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LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
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domingo, 3 de agosto de 2014

ÓSCAR GARCÍA MENDOZA, RESTITUCIÓN DE LA PROPIEDAD PRIVADA

Cuando en un tiempo, que espero no sea muy lejano, las aguas regresen a su cauce y se restaure la racionalidad, un nuevo gobierno tendrá que tomar innumerables e importantes decisiones que afectarán a toda la población. Entre ellas, de una importancia enorme, está la restitución de la propiedad privada.

Tres vertientes de esa restitución.
1.- La devolución a sus legítimos propietarios de todas las fincas, negocios, propiedades, etc., que les han sido arrebatadas, confiscadas por el régimen castrochavista. Una de las razones más importantes de este desastre debe ser corregida.
2.- El control de la liquidez monetaria. La inflación es un flagelo que afecta a toda la población, principalmente a los de menores recursos. Es de conocimiento general que la principal causa es el exceso de liquidez monetaria. Esa liquidez es generada por el gasto excesivo del Estado, facilitado por el Banco Central. Controlar la liquidez pasa por no permitir la impresión de moneda sin respaldo. Varios países han tenido ejemplos de control inflacionario, cuando han pegado sus monedas a monedas fuertes, como lo es el dólar. Así se impide al gobierno manipular la liquidez.
3.- Privatización de las empresas del Estado. Son necesarias por múltiples razones. Uno, para poder pagar la inmensa deuda social que nos deja el castrochavismo. Deben pagarse múltiples subsidios a los más necesitados en salud, alimentación, educación, vivienda, etc. Dos, para hacer eficientes las grandes empresas del Estado, como Pdvsa. Esta empresa en manos privada sería rentable y podría pagar impuestos reales al Estado.
Se debe convertir a Venezuela en un país capitalista con una economía de mercado, en la cual los precios se formen por medio de la oferta y la demanda y no por el capricho de algún funcionario.
Solo los países capitalistas tienen poblaciones ricas que satisfacen sus necesidades. El socialismo, en cualquiera de sus manifestaciones, ha comprobado hasta la saciedad, que solo logra crear pobreza.
Sin propiedad privada no hay libertad.

Oscar Garcia Mendoza
ogarciamendoza@gmail.com
@ogarciamendoza

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jueves, 24 de julio de 2014

PACIANO PADRON, EL SEÑOR BRITO, MÁRTIR DE LA PROPIEDAD PRIVADA


Hace cuatro años el régimen sesgó la vida de un hombre que se entregó a la defensa de la propiedad, de su propiedad, la Finca Iguaraya, tierra con la que mantenía a su familia, y que le arrancaron quienes desconocen la Constitución y atropellan la propiedad como les viene en gana. El 30 de agosto de 2010 lo secuestró el gobierno y lo llevó al Hospital Militar de Caracas donde falleció. El Señor Franklin Brito -escribí señor porque esa palabra lo define a plenitud, es un señor- es un valiente ante el cual hay que quitarse el sombrero, es el mártir venezolano de la propiedad privada.

Ese hombre de estatura alta y que pesaba 105 kilogramos antes de iniciar su primera huelga de hambre, hizo bajar la balanza hasta 33 Kgs.; literalmente estaba en el hueso. Por una decisión atropellante de las que inspiraba Chávez, el Instituto de Tierras otorgó títulos para la explotación agropecuaria en lo que era propiedad del Señor Brito.  En 2005, en la Plaza Miranda de Caracas inició su primera huelga, en la que duró cuatro meses sin probar alimentos, logrando un acuerdo parcial con el gobierno, que luego fue desatendido por quienes no saben lo que es palabra de hombre.

         Corrían tiempos en los cuales el Señor Brito insistentemente y de manera pública pedía una audiencia al Comandante Chávez. Nunca nadie respondió su requerimiento, nunca se vieron las caras el Señor Brito y Chávez, si bien no sé si se encontraron ahora, cuando están en otros niveles. Desconozco si, medido en parámetro de eternidad, Chávez está en la misma dimensión que el Señor Brito, no sé si el mártir de la propiedad privada, víctima de un régimen que desprecia los Derechos Humanos, vio la cara de su victimario.

         En marzo de 2010 el Señor Brito inició su última huelga de hambre a las puertas de la sede de la OEA en Caracas, desde donde su clamor por el derecho a la propiedad comenzaba a escucharse en el mundo. Fue entonces cuando la Fiscalía General -en decisión que en algún momento pagará Luisa Ortega Díaz- acordó declararlo “Inhabilitado y con disminución de su capacidad mental”; fue secuestrado por elementos armados del régimen e internado en el Hospital Militar, donde fue aislado, “no lo podían visitar ni sacerdotes ni abogados” y veía extinguir su vida en condiciones infrahumanas, ante lo cual la Comisión Interamericana de Derechos Humanos exigió al gobierno “el acceso, tratamiento y monitoreo por un médico de confianza del paciente”. Nada ocurrió, excepto que el valiente Señor Brito arreció la lucha y suspendió la hidratación; trascendió a la historia grande de la lucha por las libertades.

Hoy los restos mortales del Señor Brito descansan en Río Caribe, en su natal Estado Sucre, donde acaban de asesinar también al Alcalde de su ciudad, Enrique Franceschi. En tiempos de decadencia roja la muerte asecha por doquier. No se le ha hecho justicia al Señor Brito. Todavía recuerdo que cuando salíamos de la funeraria a recorrer algunas calles cercanas con sus restos mortales, no más de un centenar de personas lo acompañábamos. Algunos pocos dirigentes políticos, sociales y universitarios vi la noche anterior en el velorio, pero en el momento de sacar el cadáver a su paseo de gloria, solo recuerdo a mi alumno Laureano Márquez, caminamos juntos.

Tal vez es tiempo de reivindicar la memoria del Señor Brito, de levantar banderas por la vida y la propiedad, y de recordarle al gobierno que no estamos dispuestos a  dejar morir al Comisario Simonovis.  Me pregunto, ¿estamos haciendo lo suficiente por la salud de Simonovis o por la libertad de Leopoldo? Adelanto la respuesta: no estamos a la altura, muy poco estamos haciendo por los presos políticos y por la defensa de los derechos ciudadanos, entre ellos por la propiedad privada. Viva por siempre el Señor Brito, vivan Simonovis, Leopoldo y los otros presos por la democracia y la libertad. 

Paciano José Padrón Valladares
pacianopadron@gmail.com
@padronpaciano

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lunes, 9 de diciembre de 2013

OCTAVIO LEPAGE, ELIMINACIÓN DE LA PROPIEDAD PRIVADA

En estos catorce (14) años el derecho de propiedad ha sido desconocido y vulnerado, al igual que el resto de los derechos constitucionales

En estos catorce (14) años el derecho de propiedad ha sido desconocido y vulnerado, al igual que el resto de los derechos constitucionales. Los revolucionarios por convicción están felices porque Venezuela pueda ser el primer país donde se haga realidad el sueño milenario de una sociedad sin explotadores ni explotados. Los revolucionarios por conveniencia se muestran más felices aún, porque seguirán haciendo de las suyas impunemente, engordando ellos y engordando sus bolsillos.

Pero los revolucionarios por conveniencia, que controlan el gobierno, no se conforman con lo mucho que han acumulado en poder y en dinero. Encabezados por el dúo dinámico Maduro/Cabello se empeñan en incrementar el poder heredado, por medios lícitos e ilícitos. Los dos carecen de la capacidad y la visión requeridas para conducir a buen puerto tal aventura, pero se apoyan en quienes sí tienen la experiencia y la audacia que hacen falta. Estos se han mantenido durante 54 años en el poder en su isla caribeña, eso sí, sumiéndola en la miseria. Allá solo comen completo los que conforman la nomenklatura y quienes están situados en sus vecindades propicias. Todo parece indicar que han decidido apretar el acelerador para conducir rápidamente a Venezuela al “mar de la felicidad”.

El comandante difunto, ebrio de poder, en sus alucinaciones tipo “delirio sobre el Chimborazo” le daba por ordenar expropiaciones masivas en la ciudad y en el campo. Expropiaciones que propiamente eran despojos a mano armada. Hoy estamos importando el 75% de los alimentos que consumimos a causa de aquellos atentados contra la propiedad privada, ya las fincas y granjas expropiadas no producen nada, son monte y culebra. Por otra parte, importamos masivamente electrodomésticos y toda clase de equipos, artefactos y cachivaches casi todos desde el imperio chino, por la misma razón de expropiaciones de plantas industriales en plena producción, ahora convertidas la mayoría de ellas en chatarra y las que siguen operando necesitan subsidio del estado, como las de Guayana.

