BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

domingo, 13 de noviembre de 2011

NELSON MAICA C: PENSADORES 3 (POLITICA)

Seguimos. Estamos en el país que no existe. El meollo de la libertad consiste en la capacidad y la voluntad de hacer u omitir lo que uno quiere. La libertad sería la ausencia de coacción.
En el mundo real, tener libertad significa que las coacciones y las limitaciones que inciden en obrar y el querer de los individuos son reducidas al mínimo posible.
Pero, para que haya libertad de verdad, tiene que haber un orden liberal. El orden liberal no es un ámbito de pura libertad, sino más bien un orden de limitaciones pactadas.
La verdad de la que habla Dahrendorf no es un valor de eternidad, sino más bien la negativa al sacrificio de la libertad en favor de una ideología.
No hace falta analizar la obra completa de estos intelectuales, porque los que poseen la mínima educación liberal la conocen. Pero no está de sobra mencionar sus ideas más importantes.
Popper, el autor de La sociedad abierta, introdujo en las ciencias sociales el método hipotético deductivo: el proceso de falsificación de una hipótesis mediante observación empírica, que nos conduciría a buscar mejores hipótesis.
Berlín, nos enseñó que los valores están en un continuo conflicto entre sí y que sólo el pluralismo puede dar la base a un sistema liberal.
Aron, nos ofrece sus agudos análisis sobre la filosofía de la historia, pero sobre todo se le recordará por el concepto del observador comprometido, una suerte de fusión de la actitud del actor con la del espectador, una forma de participación interior en la causa que se está observando.
¿Cómo lograron estos hombres mantener su entereza? Se considera a los erasmistas como representantes de lo que se ha denominado “el espíritu liberal”, refiriéndose con ello a una determinada actitud intelectual que puede ser caracterizada mediante las cuatro virtudes cardinales.
Las virtudes teologales, la fe, la esperanza y la caridad, tienen poco que ver con la libertad política.
Fortitudo (valentía), iustitia (justicia), temperantia (templanza, moderación) y prudentia (prudencia) son las cuatro clásicas virtudes cardinales, comunes a la tradición clásica y a la cristiana, que Dahrendorf examina en la vida y en la obra de Popper, Berlin y Aron, los tres erasmistas paradigmáticos, consciente de que, a lo largo de la historia del pensamiento, han sido interpretadas de muchas maneras. El sociólogo las considera expresión de valores universales que se pueden lograr mediante el esfuerzo.
Dahrendorf considera que los tres erasmistas compartieron en mayor o menor grado, según sus temperamentos personales, las virtudes cardinales, pero también el origen judío, la experiencia del exilio y la creencia en la razón, o mejor dicho, la preferencia por la razón, porque estaban convencidos de que la razón no puede dar las respuestas a todos los problemas que padece el hombre.
Lo cierto es que defendieron la razón con una gran pasión, aunque reconocían que la relación entre la razón y la pasión no es tan sencilla, y que la debilidad fundamental de un orden liberal estriba en que es, por definición, una cuestión de cabeza, no de corazón. Pero también queda claro, por muy complicada que sea esta relación, que vincularse a la razón puede implicar una cierta pasión, pero responde, ante todo, a una decisión ética individual.
Ojo. A los erasmistas no hay que confundirlos con los disidentes (Vaclav Havel sería un raro ejemplo de combinación de cualidades erasmianas con la idiosincrasia del disidente) ni con los combatientes de la resistencia (de hecho la mayoría de los erasmistas revelan cierta cobardía a la hora de enfrentarse directamente con la violencia); tampoco con los mártires (pues no están dispuestos a inmolarse por sus ideas, porque no creen que éstas sean más convincentes por el sólo hecho de morir por ellas).
Si aceptaran una definición característica, ésta sería la de exiliados en sentido metafórico (aunque casi todos han pasado por esta experiencia real), es decir, exiliados que no se lamentan de su condición de tales y saben que su soledad es el precio de la libertad.
Afirma Dahrendorf que el erasmista sólo puede florecer en circunstancias extremas de amenaza al orden liberal. Con esto se explica la ausencia de este tipo de intelectual en países cuyo orden liberal nunca ha sido amenazado seriamente, como Inglaterra o los EE.UU.
Puede que haya allí sujetos que poseen estas cualidades o virtudes, pero permanecen ocultas. Los atentados del terrorismo yihadista en Nueva York, Madrid y Londres suponen la aparición de una amenaza totalitaria global al orden liberal. Más que nunca, necesitamos hoy a los erasmistas.
Es cierto que sus palabras no acallarán las bombas terroristas, pero pueden servirnos de brújula de la libertad. Es cierto que no es posible escribir manuales de cómo convertirse en un liberal y desde este punto de vista el libro de Dahrendorf es inútil, pero nos recuerda, con mucha pasión, que las ideas, si no mueven el mundo, sí mueven a los individuos.
Tips:
1.  El gobierno despótico tiene por principio el temor; pero, a los pueblos tímidos, ignorantes, desalentados, no les hacen falta muchas leyes.
2.  Los déspotas no tienen nada que pudiera normalizar el corazón de sus pueblos, ni el suyo propio.
3.  El despotismo es un mal porque excluye la legalidad.
4.  El despotismo es un estado con poder unificado; la moderación implica la multiplicidad, la co-presencia de varios poderes.
5.  En el gobierno despótico, el poder pasa por completo a las manos de aquel a quien se le confía, es el rechazo a compartir que constituye la raíz del mal. La existencia de las leyes legítimas es la protección minima contra la arbitrariedad de la fuerza. Hay que establecer un autentico equilibrio entre los poderes.
6.  El espíritu de una nación esta en la mentalidad de sus habitantes, en su ideología nacional. Esa ideología se presenta con coherencia interna, es omnipresente y se modifica lentamente. Todo intento de cambiar el espíritu de una nación con brutalidad produce resultados desastrosos. El espíritu de una nación no es inamovible.
7.  La única manera de prevenirse contra las consecuencias funestas de una mala elección es la de no optar por las soluciones extremas ni por los principios únicos; la de admitir la existencia regular de excepciones. Es preciso escapar tanto del fatalismo (pensar que nada puede cambiar el destino de los hombres y que, en consecuencia, no vale la pena actuar), como del intervencionismo rabioso (creer que todo depende del legislador o de quien tiene el poder).
8.  La justicia es eterna y no depende de las convenciones humanas.
9.  Todos los hombres tienen un instinto religioso, de conservación y social.
10.   El derecho natural es el fundamento del derecho en las sociedades humanas.
11.   Solo la fuerza detiene a la fuerza. La legalidad es la fuerza de todos, del individuo, del pueblo, porque abre una brecha en la unidad del poder. La nación es heterogénea porque esta integrada por individuos y grupos con intereses divergentes; por esta razón la unidad de los poderes es siempre un mal (contradice la naturaleza de las cosas) y su pluralidad, un bien.
12.   Las leyes tiránicas, por más que sean leyes, no participan de la moderación, ya que no hacen más que reforzar un único y mismo poder; solamente son moderadas las leyes que limitan a los demás poderes, es decir, aquellas que traducen en las instituciones la heterogeneidad de la sociedad.
13.   Toda distribución o repartición de los poderes es un bien, puesto que atenta contra el monopolio.
14.   La libertad política existe solo cuando no se abusa del poder. Para que no se pueda abusar del poder es preciso que, gracias a la disposición de las cosas, el poder ponga freno al poder.
15.   ¿Por qué no se asume con fuerza la no reelección de inmediato? ¿Por qué no se permite la movilidad política?
16.   ¡Van doce años haciendo promesas, desapareciendo los recursos que nos pertenecen a todos, destruyendo el país! ¡Es tiempo de exigir cuentas!
17.   ¡Dios y Federación!      Estado Anzoátegui: “Tumba de los Tiranos”.

