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jueves, 28 de abril de 2011
SOCIALISMO ANTI OBRERO. ALBERTO JORDÁN HERNÁNDEZ. CON VOZ PROPIA
sábado, 30 de octubre de 2010
LUEGO DEL 26S ¿ESPERAREMOS A QUE SE CANSE? RONNY PADRON

Tal resolución se justificó en razones como la notoria incapacidad del liderazgo demócrata para aguantar activamente los atropellos del régimen, algo evidente a partir del año 2002, grave limitación política que redundó como es lógico en apatía popular. Nadie quiere apoyar en la calle a quienes carecen del temple para ejemplificar sacrificios.
Sin embargo, con un escenario sociológicamente adverso como el descrito, bajo un socialismo en gobierno lógicamente implacable frente a un liderazgo demócrata dispuesto a cualquier concesión política por más inmoral que esta fuere a cambio de mantener una ruta electoral "aceptable" ante el "ojo" internacional, alcanzamos un presente político que no deja de ser prometedor: La mayoría electoral en Venezuela es contraria al socialismo.
Para muchos tal certificación tuvo un costo excesivamente alto: 12 años de caos, propio de un socialismo en gobierno. Pero es lo que tenemos, y en base a ello nos toca trabajar para avanzar.
Es el caso, que más allá del ventajismo tiránico en términos económicos, ha sido igualmente notoria nuestra limitación para dominar al socialismo en la "batalla de las ideas" que ha hecho posible su elevada votación muy a pesar del absurdo implícito en tal ideología.
Si entendemos los graves riesgos que para la continuidad de la República representa el avance socialista al ritmo presente, la contención de tal evolución es asunto perentorio. Si bien resulta de incuestionable importancia el que hoy la opinión pública mundial coloque en entredicho la legitimidad de ejercicio respecto al gobierno del teniente coronel Chávez, es igualmente cierto que un socialismo en gobierno no fundamenta su permanencia en la opinión internacional, ni siquiera en la nativa.
Dicho lo anterior es menester reiterar una prédica de irrebatible vigencia: Las tiranías nunca se van, deben ser reemplazadas. Tal realidad implica fricciones que ninguna dirigencia política está en capacidad de eludir, a menos que esté dispuesta a ceder su rol en otros protagonistas como el sempiterno sector militar, destacado y oportunista colaborador en cualquier clase de tiranías.
Como colofón vale mencionar el ejemplo que brindan hoy los empleados de la empresa Polar en Barquisimeto, estado Lara. Su exitosa tratativa en defensa de sus puestos de trabajo certifica par de realidades: El régimen no está en capacidad de confrontar políticamente las manifestaciones organizadas, pues cualquier resistencia coordinada les hace recular. De lo anterior derivamos la segunda conclusión: El socialismo en gobierno solo avanza ante la falta de una contención política de entidad proporcional. La MUD tiene la palabra. ORA y LABORA.
caballeropercival@hotmail.com
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domingo, 17 de octubre de 2010
LAS PROTESTAS AISLADAS NO SIRVEN. VALENTÍN ARENAS AMIGO. FLECHAZOS PARA REFLEXIONAR
Las universidades protestan porque las asesinan lentamente dejándolas sin fondo. Los obreros protestan porque el régimen no le para a los sindicatos y a la contratación colectiva. Los jubilados porque no le pagan sus pensiones, los empresarios porque les confiscan la propiedad de sus empresas. Los médicos porque tienen salarios de hambre y los hospitales carecen de todo. Los ciudadanos porque la inflación les dificulta comer y quieren seguir viviendo. Los abogados porque no hay quien haga justicia y los constituyentistas porque la Constitución es violada cual papel mojado. Los padres de familia porque les quieren adoctrinar a sus hijos para que sean propiedad de un Estado Comunista. ¿Para qué seguir? Con estas protestas parciales no se sale de este régimen. Hace falta unirlas todas en UNA SOLA y tomar las calles hasta que corra. Como el 4 de febrero. Como el 12 de abril. Los diputados demócratas, legitimados ahora por el voto popular, tienen que llamar a una gran movilización popular. Pacífica y sujeta a la Constitución porque “Dentro de la Constitución todo, fuera de la Constitución nada”. Pero de que corre, corre..

