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viernes, 21 de noviembre de 2014

NESTOR SUAREZ, TRES LECCIONES PARA APRENDER

NESTOR SUAREZ
La experiencia de este Gobierno Socialista deberia servirnos a los venezolanos para aprender. No se cuanto tiempo mas nos lleve esta amarga experiencia; y lamentablemente parece que aun durara un poco mas, a juzgar por la ineptitud de la actual dirigencia opositora que no quiere aprender. Pero dure cuanto dure, todos los venezolanos tenemos al menos tres lecciones muy importantes que sacar:

1.- Tenemos que aprender adonde nos llevo el odio al capitalismo y al libre mercado: nos llevo al socialismo; y del socialismo al comunismo hay solo un paso. 2.- Tenemos que aprender adonde nos llevo la fobia histerica contra los partidos politicos y la politica: hirio de muerte a nuestra democracia; y de alli a la dictadura hay un solo paso. 3.- Tenemos que aprender adonde nos llevo el culto a Simon Bolivar, porque del endiosamiento del procer al endiosamiento del gobernante hay un solo paso.
Todos los dias , cientos de "expertos " y sesudos "analistas" nos explican desde los medios innumerables y complicadisimas explicaciones del 'fenomeno Chavez". Pero las explicaciones son tres, muy simples, y todas van a dar a un mismo punto: la "Cuarta Republica".
Hugo Chavez fue el hombre que dio los tres pasos que faltaban: 1.- Durante 40 anos , los partidos AD, Copei, PCV,MAS,etc, educaron al pueblo al odio al libre mercado y en las bondades de la "social democracia" signada por la propiedad estatal de los medios de produccion y el control de la economia por el Estado, e igual estatismo en educacion y cultura, vivienda, atencion medica, etc; Chavez simplemente dio el paso del socialismo al comunismo. 2.- En 1998 esa democracia habia fracasado, y los partidos e instituciones democraticas estaban muy debilitadas por sus propios errores, y por la implacable y concertada critica de la prensa y los medios; Chavez simplemente dio el paso de la democracia agonizante a la dictadura personal. 3.- Chavez se encontro con el culto a Bolivar-del cual el mismo fue producto-, toda una religion de Estado que hizo del procer un idolo santo, magico e intocable; y el Presidente simplemente se autoungio como Sumo Pontifice de esa religion. Mas nada.
Eso fue todo. Sin embargo tenemos que aprender estas tres importantes lecciones y rapido, si es que queremos salir de esto y pronto. No soy adivino y no se cuanto tiempo mas va a durar este Gobierno; pero seguro estoy de una cosa: los venezolanos vamos a salir de esta pesadilla tan pronto nos aprendamos estas tres lecciones(y muy bien aprendidas), no antes.
Nestor Suarez
nsuarez07@hotmail.com
@Nestor_Suarez

