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LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
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sábado, 3 de diciembre de 2011

JAIME GRANDA: SÍNDROME RABO'EMONO

Verse el rabo puede conducir a rectificar la estrategia gubernamental y dar mejor uso a los recursos públicos que están gastando para frenar lo que parece una avalancha opositora.
Un alcalde, psiquiatra y profesor universitario planteó la semana pasada en columna debutante que la oposición venezolana sufre el síndrome de Munchausen.
La explicación menos complicada de ese mal indica que es un trastorno psiquiátrico que se caracteriza por inventar y fingir dolencias, o incluso provocárselas a sí mismo, mediante la ingesta de medicamentos o mediante autolesiones, para llamar la atención de los médicos o familiares, y ser tratado como un enfermo.
La intención, muy rebuscada, del columnista fue denunciar que los precandidatos de la Mesa de la Unidad están creando ficciones, como el ataque en el 23 de Enero a la única precandidata o la colocación de una valla de un precandidato por esos mismos lares.
El diagnóstico no es muy acertado, pero eso es lo que hay en el gobierno. No es fácil. Los lectores del diario que regala esa alcaldía vieron muy doctoral el texto, pero es una prueba más de las desigualdades, incluso dentro del chavismo.
Algunos consideran que pudo recurrir a algo más cercano al pueblo llano y titularlo como “síndrome Rabo’emono”.
Casi todos los venezolanos entendemos que el mono se ríe del rabo del vecino sin ver el suyo. Es posible que haya tenido esa intención, pero sopesaría que ese es precisamente el síndrome que observamos en todos los “sobrados” que desfilan por la radio y la televisora oficialista.
Se burlan del rabo de algunos precandidatos de la oposición, sin poder verse el suyo. Incluye calificar de basura lo que publican otros medios.
Eso del síndrome de Munchausen, además, luce más como pedrada contra vidrio del palacio de gobierno. Parece que lo que realmente quiso decir el alcalde-psiquiatra es que deseos no empreñan, para desmontar lo que ofrecen los precandidatos de la oposición.
Pero eso es como otra pedrada contra el líder, por aquello de que me voy a quedar en el poder hasta 2031 o hasta 2041 mesmo.
Verse el rabo puede conducir a rectificar la estrategia gubernamental y dar mejor uso a los recursos públicos que están gastando para frenar lo que parece una avalancha opositora, sin importar el candidato o la candidata que le toque enfrentar al gallo del régimen. Algo más. ¿Si la oposición está tan mal, como insisten en los medios oficialistas, para qué perder tiempo y dinero en atacarla, violando leyes, la Constitución y dejando tantas huellas?

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sábado, 8 de octubre de 2011

CHILE LIBERAL: HOMENAJE A UN GENIO (STEVE JOBS)

Steve Jobs encarna la creatividad inherente del capitalismo para crear e innovar, y para amasar fortuna, pero el fundador de Apple es mucho más que todo eso

Alexander Graham Bell patentó el teléfono. Thomas Edison, el gramófono. Nuestra era no conoció a estos colosos de la ciencia y la invención, pero sí vimos a Steve Jobs —el padre intelectual de Apple Inc—, presentándonos el iPod, el iPhone, el iPad, y todos los otros artilugios con esa curiosa i, que hoy son omnipresentes. Tal como los inventos de Graham Bell o Edison, los de Jobs han transformado la vida de todo el mundo, han generado empleos de altísimo valor añadido, y al crear riqueza han contribuído más que cualquier plan social al bienestar, felicidad, prosperidad y progreso de la especie humana.

Sólo en un sistema de mercado, en un país con una política estable, una convivencia social pacífica y una educación basada en la libertad, se pueden abrir las compuertas de la creatividad para que surjan los genios como un Steve Jobs, o un Bill Gates, o los innovadores de la nueva camada como Mark Zuckerberg o los fundadores de Google, Sergei Brin y Larry Page.

Lamentablemente, como sabemos, Steve Jobs sufre de un delicado estado de salud producto de un cáncer de páncreas que lo ha compelido a renunciar a su puesto de jefazo de Apple, empresa que él fundó y después de varios fracasos reflotó cada vez. Éste no es un tipo que se da por vencido fácilmente, pero ahora sí que no da más. En el otro lado de la medalla, varios de sus colaboradores lo describen como un verdadero insoportable hijo de puta, de hecho el directorio de Apple le dio un "golpe de Estado" en 1985 que le  obligó a retirarse. Ante el fracaso de Apple sin Jobs, debieron suplicarle que regresara, y contra todas las apuestas terminó por posicionar su compañía entre las mejor valuadas del mundo.

