Para
mi querido colega Caraballo y demás lectores del artículo de Valero que se
adjunta más abajo. De todo esto que se expresa sobre lo acontecido en la
celebración del día de la Batalla de Carabobo (fecha canónica seleccionada
sobre otras por un modo de operación nacionalista), me quedo con segmentos
sobre los que he venido insistiendo para comprender los pliegues conflictivos
de nuestra realidad política y sus expectros fantasmáticos. Un campo de estudio para los que sirve la Historia
cultural entendida según los cánones sajones:
La
presencia del Comandante en Jefe durante los actos que celebran las fechas
patrias sirve precisamente para demostrar ante el país y el mundo quien detenta
el poder civil y militar. El simbolismo y el protocolo son claves en el
ejercicio del poder yningún presidente legítimo en la historia contemporánea
había demostrado tal debilidad en un acto tan importante como la celebración de
la batalla de Carabobo.
La
respuesta de Nicolás ante la afrenta no se hizo esperar y lanzó un incendiario
discurso contra la corrupción, punto débil de Cabello y su grupo de vampiros,
de acuerdo a lo expresado por el espía Silva, llegando a aclamar: “pido
combatir la corrupción porque nos va a tragar la patria”… extraño discurso,
cuando en esa fecha patria lo que indicaba la ocasión era resaltar los logros
militares e intentar buscar un paralelismo entre la épica de Carabobo y la del
4F"
Según
se observa, sobre todo para aquellos que no han transitado por los textos duros
de la Historia Cultural y las Teorías comunicativas, podemos puntualizar los
siguientes aspectos que no puede cubrir el modo tradicionalista de entender la
historia y su función social a la hora de desenmasacar y mostrar los procesos
de conflicto: el papel de las fechas patrias, la exhibición del poder, la
gestualidad, el simbolismo y el protocolo, los combates por la palabra, el
metarrelato mesiánico de luchar y morir por la patria en riesgo; y el cuadro de
asociación entre pasado y presente con un punto de fuga hacia un porvenir que
es horizonte a cumplir en la mentalidad mesiánica o impregnada de un discurso
-o doble disccurso-, salvacionista que encarnan dos lógicas: la de un
"pueblo en armas" y la de un pretorianismo que lo tutela.
A
esto sumamos la parte sobre el "ridículo presidencial" al que hace
alusión Valero. Este punto recuerda a una de las tesis de uno de los más
importantes historiadores de los totalitarismo, Hug Trevor-Roper en su The last
moment in History. Un texto clave para los que no entienden que ciertas
situaciones desestabilizan las relaciones sociales, y estas situaciones, no son
precisamente las más visibles, sino las que impactan en el espacio de la
pulsión de poder. Estos pequeños eventos suman un conjunto de fuerzas que
parecen impulsar los deseos de alcanzar el poder a partir de la fuerza de la
reivindicación, el resentimiento o cualquiera otra fuerza que pueda
correlacionar narratividad y acción movilizada sobre un plano emocional y un
plano de intereses materiales..
Atte,
y en espera de seguir dialogando.
Amigos
y amigas. Les invito a leer con lupa esta crónica que recoge el ciudadano
Carlos Valero de un hecho insólito en la vida republicana y que pone el acento
en la grave crisis institucional y política que se nos avecina.
Luis
Manuel Cuevas Quintero
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