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domingo, 23 de agosto de 2015

RICHARD CASANOVA, Y USTED ¿POR QUÉ NO HIZO NADA?

Si algo muestra la vocación autoritaria del régimen es la represión dentro del PSUV ante el pensamiento crítico o la opinión libre, ni siquiera la duda es permitida y según el Teniente Cabello hasta "el guabineo es traición", en clara alusión a los militantes que se abstienen de opinar. 

En el PSUV el militarismo ha profundizado el centralismo y ha reducido la toma de decisiones a un cenáculo que poco interés muestra por la realidad local o regional. 

La opinión de las bases y de la dirigencia media no importa, las decisiones se toman desde Caracas en base a un supuesto interés superior que paradójicamente llaman "revolución". 

La paradoja está en un proceso que nace para empoderar al pueblo y abrir cauces a la participación, termina actuando como cualquier monarquía de la antigüedad. 

El Poder Popular se convierte en letra muerta, igual que los derechos políticos, sociales o económicos.  Al contrario, desde el poder se vulneran los más elementales derechos, se cometen atropellos y se exige a la militancia que en nombre de la revolución sea solidaria con las atrocidades y desmanes cometidos en un contexto de absoluta impunidad, pues la "justicia revolucionaria" está también sometida al mismo chantaje ideológico. 

Al final, no hay respeto por los derechos, no existe justicia social, ni solidaridad; valores fundamentales de la izquierda democrática que la "revolución" pisotea tergiversando la gesta heroica de nuestro Simón Bolívar.  Más allá del debate entre izquierda y derecha que naturalmente nos luce absurdo e intrascendente ante la dramática realidad social y económica, la reflexión tiene pertinencia y pese a la represión, hoy se produce en las bases del PSUV.

Construir una sociedad más justa y solidaria, exige un compromiso ciudadano, supone revelarse ante las injusticias y ser efectivamente solidarios. Cuando nuestro silencio avala las injusticias y el miedo nos convierte en cómplices de ellas, después pareciera tarde rectificar. 

A propósito, vale recordar aquella historia del premier Nikita Kruschchev cuando denunciaba ante el Congreso del Partido Comunista soviético (PCUS) las atrocidades de su antecesor Joseph Stalin. En pleno discurso fue interrumpido por un dirigente que se ocultaba en la audiencia: "Y usted que era miembro del equipo de Stalin ¿Por qué no hizo nada?".  Muy molesto y agresivo, Nikita se volteó inmediatamente y preguntó: ¿Quién dijo eso?   El auditorio enmudeció, se sentía un tenso clima de miedo, nadie se atrevió a abrir la boca.  Entonces Kruschchev respondió "Ahora ya saben por qué no dije nada". 

A mis amigos del PSUV -sobre todo dirigentes medios y de base que hoy sienten que no son parte de estas atrocidades- les decimos que nunca es tarde para rectificar y siempre hay oportunidad de construir esa Venezuela unida que todos anhelamos. 

No perdamos nunca la solidaridad, ni permitamos que desde el poder se silencie la voz de nuestra conciencia, jamás permitamos que se vulneren los derechos de los más débiles.  En este sentido, la alternativa de cambio no puede ser una simple sustitución de gobierno y ese es el desafío que hoy tenemos. Ahora más que nunca debemos reivindicar el valor de la ética en la política.

Richard Casanova
richcasanova@gmail.com
@richcasanova

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martes, 28 de octubre de 2014

NELSON ACOSTA ESPINOSA, AD Y EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI

Una cierta polémica se ha venido desarrollando en torno a la calificación que merece el régimen actual En este debate han participado un calificado grupo de articulistas y conocidos académicos. El eje central de la discusión ha sido dilucidar el carácter de este proceso, determinar si su orientación es marxista, fidelista, bolivariana, democrática, participativa, populista, bonapartista o una combinación de todas estas características.

En forma sucinta, mi hipótesis apunta a señalar que el "proceso" pudiera ser caracterizado como la expresión terminal y violenta de un particular arreglo político que pudiéramos denominar como petro democracia rentista. Ojo, La Gran Venezuela de Carlos Andrés Pérez y el socialismo del siglo XXI constituyen los puntos de partida y llegada de este petro arreglo político que ha caracterizado nuestra historia reciente. En este sentido, es bueno recalcarlo, aún estamos atrapados en esta lógica que definió el pasado siglo y que extiende hasta la actualidad. Oído al tambor, los predicadores golosos del electoralismo táctico, en especial los que hace vida en la MUD:

¿Cuál fue los el rasgo característico de esta configuración política? ¿Carlos Andrés y Hugo Rafael fueron expresiones del mismo dispositivo económico, político y, lo que es más importante, simbólico? ¿Estamos en presencia de la clausura de ese ciclo histórico? O, por el contrario, al igual que en el pasado reciente ¿se quiere cambiar para que todo permanezca igual? Veamos.

El común denominador que enlaza la Gran Venezuela con el socialismo del siglo XXI ha sido la necesidad de maximizar la renta petrolera para financiar el gasto público. Su rasgo definitorio ha sido la vocación distribucionista de estos ingresos a través de un sinnúmero de proyectos, programas o misiones diseñadas para asistir a la población y supuestamente elevar su calidad de vida. Programas carlosandresistas como la fabricación del carro popular, la fábrica de tractores, la planta de pulpa de papel, fortalecimiento de las industrias básicas, nacionalización del petróleo, desarrollo endógeno, mercadeo de productos agrícolas, corporaciones regionales de desarrollo, etc. en la actualidad han sido resucitados y, al igual que en la Gran Venezuela, constituyen la punta de lanza de una concepción del desarrollo que no ha podido dar respuesta apropiada a los graves problemas que confronta la población del país.

Sin embargo, bueno es resaltar, la existencia de un punto de quiebre entre estas dos Venezuela. Me refiero a la ruptura de la premisa sobre la cual se asentó el juego político democrático. Esta lógica pudiéramos denominarla como de la diferencia. Es decir, ella permitió la construcción de un espacio político donde los diversos rasgos que definían a los actores sociales eran reconocidos. Ser blanco, mestizo, oriental, llanero, católico, propietario, campesino, copeyano, magallanero, negro, alfabeta, caraquita, indio, iletrado, adeco, urbano, etc. constituían realidades valederas por sí mismas. En otras palabras, la democracia desarrollo un espacio en el cual la existencia real y simbólica de estas identidades fue reconocida y afirmada. Lográndose, así, arbitrar los antagonismos que generaban la coexistencia plural de estas discrepancias. Restituirla, significa salir al paso a la homogeneidad revolucionaria y no caer en la tentación polarizadora.

