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jueves, 18 de junio de 2015

CARLOS PADILLA CARPA, UNA NUEVA TRAMPA MONTADA POR LULA DA SILVA PARA QUE EL MADURISMO SE RÍA DE LOS ESTADOS UNIDOS: LA TRANSICIÓN

La supuesta enfermedad de Maduro Moros sirvió para muchas cosas, entre ellas el viaje frustrado a Roma y la movilización  de Cabello Rondón en solitario para Brasil. 

En Brasil se dio la entrevista entre Cabello Rondon y Luiz Inácio Lula da Silva actual jefe del Foro de Sao Paulo, en la cual ante la debacle del Socialismo del Siglo XXI, se analizaron las posibles alternativas para la sobrevivencia del régimen venezolano.

Luego del análisis se acordó que lo más prudente para correr la arruga era la transición concertada entre Estados Unidos, el Mudismo y el régimen comunista venezolano. Claro está que es una transición de opereta, una supuesta puesta en escena que no vera estreno nunca.

Para ello buscaron el escenario de Haití para lo cual se prestaron los gobernantes del país que comparte territorio con República Dominicana. El presidente de la isla caribeña, Michell Martelly, sirvió de mediador para el encuentro que sostuvieron el presidente de la Asamblea Nacional y el funcionario estadounidense,  el Consejero del Departamento de Estado Norteamericano Thomas Shannon.

Ya en el sitio Shannon se mostró sorprendido por la ausencia de Maduro Moros cuya excusa por enfermedad fue el justificativo por la ausencia. 

¿Caerán los gringos en esta nueva añagaza?.

Winston Churchill para justificar sus encuentros con Stalin expresó: "Me reuniría con el diablo para vencer a Hitler". Creo que allí está el encuadre de ese encuentro. Una transición propuesta al estilo del gatopardo, en la cual los equipos militares de Cabello Rondón se quedarían en el ejercicio del poder, Maduro Moros seguiría enfermo, se celebrarían elecciones  y habrá  una amnistía total.

Muchos soñaran con una salida de esas características; pero como dijo el poeta dramaturgo Pedro Calderón de la Barca  en el monólogo de Segismundo "¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño: que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”

Carlos Padilla Carpa
carlos.padilla.carpa@gmail.com
@chino121

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martes, 17 de junio de 2014

CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ, COPA ROTA DE BRASIL

Desde hace varios años en medios internacionales se percibe una corriente de antipatía contra Brasil hoy más evidente a propósito de la Copa Mundial de Fútbol. Según muchos observadores, en diversos eventos internacionales, los representantes brasileros -o en ambientes menos formales, los simples ciudadanos de ese país-, actúan con una marcada prepotencia nacional, convencidos de que tienen el destino manifiesto de dominar el sur del continente e inscribirse entre las grandes potencias. 


En Venezuela esa prevención viene de fuentes más directas y dolorosas. Gracias a Lula da Silva y la poderosa influencia de su país en las decisiones regionales, el gobierno de Hugo Chávez tuvo vara alta para hacer lo que le dio la gana en el subcontinente, sin que siquiera EEUU dijera nada. Intervenciones flagrantes en la política interna de Bolivia, Ecuador, Perú, Colombia, México, Nicaragua, Argentina.

Toda suerte de atropellos se cometieron con la mayor impunidad, gracia a esa muralla de contención. Brasil permitió una invasión venezolana a Paraguay, una casi invasión a Honduras, y permitió que su Embajada atropellara la soberanía de ese pequeño país. Contaron no solo con el silencio sino con su complicidad activa, a través del operador de todo eso Marco Aurelio García. El peso de Brasil en la región hizo nugatoria la Carta Democrática de la OEA, salvo para entorpecer la vida de pequeños países que defendieron su democracia frente al asedio bolivariano. No es injusto afirmar que el gran vecino de la frontera sur tiene sustantiva responsabilidad en muchas de las desgracias que hoy destruyen Venezuela. Por un tiempo, importantes estudiosos latinoamericanos hablaban del subimperialismo brasilero, gigante cuyo papel era controlar y administrar esta parte del mundo (aunque cuando ganó la izquierda los teóricos dejaron tranquila su teoría)

Las agruras de Dilma

La reticencia contra Brasil la incrementa, al parecer, la personalidad de Dilma Rousseff. Si Lula en la Presidencia se comportaba como un sindicalista, bonachón, simpático, chistoso, coherente con lo que siempre fue, Rousseff es la antítesis. Adusta, inexpresiva, distante, actúa como una tecnócrata de alto nivel -que ciertamente es- y no como se espera de un dirigente político democrático. Ambas cosas contribuyen a la sutil complacencia que muchos no pueden ocultar al ver las agruras por las que está pasando en las primeras de cambio de la Copa 2014, lo que ella y su partido pensaban que sería una especie de entronización cósmica del país. Las cosas comienzan mal. Según encuesta realizada por el Pew Research Center de Washington, 72% de los ciudadanos se declaran insatisfechos con la situación económico social, un salto del ya preocupante 55% que decía lo mismo en 2013, y 60% considera que los gastos del gobierno en la prepara- ción el Mundial son negativos para la nación.

Expresan que esos recursos deberían haberse invertido en servicios como acueductos, viviendas, energía, transporte, etc. 52% declara que la influencia de Rousseff es "negativa para el país", mientras 48% que es "positiva". Y para complicar más las veleidades de la opinión pública, 66% de la muestra cree que la economía va mal, pese a que el gobierno se esforzó en proteger a la ciudadanía de los efectos de la crisis. Las manifestaciones contra la Copa, que comenzaron desde 2013 y se mantienen, igual que los conflictos laborales, pueden poner seriamente en peligro su reelección en octubre. Hay que pensar lo que ocurriría si en ese larguísimo mes que dura el evento ocurren manifestaciones públicas que terminen con heridos o situaciones peores. También que la organización del Mundial no esté a la altura de lo que se espera en un acontecimiento de esa calidad.

Tercermundismo petulante

Resultaría fatal que se hicieran intolerables el desorden, la ineficiencia, la imprecisión, y las fallas humanas que el público internacional no acepta y dañarían la imagen interna del gobierno. Muchas de las grandes obras previstas, autopistas, estadios, aeropuertos, aún no están concluidas y los obreros trabajan sin parar en las 12 ciudades donde tendrán lugar los encuentros. En enero un alto funcionario de la FIFA declaró que nunca ningún país sede se había retrasado tanto en poner a punto los requisitos de infraestructura. Esto de entrada representa una primera derrota porque querían que el país resplandeciera como una potencia y no como una nación subdesarrollada pero pretenciosa, que quiere ir más allá de sus límites y fingir un primer mundismo que le queda grande.

