BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
Mostrando entradas con la etiqueta NICOLÁS MÁRQUEZ. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta NICOLÁS MÁRQUEZ. Mostrar todas las entradas

jueves, 5 de septiembre de 2013

NICOLÁS MÁRQUEZ, LA MUERTE INDIGNA DEL KIRCHNERISMO, CASO ARGENTINA

Tras el revés electoral que sufrió el régimen kirchnerista el 11 de agosto pasado, si el gobierno tuviese una mínima cuota de amor propio, entereza y orgullo, no vacilaría en reafirmar sus convicciones (supuesto que las tengan), ni tampoco en sostener su pretendida revolución nacional y popular manteniendo los mismos valores y las mismas banderas que dicen venir empuñando desde hace una década, independientemente de las resultas del ocasional marketing electoral.

Sin embargo, temerosos de la confirmación y/o profundización de la derrota en las elecciones de octubre y del triste desenlace de su proyecto político (con el fantasma de la cárcel a cuestas), en las últimas horas los kirchneristas pegaron un inocuo giro copernicano reconociendo tardíamente que existe inseguridad, que la inflación no es la del INDEC, que hay una galopante crisis energética y encima modificaron el impuesto a las ganancias durante un corto plazo meramente electoralista.

Como si estas traiciones al discurso de ellos mismos fueran insuficientes, el Frente para la Victoria escogió como candidato en las tierras bonaerenses a un tal Martín Insaurralde, vagamente conocido no por su militancia revolucionaria ni por su desaliñado perfil estético de tinte “seisieteochezco”, sino por lucir higienizado, hablar pausado, mostrarse amable y ser un habitual frecuentador de vistosas bataclanas de farándula. Seguidamente, a los efectos de popularizarlo un poco más, la Presidente se llevó al galán bonaerense a entrevistarse y fotografiarse con el “ex genocida” Papa Francisco, en gesto de notoria hipocresía que obró de antesala para que luego el Alcalde de Lomas de Zamora asistiera a mendigar votos nada menos que al canal TN, del demonizado Grupo Clarín.

Lo cierto es que esta repentina amabilidad preelectoral y las muchas incongruencias que viene protagonizando el kirchnerismo en las últimas horas, no han hecho más que confirmar que al oficialismo nada lo ata a valores objetivos, sino que su angurria por la conservación del poder los ha llevado cultivar la discordancia ideológica a extremos tan audaces, que si las encuestas así lo indicaran hasta serían capaces de permutar su relato setentista maldiciendo a los montoneros y abrazándose con Alfredo Astiz, si es que tal meneo les permitiera conseguir algún votito extra en las contiendas que se avecinan.

A pesar de estas zigzagueantes maniobras de último momento, todos los sondeos y estudios estadísticos confirman que la muerte del kirchnerismo de cara a octubre sería terminal e irreversible, por más retrasada cordialidad que sus personeros pretendan ofrecer en el minuto 90´ del segundo tiempo (futbolísticamente hablando).

El kirchnerismo (o lo que queda de él), nunca ha tenido magnanimidad en sus años de exitismo electoral ni tampoco han sabido vivir con altura su hegemonía. Ahora, cuando la suerte les es hostil y se les acortan las perspectivas de vida, Cristina y sus lacayos, fieles a su esencia modificaron todos sus paradigmas de un martes a un jueves especulando con conseguir de esta manera alguna cuota de supervivencia política. Vale decir, el kirchnerismo llega al ocaso de sus vidas demostrando que no sólo no tienen entereza para soportar la adversidad con las botas puestas sino que además no cuentan siquiera con dignidad para morir. ¿Dónde quedó la supuesta épica camporista tan divulgada en los insufribles entretiempos de las transmisiones de Fútbol para Todos?

Pero como nadie muere hasta que no está definitivamente muerto y como el kirchnerismo es una enfermedad que sólo se cura con la muerte, resulta indispensable que las cosas no queden libradas al azar y que en octubre la tripulación que detenta el poder del Estado sea colocada en su justo sitio, porque tal como dijo cierta vez ese notable artista francés del Siglo XX Francois Desnoyer “Hay muertos a los que conviene matar”, por lo tanto, al proyecto político kirchnerista no debe dársele siquiera la posibilidad de una muerte digna, dado que, como vimos, tampoco han hecho el menor mérito para merecerla.

@nickymarquez1

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

miércoles, 21 de agosto de 2013

NICOLÁS MÁRQUEZ, DESTITUCIÓN, JUICIO Y CASTIGO, ¿PROGRESISMO CULPOSO, DESDE ARGENTINA

Independientemente de las muchísimas diferencias ideológicas que desde estas líneas nos separan del periodismo progresista (incluso en su versión opositora), no podemos menos que reconocer que quienes probablemente sean hoy sus dos exponentes más representativos (Nelson Castro y Jorge Lanata), desde sus respectivos lugares de influencia están brindado un auspicioso servicio a fin de concientizar a la opinión pública respecto de la naturaleza siniestra que encarna y representa el gobierno nacional, capitaneado por Cristina Kirchner.

En efecto, el médico y periodista Nelson Castro ha insistido en sus últimos editoriales en que la Presidente padece una peligrosa patología mental que la aleja de la realidad (síndrome de Hubris), en tanto que el taquillero Jorge Lanata por su parte, ha demostrado por medio de numerosos informes que la Presidente se habría enriquecido ilícitamente.

Insistimos en lo siguiente, más allá de las enormes discrepancias filosóficas que tenemos para con los periodistas mencionados, desde ya que confiamos en la seriedad de sus acusaciones y asumimos entonces, que ambos tienen razón: no sólo nos estaría gobernando una desequilibrada mental sino también una delincuente.

Pero ocurre que detrás de estas aseveraciones, fueron sendos comunicadores quienes concluyeron sus respectivas editoriales televisivas de esta semana deseando y exigiendo que Cristina termine los dos años que resta de su mandato presidencial. En efecto, ambos íconos del periodismo progresista, temerosos que desde las tribunas oficialistas los tilden de “destituyentes”, tras mostrar serias evidencias que ponen de manifiesto el ejercicio inconveniente o ilegítimo de Cristina como Presidente, luego tropiezan con la insalvable contradicción de clamar para que la susodicha prosiga detentando su cargo y mandato.

En efecto, si damos por sentado o por válido que nos gobierna una desquiciada y una malhechora: ¿por qué tenemos que anhelar que termine el mandato?; ¿por qué desearle al país algo tan negativo como prolongar el cargo de quien no posee las cualidades mentales o morales como para ocupar tamaña responsabilidad? Si Castro y Lanata están en lo cierto respecto a sus duras acusaciones, Cristina no sólo merece ser destituida ipso facto sino que luego debería caer sobre ella una sanción legal que la destine a un establecimiento penal o sanitario, según se determine.

Luego, advertimos que impulsar la destitución de Cristina no sólo no es una arbitrariedad “golpista” sino que implica el cumplimiento estricto de la Constitución Nacional. Justamente, conforme lo establece la Carta Magna, los Diputados de la Nación pueden y deben acusar ante el Senado a la Presidente, tanto sea por “por mal desempeño o por delito en el ejercicio de sus funciones”[1] y a la vez, es el Senado a quien le compete juzgar[2] y “destituir al acusado, y aun declararle incapaz de ocupar ningún empleo de honor, de confianza o a sueldo en la Nación”[3]. Vale aclarar que la condena en cuestión, importa apartar a la Presidente del cargo para que seguidamente la acusación, juicio y castigo sean conformes las leyes de los tribunales ordinarios.

