientos sociales y económicos que obran como si se tratara del propio destino, sin poder anticipar en nada hacia dónde conducen o cuales han de ser las consecuencias.

La economía contiene esta suerte de incertidumbre, pues es muy difícil controlar los resultados de cualquier actividad productiva.
Asistimos pues, al resurgimiento de tendencias reaccionarias que se oponen a las manifestaciones de libertad, a la conciencia social por la crisis económica, a las protestas por reformas educativas y, en general, al rechazo por la sobreexplotación de los recursos naturales, en términos de una concepción de sociedad y de hombre demasiado conformista y retardataria. 

Dicen, p. ej., de los estudiantes que protestan por reformas educativas, son unos ignorantes de la realidad social y de las leyes del capitalismo, y por tal razón están equivocados en las consignas y reclamos respecto a la educación, por ser un asunto que desconocen y del que no tienen por qué preocuparse, pues lo único que les concierne es el estudio, asistir a clases y salir a trabajar cuando llegue la ocasión. 

No les queda más que resignarse a la versión de hombre de Ítalo Calvino: “El hombre puede verse reducido a ser una langosta…y confesarse satisfecho, no discutir ni mucho ni poco el hecho de ser langosta sino sólo el mejor modo de serlo”. Es decir, aceptar las cosas tal y como son y no hacer nada por modificarlas. ¡Desempeña bien tu trabajo! Sólo esa, es la recomendación, fruto de la pobreza mental de algunos economistas pro gobierneros socialistas-comunistas, que por supuesto no son todos. 


Zenair Brito Caballero 
britozenair@gmail.com
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RAFAEL GROOSCORS CABALLERO: EL POR QUÉ SOMOS DE “LA OTRA OPOSICIÓN”

            En un evidente exceso autocrítico, muy confundidos,  nos habíamos dicho que por ahora no nos convenía continuar exponiendo nuestras ideas acerca de la insuficiencia de la estrategia de la MUD –la oposición oficial--  para salvar a Venezuela de su caída hacia el precipicio al cual la ha  enrumbado el pernicioso socialismo del actual régimen. No deberíamos continuar diciendo, por ejemplo, que “las primarias son secundarias” y que habría que ir, más allá de los Partidos Políticos, para encontrar, en y con la sociedad civil venezolana,  la “unidad perfecta”, mucho más ambiciosa que la unidad posible, la cual,  con mucho esfuerzo,  alcanzaron …¡al fin, en la MUD!.... los operadores tradicionales de la democracia criolla. Desde luego, no deberíamos hablar de “la otra oposición” ni mucho menos de “la segunda mesa” de la unidad. Nos habían reclamado el lenguaje, aparentemente destructivo, de un ideal consensuado, como cuando en los severos ejercicios del razonamiento dialéctico lo que se postula por negación, termina por ser afirmado. Nos habían dicho, con acritud, que nuestras ideas “espantaban” a los indecisos, naturalmente antichavistas, quienes ahora sí se sentirían dispuestos a votar por el candidato escogido en primarias, para vencer a Chávez y salvar a Venezuela.
           
Pero observamos que pasan los días y no aparecen los signos de un cambio hacia una nueva estrategia, capaz no sólo de vencer al “enfermo”, tarea en la cual podría ayudarnos la Providencia, sino de apuntar hacia la instauración de una empresa salvadora del destino inmediato de Venezuela. No puede ser que no seamos capaces de entender que las circunstancias, ya metidos en el Siglo XXI, nos obligan a concebir una propuesta que no se limite a “salir de Chávez”, a sustituir un caudillo por otro y hacer caso omiso si no a los fracasos, a las insuficiencias programáticas que sufrieron todos los demás gobiernos anteriores, cuando se analiza la magnitud material y humana del fenómeno Venezuela, como unidad histórica, llamado desde hace tiempo a convertirse en uno de los primeros países de la América Latina, mucho más allá de México, Brasil, Chile y la Argentina.
          
Hay seis millones de venezolanos –los de la abstención--  que no votan, porque, de alguna manera, protestan el discurso político, de unos y de otros; el discurso “socialista” del líder bolivariano gobernante, así como  el discurso “social demócrata” de los aspirantes de la oposición formal. ¿Por qué tienen que sentirse motivados por unos “challengers” que apenas sí prometen que serán distintos  a quien esperan suceder en la primera magistratura? ¿No nos damos cuenta de que no avanzamos en la lucha contra la pobreza y que cada vez hay más desempleo, hambre y miseria en nuestro entorno humano; que crecen los índices de insalubridad pública; que la educación de nuestra gente es cada vez más precaria; que nuestra economía se desploma, con un fisco endeudado y unas otrora grandes empresas al borde de la quiebra? ¿Qué toda la infraestructura pública del país se hunde? ¿Que no producimos ni siquiera para alimentarnos y que cada vez más dependemos del petróleo –el “excremento del diablo”, como lo llamó Pérez Alfonso— para subsistir? ¿Que ya nadie habla de la petroquímica y de los miles de miles de productos en los cuales pueden transformarse nuestros hidrocarburos? ¿No nos damos cuenta de nada de esto y que al respecto no proponemos nada que active nuestra imaginación e ilumine nuestra esperanza? Se acaba Guayana. Ya no hay mineral en el cuadrilátero ferroso del Imataca; ya nos olvidamos de producir acero y sus interesantes aplicaciones industriales, en transformación primaria. Sidor se nos fue de las manos. Nos olvidamos que Venezuela era --.¡era!-- uno de los principales países del mundo en la producción de aluminio, con la bauxita en óptima calidad y suficiente cantidad, ubicada en el mismo cónclave geográfico donde el agua sobraba para su conversión en poderosa fuente de energía. ¿Es este recuento de perversos descuidos lo que vamos a dilucidar en las primarias o vamos a resolver en las elecciones de octubre? ¿Qué puede importarnos Chávez, vivo o muerto, enfermo o sano, cuando no somos capaces de comprender qué es lo que la historia nos impone y cuál es el mensaje verdaderamente “revolucionario” que esperan oír esos otros seis millones de venezolanos, quienes conjuntamente con nosotros conforman “la otra oposición”?
           
