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lunes, 16 de febrero de 2015

LUIS DANIEL ÁLVAREZ V., CUIDADO CON EL TREMEDAL

Lorenzo Barquero yacía en una hamaca en medio de la selva viendo cómo la cotidianidad lo consumía. Alcoholizado y despojado de toda propiedad observaba los atropellos que se cometían en su contra sin siquiera alzar la voz para reprocharlos.
Hace algunos años, en el 2008 para ser exactos, manifestábamos con cierta preocupación que la sociedad venezolana parecía empezar a sufrir el síntoma de Lorenzo Barquero. En esta oportunidad el tremedal no era el inmenso llano que engullía a un inerte Barquero, sino la indiferencia ciudadana para enfrentar una realidad que se mostraba perversa.
Barquero se definía como un espectro de un hombre, una piltrafa humana, una carroña que se desvanecía por la llamada de la devoradora de hombres, por esa llanura inmensa en la que supervivía. En ese escenario transcurría su cotidianidad, sin esperar nada, sólo revivir la historia y verla con desdén.
La visión de un patético Lorenzo Barquero, magistralmente plasmada por la pluma del maestro Rómulo Gallegos, es la imagen de la entrega y del claudicar ante la asfixiante realidad, esperando simplemente que la vida pase sin entenderla ni tratar de cambiarla.
Lamentablemente, el tremedal que veíamos aproximándose en el año 2008 parece haber llegado. Se guarda silencio ante los abusos, y los atropellos no son combatidos con el ahínco que se debería. La apatía, el miedo y la manipulación parecen irrumpir.
Queda en la sociedad tomar el camino justo. Ante el tremedal pueden elegirse dos caminos: el de un Lorenzo Barquero disminuido o entregado que no enfrenta la cruel realidad que lo arropa, o el de un Santos Luzardo que pese a las adversidades logró que se impusiera la justicia, la civilización y la ley. Yo escogí al que voy a seguir, sin duda a Santos Luzardo. ¿Y usted?
Luis D. Alvarez V
luis.daniel.alvarez.v@gmail.com
@luisdalvarezva

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martes, 25 de enero de 2011

CANIA ES ALGO MUCHO MÁS IMPORTANTE QUE POLAR. HERNÁN PAPATERRA

CANIA es cumplimiento de los objetivos de desarrollo del milenio de Naciones Unidas para contribuir a erradicar la pobreza y el hambre, al brindar protección y asistencia social a los más vulnerables: el niño y la mujer

La presidencia de la República anunció la expropiación y ocupación temporal de terrenos pertenecientes a Empresas Polar donde funciona el Centro de Atención Nutricional Infantil (CANIA), ubicado en la parroquia Antímano, en la ciudad de Caracas. CANIA se dedica a brindar atención en materia de salud y educación a mujeres y a menores de edad en situación de pobreza y marginalidad social. No diré que es medida arbitraria sino que es una acción de criminal agresión contra los desasistidos sociales del Estado y gobierno venezolanos.

Estimo que nadie duda en Venezuela que Empresas Polar es una organización económica para producción y provisión de bienes de consumo masivo en materia de alimentación y nutrición. Que a lo largo de más de setenta años de actividad productiva en el país, al tiempo de generar buenos empleos para miles de venezolanos, promocionar el deporte más popular entre nosotros como el beisbol, sostener instituciones culturales y fomentar las tradiciones artesanales en diversos pueblos de nuestra geografía, nos dota con la calidad y en cantidades necesarias la más amplia gama de alimentos y bebidas. Eso y más la hacen ser considerada y valorada como una industria vital para el desarrollo humano en Venezuela.

Polar, organización empresarial, sin que ley o exigencia de gobierno la obligara o emplazara, en pleno ejercicio de su creencia en la responsabilidad social empresarial, tuvo la certeza de fundar, al servicio del pueblo pobre y desvalido, la entidad sin fines de lucro conocida como Centro de Atención Nutricional Infantil Antímano (CANIA), en el suroeste de Caracas, en una de las parroquias con mayores índices de miseria y hambre en el país. Empresas Polar hizo suyo tres de los nueve objetivos de desarrollo del milenio de Naciones Unidas: Objetivo 1: Erradicar la pobreza extrema y el hambre; Objetivo 4: Reducir la mortalidad infantil; Objetivo 5: Mejorar la salud materna.

CANIA es un proyecto, ya un programa de alto impacto social con más de 15 años de existencia, incluso nacido antes de la actual gestión política de gobierno, que implica acción, intervención y atención comunitaria, con decenas de profesionales y trabajadores dedicados a resolver integralmente el problema de la malnutrición infantil, no sólo de Antímano y sus adyacencias de La Vega, Macarao, sino de la Gran Caracas e, incluso, hasta del interior del país. Allí, ubicados en una zona altamente violenta y peligrosa de la ciudad, se desempeñan, médicos pediatras y enfermeras, licenciados en nutrición y dietética, psicólogos, trabajadores sociales, comunicadores, junto a educadores y antropometristas, más empleados administrativos y trabajadores en general, todos prestando un servicio vital de carácter gratuito y, sobre todo, de calidad digna de seres humanos, sin importar condición social, credo o militancia o simpatía partidista.

No sobra decir que CANIA es también un reconocido centro de investigación, documentación y divulgación nutricional, referencia nacional e internacional sobre la temática de la alimentación y la nutrición. CANIA, entonces, es mucho más que Empresas Polar. Y tiene dolientes entre quienes creemos en la lucha justa para la erradicación de la pobreza.

CANIA, Centro de Atención Nutricional Infantil, es un programa consolidado de nutrición comunitaria para el desarrollo social de la parroquia Antímano. Mente y corazón de venezolanos que quieren al país y sus gentes. Es también un centro de referencia nacional para la atención de la patología nutricional asociada a enfermedades crónicas. Es de igual modo un centro de capacitación y educación continua en nutrición. Es, en definitiva, un centro de investigación en nutrición clínica y nutrición comunitaria.

hpapaterra@yahoo.com

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viernes, 8 de agosto de 2008

*LUIS DANIEL ÁLVAREZ V. ESCRIBIÓ EN EL UNIVERSAL E VENEZUELA: “EL TREMEDAL”


*LUIS DANIEL ÁLVAREZ V. ESCRIBIÓ EN EL UNIVERSAL E VENEZUELA: “EL TREMEDAL”

Venezuela tiene en estos momentos el mal de Lorenzo Barquero

La imagen de Lorenzo Barquero que recordaba vagamente Santos Luzardo, no se asemejaba en lo absoluto al espectro que tenía delante. Poco quedaba del gran hombre al que una tarde había ido a conocer lleno de emoción y algarabía. Ahora tenía ante sus ojos a una figura fantasmagórica, temerosa y que no valoraba en lo absoluto ni su pasado, ni los atributos y virtudes que alguna vez lo caracterizaron.

Venezuela tiene en estos momentos el mal de Lorenzo Barquero. El tremedal parece haber destruido la voluntad de los individuos y haberlos sumido en una completa indiferencia. Así como Barquero demuestra una actitud conformista ante lo que es su existencia, de igual manera la sociedad venezolana parece conformarse y no querer responder y enfrentar el llamado maléfico que amenaza con ahogar los valores y los principios de la nación venezolana.

Lorenzo Barquero tenía poca voluntad. Poco a poco la selva y la maldad le habían ido copando todos los espacios hasta dejarlo reducido a un albergue en medio de la jungla. A medida que esto ocurría, lejos de tender alianzas, buscar ayuda y trabajar en equipo con otros miembros de la sociedad, Barquero se aisló. La desconfianza permanente en el otro y la falsa creencia de que el surgimiento es un acto individual, lo llevó a trabajar solo y terminar sumido y olvidado en las entrañas de la devoradora de hombres.

Frente al canto inmisericorde y confuso de la devoradora de hombres, deben presentarse las normas y los ideales. De esta manera a la barbarie la sustituirá la justicia.

Es imprescindible la organización, el ánimo y el trabajo, para que sobre ese tremedal, en el que antes reinaban las sombras y el silencio, puedan danzar las aves, pero esta vez entonando un canto de libertad.

luisdalvarezva@hotmail.com