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LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
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lunes, 22 de junio de 2015

NELSON ACOSTA ESPINOZA, ¿GENERA LA CRISIS ECONÓMICA ALTERNATIVAS POLÍTICAS?

Deslicemos una breve descripción de la dimensión material de la crisis que arropa a la mayoría de los venezolanos. Veamos, por ejemplo, como califican el desempeño económico algunos especialistas sobre este tema. Jason Karaja, en una nota para Quartz (marca global de noticias de negocios) señala que la economía venezolana presenta el peor desempeño del mundo. Tres variables, utiliza este analista, para sostener esta afirmación: decreciente valor de la moneda, creciente inflación y la  erosión del PIB. Otros especialistas coinciden con este diagnóstico. “El desempeño que el año pasado fue de -4%, y que la estimación que tienen algunos analistas es de que para este año será de -6 ó -7 por ciento”. En esta apreciación coinciden el FMI y diversas firmas consultoras.

Si se posa la mirada en otro indicador, como por ejemplo el monto de las reservas internacionales, se encontrara una situación similar. Hoy estas reservas se ubican en su nivel más bajo, 17 mil millones de dólares. Por otra parte la pobreza en el país, como resultado de los desequilibrios mencionados, ha aumentado en un 40%, cifras del Instituto Nacional de Estadísticas. El desabastecimiento, igualmente,  ha desplazado a la inseguridad como el problema que más angustia a los venezolanos. Solo en Caracas (Datanalisis) alcanza a un 60,7%. Se entiende que en las provincias estas carencias han de ser más severas.

Este cuadro se inserta en un ambiente electoral desfavorable para el oficialismo. Casi la totalidad de las mediciones coinciden en apuntar una brecha superior al 20% a favor de la oposición. En otras palabras, estos estudios coinciden en señalar que la primera probabilidad de triunfo la tiene la oposición de cara a las elecciones parlamentarias.

Aquí, amigo lector, voy hacer una pausa y una digresión teórica. Por ejemplo, ¿generará este cuadro económico, por sí solo, conductas políticas y electorales alternativas al oficialismo? ¿Sería sensato, colocar todos los huevos políticos en el cesto de las encuestas electorales? ¿Registran estos instrumentos cabalmente la inclinación político partidista de la población?

Bien, en relación a la primera interrogante es bueno advertir que el deterioro económico contribuye a la formación de las voluntades políticas. Pero este hecho, por sí mismo, no es suficiente para derrotar al adversario político. Se requiere, adicionalmente, estructurar un discurso y un relato político que sustituya al dominante y conquiste los corazones y estómagos de los votantes. En ese orden.

Las encuestas detectan desafección política en la población. Este síntoma, desde luego, aflige en proporción mayor al chavismo. Pero estos estudios, igualmente, registran un alto desconcierto en relación a la conducta exhibida por agrupaciones oposicionistas. Las viejas lealtades políticas se han ido derrumbando. Los partidos no están  generando emociones fuertes en el electorado. Animan, únicamente a sus partidarios.

Esta última afirmación parece ser corroborada por la conducta de algunas agrupaciones acuarteladas en la MUD. Su solidaridad con los huelguistas de hambre, por ejemplo,  ha sido un tanto retórica. Me parece que su apreciación de este hecho político ha estado viciada por consideraciones de orden táctico. Es decir, orientadas a no poner en peligro sus intereses electorales.

Parece valido, entonces,  preguntarse lo siguiente ¿Procesan los líderes de la MUD las necesidades del país y las exigencias de un electorado que se encuentra ansioso por derrotar al gobierno? Sería lamentable que se impusiera exclusivamente en la agenda de esta coalición los intereses de ciertas candidaturas. Ojala, que los próximos acuerdos por anunciarse registren las exigencias de una ciudadanía que está ansiosa por derrotar al gobierno. La política, sin lugar a dudas, pudiera se así.

Nelson Acosta Espinoza
acostnelson@gmail.com
@nelsonacosta64

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viernes, 17 de abril de 2015

JESÚS ALEXIS GONZÁLEZ, IMPERIALISMO O CRISIS ECONÓMICA MADE IN VENEZUELA.

La acostumbrada externalidad (¡el culpable es otro!) que caracteriza los planteamientos evasivos del Gobierno venezolano en materia económica (y muchas otras), ha encontrado en una Orden Ejecutiva extranjera la excusa suficiente para soslayar la explicación que esperan los ciudadanos relativa a las políticas y estrategias que instrumentará el Ejecutivo Nacional, en aras de contener (al menos) la vertiginosa caída del bienestar de la población a la luz de una hiperinflación que vuelve migajas la confianza en su moneda, la calidad de vida y la movilidad social (aumentando la pobreza) ante una realidad marcada por el desabastecimiento y la escasez que ha impulsado la aparición de un “mercado paralelo” de bienes regulados (sin control de precios), y lo que es más grave: un “mercado ilegal” de alimentos (con denigrantes colas), hasta aumentar el marco de “ilegalidad” ya existente en materia de divisas.