Más que los nombres de los líderes, lo que debería conjugar, unir, concertar y concentrar a los venezolanos en una superestructura política, en otra MUD, más amplia y sin excluir a la otra, tendría que ser un programa, un plan de acción a corto, mediano o largo plazo, acordado por las mentes más lúcidas del país, sin apego dogmático a ningún manifiesto ideológico. Una gran propuesta plausible, de comprobada factibilidad, que apunte hacia la superación de nuestra sociedad, sin sacrificio de ninguno de los valores esenciales de la democracia. Sobre todo el valor de la libertad, pero muy especialmente el referido a la igualdad, en cuanto cada uno de los casi treinta millones de venezolanos tiene potencialmente algo o mucho que aportar a una nueva nación, conformada como una potencia confederada, autonómica, gobernada por todos y no por una secta o un hombre o un partido, sino por instituciones legítimamente representativas del sentir nacional.  
           
grooscors81@gmail.com.-

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ANDREA SMALL CARMONA: ENTREVISTA JAIME REQUENA, INVESTIGADOR Y GERENTE GENERAL DE LA FUNDACIÓN UNIMET

"Con este Gobierno se ha reducido la producción científica"
         El autor del libro Ciencia y Poder señala que aunque los conflictos entre ciencia y política siempre han existido, nunca habían sido tan graves como en la gestión de Hugo Chávez

        El mayor de los retos es hacer que el Gobierno, la academia y las empresas privadas que aportan los recursos puedan establecer un diálogo efectivo, dice Requena

E n la historia de la ciencia venezolana son muchos los conflictos que se han suscitado entre los responsables de hacer investigación y los gobiernos de turno. Jaime Requena, biólogo venezolano, miembro de número de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales y actual gerente general de la Fundación Universidad Metropolitana, hace un recuento de esa situación en su más reciente libro titulado Ciencia y poder: eco de sus conflictos.
       
El texto, publicado en octubre de este año con el apoyo de la Fundación Fondo Editorial Simón Rodríguez, la Gobernación del Táchira y la Lotería del Táchira, es una recopilación de textos sobre política científica venezolana, difundidos en varios medios de comunicación nacionales e internacionales entre 1980 y 2010. A partir de allí, Requena hace un análisis de cuáles han sido las relaciones entre los gremios científicos, el poder público y el sector productivo desde hace 30 años, con especial énfasis en el panorama vigente.

--En su libro sostiene que la ciencia venezolana vive momentos difíciles.

--Yo diría que ahora más que nunca antes. Eso puede comprobarse con la medición de varios indicadores.  La producción de artículos publicados es uno de ellos.
        Con este Gobierno se ha reducido la producción científica a valores que nunca habíamos tenido. Hasta no hace mucho, yo diría 15 o 18 años, Venezuela era referente regional obligado en cantidad de publicaciones en revistas arbitradas y especializadas. Solíamos asesorar a países como Brasil, Colombia y Argentina en materia de inversión y estímulo a la producción de conocimientos. Estamos en franco retroceso porque no se nos permite avanzar. Es importante mencionar que los problemas entre científicos y autoridades no nacieron con este Gobierno, siempre los ha habido. Pero nunca se habían deteriorado tanto las relaciones como con la gestión de Hugo Chávez.

--¿Puede mencionar algunos de esos conflictos anteriores al gobierno de Chávez?

--A mediados de los ochenta, durante la Presidencia de Jaime Lusinchi, el Gobierno intentó desconocer los derechos laborales de los investigadores extranjeros que habían trabajado aquí por décadas y que habían entregado su carrera a la ciencia venezolana. Curiosamente, este ha sido el único conflicto que se ha documentado como resuelto en la historia de la ciencia venezolana.  Otro muy famoso, fue el caso de Luis Razetti, cuyas investigaciones científicas lo llevaron a hacer algunas críticas al gobierno de Juan Vicente Gómez, cuyo gabinete lo obligó a renunciar a la Presidencia de la Academia de Ciencias. Como estas, hay muchas otras historias.

--¿Cuál es el problema más grave asociado a las políticas públicas que enfrenta la producción científica en este momento?

--Un criterio de inversión oficial centralizado, que está determinado por la ideología política. Un ejemplo de ello es la partida presupuestaria que se asignará a las universidades con el presupuesto de 2012, equivalente a 1% del PIB. Todo el mundo sabe que la mayor parte de la producción científica se gesta en las universidades. Solamente a través de la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación se recaudará un monto correspondiente a 3% del PIB. Si de allí saliera el financiamiento para las universidades, ¿dónde queda el restante 2%? Te lo puedo decir: se asigna con criterios poco claros a investigadores con credenciales que nadie conoce y que fueron insertados en el sistema con los cambios ejecutados al antiguo Programa de Estímulo al Investigador. Eso, sin hablar de los temas de investigación que el Gobierno decidió apoyar y que dejan sin recursos a buena parte de la ciencia básica y aplicada que se hace en el país.

--Entonces, ¿cuál es el reto?

--Considero que el mayor de los retos es hacer que el Gobierno, la academia y las empresas privadas que aportan los recursos puedan establecer un diálogo efectivo y un sistema de aportes y desembolsos que beneficie a todas las partes. Eso es algo que debemos revisar dejando de lado tintes políticos. La mejor ciencia es la que se puede hacer con independencia de pensamiento.

--¿Cuál es el papel que juegan los medios de comunicación en esta dinámica?

--Es fundamental. Los medios son los aliados más importantes que tenemos. Sin ellos no habría manera de documentar la historia de la ciencia en Venezuela ni en ningún otro país. De hecho, este libro es un análisis que se desprende de una recopilación de trabajos de periodismo científico, publicados en diversos medios impresos nacionales. En este punto quiero hacer una especial mención a El Nacional, que siempre ha hecho grandes esfuerzos por mantener esa magnífica escuela heredada de Arístides Bastidas. El resto de los medios a veces publica cosas, pero es un tema que todavía falta por trabajar.

--¿Hace falta entonces más divulgación científica?