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lunes, 6 de enero de 2014

CARLOS BLANCO ,¿SE PUEDE APRENDER DE CHÁVEZ?, TIEMPO DE PALABRA

La alianza con militares era indispensable para tomar y luego conservar el poder
¿SE PUEDE APRENDER DE CHÁVEZ?,
Con Chávez muerto es posible intentar balances sobre sus acciones como líder, en un período que recorre 21 años de gravitación sobre Venezuela y América Latina. Sus ejecutorias pueden brindar enseñanzas sobre cómo se plantean y logran determinados objetivos. Hace una década o más habría sido posible pensar que el golpista del 92 se condensaría en un pie de página de la relación de accidentes venezolanos, pero con la perspectiva de hoy no parece ser este el caso. Su proyecto y su presencia cambiaron de manera radical a Venezuela. ¿Para siempre? No se sabe; pero al menos sí por este tiempo.
EL OBJETIVO LO ES TODO.
Chávez mostró lo que es una radical vocación de poder. Conspiró dentro de las Fuerzas Armadas y estableció vínculos con la izquierda más extrema; comandó un golpe y no vaciló después en convertir ese reguero de sangre en una gesta libertaria; estuvo preso y trocó su cárcel en el epicentro del peregrinaje de lo más chic de la izquierda venezolana sin dar cuartel; al salir de la cárcel y por un tiempo le hizo carantoñas a la abstención electoral; participó más adelante en las elecciones de las que salió victorioso; se dejó hacer arrumacos por élites ávidas de futuro facilón; quiso a los ricos y a los pobres alternativamente; y no vaciló en cambiar de posición táctica con el objetivo de conservar e incrementar su poder.
Chávez mostró que quería el poder a cualquier precio. No le importó con quien aliarse ni se le aguó el ojo por andar revuelto con quienes recogería, desecharía y volvería a recoger, lo cual incluye a algunos de sus más afamados herederos. Vocación de poder sin escrúpulo alguno, con una pasión que nunca desvió el objetivo principal. Arrolló a quien se opusiera y embarcó en su aventura a quien quisiera entregar su voluntad al líder.
-Primera enseñanza: Chávez demostró una vocación de poder infinita y en función de su objetivo tejió y destejió alianzas, pero nunca perdió el foco.
BASES IDEOLÓGICAS.
El finado líder acogió desde temprano en su vida dos ideas poderosas: desterrar el sistema representado por AD y Copei, y enfrentarse a los EEUU, emblema del imperialismo, sobre todo para la izquierda más radical. Más adelante Chávez se embutiría con otras ideas más definidamente de izquierda, provistas por Fidel Castro y el trabajo de filigrana de este sobre su dúctil discípulo.
Con los años Chávez se llenó de la conocida e insoportable hojarasca retórica. Era maoísta en China, cuando los chinos no quieren ni siquiera levantar el cristal que conserva el pellejo disecado del antiguo Gran Timonel; era soviético en Rusia, cuando Putin y sus hijos no quieren que les recuerden la KGB que dirigían con su secuela de crímenes y menos que los vinculen a su abuelo, Stalin; era peronista en Argentina, cuando ya Perón no pasaba de ser un proveedor de etiquetas sin ideas; y desde luego, siempre bolivariano, estrujando los huesos del Libertador para que corroborara cualquier majadería que a su aprovechado heredero se le ocurriera. Trató de ser marxista sin haber leído a Marx porque escuchó comentarios de Alí Rodríguez y de Jorge Giordani quien se leyó a Marx después de viejo y no pudo asimilarlo con alguna probidad.
Todo ese afrecho intelectual era para aliviar la estitiquez de una izquierda sin héroes pero con tumbas. Pero lo que en realidad eran las ideas fijas, sobre las cuales no vaciló, fueron las de extirpar el sistema político anterior al que le atribuía la riqueza de los ricos y la pobreza de los pobres, así como la corrupción y otras maldades; y la otra idea fue la del enfrentamiento a EEUU que como no podía ser en una expedición armada, se limitó al insulto coreado internacionalmente por los enemigos de Washington. Todo recubierto de la idea socialista -en realidad, estatismo estrepitoso- que Fidel proveería a cambio de petróleo.
-Segunda: Chávez tuvo componentes ideológicos básicos sobre los cuales no vaciló y pese a sus frecuentes variaciones de acuerdo con los ambientes, nunca abandonó un par de ideas poderosas, con las cuales navegó aun contra la corriente.
SABÍA UNA SOLA COSA, PERO BIEN.
Chávez no era un hombre culto en el sentido corriente del concepto, pero estaba embebido en el pensamiento de Bolívar desde décadas atrás. No tenía el sentido histórico de Bolívar pero sí había desarrollado su particular y proteico Bolívar, con frases, marcialidad y teatro. Con su personaje favorito construyó un cuento que le dio un particular sentido a la historia del país, a sus personajes, al período democrático de los 40 años y a las circunstancias de su propio mandato. Ese cuento fue construido con las piezas dispersas de esa historia, acomodadas a placer, pero con un sentido específico que era mostrarlo como el único continuador de la obra del Libertador.
-Tercera: Chávez engarzó el país en una visión totalizadora en la que cada cual tenía su puesto como héroe o villano; no se dedicó a criticar políticas públicas parciales del pasado, sino que embutió los aconteceres en su gran cuento.
LOS MILITARES.