En armonía mediática, incorporan al escenario de la “guerra de humo” a otro actor: el imperialismo estadounidense, el cual (afirman) representa una amenaza para la estabilidad nacional (¿?), para la democracia (¿electoral?) y para el “exitoso” transitar de la revolución socialista anti-imperialista apartada (al mejor estilo cubano de antaño) del desarrollo capitalista, en una negación de la ortodoxia que sostiene sobre la necesidad de su existencia para crear e impulsar desde su seno una revolución de enfrentamientos sin confrontaciones; amenaza que de ser cierta ya hubiese recibido el rechazo natural y automático (sin presiones coercitivas) del valiente pueblo venezolano. Sea propicio señalar, que el término imperialismo utilizado en la actualidad hace referencia a las “potencias” que actúan bajo el mandato del capital (expansión mundial de los oligopolios), a efectos de ampliar mercados, reducir costos y aumentar la productividad en evidente desmedro de las medianas y pequeñas empresas domésticas y del aparato productivo nacional, causado especialmente por la remisión de utilidades de las inversiones extranjeras incorporadas al fluir de la economía; contexto donde desaparecen las guerras inter-imperialistas (mencionadas por Lenin) y el antagonismo económico entre grandes naciones con alarde militarista, para dar paso a una mayor asociación económica entre capitales de distinto origen en torno a un patrón mundial de consumo flexible y producción variada de indiscutible penetración global que continua afectando (como en el pasado) las oportunidades de comercio internacional (y de desarrollo económico-social) de aquellos países, que como Venezuela, no han logrado superar su condición de exportadores de materia prima. Tal situación no implica, de forma alguna, que estén amenazados por una “ocupación territorial imperialista” que pueda poner en riesgo la continuidad del capitalismo mundial ante una absurda “invasión” a cualquier país dentro del bloque de economías en vías al desarrollo; más aún cuando las nuevas potencias que se están incorporando con liderazgo al comercio global (con evidentes recursos naturales y militares) como es el caso de Rusia, China, India, Brasil y Sudáfrica muestran una próspera clase capitalista local con ansias de presencia y participación activa a nivel del comercio mundial.
Venezuela, luego de eliminar la autonomía del Banco Central (2005) a los efectos de facilitar la intervención (sin control) del Ejecutivo Nacional por la vía de un gasto público populista financiado con dinero inorgánico, ha configurado una nueva década perdida (2005-2015) que ahora coincide (para males mayores) con un acoplamiento del mercado petrolero mundial y una reducción del precio (por un lapso indeterminadamente largo) en más de un 50% (se profundizará ante la reincorporación de Irán), que para nuestro país equivale, casi linealmente, a una disminución superior al 55% en el ingreso de divisas, siendo que se requiere una cifra aproximada de US$ 80.000 millones para mantener un “funcionamiento” promedio anual (en 2015 ingresará un 39% de ese monto); con la catástrofe que implica ello para su indeseable economía de puertos que se ha sostenido en el tiempo gracias a la presencia de un “imperialismo amistoso” históricamente estadounidense (reciben más del 30% del total exportado),  ahora complementado con el imperialismo chino en conjunto con el trueque latinoamericano (petróleo por comida) apuntalado por un desorden macroeconómico asociado a una ineficiente referencia ideológica, que ha contribuido a dilapidar durante el “proceso” (1999-2014) más de ¡US$ 850.000 millones de ingresos petroleros! a lo cual deben sumarse unos US$ 205.000 millones por concepto de deuda (externa e interna), pero igualmente “restarse” un monto superior a US$ 300.000 millones que se “fugaron” luego de instrumentarse en 2004 el control de cambio (¡!), lo que referencia, sin duda alguna, que ese mal proceder contó con una manifiesta complicidad y tutela corruptiva.
Finalmente, asumimos que no es necesario a efectos del presente artículo, adelantar un “profundo análisis” para diagnosticar cual es la verdadera amenaza que condiciona la actual  crisis económica-social y alteración democrática que muestra Venezuela; suficientemente conocida, por ejemplo, en Iberoamérica al extremo de motivar la elaboración por parte de  un importante número (más de 22) de exjefes de Estado y de Gobierno, del documento Declaración de Panamá que será presentado en rueda de prensa durante la VII Cumbre de las Américas que se celebrará del 8 al 10 de abril 2015 en Panamá.
Jesús Alexis González
Jagp611@gmail.com     
@jesusalexis2020

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miércoles, 8 de abril de 2015

JESÚS ALEXIS GONZÁLEZ, IMPERIALISMO O CRISIS ECONÓMICA MADE IN VENEZUELA.

La acostumbrada externalidad (¡el culpable es otro!) que caracteriza los planteamientos evasivos del Gobierno venezolano en materia económica (y muchas otras), ha encontrado en una Orden Ejecutiva extranjera la excusa suficiente para soslayar la explicación que esperan los ciudadanos relativa a las políticas y estrategias que instrumentará el Ejecutivo Nacional, en aras de contener (al menos) la vertiginosa caída del bienestar de la población a la luz de una hiperinflación que vuelve migajas la confianza en su moneda, la calidad de vida y la movilidad social (aumentando la pobreza) ante una realidad marcada por el desabastecimiento y la escasez que ha impulsado la aparición de un “mercado paralelo” de bienes regulados (sin control de precios), y lo que es más grave: un “mercado ilegal” de alimentos (con denigrantes colas), hasta aumentar el marco de “ilegalidad” ya existente en materia de divisas.

En armonía mediática, incorporan al escenario de la “guerra de humo” a otro actor: el imperialismo estadounidense, el cual (afirman) representa una amenaza para la estabilidad nacional (¿?), para la democracia (¿electoral?) y para el “exitoso” transitar de la revolución socialista anti-imperialista apartada (al mejor estilo cubano de antaño) del desarrollo capitalista, en una negación de la ortodoxia que sostiene sobre la necesidad de su existencia para crear e impulsar desde su seno una revolución de enfrentamientos sin confrontaciones; amenaza que de ser cierta ya hubiese recibido el rechazo natural y automático (sin presiones coercitivas) del valiente pueblo venezolano. Sea propicio señalar, que el término imperialismo utilizado en la actualidad hace referencia a las “potencias” que actúan bajo el mandato del capital (expansión mundial de los oligopolios), a efectos de ampliar mercados, reducir costos y aumentar la productividad en evidente desmedro de las medianas y pequeñas empresas domésticas y del aparato productivo nacional, causado especialmente por la remisión de utilidades de las inversiones extranjeras incorporadas al fluir de la economía; contexto donde desaparecen las guerras inter-imperialistas (mencionadas por Lenin) y el antagonismo económico entre grandes naciones con alarde militarista, para dar paso a una mayor asociación económica entre capitales de distinto origen en torno a un patrón mundial de consumo flexible y producción variada de indiscutible penetración global que continua afectando (como en el pasado) las oportunidades de comercio internacional (y de desarrollo económico-social) de aquellos países, que como Venezuela, no han logrado superar su condición de exportadores de materia prima. Tal situación no implica, de forma alguna, que estén amenazados por una “ocupación territorial imperialista” que pueda poner en riesgo la continuidad del capitalismo mundial ante una absurda “invasión” a cualquier país dentro del bloque de economías en vías al desarrollo; más aún cuando las nuevas potencias que se están incorporando con liderazgo al comercio global (con evidentes recursos naturales y militares) como es el caso de Rusia, China, India, Brasil y Sudáfrica muestran una próspera clase capitalista local con ansias de presencia y participación activa a nivel del comercio mundial.

Venezuela, luego de eliminar la autonomía del Banco Central (2005) a los efectos de facilitar la intervención (sin control) del Ejecutivo Nacional por la vía de un gasto público populista financiado con dinero inorgánico, ha configurado una nueva década perdida (2005-2015) que ahora coincide (para males mayores) con un acoplamiento del mercado petrolero mundial y una reducción del precio (por un lapso indeterminadamente largo) en más de un 50% (se profundizará ante la reincorporación de Irán), que para nuestro país equivale, casi linealmente, a una disminución superior al 55% en el ingreso de divisas, siendo que se requiere una cifra aproximada de US$ 80.000 millones para mantener un “funcionamiento” promedio anual (en 2015 ingresará un 39% de ese monto); con la catástrofe que implica ello para su indeseable economía de puertos que se ha sostenido en el tiempo gracias a la presencia de un “imperialismo amistoso” históricamente estadounidense (reciben más del 30% del total exportado),  ahora complementado con el imperialismo chino en conjunto con el trueque latinoamericano (petróleo por comida) apuntalado por un desorden macroeconómico asociado a una ineficiente referencia ideológica, que ha contribuido a dilapidar durante el “proceso” (1999-2014) más de ¡US$ 850.000 millones de ingresos petroleros! a lo cual deben sumarse unos US$ 205.000 millones por concepto de deuda (externa e interna), pero igualmente “restarse” un monto superior a US$ 300.000 millones que se “fugaron” luego de instrumentarse en 2004 el control de cambio (¡!), lo que referencia, sin duda alguna, que ese mal proceder contó con una manifiesta complicidad y tutela corruptiva.

