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LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
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miércoles, 7 de enero de 2015

LUIS MANUEL AGUANA, NO VENDEMOS POLÍTICOS

Entre las reflexiones de fin de año que hice en referencia al Proyecto País Venezuela  hay una en especial que deseo compartir este año que comienza. ¿Recuerdan esos carteles que ponen las librerías para indicar que no sacan fotocopias? O mejor aún, aquel que ponen algunos kioscos de periódico para evitar contestar preguntas: No vendemos tarjetas telefónicas. Y eso pasa porque es tan fácil confundirse cuando uno va a sacar copias o buscar tarjetas para el celular, como cuando nos preguntan cuál es la oferta política del Proyecto País Venezuela, comparando la Constituyente que proponemos con lo que ofrecen los partidos políticos. Por eso en el PPV debemos colocar un cartel grande que diga "No vendemos políticos".

(http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/)

Los partidos son los que venden políticos.  Reclutan militancia, y a veces-solo a veces-, los forman en una ideología, luego los sacan a la calle a ver que hacen por el partido, y finalmente, si son buenos, tratan de venderlos a los electores en las carreras por los votos a ver quien se desenvuelve mejor. De allí, vuelta al comienzo. Por supuesto, si pegan algún candidato, eso refuerza el objeto del partido, creando solidez a su base de sustentación. Es un sistema que en realidad funciona si quienes participan de él, no solo lo hacen a favor de la población que representan, sino que sus ejecutorias verdaderamente representen un cambio en la calidad de vida de la gente, y en términos generales, del país entero. De eso se trata la representación popular.

Pero lamentablemente ese sistema dejo de funcionar. Para entender mejor que es lo que intento decir con eso de que “el sistema dejó de funcionar”, debo antes explicar que es lo que entiendo yo por “sistema” para que todos estemos hablando y comprendiendo lo mismo.

Un sistema es un conjunto de unidades recíprocamente relacionadas, unidas por alguna forma de interacción o interdependencia que realizan una actividad para alcanzar un objetivo. Si consideramos a un automóvil como un sistema de transporte, todas sus partes están interrelacionadas para producir un resultado que no es otro que transportar a sus ocupantes de un sitio para otro. Pero ese sistema está a su vez interrelacionado con un sistema mayor que lo alimenta que hace que sea posible su funcionamiento.

Por ejemplo, en ese “sistema automóvil” es necesario que existan bombas de gasolina, para que el motor de combustión que tiene pueda funcionar, deben existir carreteras por donde este pueda desplazarse, estacionamientos para poderlos guardar, mecánicos para poderlos reparar, y un sinfín de bienes y servicios alrededor de ese sistema que llamamos “automóvil”. Incluso podríamos pegarle a eso una escala mayor adicional como lo son los sistemas mundiales de refinación para poder fabricar el combustible que usa el automóvil, que como sabemos es un derivado del petróleo.

Si un solo componente de ese sistema cambia por cualquier razón, como en efecto se está hablando ahora del cambio de los motores de combustión interna por motores eléctricos para la salvaguarda del ambiente, entonces TODO el sistema cambia y los sistemas asociados, desde la más baja escala, el automóvil mismo, hasta la más alta, como por ejemplo la manera en que se le dotará de la energía al automóvil para que pueda funcionar. Desaparecerían las bombas de gasolina-y los empleos que produce-, toda la industria de partes y piezas de motores de combustión interna desaparecería (motores, bombas de gasolina, bujías, pistones, etc., etc., etc...) y todo aquello relacionado con esa manera de hacer las cosas. Pero por otro lado nacería algo nuevo, otra industria que girará alrededor de lo que llegó para poder hacer funcionar el sistema.

Entonces, cuando hablamos que un sistema no funciona y debemos cambiarlo por otro HAY CONSECUENCIAS en todo aquello que vivía relacionado con la anterior manera de hacer las cosas. Hagamos ahora un ejercicio de imaginación.

Supongamos que cambiamos el sistema de subsistencia financiera regional establecido en la Constitución a través del Situado Constitucional (Art.167) que indica “un máximo del 20% de los ingresos ordinarios estimados anualmente por el Fisco Nacional” (que para el presupuesto 2014 fue de menos del 16%) por un sistema que entregue por ejemplo un mínimo del 80% a los Estados y Municipios y le quite el control de la chequera (la Hacienda Pública) al Presidente de la República, dejando el gobierno central bajo el control de un Parlamento, como ocurre en un sistema parlamentario. Eso sería como cambiar el motor del actual sistema.

Aun cuando en la actualidad es competencia EXCLUSIVA de los Estados “dictar su Constitución” (Art. 164.1), “y organizar sus Municipios y demás entidades locales y su división político territorial…” (Art. 164.2), los partidos políticos no se interesan por hacer eso en los Estados más allá de contar con una presencia política obligada que les de sustento para hacer uso de los pocos recursos regionales para sobrevivir. Allá no controlan los contratos de grandes obras, ni pueden influir en las grandes decisiones de política y de inversión pública. Eso se hace en Caracas y en Miraflores. Caracas no produce ni lo que come pero se lleva constitucionalmente la administración de al menos el 80% de los ingresos ordinarios estimados anualmente por el Fisco Nacional.


Es por eso que cualquiera que pueda dejar de vivir en el interior en la primera oportunidad sale corriendo para Caracas, dejando su pueblo para ver como se pone en algo en la capital. ¿Dónde creen que estaría el principal interés político de los partidos? ¿En buscar controlar la Presidencia de la República y los escaños de la Asamblea (como antes en el Congreso) o lograr el bienestar de la gente con los escasos recursos en cada uno de los Estados? Respuesta obvia.