Chávez no fue un militar en el sentido profesional de la expresión. Siempre fue un conspirador y usó su paso por las Fuerzas Armadas para el golpe del 92. Sin embargo, tuvo una política hacia los militares clara y definida; nunca les hizo ascos, ni siquiera cuando fue derrotado militarmente por ellos ni cuando era el dueño de un exiguo 2% de popularidad. Tuvo la intuición o la sabiduría, alimentada por las tesis de la izquierda insurrecta de los 60, de que no habría la revolución a la que aspiraba sin una política de alianzas con el sector militar.
Chávez nunca fue un ídolo de los militares, ni cuando dio el golpe ni cuando fue Presidente; pero, logró un nivel de apoyo básico que después de 2002 le sirvió para avasallar a generales y almirantes que se le rindieron sin disparar un tiro.
-Cuarta: Chávez tuvo claro desde el comienzo que una alianza con los militares era indispensable para tomar y luego conservar el poder. Nunca vaciló en este tema.
SE VOLVIÓ CUBANO.

Chávez mutó hasta su modo de hablar bajo la influencia de Fidel. Se comprometió con su idea de socialismo a la cubana cuando la opinión pública venezolana se oponía mayoritariamente a esa posición. A pesar de esa resistencia siguió en esa actitud sin importarle un comino lo que pensara la mayoría: se propuso convencer a sus compatriotas, lo que logró en una proporción considerable.
-Quinta: Chávez creía en Fidel y su revolución, no reculó hasta imponer su tesis a sus compañeros de golpe, amigos y aliados, y a una porción del país. No siguió a la opinión pública sino que la convenció, aunque solo fuese a un sector.
Chávez no fue irrelevante. Marcó la historia de Venezuela como pocos. Algo habrá que aprender de él.

Twitter @carlosblancog
WWW.TIEMPODEPALARBA.COM

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domingo, 11 de agosto de 2013

ISAAC VILLAMIZAR, APRENDER A PERDER

En la vida ganamos y perdemos. Las ganancias nos dan alegrías. Las pérdidas nos incomodan y nos causan frustración. Perder y ganar es el juego permanente. Desde pequeños se nos habla del éxito, de los triunfadores, de los imbatibles, de los campeones. Pero poco se nos instruye que para ganar hay que perder. Y cómo afrontarlo, menos.  No se nos enseña a perder, porque se nos inculca que el mundo es de los poderosos, de los que nunca se dan por vencidos. Craso error. Es la idea absurda de que sólo el trofeo nos da felicidad.
Más sabio sería que desde niños se nos dijera que reconocer la derrota y saber aceptarla es signo de inteligencia. Muchas veces hace falta la resignación cuando perdemos algo que escapa realmente de nuestro control, de nuestro dominio. Llega la hora de renunciar a aquello que jamás llegará en el futuro. Eso es el sentido de la trascendencia. 
¿Por qué nos duele tanto perder? Porque estamos amarrados, en extremo, a las cosas materiales como a las inmateriales. Queremos poseerlo todo. De la ambición pasamos muchas veces a  la codicia. Y tal como la afirma Rafael Santandreu, desde el punto de vista psicológico, las pérdidas intangibles son peores que las tangibles. Si se va la alegría, el éxito, el amor, la aceptación, eso nos causa un desespero peor que perder una casa con piscina, porque las cosas inmateriales son más difíciles de definir, de medir, de acotar.  ¿Y por qué nos cuestan tanto las pérdidas? 
Quizá la respuesta nos la ofrece Walter Riso cuando nos cita al maestro Eckhart, el famoso dominico, místico, teólogo y filósofo alemán de la Edad Media, quien enseñó a desapegarnos de todo, bajo tres postulados: no querer nada, no saber nada y no tener nada. No querer nada, en el sentido de no codiciar, es decir, no amarrarnos de manera desordenada a las riquezas, incluso al cielo, a las cosas buenas y a la santidad. No saber nada, en el sentido de no aferrarse al conocimiento como una forma de exacerbar el ego. Significa no acumular conocimiento, sino más bien cultivar el conocer como proceso. 
Riso agrega que pensar es mejor que tener pensamientos. Quiere decir que el hombre debe desocuparse del conocimiento para descubrir la verdad. Es que ningún conocimiento humano nos asegura y garantiza con certeza la felicidad total. Mejor dicho, el sabio no sabe que es sabio. 
No tener nada en el sentido de estar libre de las cosas y disminuir las necesidades que tenemos. Es en las situaciones límites, en una enfermedad grave, en un exilio forzoso, en una guerra, en la pérdida de un ser querido, en un revés económico, cuando nos damos cuenta que infinidad de cosas que defendíamos a muerte, de nada sirven en la vida,  que hay bienes que nos sobran, que tenemos de más y que a ellas nos hemos apegado sin sentido.
Lo prudente, lo sabio, lo que nos orienta a la felicidad es aprender de las pérdidas, de los fracasos, de las equivocaciones. Como afirma Carlos Saúl Rodríguez, los errores tienen una cara nueva cuando a partir de ellos podemos rectificar y re-aprender, revisarnos y adaptarnos a nuevos esquemas. Se gana o se aprende. 