Finalmente, asumimos que no es necesario a efectos del presente artículo, adelantar un “profundo análisis” para diagnosticar cual es la verdadera amenaza que condiciona la actual  crisis económica-social y alteración democrática que muestra Venezuela; suficientemente conocida, por ejemplo, en Iberoamérica al extremo de motivar la elaboración por parte de  un importante número (más de 22) de exjefes de Estado y de Gobierno, del documento Declaración de Panamá que será presentado en rueda de prensa durante la VII Cumbre de las Américas que se celebrará del 8 al 10 de abril 2015 en Panamá.

Jesús Alexis González
Jagp611@gmail.com     
@jesusalexis2020

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lunes, 23 de febrero de 2015

ANTONIO JOSÉ MONAGAS, UNA EXPLICACIÓN POLÍTICA DE LA CRISIS ECONÓMICA, PIDO LA PALABRA, VENTANA DE PAPEL,

Venezuela constituye un interesante caso de estudio dado el grueso de contradicciones que han desvirtuado la naturaleza de la política en su concepción.

La estrecha ligazón que se establece entre la economía y la política, dada la naturaleza social de ambas realidades, ofrece sobradas razones para explicar, en esta oportunidad, los intríngulis que condujeron a precipitar las efectos de la crisis de Estado que tiene atrapada a Venezuela. La disertación que versó sobre “Una explicación económica de la crisis política”, motiva ésta que, sin duda, deberá complementar el enfoque primeramente esbozado en aras de la importancia del problema, tanto como por la necesidad de transitar teoréticamente por el reverso de la delicada situación por la que, contradictoriamente, cruza el país.

En principio,  cabe decir que todo problema social o económico tiene una explicación razonada en la teoría política. Ahora bien. Según la Teoría Económica, cualquier problema que acontezca alrededor de toda situación, no puede violar la Ley del Valor de acuerdo a la cual toda mercancía, sea un producto o servicio, adquiere la utilidad que la circunstancia le confiere en virtud del trabajo que ha requerido su preparación o elaboración. Sin embargo, según la Teoría Política el valor que ostenta la mercancía no es un problema de razón exclusivamente económica. La elaboración de cada producto o prestación de cualquier servicio susceptible de ser transado, compromete la formación de valores morales en la comunidad trabajadora lo cual deviene en un mayor o menor apoyo ciudadano al proceso de reconocimiento y afianzamiento de la identidad sociocultural propia de la región o país.

En este sentido, Venezuela constituye un interesante caso de estudio dado el grueso de contradicciones que han desvirtuado la naturaleza de la política en su concepción. Peor aún, el comportamiento de la economía en su utilización. 

De manera que los efectos de tan marcado entuerto, desdibujaron objetivos de crecimiento económico y de bienestar social del mapa trazado electoralmente, previo al arribo al poder de la opción liderada por el finado presidente de la República. Cuando la dirigencia política afecta al gobierno, alcanzó el máximo dominio al lograr la abolición de la autonomía de los poderes judicial y legislativo poniéndolos al servicio del Ejecutivo Nacional, comienza a desplomarse la institucionalidad democrática generándose de esa forma graves transformaciones en la correlación del poder y sus mecanismos de elaboración y toma de decisiones.

Además, la debilidad del liderazgo político a nivel del alto gobierno devino en serios problemas de gobernabilidad, representatividad y legitimidad. Ello dio lugar a la formación de relaciones inmorales en los cuadros gerenciales de la administración del patrimonio nacional. Asimismo, de cambios en los esquemas de apuntalamiento político, que ante otras condiciones, son acogidos a instancia de reconocidos procesos de configuración del desarrollo económico y social de toda nación que presuma de democrática. Ello derivó en la preparación y aprobación del adefesio según el cual el régimen ha pretendido replantear el arreglo del país para lo cual se valió de la orientación del mentado socialismo del siglo XXI que presupuso la imposición del inaplicable “Plan de la Patria”. Además, basado en falacias.

La crisis económica que padece Venezuela, además de ser absoluta expresión de políticas públicas impropiamente elaboradas e improcedentemente concebidas, es un tanto consecuencia de razones relacionadas con la miopía que intereses políticos coyunturales han irradiado hacia decisiones económicas. Sobre todo, porque el régimen siguió focalizado en objetivos enteramente políticos: permanecer en el poder a costa de todo. Así ha jugado con un déficit público persistente, un forzado financiamiento crediticio que derivó en una inflación desproporcionada y su validación desde el lado monetario. Estos problemas limitaron al bolívar como función de “reserva de valor” en desviado favor de actividades especulativas que instaron la adquisición de bonos públicos y la fuga de capitales. El ejercicio de una política prisionera del populismo dominante, estimuló una “irracional exhuberancia fiscal” sostenida por el incremento de la deuda pública interna, que a su vez presionó el alza de las tasas de interés y el crecimiento del endeudamiento externo y su vinculación con el tipo de cambio. De manera que reordenar tanto desorden de la economía venezolana, terminaría por obligar al régimen a reconocer su talante de haragán, pero bajo una particular acepción de política. Que sin duda, le complicaría más aún la gestión de gobierno hasta ahora pretendida. De alguna forma, esta disertación se ha esbozado a manera de presentarse como una explicación política de la crisis económica.

VENTANA DE PAPEL

GOBIERNO EN CORTOCIRCUITO

Entrar en pánico, es figurativo de un estado repentino de miedo intenso o malestar, que indispone a cualquiera rápidamente. Pero una crisis de pánico, igualmente puede padecerla una institución o colectivo toda vez que su realidad política o social sufre de un ataque desencadenado por causa de una situación de la cual no puede escapar. Particularmente, cuando experimenta razones que la mantienen sujeta a consideraciones que la martirizan sin que pueda zafarse de sus obsesiones y ansiedades.

Lo que acontece en el país por estos días caracterizados por órdenes de la Fiscalía pero sin la orden correspondiente, o para decirlo con alguna ironía: “con pero sin”, es producto del pánico que paralizó la capacidad de actuar correctamente del régimen. Su paranoia lo ha desconcertado frente a cualquier opinión que pueda asustarlo. Lo sucedido con la brutal, arbitraria e ilegal detención de Antonio Ledesma, Alcalde Mayor de Caracas, pone al descubierto el terror que vive. Sin duda, tan grave situación tiene su analogía con el tiempo de oscurantismo bajo el cual creció el régimen de Adolf Hitler en Alemania.

