BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
Mostrando entradas con la etiqueta GOBIERNO PERUANO. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta GOBIERNO PERUANO. Mostrar todas las entradas

lunes, 3 de octubre de 2011

OLLANTA HUMALA: NO PENSAMOS ENTRAR AL ALBA

En un eventual gobierno de Gana Perú, nuestra nación no se sumaría a la Alternativa Bolivariana para las Américas ALBA, que conforman además Venezuela, Nicaragua y Bolivia, aseguró Ollanta Humala.

Buscando establecer distancias en cuanto al bloque del ALBA, el líder de Gana Perú, Ollanta Humala aseguró a la agencia EFE, que no piensa promover un ingreso de nuestro país a dicho bloque.

"No es nuestra intención entrar al ALBA u otro mecanismo en este momento, sino afirmarnos en un proceso de integración más integral como es Unasur, y consolidar la Comunidad Andina", indicó.

Pero allí no quedó todo, además se pronunció a favor de reforzar las relaciones con un grupo de países que podrían considerarse "opuesto" al bloque arriba mencionado.

Según cita EFE, Humala Tasso propone reforzar relaciones con Estados Unidos, Chile y Brasil.

Relación con Chile

Consultado sobre la relación que tendría nuestro país con Chile, durante un probable gobierno suyo, Humala Tasso dijo que buscará que la Cancillería refuerce relaciones con ese país, además negó ser antichileno. "Solamente soy bien peruano", dijo.

No obstante, recalcó nuevamente el tema del perdón de Chile hacia el Perú. "negociar con la dignidad, pero eso no implica que las relaciones vayan a empeorar".

Relación con Estados Unidos

Más adelante habló a favor de la relación entre nuestro país y Estados Unidos, más que todo refiriéndose al tema de la lucha contra el narcotráfico.

"Es un país hermano y es tan americano como nosotros", dijo el líder de Gana Perú.

Sobre el combate al narcotráfico, manifestó que "no basta con erradicar cultivos de hoja de coca, tiene que haber un proceso de formalización de agricultores que se dedican a ese monocultivo, a través de alternativas económicas que ahora no tienen", pero recalcó que "toda colaboración que venga de países hermanos, y particularmente de Estados Unidos, es bienvenida".

Fuente:
http://www.larepublica.pe/25-04-2011/ollanta-humala-no-pensamos-entrar-al-alba

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA

viernes, 19 de agosto de 2011

VIRGINIA CONTRERAS: OLLANTA HUMALA, “NO JURARÁS SU SANTO NOMBRE EN VANO”

