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LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

lunes, 9 de marzo de 2015

SAÚL GODOY GÓMEZ, AUTOCENSURA,

Este período del socialismo bolivariano, conocido vulgarmente como “chavismo”, ha traído innumerables experiencias y lecciones al mundo del periodismo informativo, de investigación y de opinión.

Hemos estado cursando aguas turbulentas en lo que se refiere al derecho a la libre expresión, de informar y estar informado y, si quisiéramos resumirlo, podríamos decir que ha sido otra prueba de fuego al derecho del libre pensamiento y su expresión en Venezuela.
En lo personal, comulgo con las ideas de un liberal clásico, comprometido con las libertades y derechos del ser humano; me es imposible recrearme un solo momento en una situación en la que no pudiera expresar lo que pienso, en no poder comunicarlo, si es ese mi deseo, porque si ese fuera el caso, sería como estar muerto, peor, sería como estar muerto en vida.
Me imagino el desespero de esas personas que en la antigüedad eran tapiados detrás de la pared de una construcción para morir de inanición, aislado del mundo, esa es mi visión de perder el derecho a expresarme libremente, decir lo que quiero, por supuesto, siempre guardando los límites del decoro, las buenas costumbres y procurando no caer en la descalificación, el insulto, la mentira o la injuria.
Como comunicador social, en especial como analista político, me encuentro a diario con el problema de balancear y ser justo con las personas públicas que son objeto de mis observaciones, con funcionarios y personalidades que dan la cara por el gobierno y sobre las que, uno asume, son responsables de una gestión pública, que afecta a la sociedad en general, y quienes deben rendir cuentas sobre sus actos.
Admito que en el caso de los gobiernos chavistas es en especial difícil, ya que se trata de políticos que se comportan como una organización criminal pero quieren ser tratados como personas decentes, es más, lo exigen, valiéndose de que tienen el poder, que son gobierno, utilizando todos los mecanismos de represión y criminalización que tienen para desatar una campaña de terror y hostigamiento contra la prensa que no les es favorable o que esté en desacuerdo con su visión del mundo.
De allí las leyes y regulaciones que ha promulgado este gobierno y que estrangulan a los medios, las infames listas de enemigos de la revolución, las amenazas a escritores, caricaturistas y locutores, los procesos judiciales en su contra, las medidas para restringir el suministro de papel para la prensa impresa, la manipulación sobre la renovación de las licencias sobre frecuencias para radio y televisión, el recorte del ancho de banda para transmitir internet, el quitar o dar  publicidad del estado a los medios, las “visitas” de los colectivos armados a las sedes de las empresas, los atentados con bombas, los cobardes asesinatos de periodistas…
A eso hay que agregar las campañas de difamación en los medios del gobierno, el uso de comités de usuarios para protestar por fotos e imágenes que “los perturban”, el espionaje telefónico, el amedrentamiento de los anunciantes publicitarios en los medios, el robo y destrucción de equipos, la compra de medios privados por parte de empresas fantasmas, las amenazas, seguimientos y secuestros a comunicadores sociales, el cortar señales, el sacar programas del aire…
Su talante es de los que actúan a espaldas del pueblo, para ellos la palabra “transparencia” es una grosería, no rinden cuentas, sus gestiones son secretas, por lo que es un problema tratar de conseguir información sobre los manejos que hacen de la cosa pública, de los presupuestos, de los gastos e inversiones, incluso de sus ingresos personales, aún cuando están obligados por la ley a declarar sobre sus ingresos y hacer informes periódicos sobre sus actuaciones como funcionarios.
Tienen como costumbre negarle la información a los medios y al público en general, el manejo del Estado es todo un misterio, cuando se descubre alguna cosa los venezolanos nos enteramos por medios extranjeros, debido a escándalos y a situaciones irregulares que se revelan en otros lares; si algo sucede en el país y nos enteramos, es porque alguien quiso sacar del medio a un competidor y hace públicos ciertos manejos oscuros, o porque la situación es tan obvia y huele tanto a podrido que en imposible encubrir el entierro.
El blackout informativo sobre la detención arbitraria del Alcalde Metropolitano Antonio Ledezma es un claro ejemplo de cómo funciona la censura hegemónica en el país, han sido contados los medios que han reseñado este secuestro de este importante político de la oposición venezolana perpetrado por el gobierno.
Todos sabemos que las cifras del país son vilmente manipuladas a conveniencia del régimen, se tapa y disminuye lo que no conviene y se infla y exagera lo que quieren poner bajo luces favorables; buena parte de las cifras y estimados nacionales no se sabe donde están ni cuáles son, muchas veces nos vemos obligados a trabajar con estimados propios, y aquí, en la oscuridad, estamos hablando de cuestiones tan vitales como epidemias de salud, muertes violentas, reservas nacionales, fondos de emergencia, producción petrolera… la situación se ha vuelto tan grave que el gobierno ha prohibido que se publicara el precio del dólar paralelo en una economía con control de cambio.
La “conchupancia” entre los poderes públicos es tal, que se hace imposible hacerle seguimiento a cualquier investigación, una institución tapa a la otra y los medios públicos de comunicación colaboran haciéndoles el juego, desinformando, cuando no le echan tierra al asunto…  y como si no existiera.
Y en este marasmo de informaciones contradictorias, de restricciones informativas, de mentiras y campañas de desinformación, de laboratorios montados por el gobierno para distraer la atención del público, de propaganda negra y operaciones psicológicas, de censura y represión contra los medios y los periodistas, surge entre el moho y el detritus de la información, el grotesco hongo de la autocensura.
La autocensura es la hija ilegitima del miedo y de la cobardía, nace en personas que no tienen muy claro cuál es su papel en el mundo de la comunicación social, que prefieren callar o no publicar algo que ellos consideran que podría incomodar al régimen, temiendo represalias o ganando favores ante el censor; la autocensura nace del periodista o del editor que se ha convertido, voluntariamente, en un agente de la censura, por lo tanto, en un verdugo anónimo de la información libre.
No es un secreto que el periodismo en Venezuela se ha convertido en una suerte de “cómo decirlo sin que me manden a callar”, escogiendo con pinzas las palabras, confirmando y reconfirmando las informaciones para complacer “la verdad verdadera oficial”, poniéndole un preservativo a la pluma para no herir susceptibilidades, ni pisar callos innecesarios, ni abrir cofres llenos de excrementos y esqueletos.
La sombría censura y la autocensura que se viven en Venezuela en nada difieren de las que quieren imponer los grupos fundamentalistas islámicos por medio del terrorismo en Francia, en nuestro caso no hay motivaciones religiosas pero sí políticas… no sé cuál de ellas son más peligrosas.
No puedo dejar de admirar a colegas y a editores, los cuales, a pesar de este vendaval de terror y amenazas a la libre expresión, todavía persisten en hacer escuchar sus voces de alarma, sus críticas, sus advertencias, sus denuncias… porque es en tiempos como los que vivimos que un periodista o dueño de medio se gana sus galones, a costa de su tranquilidad y, no pocas veces, de su vida misma.
Un periodista que tiene vocación, que sabe quién es y cuál es su deber, se las ingenia para que su voz llegue a donde tiene que llegar; hemos visto el enorme reacomodo al que nos han obligado las circunstancias y las tecnologías, de los medios tradicionales hemos migrados a medios digitales, a las redes sociales, de medios en manos de empresas de comunicación, donde nos han censurado, hemos explorado la posibilidad de los blogs y de las páginas web personales, investigando cada posibilidad, cada resquicio que permanece abierto en el país y en el exterior.
En nuestros medios de comunicación hemos visto a verdaderos héroes de la libertad de expresión hacerle frente a un gobierno mafioso, que utiliza todo su aparataje económico, judicial, policial, para hacerlos callar; editores y jefes de redacción, locutores, periodistas, reporteros que no han vendido su alma al diablo y, a pesar de los rugidos del ogro censor, no han retrocedido en su empeño en la verdad y, sobre todo, en preservar los pocos espacios que nos quedan para poder expresarla.
Maldito el editor que valiéndose de la propiedad de un medio de comunicación lo utilice para complacer al monstruo de la ignominia y el abuso, y que amordace a sus periodistas que quieren expresarse.  Maldito el editor que le haya vendido su integridad al gobierno de turno y censure a quienes se oponen a sus designios.  Maldito el periodista que prefiere callarse la boca y desviar la mirada para aprovechar la vida fácil, comiendo de la mano del amo.
Preferible es perder un medio, como ya ha sucedido, que mantenerlo al servicio gratuito y servil de un régimen totalitario y enemigo de las libertades, convirtiéndose él mismo en censor, en su aliado indirecto y silencioso; es la mejor forma de degradarse como persona y transformarse en un “patriota cooperante” del régimen en el mundo de la información.
No tiene ningún sentido sostener una plataforma comunicacional con miedo, pendiente siempre de complacer al censor, si el fin no es informar, si el objetivo no es preservar la democracia y las libertades, si de lo que se trata es de tener un negocio o una aventura publicitaria… mejor es luchar hasta donde se pueda, que permanecer tapiado en una pared y sin gritar porque nadie te escucha. –
Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul

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HUMBERTO GARCÍA LARRALDE, DESCOMPOSICIÓN

Con el violento secuestro del Alcalde Metropolitano el jueves 19 por parte del SEBIN y su posterior imputación arbitraria por haber ejercido su derecho de proponer un gobierno de transición, creíamos advertir el nivel de barbarie a que había llegado el régimen. Pero el martes 24 un liceísta de apenas catorce años fue asesinado con un disparo en la cabeza por un joven policía “bolivariano”, molesto porque le había instado a no reprimir una protesta universitaria. El niño ni siquiera formaba parte de la protesta cuyo ejercicio, por demás, es un derecho legítimo en toda democracia. 

La ministra del Interior y Justicia quiso restarle significado a tan abominable crimen señalando que era “un acto individual”. Pero en la última semana han sido ajusticiados otros cinco muchachos en circunstancias sospechosas. 

En la represión de las protestas estudiantiles del año pasado, hubo más de 40 muertos, centenares de detenidos y heridos, y numerosas denuncias de tortura. 

Durante el último año hemos sido testigos del maltrato a presos políticos y de las amenazas contra sus vidas. Y en los dos primeros meses de este año, la confiscación de bienes de empresas privadas, la detención de sus gerentes, la aprobación de la resolución 8610 que autoriza el uso de armas letales por la fuerza armada contra manifestantes, el Decreto 1605 de contrainteligencia que considera “enemigos” a la disidencia, la promoción del sapeo -“patriotas cooperantes”- para intimidar a comerciantes, tuiteros y a quienes tomen foto de las colas (quienes muchas veces terminan presos), el acoso y cierre de medios de comunicación, y el atropello a periodistas, han puesto de manifiesto que, lejos de ser un incidente aislado, forma parte de una estrategia represiva, propia de un estado policial.

“La Historia me absolverá”

Los regímenes totalitarios suelen invocar una “moral revolucionaria” para legitimar su atropello a los derechos humanos. El fin de un futuro glorioso que habría de liberar a los pueblos, justifica los medios empleados para su consecución. La salsa que es buena para el pavo no es buena para la pava, y la “justicia revolucionaria” se aplica de manera sesgada contra los que tilda de “enemigos”. El bien superior, trascendente, que representa la “revolución” –según sea interpretada por el Líder-, debe prevalecer por sobre los formalismos de una legalidad “burguesa” que pretende maniatarla. Y así lo avalará la Historia (con mayúscula), como lo argumentó un notorio líder revolucionario del siglo pasado en el juicio que se le seguía por comandar un asalto armado contra el orden establecido:

“Porque no son ustedes, caballeros, los que nos juzgan. Ese enjuiciamiento lo dictamina la eterna corte de la Historia. (...) Podrán pronunciarnos culpables mil y una veces, pero la diosa de la eterna corte de la Historia sonreirá y hará trizas el alegato del fiscal y la sentencia de esta corte. Ella nos absolverá”.

No, no se trata de Fidel Castro en el juicio por el asalto al Cuartel Moncada, sino de Adolfo Hitler, procesado en 1923 por el putsch de la cervecería en Munich[1]. Y esa Historia –que excita tanto a los exaltados por mitos épicos- nos mostró el nivel de barbarie y de crueldad que desplegó su celo revolucionario destructor y asesino. También para Hitler había una conspiración internacional de la plutocracia financiera en su contra que había que derrotar. Igualmente, quiso liquidar la legalidad burguesa que, con sus blandenguerías, interfería el bien supremo pregonado. Por su parte, el “padrecito” Stalin, en su paranoia, veía conspiraciones de todo tipo que lo llevaron a desatar el terror del estado contra la población soviética –superando incluso a Hitler-, y a convertirse, de paso, en el gobernante que, en las purgas masivas del partido bolchevique, mató a más comunistas. Luego Fidel Castro, en un sincretismo diabólicamente genial, fundió ambos experiencias con sus dotes de líder arrojado para escenificar la épica romántica de un David latinoamericano contra un Goliat imperialista, forjando lo que he llamado fasciocomunismo. En tal escenario, alegó centenares de intentos de magnicidio en su contra para justificar el acaparamiento del poder, la lealtad absoluta hacia su persona y la cruel represión de toda disidencia. De esta forma, la pretendida supremacía moral de la Revolución limpió de culpa a quienes cometieron los atropellos más abominables contra la humanidad, porque ocurrieron en prosecución de intereses supremos consagrados por la Historia.

El carismático Chávez aportó un discurso patriotero y maniqueo que movilizó a amplios sectores desclasados a favor de su gesta populista demoledora. Se benefició en este proceder, con la captación de enormes rentas por la venta de crudo en el mercado internacional, que distribuyó entre los suyos a diestra y siniestra como prueba de su autenticidad salvadora. Y, en nombre del socialismo y de la izquierda revolucionaria, desató una cruzada contra los derechos laborales, los sindicatos y gremios independientes, las universidades autónomas, la libertad de prensa, los derechos civiles y procesales, y el desarrollo productivo: en fin, contra todo aquello que había sido bandera de la izquierda. La Historia –de nuevo con mayúscula-, valida de un discurso discriminatorio alimentado de odios, habría de justificar tan reaccionario proceder -y, con ello, el poder absoluto de Chávez- porque su carácter “revolucionario” lo invistió, por antonomasia, de una cualidad moralmente superior.