--Sin duda. Con todo y la crisis que actualmente atraviesa el sector, en Venezuela se hacen trabajos de investigación muy interesantes que merecen ser contados. Además, necesitamos más comunicadores dispuestos también a explicar cuál es la situación actual sobre políticas públicas en materia científica. Sólo así podremos llegar a la gente y explicarles que se trabaja para lograr mayor bienestar.

asmall@el-nacional.com

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ALBERTO BENEGAS LYNCH (H) *: CRISIS GLOBAL, BARAJAR Y DAR DE NUEVO (CATO INSTITUTE)

En momentos de escribir estas líneas, el mundo está en vilo porque parece que la idea del default griego va y viene sea quien esté a cargo del gobierno y de elecciones anticipadas y la eventual ratificación parlamentaria del rescate, en el contexto de las nuevas alquimias europeas: “salvatajes”, quitas, recapitalización de bancos, autorización del G-20 en Cannes de una nueva línea de crédito al FMI (!nada menos!) y, como señala The Economist, discusiones sobre la posibilidad de que “la cuna de la democracia” en algún momento se aparte de la eurozona y se tiente con el dracma. Aunque estos asuntos no se precipiten y se estiren algo debido a los recientes cambios de timón, la situación (desatada por gastos y deuda estrambóticos) no se resuelve con nuevos manotazos de ahogados, paliativos siempre circunstanciales y parches que no cubren agujeros y solo acentúan la sangría de los contribuyentes. Por otro lado, una detonación aun más estruendosa puede venir por el lado de Italia, una economía siete veces mayor a la de Grecia pero con algunas grietas de mayor profundidad. En tanto, el gobierno estadounidense también sigue en la danza macabra de gastos inauditos, déficit y deuda crecientes y subsidios a empresas inviables (siendo Solyndra el caso más explosivo por su quiebra estrepitosa), mientras mira a Europa con cierto pánico debido a estrechísimas relaciones comerciales. Situación toda sumamente difícil debido a asfixiantes regulaciones anticapitalistas, desmenuzadas con rigor por Niall Ferguson de Harvard en su acalorado debate con el ultraintervencionista Jeffrey Sachs de Columbia, en el programa televisivo de Fareed Zakaria.

Piénsese lo que se piense son las soluciones y las recetas cotidianas en los diversos países del orbe, hay pocos que dudan que estamos frente a una crisis de proporciones mayúsculas de la que solo vemos la punta del iceberg. Las causas de tamaños desbarajustes no se gestaron de la noche a la mañana, se remontan a lejanos tiempos. Los aparatos estatales vienen inflándose a pasos agigantados de hace añares. Solo consideremos que antes de la Primera Guerra Mundial, la participación del gasto público giraba en el orden del tres al ocho por ciento del producto bruto interno. Hoy en algunos lares del llamado mundo libre alcanza al sesenta por ciento y en general ronda el cuarenta. El respeto a los derechos individuales en aquella época era ampliamente reconocido y protegido.

Hasta contradictores de la sociedad abierta como Keynes con las sorprendentes estadísticas que exhibió en su libro sobre moneda le ha dado sobrado crédito a esa etapa de la civilización que va del Congreso de Viena a la mencionada conflagración, y socialistas como A. J. P. Taylor en su célebre historia de Inglaterra recuerda que “Hasta agosto de 1914 un inglés sensible y cumplidor de la ley podía pasar por la vida y prácticamente no notar la existencia del Estado, más allá del correo y la policía. Podía vivir donde quisiera y como le gustara. No tenía ningún número oficial ni cédula de identidad. Podía viajar al extranjero y dejar este país sin pasaporte y sin ningún permiso oficial. Podía adquirir con su moneda cualquier otra sin restricción o límite alguno. Podía comprar bienes de cualquier país del mundo en los mismos términos con que podía hacerlo localmente. A esos efectos, un extranjero podía pasar su vida en este país sin informar a la policía […] El inglés pagaba impuestos en una escala modesta, menos del ocho por ciento del ingreso nacional”.

Stefan Sweig en su autobiografía subraya como en el siglo de oro de la Viena cosmopolita, el respeto a la propiedad, la seguridad en los transeúntes y en los hogares, la solidez de la moneda, la estabilidad en el trabajo, las mejoras en los niveles de vida de todos era consecuencia de que los gobiernos gobernaban muy poco y por la calle era valorado y reconocido un cantante de ópera o un literato pero no un político que pasaba desapercibido: “nuestro emperador Francisco José, en sus ochenta años, nunca leyó un libro más allá del Reglamento Militar” pero “celebrábamos la libertad del individuo que estimábamos como el bien más sagrado de todas las cosas”.

Tal vez el mayor malentendido de nuestra época consista en el concepto de igualdad. En lugar de comprenderlo como igualdad de derechos ante la ley, se pretende la igualdad de resultados lo cual es incompatible y mutuamente excluyente con la primera igualdad mencionada puesto que para utilizar la ley como instrumento igualador de resultados necesariamente debe imponer la desigualdad de derechos. Y la consecuencia inexorable de este travestismo que se traduce en la destrucción de marcos institucionales clave es el mayor empobrecimiento. El delta entre mayores y menores ingresos o el Gini Ratio que mide la dispersión del ingreso no resultan datos relevantes, lo medular es que todos progresen, es decir, el mejoramiento en el promedio ponderado, lo cual se logra maximizando las tasas de capitalización que son fruto de marcos institucionales civilizados, entre lo que sobresale el respeto a los derechos de propiedad. Al fin y al cabo, las desigualdades de patrimonios e ingresos son el resultado directo de los juicios emitidos por la gente respecto de las distintas eficiencias para atender sus respectivos reclamos (a menos que se otorguen privilegios a pseudo-empresarios en cuyo caso se contradicen las bases de la sociedad abierta). Este es el sentido por el que el premio Nobel en Economía Friedrich A. Hayek ha resumido la idea en The Constitution of Liberty : “La igualdad de las normas de derecho es el único tipo de igualdad que puede asegurarse sin destruir la libertad”.

Sin entrar en asuntos demasiado técnicos, uno de los aspectos económicos más delicados se refiere al sistema bancario de reserva fraccional manipulado por la banca central que se traduce en que los bancos están de hecho en estado de insolvencia permanente, lo cual se pone en evidencia cada vez que ocurre un cambio en la demanda de dinero. Esto debe modificarse con urgencia en lugar de insistir en los inconducentes Acuerdos de Basilea (uno, dos y tres) cuyos gruesos errores se ponen en evidencia en detalle en el ensayo en colaboración de Kevin Down, Martin Hutchinson, Simon Ashby y James Hinchliffe titulado “Capital Inadequacies, the Dismal Failure of the Basel Regime of Bank Regulation” (Policy Analyisis, Washington DC, Cato Institute, No. 681, 2011).