“El gobierno no puede resolver el problema. El problema es el gobierno”.
Ronald Reagan
Caracas, Venezuela, 04/11/2011.
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MINUTO DIGITAL: EL PSOE PODRÍA PERDER MÁS DE 3 MILLONES DE VOTOS (DESDE ESPAÑA)

Una última encuesta sobre las próximas elecciones ofrece los siguientes resultados: el Partido Popular se encamina hacia los mejores resultados de su historia al lograr el 45,4% de los votos, lo que le daría entre 188 y 192 escaños. Mariano Rajoy lograría el apoyo de más de 11 millones de electores.

Por su parte, el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, perdería más de tres millones de votos respecto a lo logrado por José Luis Rodríguez Zapatero, no superando los 8 millones.

Respecto al resto de fuerzas políticas, Izquierda Unida lograría grupo parlamentario propio con 8 escaños: uno más en Madrid y otro más en Barcelona, además lograría actas en Valencia, Sevilla, Zaragoza y Asturias.

Por su parte CiU subiría de 10 a 13 escaños pero sería superada en voto, y probablemente en escaños, por el PP de Cataluña. El PNV volvería a ser la fuerza más votada en el País Vasco al recuperar voto del PSE, logrando 5 ó 6 escaños.

No podemos pasar por alto los resulados que podría obtener Amaiur que podría lograr representación en Guipúzcoa, Vizcaya y Navarra y podría tener grupo parlamentario propio.

En el grupo mixto estarán representados Coalición Canaria, que suma un nuevo escaño, a los dos que tiene en la actualidad por Tenerife añade otro en Las Palmas, gracias a su coalición con NC. UPyD que subiría de 1 a 3 escaños, todos por Madrid. ERC que baja de 3 a 1 escaño y el BNG mantiene sus actuales actas.

Además de Amaiur habrá dos nuevas formaciones: FAC, por Asturias, y EQUO-Compromís que obtiene escaño en Valencia y probablemente en Madrid.

Gabinete de Análisis Demoscópico para COPE

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sábado, 12 de noviembre de 2011

LA PROPUESTA DEL PRESIDENTE DE VOLVER A LA RETROACTIVIDAD ES POLÍTICA.- RED POR LA DEFENSA AL TRABAJO, LA PROPIEDAD Y LA CONSTITUCIÓN.

Lo que el gobierno tendría que explicarle a los venezolanos es ¿por qué no se crearon los fondos de pensiones, viviendas y aplicó el sistema de salud contemplado en la Ley del Trabajo vigente?

Cuando analizamos la propuesta presidencial de volver a la retroactividad de las prestaciones sociales nos encontramos que el estado venezolano es el mayor empleador con casi tres millones de trabajadores.

Por lo tanto la retroactividad a quien le crea un grave problema fiscal es al gobierno, ya que no discute la contratación colectiva vencida con sus trabajadores, tiene retraso en las cancelaciones de los beneficios laborales acordados, debe por pasivos laborales unos 50.000,oo millones de bolívares fuertes y tiene atrasos en el pago de las prestaciones sociales de los trabajadores que han salido de la administración pública por jubilación o retiro de más de BsF 10.000,oo millones. Un verdadero irrespeto a los derechos de los trabajadores.

Hoy el gobierno asume la reforma a la ley del trabajo del año 1997 como un robo a las prestaciones sociales de la masa laboral. Esto no es cierto, ya que los trabajadores estarían en mejores condiciones si se hubiese cumplido con los fondos de pensiones,  y  a la fecha, en los casi 13 años de este gobierno, por lo menos los trabajadores tuvieran ahorrados en ese fondo por más de BsF 60.000,oo millones lo cual les produciría beneficios adicionales como intereses o dividendos de las colocaciones efectuadas con estos recursos, y los que salieran jubilados obtendrían un monto adicional al serles entregado lo ahorrado.

El gobierno no cumplió con este importante instrumento de ahorro laboral que les hubiera permitido una mejora importante en sus beneficios del ahorro de la antigüedad de los trabajadores.

Otro de lo aprobado en la reforma a la ley del trabajo era el ahorro habitacional para la construcción de viviendas; si esto se hubiese aplicado por lo menos se habrían construido 1.500.000 viviendas en estos casi 13 años, pero no se aplicó ya que el gobierno desde su inicio comenzó a descalificar los grandes desarrollos urbanos que estaban llevando a cabo promotores privados.

Hoy el gobierno controla los fondos para la construcción de vivienda y los desarrollos habitacionales los lleva adelante, buena parte, con empresas extranjeras a costos más altos. Las viviendas construidas por el estado son públicas, no se les vende a los trabajadores como establece la reforma a la Ley del Trabajo.