La limpieza de conciencias

Maduro, desangelado heredero del comandante eterno, depende de la conexión con ese discurso para su legitimidad. Ante las tempestades sembradas por los vientos redentores de su padre putativo, se muestra incapaz de forjar un liderazgo a base de méritos propios que le permita librarse de esa impostura llamada “socialismo del siglo XXI” e, impotente, observa como el barco se le hunde. En su desespero, apela a lo único en que han demostrado ser insuperables sus tutores cubanos: la aplicación del terror de Estado para someter a la población. Y es que la factura cubana se percibe a leguas en la represión sin miramientos de la protesta, en el trato cruel a los presos, en el ocultamiento de información y la mentira sostenida. Pero estos desmanes se amparan en postura de superioridad moral porque son cometidos contra aquellos calificados de “derecha”. El discurso comunistoide provee así las muletillas para avalar barbaridades que, si fuesen cometidas sin cobijarse en sus categorías maniqueas -explotados vs. burgueses, izquierda contra derecha-, serían condenadas airadamente como prácticas dictatoriales de la derecha. La veneración a Chávez tiene así una motivación oculta entre muchos militares gorilas: su retórica bolivariana-redentora de “izquierda” limpió las conciencias de quienes añoraban ejercer lo que, lamentablemente, ha sido práctica reiterada en latinoamericana: una dictadura militar, pero ahora “legitimada”. 

El discurso “revolucionario” ha mostrado ser muy eficaz, sobre todo, para tapar los “negocios” hechos posible por la destrucción de las instituciones del Estado de Derecho, la ausencia de transparencia, la especulación que promueve el sistema de controles de precio y el usufructo discrecional de los dineros públicos. Desde que Chávez asumió la presidencia, las exportaciones petroleras han sumado más de USA $850 millardos; el incremento de la deuda pública externa superó los USA $83 millardos; la interna, más de Bs. 487 millardos, unos $73 millardos según el tipo de cambio oficial vigente en cada año. Jamás gobierno alguno contó con tantos recursos. El gasto público, incluido el aporte de PdVSA a las misiones y al Fonden, se ha aproximado al 50% del PIB en los últimos años. Esta enorme cantidad de dinero ha beneficiado a una oligarquía de mafias militares y civiles que no están dispuestas a desprenderse de semejante botín haciéndoles caso a voceros internacionales –de izquierda, centro y derecha- que recomiendan rectificar la política económica y concertar acuerdos con la oposición democrática. ¡”No puede permitirse tal agresión a la soberanía y a la autodeterminación de los pueblos”! Y así como los ancianos hermanos Castro han disfrutado de Cuba por más de cincuenta años como si fuera su patrimonio personal –una extensión de los cañaverales del viejo Ángel en Birán- con su discurso antiimperialista, esta oligarquía desata una guerra retórica “revolucionaria” para blindarse contra todo cuestionamiento de sus fortunas mal habidas.

La neolengua redime

En este afán del fascismo bolivariano por imponerse, sin restricciones institucionales ni controles democráticos, la poca credibilidad de su discurso en absoluto estorba. Las arengas no son para convencer a mayorías sino para activar el odio y la disposición a todo de parte de colectivos y fanáticos exaltados, empoderados por la ausencia de límites a su accionar. La “revolución” absuelve y p’al carajo los derechos humanos y las garantías constitucionales. Quince años sembrando odios explican la muerte del liceísta en Táchira, así como de tantos jóvenes a manos de Guardias y colectivos. No hay rubor alguno en seguir insistiendo en la idiotez de una “guerra económica” y acusar de ella a una burguesía parasitaria, proyectando en otros lo que ha sido su propio trajín como oligarquía expoliadora. Tampoco hay sentido del ridículo al repetir las historias más inverosímiles de atentados y conspiraciones -muchas ideadas en la mente senil de José Vicente Rangel o entre las toxinas viscerales de Diosdado Cabello- y se inculpa a Antonio Ledezma, María Corina Machado, Leopoldo López y Julio Borges por confabularse para un supuesto golpe de estado. Cada ladrón juzga por su condición. Detrás de estos representantes de la “extrema derecha” se asomaría, claro está, el imperio. Este malvado enemigo ahora atenta contra “la patria de Bolívar” (¡!), quitándole las visas y congelándole los bienes a varias decenas de mafiosos y esbirros. En su autocomplacencia creen situarse más allá del bien y del mal al declararse “revolucionarios” y repetir consignas que, si no hubiesen sido banalizadas, serían la mayor inculpación de su propio proceder. En sus mentes enfermizas todo desafuero que cometen es, por antonomasia, en el interés del pueblo. Y así, estos fascistas buscan tranquilizar sus conciencias denunciando a una “ultraderecha fascista” (¡!) en la persona de los estudiantes y todo aquel con que tenga pensamiento libertario, de avanzada. Conforme a esta neolengua Orwelliana, su ejercicio despótico del poder representa la “democracia revolucionaria” superior, la subordinación a Cuba y Ia entrega a ese país de cuantiosos recursos es para “defender la patria”, y el despliegue de la fuerza militar para intimidar y reprimir salvajemente toda protesta, así como los insultos y acusaciones falsas a la oposición, es para “promover la paz” –la paz de los sepulcros, como denunciaron valientemente los estudiantes del ‘28.

Estamos frente a la más execrable y vergonzosa descomposición moral que ha conocido el país a lo largo de su existencia. Porque no hay freno ético, político ni moral alguno que inhiba la acción de estos forajidos. Lo veníamos diciendo desde hace ya algún tiempo: Maduro y los suyos, lejos de asumir responsablemente las reformas que permitirían a Venezuela salir del desastre en que se encuentra y buscar los acuerdos necesarios con otras fuerzas para asegurar su éxito, se han concentrado en prepararse para la guerra. Porque el fascismo solo puede entender a la política como una guerra. Según ellos, nos encontramos en un estado de excepción en el que la vida humana no pesa, sea la de un estudiante asesinado, un enfermo que no pudo operarse porque los hospitales se quedaron sin equipos o porque no consigue los medicamentos que podrían salvarlo, o la de cualquier joven acribillado por el hampa desatada. No hay exponente más ilustrativo de esta descomposición que el propio Presidente. Al transmitirles sus condolencias a los padres del liceísta asesinado en San Cristóbal, inmediatamente insinuó que los policías actuaban en defensa propia ya que, según declararon, se toparon con “un grupo de muchachos con capuchas” y “fueron rodeados y golpeados y atacados con piedras”. Y para añadirle más “razones” al ajusticiamiento, no aguantó las ganas de mencionar que el muchacho pertenecía a “una secta de derecha”. Esa secta de derecha, Sr. Maduro, son los boy scouts. Agrupación más “zanahoria” e inofensiva no puede haber. Pero, a sus ojos, pareciera que la asociación con una supuesta “derecha” reduce la magnitud del delito cometido. Y una vez cumplido con el “trámite” del pésame, reemprendió, en el mismo programa televiso transmitido en cadena, los aires festivos con que intentaba animar a sus partidarios. Asimismo, como buen discípulo de Joseph Goebbels, ministro de propaganda nazi, el día siguiente denunció a un piloto de la aviación estadounidense que planeaba realizar “atentados” nada más y nada menos que en el estado Táchira, donde ha arreciado la represión. Remató repitiendo lo que aprendió de Chávez, poniendo de manifiesto una vez más su falta total de originalidad y de criterio propio: “Tengo video, audios y documentos con pruebas de que EE UU atenta contra la Constitución en Venezuela” (¡!).

