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jueves, 10 de septiembre de 2015

ENRIQUE VILORIA VERA, EL HUMOR EN LA POESÍA VENEZOLANA

Efraín Subero en los cuatro densos tomos que recogen su sin igual compilación titulada El Humorismo venezolano en verso, publicada por la Ford de Venezuela en 1988, recoge 160 poetas humoristas que van desde el siglo XVIII al XX, a saber: 2 poetas humorísticos del siglo XVII; 70 del siglo XIX; 88 del siglo XX… y los aún no contabilizados del XXI.

Grande es el asombro cuando revisamos los escritores y poetas humoristas  antologados por el maestro Subero. En efecto, en su meticuloso y enjundioso estudio aparecen para nuestra sorpresa: Simón Bolívar; Cecilio Acosta, Juan Vicente González,  José Ramón Yepes, José Antonio Calcaño, Alberto Arvelo Torrealba, Pedro Sotillo, Carlos Gottberg, Alí Lameda, Luis Pastori, Julio Planchart, junto a los tradicionalmente conocidos humoristas: Leoncio Martínez, Aníbal y Aquiles Nazoa, Andrés Eloy Blanco, Francisco Pimentel, Manuel Rodríguez Cárdenas, Miguel Otero Silva, Jesús Rosas Marcano, Francisco Salazar Martínez, Graterolacho, etc.

Sólo a manera de muy elemental muestrario, vamos a citar algunos de los poemas que han concitado nuestra atención, y que pueden ser poco conocidos:

Andrés Bello en La Burla del amor: “No dudes, hermosa Elvira, / que eres mi bien, mi tesoro, / que te idolatro y adoro; /… porque es la pura mentira. // ¡Ah! Lo que estoy padeciendo / no puede ser ponderado, / pues de puro enamorado, / paso las noches… durmiendo. // Y si tu mirar me avisa / que te ofende mi ternura, / tanto mi dolor me apura / que me echo a morir de… risa”.

Simón Bolívar en Tirias Tersas de Purpúrea Pompa: “En tirias de purpúrea pompa; / Amarilis deidad colura campa: /  Y unos talares de cristal le zampa, / De Venus alma, de Mercurio trompa. / Colúmbralo la diosa medio zamba, / Y queriendo imitar a la Ecatomba, / Rayos fulmina por luciente bamba: / Y el hijo propio el nocturno Gamba; / Cuadrupedantes rayos le rimbomba”.

Andrés Eloy Blanco en Martín Pescador dedicado a Martín Tovar que idolatra el mar: “Martín pescador se hastía / de la vanidad urbana / y a cada fin de semana / se va para Maiquetía. // Se lanza a la mar bravía / y en Catia, caliente y sana; / de la noche a la mañana / se entrega a la pesquería. // En el mar no hay quien se aburra. / Una ola es una burra / y otra ola es una potra; // entre las dos va nadando / y Martín está gozando / una ola y parte de otra”.

Luis Pastori en GLOSA DE BEATRIZ EN BESO O GLOSA EN TECHNICOLOR: “Tiene un espejo Beatriz / que la ha vuelto medio loca, / porque se ha visto la boca / debajo de la nariz. // I / Juncos para tu cintura. / Lágrimas para tu cielo. / Beso para tu pañuelo. / Pañuelo y beso y ternura. / Ay qué fresca mordedura / en sangre de flor de lis: / con claros astros de anís / llovidos de mis despojos, / en el fondo de los ojos /tiene un espejo Beatriz. // II / Ay amor, por este amor / doy amor si tú lo quieres, / pero si no lo prefieres / no llego nunca al amor. // Espina será, o dolor / o flor que no se desboca / o corazón que no toca / la palabra que lo ensalma. / ¿Qué le dio voz a mi alma / que la ha vuelto medio loca?  // III / Por eso miro en el fino, / claro cristal de tu amor: / un ¡ay!, en technicolor,  / un olvido submarino, / dos corazones de vino / que un nomeolvides retoca / y, como si fuera poca / la luz que en tu nuca estalla, / un beso se me desmaya / porque se ha visto la boca. // IV /  Ah soledad en mi oído, / limón de mi limonero, / que quiero porque no quiero / recuerdo para tu olvido. / Si se me hubiese perdido / tu nombre de flor de lis, / fuera más hondo, Beatriz, / este afán en mis excesos: / ¡Dejarte todos mis besos /debajo de la nariz!”

A riesgo de parecer inmodesto, voy a incluir este poema del siglo XXI, leído en  Madrid en la primavera de 2003, en ocasión del Festival de poemas de amor convocado por la Asociación Prometeo de Poesía:

Enrique Viloria Vera en Eres, dedicado a JX con el permiso de Salvador Pániker: “Eres mi jamoncito de pollo / chupito de pacharán / aceituna rellena / chato de tinto / chacolí / caldo de cocido / tapa de tortilla / pierna de jabugo / lucero de la mañana / oliva de Jaén / chuletita de lechal / dientecito de ajo / almendra garrapiñada / rocío del sol  // Reina de un país / en desuso / en el Rastro te compré // Todo eso y más / mi Majestad / …eres”. 

