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jueves, 2 de abril de 2015

IVAN OLAIZOLA, ¿PESIMISMO O REALIDAD?, PARANINFO DE LA SEMANA

Firmas planas o plan si no firmas

Si bien es cierto que la situación de Venezuela cambió de manera radical, y lamentablemente no para bien, desde que el teniente coronel felón, hoy fallecido, asumió la primera magistratura y se empecinó en imponer una tal revolución socialista trastocando toda la vida nacional, llevándonos por un camino nunca antes transitado, no es menos cierto que de un tiempo hacia acá, en especial desde que el heredero del difunto asumió la conducción del país, la situación se ha deteriorado de forma alarmante. No hay una actividad que no adolezca de graves problemas y el gobierno no genera soluciones, ni siquiera las intenta, solo se ocupa de montar matrices mediáticas que nada tienen que ver con la realidad que se vive. Cada día inventa alguna cosa para tratar de tapar los gravísimos problemas que aquejan a la población. Golpes, magnicidios, invasiones, guerra económica, desestabilización. Y día a día menos venezolanos se comen esos cuentos. Cada día nos asemejamos más a un país depauperado al mejor estilo de los países comunistas. Pero pareciese que todavía está presente en buena parte de la población la imagen del comandante supremo y eterno. Claro que de esto si se ha ocupado bien el gobierno. Aló Presidente sigue igual, el himno lo canta el difunto, sus videos son permanentes en los medios de comunicación del Estado. Supongo que mucha gente pensará que lo de la muerte del comandante fue un invento del Imperio y él sigue vivito y coleando.                   

Pero ¿hasta cuando se podrá aguantar esto? Pregunta que nos hacemos a diario muchos venezolanos. Y pasan los días y nada pasa. La inflación sigue su marcha devoradora de cualquier salario. El empobrecimiento de la clase media es una realidad y la pobreza marginal crece de forma exponencial. La inseguridad enluta a más familias venezolanas. Más hijos y nietos abandonan la patria. Más empresas y comercios cierran y trabajadores quedan sin empleo. La corrupción campea, el Estado de derecho brilla por su ausencia. Cada día da la impresión que ahora si es verdad que algo está por ocurrir, que algo va a pasar, y nada ocurre. Bueno si ocurre, el gobierno aprovecha cualquier cosa para lanzar más humo y seguir distrayendo al populacho. Hasta su enemigo más visceral le sirve en bandeja de plata una granadita. Y la oposición, la de la MUD y la radical también contribuyen con ello. Eso sí, el control sobre el aparato del Estado es total. ¿Habrá alguna salida?

La esperanza ahora se pone en las próximas elecciones. Una incógnita. Solo el gobierno sabe si las habrá y cuándo serán. Y, aun cuando todas las encuestas dan ventaja a la oposición, surge otra incógnita, ¿entenderá la oposición  que la unidad, la unidad perfecta, es indispensable para que ello se concrete? Y otra más delicada ¿aceptará un régimen comunistas perder unas elecciones? 

Sin embargo la gente sigue, mansamente, haciendo inmensas e interminables colas, buscado cosas que no hay. La dirigencia de oposición pelando por un puesto salidor para la AN. Y el gobierno armando sus huestes en previsión de no sé qué.

Iván Olaizola D’Alessandro
Iolaizola@hotmail.com
@iolaizola1

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sábado, 13 de septiembre de 2014

MARIO VARGAS LLOSA, LAS GUERRAS DEL FIN DEL MUNDO

Francis Fukuyama publicó en 1989 su famoso artículo sobre el fin de la historia y, en 1992, el libro en que amplió y argumentó su teoría, explicando que, con la desaparición de la Unión Soviética y del comunismo, la democracia no tendría ya en el futuro alternativas de peso e iría poco a poco integrando al mundo en una civilización global de paz y libertad.

¿Quién se atrevería un cuarto de siglo después a sostener una tesis tan optimista? Donde uno vuelva ahora los ojos, la historia está más viva que nunca, las contradicciones y rechazos violentos a la cultura democrática son el signo de la época y ganan terreno por doquier. 

La URSS y el comunismo han desaparecido para todos los efectos prácticos y los dos últimos Estados comunistas —Cuba y Corea del Norte— son dos antiguallas destinadas a extinguirse más pronto que tarde. Pero Rusia, bajo el liderazgo de Vladímir Putin y su cogollo de antiguos agentes del KGB, resucita como una potencia despótica que desafía a Occidente con éxito y va reconstituyendo su imperio ante un Estados Unidos y una Europa que, con el respaldo de su respectiva opinión pública, protestan y amenazan con sanciones pero no van a ir hoy a la guerra por Ucrania, ya medio devorada por el gigante ruso, ni mañana por los Estados bálticos que serán probablemente el próximo objetivo del nuevo imperialismo ruso.

La primavera árabe, que despertó tantas esperanzas en todo el mundo democrático, está muerta y enterrada. Sobrevive de milagro en Túnez,
pero desapareció en Egipto, donde las elecciones libres subieron al poder a unos Hermanos Musulmanes que comenzaron a instalar una teocracia excluyente y agresiva y han sido echados del Gobierno por una dictadura militar vesánica. En Libia, la dictadura paranoica de Gadafi se hizo trizas y su caudillo fue liquidado, pero el país vive ahora en una anarquía sangrienta en la que facciones religiosas y militares se desangran sistemáticamente y en la que, sin duda, terminarán prevaleciendo los fundamentalistas islámicos.

El caso más trágico, sin duda, es el de Irak. La intervención militar destruyó la tiranía sanguinaria de Sadam Husein pero, luego de un breve paréntesis en que pareció que un régimen de legalidad y libertad podía echar raíces, se declaró una guerra sectaria entre chiíes y suníes, y los terroristas de Al Qaeda y otras organizaciones islamistas extremas se hicieron presentes y han perpetrado verdaderas orgías de atrocidades, clima en el que un movimiento aún más cruel y fanatizado que Al Qaeda, el Estado Islámico, se ha apoderado de parte del país al igual que de Siria e instalado allí un nuevo califato, en el que imperan la sharía y demás formas extremas de la barbarie, como decapitar, crucificar y enterrar vivos a quienes se niegan a convertirse a la rama fundamentalista del islam y donde las mujeres son esclavizadas y, aún niñas, entregadas como concubinas a los militantes y futuros mártires.

En los últimos tiempos la causa de la libertad  ha estado perdiendo muchas batallas

El gran movimiento de liberación que se alzó en armas contra la dictadura de Bachar el Asad en Siria, y en la que, en un primer momento, dominaban las fuerzas democráticas y modernizadoras, fue traicionado por los países occidentales, que se bajaron los pantalones ante Putin, proveedor de armas de la dictadura, permitiendo de este modo que los principales protagonistas de la lucha contra El Asad fueran los fanáticos del Estado Islámico. 

Ahora, la situación en Siria ha llegado a una pantomima grotesca, en que, como la última alternativa es la peor, Estados Unidos y la Unión Europea consideran bombardear a los enemigos del tirano, ya que éste, aunque un asesino genocida de su propio pueblo, resulta un mal menor comparado al califato.