Silicon Valley, donde se ubica la casa matriz de Apple, es el motor de la economía americana y un ejemplo de innovación. Si hay algo que caracteriza a ese reino tecnológico, algo que lo hace único a nivel planetario, es que un 10% de sus emprendimientos fracasan cada año y por tanto deben clausurarse. ¿Se imaginan que Silicon Valley tuviese las rigideces laborales que la epidemia sindical propugna como "derechos laborales"? Pues sería un fracaso completo y habría desaparecido hace rato. Pero ahí sigue, porque la flexibilidad laboral, la inagotable inventiva y el espíritu innovador es incansable y cada año más start-ups florecen copiosamemente desatando un lucha en que la selección darwiniana y la destrucción schumpeteriana inevitablemente premian las mejores ideas y castigan las peores. Mientras que Wall Street languidece en la costa Este haciéndonos creer que hay empresas "muy grandes para dejarlas morir", y mientras los sindicalistas finalmente lograron destruir la industria automotriz en Detroit, en la costa Oeste la única señal de vida de la economía americana es Silicon Valley, que sigue mostrando vigor gracias a los genios de la tecnología que ahí pululan.

No podemos sino expresar admiración por Jobs y el fruto de su inventiva. Según escuché de un periodista que lo entrevistó en su casa, el hombre vive de manera simple, su sala de estar es minimalista, sólo decorada por un cuadro de Charles Darwin. De religión budista, Steve Jobs es otro que abandonó la universidad para dedicarse a transformar en simplicidad y belleza un mundo complicado y tosco. Se dice que con un PC Windows uno puede hacer un trabajo, pero con un Mac uno lo hace con amor. Y es cierto, ¿o no? Vuestro Humilde Servidor mantiene Chile Liberal desde un MacBook nunca reiniciado: la "pelota de playa" rara vez aparece. Es confiable, es bonito. Con un Mac uno tiene cero interés en programas antivirus. Y trae incluidas aplicaciones para volverse loco. Aprender a usar el iPod y comprar música con iTunes es como caminar por el parque. No tengo un iPhone porque no permite editar planillas Excel, pero no vamos a negar que son choriflay. Windows por supuesto es funcional y masivo, pero ¿por qué chucha los PCs con Windows son tan feos?

Desde las mayores decisiones como el modelo de negocios hasta la iluminación en las Apple Store, incluida la disposición de los productos para que sea vean más brillantes y así estimulen a los compradores, la de Steve Jobs es una empresa de autor en que su espíritu trasunta el todo. Incluso las legendarias presentaciones de cada nuevo gadget son objeto de estudio ya que la meticulosidad con que Jobs prepara, ensaya y presenta sus "shows" es impecable (Steve Jobs no sufre de "Piñericosas"). ¿Sobrevivirá Apple sin su progenitor? Desde luego que sí. Básicamente porque confío que el tipo es capaz de entender que sólo la motivación por lucrar con Apple es insuficiente. Steve Jobs parece tener una visión mística de lo que es la capacidad humana de inventar, y para continuar la tarea ya ha preparado suficientemente a sus colaboradores para continuar el legado.

And one more thing...

Para los que nos criamos retrocediendo cassettes con un lápiz Bic para ahorrar pila en el "personal estéreo", ver a Steve Jobs presentando el iPod fue comparable a la estupefacción de los discípulos de Jesús viendo a su gurú caminar sobre el agua. Creo que vale la pena ahondar más sobre cuál es realmente la motivación que tienen algunos para inventar. El dinero, el lucro, el aumentar el capital, maximizar rentabilidad, todo eso es motivación, claro está. Pero no es suficiente. No puede ser suficiente. Hay algo más. Debe haber algo más. ¿Qué es ese "algo más"? No lo tengo claro, así como tampoco tengo claro por qué Da Vinci pintó la Mona Lisa, ni por qué Alexander Fleming inventó la penicilina, o por qué la NASA envía la sonda Juno a Júpiter. Por lo mismo, no nos queda claro por qué Steve Jobs inventó el iPod, el iMac, o el iPhone, el iCloud, y todas esas huevadas.

