BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
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lunes, 14 de marzo de 2011

TRES VENEZOLANOS, ILUSTRADOS Y POLÉMICOS. SIMÓN ALBERTO CONSALVI (TOMAS LANDER, MIGUEL PEÑA Y MIGUEL JOSÉ SANZ)

TOMAS LANDER,

I.
Fundador con Antonio Leocadio Guzmán del Partido Liberal, Tomás Lander fue uno de los venezolanos del siglo XIX que postuló con lucidez las bases del progreso de la nación. Hombre de visión, tuvo notable influencia en su época, y se le escuchó con respeto por su dual condición de pensador y de productor agrícola. Lander fue uno de los pocos que puso en práctica lo que predicaba, hizo de la ética en el trabajo un postulado de vida.

La beligerancia de sus ideas y el papel que jugaron en un tiempo de definiciones es un aspecto capital en la peripecia humana de Lander. Es lo que logra con éxito la profesora Migdalia Lezama en esta biografía intelectual que estudia la obra del fundador del liberalismo. A diferencia de Guzmán, Lander se consagró por su coherencia. Creyó en el poder del pensamiento y en el milagro de los papeles sueltos multiplicados por la imprenta. "Sus artículos irónicos y mordaces ­se informa en estas páginas­, sus sátiras leídas por la minoría propietaria, traspasaron los límites de la casa grande para correr como rumor, como idea trajinada, los espacios más humildes". Esto explica su influencia en las primeras décadas de la república.

Tomás Lander comprendió con lucidez los dilemas venezolanos, en especial la contradicción civilismo-militarismo, cuando apenas sus desastres se vislumbraban en el horizonte. Veamos la observación de la profesora Lezama: "Defensor de la supremacía civil en el manejo de lo público, rechazó el tutelaje militar que justificaba la permanencia de los héroes de la Independencia en los altos puestos de gobierno como los únicos capacitados para el ejercicio político. Insistió con vehemencia en el respeto a la Constitución y en el principio de la alternabilidad política". Una biografía inteligente, necesaria, en fin, para comprender los avatares de la historia venezolana.

MIGUEL PEÑA

II. Pocos venezolanos tuvie-ron el privilegio de que gozó Miguel Peña. El hecho de que el apóstol José Martí escribiera su biografía bastaba para consagrarlo en la historia. "De sus adversarios muy temido; de los valencianos muy amado; de los amigos de las cosas viejas, visto como un atleta de las nuevas; dotado de áspera entereza en el carácter...". Así lo dibujó Martí. Esta es una de las fuentes consultadas por Antonio Ecarri Bolívar para escribir la biografía inteligente del gran personaje.

Esta historia comienza con la danza de los Borbones, el rey Carlos IV y el príncipe de Asturias que luego será Fernando VII, ante Napoleón, episodio que desató la tempestad en el Nuevo Mundo. Orador de talento, Miguel Peña le dio calor a la Sociedad Patriótica, y en su nombre pronunció un discurso ante el Congreso el 4 de julio de 1811, considerado determinante para la decisión del 5.

Al naufragar la Patria Boba, Peña y Bolívar encabezaron el grupo que entregó a Miranda.

Peña combatió con las armas al igual que con la palabra.

Fue diputado al Congreso de Cúcuta, a la Convención de Ocaña, donde no se le permitió actuar. Fue presidente de la Corte Suprema de la Gran Colombia, pero se negó a suscribir la sentencia de muerte contra el coronel Infante. Lo procesaron y destituyeron, regresó a Venezuela y, al lado de Páez, fue factor importante en La Cosiata y en todo el proceso que puso punto final a la Gran Colombia.

MIGUEL JOSÉ SANZ

III. Miguel José Sanz fue uno de los grandes precursores del pensamiento político venezolano. De funcionario del régimen colonial, crítico severo de idolatrías y costumbres, autor de las Ordenanzas para el gobierno y policía de la muy ilustre ciudad de Santiago de León de Caracas, cabeza de la provincia de Venezuela, jurista polémico, devino en uno de los fundadores de la república.

David Ruiz Chataing ha escrito una excelente biografía. Lo estudia en sus orígenes, el contexto histórico, su destierro a Puerto Rico por un pleito con el marqués del Toro y, luego, sus aportes a la fundación republicana, redactor del Semanario de Caracas entre 18101811 ("la primera publicación periódica privada e independiente existente en Venezuela"), diputado, secretario de Estado hasta su muerte trágica en 1814, en la batalla de Urica.