Y esa situación se ha repetido y repetido en nuestra historia republicana. Solo vean las biografías de los Presidentes de la Republica y revisen donde nacieron. Del siglo pasado al presente todos son del interior del país (con la excepción de Gallegos), sin contar el actual que no es venezolano, salvo que presente su Partida de Nacimiento. Con ese cambio en el incentivo fundamental, la política se haría principalmente regional, no nacional y obviamente el interés de los partidos y su dirigencia se volcaría hacia las regiones. Pero eso no vendría solo.

Si los ciudadanos de un Estado saben que al elegir a alguien de su propia localidad le están dando el poder para cambiar su calidad de vida, porque tiene como hacerlo ya que  sus impuestos se quedan allí y son producidos por ellos mismos con el sudor de su trabajo y lo administra alguien cercano, que no vive en Caracas sino en su propia región, los administradores regionales deberían pensarlo muchas veces para robárselo o malbaratarlo. La gente los iría a buscar muy cerca. Habría 24 Estados que tendrían la misma oportunidad y la movilidad laboral- y política-, no se haría hacia Caracas sino hacia la región que lo haga mejor y produzca mayor calidad de vida.

Cada Estado, en ese escenario, si podría con base cierta realizar una Constituyente Regional y “dictar su Constitución” para establecer su propio plan de desarrollo de acuerdo a sus potencialidades y comprometerse a producir para su gente lo que mejor pueda producir, aportando un diezmo para el mantenimiento de un gobierno Federal, por decir un ejemplo. Un Estado así si podría organizar, como dice la Constitución actual, sus Municipios y demás entidades locales conforme a ese plan de desarrollo, generando riqueza para su región, organizándose adecuadamente para los fines de ese Estado.

Pero una consecuencia importante de ese cambio en el sistema sería que los Diputados y los Senadores (porque también los habría) que sean electos en los Estados conforme a esa nueva distribución del poder, no irían a un Parlamento en Caracas para ocupar puestos para el partido que los puso allí, como ahora, sino para exigir como representantes verdaderos de los ciudadanos de su Estado, de acuerdo a lo que este sea capaz de generar, imponiendo un rumbo diferente al poder central; que de acuerdo a ese nuevo estado de cosas, tendría que someterse a la verdadera soberanía de un pueblo que produce. No podría actuar más como un poder central repartidor y extorsionador de lo que pertenece a todos los venezolanos, como ocurre ahora con con el actual sistema, sino como un coordinador de regiones con poder y riqueza propias.

Pues bien, nuestro cartel en el Proyecto País Venezuela dirá “No vendemos políticos”. Ese es el trabajo de los partidos. Nosotros estamos en una cosa muy diferente. Estamos vendiéndoles a los venezolanos un nuevo sistema político donde quepan nuevos partidos y los actuales se amolden a las consecuencias que ese cambio traería. Cierro este ejercicio de la imaginación sustentando que si le cambiamos la tecnología al motor político de Venezuela eso traerá como consecuencia que el resto de los sistemas que viven de él cambien. Cambiarían las formas y los protagonistas, así como la responsabilidad ciudadana de exigir a los gobernantes. Tal vez esa sea la única manera de hacer viable esa Venezuela sentada sobre una riqueza que precisamente no es petrolera…

Luis Manuel Aguana
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

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viernes, 21 de noviembre de 2014

LUIS MANUEL AGUANA, EL SIGUIENTE HOMBRE A CABALLO

LUIS MANUEL AGUANA
Contaban los viejos que en las guerras que sufrió Venezuela en el Siglo XIX, siendo la principal la Guerra Federal, el mecanismo que comúnmente utilizaban los caudillos para reclutar “soldados” combatientes era buscarlos en las aldeas de la geografía venezolana. El caudillo venía a caballo y los hombres tomaban lo que tenían para ir a la guerra y lo seguían a pie corriendo, detrás del hombre a caballo, dejando atrás mujer, hijos y familia.

En el Palabreo de la Loca Luz Caraballo, Andrés Eloy Blanco destaca esa situación: “Tu hija está en un serrallo / dos hijos se te murieron / los otros dos se te fueron / detrás de un hombre a caballo /…”. Esa costumbre está profundamente arraigada en la mente del venezolano. Aún esperamos “el hombre a caballo” que será al sigamos para ganar esa siguiente “batalla”.

Y lo que pasa es lo que siempre ha ocurrido en todos los tiempos: quienes siguen a ese “hombre a caballo” son los primeros muertos. Y esto ocurre porque quienes siguen de esa manera al jinete generalmente lo hacen en las peores condiciones para ir a una guerra: descalzos, semidesnudos, desarmados y sin ningún conocimiento para el compromiso al que se les está convocando. Solo tienen la esperanza lejana que ese “hombre a caballo” gane y ellos estén allí para cuando eso pase. La esperanza de un mundo mejor en las manos del “hombre a caballo”, a quien suponen que sabe adónde va y que es lo que hará cuando llegue, pagando con justicia el esfuerzo para ganar la guerra de ese hombre descalzo.

A algunos jinetes les ha ido bien, pero otros- la mayoría-, salen muy malogrados de la experiencia, como a todos los que van detrás y a aquellos que se quedaron esperando el éxito de ese “hombre a caballo”. Esos “combatientes” descalzos, ese noble pueblo venezolano, no ha dejado de ser convocado una y otra vez para seguir a “hombres a caballo”-y ahora también a “mujeres a caballo”-, no a ideas; no a proyectos, sino a carismas; no a mensajes de fondo, sino a slogans. Es condición indispensable educar a la gente para que piense y discierna que hay que dejar atrás esa costumbre atávica. Ya es hora de dejar detrás al Siglo XIX.