Opositores de utilería

Pero dejemos a un lado el rol del periodismo progresista y tomemos nota del papel del grueso de los Diputados del llamado “arco opositor”: ¿qué postura toman respecto a la eventual destitución? Ninguna, puesto que si bien éstos se regocijan de lo que el periodismo independiente denuncia respecto del Poder Ejecutivo Nacional, nadie propone otra cosa superadora que no sea apostar al “diálogo y al consenso”. ¿Es válido proponer dialogar y conceder con inmorales o malvivientes? Interesa la pregunta porque en oportunas y certeras definiciones de San José María Escrivá de Balaguer: “Cuando un hombre transige en cosas de ideal, de honra o de Fe, ese hombre es un… hombre sin ideal, sin honra y sin Fe”[4].

Pero más allá de las definiciones categóricas del citado Santo español y volviendo al elástico comportamiento del grueso de nuestros congresistas, podría argumentarse que la petición de juicio político sería en vano, puesto que las mayorías exigidas para impulsar tal medida no están dadas, dado que los bloques oficialistas impedirían esa justa maniobra institucional. Pero eso ya sería un dilema de los Diputados eventualmente apañadores del delito, y en modo alguno un obstáculo para que los legisladores opositores cumplan con la función de solicitar lo que corresponde, más allá de las resultas de la votación parlamentaria.

Finalmente, celebramos las investigaciones y acusaciones que desde diferentes lugares se están llevando adelante contra el seno del kirchnerismo, pero exhortamos también a que éstas no acaben siendo abstractos reproches verbales que, a la postre queden en la nada. Es indispensable entonces, que seguidamente se apunte, impulse y promueva con toda la energía del caso una punición concluyente para con los sindicados delincuentes de Estado.

(*) Twitter: Nickymarquez1

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

viernes, 24 de mayo de 2013

NICOLÁS MÁRQUEZ, EL PODER DE LO FÁCTICO, CASO ARGENTINA

Tomé el título “prestado” de esta nota, en referencia a un impresionante libro de Vicente Massot publicado en el año 2001, precisamente titulado “El poder de lo fáctico”, cuya tesis central, en extrema síntesis, nos dice que los hechos se imponen por encima de las leyes escritas, las modas, los discursos e incluso del deber ser. Lo fáctico se impone por su peso específico, por su fuerza intrínseca y ante ello, todo lo demás se torna secundario.
Esta introducción viene a comento, puesto que durante varios años continuos, el incesante aparato de propaganda estatal kirchnerista ha pretendido aplicar una suerte de “gramscismo criollo”, intentando llevar adelante un forzado cambio cultural, estético y valórico en el ciudadano medio, procurando modificarle el “sentido común”. Esta embestida se viene llevando adelante por medio de insistentes ofertas televisivas, radiales, gráficas y digitales que el régimen ha financiado con el concurso de educadores, artistas, periodistas y académicos izquierdistas.
Resulta que tras tamaña inversión de tiempo, dinero y sociología de bolsillo, la única esperanza que hoy le queda al progresismo cultural para prolongar su proyecto político (es decir su negocio), es apelar a que el ex ucedeísta Sergio Massa se digne a ser candidato por el oficialismo (algo a estas alturas casi descartado), a los efectos de evitar la catástrofe en la Provincia de Buenos Aires al menos, dado que en el resto de los grandes distritos electorales el fracaso ya es irreversible.
De más está decir que este último “manotazo de ahogado” con el que ha especulado el clan nacional y popular para no terminar de extinguirse como tal, aparece en escena justamente porque el ex ucedeísta Amado Boudou (oportunamente pensado para el año 2015 como candidato) ya no goza del mejor prestigio como para ser un sucesor presentable (mal que le pese a la stalinista Dina Conti quien acaba de proponerlo como heredero de Cristina).
Parece una broma pero no lo es: primero en Boudou y luego en Massa ansiaron recostarse los “pensadores” oficialistas para prolongar el legado de los sueños revolucionario de la “maravillosa juventud de los años 70”.
De más está decir que el perfil que ha intentado vender el alicaído Amado Boudou en su tiempo o el que ofrece hoy el taquillero Sergio Massa, no es justamente el del insurgente bolivariano que predica en las aldeas proletarias al compás de las canciones de César Isella, sino que se asemeja mucho más al arquetipo del joven exitoso y moderno, con sentido práctico e impronta empresarial, que nos ofrece “buena onda”, mercado libre y optimismo. Ante la ausencia de predicamento e influencia en la opinión pública, los intelectuales kirchneristas tienen que abrevar en personajes con el perfil antagónico al que han pretendido imponer desde la televisión estatal y sus medios aliados a lo largo de todos estos años de propaganda.
¿Tanto ha fracasado la estrategia gramsciana? Parece que sí: diez años después de adoctrinamiento psico-bolche, la gente quiere seguridad, estabilidad económica, que le quiten el cepo al dólar y que vuelva Marcelo Tinelli a la TV.
Además de las dos personas mencionadas (Boudou y Massa), en el arco opositor los dos referentes más importantes (Franciso de Narváez y Mauricio Macri) también tienen una traza muy similar a la de los otros dos dirigentes citados, y  si sumamos al quinto hombre que también mide bien en las encuestas, Daniel Scioli (al que nunca sabemos si ubicarlo en el oficialismo o en la oposición), nos encontramos con que todas las perspectivas electorales con posibilidades de aceptación en la gente está compuesta por hombres maduros pero a la vez jóvenes, con espíritu deportivo, que suelen tener a su lado a una mujer bonita y que intentan amalgamar cierto maquillaje farandulero con barniz “eficientista”. Ninguno de estos cinco se interesa por saber qué dice un tal Ricardo Forster, nadie lee a Galeano y ninguno oyó hablar jamás acerca de un pedagogo llamado Pablo Freire.
Este artículo no pretende ensalzar la frivolidad como virtud ni enaltecer al quinteto que hoy disputa la adhesión las encuestas de opinión. Simplemente intenta poner de manifiesto que tras diez años de incesante propaganda filo-cultural, los únicos referentes políticos con alta adhesión tienen un perfil estético, mental e ideológico que se halla en las antípodas de lo que la militancia mediática intentó imponer. Y si esto no es cierto: ¿por qué razón el Frente para la Victoria intenta cooptarle las listas a Daniel Scioli en vez de presentar una lista propia con el desaliñado comunista Martín Sabatella como candidato? Pues porque a este último ya no lo votan ni en Morón.
Tras una década pretendiendo modificar el sentido común, la gente sigue sin querer cambiar el mundo y sí quiere cambiar el auto.
Mientras hubo dólares de la soja, el hombre medio hizo de cuenta que simpatizaba con el relato y votó por el gobierno. ¿No hay más plata ahora?: entonces no hay más votos para esta pantomima latinoamericanista.
Uno puede estar muchos años despotricando contra la ley de gravedad, pero al tirar una manzana al cielo, la fruta irremediablemente cae al piso, no porque así lo disponga la “mano negra de Magnetto”, sino porque así lo determina el poder de lo fáctico.
Ocurre sencillamente que el sentido común no adhiere a supersticiones ideológicas antinaturales, salvo que a la gente le paguen para creer en ellas. Pero en todo caso, esto último ya no sería una creencia sino una adhesión alquilada. La cual, como todo alquiler, durará mientras dure la plata para pagarlo. Por lo pronto, todo indica que el contrato de locación está llegando a su fin.
La Prensa Popular | Edición 202 | Jueves 23 de Mayo de 2013
noticias@laprensapopular.com.ar
@nickymarquez1

