BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
Mostrando entradas con la etiqueta RICARDO ESCALANTE. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta RICARDO ESCALANTE. Mostrar todas las entradas

domingo, 27 de septiembre de 2015

RICARDO ESCALANTE, ¡BAH!, CAPRILES, ¡BAH!

Los puntos de vista divergentes son inevitables y enriquecedores en todo movimiento político democrático, pero las cosas cambian de tono cuando se ponen de por medio la inquina o los intereses particulares. Las mezquindades anulan la visión de conjunto.

Así, decir que ahora en la MUD todo marcha sobre rieles sería infantil.  La desdichada afirmación de que hay que salir del confort para ir a la Venezuela profunda -hecha por Henrique Capriles-, solo puede entenderse como un ataque directo contra Leopoldo López y por mampuesto contra María Corina Machado y Antonio Ledezma, a menos que Capriles ignore el sentido de las palabras. ¿Confort de López?
Tal vez con ingenuidad movida por afán presidencial, en el discurso del gobernador de Miranda hay cierto tufo de coincidencia con el peor gobierno de la historia venezolana, que se ensaña con un preso de conciencia.  Digo esto sin ser o haber sido simpatizante del prisionero o de su proyecto político y porque, además, las manifestaciones opositoras del sábado pasado (convocadas por López) ocurrieron en toda Venezuela y no solo en Chacao. Es verdad que no fueron tan grandes como las del 2002, pero tampoco tan malas como algunas convocadas por la MUD.
Pero bueno, en descargo de ese joven Capriles, con una carrera política no exenta de méritos, pudiéramos pensar que su aprendizaje es un proceso que no madura con carburo. Le tomará un buen tiempo superar su catajarra de meteduras de pata, para que pueda dibujar lecciones duraderas y útiles al país. La declaración causa de este artículo viene a recordar, por ejemplo, cómo en su condición de abanderado de la oposición, Capriles atacaba por igual y sin sentido a sus aliados y al chavismo. Su discurso es enjundioso en contradicciones.
Características de grandes políticos de todos los tiempos han sido la paciencia y el olfato para actuar en el instante preciso, es decir, para no adelantarse pero tampoco quedarse atrás. Y, de la misma manera, un principio básico de las buenas refriegas políticas es no atacar en forma desmedida y con ventajas, porque el desespero por madrugarle a los demás cae mal y se paga con desprestigio.  Por eso, Capriles no debería olvidar las enseñanzas de Maquiavelo y las anécdotas de Julio César, el gran dictador democrático.
Ricardo Escalante
ricardoescalante@yahoo.com
@opinionricardo

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, SIN COMUNISMO UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, ESTO NO PUEDE CONTINUAR, TERCERA VIA, DESCENTRALIZAR, DESPOLARIZAR, RECONCILIAR, DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, LIBERTARIO ACTUALIDAD NACIONAL, VENEZUELA, NOTICIAS, ENCUESTAS, ACTUALIDAD INTERNACIONAL,

viernes, 8 de agosto de 2014

RICARDO ESCALANTE, ENTRE WATERGATE Y CARACAS

¿Las reflexiones de los periodistas norteamericanos Berstein y Woodward serán lección para Venezuela?

El periodismo y la justicia independientes marchan de manera paralela y eficiente en sociedades avanzadas sin que un solo hombre logre imponer su voluntad, tal como lo demostró el caso Watergate en Estados Unidos hace ya cuarenta años.  Aquel hecho aún fresco demostró que el presidente más poderoso de la Tierra no podía violar la ley con impunidad y, por eso, fue obligado a renunciar y estuvo a punto de ir a la cárcel.
Los periodistas Carl Bernstein y Bob Woodward se catapultaron a la fama con su admirable trabajo de investigación y The Washington Post se robusteció como institución periodística, porque los intereses nacionales estaban por encima de los objetivos económicos. La caída del presidente Richard Nixon no desembocó en un régimen arbitrario y sigue siendo ejemplo de la existencia de poderes independientes, así como del arraigo de la prensa libre y la libertad de expresión.
Ahora, cuatro décadas después, al reflexionar sobre la trascendencia de lo ocurrido, Woodward y Berstein han dicho que Nixon era peor de lo que se suponía e ilustran su afirmación con el significado de la ley y la Constitución.  La contundencia del argumento nos lleva a preguntarnos por qué hay países como Venezuela, que no pasan de ser campamentos militares al arbitrio de autócratas, de violadores de principios de elemental convivencia civilizada.
“Mucho antes de que explotara el Watergate, el espionaje, los allanamientos, las intervenciones a las líneas telefónicas y el sabotaje político se habían convertido en un estilo de vida en la presidencia de Nixon”, señalaron los periodistas norteamericanos en un reportaje que acaba de publicar el Post.  Era un repugnante estilo de vida que no podía continuar y, en efecto, no continuó en Estados Unidos, mientras en otros lugares (como Venezuela) esas prácticas son habituales.  La corrupción, el hambre y la deshonestidad, imperan en el subdesarrollo.
Las frases de los periodistas norteamericanos que dieron una gran lección al mundo, son estremecedoras y parecieran hechas a la medida de las necesidades morales y cívicas de los venezolanos.  “Durante su presidencia de cinco años y medio, que comenzó en 1969, Nixon emprendió y dirigió cinco guerras sucesivas y yuxtapuestas: contra el movimiento de oposición a la guerra de Vietnam, los medios de información, los demócratas, el sistema de justicia y finalmente, contra la historia misma”…
Claro, la cosa es que Nixon es un caso excepcional en la historia norteamericana, mientras en países africanos y latinoamericanos (como Venezuela) la decencia política, la moral y otros valores inherentes a la democracia, son escasos. De los 184 años de vida republicana, Venezuela ha pasado 140 sometida al garrote militar y, por supuesto, no tenemos razones para ruborizarnos ante la estolidez.  Los presidentes civiles, demócratas, son apenas un accidente.
“Todas ellas (las prácticas viciadas y viciosas) reflejan una mentalidad y un patrón de conducta exclusivos y dominantes en Nixon: el deseo de evadir la ley para obtener ventajas políticas, así como la búsqueda de secretos y aspectos negativos sobre sus oponentes como un fundamento de la organización de su presidencia”…
Por estos días se recuerda en Estados Unidos aquella sucesión de hechos que mantuvieron en vilo al poderoso país y que todavía hoy son objeto de análisis e investigación, pero también es claro que las injusticias existen y que, por ejemplo, el sistema electoral tiene sus fallas. Pero el imperio de la ley existe.  ¿Nos servirá la lección?
Ricardo Escalante
ricardoescalante@yahoo.com
@opinionricardo

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

sábado, 26 de abril de 2014

RICARDO ESCALANTE, ¡LOCOS DE ATAR!

Mi capacidad de asombro se agotó. No solo se trata sólo de un ignorante supino en el ejercicio de un cargo de elevadísima responsabilidad, sino de alguien que a cada paso tiene manifestaciones extremas de irracionalidad y carece hasta de sentido del ridículo. ¡Hasta cuándo, Señor! ¡Hasta cuándo!