La referencia a Carlos Andrés Pérez y la comparación con Hugo Chávez tiene un propósito ilustrativo. Ambos presidentes pertenecen al mismo ciclo histórico. El segundo simboliza la clausura del dispositivo económico y político que inició el primero.

Lo nuevo, amigo lector, es el federalismo. Y Aquí coincido con "los gochos" debemos encaminarnos hacia el Estado Federal de poder descentralizado.

Sin lugar a dudas, la política es así.

Nelson Acosta
acostnelson@gmail.com
@nelsonacosta64

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domingo, 27 de julio de 2014

EDUARDO FERNÁNDEZ, EL CENTRALISMO, PROBLEMAS NACIONALES 3

En esta secuencia de artículos dedicados a los problemas nacionales quiero ahora abordar el problema del modelo político centralista que asumió Venezuela desde el inicio de su andadura como nación independiente

Es más, el modelo centralista hunde sus raíces en la tradición colonial y está presente en los debates políticos que acompañaron a la declaración de la Independencia en 1811.
Bolívar, en la Carta de Jamaica y en el Manifiesto de Cartagena, al examinar las causas de la caída de la Primera República, atribuye la principal responsabilidad al carácter federal que prevaleció en nuestro diseño constitucional originario. El Ejecutivo plural y la organización federal son, según el pensamiento de Bolívar, la causa del fracaso de la Primera República.
De allí seguramente se originan dos de nuestros más graves problemas: el presidencialismo y el centralismo.
La guerra federal en el siglo XIX se supone que se libró entre los partidarios de un modelo federal y los partidarios de un modelo centralista. Nada más alejado de la realidad. Es recordada la cínica frase de Antonio Leocadio Guzmán según la cual: “Nosotros dijimos federalismo porque ellos habían dicho centralismo”. Lo cierto es que la Guerra Federal se libró por causas muy diferentes a la lucha por el modelo de organización política.
Venezuela siempre se ha proclamado como un Estado federal y siempre ha sido un estado centralista. “Venezuela es un Estado federal en los términos consagrados por esta Constitución”, decía la Constitución de 1961, y al leer los demás artículos uno advertía que la organización federal brillaba por su ausencia y lo que prevalecía era un centralismo absoluto, reforzado por el rentismo petrolero.
En otro artículo decía la Constitución del 61 que los gobernadores serían elegidos por los ciudadanos en cada estado, pero agregaba: “Mientras se dicta la ley que reglamente esta disposición, los gobernadores serán designados por el Presidente de la República”. Y agregaba más todavía: “Para aprobar esta ley se requerirá una mayoría calificada”
Esa mayoría solo pudo asegurarse en 1989 cuando, sumados los votos de AD, Copei y otros partidos, por fin se dio ese primer paso en la dirección de descentralizar la vida política del país.
Seguiremos conversando.
Eduardo Fernandez
efernandez@ifedec.com
@efernandezve

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domingo, 6 de julio de 2014

MANUEL CORAO. "ESE 5 DE JULIO DE 1,811"


 “ Maldito el soldado que empuña su arma contra su propio pueblo”.Simón Bolívar.
Esta expresión del Libertador Simón Bolívar se mantiene vigente a través de los siglos y es el muro de contención para bárbaros y opresores. Al igual que en reiteradas intentonas de fuerza contra la democracia, en América esta semblanza ha sido esgrimida para ahuyentar a desalmados de las Pampas, Los Andes y el Caribe. Hoy apelamos de nuevo a su ejemplar y didáctico contenido.
Los venezolanos sufren una dictadura de un régimen con barniz democrático. Es ahora cuando toma pleno vigor como adalid el ideario del padre de la patria. El criollo rechazó el menosprecio y esclavizante trato recibido por sí y los suyos en migajas por cédulas reales.
La ira que despertó tal realidad lo llevó a un profundo cavilar en el Monte Sacro, Italia, para finalmente jurar no descansar hasta liberar a su pueblo del yugo español.
El acceso de los habitantes de la colonización a volúmenes impresos que enaltecían la libertad, la fraternidad y la igualdad plasmados en el contrato social de Jean Jacques Rousseau que inspiraron en buena parte la Revolución Francesa, causaron el mismo efecto en tierra tropical como en suelo galo.
Los sucesos del 19 de abril de 1810 marcaron una época de cambios que resultó mas allá de la designación de autoridades temporales en defensa de Fernando VII, depuesto rey de España por Napoleón Bonaparte.
Cuarenta y tres diputados de las provincias Caracas, Cumaná, Barinas, Margarita, Mérida, Barcelona y Trujillo se reúnen en Caracas en marzo de 1811 para regir al entonces real territorio de ultramar en nombre del monarca.
En el calor de la discusión la idea de independizarse esta colonia cobra tal fuerza que en pocos días solo el diputado de La Grita disentiría del arquetipo de libertad allí expuesto. Desde el inicio de las deliberaciones de la institución hay coincidencias entre diputados en declarar la liberación definitiva de la nobleza peninsular.
Quien con el tiempo fue el libertador de Venezuela, desde la sociedad patriota aúpa la emancipación. En su ánimo estaba presente el juramento hecho en la colina romana.
El 5 de julio, en encendido debate, Manuel Vicente Maya, representante por La Grita, exige lealtad hacia el nimbo hispánico. Los discursos contra cualquier sometimiento de Juan Germán Roscio, Francisco de Miranda y Francisco Javier Yánez sumados a la decisión de los representantes de las jurisdicciones que no están en manos de los españoles —Coro, Maracaibo y Guayana— acallan su reclamo.
El día seis anuncian oficialmente el resultado de la votación que declaró a la Capitanía General de Venezuela desvinculada de los ibéricos, por abrumadora mayoría.
La novedosa nacionalidad reorganiza el estado. La reunión deliberante de marzo de 1811 pasa a llamarse Federación Americana de Venezuela y la Junta Suprema del 19 de abril de 1810 poder ejecutivo. En las primeras decisiones adoptadas organizan un ejército para la defensa y designan a Valencia como la capital del régimen no monárquico.
Posteriormente redactan la primera Constitución. La iniciativa provincial queda plasmada para la historia en las siete estrellas de la bandera tricolor.
Dos tendencias destacan a la hora de dotar al país de un legajo guía; el centralismo y la federación. Venezuela se debatirá durante el siglo XIX entre ambas tendencias, como por igual el continente americano.
Para 1812 ante el avance de los hombres de Domingo Monteverde piden a Francisco de Miranda conducir la moribunda causa.
Bolívar, luego del terremoto de Caracas que diezmó a la población de la ciudad emigra con este contingente humano hacia el oriente huyendo de las huestes realistas que toman el centro de Venezuela para dar al traste con la primera republica, que surgió desde el 19 de abril de 1810 hasta el 25 de julio de 1812.
En marzo de 1813 inicia La Campaña Admirable desde el río Magdalena en La Nueva Granada. Luego de limpiar el curso de las aguas de hispánicos, traspasa Los Andes para dirigirse triunfante hacia el centro del país. Recibió entonces en Caracas el titulo inmortal de “El Libertador”.
Desde su “Delirio sobre el Chimborazo” en 1822 dota el demócrata líder de la tierra de Guaicaipuro a Hispanoamérica de civilistas leyes en defensa del derecho del hombre. Toca ahora a los ciudadanos evitar que tiren a la hoguera tales máximas los bucaneros caribeños y mandatarios tiránicos que acechan los territorios de libertad hasta el confin austral.
Manuel Corao
@manuelcorao@gmail.com
@manuelcorao