DE NUEVO EL TRAPO ROJO. Lo que siguió a la derrota contundente del 26 de septiembre, a pesar de la trampa de las circunscripciones electorales prefabricadas, es lo mismo que sucede siempre: se distrajo la atención hacia otro tema con nuevas expropiaciones. Esta vez le tocó a AGROISLEÑA y a VENOCO. Los sectores afectados cayeron en el juego y pasaron a defender su propiedad privada. De esta manera se dejó de hablar de la inmensa derrota electoral sufrida no por los candidatos oficialistas, la mayoría de los cuales eran desconocidos, sino por el propio teniente coronel que fue quien recorrió todo el país haciendo la campaña electoral. La estrategia del trapo rojo” volvió a repetirse. ¿Tendrán que pasar once más para que entendamos esto?
MENSAJE A LOS NUEVOS DIPUTADOS. Tenemos ya once años a la defensiva. Parece que ya es hora de ir al ataque. El 26 de septiembre quedó claro que somos mayoría a pesar de todas las trampas que hicieron: circunscripciones y ocho horas para dar los resultados. Eso dice que la victoria de la democracia fue mucho mayor que la reconocida por la Secretaría Electoral (C.N.E.). Una paliza. Entonces los diputados así electos, que representan a esa mayoría, tienen que dejar la defensa para ir al ataque. “Dentro de la Constitución, todo, fuera de la Constitución, nada”. Atacar y no seguir a la defensiva. Que se defienda la minoría oficialista. El 26 de septiembre se cambiaron los roles. Movilizar al pueblo en las calles es ir al ataque. Los nuevos diputados mayoritarios tienen la palabra. “Dentro de la Constitución todo, fuera de la Constitución nada”. El 350 está dentro de la Constitución.
LA MESA DE LA UNIDAD (MUD) SUEÑA. Pensar que un régimen autoritario, marxista confeso, dejará el poder por la vía electoral es demasiada ingenuidad. Ninguno lo ha hecho así. Sería este el primero. Si obedeciera al Soberano, y no lo pisoteara esto no sería una Dictadura disfrazada. Los autócratas conocidos se desaparecen siempre en horas nocturnas. No pelean frontalmente. Son cobardes. Por eso la MUD tiene que empezar a movilizar el pueblo, sin armas que no hacen falta, cuando se le teme tanto a las multitudes en las calles. Batista, Pérez Jiménez y Fujimori se fueron los tres corriendo en horas nocturnas. Y es que la vida y la libertad un momento llega en que recuperan todo el valor que tienen, ese que no le garantizan a sus gobernados. Todos se van muy asustados y volando. No esperan a perder unas elecciones. Se van antes…cuando se asustan.
alenri@gmail.com
sábado, 11 de septiembre de 2010
TENACIDAD: EL REQUISITO. ALBERTO MEDINA MÉNDEZ. (DESDE ARGENTINA)
Los ciudadanos de este tiempo, promueven la participación y dicen querer dar la batalla para marcarle las reglas a la política, pero muchas veces pecan de ingenuidad. Suponen que gestos contundentes, una marcha, una movilización, un petitorio, una ronda por los medios de comunicación, cualquier hecho con cierto impacto, es suficiente.

Todo sirve, todo suma, pero no siempre alcanza. La actitud aislada, solitaria, inconstante no resulta eficaz y termina siendo funcional a los intereses del mandamás de turno. Los que ejercen el poder conocen esta dinámica y apuestan a que la sociedad no está preparada para soportar la persistencia que cualquier pugna encarada con seriedad lleva implícita.
Los que hacen del ejercicio del poder una religión, saben que el tiempo les juega a favor. Muchos ciudadanos empiezan con entusiasmo, para luego decaer perdiendo motivación y replegarse sin mas. El poder sobrevive, los ciudadanos desisten ante el primer tropiezo. Eso dice la experiencia en los más de los casos.
Los profesionales de la política, saben que es cuestión de resistir y de aguantar en los momentos más complicados. Otro tema vendrá a ocupar el vacío de la agenda para dispersar a los entusiastas de ayer que quedarán superados por la paciencia del poder.
Ni siquiera deben esforzarse en desactivar esa militancia cívica. Basta con ignorarlos un poco y soportar el embate impulsivo que moviliza a los que creen que la lucha es fácil, que torcerle el brazo al sistema es un juego de niños y que alcanza con reunir mayorías.