El pasado 28 de julio Ollanta Humala asumió el cargo de presidente de la República del Perú para el cual fue elegido por los próximos 5 años. Después de tanta tensión en la contienda electoral, ese día prometía un poco de tranquilidad. Por lo menos así lo aseguraba el propio presidente electo, si bien su antecesor, y todavía presidente en funciones, Alan García,  presentía algún tipo de desaguisado, razón por la cual prefirió no asistir al evento de juramentación, sabia decisión.
A pesar de haber transcurrido poco menos de un mes del evento, existen algunas circunstancias vinculadas a las actividades del nuevo gobernante, que ameritan algún tipo de análisis a los fines de tratar de interpretar lo que eventualmente sería el camino que podría tomar este gobierno que apenas comienza.
El 28 de julio, por sí solo, es una fecha que produce cierto impacto cabalístico. Además de conmemorarse la independencia del Perú, y de ser la oportunidad fijada por la Constitución de la República para asumir la presidencia, curiosamente se celebra el cumpleaños de dos personalidades controversiales (las cuales en su oportunidad mantuvieron una estrecha relación), que de una u otra forma han marcado los destinos del actual mandatario peruano. Nos referimos a la fecha de nacimiento del presidente Hugo Chávez, de Venezuela, y del ex presidente Alberto Fujimori, del Perú. Aun existiendo esta curiosidad, el hecho al que nos queremos referir no se debe a la prodigalidad de cumpleaños, ni a la independencia del país, sino a la particular manera cómo el presidente Humala ha comenzado a gobernar, hecho que tarde o temprano podría repercutir en los destinos de su país.  Una de estas circunstancias se refiere a la juramentación al cargo de presidente de la República.
A diferencia de lo que tradicionalmente había venido sucediendo con los mandatarios anteriores, el nuevo gobernante, en ese momento solemne, decidió invocar la Constitución derogada de 1979, en vez de referirse a la vigente (1993).
No importaba que el propio mandatario hubiese sido electo en base a esta última Constitución, que a todas luces despreciaba. Tampoco que su vida como político hubiera estado amparada por los mandatos de esta Constitución, o que los derechos de sus hijos hubieran sido resguardados bajo la misma, e incluso que el sistema democrático de su país hubiera podido mantenerse bajo los principios, normas y valores de la Constitución que desdeñaba.  Para él era suficiente que la Carta Magna hubiese sido promulgada bajo instancias del para entonces presidente Alberto Fujimori, (a quien el presidente Ollanta, y su hermano Antauro intentaran derrocar el 29 de octubre de 2000) para que, per se, el instrumento jurídico careciera de validez. Ese mismo ejemplo de Humala, lo asumieron los demás funcionarios juramentados por el mandatario; y bajo estos mismos conceptos, unos más fanáticos que otros, se pronunciaron algunas autoridades representativas de las instituciones políticas del Estado.
El presidente del Tribunal Constitucional,  Carlos Mesía, por ejemplo, no encontró ningún inconveniente respecto a la juramentación del presidente. De acuerdo a su criterio, a pesar de la actitud del mandatario, se daba por entendido que el gobernante juraba por los mismos principios y valores establecidos en la Constitución actual. Para afianzar su posición, señalaba el Magistrado, (adelantando opinión respecto a una situación que muy posiblemente podría llegar a sus manos, de interponerse algún recurso jurisdiccional al respecto) que dicha Constitución, en su artículo 116, no establecía fórmulas obligatorias para jurar como presidente de la República.
Otros, como la primera vicepresidenta del Perú, la Sra. Marta Espinoza, y el segundo vicepresidente, Omar Chehade (juramentados por el propio presidente Humala, bajo similar formalidad) se enfrascaban en una confusa explicación en la cual, si bien pretendían restarle importancia al juramento, parecieran preparar el terreno para lo que sin duda alguna será la reforma constitucional por venir. Es cierto que en principio las opiniones de estos funcionarios, y del mismo presidente Humala, apuntan hacia una reforma que sería iniciada por el Congreso de la República, pero es evidente que produciéndose la misma a sugerencia del mandatario, dichas reformas contendrán los deseos presidenciales.
El tema del juramento en cuestión resulta interesante desde el punto de vista jurídico, y poco menos que infeliz, desde el punto de vista político. Esto último, por cuanto que si el nuevo mandatario quería comenzar su gestión en paz y concordia, lo menos que ha debido hacer es evitar causar resquemores desde el primer día de su mandato, más aún cuando casi la mitad de la población rechazó su propuesta electoral.
Es cierto que en la Constitución vigente no existe una fórmula sacramental para la juramentación, como si ocurre en la vigésima enmienda de la Constitución de los Estados Unidos. Recordemos, incluso, que debido al error cometido por parte del presidente Obama en el momento de repetir las palabras sacramentales, fue necesario días después, repetir dicha juramentación. Pero esta circunstancia, de no existir exactamente un rosario específico de palabras para ser repetidas por el presidente peruano, no le resta importancia a un acto, que como el de juramentación, le otorga eficacia al acto administrativo de proclamación dictado por la máxima autoridad electoral del Perú.
Admitir, (como automáticamente pretendieron hacerlo las personalidades aludidas), que lo importante era simple y llanamente jurar por aquello que considerara conveniente el Sr. presidente, haciendo referencia a una Constitución distinta (aún cuando en la práctica ambas Constituciones no fueran tan disímiles), nos llevaría a aceptar que el presidente Humala hubiera decidido jurar por la Constitución bolivariana, o por la ecuatoriana, o tal vez  hasta por la francesa, si éstas recogían, “a su juicio”, similares principios a los por él concebidos como respetables. Reconocer como válidas estas consideraciones permitiría incluso, que el día de mañana el presidente de turno, jurara por la Constitución de una compañía anónima, o por el Decreto de Guerra a Muerte del Libertador Simón Bolívar, simplemente porque a aquél le pareciera que los principios allí contenidos se asimilaban mejor con sus requisitos particulares.
Pero aún a despecho de la opinión del alto Magistrado judicial, valdría la pena hacer un recuento de lo que ha significado el acto de juramentación en  una República como la del Perú. Así tenemos que la primera Constitución del Perú, (1828), en su artículo 87°, establecía formalmente el contenido sacramental del referido juramento. En este sentido señalaba: “El Presidente y Vicepresidente, para ejercer su cargo, se presentarán al Congreso a prestar el juramento siguiente:   ”Yo, N.N. juro por Dios y estos Santos Evangelios que ejerceré fielmente el cargo de Presidente (o Vicepresidente) que me ha confiado la República: que protegeré la religión del Estado, conservaré la integridad e Independencia de la Nación, y guardaré y haré guardar exactamente su Constitución y leyes”.
Posteriormente, la Constitución de 1839 disponía, en su artículo 86°, el texto que había venido siendo usado hasta el presente (si bien se eliminó la mención específica de resguardar la religión católica). Esta circunstancia sería prácticamente repetida 14 años después (1853) en el Reglamento Interior de las Cámaras Legislativas, cuando el Congreso era bicameral.
Aún así, teniendo en consideración éstos antecedentes, el juramento formulado por el presidente Humala fue el siguiente: “Juro por la Patria que cumpliré fielmente el cargo de Presidente de la República que me ha confiado la Nación por el período presidencial 2011-2016; que defenderé la soberanía nacional, el orden constitucional, y la integridad física y moral de la República y sus instituciones democráticas, honrando el espíritu y los principios de la Constitución de 1979 (subrayado nuestro); que reconoceré y respetaré la libertad de culto y de expresión, y lucharé incansablemente por lograr la inclusión social de todos los peruanos, especialmente de los más pobres.”
La Constitución peruana vigente establece los lineamientos generales de lo que representa la investidura del presidente de la República. Señala: “De la  Función Pública: Artículo 39°. Todos los funcionarios y trabajadores públicos están al servicio de la Nación. El Presidente de la República tiene la más alta jerarquía en el servicio a la Nación y, en ese orden, los representantes al Congreso, ministros de Estado, miembros del Tribunal Constitucional y del Consejo de la Magistratura, los magistrados supremos, el Fiscal de la Nación y el Defensor del Pueblo, en igual categoría; y los representantes de organismos descentralizados y alcaldes, de acuerdo a ley”.
El Artículo 40° de dicha Constitución dispone: “La ley regula el ingreso a la carrera administrativa, y los derechos, deberes y responsabilidades de los servidores públicos”.
Esa “Ley” a la cual hace mención el documento fundamental peruano, no es otra que la “Ley de Funcionarios Públicos y Empleados de Confianza del Perú”, la cual en su Artículo 6º.- dispone: “De la clasificación: Los Funcionarios Públicos se clasifican en:
6.1.- Funcionario público de elección popular, directa y universal o confianza política originaria.- Es aquel elegido mediante elección popular y universal, conducida por el organismo del Estado autorizado para tal fin. El ingreso, permanencia y término de su función están regulados por la Constitución y las leyes de la materia.
Son funcionarios públicos de elección popular, directa y universal:
a) Presidente de la República.
b) Vice Presidentes de la República.
c) Congresistas de la República.
d) Presidentes y Consejeros Regionales.
e) Alcaldes y Regidores.
Igualmente el Artículo 8º.- de la mencionada Ley, señala: “Del nombramiento y designación en el cargo y su publicidad: Se adquiere la condición de funcionario público a partir del nombramiento para desempeñar actividades o funciones en nombre o al servicio del Estado. Sin embargo, sólo a partir de la toma de posesión podrán ejercerse las atribuciones que el cargo reconoce de acuerdo a las reglas contempladas en leyes especiales y las que disponga el reglamento de esta ley teniendo en cuenta el tipo de cargo que se desempeñe. Se requiere del juramento en los casos en que la ley lo establezca. Para el nombramiento se sigue la regla especial de la legislación que regula la participación del Poder Ejecutivo en el nombramiento de los funcionarios públicos. La notificación y publicación del nombramiento son requisitos necesarios para el ejercicio del cargo. El acto administrativo que nombra en el cargo a los funcionarios públicos rige a partir del día de su publicación en el Diario Oficial El Peruano”.