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martes, 10 de septiembre de 2013

NARCISO GUARAMATO PARRA, EL POPULISMO LATINOAMERICANO

El populismo es un movimiento político que utiliza al “pueblo” como fuente de inspiración y, por lo tanto se adjudica la representación de la mayoría de la población. Para muchos autores, la fuerza de los movimientos populistas deriva de amplias masas obreras o campesinas, excluidas socialmente por los gobiernos, de derecha o de izquierda.
Partido Políticos, como el caso de la Alianza Popular Revolucionaria Americana, (APRA) en Perú, Partido Revolucionario Institucional (PRI) en México y Acción Democrática (AD), y recientemente el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), son un claro ejemplo de su aplicación.
El Prof. Carlos Sabino nos señala: “…el mensaje populista trató de navegar entre dos aguas de los sistemas contrapuestos, elaborando fórmulas que, si bien no carecían casi siempre de un contenido preciso o aún d viabilidad práctica, resultaban impactantes y capaces de movilizar los sentimientos y energía latentes en amplios sectores de la población […] 
Los populismos latinoamericanos se opusieron al capitalismo existente con una fraselogía ardiente que apelaba al pueblo, a los «oprimidos», los «descamisados» y los trabajadores, contra los capitalistas, los terratenientes o los dueños de riqueza. De allí la verdadera raíz del término, la idea de el pueblo podía por fin llegar al poder derrotando a la oligarquía y al sistema conservador, y el tono izquierdista y encendido que en muchas ocasiones usaron sus líderes, coqueteando con el comunismo y llegando en ocasiones a establecer ciertas alianzas tácticas con él, aunque poniendo cuidado en diferenciarse siempre de la ortodoxia marxista-leninista”. (Sabino Carlos. 1999).
El populismo Latinoamericano pretendió ser una tercera vía, tomando de las dos corrientes básicas, lo que más le convenía: Un fuerte gobierno central con, con la economía de  mercado.
Los antecedentes se pueden ubicar en el populismo, denominado por la Dra. Nelly Arenas: “Viejo Populismo”, iniciado por dos poderosas personalidades: Getulio Vargas en Brasil y el Gral. Juan Domingo Perón en Argentina. Aunque está surgiendo un •nuevo  populismo, diferenciado con el anterior, en la aceptación pública de su carácter marxista-leninista. El Chavismo en Venezuela, y el gobierno de Evo Morales en Bolivia, son los ejemplos más gráficos de este nuevo populismo.
Un factor básico del populismo es el uso desmedido del sentido patriótico del pueblo, apelando a una simbología semi-religiosa en torno  a un caudillo y al nacionalismo.
En 1930 se dio una revolución cívico-militar en Brasil, de la cual surge Getulio Vargas como su principal líder. Con el calificativo de “Estado Novo” Vargas gobernó a lo largo de 15 años, apoyándose en los sindicatos, paro los cuales se formuló un nuevo código del trabajo. De la misma forma, Getulio Vargas promocionó organizaciones patronales, basándose en el corporativismo italiano de Mussolini. El Estado tenía el control de la economía, las empresas permanecen nominalmente independientes pero deben supeditar sus decisiones a lo que fijen los acuerdos generales que se hayan establecido con el gobierno. Con respecto al comercio exterior, se utilizó todo el conjunto de políticas que trajo la sustitución de importaciones: altas barreras arancelarias, prohibiciones, créditos baratos. Otro factor que no se puede dejar de indicar es la victoria lograda sobre la oligarquía terrateniente. Vargas destruyo el poder regional de estos, consolidando al poder central. En 1945 un golpe de Estado lo saca del poder. Aunque gana las elecciones de 1945 un nuevo levantamiento armado lo lleva a suicidarse tres años después.
Al sur del continente, en Argentina, un golpe de Estado en 1943, lleva al poder al Cnel. Juan Domingo Perón, el cual logró dar un contenido popular y de masas  a la política de injerencia estatal en todos los ámbitos de la vida nacional. Desarrollando el poder sindical. Su primera esposa “Evita”, fue una colaboradora importante en la penetración de la figura de Perón en el pueblo Argentino.
Perón gana las elecciones de 1946. Su gobierno (el primero) implementó una política de nacionalizaciones, y la retórica populista basada en la lucha de clases.  Perón es reelegido para un nuevo mandato, pero es derrocado por el ejército.
El Gral. Juan Domingo Perón retorna a la presidencia de Argentina a mediados de los setenta, y contra todos los pronósticos, el gobierno peronista gira hacia la derecha, ejecutando una depuración de su partido, pero fallece en el año 1974. Su segunda esposa, Isabel, le sucede en el gobierno.  
POPULISTAS LATINOAMERICANOS CONTEMPORANEOS

