BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
Mostrando entradas con la etiqueta LINDA D´AMBROSIO. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta LINDA D´AMBROSIO. Mostrar todas las entradas

miércoles, 5 de diciembre de 2012

LINDA D´AMBROSIO, LA AUTOPSIA DEL ESTE

Cierto amigo, agregado cultural de México en Caracas en los años 90, se refería a la Autopista del Este como la Autopsia del Este: "Pasas tanto tiempo en ella que es probable que te mueras allí, y que hasta tengan oportunidad de hacerte la autopsia", decía.


La ocurrente observación de mi amigo, un personaje inteligente y afable, que además profesaba un gran cariño a la ciudad que disfrutaba y padecía al mismo tiempo, ha vuelto a mi memoria quince años después al leer un post escrito en Facebook por la brillantísima Giulia Carbone: "A todas mis amigas q viven del otro lado de la ciudad: están cordialmente invitadas a almorzar y cenar de este lado... q ayer me tuve q calar otra vez 2 horas de cola de proporciones bíblicas para volver a casa! Inenarrable la negligencia (the neglect) con el sistema vial.....¿cómo es posible q no hayan hecho un nuevo distribuidor, ni siquiera una nueva entrada a la autopista del Este...? 1 hora respirando monóxido de carbono en la Francisco de Miranda..."  Giulia vive en Holanda desde hace años y no está acostumbrada a esto.

Para mi sorpresa, otra amiga común, de las primeras en responder el post, señalaba: "Tómatelo con sodita!....".

Me maravilla la ecuanimidad y resignación con que los caraqueños sobrellevan el problema de las colas. Si, según la OMS, la calidad de vida involucra aspectos tales como la salud física del sujeto, su estado psicológico, su nivel de independencia, sus relaciones sociales y su relación con los elementos esenciales de su entorno, no es posible soslayar la necesidad de contar con una alternativa de transporte fluida, que garantice una mayor disponibilidad de tiempo para el ocio, el disfrute, el compartir en familia; que incremente la eficiencia de nuestro desempeño en otras áreas de nuestra vida al sentirnos más relajados y en mejores condiciones; que redunde en un impacto ecológico positivo, al disminuir los niveles de contaminación; que se traduzca en una disminución de gastos tanto en combustible como en aparcamiento...

Hoy por hoy es imposible prever con cuánto tiempo de anticipación hay que salir para llegar a tiempo a un determinado lugar tras superar la cola, eso si se consigue un sitio donde estacionar, claro, con el consiguiente desembolso monetario.

Las soluciones asociadas a la vialidad resultan complejas y costosas, a pesar de ser más duraderas si se garantiza un adecuado mantenimiento. Sin embargo, no resuelven el problema a corto plazo, ni para todos los sectores de la población.

Uno de los objetivos debería ser el disminuir el número de vehículos que circulan. Es, lo que en su día, buscaba el llamado "día de parada". Esta solución quizá no era la indicada: la imposición externa de prescindir del vehículo un día a la semana no resultaba convincente, porque no existía una alternativa de transporte adecuada. Pero ¿qué sucedería si las personas percibieran el poder evitar conducir como un alivio? El tiempo de conducción podría emplearse en otras cosas.

Hay que insistir en lo impostergable de adecuar, por ejemplo, nuestra red de metro a las necesidades reales de las personas. Se ha demostrado que el servicio es insuficiente, sobre todo en horas pico. Hace pocos días, además, Alberto Vivas, Vicepresidente de la AC Familia Metro de Caracas, señalaba la proximidad de un colapso, debido en parte a que no se están sustituyendo los equipos viejos por otros nuevos. No basta con las importantes inversiones realizadas, por ejemplo, en los vagones de auscultación, que permiten detectar cualquier fisura o grieta en su etapa inicial para proceder a su reparación de inmediato. Hay que aumentar el número de unidades y remplazar algunas otras.