El biógrafo rescata un episodio de la vida de Sanz que resulta un pequeño cuadro de las costumbres del siglo XVIII: "En 1787, le tocó defender a un esposo cornudo contra un bailarín enamorado y con pretensiones de galán llamado Bruno Perdomo. Entre las ofensas que este profirió al agraviado estaban: `Muchos improperios y desahogos, y entre ellos que era yo un amancebado público, un pícaro jugador, que tenía entrampada a toda la ciudad y finalmente que era un patas amarillas’. Por el contrario, don Félix Antonio Rocha, el demandado, era un hombre de bien. El asunto no tuvo justa solución, pues resulta que el parlanchín enamorado era un seminarista, futuro pastor de almas. Y los sacerdotes disfrutaban de fueros especiales para ser juzgados por tribunales eclesiásticos...".

En suma, tres aportes de la Biblioteca Biográfica Venezolana.

sconsalvi@el-nacional.com
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lunes, 7 de diciembre de 2009

ACTO CELEBRADO EN EL PANTEÓN NACIONAL EN HOMENAJE AL PRÓCER TOMÁS LANDER POR EL FRENTE LIBERAL VENEZOLANO, 07/12/2009

En el día de hoy el FRENTE LIBERAL VENEZOLANO, formado por los partidos políticos y movimientos sociales, Movimiento Republicano, Partido Federal Republicano, Resistencia Civil, Fundación Petróleo Para el Pueblo, Red Por la Defensa al Trabajo la Propiedad y la Constitución y otros representantes de la sociedad civil venezolana, asistimos al PANTEÓN NACIONAL a rendir homenaje al Periodista y doctor en leyes TOMÁS LANDER.

Se recibieron manifestaciones de apoyo de los partidos políticos Movimiento de Integridad Nacional, Unión Republicana Democrática y Solidaridad Independiente.

Una representación de los mencionados factores integrada por Carlos Padilla, Raúl Amiel, Sergio Torres, William Rebolledo, Yusmila Larez, Jorge Veloz, Franklin Díaz, Carlos Yepez, Irwing Ríos, Domingo Alberto Rangel Mantilla, Vicente Brito y otros distinguidos ciudadanos pertenecientes todos a la corriente liberal se dieron cita en el Panteón Nacional para testimoniar nuestro reconocimiento al prócer TOMÁS LANDER

Este emotivo acto da inicio a la Propuesta al Venezolano hacia la ASAMBLEA NACIONAL para lograr una VENEZUELA posible en manos de los venezolanos Y EN POS DE UNA DEMOCRACIA LIBERAL.

Al llegar a las puertas del Panteón Nacional fuimos recibidos por los encargados del protocolo de ese santuario de la patria los cuales nos condujeron desde la puerta hasta al sarcófago donde reposan los restos del LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR ente el cual, acompañados por la guardia de honor militar y bajo las notas del himno patrio rendimos homenaje ante tan ilustres reliquias. De allí fuimos conducidos al mausoleo del Prócer TOMÁS LANDER quien en vida fuera el Secretario del Libertador y prócer insigne del liberalismo venezolano. Ante ambos sarcófagos clocamos sendas ofrendas florales. Luego una representación firmo el acta respectiva.

El discurso de orden fue pronunciado por el republicano Franklin Díaz en cual en sentidas e históricas palabras destaco la importancia del acto y las razones por las cuales el FRENTE LIBERAL VENEZOLANO fue al santuario de la patria a rendir un homenaje a Tomás Lander con los testigos de excepción Francisco de Miranda, Juan Germán Roscio y Carlos Rangel.

EL SIGUIENTE PÁRRAFO ES UN FRAGMENTO DE UN ARTÍCULO EDITORIAL, PUBLICADO POR TOMÁS LANDER EN EL DIARIO EL VENEZOLANO EN 1822:

La libertad, ha sido por cerca de doce años el objeto de nuestros afanes. Libertad e Independencia ha sido nuestra divisa, porque la Libertad no puede existir sin la Independencia, aunque bien podemos ser independientes sin ser libres.

Mil combates gloriosos, sacrificios sin número de nuestra parte, crueldades inauditas por parte de nuestros enemigos nos han puesto en posesión de nuestros derechos; somos en fin, independientes, porque la independencia es el fruto de la fuerza y el valor.