Si queremos de alguna manera esquematizar al populismo latinoamericano, podemos decir que sus principales características son:
•        Caudillista: Todo gira en torno a un líder mesiánico.
•        Antiimperialista, básicamente antiestadounidense.
•        La Reforma Agraria. El reparto equitativo de las tierras entre los que verdaderos hombres  mujeres que la trabajan, en detrimento de los hacendados y latifundistas, es la bandera fundamental del populismo.
•        La centralización del poder y por lo tanto de las decisiones político administrativas.
•        Los poderes públicos no son independientes.
•        Continuos déficits presupuestarios. La base de la Popularidad del caudillo consiste en las transferencias directas a los sectores con menores ingresos. Por lo tanto, los gobiernos populistas basan sus políticas en el gasto social. Generalmente estos déficits, son financiados mediante la contratación de préstamos con la banca comercial (nacional e internacional); la emisión de papeles (bonos), ya sea por parte del gobierno o del Banco Central.
El excesivo gasto público realizado sin los controles pertinentes, fomenta la corrupción.
•        Un sector industrial altamente protegido (aranceles, cuotas de importación, etc.) y básicamente de propiedad pública.
        Alta inflación.

guaramatoparra@gmai.com
@guaramatoparra

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viernes, 5 de julio de 2013

JOSÉ FÉLIX DÍAZ BERMÚDEZ, FEDERALISMO Y CENTRALISMO

La división político territorial de la Nación por mandato de la Constitución y por imperativo de nuestra historia republicana, tiene su base en el Municipio. La definición del mismo como: "la unidad política primaria de la organización nacional" que consagra el artículo 168 de la CN, es similar a la del año 1961. Se ordena, en la actual Carta Magna, la garantía de la autonomía municipal (art. 16), su carácter democrático (art. 169) y la participación ciudadana (art. 168), entre otras disposiciones, que se orientan en el principio del Federalismo Descentralizador, que limita al centralismo en todos los niveles para permitir la existencia de gobiernos locales interdependientes, colaboradores y corresponsables con los demás poderes del Estado, pero sin perder su autonomía, su significación y su carácter dentro del equilibrio institucional del país, como lo exige la Constitución y la Nación.

La República debe al Cabildo su primer acto de soberanía, de democracia y de independencia en nuestra historia. Los sucesos del 19 de Abril de 1810 y otros posteriores, dieron nacimiento a una República opuesta a cualquier forma de opresión, dominación o tiranía, fundada en la soberanía del pueblo, en la autonomía de las provincias, en la división de los poderes para salvaguardar las libertades ciudadanas, sin más límites que la razón y la ley justa en la sociedad. Se aspiraba alcanzar la felicidad de la Nación, el imperio del derecho y la armonía entre la sociedad y el gobierno, mandatario de aquella y que debía estar sujeto a su voluntad.

Estos y otros principios son constantes en nuestra ideología republicana, primero contra el absolutismo monárquico, después contra el centralismo, el abuso de poder, el autoritarismo, el militarismo, el caudillismo y demás desviaciones del orden social y político.

Por ello, el federalismo se expuso siempre como contrapeso al atropello centralista, representado en el Ejecutivo avasallador, amenazante y restrictivo de los demás poderes, que asumió muchas veces sin escrúpulos políticos modos de conducción personalista, dictatorial y hegemónica.

Varias de nuestras constituciones del siglo XIX, por sólo citar algunos casos, evidenciaron esa disputa entre el centralismo y el federalismo: la Constitución de 1830 se opuso al unitarismo que orientaba a las anteriores de los años 1819 y 1821, y les atribuyó a las asambleas parroquiales y a las diputaciones provinciales importantes competencias en materia de elección e influencia política. La Constitución de 1857, luego de 27 años de vigencia de la del año 1830, afirmó, por su parte, el centralismo, eliminando las ternas presentadas por las diputaciones provinciales para la escogencia de gobernadores dando facultad para designarlos al Poder Ejecutivo, aun cuando amplió las competencias municipales. De manera inmediata, la Constitución de 1858, de tendencia descentralizadora, dividió el Poder Público en Nacional y Municipal, comprendiendo en este último a las legislaturas y a las gobernaciones a nivel provincial, y, en lo local, a los concejos y a los jefes municipales en los cantones, todos elegidos popularmente.

Ezequiel Zamora, en los albores de la Guerra Federal, prometió que: "con Federación atenderá cada Estado sus necesidades y utilizará todos sus recursos..., el orden público dejará de ser un pretexto de tiranía, porque será la primera de las atribuciones  de cada gobierno particular...", igualmente que: "tendrán los pueblos magistrados de su elección exclusiva...". Al resultar victoriosa la federación, en la Carta Magna de 1864 el gobierno fue definido como federal, se reconoció la autonomía, la igualdad y la plenitud soberana de las entidades integrantes bajo el nombre de Estados Unidos de Venezuela, pero no contempló como lo hizo la de 1858, el Poder Municipal.

El carácter federal se mantuvo en las constituciones del siglo XX, destacando por su significación política las de los años 1936, 1947 y 1961, estas dos últimas de significativo origen, contenidos y vocación democrática.

En la práctica de los Estados y gobiernos democráticos modernos, en general, adquiere trascendencia el respeto a las instituciones, el equilibrio del poder, la limitación del presidencialismo,  la descentralización administrativa, la modernización del Estado, el desarrollo de los derechos políticos y ciudadanos. En los Estados y gobiernos autoritarios, en cambio, con federalismo o sin él, se vulneran las instituciones, se desnaturaliza el sentido del poder, se refuerza el centralismo, se desconoce la independencia y los derechos de entidades e individuos que se opongan a su voluntad.

El federalismo se hace necesario para asegurar la efectiva distribución del poder, la vigencia de la democracia, los derechos ciudadanos y la existencia misma de un gobierno libre.

Jfd599@gmail.com

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miércoles, 18 de enero de 2012

ELIDES J. ROJAS L: BARRERA ANTI TRAMPA ELECTORAL (SOBRE LA MARCHA)

Van 13 años y ya en camino del 14. En octubre habrá otro proceso electoral, esta vez clave para el futuro del país. El tema hoy no es quién ganará sino cómo evitar que el chavismo haga trampa y concrete una victoria vía fraude. No como la de las parlamentarias donde el fraude fue legal, pues simplemente cambió la ley delante de todo el mundo y listo. Hoy afirman al mundo que son mayoría en la Asamblea y es verdad, pero todo el mundo sabe, incluso ellos mismos, que esas elecciones las perdieron.