Resulta impostergable la puesta en marcha de un sistema de transporte público eficiente, accesible y seguro. Al fin y al cabo, casi todo lo que hacemos pasa por desplazarnos de uno a otro sitio de la ciudad, continuamente. Y para que no haga falta recurrir a la soda.

linda.dambrosiom@gmail.com

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

lunes, 5 de noviembre de 2012

LINDA D´AMBROSIO, FLORENTIUS, CARACAS Y LOS TOROS

La encantadora novela Florentius, que viera la luz a principios de este año, describe los pormenores del viaje efectuado por Juana la Loca y Felipe el Hermoso desde Bruselas hasta Asturias, en donde habrían de jurar como príncipes ante las Cortes. El autor, Fernando Lallana, va narrando, a partir de una rigurosa labor documental, el fasto de la caravana que les acompaña a través de un recorrido lleno de vicisitudes, de inclemencias meteorológicas, de parajes que en verdad existen, de costumbres de la época y de personajes reales.

Este cuadro  que alberga,  pese a la áspera cotidianidad del viaje, momentos de una delicadeza excepcional, contiene un episodio decididamente elocuente: se trata del momento en el que, llegados a Burgos, la comitiva participa en los festejos organizados para agasajar a los futuros príncipes, que incluyen la lidia de una veintena de toros. El escritor consigue reflejar tanto el entusiasmo del pueblo que observa la corrida, como el estupor de los extranjeros ante el insólito espectáculo: "mientras, los flamencos, salvo los entregados Hauton y Florentius, que aplaudían a rabiar, se mantuvieron sentados y atónitos ante el desenlace".  Y, en otro punto, en el que el protagonista interroga a sus connacionales, cita: "¿De verdad no os gusta este juego?, preguntó a sus compañeros de atrás, obteniendo simplemente un gesto de incomprensión".

Lo que la sensibilidad y clarividencia de Lallana apunta, merece ser recogido como objeto de reflexión: ¿Qué diversión puede entrañar, para ojos no familiarizados con el toreo, la agonía lenta y cruel de un animal torturado? Antes bien: la reacción visceral, instintiva, primitiva, debería ser la repugnancia ante la gratuita carnicería o, cuando menos, la incomprensión ante la actitud eufórica de quienes perciben una proeza en el acto de martirizar a un animal.

El toro, si bien supera en volumen al hombre, se halla en desventaja frente a la turbamulta que lo asedia, que lo acosa, que le inflige dolor, sin propósito alguno.  El placer, acaso, puede estar asociado a los festejos y los preparativos que se efectúan  en torno a  la lidia, a los rituales; pero el acto mismo de sacrificar al animal no puede entrañar satisfacción alguna, más que la adrenalina desatada por el riesgo que supone una confrontación de fuerzas en la que es preciso insistir el animal siempre se encuentra en desventaja.

Si se exalta la valentía del  más bien temerario oficio del torero, otrora empleado como mecanismo de promoción social, cabe también considerar la cobardía que supone el auténtico abuso de poder en una situación desigual, diseñada para someter a otro ser vivo, maltratándole. A quienes admiran la gracia de las figuras del "arte", cabría proponerles como alternativa que asistieran al ballet.

¿Por qué no a las corridas?  Porque suponen el suplicio gratuito de otro ser vivo; porque  contribuyen a perpetuar  una visión en la que el hombre se erige como amo y señor de la naturaleza, sin reconocer su interdependencia con los otros elementos del medio y su subordinación al bienestar  y conservación del ambiente; porque son una sórdida expresión de irrespeto a la vida.

Las corridas son, no obstante, apenas una de las formas en que se somete a otras especies a la brutalidad. La experimentación en laboratorios y las condiciones en las  que se mantienen los animales destinados al consumo resultan vergonzosas. En este sentido, muchos venezolanos se han comprometido con la causa animalista, haciendo labor inclusive a nivel internacional, como es el caso de Alessandro Zara y Lucy Alio.

