BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
Mostrando entradas con la etiqueta MI VENEZUELA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta MI VENEZUELA. Mostrar todas las entradas

martes, 28 de octubre de 2014

ORLANDO VIERA-BLANCO, ESA NO ES MI VENEZUELA

"La Venezuela en que yo nací era esencialmente libre...Mi infancia y mi adolescencia transcurrieron sin miedos ni reservas, entre montañas, musica, playas y campos de béisbol..."

Por años he sido estudioso de nuestra cultura política y de nuestro comportamiento grupal. Crítico y amante a la vez de nuestras deficiencias y nuestras​ ​noblezas. He bendecido cada milímetro de nuestra humanidad, decencia y talento, y he bendecido por igual, nuestra capacidad para superar calamidades y atavismos. A nadie le quede la menor duda que saldremos de este laberinto, tanto en lo espiritual como en lo material, político y social. La pregunta no es con qué o con quién. Sobran. El tema es cómo y cuándo... Y la respuesta es: al tiempo de reconocer lo que somos, y sobre todo, lo que-no-somos, porque en mucho nos saboteamos a nosotros mismos.​

La Venezuela en que yo nací y me crié, era esencialmente libre. Mi infancia y mi adolescencia transcurrieron sin miedos ni reservas, entre montañas, playas, musica y campos de béisbol. Eso es Venezuela: clima y buena tierra. Nunca caminé con mirada sigilosa, atenuada o ansiosa, temeroso que algo malo podía suceder, por lo que abordar un autobús, comer un perraco en Plaza Venezuela o salir tarde de estudiar en cualquier zona de Caracas, era vivir viendo . El Ávila -de Petare a La Pastora- ha sido testigo de todos los avances y todos los retrocesos, por lo que en esencia los venezolanos somos como nuestra montaña madre: veedores heridos de una historia que sabremos sobrevivir. Cuántas cicatrices comporta este gran macedonio del olimpo caraqueño. Cuántos atentados incendiarios superados por la virtud de su inmensa vitalidad, su irreverente vegetación, su potente ecosistema y la superioridad de sus raíces ancestrales. Así somos. No sólo como la pasión libertaria de Bolívar; como el estilismo de Miranda o la sabiduría de Bello, sino como la tenacidad de Arichuna o Baruta, la contumacia de Catia o Conopoima; o la rebeldía de Tamanaco o Guaicaipuro. Va por nuestra sangre la gallardía de los Cumanagotos, los Quiriquires, Maiquetía o Mariches. Somos un matriarcado como lo registra la encomienda a Baruta, hijo de Guaicaipuro y Urquía, cuando su madre le dijo, al recibir el penacho de plumas..."Sean estas plumas rojas el símbolo de la sangre de tu padre y de tu pueblo derramadas por el invasor que viene a arrebatarnos nuestra tierra. Defiéndelas con honor". Y así vamos desde tiempos de indias, librando guerras triunfalmente, por lo que ésta es una más, donde hay que alertar, el adversario, somos nosotros mismos.

La Venezuela en la que yo crecí al extranjero se le invitaba a pasar adelante... No se tocaba la puerta para secuestrar a nadie, cargar con una vida u ofrecer sacrificios por venganza o hechicería. En la Venezuela que yo crecí, mi padre visitaba sus pacientes en los barrios y recorríamos el país parándonos en cualquier posada a medianoche, porque de pronto el viejo quería ver un cotejo de Betulio González, peleando contra un nipón a horario inverso... En la Venezuela que yo crecí, no había odio ni sed de venganza.

