BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
Mostrando entradas con la etiqueta PATOLOGIA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta PATOLOGIA. Mostrar todas las entradas

jueves, 19 de septiembre de 2013

EDISON CHIRINOS, FORTALEZA Y VIRTUD PARA RESTAURAR LAS CRISIS INSTITUCIONALES.

Permítanme comenzar el presente artículo con la siguiente reflexión: 

“El hombre por su condición humana, espiritual y ética está dotado de una dignidad intrínseca. La dignidad constituye un valor de validez universal y es patrimonio común y general de todos y cada uno de los seres humanos. La dignidad del hombre es inalienable e intangible se trata de un valor espiritual y moral inherente a la condición humana  en todas sus dimensiones: religiosa, ontológica, ética y social. El ser humano como persona, y ciudadano, es un sujeto moral que posee una dignidad absoluta y debe ser tratado con el debido respeto”.

Visto el  contenido filosófico de la citada reflexión y algunos  descubrimientos que han realizado personas dedicadas a las ciencias como  el doctor CARL GUSTAV JUNG, en la Universidad de Princeton, relacionado con la conducta humana tomando como referencia la de actores sociales que registra la historia y que este ilustre Maestro lo ejemplifica con el perfil del sanguinario lobo ADOLFO HITLER, quien Padecía una de estas Anomalías llamada PSEUDOLOGIA PHANTASTICA, conocida en términos más domésticos como un MENTIROSO PATOLOGICO, arte que convirtió a este orate rápidamente al llegar al poder en un engañador de oficio, lo que se  conoce  en la actualidad  como un  “DEMAGOGO COMPULSIVO”. Este criminal de guerra era el típico idealista. 

Surge la pregunta ¿Qué es un DEMAGOGO COMPULSIVO? Es el sujeto enamorado de proyectos faraónicos como obras de fácil realización, como tomarse un vaso de agua, este sujeto es un enamorado de sus propias ideas a sabiendas que son UTOPIAS, es un apasionado de la mentira locuaz, es un enfermo patológico, él más que nadie sabe que es un rufián, que es un apasionado por llegar al poder y mantenerse en él a toda costa para darle rienda suelta a sus sentimiento libidinosos y macabros y disfrutar de las mieles del poder como lo que es, como un orate, la historia nos muestra los ejemplos tales como el de NERON, en el Imperio Romano, ADOLFO HITLER, en la Alemania Nacis, IDI AMIN DADA, en UGANDA, el carnicero KADAFI, en LIBIA, sujetos que con su conducta sembraron el pánico en las Naciones que desgobernaron, la actitud de estos criminales y de otros DANTES han marcado ICONOS y FRONTERA entre el bien y el mal, sin embargo, a pesar de esta realidad histórica de quienes han conjugado con el mal no han tenido la oportunidad de disfrutar de las riquezas  mal habida, estos ejemplos no han sido suficiente para que en la órbita terrestre sigan apareciendo MESIAS, que desafíen postulados sagrados del BIEN y se ubican en la infraestructura de los pecados Capitales del, mal para lograr sus objetivos macabros.

  En nuestro país ha comenzado a parecer algunos  indicadores que evidencian que no estamos en el carril del Postulado del  BIEN, se ha venido pisoteando la moral pública, el bien común y la buena fe de una sociedad con la ocurrencia de hechos que ponen en tela de juicio a los  ciudadanos que ocupan cargos públicos, como lo acontecido en el país durante los últimos catorce años, similar a una razia destructiva y sistemática de la economía, de las finanzas públicas, de los servicios públicos, de la Industria Petrolera, las Empresas Básicas, la reserva en oro no está en Banco Central, se desaparecieron por arte de magia, la instauración de una Monumental Corrupción y una deuda pública atorrante. Como se observa esta ha sido la obra maestra de un grupo de vividores de oficio que están en el poder público, y ante tales ocurrencias todo permanece apacible y las instituciones que tiene el  Estado para controlarlo y mantener el orden público no actúan y los  infractores  campean libres como potentados BURGUESES, a pesar que los hechos citados son delitos contra la cosa pública, los mismos no prescriben.