En el año 2009, ante los argumentos planteados por  Nicolás Álvarez, los concejales del municipio Libertador declaraban a Caracas ciudad antitaurina, convirtiéndose así en la primera capital del mundo en fijar posición respecto a este tema. Tal vez sería oportuno  evocar la consigna de nuestro Himno: seguid el ejemplo que Caracas dio.

l.dambrosiom@gmail.com

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

miércoles, 10 de octubre de 2012

LINDA D´AMBROSIO, ¿ME IRÍA DEMASIADO?

La afluencia a las urnas ha sido contundente, dentro y fuera de Venezuela.
Hace unos meses el cortometraje Caracas: ciudad de despedidas pretendía desplegar,  a partir de una reunión de jóvenes que se encontraban  para decir adiós a un amigo, las razones por las que  una persona podría  marcharse o no del país.
Criticado por la superficialidad de los argumentos que  planteaba y por el lenguaje empleado -del  cual  la  expresión "me iría demasiado"  resultaría el epítome-   tiene en su haber, sin embargo,  algún mérito.  Inspira  respeto que un grupo de jóvenes,  con una visión  que puede ser  más o menos acertada, se detenga  a reflexionar sobre la realidad que les circunda, en lugar de permanecer mansos e indiferentes  como borregos.  Su interpretación podría estar  sesgada por  el estrato socio-económico al que pertenecen pero, al margen de su particular lectura,  el corto da cuenta de un fenómeno innegable: la emigración.  El acento, sin embargo, no recae  en el aspecto más doloroso de ese fenómeno: muchos de los que se marcharon se fueron porque tuvieron que irse.
Seguramente  fueron esos  los primeros en apresurarse a votar este domingo  en la esperanza de que un viraje en el curso  de la política nacional facilitara su regreso al país.  El Registro  Electoral Definitivo contemplaba  100.495 electores residentes en el extranjero, que ejercerían su derecho al sufragio en  las 304 mesas electorales habilitadas para ello alrededor del mundo.  Aunque muchos no se plantean regresar, por diversas razones, continúan igualmente vinculados al curso que toman los acontecimientos en Venezuela.
En España, se establecieron  cinco centros electorales: Madrid, Barcelona, Bilbao, Vigo y Tenerife, en los que habrían de votar  20.310 venezolanos de los  130 mil residentes en ese país.  En la semana previa a las elecciones, el evento  Madrid Vota Seguro les convocaba  sufragar, cualquiera que fuera su opción política: sesenta venezolanos eminentes unieron sus fuerzas para  emitir  un mensaje claro: aunque estemos lejos, nos sigue importando  nuestro país.
Elvia Sánchez , extraordinaria cantante e hija de Alfredo Sadel,  icono de la música venezolana,  fue quien quizás expresó mejor la emoción de tantos  cuando  dejó claro que estar lejos no significaba ser apátrida.
Hay muchos que permanecen lejos de Venezuela porque no han tenido más remedio,  porque los caminos que han elegido imponen  la opción de marcharse; pero la distancia física no implica que se mantengan ajenos al bienestar  del país.
Los resultados de estos comicios  deberían dar que pensar. Más allá del respeto que merece en democracia la voz de la mayoría,  el Comandante Chávez debería efectuar una cuidadosa lectura, en la que junto al  apoyo de que ha sido objeto,  reconociera el descontento de la casi mitad de los venezolanos. Como dijera él en su día: el que tenga ojos, que vea.
Ese descontento, sin embargo, no puede traducirse en dejar el barco a la deriva. Marcharse no puede ser un objetivo,  sin duda. La meta debe ser permanecer unidos en el amor por nuestro país, luchando porque todos los venezolanos puedan estar a gusto en su Patria, sintiéndose realizados en la construcción del bienestar común.
Antes de pensar en  irse, deberían mirarse en el espejo de los cientos y cientos de personas que se movilizaron este domingo para ir a depositar su voto en el extranjero  y le han dicho al mundo, con ello,  que se sienten partícipes de lo que acontece en su país, que están orgullosos de su gentilicio, que les importa lo que suceda con su gente y que desde donde estén, se sienten dispuestos a ofrecer  a Venezuela lo mejor que esté a su alcance. Porque muchos,  si pudieran, regresarían demasiado.
linda.dambrosiom@gmail.com

