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LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
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domingo, 31 de agosto de 2014

PEDRO CORZO, EL TERROR COMO INSTRUMENTO DE CONTROL

El terror como instrumento de control, intimidación y manipulación es un recurso usado por extremistas de toda clase, en particular políticos o religiosos,  desde tiempos inmemoriales.

Por otra parte han sido muchas las  minorías étnicas y políticas que han recurrido a la violencia más descarnada para lograr sus propósitos. También la delincuencia común usa el terror como arma de presión para lograr sus fines.

El terror ha estado presente en toda la historia de la humanidad. El atentado a la vida inocente o ajena,  salvo que sea catastrófico, cuenta con la casi indiferencia de aquellos que no han sido afectados por el desastre.

La muerte del prójimo debería ser menos ajena porque los medios de información permiten visualizarla, pero paradójicamente, la muerte de Abel o de Caín, nunca había calado  menos en un número importante de representantes de la especie humana.

Por ejemplo la guerra civil Siria, cada día preocupa menos, el terrorismo de los extremistas islámicos de ISIS y los asesinatos en masa contra iraquíes de otras confesiones religiosas, es un crimen de baja exposición si se compara con el histórico conflicto israelí-palestino, que tiene un gran despliegue internacional, porque más allá del lamentable desastre humano que implica, es un instrumento útil para los enemigos de Israel.

Los perjuicios de la práctica terrorista se han incrementado con el desarrollo de las tecnologías de destrucción masiva  y por la presencia en casi todas las sociedades nacionales de inadaptados que asocian su trascendencia con la destrucción del vecino y sus bienes.

El suicida del pasado reciente se ha ido transformado en el suicida-homicida  de la modernidad, un individuo de poca humanidad, sin visión de futuro y de una crueldad que solo pueden vislumbrar sus víctimas.

Una gran parte de las organizaciones terroristas contemporáneas  están inspiradas en conceptos religiosos o simplemente son usadas por estas facciones como pretexto para imponer el modelo político que proponen, dictaduras extrema que en vez de sostenerse en una ideología, lo hacen en una religión.

Estos individuos recurren a la religión para encubrir sus propósitos. Su verdadera intención es el control político y la supuesta difusión de sus creencias religiosas solo tienen el objetivo de promover e imponer  estados fundamentalistas en los que la vida este circunscritas a las valoraciones de los iluminados de turno.

Tal afirmación no implica que el terrorismo político haya desaparecido de la escena mundial, lo que sucede es que el proceso de Globalización hace muy difícil la presencia  en estado puro de cualquier expresión pública por nefasta que esta sea.

Hay terrorismo político en Colombia,  pero contaminado por la droga, el terrorismo checheno y palestino fueron quizás en sus orígenes de carácter político-nacionalista  pero en la actualidad  ambos  están penetrados por un supuesto integrismo musulmán,  condición que se afirma con la vocación suicida de sus ejecutores.

El terrorismo suicida es particularmente peligroso. El suicida-homicida  tiene un mínimo de autoestima. Es de suponer que los terroristas suicidas son grandes egoístas, individuos con un profundo temor a enfrentar los retos de la vida y unos enajenados que acortan una meta a la que la mayoría de los mortales no queremos llegar.

Un operativo suicida no tiene que poseer una inteligencia notable ni talentos especiales, solo una fe absoluta que la destrucción de su enemigo le deparara la victoria.

Evidentemente la vocación suicida de los terroristas puede estar influenciada por las miserables condiciones de vida en la que nacieron y crecieron muchos de sus ejecutores, pero el factor determinante para la inmolación como vía de redención está en su conciencia, porque los que encuentren en la muerte propia y en la de los demás, una vía para resolver las diferencia e impulsar concepciones religiosas, políticas o filosóficas, tienen más de desquiciados que de justicieros.

Tampoco hay que creer que todos los terroristas que escogen la vía del suicidio para perpetrar sus actos criminales son retrasados mentales o torpes fanáticos que compran el mito del edén de la leche y la  miel.

Los hay  cultos, técnicamente capacitados y con sensibilidad para cualquier perspectiva humana que no interrumpa su sueño holocaustico de un nuevo mundo redimido en el asesinato colectivo.

