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martes, 13 de octubre de 2015

HANA FISCHER, LA TURBIA RELACIÓN ENTRE LAS EMPRESAS PÚBLICAS Y LAS CAMPAÑAS ELECTORALES, DESDE URUGUAY

La gran diferencia entre Norteamérica —especialmente la anglosajona— y la América Latina, es de índole cultural. No es un dato menor, dado que eso se trasluce en calidad de vida para sus habitantes. No es una “revelación” el afirmar que se vive mucho mejor en el norte de nuestro continente que en el sur, tal como lo atestiguan las corrientes migratorias.

Lo que tal vez sí sorprenda, sea nuestra afirmación de que la causa profunda de que Latinoamérica parezca incapaz de zafar del subdesarrollo, estriba en la amalgama entre el racionalismo europeo y el pensamiento mágico indígena. La fusión de estas dos estructuras de pensamiento, han potenciado el quiebre con la realidad que caracteriza a nuestros pueblos. El resultado —a la vista está— ha sido nefasto.

Para la gente de estas latitudes, la verdad no es la concordancia entre lo que se afirma y los hechos. No, para nada. La “verdad” es lo que suena “bonito”; lo que cuaja con sus anhelos o prejuicios; lo que en “abstracto” podría ser el ideal. Y es por esa razón que son inmunes a las lecciones de la experiencia, y nuestras naciones giran en un círculo vicioso caracterizado por la opresión-corrupción-tiranía y miseria.

Una muestra de ello es lo que ocurre con las empresas públicas estatales. Los latinoamericanos las “aman”. Ven con complacencia y votan a cualquier político que exprese que las va a “defender” porque les pertenecen al “todos”. Se postula que es bueno que estén en manos del “Estado”, porque éste no busca el lucro ni defiende intereses privados.

Pero… ¿realmente es así? ¿No hemos aprendido nada de lo que está a la vista y la prensa independiente informa de continuo? ¿Somos incapaces de mirar a la realidad como ella efectivamente es?

A nuestro juicio, la mejor caracterización de las empresas públicas estatales la hizo recientemente Fernando Henrique Cardoso —expresidente de Brasil (1995-199; 1999-2003)— en un evento realizado por el semanario Búsqueda en Montevideo (Uruguay). El ex mandatario expresó, que en gran medida ellas son utilizadas para la “financiación de la hegemonía en el poder”. Dentro de ellas, las del sector relacionado con el petróleo —debido a las grandes sumas que maneja— son las que mejor se prestan para ese tipo de maniobras. Los ejemplos paradigmáticos son PDVSA, que permitió la instauración de la dictadura chavista en Venezuela, la consolidación de la castrista en Cuba, y la “colonización” de otros países de la región; y Petrobras, en Brasil.

Cardoso afirmó que el Partido de los Trabajadores (PT) de la mano de Luiz Inácio Lula da Silva, creó “una organización para obtener plata con la bendición de sectores políticos, con la complicidad de sectores empresariales y todos juntos sacaron plata de empresas que son del gobierno, o sea de la gente misma”. En su opinión, “no se trata de la corrupción tradicional sino que es la financiación de la hegemonía en el poder, es no aceptar a los demás y negar la rotación en el poder”. Subrayó que se distorsiona enormemente a “todo el sistema democrático con esa forma de financiación”.

Cardoso observó que las empresas públicas son el sustrato donde arraiga el Estado burocrático, clientelista, e infiltrado por intereses corporativos. Además, son en gran medida la fuente que permite que la “plata del gobierno” sea “utilizada de modos indirectos para financiar las campañas electorales”.

En Uruguay —donde las empresas públicas estatales son el “orgullo” de la población— frecuentemente son utilizadas para que el partido gobernante obtenga recursos para ganar voluntades y por ende, votos. Asimismo, como plataforma que catapulte ambiciones políticas personales.

El caso reciente  más sonado es el que involucra a Raúl Sendic, actual vicepresidente de la república. Fue la gran sorpresa de las elecciones internas de junio de 2014, debido a la inesperada cantidad de papeletas que obtuvo. En esos comicios el voto no es obligatorio pero son muy relevantes, porque de allí saldrá la fórmula presidencial por partido político para las presidenciales, que se realizan en octubre de ese mismo año.

El aludido jerarca entre 2010-2013 fue presidente de nuestra petrolera estatal ANCAP, período en el cual, la empresa tuvo enormes pérdidas y realizó inversiones muy cuestionadas. A causa de ello se habilitó en el Senado una comisión investigadora sobre la gestión de la empresa entre los años 2000-2015. A raíz de ello, están saliendo a la luz pública diversos datos. Por ejemplo, que se pagó $5.000 por publicidad oficial de ANCAP por seis meses durante 2014 en una radio que no estaba emitiendo.

Pero lo más curioso fue que en el año electoral, en el rubro “comunicación corporativa”, se multiplicó por cinco el gasto en publicidad: en 2013 fue de $190.000, mientras que en 2014 trepó a casi un millón de dólares. Pablo Bernengo —gerente de Relaciones Institucionales y Comunidad de ANCAP— afirmó que todas las decisiones en materia de publicidad eran tomadas por el directorio y no por la gerencia técnica. El jerarca no pudo explicar las razones de ese aumento de gasto tan considerable.

Volviendo al tema de Brasil, Cardoso señaló que en 1988 se reformó la Constitución de su país, con el objeto de que quedaran establecidas las condiciones que permitieran “ofrecer mejores condiciones de vida a su gente”. Entre las medidas principales, se procuró que “las empresas del Estado fueran públicas” y “que no estuvieran controladas por los partidos sino por agencias independientes”. Sin embargo, las buenas intenciones tuvieron corta vida porque en manos del expresidente Lula (2003- 2007; 2007-2010), las decisiones volvieron a ser políticas y no de eficiencia empresarial.

