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LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
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viernes, 23 de octubre de 2015

LEANDRO AREA PEREIRA, ¡VOTA UNIDAD!

Lo escribo, me la juego y me persigno para darme la fuerza y el valor de creer y así exponerlo, que se puede construir un mejor país que el que tenemos. Y ello sin grandes alharacas, sin las trompetas ni  las espadas que la violencia partera de la historia exige, pues dejaría heridas sempiternas, derrotas bíblicas, que de eso no se trata.

Prefiero las transformaciones sociales que provienen de lo más hondo, que son las que más duran y convencen, a las derivadas  de traumas que siempre mal curados alientan odios ancestrales donde se posarán, a través de los siglos, tantas épicas moscas y siniestras.

Pero entiendo que, por más que se las quiera, hay ambiciones como ésta que anhelo que se cansan, empobrecen o enconan en el fondo sin fondo de la esperanza fastidiada de los días y que acaban por convertir lo que fuera ilusión en desencanto y rabia, en marchito no más, proclive a otros destinos.

Frente a esa innegable realidad es que vengo a exponer que podemos cambiar sin empezar de cero, sin complejos de Adán, sin destruirnos, sin abrumes de guerra o de suicidio, sin histerias, sin derrames de resentimiento convertido en persecuciones y en justificación a revanchismos posteriores. Sin repetir al que decimos negar.

Con justicia, eso sí, nada de impunidad, para que no queden dudas y migajas sobre la mesa. Pero además con hechos civiles y electorales, magníficos y contundentes, como el del reto que tenemos enfrente que implicará la determinación ciudadana de salir a la calle y votar como huella primera, para cambiar democráticamente un modelo de vida insostenible aquí y donde sea.

La historia sabe, por vieja y diabla, que necesita de nuestro envejecimiento para alimentarse. Ella conoce hasta la saciedad que nada es de una vez o para siempre y que se requiere de madurez o ruina para que las condiciones se presten a la transformación. Y ya de corrompidos y corruptos estamos hasta el tuétano. Somos lo que no llegamos a ser por inconclusos, mineros y desafinados, por la desproporción o el abandono, y ya es hora de asumir esa experiencia vital acumulada a favor de nuestra memoria inteligente. Así sea.

Pero hoy hay gente que tiene frente a sí, cómo no comprenderlos, un farallón de dudas, un abismo de sinsabores y de mal aliento, un dragón visceral que nos hace salobres, desconocidos que nunca imaginamos llegaríamos a ser lo que ahora somos.

Por esa comprensión del otro, ese ponernos en los zapatos de ellos, es que nuestra pasión debe concentrar todo su esfuerzo en transformar en energía política convincente, voto unitario, todo el pozo de malestar acumulado entre tanta gente que ni bandera tiene.
¡Fuera abstención, desunión, dejadez, tristeza, odio, desilusión, apatía, abatimiento, melancolía, venganza, cansancio, descorazonamiento, abulia, aburrimiento, iracundia, vergüenza, tedio, yo no me meto en eso! ¡Adiós aves de mal agüero!

Bienvenida sea la conciencia, la esperanza de que nuestra participación política en este tiempo que se nos viene encima y presuroso, puede sembrar las semillas que deseamos y recoger los frutos del esfuerzo.

No dejemos pasar esta oportunidad electoral que ya se acerca frente a un gobierno incapaz y perverso que intentó, y mire usted que lo logró transitoriamente, sepultar nuestras vidas en el sarcasmo de sus aberraciones y ganancias banqueras.

¡Hagamos mucho, todos a la vez, juntos por si te quedan dudas o temores. Aún no es tarde. Por la memoria que seremos!