Pero habrá que esperar el último partido, pues la suerte electoral de Rousseff podría depender más de Neymar que de Lula si la amarelha se queda con su sexta Copa en la historia. La euforia del país sería incalculable y podría producirse la reconciliación con Dilma, aunque la oposición no capitaliza la caída de Rousseff. Brasil es por segunda vez anfitrión de un Mundial de Fútbol. La primera, julio de 1950, de final electrizante, épico, cuando el equipo de Uruguay le ganó el partido final a los brasileros en su propia fortaleza el Stadium de Río de Janeiro, el Maracaná, en medio del histerismo de la hinchada. Muchos esperan una nueva derrota 64 años después que controle esa onda expansiva de la autoestima nacional y rebote en las posibilidades de la candidata.

Carlos Raul Hernandez
carlosraulhernandez@gmail.com
@carlosraulher

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lunes, 10 de marzo de 2014

ANTONIO SÁNCHEZ GARCÍA, EL FORO DE SAO PAULO, LA IZQUIERDA REAL Y LA NUEVA IZQUIERDA


1
LULA Y CASTRO
VERDUGOS DE LAS DEMOCRACIAS
Muy pocos analistas políticos advirtieron en su momento fundacional –corría el año de 1990– las verdaderas intenciones del sindicalista Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores del Brasil, al organizar, conjuntamente con Fidel Castro y el Partido Comunista de Cuba, el llamado Foro de Sao Paulo. El derrumbe de la Unión Soviética consumado tras la caída del Muro de Berlín había conducido a la precipitada e insólita presunción de que con la desaparición de la URSS y la hegemonía sin contrapesos de Estados Unidos como única gran potencia en el escenario mundial cesarían como por arte de magia los conflictos entre las naciones y, lo que rayaba en el absurdo, al desaparecer los conflictos desaparecía el motor de la historia. Lo que llevaría al analista Francis Fukuyama a declarar oficialmente el fin de la historia en un libro altamente polémico y best seller del mismo nombre.

¿Cuáles eran esos propósitos? Llenar el vacío dejado por la desaparición de la Unión Soviética como principal sostén material del comunismo mundial y del PCUS, su partido, como faro ideológico y político de los partidos afines en América Latina. Una operación de alto calibre, orientada a responder a la confundida feligresía de la izquierda marxista hasta entonces controlada por el eje La Habana-Moscú y huérfanos de toda dirección estratégica. Agudizada dicha crisis por la derrota sufrida desde los años sesenta-setenta por la política expansionista del régimen cubano y su control de los factores más radicalizados de la izquierda socialista latinoamericana.

La importancia de Lula da Silva y su equipo de asesores provenientes del trotskismo, radicaba en la comprensión de un fenómeno crucial impuesto por la brutal derrota de la vía armada: la necesidad de imponer una línea pacífica, constitucional y electoralista, aparentemente anticomunista e inmanente al sistema, flexible y adecuada a las características específicas de cada nación, de modo de apoderarse de los respectivos Estados desde dentro de sus instituciones y actuar en función del campo de maniobra que dejaran las crisis de los respectivos sistemas de dominación que preveían o habían decidido precipitar. Lula lo expresó sin ambages, al señalar en algunas entrevistas que aun siendo comunista, como su hermano, tenía perfectamente claro que como comunista sería inmediatamente rechazado por la sociedad brasileña: inventó al efecto el Partido de los Trabajadores. Y se travistió de demócrata impoluto, independiente y progresista. Distante del marxismo y héroe de la pobreza, de donde provenía. Adecuando todo su accionar interno a no ir en sus reivindicaciones populares ni un centímetro más allá de las coordenadas que le dictaban unas instituciones fuertemente asentadas tras la caída de la dictadura. Particularmente sus ejércitos y su potente empresariado.

Por lo menos en Brasil, pivote del Foro y desde antaño centro de ambiciones subimperiales de su élite dominante, el PT no osaría reclamar en lo inmediato el control absoluto, unidimensional y tendencialmente totalitario del aparato de Estado. Otro sería el cantar para aquellas naciones del subcontinente en las cuales el esfuerzo forista se encaminaría a subvertir las estructuras y avanzar hacia un socialismo de nuevo cuño: la revolución bolivariana.

2
La primera pieza del ajedrez regional a conquistar por el Foro de Sao Paulo sería Venezuela. Joya de la corona de las ambiciones de Fidel Castro debido a su posición geoestratégica privilegiada hacia el Caribe y Estados Unidos, al mismo tiempo que corredor natural hacia la región andina y amazónica; dueña de recursos petroleros como para financiar la gran operación de reconquista que planeara desde mucho antes del asalto al poder en 1959 y en situación suficientemente crítica como para asestarle un golpe mortal a su sistema político y apoderársela en un audaz golpe de mano, como los que pusiera en práctica para apoderarse de Cuba con una docena de aventureros.

El golpe de Estado del 4 de febrero de 1992 vino a colmar sus pantagruélicas apetencias de poder imperial con los clásicos golpes de suerte que acompañan a los tiranos. Inconsciente del trasfondo filocastrista de su principal protagonista, comenzó por desautorizar el golpe considerándolo una boutade de los carapintadas, respaldando al socialdemócrata Carlos Andrés Pérez, con el que fraguara cierta discreta relación tras décadas de antagonismos. Pero muy pronto se le revelarían las gigantescas perspectivas que se le abrían a él y al Foro si cooptaba al teniente coronel para su causa. Bastó un encuentro en La Habana, rápidamente concertado tras la puesta en libertad del golpista venezolano, para que no solo lo cooptara, sino lo convirtiera en un hijo putativo, debido a sus megalómanos trastornos psicopáticos manipulable hasta el delirio, irresponsable e irreflexivo y dispuesto a entregarle no solo el petróleo venezolano, sino Venezuela entera. Con soberanía y todo. Incluso su vida, como en efecto. Nació el proyecto estratégico de lo que algunos analistas han dado en llamar Cubazuela. O Venecuba.

Poco importa que al llegar la hora de la fragua, incluso constitucional, ese rocambolesco engendro fracasara sin remedio. La oposición venezolana a tan delirante proyecto de refundación nacional obligó a seguir transitando los caminos verdes del neofascismo forista. Utilizando a las decadentes élites políticas, artísticas e intelectuales del castrismo congénito al establecimiento venezolano habrá favorecido la defenestración de Carlos Andrés Pérez y, promoviendo el sistemático hundimiento del sistema político puntofijista, el fulgurante asalto al poder de la cría más promisoria de su criadero.

No desperdiciaron un segundo los Castro y los líderes del Foro, Lula, jefe de la supuesta “nueva izquierda”, a la cabeza de una izquierda real comprometida con la estrategia castrocomunista, en apoderarse del petróleo venezolano, en primer lugar, de las instituciones jurídico-políticas, en segundo lugar, y de las fuerzas armadas venezolanas, en tercer lugar. Para montar una dictadura de nuevo cuño, travestida de democracia de nueva izquierda, para dar los zarpazos consiguientes, siguiendo el mismo esquema, convertido en estrategia de asalto al poder continental: generar graves crisis de gobernabilidad, quebrar la estabilidad institucional, apoderarse de las palancas del poder mediante elecciones plebiscitarias, montar asambleas constituyentes y terminar por construir un sistema de poder continental que partiendo de la conquista del poder en Venezuela se expandió gracias al uso de sus gigantescos recursos petroleros a Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Brasil, Argentina  y Uruguay. Estando a un tris de conquistar México, Perú y Colombia. Llegando a controlar y desplazar a la OEA, en manos del socialista chileno José Miguel Insulza, principal organismo multinacional de la región desde 1947, para montar su propio parapeto de poder regional: la Unasur, el ALBA y la Celac.