Esos son los líderes del terror, los inspiradores, los programadores de la muerte,  que también están dispuestos a sucumbir en aras de una oscura intolerancia que habrá de generar nuevos suicidas, porque el mundo que prometen no sería viable para los que tienen la libertad y la dignidad consustanciada a su existencia.

El terrorismo no es básicamente un problema de educación o de miseria económica, sin que están sean excluidas absolutamente, es fundamentalmente consecuencia de la crueldad extrema de sus promotores,  sustentada en una ambición desmedidas de poder.

Pedro Corzo
pedroc1943@msn.com
@PedroCorzo43

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lunes, 13 de mayo de 2013

RAFAEL MUCI-MENDOZA, ELOGIO DEL ACOSO Y EL BULLYNG

La Asamblea Nacional representa a los electores, legisla para hacer leyes y controla las acciones del gobierno; pero ¿es eso lo que tenemos…? 
La nuestra ha devenido en un híbrido de sobria aula universitaria y prostíbulo del arrabal. 
Coexisten personas maduras, empáticas y educadas en el respeto, la convivencia y los valores, compenetrados con su rol de servidores al país y sus ciudadanos, con otras muy inmaduras, mal educadas, provenientes de familias permisivas y hasta disfuncionales, donde el irrespeto y el abuso hacia las demás personas fue la regla; donde su caudillo máximo, con una sonrisa socarrona, les expuso alguna vez al escarnio público por su incompetencia o banalidad.  

Es así como surge este término inglés, BULLYNG,  que denota una forma de maltrato escolar, acoso, hostigamiento, matonaje psicológico, abuso físico o verbal; una variante de tortura en la que el agresor hace patente sus limitaciones, carencias, frustraciones y vacío espiritual, y ante la indiferencia o complicidad de otros, trata de someter a las víctimas induciendo el miedo.
Esconde la cobardía del que sin su patota, fuerza de la manada embrutecida y grotesca, se sabe nada ni nadie, hecho que se patentiza en su pedorrea verbal y su trato basto. Esta es la historia contemporánea de Venezuela y el pugilato entre los prohombres que tienden al desarrollo del país, y el desecho que tira hacia la porqueriza y a la republiqueta bananera.
No, no son los habitantes del barrio humilde quienes ¨saben mover los puños¨, quienes saben cómo se maneja un ¨hierro¨, quienes medran cerca de la comisión y el peculado, quienes han regalado la soberanía...
Los barrios están cundidos de gentes de bien, hechas para el trabajo y no la dádiva, deseosos de progreso, salud y educación para ellos y sus familias…
rafael@muci.com; rafaelmuci@gmail.com

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domingo, 22 de enero de 2012