Estos revolucionarios de mentirijillas suponen que las medidas contra la propiedad privada van a fuñir a los ricos. Olvidan que a los ricos nunca se les fuñe, pues viven sin problemas, cómodamente, satisfactoriamente, tanto en Venezuela, como en el exterior. Los que van a fuñirse son los que permanecen en Venezuela. Ellos van a darse cuenta que el salario que reciben no será suficiente para adquirir los bienes indispensables para la subsistencia personal, porque la inflación desatada es absolutamente incontrolable porque el gobierno la atribuye al acaparamiento y la especulación, cuando en realidad son culpa de las políticas económicas equivocadas que se han aplicado durante estos catorce 14 años.

olepageb@gmail.com

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miércoles, 13 de noviembre de 2013

CIPRIANO HEREDIA S., MARX Y MADURO ACABAN CON VENEZUELA

Hace un tiempo un destacado dirigente estudiantil declaró con cierta ligereza que "este gobierno tenía de marxista lo que el sushi tenía de criollo". A las pocas semanas tuve oportunidad de verlo en persona y explicarle con afecto lo equivocado que estaba, sin dejar de reconocerle que, en lo procedimental, el gobierno de Chávez había sido un profundo mar de contradicciones, un camino de marchas y contramarchas, pero que su orientación marxista era evidente.

Para hacerle entender esta realidad, le hice ver a mi muy joven amigo que al menos tres principios de esa escuela de pensamiento servían de inspiración al llamado "socialismo del s. XXI": el cercenamiento de la propiedad y la empresa privada, la socialización (estatización) de los medios de producción, y la lucha de clases. Estos tres elementos son además las causas inmediatas de la enorme crisis que ya se perfilaba, pero que ahora vivimos en pleno desarrollo para desgracia de todos. 

Maduro, como heredero de un régimen que se concibe a sí mismo como hegemónico, no tiene el liderazgo, ni las convicciones ni la formación ni la valentía para tomar el toro por los cachos y salvar al país. Él no creó las bases de la crisis, pero siendo un preso del ala radical de su partido, de la sumisión política hacia los Castro, de sus propias debilidades, y del carácter de sucesor de quien no puede disentir ni mucho menos denunciar como culpable, so pena de ser aniquilado por sus propios camaradas, no asumirá jamás el giro de 180 grados que requiere la política económica para tomar la senda de las inversiones, el crecimiento, la competitividad y el rescate del aparato productivo nacional con base al estímulo y respeto hacia la propiedad y la empresa privada. Esa discusión ya se dio en el seno del Gobierno y la ganaron Marx y Fidel representados por Giordani, Ramírez y Samán, con la bendición de quien no entiende mucho de economía, pero se asume también pro comunista.

Es así como Marx y Maduro nos han traído a una Venezuela en ruinas. A la Venezuela que hoy paga los costos de más de 1.000 empresas expropiadas, 4 millones de hectáreas confiscadas y 8 mil industrias cerradas por quiebra o falta de condiciones para seguir adelante. Esa Venezuela que, para sólo limitarnos a los 2 renglones económicos más sensibles para la población, sólo en octubre registra una inflación mensual de 5,1%, acumula 45,8% en lo que va de 2013, y anualiza (últimos 12 meses) 54,3%, a la par que padece un índice de escasez de bienes que asciende a 22,4%, el más alto en 5 años.

Pero a diferencia de Chávez, quien además de su liderazgo contó con recursos abundantes para tapar el desastre, la cobija a Maduro se le hace cada vez más corta a pesar de que el petróleo se mantiene cercano a los $100 por barril, y el pueblo lo identifica como principal responsable de la crisis que vivimos, así como también ha cambiado la percepción que se tenía sobre los Poderes Públicos. Una encuesta reciente de Datanálisis determina que, ante la pregunta de ¿cómo evalúa usted la situación del país en la actualidad?, la opción "mala" ha pasado de 38,3% en diciembre de 2012, a 72,6% en septiembre de 2013. Es decir, bajo el mando de Maduro la evaluación de la situación del país ha empeorado 35%. De igual forma, mientras que la Iglesia, los medios privados, los estudiantes y la banca mantienen su buena imagen en niveles que rondan el 70% de aceptación, por el contrario la FANB, el CNE, los medios oficiales, la Fiscalía, el TSJ y la AN, sufren un sensible deterioro de imagen con caídas que van de 11 a 22 puntos menos.

Pero no hay peor sordo que el que no que no quiere escuchar, lo que se hizo patéticamente palpable cuando un "presidente" con un contundente 65% de rechazo (Consultores 21), en lugar de enderezar el rumbo, se lanza una cadena de 4 horas para anunciar más controles y más intervención. Es decir, profundizar las causas de la crisis. Por eso, el tsunami electoral que se le viene encima al Gobierno el 8D luce enorme.

cipriano.heredia@gmail.com  
@CiprianoHeredia

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jueves, 7 de noviembre de 2013

DANIEL E. CHALBAUD LANGE, EL DERECHO A LA PROPIEDAD PRIVADA.

El SER HUMANO nace con algunas actitudes que le van configurando su manera de comportarse ante otras actitudes y situaciones. Entre otras, es demostrable el sentido de propiedad, el sentido de pertenencia. Todos lo hemos vivido en carne propia o lo hemos observado en hijos y nietos, propios o ajenos.

Como ejemplo, recordemos cuando a un hijo o nieto, de ocho o doce meses de edad,  se le sienta en un “corral” y se le entrega un juguete y, si al poco rato a un primo o hijo de un pariente o vecino, aproximadamente de la misma edad, lo  meten en el “corral” y trata de quitarle el juguete, el “niño dueño” con seguridad se negará a entregarlo, colocándolo hacia su espalda o apretándolo fuertemente, llorando o gritando para llamar la atención sobre la pretensión de aquel otro niño de querer quitarle el juguete, que es de él y sólo de él.  Cuando se lo entregaron nadie le dijo que era de él y sólo de él. Con tan sólo ocho meses de edad ya tiene desarrollado el sentido de pertenencia, nadie se lo enseñó, nació con él el valor y defiende su derecho a la propiedad privada.

A veces es tanto el valor que le da a la pertenencia que llega a convertirlo en un “antivalor” cuando teniendo a su alrededor, seis, ocho o diez juguetes diferentes se niega a prestarlos. Por el contrario, hay niños que nacen con un exagerado valor de compartir aunque sólo tenga un juguete.

Así van creciendo los niños, internalizando el valor de la propiedad sobre bienes, materiales o espirituales, que les regalan, se sacan en una rifa, o los compran, unos negándolos y otros compartiéndolos.     

De acuerdo al su nivel de entendimiento, el ser humano va haciendo uso de los bienes adquiridos o prestados para ir materializando ideas, propias o ajenas, que se conviertan y coadyuven al bienestar y bien común de la humanidad. Hay seres que con su propia capacidad avanzan solos y ayudan a otros a construir y seguir caminos. Cuando la aspiración no se puede alcanzar individualmente, el ser humano busca asociarse con otros para reunir el dinero o las capacidades intelectuales a fin de materializar algún proyecto. De ésa manera se crea una empresa, pequeña, mediana o grande, la bautizan, le dan un nombre y cada uno de los padrinos se siente propietario de aquel ahijado.

El derecho a la propiedad es inherente a la persona humana. Nace con ella, la comparte, la usa, la disfruta o la cede cumpliendo con el límite moral del respeto al derecho ajeno o a los establecidos y acordados por los integrantes de la sociedad en leyes, reglamentos o acuerdos. 

Negar la propiedad privada es castrar el entendimiento.

Daniel E. Chalbaud Lange
vonlange1939@gmail.com

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viernes, 1 de noviembre de 2013

ADRIÁN RAVIER, RECUERDEN QUE EL SOCIALISMO ES IMPOSIBLE, FUENTE ELCATO.0RG

Si algo tienen en común los partidarios del socialismo y la economía pura de mercado es su crítica a las inconsistencias del capitalismo intervenido. El intervencionismo que se viene aplicando, gobierno tras gobierno, sólo suma parches que atienden a cuestiones “urgentes”, pero nunca resuelven los problemas de fondo, las cuestiones “importantes”. 