En su desespero, viendo cada vez más disminuido su nivel de apoyo y sin el valor ni la capacidad -ni el interés- para sacudirse de la camisa de fuerza “socialista”, la oligarquía chavista no ve otro camino que radicalizarse aun más. Aumenta sus insultos, mete preso a dirigentes opositores, aplasta con sangre a la protesta, todo bajo la ficción de una “amenaza imperialista”, velo usado para encubrir el fracaso indubitable de su gestión y la derrota electoral que ello significaría. Este estado de descomposición explica la detención de médicos que atendieron a estudiantes heridos por la Guardia, así como la presencia, cual jefe de un campo de concentración nazi, del coronel Homero Miranda al frente de la prisión militar de Ramo Verde –el verdadero “monstruo de Ramo Verde”, no Leopoldo- para humillar y atropellar a los presos políticos y sus familiares con las acciones más viles. La “Tumba” que usa el SEBIN en las inmediaciones de la Plaza Venezuela para quebrar la voluntad de muchachos ahí detenidos es una muestra más de que este cuerpo no tiene nada que envidiarle a la Seguridad Nacional perezjimenista. La banalidad del mal, como acuñó Hannah Arendt con relación a Adolf Eichmann, retrata la total ausencia de criterios morales básicos referidos a los conceptos de "bien" y "mal" que deben regir la convivencia entre humanos, “No hagas a otro lo que no quisieras que hagan a ti”.

En esta huida hacia adelante, a mayores atropellos y rupturas con las normas de convivencia democrática, más es la necesidad de encontrar refugio en las seguridades de la fe. De ahí que se acentúe la veneración por el difunto y se le evoca como suerte de profeta neofascista, cuya legado obliga a cerrar filas, sin pensar, en torno a las locuras del régimen. Y así, lo que queda del chavismo se va hundiendo en un espíritu de secta, fanática y dispuesta a todo, que asume conductas violentas, irracionales, cual "yihad bolivariana”. La oligarquía en el poder, no obstante su retórica “revolucionaria”, no sólo ha mostrado ser incompetente para conducir al país, ha abdicado de toda condición moral para legitimarse como gobierno. Mientras más desnudos se ven en su podredumbre, más agresivos y violentos se exhiben, buscando cualquier excusa para darle un palo a la lámpara y evitar la derrota de “la historia”.

¿Y la oposición qué dice? ¿No es tiempo de llamar las cosas por su nombre y denunciar la esencia fascista del régimen? ¿Cómo no desnudar la absoluta inopia moral que inhabilita a la actual oligarquía para permanecer en el poder? Su tiempo ha concluido. Descomposición

Humberto García Larralde
humgarl@gmail.com

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ANTONIO PASQUALI, FINALE MOLTO AGITATO, UN OLISCO A FINAL DE RÉGIMEN RECORRE EL PAÍS. ¿CUÁL FINAL? ES LA PREGUNTA

Ante un cúmulo de catástrofes morales, sociopolíticas, económicas, alimentarias y sanitarias incluso menos mortíferoque el venezolano actual, un gobierno de país democrático solicitaría un voto de confianza y, al noobtenerlo, se disolvería dando paso a elecciones anticipadas.

Pero aquella democracia, la que produjo un Betancourt, la que trajo de vuelta, juzgó yencarceló a Pérez Jiménez, la que sin conmociones mayores nacionalizó el petróleo y lanzó luego un empeachment contra el presidente que lo guió, no la tenemos más.

Volvieron por vigésima sexta vez el despotismo militarista,la violación de constituciones para reelegirse, lostraspasos feudales depoder a la mujer, el hermano o un oscuro gregario, la peorcharlataneríamediática, el gobernar por “planes de la patria” alias “misiones” ahoracoronadas por un orwelliano ministerio de la Eterna Felicidad Social.

Lejosde reconocer errores buscando con humildad un mejor y consensual gobierno de lapólis, esas dictaduras reaccionan a las crisis profundizándolas, intentando sobrevivir por la fuerza, limitando su estrategia a la fugahacia adelante (de la que Chávez, el gran artífice de la catástrofe, fueadicto), al terrorismo de Estado contra la disidencia y a la artimaña paraseguir ganando elecciones o invalidar eventuales victorias del “enemigo”.No se pase por alto que el despotismo chavista, Ledezmadocet, disolveríahasta la Asamblea si la fuese a perder electoralmente.

Ahora, ficción gubernamental y realidad chocan de frente, las estridenciasdel triunfalismo oficial se estrellan contra las duras realidades de unainseguridad entre las más peligrosas del mundo, la peor inflación de laTierra, un desabastecimiento global ya cercano al cubano (la gente se peleapor un pollo o un saco de cemento), una grave involución tecno-científica,un abatimiento brutal de la calidad educativa y de la libertad decomunicar, una carencia de insumos y servicios sanitarios que mata cada díamás venezolanos, una penuria generalizada en agua, energía y transportes, yuna merma abismal del poder adquisitivo (el salario mínimo da para un kilode tomates diario, el universitario promedia los 70 dólares mensuales, el\más modesto auto cuesta 150 salarios, casi el doble que en la extintaURSS). Esto, en un país de 26 millones cuyo gobierno ingresó en 15 años(petróleo + impuestos) casi el doble de los 1.160 millardos de euros que laBCE acaba de otorgar a los 28 Estados de la Unión, con 501 millones dehabitantes, para sacarlos de la crisis económica. ¿Por qué el presidenteMaduro no corta en seco la ayuda del país a Cuba y el Caribe, por qué noenvía aviones a traer de urgencia insumos médicos-quirúrgicos, por qué no convoca un gobierno plural de salvación nacional? Nada de eso hará por que es un comunista adoctrinado en La Habana, no un político.

Sin embargo, disponemos hoy de cifras demoledoras que –de quedarles un fondo de vergüenza moral– sí debieran obligar a Maduro y su equipo no aexclamar un “Dios proveerá” sino a pedirle excusas al país e irse a laoposición. Un estudio conjunto de tres respetables universidades demuestra:

1) que las variopintas ayudas/limosnas gubernamentales han beneficiado mása la clientela electoral chavista que a los pobres, y 2) que tras quinceaños de omnipotente chavismo la pobreza ha aumentado hasta alcanzar 30,1%.

Lo primero es simplemente una bellaquería más, pero lo segundo derriba alchavismo de su propio caballo de batalla, eliminar la pobreza volviendo verosímil aquello de “los necesitamos pobres” y reduciendo el gobierno apandilla de intoxicados ideológicos manejando un país donde se estaba mejor\cuando se estaba peor.

*El desenlace pacífico de este juego trancado solo Maduro lo tiene: o salva al país mandando al demonio todo lo que aprendió en La Habana (en una Habana que por demás ya no existe, que está doblando el cabo), o lo hundirá con feroz tozudez entre sangre, sudor y lágrimas para todos.