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

sábado, 18 de mayo de 2013

NICOLÁS MÁRQUEZ, LOS ACCIONISTAS MAYORITARIOS DE LA DECADENCIA, CASO ARGENTINA

Sería un reduccionismo o una simplificación adjudicarle la decadencia Argentina a una persona o a un partido político específico. El retroceso que desde los años 40` viene padeciendo nuestro desdichado país, tiene por supuesto responsabilidades varias, pero no por ello es aceptable repartir o distribuir en partes iguales las responsabilidades a todos y cada uno de los habitantes o, en su defecto, a todos los Presidentes que pasaron por el Sillón de Rivadavia, como si éstos fuesen bonistas de un paquete accionario del cual se reparten las porciones en una suerte de prorrateo igualitario.
¿Tiene la misma responsabilidad Juan Perón que José María Guido? ¿O Raúl Alfonsín respecto de Ramón Puerta? El parangón no resiste análisis alguno.
Es corriente que muchos Presidentes o partidos políticos hayan excusado sus respectivos fracasos a través de tres pretextos habituales: “no nos dejaron gobernar” (subterfugio frecuente en el catecismo radical); “no me dejaron terminar el mandato” (asiduo en aquellos gobiernos derrocados –o que se cayeron solos-); o el genérico “tuvimos un contexto económico muy desfavorable”, repetido con ahínco durante los años 90`:  “efecto tequila”, “devaluación de Brasil” y “la Guerra del Golfo” (entre otras explicaciones geopolíticas y macroeconómicas) fueron algunos de las justificaciones de la época.
Este tipo de explicaciones como las señaladas las podemos acatar, las podemos relativizar o las podemos descartar según el caso, pero por sobre todas las cosas, en general son todas atendibles y en suma, las podemos discutir.
Distinto es el caso del kirchnerismo, que pareciera no poder encuadrarse en ninguna de las excusas habituales o convencionales en danza. En efecto, el régimen no tiene justificaciones por su fracaso económico e institucional, a excepción de invocar su propia incapacidad de gestión o lo que es más grave: su grotesco desacierto ideológico.
A excepción de algunos gobiernos militares de duración limitada, jamás un gobierno como el actual tuvo tamaño poder para manejar la cosa pública. El poder político de un gobierno no sólo se mide en función de su peso específico intrínseco, sino también en función del poder de contrapeso que pueda tener un partido o facción opositora. 
Por ejemplo, al muy poderoso gobierno de Juan Perón (1946-55) se le opuso toda la oposición en un solo espectro partidario y hubo desde comandos civiles hasta sublevaciones militares que finalmente lo derrocaron. 
En cambio, la oposición al kirchnerismo no es otra que el pacífico “cacerolazo” urbano, algún medio de prensa supérstite o un programa de TV. Es decir, el kirchnerismo es el gobierno que tuvo mayor concentración de poder, o en su defecto, es el gobierno que tuvo la oposición con la menor cuota de poder, lo cual es más o menos lo mismo.
En cuanto al contexto internacional, jamás la Argentina tuvo un escenario tan favorable como el que transitó el kirchnerismo. Hasta el año 2002 y con motivo del precio de los commodities que imperaban por entonces, por causa de la exportación agrícola ingresaban al país 5 mil millones de dólares anuales. Con el ingreso de China e India al mercado mundial y la consiguiente quintuplicación o sextuplicación del valor de nuestra materia prima, desde el año 2003 hasta la fecha han ingresado 26 mil millones de dólares por año (21 mil millones de dólares más que el promedio de la década anterior), equivalente a un total de 210 mil millones extras acumulados en estos 10 años de kirchnerismo. ¿Conclusión tras diez años de tamaña bonanza?: no hay dólares por ningún lado (salvo en las bóvedas de los delincuentes) y hay que elaborar artilugios jurídicos de manera desesperada o improvisada para que narcotraficantes y malvivientes de toda laya blanqueen sus dólares en nuestras playas.
¿Acaso padeció de falta de tiempo el oficialismo para completar  su “revolución”?, no es el caso. El kirchnerismo es el proyecto político más largo y continuado de la historia argentina (2003-2015), jamás un Presidente (en este caso un matrimonio) gobernó 12 años continuos nuestro país (sólo Juan Perón y Carlos Menem se acercaron a ese plazo rozando los diez años).
La Argentina es una sociedad y como tal, sería injusto sentenciar que el kirchnerismo es el responsable exclusivo y excluyente de la decadencia: pero no sería tan errado señalarlo como el accionista mayoritario de la misma.
La Prensa Popular | Edición 200 | Viernes 17 de Mayo de 2013
 (*) Twitter: @nickymarquez1
noticias@laprensapopular.com.ar

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

miércoles, 8 de mayo de 2013

NICOLÁS MÁRQUEZ , LA CORRUPCIÓN ES UN SISTEMA POLÍTICO ANTES QUE UN TEMA MORAL, CASO ARGENTINA

La opinión pública ya lo sabe, el kirchnerismo es el gobierno más corrupto de la historia Argentina. Alfredo Yabrán, socio presunto de Carlos Menem, era regenteador de un almacén al lado de Lázaro Báez, testaferro de Néstor Kirchner.
En todo gobierno cualquiera sea su signo, hay funcionarios honestos y otros deshonestos.
Es cierto que en los años 90`, varios funcionarios fueron cuestionados y acusados de “haberse quedado con algún vuelto”.  Pero bajo el régimen actual, directamente para los funcionarios sospechados no hay bolsillo que contenga vuelto alguno sino que  directamente pesan las toneladas de billetes y lingotes que se apropian en bolsones y valijas de rigor. En efecto, el pecado ya no consiste en tener alguna cuenta no declarada en el exterior, sino en construir bóvedas enormes usando sus propias mansiones o mausoleos como fachada y depósito personal de caudales.
Pero la diferencia entre los años 90` y el kirchnerismo no se reduce tan sólo a la cuantía de lo robado, sino a que existe una divergencia que torna más escandaloso el parangón: mientras el menemismo era farandulero o desfachatado y no hacía gala de escrupulosidad alguna, los ladrones actuales han gastado fortunas en edificar un aparato de propaganda para hablarnos sobre derechos humanos y catequizarnos en la sacrosanta ética progresista (y vaya si han progresado los defensores del relato!).
En síntesis, en los años 90` la corrupción era infinitamente menor a la actual.
¿A qué responde esta diferencia?  ¿Acaso los votantes de antes eran más selectivos y exigentes que los actuales a la hora de elegir a sus representantes? Nada de eso, calificadas encuestas confirmaron que 3 de cada 4 ex votantes menemistas, ahora votaron por el matrimonio Kirchner entre el 2003 y el 2011. ¿Entonces entre los funcionarios del gobierno de Carlos Menem había menos inmorales que entre los asalariados del kirchnerismo?  Creemos que tampoco esta es la cuestión. En efecto, de lo que aquí se trata es de que hay sistemas que potencian la corrupción y sistemas que la minimizan.
Por ejemplo, si en la época de Menem se llevaba a cabo una privatización, no descartamos el hecho de que en la licitación pertinente haya habido alguna “devolución de favores” de parte de la empresa adquirente para con la entidad o el funcionario otorgante, pero la enorme diferencia es que ese acto puntual de corrupción se moría allí, se agotaba en sí mismo. Ahora, al ser el Estado el que estatiza o se apropia de empresas privadas, a partir de entonces construye una estructura de nepotismo, amiguismo, tercerizaciones, contratistas asociados y toda una creación de dependencias signadas por la sobrefacturación permanente y el agigantamiento de la burocracia y con ella, de la corrupción. Es decir, la privatización puede traer aparejado un delito aislado y la estatización es la antesala de una multiplicidad de delitos continuados, agigantados y prolongados.
El sistema político que tiende a achicar el Estado, es pasible de hechos puntuales de corrupción, en cambio, el sistema político que propende a agrandarlo, tiende a instalar lo que se conoce como la corrupción estructural.
Esto es lo que explica porqué los funcionarios que fueron sospechados en los tiempos del menemismo quedan reducidos a la categoría de ladrones de mandarinas si los  comparamos con los valijeros del kirchnerismo. Pero no porque estos sean peores moralmente que aquellos, sino porque las posibilidades de robar en un sistema o en otro son bien distintas: ¿no dice el antiguo refrán que “la ocasión hace al ladrón”?.
Lo ideal sería que todos los argentinos tuviésemos una reconversión moral en la cual a nadie se le ocurriese quedarse con un centavo que no le perteneciere. Ok, dejémosle esas nobles aspiraciones a Elisa Carrió y sus sermones siempre bienintencionados. Pero cuando hablamos de la realpolitik, es decir de lo que Alberdi llamaba “la República posible”, en la Argentina actual va de suyo que no es la moral social ni la de los funcionarios la que nos va a salvar de esta mega-corrupción hoy instalada y enquistada, sino un cambio de sistema político y económico que tienda a desinflar el Estado y con ello desratizar y oxigenar a la tan corroída y desacreditada administración pública y su consiguiente armazón institucional.
 (*) Twitter: @nickymarquez1