3
Esta vasta operación de alta política geoestratégica desmiente en la forma más categórica la supuesta existencia en nuestra región de las dos izquierdas y las diferencias de fondo que se les pretende endosar: una democrática, lulista, progresista y democrática, y otra dictatorial, represiva, conservadora, real y castrochavista. Es más, y ello reviste una gravedad absolutamente ignorada o menospreciada por los grandes poderes hemisféricos: esa realidad bifronte que es la izquierda latinoamericana en cualquiera de sus dos caras, hoy absolutamente dominante en la región, ha logrado limar las asperezas, temores e inhibiciones de los partidos auténticamente democráticos –de centro o de derecha– que han permitido ser ideológicamente manipulados y desplazados del control del contexto regional y han aceptado de buen grado su convivencia sin hiatos ni contradicciones con regímenes tan abiertamente dictatoriales y antidemocráticos como los de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Frente a los cuales cualquier invocación a la Carta Democrática de la OEA, de Unasur o de la Celac es risible letra muerta.

Esta vasta operación de control geoestratégico condujo a una  de las situaciones más rocambolescas y bochornosas de la historia reciente de América Latina: mientras Cuba y Venezuela, convertida en una colonia de los Castro, se preparaban para enfrentar los gravísimos sucesos que hoy sacuden a Venezuela entera y bien podrían llevar a una escalada sin precedente de las tensiones prebélicas en un país latinoamericano, haciendo más brutal y más implacable la subordinación dictatorial del país petrolero por las fuerzas represivas cubanas que intervienen abiertamente en nuestro país, 32 presidentes latinoamericanos elegidos democráticamente en procesos comiciales justos, equitativos y transparentes, se abrazaban en La Habana con Raúl Castro y el hombre del gobierno cubano en Caracas, según titular a todo lo ancho de Fidel Castro, quien señalaba en el Granma sin el menor tapujo: “Sin el petróleo venezolano la revolución fracasará. Maduro es nuestro hombre en Caracas…”.

El abrazo de Sebastián Piñera con Raúl Castro en ocasión de la cumbre de presidentes de España, América Latina y el Caribe celebrado en Santiago de Chile, tras 40 años del letal antagonismo que condujera a la peor tragedia vivida por el país austral en su historia, pareció borrar ese sórdido y paradigmático capítulo de enfrentamientos entre la tiranía cubana y la democracia chilena. Selló un acuerdo de inmensas implicaciones: Cuba parecía encaminada a reconciliarse con las democracias latinoamericanas. Sin embargo, bastó un remezón de la oposición venezolana para que volviera a despertar el tiránico monstruo caribeño, más totalitario, más represivo y más brutal que nunca antes. Pero lo hace ante un continente controlado por la tiranía, obsecuente con todos los abusos totalitarios del régimen castrista, ciego, sordo y mudo ante los trágicos sucesos de Caracas. Salvo los ex presidentes Uribe, Arias y Toledo, el resto parece ignorar la dimensión de lo que está en juego. La apatía regional es tan desconcertante como lo fuera la europea ante el asalto de Hitler al poder de Alemania.

No solo no ha habido diferencia alguna en las reacciones de gobiernos abiertamente autocráticos, representante de la izquierda real, y los supuestamente democráticos de la nueva izquierda, desarmando las supuestas diferencias de fondo entre ambas caras de la misma moneda. Lo trágico es el silencio de aquellos en los que un sensato observador de nuestras penurias podría encontrar ideas de centro, de centroderecha o directamente de derecha.

Esta práctica catalepsia ideológica y política inducida desde el Foro de Sao Paulo encuentra trágicos ecos en una dirigencia inexperta, ignorante y fácil presa de patrañas y embaucamientos como la nuestra: los más importantes líderes de la oposición venezolana han escogido al trotskista Lula da Silva como ejemplo a seguir. Aún no se enteran de que es el verdugo que los lleva al cadalso.

sanchezgarciacaracas@gmail.com
@Sangarccs

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domingo, 2 de enero de 2011

RIESGOS POLÍTICOS CLAVES A SEGUIR EN AMÉRICA LATINA. INTERNACIONAL. TERRY WADE. LA CARTA DE LA BOLSA / REUTERS. INFORMADOR PÚBLICO. DESDE ARGENTINA.

La transición a un nuevo Gobierno en Brasil, la violencia por el narcotráfico en México y las elecciones presidenciales en Perú y Argentina son algunos de los eventos políticos que podrían generar riesgos para los inversores en América Latina en el 2011.

NUEVA PRESIDENTE EN BRASIL

La presidente electa Dilma Rousseff, protegida del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, se ha esforzado por aplacar los temores de los inversores en torno a la disciplina fiscal y la autonomía del Banco Central desde su victoria electoral del 31 de octubre, nombrando a un experimentado equipo económico que sugiere continuidad con la política económica.

Pero la tecnócrata de carrera, que nunca ha ocupado un puesto electo, aún tiene que demostrar que puede cumplir con sus promesas de gobernar con un presupuesto más austero. Probablemente enfrentará la oposición de miembros de su Partido de los Trabajadores, empleados públicos y jubilados.

Los recientes comentarios de Lula de que podría volver a ser candidato a presidente en el 2014 o más adelante podrían debilitar a Rousseff.

También hay preocupaciones por la posibilidad de que se detenga el impresionante crecimiento económico brasileño y de que Rousseff incremente el rol del Estado en áreas claves de la economía, sobre todo en la vasta industria petrolera.

Posibles aumentos de la tasa de interés por parte del Banco Central, menos estímulo fiscal y una divisa que está haciendo menos competitivas a las exportaciones podrían reducir el crecimiento económico, desde el pronosticado 7,6 por ciento del 2010.

Algunos analistas temen que se hayan creado burbujas financieras en Brasil debido a los miles de millones de dólares volcados en inversiones extranjeras.

Se recomienda observar la desaceleración del crecimiento, los cambios en los gastos gubernamentales y las políticas impositivas, al igual que la presión política sobre el Banco Central.

GUERRA DE LA DROGA EN MEXICO, AMENAZA A LA ECONOMIA

México deberá luchar el año que viene para mantener el ritmo de la recuperación luego de una profunda recesión en el 2009 y enfrentará crecientes desafíos en la guerra contra los poderosos cárteles de droga.

El Gobierno del presidente Felipe Calderón apresó a cientos de integrantes de los cárteles, confiscó alrededor de 90.000 armas y capturó a importantes traficantes de droga, incluyendo a Edgar “La Barbie” Valdez.

Pero los inversores y las compañías están preocupadas de que los ataques -cuerpos decapitados colgando de puentes, mujeres y niños asesinados en fiestas- estén arruinando la reputación de México como un mercado atractivo para las inversiones extranjeras y un destacado destino turístico para estadounidenses y europeos.

