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LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
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sábado, 10 de octubre de 2015

JUAN PÁEZ ÁVILA, DEVALUACIÓN DEL SIGLO

Para tratar de engañar incautos el Presidente de la República utiliza las plantas oficiales y llama ajuste a lo que en la práctica es  la gran devaluación del siglo XX al estilo neoliberal, del bolívar, que  tendrá repercusiones negativas contra la capacidad de compra de los más pobres, de la clase media y de todas aquellas personas que tengan un ingreso fijo, porque el bolívar ha perdido su valor en más de  un 50% para comprar algunos alimentos.

         Después de asegurarle a los venezolanos y al mundo que la economía nacional siempre ha estado blindada, gracias a las políticas económicas que el gobierno había implementado, sin que ninguno de los ministros del ramo le haya  explicado, con la excepción del Embajador en Cuba Alí Rodríguez, en varias intervenciones públicas de los últimos días,   la realidad al heredero de Hugo Chávez, porque los miles de millones de dólares que ingresarán al Fisco Nacional por las exportaciones petroleras no alcanzarán para que continúe la regaladora a otros gobiernos y para el gasto público necesario para mantener las misiones viejas y nuevas.
         Un gobierno socialista o de cualquier otro signo ideológico que tenga como norte la defensa de los intereses de la población de menores ingresos económicos, para  aprobar una devaluación como la anunciada por el Presidente Maduro, tenía que tomar primero un serie de medidas, como aumento de sueldos y salarios, que compensaran en parte, si no en su totalidad, el impacto negativo en el bolsillo de esos sectores populares. Y aunque decretó a partir de enero un aumento del 10% del salario mínimo, ya el mal está hecho, y el nivel de consumo de alimentos y de algunos bienes necesarios como la  ropa de vestir hombres y mujeres, podrá provocar no sólo malestar en la población de menores recursos, sino también hambre y miseria entre los más pobres o marginales,
         El alto costo de la vida no será evitado ni siquiera entre aquellas familias que hacen largas colas para comprar algunos bienes importados.
         Y lo más grave del paquete económico aprobado por el Presidente en reunión de gabinete, es que los grandes beneficiarios serán en lo inmediato no sólo  los especuladores, sino también, y entre los fundamentales, los importadores de la boliburguesía, que esconderán mercancías importadas a 6,30 bolívares por dólar, para luego venderla al doble, como si la hubiesen  adquirido a 11 o más, tal como fue establecido por el gobierno.
         De allí que el bienestar de la población seguirá siendo una esperanza, porque si a los apagones de luz eléctrica, al racionamiento de agua, a la inseguridad que viven pobres y ricos y al desempleo, se le agrega un más alto costo de la vida de los últimos tiempos, la mayoría de los venezolanos podrá constatar que el socialismo del siglo XXI, es el mismo del siglo XX aplicado en la Unión Soviética donde fracasó rotundamente, y en China donde ha sido desechado para buscar una economía productiva que le dé bienestar a sus mil y tantos millones de habitantes.
         Finalmente, el principal beneficiario será el gobierno que obtendrá más bolívares por cada dólar que venda a los importadores, quienes trasladarán a los consumidores el aumento de sus importaciones, encareciendo el costo de la vida en más del doble del que existe  hoy en el país. Lanzará a la calle más bolívares devaluados para buscar algún respaldo para su estabilidad, pero ya parece demasiado tarde para mantener el engaño: el socialismo del siglo XXI de Chávez, heredado por Maduro  ha resultado un gran fraude, no sólo para quienes le han hecho oposición desde que asumió el poder, porque ya lo sabían y lo habían denunciado, sino para millones de hombres y mujeres humildes que creyeron en las palabras de un Teniente Coronel carismático, pero  incapacitado para gobernar y hasta para escoger a sus ayudantes, que han resultado los más corruptos e ineficientes de nuestra historia republicana. Y para culminar su política destructiva de nuestra economía y de la democracia en general, impuso como su heredero en la Presidencia de la República a Nicolás Maduro, formado en la escuela cubana del centralismo autoritario, del estatismo dogmático que ha conducido al fracaso de todos los gobiernos que lo establecieron en sus países.
Juan Paez Avila
jpaezavila@gmail.com
@jpaezavila

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jueves, 21 de mayo de 2015

ENRIQUE VILORIA VERA, LA PESTE ROJA DEL SIGLO XXI

No podemos colegir si nuestra Peste Roja del siglo XXI  es tributaria directa de la Peste Negra que azotó implacablemente a Europa durante la Edad Media; recordemos que  fue llamada así debido a su manifestación física y su efecto devastador  sobre la sociedad. 

El número total de muertes atribuidas a esta pandemia fue colosal. El término "negro" también se refería a abatimiento o pavor por los efectos devastadores que esta enfermedad tenía sobre la sociedad. La historia registra a la Peste Negra comenzando en el siglo XIV en el sur de Rusia, cerca de Crimea. Desde allí, la enfermedad se extendió a lo largo de rutas del Lejano Oriente hacia Europa Occidental y el Medio Oriente. La enfermedad progresó a lo largo de las rutas comerciales y viajeras. Las condiciones pre-existentes de guerra y hambrunas sólo exacerbaron la propagación de la enfermedad durante este tiempo. Los patrones de agricultura y comercio fueron interrumpidos, y condiciones climáticas adversas empeoraron el ya disminuido suministro de granos -- trigo, cebada, y avena. Las poblaciones ya debilitadas por la malnutrición fueron más susceptibles a la enfermedad. La pérdida de trabajadores, debido a hambrunas y enfermedades, afectó negativamente a la economía lo que condujo a la pobreza y al crimen.