Una señal elocuente del deteriorado estado de salud del fundador de Apple es haber autorizado a que se publique una biografía suya. Quizás él ya presiente que la hora de partir se acerca. Sea como sea, su legado ya está con nosotros por doquier y ya están designados los sucesores para seguir sorprendiéndonos.

chileliberal@gmail.com
http://chileliberal.blogspot.com/2011/08/homenaje-un-genio.html

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jueves, 7 de julio de 2011

ENRIQUE PEREIRA: ABAJO CADENAS.

De las que se amarran en los pies de los prisioneros y en los cerebros de los escuchas.

El viaje y la enfermedad de Chávez, nos liberaron de las cadenas por unas tres semanas. Las cadenas son como los ruidos molestos, nos acostumbramos a escucharlos y finalmente nos damos cuenta que estaban allí cuando desaparecen. Obviamente me estoy refiriendo a la tediosa forma de comunicarse con el país, encadenando los medios de comunicación por los motivos más vanos que alguien puede imaginar.

Las cadenas son una forma de dominación. Son el arma necesaria de una revolución que produce “verdades”  a fuerza de repetirlas. Baste escuchar con detenimiento un monologo de Chávez o uno de los micros que nos venden un país pujante, desarrollado, lleno de gente feliz y realizada, para darse cuenta que son una inyección repetitiva de ideología cubanoide que intenta transformar la realidad, la misma que todos observamos. El Rodeo, Mercal, los hospitales y el estado de los colegios públicos, no se mejora aún cuando nos repita cien veces lo contrario. Las cadenas producirán las ciento cincuenta mil viviendas que el gobierno no pudo producir.

En una cadena nos enseñaron el pasado cinco de julio los juguetes de la revolución. La revolución del amor, de la paz verdadera, armada hasta los dientes con material bélico que el gobierno ha venido comprando para defendernos del imperio yanqui, mientras abre las puertas de nuestra mancillada soberanía a la Cuba de Fidel Castro, en una grosera alianza que pone en peligro nuestra joven independencia. Los cubanos hoy están metidos hasta los tuétanos, en muchísimas actividades que deberíamos estar haciendo los venezolanos. Las cadenas de una opresión concertada, ahora reposan en el fondo del mar, en un cable submarino que nos une a la isla con quien sabe que oscuros propósitos.

El desfile militar nos mostró a un general, con el pecho prendido en condecoraciones, henchido de la emoción, en un discurso de iniciación del desfile que solo pude entenderse desde la boca de un político. Las fuerzas armadas no pueden defender a una parcialidad política y este lo hizo, sin que se le moviera una pestaña. Me pregunto qué hará ese general cuando el chavismo pierda el gobierno en unas elecciones limpias. No le quedará otra que colgar las medallas en el closet. Este gobierno militarista, nos enseña de vez en cuando las cadenas con la que pretende amarrar nuestras conciencias.

Dime con quién te juntas y te diré de qué padeces. La Venezuela liberada por Bolívar, invitó a sus amigos a celebrar el Bicentenario de nuestra Declaración de Independencia. Rusia y Bielorrusia, China, Nicaragua y Cuba –entre otros- enviaron una representación de sus ejércitos. Eso es lo que no va quedando, una sarta de amigos que bien nos venden algo, bien reciben las bondades económicas de este gobierno.

Las elecciones no se ganan con los doce mil soldados que desfilaron, o las cinco mil que presenciaron el desfile. Tampoco se ganan con los adeptos vestidos de rojo que movieron al pie del balcón del pueblo. Chávez y sus seguidores están bien claritos sobre este tema. Las elecciones las ganarán los millones de venezolanos que no estuvimos allí, pero que estamos hastiados de las cadenas que oprimen nuestra libertad y progreso.

Esta vez liberaremos a Venezuela en unas elecciones, sin un solo tiro.
                                                    
                                                                         @pereiralibre

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jueves, 23 de diciembre de 2010