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

miércoles, 26 de septiembre de 2012

LINDA D´AMBROSIO, TODA UNA VIDA

Decía Winston Churchill que el éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse.
Las razones por las que una persona toma la decisión de no seguir adelante con su vida conyugal pueden ser muy diversas, y en ocasiones dar este paso comporta un importante nivel de sufrimiento.
Cuando cesa la convivencia, la situación puede enfocarse desde dos perspectivas: la civil, dentro de la cual pueden sobrevenir la separación o el divorcio, y la religiosa. En cualquier caso, se trata de establecer las pautas que han de regir la relación entre cónyuges que no cohabitan.
Rosa Corazón, matrimonialista y abogada ante el Tribunal de la Rota, estima una "incongruencia jurídica" el hecho de que un Juez pueda "decretar" la disolución del vínculo matrimonial, puesto que el matrimonio no tiene lugar porque el Juez lo declare tal, sino porque los cónyuges libre y voluntariamente se comprometen el uno con el otro. Lo que da lugar al matrimonio es el consentimiento, la aceptación voluntaria por parte de los novios del rol que cada uno pasará a desempeñar en la vida de pareja. De este modo, tanto el Juez como el Sacerdote son apenas testigos del compromiso que los cónyuges asumen el uno para con el otro.
En el ámbito religioso, el vínculo matrimonial es indisoluble. Así pues, el término nulidad alude a la situación en la que se identifica alguna razón por la cual el matrimonio no fue tal en sus orígenes: no se trata de disolver el vínculo matrimonial, sino de reconocer que nunca hubo matrimonio, aunque éste se celebrase. Se trataba solo de un matrimonio en apariencia.
¿Qué ocurre, pues, con el "hasta que la muerte los separe"? La tasa de divorcios parece indicar que las relaciones tienen fecha de caducidad. Un estudio llevado a cabo en Reino Unido, cuyos resultados ha publicado el diario Daily Mail,estima el fatídico plazo en 10 años y 11 meses, al cabo de los cuales el aburrimiento y la rutina comienzan a hacer mella en la relación.
Por otra parte, la naturaleza de nuestra especie requiere que los humanos permanezcamos en pareja al menos el tiempo necesario para criar un hijo. La antropóloga Helen Fischer realizó estudios en diferentes grupos culturales y descubrió que tanto la tendencia a tener hijos como la tendencia a separarse rondan los cuatro años, por lo que calculó que ese era el tiempo necesario para que la pareja se reprodujera y el vástago llegara a valerse con un solo progenitor.
También es posible interpretar la sensación de enamoramiento como  producto de los altos niveles de dopamina,  testosterona y norepinefrina que se producen al principio de una relación. Nuestro organismo no puede soportar durante mucho tiempo esta sobrecarga química, por lo que esta desciende y, con ella, decae también la euforia del amor en sus primeros tiempos. En este ámbito se estima que la pasión podría durar de uno a tres años.
Sin embargo, la realidad contradice, al menos en parte, todos estos presupuestos: innumerables parejas mantienen relaciones que perduran a través de los años.
Cierta investigación, efectuada por la Universidad Stony Brook de New York,  sometió a una resonancia magnética del cerebro a 17 personas cuya relación amorosa sobrepasaba los 21 años. Los resultados demostraron que en ellos se activaban las mismas áreas del cerebro al pensar en sus parejas que en personas que se encontraban en la fase inicial del enamoramiento. ¿Cómo puede explicarse este fenómeno? Y es que no todo se reduce a procesos neuroquímicos: hay otros elementos que resultan determinantes para que una relación se prolongue.
Posiblemente la clave de estas parejas que perduran se encuentra, precisamente, en el deseo de  permanecer fieles a la empresa de mantener a flote la relación a pesar de todos los embates, y seguramente la perseverancia y el compromiso son valores que deberíamos cultivar como parte de cualquier estrategia de logro.
linda.dambrosiom@gmail.com