No obstante, la delicada y complicada crisis política y económica, tiene profundamente confundido al alto gobierno. La ineptitud lo tiene acorralado. No hallan solución alguna que tienda a aminorar sus efectos. Precisamente ante tal descalabro, cayó en pánico al extremo que las decisiones tomadas lejos de apaciguar los ánimos exacerbados de un pueblo maltratado por tan absurdas determinaciones, ha encendido la mecha de protesta que inexorablemente debe transitar su propio camino, constitucionalmente reconocido (Léase artículo 350). La manoseada excusa de un “magnicidio” o de un “golpe de Estado” ya no convence. Aunque sólo sirve para que el régimen siga valiéndose de fútiles argumentos para arreciar la escalada de represión a la que toda dictadura (entiéndase por dictadura: gobierno de débil base política razón por la cual se apoya en el poder de las bayonetas) acostumbra aplicar.

Ello es fehaciente demostración del pavor y nerviosismo que siente ante la dura realidad que lo desborda. O ante cualquier rumor que pueda creerlo, por inconsistente que sea. El motivo alegado fue el de un documento publicado el pasado 11-F por la prensa nacional en torno al recorrido por el cual habrá de transitar el país en su travesía hacia la democracia toda vez que hay un disgusto manifiesto del pueblo por cuanto su calidad de vida viene en franca picada. Sobre todo, en la antesala de las elecciones parlamentarias ante las cuales pareciera que el régimen las tiene perdidas. Y es exactamente eso lo que lo tiene descontrolado, la angustia ante tiempos de renovación política. Así puede decirse que el país está tiranizado por un gobierno en cortocircuito.

“EL QUE ES Y NO ES”

Nuevamente la Internet vuelva a incendiarse con consideraciones que destacan el problema de hablar mal o de no hacerlo según lo indica la Real Academia de la Lengua Española. Y aunque esto sucede por mero proselitismo político, el de la peor condición, el daño viene cundiendo a maestros y profesores, moderadores de medios, comunicadores sociales y hasta periodistas (oficios diferentes) quienes deberían ser los abanderados del hablar cultamente. ¿Y qué decir de dirigentes de partidos políticos y de funcionarios gubernamentales?

Ciertamente, se ha venido descarriando el castellano a lo cual ha contribuido, contradictoriamente, los nuevos esquemas de información y comunicación. Particularmente, aquellos de los cuales derivaron las redes sociales.

Por doquier se escuchan expresiones que solo dan cuenta del desconocimiento de la Ley Lingüística de la Economía Expresiva. Así como de otros postulados gramaticales dirigidos a ser más explicativos sin sacrificar la sintaxis. Estudianta, soldada, dirigenta, presidenta, gerenta, pacienta, son algunas, entre muchas otras, las palabras que colman el léxico de quienes no tienen la menor idea de que el participio activo del verbo “ser” es “ente” y no “enta”. Y esto significa, “el que tiene identidad”. Pero nunca será, “el que es y no es”.

“Si la política entiende los pormenores de la economía, ¿por qué los dirigentes políticos en funciones de gobierno se distancian tanto del propósito tantas veces aludido en torno a considerar sus implicaciones a fin de hacer del país un Estado democrático y social de Justicia y Derecho?”

Antonio José Monagas
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas


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miércoles, 28 de enero de 2015

ALEX VALLENILLA, ASÍ SERÁ LA CRISIS ECONÓMICA, MADURO ANHELA EL GOLPE PERO NADIE QUIERE LA SILLA DE MIRAFLORES

Maduro llegó, medio aclaró sobre cómo funcionará el control cambiario. Públicamente le dejó las decisiones del aumento de la gasolina, a Jorge Arreaza, quien ingenuamente cae en eso, para que se queme de una vez. Dejó claro que viene una devaluación con el nuevo sistema cambiario y se montó en un avión, se fue a Bolivia y a Arabia Saudita.

Les dejó dicho “Me avisan si quieren que regrese”. Y así alzó vuelo de nuevo.

Es tan grave la situación económica, que hay un Presidente que anhela el derrocamiento y un movimiento opositor que con los bajos precios del petróleo y el desastre de desabastecimiento, no quiere una aventura de esas. Desde que comenzó 2015, Maduro se fue de viaje y al mismo tiempo desde donde está dice que le quieren dar un golpe de Estado, como si al mismo tiempo estuviera dando el permiso.

La popularidad del PSUV y Maduro, hundida hasta 14 %, es una razón para que este grupo de facinerosos en el poder, prefieran salir de esto por métodos no constitucionales, antes de caer en la deshonrosa renuncia. La renuncia, esa se la ha paseado por la mente, pero no se lo permiten, los más radicales, los grupos enquistados en la ubre del presupuesto nacional y los pocos dólares que entran, no lo dejan. Cada vez que Maduro quiera hacer algo, que no convenga a los ladrones y corruptos, le recuerdan: “Sino la gente se va a enterar todo lo de la muerte del Comandante”.

Una salida a la fuerza, sería una honra para “el legado”, así tendrían como decirle al mundo, que no pudieron hacer el socialismo, porque “la derecha”, el Imperio, la CIA, los acaparadores y todo aquello a lo que culpan, no los dejaron gobernar. Obviamente no contarán los 17 años que ya tienen en el poder.

La realidad es que el país entró en escasez total, el petróleo continuará su racha bajista, porque la lucha encarnizada por el mercado tiene como estrategia, aumentar la producción y ahora más para cubrir pérdidas, producto de esa misma caída de precios.

Es poco lo que queda para que las mafias importadoras del PSUV, en lo interno saquen sus guerras de “lavar los trapos sucios en casa”, la razón es que la merma de dólares, no les permite mantener el gran negocio que fue esta “revolución”, la de destruir empresas venezolanas, para ser estos “socialistas” los amos y dueños del negocio de la economía de puertos.

Por primera vez en la historia de Venezuela, nadie quiere la silla de Miraflores, así estarán los números allá adentro, así de abismal es la crisis que vivimos.

Alex Vallenilla
alexvallenilla@gmail.com
@alexvallenilla
CNP 16478

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sábado, 23 de agosto de 2014

ALEX VALLENILLA, LA CODICIA EN EL PSUV ES LA QUE HA DESATADO LA CRISIS ECONÓMICA, ACABARON LA PRODUCCIÓN NACIONAL Y GANAN IMPORTANDO

Todas las crisis económicas tienen detrás un factor que las desata. Es la codicia. El excesivo uso de crédito en Wall Street en la década de los 20, produjo una burbuja que derivó en la Gran Depresión, todos se endeudaban e invertían en el mercado. En 2008, los excesos con los bonos hipotecarios, produjeron otro evento similar.

La crisis económica socialista, en Venezuela no escapa a ello, y es la codicia, el aspecto fundamental que lleva a este país por los derroteros de un fracaso económico.

En el caso venezolano, una política “socialista”, una economía “socialista”, tiene un origen de la postura codiciosa, también en el orden “socialista”. La corrupción de los jerarcas pesuvistas.

La explicación surge luego de conversar con productores agrícolas, al sur de Anzoátegui, quienes una y otra vez han visto sus cosechas de maíz perderse. Allí están claros, “a los funcionarios no les interesa que en Venezuela se produzca, porque ellos ganan comisiones importando maíz y comisiones en dólares en el exterior, nos hemos quitado las vendas de los ojos”. Fue así como fracasó el Plan Agroalimentario que una vez se quiso implementar.