         El Estado es una organización compleja que está estructurado en  tres elementos esenciales como son: Población, Territorio y Orden Jurídico, este  esquema constituye la infraestructura operativa que le permite al ESTADO, la  consecución de sus fines y objetivos de Interés Nacional. Para ello el ESTADO, cuenta con las Instituciones fundamentales, que deberían operar autonómicamente e independiente, por lo menos en el papel, tal como está previsto en la Constitución, esquema  que permitiría el  ejercicio de las atribuciones de los Funcionarios Públicos, las cuales están determinadas en la Constitución y las Leyes y que debe cumplir taxativamente los Funcionarios Públicos designados en la titularidad de cada Institución, con la finalidad de mantener el orden público y la seguridad ciudadana, ya que por el ejercicio de tales cargos devenga elevadísimos sueldos que pagamos los ciudadanos contribuyentes con nuestros impuestos.

      El esquema operativo citado en reiteradas oportunidades se ha visto afectado por Crisis Institucionales, Surge la PREGUNTA ¿Qué son las crisis Institucionales? Son enfermedades que afectan a las Instituciones Republicanas del Estado. Estas crisis son peligrosas por poner en peligro las garantías y derechos Constitucionales de los ciudadanos. Ante tales ocurrencias, los indicadores comienzan a encenderse cuando las Instituciones empiezan a dar muestra que no son eficientes para solucionar los Objetivos de Interés Colectivo que dieron origen a su creación, generalmente  por incapacidad de los funcionarios designados para sus gestiones o estar estos implicados en hechos dolosos, tal como sucedió con el Magistrado APONTE, APONTE ELADIO todo un sicario revolucionario puesto en el cargo indicado para que cumpliera los mandatos del Dante, según “confesión” de este mismo esbirro. Estos hechos quedan grabados en la conciencia del pueblo venezolano y en los anales de  la historia del país. Lo que nos permite inferir la máxima que afirma: “NO SOLO EXISTE LA HISTORIA DEL ARTE; SI NO TAMBIEN EL ARTE DE LA HISTORIA”.

     Tales Manifestaciones permiten pronosticar lo inminente del colapso de la Institución afectada. Dando paso en este orden de prelación al  desorden y el caos, bochinche, bochinche y más bochinche que se ha impuesto en el país, y por consiguiente,  tragándose la competencia de las Instituciones citadas, dando paso de esta manera, a la inseguridad, la criminalidad, la impunidad, la atorrantes corrupción, el homicidio por encargo,  la delincuencia organizada, el tiro por la culata, la puñalada trapera hechos y acciones que constituyen  la agenda que  imponen las nuevas  organizaciones gansteriles, dirigida por PRANES convirtiéndose  el orden público en caos en el bochinche y más bochinche y en  la enfermedad de las Instituciones del  Estado. 

    La situación planteada emplaza a los Funcionarios Públicos que han venido gestionando el Poder Público y en particular los niveles de decisión al asumir las tareas de la transformación de las Instituciones Públicas para que estas sean unas Instituciones con apresto y capacidad para cumplir con sus  Atribuciones. Y, no seguir en la excusa criminal del círculo vicioso de la Crisis Institucional, y condenando de inmediato a los instrumentos legales tales como ocurre en el ámbito criminal, que los partes de guerra dice el funcionario competente,  son consecuencia  del  “Código Orgánico Procesal Penal, como sujeto activo de la perpetración de los partes de guerra que informan la morgue semanalmente y en este orden de ideas  sale el funcionario esbirro a informar para  tratar de lavarse la cara  que los resultados dantesco de criminalidad es culpa del Código ORGANICO PROCESAL PENAL, que hay que fusilarlo en el paredón”.

       En este orden de ideas, la situación planteada permite formular la siguiente pregunta ¿Son posibles estas transformaciones en un Gobierno Militarista, Demagogo y Ramplón? La historia en este continente muestra que los Militares Profesionales son formados para la Gerencia en el Arte Militar, es decir, para administrar los Conflictos Bélicos y la Guerra, y han sido poco exitosos en lo relativo a la Gerencia de los Conflictos Sociales en el ámbito de las Sociedades Civiles Democráticas. Por estas razones al asumir estos JEFES,  VERDE OLIVA, el poder lo primero que hacen es denunciar y retirarse de las Organizaciones e Instituciones Internacionales que vigilan, administran y controlan el respeto de las garantías de los derechos humanos. Tal como lo hizo el lomo plateado de cuba y otros gorilas lomos plateados de este continente.  