Enrique Viloria Vera
viloria.enrique@gmail.com
@EViloriaV

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domingo, 24 de mayo de 2015

FELIPE GUERRERO, ANDRÉS ELOY BLANCO

Los minutos de silencio se estila realizarlos en honor a alguien que ha muerto. En esta estación recordamos que hace sesenta años nació a la vida eterna ANDRES ELOY BLANCO. Este año los adversarios de la libertad buscaron decretar largos silencios, en el despiadado intento por sepultar en la fosa del mutismo y en el panteón del olvido al poeta; pero ha sido imposible pues el bardo sigue vivo en los millones de venezolanos excluidos y marginados.

Hace sesenta años se marchó ANDRES ELOY BLANCO con sus angelitos indios y sus angelitos negros a comerse un rico mango por las barriadas del cielo. Según la expresión de García Márquez, en aquella hora «Un vasto reino de pesadumbre enlutó a los venezolanos», que en esa hora de dictadura militar «No encontraban salida a la opresión». Ese pueblo humillado por la horrenda dictadura de las charreteras, buscaba un símbolo que lo alentara a sobrellevar aquella ausencia total de libertad y sentían que con la partida del juglar, no se marchaba  un guía como Moisés,  sino un profeta como Isaías.
Luego de sesenta años de su partida, la Venezuela irredenta eleva las banderas de liberación siguiendo el mensaje de ANDRES ELOY BLANCO, un auténtico líder patriota; porque en política sólo existen dos clases de hombres: Los patriotas y los logreros. Los primeros son los que quieren hacer patria. Los segundos son los que buscan medrar. Prudente con el recuerdo agradecido al poeta, volver a oír su mensaje para poder replantearnos el reto revolucionario que debe comenzar por la unión de los patriotas y el rechazo de los logreros.
Las élites del poder integradas mayoritariamente por logreros, siguen intentando callar la voz del poeta. Frente a esos gigantescos espacios de silencio apoyados en los rifles y las bayonetas, los militantes de la libertad y la democracia debemos llenarlos con el ruido de nuestros cantos de liberación, con nuestros versos de emancipación, con nuestra bulla de osadía y de intranquilidad.
A sesenta años del nacimiento a la vida eterna  de ANDRES ELOY BLANCO, aquí estamos  sus herederos. Hoy también «hemos visto el miedo hecho ley para todos, hemos visto la sangre hecha ley para el pueblo, hemos visto el hambre ser pan para la mayoría»; por eso junto a los versos del bardo brota el inconformismo de los millones que no se resignan a aceptar en forma pasiva los hechos del presente.
En estos sesenta años ANDRES ELOY BLANCO, siempre ha estado al lado de su pueblo y nos vinculamos para seguir su ejemplo del combate contra la ignorancia y la esclavitud. Estamos y seguiremos estando en esta trinchera, porque el mensaje del poeta  nos pertenece, somos sus luces andantes que avanzamos en la búsqueda, del sueño.
Porque amó a Venezuela ANDRES ELOY BLANCO, nunca fue indiferente a lo que acontecía sobre su tierra y mientras escribía y cantaba hizo de su vida el mejor de sus cantos. El poeta asumió el noble apostolado del activismo político, fue un político en la hondura del concepto que significa entrega y servicio para que el pueblo alcance un destino mejor. Buena lección en este tiempo que en Venezuela ha servido para separar a los intelectuales y a  los académicos del mundo de la política.
Los intelectuales críticos son hoy una especie en vías de extinción. Sus temores los disfrazan con una irresponsable «neutralidad». Nunca se habían mostrado tan profundamente opuestas la conciencia crítica y la esfera pública.
En esta hora, ANDRES ELOY BLANCO le recuerda a los académicos y a los intelectuales la obligación que tienen de desvivirse por la justicia, porque de lo que se trata es de tener la valentía para elevar la voz contra toda injusticia. El poeta no  participó de la cómoda tesis de las neutralidades, que es una manera de fugarse de la realidad para encerrarse en la torre de marfil que coloca telarañas en los ojos y algodones en los oídos, para que no asciendan hasta la conciencia y hasta el corazón el sufrimiento y la desdicha de los millones de marginados.
El pensamiento de ANDRES ELOY BLANCO recorre todos los caminos de la patria. El verdadero panteón del poeta será siempre «El alma del pueblo que él tanto quiso».
Felipe Guerrero
felipeguerrero11@gmail.com

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miércoles, 25 de marzo de 2015

DANIEL CHALBAUD LANGE, ANDRÉS ELOY BLANCO LES RECUERDA A LOS FUTUROS DIPUTADOS

Tomando en cuenta que, como consecuencia de la Asamblea Nacional de eludir su principal responsabilidad en la Formación de las Leyes –Título V. Sección Cuarta. Artículos 202 al 218 de la Constitución Nacional- al entregarse y habilitar a la Presidencia de la República para que sea quien las piense, redacte, formule, apruebe y promulgue, pareciera que la gran mayoría de los Diputados, no han internalizado la importancia de saber interpretar el valor que tienen las leyes como normas rectoras para la sana convivencia de la sociedad y del Estado en sus múltiples relaciones.