La experiencia habla por si misma y dice que si el poder resiste termina venciendo. Ni siquiera deben apelar al contraataque. Resulta suficiente soportar con estoicismo el vendaval movilizado por la ansiedad de la inmediatez, y por la contienda coyuntural.
Por eso es importante reflexionar sobre la necesidad de no desperdiciar intentos para no iniciar esfuerzos que no se podrán sostener en el tiempo. Los ataques espasmódicos de un grupo de entusiastas no alcanzan para mover las agujas de la realidad. Hace falta mucho más que eso. Se precisa de una tenacidad que pocos pueden exhibir como una virtud cotidiana.
Los que hacen el ensayo y quedan a mitad de camino, no solo sucumben derrotados por el poder, sino que culminan la aventura absolutamente desilusionados, para concluir luego entendiendo que no vale la pena, que no sirve hacerle frente al sistema. El paso seguido es la resignación y de su mano, la consecuente sumisión de la sociedad.
No resulta razonable hacer pruebas, si previamente no se esta convencido de cuanto tiempo dedicaremos a este desafío, de que tanto estamos dispuestos a invertir de nuestras vidas. Si solo se trata de pequeños empujones, sepamos que esos no trascenderán y ni siquiera significarán una señal para los que toman decisiones.
Nuestras historias están plagadas de tentativas más o menos efectivos. Todos ellos se han expresado en la línea de representar a una mayoría silenciosa que está cansada, agotada y pretende decir basta. Sin embargo son pocos los que pueden mostrar triunfos. Los más de ellos, solo consiguieron detener algún proceso, por algún tiempo, para luego claudicar frente a los ardides de los inteligentes perversos del poder circunstancial.
Desperdiciar esfuerzos de la comunidad, implica asumir cuantiosas consecuencias indeseadas. Por un lado se pierden combates ganables y por el otro se finaliza esta compleja hazaña, con desazón y cierta dosis de entrega, paso previo al sometimiento.
Tal vez debiéramos replantearnos si realmente queremos cambiar las cosas. Es probable que solo deseemos sentirnos menos culpables, o posar sobre nosotros mismos un manto de piedad para justificar nuestros errores, nuestras complicidades y silencios.
Nuestras sociedades están repletas de gente valiosa, dispuesta a poner empeño, pero es sano tomar la más exacta dimensión, porque nunca se trata de una batalla corta, ni fácil.
Siempre, del otro lado, estarán los que tienen sobrados motivos para que nada cambie. Los movilizan intereses sectoriales, personales y políticos. Ellos están preparados para soportar los embates del descontento social, expresado de modo desordenado, inconsistente y sin prácticas soluciones a la mano.
Esas verdaderas corporaciones, que se han constituido en la más temible maquinaria del “status quo”, los verdaderos “conservadores” de esta historieta, tienen gimnasia suficiente en esto de repeler a la sociedad civil movilizada.
Saben que del lado de los ciudadanos, los hay con preocupaciones, pero sin tiempo material ni recursos económicos para emprender batallas prolongadas. Ellos, por el contrario, disponen de todos los elementos, y saben que el tiempo es su mejor aliado.
Solo deben aguantar, tener paciencia, soportar alguno que otro reclamo o desmán, pero no pasará de allí y pronto lograrán desactivar, casi naturalmente, a ese grupo de personas que parecía entusiasmada con ganarle la pulseada al poder.
Para evitar una nueva frustración y la impotencia que viene de su mano, solo resta diagnosticar adecuadamente el problema a enfrentar. Para conseguir que nuestra sociedad gire en el sentido correcto, hace falta mucho más que tener la razón o creer tenerla. Dar la batalla implica prepararse para una larga travesía, atestada de escollos, y sinsabores. Si se está preparado a recorrer ese camino, pues manos a la obra. Si de lo contrario, solo se harán intentos furtivos, preparémonos para resultados exiguos y para frustraciones que se replicarán dejando secuelas irreparables.
No es muy complejo, pero aunque parezca demasiado obvio, no vale la pena empezar a recorrer ese sendero si no se tiene dimensionado que tipo de pelea se esta dispuesto a dar. Los grandes problemas que enfrentamos precisan de una sostenida potencia para torcer el rumbo. El compromiso de la sociedad resulta imprescindible. Tal vez haya que entender que la tenacidad no es un requisito más, sino el requisito por excelencia.
Alberto Medina Méndez
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