ZENAIR BRITO CABALLERO: VENEZUELA REQUIERE UN GOBIERNO QUE GARANTICE LA PAZ CIUDADANA

¿Qué sentido tiene seguir entonces derramando la sangre de inocentes venezolanos por un proyecto socialista-comunista fracasado y demencial?
Los venezolanos tenemos un derecho que no se puede cuestionar y es el de gozar de una vida tranquila sin la necesidad diaria de administrar bien los miedos, los temores y la violencia. Debemos adoptar el compromiso y el desafío de impulsar estrategias novedosas que nos permitan el ejercicio pleno de una Venezuela en paz y tolerante, en la que podamos salir a caminar por las noches, avanzar y crecer para tener un país habitable, amistoso y siempre sonriente que nos permita soñar sin pesadillas.
Iniciamos este año con una unidad dialogada entre los partidos de la oposición y los independientes para escoger el candidato único de las primarias, negociada entre todos los miembros de la Mesa de la Unidad Nacional, donde el dialogo directo y franco fue el común denominador. Después de algún tiempo de experiencias fallidas, se encontró el camino de la lógica y del sentido común, entre varios bandos siempre antagónicos que en esta oportunidad mostraron madurez y muchas ganas de hacer bien la tarea.
Además, ello ha permitido una paz política sólida que les ha permitido a los precandidatos una amplia capacidad para sacar adelante los proyectos e iniciativas  que han presentado ante los medios de comunicación y en sus recorridos por ciudades y pueblos venezolanos con relativa facilidad.
Sin embargo, el desempleo, el trabajo digno, la pobreza y la desigualdad, están mostrando que todavía, estamos lejos de conseguir el equilibrio necesario para tener una verdadera paz social. Hoy, nos falta la parte más importante para completar la torta: la solución a la violencia, a la delincuencia y a la corrupción.
No ha habido una verdadera política anti delictiva y anticorrupción que haga disminuir el alto costo en víctimas y recursos, ni alcanzado la verdadera paz que se traduce en el sacrificio diario de las prioridades sociales y nos ubica en los últimos lugares de los países violentos en el mundo, donde la cultura de la muerte y de la insensibilidad nos estigmatizan como “un país de violencia y de alta inflación”.
¡Pero pienso amigos lectores, que es tiempo de cambiar! Después de  trece años de gobierno donde resaltan los asesinatos y la violencia, ya estamos saturados de la sangre derramada en nuestros pueblos y ciudades en una violencia absurda, inútil y sin sentido donde la delincuencia está masacrando y destruyendo al pueblo. Estos politiqueros rojos-rojitos, vendedores de ilusiones y fantasías solo dejan como saldo un mensaje de frustración enorme cargado de pobreza y de miseria.
Todos tenemos el compromiso de aportar más que granos de arena para acabar con esta lluvia de balas, cerrando heridas y sepultando rencores. ¡No es una misión imposible! ¡Ya basta, no más violencia! Llegó el momento de coleccionar esfuerzos en la búsqueda de una paz duradera, digna y civilizada.
Nuestros hijos, nuestros nietos y las nuevas generaciones exigen de nosotros la oportunidad de vivir en paz, en un Estado de Derecho lleno de esperanzas y en una sociedad democrática libre de violencia, delincuencia y corrupción ¡La prioridad es la paz y la unidad es la salida!
Deberíamos hacer el ejercicio de visualización creativa  ¿cómo sería vivir en nuestro país en paz, libre de tristezas y reconciliado con el  optimismo?. Estoy segura que sería un sueño maravilloso y reparador. ¡El momento de ser feliz, es ahora! El país necesita concentrarse en lograr que el buen manejo y crecimiento de nuestra economía se refleje en la reducción de los índices de pobreza, miseria, desempleo y desigualdad y no solo en defenderse de las supuestas amenazas del imperio yanqui.
Los insurgentes saben muy bien que la democracia, con sus virtudes y defectos, termina por imponerse. Esperamos de los violentos un “adiós a las armas y a la intimidación”. ¿Qué sentido tiene seguir entonces derramando la sangre de inocentes venezolanos por un proyecto socialista-comunista fracasado y demencial? ¿Cree usted que eso vale la pena?

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lunes, 28 de marzo de 2011

PAZ INTERNACIONAL Y DERECHOS HUMANOS. VÍCTOR RODRIGUEZ CEDEÑO

Ante la preocupante "adevertencia"  de Chavez que de ocurrir en el pais algo similar a lo que está pasando en Libia respondería de manera similar a como lo está haciendo Gadafi, conviene reiterar algunas reflexiones.

En primer lugar, debe estar claro que hubo un acuerdo internacional general de respaldo a la población civil libia, a sus derechos y a su integridad física;  y, una firme condena al régimen de Gadafi, por las atrocidades cometidas por sus fuerzas armadas, las milicias especialmente creadas para ello y los mercenarios contratados para “acabar” con la población civil, como lo habrían dicho algunos de sus dirigentes.

Si bien hubo un acuerdo general de la comunidad internacional en favor de una actuación del Consejo de Seguridad, incluso, de la aplicación de las medidas previstas en el Capítulo VII de la Carta, que suponen el uso de la fuerza, el régimen venezolano, junto al cubano y otros pocos, insiste en defender y justificar los crimenes del dictador libio y en acusar irresponsablemente al Consejo y a los occidentales “imperialistas” de actuar en Libia para invadirla, desintegrarla y apoderarse de su riqueza petrolera, desconociendo deliberadamnente que el Consejo, en su resolucion 1973, reafirma “su firme compromiso con la soberanía, la independencia, la integridad territorial y la unidad nacional de Libia.”