Ahh, pero pretenden hacernos creer que locos somos los demás. Por eso, aunque bien claro tenía el concepto de alucinación, esta mañana investigué la definición contenida en el DRAE. Y aunque acertada, me pareció incompleta y acudí entonces a otros diccionarios, hasta que en ese viejo y aún indispensable Diccionario de Filosofía de Ferrater Mora hallé la más precisa explicación:

“Alucinación se llama a la percepción de algo que no existe, o bien, aunque menos frecuentemente, a la no percepción de algo existente”. Más adelante se dice: “Los casos puros de alucinación son raros; por lo general, las alucinaciones se presentan mezcladas con la representación consciente de imágenes que no responden a situaciones objetivas externas. En algunos casos las alucinaciones se refieren a estados internos, estáticos o cinestésicos, por los cuales el propio yo y el mismo cuerpo del que sufre la alucinación, se ofrecen a él de una forma totalmente alucinatoria: fenómenos de cambio de personalidad, sensaciones de alejamiento de sí mismo, etc”…

¡Ahí está! ¡Eso es! El conocimiento de Ferrater Mora es el adecuado, el traje a la medida para definirlos  que no tienen siquiera idea de lo que ocurre en su entorno, vale decir, debemos aprontar la camisa de fuerza.

Cómo será de grave el asunto, que hasta ese embaucador ex presidente brasilero Luiz Inazio Lula manifestó su desconcierto al proponer un gobierno de coalición para Venezuela. Lula es adorador de autócratas pero no loco. Es de izquierda pero no rayó en el delirio de perpetuarse en el poder, aunque sí le echaba leña al fuego con ese autócrata que era Hugo Chávez.

Ya harto de la ineptitud gubernamental, hace unos días Lula propuso esa salida que él sabe que no prosperará y que no puede prosperar porque en La Habana no van a ceder el poder que bien controlan en Caracas. Lula sabe que no es posible un gobierno de coalición, pero lo planteó para decirle al mundo que Venezuela es un peligroso polvorín cuya temperatura aumenta de manera alarmante, y que las llamas pueden expandirse a toda la región. Las explosiones sociales se expanden como el fuego.

Ahora se anuncia una “revolución fiscal”, y lo dicen a pesar de que en Venezuela no hay un sector económico productivo real, porque Chávez y él lo destruyeron todo. ¿Qué van a pechar? Ha hablado de sustituir las importaciones para “cuidar los dolaritos”. ¡Está loco de metra! ¿Cómo vamos a sustituir las importaciones si el país dejó de producirlo todo? Lo único que abunda ahora son los esquilmadores del Erario, los diosdados y los rafaelramírez cada vez más ricos. ¿Los meterá presos? ¡No saben que están locos!

Ricardo Escalante
ricardoescalante@yahoo.com
@opinionricardo

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

jueves, 10 de abril de 2014

RICARDO ESCALANTE, EL POMPEYO MÁRQUEZ QUE CONOCÍ

Era yo un pichón de periodista en San Cristóbal cuando conocí a Pompeyo Márquez en noviembre de 1970, mientras él recorría el país con sus explicaciones sobre las causas de la ya inevitable división del Partido Comunista de Venezuela, que dio origen al Movimiento Al Socialismo (MAS).
Márquez estaba entonces en su tránsito hacia algo distinto, deslastrado de aquel comunismo internacional de tiesos y viciados dogmas que tenían a Moscú como su Meca. Las atrocidades soviéticas y las proclamas contrarias a la razón, lo empujaron a ser uno de los protagonistas principales del debate interno en el PCV, mientras las contradicciones se profundizaban en Europa del Este y la represión aumentaba.
La desilusión había comenzado mucho antes, al descubrir que a su familia la tenían como en un campo de concentración en la capital rusa, mientras él era un perseguido político. Poco a poco Pompeyo iba descubriendo que una cosa eran las palabras y otra las realidades del imperialismo comunista, con lo cual se enriquecía su espíritu crítico.
Con los años yo pasaba de un periódico a otro y, así, en la misma medida nos convertíamos en amigos. Recuerdo que en uno de nuestros tantos almuerzos en restaurantes de La Candelaria y Altamira, él agitaba sus enormes manos de gladiador a ritmo del relato de su participación en el XX Congreso del Pcus, en aquel gélido febrero de 1956, cuando Nikita Kruschev pronunció el largo e impactante discurso con denuncias de la crueldad ilimitada de Stalin contra su propio pueblo.
La hipocresía comunista era tan grande, que a las delegaciones extranjeras no se les permitió asistir a esa histórica sesión.  En el instante en que Kruschev describía las atrocidades del régimen del cual había sido miembro prominente, Pompeyo, al igual que los demás invitados del exterior, eran llevados en un engañoso recorrido por lugares turísticos de la ciudad, mientras escuchaban las explicaciones de esos guías entrenados para decir medias y torcidas verdades históricas.
El proceso de revisión de las ideas comunistas tomó años, en los cuales ese veterano político intervenía en la lucha armada contra el gobierno legítimo de Rómulo Betancourt en Venezuela, pero el estudio y la dura realidad le permitieron reflexionar y admitir que su postura había sido una gran equivocación. Pompeyo juró entonces combatir todo aquello que tuviera tufo totalitario de cualquier signo y el culto a la personalidad.
En otro de nuestros almuerzos, en compañía del común y apreciado amigo Pedro Llorens, pasábamos revista a la lista de dictadores que con inteligencia y buena carga de cultura han tenido habilidad para esconder en guante de seda el puño de acero. Ahí él recordó entonces ciertos detalles de un encuentro suyo en Pekín con un hombre de finos modales, vastos conocimientos y sin corazón para derramar una lágrima a la hora de mostrar su dureza: Chou En Lai.
En 1998 luchó en el MAS contra la tesis oportunista de respaldar la candidatura presidencial la candidatura presidencial de Hugo Chávez. Advirtió con firmeza el peligro que para el país representaba un militar golpista cuyas intenciones totalitarias eran evidentes, pero se impuso la tesis pragmática, el negocio político. Ahí llegó su otra gran desilusión, porque el partido que en sus inicios había prometido algo fresco, nuevo en el terreno de la confrontación de las ideas, se desmoronaba en medio de su postura clientelar, con graves desviaciones. En ese mismo momento Pompeyo y Teodoro Petkoff se separaron del partido, aunque no de la refriega diaria.
Antes, cuando el segundo gobierno de Rafael Caldera (1993-1998) se tambaleaba con sus terribles inconsistencias, aceptó apoyarlo como una manera de sostener el régimen democrático. Lo hizo a pesar de las torpezas antisistema de Caldera, que dieron al traste con la etapa de 40 años de vida democrática venezolana.
En los tantos años de trayectoria política, en los cuales ha escrito libros e infinidad de artículos de opinión, Pompeyo Márquez ha cultivado la imagen del dirigente combativo y a la vez tranquilo con su conciencia, respetado incluso por quienes ha adversado sin vacilaciones. Por eso, rindo homenaje a mi buen amigo Pompeyo Márquez por su valiente e inagotable capacidad autocrítica.
Ricardo Escalante
ricardoescalante@yahoo.com
@opinionricardo

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

sábado, 29 de marzo de 2014

RICARDO ESCALANTE, VENEVISION, DESMEMORIADOS

En todas partes hay gente con pésima memoria o se hacen los desmemoriados.  Ponen cara de yo no fui a la hora de hacer y decir barbaridades y, como dijo Uslar Pietri un par de veces, creen que los demás somos pendejos.  A esos hay que recordarles de vez en cuando que la Fitina todavía se encuentra en ciertas farmacias.