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

martes, 30 de abril de 2013

NICOLÁS MÁRQUEZ, LA HORA DE LO URGENTÍSIMO, CASO ARGENTINA,

Una de las acepciones del concepto guerra es definido como “Lucha o combate, aunque sea en sentido moral”. Vale decir, no es necesario que estemos a los tiros para considerarnos estar en una suerte de guerra civil. Guerra civil fría, afortunadamente, pero en la Argentina prima una enemistad u hostilidad declarada al parecer insalvable.
EL INGENUO
Se equivocaría otra vez la descolorida oposición, si ante cada conflicto o cada ataque que le toca padecer o enfrentar con el oficialismo, aquella obrase como si se estuviese simplemente ante un competidor política y moralmente equivalente, que simplemente tiene otra visión del mundo, la cual es tan respetable como la que ofrecería una alianza democrática disidente.
En efecto, acá no se trata de un duelo de caballeros en pie de igualdad en donde hay reglas de juego equitativas, y en el cual los actores en pugna pueden transitar los casilleros de la contienda como si se estuviese jugando al juego de la oca, ante la mirada atenta de un juez imparcial que controla de manera imperturbable la partida. Pensar la puja en estos términos tan cándidos, implicaría haber vivido diez años de kirchnerismo en vano, y ya Santo Tomás nos enseñó en el 1200 que: “En política la ingenuidad es pecado”.
Entonces no hay otra alternativa que concientizarse de los siguiente: el oficialismo está conformado por verdaderos piratas de Estado, que juegan con las cartas marcadas, que manejan dinero inmoral, que controlan el 80% de los medios de comunicación (y pretenden secuestrar al 20% restante), que acaban de tomar por asalto lo que queda de justicia independiente (nombraron a 4 de los 7 jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y a la vez pusieron al 60 por ciento de los jueces en actividad), que condicionan con fondos públicos a la gran clientela electoral, que disponen de la emisión indiscriminada de moneda para financiar sus programas proselitistas, que disponen del aparato de espionaje de la SIDE y del hostigamiento de la AFIP para perseguir, amedrentar u hostigar a toda manifestación de pensamiento disidente, y que a la vez hacen uso y abuso de las estructuras de propaganda estatal y paraestatal para llevar adelante campañas de autoelogio y/o desprestigio a sus enemigos declarados.
Insistimos. La lucha entre la oposición y el kirchnerismo no es una simple disparidad de criterios en el marco de una convivencia republicana convencional. Estamos en pie de guerra. De una guerra fría, puesto que afortunadamente no hay, por el momento, sangre a la vista (aunque haya cientos de presos políticos y varios periodistas opositores procesados o perseguidos judicialmente).
En la guerra no es la prioridad convencer, sino vencer.
Urge entonces, que todo el espectro opositor deponga diferencias de segundo orden y se una electoralmente aferrada a la Constitución Nacional levantando como estandarte prioritario la reconquista de la institucionalidad.
Mil diferencias pueden separar entre sí a los votantes o dirigentes opositores si indagamos en asuntos económicos, religiosos, espirituales o filosóficos. Pero el apego al Estado de derecho debe ser hoy el blasón unificador que guíe y conduzca a una generosa coalición republicana que brinde de cara a octubre una hidalga batalla triunfal a expensas de la camarilla de malvivientes que detenta el poder del Estado.
San Agustín nos enseñó con perenne sabiduría la siguiente máxima: “En lo esencial, unidad; en lo demás, libertad”.
Este tiene que ser el lema que debe abrazar el inorgánico arco opositor. En lo esencial unidad. Y lo esencial hoy no es otra cosa que rescatar la institucionalidad, defender el sistema republicano, sostener las libertades individuales y preservar la inviolabilidad del derecho de propiedad.
La Argentina hoy es una barca que corre riesgo grave de hundirse y lo primordial es llegar ilesos a la isla más cercana. Una vez logrado ese objetivo, ya  habrá tiempo de sobra para debatir sobre otros asuntos que, sin dejar de ser importantes, ahora no son los urgentísimos.
Twitter: @nickymarquez1

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

lunes, 22 de abril de 2013

NICOLÁS MÁRQUEZ, OTRO GOLPE A LA SUPERVIVENCIA DEL RÉGIMEN, DESDE ARGENTINA

Las inundaciones recientes, los informes de corrupción promovidos por Jorge Lanata, la embestida del régimen contra lo que queda de justicia independiente y una alta dosis de hartazgo acumulado, impulsaron una vez más a la ciudadanía a ganar las calles a lo largo y ancho de toda la Argentina con el fin de marchar y protestar contra el desacreditado régimen de Cristina Kirchner.
A modo de crítica, se dice que estas manifestaciones masivas no tienen líder visible y por ende, en las mismas hay consignas desordenadas y la ira popular termina diluyéndose sin un reclamo concreto y sin una acción política definida. Sin embargo, como elemento positivo, al no existir un cabecilla nítido, el aparato de inteligencia del gobierno no tiene a nadie individualizado como para lanzarle un “carpetazo”, una extorsión o una operación de prensa para denostarlo y así desmovilizar por añadidura al resto de los aunados.
Pero más allá de pros y contras de esta horizontalidad, el saldo de la reciente marcha del 18 de abril nos arroja tres reflexiones concretas que deberían preocupar en mucho al oficialismo, independientemente de que Cristina Kirchner se haya hecho la desentendida twitteando frivolidades y el diario paraestatal Página 12 haya minimizado el multitudinario acontecimiento.
1) En primer lugar, la magnitud de lo sucedido confirma que las movilizaciones sociales no son producto de un malhumor pasajero o arrebatado puesto que este fenómeno se viene manteniendo con el correr de los meses con igual o mayor convocatoria.
2) En segundo término, la bronca y el malestar social son fenómenos contagiosos que sirven para ir consolidando y ensanchando fuertemente el mayoritario clima disidente de cara a las elecciones venideras.
3) Y como tercer elemento en danza, nos encontramos con que muchos dirigentes y militantes políticos con pocos escrúpulos (que siempre abundan)  que hasta la fecha se encontraban “jugando a dos puntas” o especulando con la indefinición de cara a las elecciones de octubre, comienzan a verse forzados a  precisar su postura en favor de las estructuras opositoras tras advertir que el negocio de ser kirchnerista ya no tiene buen marketing a la vez que se hace visible el achique de la cartera de clientes electorales oficialistas.
Estos y otros motivos nos llevan a concluir que acaba de pasar una semana más que gris para un oficialismo que se ha quedado sin reflejos, sin ideas y con un consenso decreciente. Pocas dudas caben de que el 18 de abril se ha vivido otro renovado golpe a la supervivencia del régimen y todo indica que este desgaste progresivo que lo acecha prevalecerá y perdurará en las semanas venideras hasta ennegrecer por completo su presente y futuro político, cuando al fin cada sonido de cada golpe de cacerola sea reemplazado y convertido por un sufragio palpable y registrable.
@nickymarquez1