Algo parecido ocurrió con PDVSA en Venezuela y con ANCAP en Uruguay, donde en algún momento se procuró realizar una administración profesional de ellas, aislándolas de intereses políticos y/o personales. Pero indefectiblemente se fracasó en tal intento.

Lo cual comprobaría que está en la propia naturaleza de la cosas que así sea, y que la única solución es cortar por lo sano. Es decir, que no haya empresas públicas de propiedad estatal. Si así se hiciera, no solo disminuiría cualquier tipo de corrupción, sino que también mejoraría la calidad democrática.

Pero nuestros pueblos parecen incapaces de aprender de la experiencia y prefieren seguir aferrados al “pensamiento mágico”.

Este artículo fue publicado originalmente en Panampost (EE.UU.) el 5 de octubre de 2015.

Hana Fischer
@hana_fischer
http://www.elcato.org/la-turbia-relacion-entre-las-empresas-publicas-y-las-campanas-electorales

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domingo, 27 de septiembre de 2015

HUGO MACHÍN, LA INDIFERENCIA DE BERGOGLIO. DESDE URUGUAY

La humillación, la escasez, la frustración ante la opresión cotidiana, el miedo, son tolerables cuando existe la esperanza. Jorge Bergolglio, aguardado por muchos cubanos como el Papa Francisco, defraudó esa espera.

¿Las razones? Las tendrán los responsables de la política exterior vaticana, siempre más cercana a la realpolitik que a las expectativas de los millones de católicos cuya mayoría reside en Latinoamérica.

Un atisbo para interpretar esa indiferencia seguramente lo sea el deseo vaticano de mantenerse en sintonía con gobiernos democráticos de América Latina quienes, al decir de José Miguel Vivanco, director regional de Human Right Watch (HRW), “deberían pronunciarse firmemente denunciando la represión política en Cuba y dejar de respaldar la participación de ese gobierno en organismos internacionales, como lo han hecho en la desprestigiada Comisión de Derechos Humanos de la ONU”. [1]
Lo que queda para la historia de la infamia, diría un argentino ilustre, es que Bergoglio no quiso recibir a los representantes de la oposición cubana, muchos de ellos nacidos a la luz del evangelio cristiano, como el asesinado Osvaldo Payá cuando el automóvil en que viajaba fue violentamente sacado de una carretera cubana por otro vehículo, según el testimonio de su conductor. Los Castro no han permitido una investigación transparente de esa muerte ocurrida en 2012.

Payá había fundado el Movimiento Cristiano Liberación así como el Proyecto Félix Varela, de libertades políticas y reconciliación nacional, y en 2002, recibió el Premio Sajarov para la Libertad de la Conciencia.
https://www.aciprensa.com/noticias/proyecto-varela-cumple-diez-anos-y-sigue-vigenteafirma-oswaldo-paya/

Bergolio actuó en su vista a Cuba como si todavía fuera el Provincial de la Compañía de Jesús en tiempos de la dictadura argentina (1976-1984), y se hizo el “sota” -para utilizar el lenguaje que él utiliza - al dar por buenas las explicaciones de su subordinado el cardenal habanero Jaime Ortega: no hay presos políticos en Cuba.

No es eso lo que denuncian los defensores de los derechos humanos desde la isla y fuera de ella, ni lo que pudo apreciarse en videos y fotografías en que se constata la detención de los opositores que intentaron acercarse al Papamóvil.
La organización católica Damas de Blanco – familiares de presos políticosdenuncio que previo a la llegada del jefe católico a Cuba, veinte de sus integrantes fueron detenidas por la policía política.
http://noticias.univision.com/slideshow/133768/2015-09-20/papa-francisco/imagenesdisidentes-detenidos-en-misa-del-papa

El grupo de católicos que a principios de mes había ocupado una catedral de la provincia de Pinar del Río, reclamando ser escuchados por Bergoglio, fue entregado a la policía del régimen por los funcionarios eclesiásticos.

¿Francisco o Bergoglio? Diez meses antes de morir, el ex dictador Jorge R. Videla (1925 - 1913), en referencia a sus víctimas desparecidas y asesinadas, declaró a la prensa que era un asunto del que había hablado "con muchas personas", entre ellas, según precisó, el entonces nuncio apostólico en Argentina, Pío Laghi -fallecido en 2009-, quien fuera cardenal primado del país, Raúl Primatesta -fallecido en 2006-, y otros obispos de la Conferencia Episcopal local.

"Con ellos hemos tenido muchas charlas. (...) Se lo planteó como una situación muy dolorosa y nos asesoraron sobre la forma de manejarla", dijo Videla, de 86 años, condenado a prisión perpetua por delitos de lesa
humanidad. [2]

A sectores de la izquierda latinoamericana les rechina comparar las dictaduras de derecha con las de izquierda. Seguramente apelan a la desproporcionalidad en el número de muertes causadas, y no a la violación de los derechos humanos de la ciudadanía. Es una manera de analizarlo.

En el caso cubano se desconocen las cifras reales de muertos ocasionados.