Recuerdo ese pasaje de la historia venezolana al ver muchachos recogiendo las firmas para la convocatoria constituyente que auspicia el partido Voluntad Popular, donde sin mayores explicaciones les solicitan la firma y los datos a las personas en las plazas, indicando que así se saldrá del régimen, liberarán a Leopoldo, haciéndolo Presidente de la República. Respetando las distancias y a quienes lo hacen, resulta el mismo cuadro donde se continúa con la misma costumbre de seguir al “hombre a caballo”.

Todas las encuestas sitúan a Leopoldo López en el primer lugar en la preferencia de voto, muy por encima de Henrique Capriles. Y creo que Leopoldo, tarde o temprano, será Presidente de la República. De igual manera pienso que María Corina Machado tarde o temprano también lo será, así como los nuevos liderazgos que se han destacado en la lucha en contra de este régimen que caerá irremediablemente. Lo que no creo es que puedan resolverle los problemas de los venezolanos con la presente estructura institucional, ¡y eso es al final lo que todos queremos!

Elegiremos, una vez más, pero en un nuevo escenario, a otro conductor para que trate de manejar un autobús que ya no sirve, con la consecuente nueva decepción para los venezolanos, que terminarán desconfiando otra vez en la democracia cuando el problema no es ese (ver la comparación del carro accidentado en Doce Ejes y un Destino

http://ticsddhh.blogspot.com/2013/06/doce-ejes-y-un-destino.html).

Desde el Movimiento Constituyente que auspicia el Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente,  insistimos que el problema NO ES EL CHOFER y así se los vuelvo a indicar a los dirigentes y la militancia de Voluntad Popular. Hay que reparar el autobús primero para luego buscar al mejor chofer. No dudo que Leopoldo tenga los méritos para ser el primer Presidente de la democracia por venir. Es más, espero que lo sea. Pero siguiendo a un nuevo “hombre a caballo” no lo lograremos y Leopoldo no debería ser el siguiente.

(http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/)

Debemos reparar el autobús PRIMERO y eso se logra cambiando las estructuras de poder para reconstruir el sistema político, apuntando a dejar en el pasado el sistema presidencialista, el del “hombre a caballo”, construyendo de la nada un nuevo sistema que controle al poder y que todos los países que se han desarrollado y tienen las mejores calidades de vida han logrado: un sistema Parlamentario.

Queremos hacer una Constituyente para construir un nuevo autobús, edificando desde cero las bases institucionales del país, con un Presidente que podamos CONTROLAR institucionalmente desde un Congreso, y que no sea el dueño de nuestra renta petrolera ni de ningún otro ingreso derivado de la productividad de los venezolanos. Que las regiones sean polos de desarrollo y generen los recursos para mantener un gobierno federal; y que se decida en un pacto institucional del mismo nombre cual será el presupuesto con el que funcionará ese gobierno federal, dejando a los Estados la autonomía para decidir su destino y su desarrollo de acuerdo a sus propias potencialidades.

Estamos sentados sobre una mina de oro-y no me refiero al petróleo-, nos estamos muriendo de hambre y todavía en el Siglo XXI pensamos que un “hombre a caballo” es la solución. El principal problema que tenemos los venezolanos no es que el régimen nos j… cada vez que le de la gana. Es romper las barreras mentales que nos separan del pasado y aquellas que nos impiden acceder al futuro.

Una Constituyente no es más que la vía para lograr construir ese andamiaje, para no solo montar encima de él a cualquier personaje que los venezolanos crean que debe conducir los destinos del Estado, se llame como se llame, sino para darles cabida a muchos personajes que serán los constructores de una Nación. Pero no a un Presidente que se adueñe de nuestro autobús. Es más, que podamos despedirlo desde un Parlamento si vemos que nos conduce a un barranco.

Esa es la diferencia principalísima de nuestro planteamiento constituyente con el de nuestros amigos de Voluntad Popular y que muchos, espero que hasta ahora, no han entendido todavía. En ese nuevo escenario las cosas serían diferentes: los políticos no manejarían nuestra vida, ni los venezolanos buscarían nunca más el siguiente “hombre a caballo” para que nos la resuelva…

Luis Manuel Aguana
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

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miércoles, 27 de agosto de 2014

LUIS MANUEL AGUANA, DEL COMUNISMO A LA DEMOCRACIA VIA CONSTITUYENTE


Una de las cosas más difíciles de explicar dentro del desarrollo que hacemos del Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/), es que esta propuesta es realmente un borrador de trabajo. No es un dogma que se está tratando de imponer. De hecho, ese es el papel a discutir que requiere para su materialización de una Constituyente. Lamentablemente eso, que es lo principal, no es lo que se ha discutido sino la carpintería necesaria para cambiar la Constitución, que es el proceso Constituyente.

Se puede estar en desacuerdo con nuestra propuesta de cambiar el esquema de distribución del poder en el sistema político venezolano, pero nadie puede negar que esa es una discusión que hay que dar. Y que el mejor escenario para realizarlo es una Asamblea Nacional Constituyente, porque es allí en donde la sociedad venezolana se encontraría en la persona de sus legítimos representantes-los Constituyentes-, y podríamos todos, basados en unas reglas justas, llegar a los acuerdos necesarios para realizar esos cambios en paz. Nosotros llevamos una propuesta basada en un esquema conceptual que prioriza la relación del ciudadano sobre sus gobernantes, y cuya principal razón de ser es la búsqueda de una solución estructural a los problemas del país.