En segundo lugar que, distintamente a otras situaciones examinadas antes, el Consejo de Seguridad, el órgano que tiene “la responsabilidad primordial de mantener la paz y la seguridad internacionales” actuó antes de que la “situación” se convirtiese en un conflicto armado interno, en defensa de los derechos humanos y de las libertades fundamentales de la población. En efecto, el Consejo y la comunidad internacional, así como otros órganos internacionales, actuaron en clara defensa de la población civil que protestaba legítima y pacificamente para exigir cambios políticos que, en todos los casos, se traducían en la exigencia del respeto de sus derechos fundamentales y de las libertades, subrayándose, incluso, “la necesidad de respetar las libertades de reunión pacífica y de expresión, incluida la libertad de los medios de comunicación.”

Al inicio de la “situación” la preocupación de la comunidad internacional no se refería de manera estricta al surgimiento de un conflicto armado interno que pudiere signficar la ruptura de la paz y la seguridad inetrnacionales o una amenza a éstas. La preocupación se centraba en la protección de los ciudadanos libios que manifestaban pacífica y legitimamente y que eran objeto de ataques desmesurados, de tal gravedad que, como lo dice el mismo Consejo y mas tarde el Fiscal de la Corte Penal Internacional, podían constituir crímenes de lesa humanidad.

En la resolución 1970 el Consejo de Seguridad deplora  “la grave y sistemática violación de los derechos humanos incluida la represión de manisfestantes pacíficos, expresando  profunda preocupación  por la muerte de civiles...” Igualmente importante, el rechazo expreso a “la incitación a la hostilidad y la violencia contra la población civil formulada desde el más alto nivel del gobierno libio .”  

Llamar a la violencia, a pulverizar al enemigo, a buscarlo en cada casa, a freir sus cabezas como han dicho algunos, es absolutamente condenable y no solamente cuando se trata del Jefe del Estado o de sus Ministros, sino de periodistas y otros que recurren a los medios para incitar a la violencia.

Otro cuestion a retener es la remisión de la “situación” a la Corte Penal Internacional por considerar que tales atrocidades podían significar crímenes de lesa humanidad. De nuevo el Consejo recurre a la facultad que le otorga el Estatuto de Roma, para que la CPI pueda ejercer su jurisdicción, en relación con crímenes realizados en el territorio de un Estado no parte. Antes ya lo había hecho en el caso de Bashir, Presidente de Sudán, desde 1993, hoy prófugo de la justicia internacional sobre cuya orden de captura por la Corte Chávez habría dicho en el 2009 que era "un adefesio jurídico y un atropello politico no sólo para Sudán si no para todos los pueblos del tecer mundo."

A fin de cuentas, la responsabilidad penal individual de Gadafi, de sus minitros, militares, de los miembros de sus milicias armadas creadas para reprimir y los mercenarios llamados para acabar con la población civil, será establecida en su momento. Dentro, si las condiciones lo permiten una vez superada la crisis; o fuera, en la Corte Penal Internacional. Otra referencia a considerar por los regímenes con serias tendencias represivas.

Esta vez la protesta pacífica y la represión precedieron a la ruptura de la paz internacional o de una amenaza a ésta, incluso a un conflicto armado interno. La relación entre paz y seguridad internacional y derechos humanos, democracia y libertades fundamentales sale fortalecida en estas resoluciones que son, en definitiva, la expresión de los valores la comunidad internacional en su conjunto.

victor rodriguez cedeño
vitoco98@hotmail.com
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lunes, 13 de septiembre de 2010

LAS IRREGULARIDADES DURANTE LOS PROCEDIMIENTOS ADMINISTRATIVOS QUE INICIA EL INTI SE HAN CONVERTIDO EN LA REGLA EN VEZ DE LA EXCEPCION

LUISA BENAVIDES, TAL CUAL

Las fincas expropiadas siguen sin arrojar resultados. Las actuaciones del INTI incumplen con los parámetros de la ley. A los dueños de tierras expropiadas se les viola el derecho a la defensa y no se cumplen los reglamentos. Luego de los procedimientos, las tierras son entregadas a cooperativas que no las trabajan

La declaratoria de tierras baldías cuando las fincas se encuentran plenamente productivas y la exigencia de documentos irrisorios como los títulos de desprendimiento de la Nación se ha convertido en el dolor de cabeza de los productores afectados.