Una lista informada en 2013 daba cuenta de los primeros siete años del mandato de Raúl Castro – quien ha dicho que si Bergoglio “sigue así” volvería a rezar como cuando era católico – y contabilizó más de 200 casos de muertes y desapariciones en Cuba, 166 documentados.[3]

Cuba aplica para dictadura, no hay dudas: se ubica en el país 169 de 180 en ataques a la Libertad de Prensa, según Reporteros Sin Fronteras (2015); es el único país de América Latina sin Internet libre, según House Report, 2014; reprime las manifestaciones de opositores, cuando no los encarcela. No cuenta con un Poder Judicial independiente del régimen. No hay democracia. Salvo quienes practican el “silencio de los buenos”, cualquiera que deseé documentarse tiene variados canales informativos para hacerlo.

Martirologio. No se necesita ser creyente en ningún dios para no reconocer el testimonio dado contra varias dictaduras de católicos: del obispo argentino Enrique Angelelli (1926-1976); el salvadoreño Oscar Romero (1917 -1980); Lucho Espinal (1932 –1980), en Bolivia; Leónidas Proaño(1910- -1988); de Ecuador, Helder Cámara(1909 – 1999), de Recife; Fernando Cardenal (1934) de Nicaragua; Sergio Méndez Arceo, (1907 – 1992) de México; los seis jesuitas salvadoreños asesinados en El Salvador en 1989;Tito de Alencar, de Brasil (1945 – 1974); el cura Andrés Jarlán (1941 – 1984), de Chile; los curas paraguayos Diego Trinidad Rodríguez, José Gelpi, José Caballo, Miguel Munárriz, José Ortega (jesuitas) y el salesiano Mario Cleva (en 1976); y el obispo Juan J. Gerardi (1922-1998), de Guatemala.

Muchos asesinados y torturados por diferentes dictaduras o escuadrones de la muerte que asolaron Latinoamérica y, los menos de los nombrados, encarcelados u hostilizados por su vida dedicada enteramente a los que no tenían voz.

Estatura moral. Los activistas buscan que el Papa considere sus denuncias de la represión a disidentes en la isla. "Por su estatura moral y con su sabia mediación," -puede leerse en la carta que la disidencia cubana dirigió al Papa- "Ud. puede interceder y abogar por los derechos de los oprimidos, que en Cuba somos la gran mayoría, Ud. puede interceder por la liberación de más de medio centenar de presos políticos que sobreviven bajo condiciones infrahumanas en las cárceles cubanas".

En los años cuarenta, decenas de cardenales, obispos, y el mismo Eugenio Pacelli -Pío XII - (1876. -1958) alabaron al nazismo por un raro sentido de la coherencia: el cristianismo históricamente fue el peor enemigo de los judíos. Y ayudaron a escapar de Europa a miles de ex jerarcas nazis.

Setenta y cinco años después, Joseph Ratzinger (Benedicto XVI), visitó Auschwitz y se preguntó "¿Por qué Señor has tolerado esto?"

Quién dice que Bergoglio no tenga que preguntarse públicamente - dentro de no mucho tiempo- cuando los cubanos y latinoamericanos sepan realmente lo ocurrido durante la dictadura de los Castro, “¿Señor, cómo fue posible que no escuché a mis hermanos cubanos oprimidos?”.

Notas:
[1] José M. Vivanco, prólogo del libro Las Damas de Blanco: las mujeres de los prisioneros de la
Primavera Negra de Cuba/Cadal, Fundación Konrad Adenauer, 2006.
[2] Videla asegura que la Iglesia sabía de desapariciones. Agencia EFE, 23.07.2012 | 15.50
[3] Archivo Cuba es un programa de Free Society Project (FSP), una organización independiente
fundada en el año 2001, en Nueva York. En la lista sobresalen 86 fallecimientos por denegación de
asistencia médica en prisión, 46 suicidios de presos y 15 homicidios extrajudiciales. También
aparecen cuatro fallecidos en huelga de hambre en prisión: Wilman Villar Mendoza, Orlando
Zapata Tamayo, Yordanis Ballagas Ramírez y Roberto Antonio Rivalta Junco. Y entre las presuntas
ejecuciones extrajudiciales figuran las muertes de Harold Cepero Escalante y Oswaldo Payá Sardiñas

Hugo Machin
hugomachinfajardo@gmail.com
@hmachin

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miércoles, 2 de septiembre de 2015

HUGO MACHIN, MANOTAZOS DE MADURO, DESDE URUGUAY

Hugo Machín
El sueño del candidato republicano Donald Trump –expulsar a millones de mejicanos residentes en EEUU- es hecho realidad por el socialista del siglo XXI, supuesto promotor de la unidad latinoamericana, Nicolás Maduro. Los pórticos de las casas de los echados de cinco municipios del estado de Táchira, fueron marcados con letras: “D”, equivalente a una condena de demolición y “R”, de requisa. Las acciones son realizadas con metodología de ejército de ocupación.


Cerca de mil quinientos colombianos, en su mayoría de sectores populares, residentes ilegales desde hace varios años en la ciudad venezolana de Táchira, fronteriza con Colombia, fueron sacados de sus casas por las tropas de ese país y obligados a retornar a Colombia cruzando el río que separa ambos países. Se suman a los 1.820 colombianos expulsados en 2014.

El sueño del candidato republicano Donald Trump –expulsar a millones de mejicanos residentes en EEUU- es hecho realidad por el socialista del siglo XXI, supuesto promotor de la unidad latinoamericana, Nicolás Maduro. Los pórticos de las casas de los echados de cinco municipios del estado de Táchira, fueron marcados con letras: “D”, equivalente a una condena de demolición y “R”, de requisa. Las acciones son realizadas con metodología de ejército de ocupación: insultos, malos tratos, humillaciones, robos.