No menos trágica es la situación de Afganistán, donde los talibanes
parecen invencibles. Durante su campaña electoral, Obama criticó al
presidente Bush, afirmando que éste se había equivocado dando la
primera prioridad a Irak, cuando el verdadero peligro para el mundo
libre lo constituían los fanáticos talibanes. Y, al subir al poder,
aumentó el número de efectivos y de armas para combatirlos.

Unos años después, ante el fracaso de este esfuerzo, ha retirado las tropas, al igual que el resto de los países de la OTAN, de modo que allí queda sólo una pequeña dotación militar más bien simbólica y no es improbable que el régimen que prohibió a las mujeres estudiar, ejercer cualquier profesión, las encerró en el hogar como esclavas, restauró la sharía, destruyó el patrimonio cultural del país e instaló una dictadura oscurantista medieval, vuelva al poder más pronto que tarde.

Dentro de semejante barbarie, quién lo hubiera dicho, América Latina parece un ejemplo de civilización. No hay guerras, la mayor parte de los países tienen elecciones más o menos libres y en la mayoría de ellos se practica la convivencia en la diversidad. 

Pero sería imprudente echar a volar las campanas. La más larga dictadura de la historia del continente, Cuba, está allí todavía, en manos de dos momias que parecen aquejadas de inmortalidad, y, con la excepción del puñadito heroico pero poco efectivo de resistentes, en la isla da la impresión de que no se moviera ni una mosca.

Y en Venezuela, donde hace algunos meses la movilización de los estudiantes parecía haberle dado a la oposición una dinámica ganadora, Maduro y compañía parecen haber consolidado por ahora su poder mediante una represión feroz retrasando una vez más la hora de la liberación. El país está en ruinas, pese a la riqueza de su subsuelo, pero la pobreza, el racionamiento, la inflación y la corrupción no son suficientes, como demuestra la historia hasta el cansancio, para traerse abajo una dictadura.

Por el contrario, un pueblo sometido a la carestía, la escasez, al miedo y a la mera supervivencia suele volverse más propenso a la resignación y a la pasividad, lo que explica tal vez la longevidad de tantas dictaduras latinoamericanas y africanas.

La primavera árabe que despertó tanta esperanza en el mundo democrático está muerta y enterrada.

Esta visión a vuelo de pájaro del estado de la democracia en el mundo se enturbia todavía más si analizamos la profunda crisis que atraviesa la Unión Europea, el más ambicioso proyecto contemporáneo de la cultura de la libertad. 

La unidad europea ha traído ya enormes beneficios a los países del antiguo continente, entre otros hacerlos vivir el más largo periodo de paz y convivencia de su historia. 

Pero, en los últimos años, sobre todo a raíz de la crisis económica y financiera, el cuestionamiento de Europa en su propio seno ha crecido con el retorno de los nacionalismos y de fuerzas de extrema izquierda y de extrema derecha que rechazan la Unión, quisieran acabar con el
euro y regresar a las viejas nacionalidades.

De hecho, la primera fuerza política es hoy, en Francia, el Front National, un partido neofascista que quiere liquidar la moneda única y la integración de Europa. Todas las encuestas dicen que en Reino Unido una mayoría de ciudadanos quiere salirse de la Unión y que el referéndum que, al respecto, ha prometido convocar el Gobierno, lo perderían los europeístas. Sin Reino Unido, Europa nacería baldada.

¿Qué concluir de esta deprimente visión panorámica de la eterna pugna entre la civilización y la barbarie? ¿Que esta última avanza incontenible y terminará por aplastar pronto a aquella?

Eso sería tan falso como sostener, ahora, la tesis que lanzó hace un cuarto de siglo Francis Fukuyama sobre la irreversible victoria de la democracia. 

La pugna sigue en pie, con fluctuantes alternativas, y sólo en un sentido —aunque importantísimo— se puede decir que la democracia gana puntos.

A diferencia del comunismo, un mito capaz de seducir a mucha gente con su sueño igualitarista, el fundamentalismo religioso islámico, hoy el principal adversario de la civilización, sólo puede convencer a los ya convencidos, pues sus ideas y paradigmas son tan primitivos y cavernarios que se condena a sí mismo a ser derrotado tarde o temprano por agentes exteriores o por descomposición interna. Esa guerra nunca nadie la ganará de manera definitiva; se ganarán y se perderán batallas, y, eso sí, lo realista sería reconocer que, en los últimos tiempos, la causa de la libertad las ha estado perdiendo muchas más veces que ganando.