Los socialistas, sin embargo, fallan en dos aspectos centrales: primero, en diferenciar el sistema capitalista “puro” —como lo han entendido y defendido Adam Smith y Friedrich Hayek—, del sistema capitalista “intervenido” —con los parches propuestos por John Maynard Keynes y Paul Samuelson—; segundo, en comprender que “el socialismo es imposible”, como han demostrado Ludwig von Mises en su artículo de 1920 y su libro 1922, y Friedrich Hayek en distintos documentos de los años 1930 y 1940, con un argumento que continúa sin respuesta, pero que muestra su validez en el fracaso de las distintas formas de socialismo en toda Europa, y ya casi podemos decir en todo el mundo.

En este artículo sólo podré concentrarme en este último punto, el que ha sido tratado ampliamente en un libro del catedrático español Jesús Huerta de Soto titulado “Socialismo, cálculo económico y función empresarial”. 

El libro cuenta con más de 400 páginas, pero el lector puede acceder a una reseña que personalmente escribí sobre este debate, y que fuera publicado en la revista Cuadernos de Economía (Vol. 30, Nº 54), de la Universidad Nacional de Colombia. El argumento básico explica que en un mundo de incertidumbre y conocimiento disperso, la propiedad privada es necesaria para dar lugar a los precios, pues sólo ellos pueden permitir a los empresarios advertir de ganancias y pérdidas en sus proyectos de inversión, y con ello asignar con relativa eficiencia los recursos escasos. 

Más en limpio, si no tenemos propiedad privada de los medios de producción, no tenemos mercados para esos medios de producción. Sin mercados para esos bienes de producción, no habrá precios. Sin precios, los empresarios no pueden advertir si sus proyectos de inversión son rentables.

Si algo funciona —aún en el capitalismo intervenido— es precisamente ese proceso de prueba y error, en donde los empresarios van probando distintas inversiones, y sólo cuando son rentables, los proyectos se mantienen. 

Ganancias y pérdidas contables representan una información en el mercado acerca de si estamos asignando bien o mal los recursos. Y vale recordar que esos resultados son consistentes con la soberanía del consumidor, donde gana el que sabe satisfacer las necesidades del consumidor, y pierde el que no logra la demanda de sus consumidores. 

El socialismo propone terminar con la propiedad privada, terminar con estas señales de mercado, terminar con la función empresarial y reemplazar todo ello por la propiedad pública de los medios de producción. Aquí se abren un abanico de opciones, pero nunca ha quedado claro qué es lo que en definitiva proponen los socialistas. Y el problema es que el propio Marx careció de una propuesta concreta de cómo funcionaría el socialismo.

De un lado, se propone que el gobierno administre públicamente esos medios de producción, como de hecho ocurrió en Alemania Oriental, en Rusia o actualmente es en Cuba. Aquí los problemas son al menos dos. Primero, como señaló el Premio Nobel en Economía James M. Buchanan —recientemente fallecido— el gobierno puede no tener los mejores incentivos para administrar “solidariamente” estos recursos. 

Si asumimos que los individuos siempre persiguen su propio beneficio, ¿por qué vamos a suponer que las personas que lleguen al poder van a tender a interesarse por el “bien común”? 

Buchanan insistía en que lo más probable es que estas personas tiendan siempre a alejarse de ese “bien común” y persigan más bien su propio beneficio y de aquellos a quienes representan, o que han financiado sus campañas electorales. Cuando uno mira la Argentina, ¡cuánta razón tenía!

El segundo problema fue mencionado por otro premio Nobel en Economía, en este caso, Friedrich Hayek. Si aceptamos que el problema económico consiste en advertir cuáles son los bienes y servicios que deben producirse, en qué cantidad y calidad y de qué manera distribuirlos, debemos comprender que ese “conocimiento” no es dado a nadie en particular. 

Los bienes y servicios que necesitamos producir son los que la gente quiere. Y ese conocimiento está disperso en la sociedad, en las preferencias individuales de cada sujeto, en la forma de bits de información que cada uno tiene en su propia mente. ¡Es información no revelada! Salvo que permitamos que la gente demande y comunique esa información a los empresarios a través de los precios, precisamente.

Los socialistas del siglo XXI han dado un paso atrás. Ahora se hacen llamar “socialistas de mercado”, y afortunadamente han dejado de sugerir la propiedad pública de los medios de producción. En realidad se han dado cuenta de que nada es mejor que permitir que la producción de bienes y servicios la lleve adelante el mercado, lo que se traduce en alimentos, ropa y todo tipo de bienes y servicios en calidad y bajos precios, lo que es resultado precisamente del proceso competitivo.

La discusión ahora se resume al rol del Estado. El “socialista de mercado” o aquellos que buscan un mayor “Estado de bienestar” piden un Estado que, paradójicamente, “intervenga”, que ofrezca “bienes públicos”, que evite o minimice “externalidades negativas” y subsidie las “externalidades positivas”. Que aplique “políticas antimonopólicas” y “redistribuya los ingresos” de manera conveniente. Lo que no han advertido aún es que ese Estado al repartir la torta se queda con una porción enorme de la renta para beneficio propio, lo que impide la reinversión de quienes la generan —creando potenciales puestos de trabajo— y dejando a las clases más desfavorecidas sin salida.

Dirán algunos pocos socialistas que este “socialismo de mercado” no es socialismo. Yo estoy de acuerdo. Dirán otros socialistas que la propuesta ideal tampoco es la propiedad pública de los medios de producción, sino la propiedad “comunal” de los medios de producción. En este caso se trataría de pequeñas comunidades de personas que manejarían las “empresas”, y nótese que estas comillas no son arbitrarias. 

En tal caso las preguntas sin respuesta son cuantiosas. 

¿Cómo se distribuyen los ingresos de esta empresa? Se dirá, quizás, que se lo hará igualitariamente, según las horas trabajadas. 

¿Ganará lo mismo un ingeniero que un obrero? 

¿Qué incentivo tendrá el ingeniero para capacitarse si finamente sus ingresos serán iguales? 

¿Qué incentivo tendrá un obrero para trabajar eficientemente si los otros obreros no lo hacen? 

“Conocimiento” e “incentivos” son los dos grandes problemas del socialismo. Dejemos el socialismo para otro mundo. ¡Y por favor, dejemos de destinar tinta a un debate acabado!


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viernes, 25 de octubre de 2013

EMETERIO GÓMEZ Y MAXIM ROSS, FRACASO ECONOMICO Y SOCIALISMO EN VENEZUELA

(En nuestro artículo anterior comentamos unas declaraciones del Dr. Merentes, que bien vale la pena completar, por la gran importancia que tienen para el país. Y por mucho que el peso del susodicho en el manejo de la Política Económica del Gobierno haya disminuido considerablemente).

1.- El planteamiento del Problema.-  

En aquel breve inventario analizamos cómo el Socialismo –el verdadero Socialismo, el que destruye la Propiedad Privada, el que le sirve de antesala al Comunismo– no puede con lo económico. Y, ¿el de aquí qué puede exhibir?  En el terreno de lo macroeconómico los números hablan por sí solos: inflación crónica y ahora aguda, crecimiento lento y errático, desempleo encubierto, informalidad, pérdida de poder de compra generalizado, bolívar en "caída libre", déficit fiscal y de balanza de pagos con números fuera de control, endeudamiento masivo de la República y de Pdvsa, etc., etc. En el terreno de la producción la muestra es patente: en estos 15 años de Socialismo producimos menos e invertimos menos, comenzando con la destrucción productiva, agrícola e industrial, a la que nos ha llevado el Régimen. 

Entonces, pareciera que hay un denominador común en este reconocido fracaso, pero es lo que no se dice: el Modelo Socialista-Comunista lo lleva en sus "genes", porque no tiene viabilidad económica alguna. Si Ud., cree que con palabras, llamados a la confianza, arengas revolucionarias, Misiones a granel, altruismo y, sobre todo, el "Hombre Nuevo", va a lograr que algo se produzca, nos tememos que la gente va a pasar mucha hambre.