De pronto indiferencia y banalidad pero no diferencias suficientes para justificar ofensas, persecuciones y muertes. Porque esto de "patria, socialismo o muerte" no se corresponde con nuestro culto a la vida, a la libertad y por la fe. La patria para los venezolanos no consiste en un aguijón igualitario donde la cultura, lo social o la justicia sean utilizados como justificativos de la propia desviación cultural, social y de justicia, en el mar de la violencia (no de la felicidad). Para los venezolanos que hemos transitado todas las montoneras, las revoluciones son un instrumento vetusto, anacrónico, vegetativo y peligroso, que sabemos a lo que nos conduce y a lo que-no-nos conduce, porque es la negación de la paz, de la hermandad, de la belleza, de la alegría y de la vida. En la Venezuela que yo crecí un maestro o un magistrado no decían improperios, ni pública ni privadamente. No nos íbamos a las manos por defender al Che o a Fidel, y menos por un paquete de harina  pan. Se deseaban los buenos días, se trajeaba decentemente y había buena disposición a compartir mesa improvisadamente. En la Venezuela que yo crecí, la bondad de Billos era proporcional a la de sus guaracheros y la de su público; el amor de Frank Quintero por su San Agustín natal, se sentía en la "dama de la ciudad"; el sabor llanero de "Caballo viejo" era la representación de la sabiduría coplera del tío Simón; la Onda Nueva de Aldemaro era un de repente de un país moderno y cosmopolita, o la dulzura de María Teresa Chacín o la potencia de la bravía Soledad, bañaban nuestro linaje como lo hace el Churún Merú sobre la Amazonia, todo lo cual da fe de nuestro corazón indómito. Como diría el positivista, Hipólito Taine: "Somos tierra fecunda a la que vale la pena traer a los amigos ¡para compartir la cosecha!".

La Venezuela de hoy no es mi Venezuela, por lo cual es un accidente, un mal momento, cuyas reservas históricas sabrán acrisolar. Y los accidentes ocurren, pero también sanan y se superan, volviendo a ser, como siempre hemos sido: como Tamanaco, como Soledad, como mamá y papá... Falta poco y ahí nos volveremos a ver pronto, en el Ávila, de Petare rumbo a La Pastora... No nos agredamos más.

Oando Viera-Blanco
vierablanco@gmail.com    
@ovierablanco

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, DIARIO DE OPINIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

lunes, 6 de octubre de 2014

DAYANA CRISTINA DUZOGLOU LEDO, LA VENEZUELA DE ELLOS Y MI VENEZUELA, INSPIRADA EN “VUESTRO LÍBANO Y EL MÍO”, DE KHALIL GIBRAN

Dedicada a TODOS los venezolanos de bien que son la esencia bella de NUESTRA VENEZUELA.

LOS CEDROS DEL LIBANO
Ustedes tienen su Venezuela y yo tengo la mía. Su Venezuela es la Venezuela de la desunión, el odio, la muerte, la mentira  y la destrucción.

Mi Venezuela es la Venezuela majestuosa, con sus inmensos llanos, solemnes tepuyes,  celestiales playas, Andes mágicos.

Ustedes tienen su Venezuela de problemas y conflictos.

Yo tengo mi Venezuela con sus sueños y esperanzas. Ustedes están satisfechos con su Venezuela a la cual desangran,  tal como yo me lleno de alegría y satisfacción con la Venezuela  libre de mi visión, la que pronto seremos.

La Venezuela de Uds. es un enmarañado nudo político que los jóvenes luchan desatar.

Mi Venezuela tiene tres colores, amarillo, azul y rojo. Amarillo innumerable de riquezas materiales y humanas, azul de mar Caribe infinitos horizontes, rojo de la sangre de estudiantes e inocentes que se ha derramado en la gesta libertadora que se libra para recuperar nuestra democracia.

La Venezuela de Ustedes tiene los mismos colores, amarillo, de las riquezas que malversan y se roban quitándole a los más pobres el pan de la boca, azul de mares con horizontes que limitan nuestro futuro y rojo de la sangre de cientos de miles de venezolanos víctimas de la delincuencia que es quien gobierna la Venezuela mediocre que Uds. representan.
Ustedes, los de las manos manchadas de sangre. Mi Venezuela, la de las manos bondadosas, abiertas y solidarias que construyen y tratan de moldear la Venezuela merecida.

Ustedes solo tienen una Venezuela de riquezas valorables en monedas extranjeras.

Mi Venezuela tiene riquezas invalorables: El Salto Ángel, la música del eterno Simón Díaz, la voz de Venezuela de la valiente Soledad Bravo.
El Ávila reverente y fastuoso que se inclina hacia el cielo azul, siempre presente recordándonos que la paz y la grandeza es nuestro destino…
El Orinoco con su torrente de esperanzas que nunca se detiene…

La Venezuela de Ustedes es un conflicto internacional aún por resolver en donde deben siempre recordar que los delitos de lesa humanidad no prescriben.