Domingo Giu, director de Fedenaga, señaló que el Ministerio de Agricultura y Tierras, mediante el INTI, ha actuado con mucho desorden en las actuaciones de intervención de tierras además

que desconoce títulos de propiedad que fueron legitimados hace más de 100 años.

"Con la exigencia del título de desprendimiento de la nación, ningún productor ha podido comprobar la propiedad sobre sus fincas porque es prácticamente imposible", expresó el ganadero.

Pero aunque el instituto agrario exige esta clase de papeles para validar la legitimidad de la propiedad, hay otros que continuamente rechaza como los certificados de finca productiva, por lo que el afectado se encuentra entre la espada y la pared al limitársele sus recursos de defensa.

COMIENZA EL ATROPELLO

Cipriano Heredia, dueño del hato El Zamuro, en Portuguesa, es uno de los miles de productores afectados por las extralimitaciones cometidas por el INTI.

El productor narró que aunque el hato llegó a ser un modelo de alta producción en la entidad, el INTI abrió en el 2005 un procedimiento administrativo donde declaró al fundo ocioso a pesar de la ganadería extensiva que se practicaba en el lugar.

Con una extensión de 5.890 hectáreas, que estaban ocupadas por cuatro familias, los potreros albergaban 3.400 reses. Pero luego del procedimiento, donde tampoco se reconoció la cadena titulativa que databa de 1834, a la familia Heredia sólo se les permitió ocupar 854 hectáreas pero con carácter de "ocupantes", al igual que al resto de las tres familias que sólo les dejaron alrededor de 260 hectáreas a cada una.

El resto de las 3.400 hectáreas fueron repartidas entre cooperativas y fundos zamoranos que descontinuaron las actividades de ganadería y que tampoco pueden ejercer la siembra debido a que el tipo de suelo del hato El Zamuro es de tipo VII.

Heredia explicó que el procedimiento estuvo lleno de vicios debido a que para iniciar un proceso de rescate de tierras, se necesita de una sustentación de un expediente para que la parte afectada tenga derecho a la defensa. En su caso, este expediente nunca se abrió por lo que la Oficina Regional de INTI en Portuguesa impidió que la contraparte expusiera sus alegatos.

"Es una contradicción del INTI y del Tribunal Agrario que conoció la causa decir que hay ociosidad de tierras cuando se presentó un certificado de vacunas por más de 3 mil cabezas de ganado. También nos exigieron una Cédula Real para comprobar el desprendimiento de la Nación sobre las tierras, esto es absurdo", indicó el afectado.

El productor recordó que la actual Ley de Tierras remite a una Ley de 1936 que impulsó el gobierno de López de Contreras (que a su vez tiene sus orígenes en 1848) y exige que para tener reconocimiento de título de propiedad sobre las tierras privadas, los dueños deben poseer documentos previos a esa fecha que comprueben la posesión ininterrumpida por más de 20 años.

"En el caso del hato El Zamuro cumplimos con esa reglamentación y mostramos documentación que data de 1834, es decir, 14 años más de lo que exige la Ley", informó Heredia.

PROCEDIMIENTO SOBRE PROCEDIMIENTO

Los dueños del hato El Zamuro recibieron la sorpresa de que en septiembre de 2009, el INTI levantó un nuevo acto administrativo de rescate sobre las 854 hectáreas, es decir, un rescate sobre rescate.

Pero en esa oportunidad, sí se abrió un expediente, por lo que la familia Heredia tuvo la oportunidad de presentar toda la documentación que les permitió conservar estos terrenos que ya el INTI pretendía despojar definitivamente.

"En el segundo rescate, el nuevo presidente del INTI Regional abrió un procedimiento adecuado como debieron hacerlo desde el principio y pude hacer oposición administrativa a la medida de rescate. Además pedí la nulidad contra la medida cautelar de aseguramiento contra las tierras por lo que frenamos el procedimiento", señaló Cipriano Heredia.

De las 3.400 reses, actualmente el hato El Zamuro sólo tiene 300 animales. Los actuales ocupantes sólo tienen en los terrenos 2 cochinos, 3 gallinas y una vaca, por lo que la época dorada de producción de esta unidad de producción ya es cosa del pasado debido a los atropellos gubernamentales.