Mario Vargas Llosa
vargas_llosa@gmail.com
@vargas_llosa

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domingo, 11 de mayo de 2014

ELIECER AVENDAÑO RESTREPO , UN PESIMISMO CREADO Y CONVENIENTE, DESDE COLOMBIA,

Observando detenidamente nuestro país, podemos deducir que existen innumerables problemas que impiden, atrasan y algunas veces desvirtúan los fines y metas que tiene una comunidad organizada como País, Nación, República, Patria, Gobierno y Estado, sobre todo teniendo en cuenta que en los momentos actuales existen verdaderas fuerzas externas que cambian o mimetizan los intereses primarios del procomún por otros que son de la aldea global que no tiene centro de poder espacial, sino que se mueve en todos los ámbitos, produciendo variación en comportamientos, imponen el uso de elementos para la vida, sin importar los efectos secundarios, creando verdaderos mundos imaginarios donde se juega a todos ponemos y unos pocos ganan, con la complacencia de los mandatarios y la voluntad plastilina de nuestra gente. 
Da la impresión que todo aquello que adormece la conciencia, es propicio para que progresen ideales fuera del contexto ancestral, que está creando nuevas versiones de realidades sin cimientos históricos y culturales, que son los que asientan la personalidad de una Nación dentro de un País. Bajo este aspecto estamos perdido en una nube gris de multiplicidad de direcciones que tomamos sin percatarnos que encontraremos al final de ella, pero estamos seguros que no es buenos para nuestra pertinencia, ni para nuestra pertenencia nacional.
De alguna manera ahora quienes se dedican al análisis Psicosociológico, Sociocultural y Socio histórico, emitir juicios de valor y líneas de base, asumiendo la responsabilidad de decir porque en la actualidad vivimos una variedad de comportamientos negativos, sobre todo por qué en esta país son capaces de florecer las mas horridas manifestaciones humanas, que rebajan lo racional a lo bestial y nuestra estructura social, política y económica, es tan indiferente, pasiva, sin reacción, sino al contrario, ante actos barbáricos, su atención paquidérmica, solo permanece máximo de dos a tres días, pero lo peor de todo no es eso, sino que nuestra gente está dotada de un olvido tipo flash y un accionar perezoso para ser solidario en la búsqueda de cambiar, rechazando socialmente a quienes cometen actos contra la comunidad, pero aquí solo se rechaza por raza, por origen, por economía, por clase social, menos por tener mente delincuencial y practicarla cuando se presenta la oportunidad, sobre todo en un cargo oficial o privado, en una contratación, en comercio ilícito o sustracción de bienes ajenos. 
De todas maneras es supremamente importante que quienes profesionalmente levantan planchas de comportamiento sociológico, no solo presenten estudios de espacios, tiempos e influencias genotípicas y fenotípicas, sino que desarrollen un verdadero modelo del colombiano no solo de los que están en las elites sociales y productivas, sino también de la mayoría que siendo muy capaz, sus potencialidades las usa en lo negativo, lo que puede ser un indicador relevante que muestra como las carencias y las necesidades básicas y las creadas artificialmente, impulsan conductas destructivas de la civilidad, que todos los días conocemos por los medios de comunicación, produciendo entre nosotros un sentido de incapacidad para poder resolver el cumulo de problemas que se han generado o conforman la madeja que tejen las redes delincuenciales que viven en nuestra realidad, aunque nosotros cerremos ojos, oídos, bocas y nuestros pies camines al revés.
Comprender quienes tienen la responsabilidad de impulsar la sociedad en búsqueda de bienestar y perfección , promocionando oportunidades por igual bajo un riguroso estándar de requisitos que se apliquen a todas las clases sociales, económicas y políticas dentro la severidad de evaluaciones de perfil personal excluyendo el familiar, el económico y el político y que no obtengan a través de estos parámetros prebendas de orden jurídicos, de contratación y nombramiento no por méritos sino por una plataforma que se ha venido construyendo en el sentido de que las mejores posibilidades solo la pueden obtener quienes están mejores relacionados y su familia aparece en el listado de los clubes políticos, entonces siempre estaremos en la misma situación, donde nuestras comunidades se ven sometidas a bandas, pandillas, atracadores, violadores, sicarios, corruptos, irresponsables ecológicos, malos mandatarios, funcionarios incapaces, jueces venales y grupos que viven del trabajo de otros, bajo la tutela del terror.
El engrandecimiento de la situación anómala que vive el País por grandes personajes que promueven en todo el territorio que no es solucionable por ningún medio, sino por el exterminio como único método, esgrimiendo argumentos de justicia y equidad, pero la intensión de aplicar una solución para nuestra nación, no es para la conveniencia de todos, sino de unos pocos para apoderarse y hacerse dueño del poder político y económico, acallando toda intensión de paz, de devolución de tierra, de atención de víctimas, de ayuda a los desterrados de su hábitat y de quienes tienen diferencias ideológicas con ellos.
El pesimismo de que el país no tiene solución, es generado para causar la sensación que no existen posibilidades civilizadas, sino de fuerza y antidemocráticas y que en el zoo político convive una especie especial que a no dudarlos dará fin definitivamente a todos los conflictos que atacan la institucionalidad colombiana.
Eliecer Avendaño Restrepo
eliecerjoavre@hotmail.com

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domingo, 5 de enero de 2014

ZENAIR BRITO CABALLERO, EL OPTIMISMO Y EL PESIMISMO

La vida y los acontecimientos tienen dos maneras de verlos: el optimismo y el pesimismo. Cuando una botella está llena hasta la mitad, el optimista dice que está medio llena; y el pesimista, que medio vacía. En un recorrido, antes de llegar al destino, el optimista dice: ya casi llegamos. Y el pesimista, pregunta: ¿Todavía falta mucho? El pesimista dice: No me gustan las rosas porque tienen espinas. Y el optimista, por el contrario, afirma: Me gustan las espinas porque tienen rosas.

Esa forma de ser de los seres humanos, polarizada entre el blanco y el rosado y el gris y el negro, es irreconciliable. Para cambiarle a una persona su manera de ser, su naturaleza, hay que manosearla y volverla a hacer. Y mi Dios no hace esos “remiendos”.

A veces el optimista peca de osado, de temerario, y por verle el lado amable a las cosas no calcula los riesgos; o se conforma con las cosas como se vengan y trata de justificarlas, o no pierde la esperanza, que a última hora se enderecen a su favor, como el que se cayó de un décimo piso, y cuando iba por el segundo pensaba: hasta aquí voy bien.

Los otros, los pesimistas, por el contrario, anticipan todos los males; y de cosas buenas sacan resultados malos. El genial caricaturista del siglo pasado, Merino, trágico por naturaleza, se quejaba de que se ganó un carro en una rifa, con una boleta que le regalaron, y cuando alguien iba a felicitarlo, decía: No, esa es una desgracia. Yo con qué voy a pagarle impuestos y seguros, echarle gasolina y hacerle mantenimiento. Además de que mis hijos van a querer que se los preste, lo estrellan y yo de dónde voy a sacar plata para repararlo.

En lo anterior, como en todo en la vida, hay un punto medio, el equilibrio de las cosas, que es la medida justa, que no es fácil de conseguir, porque las reacciones ante los hechos, para bien o para mal, se van a los extremos.

Por eso recomiendan los tratadistas de la conducta humana dejar enfriar los hechos, para no tomar decisiones en caliente, y correr el riesgo de equivocarse, a veces sin posibilidades de rectificar. Y de contar hasta diez antes de responder una impertinencia, para contestar lo acertado o quedarse callado. El silencio, muchas veces, dice más que las palabras.

Con estas “simplezas mías” despedí el año 2013, dándole gracias a Dios, porque el balance de los hechos personales es maravilloso, gracias a que aplico la tolerancia de los principios liberales; además de que aprendí a no meterme en lo que no me importa y a valorar y aplaudir lo bueno que hacen los demás, y a no criticar a nadie. En cuanto a 2014, que se venga como quiera que aquí lo toreamos.

britozenair@gmail.com

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domingo, 19 de agosto de 2012