Antonio Pasquali
apasquali66@yahoo.com

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SIMON GARCIA. DEFINIR RUMBOS, EL LUGAR COMÚN

Este espacio, como lo indica su antetítulo, está escrito con elementos que son sabidos por todos. El término se aplica a afirmaciones que circulan como verdades comunes que no necesitan prueba ni explicación.
          Pero de vez en cuando es conveniente recurrir a una redundancia pedagógica para verificar que ciertamente nos movemos entre lugares comunes. Uno de ellos establece que la oposición está dividida, que para reencontrarse se necesita conocer lo que los separa, que hay que determinar por qué esas diferencias pesan más que las coincidencias y la más común de todas las afirmaciones: sin la unidad estamos perdidos.
          Pero esa conclusión, que viene rodando año tras año, no genera las condiciones para aproximar las posiciones y pasar de la unidad declarada a la unidad eficaz, especialmente para que los partidos puedan orientar a la sociedad y ayudar a elevar la calidad de las luchas por los cambios. Una misión que obviamente se potenciaría si los partidos actúan unidos.
          Si todas las fuerzas persiguen el mismo objetivo luce razonable que sumen esfuerzos para alcanzarlo. Así que hay que preguntarse si lograr un cambio del modelo económico e institucional, lo que en nuestro caso sólo parece ser posible cambiando al actual presidente, es la meta común a toda la oposición.
          En caso afirmativo, hay que acordarse sobre cómo efectuar ese cambio. En tiempos normales, la sustitución de un presidente ocurre finalizado su mandato constitucional mediante elecciones. Y aquí comienzan las complicaciones, porque las encuestas y las evidencias cotidianas indican que existe una mayoría, incluyendo seguidores oficialistas, que están en contra de las políticas adoptadas por el Presidente y reprueban su gestión.
          También es verdad que no estamos viviendo tiempos de normalidad. En pocos días se precipitaron una lluvia de malos acontecimientos: el secuestro del Alcalde Ledezma por una acusación fabricada; la muerte de un liceísta en San Cristobal; el cierre de la edición diaria de Tal Cual; el hostigamiento violento a sedes y dirigentes de la oposición; el descontrolado aumento de los precios; la detención de jóvenes y las agresiones policiales contra la población y los estudiantes contraviniendo sistemáticamente los derechos humanos. Cualquiera de estos sucesos es suficiente para trastornar a una sociedad, como lo demuestra el impacto internacional de estas noticias y el inicio de una preocupación mundial por las actuaciones del gobierno venezolano.
          Pero aún así las fuerzas de oposición insisten en jalar hacia lados opuestos. Algunos de esos puntos de diferenciación no parecen tener sentido para el momento actual, como el de ser reticentes a las elecciones cuando está planteada una, dentro de los próximos diez meses, que si se gana contundentemente aceleraría la dinámica de los cambios y abriría nuevos escenarios y formas de lucha. Ninguna de las otras opciones son viables en el corto plazo y por tanto, extremarlas sólo conduciría a generar un efecto de división y a distraer nuestras fuerzas inútilmente.       
          Es urgente poner fin a la ambivalencia de las posiciones unitarias. Los líderes y los partidos, que deben ser el eje de una estrategia alternativa, tienen que ponerse de acuerdo en las formas de lucha o si sus políticas son tan excluyentes, entonces asumirlo con claridad frente al país y pasar a considerar otro modo de relación más eficaz que dar vivas a la unidad y jugar a diferenciarse.
           Para cerrar parafraseo al insustituible filósofo Mario Moreno: o nos unimos o nos portamos como lo que somos.  No hay tiempo que perder.

Simon Garcia
simongar48@gmail.com
@garciasim

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JOSÉ “CHEO” SALAZAR, EL RECLAMO DE LAS COMUNIDADES, ALDABONAZOS,

“Quien no quiere escuchar ruidos, que se tape los oídos” Anónimo.
INTERESANTE: para la comunidad, conocer el grado de afinidad y  consanguinidad, que tienen los contratistas del gobierno local con el Alcalde. La Ley anticorrupción prohíbe a familiares, hasta el tercer grado de afinidad y consanguinidad, contratar obras públicas, que adelante la alcaldía. La denuncia que hizo el exdiputado y líder de la revolución, Giovanni Urbaneja, no debería tomarse a la ligera y los organismos competentes, deberían abrir la averiguación correspondiente “caiga quien caiga” y dejar a un lado la impunidad automática. En materia de corrupción, hasta las aceras hablan. No hay peor cuña que la del mismo palo.

CÍCLICA: la falta de agua en la ciudad. Llegó el verano y empezó el calvario. Las autoridades, para evadir la responsabilidad y correr la arruga, apelan todos los años, al manido argumento de que, bajó el nivel freático de los acuíferos y hay que esperar el invierno, pero mientras tanto, los vecinos de los sectores populares y zonas altas de la ciudad, tienen que cancelar la bicoca de Bs. 300 por un tambor de agua. No hay gobierno que asuma la distribución de agua en cisternas, frene la especulación y, mucho menos, se ocupe de buscarle solución al recurrente problema. No hay excusas. Llevan 16 años en el poder con todos los poderes y recursos. Eso tienen un nombre: desidia revolucionaria.

CARNAVALES: bien pobres los de “la gran ciudad del sur” cuyos gobernantes alardean de haber convertido en atractivo turístico. Lo único que dio un poco de brillantez a los desfiles, fue la creatividad individual. Los poderes creadores del pueblo, se hicieron presente, para conservar la tradición cultural del Rey Momo. Es más, fueron tan chimbos, carentes de imaginación, organización y apoyo de la alcaldía, que muchos expresaron “los carnavales del anterior alcalde Carlos Hernández - malos con ganas - fueron menos malos. Los electores no pueden evadir su responsabilidad, porque votaron y eligieron a  un pirata foráneo, que no conoce nuestra idiosincrasia y menos le duele nuestra patria chica.  En las próximas elecciones hay que corregir ese error.

CARRETERAS: en pésimo estado están las que conectan a El Tigre-Pariaguán y Pariaguán-El chaparro. La primera es una vía nacional y la puerta de entrada al municipio Monagas, dónde se desarrolla la explotación del reservorio petrolero más grande del globo terráqueo  y la segunda es una conexión indispensable de los productores agropecuarios para sacar sus cosechas y productos al mercado. El gobierno regional debería prestarle un poco de atención a esas importantes vías, que en esa desastrosa situación, frenan el desarrollo armónico de Anzoátegui. El petróleo más que riquezas, lo que ha traído es problemas a los olvidados habitantes de la zona sur. La realidad es indiscutible.

INSÓLITO: la escuela Felipe Walker de Pueblo Ajuro, que fue desalojada y demolida hace 3 años, con la promesa de su reconstrucción está, a los ojos del Alcalde, Concejales, Consejo Comunal y dirigentes del PSUV, abandonada. No hay interés en edificarla y los niños – Los niños de la patria querida – andan como gitanos, viendo clases fuera de su hábitat natural y en salones improvisados. El PAE y el Comedor Escolar no existen y si adicionamos el costo del pasaje, tiene a los padres y representantes haciendo milagros, para atender la alimentación y traslado de los escolares a los incomodos sitios dónde ven clases. ¿Revolución educativa? Hay que poner oído y atención al reclamo de las comunidades.

Jose cheo Salazar
sjose307@gmail.com
@Cheotigre

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ENRIQUE MELÉNDEZ, ¿PARA QUÉ MISERICORDIA?

El gobierno no quiere que se politice el caso del adolescente asesinado en San Cristóbal (Táchira), y que ha conmovido a toda Venezuela, ¿pero qué hace Vielma Mora al lado de la madre del colegial? Claro, el oficialismo sabía lo que se le venía encima, y quién sabe con qué demagogia Vielma Mora se presentó en la casa del difunto, y entonces hizo que la señora apareciera con él frente a los medios de comunicación; diciendo que no se hablara más de la memoria de su hijo. ¿Un mensaje a García para la oposición? Experta esta gente que nos gobierna en salirle adelante a la jugada; lo más probable es que con el tiempo este muerto se le endose a la oposición; como pasó con el caso de los muertos del 12 de abril de 2002.

         Pero peor aún fue el comportamiento de Maduro frente a este caso; sobre todo, al traerlo a colación, y ofrecerle  el pésame a los familiares en una de esas cadenas suyas que, como las de Chávez, terminan siendo una especie de Sábado Sensacional: con canciones, recitales; pases a determinadas regiones donde hay un grupo danzantes, que ofrecen un espectáculo. ¿Quién está irrespetando la memoria del muerto? Aparte de que dijo otra cosa del muchacho, y es que lo confundió con una secta de la derecha, que le envenenó la conciencia. “Iba –dijo por todo el cañón- con un grupo de estudiantes, que acorralaron a la brigada de los policías, y uno de ellos les disparó”; cuando hay gente que atestigua otras cosas, y es que, al parecer, el muchacho hasta le pidió clemencia al policía.