Por último,  las Disposiciones Finales, Transitorias y Complementarias de dicha Ley, establecen: “Segunda.- Responsabilidad por incumplimiento: El incumplimiento de las reglas contenidas en esta Ley origina responsabilidad administrativa a los funcionarios públicos y empleados de confianza y a quienes se encuentran en la obligación de cumplir estas reglas, sin perjuicio de la responsabilidad derivada de normas especiales”.
De lo antes expuesto se evidencia que el presidente de la República, efectivamente es un funcionario público, elegido por elección popular, directa y universal. Pero aún así, en el caso de Ollanta Humala, habiendo resultado ganador en las pasadas elecciones del 5 de junio, ese triunfo no era suficiente para iniciar su mandato, a cuyo efecto el presidente del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), semanas después de la oficialización de los resultados electorales totales por parte del organismo, procedió a proclamar al presidente electo, entregándole las credenciales que lo acreditaban como tal. No obstante, ese acto de proclamación por sí solo, para gozar de eficacia requería de la juramentación del gobernante,  y sólo a partir de ese momento, el jefe de Estado se encuentra en capacidad de iniciar su mandato.
Esa juramentación a la cual se le pretende restar importancia, tiene tal relevancia, que la tradición ha exigido el otorgamiento de un pergamino, que el propio presidente Humala firmó públicamente en pleno evento ante el Congreso de la República. Ese documento contiene no sólo el nombre del mandatario, sino “la fórmula de la juramentación usada por el nuevo gobernante”, así como la fecha de transmisión de mando. En estos términos, cualquiera que tenga acceso a dicho documento podrá verificar que el contenido del juramento allí transcrito, difiere del juramento verbalmente hecho público por el jefe de Estado ante el Congreso de su país.
Pero adicionalmente a las opiniones antes señaladas, existen dos declaraciones, que por los personajes involucrados, vale la pena mencionar. Uno de ellos es Antauro Humala, hermano del presidente de la República,  y quien cumple condena de 25 años de prisión  por haber participado en la toma de la comisaría policial de Andahuaylas, como parte de un intento de golpe de Estado en contra del para entonces presidente Alejandro Toledo, y que produjo como consecuencia la muerte de cuatro funcionarios.
Antauro, en la conocida revista “Caretas”, además de manifestar su certeza de que saldrá en libertad próximamente, hizo importantes revelaciones en relación con el significado de la juramentación realizada por su hermano, manifestando que éste “ha creado una coyuntura política constitucional que hace posible mi pronta liberación”; siguiendo más adelante: “Los que nos rebelamos por restituir la Constitución del 79, ahora somos precursores de este nuevo gobierno que ha jurado por esta Carta Magna. Ollanta ha reivindicado así las tres gestas militares dentro del estado genuino de derecho que estaba vigente en dicha Constitución. Me refiero a las insurgencias del general (Jaime) Salinas Sedó, de 1992, y a las dos de los hermanos Ollanta y Antauro Humala, en Locumba, el 2000, y en Andahuaylas, el 2005” (sic).
El otro personaje que ha opinado al respecto es el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien nuevamente interviene en la política del país andino afirmando que la Constitución de 1993, “no posee legitimidad”, así como reconociendo la actitud del presidente Humala al desechar la Constitución vigente en su juramentación, como “un gesto muy valiente”.
Adicionalmente a la controversia de la juramentación del nuevo mandatario, han surgido alrededor de su persona otros elementos que evidencian una serie de irregularidades imposibles de esconder.
La primera de ellas se refiere a la visita que el hermano menor del presidente Humala, Alexis, realizara a Rusia días antes de la juramentación de su hermano, y en donde dicho ciudadano se reunió con miembros del gobierno de ese país a fin de negociar acuerdos de turismo, pesca, gas y de armas para el Perú. Paradójicamente, la Comisión Disciplinaria del partido de gobierno, el Partido Nacionalista, procedió a suspender de militancia partidista, por 6 meses, al joven Alexis, “por haber viajado a Rusia sin autorización del partido, ni del Comité Ejecutivo Nacional”. A pesar de esto, en ningún caso se ha planteado- y el presidente se ha mantenido mudo- el fondo del asunto, como lo es la intervención de un hermano del presidente de la República, (cuyo mandato ni siquiera había comenzado), para gestionar a título personal, negocios en los cuales estaría comprometida la República y que por ende deben obedecer a una política concertada por los organismos competentes, y bajo los parámetros jurídicos correspondientes.
Adicionalmente a estas circunstancias, podemos apreciar cómo su hermano Antauro, además de ofrecer declaraciones como las anteriormente mencionadas, logra prodigiosamente la rebaja de la condena impuesta en su contra, de 25 años de prisión por el homicidio de cuatro funcionarios policiales por los hechos antes señalados, a 19, o 17 años de prisión. Para ello la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de Justicia del Perú ha decidido una disminución de la referida condena, en función de haber declarado “nula” la sentencia que condenó a Antauro por el delito de tenencia ilegal de armas, así como por “modificar” la calificación de homicidio calificado, inicialmente imputada al enjuiciado, por la de “homicidio simple”. En todo caso, la decisión definitiva, respecto a si la rebaja llevaría la pena a los 19 o a los 17 años de prisión, deberá ser tomada en las próximas semanas.
Pero aparte de la reprobable actitud asumida por los hermanos Humala entre sí, -bajo la mirada lánguida del presidente Ollanta-, la situación aumenta de volumen, al apreciar ciertas designaciones que ha venido haciendo el mandatario, las cuales dejan mucho qué desear respecto a esa atmósfera de honestidad y total transparencia con que en tantas ocasiones se había comprometido el estrenado mandatario.
Así, mientras se festejaba el nombramiento de los miembros del gabinete económico, como garantía de continuidad en la política económica y financiera del Estado, la sociedad, -e incluso la comunidad internacional-, pareciera estar en ascuas respecto al nombramiento de Ricardo Soberón, como presidente ejecutivo de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida).  Para los que desconocen el significado de esta responsabilidad, es necesario aclarar que ésta se asimila a la designación de un  “zar antidrogas”.
El caso de Soberón nos confirma el supuesto compromiso que el entonces candidato Humala (incluido en nuestro artículo “El Triángulo de las Bermudas de Ollanta Humala, runrun.es) habría adquirido con un sector de la agrupación terrorista “Sendero Luminoso”, quien amparada en su estrecha relación con autoridades de la vecina Bolivia, habrían contribuido económicamente con la candidatura presidencial de Humala, “a cambio de su compromiso de no erradicación de la hoja de coca”.  De ser cierta esta información contenida en ese artículo, no habría mejor candidato para cumplir con dicho acuerdo, que el propio Ricardo Soberón, conocido por su crítica a la erradicación de la hoja de coca, así como por su cercanía con las organizaciones cocaleras peruanas en los valles del Alto Huallaga, de los ríos Apurímac y Ene y en la cuenca de La Convención y Lares (Cusco), los cuales tradicionalmente se han opuesto a la erradicación de la coca, y  de las cuales ha fungido por años como asesor.
Por si esto fuera poco, resulta del conocimiento público la relación del flamante zar antidroga,  con el colectivo “Legaliza Perú”, encargado de facilitar asesoría legal a quienes resulten involucrados en asuntos en materia de drogas, y posesión de marihuana en particular. De igual forma, es un hecho público la relación existente entre el nuevo funcionario antidroga y el actual presidente de Bolivia, Evo Morales. De hecho en el año 1995, el hoy presidente de “Devida”, el actual presidente de Bolivia y Hugo Cubieses, éste último allegado igualmente al presidente Humala, y supuestamente a la organización “Sendero Luminoso”(ver artículo “Gana Perú, runrún.es), estuvieron detenidos por las autoridades bolivianas, en “Copacabana”, zona boliviana fronteriza con Perú, presuntamente por actividades subversivas. Estos tres personajes fueron recluidos en una base naval a orillas del lago Titicaca, para luego ser liberados y expulsados,  Soberón y Cubieses, hacia Perú.
Junto a esta designación, debemos mencionar el nombramiento del coronel, retirado, Adrián Villafuerte, como asesor personal en asuntos militares del presidente Humala. Tal y como referimos en nuestro artículo “Gana Perú”, Villafuerte durante el gobierno fujimorista se desempeñó como secretario del general Cesar Saucedo, uno de los hombres más cercanos al poderoso Vladimiro Montesinos.
Otra de las designaciones que llama la atención se refiere a la del coronel, en situación de retiro, Luis Pereyra Briceño, como Director Nacional de Defensa Civil (INDECI).  Para tener una idea del personaje, el coronel Pereyra  fue objeto de una formal denuncia en 2006 por parte de la Inspectoría General del Ejército, por la desaparición del expediente que se le seguía al actual presidente Ollanta Humala (conocido como el “capitán Carlos”) por la violación de derechos humanos durante su gestión como jefe de la base militar antiterrorista de “Madre Mía”.
Por si los casos anteriores resultaren insuficientes, hace pocos días los medios de comunicación del Perú sorprendieron a la población con la noticia de la escogencia de la economista Tania Lourdes Quispe, prima de la primera dama, Nadine, como Jefa de la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (SUNAT).
Los hechos aquí mencionados, han sido seleccionados dentro de una gama de circunstancias  que han venido rodeando al presidente Ollanta Humala, que de no atenderse a tiempo, podrían ocasionar un vuelco en la vida política, social y económica del Perú, país que a pesar de la necesidad de profundizar sus políticas para lograr una mejor distribución de la riqueza, ha sido ejemplo de un importante crecimiento económico.
Mientras el nuevo presidente se inicia con decisiones como las señaladas, reconociendo públicamente lo “difícil que resulta gobernar”, los partidos políticos y sus líderes, al igual que sucedió durante la campaña presidencial, andan en desbandada.   Es cierto que muchos otros gobiernos en la América Latina,  se han mantenido con mayor o menor estabilidad, bajo el amparo de mecanismos populistas parecidos al que pretende implantar el mandatario peruano, pero el caso del Perú representa un riesgo mucho mayor que aquellos, si recordamos que según todos los indicadores internacionales, Perú se ha convertido en el mayor productor de coca en el mundo.  Mientras la sociedad civil y las organizaciones políticas comienzan a estirar las piernas después de un largo descanso, organizaciones narco terroristas, como Sendero Luminoso, ya han practicado con largas vueltas de calentamiento.  Ojalá que la sociedad peruana organizada no se duerma, su pueblo no se los perdonaría.
virmar09@vzw.blackberry.net