¿Serán capaces de reconocerlo y dar el "gran salto hacia adelante"1, como lo hicieron los chinos al entregarle la producción, las inversiones y el crecimiento al Capitalismo? No lo sabemos. No parece, a juzgar por esa conducta ambigua de, por un lado, acusar a los Empresarios Privados y, en general a la Oposición, de ser los actores de una "Guerra Económica" y, por el otro, de invitarlos a producir, a invertir y a compartir la construcción del Socialismo en Venezuela.

2.- El Capitalismo, el Mercado y, lo esencial: la Propiedad Privada y la Libertad Individual.-

El verdadero problema, no es sólo ni es tanto que el Socialismo-Comunismo sea absolutamente inviable, es que la Quiebra Radical, el desmoronamiento de la Unión Soviética –sin que nadie disparase un tiro, ni la atacase en lo más mínimo– más la conversión de China (que todavía se hace llamar Comunista) en un país capitalista... y, además, "Salvaje", todo ello está poniendo en evidencia no sólo que el Comunismo es radicalmente inviable, sino que la única Economía que ha demostrado su capacidad de funcionar es el Capitalismo.

Pero lo esencial es comprender que detrás del Capitalismo –como su sustento más profundo– está la Economía de Mercado, el libérrimo Juego de la Oferta y la Demanda, como instrumento insustituible para poner en contacto el Consumo con la Producción, es decir, la satisfacción de las necesidades humanas mediante su vínculo directo con la producción, sin interferencias, permisos, burocracia y reglas arbitrarias.

Pero, además, hay que comprender que detrás del Mercado, el Fundamento de éste y motor esencial de la Producción, de "Lo Económico", es la Propiedad Privada, el que cada quien sepa que sus esfuerzos, iniciativas, creatividad, capacidad de emprendimiento, etc., redundarán en su propio beneficio, en el de su familia, en el de sus seres más queridos y, en general, en el de toda la sociedad.

Pero la cosa no termina allí, porque todavía queda por comprender lo más importante, lo esencial: que detrás de la Propiedad Privada, su sustento más profundo y el fundamento último de la abrumadora superioridad de la Civilización Occidental sobre el Comunismo –el Colectivismo, el Feudalismo y todas las otras formas de Organización Económico-Social– es la Libertad Individual, la más absoluta certeza de que es el Ser Humano el que puede, el único que puede, decidir su destino y establecer a qué quiere dedicar su vida. Es la Libertad Individual (conectada, por supuesto, con las nociones de Democracia, Estado de Derecho, Derechos Sociales y Humanos, Libertad de Expresión, Libertad Absoluta de Cultos y de Creencias, Libertad Plena para las definiciones sexuales, etc. etc.); es esa Libertad Individual Radical, la que garantiza el mejor funcionamiento de Lo Económico, Lo Social, Lo Jurídico, Lo Político... y lo Ético.



Detrás de todo ello, como Fundamento Penúltimo de Lo Humano, está nuestra Dimensión Moral, la Esfera en la que la que se constituye Lo Espiritual, es decir, la Dimensión Última de nuestro Ser: Lo Humano, como contrapartida de Lo Natural. Lejos están el Socialismo, el Comunismo o el Colectivismo de reconocer ese "pequeño" detalle de la existencia humana. He allí, precisamente, la raíz de sus continuados fracasos.

 Sabemos que esa frase la usó Mao con otros fines, pero nos sirve para nuestro propósito.


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miércoles, 18 de septiembre de 2013

GABRIEL S. BORAGINA, LOS ESTRAGOS DE LA ENVIDIA

El diccionario de la Real Academia Española define: "envidia. (Del lat. invidĭa).

1. f. Tristeza o pesar del bien ajeno.
2. f. Emulación, deseo de algo que no se posee."

Del análisis de la anterior definición, no resultará difícil concluir que el paradigma del envidioso es -sin lugar a dudas- el ladrón. Es precisamente la envidia lo que lleva al ladrón a robar. Y si bien todo ladrón es un envidioso, no todo envidioso resulta ser un ladrón. Podría afirmarse además que, una mayoría muy importante de envidiosos no llegan al extremo de robar por sí mismos. No nos interesan por el momento los envidiosos que encomiendan a expertos ladrones el despojar de sus pertenencias a las personas envidiadas, sino que concentraremos nuestra atención en ese gran número de envidiosos que encargan a la clase política y –específicamente- al gobierno robarles a unos para darles a otros.

Esto es precisamente lo que sucede en aquellas sociedades donde las mayorías votan gobiernos que prometen "políticas redistributivas" bajo rótulos sentimentalistas y psicológicamente efectivos, como los tan popularmente machacados de "políticas sociales, de bienestar, de felicidad, justicia social y por el estilo.

Un complejo de culpa hace que una mayoría de envidiosos se nieguen a sí mismos esa tan deplorable condición. Dirán que no piden cosas o beneficios para ellos, sino para los más menesterosos. Pero -como dejamos dicho- esta forma de expresarse (o de pensarse) es un autoengaño, y una manera de intentar descargarse culpas o proyectarlas en otros que, quien no quiere reconocerse a sí mismo como envidioso, instrumenta en su "defensa" cuando quiere convencer a otros de ello, o en su autodefensa cuando a quien procura persuadirse es a sí mismo. Pedir que otros roben para otros en nuestras sociedades modernas hasta puede llegar a sonar "humanitario" y "respetable" y, por supuesto, forma parte de lo political correctness.

Lo cierto es que, todos aquellos que votan plataformas políticas que promueven "políticas sociales" de reparto o redistribucionistas, creen que mediante tales políticas "todos" saldrán beneficiados, incluyendo el propio votante en cuestión y más allá del error de tal hacer. Es decir, quién vota así, también espera recibir alguna porción o tajada (mayor o menor) del redistribucionismo. Y ello, por mucho que lo niegue y que insista que vota en ese sentido "por el bien de los demás". Y si, en el fondo de su alma, obra de tal manera porque cree que él (o ella) también saldrá favorecido en ese reparto, es porque sufre de alguna dosis de envidia, por poca o mucha que está en realidad fuere.

El blanco preferido de la envida es, por supuesto, la propiedad privada:

"Pervive, sin embargo, no obstante tanta persecución, la institución dominical. Ni la animosidad de los gobernantes, ni la hostilidad de escritores y moralistas, ni la oposición de iglesias y escuelas éticas, ni el resentimiento de las masas, fomentado por instintiva y profunda envidia, pudieron acabar con ella. Todos los sucedáneos, todos los nuevos sistemas de producción y distribución fracasaron, poniendo de manifiesto su absurda condición."[1]

La envidia, asimismo, es una de las causas de los nacionalismos:

"El resentimiento y la envidia como una de las causas de los nacionalismos también explican el caso de no pocos latinoamericanos; dice Carlos Rangel que “Una manera menos objetable que la exaltación de la barbarie como lo auténtico y autóctono nuestro, pero igualmente deformante como manera de vernos y autojustificarnos los latinoamericanos, es suponer y sostener que tenemos cualidades espirituales místicas que nos ponen por encima del vulgar éxito materialista de los Estados Unidos. Y esto a pesar que durante toda nuestra historia independiente, hasta la aparición tardía del marxismo entre nosotros, habíamos sido deudores casi exclusivamente de los EE.UU. por nuestras ideas políticas y nuestras leyes; y si no por la práctica, por lo menos por la retórica de la democracia y la libertad”.[2]

Igualmente, es la envidia la que promueve y mecaniza las políticas fiscales:

"Más que un impuesto, la sobretasa progresiva es un disuasivo a la inversión, dictado en beneficio de las carreras políticas de los demagogos. E inspirados en el innoble sentimiento de la envidia, motor de la ideología socialista. Análogo es el impuesto a los artículos “de lujo”: el rico no deja de comprar su yate por el impuesto al lujo, simplemente reajusta el precio de aquello que vende."[3]

Para el profesor S. Mercado Reyes, hablando del nacimiento de los burgueses:

"Forman poco a poco todo un movimiento social pues su laboriosidad, su ir y venir para todos lados les llega a dar la imagen de gente que acumula riquezas y se hacen presa de la envidia de los señores feudales que empiezan por imponerles impuestos o a negarles el permiso de vender o producir en los feudos del rey. Pero el movimiento de estos burgueses es imparable, así que la vieja corriente centralizadora debe tomar nuevo maquillaje y ahora se presentará como la reivindicadora de las clases pobres. Este nuevo maquillaje de la vieja corriente centralizadora, feudal tomará el nombre de socialismo."[4]

En otras palabras, el sentimiento de la envidia estuvo presente casi siempre, desde los señores feudales, pasando por los socialistas, nacionalistas y –como dice L. v. Mises más arriba- " los gobernantes,...escritores y moralistas,...iglesias y escuelas éticas,...el resentimiento de las masas". Es decir se encuentra más generalizado de lo que muchos parecen creer que lo está.