Es obvio. ¿Qué le importa a un alto funcionario, con capacidad de emitir autorizaciones para importar, a otros con capacidad de otorgar divisas preferenciales, que en Venezuela haya fincas productivas de carnes, pollos, leche y rubros agrícolas? No les interesa, porque producir en Venezuela no es un negocio para ellos.

Eso explica el arrase de fincas y empresas nacionales, es un asunto que deriva de la codicia de quienes a través de la corruptela se enriquecen, mientras el resto de Venezuela entra en una crisis económica de grandes dimensiones.

Lo peor es que no hay voluntad de rectificar, sino de acentuar el asunto, muestra de ello la última canallada que se les ocurre de implementar sistemas biométricos para controlar las compras de los ciudadanos, eso significa que no piensan corregir el desabastecimiento del país, con producción nacional, sino seguir en el gran negocio, pero tratando de restringir al ciudadano venezolano su “acceso a los bienes”.

La codicia no es buena consejera, en ningún mercado, en la última crisis, la de Estados Unidos en 2008, dejó 30 millones de desempleados en una semana por todo el mundo, quebró al banco más grande conocido, arrastró a los países europeos a una crisis de deuda, elevó los precios de las materias primas, entre otros.

El no corregir este asunto, no va a sacar a Venezuela del desastre en el que ya está metido, poco tiempo, muy poco tiempo queda para que la totalidad del país esté frente a la realidad, enfrentado a la verdad verdadera, que por cierto será dolorosa.

Alex Vallenilla
alexvallenilla@gmail.com
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CNP 16478

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sábado, 9 de agosto de 2014

ALEX VALLENILLA, MADURO APELA AL HAMBRE DEL PUEBLO PARA CORREGIR LA CRISIS ECONÓMICA


Estamos en una situación de estanflación. Eso significa, estancamiento de la economía con inflación. La base de este problema tiene dos ejes fundamentales. El primero es el excesivo gasto público que se registra desde 2005, usado con fines electorales, y reflejado en el indicador de la liquidez monetaria (M2) que no es otra cosa que el dinero circulante en el país.

El segundo, un proceso de exterminio de empresas productivas, sobre la base de un supuesto “socialismo” que ha paralizado más de la mitad de la producción de Venezuela. Entonces, mucha gente con mucho dinero inorgánico, tratando de comprar pocos bienes. Ello ha producido una crisis cambiaria, una crisis de producción y una crisis de precios, los más altos del mundo, generando escasez y más pobreza.

Maduro y su gabinete económico, han apelado a la peor de las soluciones ante el escenario anterior. La fórmula de Maduro conducirá al país a una situación mucho más severa, porque no atacan la raíz del asunto, sino tratan de estirar la arruga y aplican medidas que borran del bolsillo del ciudadano la capacidad de compra, conduciendo a Venezuela a una recesión muy grave.

La estanflación tiene dos componentes, inflación y recesión. La inflación ya se sabe por qué se genera, la recesión comienza a aparecer porque los altos precios de los pocos bienes que hay, ya no se pueden comprar, haciendo que las empresas bajen sus volúmenes de ventas, borrando sus ganancias y provocando más cierre de compañías.

Maduro decide aplicar lo peor para esta situación. Primero subir los precios de todo, buscan frenar el excesivo consumo subiendo los precios de todos los rubros, del dólar y ahora de la gasolina, pero siguen emitiendo dinero inorgánico, es como tratar de llenar un tanque de agua con un hueco grande en el fondo.

Ello derivará en una gran pobreza de los ciudadanos venezolanos, quienes al no poder tener ahorro, debido a que lo poco que hay cuesta ya demasiado, cada día mucha gente, se sumarán a las listas de los más necesitados.

El Ejecutivo prefiere mantener un esquema de subasta de divisas para importaciones, en vez de dar un giro total en cuanto a la inversión privada en el país, de modo que nuevas empresas comiencen a traer divisas y arranquen nueva producción nacional. Pero queda claro que la corruptela en cuanto al cambio de dólares preferenciales y las importaciones, son el más jugoso negocio de los altos jerarcas del PSUV.

Estos señores aun no han hecho conciencia de adonde conducen el país, esta situación de estanflación es muy grave, Maduro juega con candela, los efectos de ello los va a sorprender, creen que con pañitos de préstamos chinos y vendiendo activos de Pdvsa, van arreglar esto.

La solución a la crisis económica “socialista” que Maduro aplica, es el hambre del venezolano, allí, en el bolsillo, que paguen lo que es esta “revolución bonita” ¡Que cara ha salido!

Alex Vallenilla
alexvallenilla@gmail.com
@alexvallenilla
CNP 16478

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domingo, 6 de julio de 2014

OMAR ÁVILA, LAS CUATRO RUEDAS DE LA CRISIS ECONÓMICA

A propósito de la “Revisión y Reestructuración del gobierno” a la cual hizo mención el Presidente de la República, quiero referirme a puntos en los cuales hizo énfasis. El primero de ellos tiene que ver con el presupuesto de la Nación, ojalá que por primera vez en 15 años, hagan una evaluación económica acertada, ya que por un lado el gobierno no puede seguir gastando lo que no tiene; por lo tanto urge la reactivación de la producción nacional. 

ECONOMÍA DE PUERTOS

No podemos continuar con una economía dependiente de las importaciones que nos ha llevado este año fiscal a que tengamos un déficit de mil millones de dólares mensuales y lo más grave aún, es que tampoco tenemos liquidez en las reservas internacionales, ni mucho menos garantía que ofrecer a la hora de solicitar un préstamo, ya que ni el oro que teníamos en un Banco en Inglaterra, ahora lo que queda de él, está en el propio BCV, sin saber con exactitud cuánto representa como valor de reserva.

Por otro lado, el pueblo no tiene capacidad de compra, sin embargo se sigue endeudando con los distintos mecanismos crediticios para sobrevivir. Lo más grave es que no tenemos salida a corto, ni a mediano plazo. Los venezolanos actualmente gastamos más de lo que tenemos, comprando productos de la cesta básica cuando aparecen en los mercados, adquiriendo lo que no necesitamos de inmediato, por temor a no conseguirlos después.

El segundo punto al que quiero referirme, tiene que ver con los ministerios y viceministerios. Estos han generado alta burocracia e ineficiencia. Por lo tanto es importante que se reduzca el número de gabinetes, que se nombren a personas preparadas y dejar a un lado el militarismo, el amiguismo revolucionario y el compromiso Castro-Comunista con un legado que los ha hecho un gobierno atípico, sin poder echarle la culpa al gobierno anterior, lo que lógicamente acabaría entre otras cosas, con ese fulano cuento de seguir con el “Legado de Chávez”.

Por último y no menos importante, quiero mencionar de manera conjunta los otros dos puntos, que desde mi óptica, son fundamentales y tienen que ver con los proyectos y metas que se ha planteado este gobierno, que más allá de destruir el aparato productivo, de insistir en un modelo económico equivocado y comprobadamente fracasado a lo largo de la historia, y al no cumplimiento en el desarrollo de obras que deberían estar listas desde hace años.