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

domingo, 24 de febrero de 2013

NICOLÁS MÁRQUEZ, EL HEREDERO DE LA HOZ Y EL MARTILLO, DESDE ARGENTINA

Tras la implosión del socialismo soviético y tras la apertura al libre mercado del comunismo chino, la izquierda trasnacional parecía no tener herederos, hasta que irrumpió en escena el coronel golpista Hugo Chávez Frías en los años 90`.
Desde entonces, y gracias al boom de los commodities y al dinero del narcotráfico (del que el socialismo regional se vale para financiar tanto sus quimeras ideológicas como su aparato represivo), Chávez se consagró en una suerte de líder mundial heredando la antorcha del totalitarismo comunista clásico pero aggiornada y reconvertida en este actual despotismo populista, que fuera bautizado pomposamente como Socialismo del Siglo XXI.
Lo cierto es que esta nueva versión del colectivismo autoritario con sede en Caracas, además le permitió a la tiranía vitalicia de los ancianos Castro en Cuba valerse de los abundantes petrodólares venezolanos y de esta manera, poder oxigenar y prolongar un poco más la petrificada y descascarada revolución de 1959, brindándole como contraprestación a la nueva izquierda su propaganda legendaria y justiciera.
Sin embargo, tanto sea por causas políticas, biológicas o clínicas de público conocimiento, ni los represores Castro ni tampoco el dictador Hugo Chávez pueden seguir aspirando a liderar este proyecto imperial/regional en las Américas. Pero los liderazgos nunca quedan vacantes mucho tiempo y alguien tenía que ocupar ese lugar.
De los cuatro caciques restantes y supérstites de la cofradía izquierdista iberoamericana tenemos al mestizo Evo Morales, al ex guerrillero Daniel Ortega, a la abogada exitosa Cristina Kirchner y al histriónico economista Rafael Correa. Es más que evidente que los tres primeros no tienen cualidades intelectuales, ni académicas, ni discursivas suficientes como para pretender detentar o heredar un liderazgo continental de este tenor. Más aún, en el caso de Cristina Kirchner, la susodicha ni siquiera ha demostrando destreza suficiente como para comandar eficazmente su propio país ni tampoco para poder estirar su autocracia mas allá de lo que ordena la Constitución Nacional (que la viuda pretende reformar pero que las encuestas de opinión vienen confirmando la ausencia de consenso para consumar esta sórdida maniobra).
Rafael Correa, dictador del Ecuador y beneficiario del boom petrolero del que goza su país, acaba de ser reelecto una vez más con el 56% de los votos según resultados parciales de suyo irreversibles.
Portador de gran carisma, poder de convicción, recursos como polemista y sobre todo, detentador de cuantiosos dólares petroleros, Correa desde el año 2007 se dedicó a perseguir periodistas, empresarios, medios informativos, políticos opositores y a toda forma de manifestación disidente. Incluso, supo convertir traumas personales en políticas de Estado, tal el caso del episodio que padeció su padre (Rafael Correa Icaza) quien estuviera varios años preso en los Estados Unidos por narcotraficante, lo cual forjó en el vástago Rafael un especial encono para con el país del norte y una particular condescendencia para con el narcotráfico internacional: el masivo indulto a las “mulas”, el refugio que el Ecuador brinda a las FARC y la financiación que Correa ha recibido de esta última organización homicida confirman el idilio.
El Ecuador, a diferencias de Venezuela o Argentina, tiene una economía mucho más ordenada y márgenes de inflación muy modestos: ¿por qué razón?. Ecuador tiene  la economía dolarizada y no hay margen para emitir papel moneda alegremente. Correa es socialista pero no come vidrio. Además es economista educado en los Estados Unidos y sabe mejor de números que el barrabrava Guillermo Moreno.
Decía Víctor Hugo (nos referimos al autor de la novela “Los Miserables” y no al relator miserable) que “entre un gobernante que hace el mal y un pueblo que lo consiente existe cierta solidaridad vergonzosa”, y gran parte del Ecuador ha demostrado ser solidaria con la dictadura, pero la solidaridad no es tan gratuita ni espontánea. El 25% del padrón electoral de ese país depende del Estado y por ende Rafael Correa cuenta con una enorme muchedumbre mendicante cuyo voto está condicionado o maniatado por la prebenda gubernamental.

Pero como quiera que sea, una vez más, la historia ha demostrado que las masas conducidas y subsidiadas suelen elegir por el transitorio disfrute de corto plazo.
En países con cultura cívica precaria, las dictaduras populistas se financian con plata y mientras haya plata habrá dictadura.
Por ahora y mientras el petróleo siga en alza, Correa detentará el Palacio de Carondelet y en adelante, los latinoamericanos empezaremos a escuchar y a leer mucho más sobre este personaje, que está dejando de liderar solamente su país para ocuparse de reemplazar definitivamente a sus agonizantes colegas de Cuba y Venezuela, para erigirse de a poco en el heredero continental de la reacomodada y barnizada estampa de la hoz y el martillo.
@nickymarquez1
nickmarquez2001@yahoo.com.ar