         Y que es la otra parte también muy grave de esta situación, y es que si esto es así, y no como la asevera Maduro; entonces el agente que le disparó al muchacho no abrigó en su alma ningún sentimiento de misericordia a la hora de accionar el arma, y que es lo que ha venido a plantearse en nuestra opinión pública, con motivo de este caso, y es que uno pudiera deducir que de la academia policial bolivariana no están saliendo, propiamente, policías sino otra cosa, y esto por el resultado del demasiado odio y del demasiado resentimiento, que se ha sembrado a lo largo de estos 16 años de comunismo tropical.

         Más ahora con la Resolución que salió de las manos de Padrino López, y en donde se autoriza la represión de las manifestaciones con armas de fuego; que es por donde también vino la interpretación que se le dio a los hechos el día del asesinato, es decir, que de inmediato el gobierno iba a descargar todas sus culpas en el agente incursionado en el mismo; un joven de 23 años, y quien tendría unos siete años cuando Chávez asumió la presidencia; obviando el gobierno algo que le permite a éste ser un gatillo alegre, como es dicha Resolución, y que era con lo que no contaba Padrino López a la hora de no temblarle la mano para refrendar la misma; pues éste lo que intentó fue ser más persuasivo que agresivo, tomando en cuenta el contenido de la misma, en el sentido de prevenirle a la ciudadanía que cualquier manifestación que saliera a la calle iba a ser disuelta a tiros, que fue cuando se dijo que este hombre gobernaba más que Maduro, si nos atenemos al carácter inhumanitario de la Resolución de marras, que no podía salir más que de un militar, que tiene la mente puesta en un escenario de guerra, y no de paz perpetua, como diría Kant, y que el policía está más para reprimir el delito, que para prevenirlo; pues un uniforme no le dice nada al venezolano, tanto más en estos tiempos, cuando hay malandros que se disfrazan de agentes policiales, y así cometen atracos, sin decir otra cosa  de la institución, y de los antecedentes penales de alguno de sus integrantes.

         Lo que no contaba Padrino López, decía, era que uno de los agentes de la tan cacareada policía nacional bolivariana iba a pasar a los hechos, sin que mediaran las circunstancias; como es el caso de este joven, que le pide clemencia al otro, sin que, repito, haya un gesto de piedad hacia ese ser, que apenas comienza la vida. Un sujeto que se crió oyendo frases como: “lo que pasa es que fulanito pertenece a una secta de derecha”, junto a mentiras y más mentiras, que se sueltan a diario por la hegemonía mediática gubernamental, todo en aras de la preservación del poder que es lo que está detrás del terror de Padrino López: disparen primero, y averigüen después, y el resultado es este; siendo este caso, por lo demás, uno entretanto, pues no se pase por alto que el año pasado fueron acribilladas 43 personas, sin que hayan aparecido hasta ahora los autores de los crímenes, y a esta altura este gobierno descarado pretende endosárselos a la oposición, sólo que por ser la víctima ya un niño tuvo tal repercusión que hasta llamó la atención del propio Papa Francisco.

         Porque, ¿qué le dice a un joven policía, que llega al cuartel, y allí está la efigie de Chávez por todas partes; que creció en un medio, donde se adoraba a Chávez; qué le dice, repito, a esos oídos frases como: “lo que pasa es que hay un grupo de revoltosos, envenenados por la derecha más recalcitrante de este país, que pretenden sabotear el legado del comandante Chávez”? Sin duda alguna que odio, y que se manifiesta en forma alevosa, cuando se carga el arma con plomo, y no con perdigones, que fue lo que intentó hacer ver el gobierno en un comienzo, y que, al parecer, fue lo que desmintió el reporte del forense, y es aquí donde todas las miradas se orientan hacia Padrino López; pero luego a la doctrina del régimen, basada en la exclusión, en un apartheid con mucho poder, pues estamos frente a un régimen que todo lo puede a partir del chantaje y el terror, tanto más imponer el silencio, como lo estamos viendo, a partir de la aparición de

Vielma Mora, junto a la madre del colegial, rogándole ella a la oposición, entre líneas, que no haga más de este caso una bandera política, y que fue lo que más vino a indignar a la opinión pública.


Enrique Melendez O.
melendezo.enrique@yahoo.com
@emelendezo

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ASOCIACIÓN DE JÓVENES PARA EL DESARROLLO (ASOJOD), OCTAVO ANIVERSARIO, FELICITACIONES

En este día, domingo, 8 de marzo de 2015,  nos complace celebrar el 8° aniversario de ASOJOD. Luego de tanto tiempo, nos sentimos felices de nuestro aporte a la difusión de las ideas de la libertad, tanto desde el punto de vista teórico-filosófico como desde su materialización en propuestas de política pública.

Nos ha tocado desarrollar nuestra tarea contra la corriente, luchando contra la ignorancia, los prejuicios, los intereses creados por aquellos que se benefician inmoralmente con los fondos públicos, los ataques de diferentes personas que, de una u otra forma, profesan ideas colectivistas.

Pero sin importar eso, seguiremos con nuestro trabajo. Agradecemos muchísimo a todos nuestros colaboradores, lectores y comentaristas, así como a nuestros seguidores tanto aquí en el blog como Facebook. Su apoyo, su compromiso, su lealtad y su amistad han sido fundamentales para este proyecto. Esperamos seguir contando con ustedes por muchísimo tiempo más.

Muchas gracias
Asociación de Jóvenes para el Desarrollo
asojodcr.info@gmail.com
@asojod

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EDUARDO SANTOS, CARICATURAS, FORMA ESPECIAL DE OPINAR, RECOPILACION, MAS RECIENTES, VENEZUELA




 


 

 

 


Eduardo Santos
eduardosantos211@gmail.com
@edsantos211

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domingo, 8 de marzo de 2015

ERNESTO GARCÍA MAC-GREGOR, CUBA ANTES DE FIDEL, VERDADES DOLOROSAS

Cuba fue la primera nación de Iberoamérica en tener ferrocarril, tranvía, automóvil, telefonía de discado directo, emisora de radio, y TV a color. La isla fue pionera en adelantos sociales en la región. Abolió las corridas de toros (siglo XVIII). Decretó el divorcio (1918), la jornada laboral de 8 horas, el salario mínimo, la autonomía universitaria (1937), el derecho de la mujer al voto y al trabajo, y la igualdad entre sexos y razas (1940).
         Cuba participó en la II Olimpíadas (1900) con oro y plata,  y en la III (1904) con 5 oros, 2 platas y 3 broces. Fundadora de los Juegos Centroamericanos (1927) y la primera nación de Latinoamérica en aportar un jugador de béisbol profesional a EEUU (1871), un campeón mundial en ajedrez (el famoso Capablanca 1921), otro en  billar (Alfredo de oro). Fue la cantera principal de Grandes Ligas por muchos años hasta que llegó Fidel
También aportó la primera nominaciones a un Oscar (Ernesto Lecuona 1942), la primera mujer que canto en la Scala de Milán (1946) y ni hablar de Pérez Prado con su "Patricia" (mambo) que estuvo 15 semanas consecutivas en el hit parade gringo, no superado por Elvis ni por los Beatles. 
Para los años 50, Cuba poseía una vaca por habitante,  ocupaba el tercer puesto en Iberoamérica en el consumo de carne per cápita, el segundo lugar en baja mortalidad infantil, consumo calórico diario y alfabetismo, y el primero en número de médicos por habitante, con el mayor porcentaje de viviendas electrificadas y con baño propio. En 1958 figura proporcionalmente en primer lugar con mayor número de líneas férreas, autos, electrodomésticos, salas de cine, y en segundo lugar, en entradas per cápita y número total de radios. Para entonces ocupaba la posición 29 entre las economías mayores del mundo. Con una moneda que desde 1915 hasta que llegó Fidel en 1959 se mantuvo a la par del dólar. Y ni hablar del Bolero y del Son, que tuvieron que salir de Cuba pero dejaron  enterrado su corazón.
De modo que aquel cuento fantasma que la Cuba de Batista era una aldea insalubre y fracasada es totalmente falso. El sacrificio pagado por unas supuestas mejoras sociales (tercer lugar después de Chile y Uruguay) está fuera de proporción. Por cierto la socialista Venezuela ocupa el 7° lugar.  Que oiga quien tiene oídos…

