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LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
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sábado, 31 de agosto de 2013

EDDIE A. RAMÍREZ S., AMUAY: TRAGEDIA INCONCLUSA

Fallecieron 47 venezolanos, 150 resultaron lesionados, 1330 víctimas requirieron atención sicosocial, 1700 viviendas afectadas, 800 de ellas destruidas totalmente, 17 escuelas y  135 comercios dañados y dos industrias destruidas. 
Esta tragedia se produjo el 25 de agosto de 2012 en la refinería de petróleo de  Amuay,  la cual sufrió cuantiosos daños.  Un año después, ni Pdvsa ni la Fiscalía han presentado el informe correspondiente y el señor  Maduro sentenció que fue  sabotaje. En su informe 2012, Pdvsa ignoró la tragedia y solo reportó que  fallecieron dos de sus trabajadores en Amuay.  A continuación resumimos el informe que elaboró el Centro de Orientación de Energía, Coener,  en  sinergia con varias instituciones y ONG´s. Coener es un organismo sin fines de lucro con el objeto de asesorar en materia energética. Entre sus principales conclusiones podemos mencionar:
1-La explosión la causó el incendio de una nube de gas creada por un escape de olefinas (componentes inflamables producidos en el proceso de refinación), cuya causa más probable  fue el colapso del sello de una o más  bombas ¿falta de mantenimiento?.  Esta  nube  se esparció  y explotó a las 1:10 de la madrugada. 2-De acuerdo a testimonios  se percibió la presencia de gas  varias horas antes de la explosión, sin embargo fue solo .aproximadamente a las 12 de la noche del   24 de agosto cuando la empresa detectó la fuga. 3- No se activaron alarmas ni se tiene conocimiento de acciones para  el desalojo de las áreas adyacentes. Solo se  intentó, infructuosamente,   bloquear válvulas y equipos en forma manual 4-  Después de la explosión, el incendio se extendió hacia varios tanques de hidrocarburos líquidos.  Esto se debió, probablemente, a una  fuga de gases producidos por la vaporización de parte de los hidrocarburos allí contenidos, a través de  sellos  defectuosos de los techos flotantes y a la falta de enfriamiento oportuno de los tanques. 5- Inadecuado manejo de la contingencia durante la  detección de la fuga de gas antes de la explosión, posterior control y extinción del incendio y atención de las personas afectadas. 6) Las fallas detectadas en el plan de evacuación probablemente hayan incidido en el elevado número de víctimas.7) Se evidenció incumplimiento de normas y de prácticas  de control de contingencias  durante el combate del incendio en los tanques. 8) El costo total estimado de los daños ocasionados por la explosión e incendio es del orden de 1.835 millones de dólares. 9- Los numerosos accidentes ocurridos en Pdvsa desde el 2003  y que siguen ocurriendo después de esta tragedia evidencian la pérdida de cultura de seguridad,  mantenimiento inadecuado y falta de entrenamiento del personal. 
 El informe concluye con recomendaciones para mejorar la seguridad industrial y  que no  ocurra otra tragedia, así como la necesidad de establecer responsabilidades.  Se exige la presentación del informe oficial y la indemnización a las víctimas.  La tragedia de Amuay aún está inconclusa. 
Como en botica: El rojo  Wills Rangel, director laboral de Pdvsa, contradijo la afirmación de Maduro de que lo de Amuay fue sabotaje, al declarar que  “hubo fallas mecánicas y técnicas, pero no humanas” ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados! 
eddiearamirez@hotmail.com 

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miércoles, 24 de julio de 2013

EDDIE A. RAMÍREZ S., GASOLINA: LAS MENTIRAS

Miente el presidente de Pdvsa  cuando declara que  no importamos  gasolina y que la elaborada en el país es ecológica. En el 2012, según el Informe de Pdvsa, el mercado interno consumió un promedio de 297.000 barriles por día. Es decir, aproximadamente  47 millones de   litros por día. A esta  cifra hay que restarle una cantidad importante que sale de contrabando a Colombia debido a la  diferencia  de precios.
Si nuestras refinerías operaran eficientemente, la demanda interna estaría satisfecha con la oferta nacional, aunque con un margen muy estrecho.  
Lamentablemente, por falta de mantenimiento y malas prácticas operativas, las refinerías de  Amuay, Cardón y El Palito casi semanalmente registran  incendios y explosiones o  fallas que ameritan detener las operaciones.
La situación descrita obliga a Pdvsa a importar grandes cantidades de gasolina elaborada y de componentes de la misma. 
Datos  de la Energy Information Administration señalan que en el 2012 Estados Unidos vendió a Venezuela algo más de 31 millones de barriles de productos derivados de la refinación de crudo, correspondiendo 12.584.000 barriles a gasolina elaborada. Este año, hasta el mes de abril, nos vendieron  once millones trescientos mil barriles de diferentes productos, de los cuales algo más de cuatro millones correspondieron a gasolina.  Si recordamos que cada barril equivale aproximadamente a 159 litros de gasolina, la importación en el 2012 fue de algo más de dos mil millones de litros y en los cuatro primeros meses de este año se importaron 636 millones de litros. Además de diesel y otros productos, Pdvsa también importó en el 2012 algo más de seis millones de  barriles de MTBE   y entre enero y abril de este año dos millones de barriles. Este producto se utiliza  para aumentar el octanaje de la gasolina producida localmente. Está prohibido en los Estados Unidos por ser cancerígeno, por lo que no es cierta la prédica del señor Rafael Ramírez de que nuestra gasolina es “ecológica”.
Con respecto al subsidio de la gasolina se ofrecen cifras que difieren mucho unas de otras. Todo depende si se hacen los cálculos al costo de producción o al costo de oportunidad de exportarla. La estimación de costos se dificulta por la poca transparencia de los datos de Pdvsa y además se desconoce el precio que paga esta empresa por las importaciones. Distinguidos profesionales como Nelson Hernández, Diego González, Ramón Castro , Oliveros, Pedro Luís Rodríguez se han ocupado del tema. En todo caso, el monto de ese subsidio es muy alto. La comparación con otros países indica que los venezolanos  recibimos la gasolina regalada, por lo  que sería  imperativo aumentar su precio.  Sin embargo, no  puede justificarse un aumento  cuando estamos regalando petróleo y dinero a otros países.  Una vez que se suspendan esas dádivas habrá que aumentar gradualmente el  precio.
Como en botica: 
*La Fuerza Armada y la Policía Nacional deben percatarse que sus enemigos son los “colectivos” armados y no quienes integramos la alternativa democrática. 
*Instamos a los venezolanos a conocer el proyecto de Constituyente elaborado por el equipo que coordina Enrique Colmenares, cuyo objetivo es la reconciliación y reconstrucción del país. 
*¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!.
eddiearamirez@hotmail.com


