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jueves, 21 de mayo de 2015

PEDRO R. GARCÍA M., SOBRE POSTULANTES, CANDIDATOS Y PRIMARIAS…

Josemaría Monforte Revuelta, es sacerdote, Doctor en Sagrada Teología por la Universidad de Navarra y en su libro Conocer la Biblia Ediciones Vértice 1997 Madrid, su el inicio nos relata una anécdota de un sacerdote que viajaba en tren desde la ciudad donde residía hasta un pueblo cercano, desconocido entonces para él, para dar una conferencia sobre la Biblia. Cuando llegó, en la estación no había nadie a quien preguntar, pero cerca observó a un grupo de niños jugando al futbol en un descampado próximo.  Se acerco a ellos en busca de información. “perdonad que os interrumpa le dijo, ¿alguno me podría indicar cómo se va desde aquí al Ayuntamiento?”.  En seguida se acercaron todos rodeándole y uno más espabilado, balón en mano, inicia con el sacerdote este dialogo:

Oiga padre, ¿qué se le ha perdido en el Ayuntamiento?
Tengo que dar allí una conferencia, responde el cura, pasando por alto la impertinencia del chico y… ¿de que les vas a hablar?
Pues mira… le contesta el divertido sacerdote  les voy a hablar cómo se va al cielo. El asombro se dibuja en la cara del niño y le suelta espontáneo. Les va a hablar de cómo ir al cielo… ¡y no sabe cómo se va al Ayuntamiento!
Ubicando algunas pistas…
Leí con desánimo parte de una entrevista en un medio digital Prodavinci para más señas, a un candidato a Diputado, incubado en claustro materno de la (MUD-MID) y postulado por el Circuito 4, que congrega las Parroquias Santa Rosalía, El Valle y Coche del Municipio Bolivariano Libertador, revelando en la misma que aparte de carecer de otros prerrequisitos, que legitimen su aspiración, exhibió un infatuamiento que revela el eruditismo de piernas cortas que prima en algunos sectores de nuestra sociedad, solo se le escapó para mostrar su comprensión sobre las particularidades de esos preteridos espacios urbanos, la recordada popular expresión, “la  bendición para la tía de mi tío en el barrio el 70, y que me traigan a Foster, y como piscolabis acotó, en el Pendrive, tengo ya algunas leyes, inferimos  que discutidas a fondo en el Ȧgora de PJ, y su frontispicio la (MUD-MID).
Intentar en este decisivo y complejo momento hacer elaboraciones y análisis críticos es difícil, primero partiendo de la premisa de que la capacidad analítica no es cosa de exhibir extensivos niveles académicos ni de impersonales Posdoctorados, ni de revelada inteligencia, ni ostentar una compendiada erudición, ni gozar de doble paladar para la valoración de los eventos frecuentes en la cada vez mas ambigua sociedad, en sus oscuros entornos, ni tener la certeza de las necesarias reformulaciones particulares, regionales  y planetarias. Corremos el riesgo de que nos suceda como el astrónomo invidente, que en sus fantásticas alucinaciones creía descubrir nuevas constelaciones en las oscuridades engañosas de su propia ceguera.
Indagar no es solo aplicar categorías tradicionales, históricas,  económicas, sociológicas o metodológicas a partir de un excedido conocimiento en el que eventualmente podríamos afirmarnos, el quiz es definir, examinar, profundizar, reconciliar y con harta imperturbabilidad antes de atreverse a formular alguna precisión.
“Es difícil que esto ocurra mientras prevalezca la arrogante insularidad intelectual de la elite que actualmente rige de manera férrea y miope las investigaciones económicas”. (The Journal of Economic Perspectives).
“El análisis erudito jamás pondrá fin a los violentos conflictos políticos causados por la desigualdad”. (Tomado del libro El Capital de Thomas Pikety). La investigación ejemplo en filosofía polٕítica es y será siempre frágil e imperfecta; no tiene la pretensión de transformar la economía, la sociología ni la historia ni las ciencias exactas, sino establecer con serenidad hechos y precisiones, e indagar con frialdad los mecanismos económicos, sociales, políticos, que sean capaces de dar cuenta de que estos puedan gestionar que el debate democrático esté mejor informado y se concentre en las preguntas y respuestas correctas; además se obliga a contribuir a redefinir siempre los términos de la disputa, revelar las certezas imitadas y las imposturas, imputar y debatirlo todo siempre. Éste es el rol corresponde, desempeñar a los intelectuales, y, igual esfuerzo se obligan los investigadores ciudadanos como todos, pero esencialmente a ellos que tienen la suerte de disponer del instrumental metodológico para dedicarse al estudio paciente e inflexible de estos contenidos, al mismo tiempo las comunidades vienen observando con estupor como se han ido cupularmente seleccionando los candidatos, y pareciera que uno de los prerrequisitos es que no sea de la jurisdicción, y que logre cancelar su membresía a la (MUD) y ostente abultadas “credenciales académicas”, (ya lo había advertido en su poemario Barco de Piedra, el poeta del pueblo Andrés Eloy Blanco en estos cuatro versos “Pendejo con palmas académicas, /ni le matas el hambre a nadie, /ni le quitas a nadie el frío, /ni le amparas a nadie el sueño”), para contender de nuevo en las elecciones parlamentarias, mientras todos los indicadores revelan que frente al dilema que atraviesa el país por la sofocante crisis económica  no ha impedido, que el chavismo tenga un plan avanzado, con el precipitado con  tramposo nombramiento y  jura de la Fiscal, Contralor, Magistrados del alto Tribunal y Rectores del CNE,  anticiparon su agenda de cara al evento comicial, y ahora fuerzan con la recolección de firmas darle otra vuelta de tuerca al chavismo clientelar, (cuando la masa no daba pa’ bollo, Obama con su desorientada orden ejecutiva leudó al chavismo),  y así por la vía de la coerción garantizar una asistencia razonable en los comicios, mientras con estupor advertimos lo que se revela en la oposición es el decisionismo voluntarista y engañoso de cuello corto, en las circunstancias excepcionales por las que atravesamos no puede desafiarse estas elecciones como un acontecimiento electoral usual consciente de fuerzas políticas dirimiendo en elecciones libres quien obtiene la mayoría, con respeto de la minoría, ese escenario está descartado dado todo el recorrido del régimen en los últimos meses, con la suma del impacto  profundo de la gravedad de la crisis y el manejo que raya en lo desatinado del Presidente que hemos presenciado de calado continental, por eso  necesario es girar el cuello, y trazarse réplicas para estos supuestos, ya que en el país la percepción difundida y reafirmada por los ciudadanos en general  es que el Comando político de la (MUD), de cara al decisivo de este sospechado evento electoral, es que no ha definido con claridad, cuales son sus objetivos tácticos, que sirvan de cuadrante para sortear este delicado tramo, (por cierto se ha venido exponenciando en los mandos políticos de gobierno y oposición la fatal premisa endogámica como antiguo retrato de las formas patrimoniales de dominación, comunes en América Latina y otras latitudes, capaces de reproducirse tanto a nivel , regional como nacional, como tal, el nepotismo se ha convertido en el principio organizador del hecho político en el país. Son los atributos de un orden político que el sociólogo Juan Linz llamó “sultanismo”. Con el Imperio Otomano como metáfora y Max Weber como inspiración, esa noción describe un sistema de dominación donde el límite entre lo público y lo privado es tan esponjoso que ambas esferas se fusionan. El sultán administra la cosa pública igual como gestiona su hacienda…o su concesionaria y demás. El Estado es la extensión de los dominios del sultán, de sus activos, el activismo democrático se debilita hasta esfumarse. La autoridad es personalista, se hace dinástica, cuasi monárquica, solo que no es una monarquía constitucional sino absolutista. Y no vengan después a recurrir a la categoría de engañados inconcientes; o que fue lo que le aconsejaron los que Nietzsche llamaba “Bildungsphilister o Zafios Doctos, ignorantes que se escudan en los títulos académicos pero carecen de erudición verdadera por su falta de curiosidad y su estrechura de miras, y en el caso nuestro por su desconexión con las comunidades”. Por cierto el aspirante be su reflección economicista soltó una verdad del tamaño de la Catedral de Santa Sofía, al sentenciar “Al final, las decisiones económicas las toman los políticos”
Aporte para el debate…
Sin pretensiones apodícticas, deberíamos aprovechar para darle abordaje a una discusión de una nueva relación Estado y Sociedad.  Si tuviéramos que elegir algunos términos para identificar al Estado y a la Sociedad seleccionaríamos seguramente Poder y Necesidades, respectivamente. El Estado es una creación cultural y, como tal, cambiante según los tiempos y las circunstancias, mientras que la Sociedad es una entidad natural. Por tanto, se trata de que la Sociedad tenga un Estado y no que el Estado tenga una Sociedad.
En Venezuela, los resultados de los ingresos petroleros han  sido repartidos para sorpresa de sus ciudadanos en forma injusta e inequitativa para con la gran mayoría de la población, generándose graves distorsiones socio-económicas, tales como: El Estado endeudado por encima de la capacidad de producción nacional; devaluación e inflación crónicas y astronómicas desde, por lo menos, 1990; cuantiosos capitales venezolanos fuera del país que operan como centrífuga económica y alimento continuo de la inflación; más de la mitad de la población en zonas marginales o  barrios; impuestos al consumo cuantitativamente injustos y regresivos; grave falta de inversión nacional e internacional; acumulación de capital individual y concentración de la riqueza; un dualismo social acentuado. 
Por ello, la democracia venezolana del siglo XXI requiere asentarse sobre una nueva relación Estado-Sociedad con una firme base ético-social. La experiencia demuestra que  ni la antinomia entre ambos, ni su separación, ni la absorción o manipulación de la Sociedad por el Estado, ni la conversión de aquélla en éste pueden realmente servir para lograr el desarrollo humano integral de las personas y de los grupos sociales.
Se trata, por tanto, de deliberar sobre los principios y criterios posibles para una nueva relación Estado-Sociedad; los efectos que ésta debería tener sobre el sistema político y socioeconómico, y las formas de organización que permitan articular esa relación en beneficio de todas las personas mediante el logro de grandes objetivos en el orden social, político y económico: una nivelación de las diferencias de propiedad, educación y poder; la estabilidad política mediante el ejercicio serio de comprometernos todos en un modelo de democracia participativa, y un apuesta por el crecimiento y desarrollo económicos, privado y público, con equidad y solidaridad.
Surgirá entonces la necesidad de organizar y ejercer el Poder para satisfacer las Necesidades de la Sociedad. Esto sólo puede lograrse si el Estado y la Sociedad comparten el Poder en términos de asociación con lo cual, sin perjuicio de la direccionalidad política que emane de la soberanía popular, habría que abrir espacio suficiente a los elementos técnicos, institucionales y ético-sociales.
Desde este punto de vista, el principio básico sería que el Estado pueda  “someterse” a la presión popular para determinar y satisfacer la demanda de necesidades y oportunidades de todos, particularmente de quienes menos tienen. Para ello, es preciso relacionar sistémicamente los elementos sociales, económicos y políticos mediante un rediseño orgánico y funcional del Poder Legislativo y de la Administración Pública a fin de que la formación de políticas públicas para la solución efectiva de problemas concretos de desarrollo a nivel nacional, estadal y municipal sea el resultado de compartir el Gobierno con la Sociedad (personas-comunidades-sociedades civiles, organizaciones-cuerpos intermedios, y demás.), mediante relaciones institucionales de concurso (activo, concertado y sujeto a normas y procedimientos), mediando un alto sentido y contenido éticos. Así, para la regulación de aspectos socio-económicos, habría una participación–representativa y una representación–participativa de toda la población.
Lógicamente, todo esto debe transitar por un cambio de la estructura y praxis políticas para disminuir el presidencialismo y el centralismo; evitar que el estatismo, se convierta en una dictadura socio-económica; prohibir la delegación legislativa (casos excepcionalísimos), para que la Sociedad asuma sus responsabilidades deliberantes; fortalecer la descentralización y conectar reglamentariamente a los electores con los elegidos  exigiéndoles transparencia y rendición de cuentas. 
Estos cambios son necesarios y urgentes para evitar las desigualdades de acceso, de oportunidades y de puntos de partida existentes y crear así un futuro socio-político-económico democrático, equitativo y solidario.
En conclusión, en Venezuela los venezolanos debemos colocarnos por encima de todo en una Alianza Superior, entonces la oposición y el gobierno, los intelectuales, los grupos de presión e importantes medios como este, deberían recordar que la histórica incapacidad de los partidos y de los grupos políticos para entenderse y llegar a acuerdos que ha sido siempre la causa del estancamiento y regresión políticas que ha tenido Venezuela en su historia. (Recuérdense, por ejemplo, las crisis de 1846, 1858, 1892, 1898,1900, 1945, 1998).
       “No es fácil mostrar a nuestros semejantes el camino”.