Reacción colombiana. El gobierno de Colombia calificó los sucesos de “crisis humanitaria”, intenta la vía diplomática, la intervención de la OEA y -más escépticamente- de la Unasur. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió a ambos gobiernos que se comprometan a seguir manteniendo un "diálogo constructivo" para resolver la crisis fronteriza.

En Venezuela viven cinco millones de colombianos. Las deportaciones han sido acompañadas de una campaña mediática generada desde el gobierno chavista en la que se les atribuye la condición de “paramilitares” y “conspiradores contra la revolución bolivariana” a los expulsados del territorio venezolano.

¿Por qué se da ahora este aparente desatino chavista? La explicación de Maduro para decretar el estado de excepción durante 60 días prorrogables en Táchira, es que tres militares venezolanos y un civil fueron heridos el 19 de agosto por disparos efectuados en la frontera. Ataque que él atribuye a paramilitares colombianos. El episodio existió, pero no hay prueba de que haya ocurrido según la versión chavista.

Criminalidad. Hace un año Maduro encomendó al ejército y a la guardia Nacional Bolivariana, intervenir en los barrios populares de la frontera de ese país para combatir a las mafias dedicadas al narcotráfico, al contrabando y al crimen organizado. La criminalidad existente en la sociedad venezolana es proverbial y no es casual que Caracas ostente el desgraciado título de una de las ciudades más violentas del mundo.

El periodista venezolano Antonio Delgado informó el 26 en El Nuevo Herald de Miami, que los militares desplazaron a mafias delincuenciales pero, a su vez, algunos de ellos ocuparon su lugar y el incidente fue producto de la rivalidad entre las bandas existentes una, en el ejército venezolano y, otra, en la Guardia Bolivariana. De ese enfrentamiento surgió el atentado, sostiene el periodista.

El matutino ABC de Madrid, también informo el mismo día que “la guerra entre carteles militares de la droga cerró la frontera venezolana” y cita como fuente al ex embajador de Venezuela ante la ONU, Diego Arria.

Arria agrega que el narcotráfico solamente ya no es tanto negocio, por eso los carteles se disputan el del contrabando y especialmente el de gasolina, producto que se vende en países fronterizos a precios cinco veces superiores que el de Venezuela.

Tanto Arria en sus declaraciones al ABC, como Delgado, dan por sentado que hay dos carteles venezolanos: El Cartel de Los Soles (Ejército) enfrentado al Cartel de La Goajira (Guardia Nacional).

En el Cartel de los Soles - en alusión a que lo integrarían generales de cuatro soles- aparece mencionado el vicepresidente venezolano Diosdado Cabello, quien por ese motivo tiene abiertas tres causas en fiscalías federales de EEUU.

Venezuela, según el informe de Transparencia Internacional de 2014, ocupa el puesto más negativo de Latinoamérica y uno de los peores del mundo en materia de corrupción: en la clasificación global de 175 países, el lugar 161, con 19 puntos sobre un máximo de cien.

Arria agrega que existe complicidad de autoridades colombianas para mantener la delincuencia fronteriza que opera también con trata de mujeres y tráfico de brillantes.

Más pobres. Los deportados se hacinan en improvisados alojamientos propios de una región deprimida como es Cúcuta, capital del departamento del Norte de Santander, ciudad con el mayor índice de desempleo de Colombia (14.9%), en la que el trabajo informal ocupa al 70,8% de la PEA, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).

De ahí que el alcalde de Bogotá, el izquierdista Gustavo Petro, haya ofrecido infraestructura, disposición y recursos para recibirlos en la capital del país. No sin agregar, twitter mediante, que las escenas que hoy reitera -en algunos casos de manera exagerada- la televisión colombiana, deben multiplicarse por “6.000 “y “agrégale masacres y fosas. Eso ha vivido Colombia en el siglo XXI”.

¿A qué alude Petro? A los millones de colombianos que huyendo de la violencia que azota a Colombia desde hace 60 años, emigraron a Venezuela luego de haber soportado el fuego cruzado, las extorsiones y violaciones a sus derechos humanos de guerrilleros, paramilitares y militares en lo que va del siglo XXI.

El gobierno de presidente Juan Manuel Santos reconoció en 2013, a través de las investigaciones del Centro de Memoria Histórica, que hay más de siete millones de víctimas en Colombia, de la cuales, más de seis millones corresponden a la categoría de desplazados y Colombia, después de Darfur es el segundo país del planeta en número de desplazamiento forzado. http://www.analisislatino.com/notas.asp?id=7872

Chavistas amotinados. Otra interpretación a las deportaciones la aportó el investigador colombiano Ronal F. Rodríguez, del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario. Maduro ha identificado como “paramilitares colombianos” también a los Colectivos Sociales que abandonaron las filas del chavismo y le declararon la guerra al gobierno, sostiene Rodríguez. Estos Colectivos Sociales, herederos de los círculos Bolivarianos, organizaciones civiles que no son parte formal ni informal del aparto del Estado ni están reglamentados por ley. Generalmente se autodefinen como el pueblo organizado, pero varios de estos colectivos, según el investigador, en realidad son tapadera para asesinos, secuestradores que pueden ser pequeños combos o redes vinculadas a la delincuencia internacional.

La Nueva Doctrina Militar Bolivariana alentó estas formaciones que luego en ciertos casos pasaron encubrir delincuentes natos.

Varios de estos colectivos se distanciaron del chavismo y lo enfrentan. Especialmente desde octubre pasado los colectivos agrupados en el denominado “5 de Marzo” luego de la muerte de su líder José Odreman, quien previamente había responsabilizado al gobierno venezolano si algo le sucedía. Murió en confusos incidentes.