En fin, los envidiosos son tantos que, su número explica el éxito electoral de los populismos e intervencionismos que asolan el mundo de nuestros días generando más y mayor pobreza donde sin ellos la riqueza rebosaría por doquier.

[1] Ludwig von Mises, Liberalismo. Editorial Planeta-Agostini. Pág. 93.

[2] Alberto Benegas Lynch (h). Entre albas y crepúsculos: peregrinaje en busca de conocimiento. Edición de Fundación Alberdi. Mendoza. Argentina. Marzo de 2001. pág. 438 y 439.

[3] Alberto Mansueti. Las leyes malas (y el camino de salida). Guatemala, octubre de 2009, pág. 220

[4] Santos Mercado Reyes. El fin de la educación pública. México. Pág. 37

gabriel.boragina@gmail.com

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viernes, 16 de agosto de 2013

LUIS MANUEL AGUANA, DOCE EJES Y UN DESTINO: 6) PETRÓLEO, TRABAJO Y PROPIEDAD PRIVADA

En septiembre de 2011 la organización Ciudadanía Activa estrenó un extraordinario documental titulado “Ven a mí que tengo Flor”, en alusión a una expresión utilizada por el finado Presidente Chávez al arremeter en contra de la propiedad privada en Venezuela, a favor de su “socialismo”, violando nuestros derechos de propiedad consagrados en la Constitución. En ese momento hice una nota alusiva a ese documental (ver “Ven a mí que tengo Flor” o la Caja de Pandora de la Propiedad Privada en Venezuela en
http://ticsddhh.blogspot.com/2011/09/ven-mi-que-tengo-flor-o-la-caja-de.html) que consideraba sumamente importante dada la amenaza que representaba eso para los venezolanos.

Habían allí dos aspectos que considero fundamentales para la explicación de la propuesta contenida en este Eje: a) La Propiedad Privada está profundamente ligada a la calidad de vida de las personas; y b) Sin Propiedad Privada no hay sistema económico que sustente el trabajo de las personas que no sea a expensas de un régimen usurpador de libertades.

Como indicaba Ciudadanía Activa en el video (ver “tráiler” en http://www.youtube.com/watch?v=laatg4JYZGs)  desde el año 2004 el régimen comenzó una política expresa de expropiaciones para acabar con la propiedad privada en Venezuela, debiendole más de 19.000 millones de dólares al sector privado en indemnizaciones.

Asimismo, el régimen, en su afán de convertir el país en “socialista” está destruyendo sistemáticamente la base productiva privada. Pero lo peor es que nada de lo que está creando en su lugar de corte “socialista” funciona. Véanse solo los casos de TVES, Diana, CEMEX, etc.. No se sustenta ninguna empresa del experimento “socialista” si no existen los reales del gobierno, que por lo demás se roban los administradores rojo-rojitos.

Entonces, el “socialismo” castrocomunista que pretende imponer el gobierno solo se sostiene con los reales de la renta petrolera. La transición al “socialismo” está destruyendo el empleo y la economía. Dejar que eso continúe es simplemente suicida.

Entonces, este Eje define al país como capitalista, abierto a las formas novedosas de responsabilidad social de la empresa privada, con garantía del derecho al trabajo y la propiedad privada. Entonces, hay que garantizar que el Estado abra “las puertas a la iniciativa, inversión y libertad empresarial para generar empleo sostenible, garantizar un ingreso familiar digno, controlar la inflación y evitar que Venezuela continúe con una economía monoproductora, rentista y masivamente importadora” (ver Proyecto País AVERU/MID Táchira en https://docs.google.com/file/d/0B6yI0gUROWzDX2dZVmZ3bDd3UUE/edit?pli=1).

Entonces aquí hay dos vìas fundamentales que se le plantean al país: la “socialista” castrocomunista expropiadora de la propiedad privada, que necesita de nuestra renta petrolera para subsistir, y que está representada por la continuidad de este régimen; o la capitalista creadora de empleos y empresas, respetuosa de la propiedad privada. Entonces hay que preguntarle al país abiertamente en cuál de los dos sistemas económicos desea vivir. Así de simple. De allí la propuesta de este Eje.

En ese sentido se proponen al país las siguientes acciones: 1) Enaltecer la virtud del trabajo y el derecho a la propiedad privada; 2) Generar fuentes de trabajo que conduzcan a la reducción de la pobreza y las desigualdades sociales en Venezuela; 3) Transformar a PDVSA en Empresa de Propiedad Social Indirecta: Todo Venezolano desde su nacimiento es   propietario de una Acción Intransferible. Los dividendos le garantizan un Sistema Seguridad Social (Seguro de Salud, al Desempleo, a la Asistencia Social) y Educación, de por vida; 4) Utilizar el petróleo como el recurso fundamental para el desarrollo y crecimiento económico del país; 5) Establecer los programas para impulsar las capacidades de los emprendedores como agentes de cambio; 6) Regionalizar y simplificar los trámites para facilitar la promoción y creación de empresas; 7) Crear un sistema regionalizado para una efectiva industrialización con la participación de las universidades; 8) Fomentar el desarrollo de la economía popular, que promueva y proteja a la pequeña y mediana industria.

De estas todas estas propuestas deseo enfocarme en una que es trascendental: el petróleo y su influencia en la vida de nuestro país. ¿Qué hacer con el petróleo? Los venezolanos debemos plantearnos al menos alguna vez en nuestra historia que hacer con esa riqueza. Detenernos en el camino y pensar seriamente en eso. Por ahora, como esa riqueza no la “hemos sembrado”-Uslar Pietri dixit-, vivimos de ella. Pero ¿hasta cuándo podremos hacerlo?

En estos tiempos hemos probado lo que es haber matado “la gallina de los huevos de oro” que es precisamente lo que han hecho estos barbaros que administran ahora la industria petrolera. Ya estamos empezando a saber que es una disminución de la producción producto de la desinversión, el endeudamiento masivo y la poca capacidad para conducir una empresa de esa naturaleza. Eso es un coctel explosivo a largo plazo.

Cualquier sistema que se plantee vivir del Kino petrolero en el largo plazo no es viable para Venezuela con lo cual deberemos cambiar DRASTICAMANTE nuestra estrategia en relación al petróleo. Veamos por qué: Nuestro principal cliente petrolero, los Estados Unidos, ha puesto en marcha un Plan desde el año 2009 para deshacerse de nosotros como suplidor de petróleo.

El Plan de Obama “New Energy for America” (Nueva Energía para los Estados Unidos de America) contempla las siguientes líneas principales de acción (ver New Energy for America en https://my.barackobama.com/page/content/newenergy_more): 1) Proporcionar alivio a corto plazo a las familias americanas por el alto costo del combustible; 2) Creación millones de nuevos empleos verdes invirtiendo 150 billones de USD en los próximos años para catalizar los esfuerzos privados en la creación de energía “limpia” para el futuro; 3) Eliminar en los próximos 10 años las importaciones del Medio Oriente y Venezuela combinados; 4) Poner en funcionamiento 1 millón de automóviles híbridos (eléctricos/gasolina) con un rendimiento de 150 millas/galón antes del 2015, y  asegurar que serán construidos en los Estados Unidos; 5)  Implementar un amplio programa económico para reducir las emisiones de gas en un 80% para el 2050.

Para una explicación completa de este Plan energético de los norteamericanos vean el video donde Barack Obama lo explica en detalle. Se llama Blueprint for change: Energy (verlo en https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=n6R0et_IZ7w). Los gringos no dudarán en dejarnos en la calle en los próximos 10 años, o menos.

Nótese que Venezuela aparece explícitamente mencionada en ese Plan norteamericano. Nuestro país deberá tomar medidas y establecer una estrategia de protección, dada la importancia de esos anuncios y el fuerte impacto que una baja brutal en las importaciones de crudo desde los Estados Unidos ocasionarían a la economía venezolana, en virtud de la ampliación de la actual dependencia de las exportaciones de petróleo en la que ha incurrido la presente administración “revolucionaria”.