Ahora bien, se ha contrapuesto el argumento a la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente a que primero debemos resolver el grave problema de soberanía y la invasión castro-comunista que se desarrolla en Venezuela. Ese argumento ha confundido a la opinión pública, dando origen a un rechazo a la convocatoria constituyente basado en que nosotros no tenemos en cuenta esa situación, cuando en realidad es todo lo contrario.

Lo primero que debemos entender es que aquí hay dos problemas completamente diferenciados que lamentablemente se han mezclado en esta discusión. El primero de ellos es el agotamiento de una forma de Estado que hacía aguas en 1998 y que se enmascaró y congeló con la llegada de Hugo Chávez al poder. Esto es, los partidos y su forma de gobierno hicieron crisis y por ello salió un “salvador” de la nada en 1992 y que se eligió Presidente en 1998. Y lo segundo es que esa crisis estructural del modelo, que aún no se corrige, devino en comunismo.

Los gobernantes de ese entonces SABIAN que el sistema debía ser corregido, debían hacer realidad los postulados de la descentralización prometidos desde la promulgación de la Constitución de 1961, y no lo hicieron. Debían soltar las libertades económicas y no lo hicieron. Las recomendaciones de la Comisión para la Reforma del Estado (COPRE) fueron engavetadas e ignoradas. Difícilmente un país sin correcciones estructurales saldría de la “crónica de una muerte anunciada”.

Mucha de aquella “claque” política responsable de esa debacle de los partidos –ladrones y oportunistas políticos de oficio-, se constituyeron en apoyadores de lo que hoy es el proyecto revolucionario rojo-rojito. No vinieron del espacio exterior, son ex adecos, ex copeyanos, ex masistas, ex cualquier-partido que no iban a tener nunca la oportunidad de ponerle la mano a las arcas públicas si continuaba el maridaje adeco-copeyano. Pero la corrección estructural del sistema político continuaba sin realizarse. Y todavía continúa sin realizarse.

El gobierno de un Comandante alocado que decía al comienzo que no era comunista, devino en uno. Las fuerzas internacionales que luchaban desde hacía décadas por ponerle las manos a la joya de la corona latinoamericana encontraron el caldo de cultivo perfecto para inocular el veneno. Una clase gobernante corrupta, mucha plata para repartir y un gobierno que se iniciaba sin saber cómo se gobernaba un país, fue la tormenta perfecta para que se iniciara nuestra pérdida de soberanía. El resto fue de bajada. Pero lo importante aquí es que se profundizaron las imperfecciones del modelo centralizador del Estado con la aprobación de la nueva Constitución. Esto trajo consecuencias catastróficas para los venezolanos. La economía y la subsecuente calidad de vida descendieron aún más allá de los niveles de 1998, año en que los venezolanos apostaron por un cambio que en realidad fue un engaño comunista de la mano de un traidor.

Al decir de Allan R. Brewer Carías: “La nueva Constitución de 1999, por otra parte, carecía de las previsiones necesarias para que el país pudiera asumir los cambios democráticos que eran necesarios, particularmente a través de la efectiva descentralización política de la Federación y el reforzamiento de los poderes de los Estados y Municipios. La Constitución de 1999 en realidad, continuó con los mismos principios centralizadores que tenía la Constitución precedente, en algunos casos centralizando aún más ciertos aspectos.”(Recomiendo ampliamente la lectura de Federación Centralizada en Venezuela: Una contradicción Constitucional – Allan R. Brewer-Caríashttps://drive.google.com/file/d/0B6yI0gUROWzDN1htM1BhaktXb2M/edit?usp=sharing).

Los venezolanos no podemos cometer el error de conservar la Constitución de 1999. Las razones podrán encontrarlas en el documento de Brewer-Carías. Pero más allá de adentrarnos al estudio del daño y el retroceso constitucional que significó la aprobación de la Constitución de 1999 para los Estados y Municipios de Venezuela, explicación que le dejamos al documento de uno de los constitucionalistas más renombrados del país, debemos entender que cualquier solución que le encontremos al problema de Estado y Soberanía que tiene Venezuela, pasa por resolver el problema de fondo por el cual apareció Chávez en la escena política, evitando confundir esto con el problema cubano.

Un proceso constituyente nos pondría en la vía de una solución integral. Por un lado, independientemente de lo que se termine discutiendo en esa Asamblea, donde la propuesta del Proyecto País Venezuela Reconciliada es la única en el escenario político actual para acometer los cambios estructurales necesarios en la próxima Constitución, ese proceso involucra la elección libre y transparente de Constituyentes de todas las tendencias, así como de eventuales nuevas propuestas, siendo ellos los que al final decidirán si Venezuela toma una senda comunista o una democrática. Preguntemos sin miedo a los venezolanos si quieren ir al “mar de la felicidad” de Cuba. Estoy completamente seguro que el régimen no desea hacerlo.

Los venezolanos exigimos votar libremente por Constituyentes de una u otra tendencia. Si no existe coacción electoral, ni máquinas corruptas, ni funcionarios del régimen alterando el proceso, Venezuela elegirá el sistema de libertades que siempre ha tenido, en un proceso inédito, redactando una Constitución realizada desde la base, de abajo hacia arriba, y no impuesta por ningún gobernante o golpista de turno como lo han sido todas las constituciones que hemos tenido. Pero eso no será gratis ni fácil, hay que pelearlo de una manera firme pero pacífica en las calles. De otra manera el régimen jamás se contará limpiamente. Nadie puede negarle al pueblo venezolano ese derecho, comenzando por los militares.