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

lunes, 11 de febrero de 2013

NICOLÁS MÁRQUEZ, LE ESTALLA LA BOMBA A LA DICTADURA KIRCHNERISTA, DESDE ARGENTINA,

La inflación es la emisión de moneda sin respaldo. Su consecuencia es el aumento generalizado de precios, por la sencilla razón de que el valor de la moneda se envilece y se necesita cada vez mayor cantidad de papeletas iguales para comprar el mismo bien de consumo. Es decir que la inflación refleja la disminución del poder adquisitivo de la moneda: una pérdida del valor real del medio interno de intercambio y unidad de medida de una economía.
Junto con Venezuela, Sudán del Sur y Bielorrusia, la Argentina kirchnerista lidera los ránkings más altos de inflación mundial. Sin embargo, los tres primeros países mencionados (más serios y confiables que la Argentina), al menos tienen el decoro de mostrar sus respectivos índices reales de inflación, en cambio, en el caso local, como se sabe, el régimen de Cristina Kirchner miente con las cifras inflacionarias de un modo morboso y escandaloso por medio del deslucido INDEC.
La Argentina viene padeciendo inflación de manera constante desde los años 40´, cuando promediaba la dictadura populista de Juan Perón. Desde entonces y excepción de tres períodos espaciados[1], nuestro país viene siendo víctima (y culpable) de este flagelo adictivo.
¿Cómo y por qué funciona el perverso mecanismo estatista de la inflación?
Supongamos que invitamos a una docena de amigos a una fiesta en casa, y en el afán de agasajarlos implementamos un alegre programa doméstico titulado “vino tinto para todos”. Pero resulta que mis modestos ingresos personales sólo me permiten comprar vino para abastecer a sólo tres comensales y no a doce. En vez de cancelar o achicar la fiesta, decido sin más llevarla a cabo, pero no la voy a financiar trabajando más horas para poder comprar más bebida o adquirir un préstamo a un tercero para tal fin, sino que apelo a un método facilista y artificial consistente en echarle agua al vino para abastecer a todos los invitados. ¿Resultado de este sortilegio?, pues el vino se va envileciendo, perdiendo sabor, diluyéndose sus propiedades y a la postre, sólo tendremos agua algo coloreada.
Este ejemplo de libro básico, nos sirve para explicar cómo maneja el kirchnerismo la economía local, siempre imprimiendo papelitos de manera indiscriminada en la pretensión de financiar el “paratodismo”, banquete en el que una porción enorme de la población recibe favores transitorios o regocijos volátiles sin dar contraprestación alguna, sin llevar a cabo el menor esfuerzo y virtualmente sin trabajar.
Este generoso “plan económico” (por llamar de algún modo a este conjunto de chapucerías populistas) en verdad lo heredó en el año 2003 Néstor Kirchner y éste lo “profundizó” apelando al concurso de personajes de sórdida reputación que obraron de Ministros de Economía, tales como la bolsera Felisa Michelli, el imprentero Amado Boudou y ahora dicen que hay un tal Hernán Lorenzino que hace la parodia, pero que en verdad dicha Cartera la maneja el vituperado  turista Axel Kicillof.
El excelente contexto internacional del que goza la Argentina desde hace una década hizo que el país no sufriera en lo inmediato los desatinos de este infausto despilfarro estatista, pero ya las secuelas del derroche se están empezando a hacer notar de manera cada vez más dramática y pronunciada. Luego, el régimen intenta paliar el mal por ellos creado no rectificando el rumbo sino congelando precios, receta nada original que ya se aplicó en la Argentina repetidas veces con resultados siempre calamitosos.
Luego, para aminorar la inflación en serio, el kirchnerismo tendría que dejar de emitir moneda y con ello deponer la financiación de subsidios y entretenimientos pasajeros a su plebe. Esta medida sería razonable pero antipática, dado que le haría perder al kirchnerismo muchos clientes y en pleno año electivo dicha maniobra sería desde el punto de vista proselitista demasiado riesgosa. Ante esto, el régimen, como siempre, elije sacrificar la lógica por una especulación electoral y así proseguir repartiendo sonajeros para mantener amenizada a su muchedumbre mendicante y eventuales votantes.
Pero el problema no es tan sencillo para la banda que detenta el poder del Estado. Seguir emitiendo implica proseguir la política dadivosa pero a la vez significa castigar el poder adquisitivo de la gente. Y los sectores que menos posibilidades tienen de defenderse de la inflación son los de menores ingresos, que es precisamente el espectro social que la pandilla gubernamental pretende conservar o secuestrar electoralmente.
Congelar precios es un artificio de naturaleza efímera, algo así como intentar tapar la humedad de la pared no arreglando la pérdida de agua del caño que la ocasiona sino volviendo a pintar la pared procurando así que la infiltración se disimule por un rato. Pero para las elecciones faltan más de “un rato”: ocho meses. ¿Podrá disfrazarse la corrosión salarial que causa la inflación de aquí al mes de octubre?
Si el régimen achica el gasto se queda sin clientes, si lo mantiene pero disfraza la inflación congelando precios corre el riesgo de que la bomba estalle en sus manos antes de octubre y la suerte electoral del oficialismo quedaría del todo liquidada. ¿Qué encrucijada verdad?
El populismo empieza a quedar preso de su propia trampa y la dictadura kirchnerista comienza a advertir que el vino sabe demasiado aguado y que la fiesta deja de causar algarabía para dar paso a un creciente y evidente malestar. Pero ante ello el régimen prefiere seguir echando agua y entonces todo indica que la dictadura se irá convirtiendo poco a poco en un contradictorio populismo impopular.
La gran duda es si la mentada impopularidad que trae consigo el estallido de la bomba inflacionaria acontecerá antes o después de octubre…
 [1] Desde entonces la estabilidad monetaria se consiguió durante el paso por la cartera de Economía del Ingeniero Alvaro Alsogaray en 1958 (durante la Presidencia de Arturo Frondizi), de Adalbert Krieger Vasena en 1966 (Presidencia del Gral. Juan Carlos Onganía) y finalmente en los tiempos de la “Convertibilidad” (creada por Domingo Cavallo en 1991) durante la presidencia de Carlos Menem.
La Prensa Popular | Edición 173 | Lunes 11 de Febrero de 2013
 (*) El último libro del autor es “El Cuentero de Carondelet, Rafael Correa”, ya disponible en Amazon: click aquí.
¿Dónde conseguir todos los libros de Nicolás Márquez?. Click aquí
Twitter: nickymarquez1

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

martes, 27 de noviembre de 2012

NICOLÁS MÁRQUEZ, QUE APRENDAN LA LECCIÓN, CASO GRUPO CLARÍN DE ARGENTINA

Así como el dictador de Venezuela Hugo Chávez quitó la licencia a RCTV (Radio Caracas Televisión) y desmanteló el canal Globovisión, el déspota ecuatoriano Rafael Correa hizo lo propio confiscando los cinco canales del Grupo Isaías y el tiranuelo altiplánico Evo Morales por su parte persiguió (con agresión física) a los periodistas de los canales Pat y Unitel.
Estos y otros penosos antecedentes han sido lo suficientemente claros y anticipatorios como para que luego no nos sintamos sorprendidos al advertir que el régimen dictatorial de la Argentina encabezado por Cristina Kirchner haya puesto tanto empeño en el afán de cerrar y/o descuartizar el Grupo Clarín a la brevedad.
En efecto, todos los dictadores mencionados pertenecen al club de mandones hemisféricos popularmente conocido como “Socialismo del Siglo XXI”, y éstos manejan un estilo similar para la edificación y construcción de sus respectivos absolutismos estatistas. No sin razón y con cierta sorna muchos sostienen que estos despotismos iletrados operan como una suerte de “franquicias” en donde se cuenta incluso con el consiguiente know how repetitivo y esquemático para el armado y consolidación de estas tiranías plebiscitarias.
Pero más allá de la suerte que corra Clarín los días venideros en el marco de esta ofensiva que padece, queremos subrayar que hay algo que distingue a Clarín respecto de RCTV, Globovisión, el Grupo Isaías, Pat, Unitel y el grueso de los medios de la región que fueron perseguidos y amedrentados por sus pertinentes represiones socialistas. ¿Cuál es el elemento distintivo? Pues que los mencionados grupos nunca fueron cómplices ni adulones de la dictadura que luego los censuró, o sea que han sido medios de comunicación que al menos pelearon con dignidad y si murieron, lo hicieron con las botas puestas. En cambio Clarín ha cumplido un papel patético e inmoral elogiando, aplaudiendo y publicitando desvergonzadamente a este régimen corrupto durante casi un quinquenio (2003 al 2008).
Ojalá Clarín gane la disputa. Desde este modestísimo lugar estamos inequívocamente de vuestro lado y es obligación grave de todos los defensores de la libertad de prensa solidarizarse con el multimedio agredido.
Pero esta lamentable dualidad que supo practicar Clarín nos explica entonces por qué muchos de los periodistas del Grupo se sienten tan incómodos a la hora de criticar al mismo gobierno que se cansaron de aplaudir, fomentar y respaldar. Es más, la falta de personalidad del multimedio es tal, que incluso hay programas cuya línea editorial no se sabe bien si está más cerca del oficialismo o de la oposición (el ciclo “Palabras Más, Palabras Menos” emitido por TN es un ejemplo supérstite de ese vacilante zigzag).
Si Clarín sale ileso de esta embestida estatal (y le deseamos fervientemente que así sea), esperamos entonces que hayan sabido capitalizar la experiencia y que en el futuro dejen de congraciarse indignamente con el progresismo corrupto y mentiroso que tanto daño le hizo a la República y del cual Clarín hoy es víctima tardía.
No sólo aguardamos esperanzados que en los días venideros Clarín logre preservarse, sino que también deseamos que aprendan la lección.
noticias@laprensapopular.com.ar
nickmarquez2001@yahoo.com.ar