La frontera colombo venezolana en esa región es una línea porosa de 540 kilómetros con 190 trochas que comunican ambos países y el puente Simón Bolívar como paso oficial. La región también es territorio que cobija a las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN); a bandas criminales colombianas como Los Urabeños y otras formadas por paramilitares reconvertidos en delincuentes comunes.

Modelo insostenible. En Venezuela la caída de 44,3% en los ingresos petroleros, sumado a la inflación que se ubica en 74,4%, con una pérdida de poder adquisitivo en torno al 15,6% en el primer semestre; proyectan una perspectiva con una contracción del PBI entre el 9 y 10% y la inflación bordeando el 190 % para 2015.

La restricción de divisas generó un ajuste cambiario ineficiente con la consecuencia de que la mayoría de las industrias trabajen a un 48% de su capacidad instalada según Francisco Martínez, presidente de Fedecámaras, gremial empresarial.

Estudios independientes muestran que la pobreza de ingreso alcanza al 48,4% de la población, un nivel similar al que tenía cuando el chavismo alcanzó el poder.

Según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), en el primer semestre del año hubo 56 saqueos y 76 intentos de saqueos a supermercados en todo el país que, según el gobierno, son fabricados por la oposición, también acusada de generar “sensación” de escasez.

A la baja. El 70,4 % de los venezolanos evalúa de forma negativa la gestión Maduro, según un sondeo de la firma Datanálisis difundido el viernes 28. La encuesta, consignada por la agencia EFE, también indicó que el 57,7 % de los potenciales votantes apoyaría a la oposición en los comicios parlamentarios del próximo 6 de diciembre, un 26,2% lo haría por los oficialistas y un 16,1% por los candidatos independientes.

Al plantearles a los encuestados el escenario: "En caso de que el Consejo Nacional Electoral decidiera suspender las elecciones de diputados a la Asamblea Nacional ¿Cómo evaluaría usted esta decisión?", el 85,2 % hizo una evaluación negativa y solo un 8,3 % la calificó de forma positiva.

Hugo Machin
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viernes, 6 de marzo de 2015

HUGO MACHÍN,UN NUEVO SÍNDROME LATINOAMERICANO, DESDE URUGUAY

¿Cuál es el nombre y, más importante aun, las causas del síndrome que afecta tanto a presidentes latinoamericanos, como a ciudadanos de a pie, quienes hace décadas padecieron la violación de sus derechos humanos y hoy no pueden asumir que el presente de Venezuela, sin ser idéntico, es un proceso cada vez más parecido a lo ocurrido en los años de las crueles dictaduras del Cono Sur (1964-1990)?

La recuperación de la democracia en Latinoamérica, entre otros aspectos más importantes, nos informó de la existencia del denominado Síndrome de Estocolmo: prisioneros políticos sometidos a tortura – o solamente bajo la amenaza de sufrirla- que se identificaban con sus secuestradores como forma de evitar sufrimientos personales, lo que derivaba en colabora con su captores.
Pero esta hemiplejia intelectual que afecta a Dilma Rousseff, quien de joven fuera detenida, torturada y encarcelada por los militares brasileños que en 1964 usurparon el poder en Brasil; la amnesia que hoy le impide asumir que son jóvenes venezolanas también muertas, detenidas y torturadas por manifestarse en las calles. ¿Qué causas tiene? Deben ser muy poderosas desde que no le permiten elevar su protesta cuando no hay organización humanitaria, empezando por la ONU, que no haya condenado las violaciones a los derechos humanos que a diario comete el régimen de Nicolás Maduro.
Michelle Balchelet, cuyo padre, el general de brigada Alberto Bachelet, murió en la prisión de Pinochet y ella misma, junto a su madre, fueran torturadas en 1975 en la tétrica Villa Grimaldi de Santiago; ¿no se enteró de lo que constató el ex presidente Sebastián Piñera cuando estuvo recientemente en Caracas?
Bachelet debe saber de la existencia de La tumba. Así se conoce en Venezuela a la serie de calabozos, totalmente pintados de blanco, construidos metros bajo tierra en la sede del SEBIN de Plaza Venezuela, en la
capital venezolana. El SEBIN es la policía política de Maduro que el jueves 19 prácticamente secuestró a plena luz del día al alcalde Caracas Antonio Ledezma.
Los calabozos de La tumba miden dos metros por tres de largo. Allí la temperatura es baja, quizás cero grado, porque originalmente esa construcción fue pensada para situar las bóvedas de un banco. El aislamiento es total. Una luz permanece encendida las 24 horas y una cámara vigila el recinto y a su prisionero. En ellos se escucha música estridente cuando los agentes de la policía política interrogan a estudiantes opositores detenidos en la vía pública.
Allí se viola, se golpea, se manosea a presas políticas. Se incita al suicidio. Como siempre ha sido en toda dictadura, no interesa la confesión del detenido, sino su quiebre y su colaboración para amañar cualquier expediente que involucre a un dirigente político opositor al que se le encarcelará con esas pruebas.
De allí surgen, o surgirán mañana, las evidencias a ser presentadas por Maduro que justifiquen su decimoquinta denuncia de golpe, de conspiración imperialista, de complot de la derecha fascista, o también los mensajes que el pajarito le trasmite solamente a él.
Allí se fraguan los expedientes acusatorios contra el dirigente político Leopoldo López, inconstitucionalmente encarcelado hace un año pese a las exigencias de libertad suscritas por Naciones Unidas, Amnistía internacional, Human Watch Rights, entre otras instituciones. O contra la diputada María Corina Machado; o contra cualquiera de las decenas de detenidos sin proceso judicial. En estas horas, contra Ledezma.
Ante la pasividad de Bachelet, la presidenta del Senado chileno, la socialista Isabel Allende, hija de Salvador Allende, en las últimas horas debió reclamarle a su presidenta un gesto de preocupación ante lo que está ocurriendo en Venezuela. Es posible que la hija de Allende haya asumido el concepto del
Premio Nobel de la Paz, Desmond Tutu: si eres neutral en situaciones de injusticia, elijes el lado del opresor.
José Pepe Mujica, conoce muy bien la infame historia de la tortura y la mentira justificante que siempre la acompañó, como la sombra al cuerpo. Sabe que así fue en las cárceles estalinistas, en las de la Gestapo, en todas las cárceles de los dictadores latinoamericanos y en Guantánamo. No hay diferencias y Mujica seguramente leyó las Cartas de condenados a muerte víctimas del nazismo, recopiladas por Thomas Mann o Todo fluye, de Vasili Grossman o La balada de Abu Ghraib, de Gurevitch y Morris. ¿También él se ve afectado por este síndrome latinoamericano?
Daniel Ortega, también prisionero y torturado en las cárceles de Somoza, puede tener otras razones para su amnesia. El petróleo venezolano es lo suficientemente importante para su economía y perpetuidad en el poder.
La valija con 800 mil dólares incautada el cuatro de agosto de 2007, en el aeropuerto argentino Jorge Newbery al venezolano Guido Alejandro Antonini Wilson y la posible existencia de otros 4, 2 millones en el avión en que viajó desde Caracas a Buenos Aires, son un indicio para entender las razones del silencio de Cristina Fernández de Kirchner a quien, como está probado, en los años infames de la Argentina no solamente no sufrió ningún problema sino que, junto a su esposo, lucró al socaire de Martínez de Hoz.
En sicología conocemos algunas de las explicaciones para no aceptar lo evidente: no se quiere reconocer una realidad comprobada, porque supone una amenaza para el yo, porque daña la autoimagen del sujeto. Sabemos lo que decía el escritor Mark Twain: Podemos soportarlo todo, excepto la verdad. Y no es difícil entenderlo aplicado a la vida personal.
Ahora, en ciencia política, ¿cómo se denomina y a qué se debe este nuevo síndrome latinoamericano?
Hugo Machín. Ex docente de Universidad ORT de Montevideo, Uruguay. Ex vicepresidente del sindicato de periodistas uruguayos (APU). Jurado Premio Periodismo para la Tolerancia, FIP/UE, 2004.
Hugo Machin
hugomachinfajardo@gmail.com