OSCAR TENREIRO DEGWITZ, ¿PESIMISMO? MIEDO A LA TRAGEDIA

Hace algo más de dos décadas muy poca gente nuestra emigraba. Y si lo hacían era por razones más bien personales, por alguna oportunidad de trabajo o asuntos familiares. Hoy el deseo de emigrar es común. Cualquier conversación termina en el tema de salir, de abrirse a los horizontes de otras partes. Y lo que es más significativo, jefes de familia que tuvieron una formación puramente venezolana que los hizo profesionales con una preparación comparable a la que hubieran recibido en el extranjero, hacen planes para que sus hijos estudien fuera y, con un empujoncito, se queden allá para el resto de sus días. Una actitud que revela muchas cosas difíciles de precisar. Desconfianza en el futuro sería la más obvia. Prejuicios sobre el país, sus recursos educativos, la posibilidad de obtener aquí una formación de calidad, sería otra. Una mirada negativa hacia lo que somos como sociedad y, como consecuencia, el deseo de abrirse a otras realidades, es una tercera. Y por último el miedo a ser una víctima más del macabro festival de muerte a manos del crimen impune en el que se ha sumergido Venezuela.
Cabe advertir que la pobreza figura muy poco entre las razones que aquí impulsan a emigrar. Por ello mismo, de las que enumeré la única que me parece enteramente válida es la última, la inspirada por el miedo a la tragedia. Todos hemos sido tocados de alguna manera por esa amenaza y nos hemos indignado ante la insistente terquedad de las altas esferas oficiales que achacan ese temor a campañas mediáticas desconociendo el impulso a favor de la violencia que caracteriza al Poder actual. Asociado a la destrucción de las instituciones y al avasallamiento del Poder Judicial.
II
Pero las tres primeras merecen una mirada más inquisitiva. La desconfianza ante el futuro, los prejuicios respecto al país y la mirada negativa sobre lo que somos, son rasgos que hasta cierto punto se han hecho tradición en América Latina. Si en algunos de nuestros países esos rasgos han ido desapareciendo, en el nuestro se han acentuado. Mucho contribuyó la erosión del juego político que desencadenó lo que hoy vivimos. En los tiempos de la Cuarta, se hacía manifiesto el estancamiento, el país daba la impresión de estar atrapado por la mediocridad y comenzó a apoderarse de mucha gente la sensación de desaliento. Que llega hoy a exacerbarse ante la criminal erosión del entramado institucional de los últimos catorce años. Una situación que nos ha sometido al dilema de identificarnos o no con lo que ocurre, con la oficialización del absurdo y la arbitrariedad ejercida desde un Poder aceptado con sumisión y entusiasmo por lo que vemos equivocadamente como una mayoría, como el grueso de la sociedad en la que vivimos. Sin percibir del todo que nuestra incomodidad es la de muchísimos, la de un enorme sector social que está semioculto por el peso de las formas dictatoriales. Y, un tanto ilusos, superficiales como tendemos a ser, no deseamos identificarnos con eso, no es lo nuestro aceptar el agobiante deterioro en los patrones de comportamiento, o la sensación de que la ciudad tiene sitios que no son para nosotros, que nos rechazan.
Optamos entonces por situarnos en el otro lado. Y el que está de este lado identifica a los otros como ajenos, como separados, extranjeros podría decirse. Y así se expresa entonces del país. Se sitúa fuera. Habla entonces de la sociedad a la que pertenece (pertenecía) en términos derogatorios. Un talante que se ha hecho común en el emigrado venezolano o en el dispuesto a serlo; hasta en el ciudadano insatisfecho. Habla de "los venezolanos", entre los que no se incluye, con un sentimiento vecino al desprecio. ¿Hablaría así un europeo, un asiático, un miembro de sociedades con fuertes tradiciones, larga historia, sentido profundo de su cultura, y sobre todo fracasos superados?
III
Para abonar a lo que digo cito, lo he hecho otras veces, lo que decía Thomas Mann (1875-1955), atrapado en los absurdos del nazismo: "Estoy más dotado para representar esas tradiciones (las tradiciones intelectuales de su nación) que para convertirme en mártir por ellas". Estando consciente de una crisis que acorralaba a los ciudadanos hasta sacrificarlos, se reconoce sin embargo como parte de una cultura que lo enaltecía. Sin sentirse responsable de lo que ocurría, era consciente de "esos terribles momentos de ofuscación que de cuando en cuando caen sobre los pueblos" como escribió Stefan Zweig (1881-1942) en su libro "Castellio contra Calvino", asediado cruelmente por la persecución nazi.
Lo que puede deducirse de esto es que cada apreciación que hagamos colocándonos juzgando a los demás como responsables de un estado de cosas negativo en la sociedad de la cual formamos parte, inevitablemente nos incluye. Verlo como si los vicios y las desviaciones fueran responsabilidad de los otros es repetir la letanía que ha sido típica de los que contribuyen a sostener la dictadura que estamos soportando. Con Thomas Mann estamos obligados a decir que somos parte de esa desviación aunque no seamos responsables de ella. Los acontecimientos negativos del mundo en el que vivimos de algún modo nos incluyen. Somos parte de ello, aunque nos situemos en oposición a lo que ocurre.
Y si vemos las cosas así, entregarse al pesimismo es negarse a sí mismo. No corresponde ser pesimista ante el destino de la sociedad de la que formamos parte. Vamos con ella, para bien o para mal y lo que nos corresponde es simplemente luchar por lo que creemos.
Esa lucha puede darse en un escenario ajeno a nuestra sensibilidad. Porque en una sociedad como la nuestra, en formación y marcada por un mestizaje aún por asimilar es difícil predecir la dirección que tomarán las cosas. Pero no hay otro remedio que intentarla.
De nuevo la Medusa dibujada por Le Corbusier, expresión arquetipal del mundo psíquico.
edgardo.tenreiro@gmail.com

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lunes, 2 de enero de 2012

PEDRO PAUL BELLO: REFLEXIONES 2012

El tiempo en su transcurrir inexorable, ha sido fijado --en la humana mente del presente histórico bimilenario--  como el inicio de una nueva docena de meses cifrada, esta vez, como 2012.  Pero no es un simple acaso:  la fecha refiere, con las pequeñas  inexactitudes del caso, la distancia temporal que nos separa del tiempo de la venida de Nuestro Señor Jesucristo, Segunda Persona de la Santísima Trinidad y Salvador y Redentor de todo el género humano.

Nos da hoy a los venezolanos, en nuestro hábito inocente, cuasi de infantes, por calificar según nuestra esperanza, que esa docena de meses (esta vez con 366 dias) pueda ser mejor que lo vivido en el reciente pasado, con rotundo triunfo que resucite nuestra perdida democracia (actitud calificable de optimista) o, lo que es peor, el hacerlo en el "ánimo pesimista", que es el de percibir un indefectible fracaso. Ocurre que, más allá del permanecer en la experiencia del vivir, ignoramos qué cosa es el tiempo y, así, remitimos nuestras ansias y esperanzas a tan vacías percepciones, con olvido de que es la voluntad indescifrable del Creador de todo lo que existió, existe y existirá la única respuesta válida e indescifrable de lo que desconocemos que, si somos humildes, lo es todo.

Descendiendo de tales consideraciones para aterrizar en nuestro terrenal espacio vital, reconocemos que, todavía, una buena parte del mundo terrestre está ocupada por regímenes de gobiernos caracterizados por despotismos, opresiones, injusticias y crímenes. Pero acabamos, como espectadores lejanos, de asistir, no sin asombro, al despertar, con tremendas convulsiones, de pueblos orientales sometidos a despotismos de más de veinte, treinta y cuarenta años bajo perversas tiranias. De ello, parece de nuevo infiltrarse entre nosotros otro episodio de triunfalismo, cuando dificultades para superar la férrea estructura construida por el opresor, se presentan, en lúcidas cabezas, como tareas para titanes de epopeyas.

Con todo, confieso paladinamente mi optimismo que no procede ni del verdadero o falso mal que padece el Dictador, sino de hechos muy objetivos y tangibles como lo es el total fracaso de la gestión de gobierno que en el próximo febrero alcanzará los trece años. Fracaso ante las expectativas de los sectores de poblacion más necesitados respecto a las prometidas y nunca alcanzadas ofertas de mejoras en sus condiciones de vida; fracaso ante el despilfarro, sin precedentes en nuestra historia, de más de dos billones trescientos mil millones de dólares de los Estados Unidos, regalados en alta proporción para "ayudar" otros países, la mayoría de los cuales parte de la comparsa de cómplices del segundo proyecto fracasado de Fidel Castro Ruz quien, en sus desvaríos homicidas para destruir al "Imperio" y demás potencias de Occidente, vendió con su labia al ignorante golpista, la idea de conformar  --Venezuela como cabeza--  un frente sudamericano destinado a repetir el fracaso norteamericano en la guerra asimétrica del Vietnam, proyecto antes intentado y fracasado con Ernesto Guevara al frente, en tiempos de los años sesenta del pasado siglo.