Pero la crisis global es antes que nada consecuencia de un grave problema ético, puesto que de eso se trata cuando no se respetan los proyectos de vida de quienes no lesionan derechos de otros. En todo se ha metido el aparato de la fuerza del Leviatán. Hasta los llamados “moderados” aceptan esa insolente intromisión. Frente a cualquier problema se sugiere que se dicte una ley con lo que no se dejan resquicios para la libre disposición de la vida y la hacienda de cada cual. Los colegios y las universidades están plagadas de textos en los que de una u otra manera se cantan loas al apretujamiento del individuo hasta convertirlo en una caricatura humana que se asemeja más al rebaño servil y dúctil por las resoluciones siempre crecientes de gobiernos cada vez más voraces y adiposos.

En este sentido, la situación es como la describe Tocqueville: “aquellos lugares en los que primó un gran progreso moral y material, tienden a dar eso por sentado” y ese es el momento fatal puesto que la libertad requiere —exige— que se conozcan sus fundamentos y se los difunda, de lo contrario se revierten esos valores y principios sobre los que se edifica la sociedad abierta y el derrumbe es seguro. Como tantas veces hemos insistido, todos estamos interesados en que se nos respete, independientemente de cuales sean nuestras inclinaciones y actividades, por ende, todos tenemos la obligación moral de contribuir a  mantener el edificio de la libertad y el consecuente respeto recíproco. Si solo se declama pero no se hace algo cotidianamente, el resultado está a la vista, esta es la explicación de la decadencia, a diferencia de lo que hacen los gramscianos quines trabajan a diario en el estudio y la difusión de su ideario autoritario.

Para oponerse a esta maldición recurrente se necesita honestidad intelectual y coraje moral. Es indispensable “barajar y dar de nuevo” en el sentido de reconsiderar los crímenes —en sentido figurado y literal— que ha comedido el monopolio de la fuerza, el agente teóricamente encargado de velar por nuestro derechos que los ha conculcado a mansalva, sin piedad para nadie que se pretenda interponer al barrido de las libertades de las personas. Tal como previó Hamlet en la quinta escena del primer acto, estamos “fuera de quicio” y, por eso, en la tercera escena del quinto acto ofrece la solución al enfatizar que “las enfermedades que crecen drásticamente, deben ser curadas con medidas drásticas, o no serán curadas en absoluto” (lo cual ya había anticipado en su tan reiterada y poco comprendida respuesta al “ser o no ser”).

Por ahora, si nada se hace de fondo para cambiar la situación, seguiremos la tendencia que utilizamos metafóricamente y que Julio Cortázar marca en sentido literal en su “Casa tomada”: estamos en retirada, mientras los intrusos e invasores al mundo civilizado agrandan exponencialmente sus posiciones en nuestro  propio territorio (esto dicho a pesar de las tenebrosas e inaceptables simpatías del autor del cuento por la sanguinaria tiranía castrista y su apoyo incondicional al adefesio sandinista).

Ortega y Gasset ha resumido bien el asunto que venimos tratando: “Si usted quiere aprovecharse de las ventajas de la civilización, pero no se preocupa usted por sostener la civilización…se ha fastidiado usted. En un dos por tres se queda usted sin civilización. Un descuido y cuando mira usted en derredor todo se ha volatilizado”. En mi país, la Argentina, hoy es frecuente la cantinela de que “la oposición es un desastre, todos fragmentados y no hacen nada” a lo que suelo responder con escasa dosis de diplomacia “¡que oposición ni oposición! ¿qué haces vos querido?”

Personalmente me he sumado a tantos trabajos que apuntan a revisar y reconstituir las instituciones en muy diversas direcciones, al efecto de permitir que se abran de par en par las ventanas por donde entrará nuevamente el oxígeno vivificador a un mundo que pueda llamarse legítimamente libre y digno. Esto justificará nuestra existencia frente a nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, para que nunca puedan decir que no intentamos trasmitirles un ámbito decente en el que puedan vivir sus vidas en plenitud y sin las amenazas y acechanzas del canibalismo de megalómanos incrustados en los pasillos del poder.

* Académico asociado del Cato Institute y Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Argentina.

Este artículo fue publicado originalmente en El Diario de América (EE.UU.) el 10 de noviembre de 2011.


http://www.elcato.org/crisis-global-barajar-y-dar-de-nuevo


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EDITORIAL DIARIO RIO NEGRO: NEOLIBERALISMO MARXISTA (DESDE ARGEN TINA)


Jin Liqun, cuando advirtió que, si bien el Estado benefactor sirve para que los rezagados puedan disfrutar de la buena vida, también debilita la voluntad de trabajar duro y por lo tanto causa más pobreza.
Los habitualmente denostados "neoliberales" no son los únicos que creen que la crisis económica europea es la consecuencia previsible del Estado benefactor de los países más desarrollados del continente y que para superarla será necesario desmantelar muchos programas de ayuda social. Comparten plenamente su opinión los jerarcas del Partido Comunista chino. Lo confirmó hace poco el jefe del fondo oficial de inversión de China, Jin Liqun, cuando advirtió que, si bien el Estado benefactor sirve para que los rezagados puedan disfrutar de la buena vida, también debilita la voluntad de trabajar duro y por lo tanto causa más pobreza. 

En cuanto a las leyes laborales que están procurando defender los sindicatos y los partidos políticos izquierdistas de Europa, a juicio de quien está en condiciones de decidir cómo invertir los 400.000 millones de dólares del fondo soberano chino, "inducen pereza e indolencia". En otras palabras, comunistas chinos como Jin Liqun coinciden con la canciller alemana Angela Merkel y otros que atribuyen las dificultades de los integrantes menos dinámicos de la Unión Europea a la haraganería de una proporción excesiva de sus habitantes, razón por la que se resisten a invertir su dinero en lo que temen resultaría ser una especie de agujero negro.