Y no hay derrotas, sino experiencias y aprendizajes. Es que cuando te levantes, serás un nuevo ser, fuerte y dueño de una nueva visión, de un refulgente amanecer interior, de un nuevo sentir de la vida.  

isaacvil@yahoo.com

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lunes, 22 de julio de 2013

ANGÉLICA MORA, ¡¡¡CUÁNDO ES QUE ESTADOS UNIDOS VA A APRENDER!!!, APUNTES DE UNA PERIODISTA

Los distintos acontecimientos demuestran al mundo que con el Clan Caracas-La Habana no se puede jugar limpio. Todos ellos tienen cartas marcadas, con las que emplean a último momento trucos casi mágicos para tener la última palabra.

Todos los integrantes del Clan se rien de los esfuerzos que los gobiernos libres hacen para incorporarlos a la mesa democrática y en la primera oportunidad que tienen hacen trampas. 

Comencemos por Venezuela:

1.- El llamado gobierno de Nicolás Maduro cumple tres caóticos meses y, desafiante, reitera la disposición de Venezuela de ofrecer asilo al ex agente de la CIA, Edward Snowden.
Estados Unidos reitera a Caracas que el ex consultor de inteligencia estadounidense, debe enfrentar la justicia estadounidense.
2.- El presidente del parlamento de Venezuela, Diosdado Cabello, califica de “irrespetuosa” a la designada como embajadora de Estados Unidos en la ONU, Samantha Power.
Venezuela envía nota protesta a Washington por declaración de Power en la que se expresa el repudio a las declaraciones ofrecidas por la aspirante a embajadora de Estados Unidos ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Samantha Power, quien dijo, que de ser confirmada ante la ONU, luchará contra la “represión” en Cuba y Venezuela.
Venezuela suspende el diálogo con Estados Unidos.
Este diálogo vuelve a fracasar por segunda vez en menos de seis meses.
En marzo Venezuela cortó también de raíz otras conversaciones que se habían desarrollado en bajo perfil desde finales de 2012, también con el propósito de recuperar las relaciones.
El pretexto en aquella ocasión fueron unos comentarios de la secretaria de Estado adjunta de Estados Unidos para Latinoamérica, Roberta Jacobson, sobre la situación en Venezuela y la necesidad de que los comicios que iban a tener lugar en abril, siguieran “los altos estándares democráticos del hemisferio”.

Sigamos con Cuba

1.- El gobierno de Estados Unidos tiende lazos para mejorar la relaciones con Cuba, con permiso de viajes y remesas hacia la Isla.
2.- La Habana no hace ningún cambio democrático, pero juega su carta de Alan Gross y logra que uno de sus 5 espías  sea puesto en libertad.
3.- Envía mensajes corrosivos sobre el caso Snowden, como éste que dice:  más que con McDonald’s y balas, un imperio depende del miedo, y el miedo al imperio falta estos días en Latinoamérica.
4.- El régimen envía misiles y otros armamentos bélicos escondidos en azúcar en un barco norcoreano que es detenido en Panamá.
Washington no ve ni trata el caso del barco norcoreano como un problema bilateral con La Habana.

(Si hubiera existido la ruta interoceánica por Nicaragua, -que Daniel Ortega está empecinado en construir- no nos habríamos dado ni cuenta del paso de éste y otros envíos bélicos por esas aguas).

Angelica Mora
angelicamorabeals@yahoo.com



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miércoles, 2 de mayo de 2012

ZENAIR BRITO CABALLERO, ENSEÑAR ES UNA COSA; APRENDER ES OTRA

A los profesores se les imputa, de acuerdo con los nuevos enfoques, el pobre aprendizaje de los alumnos. En el proceso educativo actual parece haber una confusión de términos. Enseñar es una cosa; aprender es otra. Aprender para un examen puede ser fácil: basta someter la memoria a un pequeño esfuerzo.
Aprender para siempre, algo que se busca a tontas y a locas, no tiene mucho sentido; tal vez lo mejor sea aprender a desaprender, ya que día por día aparecen nuevas inquietudes y conjeturas, a las cuales hay que aproximarse con el espíritu abierto, sin prejuicios ni dogmas.
Una cosa es enseñar a los niños, en cuyo caso al maestro le cabe toda la responsabilidad, y otra cosa, bien distinta, es orientar a estudiantes universitarios a la cristalización de su vocación, o inducirlos a un mayor nivel de dificultad en la comprensión de la cultura y de las ciencias.
Sea cual fuere, al fin y al cabo, el orden cierto de la ecuación, a la larga es el profesor el que enseña y el alumno el que aprende, y en medio de esa afirmación en apariencia banal subsiste una innominada constelación de matices que hacen casi imposible una medición acertada de todas las variables que allí entran en juego.
Primero habría que tener en cuenta la calidad del profesor. No da igual saber algo que saber transmitirlo. Muchos profesores fracasan porque tienen una dicción pobre, porque son poco recursivos al exponer temas complejos o porque no tienen capacidad docente.
Un conferencista monótono, sin gracia, no suscita ningún interés por parte del auditorio y, obviamente, no suscita ningún interés por el tema tratado. En estos casos es probable que no se dé el fenómeno de la enseñanza ni del aprendizaje.
Por estos días, a propósito de estos galimatías, interrogaban al escritor Germán Espinosa sobre cuál debería ser el mejor consejo para los jóvenes que aspiran a ser escritores. Su respuesta fue brevísima y tajante: leer mucho. Para Espinosa, en relación con ese cometido, no sirven las facultades de letras ni los talleres de literatura.
El que quiera ser escritor debe leer mucho más de lo que escribe. Pero además debe tener talento, y disciplina, y la modestia suficiente para saber que no se escribe para ganar premios.
Esa respuesta, por lo escueta y simple, generaría una batahola de críticas en un Consejo Académico de cualquier universidad, donde la retórica tiende a hacer su agosto. Pero es verdad. La única manera de aprender a escribir es leyendo. Pero no leyendo cualquier cosa.
Lo claro y definitivo de una respuesta tan radical, que es compartida por quienes se han hecho escritores de verdad en el laboratorio de la vida y en infinitas horas de lectura, es el componente autodidacta que encierra.
Y es lo que quiero decir y concluir: todo aprendizaje requiere de una entrega constante, con los sentidos propios bien dispuestos, porque nadie le puede transferir a otro su imaginación, su flexibilidad mental o su experiencia. Lo que se evalúa en los alumnos no es lo que el profesor les enseña, que es una cuestión genérica, sino lo que ellos aprenden, que es un asunto personal y concreto.
Así como en el fútbol quienes compiten y ganan son los jugadores y no el entrenador, que sólo les dice dónde deben estar parados, del mismo modo en la vida académica quienes ostentan las medallas y los títulos son los estudiantes y no sus profesores, que a duras penas les ayudan a resolver algunas dudas.
El segundo punto a tener en cuenta es la calidad del estudiante. No es lo mismo un estudiante entusiasta, inquisitivo y despierto, que uno remolón, parco y holgazán. Cuando los estudiantes tienen una buena disposición de ánimo, cuando llegan a sumergirse en los libros y las revistas con la decisión de un nadador de alta competencia, y todo eso lo hacen con un sano sentido crítico, nada es más estimulante para el profesor.
Pero si llegan por inercia, sin vocación definida, sin haber leído jamás un libro, ni siquiera la basura de moda, con una pésima ortografía, sin saber nada del mundo real ni de su historia, y menos del significado de la ciencia y las humanidades, ¿qué se puede esperar? Sin duda, muy poco.
La universidad no es el lugar para enseñar a leer y escribir; tampoco es el lugar para ir a tomar molido, en cucharaditas que eviten una mala digestión, el alimento del conocimiento. Esta institución, secularmente venerable, no debe ser un lugar de paseo ni de jolgorio. Mucho de la severidad y el silencio medieval está faltando en los claustros universitarios venezolanos  actuales, en los que se enseña lo que se puede y parece que no se aprende casi nada.
britozenair@gmail.com
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