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martes, 5 de marzo de 2013

MILAGROS SOCORRO, LA PENÍNSULA DEL MIEDO

Pero resulta que, tal como publicó en este diario el periodista Andrés Rojas, el Departamento de Energía de Estados Unidos ha presentado cifras según las cuales después de agosto pasado.
El vicepresidente de Refinación de Pdvsa, Asdrúbal Chávez, jura que la empresa no está importando gasolina, "sino sólo alquilatos y MTBE" (metil ter-butil-éter, aditivo para la elaboración de gasolinas sin plomo); e insiste en que las denuncias sobre fallas de sistema en las refinerías de Venezuela son falsas.
Pero resulta que, tal como publicó en este diario el periodista Andrés Rojas, el Departamento de Energía de Estados Unidos ha presentado cifras según las cuales después de agosto pasado, cuando se produjo la explosión en la refinería de Amuay, "se cuadriplicaron los despachos de combustibles a Venezuela: pasaron de un promedio de 27.000 a 108.000 barriles por día, entre otras razones, porque ahora no sólo despacha MTBE, sino también gasolina convencional para vehículos".
Esto significa que, aunque el Gobierno lo niegue, tras la tragedia de Paraguaná, a Pdvsa no le ha quedado más que importar productos refinados terminados, cosa que antes de agosto de 2012 hacía en pequeños volúmenes y ante déficits eventuales.
Ya en marzo de este año, la agencia de noticias Reuters había advertido que la refinería de Amuay estaba trabajando a 57% de su capacidad; y citaba una fuente "que prefirió el anonimato", según la cual "la estatal ha adquirido en el mercado abierto casi todo tipo de productos, incluidos derivados terminados".
Por otra parte, son muchas ­y muy autorizadas­ las voces que coinciden en señalar que la politización de Pdvsa ha redundado en el descuido de sus tradicionales protocolos de operación y, particularmente, de mantenimiento.
El siniestro de Amuay no sólo es el más grave en toda su historia sino que estuvo precedido por una seguidilla de accidentes que configuran un cuadro de lenidad e incompetencia criminal.
La mentira es flagrante. La ligereza con que el propio Presidente enfrentó los hechos es proverbial.
Fresco tiene el país el recuerdo de Chávez llegando el domingo 26 a las inmediaciones de la refinería para declarar: "Algún filósofo dijo, no me acuerdo quién: la función debe continuar". Una cosa de locos, por decir lo menos. Un disparate demencial (y no porque atribuya a un filósofo la conseja, común en el ambiente del espectáculo, que apunta a que, incluso en presencia de problemas e imponderables, el telón debe subir), puesto que en ese mismo momento había montones de cadáveres bajo los escombros y no se sabe cuántas decenas de heridos gimiendo por falta de ayuda coordinada y eficiente. No contento con eso, un día después, el lunes 27, en visita al hospital Rafael Calles Sierra, en cuya morgue se apilaban los cuerpos chamuscados, lo que Chávez tuvo para decir fue: "Se respira un calor patrio". Como no podía pelar la ocasión para subir el monto de los embustes anunció, con toda seriedad, que había un equipo "de psicólogos y psiquiatras disponibles para atender el impacto de las víctimas".
Desde luego, todavía los están esperando.
Transcurrido un semestre, más de la mitad de los afectados no han recibido indemnización de Pdvsa. Muchas viviendas han sido reparadas por sus dueños, con sus manos y a sus expensas; incluso el tráiler que la compañía habilitó para atender a las víctimas desapareció una madrugada sin dejar alternativa.
Y, sin embargo, la protesta es susurrada. No hay comités de víctimas. Los deudos de la familia Delgado Llanos, desaparecida en el siniestro, suplican en solitario una respuesta de las autoridades.
Los pocos propietarios de locales destruidos que se atreven a reclamar ocultan su identidad.
--Hay mucho miedo ­explican­.
La refinería es la única fuente de trabajo en Paraguaná. A quien le tomen una foto en situación de protesta pierde el empleo y las esperanzas de conseguirlo. Y todo el tiempo hay agentes haciendo fotos y grabaciones. Si se sabe que has hecho una crítica, te trancan todo: desde sacar un permiso en la alcaldía hasta un negocito que tengas. Esto se aplica también a las contratistas, que están controladas por el PSUV, que regula quién entra en Pdvsa o tiene tratos con ésta.
Tras mucho buscar quién diera un testimonio con su nombre y apellido, topo con Marcelino Sangroni, campesino devenido chofer. "Me cansé de que me dijeran `vení mañana’ para darme los materiales con que arreglar mi casa dañada por la explosión.
Este bigote blanco no es pa’ que me mamen gallo".
En todo el país hay ese mismo miedo... y esas excepciones de valentía y dignidad.
socorromilagros@gmail.com