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jueves, 18 de diciembre de 2014

HUGO MACHÍN, PERIODISTAS URUGUAYOS Y VENEZUELA, DESDE URUGUAY

HUGO MACHÍN
Para el 20 de diciembre el Consejo Directivo de la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU), ha convocado un congreso de afiliados. En el orden del día no figura el tema internacional, pero entiendo pertinente que esa instancia tan importante para el gremio periodístico uruguayo –cuyo primer congreso realizado en San José hace 105 años, tributó un homenaje a José E. Rodó- y su sindicato, nacido en 1944, se ha formado en la solidaridad para con sus sindicatos hermanos, sea propicia para emitir una declaración relativa a la situación de los periodistas en Venezuela.

En marzo, en dos oportunidades, envié a la Secretaría General de la APU un correo con un proyecto de declaración respecto a este tema. No hubo respuesta.

Por una razón de ética y reciprocidad para con quienes en años duros de nuestro país fueron solidarios con los periodistas uruguayos considero impostergable un pronunciamiento del colectivo de periodistas de Uruguay sobre las difíciles condiciones en que desempeñan su oficio los colegas venezolanos.

La Federación internacional de Periodistas (FIP), exige el fin inmediato de los actos de intimidación, maltrato y violencia de las que son víctimas los trabajadores de los medios en Venezuela (07.07.14); la Federación de Periodistas de América Latina y el Caribe (FEPALC) -entidad a la que también pertenece la Asociación de la Prensa Uruguaya- así como otros referentes para la visión internacional del gremio de periodistas uruguayos como Reporteros Sin Fronteras (Ataques a periodistas, 15. 04. 14); Amnistía Internacional (Abril, 2014); la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH); el Instituto Internacional de Prensa (IIP) (01.04.06); instituciones y personalidades como Noam Chomsky, Rubén Blades, Jorge Drexler, Jorge Lanata, entre otras, en diferentes momentos han expresado su rechazo a las restricciones al derecho a la información y a la libertad de prensa impuestas por el gobierno de Venezuela.

La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), en enero de 2011 acusó al gobierno de Venezuela de implantar una "agenda ideológica" con el fin de alcanzar un "Estado totalitario" y rechazó la Ley Habilitante que le permite al Presidente de la República legislar por decreto.

"Las informaciones recibidas sobre la detención arbitraria de varios periodistas mientras cubrían las protestas son muy preocupantes," se expresó en marzo en un comunicado conjunto firmado por expertos de ONU, todos relatores especiales sobre promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión, Frank La Rue; sobre el derecho a la libertad de reunión y asociación pacíficas, Maina Kiai; sobre la tortura, Juan Méndez; sobre la situación de los defensores de los Derechos Humanos, Margaret Sekaggya; y el presidente-relator del grupo de trabajo sobre la detención arbitraria, Mads Andenas.

En mayo de 2013, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), entre otras agresiones a medios y periodistas, denunció un atentado con explosivo perpetrado contra la sede del diario Panorama. http://www.elcomercio.com/mundo/SIP-Nicolas_Maduro-Venezuela-AIR-libertadprensa_0_928107315.html.