Qué pasó con el sistema de salud?  establecido en la reforma laboral y que le permitía a los trabajadores y a sus familiares obtener una asistencia hospitalaria de primera y era optativo solicitar el servicio hospitalario en hospitales públicos o privados.

Después de 13 años el gobierno arremete contra la Reforma a la Ley del Trabajo como la responsable de la situación difícil en lo económico y social que tienen a los trabajadores venezolanos angustiados por el alto costo de la vida, falta de viviendas, hospitales públicos colapsados y sus ingresos salariales así como sus prestaciones sociales cada día son menores.

El gobierno insiste en buscar culpables a sus errores y equivocaciones la única razón por la cual no se aplicó la reforma laboral es porque el gobierno lo consideró contrario al socialismo ya que en los beneficios para los trabajadores en un sistema del Socialismo Siglo XXI no se contempla que tengan viviendas propias, ahorros y aumento de su capital personal ya que eso es capitalismo.

Vicente Brito
Presidente

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ZENAIR BRITO CABALLERO: ¡CONFORMISMO Y POBREZA MENTALQUE TRISTEZA!

Algunos economistas venezolanos especialmente los del gobierno socialista-comunista, expertos en perturbar los asuntos, reducen la condición del hombre a su mínima expresión. Según ellos, la mayor pretensión del ser humano sería alcanzar el más alto desempeño en el oficio que le haya correspondido, y hacerlo sin mayores salvedades o inconformismos que no tienen caso. 

No es necesario protestar por las cadenas que coartan la libertad, se trata más bien del aporte en trabajo y esfuerzo a la prosperidad de la sociedad venezolana en general, sin reparos en las consecuencias que sobrevengan por los modos de explotación y uso de la riqueza.

En este sentido, una fábrica que vierte sustancias tóxicas en una corriente de agua no sería preocupación del simple trabajador, que debe ocuparse sólo de las labores propias sin entrometerse en asuntos que no le competen -también es cierto que de hacerlo pone en riesgo su trabajo y la posibilidad de un empleo futuro-; dedicación, empeño y amor a lo que se hace, y por lo que se recibe una paga, sin que importe nunca “el resultado final”,

 Así de simple. Es lo que estos economistas llaman “la visión túnel”. Considera esta teoría que somos seres anónimos de una estructura social abstracta y global, en la que cada quien aporta a procesos cooperativos de producción que involucra a millones de individuos de un modo impersonal e indirecto.
Se trata de la interacción entre lo micro y lo macro de la economía. El “resultado final” del proceso productivo, conceptúan, es mejor ignorarlo pues lo único en lo que se tiene injerencia es en lo micro, tarea que desempeña cada quien en su trabajo. 

No hay remedio entonces, pues el hombre va a estar supeditado a condicionamientos sociales y económicos que obran como si se tratara del propio destino, sin poder anticipar en nada hacia dónde conducen o cuales han de ser las consecuencias.

La economía contiene esta suerte de incertidumbre, pues es muy difícil controlar los resultados de cualquier actividad productiva.
Asistimos pues, al resurgimiento de tendencias reaccionarias que se oponen a las manifestaciones de libertad, a la conciencia social por la crisis económica, a las protestas por reformas educativas y, en general, al rechazo por la sobreexplotación de los recursos naturales, en términos de una concepción de sociedad y de hombre demasiado conformista y retardataria. 

Dicen, p. ej., de los estudiantes que protestan por reformas educativas, son unos ignorantes de la realidad social y de las leyes del capitalismo, y por tal razón están equivocados en las consignas y reclamos respecto a la educación, por ser un asunto que desconocen y del que no tienen por qué preocuparse, pues lo único que les concierne es el estudio, asistir a clases y salir a trabajar cuando llegue la ocasión. 

No les queda más que resignarse a la versión de hombre de Ítalo Calvino: “El hombre puede verse reducido a ser una langosta…y confesarse satisfecho, no discutir ni mucho ni poco el hecho de ser langosta sino sólo el mejor modo de serlo”. Es decir, aceptar las cosas tal y como son y no hacer nada por modificarlas. ¡Desempeña bien tu trabajo! Sólo esa, es la recomendación, fruto de la pobreza mental de algunos economistas pro gobierneros socialistas-comunistas, que por supuesto no son todos. 


Zenair Brito Caballero 
britozenair@gmail.com
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RAFAEL GROOSCORS CABALLERO: EL POR QUÉ SOMOS DE “LA OTRA OPOSICIÓN”

            En un evidente exceso autocrítico, muy confundidos,  nos habíamos dicho que por ahora no nos convenía continuar exponiendo nuestras ideas acerca de la insuficiencia de la estrategia de la MUD –la oposición oficial--  para salvar a Venezuela de su caída hacia el precipicio al cual la ha  enrumbado el pernicioso socialismo del actual régimen. No deberíamos continuar diciendo, por ejemplo, que “las primarias son secundarias” y que habría que ir, más allá de los Partidos Políticos, para encontrar, en y con la sociedad civil venezolana,  la “unidad perfecta”, mucho más ambiciosa que la unidad posible, la cual,  con mucho esfuerzo,  alcanzaron …¡al fin, en la MUD!.... los operadores tradicionales de la democracia criolla. Desde luego, no deberíamos hablar de “la otra oposición” ni mucho menos de “la segunda mesa” de la unidad. Nos habían reclamado el lenguaje, aparentemente destructivo, de un ideal consensuado, como cuando en los severos ejercicios del razonamiento dialéctico lo que se postula por negación, termina por ser afirmado. Nos habían dicho, con acritud, que nuestras ideas “espantaban” a los indecisos, naturalmente antichavistas, quienes ahora sí se sentirían dispuestos a votar por el candidato escogido en primarias, para vencer a Chávez y salvar a Venezuela.
           
Pero observamos que pasan los días y no aparecen los signos de un cambio hacia una nueva estrategia, capaz no sólo de vencer al “enfermo”, tarea en la cual podría ayudarnos la Providencia, sino de apuntar hacia la instauración de una empresa salvadora del destino inmediato de Venezuela. No puede ser que no seamos capaces de entender que las circunstancias, ya metidos en el Siglo XXI, nos obligan a concebir una propuesta que no se limite a “salir de Chávez”, a sustituir un caudillo por otro y hacer caso omiso si no a los fracasos, a las insuficiencias programáticas que sufrieron todos los demás gobiernos anteriores, cuando se analiza la magnitud material y humana del fenómeno Venezuela, como unidad histórica, llamado desde hace tiempo a convertirse en uno de los primeros países de la América Latina, mucho más allá de México, Brasil, Chile y la Argentina.
          