Ernesto Garcia Macgregor
garciamacgregor@gmail.com
@garciamacgregor

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SUSANA MORFFE, NO ES UN GRITO DE GUERRA, ES DOLOR (ENTRE CIELO Y TIERRA)

Dicen que el país se mueve, pero para dónde se mueve ¿Estará en la dirección correcta con marchas y consignas? Esto nos lleva al círculo de locura donde los sectores políticos están imbuidos en intereses personales y crematísticos. No hay una justificada razón para encontrar soluciones. Es falso de toda falsedad un país en movimiento, siguen engañando a los  venezolanos, hartos de tanta estupidez y vergüenza.

Me duelen mis hermanos, tanto los de sangre como el resto de los venezolanos, porque ésta es la familia que tengo, nací en esta tierra, me duele que los jóvenes sean ajusticiados por unos barbaros entrenados para matar. Siento mucho dolor en el alma por el nuevo pragmatismo primitivo instaurado entre nosotros. Drenar la angustia me convierte en otra madre víctima del asesinato de un hijo en manos criminales. Hay tantas formas de morir, se muere en la distancia, como morir en una cama o en la calle. Crea angustia, tristeza, impotencia y no se sacia el dolor con el llanto.

Me duele que se confunda la ética con la maldad y las habladurías conjugadas en el verbo joder. Los varones no se amilanan para mancillar a las hembras. El presidente no escatima oportunidad para demostrar su brutalidad y mantener arrodillados a sus seguidores, ciegos de verdadero amor a la patria, embrutecidos por el poder y el dinero mal habido.

Me duele el deambular de hombres y mujeres por las calles buscando alimentos. Hoy no puedo sino llorar para drenar mi angustiado estado mental, erosionado por tanta tragedia en el país. Quiero seguir como persona, ciudadana y acompañar a mis hermanos venezolanos en la búsqueda de una salida que no sea la primitiva de todos contra todos.

Me duele tanto el país y molesta aquel que quiere comprar tu conciencia y modo de vida por un centavo. Me duele la deshonestidad. Ahora mismo nos debemos colocar la armadura de la fortaleza y emprender, de la mano de Dios, el nuevo destino que nos tiene deparado a todos los que creen y no en él. Nada va detener un propósito por encima de las perversiones de los que están corrompidos por la maldad.

Me duele salir a la calle y ver los rostros desencajados y llenos de odio. Gritar no es suficiente, llamar a la guerra no calma la angustia, es dolor adentro, puro y simple, en medio de la peligrosa selva de concreto, donde las personas sensatas clamamos por el final de la tragedia venezolana. Que nadie se quede inmóvil, debemos seguir hasta el fin de nuestros días. Pido justicia!!!!

Susana Morffe
susana.morffe@gmail.com
@susanamorffe

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CARLOS PADILLA CARPA, GRUPO DE ANALISIS ALTERNATIVO (GADAL) FUNCIONA EN LA UNIDAD NACIONAL ALTERNATIVA (UNA)

A los fines de hacerle continuo seguimiento al acontecer nacional en todos sus aspectos hemos organizado el Grupo de Análisis Alternativo integrado, multidisciplinariamente,  por idóneos profesiones en las diversas áreas que afectan el cuadro social, económico y político venezolano e internacional.

Sus análisis, de carácter científico, servían de guía para nuestro accionar en el espectro público que nos desenvolvemos lleno de los aconteceres de continuo aparecer en  nuestra agitada realidad.

El Grupo de Análisis Alternativo está coordinado por Domingo Alberto Rangel Mantilla, quien representa en la Unidad Nacional Alternativa a Resistencia Civil , profesional universitario de tendencia libertaria, quien se ha comprometido a compactar el grupo de asesores y a ir dando, progresivamente, a la luz publica los análisis realizados.

Auguramos éxito a este equipo que seguramente prestará importantes aportes para el patriótico  menester de mejorar el destino del país.

Carlos Padilla Carpa
carlos.padilla.carpa@gmail.com
@chino121

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WERNER CORRALES LEAL, ¿CAMBIO GATOPARDIANO?... ¿O TRANSICIÓN IRREVERSIBLE Y PACÍFICA A LA DEMOCRACIA?

La transición a la democracia que está por vivir Venezuela no será del todo novedosa, ya que en los últimos ochenta años muchas sociedades han vivido tránsitos desde regímenes dictatoriales o incluso abiertamente totalitarios a sistemas democráticos de gobierno. Es útil pues, escrutar la historia para encontrar lecciones que nos ayuden a conducir nuestra transición como la queremos, para garantizar que podemos hacerla pacífica e irreversible.

De hecho, en las últimas semanas han abundado artículos en la prensa nacional acerca de las condiciones que parecieran necesarias para asegurar la paz en un proceso que se ve cada día más cercano, y muchas coinciden en que los casos conocidos de transiciones pacíficas tuvieron a jerarcas del sistema anterior encabezando los gobiernos o manteniendo frente a estos un enorme poder en representación de los intereses del “ancien régime”. Los casos de Suárez en España, Pinochet como contra-figura de Aylwin en Chile, De Klerk y Mandela en Sur África, López Contreras y más recientemente Wolfgang Larrazábal en Venezuela son citados como evidencias irrefutables de ese automatismo. Pero toda extrapolación de las experiencias de otros países que ignore de donde partimos o que confunda dictaduras militares con regímenes totalitarios o Estados-Pandilla peca de superficial y puede ser ilegítima.

Soy un convencido de que para asegurar la paz en la transición es instrumental establecer alianzas con quienes habrían sido chavistas hasta apenas días u horas antes de la sustitución del presente gobierno por uno que conduzca el tránsito a la democracia. Pero dicho esto, afirmo que es necesario poner unos límites a lo que pueda ser concedido en las alianzas, porque no debemos comprometer la irreversibilidad o invalidar el fin último de dicho tránsito.

Para definir esos límites y aprovechar de manera legítima las lecciones de la historia, es indispensable caracterizar claramente de dónde partimos, o sea qué queremos superar, y hacer comparaciones que tomen en consideración las verdaderas similitudes y diferencias que existen entre nuestro caso y otros sucedidos en diferentes países.