Hasta el presente, la APU no se ha pronunciado al respecto, pese a que esas medidas del gobierno venezolano han afectado y afectan directamente la integridad y la fuente de trabajo de centenares de colegas y el derecho a la información de la ciudadanía en aquel país.

La solidaridad, como cualquier valor o derecho humano, si no se ejercita, se atrofia y la indiferencia ante la ausencia de libertades es una forma de complicidad.

Los periodistas uruguayos que sufrimos los años de la dictadura permaneciendo en el país (1973 - 1985), bien conocimos y siempre agradeceremos el valor y el aliento que nos significó la denuncia y el apoyo de gremios y sindicatos de distintos países. Muchos uruguayos seguramente debemos la vida a las campañas de denuncias realizadas entonces, cuando el

destino de miles de presos políticos uruguayos estuvo en manos de torturadores y liberticidas.

Al realizarse un congreso de periodistas en el país, entiendo pertinente que la APU se exprese ante la situación que viven colegas y medios de prensa en Venezuela sin subordinar su análisis de datos, hechos y contexto, a eventuales afinidades ideológicas; y sin considerar alianzas políticas que puedan existir -tanto de Uruguay como de Venezuela- sino encarando estrictamente lo que concierne al estado de la libertad de prensa y derecho a la información en aquel país.

Los datos sobre la realidad de la prensa venezolana pueden recabarse de los colegas venezolanos agrupados en su sindicato, como aspiraría la APU en caso de que sindicatos hermanos quisieran conocer la realidad del periodismo uruguayo.

Tres gremios de la prensa de Venezuela en su momento declararon al país "zona de desastre" para la libertad de expresión y para el ejercicio libre del periodismo y denunciaron lo que llamaron "persecución gubernamental" contra comunicadores. El Colegio Nacional de Periodistas, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa y el Círculo de Reporteros Gráficos, emitieron un comunicado en el que se indica que "no es tiempo de cobardes", sino "de ejercer nuestra ciudadanía con integridad y dignidad". http://informe21.com/sindicato-nacional-trabajadores-prensa

El actual secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de Prensa (SNTP), Marco Ruiz, en octubre informó ante la CIDH sobre sobre la ausencia de garantías para el trabajo de los periodistas, la censura y la autocensura, y la judicialización de la libre expresión en Venezuela. http://www.sntp.com.ve/noticia.php?id=743

A quienes en dictadura y en democracia hemos defendido los legítimos intereses de los trabajadores de prensa en Uruguay -y para ello contamos con la solidaridad internacional- nos obliga la reciprocidad. Si es necesario el debate, que así sea, pero lo peor que podemos legar a quienes hoy se

incorporan al oficio, es la indiferencia, que conlleva el riesgo de la complicidad con la ausencia de libertades.

Hugo Machin
hugomachinfajardo@gmail.com

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martes, 8 de julio de 2014

PABLO ROMERO, CAMBIO CULTURAL Y VALORES, DESDE URUGUAY

Entre las tareas claves que la actividad política supone, se encuentra la de tomar decisiones que definan los valores culturales deseables para la sociedad. Existe, pues, un vínculo indisoluble entre el actor político y los valores culturales, lo cual no solamente supone una fuerte responsabilidad ética, sino una preparación intelectual acorde a la complejidad del asunto. Desafío aún mayor en tiempos globales, en los cuales el aceleramiento de los cambios nos enfrenta a nuevos horizontes y lo valorativo se vuelve una necesidad para la comunidad en su conjunto.