Los dos incumplimientos más emblemáticos del gobierno, han sido la no construcción de embalses, indispensables para el suficiente suministro de agua y la no realización de la inversión para el servicio eléctrico, que acaba de producir otro mega apagón a escala nacional, con todas las consecuencias del caso. Así de clara ha sido la irresponsabilidad de este régimen.

A todo lo antes expuesto, agrego la “honestidad máxima”, igualmente planteada en la lista de “Revisión” del Primer Mandatario. En especial quiero hacer mención a un caso viejo como las graves acusaciones hechas por Mario Silva, o como las recientes señaladas por Jorge Giordani y no puedo dejar de nombrar, por supuesto, un asunto colectivo que fue el mismo Maduro quien nos prometió presentarnos detalles de esas empresas de maletín que se llevaron los dólares de Cadivi.

La corrupción galopante, desmedida, se ha devorado las divisas del país, abonando a la crisis económica que nos afecta y que pagamos los venezolanos.

Omar Ávila
oavila1973@gmail.com
@omaravila2010

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lunes, 9 de junio de 2014

ALEX VALLENILLA, LA CRISIS ECONÓMICA “SOCIALISTA” LLEVA A VENEZUELA A LA HIPERINFLACIÓN

O AUMENTAN PRECIOS DE RUBROS BÁSICOS O DESAPARECEN 100%
La situación en Venezuela, con las largas colas de consumidores que buscan productos básicos a precios regulados, es insostenible y podría tener sus días contados. ¿Fin de las colas? Sí, sólo hay dos maneras acabe en el marco de la crisis económica “socialista”, las dos son bien traumáticas.

Por una parte la mayoría de rubros que generan las colas en automercados públicos y privados, tienen precios regulados, esta es la principal causa de la alta demanda. El precio de venta obligado por “la troika”, hace muy atractivo comprar aceite, harina, leche, papel higiénico y productos de limpieza y aseo personal. Allí hay un desequilibrio.

El mismo Ejecutivo ha sido el responsable, al tener una política expansionista monetaria, es decir, mucha emisión de dinero y poca producción de rubros y empeora el asunto al obligar a las empresas a vender a precios irreales, que no se corresponden con las mismas medidas que lleva adelante “la troika” contra el bolívar.

Ello es estímulo a que exista una alta demanda de esos bienes, extracción y contrabando al país vecino, en el cual los precios son más cercanos a la realidad económica.

¿Qué ocurrirá? Las empresas ya no soportan y no podrán aguantar por más tiempo seguir operaciones con un precio que está generando pérdidas, no da para pagar salarios, para comprar materia prima. El Estado con una crisis de divisas se ve imposibilitado de importar cantidades de alimentos para ayudar a las compañías a reponer inventarios, de esta manera en cualquier momento se paralizará la producción definitivamente, colapsando la distribución de los rubros controlados.

Entonces las colas se terminarían, porque quedaría el país totalmente desabastecido, ya no habría qué comprar, con un desabastecimiento en alarmante de más de 70% y 80%. Aunque ya hay muchos rubros con desabastecimiento sobre 90%.

La otra salida sería que “la troika” decidiera que se termina el régimen de precios regulados, o por lo menos aplicara incrementos muy traumáticos, parecidos al aplicado con el dólar Sicad II, cuya alza es de 700% en relación con el dólar oficial del Cencoex.

La primera situación es trágica, un escenario en que el país queda sin productos, sin leche, sin harina, ya hay ciudades en que tiene más de un mes que no hay aceite vegetal. Las colas son cada vez más largas, son diarias y más de la mitad se queda sin comprar. Esto es caldo de cultivo para una desestabilización social en que las autoridades tendrían que aplicar medidas contundentes represivas, un escenario dantesco, confuso y fuera de control. La militarización constante de automercados sería una constante.

El segundo escenario, sería supervisado calladamente por el FMI, el aumento de precios de manera inevitable, que pondría un kilogramo de leche en polvo, a precio regulado entre Bs 180 y Bs 200. Esto evita las compras masivas y largas colas, pero hunde a la comunidad en más pobreza, pagando las consecuencias los más pobres, los trabajadores verían como su salario se vuelve nada, los pensionados verían como su pago es confiscado por la hiperinflación. No hay más salidas para el asunto de las colas, esta crisis económica “socialista” tendrá en ese caso esos efectos, uno o el otro. 

Alex Vallenilla
alexvallenilla@gmail.com
@alexvallenilla
CNP 16478

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domingo, 30 de marzo de 2014

GRETZKY GONZALEZ, VENEZUELA ENFRENTADA, SIN FRONTERAS

La historia de este siglo, desde sus inicios, nace por el desencuentro. La sociedad venezolana, oscila en medio del desequilibrio, la irresolución y el naufragio colectivo, este inicio, que conviniera en ser el de un comienzo promisorio, lleno de esperanzas, de expectativas y de oportunidades favorables para el crecimiento y desarrollo del país,   encuentra  a  Venezuela  enfrentada a grandes amenazas para su existencia como nación democrática, libre y soberana: donde existe una pérdida de los Valores trascendentes, crisis económica, fractura  social, política e institucional, pobreza, marginalidad, violencia, enfrentamiento, altos niveles de corrupción, exclusión y desintegración, autoritarismo, tendencias regresionistas antidemocráticas, neopopulismo y desconfianza en la Sociedad Civil, Instituciones y los Partidos. 

La incipiente historia de este siglo es la del desencuentro. La sociedad venezolana, en medio de la inestabilidad , la incertidumbre y la frustración colectivas, está demandando políticas que asuman un cambio en la Conducción del País, que sirva como núcleo integrador para el rescate y la recuperación de sus Valores trascendentes de Libertad Plena, Igualdad de Oportunidades, Vivir en Comunidad y  Cultivar la Excelencia, señalando  el rumbo mas acertado y avanzando  resueltamente hacia el desarrollo integral sostenido y sustentable, con libertad plena, democracia efectiva  y paz social, enmarcado en propuestas sistémicas en total  simetría con los paradigmas que perfilan la Sociedad Global del Siglo XXI.  La Mundialización y La Era de la Información.

