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viernes, 26 de septiembre de 2014

NESTOR SUAREZ, LA CRISIS DE LA OPOSICION.

Muy preocupante es el empeno del Gobierno en llegar hasta el final en la destruccion del pais y en la ruta al socialismo. Pero mucho mas preocupante es la honda crisis de la actual o tradicional oposicion, y su empeno en seguir en el vacio de ideas o propuestas para cambiar el sistema , en la ruta a ninguna parte. Porque el Gobierno al fin y al cabo no hace mas que ser fiel a su naturaleza. Por eso creemos que sin otra forma de hacer oposicion no habra otro Gobierno.

Analistas como Michael Shifter en Foreign Affairs apuntan reiteradamente que " la oposicion venezolana no tiene doctrina, programa, estrategia ni mensaje", y por eso no ha tenido una mayor audiencia ni resonancia. Mecanicamente reedita coordinadoras , mesas , marchas y denuncias, y planifica sus proximas elecciones; es decir , sus proximas derrotas. Sin discutir ni presentar un Proyecto o Plan de Gobierno racionalmente distinto al modelo o sistema socialista o estatista de pobreza como lo es el de construir una Economia de Libre Mercado y garantizar la propiedad privada, pareciera que quisieran seguir toda la vida en la oposicion.
Primitiva y hormonal, la oposicion solo mira fijamente al chavismo , para ver que dice o hace, y decir o hacer exactamente lo contrario. Por sistema, no importa lo que sea, asi sea algo bueno. Como liquidar la deuda con el FMI y el Banco Mundial , por ej., medida sana y de verdad patriotica que en Rumbo Propio y en el MID saludamos y aplaudimos, aunque no por los mismos motivos que en su oportunidad el fallecido presidente expuso, y al cual nosotros los de Rumbo Propio exortamos a no quedarse corto en esa linea: a salirse de "los multilaterales" y a atreverse a sustituir el patron dolar por el oro. Los Liberales Clasicos no somos "neo" liberales, y nos oponemos a los prestamos y politicas estatistas del FMI-BM, como se lee en libros, revistas y diarios del mundo que recogen nuestras opiniones.
A proposito, que lee la dirigencia opositora? Solo los chismes de algunas revistas y periodicos? Han oido hablar de Bastiat, Mises y Hayek? Su desnutricion intelectual y politica explica sus carencias ideologicas y tecnicas, que a su vez explican sus derrotas y fracasos, que a su vez explican la permanencia del Chavismo, Estatismo y Socialismo en el poder.
Sin careta ni disfraz, ya el Gobierno no esconde su naturaleza: es el comunismo, fin de linea en la via del socialismo. Pero los "lideres" de la actual o tradicional oposicion semisocialista no quieren reconocerlo, porque fueron formados en la mentalidad antiliberal tipica del socialismo; y no han cambiado.
Pero entonces como salimos ? hay salida o solucion ? Respuesta : Si. La salida eres tu ( Y solo tu). 1.- No le temas al Chavismo y a este Gobierno; pero tampoco le creas a la vieja forma de hacer oposicion. Sus jefes llevan anos improvisando, fracasando, y mintiendo para tapar sus fracasos, y empobreciendote cada vez mas, y al final ambos te dejaran botado. 2.- No te sientes a esperar: resiste al estatismo y al socialismo, pero por la via eficaz. No comas cuento. El comunismo seguira su curso y no va a pasar nada si tu no haces que pase. Hay salida , y saldremos Dios mediante y tal vez pronto; pero solo si tu , yo y cada quien de nosotros hace lo que debe , y bien. Mira a Cuba : una oposicion semisocialista como esta es incapaz de hallar la salida. La salida es un Programa politico serio y viable, diametralmente opuesto a lo que hemos tenido, como lo es Estatismo, Socialismo , Caudillismo, Neocomunismo.
Hay que construir una nueva oposicion, que aclare las confusiones y enrredos, mentiras, fraudes semanticos que han destruido el lenguaje y han impuesto un relativismo para enganar a la gente. Por eso hay que romper paradigmas y acabar con la polarizacion del socialismo Gobernante y el socialismo Opositor. Hay que construir una oposicion Liberal, que ponga limites al Gobierno, que construya una economia libre con la menor interferencia gubernamental, que garantize la propiedad privada y que respete a las instituciones . Tenemos que sumar ; pero para mejor y no para peor. Venezuela no puede seguir optando entre lo malo y lo peor , y dirigida por politicos de segunda y tercera categoria. Lo dificil es deslastrarse de estos errores y defectos; pero hay que hacerlo porque sin otra forma de hacer oposicion no habra otro Gobierno. Y ya, porque manana es tarde.

Nestor Suarez
nsuarez07@hotmail.com
@Nestor_Suarez

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martes, 11 de marzo de 2008

*ESCRIBE ALBERTO MANSUETI. MIEMBRO FUNDADOR DE RUMBO PROPIO: "¿POR QUÉ MURIÓ EL GOBIERNO LIMITADO?"


*ESCRIBE ALBERTO MANSUETI. MIEMBRO FUNDADOR DE RUMBO PROPIO: "¿POR QUÉ MURIÓ EL GOBIERNO LIMITADO?"

Toda doctrina política se apoya en una visión de la naturaleza del hombre y por tanto de la sociedad humana, de la cual es tributaria inseparable.

El Liberalismo Clásico no se sostuvo porque fue poco a poco desarraigado, desvinculado de la visión del hombre y la sociedad que le servía de fundamento; y ahora pagamos las consecuencias. Vea Ud.:

1

La doctrina liberal clásica del Gobierno limitado se asienta en la visión realista que muestra la Biblia: el hombre es un ser finito, creado por Dios, pero dañado por la realidad del pecado, en su naturaleza y no de modo accidental y contingente. Cognitiva y moralmente falible, el ser humano puede equivocarse, y usar su libertad para lo más vil; sobre todo cuando anda en masa. Es en ocasiones capaz de buenas y nobles acciones, pero no es “bueno por naturaleza”, sino proclive a dejarse llevar por sus peores pasiones, mentir a sabiendas, herir, violar, robar y matar. Y mayores atrocidades: guerrear, invadir, sitiar, hambrear y masacrar pueblos enteros abusando del poder en todas formas -y llamando bien al mal y viceversa-, porque su naturaleza innata no le inclina directamente a la verdad y al bien.