Uno de esos desmemoriados es Gustavo Cisneros, el hombre de “Venezolana de Venevisión” y del estruendoso pacto con Hugo Chávez. El hombre que después de haber formado parte de las manifestaciones populares del 2002 y de haber organizado reuniones que el teniente coronel no vaciló en calificar de conspirativas, se presentó en el despacho presidencial acompañado por Jimmy Carter.
“No hubo pacto”, decía y repetía Cisneros.  Lo cierto es que dejó a la oposición agarrada de la brocha y puso sus radioemisoras y el Canal 4 al servicio del autócrata. ¿Mala memoria? Que lo digan varios periodistas, entre ellos Napoleón Bravo.  Los principales programas de opinión fueron cancelados y hubo despidos.  Chávez lo tenía agarrado por ahí, con aquello de unas armas que encontraron en una casa aledaña a Venevisión.
Ricardo Escalante
ricardoescalante@yahoo.com
@ricardo04410868

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

sábado, 22 de marzo de 2014

RICARDO ESCALANTE, DIOSDADO PREPARA SU HOGUERA, LA FARSA DEL ANTEJUICIO A MARÍA CORINA MACHADO

La historia de la humanidad está plagada de farsantes que en sus irracionales mentiras y flagrantes atropellos, han cavado sus propias tumbas al empujar pueblos enteros por despeñaderos de dolor y desencanto.

La lista de nacidos para causar daño es interminable, pero unos se han convertido en ejemplos protuberantes del mal porque ni siquiera han podido escapar a la crueldad de sus propias  estratagemas. Así, Girolamo Savonarola (1452-1498) es un caso que viene como anillo al dedo a propósito del infierno en que Diosdado Cabello y Nicolás Maduro se empeñan en convertir a Venezuela.
El mundo entero presenció a través de la televisión las repugnantes escenas ocurridas ayer tarde martes en Caracas, cuando en la Asamblea Nacional un militar disfrazado de civil utilizaba expresiones soeces de distinto calibre contra la diputado opositora María Corina Machado, cuyo rostro apenas podía contener los sentimientos de confusión e indignación. Era inocultable el malsano placer conque Cabello creía pisotear la condición femenina de la valiente María Corina.
El presidente de la AN exhibía con ferocidad esa jaquetonería propia de los cobardes investidos de poder, sin siquiera medir el tamaño del rechazo internacional que despertaba. Pero, en dirección opuesta, ella transmitía la sensación de tranquilidad que solo poseen los inocentes dotados de la razón.  Así lo hacía la admirable dama durante el interminable bochorno protagonizado por quien creía humillarla y, poco después, la respuesta de ella no se hizo esperar: En rueda de prensa reafirmó que no se doblegará y que su lucha llegará hasta el final.
Al mismo tiempo, en las calles de toda Venezuela se reavivaban los focos de resistencia que el gobierno ha sido incapaz de apagar, porque los ciudadanos están decididos a luchar a costa de vidas, torturas, desapariciones, escasez de alimentos y otros productos esenciales, violaciones a la ley, corrupción y más. En la medida en que la brutal represión crece, la entereza popular abandona el miedo.
Ahora Diosdado Cabello nos ha venido a recordar otra vez a ese monje dominico loco Savonarola, que adquirió notoriedad como organizador de “hogueras de vanidad”, en las cuales se quemaban libros, obras de arte y hasta cosméticos.  El dominico se sentía dueño exclusivo de la verdad y predicaba contra el lujo, las desviaciones de la oligarquía y la corrupción. Al estilo actual de Cabello, vejaba a sus conciudadanos.  Sus orígenes eran los de un acomodado, pero sostenía que ser rico era malo, pecaminoso, y que había que perseguir a los poderosos hasta las últimas consecuencias. 
Cabello predica contra oligarquía y los estudiantes.  Denuncia conspiraciones y revueltas y, como su inspirador Hugo Chávez, también promete un mar de felicidad al estilo cubano. Así son los dictadores. No hay diferencias entre los de derecha e izquierda porque su propósito es el mismo: perpetuarse en el poder contra viento y marea. ¡Terrible!
Savonarola distaba mucho de ser un teólogo, pero en algún momento la demagogia y el fanatismo lo empujaron a internarse en un monasterio, donde se dedicó a estudiar técnicas y efectos del discurso político, que luego utilizó para promover alzamientos contra la iglesia y contra los Médici -entonces gobernantes de Florencia- que fueron acusados y defenestrados. Con carisma y falsedad logró tener un alto número de seguidores que no mucho tiempo después se desilusionaron y lo abandonaron.
A diferencia de Savonarola, Diosdado Cabello no es carismático.  Es falso, agresivo, y sus amigos cercanos lo definen como voraz: Su riqueza ha crecido desde la llegada del chavismo al poder. Al igual que los familiares de Hugo Chávez y Rafael Ramírez, él y su entorno no logran contener la ostentación. Es uno de los grandes esquilmadores del Erario venezolano.
Los días finales de ese Savonarola prepotente, desalmado, se convirtieron en un drama. Fue excomulgado y llevado a prisión, después fue trasladado a Roma, donde un tribunal lo condenó a la hoguera.  Al grueso de los venezolanos (por fortuna) no nos animan sentimientos inquisitoriales, pero es claro que DC no se labra un buen futuro.
Ricardo Escalante
ricardoescalante@yahoo.com
@opinionricardo

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

viernes, 21 de marzo de 2014

RICARDO ESCALANTE, ¿LOS VENEZOLANOS SOMOS SOMALIES?

El gobierno que se jacta de poseer las mayores reservas de petróleo del mundo, mata de hambre y a plomo limpio a sus súbditos.

No es necesario ser Sherlock Holmes para mostrar los pelos del burro en la palma de la mano, porque a cada paso la torpeza del inefable Nicolás Maduro deja claros rastros de su preocupación apabullante. Diríase, del brutal cúmulo de indicios de desesperación.

¿Quién lo entiende? Por un lado azuza a sus hordas de paramilitares contra la población civil desarmada y, por el otro, la acusa a ella de tratar de derribar a su gobierno “legítimo”. Mata, tortura, apalea, destroza, usa la ley a su antojo y, al mismo tiempo, se declara “víctima inocente”.  Double standard dirían los angloparlantes o, mejor aún, los “cachorros del imperio”.

Maduro acaba de anunciar, de manera unilateral, una supuesta comisión de alto nivel para discutir la paz y el respeto mutuo con Estados Unidos, pero yo, despistado como siempre, me pregunto cuándo comenzó la guerra con el coloso del Norte. Si discutimos la paz en el plano internacional, con mediadores inclusive, es porque estamos en guerra con otro país…  ¿O no?  Ahh,  y algo importante, esa comisión sería encabezada por ese “pacifista” contumaz llamado Diosdado Cabello.

La “autoridad” de Diosdado para hablar de paz no está en duda porque la ha demostrado en la Asamblea Nacional: No de otra manera se explican las palizas a María Corina Machado, Julio Borges, William Dávila, y otros diputados opositores. Una “madrecita de Calcuta”, pués…  Por eso llegó a declarar que los parlamentarios de oposición no tenían derecho de palabra, ni representación en las comisiones legislativas y que, además, serían expulsados de la AN.  ¡Un “pacifista” contumaz!  Y ese es el mismo Diosdado “valiente” a quien los chavistas buscaban debajo de las camas en abril de 2002.  ¿Lo recuerdan?
Candelita que se prende… Cuando hace ya más de un mes comenzaron las protestas en mi añorada San Cristóbal y poco después se propagaron como pólvora encendida, Maduro prohibió toda clase de manifestaciones y advirtió que sólo las autorizadas, ¡las chavistas!, serían permitidas.  Entonces dijo que habría mano dura.  ¡Y la hubo!, pero lo cierto es que ninguna de sus políticas ha sido rectificada. ¿Es eso un signo de fortaleza real o de tozudez? La escasez de productos esenciales hace pensar que vamos camino de Somalia, con gente muriendo de inanición. ¡No es mentira!