Para esto fue necesario un amplio consenso entre todos los factores de la sociedad, profundo y efectivamente democrático, eficientemente y descentralizado. En este sentido, se lograron los mecanismos para conectarnos con la sociedad, con un cuerpo de proposiciones programáticas imprescindibles dirigidas a definir  el Municipio que Queremos y un enfoque actualizado, desde la perspectiva socialdemócrata junto a los aportes nacionales, de la relación Estado-Individuo-Sociedad, además de los lineamientos de políticas públicas que deben emprenderse para alcanzar su perfil equitativo. Hoy, vemos con suma preocupación la persecución que se cierne sobre quienes, con legitimidad de origen, electos por la voluntad popular, somos amenazados en la separación de las funciones para lo cual fuimos elegidos y sobre otros hicieron realidad las amenazas, como es el caso de los Alcaldes Daniel Ceballos y Enzo Scarano. Un tanto así, las amenazas son ahora con los Alcaldes Gerardo Blayde de Baruta, Ramón Muchacho de Chacao, David Smolanski de El Hatillo. 
Acciones estas, que a nuestro juicio no son sino el desespero que existe en el alto Gobierno, por las protestas que iniciaron en el Táchira los Jóvenes Estudiantes por la falta de seguridad en los Centros de Estudios de Educación Superior y de la Inseguridad, con una Delincuencia que se ha apropiado a nivel nacional. 
A estas Protestas, se le fueron sumando las otras casas de estudios agregándosele una que otras peticiones, pero lo más grave fue la Represión, Persecución y Muerte de Jóvenes Estudiantes a manos de organismos represivos del estado; de estas acciones violentas trajo como consecuencia que la sociedad civil, madres, padres, ongs, Cámaras de Comercio, Fundaciones y la Confederación de Asociaciones de Vecinos de Venezuela (CONFEVECINOS), y le dio paso a LA JUNTA PATRIOTICA ESTUDIANTEL JUVENIL POPULAR, se sumaran a las protestas, las cuales fueron criminalizadas por el Gobierno calificándolas de Guarimbas. Conscientes estamos que las protestas de los jóvenes estudiantes fueron penetradas por los “Colectivos” y “Paramilitares” Castro-Chavistas, provocando situaciones irregulares con saldos de heridos, presos y fallecidos.
Ante estos hechos, que condenamos rotunda y firmemente,  no nos cabe la menor duda que el Gobierno se quitó la máscara de democrático estableciendo una dictadura-castro-comunista. La farsa; no es otra que aquella que queriendo vender una gestión en favor del pueblo con “El Plan de la Patria”, es el establecimiento de un  régimen Comunista a través de las Comunas. La actual situación de conflictividad social, no es otra cosa que el resultado de un conjunto de acciones económicas, sociales y políticas totalmente erradas. 
El Socialismo del Siglo XXI ha traído consigo y sembrado odio, división y resentimiento. Siguen sin resolver, por el contrario, se agravan la inseguridad ciudadana, la inflación acaba con el salario y la destrucción del aparato productivo ha generado una escasez desmedida. 
El llamado a la “Paz”, es otra farsa o lo que coloquialmente se puede decir una “Trampa Casa bobo”, a la cual se sumaron los Empresarios, y el Gobierno en medio de las protestas, impone una tarjeta de racionamiento que no es otra cosa que mayor control de los ciudadanos con una “TARJETA DE ESCAZES SUBSIDIADA” y luego aplica una nueva devaluación “Legalizando” el dólar oficial al precio del dólar paralelo. 
Hoy, nos sumamos al rechazo de la Junta Patriótica Juvenil al rechazar la presencia de UNASUR, en la llamada Conferencia de Paz; puede haber Paz y Dialogo, cuando el Centro de Confrontación es la Asamblea Nacional y en su afán de seguir persiguiendo a la disidencia; en forma injusta, ilegal e ilegitima despoja el Presidente de la Asamblea, a la Diputada MARIA CORINA MACHADO de su curul, en un vil atropello y desmedida descalificaciones en contra de una dama. Por otra parte, el Gobierno construye paulatinamente un clima de impunidad, totalitarismo y corrupción que ha desvirtuado las instituciones provocando que más ciudadanos se incorporaran y participaran en las protestas pacíficas.
Declaramos que rechazamos la violencia como mecanismo para dirimir las diferencias, pero también rechazamos rotundamente el uso excesivo y desproporcionado de las FANB, Colectivos, etc., para intentar controlar las manifestaciones de calle. También rechazamos que por vía Judicial se ejercen acciones con nuestros Alcaldes, lo cual es contrario a la Norma Constitucional, Ley Orgánica de Participación Política y demás que rigen la materia para cargos de elección popular.
El Gobierno habla de “Dialogo” de “Paz”, al mismo tiempo que amenaza, persigue, reprime y matan a nuestra juventud estudiantil, por lo que no puede haber “Dialogo Posible” ante las circunstancias que nos presenta el Gobierno, manteniendo las mismas condiciones de injusticia que ha sido el motivo de las protestas ciudadanas.
Hacemos un llamado al país nacional, a la comunidad internacional, pero sobre todo al Gobierno, para que tome debida nota de lo aquí expresado.
La paz y el progreso solo se pueden lograr transitando el camino de la justicia y la plena vigencia del estado de derecho.

Gretzky Gonzalez
gegepe2005@yahoo.com.ar
@gegepe2005
FUNDALEONI

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viernes, 1 de noviembre de 2013

AMÉRICO MARTÍN, SU MAJESTAD, EL MIEDO., DESDE LA CIMA DEL ÁVILA

 “La vida es maravillosa si se la disfruta sin miedo” Chaplin
Hasta donde alcanza la vista la economía de Venezuela no tiene remedio. En términos de crecimiento del PIB a precios constantes –para hablar nada más que de esa variable, a sabiendas del sombrío panorama de las demás- nuestro país, que según el Banco Mundial venía saliendo de dos siniestros años de decrecimiento real (-3.2 en 2009 y -1.5 en 2010) volvió a caer estrepitosamente en el año en curso, esta vez con efectos desastrosos. Y por lo que se avizora, el venidero podría ser letal, si no hay cambios. Hasta el gobierno sabe que en 2013 (Año 14 de la “revolución”) el ruidoso proceso está en trance de zozobrar en medio de explosivas protestas sociales y cambios políticos muy profundos. 
En el nudo de semejante crisis está una fecha fija que arde como una antorcha: el 8 de diciembre. Esa nueva confrontación electoral dará salida al anhelo de cambio que recorre el país como río de azogue encendido, aunque el poder trate infructuosamente de desnaturalizarla o eludirla.
Desde que me conozco y muy especialmente en el ámbito de los intelectuales de la izquierda, escuché el apotegma que luego expliqué y amplié y documenté en muchas ocasiones: la economía más sana es la que tiene como centro al hombre. Si lo sacrifica en nombre de cifras abstractas, estará dominada por una perversidad básica, salvo que para rehabilitarla haya que pasar por momentos dolorosos de ajuste. Pero incluso esos períodos exigentes serán consecuencia de gestiones inhumanas acumuladas en el tiempo o de catástrofes naturales o sociales fácilmente identificables.
El Indice de Desarrollo Humano (IDH) creado por el PNUD,  permite medir sin dudas el efecto de los sistemas ensayados sobre los seres humanos en todos los aspectos relacionados con –préstame tu atrabiliario sentido de humor, Nicolás- la Suprema Felicidad Social. Y para no extenderme mucho, del fracaso del socialismo real o el del siglo XXI hablan las cifras con una silenciosa y demoledora elocuencia. 

