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domingo, 18 de agosto de 2013

CARLOS PEÑALOZA, AUTORITARISMO COMPETITIVO

         En las ultimas semanas he estado escribiendo una serie de artículos para explicar el plan de los Castro de establecer un sistema político que les permita dominar a Hispanoamérica. 
Para hacerlo necesitan instalar en los países de la región regímenes comunistas controlados por ellos. Los jefes locales se eternizarían en el poder mediante elecciones hechas con un sistema electoral amañado que comprende varios tipos de fraude inauditables. El control general de esta operación se hace por medios electrónicos aunque también se usan métodos ilegales convencionales.
         Algunos consideran que este tema es especulativo o de ciencia ficción, pero es muy real. Recientemente recibí un libro escrito por los estadounidenses Steven Levitsky y Lucan Way  titulado "Autoritarismo Competitivo" que trata sobre el asunto. Según estos autores la idea de los gobiernos autoritarios contemporáneos es "establecer un régimen que violando los principios democráticos sea capaz de legitimarse electoralmente haciendo imposible que la oposición gane".
         No he leído el libro, pero me informan que mi idea es similar a la que describen los intelectuales americanos. El fraude electoral organizado existe y no es un invento producto de una imaginación desbocada. En el futuro analizaré esa obra, pero antes debo finalizar el caso objeto de mi secuela de escritos. Retomaré el hilo donde dejé mi ultimo artículo.
         La historia comienza en 1977 cuando el empresario Antonio Múgica crea Panavideo en Caracas. En 1979 empiezan vender e instalar sistemas de seguridad electrónica física utilizando CCTV y equipos de grabación de video. En 1998 cambian el nombre de Panavideo a Panagroup y establecen una sede en Boca Ratón, Florida previendo la posibilidad de hacer negocios  con el nuevo gobierno.
          Para entonces terminaba sus estudios de ingeniería Antonio Múgica hijo del fundador de Panagroup. Múgica integraba un grupo con Alfredo Anzola y Roger Piñate. Estos amigos de la infancia habían estudiado en el Liceo Emil Friedman en Los Campitos. Al graduarse los jóvenes decidieron unirse para desarrollar algunas ideas que tenían en materia de capta huellas e identificación biométrica. Sabían que el nuevo gobierno estaba interesado y empezaron a hacer contactos. Asesorados por su amigo Moisés Maionica registraron a una empresa de maletín llamada SMARTMATIC. Moisés tenia muy buenos contactos con políticos chavistas y por esta vía Anzola conoció a Delcy Rodríguez, la hermana de Jorge. Con estas palancas y sus habilidades tenían buenas posibilidades de negocios en las áreas de seguridad electrónica automática, identificación y elecciones.
         Los nuevos empresarios pronto supieron que los contratos no sería inmediatos. Habría que esperar hasta que la Constituyente hiciera un trabajo preliminar. En diciembre de 1999 la nueva Constitución crea el CNE y en el 2000 se promulga la Ley Orgánica de Procedimientos Electorales elaborada en Miraflores con asesoría cubana. Esa ley estableció la base jurídica necesaria para meter por un tubo a las futuras elecciones. Esa amenaza a la democracia constituía una oportunidad de negocios. La idea original del régimen era instalar el sistema para las elecciones del 2006, pero el paro petrolero y el golpe del 2002 mas la presión de los partidarios del referéndum revocatorio los obligó a acelerar los planes.