¿Qué sistema queremos superar y de donde deriva él su poder?
Venezuela tiene una economía en ruinas, un Estado sin separación de poderes, un régimen empeñado en destruir las bases constitucionales para edificar el socialismo y un gobierno comprometido en ideologizar a niños y jóvenes para “construir un hombre nuevo”. Es decir, el régimen actual está en proceso de destruir una institucionalidad y una cultura política liberales, para crear un Estado totalitario. En ese tránsito destructivo, la institucionalidad venezolana se encuentra en una situación de extrema debilidad, carcomida por el progresivo empoderamiento de organizaciones delictivas en su seno y por la fusión orgánica de delincuentes y del alto funcionariado en los diversos poderes del Estado. Y estos rasgos de nuestra situación actual no resultan sólo ni principalmente de la ineficacia, la desidia o la falta de ética de los jerarcas, sino primordialmente de que el presente régimen es un proyecto de poder totalitario en construcción, que emplea cualquier medio para “demoler la superestructura burguesa”.

Por otra parte, este régimen no es una democracia imperfecta que se hace gobernable por la conciliación populista sino un régimen que cultiva el populismo de masas pero que ejerce el control social por la coerción, que se apoya fundamentalmente en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y en otros instrumentos de violencia para ejercer la dominación sobre la sociedad, y en el que la FANB controla todas las áreas del Ejecutivo, incluidas las finanzas públicas, el comercio interno y la poca producción que resta en el país.

La fuente principal de poder de este régimen, la FANB, anida tres grupos humanos en convivencia tensa: Un estamento militar institucional apegado a la Constitución vigente, presuntamente minoritario; una “vanguardia” de militares revolucionarios que no respeta la Constitución sino que es instrumento de la construcción del socialismo, la cual maneja además grupos paramilitares armados que actúan como fuerzas civiles de choque, complementarias a efectos de la coerción; y una cúpula militar corrupta que analistas internacionales y nacionales identifican como la que domina el tráfico de armas y de drogas y teje las principales organizaciones delictivas del país. Casi todos esos analistas afirman que los últimos dos grupos son quienes dirigen la FANB y a su vez son parte de alianzas circunstanciales en las que participan organizaciones de delincuentes comunes y los paramilitares ya mencionados.

¿Negociar el control de la fuerza armada durante la transición?
La transición de la dictadura de Pinochet a la democracia suele darse como ejemplo de que en Venezuela podemos aceptar cualquier cosa en una negociación con el chavismo, incluso que sus jerarcas sigan dominando a las Fuerzas Armadas, para lograr la anhelada transición en paz, dejando implícito que tal cosa no compromete la irreversibilidad del cambio democrático. Este juicio es ilegítimo porque no parte de entender las diferencias que existen entre lo que eran el régimen dictatorial y el Estado chileno, por una parte, y lo que hemos descrito como el régimen protototalitario y las instituciones venezolanas de hoy, por la otra.

Derrotado Pinochet en el plebiscito de 1988 se inició una transición que puso fin a un “Gobierno de las Fuerzas Armadas” que vivía políticamente aislado de América Latina, no a un régimen totalitario en construcción ni a un Estado con instituciones en extremo débiles que era carcomido in extenso por la corrupción y la delincuencia, es decir, un Estado-Pandilla, como puede caracterizarse al venezolano de hoy. El gobierno de Pinochet fue siempre autoritario, una dictadura militar que quería “extirpar el marxismo” y empleaba a las Fuerzas Armadas en la coerción, pero ese gobierno robusteció la institucionalidad del Estado, incluyendo a partir de 1983 la construcción de una institucionalidad económica moderna de alta eficiencia y el retiro progresivo de las FFAA de funciones no militares o de seguridad en el Ejecutivo.

Una gran alianza democrática nacional derrotó a la dictadura militar en el plebiscito de 1988, pero para gobernar se vio obligada a pactar las reformas constitucionales de 1989 según las cuales los militares, con Pinochet a la cabeza, tendrían una sujeción casi puramente formal al poder civil, contarían con un número de senadores designados en el parlamento y gozarían de un financiamiento prácticamente no sujeto a decisiones del congreso ni del gobierno.

Extrapolando todo lo anterior, y apoyándose en que Chile es hoy un ejemplo de progreso y de democracia liberal y civilista en el mundo, algunos analistas afirman que no importaría qué cosas concedamos en los convenimientos con el chavismo, porque cualquier transición negociada haría que la democracia volviese para quedarse.

A la argumentación anterior vale la pena contraponer las lecciones aprendidas de la experiencia del sandinismo y la democracia en Nicaragua.

El sandinismo, como el chavismo, era y sigue siendo un proyecto de poder totalitario, asociado a una red continental, impulsado por un populismo de masas de inspiración marxista, que se apoya en las Fuerzas Armadas para ejercer la coerción y administrar el Estado. Como la experiencia socialista del chavismo en Venezuela, la experiencia “revolucionaria” nicaragüense de los años 80 saqueó los bienes del Estado y los transfirió al paraestatal Frente Sandinista, y produjo un debilitamiento político institucional tal, que generó las condiciones para que el Estado haya asumido comportamientos y formas de organización propias de las pandillas centroamericanas (Hoy se habla del Estado nicaragüense como el “Estado Mara”). Como vemos, la situación político institucional venezolana de hoy es mucho más parecida a la nicaragüense de 1990 que a la chilena del mismo momento.

Ya electa Violeta Chamorro a la presidencia de Nicaragua, en Marzo de 1990 se pactó con el sandinismo una transición en la cual éste último retuvo la jefatura de las Fuerzas Armadas. La opinión pública venezolana conoce más o menos bien la historia reciente de Nicaragua, cuyo gobierno sandinista se ha hermanado en las dimensiones ideológica, económica e institucional con el régimen chavista. El sandinismo regresó al poder en Nicaragua en 2007, con un enorme apoyo económico y político del chavismo, y desde entonces sus instituciones y las libertades llevan el mismo derrotero que lleva Venezuela desde que se inició el Socialismo del Siglo XXI.

La transición nicaragüense a la democracia iniciada en los años 90 se revirtió y se frustró entre otras cosas porque entregó al sandinismo el control de las Fuerzas Armadas, la fuente principal de su poder. ¿Es eso lo que queremos para Venezuela?... ¿Queremos salir de Maduro pero dejarle el control de la FANB y las redes que dependen de ella a la élite militar chavista?.

Reitero para concluir que considero necesario para la paz establecer alianzas entre demócratas y chavistas una vez iniciada la transición. Pero eso no es lo mismo que negociar con las cúpulas chavistas de hoy antes de que salgan del poder, concediéndoles el dominio de la FANB. Una vía legítimamente plural, que no comprometería la irreversibilidad, podría ser que los gobernantes demócratas de la transición construyan alianzas con gobernadores o alcaldes chavistas para fortalecer nuevamente la descentralización y una genuina participación, y para promover un desarrollo con equidad, es decir, para comenzar juntos la reconstrucción de Venezuela.

Se rumora en medios políticos que hoy están en marcha algunas negociaciones -nada transparentes por cierto- entre jerarcas y gurús del gobierno, por una parte, y algún “actor ex chavista de oposición”, por la otra, que buscarían posicionar a éste último como la garantía de la transición pacífica, la cual estaría montada sobre casi cualquier forma de cohabitación entre objetivos democráticos e intereses del proyecto de poder chavista… Y esto es muy peligroso para la irreversibilidad del cambio a la democracia como creo haber demostrado.

Un Cambio Gatopardiano, que todo parezca cambiar para que nada cambie, es lo que sucedería si los acuerdos con el chavismo para la transición se basasen en que él mantuviese el control de la FANB, que ha sido su principal instrumento de dominio y su mecanismo más útil de degradación institucional. Si ya estuviesen en marcha esos acuerdos sería aún peor.

Werner Corrales wernercorralesleal@gmail.com, @wernwrcorrales



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