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sábado, 25 de octubre de 2008

*FERNANDO MIRES ESCRIBIÓ: LA INTIMIDACIÓN


*FERNANDO MIRES ESCRIBIÓ: LA INTIMIDACIÓN

El sábado 18 de octubre del 2008 fui detenido en el aeropuerto internacional de Caracas por un grupo de la guardia nacional venezolana en el corredor que conducía hacia la puerta del avión Lufthansa número 535 con destino a Frankfurt.

En ese lugar fui sometido a un largo interrogatorio mientras la tripulación del avión esperaba con impaciencia que dicho procedimiento llegara a su fin. Ya dentro del avión –donde la gente me miraba como si yo fuese otro Antonini- comencé a hacerme la pregunta que no quisieron contestarme los interrogadores. ¿Por qué a mí? ¿Por qué precisamente a mí? ¿Parezco acaso traficante de drogas? ¿O drogadicto? Mas bien parezco –creo, y así me lo han dicho- lo que soy: un profesor jubilado de algo ya lento andar. ¿Por qué a mí entonces? ¿Porqué precisamente a mí? Todavía no logro encontrar respuesta a esa pregunta.

En la gran mayoría de los países donde se respetan los derechos humanos, ciertos pasajeros son interpelados por la policía (nunca por miembros de un ejército) a partir de indicios basados en determinadas informaciones. Pero, yo que ni siquiera -lo digo casi con ingenua vergüenza- ha probado en una ya no corta vida un solo pito de marihuana, o que no ha mascado una hoja de coca por razones medicinales, como algunos adictos aconsejan, ¿por qué a mí entonces?

Después de que el avión emprendió el vuelo recorrí los pasillos mirando, esta vez yo, a los pasajeros. De verdad, había entre ellos más de algún sospechoso de consumir algo raro. Pero todos pasaron el corredor sin problema. Entre los más sospechosos de consumir no solo coca cola, había un grupo de europeos que en estado alucinado coreaban ¡jafez! ¡jafez! Palabra que en español significa Chávez. Ya los había visto al entrar al aeropuerto chanceando con miembros de la guardia nacional quiénes reían junto con ellos. Probablemente venían de uno de esos encuentros multitudinarios que cada cierto tiempo organiza el gobierno, siempre tan dadivoso. Yo, en cambio, viajaba solitario e invitado por ningún gobierno a pronunciar un discurso como ocasión del aniversario de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Caracas.

Cierto es que yo no soy un simpatizante del gobierno de Chávez; y es mi derecho personal no serlo. Además, no encuentro –por más que quiera- ningún motivo para serlo. Pero tampoco soy un simpatizante de Bush y teniendo la visa en orden, he entrado y he salido de los EE UU cuantas veces he querido. Entonces ¿por qué a mí? ¿Por qué precisamente a mí?

La verdad es que esta vez yo no tenía muchos deseos de viajar a Caracas. La expulsión del embajador de los EE UU -nación que financia el extraño "socialismo del siglo XXl" con sus compras de petróleo y con sus ventas de alimentos- más la expulsión del defensor chileno de los derechos humanos, el señor José Miguel Vivanco, no hacían presagiar buenos augurios para hacer visitas a Venezuela. Al fin decidí viajar por dos razones: La primera, porque mis queridos amigos de la UCV querían tenerme junto con ellos y de que yo hablara en el acto de aniversario. La segunda: porque ellos me pidieron explícitamente no hablar de política contingente. Y me atuve al acuerdo. Hice un discurso sobre el tema de "la libertad" basado en el pensamiento de Platón, San Pablo, San Agustín y Hannah Arendt, discurso que será impreso por la Facultad. Nada de lo que hablé tenía que ver con la situación política venezolana. Entonces ¿por qué a mí? ¿Por qué precisamente a mí?