Pedro R. Garcia M.
pedrorafaelgarciamolina@yahoo.com
@pgpgarcia5

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martes, 28 de abril de 2015

PEDRO R. GARCÍA M., ¡LOS ACERTIJOS DE LA OPOSICIÓN!…

A Grosso modo, una visión de conjunto de la expresiones en boga “unas verdades” fácilmente descifrables y constatables por el lector medio, de la misma manera que ese tipo de teatro muy en boga en nuestra ciudad, trasmite a los amantes del género, las superficialidades de la vida cotidiana o del best seller que acopia ingentes cantidades de fondos yo diría que sustraídos a una población cautiva y condicionada  de ficciones y mitos sin la trascendencia, de los de Antígona en la tragedia Griega.

Esas “verdades” no son y no lo fueron nunca antes, de original comportamiento. Lo debían saber algunos “analistas” que lamentablemente se ha auto-entrampado a la manera de muchos que por el arte de la simulación, de los innovadores de la televisión y del entramado mediático, que en su descaminado rol de autoridades simbólicas gradúan de “analistas políticos”, títulos conferidos en estos tiempos a aquellos cuyas carencias serias epistemológicas y como organizadores grupos profesionales, empresariales, obreros, estudiantiles o de partidos, sin la experiencia conquistada en el burdel del quehacer cotidiano, y  lo sabe cualquiera que haya militado en ellos, sobre todo los partidos modernos, que es lo que adorna al activista en sus haberes. Lamentablemente las direcciones políticas de turno, las viejas y nuevas, se han subordinado  a quienes por la vía, de la saturación mediática y corporativa de sus tesis pretender anegar el campo intelectual o anular cualquier planteamiento alternativo, su análisis y comprensión o adscripción a él. Tristemente porque en vez de orientar, avivan la incertidumbre, más si el pecado viene de quienes actuando de teóricos de la oposición  alguna que otra experiencia debió de haberles quedado en su paso por la praxis revolucionaria que señalara quien fuera su guía en el ayer: Carlos Marx. Trastocados en analistas políticos, abandonan los principios que rigen su oficio, porque  la ciencia histórica obliga a mirar los hechos luego de un período suficientemente largo, y a la rigurosidad metodológica, resulta por demás cómodo abrevar los tiempos de espera que reclama la misma, mediante el recorrido por las fáciles trochas y atajos del “analista político”.
El hombre es un ser histórico. Necesariamente histórico. Su existencia esta modelada, no determinada, pero si condicionada, por el lugar y la época en la cual le toca vivir.
Tiene la responsabilidad de dar su aporte epocal, a sus contemporáneos y a las generaciones futuras. Antonio Millán Puelles, en su ontología de  la Existencia Histórica, “advierte que de aseverarse que tiene necesariamente historia no puede concluirse que tiene historia necesaria. Son en efectos dos aspectos diferentes. La historicidad es un desafío abierto a la libertad. La fatalidad priva al ser humano de la responsabilidad moral por su conducta histórica, al despojarlo de la libertad”.
El hombre es un ser histórico existiendo en un pueblo determinado, en un tiempo determinado. La categoría  de pueblo debe ser  vista en conexión con la persona y con la nación.
La historia, “testigo de  de los tiempos, luz de la verdad, vida de la memoria, maestra de la vida, mensajera de la antigüedad”, en la grácil retórica de Cicerón (De Oratore) debe ser conocida, en especial, por quien aspira a desplegar su acción en los amplios espacios públicos.               
Es incontestable que hay un cuadro organizacional en “la oposición” (MUD) y el concepto no es nuevo. Por lo que en país pareciera rebosarse de la misma percepción expuesta por Laureano Vallenilla Planchar en el Diario pro-autoritario “El Heraldo” durante la dictadura perezjimenista. Incuestionablemente el cuadro político durante ese decenio sumidos en una encarnizada polarización entre los extremos existentes: los partidarios de la dictadura que en aquel período se les identificaba por medio de esa estafa conceptual del desarrollismo tecnocrático llamada “El Nuevo Ideal Nacional”, cuyo contenido  será expuesto por el mismo Vallenilla el 30 de junio de 1955 en el aludido diario, como expresión de “La Nueva República”, inspirado en César Zumeta, afirmando que “se inició con la Constitución de 1953 y es la expresión de una Venezuela que pretende fundar su destino sobre el trabajo y la cultura”, agregando que “La Nueva República”, consecuente con el igualitarismo tradicional de los venezolanos, es eminentemente niveladora. 
Uno de sus principales objetivos consiste en proporcionar a todos los venezolanos los elementos básicos de una vida decente. Estos elementos no pueden ser privilegios de una clase o de una casta y como lo ha dicho repetidamente el Presidente Pérez Jiménez en conversaciones informales, se trata de aburguesar al proletariado y no de proletarizar a la burguesía. Pero igualdad no significa confusión o subversión de valores. Dentro de la filosofía del régimen la igualdad es la de oportunidades. Luego debe venir, forzosamente, la selección que coloca a cada quien en su sitio, conforme a la propia capacidad. La ubicación ha de correr pareja con el mérito, sin consideraciones de tipo político o personal”. El más puro Eugenecismo, del otro lado se ubicarán los opositores a la dictadura, que se subdividían a su vez en dos subgrupos: el de la resistencia desde el refugio de la clandestinidad y el exilio representado por la AD y el PCV y el de la semilegalidad concurrentista representado por el COPEI y  URD. En el caso de este último sus máximos dirigentes habían sido arrojados al destierro luego de que el mismo Vallenilla los convocara al Ministerio de Relaciones Interiores, los hiciera prisioneros y los arrojara en un avión con destino al exilio, quedando tan solo una precaria representación de cuadros medios que conformarían dos grupos, los que participaban en el Congreso Nacional y los que defendían una especie de política de doble A (Autonomía y Acción) que les permitía oscilar internamente en la institucionalidad del poder ejecutivo y oposición moderada al régimen mediante actos internos de cuasi representación religiosa casera, expresadas en la adoración y alumbrado de las representaciones fotográficas o de estatuillas características de esos líderes urredistas exiliados. En el caso del primero, el COPEI, también experimentaban la praxis de la política de Doble A. Sus líderes hacían una actividad que se aproximaba a la de un partido político legal, pero con su vocación de logia reducida de “oposición permitida”, mientras que en paralelo una ultra junta celular, cuyo máximo responsable y cabecilla era Lorenzo Fernández,  en la que hacía gala del ejercicio del arte descrito por el escritor fascista italiano Curzio Malaparte en su conocida obra “Técnica del Golpe de Estado”, con particularidad en cuanto al enfoque desacertado e incoherente del autor relativo a su interpretación de la “insurrección de octubre” de Lenin. Actuando como Claustro, que fue acumulando progresivamente fuerzas dentro del Ejército que respondían al concepto “socialcristiano malapartista”, hasta llegar a su culmen con el alzamiento del Teniente-coronel Hugo Trejo (dónde también estaba incluido el actual general retirado y asesor presidencial, el para entonces subteniente Jacinto Pérez Arcay), con réplicas e similar control político el idéntico orden en el alzamiento de Castro León. Precipitado por Fernández el 1º de enero de 1958 para tomar ventaja de calle como partido político, habida cuenta de la presencia de cuatro factores esenciales que la condicionaban: el primer factor para la toma de esta decisión fue el folleto escrito e impreso desde Italia por Luís Antonio Herrera Campins titulado “Frente a 1958”, en la cual con mucha lucidez, precisión y conocimiento de fondo de la situación del país, desmenuzaba todos los elementos constitutivos de la crisis que habría de detonar en ese año como factor desencadenante de el desmoronamiento estrepitoso de la dictadura perezjimenista, que asociado a su introducción clandestina al país y su masiva difusión en el seno de la militancia del pequeño partido por un estudiante de claras gentilezas  e identificación ideológica con el autor, le era casi obligante marcar ventaja a lo externo frente al resto de los partidos y a lo interno frente a una fuerza juvenil, alejada del doctrinarismo falangista español de el partido popular de honda identificación “a contrario ratio” de aquella, por razón de la toma de posición al lado de los postulados de Jacques Maritain y otros doctrinarios de visión modernizante en el campo del socialcristianismo mundial. En fin, el desencuentro entre las tendencias Socialcristiana y la de la Democracia Cristiana forjada durante un encuentro mundial realizado en los Estados Unidos, totalmente controlado por influyentes Senadores estadounidenses. El segundo factor estaba derivado de la formación, ahora ya si, de la Junta Patriótica, concepto que venían avanzando, aunque inconcluso, tanto Leonardo Ruiz Pineda como Alberto Carnevalli de AD con Pompeyo Márquez del PCV, en el ocaso del abandono gradual del golpismo adeco como política central, cuya expresión política fue el Manifiesto firmado por Carnevalli “AD llama a la Rebelión Civil” de diciembre de 1952 luego de la elección fraudulenta de la Asamblea Constituyente. No hubo tal rebelión, pero la categoría-concepto quedó allí como tema de discusión; el tercer factor lo constituían la presencia en la dirección de los partidos políticos AD y PCV de jóvenes que habían tendido puentes con las nuevas direcciones formadas por las también jóvenes camadas de dirigentes tanto en URD como en COPEI, cuyo cuadro reciente ponía en peligro la hegemonía de los viejos cuadros, entendido no solo los adecos, sino aquellos que íntimamente de COPEI y URD, aunque separados en toldas disímiles, les unía la misma expectante actitud  y comportamiento. El cuarto factor, convenido entre Betancourt y Caldera, estaba determinado por la propuesta de Betancourt al Ministro de la Defensa del gobierno perezjimenista, Mazzei Carta, de apoyarlo electoralmente para la presidencia de la República con el sostén tanto de AD como URD. Esta propuesta fue estimulada,  para negociar en nombre de AD con el gobierno dictatorial, en su condición de intermediario, fue ungido Miguel Otero Silva, quién había recibido plenos poderes del propio Rómulo Betancourt, quién le rodeó de las más amplias garantías y seguridades que sólo el líder adeco podía otorgarle, tomando en cuenta que desde la aparición de ARDI en 1931, ambos habían escenificado la más cruda polémica y el más descarnado enfrentamiento político-ideológico entre el ahora poderdante y su apoderado. Sin duda Betancourt le reservaba como contendor al Ministro General Candidato al civil Caldera. Una operación de gran calado que hasta el Mariscal de las derrotas, Guillermo García Ponce, se impelió a ofrecerle el apoyo del PCV al inefable doctor Caldera, luego apóstata de su propia elaboración política, hecho reconocido públicamente en el primer mitin electoral del PCV en 1958, con ocasión de la postulación como candidato a la Presidencia de la República del Vicealmirante Larrazábal el 27 de noviembre de 1958, en boca nada más y nada menos que del legendario Gustavo Machado, quién con suma honestidad y autenticidad señaló: “Nosotros estudiamos todas las candidaturas objetivamente. La propia candidatura de Caldera no ha estado muy lejos de los comunistas, pues en 1957 le propusimos a COPEI que lo lanzáramos para derrotar la dictadura y se nos dijo que no”. Y posteriormente el mismo García Ponce lo confiesa en “Diario desconocido de una Dictadura” en estos términos: “Rafael Caldera y los comunistas han estado siempre en campos opuestos tanto en el terreno ideológico como político. Sin embargo, el PC propone unirse alrededor de la candidatura presidencial del Dr. Caldera. Además de llenar las condiciones necesarias, Caldera pertenece a una organización política. Puede aportar fuerzas propias para la confrontación, una ventaja en comparación a cualquier figura independiente. Cuando los recursos son extremadamente débiles, el nombre de Caldera puede ahondar contradicciones de la Iglesia con la Dictadura y atraer al campo de la resistencia a sectores todavía neutrales o vacilantes.”
Pero lo esencial y significativo es que frente a la dictadura perezjimenista también existían esos componentes de lo que ahora de les llama la “MUD” que en aquel momento se llamó Junta Patriótica, culminación de un proceso que parte de sondeos previos interpartidistas no exentos de desconfianzas, llegándose incluso a nombrar como presidente de ese órgano de dirección clandestina nada más y nada menos que a Fabricio Ojeda, Director de Educación de la gobernación del estado Monagas durante la dictadura y periodista de Palacio muy apreciado por el dictador. Difícil deducir que un algunos exegetas de la (MUD) con cuantiosa obra escrita sobre el período y los subsiguientes autores de artículos en referencia, no lo hayan captado así. Más bien pareciera que todavía tuviesen puestas las gríngolas que quizá le dejara sobre su visión de perspectiva ese impreciso e incoherente libro que escribieran a dos manos Guillermo García Ponce y Francisco Camacho Barrios intitulado “Diario desconocido de una dictadura” sin lugar dudas tienen fecundada la pluma de esa desviación que en política es un pecado inveterado del venezolano y que conocemos como “fraseología revolucionaria”, limitante y hueca aunque por su elocuencia algunas veces pareciera adecuada, que no es tal. Es lo que en buen argot vernáculo conocemos como maromas intelectuales. Porque también en ese ayer tan próximo la dirección revolucionaria clandestina buscaba afanosa con desiguales dificultades, el reagrupamiento de los esfuerzos con la pretensión valida por lo demás, de organizar los hasta ese momento dispersos en ese mundo cuatripartidista, en el cual para colmo de “los resistentes”, se buscaba atraer aquellos que desde sus trincheras periodísticas partidistas habían alentado de manera extrema el golpe militar contra ese gobierno surgido de libres y universales  votaciones como lo fue el de el Maestro Rómulo Gallegos: COPEI y URD, quienes en un primer momento no solo se distanciaron de “los resistentes la AD y el PCV”, sino que en continuidad de esa política pro golpista previa al 30 de noviembre, ahora en 1952, dando saltos mortales, alentaron el concurrentismo electoral, sin plenas garantías de respeto a la voluntad popular, imponiéndose, el proyecto militar que habían concebido ejecutar (Delgado Chalbaud, Pérez Jiménez y Llovera Páez, primero; y Pérez Jiménez, Llovera Páez y Vallenilla Planchardt, después), ahora sin la presencia física del primero bajo la conducción de Pérez Jiménez.
Pese a las dificultades actuales, debe tenerse presente por siempre lo que nos legara ese mejor analista, William Shakespeare cuando  sentencio que “en los acontecimientos humanos también hay flujos y reflujos (mareas) que tomadas en la creciente (pleamar) conducen al éxito (la fortuna): “There is a tide in the affaire of men which taken at theflood, leads on to fortune”.  Lo cual nos infiere que para comprender que cuando ha sonado la hora de proponerse la tarea de la conquista del poder, se nos abre el espacio de la acción revolucionaria consciente, dónde la previsión y el cálculo se unen a la voluntad y al arrojo. Justo en este “momento”, que los norteamericanos llaman “the timing”, se abre el campo de la acción  a la dirección en liza para producir el cambio histórico necesario.
Valorar hechos políticos requiere de mejor instrumentación. Deberían saber los apologistas de la (MUD) que un autor clásico, Karl von Klausewitz, leído con agrado por las derechas e izquierdas inteligentes, escribió un libro, “De la guerra”, de inmenso aporte a las cuestiones de la política, señalaba que respecto del fin perseguido “La opinión se gana por medio de grandes triunfos y por la ocupación de la capital”. Si hay algún merito en el cumplimiento de este precepto klasewitzeano, pero esta verdad pareciera desconocida o superada por las formulaciones de los políticos opositores, optando por recurrir a una vía desacertada que teológicamente conocemos como reductio ad absurdum: Una cosa es la reductio ad absurdum y otra lo es tomar como punto de partida un absurdo con el fin de aproximarse con mayor seguridad a la verdad, porque realmente, en nuestro país, no tenemos derecho a lamentarnos por falta de absurdos por demás de bulto y muy gruesos, ejemplo (11 de abril del 2002).
Estas razones aún hoy no las han logrado precisar ni avistar los teóricos de la oposición. Tampoco otras personas tejedoras de opinión, si nos atenemos a los principios estratégicos enunciados por el mismo Klausewitz. Decía el ilustre tratadista refiriéndose a esos principios vitales que: “El primero y más importante principio que hay que establecer para la consecución de aquel fin ya expuesto más arriba es emplear con la máxima intensidad todas las fuerzas a nuestra disposición. Cualquier moderación que se muestre en este particular es quedarse atrás del objetivo.”
Continúa el experto señalando que “El Segundo principio es: concentrar, tanto cuanto sea posible, las propias fuerzas allí dónde deben darse los golpes principales y evitar desventajas en otros puntos, para estar más seguros sobre el punto principal del éxito… el tercer principio es: no perder tiempo alguno. Por medio de la rapidez ahogaremos en ciernes cien disposiciones del enemigo y nos granjearemos inmediatamente la opinión pública… Finalmente, el cuarto principio es: explotar con la máxima energía los éxitos que consigamos.”
Bajo el saliente de estos principios es que debe analizarse el hecho de “la oposición” y también lo que toca a “los perjurados”, que abundantemente también los hay. No lo olvidemos. Lo otro es pretender y sería presuntuoso de su parte acoplar “el estar siempre ensamblado a la obsesión de la pértiga”.
 La primera es que hay que darle justo sentido del meta-mensaje del General en jefe Padrino, en cuanto a la advertencia de los términos que podrían caracterizar la confrontación militar/civil (para sacarnos nos tendrán que derrotar militarmente); la segunda, que para invertir esa relación y situarla en una confrontación más eficaz civil/militar había que agudizar la lucha de masas en las calles siempre in crescendo (con mayor y escalonada incorporación de las fuerzas sociales); y la tercera, la necesidad imperiosa de la articulación de una seria dirección política de la oposición con un programa mínimo común, o lo que otros términos se le llama estado mayor o dirección revolucionaria. El gusto es nuestro.
No se olvide que el gobierno está tan sustanciado con lo expresado por Klausewitz desde sus inicios, que ha venido intentando ideologizar entre sus partidarios el concepto de “territorio de la revolución”, solo que se la ha reducido al casco histórico caraqueño que abarca toda una zona angosta de protección para los poderes ejecutivo y legislativo básicamente.
Finalmente, en otra oportunidad seguiré tratando otros aspectos que se desprenden del estos eventos esperare culminar el repaso, entre otros textos a la lectura  “De la síntesis de un proyecto integrador de Venezuela” coordinado por el doctor Juan Garrido Rovira, escrito con sabiduría como corresponde a uno de los tantos y poquísimos estudios que ahondan con una creatividad y capacidad de aguda observación, por supuesto que no es la única hay muchas, plasmadas en otros textos y artículos de opinión, que llaman a sonar del  clarín, invitándonos a verter en  sus enseñanzas, inexorablemente y que tienen  conexión con la búsqueda y concreción de  medidas que con premura se demandan articular en el hoy.
Pedro R. Garcia M.
pgpgarcia5@gmail.com
@pgpgarcia5

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martes, 21 de abril de 2015

PEDRO R. GARCÍA M., APORTE SOBRE LA NECESIDAD DE ELECCIONES PRIMARIAS

Los desaciertos del liderazgo del país y la pesca del Ligueiron.

Lo animales aciertan con más frecuencia en lo que hacen, siempre que no se presenten excesivos cambios, mientras los humanos calculamos y aún así nos equivocamos mucho más, pero respondemos mejor a cambios radicales en circunstancias extremas. Si un animal le da mal resultado el instinto de su especie, difícilmente podrá sustituirlo por algo que haya aprendido o inventado. Esto lo ejemplifica como suma ironía el humorista Gallegos Lulio Camba, (La casa de Luculo, de J. Comba Col. Austral, Madrid). Al comentarnos de la pesca del "lingueirón" un marisco parecido a la navaja. El Lingueirón vive enterrado en la arena de las playas. Dejando un pequeño agujero como salida de su madriguera. Cuando sube la marea, sale de la arena para alimentarse. Se le pesca poniendo un granito de sal en el agujero en el que aguarda, haciéndole creer así que ya está cubierto por el agua del mar y provocando su salida. "Yo llegue narra Julio Camba desconectar de tal modo a un pobre ligueiron a fuerza de pescarlo todo el verano que, cuando subía la marea, el infeliz creía que yo le había puesto un grano de sal, y cuando yo le ponía el grano el se figuraba que había subido la marea. Perdida la confianza en su instinto aquel desdichado
lingueiron se había convertido en un ser pensante y no acertaba ni por casualidad.

Una acotación necesaria…

Ya el año pasado en su renuncia a la Secretaria de la (MUD), en una encolerizada comunicación que desnudaba a esa burocrática estructura), el Dr. Aveledo señalaba entre otras cosas “En la fuente o en la desembocadura de las playas unitarias han sido mojadas por esas aguas contaminadas”, y añadía en su prolífica pluma “una calaña artera y sañuda”

Hay que empinarse más allá del gesto de franqueza del ex-Secretario de la (MUD), y darle abordaje con intención de transparencia y seriedad a una reflexión sobre los factores opositores, su rol y su cometido que forzosamente se impone, hay que superar la falta de consistencia ética y política de una “gestión opositora” minada en sus cuadros dirigentes por el hedonismo, el individualismo egoísta, y su discurso de jaculatoria, padecemos en el país una neo-dictadura con precario ropaje democrático de inspiración totalitaria pero tolerada por está oposición.

Todavía parecieran ingenuos los que se preparan para asistir a las elecciones, pero sin señalar con firmeza, que el gobierno cuenta con la subordinación de todos los elementos de una ventajosa muralla, en el CNE y el resto de los poderes del Estado, donde debemos subrayar la ausencia y el desconocimiento del grueso de los venezolanazos de los procedimientos de corte tecnológico que rigen este proceso en sus diferentes fases. Por lo tanto se debería en procura de fortalecer la vigilancia y control de la institucionalidad democrática en el poder electoral, desplegar una amplia consulta entre los diversos actores políticos y en especial los sectores de la sociedad para construir consensos sobre los criterios orientadores que tendremos a mano en este álgido punto. En el año 2.010 de cara a las elecciones legislativas, lo alerto con antelación. La Asociación Civil, Ojo Electoral quien en un  detallado análisis evidencio la  ilegal modificación, entre otras cosas insistió en lo siguiente. “Con las circunscripciones decididas por el CNE se materializa un cambio en el sistema político venezolano que es consecuencia de la promulgación en agosto pasado de la LOPE... Del sistema definido en la constitución que debe garantizar “… el principio de la personalización del sufragio y la representación proporcional”, con la LOPE se salta a un sistema cuasi mayoritario. Esta aunque sea relativa, quedará sobre representada…con más diputados que la proporción de votos obtenida y las minorías subrepresentadas. Ojo Electoral denunció en su momento que esa ley violenta el principio de la proporcionalidad consagrado en varios artículos de la constitución (63, 162, 186, 293). Con la aplicación de las alteraciones a esa nueva ley se introdujo un nuevo sistema electoral que vulnera el principio constitucional de la representación proporcional. Con las circunscripciones aprobadas por el CNE y las elecciones parlamentarias de septiembre se sello ese fraudulento cambio, repetido después para la jurisdicciones municipales, y ratificado en presidenciales de abril, hoy con el conocimiento solo del equipo designado por la (MUD), la mayoría corre el riesgo de cohonestar de nuevo el torcer el acto del sufragio, se hace necesario  la exigencia firme de un cronograma electoral, que conozca el país. Y no un nuevo atavío electoral que todavía de le hacen parches a lo largo y ancho de nuestras regiones, que resultara finalmente en una camisa de fuerza, y todo esto frente a la mirada cómplice de dos o tres burócratas que sostienen las cúpulas partidistas en el CNE

La posibilidad de que el gobierno a través de los tribunales especialmente el TSJ, La Contraloría y el CNE sorprendan con más obstáculos y hagan nugatoria la voluntad participatoria, cuadra con la visión estratégica del chavismo de dislocar al “Enemigo” introduciendo elementos de sorpresa, por eso es necesario prever una vías alternas a las oficiales y las oficiosas  en la participación electoral.

Asociado esto al nulo entusiasmo que ha despertado la escogencia en las sombras de los candidatos de la (MUD), a los comicios legislativos que estimula la inclinación abstencionista, que aún tiene muchos seguidores. Debe exigirse con seriedad, firmeza y consistencia sobre elementos que moderen el ventajismo de el chavismo especialmente en el CNE, frente al que hay que hacer las reclamaciones precisas que permitan reducir la desconfianza de los ciudadanos, sino es así, la suspicacia en el árbitro electoral se estimulará. Será ineludible que los candidatos que nos representen puedan tener vínculos históricos, compromisos y arraigos  con sus comunidades y su escogencia sea un esfuerzo abiertamente popular, para que puedan dotados de esa legitimidad hacer un categórico y penetrante esfuerzo que consienta, en enviar un mensaje que rescate esa franja de los llamado indecisos, los que a esta fecha no ha logrado entusiasmar la (MUD), enredados en su fragilidad conceptual dan palos a ciegas, mucha angustia por actual sin saber como. Hay que dotarse de un equipo balanceado que represente al mayor espectro posible de venezolanos, así como la articulación de esas acciones y proponérselas a ese sector mayoritario que no aceptan su adscripción a la gestión política de la (MUD), ni del (PSUV).

Por eso es forzoso el decidido acompañamiento de este proceso en intensas jornadas de reflexión, participación y activismo que debe ir de la mano con todos los vecinos de nuestras comunidades con la acentuación en los sectores preteridos, los más débiles, la apuesta debe ser que nuestros  candidatos “democráticos” afinen en el corto y mediano plazo una clara elaboración programática y doctrinal. Siempre muy atentos a los nuevos descaminados intentos de saltos al vacío, (una constituyente ya). Hemos elaborado en el país dos docenas de maravillosas constituciones, profusos códigos éticos, que han concluido siendo mamotretos que acaban satisfaciendo vanidades de turno, que han frustrado sueños y voluntades de exigencias de cambios. Uno de los fines de un nuevo liderazgo debe ser la promoción de una alianza nacional, que interprete el nuevo espacio épocal, una confección de esa monta no es tarea para delegados de roídas burocracias, ni miembros de comisiones ad hoc, ni equipos de activismos voluntaristas, ni de supuestas experiencias sobre políticas-públicas, con imprecisas formulaciones y ocasionales encuentros, ni de círculos de cumbres teatrales con el pretendido tinte académico o desteñidos eventos de los partidos que no pasan de ser remakes con la finalidad de  televisarlos, le toca  a este liderazgo en avance como labor inaplazable invitar rigurosamente a los venezolanos todos para escucharlos en forma continuada sistemática, hasta lograr presentar los mas profundos sólidos y comprensibles documentos de un realizable marco de lo que aspiramos como proyecto nacional, por supuesto con los necesarios tributos de las teorización de las corrientes de pensamiento universal de la sociología, la historia, las ciencias políticas, de la teología, la ciencias duras, de elaboraciones como el pensamiento complejo y demás, capitulo aparte que no admite simplificaciones es la cohabitación con la nueva autoridad simbólica que son los medios, la punta de iceberg de los estados y corporaciones industriales y militares. Debe quedar claro que nadie tiene el poder absoluto para cambiar todo un entramado social o para impedirlos en forma categórica. Las transformaciones, los avances en la calidad de vida, las mutaciones son procesos complejos, largos, muy arduos. Cada quien aporta su grano de arena al respecto. Quienes abrazan el rol de políticos tienen, sin duda, un privilegio especial: su accionar influye de un modo más profundo que otros en ese proceso. Por eso hay que tener muy claro los principios éticos con los que deben manejarse. Más allá de la imperiosa necesidad de trabajar para asegurar la propia subsistencia, (Sobre este tema volveremos luego),  la disyuntiva que se plantea es: ¿Nos batiremos para escoger nuestros candidatos en una elección amplia y democratica, o aceptamos los mecanismos que proponen los otros?

Hay que rescatar el accionar político por la vía del ejemplo del ejercicio pleno de sus ciudadanos, y del coraje civil ya que nos encontramos en medio de una tragedia, en un proceso incivil y de aniquilación de la Institucionalidad Republicana y de la conciencia ciudadana.

¿Acaso no es el momento amigos, de analizar las claves y procesos de configuración histórica cultural y política de Venezuela?

“Pasa el tiempo y el segundero avanza decapitando esperanzas”


Pedro R. Garcia M.
pgpgarcia5@gmail.com
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miércoles, 15 de abril de 2015

PEDRO R. GARCÍA M., SOBRE POSTULANTES, CANDIDATOS Y PRIMARIAS…

Josemaría Monforte Revuelta, es sacerdote, Doctor en Sagrada Teología por la Universidad de Navarra y en su libro Conocer la Biblia Ediciones Vértice 1997 Madrid, su el inicio nos relata una anécdota de un sacerdote que viajaba en tren desde la ciudad donde residía hasta un pueblo cercano, desconocido entonces para él, para dar una conferencia sobre la Biblia. Cuando llegó, en la estación no había nadie a quien preguntar, pero cerca observó a un grupo de niños jugando al futbol en un descampado próximo.  Se acerco a ellos en busca de información. “perdonad que os interrumpa le dijo, ¿alguno me podría indicar cómo se va desde aquí al Ayuntamiento?”.  En seguida se acercaron todos rodeándole y uno más espabilado, balón en mano, inicia con el sacerdote este dialogo:

Oiga padre, ¿qué se le ha perdido en el Ayuntamiento?
Tengo que dar allí una conferencia, responde el cura, pasando por alto la impertinencia del chico y… ¿de que les vas a hablar?
Pues mira… le contesta el divertido sacerdote  les voy a hablar cómo se va al cielo. El asombro se dibuja en la cara del niño y le suelta espontáneo. Les va a hablar de cómo ir al cielo… ¡y no sabe cómo se va al Ayuntamiento!
Ubicando algunas pistas…
Leí con desánimo parte de una entrevista en un medio digital Prodavinci para más señas, a un candidato a Diputado, incubado en claustro materno de la (MUD-MID) y postulado por el Circuito 4, que congrega las Parroquias Santa Rosalía, El Valle y Coche del Municipio Bolivariano Libertador, revelando en la misma que aparte de carecer de otros prerrequisitos, que legitimen su aspiración, exhibió un infatuamiento que revela el eruditismo de piernas cortas que prima en algunos sectores de nuestra sociedad, solo se le escapó para mostrar su comprensión sobre las particularidades de esos preteridos espacios urbanos, la recordada popular expresión, “la  bendición para la tía de mi tío en el barrio el 70, y que me traigan a Foster, y como piscolabis acotó, en el Pendrive, tengo ya algunas leyes, inferimos  que discutidas a fondo en el Ȧgora de PJ, y su frontispicio la (MUD-MID).
Intentar en este decisivo y complejo momento hacer elaboraciones y análisis críticos es difícil, primero partiendo de la premisa de que la capacidad analítica no es cosa de exhibir extensivos niveles académicos ni de impersonales Posdoctorados, ni de revelada inteligencia, ni ostentar una compendiada erudición, ni gozar de doble paladar para la valoración de los eventos frecuentes en la cada vez mas ambigua sociedad, en sus oscuros entornos, ni tener la certeza de las necesarias reformulaciones particulares, regionales  y planetarias. Corremos el riesgo de que nos suceda como el astrónomo invidente, que en sus fantásticas alucinaciones creía descubrir nuevas constelaciones en las oscuridades engañosas de su propia ceguera.
Indagar no es solo aplicar categorías tradicionales, históricas,  económicas, sociológicas o metodológicas a partir de un excedido conocimiento en el que eventualmente podríamos afirmarnos, el quiz es definir, examinar, profundizar, reconciliar y con harta imperturbabilidad antes de atreverse a formular alguna precisión.
“Es difícil que esto ocurra mientras prevalezca la arrogante insularidad intelectual de la elite que actualmente rige de manera férrea y miope las investigaciones económicas”. (The Journal of Economic Perspectives).
“El análisis erudito jamás pondrá fin a los violentos conflictos políticos causados por la desigualdad”. (Tomado del libro El Capital de Thomas Pikety). La investigación ejemplo en filosofía polٕítica es y será siempre frágil e imperfecta; no tiene la pretensión de transformar la economía, la sociología ni la historia ni las ciencias exactas, sino establecer con serenidad hechos y precisiones, e indagar con frialdad los mecanismos económicos, sociales, políticos, que sean capaces de dar cuenta de que estos puedan gestionar que el debate democrático esté mejor informado y se concentre en las preguntas y respuestas correctas; además se obliga a contribuir a redefinir siempre los términos de la disputa, revelar las certezas imitadas y las imposturas, imputar y debatirlo todo siempre. Éste es el rol corresponde, desempeñar a los intelectuales, y, igual esfuerzo se obligan los investigadores ciudadanos como todos, pero esencialmente a ellos que tienen la suerte de disponer del instrumental metodológico para dedicarse al estudio paciente e inflexible de estos contenidos, al mismo tiempo las comunidades vienen observando con estupor como se han ido cupularmente seleccionando los candidatos, y pareciera que uno de los prerrequisitos es que no sea de la jurisdicción, y que logre cancelar su membresía a la (MUD) y ostente abultadas “credenciales académicas”, (ya lo había advertido en su poemario Barco de Piedra, el poeta del pueblo Andrés Eloy Blanco en estos cuatro versos “Pendejo con palmas académicas, /ni le matas el hambre a nadie, /ni le quitas a nadie el frío, /ni le amparas a nadie el sueño”), para contender de nuevo en las elecciones parlamentarias, mientras todos los indicadores revelan que frente al dilema que atraviesa el país por la sofocante crisis económica  no ha impedido, que el chavismo tenga un plan avanzado, con el precipitado con  tramposo nombramiento y  jura de la Fiscal, Contralor, Magistrados del alto Tribunal y Rectores del CNE,  anticiparon su agenda de cara al evento comicial, y ahora fuerzan con la recolección de firmas darle otra vuelta de tuerca al chavismo clientelar, (cuando la masa no daba pa’ bollo, Obama con su desorientada orden ejecutiva leudó al chavismo),  y así por la vía de la coerción garantizar una asistencia razonable en los comicios, mientras con estupor advertimos lo que se revela en la oposición es el decisionismo voluntarista y engañoso de cuello corto, en las circunstancias excepcionales por las que atravesamos no puede desafiarse estas elecciones como un acontecimiento electoral usual consciente de fuerzas políticas dirimiendo en elecciones libres quien obtiene la mayoría, con respeto de la minoría, ese escenario está descartado dado todo el recorrido del régimen en los últimos meses, con la suma del impacto  profundo de la gravedad de la crisis y el manejo que raya en lo desatinado del Presidente que hemos presenciado de calado continental, por eso  necesario es girar el cuello, y trazarse réplicas para estos supuestos, ya que en el país la percepción difundida y reafirmada por los ciudadanos en general  es que el Comando político de la (MUD), de cara al decisivo de este sospechado evento electoral, es que no ha definido con claridad, cuales son sus objetivos tácticos, que sirvan de cuadrante para sortear este delicado tramo, (por cierto se ha venido exponenciando en los mandos políticos de gobierno y oposición la fatal premisa endogámica como antiguo retrato de las formas patrimoniales de dominación, comunes en América Latina y otras latitudes, capaces de reproducirse tanto a nivel , regional como nacional, como tal, el nepotismo se ha convertido en el principio organizador del hecho político en el país. Son los atributos de un orden político que el sociólogo Juan Linz llamó “sultanismo”. Con el Imperio Otomano como metáfora y Max Weber como inspiración, esa noción describe un sistema de dominación donde el límite entre lo público y lo privado es tan esponjoso que ambas esferas se fusionan. El sultán administra la cosa pública igual como gestiona su hacienda…o su concesionaria y demás. El Estado es la extensión de los dominios del sultán, de sus activos, el activismo democrático se debilita hasta esfumarse. La autoridad es personalista, se hace dinástica, cuasi monárquica, solo que no es una monarquía constitucional sino absolutista. Y no vengan después a recurrir a la categoría de engañados inconcientes; o que fue lo que le aconsejaron los que Nietzsche llamaba “Bildungsphilister o Zafios Doctos, ignorantes que se escudan en los títulos académicos pero carecen de erudición verdadera por su falta de curiosidad y su estrechura de miras, y en el caso nuestro por su desconexión con las comunidades”. Por cierto el aspirante be su reflección economicista soltó una verdad del tamaño de la Catedral de Santa Sofía, al sentenciar “Al final, las decisiones económicas las toman los políticos”
Aporte para el debate…
Sin pretensiones apodícticas, deberíamos aprovechar para darle abordaje a una discusión de una nueva relación Estado y Sociedad.  Si tuviéramos que elegir algunos términos para identificar al Estado y a la Sociedad seleccionaríamos seguramente Poder y Necesidades, respectivamente. El Estado es una creación cultural y, como tal, cambiante según los tiempos y las circunstancias, mientras que la Sociedad es una entidad natural. Por tanto, se trata de que la Sociedad tenga un Estado y no que el Estado tenga una Sociedad.
En Venezuela, los resultados de los ingresos petroleros han  sido repartidos para sorpresa de sus ciudadanos en forma injusta e inequitativa para con la gran mayoría de la población, generándose graves distorsiones socio-económicas, tales como: El Estado endeudado por encima de la capacidad de producción nacional; devaluación e inflación crónicas y astronómicas desde, por lo menos, 1990; cuantiosos capitales venezolanos fuera del país que operan como centrífuga económica y alimento continuo de la inflación; más de la mitad de la población en zonas marginales o  barrios; impuestos al consumo cuantitativamente injustos y regresivos; grave falta de inversión nacional e internacional; acumulación de capital individual y concentración de la riqueza; un dualismo social acentuado. 
Por ello, la democracia venezolana del siglo XXI requiere asentarse sobre una nueva relación Estado-Sociedad con una firme base ético-social. La experiencia demuestra que  ni la antinomia entre ambos, ni su separación, ni la absorción o manipulación de la Sociedad por el Estado, ni la conversión de aquélla en éste pueden realmente servir para lograr el desarrollo humano integral de las personas y de los grupos sociales.
Se trata, por tanto, de deliberar sobre los principios y criterios posibles para una nueva relación Estado-Sociedad; los efectos que ésta debería tener sobre el sistema político y socioeconómico, y las formas de organización que permitan articular esa relación en beneficio de todas las personas mediante el logro de grandes objetivos en el orden social, político y económico: una nivelación de las diferencias de propiedad, educación y poder; la estabilidad política mediante el ejercicio serio de comprometernos todos en un modelo de democracia participativa, y un apuesta por el crecimiento y desarrollo económicos, privado y público, con equidad y solidaridad.
Surgirá entonces la necesidad de organizar y ejercer el Poder para satisfacer las Necesidades de la Sociedad. Esto sólo puede lograrse si el Estado y la Sociedad comparten el Poder en términos de asociación con lo cual, sin perjuicio de la direccionalidad política que emane de la soberanía popular, habría que abrir espacio suficiente a los elementos técnicos, institucionales y ético-sociales.
Desde este punto de vista, el principio básico sería que el Estado pueda  “someterse” a la presión popular para determinar y satisfacer la demanda de necesidades y oportunidades de todos, particularmente de quienes menos tienen. Para ello, es preciso relacionar sistémicamente los elementos sociales, económicos y políticos mediante un rediseño orgánico y funcional del Poder Legislativo y de la Administración Pública a fin de que la formación de políticas públicas para la solución efectiva de problemas concretos de desarrollo a nivel nacional, estadal y municipal sea el resultado de compartir el Gobierno con la Sociedad (personas-comunidades-sociedades civiles, organizaciones-cuerpos intermedios, y demás.), mediante relaciones institucionales de concurso (activo, concertado y sujeto a normas y procedimientos), mediando un alto sentido y contenido éticos. Así, para la regulación de aspectos socio-económicos, habría una participación–representativa y una representación–participativa de toda la población.
Lógicamente, todo esto debe transitar por un cambio de la estructura y praxis políticas para disminuir el presidencialismo y el centralismo; evitar que el estatismo, se convierta en una dictadura socio-económica; prohibir la delegación legislativa (casos excepcionalísimos), para que la Sociedad asuma sus responsabilidades deliberantes; fortalecer la descentralización y conectar reglamentariamente a los electores con los elegidos  exigiéndoles transparencia y rendición de cuentas. 
Estos cambios son necesarios y urgentes para evitar las desigualdades de acceso, de oportunidades y de puntos de partida existentes y crear así un futuro socio-político-económico democrático, equitativo y solidario.
En conclusión, en Venezuela los venezolanos debemos colocarnos por encima de todo en una Alianza Superior, entonces la oposición y el gobierno, los intelectuales, los grupos de presión e importantes medios como este, deberían recordar que la histórica incapacidad de los partidos y de los grupos políticos para entenderse y llegar a acuerdos que ha sido siempre la causa del estancamiento y regresión políticas que ha tenido Venezuela en su historia. (Recuérdense, por ejemplo, las crisis de 1846, 1858, 1892, 1898,1900, 1945, 1998).

       “No es fácil mostrar a nuestros semejantes el camino”.

Pedro R. Garcia M.
pgpgarcia5@gmail.com
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domingo, 29 de marzo de 2015

PEDRO R. GARCÍA M., ¿ES LA TRANSICIÓN, LA CONVOCATORIA A UN PROCESO CONSTITUYENTE, O LAS ELECCIONES PARLAMENTARIAS LA RUTA CONVENIENTE?, PUNTO DE QUIEBRE

Grupos de la oposición venezolana el pasado 11 de febrero colocaron en el tablero una oferta titulada “ Acuerdo Nacional para la Transición”. Ya había sido promovida cuando aventuraron en el pasado con las fracasadas e irresponsables iniciativas de “La Salida”, una “Asamblea Nacional Constituyente” y de un “Congreso Ciudadano” como opciones frente al gobierno autoritario y extendidamente ineficaz y corrupto de Maduro. (El comentario es del analista, José Rafaél López Padrino 08/03/15, (distante de sospechas de dobleces, ni de requiebros frente a grupos de intereses) y continua: “El pliego encarna una iniciativa política intolerante y excluyente frente a una coyuntura política que demanda una conducta firme y transparente. El contenido de dicho documento está yeno de galimatías e imprecisiones sobre los contenidos de una supuesta transición. Históricamente estos eventos se han dado de dos maneras impuestos o negociados. Los impuestos implican la participación obligatoria de la Fuerza Armada, mientras que las transiciones negociadas responden a un dialogo “coercitivo” por las incidencias políticas entre el gobierno y la oposición. Los pretendientes de este arreglo patriota replican en el la misma trama de “La Salida” al no revelar como se alcanzaría la referida transición. La que concluyó por cierto siendo una triste trampa donde decenas de venezolanos fueron atropellados  por los aparatos represivos del régimen y sus catervas, los  llamados colectivos, centenas de detenidos, atormentados y sometidos a falseados sumarios contenciosos a manos de magistrados quebrados en su dignidad.

En su sano juicio nadie puede negar la gravedad de la crisis económico-social, que sofoca a la República, con sus secuelas de corrupción gubernamental, y, privada, de la escasez de alimentos y medicinas, de la ruina del aparato productivo nacional, pero pensar que el Presidente Maduro y su cáfila de iluminados va a renunciar al poder solo porque un sector de inadvertidos ciudadanos se lo exija es una estrategia que no da pie con bola, presuntuosa y fuera de contexto.


No más atajos inciertos, como el salto al vacío de 11 de abril 2002, no más peroratas elites sin contenido social. Basta de las retóricas que establecen imaginarias esperanzas y que constantemente acaban en cruentos naufragios sociales”.

En días recientes una de las jefes del sector de solicitantes de la renuncia al Presidente trata de explicarlo. No el camino nuestro es el de la Constitución. El primer paso es una consigna que pronto será nacional: Nicolás Maduro tiene que renunciar. En la Constitución hay un mecanismo expedito, que es el de la renuncia. El artículo 233 es muy claro quien asume a continuación, en este caso, es el Vicepresidente. No Diosdado Cabello. O uno previamente acordado. Encargado de llevar adelante un proceso de transición, tomar algunas decisiones, y llevar al país a unas nuevas elecciones. Hay gente que te dice: “gran cosa, la renuncia es voluntaria, pero si Maduro ni quiere renunciar, no lo hará”. La renuncia es voluntaria, pero impuesta por las circunstancias.

Al inquirídsele sobre como le parece el proceso de primarias producto de los oscuros y tradicionales acuerdos de la (MUD). Señaló el país ha cambiado mucho, debemos entenderlo. La gente quiere ser tomada en cuenta, defender las realidades de sus regiones. La celebración de primarias generales le otorga enorme legitimidad a los candidatos, es movilizador, empodera al ciudadano y los vacuna de atajos o terceras vías. Como fuerzas democráticas, tenemos que ser coherentes. Nadie va a entender ver a los partidos de la Mesa repartiéndose de cargos.

"Después recogimos estas notas aparecidas en su Twitter: “Henrique, lamento que nunca hablaste conmigo sobre la Transición. Recuerda que Antonio está preso y que más 100.000 ciudadanos firmaron".

Luego esquivando velar el pleito, la exdiputada acotó que "El Acuerdo para la Transición está siendo discutido y enriquecido con ciudadanos en todo el país. A la orden para hacerlo contigo, Capriles".

Igualmente recogimos de este novel dirigente que intenta abrirse paso, en las procelosas aguas de la oposición, Roderick Navarro: La única defensa que le queda al régimen es la (MUD), y seguidamente añadió, estos son los actores que te quieren sólo como voto y esperan que en otro nuevo teatro de falsos comicios, puedan seguir perpetuándose como el sostén de la dictadura, esta nueva especie muy caribeña de partido único Psuv-Mud se ha valido del vocablo “democracia” para instaurar un régimen autocrático con fachada institucional. 