Mi Venezuela es la Venezuela de la  infinita Fe de un pueblo que con devoción sale masivamente a adorar a la Divina Pastora y a la Virgen del Valle clamando por un país en donde haya fraternidad, sonrisas, progreso, todo aquello que fuimos antes de que llegaran “Ustedes”.

La Venezuela de Ustedes está llena de enemigos y adversarios imaginarios, están llenos de terror porque saben que Ustedes mismos terminarán liquidándose.

Mi Venezuela es la Venezuela Libertadora que no importa cuánto la humillen, ¡siempre se levanta!

La Venezuela de Ustedes es la que usa el nombre del Libertador para destruir y ultrajar (hasta sus propios restos sin respeto alguno).

Ustedes tienen una Venezuela angustiada y representan la Dictadura más feroz y cruel que hayamos tenido en los últimos cien años. La Venezuela que Ustedes representan, negocia el futuro de un pueblo noble por un plato de lentejas.

Mi Venezuela será siempre la Venezuela alegre, la del venezolano que tiene un chiste para toda situación, la que baila salsa y merengue y que tiene siempre una sonrisa aun ante la adversidad.
Mi Venezuela es una reunión y una tertulia en torno al hogar en las noches de tempestad, cuando la oscuridad se mitiga con la pureza del clima perfecto que nos obsequió Dios.

Mi Venezuela siempre será la Venezuela de Andrés Eloy Blanco, de Jesús Soto, Cruz Diez, Rómulo Betancourt, Renny Ottolina y la Venezuela grande de los maestros que día a día educan a nuestros niños, que ya hechos jóvenes hoy dan el ejemplo de lucha más sagrado y valiente que ya ¡retumba en Latinoamérica y el mundo!

La Venezuela de Ustedes es una Venezuela de animadversión, es una simple mueca, donde les molesta las expresiones de libertad, mientras Uds. bailan al son cubano de unos tiranos que solo han dejado a su paso desventura y catástrofe.

Mi Venezuela,  es la de Leopoldo López que valientemente y sin egoísmos sacrifica su bienestar personal por tratar de retomar el hilo Constitucional y construir una Venezuela para todos.

Mi Venezuela es la de María Corina Machado una valiente mujer venezolana que representa a todas las mujeres guerreras, honestas e inteligentes que tiene mi Venezuela.

Mi Venezuela es la del General Antonio Rivero que ofreció su libertad por rescatar a Simonovis. Mi Venezuela es la del General Ángel Vivas el “General de 7 estrellas” que resiste desde su casa a ser arrestado por esbirros cubanos que son los que  realmente dirigen la desgraciada Venezuela en la que Ustedes son unos hambrientos títeres.

Mi Venezuela, la de la Señora que repartía torta a los estudiantes en la Plaza Altamira, la de las madres que cocinaban arroz con pollo para alimentar a los jóvenes que arriesgaban su libertad…

Mi Venezuela es la de los HÉROES estudiantes que prefieren perder su vida para poder tener un futuro de progreso antes que arrodillarse a vivir de las migajas de unos tiranos.

La Venezuela de Ustedes es la que irrumpió la democracia con golpes de Estado, la de los verdaderos magnicidas, la que nos ha llevado a la barbarie y no nos deja entrar al Siglo XXI. Es la Venezuela de los Guardias Nacionales que torturan, que humillan y que cumplen las órdenes de los Castro.

Mi Venezuela es la que no se resigna y la que definitivamente se impondrá ante tanta maldad y engaño.

MI VENEZUELA es aquella a la que amo inmensamente, la que TU amas infinitamente, donde viven nuestros  más bellos recuerdos de juventud y niñez,  la que nos pertenece  y por la cual ¡tenemos que luchar sin descanso!

La de Venezuela ELLOS, es una Venezuela que dejará de existir si NOSOTROS los de la Venezuela inmensa seguimos luchando, estudiando, construyéndola como nos la imaginamos pero sobretodo ¡respetándola siempre!