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA

lunes, 1 de agosto de 2011

OSWALDO ÁLVAREZ PAZ: ATENCIÓN A PERÚ (DESDE EL PUENTE)


Ollanta Humala acaba de asumir la presidencia de Perú. Las expectativas son enormes, el pasado sigue pesando con relación a su liderazgo y la incertidumbre legítima  sobre las líneas maestras de la gestión que inicia es la actitud general dentro y fuera del país. Expectativa vigilante. Salvo algún problema de fondo vinculado al tema constitucional, el discurso inaugural fue aceptable, consecuente con la actitud asumida hacia el final de la campaña electoral. Las palabras y las acciones cumplidas desde entonces hablan a su favor. Muchas frases de uso compartido. Lugares comunes buenos como recursos coyunturales, pero ahora tendrá que respaldarlos con la acción diaria de un gobierno nada fácil.

Una de las principales obligaciones será despejar las válidas dudas y sospechas referidas a compromisos políticos anteriores y a eventual asociación con posiciones ideológicas fracasadas en muchos países, antes y ahora, más no definitivamente confrontadas con la realidad peruana. Ojala y Humala haya aprendido que al gobierno se llega para resolver problemas y no para defender ideologías. Mucho menos para satisfacer ambiciones diferidas de poder, personales o de grupo. Tampoco para pasar factura a quienes en el pasado fueron enemigos o adversarios, justificadamente o no. Esto es particularmente válido en el crucial momento que se vive en el área andina. La corresponde sustituir en la presidencia a Alan García II, bien valorado en su segundo mandato. Eficiente continuador de las políticas económicas y sociales de su antecesor y respetuoso de los derechos humanos. El nuevo Presidente no deberá olvidar que alrededor de la mitad del país será muy crítica frente a él y que, además, buena parte de quienes hicieron posible su elección estarán muy atentos para consolidar su apoyo o retomar la crítica cuestionadota de manera definitiva.

En el discurso de toma de posesión, Humala dijo que asumía con humildad. No soy nadie para dar consejos, pero quisiera recordar lo dicho en reciente conferencia, el politólogo venezolano Aníbal Romero al definir la humildad  como lo contrario del “… pecado de orgullo que consiste en cerrarse y experimentar un aprendizaje patológico, es decir, un aprendizaje que nos conduce a profundizar en los errores hasta que no haya marcha atrás”.

Ollanta Humala deberá luchar para consolidar la dignidad de la política, bastante deteriorada tanto en Perú como Venezuela y muchas partes del mundo. La mejor manera de lograrlo es manteniendo una radicalidad ética en su conducta diaria. No debe olvidar que el futuro se construye día a día, desde el presente. La política es la forma más excelsa de apostolado. Se viene a ella para servir y no para servirse. Honradez en lo personal y garantizar la seguridad personal, familiar y laboral de todos, será el mejor instrumento para garantizar la dignidad de los ciudadanos, medida por los alcances de la libertad y de la propiedad en todos los campos.

oalvarezpaz@gmail.com  Lunes, 1° de agosto de 2011

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA

sábado, 30 de julio de 2011

PEDRO BENÍTEZ: OLLANTA HUMALA YA COMENZÓ LA PELEA (CASO PERU)


Ayer alguien puede haber exclamado en el Perú: ¡empezamos mal!

A  las 11:05 de la mañana Ollanta Humala Tasso juró como nuevo presidente de la República del Perú. Pero no lo hizo sobre la Constitución vigente, la de Fujimori, 1993.

En la campaña electoral prometió no seguir los pasos de su mentor y amigo de 2006, el presidente venezolano, pero arrancó su gobierno de una forma muy parecida. Desafiando a las instituciones que le permitieron llegar al poder.

A los venezolanos la carrera y el ascenso de Humala nos recuerdan demasiado nuestro pasado reciente. Sus trajes cortados a la medida y su reciente discurso moderado, intentando amainar el recuerdo del pasado militar golpista y la inicial retórica radical antisistema, guardan una impresionante similitud con el desenlace electoral venezolano de 1998.

Pero hasta ahí las historias se parecen. A diferencia de la Venezuela de  1999, la dirigencia política, los sectores económicos, las clases medias y la opinión pública peruana esperan a Humala con las espadas en alto. Alentados por la experiencia venezolana, no se van a entregar mansamente.

A diferencia de la toma de posesión del presidente Chávez en febrero 1999, en la que ninguno de los presentes atinó siquiera a levantar su voz de protesta cuando (en medio del estupor y la consternación) no juró sobre la constitución que le permitió ser elegido, el día ayer los diputados fujimoristas reaccionaron con gritos y desde ese momento consideran espurio el acto de toma de mando.

No es algo menor. Barack Obama juró dos veces su cargo porque se confundió al repetir la formula.

A diferencia del presidente Rafael Caldera, que tuvo que soportar el desplante institucional de su  sucesor en el acto de juramentación, Alan García ni siquiera se presentó y mandó la banda presidencial con un  ministro.

La pelea empezó de una vez.

La experiencia venezolana, y sus sucedáneos, han alertado a todos los países de la región. Como en aquella taquillera película de mediados de los ochenta, en la que los protagonistas vuelven a  su futuro para cambiarlo, muchos peruanos ya han visto el suyo propio en el venezolano.

Evidentemente Humala  está buscando la excusa, la justificación, para  repetir el truco constituyente patentado en Venezuela por Chávez y Miquelena, y que ha sido repetido por Rafael Correa en Ecuador y Evo Morales en Bolivia.

El resultado en los tres casos fue el mismo: el nuevo presidente terminó por controlar  todas las instituciones del Estado, reelegirse (que era lo que buscaban en primera instancia) y luego intentar  ir por lo demás.

Como suele ocurrir con los pretextos,  si estos no existen se inventan.  El texto constitucional vigente en Perú es el de 1993, promulgado por el gobierno de Alberto Fujimori. El nuevo mandatario peruano hizo la promesa de ejercer su gobierno honrando los valores de la Constitución de 1979, con la que se reinauguró el proceso democrático luego del último gobierno militar.