Así el Gobierno civil es un mal necesario “para reprimir las manifestaciones más groseras del pecado”, en palabras de Juan Calvino. Pero el poder no confiere ciencia ni sabiduría a quien lo ejerce, y menos garantiza su solvencia ética; mucho menos el poder absoluto. Todo poder es causa potencial de males peores, de los cuales es preciso precaverse y defenderse con celo. San Agustín de Hipona, Rabbi Moisés Maimónides, Santo Tomás de Aquino, Juan de Mariana, John Locke, William Blackstone, Thomas Jefferson, el venezolano Juan Germán Roscio, Frédéric Bastiat y muchos otros partidarios del Gobierno limitado, precursores o fundadores del Liberalismo Clásico a través de los siglos, destacaron expresamente las raíces bíblicas (judeocristianas) de su doctrina.

En los catecismos cristianos el hombre es un ser naturalmente defectuoso, e incapaz de redimirse a sí mismo por sus propias obras; sólo Cristo salva, y es por la Gracia de Dios, mediante la fe en su Salvador. Así en el orden individual, por su salvación el ser humano queda justificado y rehabilitado por Dios para el conocimiento de la verdad y las buenas obras, mas no apartado del pecado, por lo cual ha de permanecer siempre bajo la guía y protección del Espíritu Santo, y en actitud de saludable vigilancia.

Y en el orden político ya lo dijo Thomas Jefferson: “La eterna vigilancia es el precio de la libertad”. Hechos de salvaje despotismo y horrorosa brutalidad como el imperio romano, la Inquisición española y las guerras religiosas, el Terror jacobino y las guerras revolucionarias, Auschwitz y el Gulag, son recordatorios (entre otros) de suprema y antihumana maldad política, frutos inevitables de la concentración y abuso del poder.

2

No es esta una visión halagadora del orgullo humano, y menos aún del gobernante. De allí la opuesta: el ideal humanista y optimista del ser “bueno por naturaleza”, a quien “la sociedad” corrompe, y por tanto a ella es preciso reformarla y rehacerla, mediante la política -la democracia o la revolución- y la educación impartida por el Estado. Es la imagen tomada de la Antigüedad grecorromana, en cuya literatura el inocente ser humano da muestras de un ingenio y una moralidad muy por encima de sus dioses y diosas; y cuyo pensamiento y quehacer políticos han sido casi siempre totalitarios y con mucha frecuencia autocráticos. Y es en parte la visión del Renacimiento; y sobre todo de la Ilustración, en el “Siglo de las Luces” (XVIII). Es la noción del bondadoso “buen salvaje” de Rousseau, del “ciudadano sin camisa” de Robespierre, y del “Hombre Nuevo” del Che Guevara. Ingenua visión, es un sueño que termina en infernal pesadilla.

Hay una correspondencia entre las doctrinas del hombre y las del Gobierno. A la visión realista del ser capaz de abusar (y mucho) del poder, corresponde la idea del Gobierno limitado para contener al poder, evitando daños mayores. Y a la visión ingenua corresponde la contraria doctrina estatista del Gobierno sin límites, dotado de plenos poderes, supuestos para hacer el bien, en la ilusión de proporcionar “la mayor suma de felicidad al mayor número”, según la conocida expresión de Jeremy Bentham recogida y popularizada entre nosotros por Simón Bolívar.

3

La Biblia no tiene buena opinión de Gobiernos y gobernantes. Desde Lamec y Nimrod en los primeros capítulos de Génesis, hasta las espantosas bestias de los últimos de Apocalipsis, los jefes políticos son casi siempre ignorantes, obtusos, caprichosos, crueles … y en extremo licenciosos y autoindulgentes. Ya sean faraones de Egipto, reyes israelitas, Emperadores de Babilonia o Césares romanos; y ya lo sean por nacimiento, suerte de una conjura, triunfo militar, selección por una elite o elección popular. Incluso el Rey David pecó muy gravemente decretando un censo, y su hijo el sabio Salomón al final se desvió del camino recto. En los libros de Reyes y Crónicas desfila la muy larga sucesión de caudillos de Samaria y Judea, entre mediocres y deplorables. Apenas uno hay bueno: Josías, restaurador de la antigua y olvidada Ley mosaica, como Nehemías después del exilio. No sorprende entonces que el Credo de los Apóstoles diga de Nuestro Señor Jesucristo que “padeció bajo el poder de Poncio Pilatos” (y eso sin mencionar a Herodes).

Pero, ¿hay un “modelo bíblico” de Gobierno? Por supuesto. Cuentan los libros del Pentateuco -los cinco primeros- que Dios entregó leyes a Moisés, para dar protección a la vida y seguridad de las gentes y sus propiedades, y asegurar el respeto a la palabra empeñada. Y para hacer cumplir y aplicar las sabias leyes dadas por Dios, Moisés designó en cada tribu a unos funcionarios con poderes muy limitados, llamados Jueces. El libro de ese título narra que también se encargaban de proveer a las defensas ante ataques externos y domésticos, así que debían ser personas fuertes y decididas además de juiciosas y prudentes. De los diezmos tomaban los recursos para sostener esas actividades y algunas obras públicas de infraestructura: caminos, puentes, canales de riego. La competencia de cada juez no iba más allá de su aldea o tribu; pero si alguno destacaba por su buen desempeño, crecía su fama y las gentes de otras tribus solicitaban su protección, trayendo sus pleitos consigo, y sus diezmos.

No obstante, el famoso capítulo 8 de I Samuel -cita infaltable de los liberales de todos los siglos- también cuenta que el pueblo desagradecido no se conformó con los jueces; y exigió tener un Rey poderoso “como las demás naciones”. Por boca de Samuel, Dios mismo entonces les advirtió muy grave y severamente de las adversidades y penurias que el Rey les impondría: les oprimiría, les esquilmaría y esclavizaría, a ellos y a sus hijos e hijas. Y así fue.