Si las mismas causas que producen la independencia de los pueblos produjeran también su libertad, podríamos gloriarnos de ser independientes y libres. Más, por desgracia, la libertad civil no la dan las victorias, ni estriba en las constituciones y reglamentos, sino en el carácter de los hombres, en sus virtudes, en sus costumbres, en su ilustración; "la Libertad está en los espíritus y no en los escritos". Es pues, un delirio político querer hacerla depender de un cuaderno en el que señala a los hombres la extensión de sus derechos y deberes.

Un pueblo como el nuestro, nacido, educado y envejecido en la tiranía, -sea esta autocrática o de partidos, subrayado mío- no pude pasar repentinamente al goce de la Libertad porque es preciso conocerla para poder apreciarla y defenderla. El hábito de la servidumbre -mismo que estamos inculcando día a día con la dádiva social, subrayado mío- hace a los hombres indiferentes a su suerte hasta el punto vergonzoso, de considerar como una penosa tarea el velar sobre sus derechos. Así¬ es, que la Tiranía disfrazada con traje de Libertad, bajo las formas más halagüeñas y seductoras, pasa de unas manos a otras sin que cambie por eso la situación humillante de los pueblos.

El vicio no está, sin embargo, en los que mandan, sino en los que obedecen; porque la tendencia natural de los gobiernos es el exceso de poder. Pero la resistencia a ello, está en la razón de sus virtudes y de sus luces, no en sus fuerzas físicas.

Las voces República y Libertad han llegado a ser sinónimas entre de nosotros a fuerza de pronunciarlas juntas. Estas dos ideas están tan asociadas en nuestro entendimiento como las de Libertad e Independencia de que hemos hablado, son, sin embargo, cosas muy distintas; porque las Republicas pueden ser despóticas o libres del mismo modo que las Monarquías. Una confusión de ideas sobres estas materias no puede producir sino males.

Bajo todas las formas de gobierno se puede gozar de Libertad y bajo todas se puede sufrir la Tiranía, así¬, es preciso que no nos deslumbre la palabra República; reza un principio establecido por los primeros legisladores del mundo: Que no todas las buenas constituciones son aparentes para todos los pueblos.

También bajo todas las formas de gobierno se puede gozar de libertad y comodidades, siempre que la constitución sea conforme con el genio de las gentes y combine los escollos de la Libertad con los peligros de Despotismo. Basta un ejemplo: Los Norteamericanos han sido libres bajo el gobierno Republicano y bajo el mismo han sido esclavos los venecianos, los genoveses y los florentinos.

La forma de gobierno por sí¬ sola, repetimos, no constituye la Libertad, sino el grado de virtud e ilustración de los individuos que forman la sociedad y la combinación feliz que establece la constitución entre los diferentes ramos de la administración.

Cada pueblo tiene aquel gobierno que es compatible con su ilustración y su carácter, con su energía y sus costumbres.

Los americanos todos preferimos decididamente la forma republicana. Los que son esclavos no tienen que quejarse de sus tiranos sino de su propia ignorancia, de su debilidad y de sus vicios.

Hay principios fundamentales que convienen a toda constitución libre ya sea monárquica o republicana y que si no se practican es inútil pensar en Libertad Civil; tales son las siguientes:

1. Que los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial están separados e independientes entre sí¬.
2. Que los Ministros sean responsables a la Nación y no a la persona que ejerza el poder.
3. Que los Jueces sean vitalicios y no puedan ser removidos, para que no teniendo que esperar ni que temer del gobierno, administren justicia con rectitud.
4. Que los Juicios sean público y con jurado. (año 1822)
5. Que la Imprenta sea libre para que censure y aplauda con imparcialidad tanto a magistrados como a ciudadanos.
6. Que ningún ciudadano pueda ser arrestado Sin que se le haga saber la causa de su prisión y se le juzgue dentro del término señalado por la ley.

Un gobierno cuyas verdaderas bases sean estas, sea cual fuere el nombre que lleve, será un Gobierno Libre. El que no esté fundado en estos principios será despótico y arbitrario, aunque veamos escritas las palabras República y Libertad en la constitución, en las leyes, en las calles y en las plazas públicas.