Repitiendo la experiencia de Chile donde los gobiernos de la Concertación, inclinados a enfrentar los problemas económicos y sociales (y para ahorrarse complicaciones)  aceptaron pragmáticamente la Constitución de Pinochet, los políticos peruanos hicieron lo mismo con la de Fujimori. Una de las banderas de Humala es “corregir” esa “injusticia histórica”…mediante un proceso constituyente.

Lo que el Perú puede demostrar es que los líderes van hasta donde sus países están dispuestos a permitírselos.  Venezuela es un ejemplo de eso; aunque en nuestro caso la reacción tardó en llegar, y eso ha tenido su costo,  el maestro de Humala no ha avanzado más en su propósito de poder absoluto porque la sociedad no se lo ha permitido.

Veremos cuánto cambia el guión en el Perú.


 EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA

OLLANTA HUMALA ASUME EN MEDIO DE POLÉMICA EN PERÚ AL JURAR SOBRE UNA CONSTITUCIÓN DESFASADA

Ollanta Humala, un militar retirado de 49 años, se convirtió ayer en el nuevo presidente de Perú con el compromiso de “acabar con el lacerante rostro de la pobreza” y sorprendió al declarar que honrará el “espíritu” de una Constitución que no está vigente, lo que generó polémica, y fue abucheado.

LIMA (EFE, Reuters AFP). Ollanta Humala Tasso fue investido como nuevo presidente de Perú en un acto oficial, celebrado en la sede del Congreso, cargado de polémica, pues se juramentó por la Constitución de 1979, lo que provocó el abucheo de los congresistas fujimoristas del nuevo Parlamento.   


 “Juro por la patria que ejerceré fielmente el cargo de presidente de la República por el periodo 2011-2016”, dijo el flamante Mandatario, quien inmediatamente recibió la banda de parte de Abugattás.   

A continuación, el Mandatario generó la primera polémica de su mandato al señalar que honrará “el espíritu, los principios y los valores de la Constitución de 1979”, que es anterior a la Carta Magna de 1993 y que es la vigente en el Perú.   

El hecho motivó las protestas y abucheos de los legisladores fujimoristas, tras lo cual el presidente del Congreso, Daniel Abugattás tomó el juramento de los vicepresidentes Marisol Espinoza y Omar Chehade, quienes también invocaron la Constitución de 1979.   

Abugattás tuvo que pedir orden a los presentes, ante las demandas de los legisladores fujimoristas para que Humala y sus vicepresidentes juraran por la actual Constitución.   

Esa Constitución de 1979 es la que simboliza el regreso a la democracia en Perú después de una serie de dictaduras. La de 1993 en cambio fue promulgada por el presidente Alberto Fujimori, actualmente en prisión.   

Mientras tanto los dignatarios extranjeros veían con desconcierto este episodio de política local.   

“Provocación”

“Fue una provocación”, dijo tras la ceremonia el congresista Kenji Fujimori, hijo del ex mandatario.   

Igualmente, esa frase de Humala volvió a colocar sobre el tapete una propuesta de reforma de la Constitución, que lanzó al comienzo de su campaña y que poco a poco fue desapareciendo de su discurso.   

Aparte de ese hipo, el tono del discurso de Humala fue moderado. “Reconoceré y respetaré la libertad de culto y de expresión y lucharé incansablemente por lograr la inclusión social de todos los peruanos, especialmente de los más pobres”, enfatizó. También destacó su compromiso de “acabar con el lacerante rostro de la exclusión y de la pobreza y construyendo un Perú para todos”.   

Al hablar de economía anunció un alza inmediata de 12,5% del salario mínimo y otro 12,5% a comienzo de 2012, una promesa de campaña que de antemano había generado preocupación en las élites empresarias.   

Asistieron a la ceremonia las presidentas de Brasil y de Argentina, así como sus homólogos de Colombia, Ecuador, Bolivia, Chile y Uruguay. Estuvieron ausentes por motivos de salud los presidentes de Venezuela Hugo Chávez y de Paraguay Fernando Lugo.   

García rompió protocolo   

El nuevo mandatario reemplaza en el cargo al populista de derecha Alan García, quien no asistió a la ceremonia de posesión para evitar ser abucheado, según manifestó días atrás.   

García prefirió entregar la banda presidencial un poco más temprano al jefe de la Casa Militar en el patio del Palacio de Gobierno.   

El nuevo mandatario recibe un país de 28 millones de habitantes en pleno boom económico, que creció 8,8% en 2010 pero que tiene un tercio de su población en la pobreza.   

Su principal reto será entonces mantener la senda que permita mantener ese crecimiento –apuntalado por una vigorosa actividad minera– y al mismo tiempo ejecutar su plan de inclusión, una agenda pendiente de sus predecesores en un país donde, según la Defensoría del Pueblo, heredará 217 conflictos sociales, 139 activos.   

Como muestra de su compromiso, el primer gabinete ministerial, al que dio posesión este jueves, mezcla liberales en las áreas económicas y políticos de izquierda en áreas sociales.   

Humala se postuló primeramente en 2006 con un discurso radical de izquierda que caló en vastos sectores –especialmente entre los pobres del sur de Perú–, pero su cercanía con el presidente venezolano, Hugo Chávez, ahogó esa primera aspiración a la presidencia.   

En 2011 llegó con un mensaje más moderado, declarándose seguidor del modelo del ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, que mezcla una macroeconomía liberal con fuertes componentes sociales. Este discurso moderado prendió en la población y fue el que le dio la victoria.


EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA

domingo, 24 de julio de 2011

LA COYUNTURA POLÍTICA Y POSICIÓN DEL MNI FRENTE AL GOBIERNO DE GANA PERÚ (PROBLEMATICA DEL TRIUNFO DE OLLANTA HUMALA Y SUS CONSECUENCIAS)

1.    La victoria de  Ollanta Humala por la Lista de Gana Perú a la Presidencia de la República en  la segunda vuelta electoral, en el escenario internacional significa  el avance de la corriente progresista, nacionalista y de izquierda que recorre América Latina y el Caribe, es un duro golpe al eje pro-imperialista de los gobiernos de Colombia, Perú, Chile y México. Internamente son los derrotados de este proceso electoral  la ultraderecha con el gran empresariado afincado en diferentes sectores financieros, extractivos, comerciales y rentistas, y en los principales medios de comunicación de masas denominados “prensa fascistoide” por el escritor  Mario Vargas Llosa, los mismos que han acumulado fortuna con  la aplicación del modelo neoliberal en curso, quienes apostaron con todo por la candidatura de  PPK  en la primera vuelta y en la segunda vuelta electoral  respaldaron  a Keiko Fujimori; otro de los derrotados  es el Presidente García que gobernó al país continuando el camino de sus antecesores, con el entreguismo, centralismo, autoritarismo y corrupción característicos, al mismo tiempo que patrocinó a  candidaturas para que le cuiden las espaldas e impedir el triunfo de Gana Perú, igualmente el Partido Aprista que luego de este proceso electoral agrava su crisis interna, habiendo colocado en esta contienda electoral apenas   4 congresistas.  De otro lado el Fujimorismo es una fuerza política que si bien perdió las elecciones tiene una base social clientelizada y una representación parlamentaria que ocupa el segundo lugar  después de Gana Perú, lo que implica que será la principal  fuerza política de oposición al gobierno.