Los paramilitares comenzaron la matanza, el terrorismo desenfrenado, mientras él, cartabón habanero en mano, sentenciaba con aquello de “candelita que se prende, candelita que se apaga”. Esa era una manera de revelar que habría una escalada de violencia oficial, que se ha cumplido pero no ha logrado el cometido de someter a la población. ¿Por qué será?

Luego convocó a Miraflores unos cuantos chavistas trasnochados y a ciertos empresarios solo interesados en sus business (cosa no criticable en cualquier país con plenas libertades).  Lorenzo Mendoza pronunció entonces su bien hilado y a la vez melancólico discurso, según el cual el problema nacional no era político sino económico y, además, clamaba por una “comisión de la verdad económica”.  ¡La economía Lorenzo, la economía, Lorenzo!, pero la verdad es que ni siquiera el maestro cervecero ha logrado apagar la sed de paz y de justicia, frente a los abusos del gobierno. Todavía recuerdo aquella propaganda que la gente parafraseaba así: “!Agarra el “águila” por el pico y el “oso” por las bolas!”  Ahora pienso que ni Lorenzo ni Maduro agarraron el “oso” por las bolas…

Con cara de yo no fui, el encapuchado Elías Jaua dijo que cada vez que John Kerry abría la boca estimulaba las protestas en Venezuela y, por eso, el gobierno venezolano no podía controlar la violencia.  Entretanto, desde San Cristóbal el ministro del Interior se declaraba impotente ante el problema, al afirmar que de las manifestaciones callejeras habíamos pasado a un estado de subversión… Bueno, a buen entendedor, pocas palabras.

Hace un par de semanas Maduro advirtió que ni la OEA, ni la Unión Europea, ni nadie, iría a Caracas en plan de mediador…  Pero, bueno, ¿en qué quedamos entonces?  ¿Eso no es contradictorio con la cacareada reunión de cancilleres de Unasur en Caracas, y con la propuesta de mediación del Presidente colombiano aceptada por el madurismo?  Pués bien, todos los indicios apuntan a que alguien va a terminar chamuscado.

Ricardo Escalante
ricardoescalante@yahoo.com
@opinionricardo

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

jueves, 20 de marzo de 2014

RICARDO ESCALANTE, ¡QUE VIVAN LOS SICADIOS!

Con asombro he leído las más recientes declaraciones del presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes, porque en ellas se esconde el absurdo de todos los absurdos: “Estamos en el país del caos, pero pudiera ser peor y trabajamos para eso”… Como decía Cantinflas: “Que si sí, que si no… Que si yo, que si tú”…

En las palabras “matemáticas” del profesor Merentes hay, sin embargo, un lado que no deja de ser interesante, porque admite la existencia de una crisis nacional sin precedentes aunque, por supuesto, para ver esa verdad de Perogrullo no se necesitaban ni anteojos ni andar con esas complicadas ecuaciones que a él lo dejaron calvo con precisión matemática.  Como dijeran Fidel y Raúl Castro: “!Óyeme tú, cosa ma´ grande!”…

Claro, lo que Merentes todavía no ha logrado aprender y aprehender es que en el lado pantanoso de sus palabras hay también un lado de escasa precisión: “”!Falta de cálculo e integrales!”, como diría alguien con postgrado en posibilidades macro y micro económicas.

En el programa (des)calificado de José Vicente Rangel, el hombre que analiza los ruidos de los estómagos venezolanos dijo que “la economía tiene las realidades que no puedes ocultar: Tienes inflación, tienes escasez y el crecimiento (económico) no es robusto. Hay una variable que no ha sido tan perturbada que es el empleo, tienes una masa monetaria, tienes un problema cambiario”…  Ahh, pero la cosa no es grave. No es como para llevarse las manos a la cabeza. ¡No!

Merentes habla así con el conocimiento académico de causa y efecto, aunque con la modestia que le caracteriza se niega a revelar el secreto de sus enormes méritos universitarios: Fue aventajado condiscípulo de Cantinflas en la cátedra de “que si tú, que si yo”.  Investido con esa respetable autoridad, él, regla de cálculo en mano, asegura que no hay ni harina Pan, ni aceite, ni papel higiénico, ni desodorantes, ni toallas sanitarias para las mujeres, ni repuestos para carros y, además, la inflación causa vértigo, pero no hay razones para alarmarse.  ¡No!

El presidente del BCV agregó: “Venezuela tiene cómo superar rápido este momento que no es tan bueno, un momento que no es el mejor, (pero Venezuela) tiene cómo hacerlo; de hecho, el gobierno está tomando medidas que apuntalan a salir rápido de esto”... Y yo, que ni siquiera estornudo ante las petrificantes catilinarias de Rangel, en ese instante observaba la mosca verde que no se apartaba de la nariz del “conductor” del programa, pero luego repetí 17 veces la grabación para entender bien aquellas frases magistrales.

¿Qué quería decir el profesor Merentes? Muy sencillo: 1) Que este es un buen momento pero no el mejor del madurismo, porque ha habido algunos excepcionales. 2) Que Venezuela tiene cómo resolver los problemas de Cuba, para lo cual nos endeudamos con las ventas de petróleo a China. 3) Que saldremos rápido de esto al liquidar esa oposición devoradora de papel higiénico. 4) El sueño del empleo no se perturba, es decir, se equivocan quienes creen que encontrarán trabajo digno. 

A esas alturas de la entrevista, yo, que no tuve la suerte de ser compañero de estudios del matemático gástrico y, por supuesto, tampoco de Cantinflas, saludaba con alborozo la excelencia de todo cuanto escuchaba, porque desde este mar de la felicidad venezolana ya divisamos el malecón de Varadero.

Pero, ¡debo admitirlo!, como soy de aprendizaje lento, tengo que rematar con la confesión de que en las maravillosas palabras del luminoso matemático había un punto que no logré descifrar a plenitud:  Eso de que con el Sicad se frena el precio del dólar negro, que ya está en cien mil bolívares (¡No cien!).  Imagino que eso tiene que ver con sicarios que no perdonarán a quien necesite dólares, es decir, que a partir de ahora no habrá sicarios sino sicadios.  ¡Que vivan los sicadios!

Ricardo Escalante 
ricardoescalante@yahoo.com
@opinionricardo

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

sábado, 1 de marzo de 2014

RICARDO ESCALANTE, OFRENDA A SATANÁS

Los empresarios no resuelven el problema existencial del gobierno.
Nadie en sus cabales podría decir que en los últimos 16 años ha habido diálogo efectivo entre el gobierno venezolano y otros sectores.  Nunca, porque el gobierno habría tenido que renunciar a su estrategia truculenta y dejar resquicios al sistema democrático, en el cual jamás ha creído y menos se ha interesado.
¿En unas pocas horas se pueden borrar
15 años de insultos, abusos,
expropiaci
ones e ilegalidades?
Hasta ahora esa estrategia de “diálogo” ha servido sólo a los intereses chavistas. Y en esta ocasión, cuando la mayoría de la población está harta de promesas incumplidas, engaños, corrupción, inseguridad, inflación galopante, pisoteos a las leyes y flagrantes atropellos a los derechos humanos, la dirigencia opositora rechazó la invitación a otro “diálogo”.  Y, hay que repetirlo, las masas desbordaron el liderazgo y se lanzaron a las calles.
Pero, aunque la Mesa de Unidad Democrática cambió su línea, es obvio que entre los venezolanos no chavistas persisten enormes diferencias que los hacen frágiles.  No de otra manera se explica la presencia de representantes del empresariado en el palacio presidencial y, de manera especial, del dueño del conglomerado Polar, Lorenzo Mendoza.  ¿Qué pensar?  ¿El Ejecutivo les devolverá lo expropiado, los respetará, escuchará y tomará como buenas sus críticas? Pues no, pero queda en evidencia que el capital es débil y hasta enamoradizo ante el poder.
Los empresarios, y sobre todo Lorenzo Mendoza, enviaron la clara señal de que la oposición les importa un bledo. Además, es obvio que la mayoría de la población está hastiada, pero no por eso estamos ante el inminente derrumbe del binomio Nicolás Maduro-Diosdado Cabello.
El ambiente que ayer se vio en televisión daba la sensación de que son hombres de negocios ingenuos frente a la sonrisa de muchacho bueno que a veces exhibe el mandamás, sin que se desvaneciera esa pregunta pegajosa, desagradable, que para los avezados en política comienza a tener los asomos de una respuesta digerible: ¿Maduro saldrá indemne con la ayuda empresarial?
¡No! Nicolás Maduro no se sostendrá porque apenas está pegado con alfileres y saliva de loro. Él baila y se sacude mientras el país gotea sangre. Los encapuchados pagados por nóminas secretas de los ministerios de Interior y Justicia, Defensa y la Secretaría, todas las mañanas salen en sus motos a sembrar el pánico a toda costa.  Maduro y su equipo han esquilmado los recursos nacionales. A pesar del billón de dólares que ha entrado desde el comienzo de la administración de Chávez, todo ha sido insuficiente para atender planes y programas serios y, por lo mismo, las importaciones están paralizadas. No hay dólares para cubrir las necesidades de alimentos (porque ya nada se produce en el país), medicinas, insumos industriales, repuestos y, como si fuera poco, las posibles fuentes de financiamiento externas ven a Venezuela con recelo. La industria petrolera es maula y deficiente.
El país arde por los cuatro costados. La carga burocrática es irresistible porque la insensatez de Hugo Chávez la elevó a niveles nunca antes vistos.  Cientos de empresas grandes, medianas y pequeñas fueron expropiadas sin razón alguna, con el sólo propósito de establecer un régimen de control férreo de la sociedad y, en esa misma medida, los trabajadores eran absorbidos por el aparato del Estado.  El resultado, por supuesto, no podía ser distinto al previsible: La mayoría de esas empresas han cerrado sus puertas pero sus nóminas se mantienen.
Las haciendas que abastecían de carnes y vegetales el mercado nacional, ahora son monte y culebras, o fueron vendidas por partes, con lo cual ciertos funcionarios se ganaron la lotería sin haber comprado un solo ticket.  Se hicieron millonarios, mientras el ingreso petrolero no ha podido disfrazar la ineficiencia y la deshonestidad.  Eso ocurrió con tomateras, empresas lecheras, cementeras, plantas químicas, fábricas de cartón y papel, líneas aéreas nacionales, periódicos, emisoras de radio y más.
En Venezuela hay hambre.  Es verdad que la violación de una joven fue la chispa que incendió la pradera en el Táchira -uno de los estados más golpeados por el gobierno-, pero echar gasolina en esa zona significa hacer colas de tres y cuatro horas y, como si fuera poco, a veces no hay combustibles durante dos o tres días.  Los mercados y automercados están vacíos porque todo va a parar a Colombia.
Por eso, y aunque haya venezolanos flojos de cascos frente al poder, la mayoría quedó curada con la dolorosa experiencia de abril de 2002 y sabe lo que espera al chivo que se devuelve.
@opinionricardo

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

miércoles, 26 de febrero de 2014

RICARDO ESCALANTE, PUEBLO EN LUCHA SIN RETORNO

Maduro extravió el antifaz. Cautela a la hora de acudir a las redes sociales.

Nicolás Maduro y Diosdado Cabello superan la ferocidad demostrada por Hugo Chávez en los acuciantes días 11 y 12 de abril de 2002, porque además de extender los atropellos a todo el territorio nacional, ellos tienen paramilitares y parapolicías organizados que alardean de su poder de fuego y capacidad para sembrar pánico. Y como si fuera poco, está comprobada la presencia de militares cubanos con uniformes de la Guardia Nacional.
Esa fuerza, no obstante, ha resultado insuficiente para aplacar las protestas porque el régimen  subestimó a las masas, cuya admirable lucha desbordó incluso al liderazgo opositor, que ahora hace esfuerzos para capitalizar el descontento.  La situación del Táchira es alarmante porque las acciones del aparato represivo pasaron a ser desproporcionadas, con uso de aviones militares rusos, helicópteros artillados y paracaidistas, frente a protestas imaginativas y contundentes de la población civil desarmada.
Las manifestaciones callejeras ya se registraban en San Cristóbal desde hacía una semana, sin que hubiera muertes o destrozos a instalaciones públicas o privadas.  Hay múltiples testimonios de que fueron los colectivos, en sus actuaciones coordinadas con piquetes de la Guardia Nacional, quienes empezaron los destrozos durante la noche del pasado miércoles, mientras la población dormía. La ciudad estaba en calma.
¿Cómo se explica eso? Ahh, muy sencillo: En la cabeza de Maduro habitan dos personas que nunca se ponen de acuerdo: Una es lenta, pesada en su andar, inculta, incapaz de hilar un discurso coherente con las cuatro frases que aprendió en Cuba, cuya ineficiencia acabó hasta el papel higiénico y la harina para las deliciosas arepas; la otra es pandillera, destructiva, intemperante, que sólo sabe aumentar el número de presos políticos y todo lo arregla con fuerza bruta.  La primera a veces habla de armonía y diálogo, la segunda es pugnaz a rabiar.  Por eso, en medio de la estolidez, Maduro es su propio enemigo.
En San Cristóbal y otras ciudades del Táchira, donde la ausencia de alimentos y otros productos se siente con mayor intensidad, el gobierno ha llegado a interrumpir los servicios de internet y teléfonos. En Mérida ha cortado la electricidad en momentos álgidos de las manifestaciones estudiantiles, para generar confusión y desconcierto, pero los venezolanos están decididos a continuar la reclamación de sus derechos individuales y colectivos.  Los embates de paramilitares y de la Guardia Nacional son permanentes.
La censura y autocensura de los medios de comunicación nacionales y regionales, sobre todo en la radio y la televisión, son críticas. Los corresponsales extranjeros continúan en el desempeño de sus funciones, a pesar de que algunos han sido amenazados.  En ese ambiente sin libertades, las redes sociales pasaron a ser el medio de comunicación esencial. El porcentaje y la frecuencia de usuarios de esos instrumentos en Venezuela, están entre los más elevados de América Latina y del mundo.
En las redes, sin embargo,  ha salido a relucir el lado riesgoso que causa confusión, porque hay quienes las utilizan para lanzar rumores, verdades a medias y falsedades descaradas.  Un ejemplo de irresponsabilidad delirante es el de una actriz que colocó en Facebook la foto trucada de un “joven” que practicaba sexo oral con un supuesto Guardia Nacional, acompañada de la leyenda “a estos vejámenes son sometidos nuestros estudiantes”…. El montaje -que da lugar a preguntarse si esos ardides son válidos como herramienta de confrontación-, circuló de manera profusa porque muchos incautos lo repitieron.
De la misma manera, en el gobierno hay equipos dedicados a bloquear y a congestionar páginas web y, a través de Facebook, Instagram y Twitter, tratan de distorsionar la realidad. Con Youtube -fuente de divulgación de videos en los cuales se demuestra la violencia oficial- el gobierno venezolano no ha podido hacer nada hasta ahora. A pesar del control de los ciudadanos y del régimen de terror, los ciudadanos están en las calles y todo indica que van a continuar, porque están hartos de mentiras y manipulaciones de los resortes del Estado y, sobre todo, porque el hambre ya es irresistible.
¿Qué puede y qué va a pasar ahora?  Es difícil predecirlo, pero hay signos de que el gobierno en su desesperación incurre en costosos errores.  En el mundo actual, cuando imágenes pavorosas vuelan por todos los rincones y nada las puede impedir, las violaciones de los derechos humanos son un tema sensible y Nicolás Maduro y Diosdado Cabello no lograrán quitarse la etiqueta de dictadores, pero, al mismo tiempo, las falencias de la dirigencia opositora son grandes y actúan como un freno en la búsqueda de una pronta y eficiente solución. Algo que también parece obvio es que si las masas ponen fin a sus protestas, se repetirán los episodios de engaños y el hambre se agudizará todavía más, con lo cual la dictadura se atornillará por tiempo indefinido.  ¿Qué nos deparará el futuro?  Nadie tiene la bola de cristal.
@opinionricardo

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

jueves, 20 de febrero de 2014

RICARDO ESCALANTE, ¡FARSANTES!

Hace unos días circuló profusamente en internet el audio con un supuesto mensaje de Hugo Chávez a su hermano Adán, en el cual se declaraba secuestrado. Lo escuché dos veces y me pareció que se trataba en efecto, de su inconfundible voz, pero, por supuesto, si se examinan las circunstancias que rodearon la vida del caudillo a partir de la primera operación pélvica que le practicaron a mediados de 2011, la única conclusión posible es que la grabación es obra de un experimentado embaucador.
Se sabía que Chávez estaba aquejado por una de las variedades más agresivas de cáncer, pero él, Fidel y Raúl Castro, se empecinaban en ocultar la gravedad del diagnóstico y las expectativas de vida para retener el mando hasta el instante de la muerte, para asegurar la continuidad del régimen y avanzar en creación del ser legendario, casi sobrenatural.  Un final terrible para alguien que amenazaba con gobernar cincuenta años.
Durante año y medio el autócrata hizo esfuerzos para dar la impresión de que ciertas manos milagrosas y avanzados medicamentos producían el efecto deseado, aunque el aspecto desnudaba la farsa. Con el rostro abotagado, un feo color cobrizo y andar cansado, se aferraba a la condición de caudillo y se ponía de rodillas ante el Cristo que con prepotencia antes denostaba. Quería creer su triste mentira. Y aquí voy ahora a contar por primera vez la anécdota de un médico colombiano -un amigo a quien conocí hace muchos años en Londres-, que pasó por Houston en noviembre de 2011, cuando la salud presidencial era solo especulaciones y secretismo.
Mi amigo había coincidido en un evento profesional con uno de los doctores que atendían al Presidente venezolano en aquella etapa del mal, quien en términos confidenciales le describió las características del tumor extraído de la parte posterior de la vejiga y los órganos invadidos. Los augurios eran devastadores, a pesar de que el tratamiento era el mejor que existía. El paciente era un hombre de contextura fuerte, acostumbrado al ejercicio físico, pero estaba sujeto a imponderables: No todos los organismos reaccionan de la misma manera a la medicina. Ya entonces le calculaban una vida máxima que podía estar entre 8 y 12 meses, pronóstico que resultó acertado.
Las actividades públicas del jefe del Estado comenzaron a disminuir en forma progresiva al llegar el año 2012. Apeló al uso creciente de los medios radioeléctricos para suplir las ausencias impuestas por el dolor inclemente, que era aliviado con drogas heroicas. Atrás habían quedado las largas caminatas y el programa Aló Presidente, que solía durar hasta ocho horas y era transmitido en cadena de radio y televisión. Hasta compromisos de Estado eran cancelados intempestivamente. Twitter pasó a ser una herramienta esencial, hacía viajes no programados a Cuba y con fines proselitistas endeudaba el país de manera irracional. Las elecciones presidenciales fueron adelantadas ante la certeza de la mengua de las condiciones físicas.
Lo que vino después es harto conocido. Los viajes a La Habana eran cada vez más frecuentes y de mayor duración, hasta que ya no pudo gobernar, mientras el país andaba a la deriva y a la oposición le faltaba garra para llenar el vacío presidencial. En vez de reclamar la declaratoria de ausencia absoluta del Presidente, lo más importante para el ex candidato Capriles Radonsky era orar por la recuperación y el pronto retorno de Chávez.
En aquellos meses aciagos, Venezuela quedaba en evidencia como uno más de esos países afroindios latinoamericanos propensos a la mitología. Unos lloraban y en el pecho llevaban medallitas con la imagen de Chávez. No faltaban siquiera relevantes detractores que lo estimaban indispensable, en vez de promover un liderazgo civil que rescatara la pluralidad de las ideas y las banderas democráticas.  De esa forma y con la habilidosa tracalería cubana se llegó al gobierno de ese ignorante primitivo que es Nicolás Maduro.
Ahora mis lectores se preguntarán qué persigue mi circunloquio. Pues algo sencillo: Insistir en que hasta en la oposición hay quienes creen en la invencibilidad del chavismo y con sus grabaciones de “Chávez” alimentan el mito, con lo cual le sirven al peor y más corrupto de los gobiernos venezolanos.  ¡Aliados involuntarios de Maduro!
@opinionricardo

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

jueves, 13 de febrero de 2014

RICARDO ESCALANTE, LA RIESGOSA MANIOBRA DE CONTROLAR CON REPRESIÓN. ¡VALIENTES ESTUDIANTES!