         En el 2003 la Sala Constitucional del TSJ recibió instrucciones para designar un nuevo CNE. A fin de evitar suspicacias de fraude, se decidió nombrar en agosto de ese año una directiva que luciera políticamente balanceada. Al efecto se  designó al "independiente" Francisco Carrasquero para encabezarlo. En ese momento nadie reparó que este personaje había sido propuesto por Teodoro Petkoff. Carrasquero había sido el jefe de la campaña presidencial de Teodoro en el Zulia en 1988.
         En ese CNE la oposición nombró a dos representantes: Ezequiel Zamora y Sobella Mejias. Por su parte el régimen propuso a Jorge Rodríguez y el ex fundador de la Liga Socialista Oscar Battaglini quien había sido gran amigo del padre de Jorge. Entre los suplentes había nombres interesantes. Tibisai Lucena la pupila de Jorge ahora era la suplente de Carrasquero. El general Santeliz seguía controlando el REP que son las joyas de la corona del CNE. Para rematar la faena el ingeniero de sistemas Leonardo Hernández, hermano de Socorro Hernández, fue designado gerente de Informática del organismo.
         La guinda de la torta fue la designación de Teodoro Petkoff como miembro del Consejo de Participación Política junto con el comunista Guillermo García Ponce. Como se puede apreciar el CNE no era precisamente un dechado de imparcialidad. El resultado de este "barajo" fue un CNE dirigido por 5 rectores que terminaron votando siempre 3 a 2 a favor del gobierno. Este resultado amañado fue fríamente calculado para controlar el CNE a favor del régimen.
         El hombre clave en ese CNE era Jorge Rodríguez. El no era el presidente, pero era el que mandaba. Antes de ocupar cargo había sido entrenado en los vericuetos legales en materia electoral y en asuntos técnicos generales en materia de sistemas de redes de computación. Sin ser un experto en elecciones, software, hardware, ni en telemática, Jorge con unos cursillos se convirtió en una autoridad al lado de los otros rectores. Al concluir su entrenamiento recibió instrucciones para iniciar la búsqueda de una empresa de sistemas capaz de ensamblar el sistema que reemplazaría a INDRA. Esa orden política de orden estratégico era a la vez una estupenda oportunidad de negocios. La primera aproximación fue a INDRA, pero esa empresa como era de esperar rechazo las condiciones.
          Para entonces ya había entrado en contacto de manera informal con el joven Alfredo Anzola de SMARTMATIC. El requerimiento clave era que el software a usar debía ser diseñado independientemente por una empresa filial de SMARTMATIC pero controlada por el gobierno. Anzola luego de chequear con sus socios manifestó que no había problemas. Con esa información en mano se alertó a SMARMATIC que se preparara para una licitación .
         En octubre de 2003 Jorge Rodríguez y Leonardo Hernández viajan a los EEUU. El propósito era exigir a la empresa Election Systems and Software (ES&S), subcontratista de INDRA, que liberara al CNE para integrar al sistema el software que consideraran conveniente. Entretanto Oscar Battaglini, el antiguo guerrillero fue encargado de coordinar los detalles del presupuesto necesario para la compra del nuevo sistema electoral. Al regresar Leonardo Hernández fue encargado de preparar las especificaciones del nuevo sistema con técnicos de informática de PDVSA. Los lineamientos técnicos básicos para el sistema parecían provenir del presidente Chávez, pero no era lógico. Presuntamente esos requerimientos provenían de un equipo controlado por Ramiro Valdés en la Universidad de Ciencias Informáticas de La Habana. Allí estaba la ponzoña. Con Ramiro el autoritarismo competitivo llegó a Venezuela.
genpenaloza@gmail.com

