Venezuela entró a velocidad en la prehistoria
de la economía; control total en precios, volúmenes y cantidades, capital sin
oportunidad de reproducirse con empobrecimiento de la clase media,
racionamiento extremo de divisas, todo en el marco de una pavorosa inflación en
56% ya en el umbral de la hiperinflación, la cual es evidente en el deterioro
del poder de compra del bolívar (64%); en otras palabras, un bolívar hoy compra
el 36% de lo que compraba hace un año, escasez en 23%, natural de todo régimen
de controles, que nos dice que para comprar un litro de leche tenemos que hacer
5 viajes al mercado, o de cada 10 bienes que Ud. busca en los mercados cerca de
tres no se consiguen.
EL
PROBLEMA ECONÓMICO ES ESENCIALMENTE POLÍTICO
El setting macroeconómico es conocido, nada
que no hayamos anticipado; atrapados en medio de los conocidos déficits
gemelos, el primero, un colosal déficit fiscal en 26% del PIB con un correspondiente
déficit en balanza de pagos en 17% del PIB que ha generado un penoso
racionamiento de divisas a todo aquel que requiera un dólar para trabajar o
viajar; ya en medio de una fuerte recesión económica. Para el ciudadano de a
pie estos desequilibrios ”macroeconómicos” no les dice nada. El siente la
inflación, la escasez, que su salario real compra muchísimo menos, que el
trabajo que encuentra no paga su educación si tiene más de 40 años; y si es
joven, quizás aprendió a atender un mesón en un mercado popular, dedicara parte
de su horas laborables al rebusque y al ñemeo revolucionario. Es lo que ha
aprendido en estos años de revolución en los esquemas redistributivos creados
por el gobierno para sostener una clientela política, el hombre es más útil
pobre que progresando, si se reproduce la pobreza, la revolución habrá hecho el
trabajo, la servidumbre lo habría atrapado como el hombre nuevo de la
revolución.
Para la opinión pública, esos son apenas
síntomas, los cuales requieren un aliento cognitivo para comprender su futuro
en el mediano plazo. Sin embargo, al hacer el diagnóstico, uno se sorprende que
la confusión entre propios y extraños sea el modelo. Así se ha podido
mediatizar y hasta inutilizar la acción política requerida a exigir garantías y
respeto a la propiedad, como derecho humano. Pero, por el contrario se ha
dedicado un gran esfuerzo a ofrecer lo mismo que el gobierno, rentismo,
socialismo y populismo, un círculo vicioso infinito y políticamente costoso, ya
que el clientelismo de la revolución preferirá malo conocido que bueno por
conocer, además un plano en desventaja para la competencia política.
La fuente de esa vorágine de empobrecimiento
no es macroeconómica, es económica. Institucional, se trata de restringir y
hasta eliminar las libertades económicas, de fuertes restricciones políticas a
la producción,0 de controles y regulaciones, de descapitalización tanto del
capital (físico y financiero) privado como del capital humano (trabajo) por
abundancia de trabajo no calificado y grandes distorsiones en la capitalización
del capital humano, educación, formación de trabajadores con oficios y títulos
pero inútiles, (como los médicos comunales por ejemplo) la oferta de trabajo
calificado ha caído a los niveles más bajos que se registra la data laboral en
50 años.
EMPOBRECIMIENTO:
CONSECUENCIA NO INTENCIONADA E INTENCIONADA
El país ha sido convertido no en una usina de
crecimiento, sino en un gran bazar de vitualla importada, buena parte de ello
con bienes y servicios de origen chino, financiados con el pesado y costoso,
para Venezuela, del Acuerdo Chino -Fondo Chino- e importados por el gobierno,
cuya oferta de trabajo está en el salario mínimo. La revolución está contenta
con ese resultado, somos más iguales, así sea que la base de la pirámide sea
más anchigrande, todo el mundo es igual en la pobreza, en los países pobres, una
curiosa correlación socioeconómica, de la cual los teóricos del socialismo se
regocijan.