La guerra de la droga aún no ha afectado al peso mexicano o al rendimiento de los bonos, pero la violencia se ha convertido en un verdadero riesgo para la actividad empresarial.

Aunque tiene sólidos índices de popularidad, se prevé que Calderón no obtendrá la aprobación de reformas laborales e impositivas en el Congreso, mientras los partidos políticos se posicionan de cara a la próxima elección presidencial del 2012.

De acuerdo a la Constitución mexicana, Calderón no puede volver a ser candidato y su Partido Acción Nacional está rezagado en los sondeos de opinión.

La ausencia de reformas podría afectar al crecimiento en el largo plazo. La expansión se pronosticó en un 4,5 por ciento en el 2010, luego de una contracción del 6,1 por ciento en el 2009. Se prevé que crecerá alrededor de un 3,6 por ciento en el 2011.

La continuidad de la recuperación dependerá en gran medida de las exportaciones a Estados Unidos y de las decisiones que tome el Banco Central en materia de política monetaria.

Temas a seguir:

- Crecimiento o contracción de las exportaciones

- Escalada de la violencia que afecte el apoyo a Calderón

CAMPAÑA DE CHAVEZ EN VENEZUELA

El presidente Hugo Chávez legislará por decreto durante todo el 2011 luego de que sus aliados en la Asamblea Nacional (Parlamento) le delegaron poderes por 18 meses. La medida intenta detener el avance de los partidos opositores, que tuvieron buenos resultados en las elecciones de septiembre y tendrán un bloque mucho más grande en el nuevo Parlamento.

Los líderes de la oposición condenaron la decisión como autoritaria y seguramente redoblarán sus esfuerzos por hallar un candidato que enfrente a Chávez en la próxima elección presidencial en el 2012.

La campaña de nacionalización de empresas del líder socialista y el tibio desempeño económico del país también generan riesgos para los inversores. Más de 200 compañías pasaron a manos del Estado en el 2010, un año de contracción económica e inflación, y el Parlamento recientemente aprobó una ley que facilita la nacionalización de instituciones financieras.

La economía del miembro de la OPEP debería crecer el año próximo, pero aún sufrirá dificultades si no hay un aumento de los precios del petróleo.

Indicadores de riesgo como el EMBI+ 11EMJ de Morgan Stanley y los diferenciales CDI consistentemente califican a la deuda venezolana como la de mayor riesgo de cesación en el mundo. Pero pocos creen que Venezuela declarará la cesación de pagos gracias a su gran producción de petróleo y a sus antecedentes de cumplimiento con sus obligaciones.

Un borrador de una ley obtenido por Reuters muestra planes de endurecer el control sobre el sector de servicios petroleros. Si se aprueba, podría afectar a compañías como Schlumberger (SLB.N), Halliburton (HAL.N) y Baker Hughes (BHI.N).

ELECCIONES EN PERU

Los tres principales candidatos para la elección presidencial del 10 de abril en Perú defienden políticas económicas que han estado vigentes durante gran parte de los últimos 20 años.

El nacionalista de izquierda Ollanta Humala, quien generó temor entre los inversores cuando casi gana la segunda vuelta electoral del 2006, está rezagado en los sondeos. El líder se presenta como un candidato más moderado esta vez, pero sigue generando poco entusiasmo. A menos que se ponga a tono con los primeros, la votación se definirá entre partidos que van del centro a la derecha, evitando presión sobre los mercados locales.

Se prevé que la economía peruana crecerá alrededor de un 6 por ciento en el 2011, luego de una expansión de casi el 9 por ciento este año. Si bien el crecimiento ayudó a reducir la tasa de pobreza al 35 por ciento, las tensiones sociales perduran.

La oficina de derechos humanos de Perú dice que más de 100 comunidades se han organizado para detener grandes proyectos mineros o petroleros de compañías extranjeras, potencialmente demorando inversiones millonarias.

Perú ha superado a Colombia como el principal productor de la hoja de coca, usada para fabricar cocaína. El Gobierno probablemente tomará medidas para apuntalar la guerra contra las drogas en el 2011, pero ha tenido problemas en eliminar a las bandas remanentes del grupo rebelde Sendero Luminoso que operan en el narcotráfico.

Temas a analizar:

- Un sorpresivo avance de Humala en los sondeos de campaña

- Violentas protestas por los proyectos de minería y petróleo

- Escalada de la guerra contra las drogas


ELECCIONES EN ARGENTINA

La presidente Cristina Fernández no ha dicho si buscará un segundo mandato en las elecciones de octubre. Su marido y antecesor, Néstor Kirchner, que todos anticipaban sería el candidato del partido oficialista, murió inesperadamente en octubre. La noticia sacudió la política argentina y provocó una considerable incertidumbre en torno a los candidatos.

La muerte de Kirchner también dejó a Fernández sin su aliado más cercano e hizo subir los bonos y los precios de las acciones, ya que los inversores apuestan a que las políticas económicas intervencionistas que defendió la pareja finalmente llegarán a su fin.

Varios anuncios recientes, como una sorpresiva apertura al Fondo Monetario Internacional (FMI) para revisar los desacreditados datos de la inflación, sugieren que Fernández está tomando un enfoque más pragmático.

Pero con las cosechas de maíz y soja récord llenando las arcas del Estado y fomentando el crecimiento económico, se prevé que Fernández mantendrá un fuerte gasto público, sobre todo con la cercanía de las elecciones, priorizando el crecimiento a pesar de los riesgos inflacionarios.

Datos a analizar:

- Si Fernández decide ser candidata

- Emergencia de otros candidatos, sobre todo si son rivales de Fernández dentro del Partido Peronista.

- Medidas del Gobierno para garantizar el acceso a las reservas en moneda extranjera para pagar deuda el año próximo

- Cualquier señal de que el Senado apruebe una ley para reformar la cuestionada agencia nacional de estadísticas, INDEC, cuando el Congreso vuelva a sesionar en marzo

- Conflictos laborales cuando comiencen las negociaciones salariales en marzo o abril y protestas sociales ligadas al alza de los precios


AGENDA DE REFORMA EN COLOMBIA

La ambiciosa agenda de reformas del presidente Juan Manuel Santos, la guerrilla y la guerra contra la droga, las medidas para contener el alza del peso y las aún delicadas relaciones con sus vecinos Venezuela y Ecuador son los temas centrales para seguir en Colombia en el 2011.

Desde que asumió su puesto en agosto, Santos ha avanzado en una ambiciosa serie de reformas, que involucran desde la gestión de las regalías del petróleo hasta una revisión del sistema de salud y un ajuste del sistema impositivo. El éxito de las reformas es considerado esencial para que Colombia controle su déficit fiscal y recupere el grado de inversión que perdió en una crisis fiscal en la década de 1990.

Los temas claves serán la reforma de las regalías, los cambios impositivos y una propuesta de regulación fiscal que busca bajar la deuda y mejorar los ahorros.

