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jueves, 24 de julio de 2014

LEANDRO AREA PEREIRA, ¿A DICTADURAS CARIBES, DEMOCRACIAS BOBAS? ( II)

En mi artículo anterior me detuve a explorar la relación de causalidad que pudiera existir entre las “democracias bobas” y las “dictaduras caribes”. Me he referido específicamente al caso venezolano donde ocurrió y ocurre algo así, sin por ello excluir, por supuesto, al arcoíris latinoamericano en su conjunto. Hoy insisto en ello pues el asunto de la definición de lo que venimos llamando “régimen” está  pendiente.

Si a ver vamos, la idea de la democracia fue siempre la que responde a cierto deber ser, barrera frente y contra la barbarie y el atraso, mientras que la dictadura, con su apetito voraz de dominación, parece residir, ser, en cierta naturaleza histórica aún inconmovible. Todos los esfuerzos llamados “civilizatorios” han tenido como objeto el control de impulsos destructivos. Decir en este contexto, dictaduras caribes, casi que geográficamente caribeñas o siguiendo su ejemplo, pareciera ser una redundancia del estilo y lo es así ya que todo autoritarismo es destructivo y no necesita ser antropófago, cual nuestros antepasados indígenas acostumbraban, para “alimentarse” de la sociedad sobre la cual se impone o yuxtapone ya que al menos en teoría y verborrea el proyecto caribe de dictadura invoca a la unidad entre milicia golpista y pueblo como actores principales del proceso político.

Y si las democracias son difíciles de clasificar, las dictaduras más aún pues sus formas de incubarse, disimularse y exteriorizarse tienen que ver con motivos oscuros y torvos que ni el psicoanálisis ha podido desentrañar con éxito. Llámense tótem-tabú-miedo-culpa-castigo tribal o cultura-religión-derecho y ejercicio monopólico de la violencia legítima, ambas visiones conviven en su insatisfecho afán de administrar esa pulsión subyacente en el género humano.

Siempre, dentro del contexto latinoamericano, hablar de fuerzas armadas fue y es mencionar un fantasma, un elemento complejo de difícil manejo y de vidrioso y viscoso predecir. En los regímenes democráticos de por aquí, los políticos viven casi siempre cuidando y cuidándose de los militares y cuando dejan de hacerlo, pues ya ve usted. 

Porque la crisis de la democracia que aquí al menos se nota es de obsolescencia, mientras que las dictaduras gozan de la puerta franca que les brinda esa realidad en la que se juntan peligrosamente pobreza e injusticia. Las democracias latinoamericanas viven en estado de coma, mientras que las dictaduras asumen el papel de jefes de quirófanos y salas de terapia intensiva.

He dicho de ellas que “caribes” pues entiendo que son expresión de raíces culturales muy propias y he afirmado que “bobas” porque cuándo no. En la región, las democracias y las dictaduras están íntimamente emparentadas, y a veces hasta pudieran andar juntas las dos, a un sentimiento religioso-cristiano-evangelizador-trascendente-trascendental y romántico de entender y hacer política: unos ejerciendo el papel de apóstoles y los otros de salvadores de la patria. 

Leandro Area Pereira
leandro.area@gmail.com
@leandroarea

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martes, 15 de julio de 2014

LEANDRO AREA, A DEMOCRACIAS BOBAS, DICTADURAS CARIBES

Este es el título que me provoca y el sabor que me deja y así escribo, el nuevo libro del venezolano Emilio Nouel, “La Cláusula Democrática”, que ha sido publicado recientemente aquí en Caracas por el Instituto de Estudios Parlamentarios “Fermín Toro”, con prólogo de Henrique Meier y bajo el cuidado editorial de Iván Márquez Negretti. Lleva un subtítulo: “La soberanía externa frente a los derechos fundamentales”.

Es un libro de “escuela” en lo que el aula tiene de sagrado, con lo que quiero insinuar que es una obra para la formación del carácter ciudadano y no solamente para la descripción de coyunturas específicas. Es útil pues, para pensar y también para construir haciendo política, que es más que levantarse un buen día, ir a votar, y mañana, otra vez a lo mismo de siempre. 

También, cómo no, es una narración bien amarrada, en 158 páginas, en las que nos paseamos por los complicados caminos que han llevado al hombre a creer y practicar, frente a tantos esfuerzos en contrario, que la democracia es a pesar de sí misma muchas veces, la realidad tangible más parecida a la utopía que el hombre ha diseñado para vivir y convivir en este mundo siempre injusto y tan lleno de necesidades e insatisfacciones, al lado de tanta riqueza o mal habida o mal distribuida. 

Además el autor quiere ponernos a repensar, siempre es sano, sobre qué es la democracia, cuál ha sido su desarrollo histórico, cuánta su lucha contra las dictaduras, dónde su crisis de sentido y destino. Pero como el precio de las cosas no se establece sino en comparación con otras, abre allí sus fauces la dictadura con todos sus desdenes de parentela, que ha tenido, como afirma el autor, “…una alta capacidad para mutar y propagarse”, despilfarrando, corrompiendo, maniatando, asfixiando. Y hasta de demócratas han aprendido a disfrazarse y llaman a elecciones libres y participan en ellas o acuden a procesos de paz en los que no creen pero que aceptan por la única ambición que los despierta: el poder del poder.

Muchas tiranías de hoy navegan sobre la “legalidad burguesa” que tanto odian, para hacerse del control político y no querer soltarlo ya jamás. “La historia me absolverá”, es una intención de eternidad confesa de un ego que ni Dios.

Las cosas así de fraudulentas y a la vista de todos han provocado una cierta, aunque tímida, reacción internacional a través por ejemplo de la llamada “cláusula democrática”. Ella vendría a ser una especie de salvavidas ético que no pueden obviar los regímenes políticos por el sólo hecho de haber ganado unas elecciones presuntamente libres y transparentes, a partir de lo cual comienzan a enseñar, con sibilina astucia, su talante de todo lo contrario, con acciones y omisiones las menos democráticas del mundo, y además a quejarse inmediatamente, como dicta el manual, de ser “perseguidos políticos del imperio”.

El libro de Nouel recorre y alumbra todos estos detalles, los pone en perspectiva, actualiza casos y bibliografía. Se nota que es producto del  esfuerzo académico, la honestidad personal y  la urgencia política. Libro para servir.

Te felicito Emilio; gente de uno, por si no lo sabían.

Leandro Area Pereira
leandro.area@gmail.com
@leandroarea

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