Factores disparadores de ese proceso de
destrucción de la economía y en ruta de un colapso, la caída de la renta
petrolera en compañía de una colosal expansión del gasto público, el cual en 10
años ha doblado el tamaño del Estado, acumulando un capital que no rinde para
financiarse. En consecuencia, las grandes empresas del Estado (CVG) y las
estatificadas y nacionalizadas, muchas quebradas y el resto en cola de hacer,
hoy dependen cada vez mas de las impresoras y digitalizadoras de dinero del BCV
que ha monetizado sus enormes déficits en sus flujos de caja; comenzando con
PDVSA cuya asistencia financiera del BCV remonta los 45 mil millones de
dólares!
Estos han sido los by passes por los cuales
el BCV viene financiando el enorme déficit fiscal del gobierno, que finalmente
paga el ciudadano como impuesto inflacionario, en ruta convertirse en
hiperinflacionario.
En conjunto, la nación se ha empobrecido como
consecuencia de un continuo volumen de decisiones oolíticas y económicas y
otros disparates tomadas por el gobierno durante 15 años dirigidas a destruir
el capital privado, expuesto a un violento esquema de descapitalización
inducido por los controles de cambio y precios y un cuidadoso control de cambio
con terrible impacto depredador. La enorme presión fiscal sobre la industria
petrolera, PDVSA, ha producido similarmente una acelerada descapitalización, la
cual no solo ha reducido el volumen de producción, sino que ha disminuido el
valor agregado proveniente de la explotación de la industria petrolera.
EL
“PAQUETE” MADURO: CONTROLES Y MÁS CONTROLES
Componente de esta presión fiscal, y desde
luego política, han sido los costosos y pesados acuerdos de suministro de petróleo
y derivados a China, Petrocaribe, Cuba y otros. En estos acuerdos se ofertan
cerca del millón de barriles diarios cuya renta petrolera apenas alcanza al 38%
del precio teórico de realización, con un costo de oportunidad cercano al 30%
en relación a la oferta de esos hidrocarburos al mercado abierto. En general,
ha Sico comprobado la existencia de una agenda económica dirigida a expropiar,
nacionalizar y depredar al capital privado nacional, un objetivo político del
cruce de intereses de las corporaciones políticas y mercantilistas que se han
coaligado en el poder en estos años.
En cuanto a la situación económica global
nacional constatamos la presencia de condiciones económicas “ideales” para
acoger un cuadro de decisiones de política económica y reformas institucionales
que aseguren la vuelta a la normalidad de una economía de mercado. A todo
evento, solo tendríamos dos alternativas. La primera, para cambios y reformas
económicas y el rediseño de reglas para devuelvan operatividad y racionalidad a
los mercados de manera Venezuela retorne a la comunidad internacional como un
país que cumple contratos, se conduce bajo un Estado de Derecho, con plenas
libertades y democracia plena, como ocurre naturalmente en el mundo.
Sin embargo, y como el problema económico
venezolano es esencialmente político, de reglas, de un marco jurídico impuesto
que se retroalimenta de los controles, sobre todo el aparato productivo y de
servicios y que estos controles constituyen el sustento no tanto del gobierno
como del poder político y sus clientela mercantilista, las instituciones básica
de una economía de mercado ha sido sustituida por un régimen que descansa en un
armazón institucional de leyes, decretos y agencias del gobierno que impiden un
proceso productivo normal en base a eficiencia, competencia y mercados.
Desmontar ese armazón, es vital para
reiniciar la ruta de progreso.
CUÁLES
MEDIDAS: POLÍTICAS Y NO ECONÓMICAS
¿En esas condiciones, entonces, por qué
habría que esperar que Maduro ordenara un reacomodo fiscal, un ajuste del
gasto, cuyo déficit es ampliamente en 40% financiado desde el BCV imprimiendo y
digitalizando dinero, realineación de precios, y convocando eficiencia y
competitividad para resolver los problemas de oferta creados por el marco
jurídico de controles y represión económica? Así mismo, porque tendría que
eliminar el control y resolver la
cuestión cambiaria, y tragarse el costo político por no poseer piso requerido
para soportar la presión de la calle, que causan la inflación y la escasez a
todo evento, conociendo que la variable crítica viene de la crisis de balanza
de pagos generada por una continua y acelerada caída de la renta petrolera, que
ha reducido el flujo de dólares requeridos para sostener el crecimiento?
El gobierno se jugó, como era “natural” su
única carta, ir al extremo con los controles. Se hizo aprobar una Ley
Habilitante, que sorprendió por cierto a muchos que no se detuvieron en el
hecho que la crisis económica y social y el potencial colapso no discriminaría
entre los supuestos grupos del chavismo, todos se jugaban lo logrado en 15
años, era más barato bailar juntos que quebrar su unidad mercantilista. La Ley
Habilitante una especie de instrumento que legaliza una especie de economía en
emergencia, sin que los venezolanos estén informados cuales son los remedios
que conjurarían la actual crisis económica. Sin embargo, pudimos comprender de
inmediato que el gobierno a base violencia institucional y política trataría de
evitar pagar sus irresponsabilidad y su participación en la crisis, y la puesta
en camino de Venezuela a un eventual colapso que vendría generado por una
crisis fiscal que no tendría remedio bajo su visión de la economía.
VIOLENCIA
CONTRA LA PROPIEDAD PRIVADA: RAZZIA AL COMERCIO
Así, era fundamental el acoso por parte del
lumpen, la milicia informal revolucionaria -con o sin moto- y los milicos, de
los empresarios medianos y pequeños, a propósito de la inflación, la cual
generada por el mismo gobierno lo envolvió en una desgraciada
irresponsabilidad, siendo el propio Presidente el principal responsable de la
superinflación. El poder total era el cálculo del gobierno y así vinieron las
“medidas” administrativas y políticas -y no económicas- de extremar el control
de la actividad económica privada; de lo que queda de economía privada, la
cual, en términos de capital y propiedad es hoy apenas la tercera parte del
PIB, en manos del Estado se encuentran las grandes empresas, los recursos
naturales, las tierras, las comunicaciones, la mitad del sistema financiero, y
las armas con la cual se piensa defender la revolución.
En manos de privados y la clase media
profesional y emprendedora, comercios, algunas empresas medianas y muchas
pequeñas cuya actividad económica ha sido secuestrada por los organismos de
control económico, del comercio y de los mecanismos de racionamiento de
divisas, el SICAD y la Caja de Divisas, especie de hibrido cambiario de origen
cubano con bolívares convertibles y otros no convertibles cuya relación entre
ambos y el dólar sería una de los tantos tipos de cambio que conformara el
régimen cambiario que emerge con sobre las cenizas del CADIVISMO.
EL “OUTLOOK”
PARA 2014
Como vemos, la respuesta del gobierno a la
crisis por el mismo causada, es la toma del poder total, teme que la escasez,
la hiperinflación, el racionamiento explote en la calle, por eso prefirió
militarizar las calles, la economía, asaltar la propiedad privada de la clase
media, correr hacia adelante. Pretende, enfrentar la escasez que sus políticas
producen a través de un racionamiento sistemático, pero la reacción política
del país adolece de los catalizadores políticas requeridos para obligar al
gobierno a la negociación política y a los cambios que la economía requiere. El
gobierno está convencido que liquidar el rumbo hiperinflacionario con militares
y controles es posible.
Los pronósticos para el 2014 cabalgan sobre
las dos crisis acotadas arriba, generadas por los dos déficits, el fiscal y el
de balanzas de pagos, fenómeno que en Venezuela alcanza una situación extrema
dado que la crisis fiscal se produce por crecimiento desbalanceado del gasto
público, y la caída de la renta del petróleo; los mismos factores que han
agotado el flujo de divisas a la economía. Los controles de precios son la
respuesta a no enfrentar el serio problema económico causado por un Estado
fiscalmente obeso mórbido, lo cual deja al país sin soluciones distintas a la
libertad de mercados, es el término de la historia de los controles, estos se
mantendrán con las bayonetas, no hay otra salida, en el esquema de respuestas
del gobierno a sus problemas de caja, en el fisco y en PDVSA, el remedio está
en el largo plazo, y como el gobierno decidió emboscar al país, decidió a
jugárselo todo sobre la violencia, todo o nada.
@alexguerreroe
www.alexanderguerrero.com
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Más claro de lo que plantea el economista Guerrero, es difícil conseguir
ResponderEliminarEs evidente que a los opositores nos tocará andar, aunque sea con un par de piedras en el bolsillo. Es posible en medio de esta situación, que una chispa encienda la pradera.
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