En esa primera etapa será el Soberano el que decida el modelo político-comunista o democrático-, para Venezuela, eligiendo a aquellos Constituyentes que profesen una u otra tendencia. En una segunda etapa, ya en la Asamblea, se decidirá la forma de Estado, centralista o federal para nuestro país, donde aspiramos que se corrijan todos los entuertos constitucionales cometidos, incluso aquellos que tienen mucha historia en la Venezuela contemporánea.

Nuestro Proyecto País Venezuela impulsa la forma de Estado Federal y tiene como eje principal asignarle a la provincia, constituidas por los Estados Regionales de toda Venezuela, competencias constitucionales y legislativas, amplias e integrales en materia política, judicial, electoral, tributaria, administrativa y educativa, con el fin de hacer llegar el poder a los ciudadanos y sean estos los protagonistas de su propio desarrollo, estableciendo una Constitución Federal para la República de Venezuela y Constituciones Regionales para cada Estado acordes con ese planteamiento.

Esto implicaría restablecer la Cámara del Senado en el Parlamento Nacional con la representación paritaria de los Estados para el debido equilibrio del poder legislativo. Implica la transformación del Poder Judicial mediante la creación de las Cortes de Justicia Regionales para dar mayor poder y capacidad de actuación a la justicia local. Implica generar las garantías electorales que brinden legitimidad de origen a los elegidos, como: la doble vuelta, el financiamiento de los partidos políticos y la representación proporcional de las minorías. En otras palabras, el regreso a una democracia fuerte, sana y con Estado de Derecho.

Así que una cosa es restablecer nuestra soberanía como Estado de una manera civil, pacífica y democrática exigiendo como ciudadanos contarnos de una manera transparente en un proceso Constituyente y otra muy diferente es la forma del Estado que debemos discutir en esa Asamblea, no solo para no cometer y corregir los errores que nos llevaron a este desastre mal llamado “Socialismo del Siglo XXI”, sino para reconstruir y comenzar a dar los primeros pasos para nuestro desarrollo como Nación.

Luis Manuel Aguana
@laguana
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viernes, 1 de agosto de 2014

CARLOTA SALAZAR CALDERÓN, PROYECTO PAÍS VENEZUELA RECONCILIADA

Factores opináticos del país se han pronunciado unos a favor, otros en contra, la mayoría en contra, acerca de una constituyente. Los detractores fundamentalmente refieren como un obstáculo insalvable la recolección de firmas – por la lista Tascón -  y han efectuado discusiones muy serias en cuanto a su carácter originario o derivado. 

Con todo respeto por quienes no creen en la viabilidad de una Asamblea Constituyente,  considero que en el fondo no se trata de ninguno de estos argumentos, porque si la ciudadanía está convencida de la necesidad de cambio, no hay lista ni amenaza que valga y el carácter originario de la Asamblea Constituyente está muy claro en el artículo 347 CRBV. Lo que sí creo que sienten estos factores es la incapacidad que tiene la dirigencia política de la oposición venezolana para llevar a delante un esfuerzo serio y sostenido, para el logro de un objetivo. Ese es el real enemigo que tiene la constituyente.
Y convencida de ello decidí escribir estas líneas a los fines de refrescar varios aspectos importantes, que nos pueden llevar a concluir en la pertinencia de la constituyente: 1.- hay que tener muy claro que la constituyente no es un “salida ya”, ni “Maduro vete ya”; 2.-  La Asamblea Nacional Constituyente tiene como objeto transformar el Estado, crear un nuevo orden jurídico (nuevo orden social) y redactar una nueva constitución; 2.- que el modelo centralista, rentista, clientelar y corrupto que rechazaba la ciudadanía en los años 80, no ha cambiado;  3.- que esa necesidad de cambio la sintió el venezolano reflejado en la propuesta de Hugo Chávez y por eso votó por él; 4.- que si bien es cierto que la CRBV contiene elementos importantes que exigía la ciudadanía en el 99, no es menos cierto, que ese modelo quedó desdibujado con el Socialismo del Siglo XXI, que implementa el gobierno a través del Estado Comunal, economía rentista, poder centralizado y los derechos limitados en ejercicio del control de la sociedad, desde el 2005; 5.- que esa necesidad de cambio del modelo político sigue estando presente en la sociedad venezolana.
         Sin embargo, una parte del país rechaza la actuación del gobierno, otro cree en ella, otro lo utiliza para su beneficio (sentido utilitario de la revolución). Parte de la legislación es socialista, otra de libre mercando, una crea una conexión directa con la ciudadanía desvinculada del Sistema Nacional de Planificación y cada día se concentra más poder en el ejecutivo. El manto de la revolución sirve para todo y para justificar todo. En el medio una sociedad dividida y atomizada, sin objetivos comunes que ha terminado en anarquía “cada quien hace lo que le da la gana”. Esa sociedad necesita un lugar para el reencuentro, reconocimiento y la reconciliación, ese es el espacio constituyente.
Entonces, no se trata de una actitud gatopardiana. Se trata de un esfuerzo de cambiar el modelo social y político, de transformar el Estado venezolano y de reinstitucionalizarlo. 
         Esta nueva Constitución, debe saciar esa necesidad de cambio, por ello promovemos que se elabore con los principios que ha desarrollado el  Proyecto País Venezuela Reconciliada, liderado por el Ing. Enrique Colmenares Finol, que propone: profundizar la democracia participativa, con formación ciudadana, información y transparencia; transformar el sistema electoral, elecciones para todo: jueces, voceros, gremios… segunda vuelta, representación proporcional de las minorías, financiamiento de los partidos políticos; garantizar la independencia de los Poderes Públicos; crear un Estado verdaderamente descentralización y Federal con autonomía y política y financiera; fortalecer la institucionalidad en la independencia de los poderes públicos. 
           Debemos preguntarnos: ¿Queremos cambiar o no? Queremos seguir con el modelo Estado – Sociedad, centralizado, clientelar y corrupto o queremos un modelo Sociedad – Estado, descentralizado, transparente y verdaderamente democrático. El cambio está en nosotros la sociedad venezolana tiene que convertirse en actor y protagonista del cambio, que produzca una sociedad fuerte con capacidad para repeler no esté gobierno autoritario, sino cualquier otro, venga de donde venga.