     Lo Planteado permite inferir de manera generalizada, que existen dos Gerencias que son en su contenido y en las praxis antagónicas. La primera la militar, caracterizada por el ejercicio del Poder Público de manera vertical y jerarquizada, es decir, administrar la Sociedad con el garrote vil en la mano, el machete para atender y solucionar los conflictos sociales de manera civilizada, negociada con tanques y cañones echándole gas del bueno, a la población como en SIRIA,  estos funcionarios son los auténticos JEFES, es decir los caporales en la administración pública del siglo XXI.  Caracterizados  por gestionar el poder público con  el abuso y el  Desvió,  estos caporales no entienden que la autoridad de la cual están investido no es una patente de corso para pisotear los derechos y garantías Constitucionales de los ciudadanos, estos Gorilas no entienden la discrecionalidad tiene límites que están establecidos en la Constitución para evitar que en el orden vertical y horizontal se imponga la voluntad del esbirro envenenado, quienes al asumir los Cargos Públicos se olvidan que el respeto al derecho ajeno es la Paz.


         EL Gerente Civil (líder) se caracteriza por ser un negociador que utiliza el diálogo como herramienta para resolver conflictos, la negociación, la integración, la unidad, el desarrollo y la estabilidad y sobre todo propicia la paz y el bien común.  Además, señala la historia y quien no revisa la historia tiene que repetirla, con especial atención que no es posible aplicar transformaciones impuestas desde afuera o esquemas foráneos, porque esto implicaría la eliminación de la Soberanía y, por consiguiente, la democracia y la implementación de una autocracia. Los cambios sólo han sido posible en democracia, producto del ingenio de los pueblos, donde las personas que Gerencia y Gestionan las instituciones Públicas pueden auto reformarlas por mandato y pedimentos del pueblo. No por mandato de Gorilas extranjeros o por títeres manipulados por gorilas extranjeros.

   Sin  embargo, en la actualidad en el País han venido aflorando las Crisis Institucionales, que han impactado en la conciencia de la sociedad y comienza a surgir un sentimiento de frustración, que se ha venido generalizando, y la solución que se plantea establece un contraste antagónico entre la realidad y sus posibles soluciones. Fórmula que se plantea el liderazgo Político y lo que se materializa en la práctica, que a pesar de lo que se dice, se decide, se decreta y se legisla, no pasa nada y todo sigue igual, golpeando al ciudadano, a la sociedad con paquetazos y paquetazos económicos en Crisis, Caos, bochinche y más bochinche. De esta manera la sociedad sigue observando como el País sigue siendo conducido al paso redoblado, encaminado su porvenir a un futuro incierto, en el horizonte se asoma el hambre y el desconcierto social, la devastación de la República, indicadores  peligrosos.

         En la actualidad estamos en un punto de no retorno que se ha prolongado en el tiempo y espacio por la mitigación de la crisis  económica y social sustentada en los ingresos petroleros. Entre tanto,  las instituciones Públicas encargadas de atender la crisis conflictual  siguen sumidas en su letargo institucional, mostrando que no sirven y no servirán en un futuro, a sabiendas los Funcionarios Públicos que las tutelan, que tienen la responsabilidad de reformarlas a pesar de que la capacidad que han mostrado hasta el presente los muestran timoratos, indecisos, temerosos como focas y lo más grave, incapaces de emprender una cruzada con ese objetivo para adecuar esas Instituciones a los nuevos retos, a sabiendas los mismos, que esta omisión, son tierra fértil a la violación de los derechos Humanos.

Los  derechos humanos  que deben ser garantizados por el Estado y por los Funcionarios Públicos a quienes les pagan sus sueldos con los impuestos que pagan los contribuyentes.

