*ALEJANDRO PEÑA ESCLUSA ESCRIBIÓ: “LECCIONES DE BOLIVIA”
Semanas antes del referendo del 10 de agosto, los aliados internacionales de Evo Morales lanzaron una intensa campaña para defender a su pupilo.
El 30 de junio, Chávez viajó a Tucumán, Argentina, para asistir a la XXXV Cumbre del Mercosur, donde propuso a los países miembros de esa organización un plan para apoyar a Morales.
El 18 de julio, Chávez y el presidente Lula viajaron a Riberalta, Bolivia, para respaldar a Evo Morales. En un gesto claramente propagandístico, Lula firmó un protocolo para el financiamiento de 230 millones de dólares, para construir una carretera de 508 kilómetros que conectará a Bolivia con Brasil.
Poco antes del 10 de agosto, dirigentes del Foro de Sao Paulo viajaron a La Paz para “manifestar su apoyo al proceso político que vive Bolivia y a la gestión del presidente Evo Morales”. Según la nota de Mundo Posible, entre otros asistentes “estuvieron presentes el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), de El Salvador, el Frente Sandinista de Nicaragua, el Polo Democrático Alternativo de Colombia y el Frente Amplio de Uruguay”. El Foro de Sao Paulo fue creado por Lula y Fidel Castro en 1990. Chávez es miembro desde 1995 y es el principal financista de esa organización.
Tal como lo reseñó el 11 de agosto una nota en el portal de noticias de Mercosur, “En la campaña del referendo revocatorio en el cual estuvo en juego el mandato de Evo Morales, su aliado estratégico Hugo Chávez fue la espada, y el presidente brasilero Lula da Silva, el escudo”.
En contraste, las fuerzas democráticas de Iberoamérica poco o nada hicieron durante la campaña electoral. Excepto por algunos artículos de opinión, se limitaron a esperar los resultados del referendo. Dejaron absolutamente solos a los opositores bolivianos.
Cada vez que uno de los miembros del Foro de Sao Paulo se encuentra en dificultades, el resto de los integrantes acude en su apoyo, pasando por encima de las nacionalidades. En cambio, los demócratas de la región actúan única y exclusivamente dentro de su propio territorio.
La lección es ésta: urge crear una contrapartida al Foro de Sao Paulo; una organización democrática iberoamericana, capaz de combatir internacionalmente a esa mafia de alcance mundial. Pero para lograrlo, primero se requiere ampliar la visión de la política. O los demócratas de Iberoamérica luchamos conjuntamente, o nos derrotarán uno a uno.
Semanas antes del referendo del 10 de agosto, los aliados internacionales de Evo Morales lanzaron una intensa campaña para defender a su pupilo.
El 30 de junio, Chávez viajó a Tucumán, Argentina, para asistir a la XXXV Cumbre del Mercosur, donde propuso a los países miembros de esa organización un plan para apoyar a Morales.
El 18 de julio, Chávez y el presidente Lula viajaron a Riberalta, Bolivia, para respaldar a Evo Morales. En un gesto claramente propagandístico, Lula firmó un protocolo para el financiamiento de 230 millones de dólares, para construir una carretera de 508 kilómetros que conectará a Bolivia con Brasil.
Poco antes del 10 de agosto, dirigentes del Foro de Sao Paulo viajaron a La Paz para “manifestar su apoyo al proceso político que vive Bolivia y a la gestión del presidente Evo Morales”. Según la nota de Mundo Posible, entre otros asistentes “estuvieron presentes el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), de El Salvador, el Frente Sandinista de Nicaragua, el Polo Democrático Alternativo de Colombia y el Frente Amplio de Uruguay”. El Foro de Sao Paulo fue creado por Lula y Fidel Castro en 1990. Chávez es miembro desde 1995 y es el principal financista de esa organización.
Tal como lo reseñó el 11 de agosto una nota en el portal de noticias de Mercosur, “En la campaña del referendo revocatorio en el cual estuvo en juego el mandato de Evo Morales, su aliado estratégico Hugo Chávez fue la espada, y el presidente brasilero Lula da Silva, el escudo”.
En contraste, las fuerzas democráticas de Iberoamérica poco o nada hicieron durante la campaña electoral. Excepto por algunos artículos de opinión, se limitaron a esperar los resultados del referendo. Dejaron absolutamente solos a los opositores bolivianos.
Cada vez que uno de los miembros del Foro de Sao Paulo se encuentra en dificultades, el resto de los integrantes acude en su apoyo, pasando por encima de las nacionalidades. En cambio, los demócratas de la región actúan única y exclusivamente dentro de su propio territorio.
La lección es ésta: urge crear una contrapartida al Foro de Sao Paulo; una organización democrática iberoamericana, capaz de combatir internacionalmente a esa mafia de alcance mundial. Pero para lograrlo, primero se requiere ampliar la visión de la política. O los demócratas de Iberoamérica luchamos conjuntamente, o nos derrotarán uno a uno.
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