La felonía conspirativa que se hizo presente el 4 de febrero de 1992, tenía por fines lo anteriormente señalado y, procedía de la ruptura en lo interno del Partido Comunista de Venezuela, cuando la mayoría de su dirigencia e integrantes se sumaron a la política de pacificación en Venezuela, iniciada bajo el gobierno del Presidente Raúl Leoni y culminada en el del Presidente Rafael Caldera quien, así pacificado, entregó el pais en manos de su sucesor, el Presidente Carlos Andrés Pérez. Pero, aún antes de terminar la década de los años 60, una fracción minoritaria del mismo Partido Comunista, que se mantenía insurrecta situación y cuya cabeza visible era Douglas Bravo, decidió no acogerse a la política de pacificación sino, en vez de mantener las ya fracasadas guerrillas, asumir una nueva estrategia:  penetrar las Fuerzas Armadas Nacionales, de manera subrepticia y disimulada, hasta alcanzar un número suficiente de oficiales comprometidos capaces de tomar por asalto el poder en Venezuela. Entre los primeros de los infiltrados estaba Hugo Chávez Frías, llevado a Douglas Bravo, según uno de los libros del fallecido Alberto Garrido, por su hermano Adán. Lo demás es historia algo conocida: los intentos fracasados de golpes de Estado de los años 80; la decisión definitiva de no intentarlos más hasta que la mayoria de los infiltrados alcanzara comandos efectivos de tropa y los intentos del Caracazo, dirigido por militantes comunistas en Caracas y otras ciudades, para finalizar con un primer intento fallido contra el Presidente Pérez (que pasó oculto) y la conocida subversión golpista del 4 febrero de 1992.

Todo lo anterior no tiene como sentido un simple relato histórico, sino hacer ver que todo aquello que, en algún momento se inicia, necesariamente termina cuando lo que la lógica de la vida  --que a los comunistas les gusta llamar "condiciones objetivas", alcanzan su agotamiento:  en ese agotamiento estamos.

Amigos, veo que vamos a tener un año duro, tal vez muy duro, pero podemos percibir que se abren perspectivas efectivas de cambios, tal vez no los que pensamos o deseamos, pero seguramente los que merecemos. 

ppaulbello@yahoo.com

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sábado, 5 de noviembre de 2011

ZENAIR BRITO CABALLERO: ¡VENEZOLANOS ABRAMOS BIEN LOS OJOS!

No he sido chavista, ni lo soy ni lo sería nunca, porque este gobierno venezolano se proclama revolucionario, socialista-comunista y mis principios filosóficos, religiosos, morales y éticos son espiritualistas, humanistas, cristianos, católicos y verdaderos por convicción y no por conveniencia.
A diferencia de lo que algunos puedan pensar, creo por lo que he venido observando en los últimos años, que la revolución bolivariana del comandante parece que va para rato, gracias a la ignorancia, a la inopia, al oscurantismo del pueblo y a la conveniencia de muchos que se han vuelto ricos en estos casi 14 años de socialismo del siglo XXI.
Aunque el comandante tiene unas elecciones muy reñidas y sus problemas de salud son aplazables pero no irremediables, el padecimiento del teniente coronel ha enfriado, en el momento que convenía, el debate electoral pero ha publicitado en los medios de comunicación, algunos de los acontecimientos  de la enfermedad, que parece ser un secreto de Estado a la cubana en el escenario nacional e internacional.
Hace pocos días el Consejo Nacional Electoral  adelantó para el 7 de octubre del año entrante la fecha de los próximos comicios y la noticia no causó ningún revuelo en la oposición, fue más bien algo como que se esperaba, todo muy normal. En Venezuela pareciera que todo está servido para que el oficialismo gane las elecciones, así no sea propiamente el comandante quien termine los seis años.
Como por arte de magia, los últimos sondeos de opinión señalan que la enfermedad del Mandatario le ha ayudado a recuperar parte de la popularidad que había perdido. En lugar de estar discutiendo el vacío de poder y la salida del Comandante del Palacio de Miraflores, muchos venezolano se han solidarizado con la enfermedad del mandatario y han comenzado a desvincular su gestión de los principales problemas del país.
La encuestadora Datanálisis ubicó la popularidad del presidente en septiembre en 58,9%, 10 puntos arriba de la medición de julio. Y aunque el teniente coronel ya no practique sus maratónicas apariciones en público y haya reducido sustancialmente las jornadas de "Aló Presidente", el oficialismo ha convertido su padecimiento en una estrategia psicológica de manipulación de masas incluso más poderosa como maniobra electoral, utilizando a Dios, a Jesús, a la Virgen y al Dr. José Gregorio Hernández como los sanadores del cáncer. Ayer el teniente-coronel se proclamaba marxista comunista, degradando, deshonrando al Cardenal, a Monseñores, Obispos, Arzobispos y altos Prelados de la Iglesia Católica y hoy se dice cristiano, Mariano y católico. ¡Y eso le gusta al pueblo! ellos lo saben.
Por su parte, la oposición y sus candidatos a las primarias de la MUD, centran su estrategia en denunciar la corrupción y en proponer soluciones a la larga lista de problemas que los aquejan. Prometen estar unidos en la contienda, pero a decir verdad, ninguno de sus candidatos tiene un liderazgo fuerte y sólido para derrotar al contrario, si no se unen de verdad.
La revolución bolivariana se presenta fuerte porque está repartiendo a manos llenas y ofreciendo villas y castillas a quienes aun se arrodillan ante las lisonjas y las mentiras para ganar indulgencias y continuar. Lo que sucede en Venezuela me recuerda las palabras que usó Churchill para referirse a la gestión de Lenin, primer presidente de la URSS, ya que el escenario es bastante similar.
Los venezolanos están capitalizando la educación más costosa posible para una persona, la del ensayo y error, el país está en crisis, colapsado, quebrado y corrompido, el poder adquisitivo del bolívar es irrisorio, el salario mínimo no alcanza ni para comer lo básico a los de la tercera edad que no tienen otra entrada, las tasas actuales de inflación y de desempleo no tienen antecedentes, los índices de delincuencia están disparados como nunca se había visto, hay desabastecimiento de alimentos y medicinas, la salud en bancarrota, no tenemos energía (aunque parezca absurdo tratándose de un país rico en petróleo y caudalosos ríos); y todo esto para que el sr comandante aprenda que la propiedad privada sí existe..
britozenair@gmail.com
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lunes, 27 de diciembre de 2010

EL PODER DEL PENSAMIENTO. POR: DANIELA DI SEGNI.

Un proverbio chino dice: "No puedes evitar que aves de tristeza vuelen sobre tu cabeza; pero sí puedes evitar que aniden en tu pelo". Siempre me pareció una forma clara de mostrar lo que pueden hacer nuestros pensamientos. O mejor dicho, lo que podemos hacer nosotros con ellos.

Todos sabemos que es mejor enfrentar la vida con una sonrisa y con actitud positiva aunque no sea fácil lograrlo. Las que no somos como mi amiga igual lo intentamos de vez en cuando; a veces nos sale bien, otras no nos sale para nada porque, por alguna razón de la naturaleza humana, pareciera que nos resulta más fácil regodearnos con lo que está mal que disfrutar nuestros buenos momentos. O sea que tenemos cierta tendencia a dejar que las aves de tristeza aniden en nuestro pelo.