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

martes, 14 de agosto de 2012

LINDA D´AMBROSIO, SER, TENER, HACER

Cuentan que en cierta ocasión Jacobo Zabludovsky le preguntó a la mexicana María Félix: "¿es verdad que a usted le gusta mucho el dinero?" Y ella, ni corta ni perezosa, respondió: "no es que me gusta: es que me calma los nervios".
En su ocurrente expresión se compendiaban diferentes verdades. Es cierto que el dinero permite obtener bienes que satisfacen nuestras necesidades; es cierto que su carencia, ante la obligación de afrontar compromisos, puede ser fuente de innumerables zozobras; es verdad que, aun cuando valoremos las experiencias por encima de los bienes materiales, el dinero franquea el acceso, por ejemplo, a viajes o cursos. Pero no es razonable aferrarse a la idea de que el bienestar y la felicidad están condicionados exclusivamente por el tema pecuniario.
Obviando el capítulo de la Educación y la Salud, responsabilidad indeclinable del Estado, cabría replantearse varios asuntos relacionados con el poder adquisitivo. El primero de ellos es la tendencia a juzgar el éxito de una persona por la cantidad de dinero que posee. Esto es solo es cierto cuando refleja la capacidad de gestión de un individuo para alcanzar una meta, en caso de que su incentivo hubiera sido amasar una fortuna;  pero no es más exitoso este individuo que el que logra un objetivo de otra naturaleza, como concluir una carrera u obtener cierto puesto de trabajo. El éxito tiene lugar cuando se llega al propósito que se perseguía, cualquiera que éste fuera.
Cabe plantearse, también, si es indispensable el dinero para obtener ciertas cosas. Impulsadas especialmente por grupos ecologistas, proliferan alternativas para acceder a bienes y servicios utilizando valores de cambio diferentes a los monetarios. Resultan interesantes los centros de trueque, en los que se canjean unos bienes por otros y, particularmente, los bancos de tiempo, en los que la unidad cambiaria es la hora. En este caso, lo que se intercambian son servicios: cada quien ofrece una hora de actividad, en algún rubro en el que se considera experto, a cambio de una hora de otra actividad que no puede desempeñar por sí mismo.
En cualquier caso, parece ser cierta la máxima de que el dinero no compra la felicidad, aunque calme los nervios. César Yacsirk, experto en Psicología Positiva, explica cómo el modelo de Martin Séligman distingue cinco factores asociados a la sensación de bienestar: Emociones positivas, Compromiso, Sentido, Relaciones positivas y Logro (bajo el acróstico Perma por sus siglas en inglés). Ninguno de estos factores está necesariamente asociado a la posesión de bienes sino, más bien, a la actividad del individuo, a sus vínculos afectivos y a la valoración de los eventos agradables de la vida cotidiana.
El binomio Tener o ser, que  diera nombre a los libros de Gabriel Marcel en 1935 y  de Erich Fromm  en 1976, remite a dos  maneras de existir, de enfrentar la vida: una, basada en la apropiación de bienes e ideas, y otra asociada al desarrollo personal. Quizá el ser se manifieste a plenitud en un tercer elemento: el hacer. Es la acción la que reporta mayores satisfacciones cuando se traduce en logros; cuando permite establecer relaciones enriquecedoras con otras personas, y cuando lleva a vencer las propias limitaciones y a sobreponerse a obstáculos y reveses, capacidad que se conoce como "resiliencia" en el ámbito de la Psicología Positiva.
Aunque el éxito es gratificante y fortalece la convicción de que vale la pena intentar efectuar cambios en nuestra vida porque es posible lograrlos, la mayor recompensa proviene del crecimiento que depara el proceso mismo de ponerse en marcha, de diseñar estrategias y de experimentar los buenos y los malos momentos en el trayecto que conduce a la meta. Como decía el slogan publicitario de cierta agencia de viajes: la mitad de la diversión está en la travesía.  Seguramente no hacía más que parafrasear el poema de Konstantínos Kaváfis: No has de esperar que Itaca te enriquezca: Itaca te ha concedido ya un hermoso viaje...
linda.dambrosiom@gmail.com

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

viernes, 15 de junio de 2012

LINDA D´AMBROSIO, APRENDER A SER FELIZ

Resulta complejo abordar el tema de un eventual  aprendizaje de la felicidad.  En primer lugar, la posibilidad de entrenarse para  alcanzar ese estado de bienestar anhelado por todos  suena poco menos que quimérica.

En segundo lugar, conviene plantearse si es lícito o conveniente emprender  una  acción educativa orientada en este sentido.  En un contexto en el que propugnamos la solidaridad,  clamamos por sensibilizar a unas personas hacia las carencias y necesidades de otras, nos enrolamos en batallas ecologistas y abogamos por los derechos de los animales, pareciera inadecuado y  egoísta dirigir la mirada hacia la propia satisfacción. Pero no es un asunto de simple hedonismo: se trata de favorecer  una relación equilibrada del individuo con su ambiente en la que se alcance la autorrealización y se contribuya al crecimiento de  aquellos que están en el entorno.  Hasta San Francisco de Sales proclamaba: "Un santo triste es un triste santo".

Para que tuviera lugar una práctica educativa de esta naturaleza, tendrían que concurrir tres condiciones: una noción holística del individuo, en la que  no se privilegien los factores físicos con respecto a los psicológicos; un pensamiento pedagógico que, en consonancia con esa visión holística del individuo, estimulara una higiene tanto del cuerpo como de la psique y, finalmente, una visión profiláctica de la psicología como ciencia que promueve el bienestar de la persona, potenciando sus fortalezas y fomentando comportamientos que garanticen una buena calidad de vida.

Dentro de esta concepción se enmarca la Psicología Positiva, cuyo principal exponente  es Martín Seligman, profesor en la Universidad de Pennsylvania.  Durante años él y sus discípulos se han dedicado a estudiar las variables que inciden en el mayor o menor grado de satisfacción de las personas. En contra de lo que pudiera pensarse, y salvo en  casos específicos, el dinero no ha resultado ser de los factores más influyentes en este asunto,  como tampoco lo es la salud.

Parecen encabezar la lista, en cambio, la gratitud, la actividad filantrópica y el trabajar en campos que nos gustan y en los que podemos alcanzar un buen nivel de desempeño. En todo caso, lo que está claro es que  sí es posible cultivar actitudes y actividades que contribuyan a hacernos más felices.

Por añadidura, la Psicología Positiva hace uso de categorías asociadas a valores que se han trabajado tradicionalmente en la escuela, como el perdón y el agradecimiento, pero con una innovación: apreciar las actividades placenteras, tradicionalmente consideradas "improductivas" en un contexto utilitarista.

El uso  que la educación haga de los hallazgos realizados en este campo puede tener repercusiones a varios niveles. En una dimensión laboral y organizacional, puede generar profesionales más efectivos y satisfechos mediante una adecuada  orientación vocacional que identifique las fortalezas y preferencias de los estudiantes. En el ámbito colectivo,  la promoción de valores como el altruismo o la colaboración puede redundar en  una efectiva cooperación y en el desarrollo de la conciencia social, así como el desplazamiento de la atención desde el "tener" hacia el "hacer" debería moderar el consumismo al disolver  el vínculo que tradicionalmente asocia la felicidad a la posesión de bienes. Pero, más aún, en la esfera de lo individual, la Psicología Positiva habilita al individuo para sobreponerse a los contratiempos que inevitablemente habrá de encarar a lo largo de su vida, estimulando el perdón y la resiliencia, capacidad  para hacer frente a las adversidades  superándolas y saliendo fortalecidos por ellas.  (Grotberg, 1995).

La escuela debería ser pues, por antonomasia, el lugar en el que se hiciera uso de estos saberes, y donde se facultara a la persona para identificar y potenciar sus habilidades, velando por su propio bienestar en la relación con su entorno y con sus semejantes. ¿O acaso no es éste un fin plausible de la Educación?

linda.dambrosiom@gmail.com

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO