BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
Mostrando entradas con la etiqueta POR EL PODER MISMO. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta POR EL PODER MISMO. Mostrar todas las entradas

lunes, 30 de junio de 2014

JOSÉ LEOPOLDO DECAMILLI, VENEZUELA HOY, DESDE ALEMANIA

Es como si una maldición se  cerniese sobre  el destino de los hombres y de las sociedades contemporáneas, porque  aunque la experiencia que se   ha tenido con las ideas marxistas y con el comunismo ha desembocado siempre en terribles catástrofes, sus dogmas siguen siendo preconizados en determinados círculos como fórmulas ideales para dar solución a los profundos problemas sociales que escarnecen a la humanidad. 

El sacrificio de la vida de millones de seres humanos, su sometimiento a regímenes esclavizadores y la miseria de las sociedades parecen no haber tenido   ningún efecto escarmentador en ellos. 

La obnubilación del entendimiento sigue siendo total; la ceguera absoluta.

En Hispanoamérica -en Cuba- sigue gobernando el mismo hato corrupto, desde hace más de medio siglo. Por razones políticas y estratégicas la Unión Soviética mantuvo  al régimen criminal y expoliador con millones de dólares. Y cuando la Unión Soviética misma se desmoronó, Venezuela ocupó su lugar. Venezuela era  un país de enormes recursos, y, potencialmente, todavía sigue siendo rica hoy porque dispone de una   de las reservas de petróleo más ricas del mundo.

Después de un golpe de Estado militar en el que participó activamente   un teñiente coronel prácticamente desconocido en el país, llamado Hugo Chávez, éste triunfó en las elecciones de 1998.Y desde entonces se mantuvo en el poder mediante fullerías de distinta naturaleza, hasta que la muerte le cortó las alas.

Para  preservar la fachada de una democracia,  Chávez organizaba regularmente elecciones, en las que triunfaba  indefectiblemente  merced al apoyo de millones  de ciudadanos  rebajados a la condición  de mendigos alimentados por el Estado (Misiones), pero también y sobre todo gracias al control completo de todo el aparato electoral ( registro electoral, consejo electoral y máquinas electrónicas para el recuento de los votos). Tanto es  así que podían individualizar a quienes habían votado en contra y confeccionar listas de todos ellos para someterlos  posteriormente a numerosas medidas represivas (pérdida de sus puestos de trabajo, dificul- tad para conseguir viviendas, becas de estudio, etc.)

El poder político fue consolidado mediante el control de todos los órganos del Estado ( Poder Legislativo, Poder Judicial) .Se  ganó la adhesión  del mando militar  mediante la  concesión de jugosos beneficios en el negocio de las drogas, ascensos prematuros y otros privilegios. La libertad de opinión y de información fue paulatinamente suprimida. La voz del gobierno era  (y es)   omnipresente a través de cientos de estaciones de radio y  de los canales de televisión. Al „Führer“ de la Revolución Socialista del Siglo XXI se le podía escuchar casi diariamente en sus interminables peroratas, una especie de miscelánea  de adoctrinamiento y jocosos paréntesis. En el sector  de la vida económica, la política estaba enderezada a la  eliminación de  la propiedad privada y de toda iniciativa empresarial. El Estado asumía progresivamente todo el peso y engranaje de la actividad económica. Paralelamente la corrupción adquiría escandalosas dimensiones . Junto al ejército, Chávez fortaleció la Guardia Nacional y la Policía, creó los círculos bolivarianos ( una reproducción de los Comités de Defensa de la Revolució de Cuba) y organizó una tupida red de  bandas enmascaradas (colectivos) cuya misión fundamental consiste en aplastar violentamente toda manifestación de  protesta. Estas organizaciones terroristas amparadas por el gobierno son las responsables del asesinato de estudiantes (43 hasta la fecha).
Todas estas medidas represivas  fueron llevadas a cabo bajo la dirección de los  cubanos que ocupan los puestos claves en la administración del gobierno  venezolano. Venezuela -gracias a la Revolución del Siglo XXI- es prácticamente un país avasallado y sin  soberanía real.. Para Cuba esta  ocupación es  vital, porque gracias a eso pueden subsistir económicamente.

La cuestión  fundamental, sin embargo, tanto para los cubanos como para los venezolanos, es si por cuánto tiempo podrá mantenerse esta situación, porque debido a la pésima administración y a la corrupción galopante, la estabilidad económica del país se halla gravemente afectada.

Entretranto Hugo Chávez ha pasado a mejor vida y las grietas que ya se  percibían  en la estructura social y ecnómica cuando él vivía se han convertido en auténticos  despeñaderos. Todo está empantanado. Las finanzas están por el suelo y  registran horrendas deudas públicas y privadas. Las empresas estatales son ineficaces y son empleadas más bien como cajas personales. Las empresas privadas casi han desaparecido y las que quedan  tienen que afrontar prescripciones casi insalvables. Resultado: producción insuficiente, escasez y aumento constante del precio de productos de primera necesidad. La inflación crece sin control. Según datos suministrados por el Banco Central de Venezuela, la inflación alcanzó en el año pasado la horrenda  cifra del 57,3 por ciento. Una de los más altas del mundo (otras fuentes hablan incluso de un 60 o un 80 %). La pobreza afecta a todas las capas de la población y el descontento se extiende incluso entre los miembros de la clientela alimentada por el gobierno. En los últimos quince años 2,4 millones de venezolanos (casi el 10% de la población activa) abandonaron el país. Para compenzar este derrame vinieron al país un número  no determinado de consejeros cubanos y miembros de la organización terrorista colombiana (FARC) y de la ETA española.

La respuesta del sucesor de facto de Hugo Chávez, Nicolás Maduro, a todos estos problemas,  es la agudización de las medidas represivas. Los políticos de la oposición son apresados. Las protestas de los estudiantes son sofocadas violentamente, sus dirigentes encerrados en prisión y  torturados. Toda rebelión es  brutalmente reprimida. Es la misma inhumana receta empleada por los hermanos Castro en Cuba y que les aseguró el dominio político por tiempo indefinido.

Antes de Chávez, Venezuela era un país  regularmente  desarrollado. Hoy sucumbe envuelto en una espesa polvareda de violencia y miseria. Gracias,
otra vez, a las fórmulas mágicas del marxismo.

Jose Leopoldo Decamilli
joledecamilli@gmail.com

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

martes, 25 de marzo de 2014

EDUARDO MACKENZIE, SANTOS – MADURO, EL MISMO PANTANO, DESDE FRANCIA

El presidente Juan Manuel Santos habría podido ofrecerles a los colombianos, al final de su mandato, al menos,  unas elecciones legislativas limpias. Para mostrar su respeto por los ciudadanos y por los partidos políticos. Pero no lo hizo. Hizo lo contrario: les ofreció una bazofia, para proteger sus ambiciones personales. Y remató eso empleando el tonito displicente y zángano que siempre utiliza: todo salió muy bien, miren a otro lado, sigan su camino, no se atenderá ningún reclamo. Una vez más, Santos demostró que es muy fácil, para él, pasar de la irresponsabilidad a la impunidad.


Pero no. Nadie mirará a otro lado. Santos, el registrador Carlos Ariel Sánchez y el Consejo Nacional Electoral tendrán que responder ante la justicia por los desmanes cometidos este 9 de marzo, durante las elecciones y durante las horas y días de “preconteo” y conteo de votos. El Centro Democrático ha descrito con exactitud lo que pasó durante esa jornada y ha anunciado que presentará un informe completo de los delitos y anomalías electorales de ese día. El CD tiene todo el tiempo del mundo para cobrar esas cuentas. El CD, además, no es el único en lanzar  ese grito de alarma. Tres candidatos presidenciales y ocho partidos políticos, entre los que se encuentra el Centro Democrático, denunciaron ante la OEA las irregularidades cometidas en esa votación.

Ese sablazo electoral no fue un accidente. Hace parte de un proceso de destrucción institucional en la que se empeña Juan Manuel Santos desde que llegó a la presidencia de la República en agosto de 2010. ¿Cómo explicar la cascada de fracasos del gobierno en materia de justicia, de transparencia electoral, de paz y seguridad urbana y rural, de relaciones exteriores (hoy bajo la censura de Maduro), de educación nacional, de la industria, de la agricultura? Lo ocurrido el 9 de marzo fue la culminación de una vasta operación contra las instituciones y contra la democracia en Colombia.

Los esfuerzos de “cubanización” no existen sólo contra Venezuela. A Colombia también la  han metido, contra su voluntad, en esa sangrienta aventura. Así como los venezolanos no quieren ser los esclavos de la clique castro-chavista y están luchando heroicamente en las calles contra la violenta colonización que trata de consolidar la dictadura cubana allá.

Colombia también está en esa batalla por la libertad, aunque muchos no lo sepan todavía. Pero sí lo saben miles de militares y policías rasos y miles de altos mandos de las Fuerzas Armadas y de la Policía, y decenas de miles de cuadros, dirigentes, militantes y simpatizantes del CD y de otros partidos y de ciudadanos sin partido. Lo saben miles de dirigentes y miembros de los gremios, sobre todo  del agro, como lo acaba de decir el líder de la SAC y como lo dice Fedegán. Y, sobre todo, lo saben los millones de colombianos que votaron el 9 de marzo pasado por el CD, aunque el voto de la mitad de ellos haya sido escamoteado por la burocracia electoral corrompida.

Nicolás Maduro y Juan Manuel Santos, el mismo pantano.

Aunque los procesos de Venezuela y Colombia son desiguales, pues la destrucción de las libertades, de las instituciones democráticas y de la economía de mercado están en fases diferentes –el mayor caos está en Venezuela–, hay un elemento común: los dos países están siendo llevados hacia el mismo abismo: ser colonias de extracción de recursos humanos y económicos para que la Cuba castrista siga sobreviviendo a costa de otros, como ha hecho desde 1960. El saqueo actual de Venezuela debe ser seguido por el saqueo de Colombia. 

Para eso Cuba emplea sus espías, la Guardia Nacional y los paramilitares venezolanos. Contra Colombia Cuba utiliza las Farc, el Eln y los falsos “diálogos de paz”.

Aunque la subversión armada en Colombia existe desde el comienzo de la Guerra Fría, esta ofensiva específica fue reforzada hace más de quince años. Tres presidentes han tenido que hacerle frente: Andrés Pastrana, Álvaro  Uribe y Juan Manuel Santos. Los dos primeros lucharon  contra eso con suertes diferentes. En sus ocho años de gobierno, Uribe logró reducir las dos guerrillas comunistas, las Farc y el Eln, que utilizan el narcotráfico, la violencia y el terrorismo para alcanzar esa meta.  Sus jefes cayeron en combates. Otros fueron capturados u obligados a refugiarse en países vecinos. Miles huyeron de esas filas. Santos, lamentablemente, traicionó al país y frenó esa dinámica. Amigo personal de Fidel Castro, aceptó empujar en el sentido contrario. La negociación “de paz”  revigorizó a las Farc y las sacó de las cavernas. Ahora, desde La Habana, esas dos “partes” están impulsando un proceso secreto: la “paz total”, como dice Santos, que pretende instalar  en el centro de la vida política, económica y social, quiéranlo o no los colombianos, esa maquinaria de muerte sin que la justicia pueda cobrarle a los criminales un solo día de cárcel.

La tesis de Santos para justificar eso tiene dos ejes, ambos falaciosos: “pretender acabar totalmente con el último guerrillero es una utopía y nos tomaría otros 50 años”, y “la paz es más importante que la justicia”. Esas ideas no son democráticas. Un demócrata diría: sin justicia la paz es imposible. Santos explica que no puede vencer a las Farc. Curioso. Dice eso después de haberle dado oxígeno, durante cuatro años,  a unas Farc agonizantes, mediante la negociación secreta, los salvoconductos y la tribuna de La Habana.  Además, Santos se equivoca. Nadie quiere “acabar con el último guerrillero”. El último guerrillero, en el universo democrático, será juzgado, no “acabado”. Todos queremos, en cambio, ver el desmonte real de las Farc, la entrega de sus armas, la reparación de sus víctimas y el castigo para sus jefes criminales.

Al manipular así el lenguaje Santos no se distingue de Nicolás Maduro. La lucha de los venezolanos contra el dominio cubano y contra la miseria creada por el chavismo es, para Maduro, un “complot del imperialismo” mientras él protege a los paramilitares que asesinan a bala y desaparecen  a los estudiantes. Santos firma un “marco jurídico para la paz” que le otorga impunidad total a las Farc y sigue negociando el destino del país mientras las Farc abaten soldados, policías y civiles. Al mismo tiempo, golpea la moral de la fuerza pública y señala a los patriotas como “ultraderechistas” que quieren “descarrilar” y “envenenar” el proceso “de paz”. La diferencia entre Santos y Maduro es de grado, no de esencia.

El silencio de Santos ante las atrocidades del régimen venezolano lo pone en el mismo pantano moral de Maduro. Con su  postura “cuidadosa”, Santos se hace cómplice de esas violencias contra la juventud venezolana. Por eso su afonía ante las atrocidades diarias de las Farc contra Colombia.

Eduardo Mackenzie
eduardo.mackenzie@wanadoo.fr
‏@MackenzieEdo

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,