La fama la tienen. Salvo la primera elección que gana Chávez con una autoridad electoral supuestamente en contra del militarismo ya anunciado vía golpes de Estado, todas las demás han estado bajo el manto de la trampa, el ventajismo, el abuso de poder, los militares molestando, la propaganda ilegal, el CNE obstruyendo y acomodando zonas y registros y, lo que es peor, muy poca transparencia a la hora de los conteos y a la hora de los anuncios. Prácticamente cuando Chávez da el permiso a las 3 o 4 de la madrugada es cuando el CNE se atreve a oficializar resultados. Todo eso deja un sabor a trampa que además va muy acorde con el chavismo que para quienes no lo sepan no hace nada claro nunca, todo es oscuro y sin posibilidades de saber la verdad jamás.

PODERES CENTRALIZADOS
Como aquí se debaten cosas que tienen que ver con alta política, política rastrera, técnica electoral y hasta Derecho Electoral, y varios de esos aspectos están bajo total control del régimen no vamos a perder tiempo en eso. Por ejemplo una impugnación que desfavorezca al chavismo pasará por todas las instancias administrativas y judiciales y se perderá. De eso no hay duda. Esos poderes tienen dueño. Otra. Un cambio de ley para manejar nuevas áreas o nuevas formas de distribución del poder, no hay manera de impugnarla ni anularla. Eso está en territorio del régimen. Así que si esto se entendió, pasemos a lo que sí es posible manejar y controlar: las elecciones propiamente dichas, el acto individual del votante. El proceso antes, durante y después. No en materia de abusos de Chávez o leyes. Se trata de meterse de verdad a cuidar los votos. No como hasta ahora, cuando en la mayoría de las elecciones más de un 20% de las mesas ha estado en manos de los chavistas solos y sin miedo. En sus manos para meter todos los votos que aguante el cuaderno electoral de la mesa. Y así lo han hecho.

Las elecciones se pueden ganar. Políticamente Chávez es otro y está perdiendo. Pero en su apoderamiento del Estado está más fuerte que nunca. Así que lo que queda es evitar que la trampa haga efecto y anular el fraude. Para eso varios expertos en materia electoral nacional, tal y como está ahora, nos explican qué se debe hacer. O más directamente qué debe hacer la oposición, la alternativa democrática y muy especialmente, la gente. Esto depende de los ciudadanos y de los partidos. Casi en igualdad de responsabilidades.

Más allá de los partidos, el resultado final dependerá de la gente, de la sociedad, del verdadero interés por hacer valer el voto. Eso no excluye la responsabilidad de los partidos, pero los partidos son gente al fin y al cabo.

Para los expertos en materia electoral vinculados a la oposición la trampa chavista está pillada desde hace tiempo y es necesario blindar realmente todos los aspectos del proceso de cara a las elecciones venideras. Vamos a hacer un resumen del análisis realizado por expertos con miras a trabajar para octubre de este año.

PRIMERO. TRAMPAS RELACIONADAS CON EL ACTO DE VOTACIÓN Y CON EL CONTEO.

Cambios de votos realizados en la propia máquina, cambios de votos sin la máquina, agregar votos a la máquina, establecer cantidades máximas de votos en las máquinas.

Estas cuatro opciones de trampa dependen para su éxito de que la oposición no tenga representantes en las mesas que puedan participar directamente en los escrutinios, certificar el conteo, firmar las actas, intervenir en la auditoría de cierre y en la verificación de los votantes y de los programas informáticos. Está claro que si la oposición deja mesas o centros sin vigilancia y control por ahí el chavismo meterá los votos que quiera sin más límite que el cuaderno de votación de la propia mesa.

SEGUNDO. TRAMPAS A LA HORA DE CONTAR

Meter votos en la transmisión, cambiar votos a la hora de totalizar, meter votos desde máquinas no existentes en la mesa, dejar mesas donde ha perdido el chavismo sin totalizar.

Todas estas trampas van a depender de que la gente comprometida con la MUD participe directamente en las auditorías de programas de totalización y transmisión de datos. También en la elaboración de certificación de las actas de escrutinio. Otra vez la presencia de los testigos electorales y miembros de mesa de la oposición son determinantes. Otra vez, si el chavismo está solo en la mesa hará lo que le salga del paltó.

TERCERO. MOVILIZACIÓN DE VOTANTES EL PROPIO DÍA DEL PROCESO.

El chavismo, efectivamente, puede llevar el control de los votantes vía captahuellas. Si nota que su gente no ha votado es cuando se produce aquello de la prórroga o de las operaciones de búsqueda de última hora de chavistas encuevados. Los testigos, una vez más, son la clave para evitar votos chimbos. Donde no haya captahuellas esta operación chavista, en principio, no es posible. Al menos no es tan fácil.

CUARTO. TRAMPA CHAVISTA VÍA INHABILITACIONES

Las inhabilitaciones son las reinas de esta trampa. Se conocen antes, pero no hay instancia posible administrativa o judicial donde se pueda obtener una decisión justa. Este sucio recurso, típico de regímenes tipo Irán es usado hasta el cansancio por el chavismo. Solo la vigilancia internacional y un poquito de pena de Chávez pudieran detener estas acciones abusivas e inconstitucionales.

QUINTO. EL CHAVISMO PRESIONA Y AMENAZA AL VOTANTE

Se ataca el secreto del voto. Se amedrenta, afirman que saben por quién se vota, se acompaña a los votantes hasta las mesas, se acompaña al votante incluso para votar. Intimidación del elector y retraso injustificable a la hora de instalar y abrir la mesa. En algunas ocasiones hasta causan daños a los equipos para instalar tarde.

Una vez más la presencia de testigos de oposición es la clave, aunque la defensa del secreto del voto es insustituible. Para amedrentar, el chavismo llega al extremo de usar hasta motorizados para intimidar a los votantes en centros competidos entre oposición y chavismo. Se debe hacer respetar la normativa y las leyes. No debe haber presencia diferente a la autorizada en los centros de votación. Una mesa con presencia de oposición no permitirá que se instale tarde, salvo por motivos reales de fuerza mayor.

SEXTO. TRAMPA CHAVISTA DURANTE LA CAMPAÑA O PREVIA A LA ELECCIÓN.