Nosotros empezaremos a ser libres cuando estemos instruidos en nuestros deberes y nuestros derechos; para instruirnos necesitamos saber leer y después adquirir gusto por la lectura, debemos pues poner Énfasis en las escuelas en toda la extensión de la república. Escuelas limpias y dotadas, con buenos maestros, formar el espíritu público dando una educación moral y patriótica a nuestra juventud. Cuando hayamos vencido estos inconvenientes podremos lisonjearnos que estamos en aptitud de ser libres. Mientras tanto viviremos en aquella condición lamentable de la servidumbre, que sufre a la sombra de las constituciones cuyos principios son libres en teoría y tiránicos en la práctica.

Si convenimos pues que la piedra fundamental del templo de la Libertad es la educación y que sin ella el edificio de la República está sobre arenas y no podrá sostenerse ¿A que razón podrá darse por no haber diseminado aquella enseñanza en todo el territorio? ¿No autoriza la ley sobre escuelas al Poder Ejecutivo para que las mande a establecer en todas las ciudades del territorio?... Ya oigo al Congreso preguntando a los encargados de la ejecución de las leyes: ¿Qué habéis hecho para cumplir estás?

Seguramente no podrán contestar que han carecido de medios para llevarla a cabo, pues con la mitad de lo que se ha consumido en fiestas, bailes, iluminaciones y salvas que sólo han servido para insultar a la miseria pública, podrá haberse hecho venir a algunos maestros de Europa con todos los útiles que se necesitan para realizar tan útil proyecto. [Énfasis añadido]

Cualquier parecido con nuestra actual realidad, suplico lo disculpen. Pero recuerden, esto fue escrito en el año 1822.

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viernes, 29 de febrero de 2008

*RAÚL AMIEL ESCRIBE PARA LA RED: “TOMÁS LANDER, PATRIARCA DEL LIBERALISMO VENEZOLANO.”


*RAÚL AMIEL ESCRIBE PARA LA RED: “TOMÁS LANDER, PATRIARCA DEL LIBERALISMO VENEZOLANO.”

El siguiente párrafo es un fragmento de un artículo editorial, publicado por Tomás Lander en el diario El Venezolano en 1822:

La libertad, ha sido por cerca de doce años el objeto de nuestros afanes. Libertad e Independencia ha sido nuestra divisa, porque la Libertad no puede existir sin la Independencia, aunque bien podemos ser ndependientes sin ser libres.

Mil combates gloriosos, sacrificios sin número de nuestra parte, crueldades inauditas por parte de nuestros enemigos nos han puesto en posesión de nuestros derechos; somos en fin, independientes, porque la independencia es el fruto de la fuerza y el valor.
Si las mismas causas que producen la independencia de los pueblos produjeran también su libertad, podríamos gloriarnos de ser independientes y libres. Más, por desgracia, la libertad civil no la dan las victorias, ni estriba en las constituciones y reglamentos, sino en el carácter de los hombres, en sus virtudes, en sus costumbres, en su ilustración; "la Libertad está en los espíritus y no en los escritos". Es pues, un delirio político querer hacerla depender de un cuaderno en el que señala a los hombres la extensión de sus derechos y deberes.

Un pueblo como el nuestro, nacido, educado y envejecido en la tiranía, -sea esta autocrática o de partidos, subrayado mío- no pude pasar repentinamente al goce de la Libertad porque es preciso conocerla para poder apreciarla y defenderla. El hábito de la servidumbre -mismo que estamos inculcando día a día con la dádiva social, subrayado mío- hace a los hombres indiferentes a su suerte hasta el punto vergonzoso, de considerar como una penosa tarea el velar sobre sus derechos. Así es, que la Tiranía disfrazada con traje de Libertad, bajo las formas más halagüeñas y seductoras, pasa de unas manos a otras sin que cambie por eso la situación humillante de los pueblos.

El vicio no está, Sin embargo, en los que mandan, sino en los que obedecen; porque la tendencia natural de los gobiernos es el exceso de poder. Pero la resistencia a ello, está en la razón de sus virtudes y de sus luces, no en sus fuerzas físicas.

Las voces República y Libertad han llegado a ser sinónimas entre de nosotros a fuerza de pronunciarlas juntas. Estas dos ideas están tan asociadas en nuestro entendimiento como las de Libertad e Independencia de que hemos hablado, son, sin embargo, cosas muy distintas; porque las Repúblicas pueden ser despóticas o libres del mismo modo que las Monarquías. Una confusión de ideas sobres estas materias no puede producir sino males.

Bajo todas las formas de gobierno se puede gozar de Libertad y bajo todas se puede sufrir la Tiranía, así, es preciso que no nos deslumbre la palabra República; reza un principio establecido por los primeros legisladores del mundo: Que no todas las buenas constituciones son aparentes para todos los pueblos.