Santos tiene una fuerte mayoría en el Congreso y ha progresado significativamente en las reformas. Pero varias propuestas deberán esperar a una segunda sesión legislativa que comienza en marzo. Desde la llegada de Santos, Colombia ha mejorado sus relaciones con los líderes de izquierda de Venezuela y Ecuador, pero aún persisten diferencias políticas.

Aunque han habido avances en la lucha contra la guerrilla de las FARC, involucrada en el tráfico de cocaína, el país aún sufre problemas de seguridad.

Temas a seguir:

- La posibilidad de ataques urbanos de las FARC para demostrar su presencia.

- Detalles de cómo distribuirá la riqueza en la reforma de las regalías.

ECUADOR

La estabilidad política será clave en Ecuador en el 2011 luego de que la reciente violencia reviviera el recuerdo de los golpes de Estado y las protestas callejeras que han asolado a la nación miembro de la OPEP.

Cientos de oficiales de policía se amotinaron el 30 de septiembre, causando mortales disturbios y rodeando al presidente izquierdista Rafael Correa, que estuvo refugiado durante horas en un hospital de Quito.

El levantamiento finalmente terminó cuando el Ejército rescató a Correa, y desde entonces el país ha estado en calma. Pero el incidente volvió a despertar preocupaciones por la dependencia del Gobierno del apoyo de los jefes de las fuerzas armadas.

Una turbulenta economía dolarizada, un posible intento de regresar a los mercados de capital con una nueva emisión de bonos -que sería la primera del país desde su cesación de pagos de la deuda global en el 2008- y una potencial decisión de Correa de disolver el Congreso y convocar a elecciones son todos temas a tener en cuenta en el 2011.

Temas a seguir:

- Nuevas señales de inestabilidad política

- Esfuerzos por incrementar la producción de petróleo

El éxito o el fracaso de las reformas económicas en Cuba será fundamental mientras el Gobierno intenta fortalecer la economía y garantizar la supervivencia del sistema comunista en la isla una vez que desaparezca el actual liderazgo.

Escaso de recursos, el Gobierno está buscando reducir los gastos e incrementar los ingresos, y podría recibir ayuda a largo plazo si la exploración de petróleo “offshore”, prevista para el 2011, resulta exitosa.

Todo esto ocurre con el trasfondo de una situación de leve hostilidad con Estados Unidos, entre otras cosas debido a una disputa en torno a un contratista estadounidense detenido por los cubanos por supuesto espionaje.

Temas a seguir:

- El destino del detenido Alan Gross

- Mejora o deterioro de la economía

- Reacción de Estados Unidos y la Unión Europea a las reformas cubanas

(Editado en español por Gabriela Donoso y Lucila Sigal)
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martes, 2 de noviembre de 2010

LAS IDEAS Y LOS HOMBRES. SIXTO RAMÓN MEDINA REYES

Luis Ignacio Lula Da Silva asumió la presidencia de Brasil en 2003, tras ganar las elecciones en segunda vuelta con el mayor número de votos de la historia democrática brasileña (52.4 millones de votos). Lula sorprendió a propios y a extraños a los siete meses de la toma de posesión cuando, en una declaración que produjo un pequeño terremoto en el campo de las ideas políticas, afirmó que “nunca me gustó ser rotulado como de izquierda”, reabrió un viejo debate, en el cual las ideologías chocan con los imperativos de la praxis, y al mismo tiempo desencadenó la polémica al pronunciar estas palabras en Caracas, justo en el lugar donde estos contrapuntos encienden las pasiones colectivas.

El tema tiene múltiples aristas, sobre todo, cuando Lula esta por entregar el poder. La primera nos pone de lleno frente a la definición de lo que es un hombre de Estado ¿Debe este último atarse a un esquema rígido de ideas o seguir, con temperamento flexible, los dictados de la realidad? En 1998 Lula tronaba desde los rangos de la oposición y se proclamaba candidato de izquierda. Desde que asumió las responsabilidades de gobierno, renegó con humor esa condición ¿Dónde encontrar la punta de una explicación posible?

En realidad durante todo el siglo XX, el rumbo de la izquierda siempre tuvo que enfrentar el obstáculo de las realidades heredadas en el marco delimitado por dos propuestas: la que recomendaba sacrificar las libertades (dado que, para ella, era una falsa expresión de los intereses de la dominación burguesa) y la que aconsejaba respetar la legalidad, las garantías y derechos constitucionales.

Luego de una historia teñida por la sangre de millones de víctimas y por toda clase de genocidios y holocaustos, el régimen totalitario de partido único se derrumbo estrepitosamente. Dejando sólo en pie la democracia y sus realidades concretas. Al caer aquel proyecto de fabricar un hombre nuevo merced a la imposición dictatorial de una sola verdad desde el Estado, se abandono la idea de montar un sistema económico estatizando todos los medios de producción y de cambio. Lo que quedó tras el descalabro de la Unión Soviética y las transformaciones en China fueron, mas bien, excepciones (Cuba por ejemplo)

La realidad política nos revela que la tradición democrática que se forjó en el último medio siglo en las Américas y en Europa combinó en grados diferentes tres grandes corrientes de ideas: el pensamiento liberal, el pensamiento de inspiración cristiana y el pensamiento social demócrata. Esta suerte de gran pacto dio lugar a una organización estatal dispuesta a poner en práctica tres generaciones de derechos: los derechos civiles, los derechos políticos y los derechos sociales. Para llegar a semejante meta, el requisito indispensable fue- lo es aún - el crecimiento económico. Sin economía en expansión y sin dinamismo demográfico no hay trilogía de derechos capaz de sostenerse en el largo plazo. La reacción de Lula parece ser, a primera vista, la de un político pragmático, de un líder con arrestos carismáticos, que hace honor a su origen social, que reconoce los condicionamientos externos y que no renuncia a emprender reformas necesarias.

sxmed@hotmail.com
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martes, 26 de octubre de 2010

BRASIL: ACUSAN DE FRAUDE AL ASESOR DE DILMA ROUSSEFF – EL NACIONAL

El banco público alemán de fomento Kreditanstalt fur Wiederaufbau (KfW) acusó al presidente de una subsidiaria de la estatal brasileña Eletrobras y asesor de la candidata oficialista Dilma Rousseff, Valter Luiz Cardeal de Souza, de apadrinar un fraude millonario, informó hoy la prensa.

Un artículo publicado en la más reciente edición de la revista Época, que comenzó a circular hoy, indicó que la institución alemana instauró ante la Justicia brasileña un proceso contra Cardeal de Souza, acusado de conocer sobre el esquema de fraude en créditos internacionales, que alcanzaría los 157 millones de euros (más de 900 millones de bolívares).

Según apuntó el semanario, el KfW pide ante la Justicia brasileña una indemnización por parte de la Compañía de Generación Térmica de Energía Eléctrica (CGTEE), presidida por Cardeal de Souza y subsidiaria de Eletrobras.

El banco presentó documentos y fotos para argumentar que Cardeal de Souza y la propia Rousseff, como ministra de Presidencia, tenían conocimiento del fraude sobre las garantías legales exigidas para los créditos otorgados para siete plantas termoeléctricas de biomasa, que no fueron construidas.