¡Bendito sea nuestro increíble pedacito de Paraíso que tenemos por
País!

¡MI VENEZUELA, NUESTRA VENEZUELA VALE LA PENA!

¡No la dejes morir!

“Porque qué le entregarás a tus hijos cuando crezcan, jamás te lo perdonarán” Franco De Vita.

Dayana Cristina Duzoglou Ledo
dduzoglou@gmail.com
@dduzoglou

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

miércoles, 4 de junio de 2014

DAYANA CRISTINA DUZOGLOU: “LA VENEZUELA DE “ELLOS” Y MI VENEZUELA”

Ustedes tienen su Venezuela y yo tengo la mía. Su Venezuela es la Venezuela de la desunión, el odio, la muerte, la mentira y la destrucción.
Mi Venezuela es la Venezuela majestuosa, con sus inmensos llanos, solemnes tepuyes, celestiales playas, Andes mágicos.
Ustedes tienen su Venezuela de problemas y conflictos.
Yo tengo mi Venezuela con sus sueños y esperanzas. Ustedes están satisfechos con su Venezuela a la cual desangran, tal como yo me lleno de alegría y satisfacción con la Venezuela libre de mi visión, la que pronto seremos.
La Venezuela de Uds. es un enmarañado nudo político que los jóvenes luchan por desatar.
Mi Venezuela tiene tres colores, amarillo, azul y rojo. Amarillo innumerable de riquezas materiales y humanas, azul de mar Caribe infinitos horizontes, rojo de la sangre de estudiantes e inocentes que se ha derramado en la gesta libertadora que se libra para recuperar nuestra democracia.
La Venezuela de Ustedes tiene los mismos colores, amarillo, de las riquezas que malversan y se roban quitándole a los más pobres el pan de la boca, azul de mares con horizontes que limitan nuestro futuro y rojo de la sangre de cientos de miles de venezolanos víctimas de la delincuencia que es quien gobierna la Venezuela mediocre que Uds. representan. Ustedes, los de las manos manchadas de sangre. Mi Venezuela, la de las manos bondadosas, abiertas y solidarias que construyen y tratan de moldear la Venezuela merecida.
Ustedes solo tienen una Venezuela de riquezas valorables en monedas extranjeras.
Mi Venezuela tiene riquezas invalorables: El Salto Ángel, la música del eterno Simón Díaz, la voz de Venezuela de la valiente Soledad Bravo.
El Ávila reverente y fastuoso que se inclina hacia el cielo azul, siempre presente recordándonos que la paz y la grandeza es nuestro destino…
El Orinoco con su torrente de esperanzas que nunca se detiene…
La Venezuela de Ustedes es un conflicto internacional aún por resolver en donde deben siempre recordar que los delitos de lesa humanidad no prescriben.
Mi Venezuela es la Venezuela de la infinita Fe de un pueblo que con devoción sale masivamente a adorar a la Divina Pastora y a la Virgen del Valle clamando por un país en donde haya fraternidad, sonrisas, progreso, todo aquello que fuimos antes de que llegaran “Ustedes”.
La Venezuela de Ustedes está llena de enemigos y adversarios imaginarios, están llenos de terror porque saben que Ustedes mismos terminarán liquidándose.
Mi Venezuela es la Venezuela Libertadora que no importa cuánto la humillen, ¡siempre se levanta!
La Venezuela de Ustedes es la que usa el nombre del Libertador para destruir y ultrajar (hasta sus propios restos sin respeto alguno).