INVENTANDO A LA URSS. LUIS MARÍN

Que la destrucción de las relaciones de producción va a originar la liberación de las fuerzas productivas, es una de las falacias más refutadas en la práctica y más repetidas en teoría por todos los socialismos que en el mundo han sido.
Todavía hoy, ya en pleno siglo XXI, se sigue predicando que de la destrucción de un modo de organización social de la producción económica va a salir algo, no digamos superior, cuando es de toda evidencia que de la demolición no sale nada, como no sean escombros.
En las postrimerías de la guerra civil rusa, en 1921, la Nueva Política Económica de Lenin no fue otra cosa que un paso atrás para tomar impulso, permitiéndole a la iniciativa privada que produjera lo que se le iba a expoliar casi de inmediato, en 1928, con la colectivización forzosa del agro, ejecutada por el padrecito Stalin.
Resulta trágico que una vez expropiados “los ricos Kulaks” frente a los comisarios del pueblo no emergieron unas fuerzas productivas liberadas a plenitud, haciendo nadar en la abundancia a la patria socialista, sino más bien una masa de campesinos perplejos, desorientados, sin dirección.
Asimismo, los que hasta el momento eran sólo “enemigos de clase” rápidamente pasaron a saboteadores y francos contrarrevolucionarios cuando prefirieron matar sus animales y quemar los graneros antes que entregarlos gratuitamente a los comunistas.
La historia por harto conocida no significa que no pueda repetirse, como ha sido en Europa, Asia, África, sin distinción de raza o credo, desde Camboya a Cuba, dando siempre el mismo resultado. ¿Por qué los socialistas insisten en lo mismo?
La respuesta fácil es “por el poder”, porque el socialismo se lleva su buen medio siglo en estrellarse y mientras tanto la nomenklatura disfruta de un poder ilimitado, se sacia en la venganza contra todo lo que saben que es superior y ¿quién quita si después, aunque caigan, no sigan usufructuando los despojos, como ocurre en la Rusia de Putin?
El destino de la casta militar y policial cubana no está cantado y no puede preverse su suerte para cuando decidan enterrar a la dinastía de los Castro. Cuentan con que no habrá justicia y que todo será olvidado. Creer en una justicia final y en la reivindicación de las victimas es una ilusión más bien religiosa que los comunistas, al prescindir de Dios, no tienen por qué conservar.
Si se elimina el “temor de Dios”, entonces todo es posible. No solo hacer el Mal, sino regodearse en el Mal que se inflige al prójimo. Se puede predicar el odio, la mentira y la muerte como principios de una antireligión diabólica.
Lenin utilizó el modelo de la Iglesia para organizar su partido comunista, mientras la convertía en su contrafigura llamándola “el partido de la Iglesia”. Creó su propio Vaticano en el Kremlin y su santo sepulcro, consigo mismo como centro místico.
La luz contra las tinieblas, el ejército blanco contra el ejército rojo, el espíritu contra la materia, Lenin siempre optó por los segundos. Para él la verdad no existe, sólo es verdad lo que favorezca a la revolución. La moral, es un prejuicio de clase, maleable según la conveniencia.
Se puede calumniar conscientemente a los enemigos, porque es una necesidad de la lucha política; pero también a los amigos, cuando se colocan “objetivamente” del lado enemigo.
Los “principios” de Lenin, como los del Che Guevara, no pueden ventilarse en público porque apestan. Son intrínsecamente perversos, repugnan a la conciencia de cualquier persona normal.
La nueva Rusia echó al cesto de basura la bandera roja, el ridículo escudo de la hoz y el martillo, la burda denominación “República Socialista Soviética”; sólo conservó el himno nacional con el triste argumento que esgrimió Putin, de que no podía concebir que sus abuelos hubieran muerto en vano.
Le quedó mucho peor: ¿Entonces quiere decir que lo hicieron por una melodía? En verdad, a eso se reduce el socialismo, a cantos de sirena.
PSEUDOLEGISLACIÓN
Si algo puede decirse de esta diarrea legislativa de fin de año, sin temor a equivocarse, es que no tiene nada de “marxista”. Para el marxismo el Derecho es un epifenómeno de la estructura económica, la base material sobre la que se edifica la superestructura de la sociedad, principalmente el Estado.
De manera que esto sería comenzar la casa por el techo, redactar el armisticio antes de la guerra, postular la creencia de que la sociedad se puede transformar mediante leyes que resultan antitéticas de la realidad material.
Con lo cual se reafirma una vieja tradición que asola nuestras tierras desde la conquista y que se resume en aquella consigna enarbolada contra las Leyes de Indias: “Se acatan pero no se cumplen”.
Es una exacerbación delirante del no menos viejo problema del “formalismo jurídico”, que nos hace ser tan prolijos en leyes como en artes para eludirlas. Venezuela es con toda probabilidad el país con más leyes en contraste con el menor índice de cumplimiento.
Hace tiempo se ha determinado que nuestro problema no son las leyes sino cómo lograr una mayor interiorización de parte del público, esto es, una mejor cultura jurídica; pero el ejemplo que nos viene de arriba es deplorable. El primero en hacer de la constitución y las leyes un estropajo indigno del menor respeto es el mismo gobierno.
Partiendo del principio revolucionario de que las leyes, los procesos legislativos y judiciales son “una farsa de los ricos para engañar a los pobres”, los han convertido efectivamente en eso, en una farsa, que en vez de garantizar derechos lo que pretenden es abolirlos, dejando al ciudadano inerme ante la arbitrariedad.