Movimiento Nueva Izquierda (MNI)
2.    La coalición ganadora en  la segunda vuelta transcendió  a Gana Perú permitiendo  el concurso de sectores de la derecha liberal como Perú Posible, Acción Popular, personalidades como Mario Vargas Llosa, ganador del Premio Nobel de Literatura 2010 y Alvaro Vargas Llosa, y desde la otra orilla el Movimiento Nueva Izquierda y otras organizaciones y movimientos sociales de prestigio en derechos humanos, juvenil, estudiantil, de género, ambientalistas, entre otros; consideramos  que fue una táctica necesaria de Gana Perú virar hacia el centro y abrir el abanico a sectores de la derecha liberal , permitiendo de este modo generar contradicciones internas en el campo del adversario para erosionar y derrotar al contendor, vale decir a la mafia fujimontesinista que pretendió  volver al gobierno con Keiko Fujimori la hija  del  dictador Alberto Fujimori. La población, para efectos del voto, tuvo que optar  entre dictadura  o democracia, así como entre corrupción u honestidad.
El triunfo de Gana Perú con Ollanta Humala es una victoria  popular con enormes expectativas para el pueblo y el país,  con posibilidades  para sentar las bases y procesar  cambios importantes en  la sociedad, alcanzar  bienestar, inclusión y  justicia social, siendo un triunfo histórico por ser la primera vez que se derrota en elecciones a las fuerzas de la ultra-derecha.

3.    Se  modifica el cuadro político nacional, de consecuencias aún impredecibles. Entramos a un escenario nuevo, complejo, de realineamiento y recomposición de fuerzas, que abre una posibilidad, una oportunidad, pero las perspectivas no están del todo claras ni definidas. Las fuerzas políticas y de clase están en movimiento y en redefinición. Así como es posible que se produzcan avances importantes, existe también el riesgo de retrocesos. El escenario abierto exige, examinarlo en todos sus aspectos y con la mayor objetividad, a fin de evitar, por un lado, triunfalismos cuando se alcanzan éxitos, aunque éstos fuesen parciales; de otro lado, actitudes pesimistas que confunden lo deseable con la realidad y pierden de vista potencialidades en desarrollo. Los resultados dependerán de que esta esperanza no se frustre, de la fuerza que adquiera el movimiento de masas y sus representaciones políticas, de la capacidad para seguir propinando nuevas derrotas a la derecha y al imperialismo, para dividir y aislar al bloque reaccionario y de ganar nuevas posiciones en los distintos escenarios de lucha: ideológica, programática, cultural, social, institucional, ético y moral, de mantener la iniciativa y evitar ser arrinconados en la defensiva o la pasividad.
Se ha ganado una batalla, pero no la guerra. Lo que viene es un escenario de lucha aún más dura y  complicada, en el que sigue presente la gran batalla entre cambio o continuismo, y donde la gran unidad para el gran cambio está más vigente que nunca. La derecha buscará reabsorber o neutralizar al nuevo gobierno; si no lo logra, polarizar. Gana Perú y el gobierno de Ollanta Humala se mueven en un terreno pantanoso, con una correlación de fuerzas insuficiente para producir los cambios que se necesitan en el Perú, que se apoya fundamentalmente en las expectativas de un amplio sector del pueblo, aún no articulado, ni organizado, ni claro en el rumbo a seguir, en el gobernante que entrará en funciones, presionado desde fuera por una derecha intolerante y conservadora, y desde dentro por sectores liberales y neoliberales que esperan “cambiar algo para que nada cambie” o cambie poco. Toledo se ha proclamado ejercer el papel de fiscalizador y “celoso guardián de la democracia”.

4.    La victoria alcanzada por Gana Perú, es consecuencia del apoyo recibido de un amplio bloque de fuerzas políticas y sociales, que van desde el nacionalismo y la izquierda socialista al liberalismo, incluso algunos neoliberales que tienen contradicciones y se oponen al fujimorismo. El MNI, ha jugado un rol  significativo en la campaña de la segunda vuelta, cuyo desempeño fue decisivo para lograr el objetivo propuesto. Con justa razón podemos decir que somos parte de la victoria. Valoramos y expresamos nuestro profundo reconocimiento a los dirigentes y militantes de los comités provinciales y distritales del MNI, por el denodado esfuerzo desplegado en la campaña, que ha permitido, además, insertarnos y ganarnos la confianza y aprecio de las masas populares que apuestan por el cambio, a lo largo y ancho del país.
Es también una conclusión valedera que no tuvimos la fuerza suficiente y necesaria para persuadir y forzar la anhelada unidad tanto el 2010 como el 2011. No fuimos capaces de aprender de la experiencia; de conocer la estrategia y táctica política del adversario y de nuestros amigos, a fin de evitar la negociación por partes, tampoco capaces de vencer vicios sectarios y hegemonistas de parte del PNP, así como actitudes desleales, gazmoñas y antisocialistas como la de Susana Villarán y el diplomático Rodríguez Cuadros.

5.    La derecha perdió las elecciones pero logró la victoria en el terreno ideológico y programático, No es la derecha perdedora quien ha hecho concesiones; es la representación del cambio quien ha reducido su plataforma, al mínimo, con el lema “crecimiento con inclusión social”, que corre el riesgo de convertirse en una nueva versión asistencialista en lugar de un proyecto transformador de la economía, el Estado y la sociedad.  El respaldo electoral que tuvo Keiko tampoco es de menospreciar, ni su base propia sustentada en sectores populares confundidos y clientelizados donde perdura el recuerdo del dictador. Si esto es explicable en el terreno político-electoral, no se puede perder de vista otro factor fundamental: la hegemonía ideológica y programática neoliberal, el peso que mantiene en la sociedad peruana, al punto de obligar a aceptar, al contrincante, en este caso Gana Perú, un plan de gobierno donde quedan fuera ideas vertebrales como las reformas estructurales, el cambio de modelo económico, el rol dirigente del Estado en lugar del mercado, la convocatoria a una Asamblea Constituyente para una nueva Carta Constitucional, la reforma tributaria, entre otros.
6.    Presionado desde la derecha neoliberal y las transnacionales, y maniatado desde dentro por los representantes del liberalismo, existe la posibilidad de que el gobierno de Ollanta Humala termine neutralizado, incluso copado; pero también la posibilidad de que rompa el cerco, avance y siente las bases de un verdadero cambio económico, político y social. Para ello es indispensable un contrapeso que sólo puede provenir del pueblo organizado, dispuesto a defender los aspectos positivos de la promesa electoral de Ollanta Humala, recuperar las ideas avanzadas del plan de gobierno inicial, unido en la diversidad de sus componentes en la lucha común contra el neoliberalismo. Pero aquí encontramos más debilidades que fortalezas. La debilidad de la estructura del PNP como organización política, la endeblez de las izquierdas incorporadas a Gana Perú, la dispersión del movimiento sindical y popular, las expectativas que desbordan la capacidad de respuesta y solución del gobierno, los efectos de la crisis financiera y económica que compromete al mundo capitalista, especialmente en Norteamérica y Europa. El apoyo que podamos prestar, con ser importante, no modifica por el momento, sustancialmente, este cuadro de conjunto. Entre las fortalezas pueden considerarse, la tendencia latinoamericana al progresismo y la marcha a la multipolaridad mundial,  mientras Estados Unidos encuentra dificultades para construir su bloque de influencia, que se debilita aún más con la victoria de Ollanta Humala; el alza de los precios de los productos de exportación; importantes sectores de la población (por lo menos un 32 por ciento) que aspiran a cambios de verdad y que muestran signos de estar dispuestas a luchar por ellos; el descrédito parcial del neoliberalismo, la crisis de los partidos de la derecha