También bajo todas las formas de gobierno se puede gozar de libertad y comodidades, siempre que la constitución sea conforme con el genio de las gentes y combine los escollos de la Libertad con los peligros de Despotismo. Basta un ejemplo: Los Norteamericanos han sido libres bajo el gobierno Republicano y bajo el mismo han sido esclavos los Venecianos, los Genoveses y los Florentinos.

La forma de gobierno por sí sola, repetimos, no constituye la Libertad, sino el grado de virtud e ilustración de los individuos que forman la sociedad y la combinación feliz que establece la constitución entre los diferentes ramos de la administración. Cada pueblo tiene aquel gobierno que es compatible con su ilustración y su carácter, con su energía y sus costumbres.

Los americanos todos preferimos decididamente la forma republicana. Los que son esclavos no tienen que quejarse de sus tiranos sino de su propia ignorancia, de su debilidad y de sus vicios.

Hay principios fundamentales que convienen a toda constitución libre ya sea monárquica o republicana y que si no se practican es inútil pensar en Libertad Civil; tales son las siguientes:

1. Que los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial estén separados e independientes entre sí.
2. Que los Ministros sean responsables a la Nación y no a la persona que ejerza el poder.
3. Que los Jueces sean vitalicios y no puedan ser removidos, para que no teniendo que esperar ni que temer del gobierno, administren justicia con rectitud.
4. Que los Juicios sean público y con jurado. (año 1822)
5. Que la Imprenta sea libre para que censure y aplauda con imparcialidad tanto a magistrados como a ciudadanos.
6. Que ningún ciudadano pueda ser arrestado Sin que se le haga saber la causa de su prisión y se le juzgue dentro del término señalado por la ley.
Un gobierno cuyas verdaderas bases sean éstas, sea cual fuere el nombre que lleve, será un Gobierno Libre. El que no esté fundado en estos principios será despótico y arbitrario, aunque veamos escritas las palabras República y Libertad en la constitución, en las leyes, en las calles y en las plazas públicas.

Nosotros empezaremos a ser libres cuando estemos instruidos en nuestros deberes y nuestros derechos; para instruirnos necesitamos saber leer y después adquirir gusto por la lectura, debemos pues poner énfasis en las escuelas en toda la extensión de la república. Escuelas limpias y dotadas, con buenos maestros, formar el espíritu público dando una educación moral y patriótica a nuestra juventud. Cuando hayamos vencido estos inconvenientes podremos lisonjearnos que estamos en aptitud de ser libres. Mientras tanto viviremos en aquella condición lamentable de la servidumbre, que sufre a la sombra de las constituciones cuyos principios son libres en teoría y tiránicos en la práctica.

Si convenimos pues que la piedra fundamental del templo de la Libertad es la educación y que sin ella el edificio de la República está sobre arenas y no podrá sostenerse, ¿que razón podrá darse por no haber diseminado aquella enseñanza en todo el territorio? ¿No autoriza la ley sobre escuelas al Poder Ejecutivo para que las mande a establecer en todas las ciudades del territorio?... Ya oigo al Congreso preguntando a los encargados de la ejecución de las leyes: ¿Qué habéis hecho para cumplir éstas?.


Seguramente no podrán contestar que han carecido de medios para llevarla a cabo, pues con la mitad de lo que se ha consumido en fiestas, bailes, iluminaciones y salvas que sólo han servido para insultar a la miseria pública, podría haberse hecho venir a algunos maestros de Europa con todos los útiles que se necesitan para realizar tan útil proyecto.

Cualquier parecido con nuestra actual realidad, suplico lo disculpen. Pero recuerden, esto fue escrito en el año 1822.

En Tomas Lander ésta fue una constante en su vida que le valió el bien merecido título de Patriarca del liberalismo venezolano, representado circunstancialmente por Antonio Leocadio Guzmán. Esto, y sus años de servicio al lado del Libertador aunado a su incansable espíritu de lucha y de defensa de la igualdad ciudadana, le hizo ganar el honroso título de Ciudadano Eminente, con derecho a descansar para siempre al lado de nuestros próceres en el Panteón Nacional a la mano derecha de nuestro Libertador, su gran héroe, aún habiéndolo adversado en el campo de las ideas después de 1826.
Saludos Libertarios.

Raúl Amiel