En el devenir de nuestra historia republicana han surgido, aún en tiempos muy difíciles del acontecer político nacional, eminentes venezolanos quienes han sentado cátedra, nacional e internacional, en la sagrada misión de interpretar el sentimiento humano y darle respuesta a sus comunes exigencias a través del mecanismo de las leyes. 
Entre esos muchos y meritorios venezolanos, por la vigencia de sus palabras en esta materia, es obligante destacar y referirse a Andrés Eloy Blanco, sobre todo, en estos momentos en los cuales se da inicio a eventos y procesos para devolverle a los venezolanos la majestad de muchas instituciones, entre ellas la Asamblea Nacional.
Comienzo por recordar cómo, según A.E.B. se hace una ley: “Y, en realidad, ¿cómo se hace una lanza? Se corta de un árbol un gajo recto y duro que a través de sus caminos, si quiere conservar limpia su trayectoria, ha de guardar siempre histórica consecuencia con la tierra que le dio savia y raíz. Y ¿cómo se hace una ley?  De igual manera: precisa derivarla de la tierra para que ella traiga su vocación de tierra y la índole y condición del habitante”.
Por lo tanto, continúa A.E.B….:
•        “Vamos a hacer, pues, Leyes: este es nuestro homenaje a Carabobo; esta es nuestra función. Leyes acordes con el “ama a tu prójimo como a ti mismo”.  Leyes, pero, que se hagan pensando en nuestros llanos, en nuestras cordilleras, en nuestro campos; Leyes, pensando en que por lo llanos enfermos va la Patria; en que por allí, por cualquier rincón de Venezuela, pasa una virgen vieja que está esperando un varón que la fecunde. Leyes que vayan diciendo a la gente que ya no pensará la mujer que tiene una ilusión de maternidad cuando mira contemplativa su preñez de lombrices”.
•        “Yo no pido que hagamos diez leyes ni veinte leyes. El número de leyes no es lo que vale, sino la justicia que ellas contengan. Hagamos cinco leyes; hagamos tres leyes pero tres leyes justas, tres leyes hermosas, tres leyes que se parezcan al pueblo de Venezuela; tres leyes que contengan la equivalencia de su angustia. Hagamos tres leyes que apaciguen el sueño de los desamparados; tres leyes que hagan entrar a sus casas a los trabajadores de los campos y de las ciudades, para anunciarles a sus hijos: Hijos ¡Está naciendo la justicia en esta tierra del pan amargo y la esperanza dulce!”.
•        “Es necesario repetir que nosotros no sólo tenemos una función legislativa: tenemos también una función pedagógica. Nuestra responsabilidad está dividida entre nuestra responsabilidad de legisladores y nuestra responsabilidad de educadores. No es sólo una Ley, ciudadanos Diputados, lo que vienen buscando aquí esas gentes que nos oyen; también vienen tratando de buscar, entre las zarzas de la palabra, el camino para una vida mejor, un ejemplo en la voz de los hombres que ellos han urgido con su propia responsabilidad”.
•        “…. Esta Nación está llena de realidades indeseables; esta nación está llena de dolorosas, de tristes realidades, y he llegado a la conclusión que ya es hora en Venezuela de que las leyes empiecen a dictarse no de acuerdo a la realidad venezolana, sino en contra de la realidad venezolana….. No quiero decir que las leyes tengan la virtud de transformar esa realidad, sino que están encauzadas al ideal inmediato o remoto de realizar esa transformación”.
Con la seguridad de que a los próximos Diputados les corresponderá la importante misión de modificar la Constitución para adaptarla a las exigencias de los tiempos, A.E.B. les dejó con plena vigencia, los siguientes pensamientos:
•        ”Cuando una Asamblea hace una Constitución, hace el espejo de un pueblo. ¡Cuando se hace el espejo de un pueblo tiene que haber un buen pueblo para mirarse en él! ”.
•        “Cuando se hace una Constitución se hace un código de moral, pero no se hace una moral; cuando se hace una Constitución se hace una norma de conducta, pero no se hace una conducta; cuando se hace una Constitución se hace una Ley de buen gobierno, pero no se hace un buen gobierno”.
Daniel Chalbaud Lange
vonlange1939@gmail.com
@danielchalbaudl

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