El resultado es esta batahola de leyes que ni siquiera tienen la mínima apariencia de legalidad y sentencias que violan los más elementales principios interpretativos, como la del proceso a diputados que no sólo invierte el principio in dubio pro reo, sino que deroga el de la soberanía popular.
Se sabe a dónde apunta esta estrategia política. En Venezuela el índice de formalidad es extremadamente bajo, la mayoría de la población está fuera del sistema jurídico; lo que se persigue con las nuevas leyes es poner al sector formalizado “fuera de la ley” para justificar la represión y el uso de la violencia, que el régimen discrimina políticamente.
Sólo caerán los funcionarios públicos y los empresarios formales que quiera el régimen; el resto de los ciudadanos no podrá sino aguzar los mecanismos de elusión legal, con lo cual sólo crecerá la informalidad, como el mercado negro.
Finalmente, se manifiesta una paradójica prepotencia impotente: incapaz de resolver problemas, el régimen pretende que otros lo hagan coactivamente, obligados por leyes ilegales.
Doble paradoja es utilizar la forma de la ley para abolir el principio de legalidad.
PSEUDOPOSICIÓN
La que resulta embarazosa es la situación desairada de la llamada “oposición” a la que dejan sin silla y sin escritorio antes de asumir el cargo, sólo por un afán de humillar, porque, bien vista la cosa, este país funcionaría igual sin Asamblea Nacional, como ya se ha demostrado suficientemente.
No se necesita ser constitucionalista, ni siquiera abogado, para darse cuenta de que una Ley Habilitante no puede motivarse por causa de las lluvias, porque no es una legislación de emergencia, que procede en caso de catástrofes naturales o calamidades públicas reguladas en el capítulo relativo a los estados de excepción que, de paso, se resuelven en treinta días, no en doce o dieciocho meses, período que tampoco se encuentra en el texto constitucional.
La Constitución de 1961 restringía la habilitación a materia económica y financiera; la actual eliminó esa restricción, pero conservó el plazo, por aquello de delegatus delegare non potest. Se supone que los diputados reciben una delegación del pueblo, por lo que no pueden a su vez delegarla.
Eliminada la doble restricción, por la materia y el tiempo, todo queda convertido en una charada, al extremo de que la Asamblea delega poderes que a ella misma no le han sido delegados por el pueblo, de manera que ceden lo que no tienen.
Si esto no fuera suficientemente patético, más lastimosas aún son las defensas opuestas, que son como para decir: “Compadre, no me defienda más”. Cada aparente objeción entraña de fondo una peor convalidación.
Dicen que la Asamblea Nacional no puede dictar leyes atropelladamente como lo está haciendo porque le quedan quince días de ejercicio. O sea, que antes sí podía hacerlo, con pleno derecho. Una asamblea espuria, “elegida” con un 80% de abstención en el 2005, representante sólo del régimen, según la “oposición” podía dictar leyes legítimamente.
Esto ha servido para desempolvar el otro argumento completamente criminal de que la oposición “decidió” no presentarse en las elecciones de 2005 y por tanto es responsable de que la asamblea sea roja rojita. Olvidando, claro está, el fraude descomunal del referendo revocatorio de 2004, que se convirtió en “confirmatorio” por obra y gracia del TSJ, porque esa figura ni siquiera existe en la Constitución.
Argumento criminal porque exculpa al régimen de toda responsabilidad en este fraude no solo a la Constitución sino a la misma teoría constitucional, según la cual, la representatividad tiene por objeto que “obedeciendo la ley, el ciudadano no se obedece sino a sí mismo, permaneciendo tan libre como antes”. Fuera de toda discusión: una asamblea no representativa, no puede ser nacional, ni legislativa.
Los que usan este argumento no solo tergiversan la realidad histórica (quienes no nos presentamos fuimos los electores defraudados en el referéndum, la oposición no pudo hacer otra cosa y si hubieran ido a esas elecciones se hubieran quedado solos, como Julio Borges) sino que ignoran el fundamento del poder legislativo, la teoría y práctica constitucional, la letra y espíritu de ésta y cualquier constitución.
Uno salta por aquí y dice que si el “presidente” ejerce con esa ley habilitante se convertiría en usurpador, eso sí, sólo después del 5 de enero de 2011; antes no lo era, ni lo ha sido nunca.
Otro salta por allá a reivindicar la nueva asamblea nacional, que según ellos fue elegida “democráticamente”, que es la pura expresión del pueblo, es decir, la voz del CNE es la voz de Dios. Se quejan, nada menos que ante la OEA, de la creación de un “estado paralelo”, con once años de atraso y sin reivindicar para nada a quienes lo han venido denunciando desde el principio, sin que nadie escuche.
Para terminar, el gurú de la oposición colaboracionista y traidora proclama que se “ha comenzado a recorrer, ahora sí, el camino de la dictadura”. Tómese nota de las palabras: “comenzado”, “ahora sí” (nunca antes), el “camino”, que puede ser muy largo, etcétera.
En otro tiempo esto se llamó “fariseísmo”; pero hoy francamente es otro crimen y, dadas las circunstancias, de lesa humanidad.
 Luis Marin
lumarinre@gmail.com
Luis Marín
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lunes, 24 de agosto de 2009