Estuve, cierto, a punto de suspender mi visita a Venezuela como resultado de las denuncias de magnicidios lanzadas desde la presidencia destinadas seguramente a crear un clima de hipertensión pública. Pensé que la situación podía volverse complicada y yo no tenía ningún deseo de líos inútiles; además, las autoridades estaban involucrando a honorables personas, incluso ancianos, y por si fuera poco, hasta un muerto. Pero mis amigos pronto me calmaron. Las informaciones- según me dijeron- eran absolutamente falsas- y provenían de un periódico dedicado a la pornografía política llamado La Hojilla. Además -me recordaron- ya son más de veinte las veces en que el gobierno anuncia operaciones magnicidas y hasta ahora no hay un solo detenido, una sola persona, un solo nombre que haya pasado por los ecuánimes salones judiciales de la nación. El magnicidio –me dijeron- es un simple recurso electorero. Pensé que después de todo mis amigos tenían razón y decidí a viajar. Comencé, sin embargo, a arrepentirme apenas llegué a Caracas y compré los periódicos.

Ahí me enteré de los problemas que han aquejado a distintas personas en el principal aeropuerto de la nación. Fotocopiar pasaportes de representantes de la oposición (nunca a los oficialistas) ya es normal. A un destacado sociólogo le fue simplemente arrebatado el pasaporte, quedando semanas sin documentación. En fin, como me dijo un periodista venezolano, aquí hay una maquinaria destinada a intimidar. Se trata de aplicar la política de la intimidación. Todavía no es implantado el terror como política oficial pero se trata de anunciarlo.

El ejemplo parte de la propia presidencia. El lenguaje del Presidente que siempre fue procaz hoy es ya terrorífico. Quienes en naciones normales disienten, son llamados por el magno, traidores y cobardes. Ganar elecciones, significa: pulverizar a la oposición. Un personero de gobierno, siguiendo el ejemplo que viene de arriba, anuncia que los opositores deben ser "quemados vivos". Los opositores, para el mandatario, no son personas equivocadas: son desgraciados e imbéciles. Creo que en ningún país del mundo el idioma político ha alcanzado tanta degeneración como ocurre hoy en el oficialismo militarista venezolano.

La política de la intimidación es practicada por las propias autoridades. Parlamentarios comandan piquetes que eligen medios de comunicación como "objetivo militar", los que son apedreados como "acto de prevención". La idea es sólo una: aterrorizar, sembrar el miedo; en fin: intimidar.

Una muestra pequeña de la política de la intimidación pude observarla en el propio acto de aniversario académico donde tuve el honor de ser "orador de orden". Justo cuando el acto estaba por comenzar fue interrumpido violentamente por un pelotón de estudiantes oficialistas que rabiosamente entraron al recinto llenando las mesas de platos de comida. Protestaban en contra de la calidad del almuerzo que reciben gratis en la universidad. Miré el contenido de los platos. Mas o menos lo mismo que se sirve en las universidades europeas, con la diferencia que en Europa a los estudiantes les cuesta entre cuatro y cinco euros. Pero dejemos de lado los gustos gastronómicos de los minoritarios estudiantes chavistas. Lo que resultaba evidente era que el objetivo del "operativo" no era la calidad de la comida sino simplemente interrumpir y violentar el acto académico. No traían ningún planteamiento que diera forma discursiva a la protesta. Sólo insultos y gritos en contra de la rectora de la universidad. Pensé, inevitablemente, en mis tiempos estudiantiles. Quizás más de una vez me vi envuelto en tonterías parecidas. Pero, según recuerdo, tales métodos de lucha eran aplicados como último recurso y siempre con el objetivo de sumar fuerzas a nuestras causas. Para los estudiantes chavistas, en cambio, la violencia es el primer recurso. El objetivo no es ganar mayorías sino sembrar miedo, interrumpir y, si es posible, destruir. En fin, llevar a cabo la política de la intimidación que, por el momento, es la dominante en el país. Cuánta razón tuvo Hannah Arendt cuando en su libro "Violencia y Poder", escribió que la violencia nunca es ejercida por quienes son o luchan por la mayoría. Será y es, el recurso de grupos que no la tienen, o que temen perderla. De tal modo, que después de lo visto, a diferencia de otras ocasiones, deseaba abandonar lo más pronto posible Caracas. Pese a que había llovido mucho, el aire estaba denso, muy espeso.