Entonces, antes como ahora- pero ahora urgentemente-, nuestra estrategia debería ser, desde ya, ir dependiendo cada vez menos del petróleo y más de la producción y productividad del país. ¿Se dan cuenta de la trascendencia de este Eje? En este sentido, nuestra apuesta debe ser que esa riqueza sea utilizada para asegurarle a los venezolanos un Sistema Seguridad Social (Seguro de Salud, al Desempleo, a la Asistencia Social) y Educación, de por vida tal y como lo hace Noruega con sus ciudadanos (ver Noruega, la renta petrolera y la paz / la renta petrolera y su función social – Agencia Prensa Rural en http://prensarural.org/spip/spip.php?article9076). No sería mucho pedir ¿verdad? Que el petróleo sea de verdad-verdad de todos los venezolanos mientras construimos la base de la que viviremos en el futuro.

Así que hágase la Constituyente o no se haga, tendremos un problema de proporciones a la vuelta de la esquina. En lo personal prefiero que la hagamos para cambiar lo que haya que cambiar en la Carta Magna en relación al modelo petrolero, no solo para garantizarnos la seguridad de nuestras vidas-salud y asistencia social-, en medio de los cambios que tendremos que enfrentar, sino para garantizarnos también la nueva economía post petrolera que el país necesitará para sobrevivir.


luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana 


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lunes, 24 de junio de 2013

AQUILES MARTINI PIETRI, CÁMARA INMOBILIARIA DE VENEZUELA RECHAZA RESOLUCIÓN DE MINISTERIO QUE PERJUDICA Y LIMITA LA PROPIEDAD PRIVADA

La Cámara Inmobiliaria de Venezuela rechaza la resolución que publicó el Ministerio de Vivienda y Hábitat en la Gaceta Oficial número 40.186 por considerarla "un nuevo ataque frontal contra la propiedad privada”. El presidente del gremio inmobiliario, Aquiles Martini Pietri, criticó que con esa medida el gobierno pretende, una vez más, establecer limitaciones y controles a la propiedad privada, y expresó que en los últimos años este tipo de normativas solo han empeorado la situación de viviendas en el país.

Resaltó que esta resolución afecta a más de 18 mil inmuebles repartidos en todo el territorio nacional que en años anteriores fueron intervenidos o expropiados por el gobierno, y que ahora, debido a esa resolución, solo podrán ser vendidos a la empresa estatal Inmobiliaria Nacional, con un precio fijado por el propio gobierno, durante los siguientes 5 años.

"Supongamos usted compró un inmueble y que ese inmueble está valorado en una determinada cantidad de bolívares, y entonces el Ministerio interviene la obra y te dice que solo vas a poder vender tu propiedad al gobierno, y a un precio que ellos establezcan. ¿Es esto o no una violación del principio constitucional de propiedad privada que está expresado en el artículo 115 de la Carta Magna? Sí, lo es, porque el artículo constitucional habla de la capacidad de disponer de los bienes", explicó Martini Pietri.

Martini Pietri aclaró que cuando esas viviendas fueron expropiadas por el gobierno, con el argumento de una supuesta estafa inmobiliaria, nunca apareció ninguna sentencia que comprobara que los promotores de viviendas habían incurrido en un ilícito. "Aquí ha sucedido una acción irregular y violatoria de la propiedad tras otra, primero el gobierno expropió edificios alegando estafa inmobiliaria y nunca probó esas acusaciones, y ahora a las familias que compraron esas casas y esos apartamentos también les afectan sus derechos, porque los forzarán a vender al gobierno a un precio inferior al valor del mercado", explicó.
Martini Pietri llamó a que se haga una revisión imparcial de los desarrollos urbanísticos que fueron expropiados y cuyos promotores nunca recibieron pago justo por los bienes que habían producido, ni tampoco compensación por los daños morales de ser acusados de estafadores sin pruebas.  Asimismo llamó a la sociedad civil a involucrarse y a defender el derecho de propiedad de todos los ciudadanos venezolanos en las instancias donde ese derecho sea afectado.

"Es hora de ser solidarios entre los venezolanos, entender que el patrimonio de una familia es su fuente de riqueza, su sostén para el futuro, y el gobierno cada día más quiere controlar y amarrar ese derecho. ¿Por qué ocurre esto? ¿Cuál es el propósito final de este tipo de regulaciones? Las normativas anteriores, como la Ley de Arrendamiento, que centralizó todos los alquileres en un solo organismo gubernamental, han dado resultados negativos", dijo el presidente de la Cámara Inmobiliaria.

"Si fijas controles excesivos de precios para las viviendas, siempre pondrás el precio por debajo del mercado, porque si no ese control no tendría ningún sentido, es decir, obligas a vender a pérdida, y nadie va a vender a pérdida, perjudicándose a sí mismo y a su familia, y mientras esto ocurre y no se diseña un verdadero plan productivo con el sector público y el sector privado la situación de viviendas en el país sigue complicándose", declaró Martini Pietri.

Dificultades en Misión Vivienda

Martini Pietri lamentó que los últimos datos revelan que Misión Vivienda disminuyó su ritmo de producción en lo que va de 2013, e indicó que esta situación se presenta por las continuas fallas en materia prima, más otras circunstancias como la devaluación y la inflación, que generan un cuadro adverso para cualquier actividad económica.

"Lo dijimos en el pasado, ninguna economía que esté bien necesita devaluar su signo monetario, pero la situación de las viviendas es más grave que eso. ¿Cómo es posible que el gobierno expropió las cementeras y tenemos que importar cemento? Si hablamos de otras empresas básicas, como Sidor, nos enfrentamos con problemas similares, son empresas manejadas por el gobierno central a través de sus ministerios que no han podido satisfacer la demanda interna de la Misión Vivienda y mucho menos del sector privado", dijo el líder inmobiliario.

Solución para el problema de la vivienda

El presidente de la Cámara Inmobiliaria destacó cuatro ejes fundamentales de trabajo que deben tomarse en cuenta para aumentar la producción de viviendas dignas: materia prima, marco legal, tierras urbanizadas y financiación. Dijo que todos son importantes, pero que lo más urgente es la modificación del marco legal punitivo y restrictivo que ha alejado cualquier tipo de inversión en el país.

"Sin seguridad jurídica no habrá inversiones, en el país debe garantizarse la propiedad privada, resoluciones como la última del Ministerio de Vivienda y leyes como la Ley de Arrendamientos deben ser revisadas ya", aseveró Martini Pietri.

Concluyó exhortando al gobierno que enfoque sus esfuerzos y se dedique a atender a miles de damnificados que aún están en refugios, en lugar de generar leyes que afecten los derechos de los venezolanos.

camarainmobiliariavenezuela4@gmail.com

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martes, 30 de abril de 2013

VICENTE BRITO: "EL GOBIERNO INSISTE EN DESCONOCER LA PROPIEDAD PRIVADA".-

Hemos sido sorprendidos por una publicación del INTI, realizada el pasado viernes 26 de abril, donde se considera nuestra apelación a la medida de rescate de tierras, aplicada el  pasado mes de mayo 2012, como no-procedente.
Esta decisión, que no proviene de un tribunal, sino del mismo organismo al cual demandamos la nulidad de la medida que nos quitó más de cuatro millones de metros cuadrados,  donde se están desarrollando proyectos urbanos, da una demostración de cómo en Venezuela no se respetan ni los derechos ciudadanos ni la propiedad privada.
En nuestro caso, hemos sido objeto de invasiones así como tomas de nuestras tierras y  propiedades por distintos organismos públicos incluyendo al INTI, Alcaldía de Maturín, Gobernación de Monagas, CORPOELEC, entre otros.
Es evidente que somos objeto de una retaliación política por parte de este gobierno, por las posiciones públicas que hemos asumido en defensa de las leyes y la propiedad privada, así como por nuestros análisis, que demuestran como el llamado “Socialismo del Siglo XXI” se convirtió en un  modelo económico y social cuyos resultados están a la vista: alto costo de la vida, escasez, desempleo, preocupantes niveles de pobreza y caída vertiginosa de la producción nacional.
Este gobierno, que se declara respetuoso de las leyes y de la propiedad privada, pretende imponer un doble discurso para cubrir las arbitrariedades que ha cometido y sigue haciendo contra los propietarios y empresas privadas nacionales.
El ejemplo más evidente es el monto de lo invertido por el gobierno en las tierras tomadas en la ciudad de Maturín, donde se han malgastado unos 15 millones de bolívares en siembras que no han dado resultado.  Es igualmente preocupante el caso de la hacienda “Las Misiones” en Caripe, donde se sembrarían 500 hectáreas de naranja para la planta frutícola, sin haberse a la fecha sembrado una sola mata, pero si se han destruido unos 800 árboles de roble y cedro.
vicent.brito@gmail.com


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viernes, 1 de marzo de 2013

ALBERTO MANSUETI, ¿QUÉ ES SER LIBERAL?