Usan el ventajismo y todo el poder del Estado. No hay manera de que cumplas las leyes, reglamentos ni normas. Es decir, hacen lo que les da la gana. Retrasan con toda intención la entrega de credenciales, obstaculizan la incorporación de testigos de oposición, compran o amenazan a testigos contrarios al chavismo.

Todo muy frecuente en las prácticas del chavismo en elecciones. Hay que afinar la intervención de fiscales y autoridades para detener los abusos, usar los canales administrativos y judiciales, recurrir a la observación internacional. No dejar pasar un solo abuso en materia de propaganda oficial: demandar y denunciar, crear expedientes en tribunales o ámbitos administrativos que sustenten futuras acciones internacionales. Dinamizar intervención a tiempo de los partidos y de comisiones creadas a propósito de anteriores experiencias. Proteger a los testigos o miembros de mesa amenazados o amedrentados.

SEPTIMO. LA TRAMPA EN EL REGISTRO ELECTORAL.

Varias opciones de trampa y fraude se presentan en el RE. Votantes fantasmas, votantes que no existen, gente con varias cédulas, extranjeros cedulados sin derecho al documento de identidad, votantes que desaparecieron del registro, electores que han sido mudados a otros centros de votación y hasta otras ciudades o establecer obstáculos para los electores que viven en el extranjero. La última versión de esta trampa es eliminar el consulado, como hizo Chávez valientemente con el de Miami.

¿Cómo parar el fraude en esta materia? Implementar sistemas de comunicación que le permitan a los ciudadanos chequearse en el site del CNE con mucha frecuencia antes de las elecciones para determinar si los magos del Poder Electoral lo cambiaron de centro de votación. Chequearse semanalmente, dicen. Establecer sistemas de identificación modernos, biométricos. La famosa auditoría al RE, a los cuadernos de votación, a la calidad de la tinta. Facilitar el Registro Electoral a todas las organizaciones con capacidad para cooperar en las auditorías y revisiones. Fiscalización del sistema de cedulación, necesarios testigos a la hora de los procesos de registro de nuevos votantes, regular con seriedad y transparencia el proceso de registro de votantes en el exterior, ofrecer garantías a los votantes en cuanto a confiabilidad del proceso.

Y, otra vez, lo más importante. Partido con testigos y miembros de mesa en todos los centros de votación, en todas las mesas, si tiene los votos no pierde. No es posible el fraude. Ni siquiera con un RE puyao o un sistema de transmisión electrónico de votos falsos. Acta mata votos. Y especialmente un acta bien hecha y refrendada. Y eso no ha variado ni variará. La auditoría posterior determina la veracidad de un conteo, pero si la mesa está desierta y solo el chavismo está presente, olvídese. Si le dejan dos o tres votos la oposición irá bien. Eso explica muchos de los casos de 100% de votos a favor de Chávez. Y este aspecto no es materia exclusiva de partidos políticos, grupos o mesas de unidad. Es de todo el mundo que quiera un cambio en el país. Es de todo el mundo que no esté de acuerdo con la maquina destructora del chavismo.

OCTAVO. LA VIVEZA CON LAS JUNTAS Y MIEMBROS DE MESAS.

¿Cómo trabaja el chavismo para ganar ventajas y votos en el área de juntas y mesas electorales? Instala programas amañados y realiza sorteos irregulares para seleccionar miembros del equipo rojo. No entrega las notificaciones a las personas seleccionadas cuando ha verificado en las listas Tascón y Maisanta (las mismas que Chávez dice que no existen) si la persona es de oposición. No capacita bien al miembro de oposición o simplemente lo ubica en centros de capacitación de muy difícil acceso. Cerro arriba por ejemplo. A otros chavistas no sorteados les otorga acreditaciones generales para que estén al pie del cañón al momento de abrir la mesa y así aprovechar la segura ausencia del opositor. Incorpora como testigos solo a chavistas independientemente del resultado de los sorteos y, además, se asegura que ocupen la posición de presidente de mesa. También a punta de amenazas y compras producen abandonos de testigos de oposición en las mesas.

¿Cómo atacar estas tácticas fraudulentas? Implica un fuerte trabajo para los partidos políticos básicamente, pues estos procesos se dan casi todos antes de las elecciones. Aquí la participación de la gente, del voluntariado es clave en los días previos a los comicios y durante el propio día, pero el peso del control y vigilancia es de la militancia. Todo esto pasa por auditorías de sistema, chequeos de códigos fuentes, entrega de la data a los seleccionados, mucha información sobre sorteados y participantes, notificaciones obligadas y públicas en el site del CNE, asegurar con tiempo credenciales y certificados, garantizar los procesos de adiestramiento.

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jueves, 5 de enero de 2012

PEDRO AGUILAR: LOS MITOS INSTITUCIONALES DEL POPULISMO LATINOAMERICANO (DESDE COSTA RICA)