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martes, 18 de septiembre de 2012

EDDIE A. RAMIREZ S., AMUAY, LO EVIDENTE

La “justicia revolucionaria” no podrá ocultar las causas de los accidentes en Pdvsa, ni  algunos directivos  podrán eludir  su responsabilidad en la tragedia de Amuay y en otros casos. Son muchas las evidencias  de que en la empresa no se respetan las normas de seguridad. 

El año pasado, Wills Rangel, presidente de la Federación de Trabajadores Petroleros (FUTPV),director de Pdvsa  e identificado  con el oficialismo, declaró:  “Las paradas de planta se han pospuesto por falta de repuestos, de previsión y de planificación. Pdvsa distrajo parte de su personal en lo social y eso retrasó sus operaciones”. Recientemente, con respecto a Amuay, aseveró: “La sirena de alarma fue eliminada porque se activaba mucho. .... A raíz de esto se va a hacer una revisión  para la adquisición de equipos de seguridad adecuados y ser rígidos en el uso de los implementos”. Preguntamos ¿La sirena se activaba por frecuentes escapes de gases o porque funcionaba mal? ¿No había equipos adecuados? 
      

El presidente de Pdvsa, en la Memoria y Cuenta del 2011  reconoció que “las refinerías habían tenido recortes de presupuesto, paradas no programadas y problemas operacionales por desfase de los mantenimientos, retraso en la adquisición de repuestos y escasez de personal especializado”.  Es conocido el  reciente informe  sobre Amuay  y Cardón   elaborado por la empresa RJG Risk Engineering para la reaseguradora QBE y divulgado por los medios,  que  señala innumerables fallas en seguridad, sobre todo por falta de mantenimiento por limitaciones presupuestarias. Dirigentes sindicales como Bodas, Freites, Barrios, Luna y Parica habían alertado sobre las fallas en Pdvsa. 
A pesar de estas evidencias, el teniente coronel, Rafael Ramírez y Jesús Luongo, gerente de la refinería,  insisten en que el mantenimiento era perfecto. 

En relación a la tragedia de Amuay el de Sabaneta declaró que “La verdadera tragedia fue el paro petrolero del 2002, pese a que en ese momento no hubo víctimas”. Para él, la tragedia de Amuay no es importante, felicitó a Ramírez y a Luongo por apagar el incendio en los tanques y declaró que “la función debe continuar”.  

Lo que sucedió tendrá que precisarlo una comisión independiente. Lo cierto es que no estallaron dos esferas de gas como afirmaron Ramírez y Luongo, ni explotaron por sabotaje como no descartó el soldado Eulogio Del Pino. Todo indica que la fuga de gas fue por falla en el sello de una bomba;  no funcionó ni el Plan de Emergencia, ni el de Contingencia.  Los gerentes tuvieron al menos una hora para desalojar a los vecinos, pero no lo hicieron.  El tiempo que duró la fuga será fácil de determinar por especialistas, pero la magnitud indica que no fueron dos moléculas.   ¿Quiénes son los responsables?    
Como en botica: 

1.- Permítanme contarles que el libro de Paulina Gamus, con este título, es una excelente contribución para conocer mejor nuestra política reciente, además es muy ameno. 

2.-Falleció el general Víctor Maldonado Michelena, un gran ciudadano y prestigioso oficial. El 7 de octubre emprenderemos el camino del progreso ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados! 



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lunes, 10 de septiembre de 2012

MERCEDES MONTERO, AMUAY ¡TODOS PERDIMOS!

Accidente en la refinería de Amuay, es el epitafio de la empresa que una vez representara la independencia económica de Venezuela y los venezolanos. PDVSA ha quedado hecha un carro que chirrea con el más mínimo movimiento

El 25 de Agosto de 2012 el pueblo venezolano recibió una bofetada con la noticia de una explosión en la Refinería de Amuay, catalogado como unos de los accidentes de mayor envergadura registrados en la industria petrolera mundial, dejando al desnudo su desprestigio. Con ese accidente no solo se perderían vidas, inmuebles, instalaciones, combustibles, productos, en el Complejo de Refinación de Paraguaná (CRP), y, en las comunidades aledañas a las instalaciones, sino que tanto Venezuela como los venezolanos sufrimos una pérdida incalculable como país y como pueblo, sin importar credo religioso, ideología política, ser ricos, pobres o clase media, universitarios o analfabetas, oficialistas, oposición, Ni-Ni, indecisos, o desinteresados.