Ustedes tienen una Venezuela angustiada y representan la Dictadura más feroz y cruel que hayamos tenido en los últimos cien años. La Venezuela que Ustedes representan, negocia el futuro de un pueblo noble por un plato de lentejas.
Mi Venezuela será siempre la Venezuela alegre, la del venezolano que tiene un chiste para toda situación, la que baila salsa y merengue y que tiene siempre una sonrisa aun ante la adversidad.
Mi Venezuela es una reunión y una tertulia en torno al hogar en las noches de tempestad, cuando la oscuridad se mitiga con la pureza del clima perfecto que nos obsequió Dios
Mi Venezuela siempre será la Venezuela de Andrés Eloy Blanco, de Jesús Soto, Cruz Diez, Rómulo Betancourt, Renny Ottolina y la Venezuela grande de los maestros que día a día educan a nuestros niños, que ya hechos jóvenes hoy dan el ejemplo de lucha más sagrado y valiente que ya ¡retumba en Latinoamérica y el mundo!
La Venezuela de Ustedes es una Venezuela de animadversión, es una simple mueca, donde les molesta las expresiones de libertad, mientras Uds. bailan al son cubano de unos tiranos que solo han dejado a su paso desventura y catástrofe.
Mi Venezuela, es la de Leopoldo López que valientemente y sin egoísmos sacrifica su bienestar personal por tratar de retomar el hilo Constitucional y construir una Venezuela para todos, Mi Venezuela es la de María Corina Machado una valiente mujer venezolana que representa a todas las mujeres guerreras, honestas e inteligentes que tiene mi Venezuela,
Mi Venezuela es la del General Antonio Rivero que ofreció su libertad por rescatar a Simonovis. Mi Venezuela es la del General Ángel Vivas el “General de 7 estrellas” que resiste desde su casa a ser arrestado por esbirros cubanos que son los que realmente dirigen la desgraciada Venezuela en la que Ustedes son unos hambrientos títeres.
Mi Venezuela, la de la Señora que repartía torta a los estudiantes en la Plaza Altamira, la de las madres que cocinaban arroz con pollo para alimentar a los jóvenes que arriesgaban su libertad…
Mi Venezuela es la de los HÉROES estudiantes que prefieren perder su vida para poder tener un futuro de progreso antes que arrodillarse a vivir de las migajas de unos tiranos.
La Venezuela de Ustedes es la que irrumpió la democracia con golpes de Estado, la de los verdaderos magnicidas, la que nos ha llevado a la barbarie y no nos deja entrar al Siglo XXI. Es la Venezuela de los Guardias Nacionales que torturan, que humillan y que cumplen las órdenes de los Castro.
Mi Venezuela es la que no se resigna y la que definitivamente se impondrá ante tanta maldad y engaño.
MI VENEZUELA es aquella a la que amo inmensamente, la que TÚ amas infinitamente, donde viven nuestros más bellos recuerdos de juventud y niñez, la que nos pertenece y por la cual ¡tenemos que luchar sin descanso!
La de Venezuela ELLOS, es una Venezuela que dejará de existir si NOSOTROS los de la Venezuela inmensa seguimos luchando, estudiando, construyéndola como nos la imaginamos pero sobretodo ¡respetándola siempre!
¡Bendito sea nuestro increíble pedacito de Paraíso que tenemos por País!
Inspirada en “Vuestro Líbano y el mío”
De Khalil Gibran
Dedicada a TODOS los venezolanos de bien que son la esencia bella de NUESTRA VENEZUELA
¡MI VENEZUELA, NUESTRA VENEZUELA VALE LA PENA!