Carlota Salazar Calderón
carlotasc@gmail.com
@carlotasalazar

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LUIS MANUEL AGUANA, LA PERSPECTIVA CIUDADANA DEL PROYECTO PAÍS VENEZUELA


 Audio en https://soundcloud.com/laguana-1/la-perspectiva-ciudadana-del-proyecto-pais-venezuela

Intervención en la Asamblea de Ciudadanos para el lanzamiento del Movimiento Constituyente y del Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente. San Cristóbal, Estado Táchira, 31 de Julio de 2014.

Buenas tardes. Me siento honrado, no solo por la invitación que me han hecho a este acto que considero histórico, sino por compartir de primera mano las ideas de un Proyecto único en su naturaleza, que estoy seguro cambiará el curso de la historia de Venezuela. Así, de ese tamaño, es el compromiso que asume hoy el Táchira en este momento.

Sería osado para cualquier persona hablar en el Táchira acerca de lo que pueden hacer los ciudadanos para salvar la democracia venezolana. Ya el Táchira ha dictado cátedra en esa materia, y la sigue dictando. Por eso estamos aquí. Y solo por esa razón me atreveré a resaltar algunos aspectos que sí creo importantes señalar habida cuenta que todavía a estas alturas del debate político nacional aun se cree que es una “locura” convocar al Pueblo Soberano para, citando a la Constitución en su artículo 347: “…transformar al Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución”.

La interpretación del momento histórico y el significado del porque actúan las masas populares no es un asunto sencillo de tratar. Leoncio Martinez, el inmortal Leo, en el editorial de su Semanario “Fantoches” del sábado 26 de septiembre de 1936, titulado “El Significado de las Masas Populares”, indicaba:

“Los pueblos no siguen a sus agitadores sino a quienes encarnen a una aspiración unánime de la mayoría. Los pueblos no conocen agitadores sino intérpretes, por eso siguen a quien les promete alimento cuando tienen hambre, a quien les habla de justicia cuando se sienten oprimidos, y hasta a aquellos que les prometen venganza cuando se sienten víctimas. Siguieron a Boves porque Boves les prometió vengar el engaño de que les hacían victima las incumplidas promesas de quienes firmaron el Acta de 1811, porque Boves les ofreció el saqueo y la batalla en represalia contra “el mantuano” y contra el “criollo blanco” que se había adueñado de todo lo que se suponía debiera pasar a manos del pueblo. Pero luego siguieron a Bolívar, porque el Libertador concretaba mucho mejor las aspiraciones, definiéndolas con palabras de una doctrina bien formulada y ya reinante en Europa, que se llamaba Democracia. Boves, como intérprete, no tradujo sino la cuestión pasional, bárbara, casi animal, que se agitaba en el alma de la masa; Bolívar, llegó más a fondo, más a la raíz del espíritu público y, en vez de invitar para la intentona descabellada y sin horizonte, expuso programa total y concreto, fiel intérprete de todo cuanto se deseaba.” (Subrayado nuestro) (http://ticsddhh.blogspot.com/2011/06/el-significado-de-las-masas-populares.html)

Y de esto último es de lo que trata el Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente, de un programa total y concreto, fiel intérprete de todo cuanto se desea para Venezuela. En esta ocasión va de la mano de quienes han interpretado correctamente un sentimiento de cambio sobre el cual encausar toda la energía contenida en un país hambriento de respuestas y soluciones.

El Táchira ha sido fiel intérprete del sentimiento del país, primero al alzar su voz en las calles clamando por democracia y ahora indicando la vía correcta por la cual transitar para el logro de un sueño común para todos: una Venezuela democrática, próspera y llena de oportunidades.

En mis continuas discusiones del Proyecto País Venezuela siempre me he topado con quienes han asumido la posición pasiva de la espera de una solución militar, aduciendo el argumento de que los venezolanos somos incapaces de organizarnos para propiciar un cambio en el país. Pues no es así. Cada venezolano, con o sin uniforme, tiene el deber y la obligación de hacer restituir el imperio de la Constitución “si dejare de observarse por acto de fuerza” como bien reza el artículo 333 de la Constitución. Y vaya que se ha dejado de observar por acto de fuerza…

Obviamente que no podemos hablar por los que tienen uniforme, ni sabemos si están haciendo algo porque se restituya “el imperio de la Constitución”. Lo que sí vemos es lo que se percibe en las calles de San Cristóbal: una ciudad venezolana ocupada por su propio Ejército para evitar la protesta ciudadana, a la que tiene pleno derecho. Pero la sociedad civil en su más amplia expresión si está determinada a que las cosas cambien y estamos haciendo lo que nos corresponde. Por eso estamos aquí haciendo manifestación cívica de lo que la sociedad civil puede hacer en este lanzamiento para todo el país.

La sociedad civil se echó a las calles para un cambio que no resulto exitoso. En marzo de este año escribí una nota que titulé “El Operativo Libertad” (http://ticsddhh.blogspot.com/2014/03/el-operativo-libertad.html). Decía allí que los venezolanos, de acuerdo a una investigación muy seria conducida por Elena Granell, David Garaway y Claudia Malpica, publicada por el IESA en 1997, son proclives a organizarse en una forma que poca gente del mundo comprende: los operativos. Decían los investigadores:

“¿Por qué nos encantan los operativos? Un operativo tiene varias características estrechamente asociadas a los rasgos del venezolano. Es un reto (somos sensibles al reto), requiere de un esfuerzo conjunto con otra gente (nos gusta trabajar en grupos), tiene un tiempo limitado, (entusiasmo y energía pero poca perseverancia) y es un esfuerzo de todos. En resumen, la combinación de la necesidad de afiliación y de calor humano, visión del día a día y la sensibilidad hacia lo novedoso, el reto y las nuevas ideas, generan las condiciones para que se dé un rasgo cultural fundamental en el venezolano: el del trabajo intensivo, concentrado en el tiempo, con la colaboración y entusiasmo de todos para lograr un resultado concreto en muy poco tiempo” (1) (subrayado nuestro).

¿Y qué pasa cuando se termina el operativo? Todo vuelve a nuestra “normalidad”, en especial si este no es exitoso. Si el régimen se tambaleó con lo que sucedió aquí en el Táchira por un “operativo” que surgió de las entrañas mismas de la población descontenta, imagínense si ese “operativo” hubiera tenido éxito en todo el país. Pero eso no sucedió. No era solo del Táchira la responsabilidad de regresar al imperio de la Constitución, era de toda Venezuela. Ustedes, los estudiantes, la sociedad civil, el pueblo tachirense, marcaron una pauta de comportamiento acerca de cómo enfrentar y resistir a una dictadura.

Ahora, estamos proponiendo un “operativo” diferente (y aquí me incluyo como “tachirense” invitado – ¿por qué si Maduro habiendo nacido en Cúcuta dice que nació en El Valle en Caracas, no podría yo, siendo de Caracas, con más razón decir que nací en San Cristóbal?) organizando desde el Táchira para Venezuela una nueva lucha, distinta en propósito pero con la misma contundencia, con esas tres características básicas: trabajo intensivo, colaboración entusiasta de todos y concentrado en el tiempo. ¿Y cuál es la diferencia fundamental? Que se hará para cambiar las estructuras políticas del país, empoderando a las regiones de sus recursos y de su propio desarrollo, estableciendo un propósito común para nuestra lucha civil que no es otro que lograr un Estado Federal de Poder Descentralizado vía un proceso Constituyente (ver Proyecto Pais Venezuela Reconciliada Vía Constituyente en http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/).

Nuestro nuevo “operativo” deberá entonces centrarse en convencer y reclutar seguidores para nuestro Proyecto País de toda la sociedad civil en todos los Estados de Venezuela, para luego recolectar las voluntades necesarias para hacer realidad la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente que logre implantar ese Proyecto. Esta labor ya ha comenzado con el extraordinario esfuerzo de tres tachirenses insignes: Enrique Colmenares Finol, Luis “Balo” Farías y Luis Granados, pero que aún no termina y que necesita más adeptos y más recursos.

Convencer a los venezolanos que ese proceso Constituyente es de todos, porque de los pueblos de toda Venezuela, de sus dolientes, deben salir esos diputados constituyentes, con cuya ciudadanía contamos para hacer realidad el Proyecto País en una Asamblea Nacional Constituyente. A quienes van a representar realmente esos Constituyentes son a los venezolanos que desean un cambio estructural de la forma en que se ha gobernado Venezuela y la manera en que se han administrado nuestros recursos, no a una particular parcialidad política porque esto NO SE TRATA de una carrera electoral de los partidos. Se trata de un  pueblo pensando en la próxima generación, no de unos partidos pensando en un próximo gobierno. Es por eso que el Proyecto ha tomado vida propia en los Estados que se han visitado hasta ahora en el país.

Deseo terminar esta intervención con las mismas palabras que utilizó Leo en su editorial que ha quedado para la historia, exigiendo una mejor interpretación del significado de las masas populares, oponiéndose a una visión equivocada del pueblo por parte de su dirigencia, y que aún perdura en nuestros días:

“A nombre de ese pueblo que sabe lo que siente y sabe lo que quiere, a nombre de esa masa que es la misma que luchó y venció al lado del Libertador hasta lograr implantar las doctrinas de la democracia y la igualdad social, a nombre de ese conglomerado consciente que no ha servido de pedestal para la gloria de nadie sino para su propia gloria, ya que el Libertador era a la vez hombre y masa, porque dentro de él dormía el pueblo libre a que aspiraba, pedimos para Venezuela la legítima apreciación de la democracia, de esa democracia siempre reñida con quienes pretenden imponer sin oír, gobernar sin acatar...”

Esa masa es la sociedad civil venezolana, cuya perspectiva ciudadana quieren relegar como rebaño los partidos y sus dirigentes. Ya dejamos de ser seres inermes y sin propósito. Esa masa se convirtió en ciudadanía consciente de su responsabilidad histórica luego de tanta decepción y engaño. Y que ya no solo exige un cambio fundamental para ser gobernada, sino que está actuando en consecuencia, haciendo valer su derecho a ser oída y acatada. Ese cambio comienza ahora, con un Proyecto País de la mano de todos nosotros, un propósito y la determinación de unos gochos que han sido ejemplo para toda Venezuela.

Muchas gracias.