7.    El gran cambio está por hacerse. Dependerá de la correlación de fuerzas que se construya y de la voluntad política de quien gobierna en el país. El fortalecimiento de la correlación de fuerzas a favor del cambio es una necesidad, pero también una posibilidad real. Esta es una de las grandes tareas a resolver. La segunda, desmontar el edificio teórico, ideológico y programático del neoliberalismo, que sigue siendo fuerte, sostenido en un claro dominio de importantes medios de comunicación y en el derrotismo de sectores de la izquierda y el progresismo que prefieren conciliar  que  confrontar. La batalla por la gran unidad para el gran cambio sigue siendo primordial, y debe ser el norte del accionar del MNI, concentrando el golpe en el neoliberalismo. Sentar las bases duraderas de una nueva correlación política, es, pues, esencial, y para alcanzarla la lucha con las masas, por la unidad, es tema central, pero una unidad para avanzar y no conciliar ni perdernos en los vericuetos de la burocracia estatal.

8. La posición del Movimiento Nueva Izquierda frente al nuevo gobierno se expresa en:
a)    Afirmar nuestro espacio político manteniendo nuestra independencia e identidad  política en torno a nuestras convicciones socialistas, siendo el método de unidad y lucha  dentro del  frente único.
b)    Apoyar  el Gobierno de Ollanta Humala, como gobierno del cambio y de las reformas  a favor del pueblo y de nuestro país; para efectos del cumplimiento del Plan de Gobierno mediante la conexión entre la “Hoja de Ruta” y   el Plan de Gobierno  original de los 10 puntos.
c)    Comprometernos en la lucha contra los planes desestabilizadores de la ultraderecha al gobierno de Ollanta Humala.
d)    Promover la unidad, fortalecerla, ampliar el radio de acción con  las fuerzas democráticas, progresistas  y de izquierda que representan el cambio, priorizando la relación con las organizaciones políticas y sociales con presencia real en las bases, tanto en los movimientos locales y regionales; a fin de construir un contrapeso real con capacidad de disputar la hegemonía a la derecha.
e)     Desplegar una lucha sin concesiones para desmontar el soporte ideológico, teórico y programático neoliberal al mismo tiempo de que se afirman los contenidos del cambio de rumbo para el Perú, asimismo la lucha sin cuartel contra la corrupción, la impunidad y todo indicio que se presente como más de lo mismo.
f)     Mantener vigente al Movimiento Nueva Izquierda, trabajar por los próximos plenarios nacionales, el IV congreso Nacional ordinario y dar la batalla política  por preservar su inscripción en el Jurado Nacional de Elecciones.

Lima, 9 de julio de 2011

COMITÉ EJECUTIVO NACIONAL DEL MNI
                             EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA

viernes, 17 de junio de 2011

ALBERTO BENEGAS LYNCH (H): ELECCIONES EN PERÚ (FUENTE CATO INSTITUTE)

Triunfó en las elecciones del pasado 5 de junio Ollanta Humala por tres puntos respecto a su rival, lo cual naturalmente incluye el voto de peruanos en el exterior, especialmente en Bolivia, Venezuela y Argentina debido a las numerosas comunidades que residen en estos países. Los resultados provisorios los fueron adelantando empresas como Datum con informaciones a boca de urna y más adelante la ONG Transparencia en base al conteo rápido. Finalmente fuentes oficiales confirmaron el triunfo del candidato de Gana Perú.

El congreso estará muy dividido de modo que el flamante presidente no podrá imponer sus ideas fácilmente sin concertar y acordar con otras fuerzas políticas ya que en el congreso unicameral contará aproximadamente con 47 de las 130 bancas disponibles. De todos modos, el mercado bursátil tuvo su “lunes negro” desplomándose en más de un 12% lo cual hizo que las operaciones cerraran anticipadamente, caída que en días sucesivos tendió a recuperar posiciones pero en medio de incertidumbres varias.

En la primera entrevista concedida desde la victoria electoral, entre otras cosas, Humala le dijo a Patricia Janiot de CNN en el programa “Frente a Frente” en la sección “Panorama Mundial” de esa emisora que se proponía reformular el rol subsidiario del Estado al efecto de que pueda participar activamente en inversiones, para acortar la brecha de las desigualdades económicas y que consideraría una nueva propuesta en el sistema de pensiones. Manifestó que las puertas estaban abiertas para que todos los que compartan su visión programática lo acompañen en la gestión y que deseaba estrechar vínculos con EE.UU. en su lucha contra el narcotráfico y que no comparte para nada el informe de ex mandatarios que sugieren ir liberando las drogas alucinógenas para usos no medicinales. También aseveró en los tramos más jugosos de la entrevista que no compartía con su padre el hecho de mezclar etnias en su lucha ideológica, por ello es que insistía en su visión nacionalista sin necesidad de introducir elementos religiosos ni raciales y, finalmente, dijo que no suscribía las posturas del gobierno del general Velasco “porque era una dictadura y nosotros asumimos con el voto popular”.

Ese mismo día, 7 de junio, Hugo Chávez en su reunión con Rafael Correa en Ecuador, frente a una pregunta de uno de sus subordinados en Telesur afirmó: “Saludamos este triunfo como el triunfo de un pueblo, el triunfo de Ollanta es la derrota de las burguesías enquistadas, tienen bancos, televisión y medios de comunicación. El Estado burgués, como decía Antonio Gramsci, cultiva la sumisión; como decía Fidel Castro, juega con los reflejos condicionados. Lo invitamos a Caracas y Rafael Correa a Ecuador, coincidimos con él en la nueva razón”.

En esta carrera electoral, Humala cambió las 197 páginas de un discurso radicalizado de izquierda por 5 páginas más bien enigmáticas y crípticas siguiendo los consejos de sus asesores de campaña en el sentido que debía moderar sus propuestas para resultar ganador en la nueva contienda por la presidencia. En este sentido se pronuncia Juan Paullier al decir que las marchas y contramarchas otorgan cierta “aura de misterio” a las propuestas.

Eduardo Bueno León desde México sostuvo que la polarización ha sido manipulada por los medios, tal como también afirma Verónica Insausti quien agrega que el candidato nacionalista ganó a pesar de la prensa. Desde Colombia, Mario Jaramillo celebraba el triunfo puesto que estima que cortará los vínculos con la política neoliberal. Félix Jiménez, profesor de la Pontificia Universidad Católica de Perú (de donde también es egresado en ciencias políticas el militar Humala) apunta que el nuevo presidente no modificará su programa por más que se haya visto forzado a moderar el lenguaje en esta última campaña.