    Ante esta realidad DANTESCA, y las omisiones del funcionario esbirro es importante recordarles al mismo que, el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional  está vigente y que Venezuela es firmante del mismo. Los problemas colectivos que aquejan a las Sociedades no puede resolverse bajo falsas promesas de Mesías y hombres improvisados que patrocinan en sus campañas electorales promesas de desarrollos y proyectos Faraónicos y al conquistar el Poder accionan sus planes personales financiados con dineros Públicos que están previstos para atender las calamidades Públicas de la Sociedad que gobiernan.

  Estos gobernantes en la implementación de estos planes, traspasan las barreras de lo justo y lo legal y se ubican en terrenos del Oscurantismo, creando con los mismos  la infraestructura Maquiavélica que dan al traste con el estado de derecho, la Paz Pública y Ciudadana, dándole paso de esta manera a la  anarquía y a la muerte de las Instituciones de los Estados.

    Ante la realidad citada el PALADIN DE AMERICA  el Libertador, Simón José de la Santísima  Trinidad Bolívar  en el discurso de angostura (15) de febrero de 1819. Nos dejo esta máxima: “Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un ciudadano en el poder. El pueblo se acostumbra a obedecer y él se acostumbra a mandar fuente donde se origina la usurpación y la tiranía. Un justo celo es la garantía de la libertad Republicana; y nuestros ciudadanos deben temer con sobrada justicia que el mismo Magistrado que los ha mandado mucho tiempo, los mande perpetuamente”.
   
   Este escrito se formuló fundamentado en la resolución de las Naciones Unidas relativa a la Declaración de los Derechos Humanos de fecha 10 de diciembre de 1948, la cual determina en su artículo Nº 19: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión, este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de ser investigado y el de no ser privado de recibir informaciones y opiniones y de difundirla sin límites de frontera por cualquier medio de expresión”.  (Subraya  Nuestro)

ESTE ESCRITO SE FORMULA EN HONOR DE LOS PRESOS POLITICOS Y EN PARTICULAR EL COMISARIO IVAN SOVONOVIS, QUE SOLITARIOS CRUZAN EL MAR CONFUNDIDO CON EL CIELO.

edison2015@hotmail.com

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

miércoles, 3 de abril de 2013

CARLOS PAGNI, CUANDO EL PODER SE VUELVE UNA PATOLOGIA, FUENTE TABANO INFORMA,

La Nación - 01-Abr-13 - Opinión



http://www.lanacion.com.ar/1568487-cuando-el-poder-se-vuelve-una-patologia

Síndrome de hibris
Cuando el poder se vuelve una patología

por Carlos Pagni

¿Hay una enfermedad del poder? ¿Puede el ejercicio del mando, por sí mismo, trastornar la conducta?

En la antigua Grecia se creía que la vida de cada ser humano tiene una dosis de felicidad y de tristeza, de éxito y de fracaso, asignada por los dioses. La pretensión de modificar esa ración recibía el nombre de hibris . Significaba desmesura y era vista como un desborde de la condición humana que lleva a desafiar a la divinidad.

En la actualidad, la palabra hibris es traducida como soberbia o infatuación. Los psiquiatras identifican ese trastorno en quienes ejercen posiciones relevantes de poder. Y buscan la colaboración de neurólogos y cientistas políticos para diagnosticarlo y calibrar sus efectos sobre la vida pública.

Entre los trabajos fundacionales de este campo de investigación está el artículo de David Owen y Jonathan Davidson publicado en 2009 en el número 132 de la revista "Brain. Journal of Neurology", con el título "Síndrome de hibris : ¿un desorden de personalidad adquirido? Un estudio de los presidentes de Estados Unidos y los primeros ministros del Reino Unido a lo largo de los últimos 100 años".

El texto de Owen y Davidson enriquece una larga serie de estudios sobre las determinaciones psicológicas del liderazgo, a la que pertenecen los trabajos de Sigmund Freud, Jerrold Post y Malcolm Gladwell, que hoy llama la atención con su libro Blink, the power of thinking without think.

El artículo de Brain se enfoca en los líderes a los que el poder se les ha ido a la cabeza. El tema ha sido tratado por la literatura desde el Génesis y la Ilíada. La virtud de Owen y Davidson es describir la hibris con precisión, identificando sus características y discriminándola de alteraciones similares.