Por la ley brasileña, la CGTEE, como subsidiaria de Eletrobras, no puede asumir los compromisos de fianza para préstamos internacionales, lo que como apunta el banco alemán sucedió en 2007, en un seminario empresarial en Alemania.

Cardeal de Souza es amigo personal de Rousseff desde los años noventa y llegó a la estatal por recomendación de la propia candidata cuando ella era ministra de Minas y Energía en el primer mandato de Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

En otro proceso relacionado al caso, nueve personas, entre ellas cuatro vinculadas al gobernante Partido de los Trabajadores (PT) en el estado de Río Grande do Sul, respondieron ante la Justicia después que la Policía Federal constató en 2007 crímenes de corrupción pasiva y activa, estafa y concierto para delinquir.

Para la Policía, el “mentor” del fraude es el ingeniero chileno Erwin Alejandro Jaegger, representante de la empresa alemana CCC Machinery, que intermedió la financiación del KfW para las compañías brasileñas Winimport y Hamburgo.

Entre los acusados figura también Carlos Marcelo Cecín, ex director de la CGTEE y uno de los principales asesores del programa “Luz para todos”, creado en el actual Gobierno y uno de los estandartes de la campaña de Rousseff, quien el próximo 31 de octubre disputará la segunda vuelta electoral ante el opositor José Serra.

Roussseff, candidata del PT, venció la primera vuelta con el 46,9% de los votos, seguida por el aspirante socialdemócrata, quien consiguió el 32,6% del respaldo.

No obstante, la candidata ha tenido que enfrentar durante la campaña una serie de acusaciones de corrupción vinculadas a su gestión en el Gobierno, entre ellas la renuncia de su sucesora en el Ministerio de Presidencia, Erenice Guerra, acusada de tráfico de influencias.

La revista Veja publicó hoy que el actual jefe de Despacho del Ministerio de Presidencia y hombre de confianza de Rousseff, Vladimir Muskatirovic, habría pedido una coima de 100.000 reales (unos 60.024 dólares, o 257.765 bolívares) para autorizar un cambio societario en un canal de televisión del norteño estado de Maranhao.

La acusación partió del diputado Roberto Rocha, del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y cuya familia es dueña del canal TV Cidade.

Fuente: El Nacional (Venezuela)
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martes, 19 de octubre de 2010

DILMA VS.SERRA ¿ Y LULA?. DANILO ARBILLA

Dejemos de lado la elegante y respetuosa respuesta- “ a palabras necias oídos sordos“ – que públicamente diera en estos días Hugo Chávez al pedido de informe sobre actividades de ETA en Venezuela que le hicieran la Justicia y el Gobierno español y centremos la atención en Brasil. Allá los españoles si están dispuestos a tolerarle lo que sea al comandante bolivariano.

En el gigante sudamericano la puja electoral se ha puesto interesante . Parece, según las encuesta que casi se está al borde de un empate técnico. De acuerdo con los últimos sondeos la candidata oficialistas, Dilma Rousseff en el mejor de los casos llega al 49% y en otro al 46,8% , mientras su contrincante José Serra se le acerca con un 43 y un 42,7 por ciento respectivamente.

En esta carrera lo aconsejable es no hacer apuestas, aunque resultaría una sorpresa mayúscula que perdiera la candidata oficialista, concretamente, la candidata de Lula. Es aventurado hacer pronósticos, y mucho más sobre diferencias de votos: puede darse cualquier resultado. Sería la última victoria de Lula. Y es más, Rousseff debería ganar por mucha diferencia para que se la reconocieran como tal a su mentor.

Respecto al resultado de las elecciones del pasado 3 octubre pueden interpretase a gusto del consumidor. Que ganó el oficialismo, es un hecho, pero no como esperaba. Que el presidente Lula no pudo pasarle toda su popularidad a su delfina, puede ser una interpretación válida, pero desmerece a la casi segura próxima presidente. Y, además, habrá sido tan así?

Nadie duda del prestigio del presidente saliente. Que se da con Lula, pero que se ha dado también con otros presidentes como Ricardo Lagos, Tabaré Vázquez, Alvaro Uribe. Da la sensación que el salir de la escena les añade puntos extra; como que esto les exime de deméritos, los exoneras de cargos, aunque sean menores. Cuando algunos de ellos amagó a continuar más allá de los previsto institucionalmente , y pasó con Uribe, Vázquez y hasta Lula, los cuestionamientos comenzaron a aparecer y la cosa y el encanto cambió. Sin negarles el gran prestigio ganado por todos ellos en general y por Lula en particular, también, el alguna forma, cada uno de sus pueblos al mismo tiempo de darles el reconocimiento les tendía un puente de plata para dejar el lugar libre.

A Lula, fue notorio, no le gusto el resultado del 3 de octubre.

La imagen del presidente brasileño es mejor afuera que adentro . Pero en las elecciones solo eligen los brasileños. Cuando se va a votar, se miran otras cosas. Es el momento en que hay que pagar las cuentas y Lula tenía algunas pendientes de las que en definitiva en la instancia electoral se hizo cargo de una parte su candidata, y de otra parte, quizás, si la suerte no le acompaña, se deberá hacer cargo él más adelante. Cuando ya no sea presidente. Entre esas cuentas hay varias vinculados a casos de corrupción, en los que estuvieron involucrados amigos políticos y personales y hasta familiares del presidente, que nunca quedaron definitivamente aclarados, problemas de abuso de poder, practicas “ electoreras“ y de “ reparto“ utilizando instrumentos del estado y ciertas “ libertades“ que se tomó el mandatario contra las libertades como son sus ataques a la prensa y su reticencia a revisar la actuación de la Fuerzas Armadas en materia de DDHH durante la era militar. Lula perdió votos a dos puntas. Eso fue lo que se vio el 3 de octubre.

Habrá , entonces, que esperar lo que se verá el 31 de octubre. Falta aún dos semanas y mucho agua por pasar y varias encuestas descifrar.
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domingo, 19 de septiembre de 2010

LA DEMOCRACIA EN CHOQUE, HÉCTOR RICARDO LEIS (TOMADO DE CADAL) CASO BRASIL

En los años 70 y comienzos de los 80 la democracia en América Latina era un bien escaso. En contraste con esto, los años 90 vinieron acompañados por una fuerte ola democrática que involucró a casi todos los países de la región. Las tendencias políticas que, en el pasado, tensionaron a la democracia por la izquierda (vía revoluciones socialistas) y por derecha (vía dictaduras militares) se habían agotado. La política de la región se expresaba ahora a través de elecciones democráticas – aunque con excepciones ejemplares, como el caso de Cuba. La convicción que guiaba los corazones y mentes de los ciudadanos en aquella época era que el ejercicio de la democracia electoral se traduciría automáticamente en democracias consolidadas en todos los aspectos. Las velocidades de esta dinámica en cada país podía ser diferente, pero no existían dudas con respecto a la consolidación de la democracia como destino final.

La primera década del siglo XXI no confirmó aquel optimismo. Lentamente, esa única tendencia de los años 90 se fue desdoblando. Las amenazas a la democracia, que en tiempos anteriores provenían de afuera de sus fronteras, comenzaron a venir desde adentro. La democracia comenzó a tensionarse nuevamente y dos tendencias políticas principales tomaron cuerpo en su interior. Ambas tendencias se presentaron retóricamente como mentoras de la democracia, pero una estableciendo una relación subordinada de la política con la ley y el Estado de Derecho, y la otra apelando al papel del líder o del grupo gobernante como instancia superior a los marcos legales existentes. En rigor, tales tendencias expresan formas intrínsecas del juego político y las democracias consolidadas consiguen, sin mucho esfuerzo, mantener las dos dentro del mismo “plato”.

Pero no es esto lo que se observa en América Latina. Los diversos países de la región aceptan hoy sin restricciones la legitimidad de las elecciones como base de la democracia, pero se observa un choque estratégico entre dos culturas o visiones de la democracia que poco a poco colonizan a los países en un sentido u otro. Aquí no importa tanto la taxonomía que se utilice para distinguir

En la región ya no tenemos procesos convergentes de consolidación democrática, aunque sea con diferentes velocidades. Si fuese así, el futuro democrático estaría garantizado, ya que los países de consolidación más rápida arrastrarían a los más lentos y, al final, todos llegarían. En cierta forma fue eso lo que ocurrió en la Unión Europea, en relación a los países de Europa del Este. En ese contexto no estaba en discusión la visión o dirección de la democracia, sino los tiempos de su consolidación. Pero en nuestro continente tenemos un conflicto entre dos tendencias que se excluyen y van en direcciones opuestas. La democracia perdió el significado unívoco que pareció tener en los años 90.

La experiencia y el pensamiento político occidental muestran claramente que el ejercicio electoral pierde legitimidad democrática si no está firmemente vinculado al Estado de Derecho e inspirado en el espíritu republicano. No existe democracia plena sin el debido equilibrio y respeto mutuo entre los tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), sin el control transparente de las prácticas y cuentas del gobierno, sin un sistema político partidario plural y representativo que vigorice el debate público en torno de las principales cuestiones de la agenda, sin libertad de expresión y, por último, sin una ciudadanía que exija el cumplimiento de la ley y oriente su comportamiento electoral por el bien común y no por el simple interés particular o sectorial.

Observando, por ejemplo, a la democracia realmente existente en países como Costa Rica, Chile o Uruguay, por un lado, y en países como Venezuela, Argentina o Ecuador, por el otro, se comprueba que, en la última década, el continente se ha sumergido en un proceso de creciente diferenciación, donde a pesar de que todos los países realicen elecciones periódicas, algunos avanzan en la dirección del Estado de Derecho, y otros en el de la personalización de la política y en la consiguiente apropiación de aparatos del Estado por parte de grupos de apoyo del gobierno.

Y Brasil – que como potencia emergente regional tendría el poder para desequilibrar definitivamente la balanza de la democracia en la región – ¿está consolidando su democracia? Esta es la pregunta más importante que el último año del Gobierno Lula y la reciente campaña electoral pusieron en evidencia. La paradoja que vive hoy Brasil es asombrosa. En la medida en que el consenso interno actual parece reducir al régimen democrático a un simple ejercicio electoral, la mayoría del pueblo está siendo llevada a concluir que vive en el mejor de los mundos posibles, al mismo tiempo que pierde la capacidad para percibir y reprobar los reiterados ataques al Estado de Derecho que ejecutan sus propios gobernantes.

La tremenda personalización de la política realizada por el Presidente Lula en los últimos tiempos introdujo a Brasil en una tendencia cuyo resultado final es imprevisible, pero que ciertamente implica una retirada en relación a los anhelos de una democracia plena manifestados en los años 80 y 90. La decadencia de la democracia ocurre exactamente en el momento en que la ciudadanía empobrece su espíritu republicano a tal punto que deja de percibir el anti-republicanismo de sus elites políticas. O, en otras palabras, cuando el gobierno no respeta los derechos de la oposición y pretende su perpetuación en el poder a cualquier costo sin que la sociedad civil consiga reaccionar.

Si hay algo que caracteriza a la tendencia democrática republicana en el siglo XXI es su voluntad de evitar la tentación de reemplazar a las instituciones por los hombres. La otra tendencia, inaugurada en la región por países como Venezuela, Argentina y Ecuador, y a la cual Brasil puede sumarse en poco tiempo, trivializa esa perpetuación como una consecuencia necesaria de su personalización de la política.

Héctor Ricardo Leis es Analista del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) y Profesor de Ciencia Política de la Universidad Federal de Santa Catarina, Brasil.

Traducción de Ana Bovino.

Fuente CADAL

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miércoles, 16 de junio de 2010

LA DANZA DE LULA CON LOS DÉSPOTAS, MARY ANASTASIA O'GRADY

Probablemente no fue mucho después de que todos fuéramos expulsados del paraíso que Brasil comenzó a soñar con convertirse en un país serio y un actor de peso en el escenario internacional. Ahora, justo cuando parecía que el eterno sueño de Brasil estaba a punto de convertirse en realidad, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva está arrancando una derrota de las fauces de la victoria.

Tal vez Brasil esté ganando cierto respeto en el frente económico y monetario, pero cuando se trata de liderazgo geopolítico, Da Silva trabaja horas extra para preservar la imagen del país de ser un niño resentido del Tercer Mundo.

El ejemplo más reciente de cómo Brasil no está preparado para jugar en la primera división de la política internacional primera se produjo la semana pasada, cuando votó en contra de las sanciones a Irán en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Turquía fue el único socio de Brasil en este embarazoso ejercicio. Pero Turquía por lo menos puede culpar a la complejidad de sus raíces musulmanas. Lula está echando por la borda la reputación de Brasil en pos de su propia gratificación política.

Brasil defendió su voto en la ONU al esgrimir que las "sanciones probablemente conducirán al sufrimiento del pueblo de Irán y servirá a quienes, en todos los lados, no quieren que prevalezca el diálogo". Si se analiza esa declaración es vacía. Las sanciones están dirigidas, no contra los civiles, sino contra las ambiciones nucleares y de proliferación de misiles iraníes. En cuando al "diálogo", debería ser obvio a esta altura que lo que el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad necesita es un poco menos de conversación.

Si Brasil consideró que su voto correspondía una postura de principios en defensa de lo correcto, sin dudas se dio rápidamente por vencido. Tras criticar las sanciones, rápidamente anunció que las acataría. Esto sugiere que quizás tenga algo de consciencia sobre los decrecientes retornos de sus políticas exteriores de locos.

El Partido de los Trabajadores de Lula es de izquierda dura, pero nadie debería confundirlo con un bolchevique comprometido. Es meramente un político inteligente que salió de las calles y ama el poder y las limusinas. Como el primer presidente del Brasil proveniente del Partido de los Trabajadores tiene que balancear las cosas útiles que aprendió sobre los mercados y la disciplina monetaria con la ideología de su base.