Leandro Area Pereira
leandro.area@gmail.com
@leandroarea

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viernes, 18 de julio de 2014

SAÚL GODOY GÓMEZ, UN GOBIERNO INCAPAZ Y CRUEL,

En una de sus trabajos menores, contenida en sus Obras Morales y de Costumbres (Moralia) el gran historiador romano Plutarco, escribió su pequeño tratado, A un gobernante falto de instrucción, una obra que fue leída y comentada  con mucho interés por políticos en el renacimiento entre ellos Erasmo de Rotterdam, Francisco de Quevedo, Dante Alighieri  y el mismísimo Nicolás Maquiavelo.

Y es que el problema que aborda Plutarco ya venía afectando a la humanidad desde los primeros hombres y las primeras ciudades-estados, una gran parte de los gobernantes no estaban preparados para el oficio y quienes sufrían las consecuencias de sus desaciertos, eran sus súbditos y en ultimo termino la paz y las posibilidades de sobrevivencia de la sociedad misma.
Voy a utilizar el resumen de la obra que hizo su traductora, la erudita española  Helena Rodríguez Somolinos, y dice así: “No es fácil educar a los gobernantes, porque temen perder su autoridad, sin darse cuenta que la manera de reforzarla es aceptar como soberana a la razón… Muchos gobernantes entienden mal el poder y los deberes que implica, por lo que se vuelven tiránicos y esto finalmente los hace caer… No es cierto que un poderos pueda permitirse todo. Se debe sobre todo a su propio honor y al respeto de sus súbditos, y lo único que debe temer es perjudicarlos a ellos. Por el contrario, los tiranos temen a sus súbditos… Y esta enseñanza se revela todavía más necesaria si se piensa que el poder, cuando se hace aliado de la maldad, acrecienta las pasiones. Grande es el peligro cuando el que puede hacer lo que quiere, quiere lo que no debe. Más aun cuando su posición hace evidente sus vicios.”
Aparte de recomendar la lectura de esta breve obra llena de sabiduría, me da pie para hacer el retrato a cuerpo completo de nuestra calamitosa y compleja situación.
El gobierno chavista, ahora en manos de Nicolás Maduro, luego de quince años de mandato socialista y de la aplicación de un plan hecho en Cuba, ha llegado a la conclusión que hay que rectificar, no solo eso, hay que transformarlo todo, lo cual en medio de las ruinas y los acuciosos problemas de una sociedad en crisis, tal declaración es puramente una fórmula retórica.
El principal problema que tenemos los venezolanos es que no contamos con un solo gobernante, sino con varios, el poder está fragmentado en tribus y cada uno de esos jefes adolece del mismo mal, no están en capacidad de gobernar el país, menos aun los militares.
El plan que tenían de destruir el sistema capitalista para instaurar el paraíso del socialismo en Venezuela fracasó rotundamente, ningún plan que necesite tal cantidad de personas muertas, pasando hambre y necesidades, de oportunidades perdidas y ruina del país, para que un futuro, que nadie sabe cuando vendrá, tengamos abundancia y felicidad, es un plan inviable e injusto.
La verdad y la realidad del país es una, vivimos una tragedia nacional, la sociedad venezolana está en graves problemas de subsistencia y las medidas que se deben aplicar tienen carácter heroico, es decir, de urgencia y tales medidas requieren de un alto grado coherencia, eficiencia y gerencia, ninguna de estas características las tiene a mano el actual tren de gobierno por la sencilla razón de que no están preparados para enfrentar la situación.
Lo que si se ve venir es que el gobierno de Maduro, en medio de su desespero producto de la ignorancia y descoordinación, va a tomar una serie de medidas que no sólo empeorarán la situación, sino que no vamos a ver mejoría, nunca.
Derrotar la inflación es un asunto complicado mas no imposible, requiere de mucha pericia y disciplina, la economía debe ser comandada por economistas no por políticos, los planes deben ser ejecutados atendiendo prioritariamente a los más vulnerables, pero pensar que no va haber sacrificios es una quimera, muchas de las medidas son impopulares, pero si el gobierno comunica la verdad, si se explica lo que sucede y lo que se quiere lograr, teniendo enfrente plazos y metas razonables que se puedan medir y alcanzar, la gente accederá al sacrificio convencidos que lo hacen por un mundo mejor.
Lo que impera es un llamado nacional al rescate del país pero para que este pueda ser posible, debe liberar de inmediato a los presos políticos, permitir el regreso de los venezolanos que están exiliados por causas políticas, suspender los procesos en contra de los estudiantes acusados de crímenes por ejercer su derecho a la protesta, desarmar sus colectivos violentos y levantar la censura de los medios de comunicación social, debe dejar de aplicar el apartheid y la persecución en contra de la oposición y entonces, y solo entonces, convoque a la oposición, a los empresarios, a las universidades y academias, a los gremios profesionales, sindicatos, ONG’s, banca, comercio e industria, a los agricultores y la agroindustria y cualquier otro sector que se sienta capaz de aportar soluciones en sus áreas de conocimiento, regiones u actividad para hacer un verdadero plan de emergencia.