Los diez países con mayor IDH son, todos ellos, modelos tradicionales nada revolucionarios. Noruega, Australia y EEUU son los tres primeros. China no figura en el lote, pese a su despliegue económico porque “no solo de pan vive el hombre”, dicho sea con palabras del escritor ruso post y antiestaliniano Vladimir Dudintseva 

Varios de los dirigentes que acompañaron al caudillo Chávez en su hora estelar y habían sido pregoneros entusiastas del mencionado apotegma, hoy ya no cuentan. Con el tiempo su voz fue desapareciendo en la bruma y ellos fueron reducidos a condición muy subalterna. Una mano invisible los ha desplazado para colocar en las posiciones influyentes a militares activos y en menor medida a “cuadros partidistas”, cuyo único combustible es la lealtad incondicional al mandamás de turno, a Maduro, quien pareciera más bien un “mandamenos” dado el incremento de los uniformados en la estructura nacional y regional del  régimen.
Es una degradación continua y amplia. No se trata, como en China, de negarle a sus súbditos derechos humanos elementales a cambio de elevarles el nivel de vida material, pari passu con su acelerado crecimiento en el marco del mercado. Se trata, como en Cuba, de algo peor: reducirles los derechos a su mínima expresión y condenarlos a la decadencia acelerada de su condición de vida.
El pregonado modelo socialista no funciona ni tiene la menor posibilidad de hacerlo. Chávez podía preservar la unidad y en alto la emoción de sus seguidores por su indudable ascendiente, pero lo de Maduro ha sido lamentable. Podría decirse que perdió todas las cartas. No tiene resultados que exhibir, su estilo es deplorable, su aislamiento es sobrecogedor. Si la alternativa democrática hubiera sido más eficaz en convencer a la parte del país que sigue apegada al poder, que el cambio abriría un ancho cauce al reencuentro y la reconciliación, las dudas sobre la competencia de Maduro hubiesen tal vez encontrado una salida pacífica y sin el temor a la retaliación, que el fallecido caudillo sembró en el país.
Por desgracia lo que queda en el arsenal del régimen es eso: el miedo. El arma del miedo es proteica. Se ha intensificado tendenciosamente el rumor sobre desestabilización, conspiraciones y preparativos criminales que van desde el magnicidio a la invasión extranjera. Maduro y Diosdado –los directores de la ruidosa orquesta- amenazan abiertamente con cárcel y dura represión a pacíficos dirigentes democráticos, y tienen el descaro de señalarlos por sus nombres sin presentar pruebas, indicios ni nada parecido. La justicia ha retornado a tiempos del absolutismo monárquico, sin debido proceso, derecho a la defensa ni obligación de fundamentar la acusación con medios de prueba. Se ha deshumanizado el aparato judicial. El bárbaro retroceso es de más de doscientos años.
Maduro no es un hombre informado. Sus desarticuladas emociones no le permiten aprovechar la experiencia histórica. Sintiendo el malestar del país y de la Fuerza Armada, ha querido calmarla entregándole más y más parcelas del gobierno. Trece gobernadores militares y cientos de colegas de uniforme tienen las riendas del poder.
Imposible olvidar la tragedia del presidente Allende. Preocupado porque el orden público se le iba de las manos, se lo entregó al generalato. En el último desfile popular de respaldo al gobierno, Allende saludaba a la multitud desde el balcón presidencial. A su lado, en silencio, Augusto Pinochet, a la sazón el máximo líder militar.
El miedo como política es contraproducente. Se vuelve contra sus autores. Es irrisorio y está condenado a la derrota.
amermart@yahoo.com
@AmericoMartin

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miércoles, 24 de julio de 2013

LENIN VALERO, ALGO HUELE MAL EN VENEZUELA

No hay jabón de baño, no hay crema dental y tampoco papel higiénico. Antes de sacar conclusiones obvias, es necesario que abordemos en profundidad la gravedad de lo que sucede, es imperativo advertir que la escasez crea angustia, pero la escasez de alimentos crea desespero y eso es mucho más peligroso.  

No hay azúcar, no hay leche en polvo, no hay cereales para los niños, no hay arroz, no hay aceite comestible, ni margarina y tampoco hay pollo. Entretanto, mientras se agota la capacidad de reserva alimentaria de Venezuela, la inflación está haciendo estragos, hay una fuerte caída de las reservas internacionales, por el orden de los 5 mil millones de dólares en lo que va de año y tanto la deuda externa como interna crecen de manera acelerada, obligando al país a solicitar esta misma semana el préstamo de unos 5 mil millones de dólares más a China, y en paralelo una encubierta devaluación de la moneda a través del Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad).

Un país sin seguridad alimentaria, desabastecido y atrapado en el torbellino de la inflación, es un país con debilidad política. De allí sale el mal olor. El desastre económico que vive Venezuela, es como un fango que creció sobre las cenizas de su destruido aparato productivo, tanto en la industria como en el campo venezolano. Y a la orilla de ese fango merodean los aliados de los burócratas, buscando divisas como rapiñas para sus empresas fantasmas, buscando “negocios”, mientras el empresario organizado muere de mengua esperando su asignación, para poder importar lo que los venezolanos consumimos, entre ellos cabe mencionar a las empresas farmacéuticas, a los laboratorios clínicos y todas aquellas empresas que nos suministran productos de alta tecnología.

Ahora, un país puede estar armado hasta los dientes, como dice estar el nuestro con las armas rusas, pero su soberanía está garantizada por la capacidad de autoabastecimiento que tenga y no por las armas que exhiba. Y para muestra un botón: la misma Unión Soviética cuando entró en crisis económica por falta de alimentos, incluyendo la alimentación de su poderoso ejército, tomó la decisión de disolverse, cayó el comunismo y el muro de Berlín, sin que se disparara un tiro. Lo que nos deja ver que las armas son buenas para la defensa, pero no para sostener ni contener el hambre.

La escasez en Venezuela es por parejo. Nos afecta a todos. Es posible que la inflación no afecte a los “enchufados” porque tienen dinero de sobra, y hasta pueden encontrar alimentos en los 40 silos que tienen en las cercanías de los puertos del país, pero los que estamos haciendo cola desde la madrugada para encontrar la leche, el azúcar o los cereales para los muchachos, estamos pensando seriamente en quién realmente es el culpable de todo esto. Hemos escuchado de los voceros del gobierno que la culpa es de otro y no de ellos, pero es bueno advertirles que los intereses oscuros contra la producción del país, los obstáculos al productor nacional y el acorralamiento a la iniciativa privada, le ha hecho y le hace tanto o más daño al gobierno que a quienes estamos en la cola, a pesar del sufrimiento que significa para cada padre o madre de familia esperar hasta seis u ocho horas por un pote de leche, un paquete de azúcar o un pollo.

La crisis económica, el desastre de la política económica del gobierno, se ha convertido en un monstruo de mil cabezas. Nuestra moneda está en sus ojos, se devalúa constantemente, en el resto del cuerpo tiene boquetes por donde desangra. Le tapan uno y se le abre otro. Entretanto, los que estamos en la cola sentimos que realmente algo huele mal en Venezuela.

Leninvalero2@gmail.com

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