El Centro de Liberalismo Clásico (CdeLC) es una institución laica y no religiosa, no confesional, no sectaria ni excluyente.
Nuestros principios liberales son tres, que compartimos todos los liberales católicos, protestantes y evangélicos, y personas de otros credos y religiones, y también de ninguno: Gobiernos limitados; mercados libres; y propiedad privada

Y entre todos los de este Equipo, hemos traducido esos tres Principios en una propuesta de Cinco Reformas concretas y específicas, que se explican a continuación. Pensamos que son cinco propuestas aceptables para todos los liberales, de cualquier religión o ninguna.
Definir o describir de este modo el Liberalismo Clásico es lo más práctico, y es la única manera de abordar la acción política frente a la opinión pública.
I
Cada liberal tiene su respuesta a la pregunta “¿qué es ser liberal?”; y cada antiliberal tiene la suya también. Para algunos, ser liberal es ser “tolerante”; para otros es identificarse con la defensa del libre mercado, o las libertades individuales, o los derechos de propiedad privada, o la propuesta de “achicar el Estado”, o decretar su abolición. O con los “milagros” europeos de Posguerra, o las experiencias de los “dragones asiáticos” de los ‘70 y ‘80, o de los gobiernos Thatcher y Reagan (o Pinochet), o las ideas de la Revolución de 1776 en EEUU, o de tal o cual filósofo, economista, novelista, etc. de su preferencia.
Para otros, ser liberal es asumir “el ideario de la libertad”, o el “principio de no agresión”, o también de “respeto al prójimo” … etc etc. El tema es inagotable.
Por supuesto, la definición de cada quien se relaciona con su posición en materia filosófica o religiosa; y en particular respecto del Cristianismo. Según el economista austro-cristiano Jorg-Güido Hulsmann, hay cuatro formas de ver este punto, en general y particularmente entre los liberales: 1) Unos ven la religión y la libertad como antagónicas, siendo toda religión enemiga mortal de la libertad individual, peor que el Estado. 2) Para otros, libertad y teología nada tienen que ver: pertenecen a las esferas separadas de la política y la religión, entre las que no hay punto de contacto conceptual o histórico. 3) Para otros, religión y libertad son complementarias y se necesitan, porque la religión sólo florece en un clima de libertad, y porque la religión cristiana proporciona el clima moral que permite y facilita prescindir de gobierno o al menos reducirlo al mínimo. 4) Por fin, algunos piensan que la religión, y en particular el cristianismo, es factor fundamental para la libertad del hombre, entendido a nivel conceptual como creatura de Dios y no del Gobierno; y así la historia de Occidente lo confirma.
Las dos últimas posturas asumimos en el CdeLC, como primer paso para la reconciliación entre el Cristianismo y la que fue su doctrina política, la del Gobierno Limitado. Cualquiera sea la creencia de cada quien en Dios, o en la inspiración de la Biblia, el hecho es que esta es la doctrina de gobierno que enseña la Escritura, tal cual como fue la interpretación más o menos generalizada en el cristianismo occidental hasta el s. XIX.
Esta doctrina se llama “liberalismo” desde 1812, cuando entre el cristianismo y ella se dio un funesto divorcio, causado por leer los cristianos sus Biblias con anteojeras estatistas y socialistas. Y hasta hoy han seguido caminos separados: el Cristianismo abrazando el estatismo y el Socialismo, al calor del Romanticismo; y la doctrina del Gobierno Limitado, en el marco de corrientes humanistas no afines al Cristianismo. Los resultados del divorcio han sido funestos para ambas partes, y para todos: el Socialismo se impuso en todo el mundo y en todos los frentes, ante una muy debilitada y fragmentada resistencia liberal.
No obstante lo anterior, los principios liberales del CdeLC son tres, que compartimos católicos, protestantes y evangélicos, e incluso personas de otros credos y religiones, y también de ninguno: Gobiernos limitados, mercados libres, y propiedad privada; y los hemos traducido en una propuesta de cinco reformas concretas y específicas, aceptables para todos los liberales, en vistas a la acción política y en la opinión pública.
II
Pero estos tres principios se basan en otro más general que le sirve de fundamento: la separación entre lo público y lo privado. Lo público se refiere al uso de la fuerza pública, a cargo del Estado, “el monopolio legal de la fuerza” según la conocida definición de Max Weber. En el muy citado cap. 13 de su Carta a los cristianos de Roma, el Apóstol Pablo les exhorta a obedecer a las autoridades públicas. Pero lo que tiene en mente no es un Welfare State sino un Gobierno “limitado” al uso de la fuerza, para cumplir sus funciones y para colectar los impuestos que han de cubrir sus gastos. El poder público “no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo […] pues por esto pagáis los tributos.” (Rom. 13:4-6) Y en su Primera Carta a Timoteo le pide orar “por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad” (I Tim. 2:2).
Las autoridades llevan espada porque se encargan de los ladrones, asaltantes, invasores, violadores, secuestradores y demás malhechores y transgresores que no entienden otro lenguaje que el de la violencia. Gracias a las autoridades que cumplen ese papel, dice Pablo, podemos vivir “quieta y reposadamente” (en paz y seguridad, apartados de la violencia) nuestra vida privada “en toda piedad y honestidad” (conforme a nuestros valores.)
Por eso en el sector público se requiere la violencia. Pero no se requiere fuerza física o coacción alguna para practicar la agricultura, la minería, el comercio, la industria, la banca, la educación, la medicina o las obras de caridad con los menesterosos. Por eso en el sector privado no es necesaria la violencia.
Y por eso el estatismo no funciona: porque en todo sector estatal hay rasgos esenciales que son funcionales al uso de la violencia y a la coacción. Estos son en extremo útiles en la burocracia, el ejército, la policía y los tribunales, la diplomacia o la colección de impuestos. Entre otros rasgos funcionales conviene mencionar: el orden jerárquico en lugar del orden consensual (acuerdos) o el orden democrático (mayoría de votos); la uniformidad en vez de la variedad, la diversidad o el pluralismo; la formalidad y aún solemnidad en lugar de la informalidad; y la disciplina vertical como en los Ministerios, en lugar de la disciplina horizontal como en los mercados. Pero estas características, connaturales al Estado, no sirven para nada y en cambio mucho estorban en otras actividades que no requieren el uso de la coacción o la fuerza física.
III
Ser liberal es entonces es proponer las cinco soluciones liberales a los cinco problemas señalados como más graves por la gente en las encuestas, relacionados respectivamente con los gobiernos, la economía, la educación, la atención médica, y las jubilaciones y pensiones.
Cualquiera sea su religión, filosofía, simpatías literarias o color partidista, un liberal es entonces quien se identifica con estas cinco reformas:
1. Reforma Política. Poner al Estado en su lugar, a cargo de las funciones de seguridad y defensa, administración de justicia, y obras de infraestructura; y en consecuencia limitar sus poderes y su presupuesto a las atribuciones y recursos estrictamente necesarios al cumplimiento de tales funciones. En otras palabras, poner en sus funciones públicas a los agentes estatales: militares y policías (y diplomáticos); jueces y oficiales de justicia; contratantes de la construcción de puentes, caminos, diques y embalses, etc.; y colectores de los pocos tributos o contribuciones “impuestas” indispensables para estos fines, impuestos directos y no indirectos, bajos y planos, e iguales para todos.
Esto implica poner a los militares y policías a combatir la inseguridad, la violencia, el terrorismo y el crimen, como primera prioridad en la agenda estatal; y a los diplomáticos y cónsules a atender a los nacionales en el exterior antes que a los políticos locales. Y poner jueces y tribunales a cargo de la intervención del Estado en la economía, la banca, la educación y todas las esferas de la vida social y cultural; pero sólo si ocurre una violación cierta y comprobable de los derechos a la vida, propiedad y libertades, definida y tipificada en los códigos ordinarios o comunes del Derecho civil, mercantil o penal. A estos fines, y a la realización y mantenimiento obras públicas de infraestructura que incrementen la productividad y rendimiento de las actividades privadas, ha de limitarse la política pública.