Desde el punto de vista no sólo de los progresistas occidentales sino también de muchos que se consideran conservadores, el lenguaje empleado por Jin Liqun es anacrónico, para no decir antediluviano, más apropiado para un fanático del Tea Party norteamericano que para el representante de un gobierno que sigue llamándose comunista. En el Occidente, la izquierda moderada ganó "la batalla cultural" hace varias décadas, con el resultado de que sus planteos forman parte del sentido común de casi todos los políticos e intelectuales. En nuestro país, las actitudes resultantes son virtualmente hegemónicas. Insinuar que en última instancia los pobres son responsables de su propio destino y que muchos desocupados son vagos equivale a "culpar a la víctima" que, como todos saben, debe su condición desafortunada a la perversidad del sistema capitalista o a la indiferencia de la sociedad. En base a este presupuesto, muchos gobiernos, incluyendo el kirchnerista, dan por descontado que para lograr un grado mayor de equidad socioeconómica hay que "redistribuir" el ingreso y aumentar los subsidios para quienes perciben menos. Aunque a veces los políticos hablan de la necesidad de difundir "la cultura del trabajo", con escasas excepciones parecen convencidos de que lo que más importa es la solidaridad del gobierno de turno ya que la desigualdad se debe a la codicia de los pudientes.

La actitud de las elites tanto políticas como empresarias de China y de otros países del este de Asia es muy distinta. A diferencia de los dirigentes occidentales, creen que es fundamental estimular el esfuerzo de cada uno y no sienten ninguna simpatía por quienes se resisten a hacer su aporte al bienestar común. Por lo demás, no se trata de una forma de pensar limitada a los grupos dominantes; en el mundo entero se ha hecho célebre el fuerte compromiso de casi todos los chinos y coreanos con "la cultura del trabajo" y con la educación. Así las cosas, deberían sentirse preocupados los entusiasmados por el resurgimiento vertiginoso de China bajo un régimen nominalmente comunista, el que apenas treinta años atrás optó por una versión sui géneris del capitalismo dirigista, y por el presunto fracaso de las desagradables recetas "neoliberales" que se han ensayado en Europa y, a su modo, en nuestro país. Si, como algunos prevén, China pronto se consolida como una superpotencia financiera, a cambio de su ayuda exigirá reformas mucho más draconianas que las pedidas por el FMI. Mientras que los directivos del organismo dominado hasta ahora por Estados Unidos, miembros de la Unión Europea y el Japón se han sentido obligados a pensar en lo que sería tolerable en los países del Primer Mundo, los chinos están acostumbrados a basar sus recomendaciones en pautas que son incomparablemente más rigurosas. Tratarán a los demás como tratan a sus propios compatriotas y, desde luego, no vacilarán en presionar a gobiernos de países en apuros para que dejen de subsidiar a quienes en su opinión son vagos parasitarios.

http://www.rionegro.com.ar/diario/opinion/editorial.aspx?idcat=9542&idArt=751096&tipo=2

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viernes, 11 de noviembre de 2011

THAYS PEÑALVER : A LOS CANDIDATOS DE OPOSICIÓN (CON OPCIÓN)

Existe una anécdota del senador demócrata Adlai Stevenson, uno de los más grandes oradores estadounidenses, en plena campaña presidencial contra nada menos que el general Eisenhower. Su campaña había sido excepcional y sus programas eran sencillamente fabulosos, así que una admiradora se le aproximó y le dijo: "por usted votará toda persona pensante" a lo que Stevenson replicó: "madame, eso no es suficiente, necesitaré mayoría". ¿Qué quería decir Stevenson con esto? Que con programas efectivos y políticas públicas precisas, no necesariamente se logra la mayoría, por eso es por lo que muchos candidatos optan por mercadearse como si fueran productos. Esto llevó a Stevenson a decir que cuando un político tiene que recurrir a esa treta, se convierte en: "la última cosa indigna que puede ocurrir en democracia".

Estamos por iniciar el último viaje a unas elecciones en Venezuela y lo primero que debemos hacer, es pensar diferente a como hemos pensado hasta ahora. Lo segundo, como dijo Stevenson es no mercadearse como ha venido ocurriendo, porque es indigno y contrario a la democracia. Tenemos el deber inexcusable de reencontrarnos con la política y sobre todo dejar de tratar al elector como lo trata el otro, como pendejos y es bueno ya comenzar a entender que nuestro pueblo de eso no tienen ni un pelo. Si eres de los que piensas que proponiéndole un programa de mil páginas donde en blanco y negro solucionas el problema de la inseguridad, la inflación y la escasez de viviendas los vas a cautivar, te equivocas. El venezolano quiere que le hables con pasión, que señales al responsable de sus males cotidianos, que emplaces a tu adversario para que le cantes a la cara una a una sus corruptelas, las injusticias cometidas, sus desmanes y además que lo tutees, para que te empiece a respetar.

Les sugiero que de cara al elector agradezcan al pasado, pero deslástrense de este, de la misma manera que debemos aprender de este presente y superarlo. Ganará como político quien le diga al elector que el pasado quedó atrás y que ni la cuarta, ni la quinta república secuestrarán a la sexta. Porque mientras la cuarta y la sexta estén unidas, el elector preferirá siempre a la quinta y esta es una realidad y un obstáculo que no deja morir lo que debe morir, para que nazca lo que todos deseamos. Si tenemos políticos en serio, este es su momento histórico, porque son ellos quienes deben proponer la fórmula para la paz y es que a veces para avanzar, hay que sacrificarse para que otros puedan alcanzar las metas. Lo que percibe el antichavista que no es de la oposición, es que hay algo podrido en Dinamarca por eso pa´trás ni para coger impulso.

Ganará el que tenga las "voluntades" de enfrentar estas realidades y proponga a los más humildes, que son pobres pero no idiotas, un gobierno digno. Ganará quien le diga a Chávez, presidente, pídale a su Instituto de Estadísticas que le dé el listado de las 700 mil casas hacinadas, para que le entregue el millón de viviendas a quienes las necesitan y no a sus seguidores que son quienes se anotan en 2 y hasta 3 listas para llevárselo siempre todo. Porque la realidad es que hay 700 mil hogares que continúan viviendo hacinados porque en 12 años, los verdaderos pobres no han podido recibir nada. Simplemente recuperen un poco de dignidad para ellos y como dijo Stevenson, obtendrán la mayoría.