Tras soportar las consecuencias del colapso económico y la descomposición social, originadas por las irresponsables políticas populistas de los años ochenta, y, tras pasar sin pena ni gloria los años noventa en medio de reformas liberales inconclusas, América Latina buscó poner la casa en orden en años recientes, y ahora, mira con esperanza el inicio de la segunda década del siglo XX, en lo que los especialistas han vaticinado puede ser “la gran década” para la región.
Sin embargo, existen una serie de condicionantes y trampas que es oportuno identificar. Impulsadas por demagogos ideológicos hambrientos de poder, están en peligro las oportunidades de crecimiento económico, estabilidad social y eficacia política. Hoy, como en aquellos años ochenta, los impostores han regresado por una nueva estafa; algunos son viejos conocidos y otros malos por conocer.
Ejercer una denuncia responsable es un deber como ciudadano, pues estas élites representan la mayor amenaza para nuestro sistema democrático, de eso que ellos mismos han denominado “populismo latinoamericano”.
La inteligente manera de llevar sus pintorescos mensajes a las masas, la tiranía disfrazada de promiscua benevolencia y la carencia de información de parte de la sociedad, hacen un llamado para desnudar al gran impostor frente a la verdad y la justicia, en pro de la preservación de los valores democráticos y con el fin único de buscar las alternativas que permitan de la manera más pronta, alcanzar el bienestar social y económico en sociedades con libertad, oportunidades y gobernanza entre quienes las conforman.
Por ello, he intentado desmenuzar algunos de los grandes mitos que vulgarmente los populistas latinoamericanos pretenden seguir promoviendo en sus campañas políticas, que imponen a los medios de comunicación cuando llegan al poder, y que, más que mitos, representan la praxis opuesta de sus políticas al hacerse de la bandera y los actos oficiales.
Propongo tres mitos, no son los únicos, tampoco los primeros ni los últimos, pero encierran tres de las principales falacias en el orden económico, político y cultural, que forman ese triunvirato de conspiración y engaño, hecho patraña populista cuando llega al poder.
MITO I: ECONOMÍAS CENTRALIZADAS TRAERÁN CRECIMIENTO ECONÓMICO
 “En efecto, ¿quién hace la riqueza? ¿Es la riqueza obra del gobierno? ¿Se decreta la riqueza? El gobierno tiene el poder de estorbar o ayudar a su producción, pero no es obra suya la creación de la riqueza” - Juan Bautista Alberdi
Dentro del árbol genealógico intelectual de cualquier caudillo populista, existe la creencia, de que, es a través del proteccionismo de las industrias nacionales y la nacionalización de las principales instituciones, la mejor manera de preservar los intereses de la sociedad. Imponer un Estado Empresario, sintonizar la burocracia como modelo de negocio y otorgar subsidios a los grupos clientelistas, forman parte de la estrategia económica de estos gobiernos, a los que no les parece importar el deterioro económico permanente al que van desenfrenadas sus economías.
Y es que, como parte de los vicios de los demagogos populistas, se encuentra una necesidad por nacionalizar cuanto recurso se les aparece en el espectro económico, sin medir los costos monetarios y no monetarios de sus decisiones, y , olvidando que la primera necesidad de los países latinoamericanos es atraer inversiones, generar valor agregado y esto solo puede lograrse con garantías claras y condiciones amigables para la inversión extranjera, las multinacionales y el pequeño y mediano empresario nacional.
Dependiendo de la industria, las medidas autoritarias que atentan contra las libertades económicas varía; desde el control de precios para mantener cuotas de producción y consumo, hasta la expropiación de tierras y capital de empresarios que han logrado establecer actividades comerciales en los países, generando fuentes de empleo y transferencia de capital tecnológico y conocimiento. En economías enlazadas de forma cada vez más progresiva, a través de las tecnologías de la información y los adelantos científicos, resulta más fácil para los pequeños competidores aprovecharse de las ventajas del intercambio comercial. Pero, sin las condiciones estructurales y la estabilidad política necesaria, las oportunidades terminan en utopías.
Han sido muchos los países que inicialmente no contaban con la mayor cantidad de recursos naturales, mano de obra calificada, y mas bien, tenían índices socioeconómicos alarmantes, pero que bastó un compromiso político firme y honesto para darle a la comunidad internacional señales de confianza de que existían proyectos políticos serios, en pro de la movilidad de capitales y de la atracción de inversiones, como forma de fomentar la investigación y el desarrollo y para establecer en una sociedad emprendedora el secreto del desarrollo. El caso de los tigres asiáticos y los países de Europa del este que vivieron por décadas en el oscurantismo soviético, son buenas lecciones de cómo crecer responsablemente y lograr bienestar para la sociedad.
Los gobiernos, más que establecer políticas de personalistas, debe enfocarlas como políticas de Estado, entendiendo que es a través de la apertura y el provecho a las ventajas comparativas, la mejor forma de sacarle ventaja al mercado. El experimento del Estado Empresario está comprobado como experimento fallido y resulta grotesco que algunas cabezas calientas pretendan imponerlo de nuevo, cuando hay conciencia de las externalidades negativas y el costo de subdesarrollo de décadas que la sociedad presente y muy futura acabaría pagando con resignación. Que no se repita la historia.
MITO II: UN ÚNICO PODER ES MÁS EFICAZ
 “El principio de que el fin justifica los medios se considera en la ética individualista como la negación de toda moral social. En la ética colectivista se convierte necesariamente en la norma suprema; no hay, literalmente, nada que el colectivista consecuente no tenga que estar dispuesto a hacer si sirve «al bien del conjunto», porque el «bien del conjunto» es el único criterio, para él, de lo que debe hacerse” - Friedrich Hayek
Una de las principales discusiones al analizar cómo lograr Estados más eficientes, que permitan una gobernanza efectiva dentro del sistema democrático, está relacionada con las ganas de encontrar mecanismos que agilicen el ejercicio de la función pública.
Para algunos, otro de los aspectos importantes dentro de lo que ahora se llama democracia real participativa, está relacionada con la incorporación de las diferentes élites en la construcción de los Estados. Así, las minorías proponen sus agendas y a las mayorías se les integra un proceso de reingeniería cultural, que con mayor o menor lentitud, se termina incorporando a la cotidianidad, a veces disfrazada de compartimiento, y en otras, de tolerancia.
Para otros, es esta petitoria de ejercer un contrapeso de poderes, lo que ha provocado aparatos Estatales clientelistas, predispuestos al mejor postor, y que por lo tanto, siempre será un juego de suma cero, donde el gran capital se impone, sin importar si se habla de minorías, de Estado de Derecho o de convivencia democrática.
Es este último el vil mercadeo político de los populistas latinoamericanos. Han manipulado sus mensajes con el afán de promover la concentración del poder en el caudillo y sus secuaces. Así, comienzan a imponer la creencia, de que, las urgentes reformas estructurales de los países llegarán solo a través de amañadas Asambleas Constituyentes, decretos hegemónicos e indivisibilidad en el poder. Lo anterior, da paso a nombramientos a conveniencia, imposibilidad de fiscalizar y crear mecanismos de rendición de cuentas, transparencia y mucho menos cumplimiento del Estado de Derecho que a partir de este momento desaparece de forma automática.