¿Por qué perdimos? La respuesta es porque nuestra industria icono, esa que una vez fuera respetada y llegara a ser la segunda empresa petrolera del mundo, la que fuera nuestro orgullo, la que había dado origen a la riqueza que una vez nos había permitido un desarrollo económico diversificado, ha sucumbido ante el ataque del siniestro régimen Castro comunista, que siempre vio en el petróleo de Venezuela una fuente inagotable de riqueza que le permitiera financiar la  expansión de “su revolución” a todo el Hemisferio Occidental y demás aliados antidemocráticos. Se transformó en un parásito que se enquistó en el  gobierno de Chávez un presidente (afortunadamente saliente) que ama mas a la revolución castrista que a su pueblo, y ha mantenido el desangramiento de la economía venezolana, al  que además le ha sumado la codicia de todos sus aliados del ALBA, y estados forajidos.

No solo han sido los regalos de combustible y donaciones de millones de dólares, regalos de todo tipo en calidad y cantidad a todos los oportunistas y sanguijuelas que le hacen carantoñas. Son los empréstitos a China, pagaderos con las ventas de petróleo a futuro y a precios irrisorios; es el endeudamiento con Rusia por la compra de chatarra militar, la concesión de obras a Bielorusia, a Argentina, a Brasil, los cambalaches de petróleo por pantalones y caraotas, etc.

Todo esto por supuesto representó que la planificación de expansiones, el cumplimiento con el mantenimiento programado, el adiestramiento, las normas de seguridad industrial y ambiental, la actualización en equipamiento, en transporte, la inversión en tecnología de todo tipo se dejaran de lado, se retrasaran, no se cumplieran en una industria que es exigente  para poder mantener un nivel competitivo que le permita generar riqueza. La PDVSA de Ramírez perdió “los papeles” como se dice popularmente y con esa pérdida los venezolanos de todos los colores, perdimos la principal fuente de sustento, a la que se suma el destrozo de todas las industrias básicas de Guayana, del medio ambiente, de la industria privada, es decir hemos sido dejados en la calle, en la mayor pobreza y endeudados por generaciones.

Los acólitos del gobierno hablan de sabotaje, el primer mandatario nacional y los funcionarios del gobierno guardan silencio, dejando correr los señalamientos de sus aliados, hay funcionarios dentro de la empresa que parecen haber  olvidado que en los últimos seis años la empresa ha sufrido una hilera de accidentes uno tras otro, que han dejado fallecidos, que demuestran que su  deterioro había ido en crescendo, que estaba endeudada, que las cifras presentadas no cuadraban, esa pésima administración, irresponsabilidad, desidia, olvido de las que fueran la visión, misión, principios y valores de PDVSA por parte de quienes se supone servían a la nación desde tal plataforma es el verdadero sabotaje, y, no solo contra la empresa sino contra el pueblo venezolano, verdadero y único dueño de la riqueza de nuestro subsuelo.

El accidente en la refinería de Amuay, es el epitafio de la empresa que una vez representara  la independencia económica de Venezuela y los venezolanos, quienes vemos en los muertos, los heridos, el destrozo de las comunidades aledañas, las pérdidas asociadas a este desastre, una tragedia que nos afecta a todos en lo más hondo, son las lágrimas  que se unen a las decenas de muertes violentas semanales, de la ausencia de justicia, de la pretensión de  borrar nuestra historia, de no darle importancia a las intenciones de achicar nuestro territorio por parte de quienes ven en nuestro país una tierra arrasada por la cual  las autoridades del país no tienen el más mínimo interés.

Con la explosión en Amuay, no solo murieron varias decenas de falconianos, quedaron destrozadas 1.691 viviendas, sino que PDVSA  ha quedado hecha un carro que chirrea con el más mínimo movimiento, hecha humo por el motor al quemar aceite, tiene las  ruedas desgastadas, adentro está rota, no le funcionan ni el radio, ni los parabrisas y tiene los vidrios mugrientos, llegará un momento en el que se parará y no podrá volver a andar. Ese  día los carroñeros rematarán los hierros  que puedan ser vendidos y al pueblo venezolano lo único que le quedará son recuerdos y miseria.

Con la tragedia en Amuay ¡TODOS los venezolanos perdimos sin distinción alguna!

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martes, 4 de septiembre de 2012

MARIANELLA SALAZAR, UNA TRAGEDIA “ROJA, ROJITA”