Finalmente, recuperen lo que por historia nos pertenece, el rojo de nuestra bandera, las consignas sociales y a ese venezolano que es noble, inteligente, hábil y firme en sus convicciones, a ese que es heredero de una casta de hombres que como decía Andrés Eloy Blanco: "fueron los únicos que en el mundo salieron a conquistar países, pero nunca para procurarse ni un palmo de tierra, sino para garantizarle a cada país su libertad".

@thayspenalver

thayspenalver@me.com 

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ZENAIR BRITO CABALLERO: ¡LOS VALORES SON INSUSTITUIBLES E IRREMPLAZABLES!

Hace algún tiempo escribí en un artículo de opinión, que definitivamente en la vida existe una escala de valores insustituibles e irreemplazables inherentes a la condición humana, que determinan la grandeza de espíritu de los seres, su dignidad, su sentido de la moral, la rectitud y buena fe de sus actos, la responsabilidad y seriedad en el compromiso adquirido, la verticalidad en el comportamiento social y político, y la transparencia en la relación con los demás.
Los valores hacen posible el coordinado manejo de la convivencia en las sociedades, permiten el desarrollo serio y responsable de las relaciones humanas a todos los niveles. Los valores van de la mano con la concepción que cada hombre tiene de su existencia y de ellos depende la armonía interna y espiritual de cada cual.
Dentro de esa tabla de valores, los morales son sin lugar a dudas los más importantes, pues orientan nuestras conductas, facilitan nuestro crecimiento individual para aportar lo mejor de nosotros a la comunidad, nos hacen mejores personas, nos conducen por los caminos del bien, de la honestidad, la justicia, la responsabilidad, el respeto y la lealtad hacia los demás.
Los valores están cimentados en la palabra, como la representación moral de la expresión del pensamiento humano, que en todos los pueblos y en todas las épocas, ha sido factor fundamental en el desenvolvimiento y desarrollo de las sociedades, en todos los órdenes, por su poder de afirmación o negación.
Cuando la palabra se empeña y se compromete voluntaria y libremente para hacer o dejar de hacer algo, para realizar o ejecutar una acción o no, el hombre poseedor de dichos valores la respeta y la hace respetar como esencia misma de su buen comportamiento ético y moral; sólo la carencia de ellos conlleva el incumplimiento de la palabra comprometida.
La palabra a través de todos los tiempos y en todas las sociedades, ha sido considerada como regla de oro en el comportamiento interpersonal y social de los hombres de bien; la rigidez y la seriedad en su cumplimiento frente a los compromisos adquiridos, determinan igualmente el nivel de magnanimidad de los espíritus y de las conciencias de quienes la avalan, la cumplen y la respetan, o la mezquindad, la bajeza y ausencia de grandeza de quienes la atropellan y faltan a ella.
Por eso, cuando se falta a la “palabra” en general, a la palabra de honor, a la palabra de hombre, a la palabra de amigo, a la palabra empeñada y comprometida, o se alienta, se induce o se estimula su incumplimiento, el ser humano habrá caído en los antivalores y en la inmoralidad, propia solamente de aquellas personas sin escrúpulos que los hacen merecedores del desprecio, la desconfianza y el rechazo de sus semejantes.
Como dijera un ilustre jurisconsulto hombre de letras, filósofo y poeta: “Cruzar por los fangales de la vida,/ sin percudir la albura del plumaje,/ y resistir al bárbaro oleaje/ de este materialismo sin medida:/ desdeñar la traidora arremetida/ de mercenario amigo o torvo paje/ y con el alma henchida de coraje,/ sonreír al desangre de la herida,/ posponer conveniencias al decoro,/ no danzar nunca al rintintin del oro/ ni usar careta en esta mascarada;/ ser noble hasta llegar al sacrificio,/ ser digno hasta en el ara del suplicio/ eso es ser hombre … lo demás es nada!
britozenair@gmail.com

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IVÁN OLAIZOLA D’ALESSANDRO: MÉDICOS O TRABAJADORES SOCIALES (PARANINFO)

Un cordial saludo a mis colegas ingenieros industriales en ocasión de nuestros 48 años de graduados.

Una nueva polémica se ha desatado en el país ante el anuncio del gobierno de la graduación de la primera promoción de los llamados Médicos Comunitarios Integrales. Para quienes hemos desempeñado posiciones importantes de dirección académica en nuestras universidades nos resulta incómodo intervenir en este tipo de discusión, ya que están involucrados jóvenes estudiantes que han dedicado varios años de su juventud en procurarse una profesión, sin embargo pensamos que tenemos una responsabilidad con el país, con su academia y con los propios estudiantes y sus familiares y por tanto debemos emitir algunas opiniones al respecto, aun a riesgo de que se tome como una posición política, tal como se suceden las cosas en estos años de la llamada “revolución socialista”.

Hasta donde tenemos entendido la ley de Universidades de 1958, reformada parcialmente en 1970, tiene plena vigencia, en tanto y cuanto no colida con la actual Constitución Nacional y la Ley Orgánica de Educación. En ella está claramente establecido como es el procedimiento para la creación de instituciones universitarias (artículos 8 y 10) y la creación, eliminación, modificación y funcionamiento de Facultades, Escuelas, Institutos y demás divisiones equivalentes en las universidades (numeral 4 artículo 20) y creemos que ninguno de los artículos señalados colide con los instrumentos legales citados. Haciendo memoria sabemos que la Universidad de la Fuerza Armada (UNEFA) surgió de una transformación natural del Instituto Universitario Politécnico de la FAN (IUPFAN), siguiendo el modelo de la UNEXPO, y su creación siguió los canales regulares y obtuvo la opinión favorable del CNU en su momento. Aun cuando no conocemos con exactitud el procedimiento seguido para la creación de la Universidad Bolivariana (UBV) suponemos que igualmente cumplió con lo establecido en la ley. En lo que si no estamos muy claros es cómo se crearon algunas facultades o escuelas en ambas instituciones, en especial las que forman profesionales de la salud.