Un estudio interesanteEl Dr.Juan Hitzig, Profesor de la Universidad Maimónides y reconocido gerontólogo dedicado a estudiar las causas de la longevidad saludable sostiene con humor que: "El cerebro es un ‘músculo' fácil de engañar; si sonríes cree que estás contenta y te hace sentir mejor". Explica que el pensamiento es un evento energético que transcurre en una realidad intangible pero que rápidamente se transforma en emoción (del griego emotion, movimiento), un movimiento de neuroquímica y hormonas que cuando es negativo hace colapsar a nuestro organismo físico en forma de malestar, enfermedades e incluso de muerte.

Con los años, el Dr. Hitzig ha desarrollado un alfabeto emocional que conviene memorizar. Las conductas con R: resentimiento, rabia, reproche, rencor, rechazo, resistencia, represión, son generadoras de coRtisol, una potente hormona del estrés, cuya presencia prolongada en sangre es letal para las células arteriales ya que aumenta el riesgo de adquirir enfermedades cardio-cerebro-vasculares. Las conductas R generan actitudes D: depresión, desánimo, desesperación, desolación.

En cambio, las conductas con S: serenidad, silencio, sabiduría, sabor, sexo, sueño, sonrisa, sociabilidad, sedación, son motorizadoras de Serotonina, una hormona generadora de tranquilidad que mejora la calidad de vida, aleja la enfermedad y retarda la velocidad del envejecimiento celular. Las conductas S generan actitudes A: ánimo, aprecio, amor, amistad, acercamiento.

Fíjate que así nos enteramos de que lo que siempre se llamó "hacerse mala sangre" no es más que un exceso de cortisol y una falta de serotonina en la sangre.

Algunas reflexiones más del Dr. Hitzig:Presta atención a tus pensamientos pues se harán palabras.

Presta atención a tus palabras pues se harán actitudes.

Presta atención a tus actitudes porque se harán conductas.

Presta atención a tus conductas porque se harán carácter.

Presta atención a tu carácter porque se hará biología.

Practiquemos

Muy especialmente ahora, cerca del fin del año, cuando las pilas se sienten agotadas y la primavera parece aplastarnos en la misma proporción con que hace estallar pimpollos en las plantas, viene bien reflexionar en un cambio de actitud. Hace muchos años el poeta Rabindranath Tagore decía: "Si tiene remedio, ¿de qué te quejas? Y si no tiene remedio, ¿de qué te quejas?" Podría servirnos para aprender a dejar las quejas y los pensamientos negativos de lado y buscar en cada situación el aspecto positivo ya que hasta la peor de ellas lo tiene.

De esa forma nos inundaría la serotonina con todas sus eses, la sonrisa se nos grabaría en las mejillas y todo ello nos ayudaría a vivir mucho mejor ese montón de años que la ciencia nos ha agregado. Porque, olvidaba escribirlo, el Dr. Hitzig ha comprobado con sus investigaciones que quienes envejecen bien son las personas activas, sociables y sonrientes. No las rezongonas, malhumoradas y avinagradas que nadie quiere tener cerca.

Y como para vivir y envejecer bien hay que comenzar desde la juventud, empecemos hoy practicando las eses frente al espejo para mejorar nuestro humor y cuidar nuestra salud.

¿Estás de acuerdo con el alfabeto emocional? ¿Qué abunda más en tu vida, R o S?

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lunes, 13 de septiembre de 2010

TRISTES TIGRES, LUIS BETANCOURT OTEYZA

“Quien no espera vencer, está vencido” Napoleón Bonaparte

Llama mucho la atención la actitud de algunos voceros de la oposición en relación con las próximas elecciones parlamentarias previstas para el 26S. Y más aún llama la atención que son esos voceros y opinadores los más atendidos por los medios de comunicación, tenidos por imparciales o independientes, no oficiales, vamos. Tienen una posición muy curiosa pues parece que le tienen miedo al cuero antes de haber despellejado el tigre que tienen que matar. Están inclinados a lo pobre, al resultado chiquito, al desapercibido, que no levante mucha ola, que no perturbe el avispero, que sea más señal que resultado, más símbolo que solución. Es como si anduvieran por el mundo de la política con pena, adelantando un “yo no fui”.

Ramón Guillermo Aveledo, el secretario de la MUD, ha declarado que estas pueden ser las últimas elecciones de Venezuela y tiene razón. Lo que está en juego no una simple representación parlamentaria sino la posibilidad de enmendar el rumbo de desastre con que ha condenado a la nación el chavismo. El país así lo siente y la gran mayoría lo manifiesta en los sondeos y actitudes del día a día. Existe hastío, hartazgo, desesperación ante tanto problema no atendido y ante tantos otros nacidos gracias a Chávez. La sociedad quiere un cambio, quiere ganar, y eso significa que quiere cobrar; salir de esta gente que ha empobrecido y empequeñecido a Venezuela; que ha acabado con sus Instituciones, incluyendo con sus Fuerzas Armadas; que ha atacado a sus iglesias sin piedad ni justicia, ésa que se ha negado a los vivos y a los muertos; destruido las empresas básicas de Guayana y las generadoras de electricidad en todo el país; que ha fomentado y estimulado el delito y la inseguridad. En fin, todas las plagas.

Pero mientras eso aspira la sociedad, decíamos, algunos no tienen esas metas reivindicatorias, salvadoras, sino que llaman al conformismo y a lo poco, quizás con la excusa del realismo. Sin embargo, se les nota más el jueguito de las presidenciales del 2012 que el empeño por ganarse la polla electoral: no están detrás del premio por el “yo lo dije”, sino en una jugada sucia y despreciable que ralla en la traición y la alcahuetería con el chavismo. Son los que siempre están metiendo miedo con el triunfo. Esos que si Chávez, en otro arranque de culillo tan propio, volviera a renunciar, como aquel glorioso y frustrante 11 de abril de 2002, saldrían en carrera con las enaguas a mano a pedirle que no, que no se vaya, que no los deje sin interlocutor con los marginados, con los desposeídos, con la izquierda, y hasta con la derecha; que el país se va a embochinchar, que les hace falta, y demás sandeces de pobres de espíritu, que es lo que son.