En pocas palabras, el significado “democracia” jamás  llegará a coronarse en su significante, es decir, jamás se concretará en la realidad como una forma de gobierno plural y libertario.

Y para cerrar esta  larga lista de opiniones que tensionan al país en la oposición venezolana lo haremos con la visita al diario Versión Final, de Claudio Fermín destacado dirigente político quien se mostró en desacuerdo con el proceso que se plantea llevar previo a las parlamentarias: “no me cansaré de recorrer el país, y por eso estoy en Maracaibo; porque protesto por el riesgo que se corre al desperdiciar una oportunidad de cambio”.También hizo referencia al arreglo privado que han hecho tres partidos: Acción Democrática (AD), Primero Justicia (PJ) y Un Nuevo Tiempo (UNT). “Este arreglo a lo que ellos llaman consenso no motiva a nadie, solo logra provocar una apatía extendida que condena la posibilidad de un cambio. Habrán candidatos impuestos, importados y los que no están familiarizados con la comunidad sino con las lealtades con quienes hacen el arreglo”.

Ubicando algunas pistas…

Así que ¡cuidado! ¡Mucho cuidado! con esos poco claros arreglos tras cortinas. “Ha llegado la hora en que la oposición debe jugarse el pellejo en una apuesta esencial y definitiva en una alerta radical sobre la indefensión de la soberanía, la corrupción, la impunidad y la ausencia del Estado de derecho, en dos platos la crisis institucional que nos sofoca. Eso implicara una propuesta doctrinal y programática para transformar a Venezuela y transformarse a sí misma. El problema es saber si este llamado lo precederá un acuerdo que cohesione al grueso del país y si el “liderazgo democrático alternativo” como se autodenominan tiene el alma  que  esta tarea exige”.

Pero continua difundida en algunos sectores en el país, la idea de insistir en  promover la renuncia del Presidente Nicolás Maduro Moros, o convocar una jornada constituyente, que podríamos considerar “premoderna”, concepción según la cual el soberano es aquel que, saltando por encima de las leyes del Estado como el viejo Dios lo hacia por encima de los códigos de la naturaleza para hacer milagros, según decía Carl Schmitt, responde a una situación histórica inédita, con una decisión excepcional que, aunque sea extrajurídica, se produce para salvaguardar el derecho amenazado por esa contingencia extrema señalémoslo claramente: el fin justifica los medios). La autoridad del soberano se reserva en exclusiva decidir cuándo la situación es tan excepcional que exige esa intervención, y también, por supuesto, la de considerar qué medidas hay que tomar en ella para ejercer esa salvaguarda del derecho. Adolf Hitler, en la “noche de los cuchillos largos”, hizo caso omiso del “marco constitucional”

Esto lo señala, Carl Schmitt, lo que hizo Adolf Hitler en 1934, entre otras circunstancias en la conocida como “noche de los cuchillos largos”, cuando las fuerzas de las SS asesinaron a todos los miembros de su partido que se oponían a sus planes, erigiéndose en autoridad judicial suprema del pueblo alemán, es decir, saltándose a la torera las leyes vigentes y el “marco constitucional”. 

Dejando de lado las conocidas consecuencias que para Alemania tuvo esta decisión del Führer, si cabe llamar “premoderna” a esta idea de la soberanía es, ante todo, por razones jurídicas. Una decisión de este tipo (o sea, al margen de la ley) solo puede tomarse “en nombre del pueblo” y, por tanto, considerando que el pueblo, en tanto que soberano prejurídico sobre cuya voluntad se sostiene la Constitución, tiene “derecho” (derecho natural, se entiende) a suspenderla cuando así lo aconseje la gravedad de la situación, y a hacerlo a través de su “líder natural” que, al afirmarse como juez supremo por encima de los tribunales y de la Asamblea Nacional, muele la separación de poderes y concentra en su persona “el ejercicio ilimitado, incompartible y exclusivo del poder público”. 

Por el contrario, lo que distingue a la noción moderna de soberanía de esta que acabamos de evocar, añeja y preñada de perversidad, es algo que muchos tuvimos el agrado o desagrado de escucharles decir en el debate constituyente (1999) a revolucionarios constituyentitas, y a compiscuos republicanos defensores de la  democracia representativa, a políticos de oficio del viejo aparato que en una imbecilidad cómplice salieron a renegar su condición de tales y medrosos huyendo hacia adelante inscribían sus opciones por iniciativa propia, avergonzados de su militancia en las quebrantadas divisas en las que alcanzaron prestigio y ventajas, y que se avejentaron producto de su errática conducción, (hoy baladronean y amenazan como redivivos avatares volver a la Asamblea Nacional) a tejer con petulancia y sabiduría un nuevo corpus constitucional. Y maculando su historia.  

El Supremo Tribunal por vía de quien ejercía su representación en un acto de cobardía absurda capituló y afincados en asesores eufemísticamente bautizados “constitucionalistas” especialmente corrientes especialmente del pensamiento español asesora a quines hoy detentan el poder. El pueblo (con todos sus “derechos naturales” a la autodeterminación)  precede a la Constitución, y no puede por tanto suspenderla la voluntad  de caudillos naturales. Todas las Constituciones democráticas de nuestros días incluyen alguna legislación a propósito del “estado de excepción”, pero en ninguna de ellas esta la expresión que designa la total abolición del derecho y el retorno al estado de naturaleza, que es lo que significa en su acepción primitiva.

Esto mismo es lo que el propio Carl Schmitt reconocía en tiempos menos convulsos (1956), cuando señalaba que, en la modernidad, la soberanía es un atributo del Estado y ni siquiera merece la pena apellidar “moderno” a este Estado, porque en rigor no hay ninguna otra institución anterior o exterior que pueda llamarse así concebido, en palabras de Hobbes, como “imperio de la razón”. 

En consecuencia, el concepto moderno de política nace, en la Francia de la segunda mitad del XVI, para definir el tipo de garantía de la seguridad, la paz y el orden público que, mediante el derecho y la Constitución, se contrapone a las formas de dominio eclesiásticas y feudales (llamadas entonces “bárbaras”) que, con el inestimable apoyo de los teólogos y sus teorías de la “guerra justa” y su legitimación del asesinato de los monarcas, mantuvieron a Europa en guerra (entre católicos y protestantes) durante más de 100 años. La soberanía política remite así (a diferencia de la soberanía “inhumana”) al hecho de que ninguna autoridad “natural” (o, lo que a menudo es lo mismo, religiosa) puede estar por encima de aquella la del Estado que no remite a ninguna fundación prepolítica o suprapolítica, sino al pacto civil idealmente representado como pacto  social. 

Y solo en ese sentido puede hablarse de soberanía como “ámbito exclusivo de decisión”, es decir, como ámbito del que resultan excluidas esas otras “autoridades” pre o suprapolíticas que se sienten de vez en cuando justificadas (en el hoy) por una “misión histórica” para pisotear, en nombre de esa misión, el derecho al que dicen proteger. De esto es de lo que se trata en la soberanía moderna, y en ella la legitimidad se identifica con la legalidad. Como señalaba largamente Albert Camus, en política son los medios los que justifican el fin, ahora bien, obliga saber si, al sostener la hipótesis de que el concepto de soberanía ha sido “superado” por las “profundas mutaciones en la historia de la humanidad”, de sublevación unos derechos de los que ya disfrutamos desde 1961. Después de escuchar a diario las lamentaciones por la “falta de liderazgo”, empiezo a preguntarme si la “soberanía” que se declara en crisis no será la soberanía política moderna. 

Porque si así fuera, cosas tales como “el derecho a decidir”, y a hacerlo al margen del “marco constitucional” y en nombre de las “aspiraciones de una salida”, como las trompetas de la soberanía antigua, aunque estas  lleven ahora puesta la sordina posmoderna de las “defensa de la democracias” en “sociedades complejas”. Y todo ello resulta todavía más preocupante si tenemos en cuenta que, según el grueso de teóricos concluyen, que todavía no hemos inventado nada con lo que sustituir el Estado de derecho, que ya a Carl Schmitt le parecía en la década de 1920 una momia peligrosa y totalmente pasada de moda. 

Porque la idea  de algunos sectores en el país de abandonar un navío, aunque esté seriamente averiado, antes de tener otro medianamente seguro al que subirnos, simplemente para lanzarnos a las aguas turbulentas de una aventura sin límites sin un plan mínimo, sin un marco jurídico, solo resulta atractiva para los aventureros del pretorianismo, entusiastas del estado de la excepción.

  “El tiempo pasa y el segundero avanza decapitando esperanzas”

Pedro R. Garcia M.
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