Es difícil abandonar Caracas. Para llegar al aeropuerto, donde hay que estar tres horas antes del vuelo, se requieren de horas adicionales para sortear las dificultades del tráfico que lleva a Maiquetía. Creo, además, que es uno de los aeropuertos peor organizados del mundo. Y por si fuera poco, está lleno de militares que vagan de modo anárquico a través de los pasillos, no sé bien con qué otro objetivo que no sea el de "sentar presencia". La inspección no es rigurosa pero sí, muy lenta. Y por si fuera poco, hay que repetirla dos veces. Pero que importa: sacarse los zapatos dos veces con tal de salir pronto de ahí, otorga ánimo. Lo cierto es que después de la inspección, en cualquier aeropuerto tú te sientes al fin liberado para dedicarte, si quieres, a hacer tus compras. No así en el de Caracas. Tú puedes ser objeto de acosos sorpresivos, como a mí me sucedió, justo en el momento de abordar el avión.

Al lado del avión había un grupo de militares, al parecer con el objetivo de re-inspeccionar a algún desafortunado pasajero que pasara cerca de ellos. Yo supe que iba ser objeto de esa irracional práctica aún antes de que ellos se acercaran a mí. Dos de ellos me vieron avanzar desde lejos como quien espera a un antiguo amigo. Dejaron pasar a mucha gente y esperaron que yo me acercara. ¿Su pasaporte? Aquí está. ¿Qué lo trajo a Venezuela? Una invitación de la Universidad. ¿Cuántos días estuvo? Aquí esta la hoja de entrada y salida. Cuántos, pregunto. Cuatro. ¿Dónde se hospedó? Respondo. ¿Qué lleva en el bolso de mano? Dos libros y un par de calcetines ¿En qué trabaja? Soy profesor. ¿Cuánto dinero lleva? Cincuenta euros. Por mientras, otro militar repite cada cierto tiempo, como el cucú de un reloj: no se ponga nervioso señor. ¿A que Universidad vino? A la UCV. Ahhhh, la UCV (lo dijo como sí se tratara de un prostíbulo internacional) ¿Tiene invitación escrita? Si, aquí está. No está firmada. Me la enviaron por Internet, pero ahí está el número, llame de su celular. No respondió.

De pronto aparece una mujer con uniforme que se presenta como miembro de la comisión de drogas y comienza a recitar algo así como que las leyes son diferentes en cada país y mi deber es aceptar la situación, lo que he estado haciendo con infinita paciencia. La mujer no da nunca la cara y mira siempre hacia abajo. Ella comienza ahora a preguntar. Su pasaporte. Aquí está. ¿Qué lo trajo a Venezuela? Etc. etc. Todas las preguntas fueron hechas por segunda vez. El militar sigue repitiendo como el cucú: no se ponga nervioso señor. Otra vez me piden que me saque los zapatos. Otra vez inspeccionan mi maletín. Después del rosario de preguntas, comenzaron de nuevo a hacerme las mismas preguntas por tercera vez. Hace rato que no hay nadie en el pasillo. Un grupo de azafatas observa la escena con extrañeza, desde la puerta del avión. Yo pido, ya muy cansado, justo cuando comienza la cuarta ronda con las mismas preguntas (el interrogatorio lleva más de media hora) que me dejen llamar por teléfono. La mujer mira hacia abajo y no responde. Le digo que si no me permiten hacerlo a mí, llamen ellos a la embajada alemana, o a la chilena, pues ahí saben quien yo soy. La mujer mira hacia abajo y no responde. Sólo me dice que las leyes son diferentes en cada país. La mujer que mira hacia abajo llama a los demás miembros del operativo y deliberan cuchicheando. Al fin, la mujer que mira hacia abajo me pregunta si estoy dispuesto a dejarme hacer un examen de orina. Yo ya estoy agotado y les digo, rendido, que me dejo examinar lo que ellos quieran si es que me permiten viajar. La mujer que mira hacia abajo llama a su gente y cuchichean de nuevo. De pronto, aparte de un militar que está sentado en una silla, no hay nadie más en el corredor. El grupo del operativo ha desaparecido repentinamente sin dar una sola explicación. El militar sentado, me hace un gesto para que entre al avión. Busco mi maletín. Yace abierto, lejos de mí; los calcetines y mis anteojos de lectura, en el suelo. Ordeno mis cosas y entro al avión. Me duele mucho la cabeza