Del campo privado son las relaciones sexuales, matrimoniales, familiares, laborales, comerciales, educativas, cívicas, culturales, artísticas, religiosas, médicas, informativas y de entretenimiento, científicas y técnicas, previsionales y de beneficencia, etc., y tienen que desenvolverse conforme la voluntad de los participantes e involucrados expresada en contratos; no de reglamentos dictados por el Congreso bajo forma de leyes especiales, ni por el Ejecutivo bajo forma de decretos, ni por la ONU, la OEA u otras organizaciones interestatales bajo forma de “convenios internacionales”.
Esto implica quitar al Congreso de la reglamentación de las actividades privadas por naturaleza, y ponerle en su lugar: a vigilar que no salga el Ejecutivo de sus límites, sobre todo mediante el control de su Presupuesto Fiscal, alimentado sólo de los impuestos y no de empréstitos. Implica además poner a los partidos políticos en su lugar: como entes privados, sin relación de dependencia alguna con el Estado, a fin de que puedan ser instrumentos en manos de la ciudadanía.
No habrá monopolios o privilegios legales. Implica que no habrá p. ej. “curso legal”, y las monedas circularán libremente, cada quien escogiendo la de su preferencia. Implica poner a los bancos en su lugar, eliminando el privilegio de “encaje legal” que exige la reserva de sólo una fracción de los depósitos. Por consiguiente no habrá multiplicación artificial del dinero, ni del crédito o los medios de pago. Pero este tema toca la siguiente reforma.
2. Reforma Económica. Poner a cargo de las actividades económicas a los agentes económicos, que no son los políticos, funcionarios y burócratas, sino los trabajadores, los empresarios y gerentes, y los capitalistas: ahorristas e inversionistas.
En otras palabras: poner a los agentes económicos privados a cargo y al mando en la agricultura y la minería, la industria y los servicios, el transporte, la banca y las finanzas, seguros, etc. A este fin han de ser privatizadas y desreglamentadas estos quehaceres, para que sus actores sean sensibles a las necesidades, preferencias y exigencias de los consumidores, del lado de la demanda, y de los productores, del lado de la oferta, y así contribuyan a crear y distribuir la riqueza por sus canales naturales: los mercados.
3. Reforma de la Educación. Poner la educación en manos de los educadores y no del Estado, para que los educandos de todas las especialidades y niveles, y los padres en la enseñanza elemental, puedan escoger con entera libertad el centro docente de su preferencia, con el tipo de educación, y el contenido, los planes, los programas y el sistema o método de su preferencia, del lado de la demanda de educación. Y para que los maestros, profesores, docentes y capacitadores puedan competir en calidad, variedad y precio, del lado de la oferta educativa. En otras palabras: privatizar y desreglamentar la educación.
¿Y los pobres? En el camino de la transición al capitalismo maduro y a la riqueza, los educandos pobres han de ser asistidos por el Estado con vouchers o cupones, para pagar por sus matrículas y gastos en las agencias y centros docentes de su elección, los cuales serán reembolsables en dinero por el Estado, a todos aquellos institutos que los usuarios hayan escogido para su educación.
4. Reforma de la Atención Médica. De modo análogo al caso de la educación, se trata de poner la medicina en manos de los médicos y doctores, no del Estado, para que los enfermos, discapacitados y accidentados puedan escoger libremente el centro médico, hospital o clínica de su preferencia, con la atención de su elección, del lado de la demanda de servicios médicos. Y para que los médicos, enfermeras, bioanalistas, odontólogos y gentes de la profesión médica en general puedan competir, tanto en calidad y variedad como en precio, del lado de la oferta de medicina. En otras palabras: privatizar y desreglamentar la medicina.
En transición, y análogamente a la educación, en este caso los enfermos, discapacitados y accidentados pobres han de ser asistidos por el Estado con cupones, para pagar por sus gastos en los centros médicos de su elección, los cuales serán reembolsables por el Estado, a los institutos de salud que los usuarios pobres hayan escogido para sus tratamientos.
5. Reforma de las Jubilaciones y Pensiones. En base al mismo esquema de la educación y la salud, es poner las Cajas de Jubilaciones y las Pólizas en manos de los administradores de fondos y no del Estado, para que jubilados y pensionados puedan escoger con entera libertad la Caja o Fondo Previsional de su preferencia, con el tipo de Plan, Póliza o contrato de su elección, del lado de la demanda. Y del lado de la oferta, para que las compañías administradoras puedan competir, en calidad, variedad y precios. En otras palabras: privatizar y desreglamentar los sistemas de jubilaciones y pensiones.
En la transición, los trabajadores, retirados y pensionados pobres, también han de ser asistidos por el Estado, con cupones, para pagar por las Pólizas planes de su elección, en las Cajas o Fondos Previsionales de su elección, reembolsables por el Estado a aquellos institutos que los usuarios hayan escogido para su servicio.
IV
¿Te parecen “raras” estas propuestas? No hay alusiones directas a los detalles de la problemática del desempleo, la pobreza, la mujer trabajadora, los niños abandonados o desnutridos, los ancianos enfermos, el maltrato familiar, la inmigración, el racismo, la polución ambiental etc., y por eso las reformas liberales no parecen dirigidas a tratar con ellos.
Pero es que esos problemas, muy graves todos, son nada más eslabones en la cadena de consecuencias y repercusiones del estatismo, que se ha hecho muy larga, incluyendo sus efectos más indirectas y remotos, como son todos. La gente se enfoca y se enfrasca en discutir detalles y pormenores de los eslabones de la cadena, olvidando la causa y el mal de fondo: el estatismo; lo cual es muy bueno para el estatismo! Los árboles no permiten ver el bosque; y es por ello que las crisis provocadas por el estatismo pretenden resolverse con “soluciones” estatistas, que no las solucionan sino que las agravan y multiplican.
¿Te parecen “simplistas” estas propuestas? Son simples quizá; mas no “simplistas”. Bien miradas, las soluciones liberales no son sino de puro sentido común. Aplican en la práctica cuatro refranes populares de gran sabiduría:
1) “Quien mucho abarca poco aprieta” es lo que ocurre con el Estado bajo el estatismo. ¿Cómo un solo instituto social, el Gobierno, puede brindarnos seguridad y defensa, justicia y obras públicas, si además aspira a cubrir también todas nuestras necesidades en materia de alimentos, vivienda y otros relacionados con economía y finanzas, educación y cultura, orientación y guía moral para la familia, atención médica, cuidados en la vejez, etc. “de la cuna a la tumba” como declaraba el principio socialista democrático que dio origen al Estado multipropósito mal llamado “de Bienestar”?
2) “Lo perfecto es enemigo de lo bueno”. Las “soluciones” estatistas siempre buscan planes perfectos para que aplique el Estado; las liberales posiblemente no son perfectas pero son buenas; y para aplicar entre todos, el Gobierno (limitado) y los privados, respondiendo al principio “Cada quien a lo suyo”.
3) “Zapatero a tus zapatos”, es otra formulación de “Cada quien a lo suyo”, y significa que cada institución de la sociedad, las estatales y las privadas, tiene sus fines propios, y para ellos resultan idóneas, siendo absolutamente ineptas para cumplir otros fines o funciones distintas.
4) “Mucho ayuda quien no estorba” alude a las instituciones privadas: familias, escuelas, Iglesias, clínicas, cajas previsionales etc. El Estado no puede reemplazarlas; pero en sus desesperados intentos por sustituirlas, les impide o estorba y dificulta (o encarece) en el camino al logro de sus fines propios, para los cuales están muy bien dotadas por su constitución y estructura.
Para terminar, la eterna preguntita: “¿En qué país se practica un sistema así, o al menos parecido?” Respuesta: de momento en China, desde los ‘80, siguiendo el modelo de Hong Kong, pero no en todo el país, sino en las Zonas Económicas Especiales y en las Regiones Autónomas.
¿No estás de acuerdo? Entonces no eres liberal; pero igual te queremos. ¿Estás de acuerdo? Entonces eres liberal y te queremos mucho más. ¡Bienvenido al Club!
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