*MIENTRAS INVENTAMOS… , MACKY ARENAS, 23.08.2009

Aquí lo que hay es una conspiración que tiene diez años actuando contra la libertad de los venezolanos. Comenzó por utilizar la democracia contra la democracia, al servirse de los votos para inutilizar al voto. Siguió por secuestrar los poderes al tiempo que domeñaba a las Fuerzas Armadas Nacionales convirtiéndolas en una montonera que jadea detrás del caudillo. Continuó desbaratando el aparato productivo nacional con aquello de “tierra arrasada”. Acto seguido, fulminó las principales empresas del país y volvió trizas las que prestan servicios. Nos abochornan frente al mundo. Estamos metidos en un trapiche que tritura derechos, pero también las legítimas esperanzas de una nación que tendrá que aprender a calibrar mejor en quien las coloca de ahora en adelante.

El corolario de la dominación es el alambrado de púas donde pretende encerrarse la legalidad. La legalidad no es esa batería de misiles que artillan en Miraflores y disparan desde la Asamblea Nacional. La legalidad es lo que contiene la Constitución Nacional que tiene su base y asiento en la voluntad popular. Ese alambrado de púas está siendo electrificado día a día, desde los curules de la vergüenza, donde diputados que exudan ilegitimidad, alcahuetean los deseos del amo pasando agachadas sus instrucciones legislativas. La gente lo sabe y el país va a las calles a enrostrarles que están pillaos, que no se la cala y que la pelea no es en la Asamblea genuflexa, ni en los medios vendidos, ni en los límites callejeros que terminan en esos patéticos cordones policiales, símbolo del miedo al pueblo, ni siquiera en las urnas contaminadas de CNE impúdico y maloliente. La gente aprendió y está consciente de que restan recursos que pasan por la desobediencia y el desacato. Que hay una mil formas de activarlos. Y que sólo la unidad de objetivos funcionará en esta volada.

Pero mientras la ciudadanía está cada vez más sólida en sus anhelos y más clara en la senda a seguir, tenemos que soportar que proliferen voceros cuyo deporte preferido es inventar, probar a ver, tirar la parada. Que si vamos a un abrogatorio, que si a una Constituyente, que si mejor comparamos puntos positivos y negativos de tal o cual ley y armamos foros para debatir ad aeternum. De repente salen costosos comunicados en prensa reveladores de que las organizaciones políticas están más ocupadas de sus desaguisados internos que del drama nacional. Entonces uno se pregunta ¿qué tendrán en la sangre? Será que no viven aquí? Sale alguno por allá, terciando por no encontrar mejor oficio, que no hay por qué temer: si ganamos la Asamblea, entonces podremos derogar esa leyes que no nos gustan…Y lo que pase de aquí a allá? Y lo que ya ha pasado? Y los presos políticos? Y la propiedad? Y la delincuencia? Y la educación. Y la economía? Y la seguridad nacional? Y ahí es donde uno dice: menos mal que hay pueblo para rato. Porque mequetrefes jugando a la política sobran! Y ni pendientes, al menos, de esconder la oreja.

El fin de semana hubo una marcha la cual, de nuevo, puso al descubierto dos asuntos muy importantes: el terror del gobierno al pueblo y la existencia real y tangible de un país que no desea esperar.

Macky Arenas
Socióloga y periodista venezolana
mackyar@gmail.com
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