“No la dejes morir.
Porque qué le entregarás a tus hijos cuando crezcan
Jamás te lo perdonarán”

Franco De Vita.

Dayana Cristina Duzoglou Ledo
dduzoglou@gmail.com
@dduzoglou

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

miércoles, 16 de abril de 2014

PLINIO APULEYO MENDOZA, MI VENEZUELA DE AYER Y DE HOY, DESDE COLOMBIA

(El escritor plasma recuerdos y vivencias imborrables en un país que hoy se juega su destino.)

La primera vez me pareció que Caracas tenía un aire rural y en todo caso provinciano. Bajo los tamarindos de la plaza de Bolívar había gente tomando el fresco. Grillos que latían en el crepúsculo, faroles antiguos y un capitolio con su cúpula blanca y elevada como una torta de bodas parecían pertenecer a otros tiempos; quizás a los de Juan Vicente Gómez.
Yo era todavía un adolescente y aquel fue mi primer viaje solo fuera de Colombia. Caminaba por El Silencio, cuando un amigo de mi padre, Vicente Gerbasi, me reconoció por casualidad y me llevó a una fuente de soda, El Lido. Situado en un confín de la ciudad, era un islote de luz en medio de prados donde titilaban de noche las luciérnagas y los grillos hilvanaban una letárgica sinfonía rural.
No podía sospechar yo en aquel momento que Caracas iba a ser sacudida por tres décadas de vértigo; que la paz de sus patios y crepúsculos iba a saltar en añicos y que enjambres de inmigrantes españoles, italianos y portugueses llegarían a una ciudad de recientes autopistas, que se abrían o se enroscaban como pulpos y arañas, con derroches de neón, artificios de vidrio y acero. Todo aquello iba a darle a Caracas otro perfil, sin dejar casi nada de lo antiguo, salvo el Ávila y un vago perfume de flores que todavía sigue sintiéndose cuando anochece.
Tampoco podía yo imaginar entonces hasta qué punto Venezuela sería una carta constante en mi destino personal. Allí viviría por toda una década, dejando amigos, nexos, recuerdos que cualquier efímero regreso hacen revivir con intensidad. A los 22 años, cuando dejé a París, donde adelantaba estudios de Ciencias Políticas, para radicarme en Caracas y acompañar a mi padre en su exilio, mi protector y guía fue Ramón J. Velásquez. Historiador, periodista, senador y muchos años más tarde Presidente de la República, es el venezolano nacido en el Táchira que mejor conoce a Colombia.
Hoy tiene más de 90 años y yo lo conocí cuando no había cumplido 30. Entonces era un abogado pobre y flaco, que conspiraba contra la dictadura de Pérez Jiménez.
Recuerdo su casa en el barrio El Conde, muy modesta, y los artículos suyos firmados con un seudónimo que yo iba a recoger para publicarlos en un suplemento del diario La Esfera, casi clandestinamente, pues su firma era rehuida entonces por muchos directores de diarios para no tener problemas con la dictadura.
El día que agentes de la Seguridad Nacional irrumpieron en su casa a las cinco de la mañana y se lo llevaron preso, yo lo reemplacé en la dirección de la revista Élite, entonces la más importante del país, dirección que él ejercía de hecho, pero no nominalmente. Me sentí muy extraño ocupando el escritorio de aquel amigo y protector que en ese momento, quizás con esposas en las muñecas, era llevado a una cárcel de Ciudad Bolívar, de donde saldría años más tarde, en la mañana del 23 de enero de 1958.
EL REGRESO DE LA DEMOCRACIA
¡Qué día inolvidable! Tras años de vivir en un país hermético, donde nadie se atrevía a dar opiniones sobre el régimen, vi aparecer otra Venezuela. Luego de un frustrado levantamiento de una base militar de Maracay, durante tres semanas estallaron en las calles gritos y protestas –como los que hoy vemos– hasta que en aquella madrugada histórica del 23 de enero cayó Pérez Jiménez.
Gabo y yo vimos desde el balcón de mi apartamento, a las tres de la madrugada, el avión que lo llevaba a la República Dominicana. Yo no estaba en Élite, sino en la revista Momento. Había conseguido que Gabo dejara de pasar hambres en París para trabajar conmigo. Nos veo en una sala de redacción desierta escribiendo un editorial –el primero de la democracia–, mientras la ciudad vivía, en la primera luz de la madrugada y en medio de pitos y sirenas, el delirio por la caída del dictador.
“En esta primera hora de la democracia, los venezolanos celebramos...” Tan cercanos estábamos a Venezuela que podíamos escribirlo así, impunemente.
Vivimos muy de cerca la reaparición de los partidos, el regreso de su exilio de grandes dirigentes como Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba y Rafael Caldera, los entrevistamos y escribimos muchos informes políticos, hasta que el propietario de la publicación decidió confiar aquella sección de la revista a un joven diputado de Copei, esbelto y de rotundo bigote negro: Luis Herrera Campins. ¿Podíamos imaginar que años después sería Presidente de la República? “¿Te acuerdas cómo lo regañabas por sus retrasos?”, me decía Gabo con risa.