Robert Koyak y Sophie Kevany en The Wall Street Journal escriben que  Humala al “crear un nuevo sistema público de pensiones en Perú podría terminar minando los fondos privados del país y prácticamente liquidando el elemento clave que explica el espectacular crecimiento del mercado de capitales peruano”. En el editorial de la BBC se consigna que este triunfo puede “elevar el control estatal sobre la economía” y “aumentar el gasto fiscal de manera insostenible”. Eduardo Juárez, analista de Juan Magot y Asociados, destaca la incertidumbre que ha generado el resultado de estas elecciones con lo que concuerda Luis Oganes, jefe de investigación económica de J. P. Morgan de New York. El sociólogo Carlos Reyna enfatiza la línea estatista de Humala y destaca la incapacidad de los neoliberales para gobernar, lo cual fue también señalado por Carmen Olaiza del Frente Socialista Peruano-Bolivariano. Fernando Buen Abad desde Buenos Aires dijo que ahora es el tiempo del ALBA y de UNASUR frente a los embates del imperialismo neoliberal.

Por otro lado, los ex ministros Fernando Rosipiglios que concluye que el triunfo de Humala constituye “una catástrofe”, el cauteloso Pedro Pablo Kuczynski se mostró muy preocupado por el resultado de esta segunda vuelta en los comicios peruanos y en el mismo sentido se expidió Rubén Vargas. Por su parte, Roger Noriega —ex asistente de la Secretaría de Estado estadounidense para Asuntos del Hemisferio Occidental y ahora en el American Enterprise Institute— denuncia que Chávez envió 12 millones de dólares para las campañas, vía Bolivia y a través de los agregados militares en la embajada venezolana en Lima.

El 9 del corriente mes de junio, el mismo día en el que Humala inició su viaje por Latinoamérica que culminaría el próximo 15, La Nación de Buenos Aires publicó un editorial sobre Perú en el que se lee que “existe temor por la eventual aparición de políticas estatistas, muy en boga últimamente en parte de la región que terminen dilapidando el esfuerzo de los últimos años” y agrega que “la probabilidad de que el nuevo presidente incremente el control estatal en los mercados, así como grupos de derechos humanos no olvidan que Humala ha sido acusado de haber pagado sobornos para no ser enjuiciado por presuntos abusos”.

La ex de la cartera de economía del mandatario en funciones, Mercedes Aráoz, recordó que Ollanta Humala “ofreció mucho” en su campaña y el presidente de la Bolsa de Comercio, Roberto Hoyle, refrescó el hecho de que en el equipo del candidato victorioso hay personas “radicales”. En realidad su equipo de “moderados” para la transición liderado por la vicepresidente Marisol Espinoza no dice ni significa nada. El nuevo presidente declaró a la agencia EFE que su ministro de economía será “independiente” pero “comprometido con el planteamiento de la gran transformación del país”. Y al periódico español ABC, el mandatario electo le aseguró —al contrario de lo que enfáticamente proponía hace solo unos meses— que “no se nacionalizarían empresas”, como si el manejo del flujo de fondos de las empresas requiriera su estatización para lograr el cometido del entrometimiento del Leviatán al mejor estilo fascista.

En entrevista publicada en El Comercio de Lima el 12 del corriente, Humala aseveró que indultará a Alberto Fujimori (de su condena a 25 años de reclusión) por razones de salud, ya que “nadie tiene porque morir en la cárcel”. El mismo día, en entrevista televisada por NTN24, Olinda Merzhal le efectuó un reportaje Raúl Wiener, periodista y crítico acérrimo del llamado  “neoliberalismo”, quien dijo conocerlo muy de cerca a Ollanta y se pronunció por un “cambio de estructuras productivas en Perú” y que el episodio de la Bolsa fue “resultado de especulaciones, especialmente de las empresas mineras” porque los empresarios quieren controlar al ministro de economía “para poder controlarlo todo”. También puso de manifiesto lo que a su juicio es la “gran habilidad de Ollanta” que consiste en mantener relaciones con Chávez conservando su propio perfil y quebrar el proyecto de Alan García respecto a la alianza peruana con Chile y Colombia, en lugar de apoyarse en el UNASUR. De todas maneras juzgó que Alan García “tal vez por el enorme tamaño que  ha adquirido, siempre cae bien parado” y que se dedicará a sabotear al gobierno que ahora asume en la esperanza de reaparecer nuevamente en 2016 en el timón. Concluyó diciendo que compartía la idea de indultarlo a Alberto Fujimori (preso por latrocinios varios y por reiterados abusos a los derechos de las personas) “como muestra de reconciliación” (¡nada menos!) y, entre risas, suscribió lo que dijo había leído en otro medio en cuanto a que “el peligro no es que Ollanta sea Chávez sino que sea Obama”.

Carlos Tapia, del partido ganador, se quejó por las presiones para que se deignen miembros del gabinete destacando que “Humala es el que ganó las elecciones y no los empresarios”. En una dirección parecida se pronunciaron los economistas Daniel Schydlowsky al pronosticar que habrá cambios en la tributación al sector minero y, por otro lado, Kurt Burneo que define la futura política como con “marcado énfasis” en los programas sociales. En cualquier caso, un termómetro revelador de la próxima gestión lo constituirán los nombramientos de segundas y terceras filas, más que el de los propios ministros eventualmente dirigidos a cubrir expectativas en este primer tramo.

Es cierto que en diversos niveles se han producido cambios en las mentalidades de ciertos políticos sea por oportunismo (sobre todo por esto) o por convicción, pero en este caso, leyendo entre líneas y, sobre todo, en las líneas, no parece que sea la situación. De cualquier modo, soy más propenso a creer en los cambios —nunca abruptos sino lentos y dolorosos— de los intelectuales que de los cazadores de votos. En el tema que ahora nos ocupa, mi opinión  personal es que la gestión que comenzará el 28 de julio revertirá lo poco bueno logrado en los últimos tiempos y será entre mala y pésima para los intereses de los peruanos, especialmente para los más necesitados que siempre son los principales perdedores cuando se alaba la tan mentada “redistribución de ingresos”, es decir, volver a distribuir por la fuerza lo que en el supermercado ya había realizado pacíficamente la gente, lo cual, a su turno, como queda dicho, al consumir capital, se reducen los salarios e ingresos en términos reales.

Ya han salido a declarar empresarios que piensan que acercarse al calor oficial es una buena receta. Tal es el caso de la cabeza de la Confederación Nacional de Industrias Empresariales Privadas (Conifiep), Humberto Speziani, en el sentido de que “no vamos a entrar en una confrontación con el gobierno” y que “vamos a seguir creciendo, pero con mayor inclusión social” como si antes hubieran retenido lo que no les pertenecía y como si las tasas de capitalización y la buena gestión empresaria en Perú y en todas partes del mundo no generaran los más potentes y sostenidos beneficios sociales.

En lugar de aplicar políticas liberales —el neoliberalismo es un invento y una fantasía que no se asimila a ningún pensador serio, más bien una etiqueta que caracteriza a ciertos aventureros que cometieron todo tipo de fechorías— y abandonar a los pseudoempresarios prebendarios en su hedionda cópula con el poder de turno con los indefectibles mercados cautivos, rechazar los insolentes manotazos del estropicio estatal en cuanto a gastos siempre crecientes, deudas asfixiantes y regulaciones absurdas y contraproducentes, en lugar de eso decimos, resulta que se propone regresar a políticas cavernarias en la práctica aconsejadas por nefastas instituciones como el Fondo Monetario Internacional y equivalentes que estrangulan las energías creadoras con el apoyo logístico de legislaciones laborales que explotan miserablemente a quienes desean trabajar en paz.

(*) Alberto Benegas Lynch (h) es académico asociado del Cato Institute y Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Argentina.

http://www.elcato.org/elecciones-en-peruEL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA