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De acuerdo con lo expresado en un artículo publicado en NOTITARDE el 24 de Octubre de 2012, para Vicente Díaz, rector del Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano “Las Elecciones fueron pulcras, pero injustas y desiguales” al referirse al proceso electoral del pasado 7 de Octubre 2012.
Cierra el artículo con estas frases “El problema electoral en Venezuela no está en la sala de totalización o en las máquinas de votación. El problema está en el uso electoral del músculo del Estado. Esa es la batalla. Ese es el meollo.”
La verdad es que no se puede entender como unas elecciones pueden ser pulcras, cuando han sido injustas y desiguales, esto es una contradicción aberrante. Ni la injusticia, ni la desigualdad gozan de pulcritud.
¿Cómo puede ser pulcra una elección en la que una de las partes en competencia, en este caso el oficialismo, goza de todos los privilegios al disponer del uso electoral del músculo del Estado?
Suficientes organizaciones, analistas, políticos y articulistas se han referido al abusivo uso de los medios de comunicación, del dinero del pueblo, del irrito empleo de los efectivos de la fuerza armada en el acarreo de los votantes, obligados a votar a favor del oficialismo por estar inscritos en las misiones en horas adicionales al proceso de votación.
También ha sido harto denunciado que el diseño del proceso de votación estuvo plagado de medidas que lo hacían lento, y que eran proclives a sospechar del secreto del voto. Estas primeras razones hicieron de la contienda una muy desigual batalla, muy ajena a la pretendida pulcritud técnica a la que alude el rector Díaz. Lo técnico debería reflejar el respeto a las condiciones electorales que constituyen los derechos políticos de los venezolanos, garantía de que el resultado de la votación realmente responde a su voluntad.
Los venezolanos debemos tener presente que en Venezuela no hay independencia de poderes, característica básica de la democracia. Los poderes Legislativo, Judicial, Moral y Electoral son sumisos al Poder Ejecutivo, representado por el presidente Chávez. En el caso concreto del Poder Electoral, su cuerpo rector está conformado en forma sesgada; de los cinco rectores, que no deberían tener filiación política alguna, cuatro son oficialistas y un rector es de oposición. Hasta ahora esa mayoría oficialista ha demostrado en forma clara su sesgo a favor del presidente Chávez. Siendo esta la razón por la cual se hacen la vista gorda ante los abusos que cometen él y su partido para hacerse del poder en forma indefinida.
Lo anterior violenta el principio de respeto a los derechos humanos, entre los cuales están los derechos electorales de los venezolanos que son absolutamente iguales para todos los electores no importa en cual partido militen, cual sea su ideología, la religión que profesen, estrato socioeconómico en el que se encuentren ubicados. Al no permitírseles a los ciudadanos la libre expresión de su voluntad cuando se cambian las leyes de forma tal que siempre favorezcan al partido que está en el gobierno o a la voluntad del mandatario, se está confiscando el derecho a la elección libre por parte de los ciudadanos. Al torcer mediante artificios y engaños la verdadera voluntad del electorado se está cometiendo un acto de inmoralidad. Todo esto es contrario a la pulcritud.
Hay algo más, cuando a un sistema computarizado se lo alimenta con basura produce basura. Si el crecimiento demográfico y composición de la población venezolana es inexplicable, también lo es el Registro Electoral (RE) que fue utilizado para las Elecciones habidas en Venezuela el 7 de Octubre 2012. Al cual no le fue hecha una verdadera auditoría, a pesar del clamor popular que exigía que fuera llevada a cabo. El resultado del “pulcro” voto electrónico dejó lugar a dudas acerca de su verdadera pureza.
Sólo en un país en el que el Instituto Nacional de Estadística no ha sido capaz de mostrar unos resultados de Censo creíbles, hay mas adultos que niños; casi 19 millones de votantes cuando solo hay 28 millones de habitantes. Esto es lo opuesto a pulcritud
Lo peor es que a pesar de las dudas sentidas por un pueblo que no celebró el triunfo del “ganador”, quedaron debidamente “legitimados”, seis años más de destrucción, muertes violentas, delincuencia desatada , desempleo, hambre, miseria, desabastecimiento, adoctrinamiento en vez de educación, falta de viviendas, de agua, de electricidad, basura en las calles, falta de recreación, el regreso con energía de diezmo de pueblo hambriento de enfermedades que habían desaparecido , cárceles desbordadas, pranes en vez de policías. Universidades y escuelas en ruinas, pérdida de soberanía y un país invadido por cubanos castristas, chinos, bielorusos, e iraníes. Así como también una nación explotada por cuanto chulo quiera ordeñar a Venezuela en nombre de la “revolución mundial”. También esto es contrario a la pulcritud, así como también es inmundo haberlo legitimado
mechemon99@yahoo.co.uk
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BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL
jueves, 1 de noviembre de 2012
MERCEDES MONTERO, DESIGUALDAD , INJUSTICIA, PULCRITUD,
domingo, 17 de octubre de 2010
AUDITAR EL 100 % DE LAS CAJAS PÚBLICAMENTE. ALEJANDRO PIETRI
Las recientes elecciones parlamentarias nos llevan necesariamente a preguntarnos acerca del sistema electoral.
Es evidente que el “mejor sistema electoral del mundo” no llena ni en el más mínimo grado las exigencias que esta presidencial calificación debería significar. Ni en la simplicidad y transparencia que el acto de votación y escrutinios exigen, ni en la rapidez de producción de resultados, y muchísimo menos en la confiabilidad de los mismos.
La costosísima infraestructura técnica tanto para la producción de la información como en su transmisión y luego su totalización, no se justifican en forma alguna cuando sus resultados deben ser verificados con auditorías del 50% de las mesas de votación al final de todo el proceso. Sobre todo que con un simple proceso similar del 50% restante, simultáneo, es decir, sin involucrar más tiempo, se completaría el conteo total de los votos. Este proceso así llevado desvirtuaría de tajo toda esa parafernalia tecnológica que para la ciudadanía no es más que una caja negra que sólo se abre ante los ojos del poder y no ante los de la población electoral como democráticamente debería ser.
El sólo hecho de las auditorías post votación es una demostración concreta de que las máquinas necesitan del escrutinio o “auditoría” manual para convencer respecto a su eficiencia y credibilidad.

De tal manera que el “mejor sistema electoral del mundo” no constituye ninguna ventaja para las instituciones democráticas, sino que, al contrario, complica un proceso que debe ser simple y de transparencia absoluta: el elector toma un voto y lo deposita en una caja que a las pocas horas será abierta en su presencia y ante los medios de comunicación para ser contados a su entera e inmediata satisfacción.
El voto manual y el escrutinio público, conjuntamente con un registro electoral transparente a los ojos de la ciudadanía, son indispensables para un proceso electoral realmente democrático.
Mucha incertidumbre, mucha manipulación demagógica robolucionaria, mucha charlatanería politiquera, mucha perorata fascicomunista anacrónica y fracasada, mucha violencia y muertes se hubiesen podido evitar si la dirigencia política opositora hubiese interpretado realmente la enorme abstención que condujo a la integración de la actual Asamblea Nacional, roja rojita.
Los partidos realmente retiraron sus candidaturas atendiendo a la decisión de la ciudadanía de abstenerse de votar en esa oportunidad como protesta ante lo que consideró el gran fraude perpetrado durante el referéndum revocatorio presidencial sólo unos meses antes. Mantenerlas hubiese arrojado resultados que podrían haberlos eliminado del panorama electoral. Fue más fácil, luego, culpar a la ciudadanía del triste enrojecimiento parlamentario que liderar el rechazo a un sistema electoral que sólo conviene al régimen en su intención - en la más típica tradición comunista- de eternizarse en el poder.
Si bien no será fácil instaurar elecciones manuales dado todo lo que significaría en tiempo de presión pública y legal –sin ninguna significación en este país por ahora- y el poco restante para las elecciones presidenciales, además de la consabida y absolutamente vital resistencia de la robolución, sí sería posible exigir el escrutinio (o “auditoría”) manual y público del 100 % de las cajas ante los medios de comunicación locales e internacionales una vez terminado el acto de votación. Se eliminarían así todas las dudas respecto a los resultados y se evitaría la manipulación de los mismos en las siguientes 6 u 8 horas que tarda usualmente el CNE en publicarlos. Y por otra parte, se desafiaría al régimen a demostrar en un escrutinio absolutamente transparente, si es cierto que cuenta con el multitudinario apoyo popular del que tanto presume.
No debemos olvidar que el CNE que realizó los cambios tramposos que transformaron una mayoría de votos de la oposición en una minoría de diputados en la AN, es el mismo que maneja las máquinas y los sistemas de trasmisión y totalización, y que va a ser precisamente en las elecciones que decidirán la salida del poder de los comunistas, o su permanencia eterna en el mismo, que este sistema electoral opaco y manipulable deberá cumplir los objetivos que explicarían el interés del régimen de mantenerlo bajo su poder.
Alejandro Pietri C.
alejandropietri@gmail.com
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