Para muestra hoy domingo 12 de septiembre, tenemos dos actitudes perfectamente antagónicas frente al 26S en los dos principales diarios de la capital: El Universal y El Nacional; mientras en el primero, un constante escribidor, como él se hace llamar, alerta sobre la necesidad de preparar los ánimos y estrategia frente al desesperado fraude que intenta el chavismo para conjurar la inevitable y merecida derrota, en el segundo, otro frecuente opinador desnuda sus miedos y los intenta transmitir sin recato ni vergüenza al electorado, advirtiendo que lo que debemos esperar es el triunfo parlamentario del oficialismo en cualquier hipótesis, y cuyo mejor escenario -que llama de “sentido común”- es el de una mayoría oficialista que permitirá el reino de las celestiales en la tierra y la civilidad del chavismo, un oxímoron vamos, para terminar amenazando a quien ose reclamar sus derechos con todo: kalashnikovs, milicia de civiles armados, militares autómatas y sumisos, el G-2, las FARC y Al Qaeda. Así que chito, sin chistar, una vez más. El tramojo no es otro que la mira puesta en las presidenciales del 2012, el espejismo por excelencia, sin importar la advertencia de Aveledo ni que el país se destruye y reboza de muertos. Están equivocados ¡No hay sustituto para el triunfo! Esos voceros y sus patrones son unos tristes tigres.

juridicolbo@cantv.net


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viernes, 3 de septiembre de 2010

OPTIMISTAS FRENTE A PESIMISTAS, DERROTISTAS Y CATASTROFISTAS, CARLOS VILCHEZ NAVAMUEL

Pesimista es aquella persona que tiene propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más desfavorable. Derrotista es aquel que tiende a propagar el desaliento en el propio país con noticias o ideas pesimistas acerca del resultado de una guerra o, por extensión, acerca de cualquier otra empresa. Catastrofista el que tiene la actitud de quien, exagerando con fines generalmente intimidatorios, denuncia o pronostica gravísimos males, y en oposición a ellos el optimista, propende a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable.

Los pesimistas, derrotistas y catastrofistas -los PDC- son entonces esas personas que tienden a ver la vida y los problemas de forma desfavorable, negativa, propagando el desaliento y exagerando para intimidar como si no hubiera otras maneras de interpretar lo que sucede, son “amargados” por naturaleza y -supongo yo- sufren más.

Mientras que los optimistas -los O- ven la vida y actúan de forma totalmente contraria, miran las cosas en positivo, eso los hace mas alegres, se ven más saludables, menos enfadados con la vida y observan las oportunidades en todas partes incluyendo cuando son afectados por alguna crisis.

Algunas personas famosas han escrito sentencias “lapidarias” donde critican el pesimismo y ponen en evidencia de esa forma lo hecho por los optimistas, por ejemplo, la escritora Hellen Kéller anotó “Ningún pesimista descubrió jamás los secretos de las estrellas, o exploró una tierra no cartografiada, o abrió ningún cielo nuevo para el espíritu humano’ o cuando Dwight Eisenhower dijo “El pesimismo nunca ganó una batalla”

Buena parte de los PDC de hoy día son fanáticos ambientalistas, resentidos sociales, comunistas desilusionados, políticos y gente de izquierda perturbados que no han comprendido los cambios, y que se han quedado en el tiempo, también nos encontramos personas que sufren de baja estima y creen que el mundo que les rodea se cae a pedazos, cuando la realidad es todo lo contrario.

Si hiciéramos un gráfico generalizado sobre la evolución de la humanidad desde hace 10.000 años, veríamos una línea en constante ascendencia que nos indicaría sin duda alguna que la humanidad hoy día está mejor desde cualquier punto que se le analice.

Nunca antes en la historia de la humanidad conocida se había logrado bajar la pobreza extrema en el mundo como bien nos señala el último informe de la ONU.

http://www.univision.com/contentroot/wirefeeds/world/8241081.shtml

Nunca antes en la historia de la humanidad se había tenido las expectativas de vida que se tienen en esta época y nunca antes habíamos tenido tan cerca la igualdad de género, nunca antes tuvimos tanta gente alfabetizada en el mundo como ahora, nunca antes habíamos tenido tantos científicos, médicos, ingenieros y profesionales en general trabajando juntos para mejorar nuestra sociedad, y nunca antes se tuvo mas conciencia ambiental que en esta época en que vivimos.

Nunca antes tantos países decidieron tomar la senda de la democracia en el orbe como en esta época y nunca antes habíamos tenido tantas facilidades para comunicarnos los unos con otros en todo el mundo como lo hacemos con la Internet o la telefonía móvil “motores” de un cambio radical en nuestra historia.

http://carlosvilcheznavamuel.blogspot.com/

carlosvilcheznavamuel@gmail.com

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miércoles, 4 de agosto de 2010

¿ES EL PUEBLO VENEZOLANO PESIMISTA?, PEATONES SIN BARRERAS, IVÁN ENRIQUE LEÓN HERNÁNDEZ

Los pensamientos son las concluciones a las que llegas después de analizar y procesar los datos.

A las personas pesimistas las envuelve un halo de amargura. Su vida oscila entre la desilusión y la tristeza. El optimismo es para ellos una peligrosa enfermedad que hay que erradicar de raiz, porque el mundo fue y será definitivamente una porqueria. El paquete desesperanzador está constituido por una serie de sesgos y actitudes cercanas a la depresión: descalificar lo positivo, magnificar lo negativo y estar preparado siempre "para lo peor". Como resulta obvio, la aplicación de este estilo hace que la vida pierda su encanto. Si Venezuela es un campo de batalla y el futuro es negro, el presente puede llegar a ser insoportable. El fatalismo mata la risa y la esperanza razonable. No digo que haya que adoptar la sonrisa bobalicona de los que viven en el Mundo feliz y niegan los peligros y los inconvenientes del diario vivir (la esperanza llevada al extremo puede ser un mecanismo de escape); lo que sostengo es que el pesimismo acaba por convertirse en un "ave de mal aguero", alguien a quien es mejor no frecuentar demasiado.

Los pensamientos tipicos del pesimista: "Me va a ir mal", "Podria haber sido mejor", "No hay solución", "Es terrible lo que ocurrio", "Nada va ha mejorar",. O dicho de otra forma: nada está bien y la alegria no es otra cosa que una farsa. La sensación que lo embarga es la de una eterna incompletud: siempre falta algo, siempre hay un detalle que daña el conjunto. Una variación del pesimismo es la anticipación catastrófica, que consiste en adelantarse negativamente al futuro y esperar siempre lo peor. El calculador de probabilidades se daña y la persona comienza a pronosticar tragedia y desastres de todo tipo. Aunque el pesimismo se asocia más a la depresión y la anticipación catastrófica a la ansiedad, ambos muestran el mismo estilo subyacente: Concentrarse más en lo malo , que en lo bueno. Pesimismo y estrés suelen in de la mano.

Peatones, recuerda que la profecia autorrealizada siempre está vigente. Si eres pesimista, las cosas no te saldrán bien porque tú mismo te encargarás de que sea asi ¿Cuantas veces el pesimismo te ha impedido disfrutar con tranquilidad de un momento agradable? ¿Cuántas veces tus anticipaciones te han precipitado a una angustia innecesaria y sin fundamente? ¿Cuántas veces te has preparado para un conflicto totalmente irracional e imaginario? La proxima vez que encares alguna actividad placentera no lleves el salvavida puesto ni el el plan B activado. Los pesimistas no se rien porque la alegria anticipada puede ser una forma de llamar la a la desgracia.

Un Peatón sin Barreras

peatones.sin.barreras@gmail.com

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domingo, 4 de julio de 2010

¿SE NOS PUDRIÓ LA ESPERANZA?, JUAN CARLOS APITZ

El convencimiento de que nada se puede hacer porque de todas maneras el resultado va a ser el mismo y que, una vez más, todo va a salir mal, hace que se realice la profecía que se cumple a sí misma. Para el que no siente esperanza no es posible que vea las oportunidades y posibilidades de cambio, aunque las tenga enfrente. Pareciera que, a la oposición democrática venezolana se le pudre la esperanza.