En realidad, ninguno de los más emblemáticos personajes de esa nueva democracia nos fue ajeno. La primera entrevista con Rómulo Betancourt, cuando fue elegido Presidente, se la hice yo en su casa para este diario. A Carlos Andrés Pérez lo acompañé en un avión privado a sus parajes natales, en el Táchira. El día que fue elegido Presidente por primera vez desayuné en su casa.
De Gustavo Machado, fundador y dirigente del Partido Comunista venezolano, fui cercano amigo. Escribí, tras muchas horas de conversaciones con él, una completa biografía suya. Fue reeditada cuando cumplió 80 años y él me la envió con una nota, que todavía conservo, en la cual me llama “testigo y actor del periodismo venezolano”.
PERSONAJES INOLVIDABLES
Son muchos. Por petición de su madre, me convertí en protector paternal de una jovencita venezolana de cuya vocación de cineasta me hice cargo haciéndola viajar a París para estudiar en el Idhec. Hoy es famosa directora de cine: Fina Torres.
Nunca he podido olvidar a dos grandes figuras del periodismo venezolano, cercanos amigos: Miguel Ángel Capriles y Miguel Otero Silva, el famoso escritor y director de El Nacional. Miguel Henrique, su hijo, libra hoy una heroica batalla contra el régimen chavista.
Teodoro Petkoff, el fundador del MAS y también valeroso director del diario Tal Cual, tiene para mí una connotación familiar. Hace muchos años –no recuerdo cuántos– hicimos un largo viaje en su automóvil por las riberas del lago de Maracaibo y luego por los Andes y los llanos. Nunca olvidó él, años más tarde, que, gracias a una intervención mía, Gabo le dio a su partido, el MAS, los dineros del premio Rómulo Gallegos.
Luego de vivir en Venezuela en los años cincuenta, regresé a Colombia y luego a Francia, pero jamás perdí contacto con este, mi segundo país. Volví allí cada año. Dos hermanas permanecían en Caracas dirigiendo conocidas publicaciones. Sí, a medida que se aproximaba el fin del siglo XX no dejaba de inquietarme cierto deterioro de la democracia por culpa de una clase política, vinculada a los dos grandes partidos, que iba encerrándose, como la nuestra, en sus exclusivos intereses. El fervor popular de otros días había desaparecido.
LA VENEZUELA DE HOY¿Pude imaginar el desastre que iba a representar para Venezuela, incluso para el continente, la llegada de Chávez al poder? Francamente, no. Incluso, cercanos amigos, hoy perseguidos por Maduro, lo vieron en su momento como una nueva y promisoria alternativa. Quince años después, el desastre dejado por el régimen chavista es monumental. Puede expresarse en tres palabras: despilfarro, corrupción y autoritarismo. El chavismo tiene a la vez sesgos propios del fascismo y del castrismo.Con su desaforado populismo, logró por primera vez en Venezuela y en los países que han seguido el mismo rumbo, una peligrosa fractura social. De un lado, aparecen las maltrechas clases populares que se beneficiaron de manera efímera con las prebendas obtenidas por la renta petrolera.Del otro lado, las clases media y alta y sectores sindicales, que miran con toda lucidez las funestas políticas que han arrasado al país: la manera abusiva como el Estado ha puesto su mano en la actividad económica con su control de precios, de cambios, del comercio exterior, y el clima ingrato que ha creado para los inversionistas locales e internacionales. Baja producción, obligada importación de productos básicos, delirante escasez, la inflación más alta del continente (56 por ciento), creciente devaluación de la moneda, y las divisas agotándose cada día más.Un desastre, al cual se agrega la grave crisis hospitalaria con ausencia de medicamentos básicos, cortes eléctricos y una inseguridad que hace de Caracas la ciudad más peligrosa del planeta, con más de 25.000 homicidios por año, además de robos y secuestros.La Venezuela que ahora sale a las calles para impugnar el régimen de Maduro me recuerda a la Venezuela de ayer, la que apareció repentinamente en los primeros días de 1958, con mítines y protestas que acabaron produciendo la caída de Pérez Jiménez. Tal fenómeno, que hierve en las raíces históricas del país, ha vuelto a estallar en las calles con más fuerza que nunca. Sí, es el grito de un bravo pueblo que cuando aparece no se rinde.
Plinio Apuleyo Mendoza.
plinioapuleyom@gmail.com

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,