4

En vista de esos antecedentes, en el siglo XIV John Wycliffe tradujo la Biblia al inglés, a fin de que sirviera al “Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, según declaró. Cinco siglos después Abraham Lincoln se apropió de la frase para definir la democracia; pero con un sentido opuesto. Porque para Wycliffe la fórmula no significa gobierno de una todopoderosa asamblea democrática, representando al colectivo endiosado que llaman “Estado”. Significa “autogobierno”; esto es “gobierno propio” del individuo, bajo Dios Soberano, y conforme a su Palabra que es su Ley, justa y moral. Y el individuo no por debajo sino por encima del Gobierno civil, cuya autoridad no es soberana ni superior en jerarquía a las demás en las otras esferas o instituciones -familia, escuela, negocios, iglesia-, las cuales también se subordinan a la persona individual, pues están a su servicio y no al revés. La del Gobierno civil es entonces una autoridad humana entre otras, que como todas deriva en última instancia de Dios sus poderes; pero eso no implica que sean ilimitados sino lo contrario, pues Dios no delega poder alguno sin propósito ni límite.

Tal modelo o forma de Gobierno, única realista, se llamó República. De modo que la famosa frase no es de Lincoln, ni significa democracia sino Gobierno limitado, republicano. E individualista, como debe ser. Porque cuando el individuo se sumerge en un colectivo, su entendimiento no se agudiza; al contrario, se nubla más. Y sus naturales tendencias al mal, al saqueo y a la vagancia, tampoco se moderan al confundirse en una masa gregaria, sino que se estimulan, pues con el anonimato desaparece la responsabilidad. Y en la indivisa muchedumbre también se esfuma el incentivo para las buenas obras productivas, pues a sus autores se les hace muy difícil o imposible aprovechar sus rendimientos.

5

Contra lo que la gente dice, las ideas importan, porque tienen consecuencias, buenas o malas, sobre todo cuando se incorporan a las leyes y aspiran a determinar coactivamente nuestra conducta. Si nuestros conceptos y juicios son razonablemente fundados -ajustados a la realidad- y lógicamente bien conectados entre sí, en principio nos va a ir bien y de lo contrario nos irá mal. Las personas nos conducimos por las ideas que tenemos en la cabeza, sensatas o no. Y las gentes de a pie tenemos las mismas ideas de los filósofos muertos, sólo que en versiones populares; y disfrutamos -o padecemos- las leyes que en sus ideas se inspiraron.

Durante siglos en Occidente, buena parte de las personas creyó sin dudar en la Biblia como palabra revelada de Dios, disponible en lenguas vulgares para el lector corriente desde la Reforma Protestante. Y creyó que Dios, como Creador del hombre, tiene mejores ideas que los propios humanos sobre los asuntos humanos, entre ellos los referidos al Gobierno civil. Por eso la gente pensó que la idea de Gobierno limitado era una buena idea. Y se opuso con éxito a las pretensiones de atribuir a los gobernantes la educación de sus hijos o el cuidado de sus enfermos y ancianos; y de concederles facultades para dictar legislaciones minuciosas a sus negocios, empresas y otros asuntos privados, gastar demasiado dinero, decretar demasiados impuestos, llenarse de deudas, o imprimir papel moneda sin respaldo.

6

Desde fines del siglo XVIII, escritores y políticos en pro del Gobierno limitado le dieron a esa doctrina gran difusión, pero poco a poco la sacaron de su contexto bíblico. Y así la debilitaron, porque la desligaron de sus raíces y fundamentos propios. Pretendieron en cambio asentarla sobre las nuevas filosofías humanistas, sucedidas unas a otras como olas en veloz torrente, a menudo peleando entre sí. Aunque todas muy alejadas u hostiles a los paradigmas bíblicos, e incompatibles con el Gobierno limitado y prontas a legitimar el estatismo, si bien con disímiles razonamientos y “evidencias”. La lista comprende: idealismo -en muchas versiones, con diferentes adjetivos-, racionalismo naturalista, criticismo kantiano y escepticismo, empirismo radical, utilitarismo benthamista y positivismo “científico”, materialismo, relativismo, historicismo e irracionalismo, evolucionismo y modernismo, pragmatismo, intuicionismo, freudismo, conductismo y cuanto “ismo” venga de moda, por disparatado que sea. Por su parte la Biblia, separada de la vida diaria y encerrada en las capillas de iglesias y denominaciones, comenzó a ser interpretada de formas arbitrarias y fantasiosas.

Y cuando a fines del siglo XIX fue erosionada la confianza popular en la Biblia, se cayó la más fuerte justificación para el Gobierno limitado. Sus partidarios le buscaron otras bases; pero ya no fue igual. Comenzando por la Ley Natural, supuestamente accesible a la razón, idea siempre presente desde los estoicos. ¿Es el Gobierno limitado conforme a la Ley Natural? En la historia del pensamiento no ha habido acuerdo; y en ella pretenden ahora apoyarse las interminables listas de “derechos humanos” al empleo, enseñanza, medicina, vivienda, etc. (¿?) para justificar los extraordinarios superpoderes del Estado en orden a asegurar su vigencia (¿?) Y es que ha sido imposible convenir sobre lo que dice la Ley Natural acerca de ¡la naturaleza humana! E igual con las llamadas Ciencias sociales o humanas, cuyos cultores están aún más prestos que los del Derecho natural a legitimar cuanta dictadura totalitaria o monstruosidad antisocial e inhumana levante cabeza. De las extensas bibliotecas en Filosofía, Derecho, Economía y Ciencias sociales, apenas un ínfimo porcentaje de textos y autores congenian con Gobiernos limitados, mercados libres y propiedad privada; y esa fracción es cada vez menor, en tanto crece y se afirma el dominio estatal sobre la enseñanza en todos sus niveles. Y si es así con los más acreditados filósofos, juristas y “expertos sociales”, ¿qué pueden esperar las gentes comunes y corrientes?

Imposible justificar el Gobierno limitado si negamos el pecado. La ilimitada confianza en el hombre de los filósofos de la Ilustración llevó al ilimitado poder de los déspotas coronados del siglo XVIII, y de los posteriores déspotas totalitarios encumbrados por las masas. Si puede confiarse en la ciencia y la técnica para dar al hombre progreso indefinido, ¿por qué desconfiar del poder humano? Basta con proveerle de finos técnicos y expertos. Si el hombre es bueno y la mayoría infalible, ¿por qué limitar los poderes al Gobierno? Basta con garantizar su elección por el voto. ¿Y por qué conformarse con la seguridad, justicia y obras públicas del “Estado gendarme”, sin confiarle también los negocios y la economía, la educación, los cuidados médicos, los hijos y familias, las iglesias…? Basta con dotarle de más atribuciones y derechos -más poder-; y más dinero.