Cuenta la leyenda que, dos ratoncitos cayeron al mismo tiempo en dos potes que contenían leche. El primer ratoncito pensaba: "No podré salir de esta lata, porque las paredes son muy lisas, ya he escuchado anteriormente acerca de muertes como ésta. No podré respirar en la leche, voy a asfixiarme, estoy perdido". Y, ante esto que pensaba, dejó de intentar hacer algo para salir de la vasija y en efecto, se asfixió y murió. El segundo ratoncito no sabía tampoco qué hacer; pero al contrario que el primer ratoncito, él pensaba que debía de haber algo que pudiera hacer para salir de la vasija, "posiblemente mi situación pueda ser diferente a las de otros que he escuchado que no han podido salir de estas situaciones", entonces el ratoncito trató de hacer algo y se agitó en todos sentidos. Como se estaba moviendo continuamente, batió la leche con tanto vigor que ésta se transformó en mantequilla. El ratoncito entonces se sentó sobre la mantequilla y pudo respirar libremente. Entonces, ¿Qué rasgos distinguen a estos dos ratoncitos? ¿Qué impidió al primer ratoncito intentar salir de la vasija de leche? ¿Qué permitió al segundo ratoncito seguir luchando? Respuesta definitiva: la desesperanza aprendida.

La desesperanza aprendida se da cuando una o varias personas han tenido experiencias negativas en el pasado, en las cuales han fracasado varias veces, van a terminar convenciéndose a sí mismas de que toda situación negativa que les toque enfrentar estará fuera de su control. Y por lo tanto, lo único que harán es resignarse, y aceptar lo malo que están viviendo, sin intentar luchar. El elemento más esencial de la desesperanza aprendida es sentir y creer que no se puede hacer nada, que no se tiene ningún control sobre el medio ambiente. Siempre que alguien cae en el conformismo, y no lucha contra una contrariedad, contra la cual, sin embargo, tiene las condiciones para enfrentar y vencer, estamos frente a una situación de desesperanza aprendida. Es decir, es el convencimiento íntimo de que no se puede ejercer ningún control ni cambio en el medio ambiente para mejorar o revertir una situación.

Inocularnos la desesperanza aprendida a los venezolanos es la estrategia del Gobierno nacional, a través de sus malos tratos, la violencia o las experiencias emocionales traumáticas, donde han sido afectados severamente nuestros sentimientos; lo que hace sentirnos acorralados, nos autoinculpamos y justificamos nuestra impotencia, permitiéndole a nuestro agresor que nos siga dominando.

Lo importante que se debe resaltar es que, así como hay una desesperanza aprendida, también puede haber un optimismo aprendido. No es el momento de descalificarnos. Asumamos todos la tarea urgente de convencer a los venezolanos de que a pesar de todos los obstáculos y de todas las amenazas de este populismo reaccionario que se empeña en vivir en el pasado, saldremos adelante como siempre. No dejemos pudrir nuestra esperanza. ¡Sí se pudo y sí se puede!

http://www.juancarlosapitz.com/
justiciapitz@hotmail.com
twitter: @justicapitz
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domingo, 11 de mayo de 2008

*GUSTAVO A. FERNÁNDEZ A. ESCRIBE PARA LA RED: “EL OPTIMISMO, EL PESIMISMO Y EL TRIUNFALISMO”


*GUSTAVO A. FERNÁNDEZ A. ESCRIBE PARA LA RED: “EL OPTIMISMO, EL PESIMISMO Y EL TRIUNFALISMO”

06/05/2008


Compañeros de Foro, el siguiente escrito es un extracto de diferentes consultas efectuadas en la Red, que considero que ameritan los minutos que le dediquen a su lectura.
Saludos cordiales

EL OPTIMISMO

Es esa chispa mágica que nos ayuda a ver la parte positiva de las personas o de cualquier situación o circunstancia en que nos encontramos; es una de las armas más poderosas para ayudarnos a conseguir nuestras metas, nuestros deseos.

El optimismo es una actitud positiva ante la vida. Es elegir lo más bello y agradable de la vida para disfrutar ¡cada día!

Todos los seres humanos tenemos problemas, pero tenemos que evitar que estos nos amarguen la vida; con una actitud optimista, resolverlos con tranquilidad, sabiendo que todos los problemas tienen solución y sobre todo si confiamos en nosotros mismos, en nuestra capacidad para resolverlos.

Por el contrario, el pesimista se pone lentes negros para ver la vida y hace de la tristeza y la melancolía sus compañeras inseparables.


EL TRIUNFALISMO

Es la actitud real o supuesta, de seguridad en sí mismo y superioridad respecto a los demás, fundada en la propia valía. Es una manifestación pomposa de esta actitud.

¡CUIDADO CON EL TRIUNFALISMO!
Demetrio Boersner

Sábado, 12 de abril de 2008

No cabe duda de que, el 2 de diciembre de 2007, Chávez sufrió un grave revés. Su ultra-radicalismo y su insultante arrogancia y agresividad, aunados a su incompetencia como gobernante y administrador, hicieron que gran parte de su pueblo le diera la espalda.
Pero los demócratas opositores debemos cuidarnos de no caer en el triunfalismo ni subestimar al adversario. El presidente Chávez puede cometer locuras en la interpretación de la historia y proponer el paso al socialismo cuando aquí apenas se plantea un capitalismo nacional desarrollista. Puede adoptar actitudes aparentemente desequilibradas. Pero no es ningún loco (¿?) y su inteligencia –innata, espontanea, rápida- es grande. Su estrategia a largo plazo es utópica, pero sus tácticas suelen ser realistas y posee una certera intuición psicológica. (¿?)

Por otra parte, no es cierto que haya perdido todos sus apoyos externos. El sub-imperio brasileño ha decidido seguir valiéndose de el, alentando su obsesión con el “Sur” y su tendencia a darle la espalda al Norte (y a Colombia y la región andina)... Brasil defenderá a Chávez ante el mundo, a la vez que tratara de persuadirlo a que modere su estilo, y a cambio de ello, aumentara su aprovechamiento de Venezuela y sus recursos. En el seno de la vasta socialdemocracia mundial subsisten veleidades pro-chavistas que podrían reavivarse mediante un poco de “buena conducta” por parte del barines. A ello se agrega la codicia universal de petrodólares venezolanos.

Por ello es importante que la oposición democrática evite el triunfalismo y mantenga una línea de lucha eficaz, que implica: 1) No dividirse por rivalidades electorales; 2) presentar una alternativa ideológica y programática de contenido democrático social, y 3) priorizar la captación de los sectores populares decepcionados y disidentes del chavismo.

EL PESIMISMO

El pesimismo, es la tendencia a ver las cosas en su aspecto desfavorable y negativo. En cierta medida, puede ser útil en tanto se observe moderadamente, manteniéndose alerta en actitud preventiva, atentos para evitar sorpresas y cuidándose de no tocar los extremos causantes de la desmoralización, la desesperanza, la decepción y el desanimo.