Está en una mayor coordinación institucional, la manera para fomentar un Estado más ágil, donde las acciones de gobierno se sincronicen entre sus diferentes representantes e incorporen al sector privado, en un proceso de concertación de intereses, pero siempre, bajo el respeto de la seguridad jurídica, la independencia del poder Judicial y la representatividad del poder legislativo, de manera que se respete el Estado de Derecho como forma de preservar la sana convivencia democrática.
MITO III: LA GLOBALIZACIÓN ES PARA LOS RICOS
 “El lenguaje político…está diseñado para lograr que las mentiras parezcan verdades y el asesino respetable, y para dar una apariencia de solidez al mero viento” - George Orwell
El populista latinoamericano entiende bien que la sociedad latinoamericana es susceptible al sentimentalismo político, a esa retórica exacerbada que le abre sus puertas al nacionalismo. Es la necesidad de encontrar culpables al subdesarrollo, es el furor que quema su pintoresco espectro ideológico y la convierte en demonio de infinitas caras, capaz de presentarse a las elecciones democráticas, interrumpir con la estabilidad del sistema y alzarse con el poder.
Ya ha pasado la época de las revoluciones y las guerrillas, la era de los combates asimétricos, los trajes camuflados y las intervenciones terroristas de asaltos a ministerios y atentados contra estatuas o espectáculos públicos. Ha sido otra de las lecciones aprendidas; ahora, los populistas intentan llegar al poder a través de las elecciones libres, donde a excepción del régimen totalitario cubano, ya hay democracia en todos los países de la región.
Sin embargo, aunque se han resignado a aceptar las urnas como juez con veredicto, hacen uso de una domesticación barata contra una sociedad plasmada en desesperanza y desconcierto. Un pueblo desinformado, carece de razón, y sin ésta, puede ser capaz de cualquier disparate.
Así, han sido muchos los populistas que recientemente han llegado a los gobiernos de los países latinoamericanos. Una vez instalados en el sillón presidencial, comienza el mayor proceso de desbaratamiento institucional del marco establecido.
Los alarmantes niveles de pobreza y la mendicidad de los indicadores económicos necesitan algún culpable. ¿Qué mejor manera de denunciar la corrupción del sistema capitalista como fuente de todos los males?
Quizá, lo más preocupante, es la sustitución de valores que los populistas intentan imponerle a su gente. Cuando los gobernantes convierten sus fines en los fines de la sociedad, comienza una degeneración de todas las estructuras del orden presente, por una imposición de costumbres, gustos y preferencias a través de la represión y la violación a las libertades políticas y civiles.
Los gobiernos autoritarios necesitan el control de los medios de comunicación, infiltrarse en las organizaciones no gubernamentales y en cualquier posible organización de libre pensamiento. En la medida que sus intereses se encuentren alineados con otros grupos, principalmente militares e Iglesia, se formará un triunvirato capaz de sostener a través de la represión mental y física a la sociedad en un adormecimiento progresivo, donde el deterioro en la calidad de vida, la disminución de oportunidades y la condena al subdesarrollo son las consecuencias más fatales obtenidas como resultado.
Dentro de las actividades culturales más comunes de los populistas, se encuentra el interés desmedido por ensalzar cualquier manifestación antiimperialista, entendiéndolo en términos tropicales como una guerra no tan fría contra los Estados Unidos de América, que por si fuera poco es uno de los principales socios comerciales para la mayoría de países de la región.
En el discurso de los populistas, tiende a existir una masificación que termina provocando nauseas; después de tomar el control de los medios de comunicación y empoderarse como la única voz oficial y con criterio para opinar de asuntos relevantes, se ponen en práctica lemas y conductas vergonzosas, donde el consumismo es castigado como traición, cuestionar al gobierno es desterrar los valores nacionalistas, querer comodidad es dejarse llevar por las transnacionales que le mienten al mundo y donde opinar a favor del mercado, de la libre movilidad y acceso a las tecnologías de la información es estar corrompido por el sistema.
El mercado, lo dibujan en las vallas publicitarias como el pulpo capaz de dejarse todo en sus ramificaciones para entregarlo a las transnacionales y robarle los recursos a los campesinos, que por si fuera poco, son más pobres después de la titulación de las tierras que le fueron expropiadas a la empresa privada, pues nunca contaron con la capacitación ni las herramientas para hacerle frente a sus cosechas.
El sentido de una sociedad emprendedora no existe. Se busca en una primera parte, el crecimiento insostenible de ciertas variables económicas, aplicando políticas de regalías a todos los sectores, con irresponsabilidades en el manejo fiscal y monetario, comprando así conciencias y terminando de desbaratar a una sociedad desinformada.
Cuando ya la burbuja es insostenible, comienzan los desordenados controles de precios, descontroles inflacionarios y los límites en la capacidad de la deuda comienzan a estallar. Al llegar a tal nivel, solo queda soportar las noches negras que se aproximan; una sociedad echada a la mala cabeza de sus gobiernos. Los signos son claros. América Latina está sobre aviso.
CONCLUSIONES
Los latinoamericanos debemos asumir a la democracia como el sistema menos imperfecto, capaz de establecer metas y homologar intereses disímiles en propuestas comunes. Para esto, es trascendental la representatividad real, la cogobernanza de las minorías con sus respectivas agendas y el respeto al Estado de Derecho, como forma de garantizar la propia convivencia democrática.
La libertad es indivisible a la democracia. Los gobiernos deben de preocuparse por garantizar el respeto a la Ley, por el fortalecimiento y la transparencia institucional, que generan la confianza necesaria en la sociedad civil, empresarios, en la comunidad internacional y en los diferentes grupos. Si las reglas están claras, el funcionamiento del Estado permite conducir hacia proyectos de largo plazo, donde los intereses individuales se encuentren coordinados a través de las relaciones socioeconómicas que mediante la manifestación política en democracia pueden validarse.
El autoritarismo, las políticas represivas, el control a las actividades económicas y la violación a las libertades civiles y políticas, nunca podrán ser justificadas, ni siquiera cuando se disfrazan con benevolencia por caudillos que esconden pasiones ideológicas enfermizas y que no han comprendido la mutación de las relaciones geopolíticas de este mundo globalizado.
Buscar la participación política, va más allá de la simple actividad en grupos oficiales, sino que, interviene un factor de compromiso democrático, con los valores tendiente a fortalecer una sociedad heterogénea en características, pero afín en sus fines. Todos los grupos desean prosperidad y tienen la esperanza de un mejor mañana. Por esto, el Estado debe de brindar la libertad de pensamiento, de asociación y garantizar la transparencia en el funcionamiento de sus instituciones, que deben estar en función de los intereses sociales y no de los intereses de quienes sostienen el poder.
Los populistas no entienden nada de lo anterior, son ágiles y sutiles y están dispuestos a emboscarnos una vez más. Aún es tiempo Latinoamérica.
*Pedro Aguilar es Economista de la Universidad de Costa Rica y miembro de la Red de Escritores Plumas Democráticas.

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