San Cristóbal, 31 de Julio de 2014

Luis Manuel Aguana
luismanuel.aguana@gmail.com
@laguana

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jueves, 24 de octubre de 2013

LUIS BALO FARIAS, PARTE XIV “LA REBELIÓN DE LAS REGIONES…EL MUNICIPIO FUERTE”

La Rebelión de las Regiones…
Vía La Constituyente que nunca hemos tenido”
Proyecto País Venezuela Reencontrada.
PARTE XIV “La Rebelión de las Regiones…El Municipio Fuerte”


Fortalecer a la entidad Municipal, célula del sistema social venezolano:

Constituir al Municipio  la unidad política primaria, célula básica, de la institucionalidad nacional, como  sociedades naturales o manifestaciones espontáneas del fenómeno de la sociabilidad humana. El Municipio es la  unidad política de menor nivel territorial dentro del sistema de distribución vertical del poder en el Estado  cuyos mecanismos de ejercicio del poder son los más próximos a los ciudadanos.
  • El Proyecto País incluye  la gran reforma política democrática del afianzamiento de la Municipalización en contra de la eliminación del Municipio, como  pretende el actual régimen con el establecimiento del Poder Comunal. Concepto derivado de la Constitución de la extinta Unión Soviética, socio-comunista de inspiración Marxista, que para el momento de estas ideas estaba ese país saliendo de feudalismo que era lo más atrasado de Europa. No había conocido el sistema democrático. Venezuela, nada tiene que ver con ese modelo productivo e ideológico, cuya aplicación en todas partes has sido de un rotundo fracaso (Cuba, China, Vietnam, Corea del Norte).
 Se proponen en el Proyecto País, al efecto:
  • Reivindicar el Municipio como la estructura básica, organizacional-funcional de la administración y de la  gestión política del sistema democrático venezolano cuyo objetivo esencial es el desarrollo local y el desarrollo humano, sostenibles, en sus territorios.
  • Determinar, previo estudio, la conveniencia para elevar a Municipio las actuales Parroquias.
Delimitar el territorio municipal modernamente. La creación de un Municipio se fundamenta en la existencia de una comunidad con vínculos permanentes de vecindad. En principio  todas las parroquias pasaran a ser municipios; pero se estudiara en cada región la división municipal más conveniente, también algunas parroquias se podrán fusionar para formar nuevos municipios. La parroquia  no es  esencial como una estructura política sub-municipal, pero si es importante desde el punto vista de desarrollo de la sociedad. La parroquia es como el embrión que dará paso al cuerpo de nuevos municipios.
Todas las comunidades locales, son partes integrantes del Poder Municipal y como tales, poseen una organización interna descentralizada.

  • Fortalecer el poder municipal para transformarlo en el interlocutor natural y prioritario del Estado venezolano con los Consejos Comunales o Vecinales, que  tendrán una interrelación y rendirán cuentas solo al pueblo, como expresión del poder constituyente originario y no tendrá dependencia  de la Presidencia de la República ni Gobernaciones de Estado. El Municipio es el sistema territorial con competencia para formular y aprobar los planes y programas conducentes al desarrollo local y humanos correspondientes.

  • Los Consejos Vecinales o Comunales nacerán por la vía del voto directo y secreto y no de asambleas en donde la coacción por parte del gobernante de turno altere el ejercicio de la soberanía. Se dotará  al pueblo de una actitud crítica en beneficio de todas las transformaciones que requiera la sociedad.

  • Crear el Fondo Municipal de los Consejos Vecinales o Comunales en cada municipio, utilizando para ello el 10% de todos los ingresos municipales. Crear en cada municipio cooperativas de ahorro y préstamos con participación de las alcaldías y los concejos vecinales.

  • Crear, adecuadamente, más y mejores Municipios, en cada Estado-Región para fortalecer el sistema democrático, el desarrollo nacional y regional e impulsar  la descentralización y el desarrollo local y humano. La Transformación espacial positiva del país se fundamenta por el número, calidad, organización y funcionamiento de cada Municipio cuya existencia se justifica por los objetivos del desarrollo local, de la aptitud y actitud de la población, referidas especialmente a su administración, la Hacienda Pública Municipal y la gestión de los  respectivos servicios públicos hacia la población que le es propia.
Venezuela necesita más y mejores Municipios para fortalecer el sistema democrático y el desarrollo nacional y afianzar el Federalismo e impulsar las autonomías regionales y locales. Relativamente, el atraso socio-económico e institucional  del país se explica, en mucho, por el subdesarrollo de la Institución Municipal. En las Láminas Nos. 8 y 9, se observan ejemplos del desarrollo municipal en algunos países del mundo



Los estudios realizados en el Proyecto País incluyen  re-ordenamientos  espaciales en todo el territorio nacional, base para la creación técnica-política de más y mejores Municipios en todos los Estados-Regiones de la Nación.
 A título de ejemplo graficamos el caso de la ciudad de Caracas, en la que actualmente existen y funcionan  apenas 5 Municipios y se propone, ahora, una estructura  funcional, lógica y moderna de la Municipalización para transformar  las parroquias,  poblacionalmente grandes y con desarrollo socio-económicos importantes, en Municipios. En la Lamina No. 10, puede observarse dicha propuesta
La propuesta de la Municipalización del territorio nacional, es la máxima expresión de descentralización del Proyecto País, en una búsqueda de la armonización y articulación de la Nación … Esta historia continuara con parte 15) Democracia y Libertad:
El régimen Presidencialista y la Separación de Poderes
“las Flores de Este ramillete no son mías solo la cuerda  que las une”
“hay dos maneras de difundir la luz, ser la lámpara que  la  emite, o el espejo que la refleja” (lin yutang)
Recuerda salir a votar el próximo 8 de diciembre y exigir el cumplimiento estricto del art 441 de la verificación ciudadana al finalizar el cierre de las mesas  (con lo cual bloqueas totalmente el fraude electrónico) Aquí  
“La Rebelión de las Regiones…
Vía La Constituyente que nunca hemos tenido”
Proyecto País Venezuela Reencontrada
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