Sería interesante que esas instituciones dieran a conocer los proyectos que se presentaron en su momento para solicitar la creación de esas dependencias universitarias, los estudios de factibilidad, justificación, y demás requisitos legales, y la opinión que en su momento debieron haber emitido los organismos competentes tales como los núcleos de Ciencias de la Salud, las propias facultades de medicina, la comisión ad-hoc que debió nombrar el CNU y la evaluación obligatoria que debió hacer la OPSU. Igualmente las decisiones tomadas por el CNU donde autorizaba a esas universidades para crear esas dependencias. Ello ayudaría a esclarecer muchas dudas sobre la legalidad de esa carrera.

Eso en el plano estrictamente legal, ahora la otra consideración importante es en el orden académico y profesional. Debería aclararse muy bien el pensum de estudio de esa carrera, sus exigencias, sus alcances, las credenciales académicas del personal docente, el número de unidades crédito en fin, todo lo que pueda ayudar a aclarar definitivamente la calidad y pertinencia de esos nuevos profesionales. No creo que lo más prudente sea dar respuestas políticas como las dadas por la actual ministra de la salud, la decisión tomada por la AN con la reforma de la ley del Ejercicio de la Medicina y el discurso trillado del socialismo del siglo 21. Esos jóvenes cuando tengan que enfrentar un paciente no les servirán de mucho los discursos del “comandante en jefe”. El paciente y sus familiares le exigirán salud, solución para sus males. Más que una simple aspirina y una imagen del Che. Otra solución es sincerar los verdaderos conocimientos de estos graduandos y otorgarles en consecuencia el título profesional idóneo que los habilite en una particular disciplina. Todas las opiniones de especialistas coinciden en señalar que ellos no son equiparables a los médicos cirujanos que egresan de las otras universidades nacionales. No es que sean más o menos, simplemente pareciese que tienen una formación profesional diferente. Y es posible que con un acertado título profesional sean unos buenos profesionales de gran utilidad para el país. No hacerlo es engañarlos, es estafarlos, es ponerlos a competir en condiciones desfavorables, es exponerlos a correr el riesgo de someterlos al escarnio público y de cometer mala praxis. Sin embargo si estamos equivocados sobre el particular hay una salida muy académica. Se podría realizar una evaluación o examen público, de oposición, bajo reglas bien claras, con jurados idóneos e imparciales, entre egresados en medicina comunitaria integral y egresados de médicos cirujanos. Así de simple. 

Iolaizola@hotmail.com

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NICARAGUA: UNIÓN EUROPEA REVELÓ EN INFORME QUE FALTÓ ‘TRANSPARENCIA Y NEUTRALIDAD’ EN LAS ELECCIONES – UNIVISION

La misión de observadores de la Unión Europea (UE) en Nicaragua, afirmó que a las elecciones generales en ese país, celebradas el domingo pasado y en las que fue reelegido el presidente Daniel Ortega, les hicieron falta “transparencia y neutralidad”.
El jefe de la misión de observación de la UE, el eurodiputado español Luis Yáñez, presentó en Managua un informe preliminar sobre esos comicios en el que, aclaró, no declaran a ningún triunfador, aunque a título personal dijo que Ortega ganó, pero bajo una serie de anomalías.
Entre las irregularidades, Yáñez citó la tardía acreditación para que los fiscales opositores ingresaran a las mesas electorales y la falta de entrega de miles de cédulas de identidad, necesarias para ejercer el sufragio.
Asimismo, criticó al Consejo Supremo Electoral (CSE), organizador de los comicios, por vetar la observación de organismos locales, y al Estado de Nicaragua por invitar tardíamente a las misiones internacionales.
La UE también cuestionó a los jueces electorales por no “emitir regulaciones” sobre asuntos “claves” de los comicios, como el registro de votantes, el ejercicio de derecho al voto, y el recuento del sufragio.
Ortega celebra mientras opositores desconocen resultados
“El proceso electoral de 2011 ha transcurrido hasta la fecha de forma generalmente pacífica, pero ha estado dirigido por un Consejo Electoral muy poco independiente y ecuánime, que no ha cumplido con su deber de transparencia y colaboración con todos los partidos políticos”, sostuvo el jefe de la misión.
Además, reprochó a la Corte Suprema de Justicia (CSJ) por resolver y admitir con rapidez la polémica postulación de Ortega, pero no “se pronuncia” sobre una solicitud de inhibición contra 51 candidatos a diputados de la opositora alianza Partido Liberal Independiente (PLI), la segunda más votada según los resultados oficiales.
Con el 85.8 por ciento de las mesas escrutadas, el CSE declaró ayer vencedor a Ortega con un millón 320 mil 619 votos, equivalentes al 62.65 por ciento, frente al 30,96 por ciento (652 mil 585 votos) de su principal rival, el empresario de radio Fabio Gadea, de la alianza PLI, que no acepta la derrota y denunció un “fraude inaudito”.
Ortega tiene previsto celebrar con un acto público su “inmensa y contundente victoria”, según el Gobierno de Managua, pese a que ningún candidato opositor a la Presidencia ha reconocido los resultados oficiales.
Fuente: Noticias Univision

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ÁNGEL SOTO: CIUDADANÍA EN TIEMPOS VIOLENTOS (HONDURAS Y MEXICO)

Acabo de regresar de un viaje por Honduras y México. En el primero, tuve la oportunidad de cruzar el país de sur a norte por tierra desde Goascoran hasta Omoa en el Caribe, pasando por Tegucigalpa, Siguatepeque, el lago Yojoa y Puerto Cortés,. En el segundo, fue una visita distinta al DF que me llevó por calles que en viajes anteriores no había estado.

¿Que hay de común entre ambos países más allá de la cercanía geográfica, la belleza de sus paisajes, la riqueza natural, la exquisitez de sus comidas y por sobretodo la calidad de su gente, entre miles de otros atributos?

Lamentablemente, la sensación de miedo, riesgo e impotencia que se vive al conversar y caminar por sus calles.

Efectivamente, en Honduras -por ejemplo- constatamos que la calle esta dejando de existir como espacio para el ciudadano. La gente teme salir, con miedo pasea por los parques con sus hijos, difícilmente veremos alguien trotando y el paseo familiar es visitar los centros comerciales con circuito cerrado, que al igual que la zona hotelera esta controlada por policías privados fuertemente armados.