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miércoles, 1 de febrero de 2012

CARLOS PEÑALOZA: LLEGÓ EL ESTADO POLICIAL

Chávez tiene listo su monstruo de Frankestein, un ministerio para centralizar espionaje político e inteligencia, montado por cubanos conforme el diseño con que los hermanos Castro aterrorizan a sus compatriotas.
Frankestein Cubanoide
Todo Estado democrático tiene el deber de vigilar para brindarle a la población un adecuado grado de protección y seguridad, pero sin limitar sus derechos. Es dañino, ilegal e ilegítimo todo exceso de control movido por razones políticas. Al igual que es ilegal tratar de acallar o detener opositores que ejercen pacíficamente su derecho a expresarse y a diferir del gobierno.
El exceso de seguridad, más allá de lo necesario y adecuado en el cuerpo social, es tan malsano como la sobre-medicación aplicada sobre un cuerpo humano. En los seres humanos un exceso de medicinas produce enfermedad y muerte. En un Estado la sobre vigilancia genera pérdida de libertad y es dictadura.
Un Estado que ejerce exceso de control y aplica represión para constreñir la actividad política de sus ciudadanos es un Estado Policial. Venezuela bajo el presidente Hugo Chávez Frías se está moviendo inexorablemente en esa dirección. Los venezolanos decentes estamos en la obligación de detener este monstruoso intento de coartar nuestros derechos imponiendo una dictadura guarecida dentro de un Estado policial.
Por otra parte es grotesco que mientras se agiganta el Estado Policial en nuestra patria, se incrementa la inseguridad en las calles dominadas por los malandros. Este resultado es de esperar, porque Chávez no está movido por su deber de proporcionar seguridad a los ciudadanos, sino por su paranoica y enfermiza sensación de inseguridad.
Se considera que un Estado es policial cuanto mantiene un inflexible dominio sobre la sociedad mediante el empleo de una poderosa fuerza de seguridad política secreta e invierte en ella grandes cantidades de dinero para dotarla de mecanismos de vigilancia cada vez más sofisticados. Un Estado policial es necesariamente antidemocrático, porque dirige su esfuerzo a asfixiar a sus opositores políticos. Desde hace años el Gobierno ha tomado ese tortuoso camino con el fin de establecer una férrea dictadura comunista. El último paso que el presidente Chávez piensa dar en esa dirección es la creación del Ministerio de la Inteligencia.
Esta nueva organización que viene a aumentar la burocracia estadal no tiene nada que ver con el ingenuo e inofensivo ministerio de la inteligencia creado hace veinte años por Luis Herrera, siguiendo los poco prácticos consejos de Luis Alberto Machado.
La flamante estructura policial ha sido diseñada siguiendo las directrices del siniestro Estado policial cubano. En medio siglo, Fidel, combinando el asesoramiento inicial de la KGB y la Stasi con sus propias ideas sobre la materia, ha logrado desarrollar un sistema de persecución política basado en la falsedad y el terror, para abrumar y destruir a los disidentes. Esta funesta organización le ha permitido al sátrapa tropical mantenerse en el poder por medio siglo castrando la voluntad libertaria de su población con el bisturí de la intimidación.
Venezuela ha vivido estas situaciones antes. La padecimos con el tosco y letal manejo de los disidentes encarcelados y asesinados en la época de Juan Vicente Gómez. Luego lo revisitamos con la aviesa y malévola Seguridad Nacional con los esbirros de Pérez Jiménez. Ahora con el asesoramiento de Ramiro Valdez, el ex ministro del interior de Fidel, experto en inteligencia y coacción, pronto se nos implantará el modelo cubano de vigilancia ciudadana y represión política. El "hermano mayor" chavista está a punto de ser creado.
El sistema de inteligencia cubano es en teoría controlado por el Ministerio del Interior (MININT). Esta adscripción es una cobertura. En realidad, la Dirección General de Inteligencia (DGI) es una organización autónoma de carácter secreto llamada "Dirección de Inteligencia" (DI), es la agencia encargada de las funciones de espionaje e inteligencia interna y externa.
La DI actúa en forma autónoma reportando directamente a Fidel y Raúl Castro. La inteligencia y contrainteligencia interna que enfoca sobre los disidentes y opositores es manejada por el "Departamento de Seguridad del Estado". El creador del DI fue Manuel (Barba roja) Piñeiro, quien fue el segundo de Ramiro Valdés en el G2. Su viuda, Marta Haernecker, es una de las principales asesoras de Hugo Chávez. El jefe actual de la DGI es el general Eduardo Delgado. La organización cuenta con 15 mil agentes secretos. Muchos de ellos están operando en Venezuela y asesoran a Chávez para la creación del nuevo Ministerio de Inteligencia o Ministerio de Seguridad del Estado.
El diseño del nuevo organismo está listo y sólo falta que Chávez autorice el inicio de su funcionamiento. La estructura del futuro Ministerio de Inteligencia venezolano ha sido diseñada por Ramiro Valdés y Ramón Uzcátegui. El ministro será el general Hugo Carvajal Barrios, ex jefe del SEBIM (inteligencia militar), quien tendrá bajo su mando a la DISIP y al SEBIM. El SEBIM será dirigido por el general Ornelas Ferreira, actual Jefe de la Casa Militar.
La inteligencia producida por estos cuerpos fluirá en tiempo real hacia la Sala de Contingencia en Miraflores. La centralización de la inteligencia va a impedir que el presidente reciba reportes divergentes y tenga acceso a diferentes puntos de vista. Con el nuevo ministerio Chávez será alimentado exclusivamente por Carvajal, con la inteligencia filtrada y masajeada según la conveniencia de los cubanos. El Presidente estará más desinformado y desorientado de lo que está hoy en día. Será totalmente dependiente y manejado.
Cuando Chávez dé la orden de activar su nuevo Frankestein, los venezolanos bajaremos un escalón enorme hacia el control absoluto bajo un Estado policial. Este año en octubre evitaremos que esa catástrofe ocurra y enviaremos a los comunistas cubanos que nos espían de regreso a su isla, de donde no han debido salir.     

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