Su respuesta a este dilema ha sido usar a su ministerio de relaciones exteriores —donde una burocracia del servicio exterior genéticamente izquierdista es dirigida por el intelectual notoriamente anti-estadounidense y anticapitalista Celso Amorim— para bruñir sus credenciales de izquierda. Con su amistad con los "no alineados" como escudo, ha logrado mantener las ideologías colectivistas al margen de la economía.

Pero la reputación de Brasil como un líder entre las economías emergentes se ha visto muy dañada. Para satisfacer a la izquierda, a Lula le pidieron que defienda y eleve a sus héroes, quienes son algunos de los más flagrantes violadores de derechos humanos del planeta.

Un repaso de su presidencia de dos períodos revela una tendencia hacia defender a déspotas y detractores de la democracia. El represivo gobierno iraní es sólo el ejemplo más reciente. También está el apoyo incondicional de Lula a la dictadura de Cuba y la de Hugo Chávez en Venezuela. En febrero, Cuba permitió que el disidente político Orlando Zapata se muriera de hambre la misma semana que Lula llegó a la plantación de esclavos en la que se ha convertido la isla para codearse con los hermanos Castro. Cuando la prensa le preguntó por Zapata, Lula descalificó su muerte como uno de los muchos que hicieron huelgas de hambre en la historia que el mundo ignoró. Obviamente nunca escuchó hablar del militante irlandés Bobby Sands.

Lula también ha respaldado a Chávez, que destruyó las instituciones democráticas en su país y colaboró con las narcotraficantes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Un Brasil maduro hubiera usado su influencia para encabezar una iniciativa contra este terrorismo auspiciado por el Estado. Pero en el análisis de costo-beneficio político de Lula, las víctimas de la violencia de las FARC no cuentan.

Los hondureños no corrieron mucha mejor suerte. Brasil pasó buena parte del año pasado intentando obligar a su país a reinstalar al depuesto presidente Manuel Zelaya, que había sido removido por el gobierno civil por violar la Constitución. Las acciones de Brasil, incluyendo conceder refugio a Zelaya en la embajada brasileña durante meses, crearon enormes problemas económicos para los hondureños.

La semana pasada, la secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton pidió readmitir a Honduras en la Organización de Estados Americanos, al señalar que el país celebró elecciones y regresó a la normalidad. Brasil se opuso. "El regreso de Honduras a la OEA debe estar ligado a medios específicos para asegurar la re-democratización y el establecimiento de derechos fundamentales", indicó el viceministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Antonio de Aguiar Patriota. Nota a Brasil: ¿no se refieren a Cuba?

Brasil celebrará elecciones presidenciales en octubre y aunque Lula se irá de su cargo con un alto nivel de popularidad, no está garantizado que la candidata del Partido de los Trabajadores se beneficie de esto. Así que ahora le da una carnada a la base del Partido al darse la mano con Ahmadinejad y votar contra el Tío Sam.

¿Funcionará? Mucho dependerá de si los brasileños que consideran que desperdicia la prominencia emergente del país superan a los que respaldan el baile de Lula con los déspotas. Lo que está claro es que, como advirtió el ex presidente de Brasil Fernando Henrique Cardoso, las políticas internacionales de Lula hacen que Brasil "se pase de bando" y no está nada de claro si los brasileños están de acuerdo.

O'Grady@wsj.com
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viernes, 14 de mayo de 2010

EL GRAN HIPÓCRITA SOLTÓ LA LENGUA, POR JOSÉ BRECHNER

En una entrevista concedida a El País de España, Lula da Silva reveló algunas de sus maniobras políticas que le hicieron exitoso.

Como primera revelación, dijo que apuntaló el capitalismo para poder encaminarse al socialismo. ¡Gran novedad! Cómo si nadie se hubiese dado cuenta. Primero hizo que el ciudadano invierta en el país, y en la próxima etapa le robará su dinero. Esa es la fórmula progresista.

Le faltó decencia para admitirlo durante estos ocho años en que se crearon más de 14 millones de empleos, de los que se adjudicó su autoría, sólo por dejar trabajar a la gente sin inmiscuirse en sus negocios.

La progresía descubrió que la libertad económica es la generadora de riqueza. Sin embargo no puede aceptar que siendo el capitalismo el sistema perfecto para el desarrollo, éste se mantenga intocable. La ambición de dominio totalitario que tienen los socialistas, hace que una vez que se generó superávit, haya que quitárselo a quienes lo produjeron, o al estado, para avivar sus subsidios populistas.

Aclaró que su relación con la Iglesia y los curas promulgadores de la Teología de la Liberación fueron su base de apoyo para llegar a las masas.

Da Silva, el comunista, ateo, marxista, usó de los prelados para obtener popularidad. Para ser falso, oportunista y sinvergüenza, no hay como el manoseo político de la palabra divina.

Dijo que trata a todas las religiones con respeto porque Brasil es un país laico. Su cada vez más estrecha relación con los fanáticos musulmanes, seguramente es parte de su respeto sin preferencias.

Manifestó que como presidente es un ciudadano “multi-ideológico”, que se lleva bien con izquierdas y derechas por conveniencia.

Ahora que se va del gobierno, soltó la lengua y admitió que su juego fue por conveniencia. ¿Decidió mostrar franqueza o fue un acto fallido?

Entre sus declaraciones afirmó: "Gane el que gane, n! adie hará ningún disparate; el pueblo quiere seguir caminando y no volver atrás. Pero déjeme decirle que yo no veo la posibilidad de que perdamos las elecciones".

¿Caminando hacia dónde señor Lula, hacia el capitalismo que sostuvo por conveniencia, o hacia el socialismo que le daría poder absoluto a su partido y su ministra?

Si dice que el PT no puede perder en las elecciones, es porque el fraude y las coimas vienen en camino. No dijo que su partido va a ganar, que serían las palabras lógicas de un presidente saliente con tamaña popularidad. Sabe que el Brasil desconfía de Rousseff, la elección de la candidata fue equivocada, pero es muy tarde para cambiar de yegua.

En la más comprometedora de sus respuestas, dijo: "Necesitamos unas Fuerzas Armadas adecuadas para garantizar la seguridad del pueblo, mantener una política de defensa respetable.

No queremos invadir ningún país, pero tampoco que nos invadan a nosotros"

¿Quién lo va a invadir señor Lula? ¿Bolivia, Uruguay? ¡Ojo con Paraguay y Guyana! ¿Qué gran complot o gran mentira, entre todas las que tejió durante estos años, se encuentra detrás de semejante argumento? ¿Cuál es el programa militar que piensa desarrollar con Irán y Rusia?

Su acercamiento a Medvedev y Ahmadineyad, son las alianzas más oscuras que se están gestando en Sudamérica, sin que absolutamente nadie haya dicho una sola palabra en ningún lugar del mundo.

Un Brasil socialista es un peligro mortal para América del Sur. Pero el riesgo no es sólo para sus vecinos, sino para los brasileros, que invirtieron todo en su país, confiados en el “capitalismo temporal” que sustentó el hipócrita Lula da Silva.

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