Owen es un destacado político británico que ocupa una banca en la Cámara de los Lores. Antes de ingresar a la carrera política ejerció la medicina como neurólogo y psiquiatra.

El psiquiatra Davidson es especialista en ansiedad y estrés en la Duke University.

Ambos sostienen la tesis, anticipada por Owen en su libro Hubris Syndrome, de que la hibris es el lado oscuro del liderazgo. Los grandes jefes suelen tener carisma, encanto, habilidad para inspirar a otros, capacidad de persuasión, disposición para tomar riesgos, grandeza de aspiraciones y confianza en sí mismos. Pero Owen y Davidson observan que suelen estar signados por la impetuosidad, el rechazo a oír consejos, una forma de incompetencia derivada de la impulsividad, dificultad para evaluar las consecuencias de los propios actos y un desdén por los detalles propio de quienes se creen infalibles.

Muchos reducen estas debilidades a una simple tendencia a cometer errores. Pero para estos científicos están unidas por un mismo hilo, la hibris , entendida como excesiva confianza en sí mismo, orgullo exagerado, desdén por los demás. La hibris tiene rasgos en común con el narcisismo, pero es una manifestación más aguda, que incluye el abuso de poder y la posibilidad de dañar la vida de otros.

Para Owen y Davidson constituye un síndrome. Es decir, "un conjunto de síntomas evocados por un disparador específico: el poder". Esos síntomas a menudo se retiran cuando se ha perdido el poder. A diferencia de otros desarreglos, la hibris es adquirida. Muchas veces se desencadena "a partir de un éxito extraordinario, que se sostiene por algunos años y da lugar a un liderazgo casi irrestricto". Puede ser pasajera o persistente.

En los dictadores es una desviación caricaturesca. Owen y Davidson recuerdan que Ian Kershaw, el biógrafo de Hitler, tituló su primer volumen (1889-1936) Hibris.

Los autores advierten que es más probable que una conducta hibrística se convierta en síndrome de hibris después de un gran triunfo electoral. Y que se desarrolle ante una guerra o un desastre financiero.

Según Owen y Davidson, los líderes que son víctimas de hibris presentan 14 características: 1) ven el mundo como un lugar de autoglorificación a través del ejercicio del poder; 2) tienen una tendencia a emprender acciones que exaltan la propia personalidad; 3) muestran una preocupación desproporcionada por la imagen y la manera de presentarse; 4) exhiben un celo mesiánico y exaltado en el discurso; 5) identifican su propio yo con la nación o la organización que conducen; 6) en su oratoria utilizan el plural mayestático "nosotros"; 7) muestran una excesiva confianza en sí mismos; 8) desprecian a los otros; 9) presumen que sólo pueden ser juzgados por Dios o por la historia; 10) exhiben una fe inconmovible en que serán reivindicados en ambos tribunales; 11) pierden el contacto con la realidad; 12) recurren a acciones inquietantes, impulsivas e imprudentes; 13) se otorgan licencias morales para superar cuestiones de practicidad, costo o resultado, y 14) descuidan los detalles, lo que los vuelve incompetentes en la ejecución política.

Al comentar el libro de Owen, Hubris Syndrome, Robert Skidelsky, el gran biógrafo de Keynes, le reprocha haber olvidado otra peculiaridad: la creencia en que son indispensables.

Los autores aclaran que se basaron en las biografías de presidentes y primeros ministros porque sobre ellos existen más fuentes. Pero el síndrome de hibris puede aparecer en otras categorías de líderes.

Al analizar los desequilibrios de los jefes de gobierno, Owen y Davidson aclaran que, en algunos casos, los rasgos de hibris podrían estar vinculados con otra patología. El presidente Theodore Roosevelt (1901-1909), por ejemplo, sufría un desorden bipolar. Su biógrafo Henry Pringle consigna que fue grandioso, exaltado, logorreico y por demás entusiasta. Pero a veces mostraba una moderada depresión.

El historiador Bert Park muestra a Woodrow Wilson (1913-1921) como un hombre defensivo, indiscreto en sus críticas a otros, petulante, intransigente y paranoico. Dice que Wilson se había autosantificado, mostraba una certidumbre extrema en sus visiones y rigidez en sus pensamientos.