Nuestra Peste Roja del siglo XXI es también pródiga en efectos adversos y sanguinarios,  tal como lo registran las estadísticas de allende, no las de aquende:

•        El número alarmante de asesinados en los últimos largos cinco lustros.
•        La crisis hospitalaria y los médicos emigrados.
•        La ausencia de medicinas e insumos médicos.
•        El cierre de empresas productivas.
•        La escasez de productos básicos, pollo, harina de maíz precocido, azúcar y trigo.
•        La creciente niñez abandonada.
•        La dilapidación de los recursos del Estado.
•        El aislamiento progresivo del país.
•        La ausencia de electricidad y agua potable.
•        Las escuelas sin alumnos ni profesores.
•        Una pobreza creciente y alarmante.

Y paremos de contar, nuestra Peste Roja del siglo XXI no es biológica sino ideológica, se contamina con las ideas de trasnocho decimonónico y la contagia la hegemonía comunicacional, es producto de un salto atrás conde el ciudadano se convierte en enfermo crónico de un proceso que ya no sabe qué hacer con sus marginados, pobres, enfermos, presos, misioneros, acólitos, enchufados, prebendados, corruptos y putrefactos ciudadanos de la revolución,  a los que las hinchazones de la conciencia, los bulbos de la enfermedad delatan en bancos y organizaciones internacionales,  como la DEA, el FBI, la CIA y la INTERPOL,  a nuestros propagadores de la peste carmesí:

Sin consuelo revolucionario para esta Peste Roja del siglo XXI, recordemos que:

Bíblicamente, las pestes siempre han sido un instrumento de castigo divino de Dios.

Enrique Viloria Vera
viloria.enrique@gmail.com
@EViloriaV

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jueves, 14 de mayo de 2015

ENRIQUE VILORIA VERA, LA PESTE ROJA DEL SIGLO XXI

No podemos colegir si nuestra Peste Roja del siglo XXI  es tributaria directa de la Peste Negra que azotó implacablemente a Europa durante la Edad Media; recordemos que  fue llamada así debido a su manifestación física y su efecto devastador  sobre la sociedad.

El número total de muertes atribuidas a esta pandemia fue colosal. El término "negro" también se refería a abatimiento o pavor por los efectos devastadores que esta enfermedad tenía sobre la sociedad. 

La historia registra a la Peste Negra comenzando en el siglo XIV en el sur de Rusia, cerca de Crimea. Desde allí, la enfermedad se extendió a lo largo de rutas del Lejano Oriente hacia Europa Occidental y el Medio Oriente. La enfermedad progresó a lo largo de las rutas comerciales y viajeras. 

Las condiciones pre-existentes de guerra y hambrunas sólo exacerbaron la propagación de la enfermedad durante este tiempo. Los patrones de agricultura y comercio fueron interrumpidos, y condiciones climáticas adversas empeoraron el ya disminuido suministro de granos -- trigo, cebada, y avena. Las poblaciones ya debilitadas por la malnutrición fueron más susceptibles a la enfermedad. La pérdida de trabajadores, debido a hambrunas y enfermedades, afectó negativamente a la economía lo que condujo a la pobreza y al crimen.

Nuestra Peste Roja del siglo XXI es también pródiga en efectos adversos y sanguinarios,  tal como lo registran las estadísticas de allende, no las de aquende:

•        El número alarmante de asesinados en los últimos largos cinco   lustros.
•        La crisis hospitalaria y los médicos emigrados.
•        La ausencia de medicinas e insumos médicos.
•        El cierre de empresas productivas.
•        La escasez de productos básicos, pollo, harina de maíz precocido, azúcar y trigo.
•        La creciente niñez abandonada.
•        La dilapidación de los recursos del Estado.
•        El aislamiento progresivo del país.
•        La ausencia de electricidad y agua potable.
•        Las escuelas sin alumnos ni profesores.
•        Una pobreza creciente y alarmante.

Y paremos de contar, nuestra Peste Roja del siglo XXI no es biológica sino ideológica, se contamina con las ideas de trasnocho decimonónico y la contagia la hegemonía comunicacional, es producto de un salto atrás conde el ciudadano se convierte en enfermo crónico de un proceso que ya no sabe qué hacer con sus marginados, pobres, enfermos, presos, misioneros, acólitos, enchufados, prebendados, corruptos y putrefactos ciudadanos de la revolución,  a los que las hinchazones de la conciencia, los bulbos de la enfermedad delatan en bancos y organizaciones internacionales,  como la DEA, el FBI, la CIA y la INTERPOL,  a nuestros propagadores de la peste carmesí:

Sin consuelo revolucionario para esta Peste Roja del siglo XXI, recordemos que:

Bíblicamente, las pestes siempre han sido un instrumento de castigo divino de Dios.

Enrique Viloria Vera
viloria.enrique@gmail.com
@EViloriaV

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