Solamente involucrando a todo el país, haciendo una convocatoria de venezolanos a otros venezolanos, no del gobierno a la oposición, dejando a un lado las posturas ideológicas y la complacencia de intereses extranjeros, podremos concentrarnos en la enorme tarea que se nos aviene.
Porque una de las áreas de inmediata atención tendría que ver con el gasto público, con el orden fiscal, con sincerar el presupuesto, que va implicar un enorme sacrificio para mucha gente, sobre todo para el inmenso universo de trabajadores que dependen del Estado, lo primero que caería bajo escrutinio y control serían los privilegios y emolumentos que muchos funcionarios han tomado como naturales y propios sin cuestionarse jamás lo impropio y grosero de los mismos, en relación a las contraprestaciones que recibe el país.
El plan de emergencia que avizoro implica descentralizar los esfuerzos, convocar a las regiones y abrir operaciones en varios frentes simultáneamente, el gobierno, más que en un director de orquesta, debe convertirse en un mediador, un facilitador para que puedan fluir los recursos, materiales y esfuerzos sin problemas, evitando las redundancias, eliminando las alcabalas y cauterizando las fugas.
Hay que reordenar todo el sistema de servicios públicos de la nación y para ello debemos enterarnos de lo que funciona y lo que no, donde están los problemas, el flujo de información debe ser, no solo confiable sino abierto, la sociedad toda debe estar enterada de lo que sucede y lo que se está haciendo, principalmente porque va a ser desde la sociedad misma, que se den muchas de las respuestas y soluciones.
Atender a la población más vulnerables a las consecuencias de la crisis es ya de por sí una tarea monumental y complicada, para ello el grupo de intervención inmediata debe tener acceso a todos los recursos e instalaciones del estado, debe contar con la cooperación inmediata de todos los funcionarios y organismos púbicos que se necesiten.
Todo este esfuerzo implica un cambio radical de prioridades e intereses, Venezuela estará suspendida de actividades políticas hasta nuevo aviso, los diferentes grupos que manejarán las relaciones con el resto del mundo en la procura de ayuda, créditos y buena voluntad utilizarán la red de embajadas y consulados como centros de operación, sus funcionarios a la orden de la emergencia.
Sincerar la situación petrolera y de las finanzas públicas va a ser un trago amargo para el gobierno, abrir esas cajas negras para el escrutinio público es una necesidad impostergable, cualquier asunto de orden legal o judicial será postergado hasta que se logre nivelar el país, no se trata de una amnistía o carta blanca para los responsables de las irregularidades, es posponer la justicia para atender la emergencia.
Pero va a ser un alivio para el país y para el mundo que Venezuela ponga sus cuentas en orden, que vean el grado de compromiso que tenemos en solventar nuestros problemas, y aunque el daño causado a nuestra credibilidad, por lo tanto a nuestra confiabilidad es grande, será un primer paso para restablecer la seriedad y la voluntad de  corregir nuestros errores, de manera civilizada y pública.
Esto son algunos de los aspectos de lo que el país necesitaría para enfrentar la situación que se vive, las preguntas son: ¿Estará en condiciones el chavismo de enfrentar este compromiso? ¿Querrán los jefes de las tribus, incluyendo a Nicolás Maduro afrontar sus responsabilidades?
Si las personas que conforman el actual gobierno tuvieran una pizca de vergüenza y patriotismo estarían dispuestas a esta oportunidad de rectificación, pero me temo que sus apetitos por el poder y el dinero les haya robado su humanidad y la sindéresis ya que son inconmovibles ante el sufrimiento de sus compatriotas, y aunque creo que se trata de un gobierno incapaz y cruel debo prevenirlos, como dijo Plutarco, los gobiernos injustos y vanidosos, caen, el vió caer unos cuantos en su tiempo.
Probablemente este llamado caiga en terreno estéril pero debo hacerlo porque veo donde está el problema, y digamos como Platón: “Es preciso ser todavía puros para poder captar las palabras virtuosas… es difícil ser consejero de los gobernantes en lo que concierne al gobierno; odian aceptar que los gobierne la razón por miedo a que, haciéndolos esclavos del deber, disminuya los privilegios derivados de su autoridad”. 

Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul

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domingo, 22 de septiembre de 2013

RAFAEL MUCI-MENDOZA, ELOGIO DE LA CRISIS...

Ni Dios puede salvarnos de esta crisis humanitaria de gigantescas proporciones

Es un brusco cambio en la evolución de la salud de un país muy enfermo, y para infortunio nuestro, para agravarse y fenecer... Se ha invertido un reloj cuya arena apenas durará siete semanas antes de la debacle... Ni Dios puede salvarnos de esta crisis humanitaria de gigantescas proporciones en la salud privada -que también es la pública- a la que adredemente nos ha llevado el régimen. 

Ahogaron sus finanzas al no honrar las deudas que el mismo gobierno contrajo; regularon los servicios por debajo de los costes; implantaron férreas regulaciones de contratación laboral y no adjudicaron divisas para importar tecnología e insumos; saturaron el sector privado con cerca de 9 millones de consultas con base al colapso previo de sus propios hospitales ruinosos; las aseguradoras, muchas del gobierno, quieren quedarse con el negocio de las clínicas, pactaron con los malvados y tampoco pagan, transformándose en socios comerciales y políticos que juegan a la quiebra.

Doloroso el estado del Banco Municipal de Sangre de Caracas que deja huérfanos a 40 mil pacientes, 75% de hemofílicos y peor aún, no se procesa el 65% de la sangre que la capital requiere, así que las emergencias cotidianas o producto de la violencia que han promovido, quedan al descampado. Desde hace 2 meses el gobierno suspendió el diálogo entre las partes...

La perversidad, el rencor y la crueldad de esta gente jugando a un estallido social, es supremo, y las clínicas a su vez, no cambian estrategias de negociación. El médico común cree que no tocarán a su puerta y mira a otro lado. 

El único responsable ante la opinión pública es el Gobierno Nacional incapaz de ponderar, rectificar y garantizar el derecho al bienestar. ¡Por estos días, rece lo que sepa y cuide su salud, su bien más preciado... !

rafael@muci.com

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jueves, 5 de septiembre de 2013

CHARITO ROJAS, YA VINO EL LOBO

Socorro, auxilio, ahí viene el lobo!, gritaba el pastorcito Pedro para llamar la atención de los aldeanos. Se repitió tanto la mentirosa escena que cuando en verdad vino el lobo, nadie le creyó. El lobo comió ovejas a sus anchas y Pedro aprendió así a no mentir, so pena que el lobo se lo comiese en verdad a él".
Cuento sinfónico del compositor ruso Sergei Prokofiev, 1936.

Demasiado cuesta arriba creer los cuentos de magnicidio o de sabotajes cuando se tienen problemas domésticos tan importantes como la inseguridad que se lleva decenas de miles de vidas, la falta de electricidad que paraliza todas las actividades, la inflación que devora el cada vez más exiguo ingreso o el desabastecimiento que obliga a peregrinaciones de mercados.

Y esos son los problemas generales porque si vamos a los particulares nos encontramos que estamos plagados de inconvenientes que obstaculizan el normal desenvolvimiento de una vida medianamente feliz, próspera y saludable. En Venezuela es un problema desde sacar un documento hasta cambiar un cheque en un banco, salir a compartir con la pareja o amigos, estudiar o emprender un negocio. El cerro de dificultades nos habla de un país bloqueado en su espíritu de trabajo, que ha perdido en el camino los reales valores de la familia, de la honestidad, de la superación personal.

Los problemas no son solo ocasionados por un Gobierno a todas luces incapaz (que debe serlo pues su objetivo no es la eficiencia sino la ideologización), sino también por un pueblo cómodo, que se resigna a someterse para no buscar problemas, que se refugia en su burbuja de confort, la cual se hace cada vez más pequeña, antes que arriesgar algo o todo por cambiar las cosas.

En cualquier país del primer o del quinto mundo, se hubiese armado una sampablera por un apagón masivo de 3 horas cuyo origen es totalmente atribuible a la manifiesta negligencia de unos gobernantes que dicen al pueblo "no hay luz, pero hay patria". A estas alturas, a la mayoría de los venezolanos, la patria le sabe a casabe. Lo trágico es que todo le sabe a casabe y pareciera no estar dispuesto a luchar por nada que no sea su supervivencia inmediata.

Aquí es donde un Gobierno totalitario, inepto y mentiroso sale ganando. Grita "el lobo, el lobo!" y nadie le cree, pero tampoco se lo dicen ni se rebelan ante la mentira.

Los periodistas estamos haciendo nuestro trabajo de informar por la vía que sea de esta insana situación, de esta relación que revela un peligroso síndrome de Estocolmo, que ha tenido sus sacudidas de rebelión pero duramente sofocadas por un Gobierno que como Pedro, cree tener controladas a las ovejas y a los aldeanos.

No sabemos si es manía persecutoria, obsesión policial, paranoia del que debe y la teme, pero las historias de conspiraciones ya cansan. Solo las creen los muy fanáticos y por supuesto, quien las esgrime como único argumento para justificar sus bárbaros avances contra quienes se le oponen. Pero ellos se auto sabotean con su ineficiencia y ésa, y no un magnicidio ni una conspiración, será la real causa de su final.

Sin el látigo del finado en las costillas ordenándoles silencio, los que saben la torta que han puesto, asoman tímidamente salidas para evitar el desastre final que se avecina. El ministro Merentes reconociendo el éxito social pero el fracaso económico del chavismo; Giordani intentando aflojar las espitas para que escape el vapor de una economía a punto de explosión; la tímida apertura de funcionarios gubernamentales a productores y profesionales del sector privado, son señales de que algunos en el Gobierno saben que necesitan conciliar y buscar salidas gerenciales que pudieran estar alejadas del espíritu radical de la revolución.

El repetitivo discurso presidencial de "burguesía apátrida, derecha fascista, lacayos imperialistas", son solo sandeces: Quien susurra en el oído del mandatario suele darle informaciones enloquecidas que lo mantienen aterrado por su propia seguridad, mientras que la realidad indica que nadie quiere "magnificarlo" sino sencillamente hacerle entender que tiene obligaciones que cumplir con unos venezolanos hartos del discurso revolucionario y ansiosos de que les solucionen sus problemas.

Ya todos sabemos cómo termina el cuento del lobo y esperamos el capítulo final, ese que resuelve todo y deja la moraleja: Nunca mientas ni amenaces a quienes te pueden salvar del lobo.

Charitorojas2010@hotmail.com

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