El primer responsable de la tragedia en el Centro de Refinación de Paraguaná es Hugo Chávez Frías, por haber despedido en 2002 a 23.000 trabajadores petroleros, altamente calificados, y desmontar la industria, al colocar gente que no la sabe manejar y que fracasaron estrepitosamente al poner en riesgo la seguridad de los trabajadores.
Nuestros mejores gerentes petroleros, en los cuales el Estado invirtió recursos y tiempo en su formación, hoy se encuentran en el exilio o están contratados en grandes transnacionales, en otros países, donde les reconocen su experiencia y calificación.
El gobierno de Chávez ha venido desprofesionalizando todas las instituciones, entre ellas, las empresas básicas y, como desprecia la “meritocracia”, se cargó a los experimentados trabajadores y los condenó prácticamente al desprecio público. El Gobierno estaba claro en que ellos se opondrían no sólo a la incorporación de personal no calificado para manejar la industria de los hidrocarburos, sino a los planes de entrega de la soberanía y de nuestros recursos naturales para financiar un proyecto internacional dirigido y planificado por Fidel Castro.
Desde el año 2003 van 79 accidentes graves en la industria petrolera, debido a la ineptitud e incompetencia del ministro presidente de Pdvsa y de la gerencia “roja, rojita”.Desde enero de este año hasta hoy se han registrado siniestros en varias áreas operativas que han dejado cuantiosas pérdidas materiales y humanas. En los últimos años, analistas y expertos petroleros alertaron que la falta de mantenimiento podría ocasionar una tragedia de la magnitud como la vivida en Amuay, durante el fin de semana.
Pdvsa ha destinado los recursos para el mantenimiento de la industria en la construcción de viviendas, en importar todo lo que se consume en el país y en empresas corruptas como Pdval, además de financiar la campaña electoral del comandante presidente y los proyectos políticos de otros líderes extranjeros que apoyan la revolución bolivariana. Si la estatal petrolera se hubiera concentrado en sus funciones de producción, refinamiento y comercialización, en vez de regalarle la gasolina a Cuba para que la negocien ilegalmente en el mercado internacional, esa tragedia y los otros graves accidentes se habrían evitado.
¡Otra inmoralidad más! Como el Gobierno controla la información, no dice toda la verdad sobre la cantidad de muertos, heridos y desaparecidos en la megatragedia de Azuay; además, oculta que está buscando gasolina para abastecer el mercado nacional.
El ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, garantiza que habrá suministro de combustible, pero no dice que la va a importar con grandes pérdidas para el país. Ante la emergencia, lo mínimo que debería hacer el Gobierno cubano es proporcionarnos la gasolina, que produce con el petróleo que le regalamos y que vamos a necesitar ahora mismo.
Los cargamentos de petróleo con que Pdvsa beneficia a Cuba, Nicaragua y El Salvador supuestamente no se pueden revender, sin embargo, los están revendiendo en destinos prohibidos como los de Europa. Fuentes de inteligencia nos aseguran que los vivarachos que manejan Cubapetrol, Albapetrol y Albanisa venden nuestro petróleo a precios internacionales ­en 100%­, cuando Pdvsa les cobra sólo 50% a noventa días de haberse llevado el cargamento.
El botín lo depositan en cuentas fantasmas. Ni ayudan a sus países necesitados ni lo harán con el pueblo venezolano, que a partir de esta tragedia es cuando va a pasar el trabajo hereje.
msalazar@cantv.net

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sábado, 1 de septiembre de 2012

JUAN CARLOS SOSA AZPÚRUA / AMUAY: ¿Y AHORA QUÉ?

Antes de siquiera pensar en reabrir la refinería de Amuay, es esencial hacer lo siguiente:
1) Contratar a la mejor empresa del mundo en asuntos de investigación, localización y explicación de fallas técnicas en refinerías para que realice un informe exhaustivo de las causas del suceso de Amuay.
2) Dicho informe no solamente hará un estudio que determine las fallas específicas. También deberá hacer un informe detallado del estado en que se encuentra toda la refinería, cada uno de sus elementos constitutivos y operacionales.
3) El informe deberá contener también una lista exhaustiva de cada uno de los pasos que deberán seguirse para corregir todos los problemas existentes, y modernizar cada uno de los procesos y la tecnología de las instalaciones.
4) Se deberá contratar a la mejor empresa del mundo en supervisión y fiscalización de refinerías, para que determine si todos los pasos del punto 3 fueron debidamente tomados y se encuentran en óptimo estado para reactivar las operaciones.
5) Con los informes en mano, y con el país debidamente informado, se deberán determinar las responsabilidades de los funcionarios que sean señalados de acuerdo a los que se deduzca de la investigación.
6) Aparte de los procedimientos legales que deberán activarse para determinar la culpabilidad y las penas aplicables, dichos funcionarios señalados deberán ser removidos de sus cargos e inmediatamente se nombrarán sus sustitutos, teniendo en cuenta exclusivamente sus respectivas experiencias profesionales y capacidades comprobadas para ejercer sus nuevas funciones.
7) Todas las viviendas ubicadas en el perímetro de la refinería deberán se reubicadas en lugares seguros. La zona devastada deberá someterse a una exhaustiva limpieza, eliminando todos los escombros, fumigando apropiadamente y dejando los espacios libres y limpios, únicamente aptos para la siembra de árboles y demás elementos naturales que embellezcan el escenario.
8) Deberán resarcirse todos los daños y perjuicios ocasionados a tercera personas. Para ello, una empresa especializada en estos asuntos, que sea reputada internacionalmente, deberá realizar el trabajo de esclarecimiento de los daños implícitos y los montos apropiados para sus respectivos resarcimientos.
9) Paralelo a todo esto, PDVSA deberá negociar con fuentes seguras y confiables, contratos de suministro constante y garantizado que cubran el desabastecimiento que ocasionará el cierre de Amuay. Para no incurrir en mayores costos o deuda, se sugiere negociar estos contratos con las matrices de algunas de las empresas que actualmente están haciendo negocios con Venezuela.  Con el debido procedimiento legislativo, podrían, a título de ejemplo (porque hay muchas alternativas) exonerar algunos impuestos a dichas empresas a cambio del suministro de gasolina por un tiempo indefinido, hasta que se resuelva el problema de Amuay.
10) Se deberá diseñar un plan de emergencia para abordar seriamente el mantenimiento de todas las instalaciones de PDVSA, incluyendo todas y cada una de sus refinerías, en estado crítico actualmente.
11) Se tendrá necesariamente que cancelar las deudas existentes con los proveedores de bienes y servicios a PDVSA. Estos proveedores son esenciales para el flujo de tecnología moderna y procesos de entrenamiento actualizados. Se deberá eliminar las relaciones comerciales con proveedores poco confiables y desconocidos, y activar las mismas con quienes tengan reputación impecable y generen confianza por seguir fielmente los estándares exigidos por la Industria petrolera internacional.
12) Todas las instalaciones de PDVSA necesariamente deberán ser sometidas a una auditoría imparcial que permita saber dónde se cumplen y dónde no se cumplen los estándares internacionales y obligatorios aplicables a la Industria petrolera internacional.
Nota final:
Estos son algunos de los puntos esenciales que considero debe implementarse inmediatamente. Bajo ninguna circunstancia las operaciones deben reactivarse, menos cuando las motivaciones para hacerlo no responden a razones técnicas sino políticas.
Aquí hay muchas vidas en juego. Ya se han perdido demasiadas personas, dejando a familias enteras en el más profundo y duradero de los dolores. Es tiempo de hacer una reflexión muy profunda, poner de lado las pasiones humanas, los intereses subalternos y los dimes y diretes; y hacer las cosas bien.
El trauma que hemos sufrido en estos días jamás se olvidará. Solamente un reconocimiento honesto del problema puede llevar a la solución del mismo. Si el problema se niega, éste jamás se comprenderá y mucho menos se podrá resolver. 
El primer paso para lograr una respuesta asertiva, consiste en reconocer la existencia del problema y actuar en consecuencia. Haciendo las cosas bien hechas, a lo mejor esta terrible tragedia de Amuay podrá servir para lograr algo de sabiduría y caminar en adelante con paso más firme y más seguro.
Esto es lo que todos los venezolanos de buena voluntad estamos esperando y exigimos.
venezuelafenix@gmail.com
venezuelavetada@gmail.com
@jcsosazpurua

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miércoles, 29 de agosto de 2012

ROBERTO GIUSTI , AMUAY, LA FUNCIÓN DEBE CONCLUIR

Una tragedia que se hubiera podido evitar, pareciera la terrible premonición del fin de una época
Que la función deba continuar, así como así, como si no hubiera pasado nada, siguiendo la frase de Molière, sobre decenas de muertos y un país conmovido por la tragedia, no sólo resulta un acto de suprema irresponsabilidad sino de total carencia de compasión y de sentido de la justicia. No, esta función, que es farsa y tragedia a la vez, ya ha durado demasiado tiempo y el costo que hemos pagado los venezolanos por asistir a ella, bien sea como espectadores pasivos o como víctimas propiciatorias, supera los límites de la más tolerante de las sociedades.
Para nada se puede seguir aceptando el chantaje de la no "politización" de catástrofes como la ocurrida en Amuay, ni esperar investigaciones que nunca llegan a nada o argumentos baladíes ("es mentira que olía a gas"), para tapar las verdaderas causas que atentan contra un país en vías de disolución por la incapacidad de una clase dominante cuyo único objetivo es mantenerse en el poder a toda costa.
Los accidentes pasan en cualquier parte del mundo y a veces forman parte de los imponderables, pero la ocurrencia sistemática y permanente de este tipo de hechos, a lo largo del tiempo, en pequeña escala y prácticamente en todas las instalaciones petroleras del país, así como los informes de los entendidos, según los cuales no se han estado desarrollando los planes de mantenimiento y mejoramiento tecnológico, dan cuenta de la inercia y la incapacidad criminales a la hora de manejar una actividad tan compleja como esa.
Cuando los gobernantes asumen tareas para las cuales no están capacitados y anteponen a las capacidades y el conocimiento, la politiquería, el clientelismo y la ignorancia, uno se explica el fiasco de los fundos estatizados e improductivos, la paralización de las industrias confiscadas, la construcción de viviendas sin desarrollo previo de planes urbanísticos, el fracaso de las escuelas bolivarianas, la crisis productiva y accidentes de trabajo en las empresas básicas , la mortandad de las cárceles, la destrucción progresiva de la infraestructura, los derrames petroleros y, ahora, el atroz siniestro de Amuay.
Pero no sólo se trata de una concepción equivocada que antepone los objetivos de dominación total a cualquier otro tipo de consideración, a la peor manera estalinista. Para nada porque ni siquiera son capaces de copiar bien la copia cubana del sistema impuesto por el déspota georgiano. El problema es que no pueden, ni saben ni quieren hacer obra. Y la estulticia como estrategia tiene sus límites. No por casualidad los de los soviéticos en el poder coincidieron con el estallido de Chernóbil. Amuay, una tragedia que se hubiera podido evitar y se evitó en otros tiempos, pareciera la terrible premonición del fin de una época.
ragiusti@eluniversal.com

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ANALÍTICA PREMIUM, EDITORIAL, AMUAY: UNA TRAGEDIA QUE NUNCA DEBIÓ OCURRIR

El país unido, sin distingo de colores, debe exigir que la seguridad de nuestra industria petrolera esté a la altura de las mejores refinerías del mundo y que accidentes como el que ocurrió en Amuay puedan ser evitados
La tragedia de Amuay que enluta al pueblo venezolano es un hecho lamentable desde todo punto de vista. Esas explosiones en la que fue durante muchos años una de las refinerías más grandes del mundo deben ser objeto de una profunda y desapasionada reflexión nacional.
Las causas  de este tipo de accidentes no son producto de circunstancias naturales. Aquí no ha habido ni un tsunami, ni un terremoto que pudieran haber ocasionado accidentes imprevisibles. En este tipo de instalaciones de alta volatilidad, se dispone de protocolos de seguridad que son normas internacionales y además existe un resguardo permanente del acceso de personal no autorizado y capacitado dentro del perímetro del complejo refinador.
Las primeras impresiones tras los comentarios hechos a la prensa por los habitantes de la zona parecieran confirmar la crónica de un mal anunciado en el que los pobladores habrían percibido y olido algo semejante, pero a mayor escala de una fuga de gas. Si esa fue la causa principal de la explosión deberá ser objeto de un análisis responsable e imparcial porque ya el daño lamentablemente ocurrió y lo que hay que impedir a toda costa es que se vuelvan a producir circunstancias similares que enluten a más familias venezolanas.
El país unido, sin distingo de colores, debe exigir que la seguridad de nuestra industria petrolera esté a la altura de las mejores refinerías del mundo y que accidentes como el que ocurrió en Amuay puedan ser evitados.
No queremos terminar estas notas sin antes expresar nuestras palabras de sentidas condolencias a las familias  de todos aquellos que  lamentablemente perecieron y la exigencia de que los heridos de gravedad sean atendidos ya sea en Venezuela como en otros lugares del mundo en los que se les pueda garantizar la mejor recuperación posible a sus graves lesiones.
Esta es una hora en que los venezolanos unidos debemos brindarles a todas las víctimas de este des astre nuestra más absoluta solidaridad.
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LUIS MANUEL AGUANA, AMUAY

Es imposible ser venezolano y al mismo tiempo ser indiferente ante lo sucedido en la Refinería de Amuay, llamado ahora Complejo Refinador Paraguaná. Nos duele lo que sucedió, mucho más allá de las vidas que se perdieron miserable e injustificadamente. No es más que la crónica de una muerte anunciada por los petroleros al llegar debajo de su nivel mínimo tolerable el profesionalismo necesario para manejar una empresa de ese tamaño bajo los estándares técnicos de seguridad y eficiencia necesarios que hicieron de PDVSA una empresa petrolera de clase mundial.

Nos dolió como venezolanos que El Saliente botara con un pito a todos los gerentes que sabían conducir ese negocio. Nos dolió como venezolanos que El Saliente botara más de 20.000 personas que garantizaban que esa empresa, la gallina de los huevos de oro de este país, pusiera eficientemente esos huevos para el alimento de todos los venezolanos. No, El Saliente tenía que acabar con eso.

A El Saliente, de personalidad fuertemente resentida tal vez por sus años de privaciones en Barinas, le desagradaba la meritocracia y la tecnocracia, no solo la de PDVSA sino la de toda la administración del Estado. Los venezolanos no somos culpables de sus privaciones pero nos las ha cobrado una a una. Es por eso que una personalidad como la suya no puede ver gente educada y honorable sin sentirse disminuido. No podía tolerar que gente de nivel no se le arrodillara y le dijera en su cara que el negocio petrolero es para gente capaz.

Y vino el Paro Cívico del 2002 que fue seguido por los petroleros. No podía tolerar que personas capaces defendieran un régimen de vida basado en el conocimiento y el mérito. Y los boto a todos sin parar en mientes que esa gente que alegremente despachó eran los responsables de una PDVSA sin explosiones y sin muertos, con una producción de petróleo sostenida y sin accidentes. Pero para él eso no fue importante. Lo importante era que cualquiera que estuviera allí obedeciera sus designios, como en una barraca cuartelera.

Diez años pasan rápido y destruir es mucho más fácil que construir. Conocer el negocio petrolero no es tan fácil como disfrazar a alguien con una franela roja que le diga que “todo está bien Micomadantepresidente”. El Saliente y sus sigüises se apoderaron de la gallina de los huevos de oro venezolana y la fueron descuartizando poco a poco hasta que ayer les explotó en la cara en Amuay. Decir como lo afirma el sigúí Rafael Ramirez que la refinería operará en dos días luego de declarar la zona segura es una bofetada a la inteligencia del venezolano. Así será lo que sabrá este payaso que el dueño del circo no lo ha botado todavía.

Lo sucedido en la Refinería de Amuay no es solo un crimen en contra de aquellos que murieron lamentablemente allí. Es un crimen en contra del país. Una cosa es dejar por desidia y corrupción que una carretera se llene de huecos porque te robaste el dinero y las competencias de los Estados y otra muy diferente es dejar por desidia que una refinería “se llene de huecos” porque le quitaste el dinero para operar y mantenerse. En el primer caso lo que pasaría es que la gente no pasaría por la carretera, como está pasando en Cúpira, pero en el segundo caso las refinerías no son tan pacientes como las carreteras. Ellas explotan llevándose vidas por delante conjuntamente con la producción de derivados del petróleo. Vaya diferencia, ¿verdad?