Franklin D. Roosevelt (1933-1945) tuvo, según los autores, un cuadro de hibris en su lucha por reorganizar el Poder Judicial. Citan al asesor Raymond Moley: "[Roosevelt] desarrolló un especial método para reafirmarse en sus preconceptos. Se cerró a opiniones libres y consejos. Sufrió una especie de intoxicación mental".

Owen y Davidson citan a uno de los consejeros de John F. Kennedy (1961-1963), Richard Goodwin, quien describe a su jefe en un rapto de hibris durante el fiasco de Bahía de Cochinos: "(.) Tuvo una gran arrogancia; la no reconocida, la inconfesable creencia en que podría comprender, y aun predecir, el elusivo, a menudo sorprendente, siempre conjetural curso del cambio histórico".

El artículo consigna que Richard Nixon (1969-1974) comenzó a actuar con rasgos de hibris en la campaña electoral de 1972, cuando advirtió que sería reelecto. "Nunca lo olvide, la prensa es el enemigo. El establishment es el enemigo. Los profesores son los enemigos", le dijo a Henry Kissinger.

Owen y Davidson citan el film Frost/Nixon, en el que aparece esta descripción del ex presidente: "Esquilo y sus contemporáneos creían que los dioses regateaban el éxito de los hombres y que enviarían una maldición de hibris a los que se sintieran a la altura de sus poderes, una enfermedad que les traería el derrumbe. En estos días damos menos crédito a los dioses. Preferimos llamar a esto autodestrucción".

George W. Bush (2001-2009) desarrolló el síndrome de hibris cuando declaró la guerra a Irak. Los autores lo recuerdan hablando desde el portaaviones Abraham Lincoln, con la leyenda Misión Cumplida a sus espaldas. Diez días después, el embajador británico en Irak informaba a Tony Blair que estaban envueltos en una guerra "sin liderazgo, sin estrategia, sin coordinación".

Owen y Davidson comienzan su análisis de los primeros ministros británicos con David Lloyd George (1916-1922), quien mostró síntomas de hibris después de ganar las elecciones de 1918, lo que llevó a su amigo lord Beaverbrook a escribir: "Los griegos nos hablaron de un hombre que estaba en una posición elevada y que era confiado en sí mismo, exitoso, superpoderoso. Entonces sus virtudes se transformaron en defectos porque cometió el crimen de la arrogancia". Su admirador lord Morgan habló de "los peligros del cesarismo".

Los autores creen que Margaret Thatcher sólo fue arrogante a partir de 1988, sobre todo frente a la unificación alemana, que ella vio como un potencial IV Reich.

Para ellos, el caso más nítido de hibris es el de Tony Blair, quien llevó a Bill Clinton a decir: "Tony está consumiendo mucha adrenalina en sus cereales". El artículo destaca la presentación de Blair ante la convención del Partido Laborista, después del ataque a las Torres Gemelas: "Parecía un coloso político, mitad césar, mitad mesías".

Owen y Davidson extraen algunos corolarios políticos de su estudio. Sostienen que "debido a que un líder intoxicado por el poder puede tener efectos devastadores sobre mucha gente, es necesario crear un clima de opinión tal que los líderes estén conminados a rendir cuentas más estrictas de sus actos". Y agregan: "Como las expectativas cambian, los líderes deben sentir una mayor obligación a aceptar las restricciones de la democracia, como es el período presidencial de ocho años de Estados Unidos".

Los autores aconsejan que médicos y psiquiatras colaboren en diseñar leyes y procedimientos para acotar el daño de la hibris.

La lección de Owen y Davidson tiene un valor universal. Sin embargo, en sistemas políticos como el argentino, signados por el desequilibrio de poder, el culto a la personalidad y un presidencialismo caudillesco, quizá sus advertencias sean todavía más inquietantes.