La globalización, ese tiempo histórico que nos toca vivir, ha dado un nuevo giro al viejo debate entre valores universales y relativos. En el campo cultural, se ha virado de su concepción más tradicional -donde cultura se  igualaba a civilización, se planteaban diferentes grados culturales en los individuos y entre las sociedades, se proponía un canon universal y se hablaba en términos de cultos e incultos, alta y baja cultura- al giro que los estudios antropológicos le dieron al asunto, priorizándose la idea de diversidad y postulando que todas las culturas tienen el mismo valor. 
En esta perspectiva, no existen grados de valor cultural, en la medida que todo es cultura y todos somos cultos. Aquí los valores culturales, pues, no son universales sino relativos a cada cultura. La concepción postmoderna acentuará esta mirada y nos pondrá nuevamente frente a un dilema de larga data en la historia del pensamiento.
Mario Vargas Llosa, en una exposición titulada Discurso de la cultura –a la cual, por cierto, se puede acceder a través de la web- plantea el debilitamiento del concepto de cultura, en la medida de que si todo es cultura, ya nada lo es, proclamándose abiertamente en contra del relativismo cultural y sus consecuencias. El valorar, el sopesar, el elegir, parece haberse convertido en mala palabra, en algo propio de “conservadores” y “autoritarios” y es, al menos, políticamente incorrecto sostener que determinados valores culturales son preferibles a otros. La diversidad cultural parece haber devenido en una incapacidad valorativa y, a partir de esa situación, la decadencia de los valores culturales se convirtió en un signo de nuestra época. Se ha impuesto la mirada de que “todo vale lo mismo”, lo cual -dirá el premio nobel peruano- no ha significado más que decir que “ya nada vale”.
Por otra parte, la idea de un canon universal siempre ha supuesto una mirada elitista y la marginación de toda expresión cultural que no estuviera en sintonía con esa medida de todas las cosas. Y los juegos de poder parecen emerger allí más claramente, en tanto, en definitiva,  ¿quién establece el canon y bajo qué legalidad?
El fuerte acento en la diversidad cultural ha dotado a nuestras sociedades de una mayor riqueza y ha permitido escabullirnos del autoritarismo de la considerada a sí misma elite cultural.
Ambos posicionamientos llevados a su extremo -ya sea el autoritarismo cultural del universalismo o el relativismo que ya nada valora- parecen ser fieles representantes del agotamiento de un momento u otro del transcurso de los más recientes cambios culturales de nuestra humanidad. En ese vaivén pendulante de conceptos hegemónicos que suele mostrar la historia, los cambios culturales de la globalización posmoderna parecen haberse inclinado fuertemente a favor de un relativismo que ha ido exacerbando su postura y que, sin embargo, comienza lentamente a generar un movimiento en contrario.
El aporte innegablemente positivo de los estudios antropológicos en el campo de la cultura, el beneficio conceptual y democrático de la idea de diversidad cultural, son valores que han llegado para quedarse, pero que en su propio devenir han instalado el germen de la vieja tradición universalista de marcar límites valorativos, en tanto comienza a operar socialmente el reclamo de escapar a las consecuencias de su radicalización.
Aunque Vargas Llosa pueda sonar demasiado fatalista, no parece estar tan errado en su presunción de que los cambios culturales de las últimas décadas no han hecho más que debilitar el concepto de cultura, hasta el punto de casi darle muerte. 
¿Estamos frente al “fin de la cultura”? Ciertamente, no, pero quizás como en ningún otro período de tiempo, el desafío es enorme, porque la sociedad se ha complejizado como nunca antes y la diversidad ha aflorado con toda su magnitud -aunque en un movimiento global que en su contracara tiende también a envasar, caricaturizar y homogeneizar esa misma heterogeneidad que proclama, alienta y genera- y el valorar, el discriminar positivamente entre los diversos grados de valores en juego, pasa a ser la tarea central  que tenemos por delante.  Y esta conlleva el regreso a un ejercicio fundamental para la salud democrática de toda sociedad: el debate fundado en la capacidad argumentativa, donde la pluralidad de miradas de todos los actores involucrados se pone en juego dialécticamente y se cristaliza en tomas de decisiones surgidas a partir de la consagración de los mejores argumentos. Y con la mirada apuntando al campo ético y a la mejor construcción posible de un factor que resulta más decisivo que el capital económico en esta sociedad del conocimiento: el capital cultural.
La labor es compleja, en la medida que se debe oscilar entre dos procesos por momentos complementarios, por momentos contradictorios, característicos de la globalización cultural: por un lado, uno que visualiza los procesos de cambio cultural en los niveles globales, y, por otro lado, aquel que considera el contexto local de cultura. Se rescatan y se acentúa la defensa de las identidades culturales autóctonas, a la par que el movimiento global abre las puertas a la convivencia en un bricolaje de identidades, a la composición cultural híbrida. No la tienen sencillo quienes de algún modo están en el primer frente de esta batalla entre los cambios culturales y los valores.
¿Y quiénes son aquellos que están en ese primer frente? ¿Qué actores constituyen lo público, son determinantes en la producción y circulación de los valores culturales y proyectan las posibilidades de enriquecimiento del capital cultural en una sociedad?  Entiendo que existen al menos cinco actores fundamentales, relacionados y en modo alguno interdependientes: el núcleo familiar, las instituciones educativas, los medios de comunicación, los gestores culturales y los actores políticos.
Y en buena medida cualquier proyecto político inteligente y deseable para el bien común de una sociedad contemporánea, debe construir sus políticas culturales sobre la base de enfrentarse al desafío desde una óptica ética que atienda la problemática de manera integral, o sea, incorporando decididamente a esos otros actores.
Como sea, en tiempos donde el valor supremo de lo cultural parece estar arraigado en lo divertido, lo simpático, lo espontáneo, lo fresco, lo efímero e incluso lo decididamente chabacano no será sencillo apelar a una subjetividad ávida de “consumir” otros  “productos” culturales, aquellos cuyas huellas escapen al mero divertimento de ocasión y, en definitiva, marquen valores positivos en la comunidad. Pero esto es parte vital, justamente, del desafío que todo actor político toma al momento de asumir su rol. Hay una larga tarea de reconstrucción por delante y hacia allí es donde debe orientarse la tarea.
Se abren en nuestro país, a partir de una nueva instancia electoral, renovadas posibilidades de abordar una coyuntura que es adversa en el plano cultural. Los principales problemas que el país está padeciendo en materia educativa o incluso en materia de seguridad pública, tienen que ver básicamente con esta cuestión de la desvalorización del capital cultural, con la debilidad del entramado que conforma el espacio cultural-ético. Fallará toda política de gestión o proyecto técnico en áreas como la educación y la seguridad -temas que la ciudadanía ha puesto en el tapete como su principal preocupación-, sino es abordada desde el concepto central que es el del fortalecimiento del capital cultural, abordaje que requiere ir más allá de la mirada meramente economicista o del modismo de la diversidad carente de valoraciones con que se han sustentado estas políticas en los últimos años. Una cultura de valores y valores culturales que fortalezcan la idea de convivencia y bien común es la propuesta que debe encabezar una política cultural que logre superar las actuales dificultades. Articularla y ponerla finalmente en juego es el desafío por el que se debe estar trabajando desde ya y más allá de banderías político partidarias. Desde el aporte de ideas apostamos a construir junto al otro, porque cualquier otro camino resulta simplemente inútil y supone la pérdida de oportunidades de mejorar como sociedad.

Pablo Romero
pablorg@montevideo.com.uy

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