Por uno de esos irónicos giros de las ideas humanas, la confianza en el hombre parece limitada sólo a los jefes políticos, considerados intelectual y moralmente superiores -“padres de la Nación”-, y sus asesores. A ellos la gente atribuye la capacidad de anticipar las necesidades de millones de personas y planificar (“científicamente”) los medios de satisfacerlas; y la voluntad y el poder para administrarlos prontamente. ¡Qué torpe ingenuidad! Y esa infantil confianza se une a la más insensata y terca desconfianza en las actividades privadas y su idoneidad para esos mismos fines. Pero esa es una de tantas contradicciones de la concepción humanista. Pese a todas sus incoherencias, esa visión y el estatismo que engendra prevalecieron en el pensamiento del siglo XIX, y en la práctica del XX.

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El siglo XIX fue el Siglo del laissez-faire, y a la vez de las Revoluciones. Los Gobiernos constitucionales limitados, el libre comercio y el libre cambio con patrón oro produjeron -bajo la Pax Britannica- un nunca visto florecimiento general de los nexos económicos, las inversiones, la riqueza y el consumo, así como las ciencias, las artes, la población y la vida. Pero al mismo tiempo las nuevas filosofías humanistas ganaron aceptación cada vez más general. Fueron presentadas en la educación, la prensa, el arte culto y popular -y hasta en los templos- como “científicas” y “progresistas”. Y la gente fue dejando de leer la Biblia, estudiarla e interpretarla debidamente, y comentarla y discutirla en la escuela, la iglesia y la familia, y darla a conocer a los niños. Y de aplicarla.

Por eso, aunque exitosa en los hechos, la doctrina del Gobierno limitado perdió empuje y vigencia, al ser privada de su base, el realismo bíblico. Y no resistió los embates del mercantilismo, el nacionalismo, el militarismo, el racismo, los diversos socialismos, etc., separados, aliados o unidos, siendo todos tipos de colectivismo humanista; y todos muy populares. Aunque no impuestos con el peso de las razones por la persuasión y la convicción -en el tranquilo discurrir de las ideas-, sino por la fuerza de las emociones, pasiones y sentimientos; y el poder del número y la coacción. O con balas, tanques y bombas.

Por eso el s. XX fue “el Siglo del Socialismo” y del estatismo, de dos Guerras Mundiales; y del destronamiento del Liberalismo Clásico como filosofía de Gobierno.

Por eso el comunismo renace de sus cenizas, aliado hoy al terrorismo.

martes, 12 de febrero de 2008

* ALBERTO MANSUETI. CO-DIRECTOR DE "RUMBO PROPIO":"LA PROPIEDAD PRIVADA ES PARA LOS POBRES"


* ALBERTO MANSUETI. CO-DIRECTOR DE "RUMBO PROPIO":"LA PROPIEDAD PRIVADA ES PARA LOS POBRES"


La defensa de la propiedad privada parece tarea de grandes propietarios, ¿no es así? Sin embargo no es así. Porque el respeto a los derechos de propiedad es de interés más vital para quienes poseen escasas propiedades que para quienes las tienen en abundancia.

Pero para que todos los interesados lo entiendan -pobres y ricos- es preciso comenzar por explicar qué cosa es la riqueza, cómo se produce o no se produce, y por qué hay tanta pobreza. Y qué tiene que ver en todo ello la propiedad, privada o no privada. Y lo que los Gobiernos hacen al respecto o no (y los empresarios); y sobre todo lo que dejan hacer o no a los particulares.

Y enunciar las 5 razones de mayor peso por las cuales la propiedad debe ser privada, como cuestión de supervivencia, de cada quien y de la especie, encarando de paso las causas de las embestidas contra la propiedad, y las creencias y sentimientos que la gente tiene en su contra.

E identificar correctamente a los reales enemigos de la propiedad -en especial los 5 más letales- denunciándoles como lo que son: verdaderos enemigos del progreso, de la civilización, y del género humano; y muy especialmente, de los pobres.



¿Sabes qué es la riqueza y cómo se produce…?

5 VERDADES SOBRE LA RIQUEZA

1. Petróleo no es riqueza

Por abundante que sea, el petróleo es un recurso natural. Como el oro, el carbón, la madera, el titanio, el agua, y en general los recursos minerales, vegetales y animales. La riqueza se produce con recursos naturales. Pero también se requieren trabajo e ingenio humanos, bastante capital, y empresas privadas eficientes, en el contexto de las instituciones apropiadas. Todos esos factores productivos son las condiciones para hacer la riqueza.

2. El dinero tampoco es riqueza

Con dinero se compra la riqueza, pero sólo es una representación de ella. O lo es del capital: las materias primas, insumos, máquinas y herramientas que sirven para producir más riqueza, y reponerla. Porque la riqueza se consume.

3. Riqueza son los bienes y servicios disponibles, y los ingresos

Día a día y año a año consumimos cantidades de comida y bebida, ropa y calzado, teléfono, electricidad ... Usamos muebles, vehículos y viviendas. Y enseñanza y atención médica. Eso es riqueza. Y también los ingresos que la gente gana al producirla: los sueldos y salarios, para los empleados y trabajadores activos; las jubilaciones y pensiones, para los retirados; los intereses y cánones de arrendamiento, para los capitalistas; y las utilidades o beneficios, para los comerciantes y empresarios.

Así, mediante los ingresos de los factores productivos, la riqueza se distribuye a medida que los bienes y servicios se producen y reproducen; y en los mismos mercados donde bienes y factores se intercambian por dinero.

Para hacer riqueza suficiente, el trabajo ha de ser diligente e idóneo, parte del dinero ganado debe ser ahorrado con prudencia, y el capital debe invertirse sabiamente. Pero los mercados han de ser libres y abiertos. Y las leyes e instituciones, conceptos, ideas y creencias, no deben desalentar la creación de riqueza.

4. La pobreza y la riqueza se producen

Hay tres sistemas alternativos:

# En el mercantilismo se produce riqueza escasamente, y alcanza sólo para unos pocos, titulares de privilegios exclusivos garantizados por leyes injustas. Es el sistema de los mercados cerrados -monopolios y oligopolios-, que se llama también capitalismo de Estado, y es el que se ha practicado siempre en Venezuela.

# El sistema de mercados abiertos o libres, competitivos, sin privilegios para nadie -bajo leyes justas- se llama también capitalismo liberal. Y es el único que permite producir riqueza en abundancia y para todos. Pero nunca fue practicado en Venezuela.

# El socialismo es el sistema anti-mercados. Los mercados -donde la riqueza se hace y circula- se van erosionando y restringiendo, y al final se liquidan de un golpe. Se pretende sustituirlos por el Estado. Así se hace pobreza para todos. (O casi todos.)

5. La riqueza de unos no siempre se debe a la pobreza de otros

Mucha gente cree que los pobres son pobres porque los ricos son ricos; e igual entre los países: que la pobreza de la mayoría se debe a la riqueza de una minoría. Creen que la riqueza no es un flujo permanente sino un stock fijo, de cuya mayor parte se apropian los ricos, mediante la explotación del prójimo o la corrupción. Y que para los pobres queda poco y nada.

¿Es verdad esta creencia? Pues no bajo una economía de libre mercado, como la que hubiéramos tenido en Venezuela, si los derechos y garantías económicas de la Constitución de 1961 no hubiesen sido indefinidamente suspendidas. Mas sí es muy cercana a la verdad bajo el mercantilismo, y más aún bajo el socialismo, porque las oportunidades de enriquecerse son muy pocas y están legalmente secuestradas.

Pero cuando esta creencia se difunde -sea verdadera o no-, se genera gran resentimiento social y personal, y se exige a los funcionarios del Estado que quiten de lo suyo a los ricos, que lo den a los pobres, y que no se guarden nada para sí.



¿Sabes por qué hay que defender la propiedad privada?

5 RAZONES PARA DEFENDER LA PROPIEDAD PRIVADA

1. Con propiedad privada todos podemos ganar más y vivir mejor

La propiedad privada no es sólo el derecho de cada quien a conservar lo suyo. Es también el derecho de cada quien a disponer libremente de lo suyo.

Es el pilar fundamental de una economía de empresas libres en mercados libres. Y donde haya empresas privadas en competencia abierta, crean riqueza con tanta eficiencia que los precios de sus artículos -cada vez más abundantes y de mejor calidad- tienden a bajar. Y al multiplicarse los negocios, abundan los empleos, los empleadores compiten por los trabajadores, y los salarios reales tienden a subir. ¡Eso nunca se vio en Venezuela! Claro, si aquí nunca hubo libre mercado. ¿Por qué no hubo? Porque mucha gente cree que el libre mercado es bueno sólo para los ricos, o que sólo sirve para producir riqueza mas no para distribuirla. Y no es así: donde hay mercados libres se gana bien porque se ahorra mucho y se invierte más, y la riqueza se crea más fácilmente. Y se distribuye (en moneda sólida), con decentes (y crecientes) ingresos para todos.

2. La propiedad privada es el remedio a la pobreza

Por eso, quienes más necesitan el respeto a la propiedad privada no son los ricos, que ya la tienen; son los pobres, que no la tienen. Porque sin propiedad privada, los ricos pueden volverse pobres; pero los pobres, sin derecho a conservar íntegramente los frutos de su trabajo y esfuerzo, ¡nunca podrán volverse ricos!

Sin embargo, y es preciso subrayarlo, para que los pobres puedan ganar buenos ingresos y adquirir bastantes propiedades, se requiere, además del respeto a los derechos de propiedad privada, otras tres condiciones complementarias:

# Gobiernos limitados a sus funciones propias, brindando eficazmente aquello que los mercados no pueden: seguridad, justicia y obras públicas. Así los Gobiernos también se limitan en poderes y atribuciones, y en gastos y recursos. Dejan disponibles a los particulares el dinero, los activos, el personal y otros recursos económicos necesarios para satisfacer las necesidades y demandas de la población, por los canales privados.

# Mercados, empresas y actividades privadas libres, para que la gente puede coordinarse espontáneamente, ofertando los recursos que ella misma posee.

# Instituciones privadas separadas del Estado, a fin de evitar el entorpecedor y humillante sometimiento al poder y a la política.

3. La propiedad privada es el secreto del desarrollo

El periodista Tom Bethell en su libro “El triunfo más noble”, busca explicaciones sobre los porqués de la riqueza de las naciones; y todas terminan en el respeto a la propiedad privada: que la gente pueda usar y disponer libremente de lo suyo. Los pocos países cuyos Gobiernos todavía protegen y defienden los derechos de propiedad son los ricos y desarrollados; el resto no.

Hace más de 50 años el empresario Henry Weaver revisó la Historia completa de la humanidad en otro libro, “La fuente del progreso humano”, y llegó a la misma conclusión. Como igualmente hace más de 100 años el francés Frederic Bastiat, en “La ley”. Y más de 200 años atrás, Adam Smith, en “La riqueza de las naciones”. Y hace más de unos 2 mil años -en nombre de Dios- Moisés mandó a los judíos respetar la propiedad privada.

4. La propiedad privada es garantía de democracia

Muchos Gobiernos democráticos se atribuyen la función de “redistribuir” la riqueza, se supone que en favor de la mayoría pobre, y a costa de la minoría rica. Así se pierde el respeto a la propiedad privada, contra la cual comienzan entonces los ataques: exceso de impuestos, inflación, abultada deuda fiscal; expropiaciones; y gran cantidad de leyes, decretos y regulaciones limitativas y restrictivas de los derechos de propiedad. Por siglos, así se ha impedido el pleno desarrollo de los mercados, creadores de riqueza, y así los pobres no pueden salir de la pobreza.

Así los Gobiernos no son limitados, los mercados no son libres, y las instituciones privadas no están separadas del Estado. Y se pervierten todos y cada uno de los contenidos asociados a la democracia, como los principios de primacía de la Ley, independencia de los jueces, federalismo, vigencia de los derechos humanos, elecciones limpias, etc. Y las libertades de expresión, de enseñanza, de cultos y todas las demás.

5. La propiedad privada es el sostén de la libertad

La libertad de expresión no es nada si los medios de expresión dependen de licencias y permisos, concedidos a título de exclusividad. La libertad de enseñanza tampoco, cuando los particulares no pueden ser dueños de los centros docentes. Y tampoco la libertad de cultos, sin la propiedad privada de los templos y seminarios por las iglesias y asociaciones religiosas. Y así, sin propiedad privada perecen todas y cada una de las libertades básicas, que la democracia se supone que resguarda y preserva.

“Donde no hay propiedad privada, el individuo se somete al Estado o muere de hambre”. No escribió esta frase un liberal o un conservador, sino el ultracomunista León Trotski, decepcionado y amargado por el fracaso de su lucha contra Stalin, al descubrir la causa profunda de ese fracaso.



¿Sabes de qué hay que defender la propiedad privada…?

5 ENEMIGOS DE LA PROPIEDAD PRIVADA

1. Confiscaciones, expropiaciones e invasiones

Invadiendo cada vez más esferas privadas -agro, industria, banca, educación, deporte, medicina, arte y cultura, ciencia…-, los Gobiernos se atribuyen demasiadas funciones. Así, incurren en demasiados gastos, y se arrogan demasiados poderes.

# El gasto público excesivo lleva a los impuestos excesivos, un asalto a la propiedad privada. Y cuando los impuestos no alcanzan, los Gobiernos recurren a la deuda pública, un impuesto diferido para el futuro. O a la inflación, un impuesto disfrazado.

# El poder excesivo lleva a las confiscaciones de empresas, activos y otras propiedades privadas. O a tolerar y aún a fomentar invasiones privadas de propiedades privadas.

2. Regulaciones limitativas y otras leyes malas

El poder excesivo también lleva a las ordenanzas arbitrarias, disfrazadas de leyes, que de la propiedad dejan sólo una apariencia. Tú eres el dueño en tu casa, y dispones libremente, ¿cierto? Supongamos que mañana las leyes decidan hasta qué hora se quedan las visitas. O cuáles pueden ir o no, o qué reuniones pueden o no haber y en qué horarios. O qué se cocina y cuándo se hace limpieza. Esas intromisiones gubernamentales en la vida doméstica, ¿serían contrarias al derecho de propiedad…?

Pues igual con las intromisiones en la vida económica: controles de precios y salarios, de cambios, prohibiciones y restricciones al comercio exterior, leyes “protectoras” que garantizan privilegios, leyes del trabajo que protegen la vagancia y matan empleos, y leyes penales que estimulan el crimen. Son las leyes malas.

Las leyes malas provienen de considerar como Ley toda orden del Parlamento, así sea contraria a la justicia, a la equidad, a la razón o a la realidad. Y de considerar a la voluntad de la mayoría como norma suprema e inapelable, contra la cual no valen argumentos racionales ni derechos naturales. Constituyen perversiones de los conceptos de Ley y de democracia. Y cuando estos conceptos ya no sirven, y la razón se ha perdido de vista, ¿qué queda? La violencia desnuda.

3. Inseguridad e injusticia

La inseguridad reinante en calles y campos, y la falta de justicia en los tribunales, también representan agresiones contra la propiedad privada. Como en general el abandono por los Gobiernos de las funciones naturalmente propias del Estado -seguridad, justicia, obras públicas-, descuido que resulta de atribuirse demasiadas funciones. Así como las obras públicas aumentan el valor de nuestros inmuebles y demás propiedades, su deterioro o ausencia le disminuyen. Y lo mismo pasa con el abandono o descuido de las funciones de policía y justicia.

4. Conceptos engañosos

Tal vez el mayor peligro para la propiedad privada son los disparates. “La propiedad es un robo” dijo el socialista Proudhomme, y los ladrones saltaron de alegría. “El medio es el mensaje” dijo MacLuhan, y ya nos despreocupamos de si los mensajes tienen o no sentido. “Lo que cree la gente” toma el lugar de la realidad objetiva como criterio de verdad, y vivimos presos de las modas y opiniones cambiantes, y del relativismo. Ejemplos de conceptos engañosos: democracia “real”; desarrollo “sustentable” (o endógeno ¿?); deuda (o justicia) “social”; responsabilidad social empresarial.

Son conceptos vagos y difusos, equívocos, y con varias interpretaciones (y torcidas muchas de ellas), propios del pensamiento flojo. Abren inmensas puertas a toda suerte de torpezas, caprichos y abusos, con base en la errónea suposición de que los Gobiernos son intelectual y moralmente superiores a nosotros, conocen mejor que nosotros nuestros intereses y necesidades, y por tanto han de dirigir nuestras vidas, acciones y conciencias, y disponer a su antojo de nuestras propiedades.

5. Abandono de la razón como criterio de juicio y conducta

Mientras se guarde el puesto de la razón como superior criterio de apelación y examen, los conceptos engañosos no pasan. Y mientras haya tiempo y ganas de pensar, y no maten por completo las frases efectistas a las razones, las imágenes a las palabras, las emociones a las evidencias, y los sentimientos a los hechos, aún queda esperanza.

Te invitamos a mantener la esperanza.

Pero el primer inmenso paso adelante, es recuperar tu capacidad de pensar!

viernes, 4 de enero de 2008

*NÉSTOR SUÁREZ DE RUMBO PROPIO ESCRIBE: “¿CUÁL SOCIALISMO DEMOCRÁTICO?”



*Néstor Suárez DE RUMBO PROPIO ESCRIBE: “¿CUÁL SOCIALISMO DEMOCRÁTICO?”

La Vieja Oposición no rechaza el socialismo; sólo discute “cuál modelo”. Y pone a los Presidentes de Chile y Brasil como ejemplos de socialismo democrático. ¿Pero qué son en realidad Lula Da Silva y la Bachelet? Son socialistas “no practicantes”: permiten respirar a la gente precisamente porque NO aplican el socialismo. ¿Y por qué no lo aplican? Porque están “contenidos” por la decidida oposición de los sectores económicos y políticos de derecha.
Un ejemplo más a mano de “socialismo democrático” es Venezuela: la Cuarta República. En Noviembre de 1960 el capitalismo liberal fue prohibido por Betancourt, quien decretó suspensión indefinida a las libertades, derechos y garantías económicas, y jamás se restablecieron plenamente. Desde entonces los gobiernos de centroizquierda nos estatizaron el hierro, el petróleo y el gas (con Caldera I y Pérez I); los Congresos de igual tendencia nos inundaron de leyes e instituciones socialistas (sobre todo bajo Herrera y Lusinchi); y por 40 años los educadores socialistas nos adoctrinaron a la juventud de aquel entonces, hoy mayor de edad. Sin alternativas de derecha, la izquierda democrática fracasó en sus tímidos intentos de autocorregirse (con Pérez II y Caldera II), y la izquierda dura tomó el relevo.
Otro ejemplo muy citado es el “modelo sueco”. Otro fracaso. Entre 1960 y 1989 la carga tributaria de los suecos se duplicó: del 28 % al 56 % del ingreso nacional. E igual el gasto estatal: del 31 % al 60 % del ingreso nacional. ¡El empleo público se triplicó! Servicios y prestaciones a cargo del Estado aumentaron; pero en el papel, porque cada vez más desalentados el trabajo, el ahorro y las inversiones, ¿cómo se distribuyen más beneficios a más personas, si los recursos son siempre los mismos o menos? Imposible; es un problema aritmético, no tiene solución contable. De esa forma colapsaron y se arruinaron en Suecia todos los servicios “públicos” -educación, medicina y previsión social-, y las quiebras de empresas privadas y el desempleo alcanzaron cotas nunca vistas. (Y la corrupción.)
Pero Suecia tenía relevo en la derecha, y la crisis del socialismo democrático llevó al triunfo de Carl Bild en 1991. En tres años su Gobierno privatizó, desreguló, y desmanteló en parte el estatismo, poniendo al Estado más en su lugar. (Se privatizó el espacio radioeléctrico: atención caso RCTV.) Y en 1994 la socialdemocracia retornó al Gobierno, pero ya no para revertir las reformas liberales. Hay que examinar el caso en el libro “Suecia después del modelo sueco” (disponible on-line) del ex comunista chileno Mauricio Rojas, ahora diputado en el Parlamento sueco en la bancada liberal ¡y decidido impulsor de las reformas de libre mercado! Lo del “socialismo democrático” europeo es otro cuento masista de Petkoff. Por eso insisto: sin otra oposición no habrá otro Gobierno en Venezuela: ¡Tendremos a Chávez para siempre!

lunes, 31 de diciembre de 2007

*ALBERTO MANSUETI ESCRIBE: “EL TRANQUILO ASCENSO DE RUMBO PROPIO”


Alberto Mansueti
En un país de Latinoamérica, en el Caribe más precisamente, hay una región llamada el Zulia, de vieja tradición liberal. Datan del siglo XVI las primeras rebeliones zulianas contra la proliferación de impuestos y monopolios de toda suerte.

Esa región, el Zulia -que fue el nombre de una princesa indígena-, queda en el Occidente de Venezuela, en la frontera con Colombia, bordeando el Lago de Maracaibo. La cultura lacustre, proclive a los intercambios entre gentes de una y otra orilla, parece inclinar a sus habitantes de preferencia al comercio y a la actividad económica. Y el acceso al Caribe y al Océano, parece orientarles a los intercambios intelectuales también, con el exterior. El Zulia ha sido siempre conocido por el vigor de su cultura, concientemente afiliada a la cultura occidental. Décadas atrás los zulianos bautizaban cristianamente a sus hijos con nombres griegos clásicos. Y ponían nombres romanos a sus casas.

Los zulianos

El petróleo vino después, y la compañía Shell y las demás petroleras, y los extranjeros, trayendo sus empresas de capitalismo masivo, y sus iglesias. Y llegaron los venezolanos de otras regiones, atraídos por las oportunidades de empleo y estudio. Todos fueron bienvenidos cordialmente. Y llegó la riqueza. Y con ella, un gusto por los productos de calidad superior, por el bienestar y las cosas buenas de la vida, por el trabajo racional y productivo que hace posible su disfrute, y por la independencia personal. Esas condiciones naturales hacen a los zulianos rechazar y resistir instintivamente al socialismo.

Aquí en el Zulia los liberales hemos inaugurado el Movimiento Rumbo Propio, y proponemos un Estatuto Autonómico para la región, de contenido liberal. Que en su forma se parece a los españoles, aunque mucho más breve, y no socialista. Y que en sus disposiciones es similar a los Estatutos chinos de las “Zonas Económicas Especiales”, aunque mucho más liberal. (A Chávez no le gusta nada esta idea nuestra del Estatuto ...)

Como Profesor de Ciencia Política -disculpen Uds. la deformación profesional- sé que ganar aliados entre potenciales amigos es importante, tanto como ganar neutrales entre potenciales enemigos. Y en Rumbo Propio tenemos éxito, modestia aparte. Cada día recibimos más muestras de apoyo de quienes comparten nuestras ideas y planteamientos, y de no hostilidad al menos de quienes no los comparten.

Razones para el éxito

El potencial de crecimiento de Rumbo Propio es muy alto. Y me parece que hay razones. Entre ellas, y no la menos importante, por supuesto, las mencionadas naturales condiciones de los zulianos. Pero hay más. Entre otras, las siguientes:

# 1) Nuestra lucha es ideológica, y por eso no agredimos a nadie: respetamos a todas las personas, aunque no a todas las ideas. Estamos contra el socialismo y en pro del capitalismo liberal. Nuestra propuesta, para quienes están hartos de socialismo, es atractiva. Para quien todavía dudan, es intrigante y motiva a la reflexión. Y para quienes la adversan, al menos tiene los méritos de ser novedosa y desafiante, en un país de cultura de izquierdas.

En consecuencia, y excepto para los estatistas profesionales, nuestra propuesta va para todos: amas de casa, estudiantes, obreros, desempleados, informales, empresarios, ganaderos, profesionales, etc. Y de todos los partidos, lo cual incluye a los del oficialismo como a los de la oposición. Y muy pero muy en especial de los independientes, no cercanos a la política -o demasiado cercanos, y ahora desilusionados o asqueados-, pero concientes de que la crisis requiere el compromiso de todos.

# 2) Nuestra propuesta es clara: el capitalismo liberal. Es la fórmula del éxito económico de los pueblos, demostrada históricamente por los países que hoy son ricos, y más recientemente por los “dragones” del Sudeste asiático. Es el Liberalismo Clásico de la Escuela austriana de Economía: Gobierno limitado, mercados libres, e instituciones privadas separadas del Estado. Y en esto, en nuestros principios, no podemos transigir ni ser flexibles. No hacemos concesiones al socialismo, al mercantilismo, o a cualquiera forma de estatismo.

# 3) Nuestra labor descansa en sólidas bases filosóficas, intelectuales y científicas. Rumbo Propio nació de la confluencia de dos instituciones académicas: el Centro de Economía de la Oferta-CEO, y la Fundación Metanoia-FM. En el CEO se enseña Economía, pero también realismo aristotélico. La Economía de la Oferta es una versión del libremercadismo muy afín y congenial con la filosofía realista, porque destaca la función del productor -trabajador y/o capitalista- tanto como el papel del empresario, y así traza un panorama más completo de la actividad económica.

Y en la Escuela Bíblica de Gobierno -adscrita a la FM-, en especial pero no exclusivamente para los creyentes, se enseña el antiguo marco bíblico y cristiano del pensamiento liberal. Razón de más para hacer nuestra propuesta interesante para los cristianos de todas las denominaciones y creyentes de todas las persuasiones. Practicando todos -creyentes y no creyentes, que los tenemos también entre nosotros- consideración recíproca y respeto mutuo, además de compañerismo y sincera amistad. (No meramente “tolerancia”, porque eso es un tanto despectivo.)

Pies en la tierra

# 4) Nuestra propuesta no queda en el aire. Adherimos a las tesis de Hans-Hermann Hoppe sobre las autonomías regionales como vía de acceso al capitalismo liberal. Por eso concretamos nuestro Programa en el Estatuto Autonómico del Zulia, que incluye -entre otras libertades-, los derechos económicos garantizados a los venezolanos en 1961 por la Constitución de entonces, que de inmediato fueron suspendidos sin término, arruinando con ello al país, y abriendo la puerta para pasar del socialismo pretendidamente “democrático” al pretendidamente “revolucionario”.

Para decidir sobre el Estatuto proponemos un referendum o plebiscito popular, por sí o por no, a realizar tan pronto concluyamos la presente fase de difundir el mensaje. Y para el plebiscito vamos a necesitar mucho apoyo y veeduría de fuera de Venezuela, porque repito, a Chávez no le gusta la idea.

De resto, excepto mentir o robar, hacemos lo que hace o debería hacer todo movimiento político: imprimimos y distribuimos propaganda, levantamos vallas murales, promovemos reuniones, pasamos el mensaje y pedimos firmas, ayuda económica o en trabajo voluntario, etc. Y cosa muy importante: la gente corriente entiende el mensaje, y nos escucha y nos apoya, ¡sin necesidad de concesiones a la demagógica fraseología de izquierdas! Podemos ser un movimiento liberal ortodoxo y a la vez de pueblo.

# 5) Nuestra línea es bien definida y demarcada. Otros grupos liberales en América latina en cambio fracasan porque no logran deslindarse de posiciones casi anarquistas, o “neo” liberales (fracasadas en los ’90), o casi socialdemócratas. Esas diferencias son insalvables, y por eso la discusión es crónica en esos grupos, y por eso su inacción es permanente.

El Liberalismo Clásico de tipo austriaco gira alrededor del concepto de “Gobierno limitado”. Ahora bien, mucha gente se dice liberal, de nombre, pero tiene problemas con la idea de “Gobierno limitado”. ¿Qué parte de “Gobierno limitado” no entienden? Bueno, los casi anarquistas no entienden la parte de “Gobierno”. Y los “neo” liberales de los ’90, y los casi socialdemócratas, no entienden la parte de “limitado”. Por supuesto que estos grupos no pueden ponerse de acuerdo con nosotros los austrianos, ni entre ellos tampoco. Y por eso el fracaso de los reiterados intentos de llegar a un acuerdo, propiciados sólo porque todos de palabra se dicen “liberales”.

En todo movimiento político, la homogeneidad ideológica suele ser inversa al número de sus integrantes, sobre todo en sus comienzos; pero sin embargo la compactación favorece su rápido crecimiento. No crecen los grupos inicialmente “amplios” y heterogéneos, que pretender ser masivos al arranque, sin el trabajo paciente de convencer y reclutar. Crecen los grupos compactos, aunque inicialmente pequeños, como los múltiples minigrupos de izquierda, pero internamente homogéneos, que tanto crecieron después en el siglo XX. La velocidad de crecimiento de un grupo político parece estar en relación directa con la homogeneidad ideológica e inversa con el tamaño inicial. (Otra vez, disculpen por favor la deformación profesional …)

¿Izquierda? ¿Derecha?

Con el Economista Néstor Suárez, impulsor y líder de este Movimiento, nosotros en Rumbo Propio no queremos nada con el socialismo ni con las izquierdas que lo propician.

Y sí, bueno, muchos nos llaman derechistas, pero eso no nos acompleja. Al contrario, es buena señal, ya que el liberalismo de verdad no es “políticamente correcto”. Y después de todo, ¿qué fue o es Izquierda? ¿y Derecha? En la Revolución Francesa, Izquierda fue jacobinismo y guillotina. Terror y sangre. Derecha fue en 1792 la coalición de liberales, conservadores católicos, demócratas constitucionales y monárquicos, que se pusieron de acuerdo en detener las masivas ejecuciones, deportaciones y confiscaciones. Gracias a Dios. Y en el siglo XIX, Izquierda fue Revolución, y Derecha fue la contención del programa sangriento y destructivo de las Revoluciones. En el siglo XX, desde la Revolución Rusa, Izquierda fue el socialismo en versión dictadura “del proletariado”, que arbitrariamente y de mala fe impuso llamar “derechista” a su mellizo, el socialismo en versión dictadura “de la raza elegida”.

Pero ¿ser de Derecha es algo malo …? Creemos que no. Y creemos que el “Centro” es una forma de eludir la cuestión. O algo peor: el nombre de la economía “mixta” de la “tercera vía”. Y hasta tanto se nos demuestre lo contrario, nos mantenemos firmes en esas opiniones. Como en las demás de nuestro ideario.