Este es un reenvío de un mensaje de "Tábano Informa"
Para subscribirse envíe un mensaje a: tabano_informa-subscribe@gruposyahoo.com.ar

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

jueves, 8 de marzo de 2012

LUIS ALBERTO ROMERO: EL NACIONALISMO PATOLOGICO (DESDE ARGENTINA)

Tábano Informa

La Nación - 07-Mar-12 - Opinión

http://www.lanacion.com.ar/1454354-el-nacionalismo-patologico

Los peligros de postular una matriz nacional única y excluyente
El nacionalismo patológico

por Luis Alberto Romero

Nuestro país padece de un nacionalismo patológico, instalado en el sentido común de sus habitantes. Un sentimiento que gobierna sus juicios y sus prejuicios. Que combina soberbia con paranoia y demanda la unidad del pueblo detrás de su gobernante -quienquiera que sea- contra el enemigo y sus agentes, que frecuentemente son otros argentinos.

No siempre fue así. En el siglo XIX la nación argentina -como otras en su tiempo- se construyó impulsada por un nacionalismo constructivo e integrador, que convocó a todos los hombres del mundo, sin distinciones, dispuestos a vivir bajo su Constitución. Pero luego -aquí y en el mundo- el nacionalismo fue atrapado por la idea de la unidad de la nación, y la existencia de un elemento común y homogeneizador, esencial y eterno, que empezó a ser conocido como "ser nacional". Curiosamente, se lo invocó con éxito en una sociedad de inmigrantes, heterogénea y plural.

El nacionalismo agregó un matiz interesante a nuestra cultura. El criollismo -muy cultivado por los inmigrantes- valoró la música y las danzas del país; se descubrió el mérito del Martín Fierro ; se reflexionó sobre las diferencias entre la lengua argentina y la castellana, y sobre otras muchas cosas. Fueron debates ricos e iluminadores, en los que sin embargo anidaba una serpiente: la voluntad de encontrar una matriz nacional única y distintiva y declarar que lo que no coincidía con ella debía ser desechado y enviado al rincón del cosmopolitismo o la extranjería.

En el fondo, se trataba de una puja política: quién era el que imponía su definición de nacionalidad. En ella ingresaron actores de más peso que los literatos y artistas, que le dieron al nacionalismo una proyección militante y agresiva. La Iglesia, luchando contra la modernidad y el liberalismo, afirmó que la Argentina era esencialmente católica. El Ejército, en pleno ciclo ascendente, se proclamó defensor de una nacionalidad arraigada en el territorio cuyas fronteras defendía. El peronismo se proclamó la expresión total de la nación y de su pueblo.

La combinación de estas tradiciones nacionalistas nos legó un par de compuestos ideológicos duros y poderosos. Primero el nacional catolicismo de la espada y la cruz, cuyas consecuencias padecimos hasta el fin de la última dictadura. Luego, el peronismo integró el nacionalismo con el populismo. No necesita mucha caracterización: escuchamos su voz a diario en las tribunas oficiales.

El nacionalismo tiene muchas caras pero un núcleo esencial, que es político antes que ideológico: hay alguien que se arroga el poder de definir la Nación sagrada, y consecuentemente el poder de condenar a los otros, a quienes califica de antipatriotas o, peor aún, apátridas. Esta palabra, común durante la última dictadura, ha vuelto a circular, y en boca de personajes conspicuos. En 1983 pareció que la Argentina democrática y republicana tomaba distancia de ese nacionalismo malsano. Hoy queda poco de aquel resurgimiento pluralista; el nacionalismo esencial se impone y hasta encajona a sus mismos críticos.

Estoy convencido de que debemos tomar distancia de todo lo que hoy evoca este nacionalismo. La misma palabra, de origen noble, me parece ya irrecuperable, manchada por las connotaciones que le han agregado el chauvinismo, el integrismo católico, el militarismo y, sobre todo, el populismo. Pero necesitamos denominar de alguna manera el sentimiento que, desligado de toda esa herencia perniciosa, une a quienes vivimos en el país, porque nacimos aquí, o vinimos, o decidimos quedarnos. Necesitamos una palabra más adecuada para expresar dignamente esa cohesión espiritual que forma parte de la existencia de una comunidad nacional.