Honduras es un país con 8 millones de habitantes y cerca de 17 mil policías, pero que al mismo tiempo cuenta con alrededor de 80 mil guardias privados. Los carros blindados no son la excepción, aportando a una “industria de la seguridad” que -nos comenta el analista del COHEP en Tegucigalpa, Guillermo Peña- representa cerca del 8 por ciento del PIB, donde además se estima que solo entre el 20 y 30 por ciento de las armas están registradas. En tanto que para las empresas, los gastos en seguridad representan entre el 4 y 8 por ciento de sus ingresos.

Pandillas y narcotráfico se van apoderando de ambos países afectando a todos los estratos sociales. El riesgo -nos dice un joven periodista- se ha “democratizado”, ya que el secuestro, la extorsión y las amenazas afectan a los sectores altos, pero también a la clase media; en tanto que quienes se movilizan en transporte público se arriesgan a ser asaltados, pese a que los buses pagan el “impuesto de guerra”.

Quienes buscan emigrar, cada vez sienten que es más peligroso, ya que los “mojados” de Honduras deben pasar por rutas tomadas por el crimen organizado en donde arriesgan su vida, similar de lo que sucede en México, no obstante lo hacen igual.

Sin embargo, lo que más sorprende -y al mismo tiempo hace compleja una salida- es la vulnerabilidad de la confianza. Evidentemente, ya no se trata de desconfiar de los políticos, la policía ni los jueces, como históricamente ha sucedido, sino que la sensación de desamparo en donde hay que refugiarse tras verdaderas fortalezas, muros con alambres electrificados, y en donde la justicia es tomada por las propias manos de los afectados, desatando un clima de ley del más fuerte.

¿Quien es el culpable? ¿Dónde esta el Estado? ¿Acaso no debiera estar garantizando la seguridad de sus ciudadanos?

Lo que ocurre en ambos países es el debilitamiento de las instituciones, responsabilidad de un Estado débil y corrupto que ha dejado al crimen organizado actuar impunemente. Algunos creen que un Estado grande es el camino para revertir la situación; otros desconfían de su capacidad  y -amparados en la experiencia privada- sostienen que debe ser pequeño pero sólido. Sin embargo, lo que nadie contesta es ¿cuál es el rol del individuo? Evidente no se trata de inmolarse y lanzarse heroica e inútilmente a combatir en las calles, sino más bien se trata de cómo conseguir el empoderamiento ciudadano en la recuperación de las libertades individuales que se han visto afectadas.

Hoy asistimos a una indignación mundial frente al abuso, injusticia, falta de una sociedad de oportunidades, y lucha por otras libertades que al final lo que buscan es recuperar la dignidad de la persona.

México y Honduras tendrán elecciones presidenciales en el 2012 y 2013 respectivamente, y no cabe duda que este será un tema de campaña. El desafío será como canalizar el miedo en un movimiento ciudadano que aproveche esa oportunidad y permita dar un giro,  recupere las calles y con ellos los espacios públicos que tanto necesitamos.

Fuente: HACER

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YOANI SANCHEZ: CUBA, EL APARTHEID PERSISTE

Reinaldo afirmaba que sí, insistía e insistía. Yo, sin embargo, soy de la generación que de antemano piensa que casi todo está prohibido, que me van a regañar a cada paso e impedir cualquier cosa que se me ocurra. Así que, por esta vez, la discusión matrimonial fue intensa. Él aseguraba que podríamos abordar aquel barco para mirar la bahía de Cienfuegos desde el vaivén de sus olas; a mí la vocecita interior me gritaba que tanto disfrute no podía estar al alcance de los nacionales. Por un par de horas, creí que el optimista de mi marido, al estilo de un Cándido tropical, se saldría con la suya. Fuimos hasta la oficina de la marina cercana al hotel Jagua y allí un funcionario nos vendió un par de tickets para el ansiado paseo. Nunca ocultamos nuestro atropellado acento habanero, ni siquiera intentamos hacernos pasar por extranjeros, pero nadie nos pidió una identificación. Sentíamos que ya un par de asientos a bordo del yate “Flipper” tenían nuestros nombres y el murmullo del escepticismo se iba apagando dentro de mi cabeza.

Llegamos al muelle con media hora de antelación. Los turistas de piel enrojecida comenzaron a subir a la embarcación. Rei y yo alcanzamos una esquina espectacular desde donde sacaríamos fotos de esa bahía tan grande como un mar. El sueño duró apenas cinco minutos. Cuando el capitán nos escuchó hablar preguntó si éramos cubanos. Un rato después, nos informaban que debíamos bajar a tierra “el paseo en barco está prohibido para los nacionales en todas las marinas del país”. Rabia, ira, vergüenza de portar este pasaporte azul que nos hace culpables –por anticipado- ante la ley de nuestra propia nación. Sensación de estafa al comparar el discurso oficial de supuesta apertura con esta realidad de exclusión y estigma. Tuvimos ganas de hacer un escándalo y aferrarnos a la baranda para obligarlos a sacarnos por la fuerza, pero ¿hubiera servido de algo? Mi marido desempolvó su francés y le contó al grupo de europeos lo que estaba ocurriendo. Se miraron extrañados, cuchichearon entre ellos. Ninguno desembarcó –-en solidaridad con los excluidos- de aquel tour por las costas de nuestra Isla; a ninguno le resultó intolerable disfrutar de algo que a los nativos nos está vedado.

El Flipper zarpó, la estela del apartheid fue visible durante unos segundos y después se volvió a camuflar entre las oscuras aguas de la bahía. El rostro del músico Benny Moré –en una pancarta cercana- parecía haber cambiado su risa por una mueca. A un lado de su barbilla estaba escrito el famoso estribillo “Cienfuegos es la ciudad que más me gusta a mi…”. Salimos de aquel lugar. Reinaldo derrotado en su ilusión y yo triste de que mi recelo triunfara. Caminamos por la carretera de Punta Gorda mientras le dábamos forma a una idea: “si el Benny hubiera vivido en los tiempos que corren, también lo habrían bajado -–como a un perro sarnoso- de ese yate”.

Fuente: Generacion Y (Cuba)

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