Esperar que una industria como la petrolera funcione luego de despedir a la gente que sabe operarla y dedicar sus recursos a hacer fiesta, robártelo y regalárselo a los países que te viven cual compañero de juerga rico, es completamente insano. Nadie en su sano juicio haría eso. Pero El Saliente está llevando a cabo una destrucción deliberada y sistemática de nuestra principal industria. De allí a regalársela a los chinos está a solo un paso, culpando a la oposición de que tuvo que hacerlo porque la “sabotearon”. ¡Infeliz!

No tengo palabras para describir la impotencia e indignación que se siente ver como esta gente está destruyendo lo que este país le costó décadas construir. El retroceso es monstruoso. No saben trabajar, no saben hacer, son corruptos, todo lo que tocan lo destruyen. ¡No tienen el más mínimo resquicio de vergüenza de decir que Venezuela ha avanzado! ¿Avanzado adonde? ¿Al mar de la felicidad cubano? La infraestructura del país en ruinas y El Saliente cual Nerón viendo a Roma ardiendo, tocando y cantando.

A los venezolanos no nos queda otra alternativa pacífica que los votos del 7 de Octubre para detener esta destrucción. Es inmoral ver a Venezolana de Televisión-VTV y al sistema nacional de medios del gobierno satanizar a quienes afirmamos abiertamente que esos muertos de Amuay tienen un solo responsable y que estaba en Cuba cuando esa tragedia sucedió. La naturaleza le jugó una mala pasada con el huracán y no pudo salir de la isla a tiempo para presentarse en el sitio de la destrucción. Estaba allí para probar la plataforma tecnológica que Tibisay Lucena iba a poner el día de hoy y ver los resultados con los hermanos Castro a través del cable submarino, en estreno mundial, de un simulacro torcido aceptado por la oposición política. De eso hablaremos muy pronto.

Hemos retrocedido en petróleo, ni siquiera a los tiempos de las concesiones, sino a una época anterior. Nunca se había visto eso en el país. Nunca los trabajadores petroleros habían sentido pánico real de trabajar dentro de las instalaciones de una compañía petrolera en Venezuela. Nunca se había llegado antes a tal estado de extremo abandono de la infraestructura de petróleo.

La destrucción del mayor complejo refinador del mundo es uno de los legados más tristes y lamentables que nos dejará el régimen de El Saliente. ¡Como nos enorgulleció tener en nuestro país la mayor y mejor gerenciada Refinería del mundo! Y Hugo Chávez Frías, el Presidente Saliente, nos la destruyó…No permitamos que así como destruyó la Refinería que fue orgullo de los venezolanos, destruya nuestras vidas y la de nuestras próximas generaciones y siga desmantelando lo poco que aún queda en pié. Démosle el 7 de Octubre el parao que corresponde.  De nosotros depende que haya un camino…

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

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lunes, 27 de agosto de 2012

OSWALDO ÁLVAREZ PAZ, AMUAY, SELLO DEFINITIVO, DESDE EL PUENTE

La tragedia de Paraguaná marcará para siempre el recuerdo de los venezolanos hacia Hugo Chávez Frías. 
Sobre su conciencia pesará, por lo que le resta de vida, la magnitud de una tragedia perfectamente evitable. Decenas de vidas perdidas miserablemente. 
Centenares de heridos que no sabemos las condiciones posteriores a su recuperación. Igualmente centenarias las perdidas materiales en viviendas, negocios e inmuebles variados fuera de las instalaciones de la refinería. A todo esto hay que agregar el trauma psicológico por la explosión y el temor por la inseguridad frente al futuro inmediato.
A los efectos de valorar la tragedia, debemos abandonar los criterios tradicionales con los que se justifica la destrucción material de la República. Carreteras intransitables, puentes que se caen como barajitas, fallas graves de energía eléctrica y de agua potable, inseguridad de las personas y de los bienes, alza desmesurada del costo de una vida cuya calidad ya es infame, falta de empleos estables y bien remunerados, deterioro de la planta física educacional y de salud, sectarismo excluyente hasta para con los damnificados cuya pasividad es asombrosa, matazones diarias en las cárceles y paremos de contar. Aquí hay algo peor que un mal gobierno. 
No se trata sólo de zánganos incompetentes, cómodos e irresponsables, ladronzazos y traficantes. Esto va mucho más allá, así el alto gobierno pretenda restar importancia al suceso y presentarlo como “cosas que pasan”, algo “normal” en este tipo de actividades.
Se presume que todo el complejo refinador de Paraguaná y en todas las actividades de la industria petrolera y petroquímica, trabaja gente seria, competente, que tuvo tiempo de prepararse después del genocidio laboral cometido entre 2002 y 2003. 
Más de veinte mil compatriotas de primera perdieron trabajo, prestaciones, viviendas ganando desolación e incertidumbre por razones estrictamente políticas. 
En PDVSA ha sucedido lo mismo que en el mundo militar y en las empresas básicas de Guayana. Se cambio la meritocracia por la lealtad perruna. Allí está una de las consecuencias más graves y dolorosas.
No se trata de su accidente, de un imprevisto. Se trata de un delito criminal, perfectamente previsible, que reclama responsabilidades concretas. Se lo debemos a los deudos y a la nación entera.
oalvarezpaz@gmail.com 

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