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

sábado, 13 de octubre de 2012

NICOLÁS MÁRQUEZ , EL TRIUNFO ELECTORAL DEL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI. FUENTE LA PRENSA POPULAR DESDE ARGENTINA

Pocos años después de la caída del Muro de Berlín (1989) y de la disolución de la URSS (1992), la izquierda, muy lejos de extinguirse pudo hoy, en lo que a Latinoamérica concierne, recomponerse notablemente y el mapa de la región nos muestra una importante expansión de este neocomunismo que a diferencias del que prevaleció en el Siglo pasado, ya no tiene su Estado Mayor en Moscú sino en la Habana y Caracas. Este renovado marxismo si bien en esencia es el mismo de siempre, en su apariencia, discursos e instrumentos políticos presenta muchas particularidades y características que constituyen claramente una novedad y que lo diferencian de la versión que conocimos en los tiempos de la Guerra Fría.
Efectivamente, el neocomunismo actual (lo que el dictador vitalicio Hugo Chávez denomina “socialismo del siglo XXI”), al contrario de su antecesor, tiene la característica de legitimar su poder político a través del sufragio. Luego, esta nueva versión de socialismo utiliza la democracia para imponer precisamente un sistema ajeno a la democracia, valiéndose de los votos para construir un despotismo y concentrar los poderes en la persona del caudillo “elegido”, adecuando y desfigurando luego la estructura institucional republicana de poder y acomodándola a imagen y semejanza de las necesidades del novel tirano. Como vemos, el sufragio no le quita al socialismo del siglo XXI la impronta totalitaria (que le es connatural) ni mucho menos, pero el modo de acceso al poder es bien distinto del que fuera experimentado en el Siglo anterior. Vale decir, la revolución ya no descansa en las balas de la guerrilla sino en papeletas electorales, ese es su gran elemento distintivo.
El antecedente arquetípico de esta forma de socialismo revolucionario de tinte sufraguista, lo encontramos claramente en el histórico proceso que en los años 70` protagonizó en Chile Salvador Allende, dado que este último comandó la única experiencia en el mundo en la que se intentó llevar a un país hacia el socialismo revolucionario por medio de un sistema electoral. Siempre se recordó a Allende precisamente por esa particularidad y el propio mandatario, en reportaje concedido al agente francés Regys Debray en 1970, confesó su admiración por el despotismo castrista y agregó que su objetivo político era instalar al marxismo tal como en Cuba pero por medio de una táctica distinta para tomar el poder:
 “-Debray: Cuando la transmisión del mando, en el Estadio Nacional, donde Ud. pronunció su primer discurso político como Presidente, estaba el retrato del Comandante Guevara. Ud. lo mencionó como ejemplo para la juventud chilena. Una pregunta: ¿Por qué Ud. con posiciones políticamente distintas de las del Che sigue asumiendo la bandera del Che Guevara, de la Revolución Cubana, del internacionalismo latinoamericano?
-Allende: Porque yo creo, indiscutiblemente, que en la vida de Latinoamérica pocas veces, o quizás nunca, ha habido un hombre que haya demostrado más consecuencia con sus ideas, más generosidad, más desprendimiento. El Che lo tenía todo, renunció a todo por hacer posible la lucha continental. Ahora la respuesta de porqué, está en la propia dedicatoria del libro del Che: “Para Allende, que por otros caminos trata de obtener lo mismo”. Había diferencias indiscutiblemente, pero formales. En el fondo, las posiciones eran similares, iguales.
-Debray: Diferencias de tácticas…
-Allende: Exacto. Cada dirigente debe proceder al análisis concreto de una situación concreta, esa es la esencia del marxismo. Por eso cada país frente a su realidad traza su propia táctica”[1].
Vale decir: Allende reconoció inequívocamente que la democracia fue un simple mecanismo de acceso al poder distinto del utilizado por la guerrilla, pero que los fines y los objetivos eran idénticos (esto es, la toma del poder para la imposición del comunismo en Chile al fiel estilo castro-comunista). Luego, aquello que antes era monopolio de Salvador Allende (intentar una revolución legitimada en el sufragio) hoy ya no resulta algo infrecuente, sino que numerosos caciques de Latinoamérica están repitiendo esa experiencia, aunque de manera mucho más exitosa que la inconclusa revolución del líder chileno.
Cuando decimos que los caudillos socialistas actuales son más exitosos que Allende no nos estamos refiriendo al éxito de su administración o gestión gubernamental, sino al éxito electoral obtenido, no sólo para acceder al poder sino para conservar o perpetuar ese poder político-institucional. En efecto, Allende ganó su elección presidencial en 1970 con menos del 35% de los votos y en 1973 perdió las elecciones de congresistas en medio de un enorme malestar popular que lo debilitó de manera completa, hasta llegar a la sublevación de septiembre de 1973, en cuyo contexto Allende comprobadamente se suicidó[2].
Con motivo del citado fracaso del experimento socialista soviético y sus satélites, hoy las nuevas generaciones de izquierdistas han tenido que aggiornar y acomodar su libreto y su cartel alejándose un poco de la infamante etiqueta comunista y apelar entonces a proclamas difusas tales como impulsar un programa “nacional y popular”, “latinoamericanista”, “descolonizador”, “antiimperialista”, “indigenista”, “progresista”, “bolivariano” y un sinfín de apodos que para simplificar denominaremos, ajustándonos a la jerga chavista, “socialismo del Siglo XXI”.
En suma, estamos en presencia de un fenómeno que es ideológicamente marxista pero políticamente demo-populista. El populismo y la hetero-praxis son sus instrumentos, pero la imposición del comunismo es su objetivo final. En efecto, la gran nota distintiva es que el despotismo socialista actual sustenta su poder en elecciones, que además tienen la particularidad de ser victoriosas.
¿Cuáles son las claves de estos constantes éxitos electorales que vienen obteniendo Chávez, Cristina, Correa o Evo?, creemos que más allá de matices propios de cada país, son fundamentalmente tres las causas que nos explican estos éxitos electivos:
1)Hoy Latinoamérica vive el mejor contexto internacional de que se tenga memoria (a modo de ejemplo en el primer año de gobierno de Chávez –1999- el barril de petróleo valía 9 dólares y hoy oscila en los 130 dólares promedio). Esto permite practicar una política de anestesia social que no genera empleo genuino ni producción concreta, pero permite distraer a los sectores postergados con determinados “planes sociales”, subsidios demagógicos y otros entretenimientos por el estilo que generan en estos ambientes una percepción de aparente mejoría y a la vez una relación de dependencia de estos para con el Estado.
2)El socialismo (sea este internacionalista o nacionalista) confunde al partido con el Estado. Luego, las contiendas electorales  no consisten en disputas entre dos partidos políticos que compiten entre sí, sino que se trata de un partido político (opositor) que debe competir contra el Estado mismo.
En efecto, el partido-Estado que detenta el oficialismo cuenta con la inacabable propaganda oficial o paraoficial, la cadena nacional, los jueces adictos, los servicios de inteligencia, las muchedumbres dependientes del Estado que obran como votantes cautivos y toda una inmensa estructura de punteros y funcionarios que vuelcan sus respectivos aparatos burocráticos en favor de la perpetuidad del régimen al cual ellos mismos pertenecen. ¿Cómo doblegar tamaña maquinaria en dónde encima es el mismísimo partido-Estado el guardián y custodio de los votos?
3)Por falta de convicción ideológica o por cobardía política, el grueso de los candidatos opositores no ofrecen a la opinión pública un programa sustancialmente superador al del oficialismo, dado que el grueso de los contendientes (sea Capriles en Venezuela o Binner, Solanas, o Alfonsín en Argentina) adhieren a la socialdemocracia (centro-izquierda), por ende también simpatizan con el Estado dirigista, el progresismo cultural y la reescritura de la historia.
Eso sí, estos líderes opositores se presentan en sociedad como honestos y respetuosos de la institucionalidad, pero ocurre que ese valor agregado es insuficiente e incompleto como para que la ciudadanía independiente decida arriesgarse a votarlos y apoyar una propuesta que en definitiva es muy similar a la ya instalada en el poder, aunque esta ostente modales amables o discursos prolijos.
En conclusión:
1) la desigual infraestructura (Estado-partido Vs. organización cívica); 2) el voto cautivo-dependiente;
3) la falta de convicción ideológica de la oposición, conforman la trilogía por antonomasia que deriva en los contundentes triunfos del socialismo populista contemporáneo.
Los dos primeros ítems señalados son más bien trampas inmorales del oficialismo y prima facie no imputables a la oposición, pero a esta última cabe responsabilizarla por el tercer aspecto (ausencia de convicción y sustancia ideológica).
Estas tres causas esenciales (a las que pueden agregarse otros asuntos colaterales) nos explican por qué administraciones pésimas obtienen elecciones envidiables.
nickmarquez2001@yahoo.com.ar
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