Hay seis millones de venezolanos –los de la abstención--  que no votan, porque, de alguna manera, protestan el discurso político, de unos y de otros; el discurso “socialista” del líder bolivariano gobernante, así como  el discurso “social demócrata” de los aspirantes de la oposición formal. ¿Por qué tienen que sentirse motivados por unos “challengers” que apenas sí prometen que serán distintos  a quien esperan suceder en la primera magistratura? ¿No nos damos cuenta de que no avanzamos en la lucha contra la pobreza y que cada vez hay más desempleo, hambre y miseria en nuestro entorno humano; que crecen los índices de insalubridad pública; que la educación de nuestra gente es cada vez más precaria; que nuestra economía se desploma, con un fisco endeudado y unas otrora grandes empresas al borde de la quiebra? ¿Qué toda la infraestructura pública del país se hunde? ¿Que no producimos ni siquiera para alimentarnos y que cada vez más dependemos del petróleo –el “excremento del diablo”, como lo llamó Pérez Alfonso— para subsistir? ¿Que ya nadie habla de la petroquímica y de los miles de miles de productos en los cuales pueden transformarse nuestros hidrocarburos? ¿No nos damos cuenta de nada de esto y que al respecto no proponemos nada que active nuestra imaginación e ilumine nuestra esperanza? Se acaba Guayana. Ya no hay mineral en el cuadrilátero ferroso del Imataca; ya nos olvidamos de producir acero y sus interesantes aplicaciones industriales, en transformación primaria. Sidor se nos fue de las manos. Nos olvidamos que Venezuela era --.¡era!-- uno de los principales países del mundo en la producción de aluminio, con la bauxita en óptima calidad y suficiente cantidad, ubicada en el mismo cónclave geográfico donde el agua sobraba para su conversión en poderosa fuente de energía. ¿Es este recuento de perversos descuidos lo que vamos a dilucidar en las primarias o vamos a resolver en las elecciones de octubre? ¿Qué puede importarnos Chávez, vivo o muerto, enfermo o sano, cuando no somos capaces de comprender qué es lo que la historia nos impone y cuál es el mensaje verdaderamente “revolucionario” que esperan oír esos otros seis millones de venezolanos, quienes conjuntamente con nosotros conforman “la otra oposición”?
           
Más que los nombres de los líderes, lo que debería conjugar, unir, concertar y concentrar a los venezolanos en una superestructura política, en otra MUD, más amplia y sin excluir a la otra, tendría que ser un programa, un plan de acción a corto, mediano o largo plazo, acordado por las mentes más lúcidas del país, sin apego dogmático a ningún manifiesto ideológico. Una gran propuesta plausible, de comprobada factibilidad, que apunte hacia la superación de nuestra sociedad, sin sacrificio de ninguno de los valores esenciales de la democracia. Sobre todo el valor de la libertad, pero muy especialmente el referido a la igualdad, en cuanto cada uno de los casi treinta millones de venezolanos tiene potencialmente algo o mucho que aportar a una nueva nación, conformada como una potencia confederada, autonómica, gobernada por todos y no por una secta o un hombre o un partido, sino por instituciones legítimamente representativas del sentir nacional.  
           
grooscors81@gmail.com.-

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ANDREA SMALL CARMONA: ENTREVISTA JAIME REQUENA, INVESTIGADOR Y GERENTE GENERAL DE LA FUNDACIÓN UNIMET

"Con este Gobierno se ha reducido la producción científica"
         El autor del libro Ciencia y Poder señala que aunque los conflictos entre ciencia y política siempre han existido, nunca habían sido tan graves como en la gestión de Hugo Chávez

        El mayor de los retos es hacer que el Gobierno, la academia y las empresas privadas que aportan los recursos puedan establecer un diálogo efectivo, dice Requena

E n la historia de la ciencia venezolana son muchos los conflictos que se han suscitado entre los responsables de hacer investigación y los gobiernos de turno. Jaime Requena, biólogo venezolano, miembro de número de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales y actual gerente general de la Fundación Universidad Metropolitana, hace un recuento de esa situación en su más reciente libro titulado Ciencia y poder: eco de sus conflictos.
       
El texto, publicado en octubre de este año con el apoyo de la Fundación Fondo Editorial Simón Rodríguez, la Gobernación del Táchira y la Lotería del Táchira, es una recopilación de textos sobre política científica venezolana, difundidos en varios medios de comunicación nacionales e internacionales entre 1980 y 2010. A partir de allí, Requena hace un análisis de cuáles han sido las relaciones entre los gremios científicos, el poder público y el sector productivo desde hace 30 años, con especial énfasis en el panorama vigente.

--En su libro sostiene que la ciencia venezolana vive momentos difíciles.

--Yo diría que ahora más que nunca antes. Eso puede comprobarse con la medición de varios indicadores.  La producción de artículos publicados es uno de ellos.
        Con este Gobierno se ha reducido la producción científica a valores que nunca habíamos tenido. Hasta no hace mucho, yo diría 15 o 18 años, Venezuela era referente regional obligado en cantidad de publicaciones en revistas arbitradas y especializadas. Solíamos asesorar a países como Brasil, Colombia y Argentina en materia de inversión y estímulo a la producción de conocimientos. Estamos en franco retroceso porque no se nos permite avanzar. Es importante mencionar que los problemas entre científicos y autoridades no nacieron con este Gobierno, siempre los ha habido. Pero nunca se habían deteriorado tanto las relaciones como con la gestión de Hugo Chávez.

--¿Puede mencionar algunos de esos conflictos anteriores al gobierno de Chávez?

--A mediados de los ochenta, durante la Presidencia de Jaime Lusinchi, el Gobierno intentó desconocer los derechos laborales de los investigadores extranjeros que habían trabajado aquí por décadas y que habían entregado su carrera a la ciencia venezolana. Curiosamente, este ha sido el único conflicto que se ha documentado como resuelto en la historia de la ciencia venezolana.  Otro muy famoso, fue el caso de Luis Razetti, cuyas investigaciones científicas lo llevaron a hacer algunas críticas al gobierno de Juan Vicente Gómez, cuyo gabinete lo obligó a renunciar a la Presidencia de la Academia de Ciencias. Como estas, hay muchas otras historias.

--¿Cuál es el problema más grave asociado a las políticas públicas que enfrenta la producción científica en este momento?

--Un criterio de inversión oficial centralizado, que está determinado por la ideología política. Un ejemplo de ello es la partida presupuestaria que se asignará a las universidades con el presupuesto de 2012, equivalente a 1% del PIB. Todo el mundo sabe que la mayor parte de la producción científica se gesta en las universidades. Solamente a través de la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación se recaudará un monto correspondiente a 3% del PIB. Si de allí saliera el financiamiento para las universidades, ¿dónde queda el restante 2%? Te lo puedo decir: se asigna con criterios poco claros a investigadores con credenciales que nadie conoce y que fueron insertados en el sistema con los cambios ejecutados al antiguo Programa de Estímulo al Investigador. Eso, sin hablar de los temas de investigación que el Gobierno decidió apoyar y que dejan sin recursos a buena parte de la ciencia básica y aplicada que se hace en el país.

--Entonces, ¿cuál es el reto?

--Considero que el mayor de los retos es hacer que el Gobierno, la academia y las empresas privadas que aportan los recursos puedan establecer un diálogo efectivo y un sistema de aportes y desembolsos que beneficie a todas las partes. Eso es algo que debemos revisar dejando de lado tintes políticos. La mejor ciencia es la que se puede hacer con independencia de pensamiento.

--¿Cuál es el papel que juegan los medios de comunicación en esta dinámica?

--Es fundamental. Los medios son los aliados más importantes que tenemos. Sin ellos no habría manera de documentar la historia de la ciencia en Venezuela ni en ningún otro país. De hecho, este libro es un análisis que se desprende de una recopilación de trabajos de periodismo científico, publicados en diversos medios impresos nacionales. En este punto quiero hacer una especial mención a El Nacional, que siempre ha hecho grandes esfuerzos por mantener esa magnífica escuela heredada de Arístides Bastidas. El resto de los medios a veces publica cosas, pero es un tema que todavía falta por trabajar.

--¿Hace falta entonces más divulgación científica?

--Sin duda. Con todo y la crisis que actualmente atraviesa el sector, en Venezuela se hacen trabajos de investigación muy interesantes que merecen ser contados. Además, necesitamos más comunicadores dispuestos también a explicar cuál es la situación actual sobre políticas públicas en materia científica. Sólo así podremos llegar a la gente y explicarles que se trabaja para lograr mayor bienestar.

asmall@el-nacional.com

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ALBERTO BENEGAS LYNCH (H) *: CRISIS GLOBAL, BARAJAR Y DAR DE NUEVO (CATO INSTITUTE)

En momentos de escribir estas líneas, el mundo está en vilo porque parece que la idea del default griego va y viene sea quien esté a cargo del gobierno y de elecciones anticipadas y la eventual ratificación parlamentaria del rescate, en el contexto de las nuevas alquimias europeas: “salvatajes”, quitas, recapitalización de bancos, autorización del G-20 en Cannes de una nueva línea de crédito al FMI (!nada menos!) y, como señala The Economist, discusiones sobre la posibilidad de que “la cuna de la democracia” en algún momento se aparte de la eurozona y se tiente con el dracma. Aunque estos asuntos no se precipiten y se estiren algo debido a los recientes cambios de timón, la situación (desatada por gastos y deuda estrambóticos) no se resuelve con nuevos manotazos de ahogados, paliativos siempre circunstanciales y parches que no cubren agujeros y solo acentúan la sangría de los contribuyentes. Por otro lado, una detonación aun más estruendosa puede venir por el lado de Italia, una economía siete veces mayor a la de Grecia pero con algunas grietas de mayor profundidad. En tanto, el gobierno estadounidense también sigue en la danza macabra de gastos inauditos, déficit y deuda crecientes y subsidios a empresas inviables (siendo Solyndra el caso más explosivo por su quiebra estrepitosa), mientras mira a Europa con cierto pánico debido a estrechísimas relaciones comerciales. Situación toda sumamente difícil debido a asfixiantes regulaciones anticapitalistas, desmenuzadas con rigor por Niall Ferguson de Harvard en su acalorado debate con el ultraintervencionista Jeffrey Sachs de Columbia, en el programa televisivo de Fareed Zakaria.

Piénsese lo que se piense son las soluciones y las recetas cotidianas en los diversos países del orbe, hay pocos que dudan que estamos frente a una crisis de proporciones mayúsculas de la que solo vemos la punta del iceberg. Las causas de tamaños desbarajustes no se gestaron de la noche a la mañana, se remontan a lejanos tiempos. Los aparatos estatales vienen inflándose a pasos agigantados de hace añares. Solo consideremos que antes de la Primera Guerra Mundial, la participación del gasto público giraba en el orden del tres al ocho por ciento del producto bruto interno. Hoy en algunos lares del llamado mundo libre alcanza al sesenta por ciento y en general ronda el cuarenta. El respeto a los derechos individuales en aquella época era ampliamente reconocido y protegido.

Hasta contradictores de la sociedad abierta como Keynes con las sorprendentes estadísticas que exhibió en su libro sobre moneda le ha dado sobrado crédito a esa etapa de la civilización que va del Congreso de Viena a la mencionada conflagración, y socialistas como A. J. P. Taylor en su célebre historia de Inglaterra recuerda que “Hasta agosto de 1914 un inglés sensible y cumplidor de la ley podía pasar por la vida y prácticamente no notar la existencia del Estado, más allá del correo y la policía. Podía vivir donde quisiera y como le gustara. No tenía ningún número oficial ni cédula de identidad. Podía viajar al extranjero y dejar este país sin pasaporte y sin ningún permiso oficial. Podía adquirir con su moneda cualquier otra sin restricción o límite alguno. Podía comprar bienes de cualquier país del mundo en los mismos términos con que podía hacerlo localmente. A esos efectos, un extranjero podía pasar su vida en este país sin informar a la policía […] El inglés pagaba impuestos en una escala modesta, menos del ocho por ciento del ingreso nacional”.

Stefan Sweig en su autobiografía subraya como en el siglo de oro de la Viena cosmopolita, el respeto a la propiedad, la seguridad en los transeúntes y en los hogares, la solidez de la moneda, la estabilidad en el trabajo, las mejoras en los niveles de vida de todos era consecuencia de que los gobiernos gobernaban muy poco y por la calle era valorado y reconocido un cantante de ópera o un literato pero no un político que pasaba desapercibido: “nuestro emperador Francisco José, en sus ochenta años, nunca leyó un libro más allá del Reglamento Militar” pero “celebrábamos la libertad del individuo que estimábamos como el bien más sagrado de todas las cosas”.

Tal vez el mayor malentendido de nuestra época consista en el concepto de igualdad. En lugar de comprenderlo como igualdad de derechos ante la ley, se pretende la igualdad de resultados lo cual es incompatible y mutuamente excluyente con la primera igualdad mencionada puesto que para utilizar la ley como instrumento igualador de resultados necesariamente debe imponer la desigualdad de derechos. Y la consecuencia inexorable de este travestismo que se traduce en la destrucción de marcos institucionales clave es el mayor empobrecimiento. El delta entre mayores y menores ingresos o el Gini Ratio que mide la dispersión del ingreso no resultan datos relevantes, lo medular es que todos progresen, es decir, el mejoramiento en el promedio ponderado, lo cual se logra maximizando las tasas de capitalización que son fruto de marcos institucionales civilizados, entre lo que sobresale el respeto a los derechos de propiedad. Al fin y al cabo, las desigualdades de patrimonios e ingresos son el resultado directo de los juicios emitidos por la gente respecto de las distintas eficiencias para atender sus respectivos reclamos (a menos que se otorguen privilegios a pseudo-empresarios en cuyo caso se contradicen las bases de la sociedad abierta). Este es el sentido por el que el premio Nobel en Economía Friedrich A. Hayek ha resumido la idea en The Constitution of Liberty : “La igualdad de las normas de derecho es el único tipo de igualdad que puede asegurarse sin destruir la libertad”.

Sin entrar en asuntos demasiado técnicos, uno de los aspectos económicos más delicados se refiere al sistema bancario de reserva fraccional manipulado por la banca central que se traduce en que los bancos están de hecho en estado de insolvencia permanente, lo cual se pone en evidencia cada vez que ocurre un cambio en la demanda de dinero. Esto debe modificarse con urgencia en lugar de insistir en los inconducentes Acuerdos de Basilea (uno, dos y tres) cuyos gruesos errores se ponen en evidencia en detalle en el ensayo en colaboración de Kevin Down, Martin Hutchinson, Simon Ashby y James Hinchliffe titulado “Capital Inadequacies, the Dismal Failure of the Basel Regime of Bank Regulation” (Policy Analyisis, Washington DC, Cato Institute, No. 681, 2011).

Pero la crisis global es antes que nada consecuencia de un grave problema ético, puesto que de eso se trata cuando no se respetan los proyectos de vida de quienes no lesionan derechos de otros. En todo se ha metido el aparato de la fuerza del Leviatán. Hasta los llamados “moderados” aceptan esa insolente intromisión. Frente a cualquier problema se sugiere que se dicte una ley con lo que no se dejan resquicios para la libre disposición de la vida y la hacienda de cada cual. Los colegios y las universidades están plagadas de textos en los que de una u otra manera se cantan loas al apretujamiento del individuo hasta convertirlo en una caricatura humana que se asemeja más al rebaño servil y dúctil por las resoluciones siempre crecientes de gobiernos cada vez más voraces y adiposos.

En este sentido, la situación es como la describe Tocqueville: “aquellos lugares en los que primó un gran progreso moral y material, tienden a dar eso por sentado” y ese es el momento fatal puesto que la libertad requiere —exige— que se conozcan sus fundamentos y se los difunda, de lo contrario se revierten esos valores y principios sobre los que se edifica la sociedad abierta y el derrumbe es seguro. Como tantas veces hemos insistido, todos estamos interesados en que se nos respete, independientemente de cuales sean nuestras inclinaciones y actividades, por ende, todos tenemos la obligación moral de contribuir a  mantener el edificio de la libertad y el consecuente respeto recíproco. Si solo se declama pero no se hace algo cotidianamente, el resultado está a la vista, esta es la explicación de la decadencia, a diferencia de lo que hacen los gramscianos quines trabajan a diario en el estudio y la difusión de su ideario autoritario.

Para oponerse a esta maldición recurrente se necesita honestidad intelectual y coraje moral. Es indispensable “barajar y dar de nuevo” en el sentido de reconsiderar los crímenes —en sentido figurado y literal— que ha comedido el monopolio de la fuerza, el agente teóricamente encargado de velar por nuestro derechos que los ha conculcado a mansalva, sin piedad para nadie que se pretenda interponer al barrido de las libertades de las personas. Tal como previó Hamlet en la quinta escena del primer acto, estamos “fuera de quicio” y, por eso, en la tercera escena del quinto acto ofrece la solución al enfatizar que “las enfermedades que crecen drásticamente, deben ser curadas con medidas drásticas, o no serán curadas en absoluto” (lo cual ya había anticipado en su tan reiterada y poco comprendida respuesta al “ser o no ser”).

Por ahora, si nada se hace de fondo para cambiar la situación, seguiremos la tendencia que utilizamos metafóricamente y que Julio Cortázar marca en sentido literal en su “Casa tomada”: estamos en retirada, mientras los intrusos e invasores al mundo civilizado agrandan exponencialmente sus posiciones en nuestro  propio territorio (esto dicho a pesar de las tenebrosas e inaceptables simpatías del autor del cuento por la sanguinaria tiranía castrista y su apoyo incondicional al adefesio sandinista).

Ortega y Gasset ha resumido bien el asunto que venimos tratando: “Si usted quiere aprovecharse de las ventajas de la civilización, pero no se preocupa usted por sostener la civilización…se ha fastidiado usted. En un dos por tres se queda usted sin civilización. Un descuido y cuando mira usted en derredor todo se ha volatilizado”. En mi país, la Argentina, hoy es frecuente la cantinela de que “la oposición es un desastre, todos fragmentados y no hacen nada” a lo que suelo responder con escasa dosis de diplomacia “¡que oposición ni oposición! ¿qué haces vos querido?”

Personalmente me he sumado a tantos trabajos que apuntan a revisar y reconstituir las instituciones en muy diversas direcciones, al efecto de permitir que se abran de par en par las ventanas por donde entrará nuevamente el oxígeno vivificador a un mundo que pueda llamarse legítimamente libre y digno. Esto justificará nuestra existencia frente a nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, para que nunca puedan decir que no intentamos trasmitirles un ámbito decente en el que puedan vivir sus vidas en plenitud y sin las amenazas y acechanzas del canibalismo de megalómanos incrustados en los pasillos del poder.

* Académico asociado del Cato Institute y Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Argentina.

Este artículo fue publicado originalmente en El Diario de América (EE.UU.) el 10 de noviembre de 2011.


http://www.elcato.org/crisis-global-barajar-y-dar-de-nuevo


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EDITORIAL DIARIO RIO NEGRO: NEOLIBERALISMO MARXISTA (DESDE ARGEN TINA)


Jin Liqun, cuando advirtió que, si bien el Estado benefactor sirve para que los rezagados puedan disfrutar de la buena vida, también debilita la voluntad de trabajar duro y por lo tanto causa más pobreza.
Los habitualmente denostados "neoliberales" no son los únicos que creen que la crisis económica europea es la consecuencia previsible del Estado benefactor de los países más desarrollados del continente y que para superarla será necesario desmantelar muchos programas de ayuda social. Comparten plenamente su opinión los jerarcas del Partido Comunista chino. Lo confirmó hace poco el jefe del fondo oficial de inversión de China, Jin Liqun, cuando advirtió que, si bien el Estado benefactor sirve para que los rezagados puedan disfrutar de la buena vida, también debilita la voluntad de trabajar duro y por lo tanto causa más pobreza. 

En cuanto a las leyes laborales que están procurando defender los sindicatos y los partidos políticos izquierdistas de Europa, a juicio de quien está en condiciones de decidir cómo invertir los 400.000 millones de dólares del fondo soberano chino, "inducen pereza e indolencia". En otras palabras, comunistas chinos como Jin Liqun coinciden con la canciller alemana Angela Merkel y otros que atribuyen las dificultades de los integrantes menos dinámicos de la Unión Europea a la haraganería de una proporción excesiva de sus habitantes, razón por la que se resisten a invertir su dinero en lo que temen resultaría ser una especie de agujero negro.

Desde el punto de vista no sólo de los progresistas occidentales sino también de muchos que se consideran conservadores, el lenguaje empleado por Jin Liqun es anacrónico, para no decir antediluviano, más apropiado para un fanático del Tea Party norteamericano que para el representante de un gobierno que sigue llamándose comunista. En el Occidente, la izquierda moderada ganó "la batalla cultural" hace varias décadas, con el resultado de que sus planteos forman parte del sentido común de casi todos los políticos e intelectuales. En nuestro país, las actitudes resultantes son virtualmente hegemónicas. Insinuar que en última instancia los pobres son responsables de su propio destino y que muchos desocupados son vagos equivale a "culpar a la víctima" que, como todos saben, debe su condición desafortunada a la perversidad del sistema capitalista o a la indiferencia de la sociedad. En base a este presupuesto, muchos gobiernos, incluyendo el kirchnerista, dan por descontado que para lograr un grado mayor de equidad socioeconómica hay que "redistribuir" el ingreso y aumentar los subsidios para quienes perciben menos. Aunque a veces los políticos hablan de la necesidad de difundir "la cultura del trabajo", con escasas excepciones parecen convencidos de que lo que más importa es la solidaridad del gobierno de turno ya que la desigualdad se debe a la codicia de los pudientes.

La actitud de las elites tanto políticas como empresarias de China y de otros países del este de Asia es muy distinta. A diferencia de los dirigentes occidentales, creen que es fundamental estimular el esfuerzo de cada uno y no sienten ninguna simpatía por quienes se resisten a hacer su aporte al bienestar común. Por lo demás, no se trata de una forma de pensar limitada a los grupos dominantes; en el mundo entero se ha hecho célebre el fuerte compromiso de casi todos los chinos y coreanos con "la cultura del trabajo" y con la educación. Así las cosas, deberían sentirse preocupados los entusiasmados por el resurgimiento vertiginoso de China bajo un régimen nominalmente comunista, el que apenas treinta años atrás optó por una versión sui géneris del capitalismo dirigista, y por el presunto fracaso de las desagradables recetas "neoliberales" que se han ensayado en Europa y, a su modo, en nuestro país. Si, como algunos prevén, China pronto se consolida como una superpotencia financiera, a cambio de su ayuda exigirá reformas mucho más draconianas que las pedidas por el FMI. Mientras que los directivos del organismo dominado hasta ahora por Estados Unidos, miembros de la Unión Europea y el Japón se han sentido obligados a pensar en lo que sería tolerable en los países del Primer Mundo, los chinos están acostumbrados a basar sus recomendaciones en pautas que son incomparablemente más rigurosas. Tratarán a los demás como tratan a sus propios compatriotas y, desde luego, no vacilarán en presionar a gobiernos de países en apuros para que dejen de subsidiar a quienes en su opinión son vagos parasitarios.

http://www.rionegro.com.ar/diario/opinion/editorial.aspx?idcat=9542&idArt=751096&tipo=2

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viernes, 11 de noviembre de 2011

THAYS PEÑALVER : A LOS CANDIDATOS DE OPOSICIÓN (CON OPCIÓN)

Existe una anécdota del senador demócrata Adlai Stevenson, uno de los más grandes oradores estadounidenses, en plena campaña presidencial contra nada menos que el general Eisenhower. Su campaña había sido excepcional y sus programas eran sencillamente fabulosos, así que una admiradora se le aproximó y le dijo: "por usted votará toda persona pensante" a lo que Stevenson replicó: "madame, eso no es suficiente, necesitaré mayoría". ¿Qué quería decir Stevenson con esto? Que con programas efectivos y políticas públicas precisas, no necesariamente se logra la mayoría, por eso es por lo que muchos candidatos optan por mercadearse como si fueran productos. Esto llevó a Stevenson a decir que cuando un político tiene que recurrir a esa treta, se convierte en: "la última cosa indigna que puede ocurrir en democracia".

Estamos por iniciar el último viaje a unas elecciones en Venezuela y lo primero que debemos hacer, es pensar diferente a como hemos pensado hasta ahora. Lo segundo, como dijo Stevenson es no mercadearse como ha venido ocurriendo, porque es indigno y contrario a la democracia. Tenemos el deber inexcusable de reencontrarnos con la política y sobre todo dejar de tratar al elector como lo trata el otro, como pendejos y es bueno ya comenzar a entender que nuestro pueblo de eso no tienen ni un pelo. Si eres de los que piensas que proponiéndole un programa de mil páginas donde en blanco y negro solucionas el problema de la inseguridad, la inflación y la escasez de viviendas los vas a cautivar, te equivocas. El venezolano quiere que le hables con pasión, que señales al responsable de sus males cotidianos, que emplaces a tu adversario para que le cantes a la cara una a una sus corruptelas, las injusticias cometidas, sus desmanes y además que lo tutees, para que te empiece a respetar.

Les sugiero que de cara al elector agradezcan al pasado, pero deslástrense de este, de la misma manera que debemos aprender de este presente y superarlo. Ganará como político quien le diga al elector que el pasado quedó atrás y que ni la cuarta, ni la quinta república secuestrarán a la sexta. Porque mientras la cuarta y la sexta estén unidas, el elector preferirá siempre a la quinta y esta es una realidad y un obstáculo que no deja morir lo que debe morir, para que nazca lo que todos deseamos. Si tenemos políticos en serio, este es su momento histórico, porque son ellos quienes deben proponer la fórmula para la paz y es que a veces para avanzar, hay que sacrificarse para que otros puedan alcanzar las metas. Lo que percibe el antichavista que no es de la oposición, es que hay algo podrido en Dinamarca por eso pa´trás ni para coger impulso.

Ganará el que tenga las "voluntades" de enfrentar estas realidades y proponga a los más humildes, que son pobres pero no idiotas, un gobierno digno. Ganará quien le diga a Chávez, presidente, pídale a su Instituto de Estadísticas que le dé el listado de las 700 mil casas hacinadas, para que le entregue el millón de viviendas a quienes las necesitan y no a sus seguidores que son quienes se anotan en 2 y hasta 3 listas para llevárselo siempre todo. Porque la realidad es que hay 700 mil hogares que continúan viviendo hacinados porque en 12 años, los verdaderos pobres no han podido recibir nada. Simplemente recuperen un poco de dignidad para ellos y como dijo Stevenson, obtendrán la mayoría.

Finalmente, recuperen lo que por historia nos pertenece, el rojo de nuestra bandera, las consignas sociales y a ese venezolano que es noble, inteligente, hábil y firme en sus convicciones, a ese que es heredero de una casta de hombres que como decía Andrés Eloy Blanco: "fueron los únicos que en el mundo salieron a conquistar países, pero nunca para procurarse ni un palmo de tierra, sino para garantizarle a cada país su libertad".

@thayspenalver

thayspenalver@me.com 

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ZENAIR BRITO CABALLERO: ¡LOS VALORES SON INSUSTITUIBLES E IRREMPLAZABLES!

Hace algún tiempo escribí en un artículo de opinión, que definitivamente en la vida existe una escala de valores insustituibles e irreemplazables inherentes a la condición humana, que determinan la grandeza de espíritu de los seres, su dignidad, su sentido de la moral, la rectitud y buena fe de sus actos, la responsabilidad y seriedad en el compromiso adquirido, la verticalidad en el comportamiento social y político, y la transparencia en la relación con los demás.
Los valores hacen posible el coordinado manejo de la convivencia en las sociedades, permiten el desarrollo serio y responsable de las relaciones humanas a todos los niveles. Los valores van de la mano con la concepción que cada hombre tiene de su existencia y de ellos depende la armonía interna y espiritual de cada cual.
Dentro de esa tabla de valores, los morales son sin lugar a dudas los más importantes, pues orientan nuestras conductas, facilitan nuestro crecimiento individual para aportar lo mejor de nosotros a la comunidad, nos hacen mejores personas, nos conducen por los caminos del bien, de la honestidad, la justicia, la responsabilidad, el respeto y la lealtad hacia los demás.
Los valores están cimentados en la palabra, como la representación moral de la expresión del pensamiento humano, que en todos los pueblos y en todas las épocas, ha sido factor fundamental en el desenvolvimiento y desarrollo de las sociedades, en todos los órdenes, por su poder de afirmación o negación.
Cuando la palabra se empeña y se compromete voluntaria y libremente para hacer o dejar de hacer algo, para realizar o ejecutar una acción o no, el hombre poseedor de dichos valores la respeta y la hace respetar como esencia misma de su buen comportamiento ético y moral; sólo la carencia de ellos conlleva el incumplimiento de la palabra comprometida.
La palabra a través de todos los tiempos y en todas las sociedades, ha sido considerada como regla de oro en el comportamiento interpersonal y social de los hombres de bien; la rigidez y la seriedad en su cumplimiento frente a los compromisos adquiridos, determinan igualmente el nivel de magnanimidad de los espíritus y de las conciencias de quienes la avalan, la cumplen y la respetan, o la mezquindad, la bajeza y ausencia de grandeza de quienes la atropellan y faltan a ella.
Por eso, cuando se falta a la “palabra” en general, a la palabra de honor, a la palabra de hombre, a la palabra de amigo, a la palabra empeñada y comprometida, o se alienta, se induce o se estimula su incumplimiento, el ser humano habrá caído en los antivalores y en la inmoralidad, propia solamente de aquellas personas sin escrúpulos que los hacen merecedores del desprecio, la desconfianza y el rechazo de sus semejantes.
Como dijera un ilustre jurisconsulto hombre de letras, filósofo y poeta: “Cruzar por los fangales de la vida,/ sin percudir la albura del plumaje,/ y resistir al bárbaro oleaje/ de este materialismo sin medida:/ desdeñar la traidora arremetida/ de mercenario amigo o torvo paje/ y con el alma henchida de coraje,/ sonreír al desangre de la herida,/ posponer conveniencias al decoro,/ no danzar nunca al rintintin del oro/ ni usar careta en esta mascarada;/ ser noble hasta llegar al sacrificio,/ ser digno hasta en el ara del suplicio/ eso es ser hombre … lo demás es nada!
britozenair@gmail.com

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