El gobierno de venezolano, en el desespero por su incompetencia delirante, ni siquiera tiene empacho en recurrir a métodos elementales represivos de formas elementales para con  los descontentos. Y lo hace exactamente como ocurre en Cuba o en Zimbabue, con acusaciones falsas de cualquier tipo para amedrentar a quienes salen a las calles a protestar contra la galopante inflación, la inseguridad personal y colectiva, y contra la aguda escasez de productos de consumo masivo.
Lo que acaba de ocurrir en el corazón de los Andes, en San Cristóbal, es evidencia de la ausencia de sindéresis en un régimen cuya característica esencial es el totalitarismo:  Tres universitarios -Reinaldo y Leonardo Manrique, estudiantes de contaduría y derecho-; así como Jesús Gómez, cursante de otra carrera-, fueron apresados por agentes de la policía política, llevados a instalaciones militares y acusados de una catajarra de delitos que, por supuesto, no cometieron.  Son presos de conciencia.
El traslado de jueces amañados y fiscales del Ministerio Público a instalaciones militares para hacer las imputaciones a toda carrera, pone en evidencia que Nicolás Maduro no cuida las formas. El mandamás habla de “felicidad” ciudadana pero, al mismo tiempo, con su estolidez descomunal confiesa que no le importa ser llamado dictador.  En el siglo XXI, es un dictador de viejo cuño: Garrote en mano, prisión, bozal y cero papel higiénico para todos.
Nadie podía esperar, por supuesto, que Maduro al menos hubiese llegado a ser un desprevenido lector de ciertos pasajes hermosos de la historia contemporánea de Venezuela. No, porque apenas llegó a un liceo para lanzar piedras y cometer tropelías, tal como lo recuerdan quienes en aquella época lo conocieron. Haber tenido en sus manos ciertas obras le habría permitido enterarse de lo qué fue, por ejemplo, la generación del 28, quiénes la formaron y en qué consistieron sus desvelos y luchas contra la dictadura de Juan Vicente Gómez.
Si Maduro hubiese tenido alguna inquietud por el estudio y los principios democráticos, con toda seguridad se habría enterado del papel desempeñado por aquellos valientes jóvenes universitarios y por qué ellos hicieron contribuciones  admirables e imborrables a la vida nacional en buena parte del siglo XX. Pero no.  No fue así y no podemos pedirle peras al olmo.
Claro, y de manera desafortunada para él, ignora que en la historia contemporánea de Venezuela siempre ha habido jóvenes que han encendido la llama de grandes cambios.  Es verdad que entre ellos también ha habido equivocaciones, pero de la misma manera muchos han rectificado de manera honrosa. ¿No estará Maduro apagando con gasolina el incendio que él mismo provocó?
Eso de llevar presos de una ciudad a otra y someterlos a procesos judiciales interminables, tal como lo hicieron con el comisario Iván Simonovis, es muestra de una aborrecible violación de los derechos humanos.  ¿Le harán lo mismo a estos tres estudiantes inocentes que acaban de apresar y trasladar a Coro? ¿Hay acaso dudas de que el juicio contra Simonovis fue una patraña urdida por Hugo Chávez? Por eso y mucho más, en la población venezolana existe la convicción y el deseo de salir a la calle, a la plaza pública, para combatir  el régimen arbitrario y antidemocrático que controlan desde La Habana.
@opinionricardo
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

martes, 14 de enero de 2014

RICARDO ESCALANTE, ¡ESTADO DELINCUENTE!

No sin asombro he visto como Nicolás Maduro trata de voltear en la opinión pública la detestable tortilla de la delincuencia que campea en Venezuela.  Los asesores cubanos han reaccionado con rapidez, para hacer creer que el aumento vertiginoso de asesinatos, asaltos, robos, violaciones y otros hechos, son provocados por sectores irracionales interesados en desprestigiar al gobierno.
Eso de decir que cada venezolano debe asumir su cuota parte de responsabilidad ante hechos criminales es cuando menos imaginativo, pero no por eso deja de ser una marrullería al estilo de los dramas de Woddy Allen en sus divertidas películas. Maduro pareciera insinuar que lo mejor es declararnos culpables de las más de 25 mil muertes violentas ocurridas en Venezuela durante el último año, y que, en consecuencia, los asesinos deberían ser considerados víctimas inocentes de una sociedad perversa. ¡Así nomás!
La estrategia oficialista es chapucera pero distrae a los incautos. Primero, Maduro dijo que el asesinato de la actriz Mónica y su ex marido tenía visos de “sicariato” y, luego, con insólita eficiencia el gobierno dijo que la causa había sido robo.  Y mientras un atolondrado afirmó que la oposición suministraba armas a las bandas delictivas, el colofón eran la reunión de Maduro con gobernadores y alcaldes y el “retoque” del Gabinete.
Ahh, pero hay detallitos que el mandamás pasa por alto.  ¿Qué y cuántas son esas organizaciones etiquetadas con el apelativo de colectivos? ¿Quién las creó y para qué? ¿No funcionan acaso como cadenas de tráfico de drogas?  ¿Quiénes son sus integrantes?  ¿Entre ellos no hay maleantes de la calaña del convicto y confeso Valentín Santana? ¿Los colectivos no son parte de la estructura electoral del gobierno?  Las poderosas armas que esos hampones utilizan provienen de Bielorrusia, Rusia, Corea del Norte e Irán, y no es difícil imaginar quién y para qué las importa. ¡Nada de eso es secreto!
Con diseño y asesoría cubana, Hugo Chávez formó una poderosa estructura paramilitar y parapolicial que con prácticas de terror, intimidación y chantaje, le dan solidez al gobierno e impunidad al delito.  Por eso, ahora nadie duda que Venezuela es uno de los países más peligrosos del mundo, tal como lo revela la tasa de muertes por hechos delictivos.  Las estadísticas hablan de 25 mil muertes durante el último año, pero esa cifra no es exacta porque hay casos de dos o más fallecidos contabilizados como si hubiese sido uno.
Otro detallito que Maduro pasa por alto es que en el desespero por concentrar el poder, el Ejecutivo castró las atribuciones y presupuestos de las gobernaciones y las alcaldías y, en consecuencia, su eficiencia ha menguado.  Hay funcionarios designados por el Presidente que actúan de manera paralela a esos organismos, que se reparten (¡sin control!) los presupuestos y generan corrupción.
En la reunión de Miraflores, Maduro habló de coordinación de la lucha contra el hampa y hasta de una ley de pacificación con sabor a reconocimiento de que, al caer en sus manos, el país entró en un estado de guerra y desolación.  Y es obvio que los opositores en el ejercicio de funciones públicas están obligados a combatir con dureza el delito, pero eso es una cosa y otra dejarse manipular por el gobierno.  En ese sentido, deberían ser enérgicos en sus protestas contra los abusos y delitos variados de altos jerarcas.  Hay, por ejemplo, bien conocidos generales de la Guardia Nacional, involucrados en narcotráfico y contrabando, amparados desde Miraflores.
Un elemento adicional que tampoco puede pasar desapercibido, es que para  sacarle provecho a la conmoción creada por el asesinato de Monica Spear y su exmarido, el mandamás dejó colar la intención de aumentar el control de los medios de comunicación, con el pretexto de que no pueden ser utilizados para estimular y promover el delito.  La oposición, entretanto, luce mediatizada por la modorra y la incapacidad.
@opinionricardo

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

sábado, 4 de enero de 2014

RICARDO ESCALANTE, EL LIDERAZGO DE BETANCOURT

Con el paso del tiempo, Rómulo Betancourt ha adquirido dimensiones cada vez mayores como estadista, hombre de partido y, sobre todo, como ciudadano venezolano ejemplar.  Su talante democrático se proyecta aún más en la etapa aciaga que hoy vive Venezuela, caracterizada por la ausencia de liderazgos con formación intelectual y acerada capacidad para guiar a las masas. 
Los desvelos de Betancourt fueron más allá de la ambición personal porque tenía visión histórica. Fundó el partido político más importante de la historia nacional, Acción Democrática, concebido como organización policlasista, con una estructura de dirección vertical alejada del culto a la personalidad.  AD, con cinco presidentes de la República y grandes logros –venida hoy a menos porque, entre otras cosas,  ya no posee el poderoso cuerpo de dirección colegiada del pasado-, correspondía a la visión moderna de aquel hombre amante del respeto a la pluralidad de las ideas.
RB creía en la separación de poderes en la indispensabilidad de una oposición robusta, razón por la cual impulsaba nuevos liderazgos.  Cuando su popularidad y el respeto a su liderazgo eran los más elevados, en 1973 rechazó la posibilidad de ser otra vez candidato y Presidente.  Si lo hubiese querido, nadie en AD se le habría opuesto y, por supuesto, habría ganado con facilidad las elecciones de diciembre de aquel año, pero su intención era mantenerse como guía y consejero, alejado de la diatriba de todos los días.  Nunca se le ocurrió perpetuarse en el poder y, por supuesto, menos aún reformar la Constitución para permitir aberraciones de ese tipo, porque consideraba saludable la alternabilidad en el mandato.
Un aspecto que merece especial relieve es la pulcritud con que manejaba los asuntos del Estado.  La quinta “Pacairigua”, donde residía cerca de la Cota Mil, en Altamira, a su regreso de Berna, le fue regalada por contribuciones de un grupo de amigos y del partido, porque no disponía de dinero para comprarla.
En el país luchó contra movimientos insurgentes de izquierda patrocinados desde La Habana por Fidel Castro, y derecha, auspiciados por el dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo. Su recia personalidad no podía escapar a la controversia, que asumía como un hecho natural. Debatía con fuerza en su partido y en el país.  En la defensa de las ideas tuvo contrincantes dotados de fuerza intelectual, como Domingo Alberto Rangel y el grupo de jóvenes que al formar el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) castró una generación brillante, de la cual formaban parte, entre otros, Moisés Moleiro y Américo Martín.
En los años 70, mientras yo era reportero de El Universal, lo entrevisté varias veces, sobre todo cuando se disponía a viajar al exterior y era despedido en Maiquetía por un reducido grupo de amigos y compañeros de partido.  
La foto que ilustra esta nota fue tomada durante un encuentro casual que sostuvimos en uno de los pasillos de la Clínica Santiago de León, en la avenida Libertador, en Caracas, adonde acudió a un chequeo rutinario en el consultorio de un médico amigo.  
Como ser humano, Betancourt no escapaba a los defectos, uno de los cuales fue anunciar de manera reiterada las memorias que nunca escribió y que utilizaba como arma contra los adversarios. También tuvo otras fallas, pero el tamaño de su obra se acrecienta por el sentido pedagógico y democrático que la envuelve.  Todas estas son cosas que vale la pena recordar.
Twitter: @opinionricardo

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

domingo, 29 de diciembre de 2013

RICARDO ESCALANTE, MIS TIEMPOS EN CIUDAD TABLITA

¿Qué hacía yo en esa en esa zona de ganada fama de insegura? 
Entre “Daniel Santos” y  “Alí Khan”…

Después de haber vivido una corta temporada en un cuarto que a duras penas podía pagar en San Agustín del Norte, en 1972 me mudé con mi esposa a un pequeño apartamento en Ciudad Tablita, no muy lejos del mercado de Catia, en aquella populosa área caraqueña con bien ganada fama de insegura.
El apartamento estaba situado en el extremo Este del primer piso del Bloque 3, en un conjunto residencial que había sido construido en los años 50 por Marcos Pérez Jiménez, quien con su brutal dictadura de derecha aspiraba a pasar a la historia por la construcción de grandes obras de infraestructura en todo el país.
Eran los tiempos tempranos de mi carrera periodística. El sueldo en la corresponsalía de aquella mina de avisos que era El Carabobeño -de arraigada circulación en la zona central del país-, apenas se podía estirar para medio vivir. Todavía uno podía desplazarse en autobús en esa capital que estaba lejos de transformarse en el gigantesco atascadero que es hoy, aunque ya había quejas por congestionamiento, mientras los trabajos del Metro avanzaban poco a poco pero a ritmo sostenido.
Cito la ubicación exacta del apartamento porque era motivo de nuestras venturas y desventuras.  A pocos pasos del edificio había varios arbustos y dos o tres bancos de concreto, alrededor de los cuales se reunía -sobre todo los viernes y sábados por la noche- un grupo de jóvenes escandalosos a quienes yo apenas saludaba. Unos trabajaban, otros estudiaban, otros vivían del ocio y algo más…
Eran jolgorios bañados de cerveza, ron, pasapalos y marihuana, que nos impedían dormir.  A veces había tiros, alaridos, estampidas y sirenas de la policía o ambulancias.  Tras silencios de corta duración, con toda su intensidad se reanudaba la fiesta, que a veces nos causaba risa en medio de la impotencia y de las fumadas indirectas del penetrante cáñamo índico que lo invadía todo.
Nunca supimos quién era porque nos negábamos incluso a espiar por la ventana, pero uno de los noctámbulos exhibía una destreza admirable para imitar a Daniel Santos con sus adorables boleros. Hablaba y cantaba como Santos, y cuando entonaba La Despedida entonces gemía y lloraba a lágrima suelta. Todos aplaudían y le pedían Linda, Cuando ya no me quieras, El preso, y otras hermosas canciones que él se apresuraba a complacer.  En medio de su preñez y del cansancio provocado por el trasnocho, Carmen Ligia hasta disfrutaba el espectáculo.
Después de aquel “inquieto anacobero” había intermedios cargados de chistes subidos de tono, anécdotas y otras cosas, hasta que alguien reclamaba a gritos: “¡La primera válida!   ¡La primera válida!”   Ahí llegaba el turno de otro de esos artistas callejeros, que empezaba entonces la narración de la supuesta “primera válida”, en el Hipódromo La Rinconada.  Su imitación del legendario Virgilio Decán, mejor conocido como Alí Khan, era perfecta y más aún lo era el dominio de la información que manejaba. Empezaba con la descripción de las yeguas competidoras, los jinétes, sus records, distancias, pesos y demás, hasta que de manera súbita hacía la obligatoria interrupción para los comerciales, que resultaban tan buenos como la carrera que estaba a punto de iniciarse:  “Gillett, la mejor afeitada”, y otros más.  Después seguía con aquello de “La yegua tal no quiere cuadrar….  Ahora todo está listo y… ¡Se ordenó la partida!..”
Con “Daniel Santos” y otros “boleristas”, alguna declamación y la alta dosis de chistes, la noche se alargaba despacio hasta llegar a la “sexta válida”, en medio de nuestro sueño contenido. Así hasta que salía el sol.  En aquella época el cantautor puertorriqueño de carne y hueso era un gran ídolo que visitaba con frecuencia a Caracas, donde tenía grandes amigos, como el culto y simpático dirigente comunista y parlamentario Héctor Mujica.
 Los vecinos de Ciudad Tablita no teníamos derecho a un sueño sin sobresaltos, aunque en realidad mi esposa y yo nunca fuimos víctimas del hampa. Claro, éramos cautelosos.  Allí conocimos gente decente, trabajadora, familias con jóvenes profesionales universitarios entre sus miembros, que con los años tuvieron los beneficios de la movilidad social que entonces existía.  Los gobernantes no propiciaban el odio de clases, ni saqueos, invasiones a casas, apartamentos, haciendas o industrias y, por supuesto, nadie imaginaba que un día el país estaría dominado por caos y terror impuestos desde la oficina presidencial.
En ciertas ocasiones, cuando iba o venía del trabajo me encontraba con mi amigo el luchador sindical José Beltrán Vallejo, que llegó a formar parte del directorio de la Confederación de trabajadores de Venezuela.  Conversábamos algunos minutos y luego cada uno tomaba su rumbo.
Al convertirme en reportero de Panorama los aires soplaban de manera favorable y Carmen Ligia y yo -en la ya placentera compañía de la pequeñita Carla-, a través del sistema nacional de ahorro y préstamo pudimos comprar un apartamento en la avenida Libertador y, por supuesto, le dijimos adiós a Ciudad Tablita.  Hasta ahí llegaron las emocionadas canciones de aquel Daniel Santos y también el Narrador Hípico, del otro Alí Khan, así como el fuerte olor a marihuana y los trasnochos involuntarios de los fines de semana.  Así era Ciudad Tablita para nosotros.
 www.ricardoescalante.com
@opinionricardo

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,