Tenemos disponible la palabra patriotismo. No está exenta de antecedentes cuestionables. Basta pensar en la Liga Patriótica de 1919 o en cierto uso que hoy se insinúa. Pero a la vez está llena de resonancias muy adecuadas para la nación que algunos queremos construir, y para los combates que debemos librar. Evoca la república romana, la virtud del ciudadano y la dignidad del servicio público, el cursus honorum , antes de que los procónsules se sintieran autorizados a "hacer una diferencia". También evoca los primeros tiempos del país argentino que se hacía de a poco, cuando la patria no era un ente abstracto que exigía sacrificios insensatos y justificaba acciones aberrantes, sino un terruño, el lugar de donde era cada uno y de dónde eran los padres. Podemos verlo como un término a la vez austero, cálido e inofensivo, adecuado para fundamentar el sentimiento de pertenencia a la comunidad nacional.

Quienes queremos una Argentina democrática, plural y convivial, fundada en la ley, deberíamos trabajar sobre esa palabra y adecuarla a una sociedad como la nuestra, donde los hijos del terruño no son tantos y donde las patrias, en su sentido literal, son muchas y lejanas, porque la mayoría de nuestros ancestros llegaron y se quedaron, y otros muchos argentinos están llegando ahora mismo, desde China o desde Perú. Los argentinos somos diversos, y eso es bueno. Tenemos distintas costumbres, creencias, tradiciones, lenguas, credos religiosos e ideas políticas. No pretendamos homogeneizarlas, sino encontrar un modo civilizado de convivencia, que haga de la diferencia una virtud.

Entre tantas diferencias, hay algo que los argentinos tenemos en común, de modo categórico: un acuerdo para vivir bajo una misma ley. Un contrato político. Su base es la Constitución, sancionada en 1853 y ratificada recientemente. Ella establece derechos y deberes, y una reciprocidad. Los derechos deben ser reconocidos y cuidados por las autoridades. Los deberes deben ser cumplidos por los ciudadanos. Establece también un régimen republicano, federal y democrático; las tres cosas juntas y en armonía. Sobre ese contrato político se fundó el Estado, al que le hemos asignado la tarea de construir y defender el interés general.

Aquí el patriotismo comienza a jugar un papel importante. El Estado debe ser gobernado patrióticamente. No es fácil: hay que pensar en la virtud y resistir las tentaciones del poder, y hay que adecuar los principios a las cambiantes circunstancias, sin que la táctica lleve a dejar de lado la estrategia.

Los gobernantes patriotas tienen que articular los distintos intereses particulares con vistas al interés general. No pueden en cambio expoliar al Estado en beneficio propio o de los amigos, como es común hoy. Los gobernantes patriotas deben mantener el equilibrio entre los distintos poderes y atender especialmente a las instituciones destinadas a controlarlos. Los gobernantes patriotas deben salvaguardar los derechos de los habitantes, como por ejemplo el de transitar libremente, sin morir en la contienda.

En suma, el amor a la patria que algunos postulamos no es un sentimiento ciego y absoluto, ni tampoco una declamación. Debe fundarse sobre el Estado de Derecho y el acuerdo deliberado de los ciudadanos. Mira al pasado y al futuro, pues la patria es a la vez un legado y una tarea. Cada uno de nosotros recibimos la patria que construyeron nuestros antecesores. Nuestra tarea es mejorarla y no simplemente perpetuarla; mucho menos, someternos a supuestos mandatos. Para eso tenemos que conocer su historia, con sentido crítico. Tenemos que tomar distancia de los mitos sobre el pasado, que suelen encubrir propósitos políticos nefastos. Tenemos que reconocer que su formación resultó de un proceso contradictorio y zigzagueante, sin grandes héroes ni grandes villanos.

En una patria de ciudadanos, cada nueva generación elige el camino y construye el futuro. Ernest Renan lo dijo en una bella frase: "La nación es un plebiscito cotidiano". Día a día, en lo grande y en lo chico, cuando votamos o cuando cruzamos una esquina, estamos eligiendo la nación que queremos construir.

Hoy nos enfrentamos con una nación con el rostro desfigurado por el nacionalismo patológico. Pero podemos tener una nación mucho mejor. El patriotismo sólo no alcanza, pero ciertamente es indispensable.

Este es un reenvío de un mensaje de "Tábano Informa"
Para subscribirse envíe un mensaje a: tabano_informa-subscribe@gruposyahoo.com.ar

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA