BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
Mostrando entradas con la etiqueta APAGÓN. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta APAGÓN. Mostrar todas las entradas

jueves, 10 de septiembre de 2015

EGILDO LUJAN NAVAS, EL APAGÓN DE LAS EMPRESAS PRIVADAS FORMATO DEL FUTURO

El servicio de telecomunicaciones en Venezuela es quizás uno de los más atrasados de Latinoamérica. La incompetencia gubernamental se ha ocupado de que sea así. Poco más de 17 años ha bastado para alcanzar ese nivel. No hay ninguna diferencia entre dicha condición y la que exhibe el servicio eléctrico. La similitud describe una realidad homogénea y también identifica al mismo responsable.

En telecomunicaciones y en su conducción, existe una justificación gubernamental cuando los usuarios reclaman eficiencia y cuestionan la mala calidad del servicio de internet y telefonía móvil: “muchos venezolanos juegan demasiado y la lentitud es deliberada, porque el país necesita que se trabaje mucho más”.   

En cuanto al servicio eléctrico, se trata de una actividad regida por el Gobierno que se ha ido deteriorando progresivamente. Lo ejemplariza el estado en que se encuentra la red nacional de generación y distribución. Desde la década de los setenta hasta 1999, Venezuela desarrolló el sistema nacional de electrificación más completo, diversificado y moderno de toda Latinoamérica. Su alcance hizo posible la cobertura satisfactoria de más del 95% de las ciudades, pueblos y caseríos en todo el territorio nacional. El país, incluso, alcanzó estándares competitivos en la exportación de energía eléctrica. Colombia y Brasil pasaron a ser mercados a conquistar con el nuevo recurso de exportación. Se trataba de llegar a ciudades de países vecinos. No de alcanzar espacios distintos que pudieran desvirtuar la competitividad.

Durante los últimos tres quinquenios Venezuela ha invertido más de 45 mil millones de dólares para mantener ese ritmo de crecimiento sectorial. Es lo que describen las cifras dadas a conocer por las autoridades. Curiosamente, como en otros casos conocidos, aquí la inversión no ha servido para evitar que el servicio eléctrico presente un cuadro distinto al de una condición lamentable en  generación, transmisión y comercialización.

La inversión se habría hecho supuestamente en programas de desarrollo. Nadie explica, sin embargo, por qué abundan los proyectos sin ejecución, la paralización de otros, el retardo de las ejecutorias, la insistencia en la carencia de recursos. De igual manera, tampoco se describen las razones por las que otras obras no han pasado de ser simples registros en maquetas. En el menos mal de los casos,  en la etiqueta efectista de una abundante colocación de “primeras piedras” promovidas por costosas campañas publicitarias.

¿Por qué, de igual forma, se dejó sin efecto el cumplimiento de los programas de mantenimiento necesarios para preservar el caudal de generación eléctrica de que ya disponía el país?.

No haber acometido el programa de desarrollo debidamente, ni implementado con la rigurosidad del caso el proceso de mantenimiento, se ha traducido en que Venezuela dependa hoy de un servicio eléctrico deficiente a nivel nacional. Su tarjeta de presentación más conocida es la de  las constantes interrupciones -o apagones no programados- con sus obvias consecuencias: incomodidades y pérdidas materiales, degradación del confort y de la calidad de vida  para la ciudadanía,  como de la economía en general.

Ningún país puede avanzar si su infraestructura agropecuaria, industrial, de prestación de servicios o de comercialización no dispone de un servicio eléctrico confiable. ¿Cómo hacerlo, además, si tampoco gozan de dicho servicio la habitabilidad y sus  requisitos anexos?.

Todo tejido público y privado de producción está íntimamente ligado en su acceso confiable y seguro al servicio de energía eléctrica. De no ser así, el proceso está condenado irremediablemente al deterioro y a la  definitiva paralización y desaparición.

En Venezuela, como en cualquier otro país, la empresa privada constituye la única garantía de desarrollo por lo que ella representa para la estructuración de la infraestructura productiva y comercial. Y la pérdida de calidad del servicio eléctrico, entre otros, es actualmente la causa de un costo no apreciado por las autoridades ni por la propia sociedad. De hecho, se ha convertido   en un impedimento en la logística productiva. No permite producir ningún bien terminado a precios competitivos con las empresas competidoras del exterior. Y se ha convertido en un activador del afán importador, como de la economía de puertos. Es, por supuesto, otro motivo  de la fuga de divisas, aunado al invariable régimen de control de cambio. Otros, desde posiciones decisorias, los convierten, inclusive, en excusas para adquirir productos que se podrían fabricar a nivel nacional, y en una alternativa funcional para el sostenimiento de la corrupción.

La escasez de alimentos es una de las principales preocupaciones del venezolano. Le disputa y gana la posición del liderazgo social que también ostentan  la inseguridad y la inflación causada por la gigantesca y desordenada devaluación del bolívar. Los que gobiernan, sin embargo, parecieran no inquietarles que el 80% de los alimentos que se consumen el país sean elaborados con base en un proceso industrial que requiere energía eléctrica. Después del procesamiento, un porcentaje de igual proporción necesita refrigeración para su conservación. ¿Por qué no asumir y aceptar que se hace necesaria la disposición de un servicio eficiente y continuo de energía eléctrica? ¿Por qué, adicionalmente, no reconocer que la prevención de las incidencias de los efectos climáticos en la prestación de dicho servicio no debe ser subestimada?.

Es necesario lograr el autoabastecimiento y la posible exportación de energía eléctrica. Y hacerlo con el propósito de ahorrar divisas y de producirlas. Para alcanzarlo, se requiere eficiencia y una operatividad competitiva. Hay que descartar el componente ideológico como requisito imprescindible para la selección del personal especializado. El país dispone de expertos para alcanzar dichos objetivos. Las inversiones sectoriales se tienen que acometer con base en verdaderos controles administrativos. El Estado, inclusive, pudiera reservarse la producción energética de acuerdo al postulado de actividad básica. Es un tema que puede ser motivo de debate, incluyendo la modalidad de la comercialización a cargo de una red nacional de empresas privadas. Cuando sean los particulares y no los gobiernos los que dominen este campo, se podrá garantizar la oferta de un eficiente servicio que se comercialice de acuerdo a tarifas adecuadas, para que las empresas comercializadoras puedan operar sin cargo al Estado.

Cuando el servicio eléctrico no dependa del enfoque populista de siempre, no habrá razones para que se justifique y se permita el robo de energía actual. ¿Cuál  es realmente  la proporción o relación costo-beneficio de dicha modalidad?. Tampoco tendría razón de ser que las dependencias gubernamentales sigan siendo un ejemplo de derroche. Mucho menos que el Gobierno Nacional siga siendo el mayor deudor o moroso del pago por el consumo de energía eléctrica, como lo es actualmente también en otros servicios, como son: agua, teléfonos y aseo urbano.

Si no se le presta atención a la actual situación que afecta integralmente al servicio eléctrico del país, definitivamente, no se podrán evitar su mala calidad y los apagones. Las empresas privadas tendrán que seguir funcionando entre carencia de dólares y apagones, además de una rentabilidad caprichosa, según la decisión de quien gobierna. También pudieran darse apagones encadenados. Mejor dicho, relumbrones  y más relumbrones.

Egildo Lujan Navas
egildolujan@gmail.com
@egildolujan

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, SIN COMUNISMO UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, ESTO NO PUEDE CONTINUAR, TERCERA VIA, DESCENTRALIZAR, DESPOLARIZAR, RECONCILIAR, DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, LIBERTARIO ACTUALIDAD NACIONAL, VENEZUELA, NOTICIAS, ENCUESTAS, ACTUALIDAD INTERNACIONAL,

sábado, 14 de septiembre de 2013

EGILDO LUJAN NAVA, DE LA OSCURIDAD AL “APAGÓN”,FORMATO DE FUTURO

Realmente, todo parece indicar que esta semana no hubo -como dijeron los habitantes de dieciocho estados venezolanos y de algunas partes de la Gran Caracas- una falla en el Sistema Eléctrico Nacional que, en ciertos lugares, se llegó a extender hasta el día siguiente en siete de esos mismos dieciocho estados.

Lo que sucedió, fue que la oscuridad predominante en la concepción gubernamental de la digna heredera de la que le precedió por catorce años, se hizo patente, perceptible, innegablemente real y demostró cuál es el espíritu de su verdadera conformación operativa, con la que para insatisfacción de millones de venezolanos, se ha propuesto seguir avanzando, por lo menos, hasta finales de la actual década.

Porque, de no ser así, ¿qué otra causa pudiera haber provocado semejante acontecimiento capaz, inclusive, de exigir que se le hermanara con lo que sucedió hace ya doce meses en el Centro Refinador Paraguaná?. ¿Un sabotaje? ¿De quién?. ¿Cómo?. ¿Por qué?. ¿Para qué?.

Hablar de sabotaje ante lo que fue calificado en todo el país como “apagón”, definitivamente, no se corresponde con los postulados de ese espíritu gobernante, empeñado en demostrar que sólo en socialismo es posible disfrutar de las bondades de una vida de calidad.

Si hay -o hubiera habido- un sabotaje en el Sistema Eléctrico Nacional que alguna vez fue modelo excepcional en su tipo para Latinoamérica y el resto del mundo, por ser el único en disponer de una línea de transmisión de alta tensión de 800 KW que cruza a la nación entera, en lo que eso se traduciría es que los obligados a resguardarlo, a protegerlo, incurrieron en el peor de los descuidos: no ocuparse de que fuera el cerebro funcional, eficiente y domador de miedos humanos a la oscuridad que, según el enfoque de todo autocalificado revolucionario, provoca el feo capitalismo.

A diario, millones de venezolanos están obligados a dedicarle horas de su vida útil a hacer “colas” entre las sombras de la madrugada, bajo el sol y agitados por la silenciosa carga de humillación que significa no poder escapar de esa obligación, para poder comprar dos kilogramos de harina precocida de maíz, ocho rollos de papel sanitario, si acaso un litro de aceite comestible y dos envases de margarina.

Es el costo adicional, el plus que debe pagar una sociedad  a la que le dicen a diario que la suya, es la supuesta forma de vida de calidad, y a la que se puede optar con el uso de menguados y destruidos bolívares por la subyacente inflación que se oculta entre las sombras de las Estadísticas del Banco Central de Venezuela y las subjetivísimas interpretaciones que realizan los intérpretes de las encuestas del Instituto Nacional de Estadísticas y de connotadas empresas privadas dedicadas a detectar qué impresión positiva se tiene de quienes están convencidos de que su forma de gobernar, es, por lo menos, un accionar gerencial fuera de serie.

El “apagón”, lamentablemente, anuló las repercusiones positivas que generó en la opinión pública el anuncio de que volverá la misión permuta; sí, esa misma que fue sepultada hace menos de cincuenta meses, después del velorio de las Casas de Bolsa, como de emprendedores que terminaron siendo acusados de aprovechadores ilegales de un delito que nunca existió. Y quizás esa anulación fue lo mejor que sucedió.

Tanto porque a los que hacen colas para adquirir alimentos a precios subsidiados y comprados también entre las tinieblas de la opacidad administrativa, poco les interesa saber qué diferencias existen entre Cadivi, permuta, Sicad y el Sitme. Como para los mismos empresarios que ya  no saben cómo mantener sus negocios activos, ante la indisponibilidad de divisas y unas subastas enfríadas por las repercusiones del veredicto del Ciadi contra Pdvsa y a favor de Conoco Phillips, y de haberle escuchado decir al Ministro de Finanzas, Nelson Merentes, que cambiar leyes rectoras del control de cambio no implicaba sepultar el modelo rector responsable de que los venezolanos vivan en el ambiente económico y social del presente.

En otras palabras, si la oscuridad predominante en la concepción gubernamental sigue siendo esa especie de santuario de cuyo sahumerio se nutren los que determinan qué hacer ante la tragedia de Amuay, con la falla del Sistema Eléctrico Nacional y la administración de divisas restringidas para la ciudadanía -más no para la élite rectora del megaestado empresarial venezolano- no hay razones para dudar que los apagones en el sistema de vida de los venezolanos, seguirán siendo el pan de cada, sin necesidad de usar trigo importado para confeccionarlo, mucho menos de maíz blanco producido eternamente en condiciones deficitarias.

Lo cierto es que decir ser venezolano, ante el resto del mundo equivale a exhibir la etiqueta de hijos de una Nación que se ufana de disponer de las reservas petroleras más grandes del planeta, y de contar con una enorme capacidad de producción de energía hídrica. Pero también de que apenas hace quince años gozaba de  la mayor capacidad de producción de electricidad de Latinoamérica, con niveles excedentarios para atender cierta demanda de Colombia y Brasil, y que en 2013 esté obligada a importar gas, gasolina y electricidad, además de alimentos y medicinas.

Los discursos destemplados de cierta burocracia, los encadenamientos forzosos de medios de comunicación masivos privados y el avasallamiento de las redes sociales, puertas adentro de los ostentosos despachos de quienes dicen gobernar, pudieran, ciertamente, aplacar las angustias burocráticas. Pero ante los ojos y forma de vida de casi treinta millones de sus compatriotas, eso no resulta suficiente cuando el juicio colectivo es contra el descuido y la incapacidad de los llamados a evitar que eso suceda y siga sucediendo.

La escasez y el desabastecimiento de los bienes esenciales de consumo masivo, los apagones en gran parte del territorio nacional, los racionamientos de todo tipo y típicos de economía de guerra a que se somete a los habitantes de Táchira, Zulia, Apure y Amazonas, definitivamente, no es el producto de sabotajes. Pero sí de una severa crisis de irresponsabilidad en las diferentes instancias de los gobiernos nacional, estadal y municipal. Asimismo, por supuesto, tampoco son ejemplos de sabotaje la indiferencia con la que se consideran las consecuencias que la escasez y el desabastecimiento provocan en el seno de las familias venezolanas.

¿Qué decirle a los venezolanos que, por el “apagón”, pudieran haber perdido a un familiar en alguna instalación médica pública o privada?. ¿Qué explicación se le ofrece a las industrias, comercios y demás empresas que se vieron afectadas por la carencia de servicio eléctrico, y cuyos costos adicionales son luego imputables al sostenimiento de dichas unidades productivas y al precios de los bienes y servicios que ofrecen a los consumidores?.

Ante los venezolanos, lo obvio es que la responsabilidad de lo sucedido no corre por cuenta de las iguanas, de las mallas que caen sobre tendidos eléctricos y demás justificaciones. Hay responsables, responsabilidades y, desde luego, la obligación de evitar que la falla en el Sistema Eléctrico Nacional, al igual que la escasez y el desabastecimiento de otros bienes y servicios, no termine por convertirse también en componente invariable del sistema de vida de todos los habitantes de Venezuela.

Salvo, por supuesto, que, como insisten en creer algunos pensadores ajenos a los vericuetos propios de quienes viven entre el poder, de su ejercicio y determinación inquebrantable de no dejar de controlarlo por las vías que sean, la peligrosa realidad económica, social, política y moral  que hoy agita la paciencia colectiva, les induzca a dar el paso que les corresponde para que ese cuadro desaparezca progresivamente. Es decir, gobernar para todos, gobernar con todos y procurar resultados satisfactorios para el reencuentro entre todos. Apoyándose, definitivamente, en un cambio profundo en el sistema de amarras que hoy funciona para que a esos que gobiernan, día a día, se le agote de manera acelerada su posibilidad de apelar a maniobras  que serenen, inclusive, a quienes perciben como sus súbditos por identidad ideológica.

Si no se produjera esa decisión que conecte a los amantes de la oscuridad con la potencialidad productiva y de progreso de un país que ya está agitado en sus entrañas por su negación silenciosa a aceptar seguir viviendo en un ambiente de peor calidad cada día,  definitivamente, serán pocas y de larga subsistencia las condiciones que garanticen un ambiente de no conflictividad en constante expansión.

egildolujan@gmail.com

Enviado a nuestros correos por
Edecio Brito Escobar
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

martes, 10 de septiembre de 2013

LUIS GARCÍA MORA, AL LÍMITE: ¡AH, CARAMBA! NO HAY SODA (O “EL APAGÓN DEL MARTES

El gigantesco apagón del martes que paralizó a las tres cuartas partes del país, al menos para este periodista de 69 años, hizo palpar el colapso.

Y aceptar, contra todo pronóstico mental de venezolano acostumbrado (como todos) a banalizar cualquier gravedad, que alguna visión de esas apocalípticas hollywoodenses puede materializarse en este país en cualquier instante.

Sí. El desconcierto total que sentí ante el amontonamiento de vehículos frente a la Torre La Previsora, los ascensores bloqueados y la parálisis de las redes subterráneas del Metro, con sus bocas vomitando gente confundida y despavorida, me hizo palpar por un instante la detención de todo como una tangible posibilidad.

Olvídense de imaginar, en medio de aquel impacto psicológico, que lo que acababa de detener por unas horas la vida nacional era el manejo inadecuado de una malla protectora de una tal Torre 6 de transmisión eléctrica, por allá por el estado Bolívar, aledaña a un podrido vertedero de basura que a nadie, absolutamente a nadie, del Gobierno se le había ocurrido clausurar.

“Desidia”, diría luego mi malhumorado colega Ramón Hernández.

Es decir: pereza. Antiparabolismo. Negligencia. Ociosidad.

O corrupción franca y triste. Del cuerpo. Del espíritu.

El arrasamiento de esta Tierra de Nadie, que se ha quedado acorralada en el tiempo y el espacio por la confrontación pequeña (ideológica) de un nacionalista populismo ramplón. El arrastramiento caprichoso de una nación a esta especie de “Estado de guerra” imaginario aunque catastrófico, por unas mentes maleducadas y sin vigor, para quienes el peligro real no es el económico o el alimentario o el eléctrico, sino una hecatombe electoral que los vea apartados de sopetón del poder.

Sin embargo, a las doce del mediodía de este martes (que, como en la película, todos vivimos peligrosamente) no terminábamos de echar un vistazo en el taxi al Informe Global del Foro Económico Mundial que coloca esto en lo que se ha convertido Venezuela en el lugar 134 de 148 países, como el país menos competitivo de la región. Además, después de hundir el escarpelo investigador en el organismo de este campamento revolucionario, el referido informe describe, de una manera tan minuciosa que da pavor, la realidad de un área de 912.050 kilómetros cuadrados, azolada por una estranguladora inflación, un alto déficit público de 18,9 puntos del PIB, las instituciones más débiles del continente, un pésimo nivel de eficiencia y una destructiva corrupción sin límites.

Es un informe, frío, desalentador, sobre un país donde el desvío de los fondos públicos y el despilfarro corren impunes, donde reina la desconfianza política por la falta de transparencia gubernamental y por la ausencia de independencia judicial que trastorna todo el funcionamiento de la vida pública. Un país con un alto costo para los negocios por los altos niveles delictivos y de violencia, sumados a la desconfianza en los servicios policiales.

“¡Gol!”, grita en mi mente la fanaticada enfebrecida roja rojita, mientras el taxi no termina de moverse.

Y, uno, miserable átomo de carbono caraqueño atrapado en el vacío descomunal de esta atonía de las doce y cuarenta, no termina de sacudirse de la mente esa frase particular que lo ha impactado: Que el país carece de capacidad para atraer y retener talentos.

Que la mitad de mis hijos se ha marchado y que la otra se plantea huir despavorida.

“¿Quién manda?”, me pregunto entonces. ¿Quién gobierna este desbarajuste existencial?

 ¿Quién se responsabiliza de este atraso generalizado?

Y es entonces cuando de la radio del automóvil del taxista, sin previo aviso ni evaluación (evaluación entendida como proceso sistemático y continuo que diseña, obtiene y proporciona continuamente información científicamente válida, confiable y útil para la toma de decisiones), surge la voz inconfundible de un Maduro atosigado y urgido, que me dice desde el fondo de esta paraplejia nacional, que está en marcha la “Operación Tic-tac”.

Sí. Como si nos acabaran de invadir los extraterrestres.

Por supuesto, el taxista de mente veloz inmediatamente descubre como Poirot que un brujo brasileño, Reinaldo Dos Santos, que según predijo la catástrofe de las Torres Gemelas, es el cerebro, pues el domingo habría hablado del futuro incierto del presidente Maduro haciendo alusión a un supuesto Tic-tac.

Vaya.

No hay semáforos, nos estamos encaramando con los vehículos unos sobre los otros en esta esquina y una vaina adentro nos está haciendo Tic-tac. O no: es un complot de la derecha maldita. ¿Una vaina seria llevada a jodedera? No, no es una iguana ni el fenómeno de El Niño, ni un magnicidio, o un hueco.

No, no un país: una joda.

Antes acabábamos de oír en la misma radio que las clínicas sólo disponen de inventarios para cubrir ocho semanas, como si hubiera estallado aquí la Primera o la Segunda Guerra Mundial, y que los repuestos para aparatos de alta tecnología no llegan. Que están suspendidas las citas para hemodiálisis en las clínicas. Que no hay medicinas en las farmacias. Que se posponen las cirugías menos urgentes.

Es más: que en Coro operan con un equipo prestado.

Eso sin meter el dedo en el resto de la vida cotidiana: no hay leche, no hay papel para imprimir, no hay repuestos para vehículos. Y pare usted de contar.

Se trata de demasiadas contradicciones. En un instante le rompen a uno sus capacidades asociativas. Se trata de un verdadero blackout.

Y (hay que aceptarlo, porque es una idea que se abre paso en nuestra mente en medio del caos) se trata de esconder un fracaso que no advertimos completamente sino luego. Pues en ese momento se desataba una carrera contrarreloj para regresar lo más pronto posible a nuestras casas. Y lo logramos.

Finalmente logramos atravesar la ciudad. Que metafóricamente es como atravesar una crisis económica como la actual. Una que no recordamos igual quizá desde aquel aciago Viernes Negro o más cerca aún, desde aquella crisis bancaria de 1994, con su peo pre y post que cambió nuestra historia económica.

Pero ésta no es tan difícil de interiorizar, porque la economía es expectativas. “Voy a ganar más, voy a comprar una casa, voy a encontrar un trabajo”. Y como lo sabe cualquiera, si las expectativas se quiebran y se acrecienta el costo social, el efecto es devastador.

Porque la política es ilusión y esperanza.

Que un dólar alto esté (digamos) en 40 tiene un impacto demoledor en el colectivo. La gente sabe que esto es pasar aceite en el corto, mediano y largo plazo. Y que ya no hay quien saque conejos de la manga. Ni con Operaciones Tic-tac, ni Estados mayores para la Salud, ni un estado Mayor Eléctrico ni un estado Mayor Anti Corrupción o Anti Caos.

Estas respuestas fantasiosas y nominales, que sólo venden percepciones y expectativas, no funcionan ya. Paja. Uno solo quiere llegar a casa. Cambiar o que le cambien de país (o el país) y que cese –ahora, de inmediato– esta retórica en la que se acoquinan los golpes: el económico, el sanitario, el hospitalario, el educacional, el delictivo, el magnicida, el eléctrico…

Y que le permitan llegar a uno a su apartamento, sin estar seguros de poder soportarlo más.

Con decir que ya hasta los escritos de José Vicente (hablo del columnista gubernamental que yo más he respetado en todos mis años de carrera profesional) se nos asemejan a los partes de una junta militar de gobierno.

Por eso uno se pregunta: ¿Qué pasa? ¿Cuándo comenzará en este país la catarsis? ¿Repetirá esta nueva dirección “revolucionaria” la misma estrategia suicida de  de AD y Copei en los años 90, de la cual únicamente Ramos Allup y Eduardo aún respiran, de no rectifico y no me voy? ¿Del yo me caigo y me traigo conmigo el techo?

Uhm. Creo que mejor me sirvo un whisky.

(¡Ah, caramba! No hay soda)

(Ni Cráteres)

Luis Garcia Mora
@LuisGarciaMora

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

miércoles, 14 de septiembre de 2011

ENRIQUE PEREIRA: LOS APAGAFUEGOS.

Candelita aquí, candelita allá. Los bomberos se despliegan.

Esta última semana demuestra con elementos concretos un cambio radical en la política del gobierno hacia los reclamos y protestas. Del desconocimiento pasaron directo a la conciliación inmediata. Es tan evidente como hipócrita la actitud. Apágame esa candelita, que ya estamos en elecciones.

De ponto se sentaron con los maestros para arreglar un nuevo contrato con los educadores de manera de asegurar que no se les presenta un conflicto en el inicio de clases. Lo mismo hicieron con los médicos, a quienes le enviaron a Maduro para iniciar un proceso de negociación. Ahora reconocen graves fallas en el proceso de manejo y de control de las obras, de los insumos y de los salarios de los médicos. La interlocutora de profundas ojeras la tuvieron que arrimar a un lado. Maduro va a la vanguardia, posicionándose como el gran salvador de la patria y asegurando imagen de punta para el caso de que se tenga que convertir en el candidato suplente de la revolución.

De pronto hablan de enviar el dinero que deben  a las regiones -por supuesto incompleto- y de auxiliar económicamente a las obras paralizadas de los Metros. Los militares también recibirán un aumento de sueldo, ya lo avisó el que más manda. En Guayana se despliegan los negociadores para tranquilizar a los trabajadores de las empresas que quebraron. Un añito, hay que correr la arruga un añito.

El Ministro del interior resuelve distribuir más de cuatrocientos policías en los hospitales, para intentar revertir la violencia y la delincuencia que les da vueltas todas las noches y de la que se quejan los médicos que exponen su vida en cada guardia.

Ahora con una fecha electoral, a más o menos un año, tal como lo dijera Chávez antes de ayer, en premonitorio tubazo informativo, que se adelantare a las autoridades del Consejo Nacional Electoral, botaran la casa por al ventana. Ahora la regaladera y las buenas caras reemplazaran las actitudes contestarías y poco conciliadoras. A Chávez le dolerán los dedos de escribir en el twitter, a falta de garganta para arrastrar al pueblo por la vía televisiva. Todo es tan predictible.
Lo que no podrán lograr es arreglar este desastre, taparlo a medias sí, arreglarlo no.

No logarán que el mazeite regrese a los estantes o que aparezca para quedarse la leche en polvo, seguiremos importando café de Nicaragua y las estaciones de servicio seguirán sin abrir de noche, como en los pueblos fantasmas. Las viudas y las madres que ha generado la inseguridad, no dejarán de producir llanto.

Octubre está a la vuelta, casi agradezco que nos acercaran la fecha final de este desastre. Preparen el dulce de lechosa.
                                                                 @pereiralibre


EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA

miércoles, 5 de agosto de 2009

*EL APAGÓN DE LINA RON, LINA RON, APAGÓN Y AL PAJÓN JUEGOS DE PODER DEL RÉGIMEN

NC-RS- Según informaron fuentes confiables de inteligencia a noticiascentro esta mañana, el apagón eléctrico que afecto a 8 Estados, entre ellos la región capital, y la “Operación Asalto” de Lina Ron a Globovisión eran parte de un mismo plan.

El “apagón” debía tapar el asalto, en cuya fase final, la Guardia Nacional “tomaría” Globovisión”.

Debido a la conmoción del corte de luz, la acción de la GNB-Lina Ron, pasarían desapercibidas hasta después de consumadas. Fait accomplie. Ese era el esquema.
El detalle que arruina el plan está en que Lina Ron y su huestes adelantaron su acción una hora antes de lo acordado, por lo que no había “apagón” todavía cuando se consumió , y hubo que abortar la fase correspondiente a la “toma” por parte de la GNB organizada –según las fuentes- por Diosdado Cabello.
Las fuentes de Rafael Rivero Muñoz – Comisario General (ret) de Disip-PTJ son diferentes a las de noticiascentro pero coinciden en los detalles “operativos”.
Hasta el momento -30 horas después del "apagón" – las autoridades no han logrado ofrecer una explicación técnica a las causas del “evento”
Las luchas intestinas
En el complejo asunto del Poder y del no poder
Rafael Rivero Muñoz
Observando los más recientes acontecimientos en su cruda realidad, no se puede menos que tratar de juntar las piezas para poder entender, al concatenar presiones, torpezas y precipitaciones en una apreciación especulativa.

Precedente

Por las alertas de la Sala Situacional, G2 cubano y de su círculo de íntimos Hugo Rafael Chávez Frías, tiene ya identificado el potencial peligro del llamado Chavismo Sin Chávez.

Le urge y tiene que neutralizar todo asomo de peligro y destruir como sea esa probabilidad latente.
Nombra entonces a ex vicepresidente interino Diosdado Cabello –quien como se dice ya ha comentado que -siendo esa su posición cuando Hugo Chávez regresa de manos de Baduel luego de su abandono, por renuncia o no, del cargo de presidente- no fue él quien le entregó, como era de esperar, siendo como era el titular del cargo– en múltiples posiciones decisorias, entre ellos en CONATEL, pero con una trascendente misión específica: Cerrar a Globovisión.

Con ello busca Chávez colocar a Diosdado en una insuperable posición de rechazo total, tanto de la opinión pública en general, opositora, alineada o no, como de aquella que es afecta e incondicional a la revolución.

Viene a confirmar la especie una de las últimas notas de Lina Ron publicadas en El Nuevo País, que comienza de esta forma: “…NOSOTROS, Chavistas, Revolucionarios Bolivarianos y Diosdadistas, no nos transamos con nadie y mucho menos si nos mandan ‘amigos entre comillas’ a ‘conversar’…”

En iguales o parecidas circunstancias al uso que hace Chávez de la Guardia Nacional, con el mismo objetivo.

Ni uno ni los otros tendrán posibilidades de conseguir soporte y soportadores, menos aún de recuperarse, una vez que, en su momento, tome la decisión de eliminarlos del cuadro político: A uno, de las posibilidades de un Chavismo sin Chávez y a la otra, como fuerza militar que pueda en un futuro ejercer cualquier acción o presión a su voluntad y objetivos personales.

El fallido asalto

Ese es el contexto donde se desarrolla el último evento del asalto de Lina Ron y sus huestes a las instalaciones de Globovisión.

Mientras Hugo Chávez, una y otra vez y públicamente ha insistido e insiste en presionar a Diosdado Cabello para el cierre definitivo de Globovisión, éste no lo hace porque intuye la patraña de Hugo Chávez y no quiere caer en una visible trampa.

Pero al estilo de la vieja técnica del jiu jitsu, usando la fuerza del otro, monta una a su vez.
Selecciona el momento, el argumento y la circunstancia; el día la hora, el apagón, y el asalto
Teóricamente, sobre el papel, de coincidir los tres elementos, todo quedaría zanjado con un golpe de teatro siguiendo un preciso guión:

Primero el apagón, segundo el ataque de Lina Ron, tercero, la fabricada oportunidad y la presión suficiente para producir la decisión directa emanada del propio Hugo Chávez de aprovechar la coyuntura táctica y en un golpe de mano, emplear a la Guardia Nacional en la toma y cierre definitivo de la planta televisora Globovisión.

Misión cumplida

Cerrada y tomada Globovisión se acabó el problema.

"Recuperada la energía eléctrica" ya la acción se ha ejecutado, hechos cumplidos y nadie se enteró; ni posiblemente se entere hasta bien pasado y consolidada la acción. Cuando se entere la opinión pública, ya no podrá tener efecto alguno su reacción.

Ejecutado el plan Diosdado Cabello cumplió con la precisa tarea encomendada, pero eso sí, no asumió el grueso de las consecuencias ulteriores puesto que la orden del asalto y toma no partió de él; la orden del asalto final con la fuerza pública, eso, sería obra y decisión del propio líder máximo.

Diosdado Cabello quedando a salvo del evento y de las severas consecuencias políticas, conservaría el construido potencial hacia el Chavismo Sin Chávez.

Pero… siempre hay un pero

Sólo que, no contaba Diosdado Cabello con dos no calculadas circunstancias:

a) la precipitación de Lina Ron y sus hordas quienes ya en posición, preparados e intoxicados, iniciaron la movilización y el ataque antes de la hora acordada del apagón y

b) las capacidades para la maniobra de su más diligente y activo contendor “revolucionario”, José Vicente Rangel.

Inician el ataque al descubierto contra la planta de televisión. Glovisión sale de inmediato al aire con la información. Por ésta u otra vía se entera José Vicente Rangel de la acción y se comunica urgente con Hugo Chávez a quien impone de la gravedad y las consecuencias internas y externas de los eventos en pleno desarrollo, y ya hechos públicos por la prensa nacional y extranjera.
Hugo Chávez, ante los argumentos reacciona contrario a lo proyectado, y ordena la suspensión inmediata de la acción.

Detalles

Si se presta atención al desarrollo del ataque, se observará que una vez iniciado y ya en el interior de las instalaciones, sin resistencia alguna, los atacantes tienen el campo abierto y a voluntad pero, súbitamente, se frenan.

Los atacantes se repliegan, salen en carrera de las instalaciones de Globovisión.
Luego se observa cómo precipitadamente unos y otros atacantes corren, huyen del lugar, raudos abordan sus motos.

Se observa en un momento y antes del inicio de la estampida, que uno de los más cercanos acompañantes de Lina Ron se lleva la mano a la cara. Al parecer atiende una llamada por celular y luego de comunicarse con ella Esta, Lina Ron, a las puertas del canal, gira en redondo mientras ordena la retirada.

Tan precipitada ésta, que a uno de los motorizados no le prende la moto y casi lo abandonan a su suerte; sale él y su parrillero en el último momento tras sus compañeros
El fracaso

Allí murió un muy elaborado y complejo proyecto y, pareciera, quedaron todos los actores al descubierto. Veremos poco a poco las consecuencias.
Una de ellas, ya materializada. Luego de ser acusada la misma noche en el programa del Canal Ocho La Hojilla, como “enemiga de la revolución, como traidora y hasta de contratada por la oposición”, hoy Lina Ron ya tiene ejecutada una privativa de libertad y, en cadena de medios, una severa reprimenda pública del líder máximo del: “Chavismo Con Chávez”.
Pareciera que son las resultas o derivados de esas luchas intestinas que nunca se pueden dar por finalizadas, mucho menos hoy en Venezuela y en la más compleja de las situaciones, la de poder y no poder.

http://www.noticiascentro.com/noticias/detalle/2143

ENVIADO A NUESTROS CORREOS RECOMENDANDO PUBLICACION
ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, MOVIMIENTO REPUBLICANO MR, REPUBLICANO, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO,POLÍTICA, INTERNACIONAL,