miércoles, 22 de agosto de 2012

NICOLÁS MÁRQUEZ, LA “OPOSICIÓN” ANTE LA INMINENTE REFORMA CONSTITUCIONAL

Durante el prolongado despotismo de Juan Perón (1946-55), el dictador de marras en aras de obtener la reelección indefinida modificó la Carta Magna de manera ilegal en 1949. Este atropello incluyó además cambiar la parte dogmática de la Constitución, la cual contemplaba los derechos individuales. Afortunadamente en la Convención Constituyente de 1957, a instancias de la Revolución Libertadora, se derogó esta normativa fascista sancionada ocho años atrás y se retomó a la versión 1853-60, aunque en esta ocasión se incluyó el artículo 14 bis, que fue un verdadero injerto demagógico que nada tenía que ver con el espíritu del articulado original.
Ya en los años noventa, otra vez el peronismo gobernó de manera prolongada (1989-99) en esta ocasión bajo la presidencia de Carlos Menem. Nuevamente el afán reeleccionista forjó la famosa reforma de 1994, en la cual no sólo se contempló la relección sino que se agregaron una serie de “derechos sociales” colocados a instancias del extinto demagogo Raúl Alfonsín, a la sazón cómplice y socio de Menem en aquella sórdida maniobra “institucional”.
La tercera presidencia prolongada del peronismo indudablemente fue el período del kirchnerismo (2003-2015), por cuyas características de ejercicio de poder familiar-matrimonial no resultaba necesario reformar la constitución porque la pareja gobernante iría alternando el mandato de manera indefinida y con esta trampa conyugal en marcha, no existía la necesidad de modificar la Carta Magna.
Pero al morir Néstor Kirchner este ardid se complicó. Se ensayó entonces la idea de apostar al primogénito Máximo Kirchner como posible heredero dinástico, pero a poco andar, ya nadie duda de que este último no está a la altura de tales circunstancias. Aparece entonces, por tercera vez en el peronismo, la “necesidad de actualizar la Constitución”.
¿Qué enseñanza nos deja este somero pantallazo?. Pues que en la Argentina el peronismo está por encima de la Constitución, y es por ello que se da el gusto de cambiarla, acomodarla o emparcharla cada vez que sus necesidades políticas así se lo indican. La verdadera constitución de la Argentina no la conforman las normas escritas tras el pomposo preámbulo, sino las normas que emanan de ese virtual Estado-Partido que es el peronismo, sea que esta banda se presente bajo la sigla PJ, Frejuli, Frejufe, FPV o cualquier sello proselitista de circunstancia.
Pero ahora la cuestión reformista es muchísimo más grave de lo que se piensa. Ya no se trata solo de otorgarle a la viuda la reelección indefinida (prerrogativa antirrepublicana que el matrimonio Kirchner ya había impuesto en Santa Cruz cuando obraba de amo feudal de esa Provincia), dado que hoy el grueso los “intelectuales” orgánicos que viven del régimen se encuentran deseosos de modificar la parte dogmática de la Constitución Nacional, o sea, de cambiar o desnaturalizar la porción del texto que contempla de manera expresa la libertad de tránsito, la libertad de expresión, la libertad de comercio, de navegación, de contratar, de asociación, o de disponer de la propiedad privada, así como también el derecho a la intimidad y las garantías jurídicas entre muchas otras cosas.
¿Para qué modificar la parte del texto que contempla estos derechos tan nobles entonces?, no para otra cosa que no sea “reglamentarlos”, es decir, violentarlos, restringirlos o anularlos según las apetencias o necesidades del/la déspota de turno y su corte de burócratas, comisarios políticos y emisarios varios.
Para lograr ese ominoso objetivo, el régimen necesita de determinadas mayorías especiales (2/3 de los miembros de ambas cámaras). ¿Tiene el kirchnerismo tamaño consenso en su bloque?, pues no, pero el problema reside en que muchos Diputados y Senadores “opositores” o son fácilmente comprables o son fácilmente adheribles a estas aventuras ideológicas, dado que los bloques “disidentes” están formados en gran parte por radicales, socialistas, “peronistas federales” y derivados. En suma, gran parte de la oposición ostenta  una preocupante mentalidad dirigista y estatista, y por ende no vería con malos ojos pulverizar las libertades individuales en aras de entelequias y declamaciones tales como “el bien común”, “la razón de Estado”, “la solidaridad” o “los intereses supremos de la sociedad”.
Con una oposición tan fuertemente influenciada por estas supersticiones colectivistas, el kirchnerismo no tendría que hacer un esfuerzo titánico para convencer a sus colegas en que los apoyen con esta endemoniada embestida reformista.
El riesgo entonces no es tanto la peligrosidad ideológica y metodológica del oficialismo sino la endeblez política y filosófica de muchos quienes fueron votados y elegidos para oponerse y frenar sus oscuras ambiciones autocráticas.
Twitter: Nickymarquez1

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,